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RCHIVO
0€
R€HISTO~IA L EVANTINA
,HoMENAJE A
O. Oo.MJNúO fLETCHER
ToMo
111
S ERVIcro DE INvEsrtGN:tóN P REHJ.ITORICA
DE lA
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XCM..\. D IPVfACION P RoVINCIAL DEV A LENCIA
VOL XIX
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
XIX
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ARCHIVO
DE
PREHISTORIA LEvANTINA
HOMENAJE A D. DOMINGO FLETCHER VALLS
TOMO III
SE.RVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
DE LA EXCELENTISIMA DIPUTACION
PROVINCIAL DE VALENCIA
VOL. XIX
VALENCIA, MCMLXXXIX
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LS.B.N~ 84-85402~
l.S.S.N.: 0210-3230
DEPOSrro LEGAL: V. 886-1989
EDITORIAL F. DOMENECH, S. A.-0~, 12. 46014 Valencia
IMPRBSO EN ESP~A
© de la edición digital: Museu de Prehistòria de València, 2012 -- ISSN 1989-0508
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ARCHIVO UE PR8HISTORlA LEVANTINA
Vol. XlX (Valencia, t969)
JOSE MANUEL MARTINEZ GARCIA
(Valencia)
LA NECROPOLIS ffiERICA DE LAS PEÑAS
(ZARRA, VALENCIA)
l.
INTRODUCCION
En el invierno de 1983, durante las obras de ensanche del .camino de La UmbríaJ
que pone en comunicación a la villa de Zarra con la Casa de La Hoz, aparecieron, en
su margen izquierda, varios hoyos que contenían cel,lizas, huesos y una urna cineraria
de orejetas perforadas en uno de ellos, en el paraje conocido por Las Peñas.
Comunicado el hallazgo al Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma.
Diputación Provincial de Valencia, se solicitó de la Subsecretaría General del Patrimonio los permisos necesarios para realizar una excavación de urgencia en el citado
lugar.
La primera campaña se realizó en el mes de abril de ese mismo año, descubriéndose
11 sepulturas con sus correspondientes ajuares, lo que, dado su interés, motivó la
ampliación de los trabajos a dos campañas más, que se llevaron a cabo durante los
veranos de 1983 y 1984. El total de sepulturas descubiertas se elevó a veinte, lo que nos
ha permitido configurar la existencia en ese lugar de un pequeño núcleo de enterramientos, adscritos a cualquiera de los dos poblados ibéricos que se encuentran en sus
inmediaciones (fig. 1).
Agradecemos, desde aquí, a los ayuntamientos y vecinos de Zarra y Ayora su apoyo
y cola~oración .
2. EL MARCO GEOGRAFICO
El Valle de Ayora, del que la villa de Zarra forma parle, está situado en el extremo
suroeste de la provincia de Valencía. Se trata de una comarca natural emplazada en
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J . M. MARTINEZ GARCIA
Fig. l .- Necrópolis del País Valenciaqo y zonas adyacentes donde aparecen materiales similares a
los de las Peñas.
Pais Valenciano: 1: La Solivella (Alcal4 de Chivert). 2: Orleyl (Vall d'Uxó). 3: El Castellar (OUva). 4: Altea la Vella (Altea). 5: Corral de Sa~ {MO(Iente). 6: La Albufereta
(Alicante). 7: Puntal de Salinas (VUlena). 8: El Molar (San Fulgencio). 9: Cabezo Lu~ro
(Rojales) . Murcia: 10: Cabecico del Te~ro (Verdolay). 11: El CigarraJejo (Mula). 12: Cabezo
del Tío Pio (Archena). 13: Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla). Albacete: 14: El Tesorico
(Agramón-Hellín). 15: Boya de Santa Ana (Fuente-Alamo). 16: Pozo Moro (Pozo Cañada).
17: Llano de la Consolación (Montealegre del Castillo). 18: Camino de la Cruz (Koya
Gonzalo). 19: Los Villares (Boya Gonzalo). 20: Casa del Monte (Valdeganga). 21: Abengibre.
22: Las Peñas (Za.rra).
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·:
NECROPOLIS LAS PERAS
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Fig. 2.-Situación de la necrópolis de Las Peñas.- 1: Las Peñas. 2: Los Molinillos. 3: El Cerro del
Tesoro.
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J . M. MARTJNEZ GARC!A
una espaciosa hoya rodeada de accidentes orográficos, con ríos y huertas cerca de las
poblaciones y extensos montes en las zonas más altas.
No obstante, es una comarca agrícolamente pobre con predominio de los cultivos
de secano sobre el regadío de huerta para el autoconsumo.
El municipio de Zarra, a 568 m. sobre el nivel del mar (ñg. 2), se sitúa al noreste de
AyoraJ su relieve es montañoso, sobre todo en la parte central del término, que
atraviesa el río Zarra en dirección oeste-este, formando una hoz, donde, a ambos lados
se elevan las sierras de Las Atalayas (982 m.) y El Puntal (887 m.).
La población ocupa un pequeño cerro, cuyas calles estrechas y empinadas se
adaptan a las curvas de nivel. El río, que discurre por su base, riega huertas en sus
márgenes, que producen hortalizas, alfalfa y frutales· En la~> riberas de las acequias
.
crecen los almeces, de donde se fabrican, en industrias familiares ya en desuso, horcas
y bastones.
La vegetación climax correspondía al encinar, del que apenas quedan huellas. Más
abundantes son los pinos, que junto con el monte bajo, sabinas, romeros, aliagas y
espartizales diseminados, constituyen un paisaje en regresión por las continuas sequías e incendios forestales.
Los cultivos de secano, propios de un clima mediterráneo-continental ocupan unas
1.000 Has. y se reducen a cereales y olivos, siendo muy escasas las vides y almendros.
El sector ganadero lo componen 900 cabezas de lanar y 200 colmenas.
La principal vía de tránsito que atraviesa la comarca longitudinalmente, es la
carrete'!"a que, uniendo las poblaciones de Requena y Almansa, porie en comunicación
al Valle de Ayora con Aragón, a través de la Plana de Utiel, con Castilla-La Mancha, y
con la costa mediterránea y Andalucía.
De Zarra parten dos carreteras locales, que enlazan con la anterior y con la de
Ayora-Albacete.
3. EL CONTEXTO ARQUEOLOGICO
El Valle de Ayora cuenta con un gran número de yacimientos arqueológicos, la
mayor parte inéditos. El más conocido se extiende sobre la cumbre del Castellar de
Meca, con vestigios de población sucesiva desde la Edad del Bronce hasta la Alta Edad
Media. D~ época ibérica existen varios.yacimientos diseminados a lo largo del Valle,
ocupando elevaciones y cavidades, con materiales cerámicos que ofrecen una cronología grosso modo de finales del siglo V a. C. al cambio de Era. De entre ellos destacamos
las c~evas-santuario de La Noguera y El Duende, al este de Ayora, y el poblado ibérico
de El Castillico, en el término de Jarafuel, situado en la cumbre de un cerro rodeado de
murallas, conservándose, tallado en la roca, el acceso a las mismas.
Próximos a la necrópolis de Las Peñas se sitúan dos pequeños poblados ibéricos
inéditos, el primero de ellos, 500 m. al norte, en la partida de Los Molinillos, y el
segundo a 1.000 m. en dirección este, ocupando la cumbre del llamado Cerro del
Tesoro. .En ambos lugares se aprecia cerámica ibérica, más abundante en el último,
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NECROPOUS LAS PE~AS
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decorada con bandas y filetes, común de cocina, piedras de molino, etc., materiales que
por sus características nos indican fechas tempranas de ocupación.
4. EL YACIMIENTO Y SU EXCAVACION
La necrópolis de Las Peñas se encuentra a 2 Km. al Oeste de Zana, junto al camino
de La Umbría, paralelo al barranco de La Hoz y al río Zarra, que discurre por su fondo.
Es una zona donde alternan el pino, el matorral y el esparto con cultivos de secano,
vides y olivos, asf como con una e~igua huerta que riega el río en sus márgenes.
El yacimiento, a 600 m. sobre el nivel del mar, se ubica en la falda norte de El
Puntal, elevación de 884 m., por cuyo pie se encaja el citado curso de agua. El terreno
sobre el que se asienta la necrópolis es arcilloso y plástico, lo que facilita, unido a la
inclinación de la ladera, los deslizamientos y 1a formación de bad-lands, surcados por
pequeños torrentes que desaguan en el río. Para aprovechar estos aportes de agua y
evitar las corrientes, se realizaron abancalamientos con fines agrícolas, poniéndose en
producción una gran extensión de terrazas a ambos lados del Barranco de la Hoz.
El yacimiento ocupa el centro de un bancal yermo, antaño plantado de olivos, de 4
m. de anchura y 50 m. de longitud este-oeste. Al norte está limitado por un murete de
piedras que lo recorre en toda su extensión, construido para evitar los derrumbes que
afectarían al camino que lo bordea 2 m. más abajo. Por el sur se inicia una pendiente,
de materiales calizos y margas, cubiertos de matorral, cortada por el bancal superior.
El área excavada fue de 60 metros cuadrados (20 m. de longitud por 3 m. de
anchura), divididos en 30 cuadriculas de 2 m. por 1 m. de lado, de las que resultaron
fértiles, por la presencia de enterramientos, 15 de ellas, abarcando una superficie.de 30
metros cuadrados, enclavada en la mitad este del yacimiento (fi.g. 3) y que designamos
Sector A . El Sector B, con el mismo número de cuadrículas y superficie que el primero,
resultó totalmente estéril, al no aparecer ninguna sepultura.
Se descubrieron 20 enterramientos de incineración en un solo nivel, cuya presencia
nos la iban mostrando las manchas de ceniza mezclada con huesos que cubrían la
superficie de los loculi, a una profundidad de 1'20-1'40 m. La roca-madre afloró a los 2
m. y en ningún caso se observaron sepulturas superpuestas.
Se distinguieron los siguientes estratos:
Estrato I. (De 0'00 m. a 1'00 m.) Tierra suelta, de color marrón claro, con presencia
de arenas y piedras de pequeño tamaño, producto de los arrastres de la ladera,
materiales que posteriormente se utilizaron para el abancalamiento. Sin restos arqueológicos.
Estrato ll. (De 1'00 m. a 1'20-1'40 m.) La tierra, de mayor consistencia, cambia a
color marrón oscuro, con piedras de mediano tamaño y cerámicas muy fragmentadas.
Algunas manchas de ceniza en la base del estrato.
Estrato ID. (De 1'20-1'40 m. a 2'00 m.) La cota de los 1'20-1'40 m. corresponde a la
superficie de la necrópolis, que buza ligeramente de sur a norte. De este a oeste se
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J. M. MARTINEZ GARCIA
obsel'Van dos zonas bien diferenciadas, la primera, donde se ubicán los 20 enterramientos excavados en la tierra arcillosa y dura y la segunda, estéril, constituida por
materiales calizos. En ambas, la roca madre aparece a los 2'00 m. de profundidad.
Los enterramientos, orientados al norte, parecen seguir cierta ordenación, distribuyéndose, de sur a norte en tres posibles alineaciones longitudinales. Existe así mismo
una aglomeración de. sepulturas en la zona contigua al camino que, a causa de sus
sucesivos ensanches pudo haberse destruido un número indeterminado de las mismas.
En esta primera alineación se 'd escubrieron 10, 7 en la segunda y 3 en la tercera (fig. 4).
5. MORFOLOGIA DE LOS ENTERRAMIENTOS
Atendiendo a su estructura, hemos distinguido varios tipos:
-El primero lo constituye un hoyo de planta irregular, más o menos circular,
excavado en la tierra, con un di~etro no superior a los 0'50 m. y una profundidad
media de 0'30 .m. So~re una base de pequeñas piedras ligerainente,cóncava descansaba
la urna cineraria. (septilturas núms. 4, 6, 7, 9, 12, 15, 16_, 19 y 20).
- El segundo tipo se diferencia del anterior por las dimensiones del noyo, de
planta teJ)dente a formar un rectángulo con los lados mayores de. aproximadamente
.1'00 m. (sepuituras núms. 2, 10, 11, 13 y 17) y c·o h la 'b ase plana.
- En 'el tercero hemos agrupado a las sepulturas de planta regular, cuadrada,
protegidas por una pequeña alineación de piedras que recorre uno de sus lados
(~epulturas núms. 1 y 18). La base es plana, con pequeñas piedras. La pared interior
del lado este en la sepultura 18 estaba enlu<:ida con barro.
- El cuarto tipo se diferencia del primero en que posee 'y.ns cubierta de piedras, de.
planta rectangular plana; las situadas en los ángulos dispuestas en una sola. hilada, de
mayor tamaño que las del centro y trabadas con ba:x:ro. La parte norte de la estructura
estaba destruida, lo que permitió localizar las sepulturas núms. 3, 5 y 8, que se
alojaban en su interior.
La sepultura 14, situada a 10 m. al este de las anteriores, se encontraba igualmente
protegida por otra cubierta de piedras de la que sólo se conservaban las correspondientes a los muros. exteriores, faltando las de la cubierta.
Excepto en dos casos, sepulturas 1 y 2, los hoyos contenían Ul'Il8 cineraria, con
huesos, generalmente del cráneo, en su interior, si poseía tapadera. Los objetos
metálicos de pequeño tamaño, que formaban parte de los ajuares, aparecieron dentro
de los recipientes o entre la capa de cenizas y huesos que los cubrían, siendo más
abundantes en las de planta rectangular, lo que podría significar una utilización como
ustrina previamente. a la deposición de la urna.
Así mismo, la base de los empedrados que se componía de pequeñas pi~dras y tierra
endurecida, aparecía fuertemente' c.a lcinada, por lo que la construcción de los hoyos y
cubiertas se realizó después de la cremación, en ese misino lugar.
Las armas que aparecieron eh las sepulturas núms. 2 y 17, formando parte del
ajuar, se encontraban al lado de la urna, dadas las grandes dimensiones del hoyo.
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NEC.ROJ.>OJ,JS LAS PE~AS
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Cuando el espacio era reducido, como en el caao de la sepultura núm. 15, se dispusieron en la sup~rficie exterior de la mlsma, cubiertas de huesos y cenizas.
6. CEBAMICAS DE SUPERFICIE
Aparecieron en los estratos II y m de los sectores A y B.
- Cerámicas fabricadas a mano.
l. Fragmento indetermin!ldo, con apéndice. de sustentación. Pasta gris, con grueso deagrasante calizo.
SuJierficiea grisea. Long.: 55 mm. Gr!)aor: 9 mm. (fig. 5, 1).
2. Fragmento indeterminado. Cordón plástico con incisiones ovales. Pasta negra, de11grasante calizo,
estructura foliácea. Superficies gris oacur:o. Long.: 40 mm. Grosor: 10 mm. (fig. §, 2).
3. Fragmento indeterminado, Cordón plástico. Pasta tojiza, vueao deagrasante calizo. Superficies
ocres·. Long.: 50 mm. Grosor: 10 m~Jl. (fig. 6, 3).
No incluidos en el inve.n tario, aparecieron 27 fragmen. os ~ás de. este tipo, variando el tono de las
t
superficies y el gro&of del desgraaante, generalmente calizo.
- Cerámica de cocina, a tomo.
Base con pie destacado. Pasta gris, grueso desgrasante calizo. Superficie_ grises. 0 base: 60 mm.
&
Grosor: 10 mm. (fig. 6, 4).
5. Pomo anillado de pasta gris, con grueso deagraaante calizo. Superlicies gris -oscuro. 0 70 mm. Grosor:
7 mm. (fig. 6, 5).
6. Fragmento del cuerpo de una pátera de pequeilo t.!lDla~o. Pasta gris, deegrasante !lledio. Superficieil
gris oscuro. 0 cuerpo: 100 mm. Grcreox: 5 mm. (fig. 5, 6).
4.
- Atica de ba.rniz negro.
7. Cuenco de tamaño medio, borde entrante con pequeño reborde en el lado. interno. Le falta la base.
Pasta rojiza, liria y c.ompacta. Barniz negro brillante. J;)e.c oración, un ciréulo doble de impresiones a
rue
- Cerámica decora,da o lisa, fina.
8. "Fragmento indeterminado. Pasta crema. Superficie externa con engobe blanco, banda rojo-vinoso.
Long.: 50 mm. Grosor: 4 mm. (fig. 6, 8).
9. Fragmento indeterminado. Pasta anaranjad_ Superficie con engobe crema, filete y banda rojoa.
-vinoso. Lon.g.: .20 m_ . Grosor: 7 mm. (fig. 6, 9).
m
10. frllgmento indeterminado. P.aata anaranjada. Superficie de engobe, cr~ma. Band.a rojo-viuoao.
Long.: 4.6 mm. Grosor: 4 ou.n. (fig. 6, 10).
11. Fragmento de plato. Borde internp engros"do. Pasta crema. Superficie externa con engobe anaranjado, alisada. Filetes y banda rojo vinoso. Superficie interna gris. Filete ma.r r6n en el labio. 0 180 mm.
Grosor: 6 mm. (fig. 6, 11).
12. Fragmento indeterminado, Pasta anaranjada. Superficie externa con engobe crema, dos filetea
rojizos. Superf"¡_cie interna anaranjada. Long.: 60 Jlún. G_rosor: 5 mm. (fig. 6, 12).
13. Fragmento dé plato de borde saliente. Pasta anárahjada. Superficies anaranjadas. Filetea rojo
vinoso. 0 170 mm. Grosor: 5 mm. (fig. 6, 13).
14:. Frl).gmento indetermina.do. Pasta anl\,ranja4a. Superficie con engobe crema. Filetes rojo·vinoiiQS.
Long.: 26 mm. Grosor: 6 mm.. (fig. 6, 14).
15. . Fragmento indeterminado. Pasta an~anjada. Superficie engobe crema. Filetes y círculos concéntri~
cos rojo·vinosos. Long.: 50 mm. Grosor: 8 mm. (fig. 6, 15).
16. F~:agme·nto de borde exvasado y engrosado. Pastl!- anaranjada. Superficie anaranjada. Filete rojo
vinoso en el borde. 0 150 mm. Grosor: 4 mm. (fig. 7, 16).
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J. M. MARTINEZ GARCIA
17. Fragmento de borde !tXVasado y· plano. Pasta crema. Superficié engobe anaranjado. Banda manón y
rojo vinoso en el borde. 0 140 mm. Grosor: 9 mm. (fig. 7, 17).
18. Fragmento de borde saliente y moldurado. Pasta IUI,aranjad.a. Superficie con engobe crema. Filete
rojo-víngso. f?J 94 mm. Grosor: 4 mm. (fig. 7, 18).
19. Fragmento de borde y parte del cuerpo. Pasta amarillenta. Superficie con engobe crema. Segmentos
paralelos rojo-vino_sos. 0 220 mm. Grosor: 5 mm. (fig. 7, 19).
20. Base cóncava. Pasta anaranjada, centro gris. Superficies anaranjadas. 0 55 mm. Grosor: 5 nun.
(fig. 8, 20).
21. Base eon el pie destacado. Pasta anaranjada. Superficies anaranjadas. 0 40 mm. Grosor: 4 mm.
(fig. 8, '21).
22. Botellita de borde e~vasado y cuerpo bitroncocónico, pie poco destacado. Superficies amarillentas.
0 60 mm. Altura: 65 mm. ~ncbu_ra máxima: 83 mm. 0 base: 4Q mm. Grosor: 4. mm. ((¡g. 8, 22).
23. Base c·on el pie poco destacad.o. Pasta ¡maranjada. Superficie con engobe gris. 0 70 mm. Grosor: 10
mm.. (fig. 8, 23).
24. B~se plana. Pasta c.r ema. Superfic.i~ crema. 0 120 mm. Grosor: 4 tnm. (fig. 9, 24).
25. Fragmento de borde reentra.n te y labio engrosado. Pasta gris. Superficies con C!ngobe 'c rema. 0 160
mm. Grosor 10 inm. (fig. 9, 26).
2~. Fragmento de bord.e r.ecto, labio engrosado. Pasta crema. Superficies anaranjadas. 121 120 mm.
Grosor: 10 mm. (fig. 9, 26).
27. Fra·gmento de botJle, recto y cuello ·m oldurado. Pasta gris. Superficie con engobe crema. Molduras
de sección semicircular apla.n.ada!l. 0 160 mm. Grosor: 10 mm. (fig. 9, 27).
28. Borde ligeramente saliente, con labio engrosado. Pasta gris. Superficieo con engobe crema. 0 140
mm. Grosor: 10 mm, (fig. 9, 28).
7. DESCRIPCION DE SEPULTURAS Y AJUARES
Sepultura l. (fig. 11).- Hoyo de planta rectangular, protegido por una alineación
de piedras de mediano tamaño en su lado este, de 0'50 x Q'40 m. de lado y 0'25 m. de
profundidad. Base plana. No contenía urna cineraria, estando lleno de cenizas, fragmentos de hll.esos y objeto~ del ajuar.
Ajua-r:
29. Fibula anul'ar hispénica. Puente de navecilla. Resorte de cha.r nela. Tipo 4bL .0 36 mm. Grosor: á mm.
Tintináb.u.lo de bronce d!! for.ma cónica, con el badajo rebasan~o !tl boc:a y ojal de suspensión. 0
boca: 16 mm. Altyra: 60 mm. Grosor: 1'6 mm.
30.
Sepultura 2. (figs. 12 a 16).- Hoyo de planta rectangular, de 0'50 x 0'60 m. de lado
y 0'30 m. de profundidad. Base plana. Contenía una urna bitroncocónica y el armamento de un guerrero, tres falcatas colocadas a ambos lados del r.ecipiente, delante, los
restos de las V'ainas y manillas de escudo. Cubiertas de una gruesa capa de cenizas y
carbones.
Ajuar:
31. Urna bitroncocónica, con un ligero baquetón en el cuello. Base cóncava con ónfalo central. Pasta
anaranjada, fina y compacta, mica visible. Superficie externa con e{lgobe crema. Decoración: bandas y
filetes marrón él.aro. 0 boca 120 mm. Altura: ·240 mm. Grosor: 3 mm.
32. Ftbula anular hi11pánica. Puente romboidal. Resorte de charnela. Tipo 5. 0 66 mm. Grosor: 3 mm.
33. Falcata de hierro, con acanalagu~ra central muy difusa. Suave infl&rión de la h
varias parte.s y. afectada por el fuego, con adherencias de cubone.s. y huesos calcinados, así como manchas de
ó.xido de hiel'ro. Múltiples exfoliaciones e.n la hoja y empuñadura, que posee dos remac.hes para sujetar las
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NECR9POLIS LAS PE&As
9
cac_
ha$, perdidas. Long. empuiíadura: 150 mm, GYosor empuiíadura: 20 mm. Lqng. hoja: 420 mm. Anchura
media: 60 mm. Grosor hoj{l: 11 mm. Long. total: 570 mm.
34. Falcata de hierro, totalmente troceada. En la superficie, aparte de. las a4herencias de hues.o s y
carbone.s, se advierten obj$tQs fuertemente soldados por la ac<;ión del fuego, entre los que se aprécian una
manilla de escudo y dos hojas de cuchillo en la parte media de Ía hoja. La empuñadura la conserva completa,
excepto la base de la misma, de la que quedan los orificios .de los remaches. La parte superior termina en
pomo· achatado, lo que le confiere ú:n aspecto de tosca cabeza de caballo. La hoja presenta una suave
inflexión. Long empuñadura: 140 mm. Anchura empuñadura: 84 mm, Lo)lg. hoja: 430 mm. Anc.h ura media
hoja: 65 mm. Grosor: 10 mm.
35. Empuñadura de falcata con un grueso rem·a che en su parte med.i a. En muy mal estado de conservación. Long.: 90 mm. Grosor: 15 mm.
86'. Hoja correspondientes. la empuf¡ad1,1ra anterior. Se aprecian d·o, lQves acanaladuras. Long.: 195 mm..
Grosor: 3 mm.
37. Manilla de escudo de hierro, soldada a la falcata nlun. 44, con remaches de sujeción al escudo en
uno de sus extJ:emos. Long. 160 mm. Anchura: 20 ,mm. Grosor: 2 mm.
38. Manilla de escudo de hierro, de cuactetísticas similares a la anterior. Long.: 1-{0 mm. Anchura: 18
mm. Grosor: 2 mm.
39. Refperzos laterales de hiet:ro, de vaina de-falcata. Deficiente estado de conservación por la acción
del fuego y la corrosión. Long.: 130 mm. y 110 mm.
40. Piezas s_
imilares a las anteriores, unidas en su parte superior por el eñganche de tahalí, con una
~rgolla para la suspensión del aJ:tíla. Long.: 190 mm.
41. Piezas simil!lres ~las anteriores, con uha argolla a cada lado y enganche dé tahaU. Long.: 189 mm.
42, Ft>agmento de lámina de hierro de sección cuadrada, con dos remaches en los extremos. Lo.n~.:
35 mm. Anchura: 2 mm.
Sepultura 3. (fig. 17).-Hoyo de planta circular, de 0'50 m. de diámetro y 0'25 m. de
profundidad. Base ligeramente cóncava. Contenía una urna cineraria fragmentada y
una fíbula anular hispánica en su interior. Protegida por cubierta de piedras.
Ajuar:
43. Una bitroncocónica de borde exvasado y ba.s e cóncava, con un baquetón en el cuello. Pasta gris,
fina y compacta. Superficies grises, sin tratar. 0 bcrca: 120 mm. Altura: 196 mm. 0 baae: 7511)Jll. Grosor: 4 mm.
4.4. Fíbula anular hispánic{l, le falta el puente. Resorte dé che..rñele.. Tipo 4bl. 0 50 mm. Gtósor: 3 mtn.
Sepultura 4. (fig. 18).- Hoyo de planta circular, de 0'46 m. de diámetro y 0'30 m. de
profundidad. Base ligéramente cóncava. Contenía una urna y una fíbula anular
hispánica en su interior.
Ajuar:
45. Urna globul~r de borde exvásado, con u_ ac:an{lladura en la parte &UJie.rior deJ labio. Base cóncava
nll
con ónfalo central. Pasta anuapjad~~t, fina y compacta. Superficie ex~n{l con engobe crema, alisada y
decorada c:con una banda marrón en el t.e rcio .i nferior del cuerpo. Superficie intema anaranjade. 0 boca: 150
mm. Altura: 227 mm. 0 ba11e: 90 mm. Grosor: 5 mm.
~6. Fíbula &nl.!lar hispánica. Puente de navecilla. Resorte de charnela. Tipo 4.bl. 0 31 mm. Grosor: 2 mm.
Sepultura 5. (fig. 19).-Hoyo de pl~nta circular, de O'40 m. de dián)etro y 0'25 m. de
profundidad. Contenía una ~a fragmentada, con huesos, cenizas y una fíbula anular
hispánica en su interior. Protegida por u.na cubierta de piedras.
Ajuar:
47. Urna ,globular de borde e.xvasad9, con dot~ asas verticales de sección circ~.tlar en el hombro. Base
cóncava. .Pas.ta anaranjada, dura y compacta. Superficie externa con engobe ere~. decorada con una ancha
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J. M. MARTINEZ GARGJA
banda y un fllete de color marrón en la parte media del Cqérpo. Superficie interna anaranjada. 0 boca: 135
mm. Altura: 170 rtun. 0 base: 85 m.g¡. Grosor' 5 mm.
48. Fíbula anular ltispánica. Ruente de navecilla. Resorte de charnela. Tipo 4bl. 0 30 mm. Grosor: 3 mm.
Sepultura 6. (fig. 20).-Hoyo de planta circular, de 0'45 m. de diámetro y0'25 m. de
profundidad. 'Base ligeramente cóncava. Contenía una urna fragmentada, con huesos y
cenizas en su interior.
Ajuar:
49. Fragmento del cuerpo y base cóncava con ónfalo central. Pasta añaranjada, dura y comp(l.cta.
Superficie externa con engobe, c.rema, dec0rada con un.a l:tanda rojo.vinoso. Su~erfide interna anaranjada. 0
base: 85 lllm. 0 cuerpo: 190 mm. Grosor: 4 mm.
Sepultura 7. (fig. 20).- Hoyo de planta circular,, de 0'50 m. de diámetro y 0'30 m. de
profundidad. Dase ligeramente cóncava. Contenía una urna con cenizas y huesos en su
interior.
Ajuar:
50. Urna bitro.ncocónica de borde exvasaclo y base cóncava. Pasta anara.niada, dura y compacta.
Superficie externa con engobe crema, decorada con bandu y filetes de color marrón oscuro. ~uperficie
interna anaranjada. 0 boca: 14Q mm. Altura: 146 mm. Grosor: 4 mm.
Sepultura 8. (fig. 21).- Hoyo de planta circular, de 0'50 m. de diám&tro y 0'20 m. de
profundidad. Base ligeramente cóncava. Contenía una pequeña ·urna con hueso_
s
lavados en su interior y una fíbula anular hispánica entre la capa de ceniza que la
cubría. Protegida por una cubierta de piedras.
Ajuar:
51. Urna de orejetas perforadas de cuerpo elipsoidal y base cóncava. Tp.padera troncocó:n ica y pomo
plano discoigal, l>orde de bisel. Pasta gris, (ina, dura y compacta. Sup!lrñcie externa anaranjada, decorada
con un filete en la superficie deJ pomo y parte media de la tapadera, de color mau:rón oscuro; el cuer.po, con
bandas y filetes del mismo colol". Altura: 157 .mm. Anchura: 150 mm. ~ base: 75 mlll. (h-osor: 4 mm.
52. "Fíbula anulaJ; his.l'ánica. Puente de timbal. Resorte de· charnela. Tipq 2b. 0 25 mm. Grosor: 1'5 mm.
Sepultura 9. (fig. 22).-Se trata de uno de los hoyos.que, junto con los dos. siguientes, aparecieron et:llas obras de ensanche del camino·que limita a la necrópolis en su
lado norte, a unos 0'10 m. por encima del nivel del mismo.
Hoy9 de planta irregular, de 0'45 m. de diámetro y 0'25 m. de profundidad. Base
ligeramente cóncava. Contenía una urna tapada con un plato y en su interior huesos
lªvados y una fíbula anular hispánica.
Ajuar:
58. Plato de borde revertido y base anillada. Pasta anaranjada, fina, dur-a y compacta. J3up.erficié crema.
145 mm. ~- base: 40 mm. Grosor: S mm.
54. Urna bitro.ncocónic11. ae bo.riié exvasado y ba-se cóncava con ón!alo central. Pae.ta crema, con mica
nesra visible. Superficje anaranjada, de~torada con bandas y filete·s de color rojo-vinoso, en el cuerpo y parte
superior del borde. Superficie interna anaranjada. 0 boca: 14.5 mm. Altura: 190 mm. 0 base: 60 mm. Grosor: 5
mm.
55. Fíbula anular hispánica. Puente de ~im\lsJ. Re_so,r:te de charnela con t(Jpe oscwado.r. Anillo d_ corado
e
con alambre de espir.as. Tipo 2eL 0 60 mm. Grosor: 4 mm.
Sepultura 10. (fig. 23).-Hoyo dé planta rectangular, de 0'65 x 0'40 m. de lado y
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NECROPOUS LAS PEÑAS
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0'30 m. de profundidad. Base plana. Contenía una urna de orejetas sin tapadera,
cubierta por una capa de cenizas de 0'35 m. de grosor.
Ajuar:
56. Urna de orejetas perforadas de cuerpo esferoide, de base cóncava, con óofalo central Carecia de
tapadera. Pasta anaranjada, fino desgruante calizo. Superfic.ie exteTDa con engobe blanquecino, decorada
con bandas y filetes de color rojo-vinoso. Superficie interna anaranjada. 0 boca: 116 mm. Altura: 137 mm.
Grosor: 3 mm.
Sepultura 11. (fig. 24).- Hoyo de planta rectangular, de 0'65 x 0'40 m. de lado y
0'30 m. de profundidad. Base plana. Contenía una urna de orejetas perforadas rescatada por un vecino de Zarra al ser descubierta la necrópolis. La cubría una capa de
cenizas de 0'40 m. de grosor.
Ajuar:
67. Urna de orejetas perforadas de cuerpo elipsoidal y base cóncava. Tapadera troncocónica con pomo
di scoidal plano, ligeramente cóncavo en el centro. Borde en bisel. Pasta anaranjada, fina, dura y compacta.
Superficies anaranjadas, no apreci6ndose la de coración por las adherencias que la recubren. 0 boca: 90 mm.
Altura: 171 mm. 0 base: 60 mm.
Sepultura 12. (fig. 26).- Hoyo de planta irregular, tendente a formar un cuadrado,
de 0'30 x 0'25 m. de lado y 0'20 m. de profundidad. Base plana. No contenía urna
cineraria. El ajuar, entre la capa ceniza que la cubría.
68. Aro de bronce, sección aplanada. 0 40 mm. Grosor: 2· mm.
69. Aro de br once, sección apalanad.a. 0 4.3 mm. Grosor: 2 mm.
60. Aro de bronce, sección aplanada. 0 42 mm. Grosor: 2'6 mm. Colgante troncocónico de bronce, con
tres orificios en la parte superior. 0 10 mm.
61. Sesenta y tres Cragmentos de cinta correspondien te a un brazalete de bronce. Sección aplanada.
Grosor: 2 mm.
62. Cuenta de collar de hueso, cilindr ic"a. 0 0'6 mm. Long.: 20 mm.
63. Cuenta de collar de hueso. 0 2 mm. Long.: 13 mm.
Sepult\U"a 13. (fig. 27).- Hoyo de planta r ectangular, de 0'80 x 0'40 m. de lado y
0'30 m. de profundidad. Base plana. El ajuar metálico, entre las cenizas, cubriendo la urna.
Ajuar:
64. Urna globular de borde saliente y base cóncava, cop dos asas verticales en el hombro, de sección
circular. Pasta anaranjada, fina mica negya. Superficie anaranjada, decorada con dos bandas de color rojo·
vinoso. Superfici e inte:rna anaranjada. 0 boca: 160 mm. Altura: 165 mm. Grosor: 6 mm.
65. Anillo de bronce con el chatón plano y decorado con u na serie de circulos incisos de pequeño
tamano en un extremo. El centro lo ocupa una muesca irregular. 0 20 mm.
66. Fragmento de cinta de brazalete de bronce de sección aplanada, decorada con espiguilla incisa
alternando con aspas, en sentido longitudinal. Long.: 110 mm. Grosor: 3 mm.
67. Cuatro Cragmentos de cinta de b:ronce de sección aplanada. Long. total: 125 mm. Grosor: 2 mm.
68. Fragmento de cinta de bronce de sección circular. Long,: 25 mm.
69. Urna de orejetas perforadas de pequeño tamaño y cuerpo bitroncocónico. Le Calta la base y
tapadera. Pasta ocre, centro gris, con pequeño desgrasan te de mica negra. Superficies anaranjadas. 0 boca:
89 mm. Altura: 70 mm. Grosor: 3 mm.
70 y 71. Dos regatones de hierro, huecoa y de sección circular. Long. ·total: 85 mm. 0 10 mm.
Sepultura 14. (figs. 25 y 28).- Hoyo de planta circular de 0'55 m. de diámetro y 0'30
m. de profundidad. Base plana. Limitada en el exterior por un muro de piedras de
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J . M. MARTlNEZ GARCJA
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pequeño y mediano tamaño que forman un rectángulo de 0'90 x 0'70 m. de lado, al que
le falta el lado menor de la parte oeste. Anchura media de los muros: 0'15 m. Altura:
0'12 m. La urna cineraria aparéció fragmentada y el ajuar fuera de la misma, entre las
cenizas y huesos que la cubrían.
Ajuar:
12. Urna bitroncocónica de borde saliente y moldurado, base cóncava. Pasta anaranjada, fina, dura y
compacta. Superficie externa con engobe crema, decorada con una banda color rojo·vinoao en el tercio
inferior. Superficie interna anaranjada. 0 boca: 180 mm. Altura: 225 mm. Grosor: 5 mm.
73. Cuenta de collar de pasta vítrea de color azul y forma agallonada. 0 15 mm.
74. Anillo de bronce de tres espiras, cinta de sección aplanada. 0 17 mm. Groaor: 2 mm.
7fl. Anillo de bronce de sección circular. 0 40 mm. Grosor: 5 mm.
76. Fíbula anular hispánica. Puente de navecilla. Resorte de charne la. Tipo 4bl.
0 27 mm .. Grosor: 2 mm.
m
77. Punta de flecha de bronce. Long.: 48 mm. Anchura máxima: 15 . m. Grosor: 4 mm.
Sepultura 15. (fig. 25 y figs. 29 a 31).- Hoyo de planta circular, de 0'35 m. de
diámetro y O'40 m. de profundidad. Base ligeramente cóncava. Contenía una urna
cineraria con huesos lavados del cráneo y una fíbula anular hispánica en su interior.
La cubría una capa de ceniza de 0'50 m. de espesor. Fuera del hoyo apareció una
espada Tecta y una hoja de lanza, cubiertas así mismo por ceniza.
Ajuar:
78. Urna bitroncocónica de llorde e·xvasado y moldurado. Un baqúetón de &1\CCión circular separa el
cuello del cuerpo. Base cóncava. Pasta .anaranjada, llna, dura y compacta. Superficie externa con engobé
blanco, decorada con bandaa y filetes estrechos de color rojo-vinoso, se aprecian gotas de pintura del mismo
color en la !)uperficie. 0 boca; 140 mm. Altura: 180 mm. 0 baae: 60 mm. Grosor: 6 mm.
79 y 80. Dos anillos de bronce de sección circular, de 30 mm. de diámetro y 4 y 5 mm. ae grosor
reapectivamente.
81. Fragmento de cinta de bronce de sección aplanada. Long.: 20 mm. Grosor: 2 mm.
82. Fragmento de punta de flecha de bronce. Long.: 25 mm. Grosor: 4 mm.
84. Fragmento de cinta de bronce, sección aplanada. Long.: 30 mm. Grosor: 2 mm.
85. Fragmento de cinta de bronce, sección aplanada. Long.: 32 mm. Grosor: 2 mm.
86. Fibula anular hispánica. Puente de timbal. Resorte de charnela. Tipo 2el. 0 35 mm. Grosor: 3 mm.
87. Fragmento de regatón, sección circular, hueco en su tercio final, muy deteriorado. 0 medio: 20 mm.
Long.: 260 mm.
88 a 91. Diversas puntas de 'regatón, de hierro, sección circular y huecas hasta la mitad de su longitu!l.
92. Espada de hoja recta y doble filo, de hierro, con cinco acanaladuras en la hoja. La empuñadura, de
sección rectangular, presenta un lige.J'o ensanchamiento en. su parte media. El pomo, rematado por dos
lóbulos unidos por una pequeña alista, conserva part& de las cachas en su tercio superior, que consiste en
una láinina de hierro unida a la empuñadura por remaches y decorada con un hilo formando r oleos unidos.
La separación entre aquélla y la hoja está constituida po-r una pl&ca recta sin escotaduraa. Apareció
fragmentada y con multitud de adherencias y óxido de hierro por la acción del fuego . Long. empuñadlU'a; 115
mm. Long. hoja: 885 mm. Long. total: 500 mm. Grosor empuñadura; 7 mm. Grosor hoja: 11 mm.
93. Fragmento de regatón de hierro de sección circular, hueco en su tércio inferior. Long. total: 36 mm.
0 10 mm. (No se dibuja.)
Sepultura 16. (figs. 32 y 33).- Royo de sección circular, de 0'50 m. de diámetro y
0'30 m. de profundidad. Base ligeramente cóncava. Contenía una urna con huesos
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NEC.ROPOlJS LAS PE~AS
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lavados y una fíbula anular hispánica en su interior, el resto del ajuar, entre las
cenizas que con un grosor de 0'35 m. la cubrían.
Ajuar:
94. Urna bitroncocónica de borde exva.sado, con un baquetón de sección circular entre el cuello y
c uerpo. Base plana con ónfalo central. Pasta anaranjada, fina, dura y compacta. Superficie externa con
engobe crema hasta los 2/3 del cuerpo, desde donde se aprecia un color mis intenso, zona no tratada con
engobe. Superficie interna anaranjada. 0 boca: 130 mm. Altura: 180 mm. 0 base: 80 mm. Grosor: 5 mm.
95. Piezas para depilar, de bronce, ramas rectas, lisas. Long.: 45 mm. Anchura: 15 mm. Grosor: 1 mm.
96. Fibula anular hiapánica. Puente de navecilla. Resorte de charnela con tope oaculador. Anillo
decorado con hilo de cobre formando espiras. Tipo 2ei. 0 48 mm. Grosor: 3 mm.
97. Cinco fragmentos de cinta de brazalete de sección aplanada. Long. total: 310 mm. Grosor: 3 mm.
98. Fibula anular hiapánica. Puente eJe navecilla. 'Resorte de aguja libre con tope de charnela. Anillo
decorado con hilo de espiras a los lados de la cabeza del puente. 'ripo 4bl. 0 45 mm. Grosor: 3 mm.
Sepultura 17. (figs. 34 a 36).- Hoyo de planta rectangular de 1'00 x 0'75 m. de
lado y O'40 m. de profundidad. Base plana. Contenía una urna cineraria y detrás de
ella, en la pared sur del hoyo, doB puntas de lanza.
Ajuar:
99. Urna bitroncocónica de borde exvaaado y base cóncava. Recorren el cuello dos molduras de sección
semicircular. Pasta anaranjada, fina, dura y compacta. Superficie externa con engobe crema, decorada a
bandas, filetee muy finos y segmentos perpendiculares y paralelos, de color rojo·vinoao. Superficie interna
anaranjada. 0 boca: 150 mm. Altura: 211 mm. 0 base: 70 mm. Grosor: 6 mm.
100. Fibula anular hisp!nica. Puente de navecilla. Resorte de charnela. Tipo 4bl. 0 67 mm. Grosor: 6 mm.
101. Fibula anular hispánica. Puente de navecilla. Resorte de charnela. Tipo 4bl. 0 34 mm. Grosor: 3 mm.
102. Anill.a de hierro, de sección circular. 0 40 mm. Grosor: 9 mm.
103. Punta de lanza de hierro, con marcado nervio central, enmangue tubular hueco de sección
circular. Long.: 570 mm. Anchura media: 40 mm. Grosor: 6 mm.
104. Punta de lanza de hierro, de las mismas características que la anterior. Long.: 800 mm. Anchura:
30 mm. Grosor: 5 mm.
Sepultura 18. (figs. 34 y 37).-Hoyo de planta cuadrangular, de 0'54 x 0'50 m. de
lado y 0'30 m. de profundidad. Delimitada en su lado sur por una alineación de piedras
de tamaño medio. Enlucido de barro en. la pared este.
Ajuar:
105. Urna de orej etas perforadas de cuerpo eliptico. Tapadera troncocónica con pomo díacoidal plano,
borde en bisel. Base cóncava. Pasta anaranjada, fina, con desgrasante micáceo muy depurado. Superficie
externa con engobe c~ema. La tapadera está decorada con bandas y filetes rojo-vinosos y segmentQs
perpe~diculares paralelos, el cue.rpo con bJmdas y filetee del mismo color. A partir de la última banda no
existe engobe, por lo que la superficie es anaranjada. 0 cuerpo; 190 mm. Altura: 196 mm. 0 base: 70 mm.
Grosor: 6 m.m.
Sepultura 19. (figs. 34, 38 y 39).- Hoyo de planta circular, de 0'60 m. de diámetro y
0'40 m. de profundidad. Base ligeramente cóncava. Contenía una urna cineraria y un
vaso de ofrendas, el resto del ajuar en la capa de ceniza.
Ajuar:
106. Urna de orejetaa perforadas de cuerpo esferoide. Tapadera troncocónica con pomo discoidalcóncavo. Borde en bisel. Base cóncava. Pasta anaranjada, fina, con pequeño deegraaante calizo. Superfici e
externa a nar anjada, decorada con bandas y filetes _rojo-vinosos. Superficie interna anaranjada. 0 cuerPO:
150 mm. Altura: 176 mm. 0 base: 65 mm. Grosor: 5 mm.
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107. Qinco uos de br.o nce fragmentadº&, de 40 mm. de, diámetro y 3 mm. de grosor.
108. Botón de bronce circulü, con un saliente ~onco¡>uamidal rematado en un pequeño engrosamiento. Decorado con Circulo& concéntricos. , liO mm. Altura: 20 mm. Grosor: 3 mm.
e
109. Vaso de perfil quebrado, borde de ala plana. Pie a.n illado, poco destacado. )Jos anchas molduras de
s~cción semicirc.ular aplanada en lo~t puntos de inflexión cuello-cuerpo y cuerpo-base. Pasta gris, fina, duta
y com,pacta, con fino desgrasan te de .m ica negra. Superficie externa grie claro, alisada, brillante y de tacto
jabonoso. El fondo parece l,laber sido reparado por rotura, por lo que la pasta y superficie son de un tono más
oscuro y C!llidad. diferente. Superficie interna gris. e bocá: 75 'mm. e cuerpo: 145 mln. Altura: 120 mm.
e base: 65 mm. Grosor: 8 mm.
Sepultura 20. (fig. 40).- Hoyo de plánta circular, de O'40 m. de diámetro y 0'30 m.
de profundidad. CQntenía una urna cineraria y un vaso de ofrendas.
Ajuar:
110. Plato tapadera de borde exvasado y ligera carena en el cuerpo. Bas& anillada con pie poco
destacado. Pasta anar$lljada, dura y compacta, con f'mo deagrasante calizo. SuperficiQ externa anaranjada,
decorada con filetes rojo-vinosos, así como el fondo exterior. Superficie interna, anaranjada. e 170 mm.
Altura: 4Q mm. l'i:J' bail~: 70 mm. Gro~ror: 6 mm.
lll. Urña bitroncocónica, borde vuelto y base cóncava. Pasta amarillenta con fino d~grasante calizo.
Superficie externa con engobe crema, decorada con una banda rojo-vinosa en la mitad del cuerpo. A partir
d!.! e.l la, sin engobe y tono $naranjado. Superficie int-erna anaranjada. e boca: 175 .mm. Altura: 130 mm.
0 base: 75 mm. Grosor: 6 mm.
112. Botella de cuerpo cilíndrico-cónico de borde exvasado, hombro en ángulo recto con el cuerpo.
Pasta amarillentá, po.rosa, fácílmente e_xfoliable, fino desgrasante silíceo. Superficie externa amarillenta,
decorada con file~s de color rójo. Superficie in~rna amarilleñt.a . 0 boca: 100 m. ~ltura: 125 mm. GróBor: 3 mm.
8. ESTUDIO DE LOS MATERIALES
8.1.
8.1.1.
Cerámica de superficie
Cerámica ibérica
Correspondientes a los e.§tratos ll y m. Las 9erámicas fabricadas a mano, de las que
no conocemos formas, no constituyen por sí mismas un dato fiable para elevar, la fecha
de utilización de la necrópolis a una época anterior a la cultura ibérica, ya que el
conjuntó de materiales y la ausencia de sepulturas ~uperpuestas apuntan a un momento posterior, como veremos .más adelante. La presencia de estas cerámicas se justifica
por su pervivencia durante la primera etapa de la cultura ibérica, donde alternan con
las fabricadas a torno, lisas o decoradas con motivos geométricos simples monocroQlos.
Las cerámicas torneadas poseen pastas muy bien depuradas, con fino desgrasante,
generalmente de mica negra y las superficies externas tratadas con engobe en. la
mayor parte de las piezas, de color distinto a la pasta -crema o anaranjado-- sobre el
que se aplica una decoración de estilo geométrico simple, a base de bandas y filetes y
en un solo cas9 circunferencias concéntricas, lo que vendría a indicarnos una cronología antigua.
Las formas posibles de los fragmentos de superficie se refieren a vasos bitronco.cónicos, similares, como luego verenos, a los utilizados. como urnas cinerarias, cuencos,
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NECROPOLIS LAS PERAS
botellas y páteras, materiales frecuentes en este tipo de yacimientos como <>hjetos
corresp<>ndientes al ritual funerario.
8.1.2. Cerámica ática de barniz negro
Un único fragment<> de cerámica importada aparecido en toda el área excavada
(fig. 5, 7). Corresponde al estrat<> m, no adscribiéndose a ningún enterramiento
concret<>. Se trata de un cuenco o plato, forma 21 de Lamboglia, de borde muy
reentrante, característica propia del tipo más antiguo, 1.• mitad del~. IV a. C. (1). Por
otra parte, M. Picazo, al estudiar la cerámica de barniz negro de Ullastret, considera a
esta forma como un cuenco de borde entrante sin asa (2), asignándoles una cronología
del s. IV a. C. según el tipo de decoración interna que presenten. Así mismo esta forma
coincide con el tipo 2.770, serie 2.771 b, e, f, de Morel (3), quien les asigna una
cronología de la segunda mitad del s. IV a . C.
El fragmento de Las Peñas lo hemos de situar a lo largo de todo el s. IV a. C.
atendiendo solamente a la forma del borde y curvatura de la pared y no al tipo de pie y
decoración, elementos que podrían precisar su adscripción a un momento más concreto de dicho siglo.
8.2. Urnas cinerarias
Fabricadas a torno, de pastas depuradas, claras en su mayoría, con fmo desgrasante, generalmente micáceo, las superficies suelen presentar un engobe de color crema o
blanquecino, sobre el que se aplica la decoración, monocroma en todos los casos, de
estilo geométrico simple, que se reduce a bandas y filetes de color rojo-vinoso o
marrón. En algunos ejemplares el engobe recubre los dos tercios superiores del vaso,
manteniéndose del color de la pasta el inferior. Excepto dos piezas de pasta y superficie gris, producto de una cocción reductora, el rest<> lo ha sido en atmósfera oxidante.
Con respect<> a las formas, se distribuyen del siguiente modo:
Urnas bitroncocónicas ....................... .
Urnas de orejetas perforadas ........... .
Urnas globulares ................................ ..
Platos-tapadera .................................... .
Vaso de perfil quebrado .................... .
Botella ................................................... .
9 ejemplares
6
))
3
))
2
1
))
))
1
))
TOTAL .............................................. 22
))
40 %
27%
16%
9%
4%
4%
......... 100 %
(\) N. LAMBOGLIA: ..Per UJUI cleMillcuione prelimiDare delle c:eramica eamp&~~AJt. Atli del I eo...,.._, Intemuionele di Stwli Licuri
(1960), Bordi¡hflft, 1962, páp. 110-171.
(2) M. PICAZO: «La C$rilllic• 'tic• de Ulwtnt>o. m.títuto de Atqu.eolocí• y Prehistoria de la Univeniud u Bar.,.loll8. BarceiOM, 1977,
poip. 112.117.
(3) J . P. MORE.L: ~C«amique CamJ*nienne: lM Formee•. Eeole Frane•iH de Rome. Rome, 1981, "''· 221, 14m. 71.
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J. M. MARTLNEZ GARClA
8.2.1. Bitroncocónicas
He.mog seguido para su clasificación la típología dada por J. J. Jully y S. Not'dstrom
(4), quienes establecen tres tipos:
·
FG 2 A.-Cuando los dos troncos de cono son de la mism.a altura.
FG 2 B.-El tronco de cono ·s uperior más alto.
FG 2· C.- El tronco de cono inferior más alto.
De todos ellos, el más abundante en Las Peñas es el B, tipo al que adscribimos 7
vaso~. seguido del A, con dos ejemplares.
El tipo A, con precedentes de utilización en el Languedoc-Roussillon en el s. VI a.
C., aparece en ambientes sepulcrales ibéricos antiguos como en la necrópolis de La
Solivella (Castellón de_la Plana) (5) y en la de EI Molar (Alicante) (6). En nQ.est_o
r
yacimiento son ,de este tipo las urnas de las sepulturas 3 y 20.
El tipo B (sepulturas 2, 7, 9, 14, 15, 16 y 17) está ampliamente extendido y
documentado en la Península Ibérica, tanto en poblados como en necrópolis, con una
cronología de finales dels. V a. C. al ID a. C., ciñéndonos a estas últimas y limitándonos al País Valenciano y zonas adyacentes de Albacete y Murcia, encontr~os vasos
de este tipo en las necrópolis de La Solivella (7) J Orleyl (8),. en Castellón; en las de La
Albufereta (9), El Molar (10) y Cabezo Lucero (11) en Alicante; en Coimb.ra del
Barranco Ancho (12), El Cigan:alejo (13) y Cabecico del Tesoro (14) de Murcia, así
como en la mayor parte de las necrópolis ibéricas de l.a provincia de Albacete, como en
el Llano de la Consolación (15), Hoya de Santa Ana (16), Casa del Monte (17), Camino
de la Cru2 (18) y El Tesor.icp (19).
(4) J. J. O!ULLY y S. NORDSTROM: •Une !"""" c"'-i.que ibero-llllljiUedoci$Ute: la )arre bitroncon:iq...,.. Arehi'v o de Prehiatoria.Levanttt..,
XID. Valen<:Ja, 19'72.
(5) l>. FLE'l'CHER V.ALLS: «La necr6RoU. de La-SoliYella (AleaU d. Chivert)lt. Serie de~<>' Varia. del B.l.P. nWJ>. ~- Val....:ia, 1966,
pq. 16, 1'\g. 6. n6ms. l-6; pq. 36, li'fl. 16, 9W.... 6, 1~ y 24; ~~. 87, .llg. 18, o.WJ>. 28.
(6) J. LAFOENTE VIDAL: •La .n~lio i!¡érica d.e El Molar (Jiro'(in<:ia 4e Ancan·te~. Boletín de la Real Academia de la HUtoria. Tomo
1929, Iotogtt~~aa • y 6.
(7) PLETCHER VALLS: Op. cit. nota 6, pq. 16, fig. ·6. oÚID. 2; pq. 36, fig. 17, nWJ>. '26.
(~) A. LAZARO MENGOI) y N. MESADO OIJVER: •Materlalea de la JJéerÓI!Olie ibkica de Odeyl (Vall de Uxó, Caatellón)o>. Serie de
Traba)oe V"atioe del 'B .l.P., núm. 70. Valepeia, 1981, fic, 6, núm. 3.
.
(9} S. NORDSTROM: OlLa eéran~ique ~nte ibérique d. la. provine• d'Alicante». Acta 1:1niv.,..jtatia Stockholmi-w, VUJ. Síockholm¡ 1969,
pq. 106.
(10) LAFUENTE VIDAL: Op. cit. oota 6. !o~ 4 y 5.
(11) C. Al!.ANBGUI, -A. JODIN, E. A. LLOm_I.BGAT, P. ROUILt.ARD etiJ. UROZ: «Fouille du aite iWrique de Cabalo Lucero (Ouaidamar .d el
Secura, Alicante). DfiWÓ.ilale eam~e, 198b. )léW.,... de la ca.. de Velú!¡ueo.. Mailrid, 1982, ~~- ~
_
(12) J. MOLINA, M. C. MOLINA '! S. NORJ>3TROM: •Coimbre del Barra.ñco Ancho. Jumilla, Murcia». Berie de TrabajoorVarioe del S.I.P..
núm. 62. Valet~eía, 1976; ~y XVI.
(13) E. CUADRADO DlAZ: tcTipoiOfl{a de la cerilmica ~b6rica fina d. El Cigarraleío. }4\tla (Murcia)". TtabajQJ, dlt Prebiáor:ia, vol. ~Madrid. 1972, pq.. 1..26-187. Fo~ 882, 982, 9.3, 48 y 49.
.
(14) J. J . JULLY: •Koiné comm~e et culturelle phenico,.punique·et ibero-W.guecloc:ienl)e en M'-lii.er:ranée O«iden~le ll~ du-P-.
A.Jd>ivo Eepañol de Arqueolog{~ núm. 48. Madrid, 1975, pác. 61.
(16) J. SANQHEZ JIMENBZ: «Excavac_to.ne.a y tnbajoe arqueOlóalCOJ en l•l"'"Íncia 4• Albaceti de 1942 a 11148». Iofozmea Y Memoriu
nWJ>. 16. Cdni8arla Qeneral de. &xuvacionea Arqueol6cicu. Madrid, 1.9(7, R'ia- 39 y ea., lAma. lX y X.
(16) J. SANCHEZ JJ.MBNEZ: lia de )a. Hoya de Santa Ana (Albac.ete~. Iofozmea 'l Memoriu núm. S. CoJniaaria General de
ExeavaciMea Atq~c:u. Madrid. 1943, 1~. XX, XXXI.
XXXIV.
(17) l.. BALJ::ES'I'ER TQRMO: «.Avanee el.,.tudió ~e, la QecrópoU. ibérica de la Caaa del Monte (Albacete)». Titad!~ ap~~rte de loe cuedemoe
DI y fV de Cultun Valel!ciana. Va~cia, 1930, p4p. 27-46, fig. 16.
(18) J. ~~~NQUEZ PEREZ: «.L a n8jlr'ÓpoU. ibérica de El C81D.Ín!> de la Cn1s (Hoya Gónzalo)». Al-Bui\, 16. Albacete, 1984, pác. 102, fig. 11 y
ün>. lo núm. l.
·
·
(19) S. BRQNCANO, A. MARTIN 1 )1&. A. NEGRETE y E. PUCH: l
Noticiario ArqueóiÓiti!;!> Bie¡)6nico, 20. Madrid. 1986, fl11. ll, nÚID. l .
xcrv. Madrid,
.xn
xxxm;
- 22-
[page-n-23]
NECROPOUS LAS P~AS
17
También aparece en poblados ibéricos de cronología antigua, en torno al final del s.
V y todo el IV a. C., no demasiado lejanos en la zona que nos ocupa, como en La
Bastida de les Alcuses (20) o en La Alcudia de Elche (21).
8.2.2.
De orejetas perforadas
Corresponden a las sepulturas núms. 8, 10, 11, 13, 18 y 19. Fabricadas a torno, sus
pastas son de buena calidad, muy depuradas, duras y compactas, de color anaranjado o
beige. Denotan una cocción oxidante que permite la aplicación de un fino engobe,
posteriormente alisado, de color claro, sobre eJ que se decora la pieza con motivos
geométricos a base de bandas y filetes paralelos de tono rojo-vinoso o marrón.
Las tapaderas poseen los pomos discoidales planos, observándose. en la zona inferior de los mismos el orificio practicado para la salida y entrada de aire, lo que impide
su rotura por un exceso de calor.
Según la tipología propuesta por J. J . Ju1ly (22), los ejemplares de Las Peñas
presentan las siguientes características:
,
- De forma elipsoidal, con tendencia a los tipos bitroncocónicos A (sepulturas 8,
11 y 18), similares a los de La Solivella (23).
- De cuerpo bitroncocónico, tipo B (sepultura 13), de pequeño tamaño y sin
tapadera ni base. De mayores dimensiones 'son las tres urnas de la necrópolis de La
Torrecica, en el Llano de La Consolación (24).
'
- De cuerpo esferoide, asimilable a la bitroncocónica C (sepulturas 10 y 19),
similares a las de La Solive1la (25), Hoya de Santa Ana (26), El Molar (27) y Altea la
Vella (28).
Superada casi totalmente la etapa del panceltismo que aplicado sin ningún rigor,
afectaba a la investigación arqueológica peninsular, se acepta unánimemente que el
origen de los vasos de orejetas perforadas se sitúa en el Mediterráneo oriental o
central (29), siendo, entre otros, prOductos típicos de una koiné comercial y cultural
que se extiende por el sureste de Francia y el Mediterráneo-occidental, desde el S. VI a
principios del IV a. C. (30). Si bien en la Península Ibérica el uso de estos recipientes
(20) O. FLIM'CHER, E. PLAy J. ALCA CER: «La Batida de 1:- Ale . - (M•nte, Valencia)». l. Serie de Trat..ioe Vuioe del S.J.P., n6m. 24.
Valencia, 1966, Oto. 13, .,.,. 80, nlilll. 2; Oto. 26, polg. UO, · lilll. 1; Dto. 30, pq. 164, Núm. 1; Dto. 49, pq. 239, nlilll. 10;
n
D. FL&TCKBR, E. PLA. J. ALCACER:
Valencia, 1988, Oto. 74, ""· 14.2, ndm. 3; Oto. 75, ""· 153, núm. 10.
(21) R. RAMOS FERNANDEZ: •PrecWonee para~ clarificación de la eerámicaiWrica». Lucentum L AllcenLe, 1882, pq. 120, fig. 3, n6m. l.
A. RAMOS FOLQUES: ..C.rámicu iWricu antiguu del Sucleete eepe6ol». PublicacionH del Seminuio de Rietoria y Arqueololfe de
Albecete. Albeeat•, 1962, lb~. XXVUJ, núm. 8, lám. XXIX, n6m. 12.
(22) JULLY: Op. cit.. not.a 14, p4p. tiUl. Coneeponclerian al grupo BU (Megalopyxie 1/ l offill- per(orHe).
(23) FLETCH&R VALLS: Op. cit. not.a 6, fip. 10, 19, 21, 22; fig. 14, aep. 11.
(24) JULLY: Op. cit. not.a 14, p4g. 68.
(26) FLETCHER VALLS: Op. cit. Ilota 6, fíe. 9, n6m. 20; fig. 13, núm.o. 2 y 7, fíe. 14. núma. S. 16 y 26.
(26) JULLY: Op. cit. nota 14, .,.,, 56, fig. 61.
(27) J. J. JULLY 1 8. N"OllDSTROM: telM v - l oreill- j>éiforéee"" France et leur ainúlai- en M6diternnée Occ:identaleoo. Ardrivo de
Prehiatoria Levanti..._ n Valencia, 19M, p4p. w.-¡24, Um. m a.
(26) O. MOROTB BARBBRA: •Una .....la de ll\lerNrO coa elli*la de antanu., la .-nlpoU. iWric:a de AILee. la Valla (Altee~ Alicente)o.
Ardrlvo de Prehistoria Leventina, XVL Valencia, 1981, ~· 426. fig. 6, núm.o. 1 , 4, IIc. 8, n~ 6 y S.
(29) D. FLBTCHElt VALLS: «Lu W1lU d• orejetaa pednnA!ap. VllJ Coftpeto Nuional de Arqueoloc!L Zerqoaa. 1884, p4p. ~16.
(30) .roLLY: Op. cit. 14. """" 15U7.
- 23-
[page-n-24]
J. M. MARTINEZ GARCIA
18
comienza a mediados del s. V a. C. (31). Por otro lado, presentan ciertas analogías con
las fonn.á s pyxides de estilo geom.é trico y corintio (32), llegándosé a u.tíliz~, por
ciertos investigadores, el término megalopyxides (33), aunque. el más frecuente sigue
siendo el de vaso o urna de, orejetas perforadas.
Las pie:las que aquí presentamos, aunque inmersas en un ambiente típicamente
ibérico, conservan ciertos caracteres relacionables con su filiación griega, tal y como
se advierte en el arcaismo de sus formas, elipsoidales y esferoides con tendencia
bitroncocónica, así como los pomos planos y en discor a diferencia de los de botón
cónico, propios de zonas con contactos púnicos (34).
8.3.
V ~sos de ofrendas
Bajo esta denominación hemos agrupado a los ejemplares que en dos ocasiones
acompañaban, como posibles objetos rituales, a las urnas cinerarias de l.a s sepulturas
19 y 20.
El primero de ellos (fig. 39, · núm. 109) apareció junto a una urna de orejetas
perforadas de cuerpo esferoide.(fig. 38, núm. 106). Su forma, de tendencia bitroncocónica, nos recuerda a los ¡;ecipientes ibéricos del tipo píthi$koi (35) denominados también
vasos de perfil quebrado (;36), aparecidos en 1a necrópolis de La Albufereta (37) y el
Molar (38), y en el poblado i.bérico de La Bastida de les Alcuses (39), ~n lo que se
refie..re al País Valenciano. En la zona de Albacete, están presentes en El Tesorico (~)
y en el poblado de El Amarejo (41). Y, finalmente, en los yacimientos murcianos de
Coimbra del Barranco Ancho (42), El Cígarralejo (43), El Castillico de Las Peñas y ·
Ascoy-Ramb\a del Judío (44).
La cronología de estas piezas, por los contextos en que se hallaron, abarca de finales
del S. V á. c. a principios del m a. c.
En todos los casos observados, poseen pastas y superficies claras, con engobes
creJDa1i o anaranjados y decoración monocroma en estilo geométrico simple, lo que
difiere del ejemplar de Las Peñas, que posee pasta y superficie gris claro brillante,
tacto jabonoso y dos gruesas molduras en el cuerpo y cuello.
\~ll FLETCHER VALLS: Op. Cit. nota 29, ~- 317.
(82) B. A. SPARKES y L. TALCO'I'l':. «rbe Athenian AJOra". Xll. 2. Princeton, 1970, 6¡. 11, nÚlU. 1.220, 1.226, 1.236, 1.239 y 1.268.
(3;!) JULLY: Op. cit. nota H .
(34} JULLY: Op. cit. nota 14, pác. 56(35) NORDSTROM: Op. cit. nota 9, Forma GB 3.
(36) C. ARANEGUI y E. ,P(,A: «La cerámica ilimea», La, Baja EII(!Cil de la C.ultura Ibérica. Aaociaci'6n F..pdola o!.e .Aiiútioa de la
Arqueólop.. Madi'íd, 11!81. pég. 96. Forma 68.
_
(;m J. BEnlA DOMINGUEZ: «La necrópolis de la Albuferet.a».IJ Con~~ueol.Pgjj:o del Sud-.,. Albacete, 1946, pq., 240-:U7, 16m. 16.
(38) J . SENENT lBAmZ: •Ex~avaciQ!lea en la n~polie de El Molar». Memoria r,túm. 107 de. la Junta Superior de Escancionea
Arqueol6gicu. Madrid. 1930, .16m. XIV, 'piún. l.
·
(39) F'LETCHER, PLA y ALCACER: Op. cit nota 20, a) pica. 62. ~ y 124; b) ~· 232. nÚJII. 8.
(41l) BRONCANO, MARTIN, NEGRÉTE y PUCH: Op. cít. nota 1.9. f:J&. 23.
(41) S. BRONCA NO Y. J. BLANQIJEZ: «El Amarejo (B9nete, Albaceta)l>. Exeavacionea Arqueológicu en ~!'· Madrid, 19!11). páa:. 212, 61.·
i14, nÚJII. Z16, 16111. !Vll.
(42) MOLINA. MOLINA y N08DSTROM: Op. cit. nota 12. lánt. XVU,
(43) CUADRADO DlAZ: Op_ cit. nota 13. Corresponde a la Po,. 19 a., 1'41- 131, tabla
(~) P. Llll.O CARPIO: •Eli!OI!lamillftt:o ibérico en M:uréia>t. Dopill'telilentO de Ari¡ueol!llfa ~ la Univaraidad ele Murcia. Murcia, 1981, pá;:. 230.
xn.
- 24 -
[page-n-25]
NECROPOLIS LAS PE~AS
19
Teniendo en cuenta estas características podría incluirse dentro de la producción
gris monocroUta, de los s. V y IV a. C., tratándose, bien de un tipo procedente de las
fundaciones coloniales griegas del Mediterráneo occidental, o una reinterpretación
del mismo en cerámica ibérica procedente de los alfares indígenas (45).
El segundo ejemplar (fig. 41, núm. 112) acompañaba a una urna bitroncocónica A
cubierta con tapadera (fig. 40, núm. 111). Se trata de una botella de cuerpo cilíndricocónico, de borde exvasado y hombro en ángulo recto con el cuerpo. No es una forma
frecuente en las producciones de cerámica ibérica, si bien se aprecia cierta relación
con los tarros o botellas de la Forma 31 del Cigarralejo, aunque éstas poseen una
inflexión menos violenta en el hom.bro.cuerpo y el borde es recto (46), o con los
recipientes de la Forma 5 b de La Bastida (47), de borde exvasado. Su cronología se
establece entre fmales del s. V a. C. e inicios del III a. C.
8.4.
Platos-tapa dera
El primero de ellos (fig. 22, núm. 53) cubría a la urna bitroncocónica B de la
sepultura 9 (fig. 22, núm. 54), que poseía en su interior una ñbula anular hispánica con
puente de timbal y resorte de tope osculador (fig. 22, núm. 55). Es una pátera de labio
revertido y pie poco destacado, de pasta y superficie claras, muy similar a las imitaciones ibéricas de Campaniense A, Forma 36 de Lamboglia, del s. II y I a. C. (48),
cronología que no podemos aceptar para el ejemplar que aquí presentamos, ya que se
aparta sensiblemente del contexto funerario en que se halló. Es por lo que habría que
relacionarla más con un ejemplar de similares características aparecido en La Solivella (49), de la Forma Pl d de Cuadrado, derivada de la Forma 2 de Barniz Rojo (50).
El segundo plato (fig. 40, núm. 110) de la urna bitroncocónica A (fig. 40, 111)
aparecida en la sepultura 20, es de borde exvasado y ligera carena en el cuerpo, con
decoración a base de filetes rojo-vinosos. Se relaciona con la Forma 10 e de La Bastida
(51) y con la P2 b de Cuadrado (52), siendo de similares caracterí. ticas a los aparecidos
s
en la necrópolis de Orleyl (53) y El Tesorico (54). Es una forma frecuente en yacimientos andaluces, cuyo prototipo lo encontramos en la cerámica de Barniz Rojo, Forma 1
de Cuadrado, con una cronología de finales del s. V a. C. al Ill a. C. y amplia difusión
en el s. IV a. C. (55).
(45) C. ARANEOUI GASCO: ola eerúaiea lri• IDODOCrOIDA. Puntualiacionee pen. "' eootudlo•. Papelee del Labcntorio ele ArqiMOlocia ele la
Univeniclacl ele Valeocia, l L Valeacia. 1975. pq. 871.
(46) CUADRADO DIAZ: Op. cit. o«a 18, pq. 134, tabla XVL
(47) ARANEGtJl y PLA: 0p. cit. DOta 88, p4p. 76-94.
(46) V. P.AOE DBL POZO: dmítaeio- ele i.nll\ljo 1rie1o en la cedaica ib6rica ele VaJencia, Alicanta y Mwcia>t. Iberia GJ'HCL Serie
ArqueoJóljca, nWD. L Maclricl, 1884, pq. 234. fll. 24, nWD. 3; pq. 151
(48) PL&'l'CHXR VALLS: 0p. cit. nota 5, pq. u , a,. 12, nWD. •: a,. 18, nWD. 23.
(150) CUADBADO DIAZ: Op. cit. 110(& 13, pq. 149, tabla XXIV.
(51) ARANEGUI y PLA: Op. cit. noca 88, pq. 101.
(62) CUADRADO DIAZ: Op. cit. nota 13, pq. 183.
(63) LAZARO y MESADO: Op. e,it. nota 8, lit. 8, a.
(M) BRONCANO, MARTIN, NEGRB'I.'E y PUCH: Op. cit. nota 19, fit. 40, nWDa. 1, 2 y S.
(56) M. BELBN DEAMOS: dwnbu pNnomanu ele incinerae,ión en la necr6J10111 da Cannone (Sevilla)» •.Homenaje a Conchita Pemindes
Chicharro. M,~riel, l984, polg. 278, fi¡. 3.
-25 -
[page-n-26]
J. M, MARTINEZ GARCIA.
20
8.5.
Hierro
8.5.1. Falcatas
Tres han sido los ejemplares rescatados, correspondientes a la Sepultura núm. 2.
La primera de ellas (fig, 13, núm. 33) posee una gruesa empuñadura de la que
sobresalen, en su parte superior, re~aches de gra,n tamaño para sujetar las cachas. La
inflexión de la hoja es poco pronunciada y la anchüra. de la misma considerable.
Apareció entera, pero con m.u ltjtud de adherencias y resquebrajaduras, debidas tanto
a la acción del fuego, como a la corrosión de los óxidos.
La segunda falcata (fig. 14, núm. 34) posee la empuñadura en forma de cabeza de
caballo estilizada, de factura más cuidada que la anterior y sección rectangular.
Lamentablemente apareció muy fragmentada con otras piezas de hierro soldad~ a la
mi.sma, al haber estado sometida a grandes temperatu.r as, entre las que identificamG>s
una manilla de escudo y dos hojru¡ de cuchillo.
La terceta pieza (fig. 15, núms. 35 y 36) conserva únicamente la empuñadura, con
un grueso remache y parte de la hoja, de la que se conserva una de las láminas que la
componían.
Separadas de las hojas aparecieron los armazones de hierro de, las vainas correspondientes a las tres falcatas, con los refuerzos lateral~s y los enganches de tahalí y
argollas para la sujeción de las mismas al cinturón del guerrero (fig. 15, núm. 39; fig.
16, núms. 40, 41 y 42).
Hoy por hoy, no contamos con un estudio sistemático de este tipo de armas que nos
pennita establecer criterios tipo1ógicos referentes .a su evoluc~ón, dada la dilatada
cronología que presentan. Su Útilizacíón en la Península abarca de finales del s. V a.
C. (56) hasta la época de Augusto, como lo atestiguan las monedas de este período (57).
Tanto por su amplitud cronológica como por la popularidad como arma ofensiva que
alcanzó entre los iberos, este tipo de sable es un hallazgo frecuente en necrÓpQljs y
poblados del área ibéric~ y zonas de su influencia.
En el País Valenciano y lugares adyacentes al territorio donde sé úbica la necrópolis de Las Peñas, la falcata es un elemento présente, en mayor o menor medida, casi en
la totalidad de Jos yacimientos ibéxicos excavados o en curso de excavación. Baste
citar, como hallazgo extraordinario y reciente, la aparición en la necl"Ópolis de Cabezo
Lucero (Alicante), de 4 ejemplares en 1a 1.8 campaña (58) y 12 en la 2.a (59).
8.5.2.
Espada re. .ta
c
Corresponde a la sepultura 15 (fig. 31, núm. 92). Posee la hoja recta, con acanaladuras, doble ftlo y empuñadura algo .e ngrosadá en el centro, rematada por un pomo
(56) FLETCHBR VALLS: •Problemaa 4• 1&. Cultura. lbéricao. Seña de Trabajoa Varioa dél SJ.P.• nó.m. 22. Valencia, l i!GO, J>(g. 69.
(57) A. M. de GUADAN: oLas Rrmá8 de la IIIQDeU ibérica!'. Cuademoe de NUJDiml61ica. Madrid. 1979, J?'g. .39.
(56) A. JODIN, E. A. LLOBREGAT, P. ROuu.tAltD y ,J. ~OZ: «FouilJe du ait,e J bérique de Cabezo Lucero (Guardamar del ~.
Alicante), ~Me Campagne. l980i>. Mélangee de )a Cua (\e Velblcjuez, l(VU. Parú., 198l, p(¡r. 562.
(69) ARA:tffl.GUl, JODIN. LLOBREGAT. ROUILLARD y URoz: Qp. cit. nota 11. J>h. 432.
- 26-
[page-n-27]
NECRóPOLIS LAS PEÑAS
21
bilobular. Corresponde, en líneas generales al tipo de espada ibérica denominada
bilobular, por el tipo de empuñadura, sin poder ofrecer más precisiones por el momento, hasta que, como sucede con las falcatas, no se realice un estudio de sus rasgos
diferenciales, que pueda indicarnos una tipología con la que precisar su evolución
cronológica y cultural.
Revisada la bibliografía al respecto, solamente hemos encontrado un ejemplar
similar al que aquí presentamos, con el remate del pomo de forma bilobular y apuntamiento central, procedente de NUlnancia (60).
Este tipo de pomo, pero calado, y por tanto sin decorar, lo encontramos en
pequeños cuchillos de bropce y un solo filo, y en espadas largas de doble filo en el
período 1 de la cultura de Este, s. Vil a. C., extendiéndose desde el norte de Italia y
zona véneto-illiria hacia centroeuropa, necrópoljs de Hallstatt, Francia y Península
Ibérica (61).
Las espadas rectas y cortas de doble filo son armas típicamente ibéricas frecuentes,
al igual·que las falcatas, en poblados y necrópolis. Los paralelos más cercanos, aunque
presenten los pomos rematados en frontón semicircular, no bilobulado, los encontramos en las necrópolis de Hoya de Santa Ana (62) y Casa del Monte (63), así como en las
de Alpanseque, Villaricos, Almedinilla, Aguilar de Anguita, llora, La Mercadera,
Alcacer do Sal (64), Las Cogotas (65), etc., yacimientos con cronologías comprendidas
entre finales del S. V a. c. al m a. c.
8.5.3. Manillas de escudo
Las dos empuñaduras tubulares (ñg. 14, núm. 38, y fig. 15, núm. 37) perforadas en
sus extremos, de la sepultura 2 corresponden a sendas abrazaderas o manillas de
caetra, el típico escudo circular y de pequeño tamaño utilizado por los guerreros
ibéricos, que junto con el scutum, de mayores proporciones y forma ovalada o rectangular, constituían los dos elementos defensivos más efectivos de su impedimenta.
Este tipo de abrazadera se colocaba en la ~arte posterior del escudo, transversalmente a la concavidad formada por el umbo, fijándose a la superficie interna por medio
de dos parejas de clavos en cada extremo. Las piezas que aquí presentamos conservan
los clavos, de cabeza redondeada y 1 cm. de longitud, pero no la prolongación a ambos
lados de la empuñadura, donde se sitúan las argollas para su transporte.
Ejemplares similares, ciñéndonos a las zonas más próximas, los encontramos en la
(80) W. SCHULE: «Die MKulturen cler Jberiaebell Halbillaeruo. DoutaehM ArebaOlociKbee lnetitut. Madtid-Berlhl, .1989, fi¡. 186, n~
6, 7 '1 8, mapa 150.
(6!) M.• B. CABBB DB MORAN: ..Sn fOmO a un nuevo puAal halldt.tieo apueeiclo en la P.níntula twrieu. Cuí....,.., 1~ pq.. 9-12,
tic. 2. nóma. 2 '1 3.
(62) SANCHEZ .nMENBZ: Op. cit. nota 16. pq. 73, Um. XLlll
(63) 8A.LLBS'I'ER TORMO: Op. cit. nota 17. J141. 47, fíe. 20.
(6') SCHULB: Op. cit. nota 80.
(66) J. CABRB AGUILO: «Bxoavacionao en I - ~, Memoria núm. 120 de la J unta Suparior de BxcavacionM Arqueolóticaa. Madrid.
1931, 1ú1a. LXXW y LXXIV.
- 27 -
[page-n-28]
J. M. MARTINEZ Gt\'RélA
22
necrópolis de El Tesorico (66), en Casa del Monte (67), El Cigarralejo (68), Cabecico
del Tesoro (69), etc. La cronología de estas piezas es similar, en líneas generales, a la
del armamento ibérico del que forman parte, utiliza.d os desde finales del s. V. a . C. al
cambio de Era.
8.5.4.
Puntas de lanza
Corresponden a la sepultura 17 (fig. 36, núms. 103 y 104). Poseen el enmangue
tubular hueco, hoja estrecha con nervio central y ambas, aunque completas, se
hallaron en muy mal estado qe conservación.
Son piez~ habituales del armamento ibérico, siendo frecuente que cada guerrero
llevase dos, una para ser arrojada contra el enemigo, reservándose la otra para los
combates cuerpo a cuerpo ('70). Su grado de dispersión es grande y suelen también
aparecer en número de dos, de diferentes tamaños, por cada enterramiento, como
sucede en el caso que nos ocupa y en la necrópolis de El Molar (71).
Sería exhaustivo enumerar sus paralelos,. dado el gran número · de lanzas que
aparecen en necrópolis y poblados. Muy similares a las gue aquí se estudian encontramos en La Solivella (72) y en el poblado de La Bastida (73). Cabré señaló que los
ejemplares más antiguos serían aquellos de hoja larga con nervio central acusado (74).
Mientras que Schüle considera dos períodos en su evolución (75): anteriores al s. IV a.
C., con el nervio central $le sección circular, y las de nervio menos acusado, a partir de
ese mismo siglo al cambio de Era. Sin embargo son objetos de escasa evolución formal
desde el s. VI a. C. a la romanización.
8.5.5. Regatones
De la sepultura 13 poseemos dos pie~ás tubulares de pequeño tamaño (fig. 27, núms.
70 y 71) y de la sepultú.ra 15, cinco e)emplares de mayores proporciones (fig. 30, núms.
87 a 91).
Los regatones se enastaban a la parte inferior de la lanza por medio de remaches o
clavos, fijados al mástil de madera. Su función era tanto ofensiva, para golpear, como
dé orden práctico, para ser clavada en el suelo (76). Son igualmente muy abundantes
en yacimientos ibéricos con una cronología similar al armamento analizado.
(66) BRONCANO. MARTIN, NEGRETE y PUCR: Op. cit. nota 19, f11. 36.
(67! BAI.LESTER TORMO: Op. cit. n.o ta 17, ~~- 43.
.
(68) B. CUADRADO !>lAZ: «Tumbas, P
.rinCiJliiiCü de El c¡¡aaalejoíl. Madrider ~jttejlqngan, 9, 1966. ~· 1.56, 6p. 3 y 4.
(69) G. NIETO GALLO: «La necrópolia ~ del Cabecico del Teeoro, Verdola.y (Murcia). Cuutt CllJ!IpaAa de excava.cio"""".
'B.S.E.A.A..• X.. Vallado1id, 1.944, Ñ· 171.
(70) l. BALLES'I'ER TORMO: «'El amentwn en loa V81108 de San A.figuel
LiriaJt. Archivo Eopailol de Arqueología, nÚJil, 46. M.drid, 1~
ae
J!ág. ·4&·
(71~
SBNENT lBAREZ: Op. cit. nota 38, ~- 11, lám. IX.
(72) FLBTCHER VALLS: Op. el t.
(73) FLETCHER, ..LA. y ALCACER: Op. cit. nota 210, a) páp. 63, 113 y 166; b) P4p. 186 y. 240.
{74) J. CABRÉ AGUILO: «Excavajlionei en la necrópolia celtibérica de Altillo de Cerro¡>Ofp. Atiensa. G~~era•. Me111oria nÚIIL 106 de la
Junta Superior de Excavacionee Arqueoló«i~. Madrid, .1930, P'g. 36.
(76) 'S CIWLE: Op. cit. I!Ota 60, Pág. 116.
.
(76) de GUADAN: Op. cit. nota 61!, ~. lló,
- 28-
[page-n-29]
NECRQPOLIS LAS PEE:l'AS
8.6.
23
Bronce
8.6.1. Fíbulas anulares hispánicas
Trece han sido las piezas aparecidas, con un mayor o menor grado de deterioro,
según se encontraran fuera o dentro de la \ll"Jl8. cineraria, conservándose mejor en el
segundo caso al haber sufrido en menor medida la acción del fuego o de las brasas de la pira. ·
Para su clasificación hemos seguido la sistematización tipológica establecida por
Cuadrado (77), y las variantes introducidas recientemente por A. Iniesta Sanmartí,
referentes a la sección del anillo, forma de pie, tipo de resorte de charnela y al puente (78).
El tipo más abundante en Las Peñas es el 4b (puente de navecilla normal) variante
I (arco de sección convexa), con 7 ejemplares, correspondientes a las sepulturas núms.
1, 4, 5, 14, 16 y 17, representando el 53 % del total. Todas ellas poseen el resorte de
charnela de bisagra, con la aguja soldada a una plaquita en forma de <~ que le
impide el movimiento hacia arriba una vez cerrada la fíbula. En un solo caso (sepultura 16) es de aguja libre, con alambre enrollado a cada lado de la cabeza del puente.
Aquí la aguja posee un orificio para el paso del anillo, así como cada una de las patas
de la plaquita en «U)) entre las que se instalan la cabeza de la aguja y del puente,
impidiendo igualmente el movimiento hacia arriba cuando está abrochada.
En cuanto a los tipos de charnela de bisagra, 6 ejemplares corresponden al vm y 1
al I (79). Común a todas ellas es Ja forma del pie, trapezoidal con mortaja larga y
profunda, tipo m a (80). Con respecto a los ~años existen dos piezas medianas, para
mantos finos, de 50 y 45 mm. de diámetro {sepulturas 3 y 10); cuatro son pequeñas,
entre SO y 35 mm. y una miniatura (sepultura 14), todas ellas para ropas interiores.
La cronología para el tipo 4b, -variante I, en líneas generales y para el conjunto de
la Península se establece desde la segunda mitad del s. V a . O. a la primera mitad del 1
a. 0., siendo en Murcia, del primer cuarto del s. IV a. C. a mediados del m {81). Su
dispersión es grande en toda el área ibérica, con abundantes ejemplares en El Oigarralejo (82) y La Bastida y Oovalta (83).
El tipo 2b (puente de timbal elipsoidal), corresponde a la fíbula miniatura, de 25
mm. de diámetro de la sepultura 8, de pie romboidal, tipo m a y charnela de bjsagra, tipo
VIII. Encontramos ejemplares similares, pero de· mayores dimensiones en La Bastida y
La Carencia de Turis (84), y en Ascoy-Rambla del Judío (85), con una cronología del s.
IV y m a. O.
(77) E. CUADRADO DIAZ: «La IIbuJ& anular h.iep&nic.a y su.t probl...,..... Zepbynat VID. ~ca. 1967.
E. CUADltADO DlAZ: «Ffbul.. anuluéie de lo¡¡e oeculadol"O. l'llblic:acionee del s-Inario de Hiatoria y Arqueolotia de .AllNic:et4.
Albacet.e, 1982.
E. CUADRADO DIAZ: «PNcedent.ee y prototi,poa de la ftbula anulu h.iepúic.a•. Trabaj~ de Pr-eh.iatoria. Madrid, 1863.
(78) A, INIBSTA SANMARTI: td.u flbulu de la niCi6n de Murcip, Biblioteca Búica lrfllteipa, lllim. 15, MiliCia, 18, pq.. 11~118, lál.
Xll, X1D y XIV.
('79) lNIRSTA SANVARTI: Op. cit. no4A 78. J14. 225, 16m. xm.
(80) JNTESTA SANMARTl: Op. cit. no4A 78. J14. 112, 16m.
(81) INJB8TA SANM.ARTI: Op. cil.. nota 78, J14. 1811.
(82) INIBSTA SANMARTJ; Op. cil.. no4A 71!. pq.. 1.29-136.
(88) ).(.V. RAMS BaOTONS: «Avaoc:. a un aetuolio cklu ftbulae ibéricu ck la proviDcia ck ValenciaJo. Ald>ívo el. PNh.ietGria LevuliDa.
:xm.
XIV. Valeoc:i&. 1976, J14. 147. tabla I.
(84) RAMS BROTONS: 0p. cil.. nota 88.
J14. 1{6, tabla I; J14. 162. tabla
J14. 119. Dú.m. 1216.
(86) INIESTA SANMARTI: Op. cit. a()(.& 78.
-
29 -
IV.
[page-n-30]
J . M. MARTINEZ GARCIA
Del tipo 2e, variante 1 (timbal elipsoidal con montantes) proceden los ejemplares de
las sepulturas 9, 16, 1 y 15. Las dos prime_ras, de tamaño mediano, 50 y 48 mm., con
resorte de toM o_culador y anillo decorad() cop. espiras fundido a1 puente. La tercera,
s
de Pequeño tamaño, 35 mm., con resorte de charnela de 'bisagra_Este tipo lo encontra.
mos en Chelva, Sagunto, La Bastida y Covalta (86), y en Bolbax y El Cigarralejo (87),
con la misma cronología que el tipo 2b. Representan el 30 % del total.
Por último, el tipo 5 (puente de .navecilla romboi9al), de la sepultura 2, es de
_tarnajio media_ o, 55 ·mm. de di·ámetJ:o, con resorte de charnela de bisagra, tipo I, pie
n
trapezoidal, tipo ID a. Es poco frecuente, siendo sus antecedentes más cercanos los
ejemplares de resorte bilateral y puente rolriboidal de Aguilar de Anguita, La Osera y
Griegos ($8).
Fíbulas anulares de puente romboidal se encuentran en .La Bastida, La Carenéia de
Turis (89) y El Corral de Saus (90)¡ en La Hoya de Santa Ana y El Cigarralejo (91).
La cronología establecida para el tipo 5 se sitúa en torno al 375 ~. C., en base a los
materiales que acompañaban a la fíbula de la sepultura 107 de El Cigarralejo, fecha
que también podría aceptarse para los ejemplares de La Hoya de Santa Ana y La
Bastida. No sucedía lo mismo con respecto a la fíbula de La Carencia de Turís, ya que
la cronología del material cerámico de superficJe más antiguo daba unas fechas de
mediados a finales del s. IV a. C. Ello no coíncidía con las propuestas para este tipo ni
con otro ejemplar del citado yacimiento aparecido anteriormente, del tipo 4a, del
s. V. a. C.
Los resultados de las excavacio_ llevadas a cabo en La Carencia de Turís por la
nes
doctora Gil-Mascaren en los años 1971 y 1972 (92) elevan considerablemente las fechas
de la cerámica más antigua, correspondiente a la Edad del Bronce Valenciano (93),
localizándose en la parte más alta. del yacimiento un poblado ibérico con cerámicas
áticas e ibéricas de estilo geométrico si.t:nple, que ofrecen una cronología de finales del
s. V a. C. hasta el c&mbio de Era, por lo que pueden incluirse en sus mo~entos
iniciales, los dos t'ipos de fíbula reseñados anteriormente.
8.6.2. Otros objetos
El resto de las piezas de bronce, un tintinábulo, varios aros o cintas de brazalete,
torques, colg.a nte, anillos, pinzas para depilar, etc,, aparecieron fuera de las urnas
cinerari~.~:~. entre las cenizas y ht1esos que las cubrían. A caua..a de ello se encontraba.n
(86) RAMB BROTONS: Op. cit. no~ '!!'. pá(. 146. ~bla J:
(81) lNIESTA SANMARTI: Op. .
cit. opta 7/l, ¡íáp, 121)-121.
(88) CUADRADO DlAZ: Op. cit. nota 77 a), ()4g. 56.
pq. 152,
~bla
IV.
(e9) RAMS mlOTONS: Op. cit. nota 83, pág. 1~.
(90} E. PJ..A BALLESTER: ~La necrópolia i~rica de eft!I*Irado tumular del Corral de Sau., en Mo,en_!AI, Valencia». XIV Conrreoo Nacional
de AtqueoiOC{a. Zaragma, 1975, pág. 729.
(91) INIES1'A SANMAR'n; Op. cit. nota 78, páp. 167·188.
(92) M, GJL.MASCAREU..BQI!CA: •Rwumen de. lu excav.acion~ realia:adu en el ppblaao i~tico de La Carencia (Turie, Val81lCÚIJ". XID
Po!IJT"''I Nacional ae Arqueolo¡ia. Zyagoza, 1976, páp. 6!13.696.
(!!3) J. UROZ SAEZ: od..alteeio Edetania en ~JEpoc;aJbéric:a>~. Inatitu.t o de Eetudíoe :Alic,utinoe. Seri-JI~nún>. 23. Alicante, 1983. . . 7._76.
- 30 -
[page-n-31]
NECROPQIJS LAS PERAS
fragmentados y con señales evidentes -múltiples adherencias, corrosión- de haber
soportado altas temperaturas.
Al ser piezas frecuentes en las necrópolis ibéricas no vamos a detenernos en hacer
un estudio exhaustivo de las mismas, ya que por sí mismas, dada su amplitud cronológica, no ofrecen en ningún caso rasgos peculiares a' tener en cuenta, a no ser su lógico
interés como objetos ornamentales del uso personal de los respectivos difuntos.
En todo caso, significamos la presencia de un botón, broche o aplique, de forma
circular, con un saliente troncopiramidal central, decorado con dos círculos concéntricos en su parte plana. Nos recuer4a a las fíbulas de placa redonda, parecidas a grandes
botones cónicos, donde van sujetas fíbulas de doble resorte, dadas a conocer por
R. Navarro, procedentes de la necrópolis de Mas de Mussols, en La Palma (Tortosa),
con una cronología de finales del s. VI a. C. (94). En la península está pendiente el
estudio de estos objetos, considerados frecuentemente como botones y no como placas
o broches, al haber desaparecido la parte correspondiente a la fíbula, quedando el
orificio donde iría insertada.
Desconocemos si nuestro ejemplar entraría dentro de esta categoría, no obstante,
existen piezas similares en Chinchilla (95), Villaricos (96) y en El Molar (97), faltándoles, si es que las poseyeron, las fíbulas o agujas para cumplir su función de broches.
8.7.
Hueso
Dos han sido las cuentas de collar de este material aparecidas en la sepultura 12
(fig. 26, núms. 62 y 63) de forma cilíndrica y sección circular. Al ser objetos frecuentes
en las necrópolis ibéricas y poseer una gran amplitud cronológica, nos limitaremos a
citar únicamente los paralelos geográficamente más cercanos, como los 83 ejemplares
procedentes de la tumba 1 de El Tesorico (98) de características similares a las que
aquí presentamos.
Pasta vítrea
Solamente se localizó una pieza de pasta vítrea de color azul y forma agallonada
correspondiente a una cuenta de collar~ en la sepultura 14 (fig. 28, núm. 73). Son
elementos de adorno que denotan contQctos mediterráneos, tal y como sucede en las
necrópolis o poblados próximos a la costa, como en La Solivella, Orleyl o Cabezo
Lucero, o ya en el interior, bien comwücados con ella, como denotan los hallazgos de
este tipo de objetos en La Bastida, Covalta, Los Villares, etc.
Las cuentas de collar de pasta vítrea, de diversos colores y tamaños son así mismo
8.8.
(94) R. NAVARRO: •En tomo al 'paralelo de una placa.ffbul... Pyrenae VI. Barcelona. 1970, pip. 47-62.
(95) J . I. PELLO N: •Hellaqoe de materiel,. uqueol6Jicoe en 11 provincia de Albacetei>. ilc)leffn de 11 Aeociaci6n Bapdo11 de~ de 11
Arq_,locfa, nÚDUI. 11 y 12. Jlfadrid 1979.
j
(96) l. SDlET: •Villaricoe y HoÍrreriult. Ediel6n (acalmil de 11 edición de 1908. Madrid, 19M, Um. XVU. nÍIID.I. 58, 2 y 62. 2.
(97) LAPUBNTB VIDAL: Op. cit. 6. pie. 630. fotocn,fa. 6. 8 y 11, núm. 41.
(98) BRONCANO, llfARTIN, NBGR&1'B y 8. PUCM: ()p. cit. nota 19, lla. 12.
- 31 -
[page-n-32]
J. M. MARTINEZ GARCIA
26
frecue)ltea en las zonas de Albacete y Murcia próximas al río Segura, lo que evidencia
la penetración de estos productos a las zon~ del interior a través del citado río.
9. LAS SEPULTURAS Y SU DISTRIBUCION ESPACIAL
Dadas las reducidas dimensiones del área ~xcavada y la monotonía y unifornúdad
de los ajuares, no contamo~;~ con elementos suficient~s para tratar de establecer una
posible estratificación social de los individuos enterrados en esta necrópolis. No
obstante, la sepultura núm. 2 ofrece ciertos aspectos de interés como son las tres
falcatas y demás elementos de la impedimenta, propios de la condición bélica de su
propietario, de diferente rango que los individuos de las sepulturas 15 ó 17, que sólo
poseían en su ajuar una espada y dos puntas de lanza :respectivamente.
La pr~s~ncia de· éubiertas eml>edradas col) respecto a los simples hoyos tampoco
son un factor a tener en cuenta ni un rasgo diferenciador, ya que tanto los objetos de
uso personal o de adorno como las urnas cinerarias alojadas en unos u otros enterramientos son de características muy similares.
Por otra parte no hemos observado sepulturas superpuestas, lo que habria indicado
una utilización más dilatada de la n.ecrópolis, ubicándose los enterramie~tos en un
solo nivel, díspuestos en tres frentes, de sur a norte, conservándose los empedrados de
la parte central, ignorando si estarían cubiertos la totalidad de los hoyos, como parece
se.r característico de la sepultura ibérica común, y no, corno frecuentemente se ha
venido admitiendo~ el simple. }10yo excavado ep. la tierra (99).
Las pequeñas cubiertas de piedras, de planta cuadrada. o rectangular, de 1 ó 2m. de
lado, escalonadas o no, que alternan con hoyos excavados en la tierra y us.trin.a de
planta rectangular, quizá col) la superestructura de adobes o piedras perdida, son
frecuentes en casi la totalidad de las necrópolis ibéricas, sobre todo en el sudeste
peninsular y zonas adyacentes, como ocurre ~n Coimbra del Barranco Ancho (100), El
Cigarralejo1 El 'l'esorico, Casa del Monte, Pozo Moro, etc., abarcando un período de
utilización amplio, de. mediados del s. V a. C. al cambio de Era (101).
10. CONCLUSIONES
Según las car~cterísticas topográficas del lugar donde se asienta la necrópolis, no
creemos probable que se extendiese más alla de los límites este-oeste fijados en la
excavación. En todo caso podría haberse prolongado su dirección norte, ocupando el
camino de )a Umbría y parte de los campos adyacentes al mismo, donde no se
detectaron enterramientos, que de existir, habrían sido destruidos por la construcción
del primero y la puesta en producción de los segundos.
Desconocemos ~;~i todas las sepulturas, bien agrupadas o bien individualmente,
(99) M. ALMAGR9 GORBEA: «EL paiuje de lae necr6polia ibéricu y "' in••-retación oociociulturabt Biviata di Stwli '''""·-' .XUV
Bordighel"!l, [978, PllJP. 204,206.
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--r
(100) MOUNA G¡\RClA, MOLINA GUNDE y. NORDSTROM: Op. cit. nQta 12,
(101) ALMAGRO GO_RBEA: º P· ci\. nota 94, pq. 204.
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Fig. 3.-Pianta del yacimiento con la disposición de los enterramientos.
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12
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NECRQPOLIS LAS PERAS
27
poseerían una superestructura de piedra$, que según los restos aparecidos, y el
carácter uniforme de los ajuares, no necesariamente consistirían en empedrados
tumulares, que significaran una diferenciación social, sino más bien estarían constituidas por una simple cubierta de piedras o incluso de tierra, con el fin de preservar a
los loculi de robos o saqueos, después de cubrirlos con los restos de la pira funeraria.
Ambos casos son una forma de enterramiento común no adscrita necesariamente a
ninguna cultura determinada, que refleja el sentido práctico de una forma secular de
enterrar a los muertos.
Por otro lado, como parece suceder en algunas necrópolis del interior de Murcia y
zona de Albacete, no hemos encontrád_o en Las Peñas ningún elemento de tradición
hallsttática que pudiera relacionarse con las cubiertas empedradas, que han sido
consideradas frecuentemente como una in.fluencia de aquella cultura (102).
En nuestra opinión, tanto el conjunto de materiales arqueológicos que componían
los ajuares, como el sistema de cubierta plana de los enterramientos, de tradición
mediterránea, son elementos que sin ninguna duda confieren a esta necrópolis su
plena adscripción a la cultura ibérica, en un momento inicial de la misma.
El escaso número de sepulturas o incluso si éstas hubieran sido más abundantes,
nos indican la existencia-en Las Peñas de una necrópolis compuesta por un pequeño
núcleo de enterramientos pertenecientes a uno de los dos poblados existentes en las
proximidades, citados anteriormente, que correspondería a la totalidad de su vida
- por fuerza breve- o a un momento parcial de la misma, problema que queda sin
resolverse hasta que no conozcamos la amplitud cronológica de aquéllos.
En lineas generales, los materiales de Las Peñas presentan cierta uniformidad con
respecto a su cronología. Sin embargo, las piezas más antiguas parecen corresponder a
las urnas cinerarias - bitroncocónicas y de orejetas perforadas- a las que consideramos de finales del s. V a. C., cosa lógica si se tiene en cuenta que los recipientes usados
para este im solían ser los más viejos de que se disponía (103).
Así pues, del estudio global de la necrópolis podemos establecer que su utilización
se desarrolló desde finales del s. V a. C. a mediados o fi.n ales del IV a. C., no pudiendo
precisar la fecha de abandono al no existir más que un solo fragmento de cerámica
ática de barniz negro, que, de haber si.do más abundante, podría situarse su momento
final en el 348 a. C. que es cuando cesan las importaciones áticas en las zonas de
Murcia y Albacete como consecuencia del 2. 0 tratado romano-cartaginés (104).
(102) CUADRADO DIAZ: «Lb tumbou ih6rieaa eon -peólndo tumular y la celti&aci6n clal Suda.._. D C~ Nacional ele ArqwooiQiia.
Z...eou. 1962, pq. 116.
(103) B. U.OBREGAT CONI!SA: •Contatatania illéric:a... ll>etituto de &tud.ioo AlicanW.O.. Allante, 1982, pi1. 78.
(104) ULtO CARPIO: Op. cit. DOú 44.
-33 -
[page-n-36]
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NECROPOLIS LAS PE~AS
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Fig. 5.-Cerámicu de supe.dicle.
- 35 -
29
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Fig. S.-Cerámicas de superficie.
[page-n-39]
NECROPOLIS LAS PE~AS
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22
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Fig. S.-Cerámicas de superficie.
23
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NECROPOLIS LAS PEÑAS
33
25
26
27
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11
o
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28
Fig. 9.-Cerámicas de s uperficie.
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~ --~~-- -----.. -- :,
29
Fig. 11.- Ajuar sepultura l .
30
[page-n-42]
,
o
3cm
32
Fig. 12.-Urna y ajuar sepultura 2.
[page-n-43]
NECROPOLIS LAS PERAS
\
1
·-
\..:::::::33
Figs. 18 y 14.- Falcata sepultura 2.
._,...
35
[page-n-44]
· - U ·-·-
37
1
36
Fig. 15.- Ajuar sepultura 2.
39
o
[page-n-45]
37
NECROPOLIS LAS PE~AS
41
42
Fig. 16.- Ajuar sepultura 2.
- 43 -
[page-n-46]
38
J . M. MARTINEZ GARClA
43
Fig. 17.- Uma y aj u ar sepultura 3.
44
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J . M. MARTINEZ GARCI A.- Necrópolis Las Pe ñas
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J . M. MARTINEZ GARCIA.- Necrópolis Las Pe ña s
Sepultura 2
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[page-n-73]
J. M. MARTINEZ GARCIA.- Necrópolis Las Peñas
.A) Sepultura 3.
B) Sepultura 5
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[page-n-74]
J . M. MARTINEZ GARCIA.- Necrópolis Las Peñas
A) Sepult ura 4.
B) Sepultura 5
LAM IV
[page-n-75]
J . M. MARTINEZ GARCIA.- Necr ópolis Las P e ñ as
A) Vis t a d el yacimie n t o al inic iarse la 2.• c ampaña.
B) Sepult u t·a 12.
C) Sepu lt u ra 13
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[page-n-76]
J . M. MARTI NEZ GARCIA.- Necrópolis Las Peñas
Sepultura 15
LAM V I
[page-n-77]
J . M. MARTIN EZ GARCI A.- Necrópolis Las P eñas
A) Area excavada 3.• campaña.
B) Sepultura 17
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[page-n-78]
J . M. MARTINEZ GARCIA.- Necrópolis Las Peñas
LAM VIll
[page-n-79]
ARCHIVO DE PREffiSTORlA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia:, 1989)
PEDRO LllLO CARPIO
DANIEL SERRANO VAREZ
(Murcia)
LOS FRAGMENTOS ESCULTORICOS IBERICOS DEL AGUA SALADA
(ALCANTARILLA, MURCIA)
En los últimos años la panorámica general en torno a la escultura en la época
ibérica ha cambiado sustanGialmente. Se ha llevado a cabo el descubrimiento y estudio
de nuevas piezas y conjuntos en _su contexto arqueológico reVisando t_ mbiéh antiguas
a
piezas y datos que donnitaban en fondos de museos (1). Estos trabajos han hecho
gravitar los puntos de vista tradicionales sobre la es(!ultura ibérica, reconsiderando la
importancia capital de los influjos del orient.e del Mediterráneo (2). Un exhaustivo y
pormenorizado análisis de los restos escultóricos, tanto de hallazgos antiguos como de
los más recientes, junto a un mayor acercamiento a los contextos iconográficos y
formales de las distintas áreas mediterráneas 1 nos presenta una perspectiva halagiieña
del difícil problema de la escultu_ra, especialmente funeraria, y su interpretación en el
horizonte arqueológico que nos ocupa (3).
Varios inconvenientes agravan el ya de por sí intrincado proceso de interpretación
que tienen los conjuntos escultóricos. mutilados corre.s pondientes a esta fase:
(1) Il. FLETCBER y E. PLá: «Re8toa escult6ricoo de la necr6polis del Cort'al de 'Saus (M,ogente, Va)eocia). Homenaje a Garcla y Bellido.
Rev. Uni.venida,d Complqtense. M,adtid, 197'7, pága. 55 y as.
A. M.• MU~OZ AMILIBIA: «El cipo ibárito de Coim.bra de~ Barra.nco Ancho•. ,l{\11 Cj>ngreao Nacional de Arc¡ueologia. Murcia. 19jl2.
M. ALMAGRO GORBEA: ~tura y soc.iedad en. la culturf ib«i~•. COI)oque l ntématíonal d'Archilel>tur~ et aociéti: !l'arcl\a~me
grec a la fin de la repubiique romaine. Roma, 191!0.
M, ¡\L?.4AGRO G08BSA: «Paisaje y sociedad en las oecropoli6 ibáricaa». XVI Con"greso Nacional de Arqueologla. Murcia, 1982. '
M. ALMAGRO GORBEA: ~Pow Moro, el monymer\lo orienta:li.tanté, su conwxto l:ocio·cultural y su.s paraleToe en lá a7qu.i.tectura funeraria
ibárica». Madrid, 1984. pliga. '229·281.
T. éHAPA: «La eoeultU1'.a wpmor(a ibérica•. M§dtid, 198().
(2) ALMAGRO CORSEA: Op. cit. l)ot.a 1 (1984) .
. A. CARCIA Y BEIJ,.ID!): «La rJNuiteetura entre loa iberos». Mad.rid. 1949.
(3)
A. GARCIA Y BB.LLIDO: «Arte ibérico». Madrid, 1!180.
M. TARRA,DELI.:: «~ iWri. Oló. Barcelona, 1968.
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- 77 -
[page-n-80]
2
}'. LILLO Y O. SERRANO
La piedra utílizada, cuidadosamente escogida por los escultores-tallistas íberos, es,
como en otras tantas culturas, la arenisca bl~ca de grano fino. Este D;~.atetial tiene
g~andes ventajas a la hora de ser trabajado. Tras ser humedecido, puede labrarse con
considerable facilidad evitando el uao de cincel y de martillo; se puede desbastar
simplemente cortando el material como si de madera blanda se tratase, con una s_ierra
de híerro o bronce. Su consistencia es similar a la del queso duro o la del barro
semiseco al ser cortado, originando virutas en la zona del corte. Este sistema fue
indudablemente el empleado por los artes.ano~ artistas iberos como deD;luestran las
huellas de útiles en las esculturas conservadas. SiJnultanearon en los talleres el uso de
la sie.rta, cuchillos, formones y trépanos con el de piqueta y cincel y maceta para los
desbastados más toscos.
Procesos de emplastecido con yesos, cal ·o arcillas a las que se adicionaban productos orgánicos aglutinant.es cubrían los desperfectos, desgastes o fallos de la piedra
para un completo acabado, previo a la policromía de las piezas.
P1,1es bien, este excelente mªterial de tan variada aplicación, desde Ja confección de
sillares con un costo relativamente bajo hasta la de complicadas labotes de escultura
or:QalDental, tiene un grave inconveniente: su acelerado proceso de erosión. A veceª a
este inconveniente se suman procesos de agrietado y una especial tendencia a la
disgregación.
Todos los inconvenientes anteriormente expuestos fueron en su .momento l'esueltos
o al .menos paliados con la profusión de estucos y engobes utilizados en la decoración
final de las esculturas. Las capas de pintura cubrían y protegían las superficies
impe)'IDeabilizando las esculturas cuyo emplazamiento habitual debió ser a la intemperie, en exteriores.
De la descripción de la piedra, blanc;la, arenosa y deg:radable, se desprende otra de
sus propiedades inconvenientes: su extremad~a fragilidad.
La fragilidad de las calcorenitas utilizadas en escultura viene dada tanto por sus
cualidades físico-químicas intrínsecas como del tipo de escultura a la qu,e se presta. El
escultor ibérico horada, ahueca1 hace altorreli~ve y bisela con la facilidad que le
proporciona la admirable técnica adquirida, pero también con las notables facilidades
ofrecidas por un material de tan espec_iales caracteci.sticas. Su hérram.e ntal se hallará
casi imposibilitado ante piedras de textura más bella y terminado más turgente y
perdurable pero que habrían de someterse a un proceso alcanzado tan sólo por
técnicas muy superiores puestas en práctica hacía milenios en las culturas orientales y
que los íberos no llegaran a dominar en la escultura mayor.
El hecho de utilizar un tipo de piedra blanda dará l1.1gar a piezas escultóricas
proclives por su fra. ilidad a la fragmentación y hasta la metéórización l}ót efectos
g
físicos de rotura o rodamiento hasta la total dea,aparición. de partes de la masa
eséultórica.
Por último, hemos de tener en cuenta ·u n hecho observado desde hace años y muy
controvertido, l~ intenCionada destrucción de muchos de los elementos escultóricos en
épocas más o menos inm-ediatas a la de su creación y uso. La desidia, el abandono, los
- 78 -
[page-n-81]
AGUA SALADA
3
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Fig. l.- Plano de la situación del término municipal de Alcant.a rilla. El yacimiento señalado con un
circulo y una cruz.
[page-n-82]
P. LILLO Y D. SERRANO
ataques de pobl{ldos entre grupos rivales o el interés de borrar elementos tépresentativos de unos determinados valor~s o contenidos de tipo ideológico-espiritual débieron
llevar a c.a bo en parte la desaparición o al menos mutilación y tremendo deterioro de
los conjuntos escultóricos (4).
De. los hechos mencionados deriva en definitiva la gran dificultad que se nos
presenta a la hora de intentar reconstruir, al menos de forma hipotética, muchos de los
monumentos ibéricos. Salvo contadas excepciones, los re~:Jtos ornamentales de e.s culturas nos van a aparecer en los complejos de necrópolis, dispersos y con una función
.muy distinta a la que fueron en principio destinados, generalmente utilizados en el
encachado de las tumbas tumulares escalonadas (5}.. A veces los hallaremos formando
parte de la construcción de andenes de contención, muros y otras formas constructivas
elementales (6).
EL CABEZO DEL AGUA SALADA
El hallazgo hace unos meses, por parte de uno de nosotros, de dos fragmentos
escultóricos es el motivo de es.ta nota con la intención· de que lilirvan para aportar un
dato más a la carta de yacimientos con escultura .monumental ibérica que tanto ha
progresado en los últimos añoB.
El lugar del hallazgo está situado al norte del casco urbano, anexo a la parte
exterior de· la carretera que citcunvala Alcantarilla y que lleva de Murcia a Andalu•
cía. Se halla a la altura de la Rueda o monumental noria que eleva el agua de la
acequia de .B arreras para dar riego a las zonas altas de la huerta desde época ll?:.edieval.
Su localización geográfica es 37° 58' 20" de latitud norte y 20 28' 30" de longitud
est~. según la hoja correspondiente, n:funero 93.3, del Mapa Topográfico Naciobal,
escala 1:50.000, y la hoja 23-37 (933) del Mapa Topográfico del Ejército (fig. 1).
Se trata de un pequeño cerro que se eleva unos 5 metros sobre la llanura aluvial
que lo circunda excepto por su parte septentrional, cortado por el cauce del río
Segura. La cima, amesetada, tiene unas dimensiones aproximadas de 90 x 60 metros.
Dedicado actualmente al cultivo de cítricps y hortalizas, la continua roturación y
el trajillado de tierra para el aterrazado de los taludes del cerro, han alterado
considerabie·m ente los horizontes arqueológicos que, a simple vista, aparecen totalmente enmascarados por las obras de transformación.
. . el secto~ sur, y coincidiendo con el pie del cerro, podemos observar un muro de
En
construcción moderna C\,lya misión es servir de contención al último aterrazamiento.
(4) M. TARRADBLL: •Jtnaayo de eetmtlgnd!á comparada y .d e eronolocfa de loe pobladoe ibérieoe valencían9"". Sa.íta.bi XI, 'valencia, 1961,
p4ge. 16 • ·20,
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.(6) E. CUADRADO DIAZ: «hcavacionee en El Ciprtalejo {M:ula, Murcia)>¡. Alqu~logla l:liapúica. Mádrid, '1966, pli.p. 51).101.
G. NIETO G.u.LO: ..Noticia• de laa excaYacionee .reaul¡lda.e en la necrópolia del Cabecico del Teeon>, Venlolay (Murcia)>¡. Boledn del
!!eminario de~ ·y AJ:queolog{a. Vallado)jd, 194.0, llli.B•· 19H96.
(6) P. IJLL0 CMtPIO y M. WALK&R: O!Tbe iberian Monument of Prad.o (Jumilla, Murcia, SJ!&Ín}>. aPcient flelleniSm Greelt Goloru.t arui
Nadve Populationa. Sídney, 1966 (en preliea).
- 80 -
[page-n-83]
AGUA SALADA
5
Consideramo$ que dicho muro podría coincidir con las líneas de construcción defensivas del poblado ibérico (7).
El material prospectado corresponde a una dilatada ocupaci6_ del lugar, hecho que
n
concuerda con lo p~vilegiado del mismo.
Escasos fragmentos de cerámicas áticas, de barniz negro con el interior decorado
con serie de seis palmeta..a enlazadas entre sí por arcos incisos e inscritas por dos
circunferencias concéntricas a ruedecilla. El exterior, en reserva, con punto central y
bandas concéntricas. El pie, en anillo, tiene una uña destacada. Este tipo es frecuente
entre los conjuntos prospectados en la región y fechable en el primer tercio del siglo
IV antes de C. (8).
Un considerable número de fragmentos de ánforas ibéricas de almacenamiento, de
pasta roja y anaranjada, tipo sandwich, con la especial característica de llevar los
hombros y cuellos biselados (fig. 5, 1 a 4).
Fragmentos de grandes ktat~riscoi de amplia boca y borde de perfil en cabeza de
ánade (fig. 5, 12 y 13).
Soportes bajos simples en C (fig. 5, 5).
Un numeroso conjunto de krateriscoi caliciformes, de pasta fina, bien cocida y
textura untosa, con borde amplio exvasado. La decoración es pintada con motivos
geométricos (fig. 5, 6 a 11).
Los cuencos están representados por una serie de fragmentos con bordes entrantes
o abiertos, simples y redondeados o achatados. El aníllo del pie es bajo y fino, añadido
tras el torneado de la pieza (fig. 5, 14 a 1,6).
Los fragmentos de escultura en piedra. Dejando al margen una serie de fragmentos
amorfos de textura inequívacamente ibérica y algún otro fragmento con labrado de
debastado ibérico (9), dos son los fragmentos que, J>e$e a su deterioro, son a nuestro
juicio dignos de mención:
Fragmento· de piedra arenisca correspondiente a la cabeza de un caballo enjaezado
de una escultura exenta (fige. 2 y 3, lám. 1).-Caliza blanca amarillenta de grano .fino y
tono dorado. Su prc;>longada exposición a la intemperie se manifiesta en el proceso
erosivo sufrido en gran parte de su slJperfi~ie. El-fuerte grado de humedad a que ha
estado sometida ha afectado gran parte de su superficie, cubriéndola de musgo.
Corresponde a la parte frontal derecha de la cabeza, desde el testuz al maxilar y
parte del ojo. Por múltiples fracturas y rodamiento carece de orejas y parte superior
del testuz. Igualmente, está fracturada por una diagonal que, desde la mitad del ojo
derecho, baja' hasta el maxilar a la altura del bocado, bajo el maxetero.
(7) '!'J:aa el dee<:Ubrimlento por Dani'!) S
SaJlliW'tín bajo la dirección de Aba M.• Mui\M Amilibia,
(8) iJ. M. GARClA CANO: «cerám.icaa griegaa.ae la ReJión MurcianAJt. Biblioteca büica murciana. nll:m. 6. Murcia, 1962,1ip. l·7. 1-10. 2-7.
+2.
6-2. ~7, 13-6. :u.ó, 39-:7 y 39-10.
.
O. SERRANO VAREZ: •Ñueyoa yacimiento~ arqueol~co.r en AlcantariJia». Academia de Cultura Va.\encian!l (en prenee.). ·
(9) ~ mataria)ee • hallan depoeitados· en el Muaeo A1
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[page-n-84]
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Fig. 2.- Representaciones de la cabeaa del caballo desde dültintaa posiciones: lateral izquierdo,
zona posterior y lateral derecho.
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AGUA SALADA
7
De la cara izquierda de la cabeza se conserva una mínima parte trabajac¡ia, la
correspondiente al montante hasta la comisura de los belfos.
La parte inferior del fragmento conse.r va restos de pintura del color roio amarronado y leves trazos negros,-lo que indica un tratamiento policromado de la esétlltura. La
pieza, desgraciadamente muy mutilada y de la que, de momento, sólo disponemos de
este elocuente pero mínimo fragmento, es de muy buena factura, equiparable a los
mejores ejemplares de su género.
El caballo, lujosamente enjaezado con un atavío de gala o más bien ritual, lleva
cabe.zal con frontalera y montantes anchos, con dos series paralelas de bolitas como
adorno, lo que p&rece representar una gruesa correa de cuidado cuero -el reborde
lleva un delicado filete- claveteado de chinchetas metáliclls con. la cabeza
heníiesférka.
Tres gruesos y cuidados discos recorren la línea del montante desde la testera al
bocado. El superior, más grande, es lenticular, con botón central y una serie de
molduras concéntricas. Evoca las piezas reales de ajuar de· guerrero en bronce o plata
tan frecuentes en los conjuntos de incineración desde la Meseta Norte. hasta la Bética.
El segundo y el tercero de los discos son prácticamente idénticos e imitando como
anteriormente descrito a las auténticas placas metálicas de los atalajes de gala o
parada. Con reborde exterior en media caña, estas placas tienen en su interior una
roseta de c'Qatro pétalos separados por sendas hojas puntiagudas. El centro lo ocupa
un botón hemiesférico.
Están situados en la parte media del montante y sobre los terminales del bocado.
La mutilación de la pieza impide, en lo que al atalaje se refiere, ver representada la
muserola y la testera, piezas que es casi seguro que debió llevar.
El ahogadero parte en diagonal del disco superior que une montante con testera, si
bien esta parte de la escultura está muy deteriorada.
En la parte superior, bajo la frontalera, y con estricta simetría al recuadro formado
por ésta con los montantes, hay Un adorno a modo de mechones de crin con doble fleco
rizado en su extremo, lo que más que las crines del flequillo parece representar un
adorno bordado en relieve o más bien u.na labor de repujado. Está sobre una banda
aproximadamente paralela a la frontalera y que recorre toda la zona supercili~
pro]ogándose sóbre el ahogadero y sobre el cuello. El relieve de la escultúra parece
indicar que es un elemento superpuesto, a modo de gorro ó bonete, y ceñido por la
cabezal. Cabe la posibilidad de que este elemento sirviese para sostener el plu:me:r:o o
cimera que, sujeta entre frontalera y testera, está elocuentemente representad~ en las
cabezas de los caballos de la pintura vascular levantina, especü~.lme~te en los ejemplares de San Miguel de Liria.
La parte conservada del ojo pres.enta un esquema que no concuerda eón la mayoría
de las representaciones, que su~len ser almendradas con el vértice apuntado hacia
¡:ttrás. Aquí, el sector conservado, que es el posterior, tiene un trazado redondeado1 con
el párpado des.tacado. Podemos conjetura.i un esquema ocular almendrado pero con el
vértice circular.
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8
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Fig. 3.- Reconatrucci6n ideal de la cabeza de caballo.
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AGUA SALADA
9
En definitiva, nos hallamos ante un fragmento de notable interés dentro del
conjunto de representaciones religioso-culturales de équidos en el sureste ibérico y
ocupando un área topográfica evidentemente clave en el desarrollo temático. Hemos
de pensar que a unos pocos kilómetros hallamos el santuario ibérico de El Cigarralejo,
con un conjunto de pequeños équidos, y a sus pies la necrópolis del mismo nombre, en
la que al menos dos équidos de tamaño mayor y estructura similar a la del que nos
ocupa han aparecido fragmentados (10).
Los fragmentos de équidos aparecidos en la necrópolis del Cabecico del Tesoro, en
Verdolay, muestran una cabeza muy similar también en cuanto a dimensiones, atalaje
y formas a esta de Alcantarilla, si bien la que tratamos lleva un cabezal mucho más
lujoso y abigarrado (11).
Otra cabeza de caballo, esta vez mucho más completa, que se aproxima a dimensiones y formas es la de Fuente la Higy.era, aunque los atalajes y estilo difieren considerablemente (12).
El segundo fragmento al que vamos a hacer referencia representa una voluta
vegetal exenta, rota por su base del soporte que la sustentaba (fig. 4). Procedente del
mismo lugar, está labrada en el mismo tipo de arenisca de grano fino. Su color es beige
dorado, más oscuro que el del fragmento de cabeza de caballo, posiblemente por haber
estado en contacto con tierras de mayor contenido orgánico y humedad.
Es muy posible que este fragmento corresponda a la estructura arquitectónica que
sirvió de pedestal y a la que estuvo inserta la figura del caballo.
La voluta está recorrida en sus tres cuartas partes por una cinta dorsal, redondeada y carnosa que representa una larga lengua de bordes ondulados con unas pequeñas
oquedades de ojales simétricos. Su apariencia es claramente fitomorfa:
Sobremontada a esta especie de lengua y partiendo de la zona más ancha de la
voluta aparece otro motivo fitomorfo de gruesas hojas liriformes en dos series y sobre
ellas dos capullos parecidos a los de loto, el segundo saliendo del primero y superpuesto a un anillo en relieve y de forma oval.
Este motivo nos evoca las volutas terminales sobre los vértices de las golas de
forma troncopiramidal, a veces consideradas como zapatas (13). Pertenecería al grupo
de adornos de las golas que M . Almagro Gorbea denomina golas en f!Bquina decoradas
con volutas y que considera del segundo grupo de la clasificación de las mismas (14).
(10) B. CUADRADO DlAZ: «Eaea•tocion• en el Sutwuio Ibárioo da El Cipnalejo (Mula. Mwcla)oo. lnto.m.. y Alemoriu. Madrid, 1960.
P. LlLLO CARPIO: •Bit..oriJJo da B1 Recu.to de Ceh811Úl, en El Poblamiato íbárico d• W\IJ'cieJo. Murda, 1979 (1981), p6p. 25 y-.
(11) NIBTO GALLO: ()p. cit. noU 6.
(12) CHAPA: Op. cit. nota 1.
(13) A. OARClA Y BBLLIDO: .X.. dula da Elche y el ronjunt.o ele p;- ¡..,_da en Eepda en 194.1•. túdrid, 1943, 1'-. 9 '! 46, fis. 73.
M. JORO& ARAOON&S: «Doe nueYu nec:zópoU. ~en J.. jii'OYinda de ).ofurciv. Anal• 1M J.. Univerticlad da tolurda. WIU'éia. l961i,
pq..
¡¡,_ 7·11.
(14) ALMAGRO OO.RBBA: ()p. cit. nota 1 (198(). pácL J60 y ...
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Fig. 4.- Repreaentaci6n de la voluta desde distintos ingulos.
CONCLUSIONES Y CRONOLOGIA
En definitiva, nos hallamos ante un yacimiento en el que podemos determinar la
presencia de un monumento funerario ibérico más a incluir en el ya considerable
catálogo de los mismos.
Por el momento, carecemos de los datos suficientes para considerar si los escasos
restos escultóricos conocidos proceden de la caída del monumento funerario o si bien
han sido empleados de forma secundaria como piedras integrantes de encachados,
muretes o utilizaciones similares.
El caballo quedaría incluido, tanto en los aspectos iconográficos como iconológicos
dentro del conjunto que comprende la cabeza del Museo Municipal de Elche, el
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o
Fig. 5.- Fragmentos cerámicos.
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fragmento de la Alcudia, el del Cabecicp del Tesoro, los de El Cigarralejo, el de Fuente
la Higuera, el cuerpo de Casas de Juan Núñez y el de Porcuna (15).
Ciertos motivos decorativos, en especial los r.osetones en cuatro pétalos y tallos en
punta, así como el trazado. y tratamiento del relieve podrían situar la pieza provisionalmente en una fecha en torno al segundo tercio del s, V, media centuria anterior a
los fragmentos de cerámicas áticas hallados en el yacimiento (16).
En cuanto a la voluta se refiere, vi~cülada estilísticamente a los fragníentos de
gola de la Albufereta, La Alcudia de Elche, Cabecico del Tesoro, La Encarnación y
Coy, algunos de los cuales podrían tener una cronología que se remontase al tránsito
de Í.os ss. VI al V (17). Podría perfectamentt;l ser coetánea desde e1 punto de vista
estilístico con el fragmento de caballo y atribuírsele igual cronolQgía.
Por último, .hemos de ten~r en cuenta un hecho importante que ha dado el
topónimo al yacinriento y es la presencia de un manantial, al pie del cerro y frente al
río: la Fuente del Agua Salada. Considerada aún hQy día con poderes medicinales, esta
fuente motivó la erección de UJ)a ermita anexa, la de la Virgen de la Salu~
.
.
(16) CHAPA: Op. cit. not. 1. p4p. 86U80.
(lS, GARCIA CANO: Op, cit. nota S. pq.. 49 y -.
(17) ALMAGJIO GORBBA: ()p. cit. not. 1 (19114), p.ic. 260.
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P. LILLO Y D. SERRA NO.- Agua Salada
LAM. I
Lateral derecho de la cabeza de caballo.
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ARCHIVO DB PREHISTORIA LBVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 1989)
FERRAN ARASA 1 GIL
(Castelló)
UNA ESTELA mERICA DE BELL-LLOC (LA PLANA ALTA)
l. NOTICIA DE LA TROBALLA
Fou trobada fa alguns anys en una finca d'en Josep Sabater, situada a la partida de
Les Llanties, al vessant S-SE d'una llometa de 361m. d'altitud que s'~9a a la banda
NW del pla que s'estén cap a La Vilanova d'Alcolea, on apareixen alguna vestigis
cer8.mics principalment d'epoca iberica, pero també d'epoca romana i medieval (1). En
l'actualitat es conserva en Cll$a d'en Víctor Bort, de Bell-lloc, qui va donar una
primera notícia (2).
11. DESCR1PC10
El monument és una estela d'arenisca rogenca del terreny (3), de forma aproximadament rectangular, amb l'extrem superior arrodonit, les dimensiona maximes de la
qual són 63 cm. d'al9ada, 34 cm. d'amplada i 17 cm. de grossaria. El costat inferior
apareix trencat, igual que l'extrem superior esquerre, mentre que tota la vora dreta de
la cara en que figura la inscripció esta molt desgastada. Presenta dues carteles de
forma rectangular, situada una a !'interior de l'altra, la banda dreta de les quals ha
desaparegut esborrada pel desgast que ha sofert la pe9a. Le més petita i situada a
(1) Veaeu full nllm. 693 del ..,...,. I (2) V. BOBT: «La hWt.lma del noetn pobleot. tA. FWIM. L Aaociacióo Cult\lral ·~6». Benlloch, 11184. Vull -.rtiJo a en Vlctor Bort leo
facilitata qu. em va clonar per el HU •tucli. & Dom6a>ec Fletcber aten¡¡ué -<:am Mlllpre, amablemen 1• meu• eonaultaa. La iucripci6 ba
eetat poeterionDent recoWda per F. BS'I:BVB GALVBZ. «L'amoUonammt de la Vta Aucu-ta en al Pla de I'Areot,., Boltuclia c-IIODeDca, 4.
C..te116n de la Flan&, 1987, en p N - .
(8) Vepu Ml6l6 del -Mapa Geol6c)eo de Bepeñeo,lt 1:50.000, «VilleCem. .. Madrid, Ul73, on ficu.ren &qUMta....,.. de IUierialt a la banda
occidental de la MaipudeUa i a l'•t de 1• Santa.
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F. ARA.SA J GIL
2
!'interior amida 17'5 cm. d'al~ada, mentre que de la seua llargaria es conserven 22 cm.,
podent-se restituir aquesta en uns 23'5 cm. La més gran i exterior amida 29'5 cm.
d'al~ada, conservant-se de la seua llargaria 28 cm. Els marges que hi ha entre les dues
carteles als costats esquerre i inferior tenen uns 3 cm. d'amplada. Ambdues estan
unides per un petit segment transversal situat a 7'5 cm. de la línia superior del
requadre intern. La banda dreta degué ser, possiblement, simetrica a !'esquerra, perla
qual cosa el requadre extern degué amidar igualment 29'5 cm. d'amplada i tenir una
forma quadrada. El camp epigr8.fic esta delimitat perles dues línies superiora d'ambdues carteles, i per la part corresponent dels laterals del :r:equadre extern, conserva~
només a la banda esquerra, i amida 9 cm. d'al~ada, essent la' s"eua amplada semblant a
la del requadre exterior, o siga uns 29'5 cm. Tanmateix, l'espai ocupat pels signes
conservats amida uns 22 cm. de llargada. Finalment, val a dir que l'espai interior del
requadre intern resta complefament llis, sense cap motiu ornamental.
El text esta format per dues línies. Els signes tenen una al~ada bastant regular
entorn deis 2 cm. La primera línia presenta un esvorell al seu inici que pot haver
afectat un primer signe, del qual, pero, no hi ha indicis suficiente com per a donar una
lectura segura, ni tan sois per a assegurar la seua existencia. Segueixen cinc signes~ i
un espai desgastat en que podrja haver-ne figurat un altre. La segona línia presenta
quatre signes que apareixen ben conservats, restant després del darrer un espai buit
fins a la zona desgastada. El deficient estat de conservació del monument impedeix
una lli~ó segura i completa del text, perla qual cosa propaso una lectura que s'ajusta
al conjunt de signes visibles, així com una hipotesi de restitució raonada i raonable.
111. HIP0TES1 DE LECTURA
Com ja hem vist, un petit esvorell en la banda esquerra del monument, situat a
!'altura de l'inici de la primera línia, obre la possibilitat a !'existencia d'un signe
anterior al primer grafema visible. No obstant, l'espai que resta entre el tra9at
hipotetic .d~ la cartela externa -desapareguda tot just a l'angle superior esquerre- i
aquest primer signe és molt redui't, i vista l'amplaria mitjana deis altres signes
visibles, així com la inexistencia de vestigis que puguen indicar la seua presencia, no
sembla molt segur que haja existit en realitat. Verosió de la banda dreta podria haver
afecta:t un hipot~tic sise signe de la primera línia, la qual, d' aquesta manera, ocuparla
tota la llargaria del camp epigrafic. En conseqüEmcia, la lectura del text que propaso
és la següent: [.?]l.e.s.ba.i.[.?] f e.n.m.i.
El tipus de grafemes utilitzats en aquesta inscripció és el corrent en l'epigrafia
iberica (4). Es tracta, dones, d'un text escrit en l'alfabet iberic anomenat «llevantí» o
«del Sudest» (5). Per tractar-se d'allo que formalment anomenen una estela, cal pensar
(4) 1'er a ÍM rC>niUie
"* uauale dele
era~- de l'alfabet i.,.rie, ve¡eu en reneral: J. UNTERMAN.N: •Mooumenta Li11ruarum Iberiearum
U.. Wieebaden, 1980, J>4ae. 49 a 68, ve¡e11 plr. 14.
.
(6) Ve'(leu un eetat de la qi1Mti6 eobte ele problemea dé 1, llenJIII, i.,.rlea en: D. F,LETCBER VALLS: •Le~:~aua y epirrafla ibéri-. En
•Atqueologia del .Pala Valenciano; panorama y pe~tivae>t. Alicante, 1~, pAga. 281·3\!5.
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ESTELA mERICA DE BEI.J,LLOC
3
que es tracta d'una inscripció funeraria. El que sol apareixer en aquest tipus de
monuments és un nom propi de persona, un antroponim (6). Per tant, devem trobar-nos
davantun antroponim, tal vegada sencer, o pot ser incomplet perla manca d'un o dos
signes. El nom personal que hi trobem: {.?j.l.e.s.ba.i.(.?], pot descompondre's, com és
normal entre els noms personals iberics (7), en dos elements facilment destriables:
[.?].l.e.s.- i -ba.i.{.?], i va seguit d'una seqüEmcia de morfemes addicionals: -e.n . i -m.i.
Si considerem que el primer component esta complet, ens trobaríem amb l'element
l.e.s .-, que no compta amb molts paral.lels al lexic iberic. En el plom del Pico de los
Ajos (Yátova) trobem els mots l.a.s.i.r.a. i l.a.s.u.[r.]a. (8), els quals, tot i tenint en
compte la vacil.lació que sovint.hom documenta en els textos iherics entre les vocals e
i a (9), podrien tenir la mateixa arrel. També en un vas del Tossal de Sant Miquel de
Llíria trobem el mot incomplet (... )n.l.e.s.a.r. (10), possiblement amb una arrel semblant.
Tanmateix, és en l'epigrafla llatina on trobem més para11els, com ara els antropOnims Lesso; documentat a Saguntum (11) i, ja a l'&rea celtiberica, a Botorrita (Zaragoza) (12); i Lesurindataris (Logroño) (13). Tenim també el toponim Lesera, que trobem en
una inscri1>ció llatina conservada a Morella (14), i que possiblement correspon al nom
d'una localitat citada per Ptolomeu (15), potser emparentable amb l'hidronim Lesyros,
citat per Hecateu en la banda oriental d'Hispania (16). M. L. Albertos recull diversos
paral.lels europeus en els campa de l'antroponímia: Lessius (Roma), Lesurius i Lesuria
(Ravenna); i de la hi
Liesse_r, afluent del Mosel.la , assenyalant !'existencia d'un radical semblant en l'antic
irlandés i en el gal.lés, cosa per la qual no considera aquest element com iberic (17).
Una restitució d'aquest primer element amb un altre signe inicial, hauria de
comptar n ecess&riament amb un grafema de poca amplada, com ara el signe sil.labic
ba. Ens trobaríem, en aquest cas, amb un nou element: ba.l.e.s .-, possiblement una
(6) J . Dll HOZ: «Lu leni\IU y la epi~T&Ra prerromana de la l'enlll,IU]a lbmca~t. Actu del VI Concneo l!ep&ilol de &tudioe ClúiC
Maclrid, 11183, p1p. 381-ll82.
(7) J . UNTERMANN: • Repertorio an~nlmico ibilrie01t. Archivo de Prehietoria Levanlllla, XVD. Valencia, 1987, po\p. 5 280.
(8) D. FLBTCHER VAU.S: ..toe plomoot ib6ricoe de YAIQve. (Valencia)» Serie de Tre.bajoe Varipe del S,I.l'.. núm. 66. Valencia, 1980, pi.g. 66,
núma. IIB-21 i JIB.24.
(9) M. L. A.LBERTOS FIRMAT: ~La onO...úlica peraonál primitiva de fliopania TlliT&conanee y BéticaJt. Salamanca,, 1986, pqa. 298-299.
(10) J . Slt.ES: «Léxico de inaeripcionee i. 6ri-. Madrid. 1985, núm. 1.71)(, Ele mote que apaniXe~> recollite en aqueet corpua aniran cítate
b
(lnicament amb aqueata re!e.m cia bibliOCTlfica; aquella que hqen eeiat publicate poeteriol'IMnt, portar&D lee ref'eñnciee bibliocrlfiquee
eaJ)«Ifíquee dela treballa en que han eatat donate a conm er.
( 11) B. HtlBNER.: «Corpue JMcriptionwn Latinorum. Inscriptionee Hipaniae t..lina•. Berlín, 1896, núm. 3.862.
P. B<RAN U.ORIS: •Epicra1Ja Lalllla de Squntum y au territoriwn. (Cronolocfa. Territoriwn. Not.u peoeoposrilic:u. Cu..Uonea
Munic:ipalea.)t. Serie de Trabajoe Varioe del SJJ>~ núm. 67. Valencia, 1980, núm. 46.
(12) O. PATAS CABEZA: •Conu.bia Bela*a (Botouita. Zaracoa). ll. Tabula Conc.ebienmP. MonocnlJu Azqueolclcicae. xxm. ZArago-
u,
1982,
pq. 92.
HUBNKR: Op. cit. en la nota 11, odm. 2.900.
ALBBRTOS: Op. cit. en la nota 8, pq. 130.
(14) aüBNER: Op. cit en la nota 11, núm. 4.062.
P. ALFOLDY: •B.ea Publica 1Merenaia (Forcall. Cutell6n)l. Stri6 da T,abajoe Varioe del S.LP., nibn. 66. Valencia, 11177.
F. ARABA 1 GIL.: ~. La Moltta dela Fraree (El Poreall, Cut.ell6). Eatudi eobre la mmanituci6 a la comarca dala Port.•.
Monoarafiea 'de Prehietória i Azqueolosia C..Wionenc¡....,, 2. Out.el.16 de la Plana, 1987.
.
(16) PI'OLEMEU U, 6. 63. Vegeu l'eclici6 de C. MULLER: •Ciaudi Ptolemaei 0eotuphiu. l . Perú, 1883, pi.p. 1~166.
(l3)
(16) V8feu l'edici6 'de F. JACOBY: •Die Fragmente dee Grieachlo<:hen Hittorilter». l , IAiden, 1967.·
(17) ALBERTOS FIRMA'!': Op. cit.. en la nota 9, pq. 130.
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F. AR.ASA 1 GIL
4
varíant de be.l.e.s.·, element típíc de l'antroponímia iberica de l'Est peninsular (18),
que compta amb nombrosos paral.lels (19).
Quant alsegon element, -ba.i.[.?]., pre$énta una arrel bastaílt cone~da en e-llexic
iheric en posició inicial (20). És freqüent trobar-la seguida d'un gt:af'ema sil.l~bic com
ara te. en mots com ba.i.te.s.ba.n.i.e.ca.r.s.e. i ba.i.te.s.gi. (Castelló de la Plana) (21),
ba.i.te.s.i.r. (La Vall d'Uixó) (22), ba.i.te.s.bi. (Úllastret) (23), etc.; d'un altre també
sil.labic com ara ti. en mots com ba.i.ti. (Azaila) (24), ba.i.ti.ba:n. (Llíria) (25), etc.; o
d'una consonant sibilant s. en mots com ba.i.s. (26), ba.i.,s.e.bi.l.o.s. (Empúries) (27),
baJ.s.e.ta.s. (Sinarcas) (28), etc. De fet, en el camp específic de l'antroponímia aquest
element apareix sempre seguit d'una sibilant (29),
Sohre aquestes bases, i pensant en la possibilitat de 1'existencia d'un sise signe en
la primera línia, davant el morfema -e.n. podría resultar problematica l'exísttmcia d'un
signe consonantic com te., a causa del contacte entre les dues vocals, encara que no ho
seria amb t'i., la presencia del qual permetria pensar en un nom com l.e.s.ba.i.ti.
'Tanmateix., segons els paral.lels esmentats, resulta més probable que aquest hipotetic
sise signe fos una s., ~b la qual cosa tind,ríem. el nom l.e.s.ba.i.s. Coneixem un mot en
que precisament trobem ~quests dos elements. amb' una Val'iació vochlica, el primer
dels quals va ptece-dit del signe be,- formant un altre element ja dtat abans: be.l.a.s.ba,i.s.e.r.e.ba.n. (Fra.ga) (30). Tot considerant la vaci1.lació vocruica: que sovint es
dóna entre aJe, aquest podría ésser un paral.lel exacte del nom que trobem a la nostra
inscripció, donant com a certa l'exjst(mcia d'un primer signe desaparegut.
Quant al sufix -e.n., A. Tovar aasenyala com podría tractar-se d'una marca de.
genitiu (31). Posteriorment, L. Michelena va apuntar la possibilitat que estigués
relacionat amb el genitiu base en -(r)en (32). Respecte al morfema -id. (33), cal
assenyalar en primer lloc la inseguretat · obre el valor {onologic del primer grafema
s
(18) J. UNTERMANN: •Elemeni.CMI de un atlu antroponlmico de la Hiapania Ant~. 'Madrid, 1966, plg. 71.
SILES: Op. cit. en la nota lO, p&g. 116.
(19) Ve¡eu, per !>Xemple, elluic de.SILES, op. cit. nota 10, ¡liga, 1_1§-117; o el - t repertoriant«1ponlmic de UNTERMANN, op. ciL en la
nota 7, p1ge. ~.
(20) V'eseu, en ~~. SJLES, op, ciL en .la nota lÓ, mlma. 268-284:
G. BAHR: •Ba.ltiecb und Iberi.och», Eualto-Jaltinta, U. Bayonne 19f.7, plg. 42(!, ve compara: el bo.i.- inicial ibmc aíDb el conilicione.l
buc.
(21) SILES: Op. cit. ea la nota 10, n1jme. 27 i 273..
(22) SI,LES: Op. cit. en la no.t « 10, "~ 175, al plom anomenat Orleil
(23) SILES: Op. cit. en la nota lQ, ii6m. 272.
(24) 13JLEB: Op. cit. en la nota 10, ndm. _ , qui peDu. que po_t tl"&ctar,ae d'una vari'ant de bo.i.W.
m
(26) SILES: Op, cit. en la nota J O, .n úm. 278.
(26) SILES': Op. eit. en la not:a 10, núm. 282, en una mo~
ALBERTOS FIRMAT: Op. cit. en la nota il, p1g. 41', c:reu q_ue e& tl"&ct¡o d'un DOID penonal.
(27) SILES:· 0p. cit. en la .nota 10, núm. 283,
(28) SILES: Op. ciL en la nota 10, nÚJII. 284.
(29) UNTERMANN: Op. cit. ~n la nota 7, plg. 296, qui re¡:ull dotse cuoe en qu• ee d6na aq\leet fenomen, entl"& ella e.lguna dele ad cítate,
(30) SILES: op, cit. en la nota 10, nlio> . .ql. V~u la DOta 8 aobre el problema de la vacil·lac.i 6 voeA]jca a l'ibfti<:.
A. TOVAR: •El Euekera f - parlen~. M~drid, 1969, plg. 2.1.
.
A. TOVAR: t!I'b" anci""t ~- of Soein and Port\IJal¡o. New York, 1981, p&g. 64.
(32) L. MICHEJ;ENA: olbérico -EN•. ;A,cfia dell Cofoql!io eobr.aLenguaa y Cultura.i Pre~. de.la'Penlnaula lbmca. Salunanca, l 976,
p61. 361.
.
(33) J. UNTERMANN: •Ein neugefundener S_
taina:ltar mit iberi.icber Inechrift au. Südfrankteich>o. En «Homenaje a A. Tovaroo. Madrid, 1972,
m.
mY
·~
.
:
- 94-
[page-n-97]
ESTELA mERICA DE BELL-LLOC
5
(34), al qual se li dóna un valor estrictament convencional (35). Apareix en posició
final en nombrosos mota: ta.r.ba.n.i.co.r.m.i. (Canet lo Roig) (36); s.a.ca.r.be.ta.n.m.i.
(Benassal) (37); s.e.l.ta.r.m.i (Cabanes) (38), ,etc. Sovint es dóna una associació d'aquest
morfema amb elsufix -e.n.,, com ocorre en la nostra inscripció: ( ...)r.e.n.m.i. (Algimia de
Almonacid) (39); e.i.ce.ta.i .e.n.m.i.:(Oliete) (40); o.i.i.o.ba.r.e.n.m.i. (Ensérune) (41), etc.
Apareix, sobretot, en inscripcions de caracter funerari i en objectes diversos, cosa per
la qual A. Tovar planteja la possibilitat que podría tractar-se d'una terminació en
genitiu o en datiu (42). Posteriorment, J . Untermann l'explica coma partícula possessiva (43). Darrerament, J . Siles assenyala com la interpretació més convenient pera
aquest morfema és que es tracta d'un pronom personal de primera persona (44). En
general, les hipotesis existente sobre la seua interpretació concorden en assignar-li
una funció pronominal.
La nostra inscripció presentaría, dones, un típic formulari funerari en el qual
podría identificar-se un antroponim amb estructura bimembre, més ele morfemas
addicionals e.n. i -m.i. Segons la tipología de les inscripcions sepulcral& iberiques
darrerament establida per diferente lingüistas (45), }'estela de Bell-Lloc podría incloure's en el grup dele epitafis més breus, que presenten el nom del difunt seguit --en la
major part dele casos- d'altres elemente, com ara -m.i., -a.r., -e.n., etc. Tanmateix, en
cap deis casos estudiate no figura la combinació: nom personal + -e.n. (sufix de
genitiu) + -m.i. (pronom personal); només a !'estela de Cabanes - una de les més
proximes geograficament a la de Bell-Lloc- trobem aquesta combinació d'elements,
pero amb la fórmula s.e.l.ta.r. intercalada entre ele dos morfetnes. Aquesta, composició
del formulari funerari la trobém, no obstant, en una inscripció recentment publicada:
laja citada d'Algimia de Almonacid, a banda d'altres paral.lels conegute d'inscripcions sobre cer8.mica.
IV. INTERPRETACIO
Segons hem vist, sembla tractar-se d'una estela funerAria del mateix tipus que
(34) A. TOVAR: •Fonolocfa 'del iWrico•. En •Mitce14nea en H~e a A...W Martineb>, m. Le Legu.na, 1962. pq.. 171· 181.
D. FLBTCHER VAU.S: •De nuevo eobre el olgno íbérieo Yo. Veri& l. Valencia, 1979, pip, 18$-189.
J . SILES: •Sobre el oigno iWrico Y y lot v-aloreo fonéticoe que anota. Apunta para-una oiotematioación de lu ~ftu de lu nualeo en l.
a
eocrilura ilí6ricao. Eaierita, :XUX, Madrid, '1981, pip. 75-98.
J. UNTER.MANN: «Dar Iberioche Buchetaba Y•. Navic:ula 'l'ubireno• Studlaln Hono....., Antonii Tovar. Tilbincen, !984, plp. 87&381.
(86) J. SILES: .Uxico de lu inacripcioneo iWricu de SquiltQ>I. Saii"Dti.m. 12. Valencia, Ul78, pq. 159, de qui MPetC el. criterie alU
expotata.
(36) SILES: Op. cit. en la DOta lO, nó.m. 7e8.
(87) SILES: ()p. cit. en la DOta 10, Dó.m. 127&
(38) SJLES: Op, cit. en la nota 10, Dó.m. 1310.
(38) A. OLIVKR FOIX i V. PALOMAR MAClAN:
c-tlw. Cl>ademoe de Prehiotoria 1 Arqueolocfa
(40) SILES: Op. cit. eD la DOta 10, Dó.m. 927.
(41) SILES: Op. cit. .., la nota
11m.
to, ..
«
e-n-. 7. Cucall6o,
ueo.
1980,
pq..
latiDisacióD .,.
119-122.
(42) A. TOVAR:•Láico.da J.e IMcr:ipciooeoiWricM(celtib6ricoe ~Wrico)oo. &lcudloeded.icadotaR. MeéedeoPidai,D. Madrid, 1961, "'-· 312.
(43) UN'l'ERMANN: 0p. ciL ea la DOta 4, 8 .7.8.
J . tJN'I'ERJ,(ANN: ,Jnacripcionae eepulcralee ibériéu>t. Cuadernoo de Prebátoria y Arqueolocía CuteUon-, 10. CaeteUón, 191M,
pq. ni.
(44) SILiilS:. Op. cit. en la noca 10, .,.,. 2811. núm. 1.116.
(46) DE HOZ: ÓJ?· ciL en la DOta 8, plp. ~.
-95-
[page-n-98]
6
F. ARASA 1 GIL
trobem en nombre notable alllarg del territori pel qual s'estengué la cultura iberica. A
les comarques septentrionals del País Valencia coneixem nombrases inscripcions
iberiques sobre pedra: tres a Canet lo Roig (46), una a Sant·Mateu (47), una a Benassal
(48), una a Les Coves de Vinroma (49), .tres a Alcala de Xivert (50), una a Cabanes (51),
una a La Vall d'Uixó (52), una a Algimia de Almonacid (53), una altra possible de
Jérica (54), i la de L'Alcora, encara inedita (55).
Algunes d'aquestes inscripcions, com les de Canet lo Roig, Benassal i Cabanes,
degueren ser esteles de forma prou semblant a la de Bell-Lloc; la majoria, pero, han
arribat a nosaltres massa mutiladés com per a poder reconstruir la seua forma
original Algunes presenten també una cartela emmarcant el text, com les de Canet lo
Roig II, Les Coves de Vinroma, Benassal i Alcala de Xivert. Cap d'aquests epígrafe,
pero, presenta !'estructura d'una doble cartela, amb un espai intem potser reservatper
a la decoració. lgualment, cap de les esteles iberiques conegudes en terrea valencianas
al nord del riu Palancia presenta motius decoratius o ornamentals (56), i en aixo
aquest grup que ·es concentra ·majoritariament a les comarques del Maestrat i de la
Plana Alta es diferencia del grup proxim del Baix Aragó (57). D'altra banda, !'existenUN'l'EBMANN: Op. cit. en la DOta 43, pq.. U:l-115.
J . SILES: ocSobre la epi¡rafla ibérie... Epicrafla HiaJ*niee de 6poee romanC>-repu\>lieana. Zarqou, 188S. pq.. 41-42..
(46) D. li'LETCHER VAU..8 i V. OINER SOSPEDRA: «Trw Upiclaa ibérieaa de Canfit Jo Roi1 (Cealall6n)ot. BoleU.n de la Soc:ieclad.
C..tell- éle Cultura, L. Cutellón. 1974, p1p. 13&166. Em limit.o a donar 1• meÑnci• bihliOidfi
qu.~ •'han !!.lan~jat nov• leewrea.
(47) V. MBSBGUER FOLCR íD. ,FLETCHER VM..LS: oluetipeión íb6ríea ele Sant Mateu. (Cutelión de la Plana)ot. BolotSn de la Sociedad
Caetenon- de Cultura, LVU. Cutellón, 1981, ~P. ~209.
.
~46) t. BALLBSTER TORMO: •La Labor del Servicio de lnveotilaeíón I'Nbietóriee y .u. Mu.eo en el ali.o 1936 a 1989oo. Valencia, 11M2, pq"
132-133.
D. PLETCIUR VALLS: oTutoe i.b6rico. del Mu.eo de Pnhiat.oria de Valencialt. Serie de TraM,i01 Vari01 del S.I.P., 81. Valencia, 1986,
pq. 24. lim. XL.
(49J D. li'LETCHER VALL& •Nue•u iDIIc:ripcion• ibmeaa en la ,.Pón de ValenciaJt. :An:lúvo de~ Lennlina XlD. Valenc:ia,
1972, ]lip. 107· 108. La 1e10na iucripció del mataix jaeímeDt citada en la bibliocral}a. un u·vot, éa po.lb~t una falaiftl:ació; fou. publicada
por. A. OLIVER FOIX: «Epip-atla ibériee de la provincia de CulallónJo. Cu.adernoe de Prelúmma y Azq.-qla C u t e l l - 6. Cute1l6n.
1978, pq. 278, nWD. 19.
(50) A. VALCARCEL: t
pq.. 1G.U.. lim. 1, númL 12. 13 116: Duee trobedee al Conal del Rot,, 1 una ~ trobade en la ¡ilrtide de PolpiL Aqu.eta danera l4lñ citl!da
en 1906 pe1 Bu6 d' Alc:ahall - a ~t d'un rep!epment íormat per 1et mu.ntanyea ele Xivezt i Bmbonó; a~ noUcia-' reeollicla a la
vopda pe C.• 8uthou a la ..o.o,r.f1a de le.Provincia de Cutellón•, i eobn ella. ja ~1, A. OLIVER. op. cit, en la nota 47, pq.
288, lnterpretari <¡ue .. traetava d'una quarta i.nacri,pció proeedent d' AleeU. de Xivert, ftUD en:realitat ee trada dala pi'O(*ient de la partida de
Polpla 1111!1! una alt.ra de-.inació. Ve¡au al respecte: F. ARABA 1 OJL: «El Maeat.rat en 8poc:a l'OIIWWI. I Co~ d'H.ieti>ria del ~t.
V~
1987, pA1. 129.
(51) F. Fl'l'A: d.4plda ~b6riee en Caben• y romanu en Almenara, Vinarreel y Tatta~Qna•. Boleún de la Real Academia de la fliat.oria,
LXIV, Madrid, 1914, pA1. 198.
(62) A. OLIVER, J . A. CASADO i J . L. ORTBQA: •Nuevas in.cripeion• ib6ricu en t.a VaJl d'Uixóoo. C~ de l'Nhietoria y Arqueolocie.
Caetenn..-, 9. Cutenón, 1982-83, p¡,. 248.
(53) OUVBR i PALOMAR: Op. cit. en la nota 39, pq. 119-122.
(54) A. M11l.ALLES DBL IMPERIAL:
ele eaeten6n de 1a Plana»: Madrid. 1868. p¡,. 84.
(55) La reeu11 D . Fletcber en ea q....tr...reoWD. de troballee de textoe il*ica: D. FLBTCHBR VALLS: •Ea
Valencia, 1983, pq. 67.
FLBTCHER: Op. cit. en la nota 6. pq. 292..
(66) UNTSRMANN: Op. cit. en la nota 4, pq. 01. Uo eaa a baDda fóra el de la dema d'Anoo del Muot.ra, l'Wüc u..,W de rellau ihme
oobre ped.ra COI>OIUl lí.M ara en t.ree val~ al nord de Sqwl&: l 8ALLE8TER TORMO: oLa labor del s-vicio ele ln•a.tipción
Prem.&órica y "' Mu.eo en el aAo 111311 a 1939». Valeo.cia, 11M2, pq.. 1»132.
OLIVER FOIX: Op. cit. en la note 49, nlim. 2168-:189.
(51) Vepu poincipalment: F. MARCO SIMON: ..W B.te1u de tradicióD iildía~~~>a del Mu.eo de Teruebt. T-162. TenMI, 1974, pq.. 93-103.
P. MARCO SIMON: •Nu..u ette1u ibmeaa de Alc:aliiz (Terual)lt. Pyrenae XJI. Barcelona, 1976, pq.. 73-80.
P. MARCO SIMON: «Lu eetelu decoradu del convent.o Caetara~tano y Cluní-. C.... AIJPÁ& 43-44. Zara..,.., 1.9711
P. ATRIAN JORDAN: •&lyaeimient.o de Tone Gachero (Valdenot.r.) y lu eetelu ib6ricu del Mueeode Teruelo. Teruei81-G. Teruel,
1979, p1p. 157·178.
•
M. MARTrN·BUENO 1M. PELLICBR CATALAN: •Nueva• eatelu proeedentea de Cupa(Zarqoza)lt. Habiol().ll. Sevilla, 197Qá), ~
401-420. Ea ~ela d'u.n foeua fonamentalment aneplgraf d'una trente exempla,. que a' •t.én. pea tel'lll88 muníeipala d'AieaAis, Calaceit., Cup,
Cretea, Valdet.otmo, Vallderourea i Xiprana.
•Crónica
n..n..
- 96 -
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ESTELA mERICA DE BELL-LLOC
7
cia d'aquestes concentracions no pot fer-nos oblidar la presencia d'altres troballes
proximes com les tres inscripcions de La Iglesuela del Cid (58), l'important focus
epigr8fic de Saguntum (59) o les troballes ja més ll\lllyanes de Caudete de las Fuentes
(60) i Sinarcas (61).
Quant al problema de la datació, la majoria de les inscripcions conegudes no
compta amb un context arqueologic ciar que permeta fer precisions cronologiques. En
els casos en que coneixem el jaciment arqueologic exacte on s'han trobat, es tracta
d'un assentament iberic, com ara el de l'estela de Bell-Lloc. Així, tenim que la
inscripció de Benassal es va trobar a les proximitats del poblat iberic existent en el
Castell de Corbó; la de Les Coves de Vinroma aparegué igualment en el poblat iberic
deis Tossalets; les tres d'Alcala de Xivert es van trobru: en dues necropolis iberiques
existente a les partidas de Polpís i del Corral del Roig, segons pot deduir-se de la
descripció que en fa A. Val cárcel; la de Cabanes podría haver estat trobada igualment
en una de les necropolis iberiqu.es conegudes a la zona de la Ribera; la de la Vall
d'Uixó es troba en una de les necropolis del poblat iberic de la Punta; i la d' Algimia de
Almonacid es va trobar en un assentament iberic (62).
Recentment, alguns investigadora han plantejat que la informació proporcionada
pels textos iberics de caracter sepulcral no deu ser molt diferent de la que trobem en
els epitafisllatins (63). D'aquesta manera, el formulari contingut en aquesta mena de
textos seria, en esquema, bastant semblant en ambdós casos. Aquest fet permetria una
aproximació cronologica dels epígrafe iberics de caracter funerari a l'epoca romana;
així, les esteles iberiques podrien datar-se, almenys en la seua major part, entre els
segles ll-1. Una datació semblant convindria a la propasada per altres autora mitjan~ant uns altres criteris (64), i també al fet que algunes inscripcions iberiques presenten
noms llatins (65).
Aquesta datació, pero, tot i que sembla la més adient, planteja alguns problemes,
com ara el fet de l'escassesa de l'epigrafia llatina d'epoca republicana, la qual, a més,
(68) F. ARABA 1 GIL: •El morrón del Cid U.. ialeeuela. d~l Cid)t. Teruel 70. Tel'\lel, 1983, plp. fl9.72, ltm. W, núm. 3-4, amb tota la
anterior.
(69) Veseu Conamentalment: SILBS: Op. cil. en le nota 34.
F, ROCA 1UBELLES: oNueYOII reetoe epiarifiCOII 'del Té¡omino de SaiUDto», .Arae 19. 8a1unto, lee., plp. 67-68.
D, Ft:&TCHER VALLS: •SaiUDto 28. Inacripción ibérfca 119bre piedra proceden le de St.IUDIO!t· Arae 19. SaiUDto, 19114, pip. 4-11, qui
cita 20 U..Cripciona i bUiquea proce
Poateriorment M n'ban afeeit duea m&:
F. ROCA lUBELLES: oEpi¡n.fia de SaiUDt». Arae 2L 9aiUDto, 1986, plp. 66o69.
(80) P'LBTCHER VALLS: Op, cit. en la nota. 48, ~. i 9, fí«. 44, llm. XLI: VILLARES W .
(81) P. BELTRAN VlLLAGRASA: ..X..~ ib6rica de SinarcaP. llo!etúi de la Real Acadania ele la w.toria, XXVL Madrid, 1947, pq.. 246-259.
P'LETCH.ER VALI.S: Op. cit. en la nota .S. pq, 13, 4 42. le, ~1.
(82) Lee lrel IDICripcíon. de Canet lo 'Roi1 • van tzoobar en un Uoc idoni per la exiatenc:ia d'un pobJu i!Mrlc, pero 1 ' - di! ree1ea
cet'bliquee d'aqu..u. ~no J*'lllet conlirma.r la "tU& exiatencia; a a\cuna centenar~ de exialeilt una Yil·le romana, pero Hmble
ani~~cat eetablir una reladó en. ... ela ep(¡rafa 1 oqueet hAbita.L
t
(88) S ILES: 0p. cit. .., la nota. 46. pq. .o.
UN'l'I.RVANN: Op. cit. tn la nota 4, plp. 111 i -.
(~ J. MALOQUER DB MOTES: oEpicnfla prelatina de la PeDÍblule Ib6rica•. ~lona, 11168. pl¡. 87, que t. data ..,.joril1rianlelll entre
e1a ..,tee D·l, apunta.nt la PGMibilitat que al¡unee poclrien dat.v... en ~ imperial.
MARCO SIMON: Op. cit. en la nota 67, pq. 91, qui ~ data entre el M~lee U i le .,n-.o ID8itat de l1.
JolAJl1'IN BUENO I PBWCER CATALAN: Op. cit. en la nota. 67, pq. 419, on oqueetee trobellee • datan cap al primer le!'\' c1eJ ~e~le D
a.C., -IIJralant oqu- autora la im~bilita.t de l'..u.tncla de amb lnacripciona abana de l'lll'rit..da dele ...,......., fet que degué
CQIIIpoñat l'inicl d'un "'*wn que I'OIIIADdrl dee el'~
(86) J . SIL&S: odberl.mo y latíniucióo: nombree letinoe en epl¡rafea 1~. FavenU. 8/1. &rc.lona, 1981, plp. 97.1J.S.
bibllocraf'~a
- 97-
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8
F. ARASA
J
QIL
sembla tenir un caracter majoritariament públic i no funerari (66). A la ciutat de
Saguntum, per exemple, no hi ha cap menció explícita d 1un epígraf d'epoca republicana; la inscripció més antiga és de caracter públic, i ha de datar-se amb posterioritat a
la constitució de la ciutat com a municipi, ja en la segona meitat. del segle I a. C. (67).
L'ús de l'epigrafia llatina amb una decidida funció funeraria, i el seu arrelament entre
la població, comenca en epoca d'August, i es generalitza alllarg dels segles 1-II (68).
Com que els epígrafs iberics sembla que apareixen majoritariament associats a assefu
taments iberics, i aquests en general no perduren més enlla de mitjans del segle 1 a.C.,
rf_fsult.a difícil associar ambdós fenomens, almenys en el món :rural. Ens falten, dones,
els models romans que podr.ia haver utilitzat la població ind!gena. L'apa.rició de
l'epigrafia funeraria iberica podría haver estat, de fet, una manlfestació autoctóna,
originada a ,Partir de la regularització de l'alfabet iheric després de la conquista
romana, pero enquadrada en una tradició indígena.
En aquesta línia, A. Oliver assenyala com els íbers no utilitzaven eletnents per a
indicár el lloc d'ente.rrament., apareixent per inflüencia romana l'ús d'inscripcions.
Així, l'aparició d'inscripcions iberiques al nord del iiu Mi1lars seria conseqüEmcia
d'una ,major reticencia dels Ilercaons a la romanització, mentre que la major cQncentració d'epígrafs llatins al sud d'aquest riu provaria la ro.ajor receptivitat deis Edetans
a la influencia romana; la zona nord es romanitzaria més tardanament, mentre que la
sur, més proxima a la ciutat de Saguñtum, assimilaria més rapidam~nt i intensa les
influencies romanes (69). Aquest plantejament, que l'autor situa en un context cultural diferenciat per a ambdós pobles, producte en part de distints influxos colonials,
sembla e.xcessivament simplista, ja que aüla l'area de l'ambit general de la cultl.U"a
iberica, cerc~t diferencies regionals a partir de m~ifestacion.s conc:retes a 1'ambit
eacriptuari. Així. si bé és cert que la zona atribtñda als Ilercaons no ha proporcionat
pel moment inscripcions iberiques sobre plom, suport escriptuari que utilitzen les
inscripcions més rui.tigues, no pot amagar-se el fet que les que apareixen sobre pedra aparentm.ent una de les manifestacions més tardanes de l'epigrafia iberica- s~estenen
per quasi tot el territori iheric, i que la ciutat de Saguntum -situada en el cor del
territori edeta- és un deis focus més importants d'aquesta manifestació escriptuaria.
A més, la senyalització dels enterraments iberícs --consistents majoritariament en
ineineracions, coro seguira succeint ambles romans (70)- podría ha ver comvtat amb
(66) Vegeu un '~t de la qüeeti6 a lee ·a ctea de la1eunió sobre Epi~fli; Hia~ de é~romano,toepublieana. Záragoza, .1986, pap. 141 i
aa. Es trac:til majorito\riament de documento de ti!'ú' jurfdie, com ara el decrilt de Lu~iu.t Páulua..AemUiua sobre la Turria Láscutana, ¡la Tabula
Contrebiensia; dll fn4·1iaria CO!D ele de Manius Se!:gius (Lleida); o dé dédicatllriei com li de Mareua Twúua Silanus en. Emp(ities.
(67) Ea tracta de E. HÜBNER: Op.. cit. en la nota 11• .núma: 3.861-3.950.
BEL'TRAN LLORIS: Op. cit. en la I).Ota 11• .núm, 67.
(68) Per a Saguntum,, vegeu, en general: BELT.RAN LLORIS: Op. c:it.. en la noto 11. pap. 333,'146.
(69), Aqul!!lts plant.ejamento han estat de&envoluJ?I!ta ))!lr a_qu~ a.u tor en diterento tftballa: OLIVER FOIX 1 PALOMAR MAC!AN: Op. cit. en
la nota 391 p~s. 122'-lZG.
A. OLJVER F'OIX: «lncinera:cionee entnt el rio Ebro"' el Palancia. Nuavaa aporta.cione¡¡ para el eatudio de 1~ enterramientWic~.
Cuadel'tl06 ¡le Prell.istoria y Arque!>logia Caat.ellonenllee 8. Cut.elJótl 1981, pi.gs. 24&260.
A. OLIVBR F.OI:X; «La epigrafia ibérica y romana como eleménto ·aintomáttco de influencia cultural Aportacioneó ál pl0<:1!(!0
eacriptU&rio. en la Edad A:i:ltig¡u••· ll91Q.ún de la Sociedad Caatellone,_ de Cultuia LX!. Qae~llón. 1986, ~· 31.
(70) OLJVER FOIX: Op. cit. en la qota 69, plg. 260: «Con la rom.onizaci6n, la incinerac~4 entn en tll etapa final, debido a que la nueva
potencia medic:errinea, Roma, no usa ~te tíl!9 di! entena¡niento_trada de eata .wna en el
-98 -
[page-n-101]
ESTELA ffiER.lCA DE BELL-LLOC
9
precedents de major antiguitat, donat que coneixen algunes esteles anepígrafes que
podrien datar-se amb anterioritat a la presencia romana, com ara les que constitueixen
el focus anepigrafic del Baix Aragó (71), o potser la mateixa estela d'Ares del Maestre.
L'epigrafia funeraria iberica, dones, sembla una manifestació propia d'aquesta
cultura, concentrada en una amplia regió que s'estén perla meitat septentrional de la
facana mediterrania de la Península, almenys de Vic a Llíria i de Binéfar a Sinarcas.
La seua generalització al llarg dels dos primera segles de la presencia romana en
Hispania sembla, segons l'estat actual dels nostres coneixements, un fenomen originat
en l'impacte cultural que aquesta suposa, pero en línia amb una tradi.ció autoctona de
senyalització dels enterraments amb monuments de diversa índole per part de les
<<élites» locals, com ara el mateix monument de Binéfar (72).
mundo romano. (.•.) la i.ncilleradón tri cayendo eo el olviAio. Bn Mta zona no lm>emc8 leHimon.ioe de que ~ra el cambio 6e &n. Tampoco
' * ' - teldmoniot, .U. ea>barco, de que la inhumación en el cambio de &ra Mtaba ya plenamenta vicen~ (l:ic). Sobre ac¡ueet t.em-. veaeu: A.
AUDIN: •lnhumalion et iocin~tlon». lAtomua XIX. 1960, pqa. 312-322 i 51&.682..
MALUQU&R OB MOTBS: ()p. cit. en la 11ota 64, ~. 67.
lofARTJN.BU&.NO 1 P&WC&R CATALAN: ()p. cit. eo la nota 67, pq. • 111: aq-ca autora -yalen COIII la ment.alítat que pro"oca la
ulilitsaci6 da l'eacritura nanta i del ..Ueu 811 lea eatelee ~ la mateixa.
(71)
(72) F. MARCO 1 V.
BALDELLOU: •81 monlliiU!Ilto tomano de Binifar
-99-
(H.,_,.. Pyrenaa 12. Barcalooa. plp. 91-116.
[page-n-102]
[page-n-103]
F. ARASA 1 GIL.- Estela ibérica de Bell-Lloc
- 10 1 -
LAM. 1
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ARCffiVO DE PREHlBTORIA LKVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 1989)
FRANCISCO ESTEVE GALVEZ
(Castellón)
LA LAPIDA ffiERICA DE CABANES
l. ANTECEDENTES
Problema ya olvidado, porque no se intentó resolver a su debido tiempo, es
averiguar donde encontró Joaquín Peris la conocida lápida ibérica de Cabanes. Un
secreto que guardó celosamente porque esperaba hacer allí otros hallazgos y tenía
sobrado motivo para desconfiar.
Siempre fue generoso y comunicativo para quienes sentían curiosidad por saber de
sus investigaciones arqueológicas, mostrándoles el material que había recogido, hablando de los lugares que exploraba, y si tenían interés en conocerlos les invitaba a
pa.s ar unos días en su fmca «La Senieta», entonces la mejor heredad de la Ribera de
Cabanes. Y por aquí pasaron Pascual Meneu, catedrático de la Universid~d de
Salamanca, Luis del Arco, catedrático del Instituto y presidente de la Comisión
Provincial de Monumentos de Castellón, Francisco Almarche, director del Museo de
la Academia de Bellas Artes de San Carlos... Y cuando los comisionados del Institut
d'Estudis Catalana fueron a la Valltorta para estudiar las pinturas rupestres y el Dr.
Bosch estuvo en Castellón interesado en conocer los hallazgos arqueológicos de
Senent, también fue a Borriana para ver la colección de Joaquín Peris, que luego
aprovechó en alguno de sus ensayos de conjunto sobre la cultura ibérica o arqueología
castellonense. Son hechos que deben tenerse en cuenta al enjuiciar la conducta de
Peris en el caso de la l ápida de Cabanes.
Debió bailarla los primeros días de noviembre de 1913 pues a mediados del mismo
mes la mostró a su primo Manuel Peris, y por éste lo supo Luis del Arco, quien lo
comunicó al P . Fidel Fita, sin haber visto la lápida, ni saber el lugar exacto donde se
halló, que según le dijo Manuel Peris, estaba «entre Albalat y Miravet». Es de suponer
-103 -
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2
F. ESTEVE GALVEZ
que el P. Fita pediría una fotografía de la lápida ibérica para estudiarla porque a los
pocos días Carlos Sarthou ofreció a Peris fotografiarla, como una atención personal.
Peds aceptó, y de paso se fotografió también la lápida de \Ve)ttius (E)ndymion que
había recogíd.o en las ruinas del supuesto templo de Venus, cerca de Almenara.
Cumplió Sarthou su promesa, entregándole .a Peris clichés y pruebas de las dos
fotografías, pero se quedó sendas copias, que remitió al P. Fita; y éste las aprovechó en
S\,1 estudio sobre .los nuevos hallazgos de epigrafia castellonense, que acto seguido
publicó en el Boletín de la Real Academia de la Historia (1).
Entre los eruditos y estudiosos locales hubo un sentimiento de repulsa pata
Sarthou, que intentó justificarse al~gando que «cumplía su debet como correspondien·
te de la Real Academia de lá HilJtoria». Peris calificó aquel acto co.mo «un abuso de
confianza», y desde entonces hablaba J?OCO de sus investigaciones arqueológicas. Má~
aún, cua,ndo pasados bastantes años dio noticia de ellas en el Boletín de la Sociedad
Castellonense de CultUl'a (2), nada dijo de los lugares donde hizo los hallazgos más
importantes, cosa que antes no sucedía. El Mortorum lo mostró a Luis del Arco, quien
se descolgó apuntando la posibilidad que fuera la tumba d!'! lo$ Escipiones (3), y del
hallazgo de, la lápida ibérica, antes que la publicara: el P . Fita, ya se había dado noticia
en la prensa local.
Muy a principios del mes de febrero de 1914 Pascual Meneu estuvo en La Senieta
invitado por Joaquín Peris, quien le mostró lo más notable que había en los alrededores; el castillo de Albalat, acaso la Torre de la. Sal, el castillo de Miravet y algunos
lugares arqueológicos que venía explorando, entre ellos la masía «Lá Polida)), donde
había encontrado una lápida ibérica (4). Cita que ha pasado inadvertida y es fundamental para conocer su origen.
En los ya muy lejano11 años juveniles de los comienzos de nuestras investigaciones
arqueológicas, en aquel ancho espacio «entre Albalat y Miraveb>, que de hecho es toda
la Ribera de Cabanes, pesaba la maldición de la malaria y por el campo se veía muy
poca gente. No extrañará, pues, que nuestros intentos de encontrar
Polida», no tuvieran éxito.
Fue muého después, ya pasada la. guerra civil, cuando en el caserío del Bruseral
nos dijeron que la masía que buscábamos acaso fuera «la casa del Polido»,,que se halla
allí cerca, junto a la carretera de Cabanes.
Y allá fuimos, teniendo la suerte de conocer al Polido, hombr e jovial y comunicati-
(1) F .. PITA: !d\obre episrafia cutellonenae. NuevO
Madrid, 1913, páp. 68~.
F. FrrA: •Sobre epi¡rafla cattello n - NueY hall..,.,. de U pidu (continuación)o. Boletln. ~ la Beal Academia S.~la de la
O
Riatoria, tomo LXIV. Maclrid, 1914, ~p, 1113-199. S. en eeta ~ parte donde uata de la~" í~c;a de Cab.anee.
(2) J. PERIS: •Eaca.rceos IIJ:!ll!e!>l~. Cute.llón y sua cen:anias». Boletín ele la Saciedail Caatello~ense de éultu,ra, \ómo ID. ~ll611,
1922, páp. 218-226. El autor de eete ártfclilo JIO ee J . PEIUSFUENTES como d.ice el Boletín, aillo J. PERIS BOIX. En el miomo eno~ incurri.e.rOn
¡\LMARCHE y SARTHOU CARRE~ al bablár de loa lulllazgO
(3) l>e eeta Jt8Ngrina.idee de LUIS DEL .ulCO, qué ..timul6 á J O,AQUIN PEIJIS a e"cavar el Morionam, y lo que fue en realidad el w~
«túmU1011, doy cuenta detellada en «Uh J>Oblado de la Edad del Bronce en Ja libera de Caban-. Cllll.ifemo. del'telliatoria y Arqueolo¡{a
Caatéllonense, 2. Castellón, 1976, páp. 66-70.
,
(4) P. MENEU: • Miravet y Albalabt. Reviata de Castell6n, ailo ID, nWn. 150. dutellón_ 31 de IIW'&O de 1914. ~ 8-4.
- 104 -
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LAPIDA IBERICA DE CABANES
3
vo que tuvo tratos con el «amo de la Senieta>>, sabía su pasión por las «cosas antiguas»
y nos dio de él curiosas referencias.
Tenía el Polido una parcela de algarrobos, que decidió convertir en viña y al
arrancar los árboles y romper el suelo encontró una urna cineraria, que tal como la
describía debió ser ovoide, de cierre hermético; y encima de la tapadera cónica había
un collar de bronce en posición horizontal del cual pendían muchos brazaletes,
también de bronce, cubriendo el vaso.
,
Peris se interesó por ella y acabó por adquirirla. quedándose el Polido, como
recuerdo, un par de brazaletes. Son ovalados, con los extremos lisos y están decorados
por finas incisiones de líneas paralela~;~ puestas de través, normales o sesgadas (fig. 1).
El Polido tuvo la atención de acompañarnos a su viña que estaba poco más arriba
de la primera torre de Albalat a la izquierda; y estando allí nos habló de otros restos
antiguos que solían descubrir al hacer zanjas para enterrar los sarmie,ntos o estercolar
las cepas. Eran paredes de piedra seca y trozos de vasijas, que por los t,iestos que se
veían superficialmente serían romanas. Pero la urna cineraria apareció ya fuera de
estas ruinas, hacia el N.E.
Y de vuelta nos hizo notar que paredes semejantes afloraban cruzando el camino
poco más apajo de la torre.
Inesperadamente aquel hombre, nada vulgar, que observaba, razonaba y trataba de
entender lo que veía, nos informaba sobre la mejor sepultura ibérica que sepamos se
haya encontrado en la Ribera de Cabanes. Un hecho que se ha dado con relativa
frecuencia porque aparecen aisladas o en pequeños grupos, salvo el numeroso contingente que fue necrópolis del poblado de la Torre de la Sal.
Desde su finca de La Senieta, Joaquín Peris estuvo atento a estos hallazgos,
pudiendo recoger algún material arqueológico, y por él los conoció Almarche, que
habla de urnas cinerarias encontradas en las fincas de Tárrega, Pitarch y Mas
d'Enqueixa (5). Pero hagamos la salvedad que en el Mas d'Enqueixa se trataba de
cerámica musulmana y la confusión vino por haberse hallado entre cenizas.
Luego Peris habló de la urna de La Senieta, de las «más de un centenan, que
aparecieron al roturar un campo inmediato a la Torre de la Sal, donde él excavó y
halló otras seis. Y tenemoB referencias que todavía en 1923 hizo gestiones para
adquirir una urna que se encontró cerca del Bruseral.
En los últimos decenios han seguido los hallazgos; en la zona de Con.fit, donde Peris
ya recogió restos de dos urnas, y ahora fueron seis en hilera; de nuevo cerca de la
Torre de la Sal; luego tres en el Tancat, pero aquí habría bastantes más~ porque
también aparecieron tiestos de otras; y últimamente en la finca de Manuel Pujol.
Pero los ajuares fueron parcos y poco expresivos, sólo dignos de mención un anillo
serpentiforme de la necrópoliB de la Torre de la Sal, una fíbula de pie alto de la
sepultura de La Senieta y el más rico ajuar de la urna del Polido. En éste los dos
(6) P. AI..MAKCH.E: • lA anti¡ua ci..UU.ci6n ibériCa en el lleyDo ele Valenew. Valeneia, 19111. p6p. 85.
- 105 -
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F. ESTEVE CALVEZ
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LAPIDA mERICA DE CABANES
5
brazaletes que restan por su forma y adornos incisos muestran cierto arcaísmo, pero de
acuerdo con la urna, nos parece prudente situarlos en el siglo V antes de C.
Si las noticias que daba el Polido sobre hallazgos arqueológicos en su viña valía la
pena recogerlas, lo que dijo luego de la lápida ibérica aún lo juzgamos más interesante.
ceLa descubrieron en el Bordissal, cerca de su casa, al roturar una parcela de
almendros, y la pusieron en un ribazo dejando a ca.r a vista la inscripción, de manera
que los pocos vecinos de por allí la conocían, y así lo supo Rufino, el masovero de La
Senieta. Entonces el Sr. Peris entró en tratos con el dueño del bancal para adquirirla y
hacer excavaciones donde la había encontrado».
Que fueron durante el verano siguiente, y como él trabajó en ellas sabía lo que
encontraron: jarritas a menudo aplastadas, ·que sólo contenían cenizas y huesos.
Así nos iba contando el Polido el hallazgo de la lápida yendo al Bordissal; y cuando
llegamos, fue señalando los lugares donde sucedieron los hechos. Y por si esto no fuera
bastante el Bordissal se ajustaba en todo a la concisa descripción que dio Meneu:
ccjunto a un camino antiguo y en la encrucijada de otro. En este sitio halló mi
compañero D. Joaquín una hermosa piedra rectangular, que tiene esculpida en una de
sus caras una inscripción ibérica (...) Esta circunstancia nos hizo examinar cabe la
masía, ribazos y aspecto del suelo, en el cual hallamos residuos de tejas romanas,
aunque en cantidad y extensión reducida)) (6). Y era así, a la vera del camino de
Albalat a Miravet, que fueron lugares ibéricos, y en el cruce del camino que baja del
poblado ibérico del Campello al de la Torre de la Sal. Y también era cierto que
afloraban trozos de tégulas, ahora más que entonces, porque decía el Polido que
últimamente mejoraron la parcela que teníamos a la izquierda nivelando el suelo y
haciéndole ribazos. Entonces descubrieron los cimientos de una balsa, que siendo de
hormigón no acabaron de arrancar. Poco más allá apareció una sepultura y muy cerca,
hacia el S, el fondo de una gran tinaja, que debió de ser un ccdoliUM)), pero los tiestos
que se veían, aparte tégulas, eran de ánforas. También era de notar que entre los
cimientos de la balsa y el rizabo del margen había una gran mancha de tierra
quemada.
11. EL LUGAR DEL HALLAZGO
La tromba de agua que cayó sobre nuestro litoral la noche del28 de septiembre de
1949 por su magnitud tuvo consecuencias trágicas en Valencia y Castellón, y como
alcanzó inusitada extensión también en el campo dejó una secuela de desastres. En la
Ribera de Cabanes no sólo abrió bancales, se llevó árboles y cortó caminos, el largo
terraplén de la vía férrea fue un dique que retuvo el agua y en el centro del llano se
formó un embalse que lo inundó todo, ahogando animales y arruinando edificios. El
viejo caserón de la Senieta se hundió. Los caminos se convirtieron en barrancos y el
del Campello era un torrente embravecido.
(6) MENEU: Op. cit. nota {.
- 107 -
[page-n-110]
+
Fig. 2.- Necrópolis j~rica del Bordissal. 1 a 9, sepulturas. A, cerámica romana; B y C. ce,.rámica
tbérica, +; lugar donde se encontraba la estela y ex.c avación de J. Peris.
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LAPIDA IBERICA DE CABANES
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Fig. 3.- Detalle de las sepulturas.
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F. ESTEVE GALVEZ
8
En el B'ordissal el camino de Miravet se ensanchó én mucho más del doble
arrastrando la tierra de cultivo y descubriendo el subsuelo, en el que afloraban, ahora
bien visibles y seguros, aquellos supuestos indicios de sepulturas.
El día 2 de julio de 1950 pu,dimos situarlos en un s~ncillo croquis, que pensábamos
sería provisional, pero como el dueño de la parcela se dio prisa en recuperar el espacio
perdido haciendo ribazos y nivelando bancales no fue posible mejorar aquel esquema,
y ha pasado a ser definitivo (figa.. 2 y 3) (7).
A la vera del camino, frente a la pare~la donde se encontró la fosa sepulcral,
afloraba una mancha de tierra negruzca, probabl~ continuación de la que se veía junto
a las ruinas de la balsa, y arriba unas piedras puestas intencionadamente (núm. 2)..
Siguiendo el..m.ismo margen de la derecha a la entrada del camino que viene del
Campello hubo una sepulturat porque aquí, entre las piedras, asomaban dos huesos
largos rotos de través (núm. 3).
Poco más allá había una losa larga puesta de canto, y a su lado otra mucho más
pequeña y una piedra suelta (n_úm. 4).
Venía luego, junto al camino de Miravet, un pequeño rodal de piedras apretadas y
en medio dos huesos l&I:gos rotos (núm. 5).
Y cerca afloraban restos óseos, sin piedra alguna (núm. 6).
En cambjo el que seguía era un círculo de piedras parcialmente destruido y sin
señales de huesos (núm. 7).
En el último grupo de esta hilera las piedras eran pocas y estaban en desorden,
asomando a au lado. dos huesos largos rotos (núm. 8).
Enmedio del camino el turbión dejó un resalte como isla, en el cual afloraban
al'gunos despojos con otro carácter. Así~ enfrente de la sepultura núm. 6, había unas
piedras en semicírculo (núm. 9).
Hacia el S, casi confrontando con la núm. 7, se veían tiestos de un vaso ibérico de
buena manufactura revueltos en tierra oscura (A).
En el lado opuesto, de cara al N, también en una mancha de tierra oscura, volvían
a salir restos de un. vaso, ahora más pequeño y de barro impuro, pero hecho a torno.
Debió ser esférico, de borde fino con labio vuelto, y muy probablemente urna cine~;a
ria, porque entre los tiestos se veían minúsculos fragmentos de objetos de cobre o
bronce (B).
Los despojos funerarios del Bordissal no permiten for:marse.una idea clara de cómo
fueron los sepulcros que hubo aquí. Es lícito suponer que los había de incineración (A
y B) y dar pOr seguras las inhumaciones al ver los huesos sueltos, en dos casos
coincidiendo tibia y peroné (núms. 3 y 5) y no tan claro .c úbito y radio (núm. 8).
Las piedras son más bien pequeñas, se reúnen en espacios reducidos y no delimitan
fosas. Un desorden que sólo se comprende suponiendo que la necrópolis fue saqueada,
o simplemente destruida al aprovechar la tierra ·para el cultivo, probablemente el)
época romana,
(7) CoordeuadM del
~· 1:60.®0 del
BonlíMal.: ~ 8'10"N. y;¡• 49'8..E. de 'Madrid, o - o· '7'1í3''W: de greenwich; MC'ÍJl el mapa topolfillco
m.tltuto
~co y Cat41!~1. boja
?úm.
616. VillafaÍiu!a. Madrid, l94Z.
- 110 -
~
EIJ!aiia.
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LAPIDA ffiERICA DE CABANES
Un supuesto que se corresponde con la lápida ibérica, también mutilada y removida.
111. LA LAPIDA
La lápida ibérica que rescató Joaquín Peris en el Bordissal es un bello ejemplar,
por su tamaño, pues mide 105 cm. de altura, 45 de ancha en la base y 40 cm. en lo alto,
con un espesor bastante uniforme de algo más de 26 cm.; la calidad de la piedra, que es
la dura caliza cretácica del país, y la labor del lapidario, que dejó las superficies bien
alisadas, grabando luego los signos con tanta claridad que su lectura no ofrece dudas,
a excepción del último signo de la primera línea, casi perdido por rotura, por lo que se
hace discutible la lectura dada en anteriores publicaciones (lám. 1).
Fidel Fita viendo la similitud alfabética de la lápida de Cabanes con las de la
región edetano-ilercavónica estimaba que por el sistema de Hübner debería leerse:
¡.q 1\
1
e
1
n
~Q
t
S
vl1
g
o
e
1
d
z
r
u
1
Pero debemos advertir que Sarthou al fotografiar la lápida, para que resaltara la
inscripción la repasó con tiza, y en el antepenúltimo signo (
de la primera línea
olvidó un corto trazo vertical del extremo derecho (
El P. Fita debió presentir el error porque pensaba que el signo
correspondía a
una p muy suave próxima a la b; en el 'f se daría un caso parecido pudiendo ser d en
lugar de t; y estimaba que V\ fuera ligadura de il equivalente a h. Y quedaba
dudando sin atreverse a afirmar el nombre, que podría ser lldobilizen, dando como
probable traducción del epígrafe:
lldóbilo (hijo) de Saldro
r ).
r)
r
Después del P. Fita trataron de la lápida de Cabanes Almarche (8), Gómez Moreno
(9), Maluquer (10), Untermann (11), Oliver (12) y especialmente Siles (13) que da la
siguientes transcripción:
(8) ALldARCHI: Op. ciL lleta 6.
(9) M. OOMEZ-MORENO: ·~Unea. Suplemento de !lplcxalJa Ibérü:a». Abdrlcl. 11N8, pq. 47, nl1m.. a
(lO) J. MALUQUER D8 MOTES: «E}rigrafta prelatin.t. de lA Pt:I>ÚIIIU!a Ib6riCP. Bereelona, 1988, pq. 140, nWa. 2811.
(11) J . UNTB.RM.ANN: Valencia. 1987, pq.. ~18. La Upicla de C.beft• en pq.. 300 1 311.
J . UNTERMANN: tdnacripcío - M¡lU}c:raleo ibérieuot. Cuademol de ~ 1 Arqueolocf.a ~ 10. Cutell6D de la
P lana, 1984. pq.. l11· 119.
(12) A. OLJVBR FOIX: cEpicra& ibériu de la provincia de Caatellón>o. CuaderDoe de Prebíatoria 7 Arq.-loc(a Cuteltoaa., núm. 6.
CuteU6ft, 18'78, pq. 2'73.
(13) J . SILl!S: «Lúico d• inecripci.,_ ib6Q.,.... lúdrid, 1985, ~ 238, oWa. 1.016, '1 pq. 21U, nám. 1.310.
- 111 -
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10
F. :t:STEVE GALVE2
1
1
ti
r
bi
gi
S
e
n
Como se ve no es la misma grafia de la lápida habiendo cambiado signos por otros
segqn su lectura.
Aquí todos los autores creen ver un nombre personal.
En la segunda línea:
~uivalentes
rt
y
m
i
Es uh sufijo que acompañá ·a nombres personales, cuyo valor gramatical no es
seguro, pero suele asignársele una función pronominal, si bien para Untennann es
partícula posesiva (1·0. A Siles le parece pronombre personal de primera persona, pero
no descarta la posibilidad c:\e que sea un verbo. Y luegó tranacribe: ~
+
s
~
e
j\
1
Dada la frecuencia de temas en ar en euskera podría ser nombre personal, pero h.ay
diferentes opiniones repecto a este SELTAR que Beltrán ha comparado con seldar en
vascuence «haz o pila de leña para hacer carb6n)) (15).
Hagamos notar que el EN antepuesto a SELTAR, según indican los dos puntos,
equivaldría al WT postpuesto, como se ve en la estela de Sinarcas (SELTARBANW!)
(16). Recordemos también que un KALUN SELTAR aparece en la estela de Cretas (17).
Más áún, en la lápÍda de Cagliari (Cerdeña) podemos leer SERTARWI (18).
En el estado actual del estudio de la escritura y la lengua ibéricas, por lo que se ha
dicho de la lápida de Cabanes podemos creer que en ella hay un nombre: ILTIRBIGIS,
al q1:1e acQmpM.an dos morfemas: EN que en vascuence es DE, sufijo de posesión
personal, y WI ( V /'t ), que se estima también indicativo de propiedád o con el valor
iJ'. SILES: .SObre la Epigrafla Ibericaot. Relmión .obre Epillftfla Biapüiea de KP9U Romano-republiea.u. Inatitución l'em..,do el
Católico. Zarqou. 1987 ~. 17-42.
,
(14) J. UNTERMANN: «BiD Nf u Getundener S~tu mít 1.beriaeber lnlchrit\ aua S~. H01118Uja a A. Tovu. Madrid, 19'12,
~. 467.
•
,
.
(16) A, BELTllAN MARTINEZ: «De nuevo tobre al vuco iberiamoot. Zephyn~~ IV. Sel•ma~ 1963, P,.. 41J6.1!!)1.
(18) P. BEL'l'llAN VILLAGRASA: «La eetala ibérica da ~- Boletút da la Real Academia Eapdola ,ele lA Biatoria, tomo XXVI,
Cuademo CXXL Madrid, l947.
·
D. FLETCHBR VAILS: o.Tnti>e ib6ricoe dal Mu.eo de Prehiatoria da Valeric;ia». Tl'abajoa Vari.. ct.l S. L P.,»óm, 81. ValenciA!. 1141· 18.
(17) GOM.&Z-MORENO: ()p. cit, DOtll 9.
{18) A. BEL'll\AN .MARTINBZ: .SObre inecri..J)cionee ib6rieu de Cerdeh». Boletút del Sem.inario da Ana y Arqueolocfa da la Univeraida
vol. UJ.LJV. V.uadolid, 1949, ~- 17-21.
M. P~O: «.BI problema de lu relaciODeli ~~ cerü11a e Iberia enJa, ü~ti¡üeclad ~. ~puria. XIV. Bareelona,
1952, P'¡a. 137·166. Apéndice.
- 112 -
[page-n-115]
LAPIDA IBERICA DE CAB:ANES
u
de un genitivo; y SELTAR, que viéndolo repetido en estelas, debe ser sepultura.
Y así su significado sería:
Sepultura propiedad de lltirbigis
SELTAR
EN
WI ILTIRBIGIS
entendiendo que su propietario era el difunto allí enterrado.
Una conclusión muy hipotética porque se basa en vagas premisas.
Mientras subsista la duda hay espacio abierto a otros pareceres, tan razonados
como discutibles. Y así, el profesor E. Zamanillo, que prepara un trabajo de conjunto
sobre inscripciones ibéricas con criterios propios de lectura e interpretación, ha tenido
la deferencia de comunicarnos $U parecer sobre la lápida de Gabanes; s.ó lo como un
avance a su estudi.o que todavía tiene en curso.
Para él sólo en los últimos signos de la primera línea pueden haber dudas, pero
supone que C> equivale a th, y el signo '-"\ debe set k. D.el resto está seguro, con la
particularidad de que el signo V suena o, u y el X como k. No cree que -Y¡'(/
equivalga a -MI y sea un sufijo con valor de pronombre personal. Y acaba leyendo:
IL(E)TITE PEGEN (o PEKEGEN) DSEL(E)KORUI
En cuanto a su interpretación estima que esta lápida «es· una de esas inscripciones
l.impias ~ inconfundibles respecto a la raíces de apoyo», que él ve «en las raíces
indogermánicas y muy concretamente en el griego pre-homérico>>. Su significado sería:
PIADOSAMENTE EREGI ESTE SEPULCRO PARA MI MUY QUERIDO InJO
Queden tales escarceos, supuestos, coíncide.ncias y O}>imones encontradas para los
beneméritos ñlólogos qqe tratan de desvelar el contenido de los enrevesados textos
ibéricos. Al ocuparnos de la lápida de Cabanes nuestro modesto propósito sólo era dar
noticia del lugar donde se halló, como lo h.emos hecho, y poner ahora en claro qué fueen su tiempo esta piedra sepulcral.
Porque si la lectura y posible significado de la inscripción evoluciona con los
progresos gue se hacen en el estudio de la escritura ibérica, el identificar arqueológicamente la piedra sigue igual que el día que se encontró.
Y es que los qqe la han estudiado, atraídos sólo por la inscripción, poco cuidaron el
analizar en detalle cómo estaba labrada. La que alguien llamó «losa:rectangular» no lo
es tanto: sus lado.s ascienden aproximándose y acaban ligeramente estrangulados por
sendas inflexiones simétricas; y la arista superior es muy irregular quebrada aquí la
lápida por grandes golpes que destrozaron el trabajo fmo del lapidario. Por rara
coincidencia, vista de frente; nos da la im~gen de un cipo, y así se la llamó alguna vez;
pero observándo detenidamente su contorno salta a la vista que se trata de una estela
discoidea decapitada.
Y lo afirmamos conscientes de que estamos ante un hecho insólito, pues no se
- 113 ~
[page-n-116]
12
F. ESTEVE GALVEZ
conocen. estalaª de este tipo en el territorio edetanQ-ilercavón (19), y es en el norte de
la Península donde se las halla de cualquier época. En las tan conocid.a s de Clunia con
sus inscripéiones ibéricas vemos el mejor paral~lo para la estela del Bordissal, porque
siendo ésta esbelta y bien labrada es de creer que también tendría en el disco alguna
figura en relieve. Pero viéndola tan mutilada, prácticamente reducida al plinto, nos
parece prudente no hacer más conjeturas ni seguir en su estudio comparativo.
(19) Aqullá eet.la ~ida! fue de 1110 comente a pulir e!._ lá conqq.ieta eriatiana. Sólo en Mo.ella, el Ma.eittraqo y la Plana bemoe
~trado mh 'de ee'Uinta, pero no eabemoe de al,una qtMI anterior al oiglo xm. Tenl!!l>oe noliciu de una Mtela l>ac. ~ 4éeeubietta e-n
Rec¡uena, qtMI '¡>Odria 8iil' ·romana.
- 114 -
[page-n-117]
LAM. I
ESTEVE-GALVEZ.- Lá pida de Cabanes
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Lápida I bérica de Cabanes. (Foto M. A. de Barcelona.)
- 115 -
[page-n-118]
[page-n-119]
ARCHIVO DE PREIDSTORIA LBVAm'INA
Vol. XlX (Valencl.. 1989)
P. ANGOT
(Sttasbourg)
POUR UNE LECTURE AFFINÉE DE L'ALPHABET IB~RE
Le déchiffrement de l'écriture ibere, commencé par Antonio Agustín en 1587, est
jalonné de réussites espagnoles : M = s, ~ = s, f1 = n (Agustín); Cl •4 = r, D P =
,
a, ~ = e, 1' = l (Velázquez); (V = i (Pérez Bayer); N = o, 'f" = m (Delgado); A
du,tu,
= ke ou ge, X = go,ko, /A = ga,ka (Zóbel de Zangróniz); W = do,to
(Pujol), et allemandes : 1' = u, = r, J' = gi ou ki (Grotefend); 1 = ba, f7 = bi.
Gómez-Moreno a trouvé a peu pres tout le reste : R = be,
= bo, O = bu, X
= gu,ku, (1).
= da,ta, = de,te, '11 = di,ti.
Son prestige est tel que son systeme de lecture, daté de 1949, est repris sans
changement par l'indo-européaniste allemand Untermann en 1980 dans le dernier paru
des volumes intitulés Monumenta Linguarum Rispanicarum (ci-apres dénommés
MLH).
Pouitant, je ne pense pas que le déchiffrement de l'alphabet ibere soit terminé. Des
mises au point s'imposent dans les quatre domaines suivants : 1) la lecture de la lettre
'( ; 2) l'existence du :¡? ; 3) la distinction des sourdes et des sonares; 4) le déchifframent de l'écriture méridionale.
<
t
e
l. áA LECTURE DE LA LETTRE
Y
Gómez-Moreno (2) a transcrit la lettre Y et ses variantes par l'approximation m
tout en admettant l'invraisemblance de la lecture '/1 ' mbar qu'il rendait par abar
(Misceláneas, Emendata, p. 273). La fragilité de cette position a suscité de nombreuses
(1) Ca&. hlaorique a'\nqi" daa lndicaliOM du D. FLETCHER.VALLS: •E&tado actual da! aaludlo de la Bpisntla 7 Lencua IWrica».
H.,.,...,.¡e a A. ~ l'olq• (Eieh.. 1981í} <- ~).
(2) M. OOMBZ MORBNO: •M~lMaa. Hi.toria. Alte. Arqueolopu. Madrid, U149.
- 117 -
[page-n-120]
P. ANGOT
contre-propositions qui on été passées en revue d'abord par Beltrán Lloris (3) puis par
Fletcher-Valls (4}. TI ressort de ces études, comme il était p~évisible, que Y ne peut
équjvaloir a aucun des phonemes ou groupes de phonemes e:Kptimés en ibere par une
ou plusieUi's lettre.s. .En outre, Fletcher-Valls déroontre· que '( ne rend ni l'i ugriegan
ni la diphtongue ia, soit en écriture phonétique [j) et [Ja).
De toute faQon, ces dernieres propositions, auxquelles il faut ajouter ü, c'est-a-dire
[y), ont 1~ grave défaut de s'éloigner des faits.
Revenons done aux données du probleme.
Si G.ómez-Moreno a rendu '('par
o'est que le latin Clounioq avait pour équivalent ibere .& 1\ H 1' '( /V f4J H 0 qu'il lisait Kolowñnioku a cause de la nasale
VOl.Slne ,/'1 .
Mais reprenons le mot 1 \ c.l' que Gómez-Mo:reno a transcrit par abar sans convaincre personne. Comme ce mot est un élément d'anthroponyme fréquent et que le
bronze d' Ascoli livre en latín les noms d'homme UTrUJrbeles, Umargiba$ et Umarillum,.
tout porte a croire que le mot '( l f a été entendu umar par les Romains. Puisque 1
= bá et cp =
l'élément nasal contenu d.ans umar ne peut venir que de la lettre '( •
ce qui corrobore la valeur approximative
que Gómez-Moreno lui a attribuée, mais
l'é~ment vocalique u vient aussi nécessairement de cette lettre '(, comme le suggéraient déja sa ressemblance avec le waw phénicien Y et sa situation el.ltre u et n dans
m,
r,
J
XI\ H1'Y rttv
m
HG.
Telles sont d'ailleurs les raisons pour lesquelles Oh a ptoposé y = un, lectura qui
toutefois, Fletcher-Valls l'a montré, se heurte a l'existence du groupe 1' t" = un,
notamment a proximité de Y , par exemple dans le mot L¡ ~ ¡v y ~ t' du plomb
d'EJ Solaig.
En somme, la lettre Y contient u et une nasale, mais ne peut pas valoir un. Par
conséquent, la solut_ est simple :
ion
= 1i, autrement dir u nasal.
Cette valeur Y ==
n'a pourtant pas été proposée jusqu'a présent, A mon avis
pour la simple raison qu'on n'est pas habitué. A voir la nasale ;¡ Jllarquée dans
l'écriture. Cette nasale existe pour.tant dans l'espagnol un trozo («un morcea\1»} o-u
d{lns le catalan un tal («un tel»} souvent prononcés {fi.traeo), [Ü.tal] et dans les dialectes
basquea du Roncal et de Soule ou le lexicographe Azkue la note
_ TI me semble que cette lecture 'Y = se prete Atous-les contextes, car le phoneme
esta l'aise devant, derrif~re et entre voyelles grace a son élément nasal et devant,
derriere et entre consonnes grace a son élément vocalique, par exemple ? Y 1:- =
aue, [V'( ""' = i~i,
¡v y< = nuge,
,V'( fll = ni!i,
"''( \1\ = u1¡bal,
'( 1~ = ubar, Al\ H1" y ¡v ti.J H 0
Kolouunioku. ou .mieux kolouioku. car
dans ce dernier exemple les lettres u et n qui entourent '( font double emploi avec l'u
et l'élément nasal de '( . TI est frappant de constatar en effet que les monnaies portant
t
u
Y
u.
a
u
Y•·
(3) M. BELTRAN U.ORIS: «Problern&JO en torno aJ aigno ibérico
Mitcelánea AtqueolcSgka 1. Bareelona, 1974, ~gé. 1-41 a 151.
(4) D. FLETCllgR VALLS: «Gri,líto ibél"ico del poblado de la Bala¡uera (l'obla de Tornesa, Cutellón~- Homenllie a Pedro lbarra Ruis,
El~9. 1978, pá¡a. 7 a 9.
.. ·
D. J:'LETCHFlR V Al.LS: •De n~J<~vo aob~ •1 aigno ibériJ:o
».Serie uqueológica 11&1 DeJIIU1,amento de Hiatoria Antigua, ñúm. 6, V~ i.
Va.léncia, 19711. J?ág. 1'84,
Y
- 118 -
[page-n-121]
3
LECTURE DE L'ALPHABET mtRE
Clounioq et son équivalent ibere ont été trouvées dans la région de Numance ou les
redoublements sont nombreux : goonuau (Gómez..Moreno, Mise. núm. 88), arrebaáigoo
(núm. 90), banluaao (núm. 13).
La lecture Y = ; me parait confirmée par d'autres observations. Sur les monnaies
(MLH A. 32) on releve la double graphie H M 0 (<.N) et H M 1.9 V (<.JI/) , soit
osku et oskuu. A mes yeux, il est clair que ces deux variantes rendent oskU, la premiere
négligeant d'indiquer la nasale, la seconde l'indiquant au prix de la répétition de
la voyelle u . De meme l'hésitation entre 1"4' A 1"' t \.<. JV)
et
f'V 1\ 1' ~ tJ { ( { N ) , soit ikalkus et ikalkuns (MLH A. 95), révele la difficulté de
rendre ku.
Le cas suivant est encore plus net. On lit a Ensérune (MLH, tome II, B 1.15~)
~ H R OZ.. . Peu importe ici la transcription du début, mais Untermann pose la
bonne question a propos de 02 : «Ku und n in Ligatur?)) La réponse est évidemment
oui, mais pourquoi? Il est certain que le scribe a évité la graphie O f'l qui aurait valu
gun ( O = gu et 0 = ku a Ensérune, voir ID) et qu'il a relié un N couché a O = gu
pour exprimer la nasale g"l;,, e'est-a-dire Ü apres g.
La demiere observation a l'appui de
= ~ s'inspire du fait que
tend a se
dénasaliser soit en perdant sa nasale soit en devenant um, plutót que un., pour deux
raisons : la nasale m est labiale, done plus proche que n de la labiale u, et la création
du groupe um a l'avantage sémantique d'éviter la confusion avec le groupe un. Telle
est la situation en portugais ou l'on a tantót lat. luna - lua - lua («lune))) tantót lat.
una - ua - uma («une>>), ou la nasale subsiste sous la forme m paree gu'elle partage le
sort du masculin un(um) - -;; - um. Connaissant cette tendance de ; a se dénasaliser
en um, on est frappé a Liria par la rareté relative du groupe Y fC' ui (d'apres la
notation du S.I.P. (5) : XL fragment núm. 15 et XXV) et par la double apparition du
groupe 1' '1' fCI umi (IX, XVIII) qui pourrait témoigner d'une dénasalisation de en
umi.
La découverte du son~ doit nous inciter a vérifier s'il n'y a pas d'autres nasales en
ibere, car i1 est rare qu'une nasale soit isolée.
y
u
ui
11. .L'EXISTENCE DU SON P ET DE L.ETTRES QUI LE TRANSCRIVENT
Gómez Moreno a nié l'existence dy son .R en ibere : «La ~ se desvanece como en lo
semítico y vascuence>) (Mise. Emendata p. 271) et «hay que insistir en la ausencia de p))
(Mise. Emendata p. 274). 11 en a meme tiré argument pour dissocier l'ibere et l'aquitain. Son a.ffirmation ne pouvait pas s'appuyer sur l'écriture ibere puisqu'il ne croyait
pas en príncipe a la distinction des sourdes et des sonores dans cette écriture. Elle
devait reposer sur la rareté du p dans les toponymes de la région de l'Ebre et sur
l'absence de p dans les textes iberes en alphabet ionien.
Pourtant, les argumenta a priori favorables a l'existence du 1 en ibere sont
(&) D. FL8TCHBR VALLS: «Tes:10e ibéri.,.,. del M...eo de l'relütoria de Valendalt. Trabajoe Varioe del S.I.P. n6m. 81. Valencia, 1985,
- 119 -
[page-n-122]
P. ANGOT
4
nombreux. En Bétique, méme si l'on exclut les cas ou~ suit une siffi.ante, comme
Hispalis, on releve de nombreux toponymes de facture ibera qui contiennent 1 en
latin : le_s mo_nts et les villes IlipuJa, les villes Acinippo, Baesi'ppo, Epora., Iporca,
Vendipo ~uxquelles répondent en Lusitanie Colippo, Dipo, Olisippo. Le .¡! est tare au
nord, mais l'Aquitaine fournit Lapurdum, aujoutd'hui Bayonne. Dans l'onomastiq!J.e
on trouve Estopeles (bronte d'Ascoli), Pulinna (CIL n 2178 a Montero), Pusinna (CIL
II 2284 a Cordoue).
Ces exemples appuient suffisamment, il me semble, la Iecture po qu'il est indispensable d'admettre sur le plomb d'illl~tr~t de 1967 commen~ant par les mots ar basiarebe, C()mme Maluquer de Motes l'a justement indiqué a la page 53 de soh. Epigra{(a
prelatina de la peninsula ibérica (6). Sur ce plomb, en effet, la lettre
apparait dans
le mot
4i $
q_üi sé répete et dans
~ ~ A .-1'
. Cette répétition de la forme
dans la méme mot prouve qu'elle n'a pasla meme valeur q-ue ) qui fi~e sur ce
plomb dans trois autres mots. 11 faut que l'une des deux formes
et .* vaille bo et
l'autre po puisque l'option {o est interdite par l'absence complete de f dans le domáine·
ibere et que le groupe mo est rendu sur ce méme plomb par '1" H .
Ainsi établi avec certitude sur ce plomb d'Ullastret, le son p se trouve aussi rendu
par divet"Ses lettres dérivées de bq,, be, bi, bo, bu dans plusieurs sites et en tout cas A
Ensétune et Castell (voir ci-apres m, p. 6-7) et a Mogente et Abengibre (voir IV,
p. 11 et 12).
- Par conséquent, i1 importe d'admettre en ibere l'existence du p qui toutefois est
beaucoup moins fréquent que b, ce qui précisément explique son absence dans les
textes en alphabet ionien.
'* *
*
*
*
III. LA DISTINCTION DES SOURDES ET DES SONORES DANS L'ÉCRITURE
NORDIQUE
Appelons «écriture nordique» l'écriture ibere qui se différenc~e de l'écriture dite
méridionale ou tartessienne par Gómez-Moreno, notamment par le fait qu'elle se lit
constamment de gauehe. a droite.
Gómez.Moteno pensait que dans l'écriture ibere, qu'elle s~oit du nord ou du sud,
sourdes et sonores se confondaient : <
sonoras y sordas, que,se· refuerza en el ejemplo del silabismo japonés, cumple observar
este fenómeno en «ada caso» (Mise. Emendata p. 274). Je suppose que Gómez-Moreno
faisait allusion au japonais ancien, car il y a belle lurette que le syllabaire japonais
distingt¡e sourdes et sonm.:es, La périod~ archaique de confusion que le japonais et
l'ibere (voir ci-apres le type Yátova) ont connue s'eJtplique PIU' les assimilations qui
ont pour effet d'assourdir les sono~res et de sonoriser les sourdes (voir ci-apres a PechMaho 1'assourdiss~me_nt de g en k apres sifflante, p. 8). Cependant, le besoin ne tarde
pas a se faire sentir de distinguer sourdes et sonores dans les cas ou elles éc~ppent a
l'assimilation. Gómez-Moreno a d'ailleurs été le pr~mier a corriger sonpropre systeme
en admettant ../' = gi, et $ = ki (Mise. Inédita p. 322).
(6)
J . MALUQUER DE MOTES: «Epícrafia prelatina ~ la P.enfnwla iWrica». Barcelona. 1968.
- 120 -
[page-n-123]
LECTURE DE L'ALPHABET mtRE
6
La distinction des sourdes et des sonores ainsi esquissée par Gómez-Moreno luimeme a été admise en 1968 par Maluquer pour le plomb d'Ullastret de 1967 cité a
propos de p. Cependant, Maluquer se contente de noter la distinction sans chercher a
préciser les lettres qui rendent les sourdes et celles qui rendent les sonores. n procMe
seulement a une <
point Iui íait commettre une négligence : d'une part, i1 indique les valeurs A = ga et
A = ka, d'autre part illes illustre par les mots eberga et ebaÍikame, boskaliÍ's, oU.ga
correspond a A et ka a A , coníusion qui traduit bien son embarras (Epigrafía, p. 53).
Au surplus, le lexique qu'il donne a la fin de son Epigrafía ne tient aucun compte de
ses propres remarques des pages 52 et 53.
Breí, Maluquer a vu qu'il y avait distinction, mais il n'a pas distingué les sourdes et
les sonores. Pour les distinguer, ii íaut exploiter la différence des fréquences d'apparition ou recourir a la comparaison avec les transcriptions latines ou l'écriture ionienne
en procédant lettre par lettre.
Les
labiales
Beaucoup moins íréquent que le b, le p s'en distingue assez facilement quand il
offre une forme particum~re.
ba et pa
L'existence du ¡ étant établie, il me parait logique de lire J = pa a Ensérune
dansle mot
1\.1 ~./' bp l M1\<\
apargitibasar, Iu crrgitibeúar par Jannoray et
Untermann dans 1'idée que le trait crochu J , qu'ils ne connaissaient pas comme
lettre, était accidente!, mais mieux lu abargitibaáar par Maluquer et Pericay (7).
La lettre ~ , généralement inexpliquée et lue bizarrement gui [gwi] par Riuró (8) a
Castell-Palamós paree que les «Íenomens de sonorització o d'ensordiment es produirien progressivament)), vaut aussi pa. ll su.ffit de constater qu' elle ressemble a l = ba
avec surcharge de ~ et de croire a l'existence du .$! . C'est précisémment paree que
Gómez-Moreno a réussi a effacer dans les esprits l'éventualité du .p en ibere, me
semble-t-il, que l'hypothese ~ = pa n'a jamais été envisagée. Cette lettre se trouve
plusieurs íois a Castell-Palamós dans le mot parbatibi et une fois sur la stele de
Barcelona
N Y ( 1"' t'- ~ tf ~{.¡y Í"' o o 12 e e;, e r::H:J 3}/· · A A A. A.
ou,
venant apres une serie de signes numériques, t doit représenter une unité de mesure,
d'autant plus que le mot isolé 4> = pa a Mogente B se situe aussi a coté d'une série
numérique (voir ci-apres chap. IV).
Comme le mot batibi se lit sans l'élément par sur le plomb d'Ullastret de 1967, on
peut dire que
est un lexeme autonome.
En somme, ces considérations sur la lettre pa écrite .J a Ensérune et
a CastellP~amós et Barcelone permettent de mettre en éviden~e les mots pa (Barcelona,
···1
par
X
(7) P. PERJCAY ~ J. MALUQUER: •Probl- de la lencua índlpna en Catalulla>t. U SympoeiWD de Poehiotoria Peninaular. Barcelona,
1863, polp. 101·143.
(8) F. RIURO: •El pi- amb episnfta JWrica del poblat de CNiall (Palamóe)oo. Cypeeia IV. O.Ona, 1982, ~. 128-131.
- 121 -
[page-n-124]
6
P. ANGOT
Mogente B), par (Castell-Palamós) et apar (Ensérune), celui-ci forcément distinct de
~ltabar lu a Castellon et Ullastret puisque l'écriture d'Ullastret, Castell-Palamós,
Barcelone et Castellon forme une unité et connait la lettre X = pa.
ba et pe
La distinction entre les variantes simples "lf, ó; 2f,J2,~,~ = be et les variantes
surchargées ~
difficilement contestable puisque le mot uper est toujours écrit avec une variante
surchargée:
. J1i~e{r] (MLH B l. 182), 'Y afc;> Ü~r. (MLH ~ 7. 16) et
1' Y V ~ 9 uruuper (MLH B 7.17). En vertu du prmctpe de frequence, les
variantes simples qui s'observent 28 fois valent be et les variantes surchargées qui
totalisent 10 apparitions valent pe (9). Au surplus, l'égalité \1 = be parait confi.rmée
par le graphie R N~A f an bels ou bels doit correspondre a l'élément bels des anthroponymes d' Ascoli Bennabels et Sanibelser en latin. On obtient le mot uper.
'?
'fY?I.
be et pi
La lettre ~ d'Ensérune, qui n'apparait qu'une fois et qui est la seule variante
surchargée par rapport aux formes P, r, P = bi, vautpi dans fl /:>. .f 1Mpidugibas. On
obtient le mot pidu.
bo et po
"$
Les deux variantes surchargées d'un petit trait
et ~ valent po a u regard des
vingt variantes simples ~ ou
= bo. Le mot .* '1- ~ f' ~~ CD t> q '( t" (b. 1.324)
offre le contraste
~ bopo qui est passé inaper~u )usqu'á present et qui m' a frappé
seulement a ma derni~re visite a Ensérune. Quant a l'inscription t-+t ~ lltll (B 1.26),
elle permet de noter le mot ~ = po.
Sur les plombs de Pech-Maho on devine sans peine que la lettre
lue judicieusement bo par Yves Solier puisque la lecture ki de cette lettre, possible ailleurs, est ici
interdite par 1'existence du couple ../' = gi et $' = ki, vaut plus exactementpo, carla
forme n'apparait que 3 fois alors que le signe
= bo est compté dix fois sur les
plombs de Pech-Maho (10). Qui plus est, la lettre ~ = po s'inscrit dans le mot "1::1
podu, éléroent du compasé ~A H '9 J(l M poduori.S (Pech-Maho, plomb la) qu'on
retrouve sur le plomb de Castellon dans le mot 1IE" A f J({ poduei, la lecture A = du
a,vec dentale sonare étant assurée a Pech-Maho comme a Castellon par la lettre sans
surchange A = du (voir ci-apres).
En effet, quoique la lettre
soit aussi fréq~ente que
a Castellon et Ullastret,
i1 iaut la lire po a cause de son absence sur le plomb de Castell-Palamós ou au
contraire ~ = bo ahonde.
A Liria aussi on distingue ;:(( = bo et
= po.
*
*
t ,
'*
*
*
*
cto~ rriquen-. voir Unc.ermann, MUi. ~me U, Ubertichton t ur Scbritl pq. ~9.
(10) Y. SOLIE R: .. ~ouverte d'ina.:riptione aur pl!llllbe en éeriture ibérique dana un entzepOt de JSach M• ho (Sil 84n)t. Revue An:h6ologiquo
(9) Sur
de Narbonnaiae. XU:
F~uonee
de aip... Narbona. 19'19,
pq.
72.
- 122 -
[page-n-125]
LECTURE DE L'ALPHABET IBtRE
7
*
*
*
Ainsi, le príncipe de fréquence qui permet de déceler les formes exprimant la
nuance po se trouve confirmé par la double rareté de
et de
= po.
Ces observations montrent que la forme simple )K = bo (écrite souvent
a
Ensérune) s'emploie partout, mais quepo est rendu d.iversement:
ou ~ a Ensérune,
sur les plombs de Pech-Malo et
a Ullastret, Castellon et Liria. On découvre
)es mots podu et, attesté deux fois a Ullastret, porste.
*
t
'lf.
bu et pu
La distinction entre ~ 1'1, l:::l = bu et ffi , liJ = pu a Ensérune semble probable 8,
cause de la surcharge des derniers signes, mais le petit nombre de cas empeche
l'application du principe de fréquence. G'est a tort qu'Untermann voit des v-ariantes de
la lettre H = o dansleslettres sans surcharge. La preYeu en est le texte lql\ fCI H rr
bulior (MLH B 1.156).
L'examen des labiales permet done de repérer les mots apar, pa, par, pidu, po, podu,
porste et uper et de constater que partout les formes simples rendent les sonores et les
formes surchargées les sourdes, la distinction entre bu et pu étant toutefois analogique, mais que seulles types d'écriture d'Ensérune - Pech-Maho, d'Ullastret- CastellCastellon et de Liria font cette distinction.
Les vélaires
ga et ka
L'anthroponyme en latin Sacaliscer (MLH A.97 n 5) me parait avoir pour correspondant sur le plomb de Liria ~ f> A O ~ ~ L(/ sakarisker, différent de sakarisker en
écriture ionienne d'Alcoy ou le premier r est roulé et non battu. On a done f>.. = ka,
variante de F' . De fait, l'élément kaku de l'anthroponyme d'Ascoli Cacususin se
trouve deux fois sur la céramique de Liria dans ~ 0 'f.f J>4 kakuegiar (S.I.P. XVI)
et f> f4l A 1' ~ c8
aidulkakute (S.I.P. LII). Il faut done lire A = ga dans
A ~ ~ gares compté trois fois a Liria (SJ.P. XL,l; XL,9; IX) et une fois a Orleyl Vil
ou ga est aussi rendu par A . D'ailleqrs, les lettres ~ = ka et A = ga voisine_nt et
par conséauent s'opposent sur le tesson_ L li de _Liria~ cp ~ ~d l rJ <9 ~~
1> 1"A 1" F' 0
/V 1>
/V J"A eriar bankurs aidulkakute na/ ...... /duniga.
De meme sur les plombs de Pech-Maho, l'emploi de A = ka dans la finale betika
qui apparait deux fois et de A dans les mots bagaikete et ganbulo notés chacun deux
fois et legar noté trois fois ne laisse aucun doute sur la différence entre A, A, A (a
Liria ~ ) = ka et A = ga.
Par exception, done, les formes simples 1\,A, A et ~ vaJent ka et la forme
surchargée A vaut ga. Cette distinction est la seule sur laquelle les écritures du nord
et du sud soient d'accord. Elle est fréquente.
q
e
/--*/A
ge et ke
Grace au mot urke en alphabet ionien (La Serreta), ou
- 123 -
K est certain puisqu'il
[page-n-126]
P. ANGOT
s'oppose a~, et aux anthroponymes d~Ascoli Balciadin et Balcibil, on restitue ~ =
ke ~ Castellon ( .f' ~ t! t! ~ ~ q ~ urkekereie, l J'
~ -t ~ ~ 1"' \S J
balke·
biuraies) et a El Solaig ( 1f\(, ~ F> X M/\ balkelagoska, l ~ ~ 1' 1> e:> balkelagu ou
balkelaku) et C = ke a Liria ( 1' cf ~ 1t urkebas S.LP. XL núm. 13, 1 1' ct 'Ur
balkebe/S.I.P. LXIX, l ~ ct Jrl tí 1"' '( J q
balkebereitlbar, J " Cf ~ N ~
balkeun.i/S.I.P. Xl) a quoi s'opPQse C. = ge a CastellQn ( f"'~./' ~C.. Q argitiger,
~ ~ 'Ji' $c.~ F> ~A ~ )f ultítegeraikase),
= ge a El Solaig pe age) et les
formes simples 1 <. ou surchargées une seule fois 4:.~ = ge a Liria.
De meme 1'écriture p:récise d'Ensérune-Pech-Maho différencie les vaciantes .simples
C.1 ~ = ge des vari~tes surch~rgées (. ~, ~,l.~ = ke et celle d' Azaila distingue
= ge dans edesige (11) et balagerdar (Azaila fig. 21 n 275) et
= ke qans
aiunesker (Azaila fig. 17 n 25) et aibekeres (Azaila fig. 18 n 39). A Fraga<. g de geldar
di.ffere de \, ke des mots erkerái et deikeoen.
Noter les formes originales de Villares: J[ = ge, ~/ = ke.
La distinction entre ge et ke ne fait guere défaut qu'a Yatova, Orleyl et Sagonte.
gi et ki
e
e
e
<
'-c.
J
L~ différence entre ./' = gi et
= ki ayant été vue par Gómez-Moreno, i1 est
inutile d'y insister. Ajoutons seulement la forme .¡¡:' = ki caractéristique du type
d'écriture Ullastret-Castell-Castellon et les formes .t:', 'I'J,.:/' = ki. La surcharge de la
lettre simple ../ = gi pour rendre ki est évidente. A l'appui de ./ = gi (et non ki), il
suÍÍira ici d_
' indiquer que l'élément d'anthroponyme gibas en latín (Ascoli: AdingibG$.,
Luspangibas, Umq.rgibas) est rendu par ./ 1 M = giba$ a Ensérune ( ¡1 A .J" 1 M
pidugiba$) ou J;V' = gi s'opposent ~.$ = ki et a Azaila ( X~ l ~ fl4 $ l M
tazbarigibas, Cabré fig. 17 n 34) ou $ = qi s'oppose a $
= ki.
*
a
go et ko
L'emploi constañt de la forme X dans A f' J> X~
M) Kalagori, latín
Calagurris (MLH A.53) n'est guere probant paree qu'on ne trouve pas d'autre forme
sur les monnaies et il faut se contenter de lire ~ = go et X, = ko, valeurs déja
suggérées pa.r Riuró, par analogie avec l'usage consistant a marquer le!> sourdes en
surchargeant les sonores. M~luquer distingue a tort sur le plomb d'Ullastret J = go
et ~ = ko, simples variantes val~Ult ko .
f"(X
. et ku
gu
La distinction entre O et ene parait conséquente qu'a Ensérune. On lira 0 =
gu et 0 = ku en vertu de l'análogie déja appliquée pour go et ko,
Toutefois il semble que cette distinction soit faite aussi a Orleyl V entre O A <1
gudur et f'(l ~ "" 1 ~ 4 " t
iunstirlaku.
e
(11) .1. CABRJ¡: J\GUILO: .C.V.& éerimiC. de Alajla>t. Madrid, 1944, lig, 18,
-124 -
oum. 54.
.
[page-n-127]
LECTURE DE L'ALPHABET m&RE
9
Les denú&ks
da et ta
n faut différencier X
da et )1{ = ro a Ensérune sans qu'on puisse affirmer que
)< y rende toujours la sonore. En tout cas, il semble naturel de rapprocher .,.. ~ N
= atan (MLH B 1.19) et l'élément d'anthroponyme aú&n du nom d'homme Aú&nscer
d'Ascoli. Quant a la lettre T lue da ou tapar Gómez-Moreno (Mise. Inédita, p. 274),
elle ne peut avoir d'intéret que pour exprimer la sourde ta.
=
de et te
L'ethnique ~ ~ \\\ ('i ~(.<.N)
Sedeis, qui contient ~, correspond au latín
Sedeú&ni et surtout l'équivalenc.e de l'ionien baidesir (La Serreta) et de baidesir
(Ullastret, Orleyl ll) imposént la lecttrre 9 = de. D'autre part, les noma d'holllllie
Ta·~tinnus (CIL XIII) et Tautindals (Ascoli) permettent de lire t9 1' l.tJ f'l Teutin a
Liria (S.I.P. XV), c'est-a-dire E9 = te.
La distinction entre ~, ~ ~~ B, e, cP = de et . , lB,
= te est fréquente,
notamment sur les plombs de Pech-Maho ou Yves Soller a été mal inspiré de rendre 8
par te et + par ta au motif que la lettre X n'apparaissait pas. Cette absence de )(
a' explique par le caractere répétitif des mots reproduits sur ces plombs qui a eu pour
effet d'écarter par hasard la lettre X = da.
A Villares V,
= de s'oppose a
= te.
e
e
e
di et ti
Elh comparant le latín adin (Ascoli Adingibas, Balciadin, Tite-Live Baesadin, CIL
ll 2276 Turciradin, CU.ll4450 Viseradin) et l'ibere nordique J>ftl tJ = adin (Ensérune, Pech-Maho, Tarragone, Abra, Ullastret, Castell-Palamós, Azaila) on constate que
~~ 'f, ~ valent di. En rapprochant íe latín utin (Ascoli Tautindals CH. XIll Tautinnus) et l'ibere 1' t.yJ IV (En8érune, Tivissa, plomb I,b de Pech-Maho) et a Liria
-1' '+'N = utin dans ~ i" "tt ti/ déja vu et #1' \fJ,.., boutin (S.l.P. XL, núm. 15),
on observe Uf = ti et a Liria 'ti = ti qui réveJe,Liria "f' = di. La valeur &lf' = ti est
confirmée par l'équivalence du latín tibas (Ascoli Bilustibas, Illurtibas) et de l'ibere
Uf 1M = tibas (Ensérune, Pech-Malo, Tivissa, Ullastret, Castell-Palamós). Quant a
l'équivalence entre "'r" = ti et Liria~ = ti, elle se trouve démontrée par le parallele
entre Tivissa ;t' t Uf JV Uf 1M boutintibas et Liria ;t' t 'f f" boutin cité plus
hau t.
Les scribes d'Azaila opposent 'f = di et
= ti, nuance certaine grace a la
double inscription d'Ensérune - P' 1 ~ úf 1\
asetil et P~ ~~A~
asetile
(MLH B 1.42) ou ~ équivaut manifestement a ~ = ti. Ce lien entre les types
d'Ensérune et d'Azaila n'est pas le seul puisqu'on trouve aussi a Ensérune la lettre 1'
= di, seule forme en usage a Azaila.
Les nombreux sites mentionnés ci-dessus montrent combien la distinction entre di
et ti est répandue.
*
- 125 -
[page-n-128]
P. áNOOT
10
do et to
La répétit íon de la lettre UlJ a Liria dans toros/(S.I.P. XV) et a Orleyl ill dans
torosair fait penser a une nuance par rapport a W . En vertu de l'usage constaté au
nord de surcharger les sonores pour exprimer les sourdes, concluons que UJ = do et
t.uJ = to quand l'écriture les distingue comme a Ensérune et Liria.
du et tu
Le nom de ville et de riviere Salduba en latín permet de lire ~ ~ 1\ A saldu,
écrit deux fois sur le plomb d'Ullastret, et d'opposer ainsi la forme simple 6 = du a la
forme surchargée ~ = tu sur ce plomb.
Le mot podu (voir plus haut Pech-Maho ~ A et Castellon *'A ) contient aussi
6 = du. qui s'oppose a A =tu (Pech-Maho 2 ~ (f> M ('<' f' Lfl q tursildir, Castellon p ~ 1"' rv 1" atuniu).
Placés devant la nécessité de marquer les sourdes et les sonores pour se faire bien
comprendre, les scribes du nord ont décidé de réserver la forme simple a la sonore et la
forme surchargée a la so urde, exception faite de /\1 A , A . ~ = ka et A = ga. C' est le
contraire en japonais, ou l'on a par exemple Z: = te et '"l" = de, et dans l'écriture
ibere méridionale.
Certes, les scribes de Yátova et Sagonte négligent de distinguer sourdes et sonores
et ceux d'Orleyl ne les distjnguent que pour éviter la cacographie (Orleyl V :
l> N 'r' ~ y r- ,..., 4 ~ q p"' ~ andinulitudurane, X 4 kogor; Orleyl vn
l N X~.../' bandakigi), mais au total l'alphabet nordique les distingue plus
souvent qu'il ne les confond.
Les argumenta invoqués pour nier cette distinction reposent sur l'idée que les
formes simples et surchargées paraissent s'employer parfois indifféremment pour
rendre le meme mot. On peut citer gere-kere, sakar-sagar, egiar-ekiar. Assez curieusement, la réfutation consiste a soutenir tantót que ces variantes représentent un seul
mot, tantót qu'elles en représentent deux.
z
C'est ainsi qu'on lit gere ou kere dans des mots qui ont tout l'air d'etre des
anthtoponymes : bilosgere (Bméfar), arsgere (Ensérune), adi.ngere (Pech-Maho le) et
kuleskere (Pech-Maho la et le), kuleskerege (Pech-Maho 2), beleskere (Orleyllll). La clé
est bilosg[e]re écrit en ionien, car apres la siffiante sourde s le g est certainement
signifiant, fait confirmé par MLH B 1.31 arsgere, alors que adingere ne prouve rien
paree que g pourrait résulter d'une sonorisation de k par n. Ainsi, les mots bilosg[e]re
et arsgere établi.s sent que les formes en k de beleskere et kuleskere, kuleskerege sont
dues a l'assourdissement de g par la siffiante sourde 8. Le mot est done gére.
Au contraire, il y a lieu de considérer eomme autant de mots les formes sakar
(Alcoy), et sagar (Pech-Maho, Villares VI), sakar (plomb de Liria) et sagar (Cerro de
San Miguel).
Quant a la double graphie egiar-ekiar, elle peut s'expliquer par une nuanee de sens.
- 126 -
[page-n-129]
LECTURE DE L' ALPHABET ffi~RE
11
IV. LE DÉCHIFFREMENT DE L'ÉCRITURE MÉRIDIONALE
L'acord n'a pas pu se faire sur l'interprétation a donner aux lettres de
l'alphabet méridional employé principalement a Mogente, Abengibre, Llano, El Salobral et Yecla (12). Une des causes de ce désaccord est saos doute cette affirmation de
G6mez-Moreno : «Allá abajo falta el 1 que es ba» (Mise. Emendata, p. 276). ll est vrai que
la lettre 1 = ba manque dansl'écriture méridionale, mais je pense qu'il faut considérer comme suspecte cette <
termes de Gómez-Moreno, et se demander si ba n'est pas rendu autrement dans cette
écriture.
ressemble a '? 1 'f = de
Ceci posé, étudions le plomb de Mogente A. La lettre
l'écriture nordique, mais ne peut pas etre une vibrante paree qu'elle précede + = da
ou ta dansle mot Y( 9 t<
rta ou ita est inimaginable en ibere. D'autre part, les lettres
ressemblent a la lettre nordique a = r et sont aptes a rendre les deux vibrantes de
l'ibere. La présence de () dans le mot )t 4 "i urke, ainsi lu d'apres l'ionien et le
nordique urke (voir ci-dessus m, p. 5), permet de préciser () = ; (r roulé) et ~ = r
(r battu). Le champ est done libre pour la valeur 9 = ba qui nous manquait daos
l'alphabet méridional. La letre q = ba n'est d'ailleurs que le trait vertical nordique
l = ba modifié par un renflement de sa pointe supérieure, sana doute pour distinguer
q = ba et f = «un>>. Comme la valeur =t = s admise par Gómez-Moreno et asa
suite par bien d'autres s'impose, nous n'avons plus qu'a donner aux autres lettres
méridionales la valeur qu'elles ont au nord, a deux exceptions pres : Y = u (d'apres
urke déja cité et d'apres l'inscription sut monnaies d'Obulco ;1 V11\ q Y qui, de
droite a gauche, se lit urkail, équivalent exact du nom d'homme Vrchail en latin) et
-f: = o (d'apres '1 "'1 f $ = sosin et le nom de ville '4= 1 ~ M 1\ ou, de
gauche a droite, 1\ ra\ (1)
kastelo qui correspond a son nom latin Castulo).
La lecture .>f C!l 'i = urke révele 11 = ke et par conséquent ">.t, = ge sur la face
A de Mogente. L'étude de la face B confirme que l'écriture méridionale confíe a la
forme simple le soin d'exprimer la sourde et a la forme surchargée celui de traduire la
sonore, alors que l'écriture nordique fait l'inverse. On constate en effet que le mot
écrit 7 f> C' A = saldu au nord, qui se retrouve dans le latín Salduba et qui
comportela lettre simple ~ = du, s'écrit ~ 1A!t sur la face B de Mogente, c'esta-dire avec la lettre surchargée 4 = du . On observe aussi qu'au mot nordique
fY 1" '-t' cp ildir correspond 8- Mogente B le mot q ~ 1 U'\ ilder qui contient la
lettre surchargée (12 = de et que par conséquent la forme simple G> vaut te. Enfin,
par analogie avec 9 = ba (plutót quepa?) a Mogente A, on a ~ = ba et cp = pa,
c~r le mot isolé f = pa d~ Mogente B s'emploie co~e ~nité de ~ps marquant
l'age de personnes représentées par des anthroponymes, a l'mstar de iJ, = pa sur la
stele de Barcelone. Partant du príncipe que la forma simple exprime la sourde et la
q
r
+
t+
(12) Voir ootamment D. J7LETCH&R VALLS: «El plomo ibérico de Mopnt.e (Villencla)t. Tral.joa Varioa del S~l'. núm. 76. Valencia, 1982.
pour J. div~ valeun attnl>uéea allll lettreo 1116ridionaJ..
- 127 -
[page-n-130]
12
P. ANGOT
'*
forme surchargée la sonore, on a a Mogente B ~ = gi et '¡, = ki,
= go et C><1 =
ko, valeurs qui restent a vérifier. L'incertitude reste de mise lorsqu'aucun contraste de
formes n'apparait.
Enfin, la lectura )f q '-1 = urke de Mogente A enseigne qu'a Mogente B il faut
lire aussi Lf = u et par conséquent 1' = n-, inversion par rapport au nordique 1" =
u et Y = Ü. Cette lecture est confirmée a Yecla dans l'inscription
(> ~ t-l f'1 r<' A t ~ 1>
(Mise. Inédita p. 308) ou f- J'4l ~ IV ('(t' équivaut a u
nordique ~ f41-t-NI' (Hübner MLI, XXVI, Sagonte) et ou l'on a done r' = u et '1' =
"""
u.
J. -.
Les écritures A et B de Mogente se ramenent au meme type.
1.0 • Formes communes ou figurant sur l'une des deux faces :
ft< = be; 'l = bi~· O= bu. La lecture -1• rare, est peu probable.
= da, ta; 4J = di,ti; & = du.
/\ = ka; ~ = gi; 't = ki; t*1 = go; t> = gu,ku.
-'1 = l; M,f'lit = s; '1 = n; '1 = ñ.
La variante
ne peut guere exprimer autre chose que ñ malgré le manque de
preuves. On la trouve a Mogente A.
2.° Formes différents :
face A :i = ge
)1 = ke
face B
.ll = ge
~ = r
A,4 = i
~ = r
' = ba oupa,
+
'4
~=
~ = ba
t
de ou te
=
~ = pa
t6
de
= te
Les deux derniers signes de la phrase courte de Mogente A, a savoir 1 '1 se
lisent, de droite agauche, N.ki. Placé devant une consonne, cet N est nécessairement
le chiffre N observé ailleurs, quoique cette possibilité n'ait pas été évoquée et qu'on ait
pdféré relier = Nki a la phrase supérieure, a mon avis contre toute vraisemblance.
= de ou te a
Le type Abengibre offre la particularité-d'opposer t¡ = te (Cf.
Mogente A) aux variantes 4>. ~, ~, 0 = de (cf. &_ = ·de et O) = te a Mogente B), dont
l'équivalence est garantie par les formes A <)1 ~
(Mise. Inédita p. 318 n 114),
4 O 1 l>f (p. 317 n llOc) et ~ ~ ~ J> (p. 317 n llOd) = ildér, et de distinguer bi et
pi. On a :
H
A = a; :S.~ ~ = e; ~ = i; :f = o; 4 = u
~= ba,pa;
1'( = be (plutot que pe); ~ = bi; '1 = pi (a vérifier)
X= da,ta; 4>, ~ , A = ga; 1\ = k4; )l. = ge; )l = ke; O = gu,ku
-1 = l; Sl = r; 4 1 q ,q = r; M = i
Ecrit de gauche a droite, le type Abengibre offre les d:ifférences suivantes par
rapport aux lettres tracées de droite a gauche :
~ = e,· ['V = i; f = bi,pi; ../ = gi,ki; 1' = l; ~~ p = r.
- 128 -
[page-n-131]
LECTURE DE L'ALPHABET m2RE
18
Au-dela des lecturas faisant appel a la comparaison avec l'alphabet latin ou grec,la
réstitution des phonemes doit exploiter les données des types d'écriture ibere précis
pour mieu.x interpréter les types imprécis comme celui de Y á tova.
C'est alors seulement que la méthode étymologique de déchitTrement peut avoir un
sens.
- 129 -
[page-n-132]
[page-n-133]
ARCHIVO DE PQHJST'ORlA LBVANTlNA
Vol. XIX (Valencia, Ul89)
HELENA BONET ROSADO Y CONSUELO MATA PARRE~O
(Valencia)
NUEVOS GRAFITOS E INSCRIPCIONES mERICOS VALENCIANOS
Con el propósito de poner al día los hallazgos epigráficos valencianos y, siguiendo
el trabajo iniciado por Fletcher (1), completar el corpus de textos ibéricos, recogemos
en este artículo_una serie de grafitos procedentes de la revisión de los fondos de
excavaciones antiguas (Tossal de Sant Miquel de Llíria, Los Villares de Caudete de las
Fue.ntes, Despeñaperros de Paterna y Valentía). así como de hallazgos en recientes
excavaciones en curso del Camp de Túria (Puntal dels Llops -Olocau y Castellet de
Bernabé -Llíria).
·
Para la presentación de los textos seguimos la numeración del corpus iniciado por
Fletcher ya que la mayoría de las piezas proceden de yacimientos en los que se
conocen inscripciones ya catalogadas. Para la parte gráfica hemos considerado interesante incluir, junto a los calcos de los letreros, el perfil de las piezas más significativas.
TOSSAL DE SANT MIQUEL (LLlRIA, VALENCIA)
La descripción y características del Tossal de Sant Miquel, así como la bibliografía
relacionada con el tema del presente trabajo, se ha publicado en una monografía de
Fletcher sobre los textos ibéricos deJ Museo de Prehistoria de Valencia, por lo que nos
remitimos a dicho trabajo para evitar caer en la repetición (2).
Los trece grafitos que recogemos proceden de la revisión de los fondos del Tossal de
(l) D. FLETé~ «m.cripeionM lbéricu dell\liiRO de PNhlaloria ele Valeuc:lp. &atuclio. lbéricoa, 2, Valmcia, 1863.
D. FLE'1'CfiBR: otNuevu inecñpeione. ib6ricM de la nci6n valenciana». Archivo ele ~ria ~ :xm. ValMcie, 1972, p6p. lDS-126.
D. FIZl'CHER: oll'extoe IWricoe del Mueeo de PN~ria de Valenc:lp. Tra~oa Varioa del Servicio ele lnvMtipcl6n Prehia. 6rica, 81,
t
Val~ia, 1981.
(2) FIZl'CHER: Op. cit. note 11 1981.
- 131 -
[page-n-134]
H. BONET
2
Y C. MATA
Sant Miquel y que pasaron desapercibidos en su momento. Son, efectivamente; muy
cortos, de uno o dos signos, a veces incompletos y .e n algunos casos se reducen a trazos
muy tenues de dificil lectura.
IJR1A XCVII.- BOBA
Mortero completo, restaur~do, de procedencia cartaginesa.
Siglado: CSM-Dp. 25 núm. 92 (fig. 1, 1).
decantándonos por la primera
Pres'e nta dos signos grabados muy claros "'* 1 ó 1
lectura siguiendo la inclinación del recipiente.
·
Estos signos los encontramos, como inicio de palabra, en Líria XCV, A, 1, Bobatinen (3); en Villares V, A, 7 y B, 1, 3 y 4. Bobaitinba (4); en Azaila en la palabra
· Babora (5) y en Bastida m (inédito) en Ja palabra Boi;Jata. Formando vocablo aislado,
tal y como aparece aquí -Boba o Jlabo--, lo tenemos en Azaila núms. 281 y 284 (Siles
239, 238, 502 y 503) y en Ullasttet sobr,e cerámica griega (Siles 240 y 504).
Cronología:. ss. IV-m a. C.
*',
LIRIA XCVID.-BAR
. Pátera ática de barniz negro, F. 21 Lamb. decorado con palmetas entrelazadas,
rodeadas de ruedecilla.
Siglado: CSM-Dp. 16 núm. 0138 (fig. 1, 2).
Grafito de · trazo muy fino sobre el fondo externo.
Los mismos signos aislados los encontramos en Azaila n° 284 (Siles '235), interpretado como Ba. Su lectura como Bar con los signos 1'9- , f ~ , 1~ y 1~ la encontramos en
Els Monjas (Siles 344), Azaila (Siles 345 y 346) y en Els Solaig (Siles 347),
respectivamente.
Cronología: pátera del s. IV a . C.
•
LIRIA XCIX.-GAR
Anfora greco:itálica a la que le falta la boca y la base.
Siglado: CSM-Dp. 20 (fig, 1, 3).
Inscripción de dos signos pintados en rojo s.o bre el cuello del ánfora,.
El segundo signo lo leemos r y no a, siguiendo la opinión de Fletcher expresada en
IJria
XII (8).
En Llíria, el vocablo Car aparece habitualmente con el signo A a principio de
palabra - Liria VID, IX. XL 1, 5 y 9, XCID-! mientr~ que los signos ~ ~ sólo se
(3) FLETCIIER: Op. cit. no~ 1, 1981, pq. 17, fig. 26.
(4) FLETCHBR: Op. cit. IIOtá 1, 1981. pq:. 19. fig. 27.
(6) J, SILES: •Léxico ele iNcripcioneé ib6ricaa.» Epiaralla Jli8~ca, 2, Madrid, 1986, n4m. 241.
A ~ de . ahora siempre que .. éite el lúico de Silee no oe,
eoutar en. .nota.
(6) J. CABRE: ~V..- aiepanorum. Qeria!ica de Azailelt. 'Madrid., 1944 fig. 21, núma. 281 y 284.
~
(7), CABRE: 01!. cit. note 6, fig. 21, núm. 21¡4.
(8) FLE'l'CHBR: Op. ª-t. note 1, lSel, pq, 10,
hu'
-132-
[page-n-135]
•
o
S
4
ó.c::=_
.Q
Fig. l.- Liria XCVII núm. 1; Liria XCVlll núm. 2; Liria XCIX núm. 3; Liria C núm. 4; Liria Cll núm. 5.
[page-n-136]
R . BONET Y C. MATA
encuentran en Liria XCV, A, 1 con una lectura muy dudosa. Los mismos signos
aparecen en un vocablo incompleto de·Puig Castellar, leyéndose como Car (Siles 1538).
Sin embargo, en el grafito 1\ ~ />-. de Ullastret, Siles intrepreta los signos ~A como
Laca (Siles 1093). En Azaila es donde encontramos con mayor frecuencia el vocablo
Car aislado (9), destacando como paralelo más próximo. el grafito 1'>1. ~ sobre un
pondus (10) (Siles 593). A principio de palabra aparece en Ensérune, Carate (B. 1.33)
(Siles 596).
El tipo de grafito, pintado y en el cuello de un ánfora, podría interpretarse como
una marca de contenido o capacidad al igual que sucede en el resto del Mediterráneo (11).
Cronología: entre la segunda mitad del s. Ill y la primera mitad del TI a. C.
LIRl.A C.- NA o GlA
Fusayola troncocónica con cabeza.
Siglado: CSM-Dp. 102 no 0381 (fig. 1, 4).
Grafito completo compuesto por dos signos entrelazados formando una unidad. Su
lectura resulta dudosa en el primer signo'~/\, N invertida meridional o Gi, con un
paralelo bastante claro en Ensérune 1' V\ Ugi (Siles 1770).
URIA CI.-BAN
Plato/tapadera de cerámica tosca de cocina.
Siglado: CSM núm. 0301 (fig. 2t 1).
Grafito de dos signos de trazo profundo y grueso en el fondo interno.
Es un vocablo muy frecuente en cerámica, pesos y monedas. Se puede encontrar
tanto formando parte de la palabra como aislado.
En este último caso se da trece veces en Llíria - L xvm, XIX, XXXIII, XL, LXIX,
LXXIV, LXXV, LXXVI y XCll- ; una en Villares IV, B; una en Orleyl IV, B (12); cinco
en Azaila y una en Margalef (Siles 317 y 327).
En cuanto a su significado Siles (13) recoge las distintas interpretaciones u opiniones que se han dado sobre el tema: Tovar y G6mez Moreno coinciden en que Ban sería
igual a hijo, significado por el que también se inclina 'siles, aunque el mismo Tovar
además propone otras posibilidades (piedra = tumba); para Biihr, el Ba expresaría una
rel~ción de parentesco equivalente a la preposición de; según Michelena, Ban y Eban
sería un sufijo; para G~adán, Ban indica proc~dencia; y Untermann propone que
(9) CABil&: ()p. cit. 6, DIÚDL Zl al 210.
(10) CABJI.B: 0p. cit. nota S, ft,. to, nWD. 206.
(11) M. LANG: «Grd''ti and aipmtilt. 'l'be Atlwrian Aaon. vol. XXI, l'ril>eWm, 1976.
&. RODRlGUBZ ALMEILA: •Noved.aclee de epic:rafla anforaria del Monte Teetaccio-. Reeherchee our lee ~~.a~pbo- romainee, Roma, 11172,
pq.. 107-239.
B.I.JOU;ll MARICHAL: «
páp. 104-18L
(12) FL'&TCBER: Op. cit. nota 1. 1881.
(13) SJLES: Op. cit., not.t 5, páp. 1111 y ~lO.
J. SILBS: .SObre un .-ible prielamo Jlrieco &n ibitico>'. Tral>ajoe Vari. e cle!Servicio de lnveetipción Prehlatórica, 49, Valimcia, 1tr78, ~ 46.
o
J. SILBS: ..SObre le epiln{ra iWricauo. RewWSn oobn 8Jiilntl• ~· de
romano-republic:an. (ZaraiOU 1983), .Z.U..,..... 11188, pá¡. ~
•poca
- 134 -
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GRAmOS mERICOS VALENCIANOS
5
podría trat~e de una marca de valor. Lá.~ diferentes interpretaciones propuestas con
un significado de filiación, procedencia o similar se basan, e:n su mayor parte, en la
semenjanza de este vocablo con el -ba de los nombres vascos que expresan relación de
parentesco y con el -ben semítico.
LIRIA Cll. -BO
Fragmento de galbo de recipiente con decoración floral (fig. 1, 6).
Signo grabado en el interior del vaso antes de la cocción.
Aparece igualmente aislado en El Castellar ll (Alcossebre) sobre campaniense B
(14) y en el Tossal de la Cala IV (Benidorm) sobre el fondo externo de una F. 1 Lamb.
tafilbién de e.ampaniense B (15).
Se trata en este caso, sin lugar a dudas, de una marca de alfarero, muy posiblemente la abreviatura de un nombre personal (16).
Cronología: si bien en muchas ocasiones es arriesgado establecer una relación
cronológica entre las piezas y sus ·grafitos, ~obre todo si son piezas importadas, en este
caso es evidente la coetaneidad del recipiente y su marca. A pesar de ser un fragmento
cerámico sin forma, su estilo decorativo floral recargado pennite fecharlo en el s. U a. C.
LIRIA Cill.- ...LA
Copa F . 27 Lamb. de campaniense A.
Siglado: CSM-Dp 20 n_úm. 504 (fig. 2, 2).
Grafito incompleto de lectura muy dudosa, sobré la cara externa. Esta pje.za ya fue
publicada por Mezquiriz (17), señ:alándoae en aquella ocasión la existencia de un
grafitó ilegible.
LIRI.A CIV.-E o GA
Fragmento de borde, F. 22 La¡nb. de cerámica ática de barniz negro.
Siglado: CSM-Dp. 12/16 núm. 036 (fig. 2, 4).
Signo de trazo muy leve sobre la pared externa del vaso.
Este ¡:¡igno ' o f , poco frecuente, ofrece dudas sobre su lectura E o Ca/Ga. En el
texto Liria XVI, este mismo signo es leído por Siles (910) como Ecuegiar, mientras que
Fletcher lee Cacnegiar aceptando el valor de Ca en lugar de E siguiendo a Beltrán
Villagrasa (18). Sin embargo, PQ.rl! el grafito t Y> de Liria V, todos los autores
coinciden en su lectura Er (Siles 944) (19). En los t extos de Ensérune (Siles 938) y en el
bronce de Sant Antoni (Betxí,, Castelló) (Siles 948), Siles se inclina por la identifica(14) A. QLIV'E R: «Epigrafla ibéric.o deJa pr9Vin!ilil de Ca.téllón~t. Cuadernos de Prelüat.Qria y ,i\rqueolog{a Odtellone.._., 6, Ca.~~1J6, !9'78,
pág. 22$.
(15) E. A. U.OBREGA'l:: «Contestania ~ri.,.,.. Instituto de Eotudioe AlicanPno&, Ala'cant; 1972, pág. 127, fi8. 64.
(16) J. U NTERMANN: «Repertorio antropoñÍrilico i bérico•. Archivo de Pre.historia Levantilia, XVD, Valeru)ia, 1987, pé¡¡a. 301-302'.
(17) M. A. MEZQUIRIZ: «lAr CGJ:ámica de importación de San Miguel ae Liria•. Atcbivo de Prebiatoria .Le.Yat~ÜDA. V, Valencia. 1964, pi¡¡B.
1&9-176.
(18) 'FLETCHER: Op, cjt. nola 1, 1981, i>áJ. U, fig. 5.
~) .FLETCHE.R: Qp. cit. nóta 1, J.9lll, pá¡¡. 10, 68. 2.
- 135'-
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H. BONET Y C. MATA
6
ción del signo P por E, aunque admite que puede leerse Ca. Igualmente, en el plomo
Orleyl IV, A, el grafito 4 ~ es identificado por Fletcher como Ega señalando que
también podría lee.rse Gaga, como el ponderal de El Monastil (20).
Cronología: s. IV .a.. C.
LIRIA CV.-A
Fondo de cerámi~a campaniense A, decorada con palmetas impresas.
·siglado: CSM Sup. núm. 039 (fig. 2, 5).
Un solo signo muy pequeño y fino en el fondo interno del recipiente.
El signo A aislado apaxece también en La Monravana I, Liria LXI y Vi.llares IV, B. (21).
Cronología: prime.ra mitad del s. II a. C.
·
LIRIA CVI.- ..•A ..•
Base de cerámica campaniense B, F. 1 Lamb.
Siglado: qsM-Dp. 126/128 núm. 0102 (fig. 2, 6).
Un signo de trazo grueso sobre el fondo externo sin b~ar. Posiblemente está
incompleto.
Cronología: segunda mi~d del s. II a. C. y primera mitad del s. I. a. C.
LIRIA. CVll.- BAL o Gl
Base de cerámica campaniense B, F. 1 Lamb.
Siglado: CSM-Dp. 121 núm. 0100 (Íig. 2, 1).
GrafitQ de lectura muy dudosa al no ap~:eciarse el signo completo sobre el fondo
externo sin barnizar del recipiente. Podría tratátse de un signo Gi roto en su mitad
·inferior como ocurre en la inscripción de Els.Tossalets I (Les Coves de Vinrom.A) (22)
(Siles 1292) o bien dos signos 1A Bal
Cronología: segunda mitad del s. 11 a. C. y prilnera mitad del s. 1 a . C.
LmiA CVIII.- ...LDA/TA
Base de plato ~n cerámica CaJJ1paniense A, decorado con palmetas y ru~ecilla.
Siglado: CSM-Dp. 118 núm. 068 (fig. 2, 8).
lectura muy dudosa sobre él fondo externo del plato. Además de su
Dos signos de "
interpretación como L y _ a/Da, cabría la posibilidad de que se tratase de un grafito
T
· púnico cuya lecturª- s~rí'a 'g con un paralelo muy próximo en Eivissa. En este caso se
trataría de la abreviatura de un nombre personal (23).
Cronología: primera mitad del s. II a. C.
pq. 118. ·
(21) FLETCBKR: Op. cit no~ 1, 198). pq.. 14' 17 y 19.
(22) OLIVER: Op. cit. nota 14, Ñ· 278.
(28) M. J . FUENTES: «Corpua ele inecrii>o;ionee feiciaa 8ft ~- Aula -Orienta)ia, IV, nÚJI!I. 1·2, Barcelona, 1988,
(2o) FLE'l'CJIBJl: Op. cit. nota J. 1981,
-136 -
pq. 13, 07-17.
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~ --..J)
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f3~ \ V
9
..
S
Flg. 2.- Liria CI núm. 1; Liria CID núm. 2; Liria CIX núm. 3; Liria CIV núm. 4; Liria CV núm. 5;
Liria CVI núm. 6; Liria CVll núm. 7; Liria CVlli núm. 8; Ca.stell de Bernabé 1 núm. 9;
Deapeñaperroa I núm. 10; Villarea VID núm. 11; VlUarea IX núm. 12.
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H. BONET Y C. MATA
8
LIRIA CIX.- U
Mano de mortero.
Siglado: CSM núm. 198 (fig. 2, 3).
Signo 1' inciso sobre dos de las caras. Encima se aprecia el comienzo de otro signo
ilegible.
LOS V/LLARES (CAUDETE DE LAS FUENTES, VALENCIA)
Asentamiento de grandes dimensiones - más de 10 has.- y de amplia secuencia
estratigráfica desde el Bronce Final-Hierro Antiguo basta el Ibérico Final (24). De
dicho yacimiento se han publicado siete inscripciones (25), ninguna de las cuales tiene
atribución estratigráfica por proceder de hallazgos casuales.
.VILLARES
Vlli.- BISSKATITESK/KATITESKBI
.
Forma 34 Lamb. depositada en el Servicio de Investigación Arqueológica Municipal del Excmo. Ayuntamiento de Valencia. Pasta amarillenta, blanda, barniz casi
inexistente, características que apuntan hacia un taller local, posiblemente el descrito
por Morel como clase Byrsa 401 (26).
Siglado: V-23 (fig. 2, 11; Iám. II, 2).
Por el exterior, y en el tercio inferior, tiene un grafito de trazo poco profundo, muy
deteriorado al haberse perdido el barniz y ser la arcilla muy blanda. La lectura e
interpretación es difícil dado el estado de conservación de la pieza.
La primera particularidad que llama la atención es encontrar en una misma pieza
letras del alfabeto jónico (B, 1, S, K) y del oriental (las restantes) -de entre las cuales
f también podría interpretarse como Cu del alfabeto meridional- . No parece existir
duda en la atribución de estas letras -con la excepción citada- , puesto que invirtiendo su lectura no se obtiene ningún resultado satisfactorio. Un caso similar con
diversidad de lecturas y posible mezcla de dos alfabetos lo tenemos en la Illeta dels
Banyets de la Reina (El Campello, Alacant) donde el grafito ATA 1'
es interpretado por Llobregat como ATAS, mientras que Siles propone leer en último signo como U
(Siles 69) (27).
De acuerdo con las dificultades citadas hemos propuesto dos lecturas como más
(24) E. Pt.A: •Loe Vill.ree (Cauclete de laa.Fuenteé, Valencia)o. TN.~oo Varloo del Stmcio de Inveeti¡aci6n I'J:eht.c6rica. 68, Valencia, "
1980.
C. MATA: •Loo Vill..,..: ori¡en y ..oluci6n de 1a Cultura Ibérica». Teo~it doctoral iMclita, Val..,cia, 1987.
Ft.ETCHER: «Cioc» inac:ripci- iWricu de Loo v;n..,.. (Calldete de lu Puent-ee, Val.,~. ArChivo de~ ~.
XV, V~. p4p. 191·308.
D. JILBTC.HER: «Vill.,... VL Nuevo plomo lbé.rico -=ritooo. Varit 1, Valencia, 1979, p&p. 191-204.
D. JIL8TCHER: «Vi!J.ree Vlh. Archivo de l'í8bitl.oDa Levantma, XVI, Val~ncia, 1881, p6p. 463-472.
FLBTCHBR: Op. ciL DOta l, 1981, pq.. 1~19.
(28) J. P. N ORRL: «L. c*amique 6 Yemia DOir de c.rt.hq•Byra: DOOveUM clonn6et et éWmenta de 00111puaiao"". Collogue ou.r la
~que antic¡ue (Carthqe. 1980). CartUp. 1983, jlá¡. 63.
(!l7) LLOBRBGAT: Op. ciL DOta 15, pq. 128, núm. 30. fíe. 68.
&. A. LLOBRBGAT: «Loo ¡ralitot'"" eoc:ritura jónica e ibérica del Eet., del MUMO de Alicanta». Saitabi, XV, Valmcia, 1966, J>4. 6, núm. 4,
ti¡. 14.
~) D.
- 138 -
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qRAFITOS IBERICOS VALENCIANOS
9 .
probables y que pasamos a comentar a continuación. Por un lado, puede observarse
claramente cómo el signo KA aparece repetido a distinto tamaño y altura (fig. 2, ll;
látn. U, 2) lo que· nos podría llevar a una tercera lectura: BISSKAKATIASK; aunque
esta repetición podría: interpretarse también -dada la diferencia de grafía, tamaño y
altura- como un grafito hecho con anterioridad o posterioridad al principal. Po~: otro
lado, son dudosos los signos leídos como SS de tamaño desproporciopado al resto de
las letras y de trazo poco definido, por lo que ot~tl ¡>osibilidad sería interpretadas dos
SS orientales como trazos de relleno - KATITESKBI-, aunque no se puede considerar del mismo modo la I jónica, puesto que en tal caso sería difícil aceptar una palabra
terminada en B. De este modo se evita la dualidad de grafía de la S en una misma
inscripción.
Otra posibilidad sería interpretar el signo t como Cu meridional, esta interpretación la creemos poco probable puesto que si ya es dificil aceptar la mezcla de dos
alfabetos mucho más lo sería con tres - BISSKATICUSK/KATICUSKBI.
Dadas las dificUltades que presenta este grafito nos ha parecido interesante recoger
todas las pQsibilidades de interpretación del mi,smo aunque, por las razones expuestas
a lo largo del coment.a rio anterior, nos ínclinamos por la lectura BlSSKATITESK
como la más probable o, tal vez, KATITESKBI.
El inicio en Bis- es poco frecuente y lo encontramos en Bastida 1, A - Bisibetaracar- y en Pico de los Ajos I, D - Bisisar- (28). En cuanto a las terminaciones en
letra oclusiva (k, g, d, t), son consideradas por Gómez Moreno como algo anómalQ,
mientras que Caro Baroja señala que son frecuen~s en vasco (29). La terminación
-Ask se da en Serreta Í, A, donde se puede leer Bask (Siles 36~); otros vocablos
terminados en k se conocen también én el mismo yacimiento (Siles 733 y 1116) y en el
Cigarralejo (Siles 1279).
Si aceptásemos la posibilidad de las dos S como trazos de relleno-, nos encontraríamos ante un término acabado en -bi que aunque poco frecuente, tiene ejemplos bien
documentados en Ullastret•. Ruscino, Ensérune, Pech Maho, Mariola, Azaila, Llíria,
Alloza y Orleyl I (Siles 7, 856, 857, 858, 890, 904, 965, 1263, 1452, 1536 y 1741).
El signo Ca, repetido, aunque escasamente, se encuentra documentado en una
moneda de Sagunt, y en un ponderal en El Monastil (Siles 290 y 561).
Finalmente, cabría la posibilidad de considerar tod.o el grafito como griego, interpretando el pl"Ín\er signo ~ como A, siendo los otros dos de dudosa atribución; en este
caso, deberían considerarse los do& últimos signos /"V'\ como trazos de relleno. De
este modo, nos encontrariamos ante un letrero compuesto casi totalmente por consonantes y, pot lo tanto, ilegibles: A ••• skbi.
Cronología: aunque sin contexto arqueológico, la F. 34 Lamb, es típica de la
(28) FLE'l'CHER: O¡t. cito D~ l, 1981, pq.. 21 l 23.
(29) M. BELTRAN LWIPS: -La ]l&!al¡ra ibérica iunatir, el pl0010 de AJc:oy y a] gunoo probl..,.. de vacofberiamo• . Anejo al Archivo.
& poúlol de Arqueglog(a, vn, Zaraa9U. 19'74, ~. 36.
-139 -
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10
H. BONET Y C. MATA
Campanienee A Media, fechada, en el a. ll a. C. Esta cronología vendría a coilfirmar la
perduración del alfabeto jónico en el s. 11 a. C. como ya supuso Llobregat (30).
VILLARES IX.-N
Se trata de un fragmento de galbo de cerámica sin decorar.
Siglado: V-79 B3 c-2 (fig. 2, 12).
En la superficie exterior se ha grabado con trazo muy tenue el signo N.
Cronología: a pesar de tratarse de un signo aislado tiene el interés de ser el único
grafito de Los Villares con atribución estratigráfica segura (Nivel IV, s. m a. C.,
campaña de 1979).
PUNTAL DELS LLOPS (OLOCAU, VALENCIA)
Pequeño asentamiento ibérico de época plena caracter~do por la existencia de un
único nivel de ocupación destruido en el primer cuarto del s. ll a. C. Aunque la mayor
parte de sus ajuares se encuentran todavía inéditos se han dado a conocer aspectos
e
parciales de est, yacjmiento en diversos trabajos (31). La inscripción que se estudia a
continuación es la segunda del Puntal deis Llops. La primera, un grafito griego sobre
F. 40 Lamb. fue dada a conocer en el primer trabajo publicado de este yacimiento (32).
PUNTAL DEL LLOPS It-NAUIBA
Asta de ciervo, trabajada a modo de colgante o pectoral, con dos orificios en los
extremos rebajados; está: quemada y vaciado el interior.
Siglado: C-85•Calle (lám. I).
En una de las caras lleva un pequeño grafito de incisión muy fma y cuidada:
N~1'f((l
Se trata de una pieza de gran inter.és por varias razones: por un lado, es la.segunda
inscripción sobre hueso que se encuentra en el País Valenciano - la primera es un
pequeño fragmento de posible punzón procedente de la Peña deJas Majadas (El Toro,
Castelló) (33)- y por otro, hay que añadir a la excepcionalidad de la pieza el texto que
lleva grabado.
Dé acuerdó con los léxicos existentes de ep~grafía ibérica no es habitual el vocablo
Na- en principio de palabra y no existe ninguno que se lea Nau-. Sin embargo, la
terminación -Ba es muy frecuente, que algunos a\ltores identifican como una forma
(30) Ú.Ol!REGAT: Op. cit. ,r iota 1.6, pq.. .130-131.
(31.) H. BONB'l': C. MATA: «El pobladO itiúico del Puntal det. LJo.- (El Colmenar) (Olocau, Valencia)». Trab!t:joe Varioa del Servicio de
lnve&tieacióo
J>J.é~Wot6%jca.
71, Valencia, 1981,
_
H. BONBT¡ l P.ASTOR: «'1'6cnicu co""""etjvu y 0111~ci6o del b'-bítat en el poblado ib6rico del Plmtal deJa Llo.- (Oiocau)». S.guntum,
Papelee del Laboratorio de Arqueolocfa de 'll'alaocia, 18, Va\~ncia, 1984, páp. 163-187.
J. BERNABEU; H. BONBT¡ P. OUERIN; C. MATA: «An'liad miCJ'(Ieepaciál del pc¡blado ib6r:ico de.! Puntal dela Ll011'1 (Olocau, Valeoeió.).•
Arqueolo¡f& Eepacial, 9; Coloquio aobre el mic:roMpacio, S. Teruel, p4ga, ~1-337.
(32) BONET Y )lATA: Op. cit. nota 81, pqa. 78 y 118, liga. 33, 297 y lúl. XID.
(33) l $AJUUON: •El poblado ibérico de la Pella de laa M.Qadu (EliJ'OI'O, CuteU6n de la Plaoa)>t. Archivo de Prebiátória Levantina, XV,
Valencia, 1878, P'¡a. 177~189.
- 140 -
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GRAFITOS mERICOS VALENCIANOS
11
cuyo significado tendría relación con el parentesco o el origen (34). A todo ello hay
que añadir q1,1e en vasco existen palabras semejantes con los siguientes significados:
nausi, amo. superior o dueño; nausitu, predominar.
Todo ello parece concordar con la singularidad de la pieza, cuyo grafito bien podría
interpretarse como el nombre del poseedor o el cargo que ostentaría.
Cronología: procede del nivel de destrucción fechado a principios del s. ll a. C.
CASTELLET DE BERNAB'i (LL1RIA, VAUNCIA)
Como la mayoría de los poblados de la zona de Llíria ya gozaba de una amplia
bibliografía antes de iniciarse su excavación en 1984 (35).
Pequeño asentamiento, de 1.000 m 2 , amurallado y de calle central con 9 departamentos excavados hasta la fecha y cuyo período de ocupación se extiende desde la
primera mitad del s. IV a principios del ll a. C.
CASTELLET DE BERNAB2 1.-
1 o M púnica.
Crátera de barniz negro, F. 40 Lamb.
Siglado: CB-86 Dp. 3 (fig. 2, 9).
Grafito de un signo sobre el fondo externo de la crátera.
Podría leerse como una 1 invertida o meridional, tal y como aparece en Azaila (36),
en Tarragona ~ 1< 1 - lkeba- (Siles 1055), Ullastret ) ~ (Siles 982) aunque . u
s
identificación resulta muy dudosa. Sin embargo, no ofrece dudas si se relaciona con el
signo púnico '-'1 M, idéntico al nuestro y que aparece aislado1 con bastante frecuencia.
en el Sureste de la Península y en Mallorca como abreviatura de nombre personal (37).
Cronología; s. IV a. C.
DESPEIVAPERROS (PATERNA, VALENCIA)
Pequeño yacimiento situado en la orilla derecha del río Turia, hoy en día muy
destruido por la extracción de áridos del río. El asentamiento, catalogado desde
Ver 1M diferefttea opihion• ncoc1c1ea en Liria CL En v u c o - 1M paJ.Ior:M: ou.ba- tlo; n~-eobritto.
(36) N. P. GOMBZ SER.RANO: é!eclei6 cl'Antropolctla i ~- ADaleo del Cenlro ele Cultura VaJa.ciaoa. IV, n6ma. N. V~ 1931,
(34)
pq. '18.
•
D. PLBTCBBR: cBxploneioue u.¡~., 1.t. comarca de~. 1'1-aboljoe Varioe c1eJ Serridc> de In~ ~ 10.
Vaüocia, 1947, liÁII· e&.
K . QJl,MASCABBU..: • Yaciaiealoe ib6ricoe •aleDcianoe. Batuctio del PGblusi.eoto». T..;. doctoral iúclita, V~ 1m. pq. 228..
B . BONBT: «Un tr.ca-to de ~ de tenacota del poblado ibérico de CaMIIet de
(Liria)>. Arcbivo de ~l:ia t-antina,
XV, Valbcúl, 1978, p4cw. 15'H 82.
(38) CABRE: Op. c¡ít. nota 8. nlbn. 156, pq. 1&.
(8'7) J. SANMARTIN: cln.cri,pcioi\M ~co-púnicu del S..,... hiep6nlCOII. Aula Orientalio, IV, núma. 1·2, Barcelooa, 1888, ~... 90-96.
FVENTBS BST.AROL: Op. cit. Ilota 28, pq. 17.
M.. J. l'UENTES BS'l.AROL; O. ROSBU.O: cGrafíloe pónicoe en el pecio de l'IU. del s-. ButUetl de t.. Societat Atqueolbcica Lul·liana. 37,
Palma, 1919, p4p. 69-76.
a.maw
- 141 -
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12
H. BONET Y C. MATA
antiguo (38), es conocido por el interesente hallazgo de una pieza de barniz negro, F.
1533 Morel (39), del taller de las pequeñas estampillas publicada por E. Sanmartí (40).
DESPE~APERROS
l.- LA
En el momento de su estudio, la pátera tenía el fondo externo cubierto por una fina
capa de concreciones que tapaba el grafito (fig. 2, 10).
Los signos 1\ ~ LA no presentan excesivas dificultades de interpretación, siendo
muy frecuentes en Azaila (Siles 1078 a 1099), mientras que el tercer signo ~ , situado
debajo y con diferente orientación, resulta ilegible.
Cronología: S. m a. o.
V ALENTIA (VALENCIA)
Colonia romana fundada en el138 a. C. (41). Las piezas que presentamos proceden
de las excavaciones realizadas por el Servicio de Investigación Arqueológica Municipal del Excmo. Ayuntamiento de ValEmcia en los años 1959-60 en la Plaza de la Virgen
donde se profundizó hasta los niveles fupdacionales de la ciudad (42).
VALENCIA ll (43).- LIGIE
Base de cerámica campaniense B, F. 1 Lamb.
Siglado: PV-59-60, núm. 281 .(fig. 3, 1; lám. II, 1).
Inscripción sobre fondo sin barnizar, de trazo firme y claro. Unicamente el tercer
signo .$- presenta alguna dificultad de interpretación al enláZar por arriba con otro
trazo zigzagueante que, a nuestro parecer, es posterior. En una primera lectura este
signo ~re identificó con la L, inclinándonos definitivamente por su lectura como Gi
Cronología: finales del s. II y primera mitad del 1 a . C.
VALENCIA ID.- BAN
Base de cerámica campaniense B, F. 5 Lamb., decorada con ruedecilla y círculos
concéntricos.
Si~lado: PV-59, núm. 88 (fig. 3, 3).
(38) N. P. OOMEZ SII:RitANO: t&cción ele Antropoloc$a y Pl'eb4toria•. Analee del Centro ele Cultura Valenciana, IX, Val~ncia. UNO,~.
47 y XI. Val~cia, 1943. P'l· 311.
E. PLA: •A.cti~ del B.l.P. (1986-19'70)t. Va18Dcia, 11172, P'a·
(39) J. P. MORBL: .X.. c:hamiqua campanimme: lee
liGu, 1981, P'l· 120.
(40) E. ~ d i tallar da laa paqueild aot&l:oJ!Íll&& en la P&llÚIR!a IWrlcalt. ~pudaa. 36, ~ lt73, P'a. Ul3.
(41) D. PLB'l'CHBB: .X.. Tyria iWrica y la Velantia romana>t. BoletiD da la 8oc:iadad CMtelloDena de Cultura, XXIX. Cut.tl6, 1963, P4 191.
M. TARRADELL: •Valencia ciudad romana. Eltado aetual da loe probl -. Papelee del t..borat.orio da Arqueolotla de Valencia, 1,
V~da, 1962, j)&p. 6-34.
J. P..S'l'BVE FORRIOL: •Valencia, l'unclación roman<. Valimcia, Uml.
A. IUBERA: «La arqueolotfa rocaa.na de la ciudad ele Valencia. Jnlorme pnJúainar,t. Val~cia. 1983.
(42) A,gradecemoeal direet.or del Servicio ele loveetigacióo Municipal ArqueolótP~ del Excmo. Ayuntamiento ele Vallneia al podet' publicar
lu pi_. que preeentan .,..tito., ya que N trata
un material en Ntudio J>Ol' A. Ribera, C. AraneauJ y H. Bonet.
(48) Valencia I eorreeponde a una planchuela de plomo, atribuida a Valencia, aunque en reaJída4 - ele procedencia deaconocida. Fu,.
publícada pqr.
M. OOMEZ MORENO: ~&entura butulo-tunleta.lia•. Madrid, 1982, Ptlae. 68-69, núm. XLVID.
r -.
m
ae
- 142 -
[page-n-145]
L""''
O
ÍIIIII:::::=--=::::::::11- 5
Fig. S.- Valenc ia 11 núm. 1; Valencia IV núm. 2; Valencia lll núm. 3; Valencia V núm. 4; Valencia
VI núm. 5; Vale ncia Vll núm. 6; Valenc ia VDI núm. 7; Valencia IX núm. 8; Valencia X
núm. 9.
[page-n-146]
.·
H. BONET 'i C: MATA
14
Grafito $Obre fondo externo sin barnizar. Para gu lectura Ban y posible significado
ver Liria CI.
Cronología: segunda mitad del s. 11 a. C.
VALENCIA IV.- 1
Base de campaniense B decorada, con ruedecilla.
Siglado: PV-59-60, núm. 404 (fig. 3, 2).
Pn solo signo 1 sobre el fondo externo sin barnizar.
Cronología: finales del s. II y primera mitad del I a. G.
VALENCIA V.- WBA... o MBA...
Base de cerániica de barniz negro p,r ocedente de un taller norteafricano, clase
Byrsa 6EÚ de Morel (44), decorada con ruedecilla y estampillaa muy pequeñas.
Siglado: PV-59-60, núm. 455 (fig. 3, 4).
Texto incompleto sob.re el fondo externo. Se lee claramente el polémico signo Y
(45), seguido de Ba y el arranque de otra letra jlegible.
Los vocablos en inicio de palabra lo tenemos en Liria XVIII - Wbarcus (46}-- que
Siles lee Mbarcus (Siles, 1152) é interpreta cómo nombre personal siguiendo la
tradicional opini6n de G6mez Moreno. Untermann (47), en su repertorio antroponími-·
co ibérico, señala igualmente Mbar como un componente onomástico que habría que
identificar con Ja grafía latina Umar, como ya anteriormente apunt6 Vallejo (48).
Otros dos textos que comie~ por Mba o Wba los hallamos en Ensérune (49) (Siles,
1151 y 1153).
En el caso de nuestra pieza, el tercer signo, }'oto, pódría ser interpretado como una
R, completando así el nombre personal Wbar/Mbar.
Cronología: mediados del ,S. n a. c.
VALENCIA VI.-BAS
Base dé campaniense B, F. 8 de Montagna Pasquinucci (50), decorada con ruedecilla
Siglado: PV-59, núm. 2 (fig. 3, 5).
Grafito incompleto de dos signos sobre fondo exterior s.in barnizar.
Su lectura Bas tiene paralelos ídénticos en Azaila (51) (Siles, 357-359) y el). Arenys
(.u) J. P. MOREL: •La ~ue 1\ vemia noir ele Carthap, ea difl\lMil>D, oon influen.,.,.. Cart.h.o¡re VID. Cahien de. tltude. anc;~enn...,
Qu6bec, 191l6, P'c· 35, fig. l.f.
(4,6) M. BBLTRAN LLORIS: ;;Ptobleíllaa én 10~ al signo ibérico Y». Miaeelánea Arqueol6fica J, Bar:celona, 1975, pqa. 141·151.
D. l'LETCHER: •De nuevo oobre el. aigno ibhico Y». Varia J, Valencia, 1979, P'cs. 183-189.
J. SILES: teSot;,._el aigno ib6rico Y y loe valorea foñéticos que !ltll>ía: apunte. para una oiatelnatiuei6n de lu graffu de IN \lU&Ies en la
eecritura ibtiJjca». &merita, X:UX, 1, Madrid, 1981., Jl4a. 76-86.
(46~ FLETCHER: OpJ cit. nota l. 1981, pq. ü., tig. 16.
(47) UNTERMANN: Op. cit. nota 16, p4g. 809.
(48) UNTERMANN: Op. cit. nota. 16, p4g. 292,
(.f9) ~. ,J_ANNORAY: «Enstltune. Cont_tibution 1\ J'étucle de. civiliaationa préJ'omaine.. de la Oawe m6ridiona.Jeoo, Paria, 1965.
(50) M. l!«Ol-ITAGNA PASQUINUCCJ; «La ceramica. a vernice n.,... del Muaeo Guamacei~. Mélanpo de J'Eeole l'tan~se de
Rome. Antlc¡uité. 84, Paria, 1982, ~ 269-498.
(51) CABRE: Qp. cii.. nota 6, fiJ. lll, nlime. 21M!, 2'10 y 276.
XVIII.
-144-
[page-n-147]
GRAFITOS mERTCOS VALENCIANOS
15
de Mar (Siles, 360); con la variante M lo encontramos igualmente en Azaila (52)
(Siles, 362-365).
Vocablo muy frecuente entre palabra e interpretado por Untermann como componente de nombre personal (53).
Cronología: mediados del s. II a. C. o segunda mitad del mismo siglo.
VALENCIA VII.-.. .LA (?)
Forma 27 Lamb, de campaniense A.
Siglado: PV-59, núm. 69 (fig. 3, 6).
Grafito de trazo muy irregular sobre la pared exterior del vaso. Lectura muy
dudosa. El primer signo aparece roto, posiblemente una L, y el segundo una A.
Cronología: s. II a. C.
VALENCIA Vlli.- RKE
Base de forma indeterminada de campaniense A.
Siglado: PV-59-60, núm. 559 (fig. 3, 7).
Dos signos de trazo irregular y tosco, grabado en la pared exterior.
De estar incompleto el grafito y faltarle la letra U, podría tratarse del nombre
personal Urke (54).
Cronología: segunda mitad del s. II a. C.
VALENCIA IX.-L GABA
Base de campaniense B, decorada con círculos concéntricos y ruedecilla.
Siglado: PV-59-60, núm. 771 (fig. 3, 8).
Sobre fondo externo sin barnizar, grafito de trazo firme y muy regular. Los signos 1
y 3 podrían ser las letras latinas L e 1, mientras que el 2 es claramente el signo ibérico
1?1. Ca/Ga. Aceptando que se trata de un letrero ibérico los signos 1 y 3 se leerían
como Ba, aunque el1, debido al pequeño trazo horizontal de la p~ inferior, podrla
interpretarse como el numeral L -Pico de los Ajos I y m, estela de Sinarcas (55) y
Liria XCVI (56).
VALENCIA X
Fragmento de galbo de campaniense A.
Siglado: PV-59-60, núm. 775 (fig. 3, 9).
Grafito ilegible en el exterior de lectura muy dudosa S o A.
(&2) CAB1U!:: Op. cit. J>Ota e, llr. 18, n.-.. 147
(M) UN'I'BRMANN: Op. cit. nota 111,
:199.
(54) UNTBllMANN: Op. cit. nota 16,
309.
Jl4r.
Jl4r.
(66) FLETCI{ER: Op. cit. nota 1, 1861,
y 148.
!Mis. 33.
(66) M. GOMEZ M01U!:NO: •MiiiCelú-. Mad.ricl, 19.CS, oWn. 15, p4r. 66. Aunque de procedencie deeconoclda, H ha venido denoJDiDando
«14plda de Valencia»,
~ro
pareee Hr 11ue, en reelldad, ea de Liril! o au comarca .
- 145 -
[page-n-148]
16
H. BONET Y C. MATA
En el presente catálogo recogemos un total de 27 grafitos, todos ellos sobre
cerámica, excepto Puntal deis Llops TI sobre asta de ciervo pieza excepcional no sólo
por ser poco frecuentes las inscripciones en hueso (57), sino por tratarse de un
elemento de adorno de gran interés. Sobre cerámica también merece destacar Villares
vm ya que está mostrando la perduración del alfabeto jónico hasta el S. n a. c. con la
peculiaridad, teniendo en cuenta las dificultades expuestas anteriormente, de utilizar
dos alfabetos diferentes.
Exceptuando los textos de Puntal dels Llops 11, Villares VID y Valencia Il, el resto
son grafitos de uno o dos signos, ilegibles algunos de ellos, por lo que su comentario na
sido necesariamente somero.
De la totalidad de las piezas en cerámica, 19 son grafitos sobre cerámica de barniz
negro -ático o campaníense-, uno sobre ánfora greco.itálica y 6 sobre cerámica
ibérica. El elevado porcentaje de piezas importadas marcadas con grafitos simples de
uno o dos signos indica, sin duda, un distintivo de uso o propiedad muy probablemente
iniciales de nombres propios. Además, cabe destacar un mayor porcentaje de grafitos
sobre Campaniense A y B -siete respectivamente- frente a tres sobre cerámica ática,
mientras que los grafitos sobre otras producciones son minoritarios.
La mayor parte de los grafitos aquí recogidos proceden de yacimientos catalogados
con anterioridad. Así, por ejemplo, sigue aumentando el repertorio de Villares y del
Tossal de Sant Miquel, asentamiento este último que posee uno de los conjuntos
epigráficos sobre cerámica más importantes, mientras que Valentía, a pesar de ser un
asentamiento prácticamente desconocido para la epigrafía ibérica (58), aparece aquí
con un interesante conjunto de grafitos sobre cerámica de barniz negro, sobre todo
Campaniense B, volumen que puede incrementarse en breve dada la importancia de los
trabajos arqueológicos que se vienen desarrollando en la ciudad por parte del Servicio
de Investigación Arqueológica Municipal. Los restantes yacimientos aumentan escasamente el repertorio epigráfico, sin embargo la singularidad de algunas piezas - asta
de ciervo del Puntal dels Llops y pátera del taller de las pequeñas estampillas de
Despeñaperros- o de grafitos - letra púnica sobre F. 40 Lamb., de Castellet de
Bernabé- proporciona a este pequeño conjunto un interés añadido.
Con la publicación de estas inscripciones queremos rendir nuestro pequeño homenaje a D. Domingo Fletcher que tan ardua labor está realizando en este campo, así
como agradecetle una vez más la ayuda prestada en la realización de estas páginas,
sobre todo en la transcripción y lectura de alguno de los textos.
(67) SAIUUON: Op. cit. nota 33.
P. ATRIAN JORDAN: •Una lnteripci{)n en el PaloiiW' de' Oliete (Teruel)•, TeNel, 89. Teruel, 1968, p¿p. UH 18.
(68) Véaae note 43.
- 146 -
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H. BONET Y C. MATA.- Grafitos ibéricos valencianos
Punta l de is Llops ll.
- 147 -
LAM. 1
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H. BONET Y C. MATA.-Grafitos ibéricos valencianos
Valencia I1 n úm. 1; Villarcs VfH núm. 2.
148 -
LAM. ll
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ARCHIVO DB PRBRJSTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 1988)
E. A. LLOBREGAT
(Alicante)
LOS «GRAFFITI» EN ESCRITURA GRECOmERICA Y PUNICA
DE LA ILLETA DELS BANYETS, EL CAMPELLO (ALICANTE)
No me fue muy difícil elegir el tema de mi contribución al libro-homenaje a don
Domingo Fletcher. Nada podía sel'le de mayor agrado que una publicación de nuevo
material epigráfico ibérico al que ha dedicado su vida, y las excavaciones de la Dleta
dels Banyets de El Campello, han ido proporcionando, desde antiguo, buenas muestras
de esa clase de material. Presento ahora la cosecha obtenida en las campañas realizadas desde 1974 a 1986. Es posible que la revisión sistemática de los materiales de esas
campañas, que se lleva a cabo en el Museo Arqueológico de Alicante bajo mi dirección, con vistas a la publicación dei yacimiento, proporcione todavía algún ejemplar
más. No obstante, por el momento estos nuevos fondos podrán ayudar en algo a los
investigadores de la epigrafía ibérica y con la publicación de los que siguen se obtiene
ya el alfababeto grecoibérico completo empleado en la Dleta que tiene, como luego se
intentará probar, algunas variantes .respecto al usado en los plomos de La Serreta.
Además, la aparición de graffiti en letra púnica plantea interrogantes de interés. que
pueden hallar su justificación en la presencia en el yacimiento de un templo (el B) con
dos fases, cuyo mobiliario sacro y disposición apuntan a prototipos fenicio-púnicos (1).
Aunque algunos de los ejemplares han salido a luz entre los restos de los edificios, la
inmensa mayoría de ellos apareció en un pozo de saneamiento, al que se arrojaban los
detritus del poblado mezclados con escamas de pescados y otras inmundicias. Salvo
algún caso excepcional (cf. núm. 20 del catálogo) los tiestos con inscripciones están ya
desechados y por eso se encuentran en el basurero. No obstante su estado de rotura se
(l) &. A. LLOBllEGAT: cOn altar de l*'fl- de tipo oriental en el yacimiento ibmco de la ru- del &xlyeta (111 Cuopello, Alicante)t.
Boletln de la Soeleded Bepaftola de Orienw;.tu. XX. Vadrid. 11184. ~ 301-308.
- 149 -
[page-n-152]
2
E. A. LLQBREGAT
puede en general determinar el tipo y forma del vaso, lo que propQrciona una cronología tanto para el yacimiento como para las inscri~iones.
No quiero concluir esta introducción sin mencionar la ayuda inestimable que la
frecuentación de don Domingo Fletcher ha sido para mi formación científica. De su
magisterio he recibido sólidos fundamentos, c_ mo tantos y tantos que hemos absorbido
o
las benéficas influencias del S.lP. En este momento jubilar - e hace más que n~nca
s
indispensable el rendirle qn homenaje de gratitud por tanta información y tantos
consej.os. Ad tnultos annos!
CATALOGO DE LAS INSCRIPCIONES
La numeración. empleada enlaza con la de los ejemplares ya publicados por mí (2).
Se recoge además los d,os eje_ plares publicados, procedentes del mismo yacimiento,
m
uno por A. González Prats (3) y el otro por quien esto escribe (4) que, al haber
aparecido en revistas de carácter general y no especializado, han podido pasar inadvertidos. Se les ha dado los números 6 y 21.
Inscripción 6
Según A. González Prats, «fragmento de cerámica ática de barniz negro, seguramente de la form.a 21 de Lambog}l~. El tiesto pertenece al fondo del vaso y escasamente
conserva el arranque del pie. En el interior del vas_ hay decoración a. ruedecilla
o
compuesta de tres fajas concéntricas. En el exterior ofrece el cerchio rosso en la
inflexión del píe y en la parte exterior del fondo conservada se observa la existencia de
dos letras del alfabeto jónico esgrafiadas y del:imjtadas por las roturas... Parece
tratarse de un grupo vocálico intermedio de la leyenda completa». Se halló en. el
cuadro B-IT, en la primera campaña de excavación (1974),
Transcripción: ··]ia[··
Inscripción 7
Sobre la cuatta parte del fondo de un vaso ático de barniz negro, forma 483 de
Sparkes, fechable entre el tercero y el segundo cuarto del siglo IV a. J .C., o quizá de la
forma 489 del mismo autor (posible forma 42 A de Lamboglia). Tiene el pie moldurado,
y por la parte exterior muestra la base del pie y la parte central del fondo reservadas,
esta última con dos líneas circulares concéntricas pintadas. En la zona resertada tres
signos, fmal de una palabra, inscritos a punzón. Caracteres grecoibéricos (?).
Transcripción: ··]ito
2. A. LLOBREGAT: «Doe templeo iberi~ a-J:interior del ·poblat de la 111~ dela Bany,~. Fonamente, 6. Bucelon11_, ~. p4p·. t~l12.
(2) E. A. U.OBREGAT: ..X.... grafitc¡e en 8fCI'itura jónica e ib6rica del eote del Míiaeo de Alicante!'. Saitabi, XV. Valencia,l966, P411l!. 3-20.
(3) A. GO~ PRA'l'S: «Un nuevo Kralit.o eon letra jónica hallado durante tu exc;avacioneo en cuno de la laleta del Cam~o
(Alicante)». Revieta del .lnetitut.o de Emldioa AlicantinQ&. 13'. Alicante, 1!174, pqa. 61-64.
(4) E. A. U.OBRBGAT: «U.ngrallto en eocritura p\inica de la Diete dela Banyaa, El Canlpello, Alicante~<. ITEM,l. ~..-junio, 1911.
-150 -
[page-n-153]
«GRAFFITb> DE EL CAMPELLO
3
Inscripción 8
Fragmento de la parte central del pie de una páter11 de cerámica ática de barniz
negro,, por ambas caras. En la parte exterior del pie se advierte el onfalós central y a
cierta distancia un carácter greco-ibérico, posiblemente marca, aunque podría ser la
última letra de una palabra. El vaso podría ser una forma 21 de Lamboglia.
Transcripción: "]S
Inscripción 9
Fragmento de la parte central del pie de una pátera de cerámica ática de barniz
negro, posiblemente de la forma 26 de Lamboglia, con círculo reservado entre el pie y
el arranque de la panza, estando el pie roto. En la parte interna del mismo un signo
inscrito a punzón que recuerda una M mayúscula, y que, dada la rotura neta que se da
bajo la parte derecha ·del signo, podría interpretarse como un numeral griego indicanr
do la cifra 20, figurada por dos deltas, caso no infrecuente en este tipo de inscripciones.
Podría ser una serie mayor de numerales.
Transcripción: "](delta) (delta) ["
Inscripción 10
Fragmento que conserva la casi totalidad del pie y fondo de una páteu de cerámica
ática de barniz negro, de la forma 832 de Spa.r kes, fechable por todo el siglo IV (forma
26 de Lamboglia). En el interior del vaso cuatro palmetas dispuestas en forma de cruz
rodeadas por dos círculos a ruedecilla, barniz de color rojizo por defectuosa cocción.
Por el exterior hay un filete reservado entre el vaso y el pie, cuyo interior está también
reservado. El barniz bien cocido es de brillo metálico. Junto al pie y aliado de la parte
rota del fragmento se .inscribieron dos letras, comienzo de una palabra más larga (?)
con caracteres greco-ibéricos.
Transcripción: ia [..
Inscripción 11
Fragmento de la boca y pared de una pátera de cerámica ática de barniz negro,
posiblemente de la forma 21 o 26 de Lamboglia. El barniz está muy erosionado y
lascado por el exterior. Hacia el tercio de la altura de la pared del vaso se halla un
grupo de dos letras, trazadas con una punta muy gruesa - para lo que es habitual en
estas inscripciones que forman conjunto ya que delante y detrás de la inscripción
queda abundante espacio. Los caracteres son de tipo greco-ibérico.
Transcripción..: ta
Inscripción 12
Fondo completo de una pátera ática de barniz negro, forma Sparkes 887 (Lamboglia
25/26 B ?). Hay reserva de barniz en la parte interior del pie así como una linea en la
junción del pie con la pared del vaso. La pasta es roja. En el centro del fondo del vaso
hay cuatro palmetas en figura cruciforme. En el exterior del pie, centrada, hay una
- 151 -
[page-n-154]
7
~~
11
10
mf\-1<1
16
j>
o
--
GniJW de El Campello.
10
CfH,.•
[page-n-155]
«GRAFFITI» DE EL CAMPELLO
5
cruz inscrita a punzón sobre el barniz negro, trazada tomando como centro el onfalós'
del fondo de la vasija.
Transcripción: (cruz.)
lnscripci6n 13
Fragmento del pie y fondo de una pátera ática de barniz négro, con fuerte irisación.
de tono metálico. En la parte interna hay huellas de un círculo de palmetas, además de
una banda circular amplia que las enVlJ.elve con decoración a ruedecilla. La pasta es
roja y en la unión de la panza y el pie hay un círculo reservado. En la parte interior del
pie, cerca de éste, hay grabada a punzón una inscripción de cuatro letras en escritura
greco-ibérica, completa.
Transcripci6n: arát
Inscripci6n 14
Tercio del fondo del pie de una copa de cerámica ática de barniz negro, forma 413
de Sparkes, fechada a partir del480 a. C. Está roto por el arranque del tallo. El barniz es
color ala de mosca y amarronado, muy poco espeso y en algunas zonas enrojecido de
cocción poco reductora, que se manifiesta sobre todo en la parte inferior, de color rojo
claro, con una banda y un filete de barniz negro en tomo del borde. Presenta dos letras
inscritas en sentido radial del conjunto de la hase, dibujadas en escritura grecoibérica.
Transcripción: la
Inscripción 15
Fondo de una pátera ática de barniz negro, forma Sparkes 830 (Lamboglia 21},
reconstruida, casi completa. Pasta ocre, barniz negro, con la parte interior muy
erosionada en la que tan sólo se advierten restos de un círculo a ruedecilla. El pie
tiene reserva de barniz así como la unión entre la panza y la peana. En el interior del
pie,·junto al lateral, hay trazada una inscripción de tres letras en caracteres grecoibéricos.
Transcripci6n: utu
Inscripción 16
Fragmento del fondo de una pátera en parte reconstruida, forma 806 de Sparkes
(Lamboglia 21 o 26). El fondo interior está decorado por palmetas y un círculo a
ruedecilla. El pie tiene uña, con reserva de barniz, así como un anillo reservado en la
junción de cuerpo y base. En la parte dentro del pie hay dos círculos concéntricos
inscritos a punzón y una leyenda de cinco caracteres del alfabeto grecoibérico, de las
que la segunda letra está más abajo de la caja del escrito y en menor tamaño. En otro
lugar del fondo se presenta otro carácter de escritura que no pertenece al sistema
escriptorio grecoibérico en que está grabada toda la inscripción sino que recuerda un
signo del sistema ibérico monetal.
Transcripci6n: 8 aka +(signo semejante a KO en alfabeto monetal)
a
- 153 -
[page-n-156]
6
E. A. LLOBREGAT
·
In$cripción 17
Mitad dél fondo de una copa de cerámica ática de barniz negro, de la forma 499 de
Sparkes (Lambogliá 42 A o B). Decorada en la parte interna por una palmeta y círculo
a ruedecilla. Al exterior hay filete reservado en la unión entre el cuerpo y el píe, así
como el círculo de la base del pie taml>ién está reservado. En la parte exterior d. l
e
fondo, dentro del pie hay una ins-cripción incompleta por el final, en .letra grecoibérica.
Transcripción: lesg[··
Inscripción 18
Gran parte del fondo de una copa ática de barniz negro, forma 24 de Lamboglia. El
barniz es de color amarronado, saltado en puntos pequeños, la pasta de color rosado,
con un círculo inciso en el centro del fondo. El pie es redondeado, con uña interna. En
la parte inferior del pie hay tres caracteres grecoíbéricos, en dos grupos diferentes:
uno de dos letras y otto de una.
Transcripción: ga
t
lnscripción 19
Pequeño fragmento del a.la y bor
barniz negro, de la forma 23 de Lamboglia. Barniz muy saltado qu:e sólo es cubriente en
la cara anterior y posterior, negro brillante, muy ligero. Sobre la cara interna del plato
hay unas rayas efectuadas con punzón de punta fina, que no parece representen
caracteres de xüngún sistema escrlptorio. No obstante se incluye dada la semejanza
con algunas inscripciones del pecio de El Sec, v.g., núm. 33, correspondiente al"núm. 10
del catálogo de D. Cerdá.
Inscripción 20
Copa ática de barniz negro (bolsa)), sin las asas, forma 557 de Sparkes y 42 B de
Lamboglia. Barniz negro con brillo metálico iridiscente, saltado en lasquitas de forma
oval sobre la mayor parte de la superficie, que arrancan también parte dé la pasta,
atacada por un medio salino. En el interior de la copa hay, .ál fondo, un círculo a
ruedecilla. Por el exterior se advierten estrías reservadas marcando la inflexión entre
la panza y el cuerpo y entre ésta y el pie. Este es moldurado, con uña en la base.
Dentro del círculo del pie, al exterior, hay inscrito un signo, del que se da~á cuenta. en
el comentario, por su anomalía.
Inscripción 21
Fondo de un plato de pescado ático de barniz negro, forma 23 de Lamboglia. Pasta
color rojo, ladrillo oscuro, barniz negro mate muy cubriente, sin zonas reservadas.
Dentro dél pie, y cerca de la unión de la peana con la base, inscritas a punzón dos
- 1·54-
[page-n-157]
«GR.AFFITI» DE EL CAMPELLO
7
letras del alfabeto púnico: B S (bet, sámek), que, a juicio de la doctora Fuentes Estañol
serían la abreviatura de un nombre propio del tipo B' LSKR {5).
Transcripción: bs (bet, sámek)
Inscripción 22
Fragmento menor de un cuarto del fondo de una pátera ática de barniz negro, que
en su parte interna tiene una decoración de palmetas ligadas y un círculo a ruedecilla.
Por la parte externa, dentro del pie, hay un círculo reservado en el que se trazó 11
punzón una inscripción en caracteres púnicos, cuadrilítera, aunque por el comienzo de
la inscripción - a la derecha del lector- podría habe:r más letras. Para la doctora
Fuentes EstAñol sería un nombre propio {6).
Transcripción: t'gr (tau~ álef, gayn, resh)
0
4RALELOS
No pretendía inicialmente hacer ningún comentario filológico, para el que no me
siento preparado, ni siquiera traer a colación algún paralelo. No obstante el decurso
del estudio de las inscripciones me ha obligado en alguna ocasión a mirar los paralelos
a fin de ratificar o infirmar alguna de mis lecturas iniciales. Por ello daré una lista
somera, basada en el repertorio de J . Siles, al que añadiré algún otro, espigado al azar,
por la vecindad geográfica, sin afanes de exhaustividad. Su papel en este catálogo es
fundamentalmente de ratificación de que la lectura es posible y forma parte del acervo
de la lengua -<> lenguas- ibéricas.
La inscripción fragmentaria núm. 6 no tiene, en puridad, paralelo. La sílaba, en
posición inicial de palabra la encontramos en el Uxico de Siles (7) números 963 (de
Sagunto), 964 (de Azaila), 965 (del plomo del Cabezo de Mariola), 967 (de Sagunto) y
968 (del plomo del Cigarralejo), las tres últimas formando la sílaba inicial de las
palabras i.a.bi, i.a.n.bi.n.t.a y i.a.n.e.I.a.s. Todas ellas atribuibles también a la
inscripción número 10, que es principio de palabra.
Nada diré de las inscripciones 7 y 8, que son finales de palabra y que será cómodo
encontrar cuando dispongamos de un léxico reverso, cuya utilidad, por el momento, no
parece excesiva.
Si la interpretación que he hecho del fragmento 9 es acertada - lo diminuto del
tiesto impide muchas maravillas en ello- nos encontramos con una grafía muy ordinaria, común en los graffiti sobre cerámica ática de barniz negro. Es un numeral del
sistema acrofónico griego (8) que equivale a la cifra 10, representada por la inicial de
d(éka) y que señala las decenas, de 1~ primera a la novena, por la simple aposición de
deltas. Otra inscripción de esta misma procedencia, publicada anteriormente (9).
(6) M.• Jo-' FUBN'J'ES ESTAROL: 4ICorpva cle.laa iucripciooee fetücia&. p6nieaa Jlleopúnicaa ele S.pdalt. &rc.lona, 1986, nW.... Ol.OL
(8) FUENTBS ESTAROL: Op. cit.. ., la nota 6, nW.... Ol.02.
(7) J. SILES: ..uáco de inolcripc:ion• ib6rie&P. Maarid, ~ (r.coce todo lo publicado huta U176).
(8) V'-e UD& DOticia .-..,tal .., el artieulo de Th.L.. HBAT para el Ozhn/ C~ DictiOIUJM]f, 1970', ..\L ar..k Nlll»bblr&
(8) LLOBREOAT: 0p. cit...., la nota 1
- 155 -
[page-n-158]
E. A.LLOBREGAT
8
La inscripción 11 desanoUa e_n alfabeto grecoibérico el sonido de un signo del
escriptorio ibérico leV'antino o, como se le acostumbra a denominar últimamente, alfabeto epicórico. En las inscripciones recogidas por Siles no aparece la sílaba
aislada, sino repetida: ta.ta en inscripciones sobre cerámica de Azaila y Ensérune
(núms. 736 y 737). La sílaba ta. como inicial de palabras, ·c ubre·los números 725 a 787
de Siles, dentro de éUos están en sistema grecoibérico el 733, de La Seneta, (tagisgarok) el 769, tarike, del Cígartalejo y el 770 de la misma procedencia. Los graf{itt
recogidos en tierras murcianas (10), aunque posteriores en el tiempo y empleando
sistema escriptorio levantino, repiten en multitud de ocasiones el signo ta, lo que
obliga a pensar que es una marca convencional (11) como supone De Hoz para las
piezas de El Sec. Traen la sílaba en cuestión las piezas nÚD\eros 5 y 6 (Cabecico del
Tesoro), 7, 12, 13, 15 y 32.
La inscripción 13 presenta una 8, y todos los paralelos recogidos en Siles se
muestran con s. Ignoro si es ·posible este cambio gráfico, aunql.le sospecho, por otros
ejemplos que no citaré por mor de brevedad, que no es factible.
Con la inscripción 14 tenemos de nuevo una sola sílaba, que tanto en grecoibérico
como en levantino requiere dos signos. Debe de tratarse de otra marca conV'encional,
pues lq)arece en muchos graffiti de Azaila, y también sobre pesas, así como en una
inscripción de Are;nys de Mar (Silea, 1092). Las de Azaila oc~pan los números 1.087 a
1:091 del mismo léxico y están trazados sobre cerámica campaniense.
Por lo que hace a la inscripción 15 no he encontrado ni un solo paralelo en Siles.
No es el caso de la inscripción 16 que es mucho mejor conocida. La encontramos en el
Ciganalejo (Siles, 1279) como Sakarbik, y en La Seneta (Siles, 1281) como sakarisker. Sin embargo en Liria (Siles, 1.282) la misma palabra muestra en sistema levantino
una 8 en lugar de una s. Parece que la forma sakar e~ un antropónimo (Siles, 1981;
Untermann también lo considera):
Dé la inscripción 17 no encuentro paralelo. Sí, en cambio, de la 18, aunque
seguramente será más una marca que otra cosa, pues no. parece la abreviátura de una
palabra más larga. Con todo en L.a Seneta tenemos un gaibigait (~mes, 572) y un
ga.rokan (Siles, 607). La t aparte del grupo silábico anterior, no parece también.sino
una marca, trazada muy al desgaire.
Nada puedo decir de la inscripción 19, salvo el ya mencionado parecido superficial
con el grJrlíto 33 (numeración de Hoz) de El Sec. No me extrañaría que fuesen
rayas sin sentido o, aun más sencillamente, áreas de barniz saltado caprichosamente·
por un golpe o cualquier otra causa fortuita.
La inscripción 20 trae un signo que aparece en el sistema ibérico levantino pero
que no parece se -pueda leer mediante él ya que se nos presenta en la inscripción
si~tema
(.JO) A.
ll'IIESJ:A. J . M. GARCIA CANO Y M.• Carmen BERROéAL: Grafitoa prelatinoa wbre eerimica en MUJciu. Analee de la
xr.m. ~. Murcia. 1984; pq.. 73-93.
Univeni~ad de r>fur$)ia. Letru.
(11) J. ~e HOZ: •4 epigraftf! del Sec y loe grafltoa marcantilee en Occi~ente». Apwic • El barQO ~ 81 s-. Calvi6. AYuntamiento, 1987,
páp. 601H160.
- 156-
[page-n-159]
«GRAFF'ITI» DE EL CAMPELLO
9
Campello 4 (12) que, pieni!O debe de considerarse como grecoibérica. Más adelante se
hará su discusión, baste con mencionar, por.el momento, que Siles, en su número 69lee
a.t.a.(s/u?). La introducción del signo del sistema ibérico dentro del sistema grecoibérico me parece un tanto incongruente, y pretendo demostrar que este signo puede ser del
sistema grecoibérico, como más adelante se verá.
Las inscripciones 21 y 22 están trazadas en alfabeto púnico y han sido publicadas
por Fuentes Estañol, a quien las envié para autnentar el número de inscripciones que.
había dé recog~r en su utilísimo Corpus (13), en los números 01.01 y 01.02. Interpreta la
primera como abreviatura ae un nombre propio, del tipo ba' al askar, y la segunda
como un antropónimo. No les he encontrado paralelo en las inscripci<>nes del pecio de
El Sec, en que hay bastantes en esa grafia, y que son un paralelo inmt}diato, aunque
sea simplemente por el empleo del alfabeto púnico, para las· que estamos analizando.
SOBRE EL ALFABETO GRECOIBERICO Y EL DUCTUS
DE SUS CARACTERES
Cuando publiqué la primera serie de graf{iti sobre cerámica, procedentes de la
llleta deis Banyets y del Tossal dé la Cala, que formaban parte de la colección del
Museo de Alicante, me planteé estudiar en lo posible el ductus de l<>á caracteres ya
que, en casoe dudosos, quizá podría identificar un carácter en oposición a otro por la
forma del trazado. Con el material exjstente a la sazón se quedaban sin representaeión
gráfica las siguientes letras: o , u, k_, s , y se planteaba un probltlJ:Da por la forma
peculiar de una letra de la inscripción 4, que identificaba p<>r mí (14) como una sade, o
mejor ian, fue puesta en duda por Siles como ya se ha visto anteriormente.
La nueva ~erie de inscripciones ha permitido completar el a,lfabeto con los signos
para las letras C(Ue faltaban y aun añadir la posible explicación de la extraña grafía de
ian anteriormente· propuesta. En un cuadro resumiré las formas de las letras y las
variaciones del ductus, en la medida que es posible llegar a determinarlo, basándose en
los trazos que cortan a otros trazos preexistentes. No puedo garantizar al Cien por
ciento el sistema, toda vez que, en alglJ,n caso, y aun empleando fuertes aumentos, no
es posible llegar a diséernir con precisión cuál es el primero de los trazos inscritos. La
evidencia. por otra parte, de que la escritura grecoibérica es normalmente dextrógira,
ayuda también algo a la hora de intentar reconstruir el movimiento de la maílo del
escriba..
Vayamos pues con el albafeto. La letra A, de tres trazos, tiene. siem,pre como
primero el izquierdo y segundo el dérecho, mientras que el travesaño presenta diferentes variantes: con $entido hacia arriba y de derecha a izquierda en las inscripciones 3 y
4, con el mismo trazado pero con el trave.aaño hacia abajo en las 6, 11, 13 y 16, cQrtando
(12) LLOBRBGAT: Op. c.it om la nota '2.
(18) FUEN'rES EST~OL: Op. cit. en !a nota 6.
(U ) U.OBREGAT: 011. cit. en la n<.>ta 2, pép. 12-18.
~ 157 -
[page-n-160]
10
E. .A. LLOBREGAT
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[page-n-161]
«GRAFFITI» DE EL CAMPELLO
11
sólo el trazo izquierdo en la 10, y con el travesaño en sentido de derecha a izquierda y
dirección hacia abajo en las 14 y 18.
La letra E muestra siempre un mismo trazado, homogéneo, primero el trazo vertical
izquierdo, luego el derecho y, por último, el transversal. Lo mismo ocurre con la letra
1, que se marca de un solo trazo de arriba abajo.
La letra O plantea un problema, sólo hay un ejemplo en la inscrípción 7 y es de
forma circular, con dos trazos en forma de semicircunferencia, verticales. El alfabeto
empleado en los plomos de Alcoy y en el del Cigarralejo, muestra siempre la letra con
trazado angular, de forma rómbica, y a las veces con ápices sobresalientes en la parte
inferior. El trazado de esa O redonda le resultó arduo al escriba y -a juzgar por las
rayas que grab6-- hubo de intentarlo al menos dos veces hasta que le quedó aceptable.
Quizá ese fuera el motivo de abandonar el diseño circular por otro angular, como se ve
en las inscripciones ya mencionad.as, porque en el original que se considera como
modelo griego de este alfabeto (15) y en todos los demás alfabetos griegos arcaicos (de
Thera, eólico-dorio, argivo, corintio, ático, de las islas) la forma de la O siempre es
circular. Ese y otros motivos, como el aducido por Maluquer de Motes (16) de que ((este
alfabeto resultaba poco práctico para escribir la lengua ibérica... (ya que) si tra.nscribimos los textos del plomo de Alcoy en alfabeto semisilábico ibérico, resulta que se
precisan sólo 25lsignos, mientras el alfabeto grecoibérico requiere 329, es decir, que el
uso del sistema semisilábico ahorra casi un 30% de signos)), permiten explicar la
escasa presencia de este sistema escriptorio, y su limitación temporal de que más
adelante se hablará.
La letra U no plantea mayor problema en su trazado, siempre con el mismo ductus.
Por lo que hace a las consonantes, la B marca un ductus lógico, fraccwnando los
dos senos a la derecha en dos golpes angulares de buril, la D mantiene siempre el
mismo trazado, que en general, como casi todos los demás es el más lógico para un
escribiente diestro y que traza sus caracteres en sentido dextrógiro. Igual ocurre con
la G en todas las ocasiones que aparece y con la K. En la L se ve una vacilación que
habría que comprobar analizando más ejemplos. En un caso se traza primero la pata
izquierda y luego la derecha, en otro - inscripción 1- se traza antes la pata de la
derecha, más corta, y luego la pata izquierda, más larga y que. sobrepasa a la anterior.
La N de las inscripciones 1 y 3 traza primero el travesaño oblicuo al que luego añade
los trazos verticales izquierdo y derecho, por ese orden. En la R, hay un diseño en tres
trazos, fraccionando en dos el gesto de marcar su parte angular, inscripción 1,
mientras que en la 13 la línea angular de la derecha se dibuja de un solo golpe como
ocurre con los senos de la B. Para mayor complicación, la :& tiene como primer trazo el
,de la parte superior del ángulo y después el inferior. Los trazos tercero y cuarto son el
vertical a la izquierda y el ápice superior derecho que se dibujan siguiendo el mismo
(15) J. M;ALUQUER DE MOTI!S: •Episnafta p..latlna de la pen!naula ib6rlc.,.. Bazcelona, 1968,
pq.
90.
,)of. OOM:,EZ MORE'NO: «El plomo de Alcoy». M:iacelheu. Madrid, 1949, pq.. 219-231, eopecialment,e 226.
(18) MALUQUER: Op. cit. en la 1>0ta 16, J~4,r. 91.
-159 -
[page-n-162]
E. A. U.OBREGAT
ductus que se da en la N. La S se delinea en dos golpes angulares superpuestos,
mientras la Splantea diversos problemas que serán estÚdiados posteriormente. En la T
alternan l~s que tienen, como primer trazo el superior horizontal (inscripciones 4 y 18)
mientras que la forma más común es la que lo tiene diseñ~do posterionñente al trazo
vertical, lo que acontece en las inscripciones 1, 7, 11, 13 y 15.
Las deltas inscritas en el tiesto número 5, ya publicado, están hechas en cuatro
trazos, primero se ÍÍlScriben tres ángulos agudos seguidos, cada uno de ellos hecho de
un solo trazo angular 1. por último, se cierran por la parte inferior con un solo trazo
recto. Este ductus es distinto al que vemos en la inscripción 9, que he interpretado
como restos de dos deltas. En los trazos que se conservan el ductus de cada uno de los
ángulos es el mismo, un primer trazo a la ~quierda y luego otro a la derecha, idéntico
al de la L de la inscripción 14. No puede ser una M, que no existe en el alfabeto
grecoibérico, ni tatnpoco, enderezando el tiesto, una S, ya que el ductus no se corresponde, ni tampoco una doble L, que no recuerdo se dé en la epigrafia en lengua ibérica.
No mé atrevo a identificar este signo con seguridad dado lo t:educido del tiesto y lo
reducido de los signos trazados, incompletos por rotura.
·
Queda por esclare.c er el problema de la lectura de la inscripción 4 y su paralelo e.n
la inscripción 20, así como la relación de estos signos con la san de las inscripciones 2,
5, 13, 16 y 17. Comencemos por las formas «canónicas» de la san. Ya Gómez Moreno
(17) al describir la escritura del Plomo de Alcoy señala textualmente: «obs_ rvado sin
e
prevenciones el caso, bastará in$istir en la comparación de alfabetos antiguos para
convencernos de que, entre todos, el alcoyano corresponde .a uno solo con precisión,
salvo respecto de la letra ('san) y es el griego jónico... La única anormalidad toca al
octavo signo, que podría ser m; pero dado el poco uso de esta letra en ibérico, prefiero
asimilarlo alsade fenicio y se chipriota que pasó en forma de T o M a alfabetos griegos
muy arcaicos y lo transcribiremos por (Gómez Moreno ponía un punto bajo la s, que es· la
transcripci6n ordinaria de la sade, y que he regularizado al uso actual). Sin embargo,
hay diversidad de opiniones, ya desde antiguo, sobre la procedenéia del san., que en su
forma M deriva antes de la sin. fenicia que no de la sade, como mantenía Lenormant
(i8). Février, en cambio, señala que en el alfabeto etrusco de Marsiliana el lugar de la
sade está ocupado por una letra en forma de M a 1~ que los dorios denominaban san.
Esta letra no aparece en los alfabetos del Asia Menor, pero en Halicarnaso hay una
letra en forma de T , con los ápices laterales muy caídos, que servía para .notación del
sonido ss, tt (19). Todo esto se complicó con la aparición ulterior de la sampi, numeral
cursivo aparectdo hacia el siglo ll a . J.C., que derivaba de la san y que tQmó el noDi.bre
de su similitud con 1,1na sigma semiéircular combinada con una pi, signo que ha traído
últimamente a colación J. de Hoz (20) al estudiar la alternancia de ambos tipos de S en
el alfabeto grecoibérico.
s
(17) GOMEZ MORENO: Op. cit. en ~ nota 16.
(L8) 1!'. LENORMANT: AA!pbabetumo en Ch. DAREMBERG '1 E. SAGLIO •Dictionarire clee a.a.tiquitée ~ et romain"!8*.
(19) J. G. FEVRIER: ..Hiatoire ~ l'kri.Mett. Paria, 1969, ~ 291-292.
(20) J . de BOZ: ..te. escritura greeo.ibérica~. Velei.a, 2-3. Vitoria, 1986-86, ~ ~298.
- 160-
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«GR.AFFl'I'bo DE Eil CAMPELLO
13
Una clara explicaci6n de este sistema escriptorio viene dada co:n todo detalle por J .
.Maluquer de Motes (21). No entraré el\ los valores fonéticos ampliamente estudiados
por Siles (22) que cita además toda la bibliografía sobre la materia.
Mi interés se va a centrar en las grafías. de este signo, de las que se presenta ·un
cuadro con todas las variantes, y en la posibilidad de que haya una variante formal
con el mismQ valor. En la forma canónica de la letra, una barra horizontal de la que
penden tres barras verticales nos encontramos dos fórmulas diferentes trazadas de la
.siguiente .manera: pl'Ín;J,era barra vertical, segunda barra vertical, barra horizontal y
terce_ra barra vertical (inscripción 13). La inscripción 16 nos muestra una forma ~ás
regularizada: se tr8.Z&ll primero las tres verticales paralelas y se completan con la
línea horizontal superior. Las mscripciones 2 y 5 nos presentan una forma más rápida,
compuesta por solo tres trazos: el primero que c.o nstituye la parte .horizontal y se dobla
en ángulo para trazar una de las líneas verticales: en cada uno de los casos la primera
de la izquierda o la de la derecha según la dirección en que- ha escrito. Luego siguen,
se
de izquierda a derecha las dos restantes líneas v.erticales. A pesar de las variantes,
todos ellos son claramente reconocibles como la letra 8. En la.inscripción 4léí en su
día el último signo como 8 ya que era el ductus que más se ,Parecía al. de las anteriorés
inscripciones. No puedo aceptar la sugerencia de Siles, anteriormente citada, de leer
atau ya que sería introducir un carácter del sistema ibérico levantino, lo que ~e ·
parece un poco incongruente. Con la aparición de la inscripción 20, semejante en su
forma a la letl'a cuestionada de la inscripción 4 se me esclaree.i6 el horizonte -un poco
más. En efecto, el ductus del único signo de la inscripción 20 puede considerarse como .
un paso más en, el proceso de simplificación que habían significado los signos de las
inscripciones 2 y 5 arriba mencionados, y que acabaría, si mi hipótesis es válida, en la
forma más esquematizada de la inscripción 4. En el cuadro sinóptico de estas formas se
podrá ver mucho más claramente la serie evolutiva que,propugno. Estaríamos asistiendo a un proceso estilizador y simplificador como el que dio nacimiento desde las
formas antiguas de la san al ruorido formal 8ampi con su amplia curva -como la de la
Íl.lSCripción 20-- que sirve como lateral y parte superior, y los dos apéndices perpendiculares, trazados con posterioridad·
.
FECHACION DE LAS INSCRIPCIONES
El estar realizadas sobre cerámica.s áticas de barniz negro, de cronología bastante
bien estudiada, es un · dato esencial para la fechación de estas inscripciones, y por ·
ellas de las realizadas sobre plomo. En primer lugar hay que destacar que todas las
analizadas en el presente trabajo Mn sido realizadas tras la cocci9n y son, por tanto,
contemporáneas o posteriores a los vasos sobre los que fueron inscritas. El origen del
(21)
(22)
MALUQUBR~ Op.
cit
e11
la
~ 1~.
pq. 91.
.
J. SILES: •Ueber die Sibilantep. iD i~ Scllrift>t. Aetp ~1 n coloquiq 10bre ¡...,_. y MCrituru ~ ele la pesñMula
ibérica, (Tübiqen, 1$76).
Siolaman~
19'19,
~. 81~.
-161-
[page-n-164]
14
E. A. LLOBREGAT
sistema grecoibérico es fechado por Maluq\lér de Motes (23) hacia el 450, en lo que está
de acuerdo J. de la Hoz, quien habla de una lecha dentro del segundo cuarto del siglQ
V a. J .C. (24). El plomo del Cigarralejo se fechaba.arqueológicamente por Cuadrado en
la segunda mitad del siglo IV a . J.C. (25).
Por lo q\le hace a las publicadas en estas páginas, muy pocas piezas permiten afmar
en la cronología, dado su estado de rotura que impide clasificar con.todo detalle la
forma y conocer por esa vía su amplitud cronológica. Evidenwmente todo el conjunto
se fecha dentro del siglo IV a. J.C. y podemos precisar algo más en aquellas piezas que
han podido ser clasificadJlS por sus paralelos en las halladas en el Agora de Atenas (26)
como son la inscripción 7, que data entre el tercero y el segundo cuarto del siglo IV a.
J.C., la inscripción 10, inscrita sobre un vaso cuya cronología ocupa todo el siglo, la
14, que aparece sobre una pieza que comenzó a. fabricarse a partir del 480 pero que no
se puede determinar, dado lo fragmentario, en cuál de sus variantes se podría establecer. Otras piezas dan menos posibilidades de cronología. El poblado ibérico establecido
en la Dieta deis Bányets de El C~pello tiene una cronología q,u e abarca prácticamente todo el siglo IV y, por el momento, en lo qUe se lleva estudiado de la masa de
cerámica aparecida, parece que no llega más allá del tránsito de la cuarta a la té.J"cera
centuria antes de J.C. Por lo que hace a la fecha de comienzo, algunos tiestos antiguos
del pozo de basuras, muy estropeados, podrían dar fechas dentro del período 430-400 a .
J .C. pero el estudio aún no está muy avanzado.
Se puede lícitamente inducir que el -poblado ibérico de la Dieta deis Banyets fue
una especie de emporio en el que se establecía el mercado bajo la protección de los
dioses, en terreno, por tanto, neutral. La presencia de dos templos (27), uno de
tradición greco-itálica y otro de tradición oriental, además reconstruidos dos veces en
un corto espació de tiempo, entre los cuales se emplaza un gran almacén que ha
proporcionado piezas de importación; abona la hipótesis. .En ese caso no nos ha de
extrañar iá Rresencia de vasijas de iinportación griega con marcas inscritas, tanto en
sistema escriptorio local como en sistema escriptorio púnico. La misma mezcla proporciona el pecio de El Sec, y aunque quizá nunca sepamos si el barco exa de 9rigen griego
o de origen púnico, o si en él viajaban al mismo tíempo mercaderes de ámbas
procedencias, lo cierto es que barcos como aquél hubieron dé (ondear en la cercanía de
la isla (que no lo era·a la sazón, antes una península larga y estrecha, como una proa
cara al mar) y vender sus productos bajo el manto de los dioses aunque desconozcamos
cuál fuera el producto o manufactura que se llevaban en pago (28).
Alicante, 1988
(23) MALUQUER: Op. ci'- en la nota U), poi.¡. 92.
(24) De HOZ: Op. c:it. en la. nota 20.
'(311) &. GUADllÁil.O : «El plomo con inoc:rip~;i6n .i b6rica del CiJI!mllejQ, Mula, MUI:!:.ie». Cuaderno41
19!5.0.
a, Historia Primitiva, V, l. Madrid,
(26) E. SP.ARKES y L. TALCO'M': t<'I'be Athanian Agora, XU, Blaék and pl,o.in po~ or the 6fll. 6ijl and 4th c;<~~~turi~ BC!I. 2 vol. 1'he
American School ol C'-ical Studiea et Athene. Píinceton, Ui?O.
(21) LLOBREGAT: Oí!· cit. en la nota 1, 1986' ..no. templee..:•
(28) M.• E. A:UBET: «Tiró y, ).U eoloniu fwc:ial del oc:c:íéienteoo. '.Bareelona, 19117, N· 86. La déi!Cripción del •puerto merca:nteo1 c:ó~
almacenes y algún que otro eantúario, ee ap..,ua muy bien a lo exl'6vado en la, m eta dela Benyeta.
.
Vilaee al c:aoo E. A. LLOBRlroAT: L'illeta dela.Banyeta (El C..Opello, Camp cj"Alácan,t ). ¿!oliuri -eoñom?,Barcelona, Hon~enatge el
profeMor Miquel Tarradell, en prenaa.
- 162-
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LAM. 1
E. A. LLOBREGAT.-.cGraffiti u de El Campello
7
8
10
9
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E. A. LLOBREGAT.- •Graffiti» de El Campello
LAM. II
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12
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E. A. LLOBREGAT.-..
LAM. IIl
15
16
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E. A. LLOBREGAT.- «Graffiti» de El CampeJio
19
21
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LAM. IV
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ARCHNO OB PRBRJSTOIUA L&VANTlNA
Vol. XIX (Valencia, 1988)
IGNACIO TOMAS FERRE
(Buñol)
DISCO DE PLOMO, ESCRITO, DEL PICO DE LOS AJOS
(YATOVA, VALENCIA)
En el Pico de los Ajos fue hallado en superficie un pequeño disco de plomo escrito
con caracteres ibéricos meridionales. Su descubridor, Fernando Ramos Giménez hizo
entrega del hallazgo al Museo de Prehistoria de Valencia.
El disco en cuestión, que mide 34 mm. de diámetro y 3 mm. de espesor, ha sido
catalogado con la signatura P.A.VI siguiendo la nomenclatura dada por Fletc~r a los
textos ibéricos procedentes de este yacimiento (1). Escrito por ambas caras, su lectura
ofrece algunas dudas:
Cara A:
Fig. 1
(1) D. .t'LBTCHER VALLS: «Loe plomodhéric:oe ele Y~a (Valancia)t. T.V. clal SJ.P., nlba.ll8. VaJena., 1980, doDcle eewdia P.A. I, U y ID.
D. FLETCHBR VALLS; • Nilf!Yoe pl
- 167 -
[page-n-170]
l. TOMAS l'ERR~
2
En su parte su,perior se encuentran cinco signos, escritos de derecha a izquierda
4'1A·f~; más hacia el ceptro del disco hay otros dos f< A (fig. 1 y láni. I, a). Los
cinc9 primeros signos p~entan dificil transliteración, ya que el p~ero de ellos,
.1t
1,
valorando como 8, y el segundo;
leído como L, foima.n una combinación que n~
recordamos en otros textos, e:x;cept\iando J.llla m~y d1,1dosa ·lectura de· ·un letrero de
Tarragona,.en alfabeto oriental, ~ 1' ~ (l{übner, Xlii) en donde SL se apoya en la
vocal r, mientras que el disco de P.A. lo présen,ta eegu,ido de un signo silábico, A
(KA) lo qu~ complica aún más la i nterpretación ·del voc9:blo.
.
: Una posible solución a esta dificultad sería suponer que e1 primer signo· se grabó
con un trazo de más, siendo en realidad Jf< , ·valorándose en tal caso como. E u O, y
tendríamos E-L-KA-L-A, o también 0-L-KA~L-A, nombre que nos lleva a pensar en los
01cades (pueblo ubicado ·relativamen~ cercano al ' yacimi~nto de Yátova) y en la
moneda de OLKAI.llUN, que se supone relacionada -con aquel pueblo. {2). · ·
. Podríamos pensar como otra solución_que el segundo signo no fuera 1 , sino
· Esta posibilidad nos da la lectura S-A-KA-L-A, i'élacionado con el SACALACúCA, de Sel'l'e~ VI.
. ...
._
.
. _ . . ·.
·Aún cabría pensar en otra solución, pretendiendo el olvido de una vocal entre los
. · signos primero· y segundo, y considerando el tercero como 6 y no como A ;
· · leerí.amos entonces ·'8-(A).L-(DU}L-A., en relación con Bastida I,B. como veremos a
c~htinuaciqn.
.
·· _ otros dos signos, Y'( A ,.se leen GA-BE. En Bastida I,B. ·s e leyeron varios
LQs
interpretados por Fletcher como GATE, de acüei"4o
GABE, pero con la grafía cp A
con los paralelos que e~ _ alfabeto oriental encontramos en .el mismo Pico de los Ajos,
en Orleyl, en Pal~PD6s, etc.
·
A..
·.·.
Cara ,B:
..
-- '.
Fig. 2
...
.
. .·.
(2)•J. ti~; dloo-~ LiD¡uaram ~- WieeÍ!éileD, '-'16, p6a. 2'711. (A.IIO.l).
. - 168 -
..
-.·
[page-n-171]
3
.I:'ICO DE LOS AJOS V1
7
En su parte superior se grabaron cuatro signos: J> 4 X
; cuya lectura
sería KO-GI-A-¿TE?, ofreciendo dudas el último signo a causa de la rotura del plomo.
De aceptar un final -lt tendríamos que admitir un giro total de este signo ~ que
estaría escrito en sentido opuesto al que le correspondería ~ , pero si vemos que los
varios un trazo angular y no curvo, no habría inconveniente en poder admitir que el signo no
sea 1> (lt) sino 1' (TE), incompleto por rotura del plomo en la parte superior
izquierda del signo (fig. 2 y lám. l,b). En tal caso tendríamos la lectura CO-GI-A-TE
que encontramos en Bastida I,B, 1, 9 y 10, SALDULACOGIATE, que ofrece paralelos
con P.A.VI caso que la solución sugerida para la cara A fuera S(A)LDULA, ya que
unida a la cara B nos daría 8-(A)L-DU-L-A CO-GI-A-TE, coincidente con los citados
SALDULACOGIATE de Bastida.
Con el hallazgo de este disquito la relación de textos ibéricos en alfabeto meridional procedentes de la región valenciana es:
La Bastida (Mogente), plomo:
243 signos.
Covalta (Albaida), plomo:
38 signos.
Valencia (de procedencia incierta), plomo: 57 signos.
Orleyl II (Vall d'Uxó), plomo:
39 signos.
P.A. VI (Yátova), plomo:
11 signos.
5 signos.
Corral de Saus (Mogente), piedra:
La Alcúdia (Elche), piedra:
9 signos.
Dando un total, hasta el momento, de siete yacimientos y 402 signos.
- 169 -
[page-n-172]
[page-n-173]
l. TOMAS FERRE.- Piomo del Pico de los Ajos
LAM. 1
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ARCHIVO DI PRBHISTORIA LEVANTINA
Vol. XJX (Valeneia, 1888)
LUIS SILGO GAUCHE
(Valencia)
SOBRE LOS VALORES FONETICOS QUE ANOTA LA ESCRITURA
DEL ALGARBE
El motivo del presente artículo es la aplicación a la escritura denominada del
Algarbe o del SO. de los valores fonéticos que para el primitivo semisilabario indígena
meridional ha ofrecido Domingo Fletcher Valls para la lectura de diversos textos en
esta grafía de la zona levantina peninsular. A lo largo de los años, D. Fletcher ha
promocionado los estudios ibéricos valencianos, siendo conocido el protagonismo que
ha alcanzado en la interpretación y publicación de las nuevas inscripciones que han
ido apareciendo desde que en Hi53 diese a la luz sus <
de Prehistoria de Valencia)) (vol. 2.0 de la colección de Estudios Ibéricos). Durante este
período de tiempo, Domingo Fletcher hubo de enfrentarse al problema no resuelto del
desciframiento del <
conjunto del sistema. Los resultados alcanzados se han expuesto en dos obras fundamentales: <
Llano de la Consolación (Montealegre del Castillo, Albacete)>> (ver notas 17 y 18).
Estos mismos resultados son los que hoy aprovechamos para ofrecer una hipótesis
de lectura de la escritura suroriental, y por ello estas páginas de su Homenaje nos
parecen las más adecuadas para dar cabida a una aportación que es deudora de las
propias investigaciones del maestro y amigo.
En la bibliografía sobre el tema ha encontrado lugar la distinción entre el semisilabario llamado del Algarbe o del SO., por una parte, y el turdetano o meridional, por
otra, pero si bien es cierto que el foco epigráfico del Algarbe y Bajo Guadalquivir
presenta una personalidad muy acusad~ nosotros, con otros autores, no hallamos
razones para d.ü erenciar dos escrituras que coinciden en la estructura y en el número y
forma de los signos, y no parece justificado dar una lectura distinta a un mismo signo
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2
L. SILGO G~UCHE
por el hecho de que aparezca ett Beja o en Obulco. Por esta misma razón, hemos de
creer que los valores que podemos aplicar partiendo de la lengua ibérica para el
semisilábacio ineridi,onal son también válidos en. el Bajo Guadalq~jvir y Su~; portl.l·
gués, sin prejuzgar la lengua que está representada en las inscripciones de este último
grupo.
A continuación, exponemos brevemente las opiniones de los principales autores
qúe se han ocupado del tema, sin ánimo de exhaustividad, tanto en lo que se refiere al
Algarbe como al conjunto meridional, ~ insistimos en las razones que. D. Fletcber ha
ofrecido en las dos publicaciones ya citadas.
Resuelto desde principios de los años veinte el problema de la lectura del
oriental, aunque no aceptado hasta mucho más tarde, faltaban por establé.cer los
valores equivalentes en el ccalfabeto» meridional, en este sentido la obra de Schulten
(1), traducida al español a princ~pios de los años cuarenta, supuso un paso atrás al
prescindir de los conocimientos ya alcanzados para la zona levantina y creando una
teoría qv'e, a pesar de su fragilidad, habría de repercutir en algunos estudiosos,
principalmente en Antonio Tovar (2), autor que rectificaría p.o steriormente sus opiniones y presentaría él mismo, en 1961; un ensayo de swtematización del semisilábario
meridional siguiendo fundamentalmente a Pío Beltrán Villagrasa y a Julio Caro
Baraja, que veremos más adelante (3).
El propio Manuel Gómez-More.no, a quien corresponde. el mérito de haber d_ do con
a
la clave del desciframiento de la escritura oriental, presentó ya en 1943 (4) unos
p~imero~resultados que coincide~ casi ent~:amente c,on los de Flet~her, e~eepto e~ los
signos 'f , (1) y 'f< . En esta mtSJDa ocaswn advertla ya de las diferencias sensibles
entre el ~lfabeto fenicio y la primitiva escritura española, coincidentes en algunos
signos y discrepantes en la mayoría de ellos (5).
En 1961 (6), Gómez~Moreno rectifiéaría }:>arcialinente, dando a 1\ el valor de BE,
como Fletcher, pero introduciendo variaciones no justificadas, como la lectura de O
= O, o pronto resultó evidente qu.e D. Manuel Gómez•Moreno no había acertado en esta
ocasión, reafirmó el parentesco entre las escrituras peninsulares y su carácter semisilábico.
El eminente investigador D. Pío 'Beltrán Villagrasa r ealizó tres aportaciones al
estudio de la epigrafía meridional, dos de ellas sobre el plomo de Mogente (7), y otra
'(1) A. SCHUl.TEN: oto& TirAn<* en Etpaña•. Ampuriea 2. Barc41ona1 1~2. Jlác:- 36 y u.
(2) A. TOVAR: •Obeervacionet eobr:e eacritutae tarteeia... Archivo de Prehi.toria. Levantino IU. Valencia, 1962, pq1. 267·262.
(3) -A. TOVAR! •Teatimonioe antiguoa¡o. :Enciclopedia LingUistica Hispánica, f. Madrid. 1961. pága. 101·126.
(4) M. GOMEZ.M08E.NO: .La O$Critura ibérica y IU lenRWI.ie». Boletin de la Real Academia de la Híalmia, vol. 112. Madrid, 19.43, págs. 261278.1gual e.n •Miec.elánea~». Madrid, 1~9. páp. 257·281.
(6) M. GOMEZ!MORENO: ·~elil.nea.., J!4g. ~.
(6) M. GOMEZ-MORENO: •La escritura bútulo-twdotana•. RA!vista do Archiv011, BibliQie1eU y Muaeot, 69/2. Madrid, 1961, páp 879-.948.
,
(7) P. BELTRAN VJLLAGRASA: •El plomo eaerito dé La Baatida de Lea Alcuaes (Mocente)•. Trabajos Varioa del SIP, núm. 18. Valencia.•
1964..
lll!lLTI\AN VILLAGRASA: oEI plomo .a ocrito de La, Butiila de Lea Alcua.. (Mo¡enta) (Addende: et Comgenda)». Trabajoa varioa del SIP,
t~dm. 23. Valencia; 1982.
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LA ESCRITURA DEL ALGARBE
3
sobre los platos de Abengibre (8), repitiendo en esta última la opinión ya expresada en
la segunda publicación sobre Mogente. No estuvo afortunado ni en la identificación
total de los signos ni en las traducciones que realizó de los mismos partiendo del vasco
y que en la actualidad no se tienen en cuenta. Confundió a D. Pío Beltrán la ausencia
del signo BA en el plomo de Mogente, dificil de explicar en un texto ibérico, y creyó
reconocerlo en )"( , por lo que dio el valor de BE a q> y el de E a E:il , leyendo 'f
como TO y Acertó, sin embargo, al ho variar el significado de 4 = O y O = CU.
Las opiniones de Caro Baroja (9) se basan en el análisis de los epígrafes monetarios, errando en algunas ocasiones en que los paralelos no eran claros, sus resultados
son coincidentes con los de Beltrán Villagrasa excepto en la letra :f , que lee E, ~.
Pocos meses antes de Gómez-Moreno, publicó U. Schmoll su propia monografía
sobre la epigraña del Algarbe (10), que completó con otras investigaciones y sobre
todo con el análisis de las monedas de Obulco (11). Este autor aprovecha los elementos
ibéricos en la epigrafía andaluza e insiste en que, al contrario de lo que sucede en
ibérico, en el Algarbe es r egular la vocalización tras la oclusiva correspondiente, en lo
qwe acierta, pero, sin embargo, altera los valores de BO y BU e ignora qué fonema
atribuir a t , ~ . El signo 'f es leído O, hipótesis en que le han seguido otros
autores como De Hoz y Correa, esta abribución se basa en las monedas de Cástulo
< 1
"f
En su conocida y difundida obra sobre la epigrafía prelatina (12), el profesor
Maluquer concede dos capítulos separados a la escritura turdetana y a la del SO.,
presentando un mapa con la delimitación de sus áreas de influencia respectivas; sin
embargo, Mal uquer coincide en la valoración fonética de los signos de una y otra con
excepción de detalles, subrayando, eso sí, la peculiaridad del habla al Sur de Portugal.
Respecto a esta valoración Maluquer considera posible la existencia de tres silbantes:
My
siendo las dos últimas las equivalentes del oriental M y 7 , lo que
implica ciertas dificultades e_n la lectura del plomo de Gádor, donde aparecen juntos,
en tres ocasiones, estos dos signt>s. Maluquer considera que la M castellana se
transcribe "1 , que aparece alguna vez en la escritura del Algarbe, coincidiendo con
Correa, e invierte los valores que Gómez-Moreno da a TI y TO, según «el principio de
no vocalizar una oclusiva con la vocal que la sigue», principio que en el SO. es
prec~samente el contrario. El resto de los valores que aplica, con excepción de tp que
se lee .&, coincide con la valoración PQstérior de Fletcher.
'f,
t,
(8) P. BELTRAN VILLAGRASA y .1. SANCREZ JThfENEZ: oLoa platoe de Abenaib..... PubUcaeionM de Smainario de Hiatoria y
Arqueol.,.la de Alt..ceu. Alt..cete, 1962, pq.. f>.36.
(9) J. CAAO BAAOJA: odA MCI'ilura en la Eapeña Pluromanaot. Ri•tor\a de. &opaña diricide por D. Ramón Men6nclea Piclal, l, 3. t.bdrid.
1954, P'ao. 671-312.
(10) U. SCHMOU.: •Die Südluaitaru.cbeo luehrifte•r•. Wiesbeden, 1961.
(11) U. SCHNOU.: oAithl~ r.wwlen Tht. 7.eit.ehrift fiir Vftllleiaehende Spraehfonhunc aul dem Gebie\e cler indocumanilc:beu
Spraehen, 80. GOtllncm. 1eea. pq.. 182-198.
(12) .1. NALUQUBR 08 11101'8$: •Bpi,.afta ¡xelalina de la Penín.ula IWricaJo. O...:.lona. 1968.
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L. SILGO GAUCHE
.El profesor De Hoz se ha oclq>ado en diferentes ocasiones del tema (13), preguntán~
dose por la cuestión del origen de la escritura en España, encontrándolo en el fenicio,
relaciona valores fonéticos de ambas escrituras, pero, como reconoce: ceNo existe
ningún alfabeto conocido q~e pueda constituir un modelo adecuado de, la más antigua
escritura hispánica)) (14), y que el nacimiento de ésta como adaptación de la fenicia
plantea la dificultad de celas divergencias paleográficas entre la adaptación y el
supuesto modelo» (15), planteándose otrás posibles alternativas, como la llegada de un
alfabeto fenicio muy arcaico, siglo IX a.C. , o la llegada de una escritura desconocida,
fabricada arbitrariamente para las gentes andaluzas por un pueblo oriental distinto de
los fenicios que habían adquirido de éstos el uso de la escritura.
De Hoz se inclina a leer 4 = U, semejante formalmente a la WAW fenicia, en el
cree reconocer 1a palabra ibérica_BIUR,
plomo de Mogente, en el segmento <1 Li 1'
identificando por tai razón 1' con Bl, - in alterar la equivalencia reconocida 'J = BI,
s
sin que tal identificación haya encontrado eco. La lectura =f = O, como De Hoz
reconoce, no puede apoyarse en la comparación con el fenicio ni, añadimo~> nosotros,
en el análisis interno de la. escritura.
Correa es un distinguido especialista al que una labor perseverante ha convertido
en uno d~ los mayores e~pert;os ~n }a escritura del Algatbe. Sus aportaciones se
exponen fundamentalmente en las Actas del Iil Coloquio sobre Len,guas y Culturas
Paleohíspánicás y en las Actas del VI Congreso Español de Estudios Clasicos (16).
aparte de otras publicaciones. Recoge allí exhaustivamente todos los signos aparec·idos hasta el momento incluyendo algunos únicos, raros o de dificil lectura, lo que da
lugar a confusiones: así se da el valor de T(o) a A y el de T(u) a D., que. nosotros
consideramos variantes del mismo signo. E1 valor: de U se aplica a 4 , por lo que
ignora el que debe concedérsele a ~ e interpreta 1 = O, Jo que le-lleva a leer como
E el signo O ; a su vez, el fonema CU queda .s in atribución. El profesor Correa no
tiene demasiado en cuenta el parentesco entre las escrituras oriental y meridional, que
lé podría haber guiado en este caso.
Ambos tipos de escritura se encuentran en estrecha relación: deJ Algarbe a Valencia tres signos vo~álicos son idénticos: f> , ~ ,1' 1 con variante en el primer signo
para el meridional, pero cuyo sonido no ha sido puesto en duda·· por ninguno de los
aútores tratados; en cambio, ha habido discrepancia con ~ al darse su valor a Y , y
en este caso se ignora su valor o se le da el de Bl, que xa existe para otro signo.
(13) Eapeeialmeote «La epicralla prelatina. meridiOftal M> Eap.Aa... Actea del J Coloquío eobre lenpaa y cultuno ...-rromaDU de la
Pentn.ula lWrica (SaJUIUUlc&, 1974), S.~ 1978, pqa. 227417; •tina hi~ de t~o eobre la eocritura del Alprbe>t, Homenaje a
Garda y Bellido
M.drid, 1977, pqa. 199-ll08; •EICritura fenicia y e.crituraa hiapánicaa. Alruuoe elemento~~ de au nlación», Aula Orientalía
IV, 1·2. Sabadall·Ban:elona. 19ee. páp. 18-a6.
(14) J. DB HOZ: decritura fM>ícia y eeqituru h;.pánicpt. Aula Orien.talía IV, 1-2. $abadell·~lona, 1986, páp. '111,
(16) DE HOZ: 0p. cit. Dote 14, p4c. 82:
(11) J . A. CORREA: •Coawiiéleracionea eobre Ju inacri_pcio""' tene.i.... A~ del m COloquio 14!bre lenpaa y ~ulturu paleoltit!púícu
(Lieboa í 980)1o. Saliiiii&DCa, 191161 )!6ta. 3'77-396; y .~.tura y len¡ua pre.........,. "" el Sur de la Penhmda lbmca•, Actea del V1 ~
&palla! ele EAuclil» Cláicoo, I, 1983; páp. ·397-411.
m.
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LA ESCRITURA DBL ALGARBE
5
Fletcher (17) insiste en lo innecesario de variar su valor fonético y relaciona el SALU
de Uano de la Consolación con SALDUTIBAITE de Liria IX (con la conocida reducción del grupo -LD-), SALIUTA de Pico de los Ajos 1-A y SALDULAKOKIATE del
plomo de Mogente.
Las formas de E y O varían algo en los dos sistemas aunque es posible reconocer
una ~endencia: con Gómez-Moreno, Caro Baroja, Lafón y Siles, Fletcher coincide en
leer -f = E, recordando que de darle el valor de O en Mogente se debían alterar los
'
valores de '1 y 1' , con unos finales en GIAO/GAO «que !)OJecuerdan a nada» (18).
No obstante, la existencia en Mogente de la palabra "1 Vl 'f 'l 1 , susceptible de la
lectura SOSIN, antropónimo ibérico bien conocido, hace atractiva la hipótesis '::f
O, pero Fletcher se opone a tal identificación aduciendo otros ejemplos, y recientemente una fusayola de Botorrita, pendiente de publicación por Domingo Fletcher y
Antonio Beltrán, ha confirmado la existencia de la palabra ibérica SESIN.
Al aceptarse que 1' debe leerse igual en ambos semisilabarios queda despejado el
camino para identificar 4 = O, coincidiendo en esto Gómez-Moreno (1943)t Beltrán
Villagrasa, Tovar, Maluquer, Caro Baroja y Fletcher. En el Algarbe este signo sigue
regularmente a f:1 , que leemos TO, lo que confirma la opinión expuesta; puede
aducirse además la semejanza con la O oriental.
Los dos tipos de escritura, oriental y meridional, coinciden además en los signos
consonánticos 1 , '1 , q y M que junto a f , variante de la oriental, nunca han
suscitado dudas respecto a su posible lectura. En cambio, el signo ~ ha sido
interpretado bien como silbante, bien como nasal, Gómez-Moreno lo leía M relacionándolo con el ibérico 't'; ya hemos dicho que al aparecer juntos t y M en el plomo
de Gádor es dificil atribuir a la primera valor de sibilante.
Los signos silábicos 1 , 1\ , ') , $ , O , 'X. , A , ~ , 1,. , ~ y O son también
idénticos u ofrecen pequeñas variantes formales, y creemos que el sonido representado
es también el mismo, sólo Schmoll y Correa han alterado los valores respectivos de BO
y BU, sin presentar pruebas en contrario a la opinión generalizada, y sólo Correa lee
= TO, porque al distinguir A y 6 se ve obligado a darles distintas lecturas,
es una variante gráfica de~ , que siempre ha sido leído TU.
En cambio, ha sido discutido el valor de O , además de CU se han propuesto los
valores de O, TI, R y E. De éstos no es posible el de TI por existir ya otro signo con este
fonema. Caro Baroja propone CU y en ot.-a ocasión R, al recordarle la 1t del semisilabario oriental, Fletcher rechaza esta última posibilidad al aparecer juntos en el plomo
de Mogente <:] y~ en la cara A, y tampoco es posible asignarle un valor vocálico,
por ello el fonema representado en el Sur es el mismo que se le da en el semisilabario
oriental, es decir, CU (19).
A
(17) D. FLBTCBBR 7 A. MAR'I'INBZ: «bb8c:ripci6b
UI8S, p6a. M.
iwnc:.. del LiaDo de la Coneolaci6M. H - . ¡ . a Martln Al......... Buch. 111. Madrid,
(18) D. I'LBTCKBR: dl plomo iWrico de M...,.te (ValeDcia)o. Tnb.¡oe Varioe clal SIP, 78. Valencia, 1982, pie. 17.
(lt) PLBTCRBB: Op. ciL, nota 18, P4 li.
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6
L. SILGO GAUCRE
Quedan por identificar los signos correspondient~~ a BE, TE, TI y 'l'O. La discre.pancia es apenas posible..ga¡a TI, identificado en el nombre de BODILCOS de las
monedas de Obulco; MWl ~
donde no puede aplicarse otro valor al segundo
signo; tal interpretación se refuerza por la lectura de los nombres ibéricos bien
conocidos..,9ue llevan los magistrados monetales de la misma ceca ISKERADIN:
"V\.Aq~~J\ , e ILTIR-ADIN: "\f >lf>A q4>1 f\ _El cotejo de estos
epígrafes no deja lugar a dudas sobre la lectura de ~ ; sin embargo, eh el pasado han
existido dudas debido al p~recído de ~sta letra con el TE oriental.
\:1 ,
El signo ]'( ha sido interpretado como BA o BE, o .bien se ignora qué valor darle,
la duda estriba entre loª dos, primeros debido sobre todo a que en varios textos ibéricos
meridionales no apareció el signo BA; como esto no ocurre en el Algarbe, donde ya
tenemos el equival~nte de BA, debe aplicársele el de BE. Sin tener en cuenta esta
prueba Fletcher aducía p~;~..ra su lectura en el plomo de Mogente TETARBETEBE los
paralelos ETIBABIRBETE de Villares VIA, ERCUBETE de Pico de los Ajos ITA,
BETETCO, BETESCONGILIDA de Ullastret y los fi_
nales il:>éricos en BE: TEUCALKEBARSBE de Pico de los Ajos ITA, ATIBE de Ensérune (M.L.I. 1.41), BALBEKE de
J..iria LXIX, TICOBE en Vich, AGATAIBE de Ullastret.
Las pruebas aducidas por Fletcb.er para la lectura cp = TE son bastante concluyentes, en primer lugar tenemos en Abengibre en semisilabario meridi onal AIDURTEN, con paralelos en el oriental en Villares VI (ADUBTE), y otra vez en el meridío·n al en Mogente AIDUARTE, en segundo lugar el final ·COnfJ.I'mado por su aparición en otros plomos ibéricos y en especial en el de Castell de
Palamós (20), que ofrece una sintaxis muy parecida al de Mogente; de hecho -CATE
parece ser un sufijo habitual de la declinación ibéí'ica. Finalmente, la palabra que
Fletcher leyó BffiETATEAN en Llano de la Consolación encuentra paralelos en
BINEN de Azaila y RAUNISTEAN de Picos de los Ajos ITA.
En el semisi1abario meridional y del Algarbe restan dos signos t;t , ~ , que ofrecen
distintas variantes y que Gómez-Moreno leía respectivamente TO y TI; se trata en
realidad de un solQ signo e~plicándose el trazo vertical izquie.rdo del primero para
evitar la confusión con
como propugna Fletcher. No e~ posible darle un valor
vocálico a pesar de su parecido a ~ = E en el oriental, como Beltrán Villagrasa, ni es
posible que se lea TI ni TE sobre cuyª identificación ya hemoa hablado, por lo que el
valor que debe, señalársele es el de TO, en relación formal con el TO del oriental:
f ,
Estos valores, obtenidos para los textos ibéricos en escritura meridional son
igualmente válidos en la zona del A1garbe, ~l no haber distinción real grafológica,
insistimqs, entre las inscripciones que utilizan la lengua ibétka y lás del Sur de
Portugal y Bajo Guadalquivir que. eso sí, reflejan una lengua distinta de la ibérica.
,
C!O) P. BIURO! ,.:&1 plomb amb epigrafía
i~ del poblat de El CuteU (P• ._óe)». C)1M!8la IV. Gerona.
- 178 -
1982. ptp. 123-.132.
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LA ESCRITURA DEL ALGARBE
7
En cuadros adjuntos ofrecemos las distintas lecturas del semisilabario turdetano y
del SO. y nuestras propias apreciaciones basadas en la.s investigaciones de Fletcher
(21).
Sirvan estas líneas para contribuir a la resolución de unos de los problemas
candentes de la epigrafía prelatina peninsular y de reconocimiento a la labor intensa
del maestro Domingo Fletcher V alls.
(21) En el Cuadro 1, ed-'a da te. autorw IMI>ciooacJo. incl~ lu opinioo• de J . SILES, e carta penonal a D. Fletcher de 12 de
ciic*Dbn de l880; 7la de J . UNT&RMANN: «La Jeque ibéricalt, Varia
Va~ 1984, p6J. 263,11c. 1. E4ce au\Or oouldera q..., en el campo
qut ..W.oa tntaftdo, te. ....Wtadoa - a . l • ee debeD a U. SCHMOU..
En al Cuadro U llO . . inclU1tD laa ltUu 1 7 W del Mmi8ilabuío oriental, que haoQa ahora DO . . han encot~lnido en el meridional
m.
- 179-
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G6mez-Moreno Beltrán V.
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Caro Baroja Schmoll Tovar
M~uquer
SUes Untermann
De Hoz
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Correa
1943
1961
1954
1962
1954
1961
1961
1968
1980
1982
1976
1977
1986
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Cuadro D. -Tabla comp&rlltiva de loa alfabetos iWricoa.
- 181 -
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia. 1989)
JOSE A. CORREA
(Sevilla)
INSCRIPCION VASCULAR INDIGENA HALLADA EN BAEZA (JAEN)
l. En un pequeño fragmento ceranuco hallado en Baeza (Lám. 1) en condiciones que no me ha sido posible precisar (1) y que pertenece, al parecer, a una crátera
de finales del siglo TI a. C. (2) aparece un texto, naturalmente fragmentado, escrito en
escritura indígena del SE (llamada, también, meridional). Las medidas del fragmento
son 6'3 cm. de longitud en la parte superior del texto y 8 cm. en la inferior, teniendo los
signos 1 cm. de altura. La leyenda es (3):
5
10
Jt A Pf<" ~ J-4 ~ t ~ ~ t
15
~ ~ H.J H[
1 podría ser también i , pues sólo se conservan la. parte inferior del asta y el ángulo que forman los
trazos menores. 2, aunque no está comple~. no cabe duda de que se trata de este signo. 3 sin duda·
es r y no a, pues ésta, cuando adopta la forma «acortada••, tiene un solo ángulo en la cabeza; aquí
en cambio tiene dos ángulos, COJ) lo que intenta acercarse a la forma redondeada. Por otra parte,
puesto que le precede Ca y no se ve que aquí la escritura sea redundante, se excluye a, que no seria
aceptable ni como signo con valor metrológico por no seguirle otro que apoye esta interpretación
(va seguido de i , que no se conoce con tal valor). 15 podría ser también el signo no fonético que
aparece en las posiciones 7 f 1-i, e incluso es bastante probable, pues las aatas están máa cerca
entre a{ que en los signos 6 y 13.
(l)
Debo a loe
fotocratla
prot..,,... Genero Chic la I>Otic:i& cle-.tafrqruato, y a VJCIIItal>urinla pollibili4ad cle emad.Wlo det.alla.do._le uf COIDOia
ameero
aec:>mpah. A amboe lee upreeo aqui mi
~to.
(2) Debo ..,. dato COQjeturaJ a la amabilidad del profeoor w--1 Pellicer.
(S) ~ cloe pw>too • - ' - a loe oipoo 1 y 1li eipifiean que la lectura ee dudooa por incompleta.
que •
- 183 -
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J. A. CORREA
El interés primordial de. este texto está en su carácter parcialmente metrológico y
en que, en mi opinión, documenta sin lugar a dudas ·u n signo del que hasta ahora, al
parecer, se había prescindido o era simplemente desconocido: me refiero, claro está, al
Rigno que ocupa las posiciones 7 y 14.
No cabe duda de que este fragtnento está escrito en.el citado sistema meridional o
del SE. Hay varias razones que lo apoyan: los signos empleados para Ca (2), r (3) y l (5
y 12), y, sobre todo, la coexistencia de dos signos diferentes (8 y 10) para Ci. En cambio,
ap~ece un signo (6, 13 y, aparentemente, 15) que es casi desconocido en. este-sistema y
está bien docUínentado, por el contrario, en el sistema gráfico levantino con un doble
valor: fonético de o y metrológico. Veamos con algún detalle estas cueªtiones.
2.1. Ante todo, unas cuestiones de método. Como por razones tipográfi~as es
difiéliltoso imprimir los sigilos que comentamos, me referir~ a ellos, según convenga,
bien indicando la posiCión en que aparecen en el texto transcrito más arriba, bien
dando directamente su valor fonético conocido. Ahora bien, como alguno de estos
signos tiene además valor. simbólico (númerico o metrológico), cuando me refiera
expresamente a este último los transcribiré con su valor fonético en mayúsculas: v.gr.,
Ca se referiría al valor fonético del signo 2, que puede ser tanto {ka] como [ga]; CA, a
su valor metrológico.
2.2. J. de Hoz viene sosteniendo con notable acierto que el sistema gráfico meridional revela una lengua de.seis vocales (4), pues se conoce una pareja de silabogramas en
i para cada punto de articulación (labial, dental y velar). No es de este lugar. desarrollar las interesantes consecuencias qu,e se derivan de este hecho, pero tampoco pueden
ser soslayadas, pues en nuestro texto aparecen los .dos silabogramas en i correspondientes a la articulación velar, por lo que hay que distinguirlos en su transliteración.
Utilizaré aquí para el signo 8 Ki en 1Ul valor fonético y KI en su valor metrológico;
para el signo 10, Qi y QL respectivamente (5).
3.1. Poco es lo que se sabe del sistema numérico de los ibe:ros, pues los datos son
escasos y no permiten apenas distinguir entre signos numéricos propiamente dichos y
signos ~etrológicos (unidades de capacidJ.d, longitud, ponderales, etc.). La mayor
parte de ell08 aparecen en epígrafes escritos en el sistema levantino, siendo escasos los
(4) ED. Io qu. M difenbcia del iWrico l.evaDtiiiO, .ctemú de una eola r y una aola ~ d . J . DB HOZ: .orilúle ed ewluaioDe clelle
liJia.) 6. Napoll, 1883, pqa. 27-4t, ~· pq.. 87 y -.
(6) Naturalmel)té. e.ta cU.tinc:ión • c6modapara eete trabajo, yero 1>o puede, por....,. obvia, - ~: lo q_ e hay que &tin¡Wr
u
• el elemento vocA!ic:o, no el c:on.cmútico. Ee ~.en ves deponar i para loe cloe ai~ ponw, por eja~~~p_lo, en UDO 4y eo otro i, o ea uno i
y en otro l. Petoo ~tomar acenaduleoée WIA cleciai'óo ele eete tipo bahría que aduar, e primw \upr li el aiMema t!m1a cloe _ (abierta 1
,
e
cerrada) y UD& i, o UD& • y cb ·i (abierta y cerrada): y u tMifrlllldo lupr, ..W.l~ c:oa ..,uridad eúl aipo, de loe ~ IIP ide!atillcailoa iW.
fon6ticam.e te, c:orraponcle a - nue\'a vocal. Mie re'-ciu vAD, liD duda, de ac:uerclo con- propoteete del propio J . DB HOZ: .O.. 8ome
. 'robl- of lberian Script aDd Pbonetiea>o. Acta del n Coloquio oobn Len,ua. y Cultura. Pnrromuu ele la .Palnlula Ibmea (T(lbinpD, 17·
l
19{6/19'16). Solemenca, 1979, pl,. 2114. Que no - ~ que bayo
poeterioraote, por el aiplo que e11 n.-ro tato ocupa 1&
poeici~ 9, que"" el oiaema levaDtlno ..te • y, con la no~ pro~ mú arriba, tul!ol6D l!l (d. infra). Naturalmellte. a .-anuaci6n babria
que i ntehf8r qipar eete null\'0 nlor vociDco a la mitad ele loe eeie· ~ que, huta ol ¡nieDte¡ Dl!l HOZ n- lmllelitennlllo
_
indíf'enmt4!)Dent.e con .i. J>.flo ilo • ele e.ta lupr tratar eete aeunto.
ecritt~¡re ilpenicl¡.,. Al N (-.
.-.nonaao
- 1$4 -
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INSCRIPCION DE BAEZA
a
del SE (el plomo de Mogente (6), otro de procedencia desconocida (7) y una inscripción
vascular (8), a los que se añade ahora el texto que comentamos) (9).
En los textos levantinos aparecen casi una veintena de signos muy dive1'80S,
algunos de los cuales son también· fonéticos, en contextos que hacen pensar fundamentalmente que se trata tanto de números como de unidades metrol6gicas. Tal diversidad
ha llevado a hablar de más de un sistema nuinérico, pero se necesitan más hallazgos
para confirmar esta hipótesis. Tal vez sea ~ejor pensar, como se ha dicho, en una
mezcla de números y unidades metrol6gicas.
Sea como sea, se ha podido establecer, basándose sobre todo en el cuenco de la
Granjuela y los plomos de la Serreta VI y Orleyl m (10), una secuencia de unidades
metrol6gicas con los signos A, O y KI, de jD.ayor a menor. Sin embargo se discute el
valor exacto de cada uno de ellos, pues cualquiera de estos puede ir seguido de uno o
más trazos verticales, lo que no permite estableeer con claridad una proporción
constante entre ellos (11), sobre todo cuando lo que se tiene son documentos de
contabilidad, que pueden ser alterados según vaya siendo necesario.
3.2. Esta·misma secuencia ha sido .comprobada en el sistema del SE (12), lógicamente con los signos que aquí corresponden a a, o y Ci. Respecto a A el signo es,
formalmente, el mismo que en Levante (13). Para O se utiliza en los documentos
citado8 el específico de este sistema: un asta con dos trazos paralelo8 transversales.
Para la tercera unidad se usa QI, no KI (que, sin embargo, es bien conocido con valor
fonético, como se ha dicho más arriba).
Por otra parte, De Hoz ha señalado, basándose en los plomos levantinos de Yá tova
y siguiendo a Fletcher (14), que tal vez haya que añadir a la serie establecida un nuevo
signo, de menor valor, el de la e, que es formalmente idéntico al 9 de nuestro texto (y
para el que en el SE no se ha establecido aún un valor fonético seguro) {15). Más aún,
el mismo investigador ya había considerado este signo en el SE con posible valor
(8) M. GOMB:t,MOB&NO: •La Merit.ura bútuJo.twdetana». Madrid, 1982, núm. XLVI·XLVII.
J. DB HOZ: oLa epi¡ralla pNlat.i.na meridional "'Hiapanialo. Aetadell Coloquio oobre Lmsuu 1 Culturu ~de la l'ellfuula
lb6rica. Salam.anca, 27-31/6/lt74. Sai&IIWlca, 1878, nW... 87.
(7) GOMB:l,MOagNO: Op. cit. en la DOta 8, nW... XLVID.
DB HOZ: Op, cit. en la nota 8, :11W... '10.
(8) DB HOZ: Op. cit. en la nMI 8, 'IIWD. 87.
'
(9) Preecindiendo del plomo de Oidor por eu oiqularidad, d . GOMBZ-MOB&ÑO, op. cit. an la nota 8, ndm. XXXI.
D& HOZ: Op. cit.. .., la nota 8, 111W... 88.
.
(10) D. FL&'J'CHBR VALU!: o()rleyl m, plomo ib6rico Merito procedeate de Valld'UliOIO, Archivo Bllpallol de Arquoo~a.. adm. .0. Madrid,
1987, pq.. 61-68.
.
.
FL&TCHER VALLS: •Neua iberieche lnec:hriften aue det Pmvinz Caetall6n da la Plau.P. Die Spracht 18. VIena, 18'70, p4p. 14&-170.
PLKTCHU VALLS: •Nuevu iJI.IcripciODM iWricaa de la ...,ps.. valeacianu. Arehivo de Preb.latorialAIIUltina, ndm. 1S. Valecia,
111'12,
pq..
10S.12S.
)1. J . OROZ ABIZCUlUilN: oEl . . _ . JMtrol6cico de la iJI.Icripci6ft ib6rica del cuenco de Lia Oralliuela». Aetaa del 11 Coloquio aobre
1An¡uae y Cultura Pnnuna.Daa da la p..,aula Ibérica ('1'libinpD 17·19/8/19'18). S a l - . 11'19, pq.. J83.870.
(11) O.ROZ: Op. cit.. .., la D01a 10, la ha fij.olo a 1 A - 8 O ,. 38 Kl. pero J. ltNTKRMANN: o N - telltol iWricoe aobre p~omcot. Aeta
N.....t.útica 111. Barcelona, 18116, pq.. 8$-46, lo ctiecuta.
(U) J . D& BOZ: ~ pnclei- aobre telltol ....-16cicoe iWri~. Arehiw de Pnhletoria IAYutiaa, nW... 18. Valeacla, 1881, pq..
47646.
(13) Be dec:ir, .. tnta de la fonu. ~ da ..
(14) D& HOZ: Op. cit. .., la D01a 1ll, pq. 4k
D. FL&TCB&ll VALU!: «Loe p~ih6ricoacle Yitoora (Valaada)o. t'rabajoe VarioadaiSJ.P., nW...a Valeo>cia, 1180, pq.. 8So'l&-80.
(16) ~ lo clicho .. la - - 5.
- 185-
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J: A. CORREA
metrológico en una inscripción sobre un jarrito de plata de procedencia desconocida
(16). Lá serie metrológita, pq.es, quedaría así! A, o. KI (QI), E.
Pasemos con estos presupuestos a comentar nuestro texto.
4.1. Ya he dado más arriba las razones por las que no creo que los signos 2 y 3
tengan valor distinto del fonético. La tran,aliteración, por tanto, de 1·5 es: nfi.Ca.r.i.l.
4.2. El signo 6, con un solo trazo interior, sólo aparece en el SE, que yo sepa, en un
grafito cerámico de la Alcudia (17): lo normal es que tenga dos o tres trazos, aunque es
signo poco documentado. Caben sobre él dos interpretaciones.
Atendiendo al soporte sobre el que aparece nuestra inscripción, se podría concluir
que se trata de un símbolo, probablemente de una unidad de capacidad o peso. La
novedad estribaría en que !;!e ·tratatía del signo levantino para O, no el propio del SE
(que aparece, j>or ejemplo, en el plomo de Mogente). En este caso la explicación tal vez
radique en la cronología. En efecto; el plomo de Mogen~ ha sido fechado (18) en la
primera mitad del siglo IV a. C., mientras que la vasija en que aparecía nuestro texto
era probablemente dos siglos y medio posterior. Lo sucedido sería que el signo
levantino, por ser más conocido, habría terminado desplazando al del SE: a fin de
cuentas cuantos más an1plios son los. intercambios comerciale~, más se tiende a
unificar las convenciones usadas (19).
Si se.intenta, en cambio, ver aqUÍ un signo con valor fonético, su lectura tal vez sea
Te (20), ai bien yo me inclino por un valor simbólico.
4.3. El signo 7 sólo puede ser entendido con valór no fonético (21) y es discutible si
aparece en al.gún otro lugar.
En el plomo de la Serreta VI, en el dibujo y la fotografía dados por Fletcher (22), se
advierte claramente este signo en la línea 2 de la c~a A (23). Realmente la secuenci~
completa es: O seguido de cuatro trazos verticales y a continuacíón nuestro signo 7
segl)idó de un trazQ vertical. Sin embargo del comentario del editor se deduce .que,
para él, lo que hay es O seguido de cuatro trazos verticales .más O) seguido de dos
trazos verticales (en vez de nuestro signo 7 más uno), siendo también interpretable este
se~ndo O como 'una tachadura de dos trazo& verticales. 'Los autores posteriores que
han tratado ~e este plomo parecen, de una, u otra manera, haber simplificado la
interpretación de la segunda parte de esta secuencia (24).
En efecto, Oroz (25) da dos reproducciones del texto de este plomo: en una (pág. 287)
aparece igual que en Fletchél' (y Llobregat), pero en otro (pág. 352) desaparece nuestro
signo 7, convirtiéndose en O más un trazo vertical algo singular, pues de su pie, a la
(16) DE HOZ: Op. cit. en la nota 6, nW:n. 37 .(14m,. 10 y fig. 11; pág. 311) y pág·. 296.
(17) E. LLOBREGAT CONESA: «<&n,teotania ibérica». Alicante, 1972, nW:n. 37.
DE HOZ:· 0p. cit. en la nota 6, núm. 47.
(18) D. FLETCHER VALLS: •El plóiDo ilimco de Mogente (Való!ncia)•. Tn.bija. Varioi• d•l S.I:P. nW:n. 76. Valencia, 1982. pág. 64.
(19) Añádase c¡u.e, de eata modo, el signo propio del SE para o queda~ exeluaivamente can valór fonético.
(2,0) Sólo aeria uiniilable · t signo con doa tr...,. intemoo. d. el nW:n. 20 del a~loso de J. DE HOZ, op. cit. en la nota 4, pág. 60.
a
(21) P8J'.ee
(22) .F'Lm'CHER VALLS: Qp. cit. en la nota 10 (1.972), págs. 120 y a.. 11 lám. vm, 3.
(~S) lgual dibujo en LLOBREGAT. op. cil. en la nota 17, p4p. 122 y u.
(24) D. J:l'LETC.HER VA~. en cotnunicación ~patolar (!!!)+86), Dama ~~~ente mi atencjQn aobre .,.~ heého.
(25) ORO.Z! 0¡1. eit. e¡. 1a. noti 10.
-186-
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I~SCRIPCION
DE BAEZA
6
izquierda, arranca un pequeño trazo que sube hacia el signo anterior (0), pero sin
alcanzarlo. En todo caso, en su interpretación prescinde totalmente de ello, ya que lee
la línea entera como O seguido de ocho trazos verticales. De la misma manera la han
interpretado De Hoz (26), que no da dibujo, y, últimamente, Untermann (27), quien
incluso en su dibujo pone simplemente O más ocho trazos verticales sin raya oblicua
alguna entre los trazos 5.0 y 6.0 (y mucho menos 7.a').
Creo que estas discrepancias exigen un nuevo examen de esta línea del plomo de la
Serreta VI que no me ha sido posible hacer, por lo que concluyo provisionalmente,
ateniéndome tanto a la fotografía como al dibujo dados por Fletcher (aunque discrepando de su interpretación), que nuestro signo 7 ya estaba documentado en este plomo (28).
4.4. Los signos 8 y 9 admiten en el sistema levantino tanto una interpretación
fonética como numérico-metrológica: serían Ki y KI, e y E respectivan1ente (29). Es
importante destacar que es perfectamente posible entonces, aceptando una difusión
generalizada de los signos levantinos en sus valores simbólicos, interpretar nuestra
secuencia 6-9 como completamente numérico-metrológica en el orden ya conocido (V.
supra) y donde la única novedad sería el signo 7 (30).
.
4.5. El signo 10 es conocido en el SE también con ambos valores, Qi y QI; el signo
11, además de su valor fonético en el SE como bi, establecido por De Hoz, conoce un
uso numérico-metrológico excepcional en Mogente (31). Pero teniendo en cuenta que
el signo 12 es l, me inclino a leer la secuencia 10-12 como Qi.bi.l.
4.6. La secuencia 13-14 es idéntica a la 6-7 y, aunque el signo 15 queda en la
fractura, es claro que se trata del 6/13 o del 7/14.
He indicado más arriba que me inclino a considerar que el signo 15 es una
repetición del precedente, pero esto no pasa de ser una conjetura insinuada por la
mayor proximidad de los trazos verticales. En todo caso quisiera destacar que, tanto
en el signo 6/13 como en el 7/14, hay que descartar que el trazo oblicuo sea una
tachadura, pues, si esto puede tener, sentido en un plomo de contabilidad, no lo tiene
en el letrero grabado en una vasija. Todo lo más se podría pensar que en el signo 7/14
el trazo oblicuo ha servido para agrupar tres trazos verticales sin crear un signo nuevo
(significaría tres unidades del precedente 0). Pero tampoco veo esto muy convincente,
(26) DE HOZ: ()p. cit. en la no(& 12. pq. 4'19.
(27) UNT&RMANN: 0p. cit. eo la nota U, pq.. 40 1 42.
(28) a., tambi6n un aipo parecido . . UD p:afito eerimico de EDe6rume (MLR
B.L. :134; J . SILI!B: ..unco de iDICri~ iWrieaolt.
Madrid. 1885. nóm. 180&), pero .. trata ,..biaeota de U. vertical• tacMdoe con una Une& boriaontal qu. eobreeala JIOl' amboe WSo..
Podrfa. no obetanta, trat.uM ele n - . . oicno 7 ea una fotma pocO cUidada.
(29) Som el poaibla valor tonkico del oicnO 9 en el SB v ' - lo clicbo "" la DOta 6.
(30) Pi..._. qiM tambM'n en s.n- VI eot.e lli.,.o ,.. clecri. ele O.
(31) DE HOZ: Op. cil.. en la DOta 12, pq. 478, ~ aipe ~a Ql; pero taloipo no.• apncia"' N tnbajo ele op. cit. ""la DOta 6,
pq. ~ aunqua 11.., PLBTCRBR, op. cit. an la DOta lB, pq. 44 (cara B del pi-.,. 1ínM l.• por .w..Jo). &. cl.e tamdo m~q raducido y, JIOl' t&Dto,
N inl.e!pnltaci6n. ciudoea.
n.
-187 -
[page-n-190]
J.
~.
COMEA
pues se conocen, dentro de la escasez de datos, secuencias mucho mayores· de trazos
verticales (32). Por todo el1o, si el signo 7/14 tiene, como ereo, individualidad propia y
si, como conjeturo, el signo 15 era el mismo, tendríamos aquí un caso de repetición
seguida del mismo signo, lo que tampoco es estrictamente una novedad (33).
(32) E n laJlnea 5. • del plomo de. v;u..,..., V B ""¡_,_bu~ v'llbte. truoe verticalee eeguidoe eín JÜniÚn oWcuo, d . D. FLBTCHER VALLS:
~ 19-6'7 yllS.
(33) A.! en el a~ ••lo-ibérico docum'!Jitado preé~am@nte én .ánforas, d. M. VID,\L y J . P. ~GNOL: uiM inacr\ptionl pelntea en
caract8,_ ibériquea de Vie.Uie-Toulo~. Rev. :Areb. de N.,-bonnaiBe, 16. Móqtpellier, 1~ págs, 1·28.
M. LEJEUNE: «Viaille-'J'oulouie et la m'tzólogie iberique•. R.ev. Ál'cl\. de Narbonnaiae, 16. Motpellier, 1983, p6p. 29-JB.
'STextoe ibéricoe del M111e0 de Prehiotoria de ValencÜ!». Tr'11biljoe V.noe del S.l,P., nóm. 81,
- 188 -
[page-n-191]
J . A. CORREA.- Inscripción de Baeza
LAM. 1
- 189 -
[page-n-192]
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ARCHIVO DE í,>RERIS1'0RIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 1989)
LUCIANO PEREZ VILATELA
(Valencia)
NOTAS SOBRE LA JEFATURA DE VIRIATO EN RELACION
CON LA ULTERIOR
En 147 a. C. «todos cuantos habían escapado» de los .respectivos perjurios y
matanzas de Lúculo y Galba invadían la Turdetania, Apiano lo afirma en dos oc~sio
nes (App. «lb.)) 61) (1). De aceptar el texto se. concluye que se trataba de vacceos de
«Cauca,, (2), traicionados por el cónsul Lúculo en 151 .(Apv. ((lb.,, 50-5.2) y lusitanos que
habían sido traicionados a su vez por Galba en 150 (App. «lb.>> 60; Oros. 4, 21, 10; Val.
Max. 9, 6, 2; Suet. ((Galba» 3). Los traicionados por Galba eran los Jllismos que habían
~IUbscrito pactos con Atilio y querían renovarlos (App. «lb.» 59) y que habían sido los
vecinos de «Oxthracai», todos los lusitanos y algunos vettones («.b.>> 58). Por tanto,
l
hay presencia de vettones desde los orígenes de la guerra de Viriato, como se ha
sospechp.do (3). Púnico («lb.» 56) había logrado incorporarlos a su ejército en 154. Por
tanto, según la lógica textual, los ata~»-bteB de 147 eran vacceos, lusitanos y algunos
vettones. Orosio (4, 21, 10} afirmaba que el crimen de Galba había provocado gran
agitación en toda Hispania. Atilio, pretor de la Ulterior, cuando Marcelo había
gobernado la Citerior como eónsúl, se había dejado influir por la polftica conciliadora
de éste y había fi.t:mado las mentadas paces (4) de las que se retrajeron pronto los
(1) La mejor edición de Apiano ee la de P. VIBll.ECK~A. ROOS: o
n
1962,. La 'ldlción.de «Pontee Híepeniae Antiquae» (PHA)1V; 'Barcelona, 1937, de-A. SCHULTRN contiene defici•nciaa.- Y t;raduccionee
i11~
M'«Y una ll'ad~teci6n etpañola mú eampl_.f,a, a101que mú; influenciada por Ja anterior de lo que lu nQtu reun. /L. SANCHO:
e
«Apiano H;.toria Romana>!, Madrid, 1980, páp. 106-1118. contiene icSobté ~.... Sobre tratem.lmlo de loe m.páñoe .a ~eno, R. MARTINBZ
-~ de Apianooo, I Congneo Andáluz u Eet. Clúicoe, ed. Jaén, 11182, 286 o.
FERNANDEZ: clndípnaa' y extranjilroe
(2) [dentiftcada pot D. DE COLMENA'RES, dlmoria d., la iluoip ciudlld de Sejroria 'f memorial de lu hlatoriu de CuülJa.lit, Becl>via, 1982
(l.• -.el 1637) 74; E . HüBNBR: RE m col. 188(), a.1r. «CaucaJt; A. SCHULTBN: ..Cauca•, Deutache Zeitung fllr 8J!81lien, Berlfn, 1927; ee trata de
Coca; v. tb: J . F. BLANCO: •Coca ~ueológiea•, Madrid, 1986.
(3) M. SALJ:Nt.S; •La oraanimeión tribal de lo. vetlonee•, Sal-ea,. l98t 34.
(4) Con<>eemoe una oded.íiÍ<»> medio siglo ]108t.l'ÍW, de I!DP& Juaitanoa o vettonea mmdionaleo. " l pec~lo menciona un i
E
R. LOPEZ MELERO, J. SALAS MARTIN, J. L. 8,\NCHEZ ABAL y. S. GARClA JIMENEZ: •El bronée de Aleétarll. Ona.
~erión 2, Madrid, 19$4, pép. 266 •·
en
- 191 -
[page-n-194]
2
L. PEREZ VJLATELA
hispanos, atacando de nuevo a los vasallos de Roma («lb.)) 58). Por tanto, los pactos de
Atilio habían sido generosos: los lusitanos habían mantenido sus armas y su independencia. Nótese la influencia del gobernador de mayor rango (cónsul) sobre el de menor
(pretor), tanto Marcelo-Atilio, como Lúculo-Galba.
Esta defección no pudo ser atajada por Galba, el nuevo pretor, que en 151 fue
seriamente derrotado («lb.>> 68) y habí~ reorganiZado su ejército con 20.000 aliados,
reclutados desde ((Carmo)) y, por tanto, básicamente turdetanos, Cúando los lusitanos
quisieron renovar los pllétos de Atilio, Galba, que renovaba pretura en 160, perpetró su
matanza bajo falsa palabra de paz. Los lusitanos asesinados eran del Sur del Tajo,
«citra Tagum)) (Oros, 4, 21, 10), y uno de los que escaparon er~ Viriato («lb.>> 61), quien
pro~edía de la costa oceánica (Diod. 33, 5, 1-2). Todo ello conduce ~ la costa del
Alemtejo.
Vistos los antecedentes, llegamos a 147, cuando los supervivientes atacaron la
Turdetania como venganza. El nuevo pretor, Vetilio, les hizo frente y logró aislarlos.
Hasta la aparición de Viriato, Roma, en estos años centrales del siglo, solía enviar un
cón~ul a Hispania, pero a la Citerior, denotando que le preocupaba máS la guerra
celtibérica. que la lusitana.
Los guerreros acorralados en 147 eligieron un jefe, Viriato, hombre de origen
humilde.. según las fuentes, influenciadas algunas por el estoicismo medio (5)
- particularmente Posidonio en D.iod. 33, 1, 1-5; 33, 7, 5; 33, 21- , por lo que según
Gundel tal vez no lo fuese (6). En el ataque a Turdetania seria ya jefe subalterno (7).
Era buen jinete: su rapidez fue un factor deciaivo para su éxito. En la elección de
Viriato se advierten las tendencias democráticas de los celtas de Hispania (8), particularmente en los momentos de peligro.
Viriato resolvió a su favor la situación, venciendo y matando a Vetilio cerca de
((Tribola)) (v. infra). Se suele decir que se convirtió en dueño de Turdetania, lo que es
excesivo. Ni las plazas romanas (Itálica, Carteia, Corduba), ñi los fieles aliados de
Roma, como Gades (9), ni algunas grandes ciudades como ((Carmo» aparecen como
tomadas en los documentos supervivientes. Pero numerosas plazas de la región habrán
de decidirse por Roma o Viriato.
l. VIRIATO COMO JEFE NACIONAL LUSITANO
La historiografia actual -rechazando con razón el origen literalinente celtibérico
de Viriato, que cundió a p:rip~ipio de siglo, buscándose en una ai~Jlada referencia de
(6) H. S~ON: «Roma .Kr_ieee Íll Spuüe,t~~~, Freefort., 1116!, pqa. 136 L, nWII. @8: ll SANE: ll1'lle dfov~t lif 114iu11 iliiptiW lttitudii
and thelbel;ian """"' Elúrita Q.t8!lrilil XLIV, 1976, pq. U9; J.l.BNS, Cuademoe de PUolocl& Griep ele la Uai.,..;dad ele Gruwla ¡, eo
prepara W> artículo 10bre el tmu (1987).
•
(6) H. G. GUNDEL: •Viriato.luii~o. cau~llo en 1aa cuerru contra le» ~· Ca.,a~ (Zarqoa) Sl-32, 11168, pq.. 1'77 o.
(U:adu~6n del art. «Viriatua• RE IX A (1961, col. 11l a.),
(7) GUNDEL: Op. cit.. en »ota 6, pq. 119.
(6) J. CARO BAR()JA: «Loa pueblol dé Eopeña .¡ ,., Madrid, 1976 (l.• ecl.. 1946), pqa. 1G8 1., doode ~ J'ICUéida a Lucillo 409, «Cooftll(ua
~.
l"'lcher: bracae, aara. fulrere torqueo 1 caelati ~~~~pi•.
(9) R. KNAPP: ~ of the RolDan aperience in Iberia, 2Q6.100 B. C.•. Vit.on.. um. pqa. 16-16 ;rnúm. 3, p4p Do.; J. P. RODIÚOUBZ
NEILA: t
-192-
[page-n-195]
VIRIATO EN LA ULTERIOR
3
Frontino {2, 5, 7) particularmente malo en etnología, trasladando bruscamente el
escenario de la guerra de Viriato a las actuales Valencia, Aragón y Castilla la Nueva
(10}- ha preferido considerarlo jefe nacional lusitano (11) pese a que buena parte de
las referencias y estrictamente las derivadas de la tradición analítica y Livio, que son
varias, pero escuetas, dicen ug. que concitó «. .. tantas gentes ... » contra Roma (Eutropio
4, 16) o que actuó «... omnia citra ultraque Hiberum et Tagum ...>>, no contentándose con
defender la libertad de los suyos, llegando a ser llamadQ «Hispaniae Romulus>> (Flor. 1,
33, 15) (llb). Veleyo (2, 90, 3) se refiere a las «Hi8paniae» en plural, sublevadas con
Viriato, quien derrotó a los gobernadores de la Citerior en más de una ocasión (12).
No· se puede tratar sistemáticamente de exageraciones o del patriotismo hispánico
de Orosio, etc., pues los autores citados, salvo éste, no son hispanos y viven además
cuando existe una provincia Lusitania más apta para eventuales reinterpretaciones
que la global de Hispania.
Pero, ¿de qué Lusitania. era .líder Viriato? No se puede aceptar que lo fuese
genéricamente desde el cabo San Vicente al Finisterre, que era el área llamada
Lusitania según Artemidoro {13) - posterior unos 40 años a Viriato-, por citar un
ejemplo cercano, y que presenta una delimitación de Lusitania. En otro lugar (14)
hemos estudiado la procedencia de los lusitanos de las guerras del siglo 11 hasta
Viriato, concluyendo que se trata de los de S.• Morena y Alemtejo: así lo manifiestan,
entre otros, datos como el de Polibio (35, 2, 2), que narra la toma de «Nerkobriga»
lusitana, que se corresponde con Nertóbriga de los célticos de Beturia (Plin. NH 3, 13);
o la Lusitania que produce rosas, vino, etc., que da al mar (Poi. 34, 8), datos que repite
literalmente Estrabón (3, 2, 7), pero aplicándolos a Turdetania: lo que se entendía por
Lusitania en el siglo 11 era más meridional que lo que entendía Estrabón en el siglo L
La retirada de Viriato de «Itucci» a la Lusitania en una noche de 140 («Ih.» 68) y el
paso de Serviliano, que le persigue de lejos, de los conios del Algarve a los lusitanos
demuestran que ·los lusitanos de esta guerra son los llamados célticps por autores
griegos y geógrafos de época imperial, cuando recuperan su nombre específico para
diferenciarse de la totalidad de una provincia llamada Lusitania. El desinterés geoet~
nológico de los romanos les había hecho adoptar la voz «Lusitania» desde un principio
con un contenido vago y muy extensible (así, cuando Livio 40, 47, llama Lusitania a
buena parte del flanco Oeste hasta los vacceos para la temprana fecha de 179 a. C.),
pero en ocasiones se concretaba, como cuando Atilio selló la paz con «todos» los
lusitanos y <
(10) A. ARENAS: •Viriato no fue portu¡¡ué., ai.no eeltibetO», Guadlllajara, 1900; M. PBRIB:
Cutellon- de Cultura l, 1920. p6p. 64 a., y «La patria de Viriato.t, Bolet!n..• l, 1920, páp 193 o.
(11) A. SCRULTKN: •Viriatu.>o, Neue Jahrbiicher fUr der Kluoicher Altertum, Berilo, 1917, 233: P. BOSCH, P. AGUADO: Rí•toria de
Eqalla dirigida por R. MeMnclaa l'iclal (HB Ml') 2. Eopaña Romana. Madrid, 1936, pác. 117; GUNDEL: ()p. cit. en nota 6, páp. 179 a. lib. E.
PHU.IPPON: «LM ~--. Paria, 1909, 17$-181, tnt6 a Viriato d..cle una penpectiva hlapini~ 1lobel.
(12) E. KORNEMANN: oDien- Liviu.epilollle aua ~--. Xlío 2. 190f. pác. tOO; O. DB SANC!'JS: «&oria dlli ~JV•,l. Tuñn.
1923, pi&. 483; R. O. OUNDBL: «Probl- der ~ Ku.~ resen Viriatup, IAaio VU a-ma, León. Ul70, p4p. 126 o.; SDoi_QN:
()p. cit. en nota 6, pq.. TI a., pq.. 96 a.
(13) R. STIBRLB:er c.o.rapb A.n.aicloroe von E~. Pbilolo¡¡ua XI, Ber-Un, 1866, p4p. 183 a.
(14) L. PEREZ VILATBLA: •Pntcedaoc:ia geocr'fica ele loe tlllli\anOe de laa ,.._.. dalaiJio U en loe autoree clúieoe (164-189)>, Ac:taa del
VD Concr-o E.pdol de 8Ru4ioe CIN!coe, en prenea.
- 193-
[page-n-196]
4
L. PEREZ VILATELA
accesibles a los romanos, que aún no habían alcanzado el Tajo por la desembocadura.
Aquellos lusitanos que se mantuvieron tranquilos en 183, debido a la enfermedad del
pretor Sempronio Longo (Liv. 39, 56) - ¿dónde quedan e$as culpables «incursiones»
para explicar la guerra?~, tranquilidad que se prolongó a 182 bajo Manlio, que retiró
las tropas a los campamentos de invierno sin haber llegado a combatir (Liv. 40, 16), no
podían ser tampoco los de la S.• de la Estrella, etc., muy alejados aún del dominio de
Roma (15). Asimismo, los lusitanos «sitiados)) en 179 (Frontin. 3, 5, 2) por Graco (16),
difícilmente podrán estar muy alejados de la Ulterior: pese a sus grandes avances, los
pertrechos superiores de Graco de los que se jacta hacen pensar en una infraestructura próxima.
Las períocas (Liv. «per.)) 52) dicen que Viriato hacia 146 era el dueño de toda
Lusitania. Al margen de la veracidad de la noticia, ¿cómo va a pensarse que ésta fuese
la que Schulten llama impropiamente estricta, la del Norte del Tajo, si Viriato residía
normalmente en Turdetania (infra), y se .solía retirar a Carpetania en caso de apuro?
(«lb.)) 64 para 146 e «lb.)) 70 para 139). Gundel pone en duda (17) que las montañas en
las que Viriato insertó los estandartes tomados a los romanos en 14'7-46 (Flor. 1, 33, 15)
sean la S.• de la Estrella, con toda razón, pues es evidente que se trata de S.• Morena
occidental. Es muy llamativo que Viriato se retirase a su patria, la Lusitania del Sur,
la. más estricta y única accesible en el siglo n, tan sólo en una ocasión («lb.)) 68) en 141
y temporalmente. Acaso estuvo allí «Erisane)) , citada en los sucesos de 140 («lb.)) 69),
de la que Apiano dice que era «su» ciudad, ¿su ciudad natal? En tal caso habríamos de
buscarla en la costa alemtejana. En 139, cuando Cepión vulnera el tratado, lo halla en
<
incursiona, saquea, repliega botín llevadero y se retira a su tierra de origen (18), sino
que se resiste a regresar a su patria, aún en los momentos de apuro. Esta es la razón
que justificaría hablar de ritos previos a la inmigración, al estilo del «ver sacrum))
samnita (19), aunque los que así han hablado (20) mantienen que regresarían con
botín, etc., lo que no tiene sentido, pues el «ver sacrum)) se hacía precisamente para no
retornar, además de que varios ataques lusitanos se produjeron en pleno invierno: en
el de 152 pelean contra Atilio («lb.)) 58), en el de 151 contra Lúculo («lb.)) 59).
Esta única retirada a Lusitania se produjo por la fuerza de las circunstancias, al
bloquearle Serviliano la salida a Beturia o Turdetania («lb.)) 68), cuando escapa de
«ltucci)) (Tejada la Vieja, Escacena, Huelva), tan cercana a Lusitania (infra). Serviliano no le persigue: invade Beturia y asalta las ciudades proviriatenses («lb.)) 68};.
ru
(15) De- aierra b hacían ~- f!CHULTBN, •Viriawa...~t,
a., a16 a.; Sll(ON; op. l:i~ 111 111M 6, Jl'c. 14, n6m. 8¡ OUNDBL: Op. cit..
en D0~6, pq.l'lll, 7 buena p«rt.e CS. la inveatipci6n e.pallola cleecle BOSCH 7 AGUADO, IISMP • 2 (lB). U8 a., huta A. YOm'BNBGRO, J .
M. BLAZQUBZ, J . M. SOLANA: •Hiatoria CS. f'ApaDa (ed. O-so.) 3. S.palla I'OIIIU&JO, Madrid. 1986, pqa. 71 a.
(16) a. FATAS: ~entre Catón 7 Gracoo, ~ Antiqua v. Valladolid um. pq.. 2t0 a.
(17) GUNDEL: Op. cit.. en DOia 12, pq. 126.
(18) lo\. OARClA Y BEWDO: oBandu y perrillu"" lu hacha& con Roma• en •Conflietóíl y eetrw:turu IIOcial• en la RHpania Anti¡up,
Tórrejón de Ardoz, 1986, 18 1. (public. orig. 1946).
(19) W. EISENHUT: RE VIU A. col9Ua.. a.v. "'Ver-=-: J. HBRUROON: o'l'toia ~- Je
t.liemul, liB. BNMJ-,1968.
(20) A. TOVAR, J. C,ARO ~AROJA: «Conaj~acipn• aobr:. gqralla e hiatoria de la. ~ Anticua», Betuclloa IObre la BlpaAa Anti¡ua.
.._....,....,..,,col
Cu&demoe CS. la Fundación Putor, Madrid, 17, 1971,
~p.
21
1.
- 194 -
[page-n-197]
VIRIATO EN LA ULTERIOR
5
Obsérvese que Beturia se solapa estrictamente a Lusitania cuando Livio (
dice «magna pars Lusitaniae expugnata...)) por Serviliano en esa misma campaña. De
Beturia pasa a los «cuneos» («lb.)) 68).
2. VIRIATO ¿JEFE DE LA LUSITANIA ESTRICTA?
Livio («pem 52) afirma que su poder fue aceptado por toda Lusitania antes de la
derrota de Vetilio en 147. Hay que elegir entre este escuálido dato o la explicación de
Apiano («Ib.,, 61-63) sobre su elección en pleno campo de batalla «Tribola» en la
Turdetania. Acaso se deba concluir que la derrota de Vetilio provocó la defección de
las plazas del extremo meridional de Lusitania que Roma ya había ocupado: conocemos que este había sido el caso de «Nerkobriga» y «Oxthrakai», pero sin duda eran
muchas más. Pero este eventual poder de Viriato sobre toda Lusitania, aún ciñéndola
a la de los célticos del SO., debió durar muy poco: el hecho es que nos encontramos con
otras partidas que no son las de Viriato. Así, cuando Serviliano pasó de los «Ctlneos» a
los lusitanos contra Viriato («lb.,, 68) en 141, tuvo que combatir contra Curio y
Apuleyo, que, como ya observó Schulten (21), no obedecían directamente a Viriato. En
todo caso, no habían molestado a Viriato al haber pasado por el mismo territorio y su
actitud le favorecía indirectamente. Tampoco pertenece al ejército viriatense <
había llamado a aquellos dos (id). Es sintomático en cambio que jamás emplease esta
voz para Viriato este historiador, basado enRutilio Rufo o Sempronio Aselión (23). El
Episodio de <
<
en <<-as,•, como Culchas, Astolpas, etc., corriente en la Turdetania indígena; para la
raíz, cf. <
Tampoco se dice que estos «bandidos)) fuesen hombres de Viriato, mientras que se
afirma que «Eiscadia» y las otras ciudades de esta campaña tenían guarniciones
viriatenses (<
· tenían del alcance geográfico de Viriato. Opinaba el griego que la guerra de Viriato
era contemporánea del avance de Bruto (< 73). Ese deslinde geográfico entre ambas
guerras, afirma.ndo a la vez que las acciones de Bruto transcurren en Lusitania,
manifiesta de nuevo que los antiguos tenían noción de que la guerra de Viriato ocurrió
en territorio romano, e indirectamente que no era Lusitania el país donde solía residir
Viriato y por otra parte que eran las ciudades, no las partidas, las más proclives a
aceptar a Viriato. Tampoco se menciona a los cuneos como dependientes de Viriato,
(21) SCHULTEN: Op. cit. en la J>Ot& e.J>. 224; ID., FilA IV.
p.
U9.
(22) M. L. ALBBRTOS: ola CIDOIIIÚtica penoaa1 pómitiva d6 H;.pania T&JnCO- y JWticv, llaJuuaAca, lee&, p4p. 94, a.v.
(23) A. SANCHO ROYO: •En torno al "llellum Numantinum" d6 ~ianoll, Habia 4, Sevilla, 1973, pq.. 84 1.
(24) A. BAUL: •Conobaria. Un probl-. de la aeocrú1a ele~~. Bm6rita 28, Madrid, p4p. U9 a.; A. TOVAR: ciberi.tcbe lAnda.kunde
L BaeciCP, Baden·Badell, 1974, pq. ~48.
- 195 -
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6
L. PEREZ VILATELA
p
La guerra lusitana an 141 a.C.
~--- 1 retirada da V
hiato
-·
ll
-·
;
-r
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11 cupena da Sarvi liana s atac¡ua
a Baturia
21 ca!'lpana do Serviliana s axpugnacianae an retaguardia
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VIRIATO EN LA ULTERIOR
7
aunque Apiano («lb.)) 68) da a entender que estaban sublevados, al marchar Serviliano
militarmente sobre ellos.
3. PARTIDARIOS DE VIRIATO EN EL SENO DE LA ULTERIOR
La b~talla de Tribola en 147 (<> 62) se produjo en la Turdetania (25)·citada poco
antes como zona de acontecimientos («lb,)) 61): Viriato indica a sus hombres que se
dispersen y después se reúnan en esa ciudad. Se contaba de antemano, pues, con la
complicidad de sus moradores. El dominio de Viriato se ejercía sobre ciudades de
Turdetania como «Eiscadia)) [= ¿ «Nescania»?, Valle de Abdalagis, Málaga (26), o
bien, menos probablemente «Astigi», Ecija (27)], «Gemella)) («mansio)) «ad Gemellas»
«It.» 412, 2; 414, 3; Rav. 4, 44: 315, 19, en Castil A.nzur (28), Puente Genil, o cerca de
Benamejí (29)) y <
Monclova, Sevilla (30), donde se cumplen exactamente los itinerarios, con restos
antiguos. Inexplicablemente, se ha intentado corregir la forma original por «Obulco»
(31), siendo dos ciudades diferentes. Estas dos últimas estaban situadas en la cuenca
media e inferior del Genil. En la misma zona Viriato había intentado tomar «Segovia))
(Ps. Frontin. 4, 5, 22) siendo mucho más verosímil la andaluza que la castellana (32) no
tanto por la lejanía geográfica - relativa en Viriato, veloz como pocos- como por su
fidelidad a Roma, poco creíble en la castellana en estas fechas de inactividad romana
frente a los celtt'beros, así como por el contexto citado. Segovia' del Genil debió estar
bien a 5 km. al N. de Carmona, o en Isla del Castillo, a 8 km. de Ecija (33).
(25) SCKULTBN: Op. cit. en nota 8, P'g. 218; ID. RE 8A coL W.3 e.v.; ID., FHA lV, p. 108; BOSCH, AGUADO, HEMP t, 123; A. TOVAR: 0p.
cit. en nota U, 1 82,
,
(28) E. HOBNBR: oMonwunta Lin,uae ~. Berlln. 1893, P'cl. 237 1. v.; TOVAR: Op. cit. en nota U , I. 133, p. 138. En ..ta pobl.ción
hay UD topónimo dluertaa de Eecalle•.
(27) SCKIJLTEN: Op. cit. en nota U, pq. SU, núm. 6; ID., FHA IV, P. lllt, R. THOUVENOT: «Eeee.IIW" la p~ romaine de la :84W¡u...,
Parla, 1978 (1940), P'g. 128. SlMON, pl.r. 120; BOSCH. AGUADO, BEMP, 1936, "'-· 182, ate. huta MONTBNEGRO. BLAZQUEZ. SOLANA:
Op. cit. en nota 16, 1988, p4.re. 81 1.
(28) J . M. ROLDAN: «Itineraria Húpania•, V~~olid • Gr:anada 19711, P'g. 288; A. LOPKZ PALOMO: oLe cultunlb6rica del valle medio del
Genill•, Córdobtl, 1980, pl.p. 60 a.; TOVAR: Op. cit. en 1\Qtf. 24, I, p4.re. 123 1. ..Cutil Anrul• <•le).
~) ROLDAN: Op. cit. en nota 28, pl.r. 288; R. 'CORZO: «Mund,a y lae vlu de comunicación en el Bellwn Húpanien-, Hable 8, 19711, !W&;
'l'OVAR: Op. cit. en nota 111, 1, pl.p. 128 a.¡ A. CARUZ: oLe áltima campda de C6aar en la IWtica: MWIC!a>t, Actea I.• Coloquio da H.• de
Andalucía. Puentee y MetodOiorfa. Andalucía en la Anti(ileded, ed. Córdoba, urls, P'g. 1411; A. IBAilEZ CASTRO: «Córdoba bÍ8peiiOoiOIII&J,
Córdoba, 1983, pl.1. 281 ¡ SClfiJLTEN: Op. cit. en nota 11, P'ca. 222 a., FilA IV P'g. U9, quiao identificarla con oTw:ci AUJU.'ta o-Uao, aleado
(inlra), como no, ee(llido nwoivamenta, aln caer en la cuenta que eetoe ~lativoe loe Ncibló oTII«I• al convertine en colonia, con doble
procedencia del\mdadorea en 6poca da A..,mo; GUND.EL: Op. cit. en nota l2, pq. 123, pone en duda aeta ldentU5cacl6n; •
refH&ncla a una oA..-, como ouaiere TOVAR: Op. cit. en nota U , pq. !U, o a aliO olmllar.
(80) Bien ubicada deade el puado aúrlo nor autoree eepdolee. J. CEAN BERMUDEZ: ..sumario da laa antlrüedadee I'OIII&DU que bey en
Eapafta¡t, Madrid, 1882, pq. 320; A. BLAZQUBZ: •Camino romano de Sevilla a Córdobtllt. BRAH 81, 'Madrid, 11112, p4.re. 47la.; F, COu.ANTES
DE TBRAN: •Caúloco monwn1111tal y ártl8tico de la p!Ó\'ÍDCi& de Sevilla IV•, Sevilla, 1966, "'-· 118¡ TOVAR: Op. cit. en nota U, J. U4;
ROLDAN: Op. cit. en nota 28, pq. 268; P. SD..LIERBS: oLe via Aq¡uata da Co!due l Cadix», MCV (Paria), XIl. 1978, pq. 80; ID. oProepectioDa le
lon11a via Au(U&talt, Rabia 8, 1980, pq. 338; TROUVENOT: Op. cit. en nota 2'7, pq. 400; A. BLANCO, R. CORZO: 41111 ~~de la
Bitica», Simpoeio de Ciudadee Aupoteu de ffiapania 1, ed. Zara..-, .1978, p4.p. 164 1.
(81) Deede SCHUL'l'BN: Op. cit. en nota 11, p4.p. 222 e.; ID. PBAIV, pq. 119, huta MONTBNBGRO, BLAZQUBZ, SOLANA: Op. cit. en
nota 111, ..... 81 ..
(82) Bata fue la eWaide por SCHULTBN: Op. cit. en nota 11, p4.p. ~e.; PHA IV, pq. 111; BOSCH, AGUADO, HBMP 2, lU, y toda la
anterior inveetipción eepello)a; SDofON: Op. cit. en nota 6, pq. 93.
(33) CEAN: Op. cit. en nota 80, P'g. 287; COLLANTBS, et alli: «Cateloco... Sevilla a., TI e.; M. CORTES Y LOP&Z: «Dicdonario pacrificobietórico de la Eepd& anticua T&naco-. Bitica y Luaitanao m, Madrid, 1Jl38, pq._ 376 u.; TOVAR: Op. cit. .., nota u, I. 113 e.; LOPBZ
PALOMO: Op. cit. en nota 28, P'g. 39.
-197-
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L. PEREZ VILATELA
8
Servíliano decidió eliminar estos obstáculos a su retaguardia antes de lanzarse
sobre Lusitania. Se habla de otras. ciudades atacadas o perdonadas por Serviliano
(<> 68), que por tanto debían estar en el valle medio y bajo del Genil, bien poblado
(34), donde hubo un importante apoyo a la causa de Viriato, así como en Beturia (<>
68), activa ya contra Roma en 197 (Liv. 33, 21, 6), aunque la de este pasaje parece
costera. Por otra parte, no se puede pensar que ciudades tan bien defendidas como
<
interior (35). Además, sin éstas, ¿cómo guarnecer tantas ciudades por parte de Viriato,
cuando ni siquiera podía contar con todos los efectivos de Lu. itania meridional, su
s
país? En los años anteriores a 146la presión romana no debió ser muy fuerte, pues se
concentraba contra Cartago y la Liga Aquea.
Serviliano parece haber avanzado en esta campaña desde la Costa del Sol hacia la
zona de Antequera (Nescania) y haber continuado por el Genil, para evitar la sublevación de las ciudades costeras fenicias conjuntamente con la Turdetania y Beturia bajo
un mando único, como en 197 bajo Luxinio (Liv. 33, 21, 6). De haberse producido esta
sublevación, el dominio romano hubiese desaparecido en toda Andalucía occidental.
En el caso de <
Viriato, otra de Roma, que se hostigaban entre sí (Diod. 33, 7, 5, <
Oros. 5, 4, 12). Parece razonable identificarla con la <> 66 y 67)
(36), no ((Tucci)), ni <, todas las cuales y algunas
más de este estilo existieron, pero Schulten expuso inexorablemente su criterio (37),
identificando «ltucci)) con ((Tucci» ( = Martos), como si el conocer un emplazamiento
físico seguro hubiera de ser razón para corregir caprichosamente los textos para
acomodarlos a su gusto.
Sabemos de dos <
cesariana c
(34) WP&Z PALOM~ Op. cit.. en nota 28.
(Sii) IA6poca helenlal.ica M earacterisa en lo militar por la aubetituc~ón delaoldado ciudadano por el mercenario y de la bat.alla campil por
el uedio, eD el mundo ¡rie¡o, Y. GARLAND: ..tlec:herchea de poliore6tic¡ue pecc¡IMI', Paria, 197•, pqj. 272 a.: la ciudad ee convierte en baldón,
eato tiene eu reflejo en loa «
u,. c¡uinta eplumna), a no- c¡ue ee conwe con ¡iganteecoa medloa pollordticoa, de loa c¡ue no cl.ilponla Viriato. Aún un Demetrio Poliorkinv~
en cada aeedio.
t86) I:Aed. de, VIERECK y ROOS: Op. cit., 282 - «lb.• 86; 284 - db.lt 67, y 287 - «lb.• 67, eecribe ei-p.re •ltyll/tco o la variante «11)'/wJt,
aiam_pre con..),. El aer A.Piano la mejor tuenta para Vuiato ..W que el llevar «iJo el.p-afe CIL. 2 • 1268 da Tejada, ..W lae IDODedu indlc- de
Itucci (inlra, núm. 40) aon detanninantea dellnitivu· de la Conna correcta.
(S?) SCHUL'I'BN: Op. cit.. en nota 11, páp. 222-224; ID. RB 7A, ool. 786, a.v. d'ucci»; ID. PHA IV, p.~ll&, 118 a., curioeament.e, reepet.ando a
Apiano, eec:rilú «ltua:i», idenúficándola ain ..W con «7\,.:ci»; BOSCB, AGUADO, KEMP 2 (1936), páp. 131 a., P8M a examinar lae poeibilidad..de
di.ficulta.t.; GUNDEL: Op. cit.. en nota S. páp. 186 a.; TOVAR: Op. cit.. en nota 24, 1, páp. 119 a.; - a cliatinpida da embaa «lt~~«i», iclentilíca
la de Viriato con •7Vcci»; lo -joc ea que eata homolopci.6n, al como otra. no • original de Schulten, lino tomada de autorea eapellolee del
xvm y JiOX. eobre todo Cort.6a y Lópe&. op. cit.. en nota 33, 111. ~. 485.
(38) CU:. D. 1685; CORTBS '1 LOP&Z: Op. cit. en nota 33, 111, 102, la identific6 oon Valensuela; por el .cortijo da lu V(flen- de,Buua •
inclinan E. RtlBN.ER, CU:.II, pq. 213; J. SANGUINO: t
p4.p. 483 a.; F. VALVERDE: «El OIQI>I.uamlento de Munda», Bol. Real Academia Cordoben xxxvn (1968-1987), 26 e.; B. ALBBRTINI: •Lea
divi_aione adminiatrativea de I'Eepqne romaine•, Paría, 1923, pq. 88; W. KUBITSCHEK: «De RomllDOI'WII tribuiD oricine et JII'OP*Pt.ioneo,
Abha.ndlugen d• ).rcbioi.- Epigr. Semi,.,. der Univenitit Wien ID, Vi-, 1882, 1'41· l.ri; THOUVENOT: Op. cit.. an nota 27, pq. 190; F.
vn:TINGBOF.F: •Rllmiacbe Kolonintion und Bürgerrecbtapolitik untar Ca-r und AuguatUP, Macu.ncia. 1961, pq. 74; H. GALS'l'ERER:
•Untereuebunteo IUm ré!miachen Stidtew-n allf dar iberiaehen Halbinael•, Borlln, 1971, p4.¡. 20; A. GARClA Y BELLIDO: •Laa coloniae
111-
- 198 -
[page-n-201]
VIRIATO EN LA ULTERIOR
9
Campo, Huelva, llamada «Tusci» o <
nombre correcto lo acredita una inscripción (CIL 2 · 1258) de allí. Para averiguar cuál
fue la ubicación de la viriatense debemos tener en cuenta la información («lb.>> 66) de
una «Bastetania» próxima o incluso solar de ella. La de Baena queda próxima a la
«Bastitania» citada por Plinio (NH 3, 10), que no es la del SE., cuyas ciudades Durco,
Sucaelo, Singili, lliberri, Cisimbrium, etc., se corresponden con el valle del Genil. Pero
esta «Bastitania» {41) es citada por Plinio en un contexto algo equívoco en relación
con los límites de los conventos jurídicos (42). Pero el hecho de haber pasado Viriato
en una noche de ella a Lusitania («lb.» 68), unido ello a la toponimia occidental de esta
campaña (Beturia, los conios, Lusitania, etc.) nos convencen de que es la de Huelva,
que está siendo.excavada (43). La Itucci del Condado queda a su vez entre los bástulos
que ocupaban la costa oceánica entre el Estrecho y el Anas después de los túrdulos
(Mela 3, 3; Plin. NH 3, 8), quedando aquéllos más hacia Cádiz. Estos datos de época
imperial pueden trasladarse a la época republicana sin violencia, pues Estrabón (3, 1,
7) acredita que bastetanos o bástulos extendidos del mar Exterior(?) al Anas (Str. 3, 2,
1) eran dos nombres de un mismo pueblo. Resulta inaceptable una «Bastitania»
alrededor de Baeza, como proponía Schulten {44) en su afán de trasladar la guerra al
alto Guadalquivir, que pertenecía a Oretania.
roaww de H~. Anuario de H.• del Derecho &p. XXJX, Júdrid, 19C!e, pq.. 4~ ~le coa le «lpt#cja cie Ca!Moo de
Hortaleo, Prado d. l Bey, C6dia; A. TOVAR: Op. cit. ..,_ DOi& 24, l. pq. 131; A. PBREZ ALWOOUBitA: « A - de uu coloDia y 1m municipio
e
Wtic:ae: ltuci elpalfWI'I' L• Con¡r. Anda!. de &t. Clu.,eci.Jaén, 1982. p6ca. 360 ..; C. GONZ.ALBZ ROMAN: olmperialiemoy I'IIID&J>Úaci6D .,)a
proy:incia Hüpenia Ult«i..,., Granacte. 1981. pq. 104, le CQllfunde coa «lpbbcja pditua • illdi>IQ el mwúcipio coa el yacimlellto de 6ot&; J. J .
VAN NOSTRANn: oThe Reoqanlaalion oCSp&in by Au~, Univ. de Calilomia, PublicllliOM In ffiatoty IV, 2, Loe Aqel•(1118). pq. ll8 v.
tb. A. CABALLOS: ~tribuc:ión al •tuclio de le obra colooizadora de C6oar en le Ulterior: Coloftla ClaritM tulla Ueubi, Jptuci V'utua tulla y
AA. Reci.,., C4.dia, im n.v., pero parece co~ •hl.d» • ~··
.
(39) Población inmediata a la anterior, A. VON STYLOW: cineenpcicmea latiJw del Sur de le provincia de Córdob.», Gerión 1, 1988, pq,
288; J. BERNIER, C. SANCHEZ, J. JJMENEZ, A. SANCHEZ: • Nuevo. y.ctmieoto. uqueol6clcoa en Córdobe», 1981, .-.., 2U2 para el ti1n1úDo
de Bee1111 y p6c-. 74-76 pan el da Nu...a Cetteya.
(40) lt. de Antonino 482, 2 entre «114Uc4» e o/Üpolt como ,.n...:¡, anónimo de tu.- -4, 46: 317, 13 COIDO cn..c;,. entt. «~ e «
(abundan !onnu corruptu en todoa loa hinararioat, ROLDAN: Op. cit. en nota 28. 1)6g. 80, advierta que no • MIU14MI, pero en 273 la confunde
con •n...:i». S. b.a menoapreclado el eplgrale local ~le hora de denominarle, COIIlO TOVAR: Op. cit. en la nota 24, l. 167, ,.n...:;,., peae a
S. ESCOBAR: • Noticia hiotórice de la vil. a de Eocaco¡na del Ca.qpo y de le ciuded de Tejada, en ligua ltuci hiapel...-, Sevilla, 1910¡ A. G.• Y
l
BELLIDO: «Colonia Aelia Augueta Italicao, Madrid, 1!160, ¡áa. 111; E, BüBNER: CIL U, ~11· Ul6; A. Bt.AZQUBZ: BRAH 26, pq. 43, etc.;
THOUVBNO'l': Op, cit. en nota 27, ~p. 333 y 488; • elle correoponden tao moneélaa indlreou 'd e «/lw:i», de la mi-. lipología que lu de
«0/onl», «04d#>l, etc., de influencia fenicia, que no ee deh en el illterior andel~ v. A. VIVES: •La moneda hia~nlca ffi», Madrid, 1928. pq. 34;
M. GUAOAN: •Numiom6tlca ib6r'ica e ibefO.I'ODWl&», Madricf, 19891 l'áll· 170; O. GIL FARRES: t
Madrid, 1966, ~... 369-60; BOSCH, AGUADO, HEMP2, 1936, P.6g. 142. niÍJil. 90, apuntaban la pO&ibilidad de que Mta bubl- oído la de Virieto,
c0111o A. EGHTO en J. ARCE: «Lea guerru celt~ro-l,.itana&Jt, Hia1Pria de Rapafia Antirua U. Blopania Romana, :Madrid, 1978, 96; A.
JIMENEZ: •Arquitect.ura romana de la OOica». Sim~ium Internacional del bimilenario de S.govia. ecl. Barcel01111, 1977, 227; P&REZ
ALMOGUERA, P'ca· 3fi0.63, dlatíngue ambu •llucci», ~confunde le ceca «
aquella de tipo fenicio o ibero-pánico y, éata, libio{enicia. Para~. VIVES, m,liO; GUADAN, l&C: OlL F ARRES, 868-69, aituad.u en Tejade
la Vieja y Cabezo de Hortaleo, ,..peclivan>ohte, como hemoa dicho; v. th. R. CORZO, A. .n:t.LRNEZ: •Or1aniucíón territorial de la "Baeüca"»
AEArq. (Madrid) !53, 1980, "'-· 22; OAISrRRBR: Op. cit. en nota 38, "'-· .67, nWD. 41a, oeftalan, éate Indirectamente, a le de Tejada; .oto
«
«Pioultb> v. tb. CIL fi · 1823 CIL
Supp. pq. 814; v. tb. J . SOLA SOLE: •El alfabeto 1n0netal delu cecu "Ubiolenic:iu"», Barcelona (1980),
~... 71o.
(41) BOSC\l. AGUADO, HBMP 2, "'-· 142, DOta 90, apuntarQn que la «
por oeeuir a Sc:bulta~~; N. MARIN, A. PRIETO: .En tomo a lc;>s lfmitao de le provincia romana de B6dca.o, Biarp. ADt. lV, 1974. pq. &e, la
conaidwan le de Viriato. Eooto ......-nta un avance por la coherencia con le rm:ma textúaL
(42) CORZO, JDolENBZ: ()p. cit. en nota 40, pqa. 24 a.
(43) Verano de 1987.
.
(44) SCHULTBN, P8A IV, U S; Ba- eo «Bi4ti4» (Piin. NH 3, !6; Ptol 2, 6, 69); O. GONZALEZ ROMAN: •Cútulo y le romanisaci6n de le
<>mania.o, ü - , 1988, 8 o., no o.Bo.ti» que cort.epoo>de a Bu:a, como • aabe de.da aiempre: THOOVENOT, 820 ..; J . M. ROLDAN: «Biotoria
do Granad», J. Gr. 11183, 170; ID. ()p. cit. liD DOta 28, "'-· 22:1, etc.
y
n·
- 199 -
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10
L. P.EREZ VILATELA
En r~alidad, ~os contactos de Viriato con la Citenor se hicieron por Carpetania, no
por el alto Guadalquivir («lb.•> 64, en 146; «1/).•• 70 eh 139).
Cuando eJl 143 Viriato derrQta al pr~tor romano Quinctio, éste se vale de su cuestor
Cayo Marcio, un «ibero•• ( = hispano) de Itálica, para dirigir la lucha contra Viriato
(«lb.>• 66). Esta elección indica qué topografía era la conocida por el hispano: el bajo
Guadalquivir y donde podía ser útil a Roma. La toponimia relacionada con la guerra
de Viriato conduce inequívocamente a Andalucía occidental sin rebasar el meridiano
de Córdoba/Málaga aproximadamente: «Carmo••, «Conistorgis•• y los cuneos, ~1 estrecho que separaba «Gádeira•• del continente -era una isla-, Lusitania, en 151 (App.
«lb.•• 58-59); «Cárpessos>>/< (Carteíá) («lb.•> 63) en 147 o 146¡ < («lb.»
65); el estrecho de Gádeíra («lb.>• 65) en 145; «ltykke>•. (ltucci) y la región de los
bastetanos e Itálica («lb.•> 66.) en 143; «ltykke>> («lb.» 67-68), los cuneos y ·lusitanos y
Beturia («lb.» 68) en 141.
La identificación de «Baikon> («lb.» 65) con ((Baecula» hecha por Schulten no es
segura ni mucho menos, aunque la raíz parece ser la misma (45). «Baikon> es una
región, «chorion)), hacia la que Fabio Máximo rechazl> a Viriato en 144, no uh castillo
como aparece en FHA (IV, 318) para forzar la identificación. Pero de estar salva esta
dificultad hallaríamos otro inconveniente: si Fabio Máximo rechazó a Viriato, ¿cómo
iba a empujarlo hacia el Este, la retaguardia romana, en una zona vital para la
República, el área castulonensel_
Los gobernadores romanos d.e cualquiera de las provincias aeguían invernando en
Córdoba: así, este Quinctio de la Citerior («lb.>• 66). No se entiende la insistencia en
\lbicar las accione¡;¡ de Viriat.o en el curso del do remontando Córdoba, donde pódría
cortar a su antojo las comunicaciones con la Citerior y amenazar las minas (46).
La familia política de Viriato procedía de la Turdetania romana: su «synkedestés»
{voz que vale para «suegro» pero sobre todo para «cuñado») mandaba una tropa propia
procedente de te.r ritorio romano (Cass. Dio. fr. 75). En las negociaciones de paz con
'P opilio (Casa.. Dio. fr. 75; Oros. 5, 4, 12) le fue exigida la ejecución o entrega de·los que
los romanos consideraban tránsfugas (47). Parece sugerirse que su pariente había sido
militar entre los romanos. ¿Acaso uno de los 20.000 <
Viriato ejecut6 a su pariente, comenzando la degradación de su poder. Asimismo~ la
boda de Viriato había ocurrido en Turdetania o Bastetania, pues se hallaban invítados
romano¡;¡ Por parte de la novia (DiOd. 33, 7, 1-3), lo que era impensable en Lusitartia.
Además Viriato no residió en Lusitania salvo en 141, perseguido por Serviliano,
ocasión no apta para unas bodas, que ocurrieron después de ser Viriato poderoso,
como explicita la narración. El ambiente de las anécdotas de Viriato no puede servir
(46) Seiiln Steph. ll11. e. v.: EHA Vlii; 1969, l)ág. 426
SCHULTEN, FPA.JU, j>ág. 122, y FHA IV, pág. 11~ euPQni!!RdQ que eetarla hacia Bail6n.
(Ml) J. M. BL4ZQUEZ: •E!X>nomfa de la Hiepania 1'9mana~. Bilbao, 1978, pq. 2'11; et. C. DOM.ERGUE: •El Cerro del Plomo. Mína "El
Ceotenillo", Jdn•. ~AH (Madrid) l~. 1971, pága. .266 •·
< El bandido ~ukiu.t•
•7)
CQ.mo cond.ici6n de paz. El fe¡>ónleno de la deeen:ión l'Olii&Da ~y de auxillaree i.ndlg- lue muy corriente· en ~ repUbliCUU~; v . .A.
QARCIA Y BELLIDÓ: «Loe auxilillre8 hispanoe en loe ejmeitoe romaboe de ocupaCi.6M, Emerita XXXI, 191!3, PÑ· 217.
- 200 -
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VIRIATO EN LA ULTERIOR
11
para hablar de una poligamia en Lusitania, sino en <
33, 7, 5) (48); en cualquier caso, en el Sur.
Otro~ capitanes de Viriato como sus amigos Andax, Ditalkes y Nicorontes (49)
procedían de <
Ulterior.
4. VIRIA TO, ALIADO DE ROMA
Hay un punto de inflexión en la carrera de Viriato, la búsqueda de la paz con
Roma, abandonando la guerra vindicativa. El primer síntoma lo señala Chárax de
Pérga:mo con la noticia de un tratado entre Quinctio, pretor de la Citerior, y Viriato
(50) en 148. De ser cierta, el lugar de establecimiento de Viriato habría sido Itucci y la
región de los bastetanos («lb.•• 66), la comarca del Condado, pero no hay confirmación
de la aislada noticia de Chárax.
El interés de Viriato en pactar se evidencia cuando, habiendo derrotado totalmente
a Serviliano en 140, quiso pactar con él (<
pap. Oxyr. 185) (51). No están fijados los límites reconocidos a Viriato, pero, cuando al
año siguiente Cepión rompió la paz, lo halló en <
NH 3, 14) (52), como lo muestra su inmediata retirada a Carpetania sin ser interceptado, de modo que no puede tratarse de <
provincia de Cádiz, que acuñó moneda (53). Arsa de Beturia estuvo ubicada en
Zalamea: lo acreditan epígrafes que citan <
arsense en HAEp. 2085), pero no hay indicio alguno de dominio de Viriato sobre
Lusitania, quien de nuevo se hab~ retirado a Carpetania («lb.•• 70). Viriato no
(48) Á. GA.BCIA Y BBLLIDO: .t. l'afmula IWrica en loe ccaü... ele 1U HiRcriP, Kedrid. 1958, p6c. 888; ID., •Vela~.....,.. ele
J. &palla ubcwa», MUrid, 1M8, pq.. '19 e., ~t6 el texto. Pva SCHULTBN, PilA IV, pq. 121, él hablar por fibu1M • q IIM,jorele ~ 811*'<1er por loa lberoa, ~Qie eálvaj.,.. Ahf queda eeo.
(49) En A,pp.
y • aparú clal JPie1o PoúdoDio • Diodoro, por lo que noa reaArmamoa ., el oripD latiDo de lu "-* ele ~. v. tb. A. SANCHO:
~ ... tomo al teoWDDDio ele ApíaDo 1 Dioclooo .,._ ,._ pua lu ....... celtiboroluei.._. Actu clal VJo c.,.,..-. R.p. ele
..
k . CIM. (CUC). U. ed. lúdrid, 11183. ~ tl "
(&O) Chúu., Conot.l'lll-pb., ... odM. ünp.Jt 24 • P. JAOOBY,
cler piechld>er Hilt.oribrlo (PGB) U, 4118 (l.,eyüD. 1tllla.t.•)
• PilA IV, p6c. IUI.
(61) Th. MOMMBBN: «ll6Dú8c:baa &aat.orec:ht», Tubillp. 19118, m, p6c. •1: B. TAUBLBR: «lmperium RcaUliiiiiiJ. ~e aur Blltwll)k}UD•
ppechichte der r&Di8cheD Beicbaa l. Die Staatvertrlp wul v-.,.verhllw-, Leipaif,1913, pq.. 1M, 142, 2156; GUNDBL: Op. cit.. e nota
S. ~ 186 e.; ..,U. C.C.L. LANGB: •Ré!mioche Alt.ertamer., Leipaif, 1816. e. n, p6c. 847, - iDd.- favorable a Roma, lo que ..amamo.
..Die,.,._,..
- - = t i ).
(lit) L. GARClA 1GLBSJA8: .t. BecwU, Wl prow-a ~ ele J. IIUipaDia uti¡up, AEA.rq, 44, 1971, p6c. 101, qué bO otiWra loe
.....,_ c:iáldoe; TOVAJt: Op. c:it.. .., 14,1, pq.. 112 e., c:onfuDcle J. ArM ...-:! 0011 J. ele Vtrialo; CORZO, ..JIKKNBZ: 0p. c:it eo nota 40,
p4J. 46, "" el S&. ele ~oa; CORTBS Y LOPEZ: Op. c:it.. ... DOta 38, p4J. 1112, J. lituó "' AIU&p, pero loa iDveeli¡~ no • han elec:idido a
\llar t... eplll'&f• ciledoa de Zal&mea para eu reclucción; la cueatión • probiii!Útica, puee '"' la milma ciudael ILBR • 1096 menciona
di~ lu/ipfMP, y, /t. ()AllC~ Y B&LLlDO: di~Üt7lo aepulcralt'OCD&DO de Julipa (Zalamea)», Maclrid, 196& El thmibO JDuolcipal
pudo ccm-lu a lu clol. pero a ocArea» ain eluda.
(63) VIVBS: .0p. cit.., W, 49 "; A. BELTRAN: dl alfahelo ~ llaJDMo "libiolenicio"•, Nwol.aa 4. Madrid, ltU, ~ 11 " ; Gn.
FABllBS, p6c. 841; J . K. BOLM!OLB: Op.
40, ~ '19"
~"'J. ...,.mciaelec.6di&, aanoacuo •V-">,
pero próxima • culquier cuo. lA proyincia ele~ queda fuera ele cualquier coneepci6o,,...., la teDcleacia a hacer una aola ~. «JQi«Í», •&¡¡oc¡io•, etc., hace a GONZALBZ ROMAN: ()p. cit. m - 38, pq. 163, iclenliflcarla con ZalaJDea; TOVAll: ()p. cit.. m DOta U, J, 66,
la cllati....,. de J. ele BeWria, 92 •· Noelebe iclentillca:rM con.«.BnaaM» (•lli.JJ 89) ..-o SCHULTBN, JI'HA IV, p4J. 119, que procecle liD citarlo de
OORTBS: 0p. cit. ., nota 83, n, pqa. 448 e. A aqu41 ÁII\MD GUNDBL: op. cit. m S. p6c. 190: TOVAR: Op. c:it.. e11 DOta U, 1, p6c. 188, etc.,
paro la lectura • llllftlma, cf. «1....-, en. XV • 4811, eóln UD úfon hYpua clal 1&4, )l. GOMBZ KORBNO: ~ l. lA
~.Madrid, l!M8, 94, paro bO . . eeplO q u é - ........... . , AculJarele la P'roolera, qoe llllpoM liD IIIIAjc>cle
ele Wl ..,...._,. ...,.w.;co, al en principio.
cit..,-
Todu--
- 201-
[page-n-204]
12
L. PEREZ VILATELA
consiguió, o no quiso conseguir, el reconocimiento de su poder sobre Lusitani~. Los
romanos estaban interesados en mantener la costa oceánica controlada: pocos años
después se produce la expedición de Publio Craso a las Casitérides y las mediciones de
Artemidoro y Posidonio (54). También es posible que Roma sé hubiese apercibido de la
importancia de los filones. onubenses y del Alemtejo (Riotinto, Aljustrel, etc.), que no
parecen haber sido explotados en esta época, sino más adelante (55). En cüalquier
caso, el «dinasta» Viriato amigo de Roma (Diod. 33, 1, 3) no echó raíces en su Lusi~a
natal, ni sirvió de bastió_n en su tierra contra los romanos, a diferencia de Numancia.
Su resist~ncia es móvil. Sólo es lusitana su guerra por su origen y el de Ul'l.a parte de
sus hombres. Péro es indudable que la paz de 140 sign.ifié6 el abandono de los
sublevados de los valles del Betis y Genil. Viriato ha escapado de nuevo hacia
Carpetania (Arsa está a sus puertas), como cuando se veía acosado en Beturia.. Con
estas retiradas se ap,ro.ximaba al terri.t orio celtibérico sublevado alrededor de Numan~ia, consiguiendo una retaguardia segura. Pero los gobernadores romano.s debían
evitar esta relativa cooperación, bloqueando el valle del Henares o los pasos del
Sistema Central. Viriato en 139 es una sombra del guerrero que había sido: busca de
nuevo la paz. Popilio, gobernador de la Citerio~. va exigiendo pa~atinamente, no de
golpe (Diod. 33, 19; Cass. Dio 75; «de uir. íll.» 71), las prendas de. paz, dejando la entrega
de armas para el final, lo que demostrába su, conocimiento de la idiosincrasia higpana.
Pero la condición más significativa para la erosión de su poder es la entrega a Popilio
o directa éjécución de los }>rincipales «desertores» romanos, que en realídad. habían
sido reclutas forzosos de Roma ·por medio de Galba u otros pretores además, Así
ejecutó a su «kedestés», cuñado (Cass. Dio fr. 75), i,Astolpas?, citado en sus bodas
(Úiod. 33, 7, 3); poco antes (Diod. 33, 7, 1) había hablado de su «synkede~téS)).
La simpatía que Viriato despertó y d·e spierta ha olvidado este crimen, que es
sumamente explícito sobre la conversión del póder de Viriato en absoluto y en el total
abandono de sus.aliados de 1~ Ulterior. Esta vergonzosa ac~ión, que rompía la (
(56) de los otros hombres de la Ulterior amenazados de entrega, propi~ió su a.sesinato,
pue~;~ Andax y demás eran de. << Ursm> (supra). Estas características de S\1 poder justifican la denominación de «dinasta)) (Diod. 33, 1, 3), voz empleada ps.ra los reyes bárbaros
- vg. por Polibio (4, 45, 2; 5, 4, 3; 5, 34, 7; 5, 90, 1; 9, 1, 4; 10, 34, 2) para Iberia, Diría, etc.;
Dión Ca.sio (fr. 57, 42 = 1,243B) lo aplica a lndíbil y Mandonio--. No p\ldiendo o no
queriendo regresar a Lusitania, Viriato se mantuv-o constantemente sobre tierras
conquistadas, apoyá_ndose en la poblacjón anti-romana y en la «syngéneia» existente
entre celtas y turdetan
(M) Str. 3, 2, 9 y 3, 6, U.
(61>) Entre los años17().130a. C. ae produjo una b~a en el precie¡ del orp, A.. PIGANIOL: •La Q9Dquétel'Omaine». Puú, 1967, 4/Yie.• por lo que
B.ALZQUEZ: Op. cit. en nota ~. pág. 270, núm. 25, 10111001\.i que laa expLotecion.
pi:Q.4ucíall.80bre todo lipunta a q)l& Roma n.o ex;plotaba aún el á.rea anvbenee.. Pr.ecieamente deliCia 130 a. C., muerto ya Víria.to, ee ...:uperaría la
p.J'o oucción, pero ¿euá.lldo reéolneñSaría la e)[ploteción~
(56)F. RQDRIGUE.Z ADRADOS: «L:a lides i bérica», Emérita XIV, 1946, j>áp 164 a., en relación a Viriato. Las·obligacioll
'
pá.ga. 176 s .. e.n tanto que la cli'e ntala romana no, R. RE.lN"lE: «Fid.,., He-nnea LXrv (192,3). Lei~, pá.ge. 160 •· La traición de Viriato a """
hombres de la Ulterip r rom,pla la
<~rule•"
y el oaqcrai1U!fltum" !llilitar.
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VlRIATO EN LA ULTERIOR
13
una estructura itinerante, como los de Gengis Jan o Atila, que intenta un establecimiento fijo (ltucci, Arsa) pero que no lo consigue. Sus hombres estaban agotados, esto es
razonable (57): llevaban batallando desde el 152 (Atilio) o aún antes. Otros, como
Viriato, se habrían casado en la Ulterior. La paz con Popilio en 139 sólo fue posible
sacrificando familia, syngéneia, amistad, sumisión. Rotos estos vínculos, ¿qué podía
unir a Andax, cuya vida pendía de un hilo, con Viriato? Todo ello después de haber
sacrificado a sus aliados en el seno de la Ulterior - y a la propia Lusita.nia probabl&mente- en 140. Viriato había dado la pauta a sus asesinos: había que sacrificar a
algunos para que otros se salvasen.
Los hombres que, como Viriato, habían entrado en guerra con Roma, buscaban
tierra de labor («lb.» 59-60), como advirtió Costa (58). Vetilio, en 147,les había ofrecido
el mismo señuelo para la paz (<
trashumantes pastores (60), sino de estados indígenas «civitates» (Val. Max. 9, 6, 2) y
querían establecer nuevos asentamientos agrícolas. Conocemos algunas de estas < (Cala, Huelva), «Mirobriga» (Santiago de
Cazem), <
donde se conoda la escritura desde hacía siglos (61). <
después de Viriato con la leyenda «Ketouibon» (62) (¿o fue «Cetobriga>>?). Hubo influencias púnicas en estos lusitanos/célticos del Sur, como el tesoro de Sines o el nombre del
jefe Púnico.
La tendencia de Viriato a constituirse en jefe de estado era inevitable, si quería
tener éxito contra su enemigo romano; sólo una estructura eficaz podía salir airosa,
pero ésta tuvo deficiencias fundamentales, como la de territorialidad. Viriato cobraba
tributos en Carpetania («lb.» 64), tenía poder de paz y guerra con el exterior (<
Cass. Dio fr. 75; «de uir. ill.» 71; Diod. 33, 39), de vida y muerte sobre sus hombres
(Cass. Dio fr. 75). Tras la paz con Serviliano se habla de la entrega de tierras a Viriato
y sus hombres, no al pueblo lusitano.
La aceptación de su jefatura por gentes diversas que ya hemos revistado la
manifiesta explícitamente Apiano (<
estatal sea étnicamente homogénea (63). La relación entre estas gentes la proporciona-
(67) SCRULT.&N: Op. cit. en DOta 11, pig. 226, lo atribuye al canaancio de ou pueblo, que le obUcarla a la pu. tb. GUNDEL: Op. cit. en not:a
6, P'l· 187, '1 BOSCH, AGUADO, HEMP 2. pi¡ 182, paro no tillfte an cuenta la evidenta intención de Viriato de eatabl - , oer ocido,
cobemar el»ooutam•n. e.
t
(68) J . COSTA: «Eitudioe lbmcoe llt, Madrid, 1891-1896, pip. XLV ..
(58) SCHULTEN: Op. cit. en nota 11, péce. 'JIYI •.; ID. F'HA lV, pie. 121; SIMON: Op. cit. en nota 6, pia. 14; A. M. MAR'l'lN: dito Livio. Ab
urbe condita, Libro XXXV•. Mtdricl. 1e&6 (á.•), péce. 131i •·
(80) V. PMIDBS GUILLEN; «Hi&lori& llfl kit lramoa1AD91 etltiWricol'l, PlaMDcNI, UJee; J. COS'U: Op. eiJ. t11 ~ M: ~
ib6ric:a>o, péce. J..XXXVID; M. OLMIIDA: oEl a-nono de Já IIOcleclad eepdola l. Loe puebloe primiti_, y la colcmiMció
(61) La eecritura daJ SO. o tar14eia, v. v¡. L. COELHO: «Epj¡rdla prelat.iDa del SO. peniMular portqu6P, Actu 1• Coloquio Let~~UU y
Oultwu ~ el• la P.l., ecL Sal•m•nq¡, 1&76, 201 • .; ¿_DE HOZ: «La epicralla prelatiu m.idioDal ea Hl8p&nia» Actul• Coloquio.•.,
páp. 2t7 1.; J . A. CORR.B.A: «Eeeritura '1 1_.,. prenomál>a ea el S. de la P l.•, Adu Vl• CBBC, l. 387 1.; M. G. PBB.BIJI.A, J . A. COllRBA:
td'Decripci6n .a MCritura taJ1Alllia (0. clel 80.) hallada en N~ (Cealn> Verde. Baiso Aleetajo) '1 au ccmtaxto &Jq\leOJ6ciCOit, lú.bia, 16, 1886,
páp. 343 ..
(82) ¡,0 de «CedobriD, Cecóbrip (PioL 2. 6, 2), mJa ,...... ooaa? V. r-esw->tada ., VJVII8 m, :U e.; M. OOlmZ MORINO: «La -=ritma
b&Ru»turdetana (primitiva hiepúica)e, Mlldricl, 1962, pie. 38.
(63) L. KllADBR: «La foruaaaón del eatedoot, .8&rcelcma. um. pie. ta.
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L. PEREZ VlLATELA
14
bala común jefatura de Viriato («lb.)) 75). A su muerte, su ejército se deshizo (Díod. 23,
2.1a). Quizá deba entenderse con esto que eran antiguos e4bdites romanos de la
Ulterior, separados del grupo principal que eligiÓ de nu:evo en as.amblea a Táutalo
(«lb.)) 75). El mando supremo de Viriato fue incontestado («lb.» 75 Flor. 1, 33, 15).
En política intrahispánica el interés de Virlato radicó e.n sublevar a los celtíberos,
como lo había hecho Césaro («lb.» 56 y Diod. 31, 42) en 154. Lo consiguió en 143 («lb.••
66) en que bellos, tittos y arevacos fueron apartados de Roma (64). Las campañas de
Viriato éil la Citerior obedecen a éste interés, Sjn embargo, fue muy duro con los
celb'beros que siguieron fieles a Roma (Segóbriga, Frontin. 3, 10, 6 y 3, 11, 4; bellos y
tittos enviados contra él en 146,
su boda (Diod. 33, 7, 1), cuando Virhito era explícitamente dueño de la situación.
Viriato tenía excelentes cualidades como jefe, en lo que conviene toda la hístoriografia antigua; .c apacidad oratoria (65) plástica para hacerse entender por sus sencillos
-que no salvajes como quería S.chulten (supra}- soldados. Les persuadió de la
infidelidad romana a los tratados («lb.•• *?1). Sabía ser gracioso contando anécdotas
(Diod. 33, 7, 1). Era equitativo ~n el reparto del botín (Just. 44, 2, 7; Diod. 33, 15).
La tel'IDinología aplicada a Viriato h11 sido analizada por Gundel (66). Sólo añadiremos detalles vg. la gradación que v:a entre <
(Diod. 33, 1, 3) que podría relacionarse con el antes y después del tratado de 140.
Respecto a la caliñcación de «soter», salvador, utilizada por monlll.'cas helenísticos,
también se utiliza en epigrafia por comunidades urbanas helenísticas.
(64) N. SENTENACH: •Loa arévaé08 ll». RAIIM 1914,
pq.
198; F. W.A't'l'ENBERG: oLa
SIMON, plig. 81.
retión va- . BPH. Madrid, 1968. p4p.
36;
(66) OARClA Y }IELLIDO: O,. cit. en nota 48, pq. 688; ID.: cVeinticinco...», 0p. cit. en noca~ ~ 76 a.; GUNDEL: Op. cit. en nota 6, pq. 196.
(66) GUNDEIH Op. cit; - n nota. 6, pqs. 1~ a.
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ARCHIVO DB PRBKISTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valeoda, 11188)
ALBERT RIBERA 1 LACOM.BA
(Valencia)
DOMINGO FLETCHER Y LA FUNDACION DE VALENCIA
Entre la numerosa bibliografía de Domingo Fletcher (1) se pueden señalar no
menos de 15 títulos dedicados a los numerosos problemas que plantea el estudio de la
ciudad romana de Valentia. Aprovechando la invitación del SIP para participar en
este merecido homenaje a la figura de c
la mejor manera de hacerlo era cotejando sus opiniones sobre la fundación de Valencia con los recientes estudios y, sobre todo, con los abundantes hallazgos que se están
produciendo y que, entre otros, están permitiendo comprobaJ: las hipótesis que, en su
día y con menos datos aunque siempre con argumentos de peso, expuso el homenajeado.
E.n primer lugar, destacamos su firme convicción en defender el origen romano de
la ciudad, desechando las hipótesis que desde el siglo XVI (2) se han venido elaborando
en base a unos versos de la <
creído poder situar la ciudad de Tyrin en el solar de la actual Valencia. Como ya
hemos señalado, la opinión del homenajeado, reproducida y razonada en varios artículos (3) siempre estuvo a favor de negar tal localización. Por una parte, resaltaba,
acertadamente las características mi~ de esta fuente escrita. QUe no hav aue
(1) M~ tu o61o OQla oelección ele .,.. ~oa .,~n Val•tla:
,
D. PLBTCHBR VALU!: ooLa 'I)ria ib6ric:a y la Valentla ..........,, Boletfn ele la Socieobd ea.t.l~ ele Cultwa, XXIX. Caate116, 19113,
...... 181'*10.
D. PLB'l'CHBR VAU.8: ~ ~ eobm el JIOIIIhn ele 'J'yrioa. Papel• dal Lebcmuorio de Alqueolocla ele Vat.ncia, t.
Valabda, 1882.
pq... asa.
D. PLBTCRU VALU!: cBI probl- ele la Tyria iWrica y la Valeatla · In .OO. Mil A!ce M ValtnciP. Pub~ del
AteMo Mercantil M VaiiDCiL Vat.cia, 1882, pq.. 4U8.
D. PLBTCRKR VALLS: ~.obre la fundadOD.ct. Vat.cia». ~ Ml'nhiÁOÑ IAftAW.., X. ValeDcia, 11188, pq..
111$.301.
(S) B. PLA: cLoa ~M ValeDcia y la fuDclaci6D M la c:iuded». Papeleo del Laboftt.orio ele Arq,_lotfa ele VaiiDCia, 1. VaiiDCia, 1882,
...... lll.e&, " -· '10.
(3) PLBTCilBJl: Op. dt. .. la Dota l . .
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,
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A. RIBERA 1 LAOOMRA
2
olvidar se trata de un poema, con lo cual, la intención de su autor no estaría en
proporcionar datos exactos sobre la geografía costera, sino más bien en conseguir una
buena métrica poética. Además, parece ser que este texto del s. IV d.C. se basa en datos
procedentes de un periplo massaliota de por lo menos el s. IV a.C., es decir, de unos 800
años anterior a la redacción del poema. Por otra parte, la arqueología, a pesar de las
nwnerosas campañas que se están realizando en el casco antiguo, no hace más que
confirmar que en el subsuelo de Valencia no se encuentran niveles anteriores a
mediados del s. II a.C.
No obstante, no se puede descartar la existencia en el litoral cercano a Valencia de
una ciudad prerromana. En este contexto, tal vez tengan sentido los hallazgos subacuáticos de ánforas griegas, etruscas, massaliotas, fenicias y púnicas, todas de los
siglos VI-V a.C. y que se recuperaron en aguas de El Cabanyal y la Malvarrosa a raíz
de dos campañas de prospeccion.es (1983-84) dirigidas por el Servicio de Investigación
Arqueológica Municipal (SIAM) del Ayuntamiento de Valencia (4). La presencia de
estas piezas arqueológicas, algunas especialmente raras en los yacimientos valencianos, como las etruscas y las griegas, quizás se deba a la existencia de un centro
indígena cercano que sería el receptor del vino que transportaban estos recipientes y
que, desde luego, hay que buscar fuera del solar que luego ocupó Valentia.
Pasando a otro de los temas que podíamos considerar tópicos en la historiografía de
Valentia: la identidad étnica d~ los primeros pobladores de la ciudad, lusitanos o
l'omanos, la opinión de Fletcher, amén de original en su día (5) se va configurando
como la más posible, gracias a la información que está proporcionando la numismática
y la arqueología. En este caso, como en otros, la duda surge a partir de las diversas
interpretaciones que sugieren unos textos muy sucintos de Tito Livio, Apiano y
Diodoro Sículo que, según unos, se refieren todos a un mismo acontecimiento: la
instalación en una ciudad, que sería Valentía, de los restos del ejército de Viriato.
Pero otros piensan que Jos textos de Apiano y Diodoro se refieren al mismo hecho, el
asentamiento de los lusitanos, y que el de Tito Livio haría referencia a un suceso, más
o menos coetáneo, pero claramente diferenciado, como lo sería la instalación en una
nueva ciudad, llamada Valentia, de veteranos del ejército romano. Esta segunda
posibilidad, a pesar de haber sido la que ha tenido menos adeptos y que no ha mucho
ha sido desechada en un voluminoso estudio sobre la fundación de Valencia (6), se va
imponiendo como la más probable. Las recientes investigaciones sobre los monetales
de la ceca de Valentia, que empezó a emitir al poco de la fundación, ha evidenciado la
raigambre itálica de estos nombres (C. Lvcienvs, C. Mvnivs, T. Ahivs, L. Trinivs, L.
Coranivs y C. Nvmivs) y, más aún, se ha podido vislumbrar la posibilidad de que
procedan de unas zonas concretas del centro de italia, ya que estos magistrados
(4) A. RIBERA y A. FERNANDEZ;
A. FERNANDEZ', C. GOMEZ y A. RIBBRA: «Lea úloru criepa, y fenicio-pWúcaa en lu coatea del Pafs Valeociano».
antlquea .., Mer Tyrrb6ni- (811 .,._).
(5) FLBTCHBR: Op. ciL en la note 1, 1983, pq. un.
(8) J. BSTEVE: «Valencia. fundación roawwo. Univeni.dsd de Valeocia. Blc:Htariado de P\lblicaci..,..., Val...O.. 1!1?8.
Sympoaium lntematiOD&I dlarines marcb.andee et -
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.
FONDACION DE V ALENCIA
3
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A. RIBERA 1 LACOMBA
monetales suelen presentar una onomástica poco corriente en el mundo romano, lo
que ha permitido acercarse con bastante verosimilitud al lugar de origen de los
fundadores de Valentía (7). Con estos valiosos datós recientes, habría que pensar más
que en legionarios rom~os en itálicos pertenecientes a los cuel'pos aqxiliares del
ejército que al licenciarse recibirían tierras y, tal vez, la ciudadanía romana. Otro
argumento, de momento poco explotado, en favor de la raíz romana de Valentía lo
tenemos en la cultura material que aparece en los nivele$ republicanos de la ciudad.
Son de especial importancia las últimas excavaciones realizadas (Almoit111, 1985-87;
Palau de Benicarló, 1986-87, y Barón de Petrés) que no sólo han puesto al descubierto
restos del área m<>nuniental inicial (Almoina), de z-onas de habitación (Palau de
Benicatló) o vertederos (Barón de Petrés), sino que además han aportado una ingente
specialmente, las cerámicas de
cantidad de restos cerámicos. Entre éstos destacan, e_
barniz negro procedentes de las zonas de Etruria (campaniense B) y Campania (campaniense A), que no sólo nos proporcionan valiósas fechaciones para los niveles de esta
época y para la fundación de la ciudad, sino que nos informan de los modos de vida
cotidianos de los primeros habitantes de la ciudad. Capitulo aparte merecen los
numerosos fragmentos de ánforas itálkas de vino, sobre todo de los tipos Dr. lA y
greco-itálicos, que forman la mayor parte de los conjuntos cerámicos y que demuestra
la gran cantidad de vinó itálico que llegaba a Valentía, como también lo ponen de
manifiesto los hallazgos subacuáticos del litoral cercano que empiezan a ser abundantes precisamente a partir de la fecha de la fundación de la ciudad (8). Dentro de la
vajilla cotidiana
cubiletes de paredes fmas, cuya función primordial era la de servir como vasos de
beber. Junto a este repertorio importado, numéricamente mayoritario, siempre aparecep cerámicas reductoras algo toscas, tal vez locales, y piezas claramente:i.béticas pero
Y de una fase avanzada (s. II-1 a.C.), con lo que se observa que el conjunto de la
.a
cerámica de Valentía en su época más antigua nos habla de ~ horizonte cultural muy
·romanizado en sus usos cotidianos, como pu.ede ser el abundante consumo de vino
importado en un momento en que este producto aún no se producía en cantidad en la
Península Ibérica (9) y el uso masivo de cerámicas itálicas tf;lnto d.e mesa como de
cocina. Es decir, que graci~ a los datos aportados por los materialeS. arqueológicos
podemos adivinar que, tal como ya obsertó Fletcber, es palpable «el escaso ambiente
indígena que los hallazgos arqueológicos de Valencia proporcionan>> (10).
En relación con las fuentes escritas ya mencionadas (Livio, Apiano y Diodoro) y
con el tema ya planteado de la supuesta instalación de lusitanos en una ciudad
(7) Y. J . PENA: «Lee maptnuio. ~de ~alenti,P, l'al\ele& ~ .Le.borilorio da-!->q~log!a de VaJ,encia, m. V~ 1988, pip. 1.6~·164.
(8) A. FERNANDEZ: ..W .inroru I'CliDanU de Val~tia y de áu entomo ID8ritim010. Serie Alqueológtea del Ayuntamiento de Valenct~ S.
Valenci.a, 1984.
.
"--
. __ d
,
A RIBERA y A. FERNANDEZ: OJospecci.oneo uqueológieu eubmarinu en la zona "del Salel' (Valeneia)». VI Con(re!!O mternactonaJ e
Alqueolocfa Submarina. Macb:id, 1986, pqa 83-91.
.
(9) A. TCHERNIA: oLe vio. de l'ltal.ie ~e». Ecole .Fra~ de Roma. l!oma, 1986, pli,lf. 99.
(10) FLETCHE~ ()p. yit. e.n lJ nolll 1, 1963. p4jt. 1911.
- 208-
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5
FUNDACION DE VALENCIA
llamada V alentia, hace unos años se originó una polémica en base a que algunos
autores situaban la Valentia de Tito Livio en tierras de la ~tigua Lusitania, ya fuera
en Extremadura (Valencia de Alcántara) o en Portugal (Valen~a do Minho, Valen~a
do Douro). Especial hincapié se hizo en situarla en Valencia dé Alcántara (11), pero
tras un intercambio de Téplicas y contrarréplicas, nuestro homenajeado puso de
manifiesto con toda claridad y exquisita corrección q:ue la Valentía que los romanos
fundaron hacia m_edidados del s. II a.C. se sitúa a orillas del Turia y .no del Tajo (12).
Pasando a otro de los temas ínS,s trillados de la historiQgrafía de la Valencia
romana, Fletcher no podía dejar de tratar una peculiaridad de Valentia como era la
existencia de. un senado municipal compuesto por dos clases de ciudadanos, según
atestiguan varias inscripciones que mencionan a los (
(13). La mayoría de los especiahst~s que han tratado este tema son de la opinión de que
este doble senado tiene su origen en la existencia de dos comunidades diferenciadas.
En lo que ya se discrepa es en la identificación de estos dos grupos. Así, los «veteres»
serían los primeros pobladores, pero ya hemos visto que tanto pueden ser lusitanos
como romanos o latinos. Los «veterani>> consiguen más unanimid~;td, ya que se consideran como licenciados del ejército l'omano y serían ciudadanos romanos de pleno
derecho, lo cual se coteja bast~te bien con la preeminencia que parecen tener sobre
los «veteres». La opinión más plausible para nosotros, tras los últimos estudios y
hallazgos, es la de suponer que los <
habitantes de la cil¡dad, que ya hemos supuesto que es probable que sean soldados
licenciados pertenecientes. a las tropas auxiliares. Posteriormente, habría un segundo
asentanriento, esta vez de legionarios, es decir, de ciudadanos romanos, con los que, tal
vez, la ciudad adquiriría el rango de colonia.
Pero los interrogantes son muchos: ¿Cuándo tuvo lugar esta instalación? ¿Por qué
se hizo? En los tiempos en que Fletcher se ocupó de estos temas la información de que
disponía no era mucha ni nueva, por lo que no pudo obtener l~;t resolución de los
mismos, pero dejó bien claro que (14) la existencia de unos ciudadanos que se llamaban
«veteres)) no era un argumento para defender la supuesta. existencia de una Valentia
prerromana o luaitana y se mostró partidario de dos instalaciones distintas de romanos o itálicos.
Pero en este punto tan debatido, últimamente la atqueología tiene bastal)tes cosas
que aportar gracias a una serie de nuevos datos que, aunque evidentemente no zanjan
el tema, sirven para darle al problema. un enfoque más completo. En este sentido, los
trabajos en marcha en 1'Almoina y en el Palau de BenicQ.rl9 nos hacen ve:r: que en la
etapa republicana se pueden distinguir, al meno.s, tres fases diferenciadas, la última de
(11) C. CALLBJO: «Un monumento éle. la Valentía l111.itana>1. El Miliario Emavapnte, núm. 8. 'Pu:i.t, 1961¡, pqa.
(l2) D, l'LETCIBR: .SObre la Valentía hllliWlil». El Miliarío Exmav~nte, n6m. 9. Pada, 1966, pAca. 11!11-199.
D. FLE'l'CHER: «AAgo lbÚ eobre la Valentía lueitana». El Miliario Extrua¡ante,. n.úm. 10. Paria, 1966, ~.
D. FLETCliER: •De uuevo eobJ'e la Valentía luaitaña>o. 'E l Miliario E..uavaaante, núm. ll. Paria, 1966, pqe.
(13) G. PEREIR:A: •tn.cripcio.nl!lll'OIIWlii.B eje Váleotia>o. Trabl\ioe Varioe del Servicío de Inveetigaci6tt PrehisiOríca,
(14) FLETCHER: Op. cit. en 1a nota 1, 1963, péca. J9Q:"200.
1'12-173.
W241.
273.274.
64. Válen. ia, 1979.
c
núm.
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6
A. RIBERA 1 LACOMBA
las cuales, datada entre el 80-70 a.C., se plasma eñ un nivel de destrucción clarísimo
con evidentes señales de violencia, que lo más seguro e. qu~ se trate del último
s
episodio de la batalla que se desarrolló a los· pies de las murallas de Valentia y que
terniinó con el postrer asaltó y caída de la ciudad a manos de Pompeyo. Como los
niveles qu~ cubren esta destrucción bien datada ya son de época augustea hay que
suponer que este «hiatus)), de por lo menos medio siglo, significa que tál vez se
produjera un abandono de la ciudad motivado por esta destrucción de la que nos
hablan las fuentes y, ahora también, la arqueología. No hay que ólvidar que Valentía
fue uno de lo"B seis centros principales del dispositivo de Sertorio, lo que justificaría
plenamente que sufriera sus consecuencias. Esto plap,tea la posibilidad de que los
«veteres» no fueran los descendientes de los primeros habitantes, posiblemente masacrados o dispers{ldos, sino que se trataría ele gentes venidas con posterioridad. La
arqueología nos va mostrando que, sobre este nivel de incendio, que no se puede hacer
llegar más allá del 70 a.C., según muestran Ias cerámicas importadas, siempre aparecen construcciones y niveles que se han de datar hacia el qambio de Era. La edificación más destacable son. las termas que se excavaron en la calle Cabillera, aunque
parece ser que son ya de época tiberiana (15). Para la etapa po$.t~rior la inform.a ción
arqueológica aumenta considerablemente como ·c onsecuencia de la expansión que
inició Valentía a fines del s. 1 d.C., gracias a lo cual los restos de este momento se
conocen mejór al ser más abundantes y estar más extendidos, por lo que han podido
documentarse en mayor número de solares (calle del Mar, .Banys de l'Almirall, plaza
de Zaragoza, calle Cabillera...) que los de la etapa inicial que se circunscriben a un
área mucho más reducida. Los datos aportados nos. muestran que entre fines del s. 1
d.C. y la pl"imera mitad del s. m la ciudad conoció bastante actividad constructiva,
tanto a nivel público (edificios públicos·del Foro, hallados en 1'Almoina) como privado
(mosaicos y viviendas), atnpliándose considerS:blement~ el red~cido núcleo prlinltivo (16).
Esta fase expansiva, ¿se podría relacionar con la instalación de nuevos habitantes?,
que en este caso, evidentemente, deberían ser los «veterani)). ¿Vendrían los «veteres»
durante la época de Augusto? El silencio de Estrabón, del que ya se percató Fletcher,
ya que es sintomático que en el s. I a. C. no mencione a Valentía, ¿estada motivado
porque cuando escribió su «Geograña>>, Valentia estaría destruida, o porque, como
opinaba Fletcher (17), se basó en autores posteriores (Posidonio y Artemidoro). en
cuya época Valentia carecería de la suficiente importancia c:om9 para ser mencionada?, ¿las avenidas fluviales del Turia., documentadas desde el período romano (18)
influirían de alguna manera en estos procesos, como ya supuso Pereira? (19).
(15) M. J. DE PEDRQ, E. I!~ "1 E. PORCAR: •Hallugo de UDJI4 teriDa8 l'OÍIIAIWI en Valencia». XIX Conii"'IO Nacional de Arqueología.
Caatell6. (Rn ¡nnaa.)
.
(16) E. DIES, E. ESCRIVA y A. RIBERA: •AIIIp1iaci6 urbana de Valentia a pal'tir d"l!poea flavia». Jornada..lnWn&cionala d~ueolo¡pa
Romana. Gunollera, 1981, páp. 236.243.
(17) }!'LETCBBR: Op. cit. en la not.a 1, 196S, pág. 2Ql.
. ,
.
(18) P. CARMONA, A. 'RIBERA y J. V. LERM.A.: o
Zarago.za, 1986, pige. 869-873.
.(19) PE,It~: Op. cit. en lA not.a 13.
- 210 -
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FUNDACION DE VALENClA
7
Estas hipótesis e interrogantes, emanados de un examen previo de los hallazgos
arqueológicos, podrán ser matizados cuando se disponga de estudios detallados de las
numerosas excavaciones realizadas, buena parte de las cuales, por otra parte, aún
están por concluir.
Aun dentro del tema de los «veterani et veteres)) hay que mencionar una reciente y
valiosa aportación (20) a través de la cual podemos ver que en algunas ciudades de
diversas partes del Imperio (Africa, Sicilia, Germanía) también existen senados municipales formados por dos comunidades diferenciadas, lo cual suele deberse a la poste.r ior instalación de nuevos habitantes. Esta característica de Valentía en el Alto
Imperio (no hay datos que permitan suponer que sucediera así antes del s. 1 d.C. ni
después del lll d. C.) engarza, pues, eon otras, pocas, ciudades con situaciones semejantes, por lo que, desde una pers·pectiva más amplia, se puede entender mejor esta
peculiaridad de la ciudad de Valentía.
***
A modo de colofón de estas. breves notas, que tan sólo pretenden esbozar las
principales novedades que se están produciendo en la investigación de Valentía, se
puede resumir lo anteriormente expuesto:
- No hay pruebas de tipo arqueológico para suponer que existió una ciudad
ibérica sobre la que se asentó Valentia, aunque una serie de indicios, concretamente
los hallazgos subacuáticos arcaicos de las playas del Norte de Valencia, parecen
señalar la posibilidad de que hubiera un núcleo indígena prerromano por los alrededores.
- La fundación de la ciudad tuvo lugar en una fecha que se puede hacer coincidir
con el pasaje de Tito Livio y se haría con gente de origen itálico, seguramente
licenciados procedentes de los cuerpos auxiliares del ejército, según se desprende del
estudio de las fuentes escritas, de los restos arqueológicos y de la numismática.
- El problema de los <
instalación, en momentos distintos, de romanos yfo itálicos, cuya principal incógnita
es la de datar con seguridad estas instalaciones. La información que está aportando la
arqueología, aunque ha enriquecido en buena medida el cupo de posibilidades existentes, de momento, no permiten solventar este tema.
Estas apreciaciones, básicamente ya las realizó Domingo Fletcher hace varios
años, en contra de la opinión de bastantes especialistas coetáneos, pero los avances de
la investigación han ido demostrando los buenos fundamentos en que se basó a la hora
de establecer sus conclusiones.
- 211 -
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ARCRIVO DB PRBHISTORIA LEVANTINA
Vol XIX (Valencia, 11188)
JOSEP MONTESINOS 1 MARTINEZ
(Valencia)
TERRA SIGILLATA EN VALENTIA: PRODUCTOS GAUCOS
A Domingo Fletcher, mestre
La Valentia romana era, hasta hace pocas fechas, prácticamente una desconocida
desde el punto de vista arqueológico; no obstante, la visualización de los antiguos
fondos que posee el Ayuntamiento de.la ciudad planteaba un horizonte enriquecedor.
Con el ánimo de dar a conocer esos fondos, y para cubrir la Jaguna existente en cuanto
a la cerámica sigillata que existía en tierras valencianas, nos planteamos el estudio de
dicha vajilla, para en un segundo estadio poder comparar y analizar con el resto de las
tierras valencianas y englobar este proceso en un marco más amplio de referencia (1).
En el presente trabajo estudiamos los productos de origen gálico que llegan a la
Colonia. Esta importación abarca el 31'87% de las sigillatas (2), de acuerdo con la
siguiente distribución:
Formas decoradas = 56/29'62%
Formas lisas
= 118/62'43%
Marcas forma indet. = 15/ 7'2 %
= 58
Total marcas
(3)
-
O ) J. MONTBSIN061 M.ARTINBZ: ,¡r.,.... Siclllata 1111 Valeotia (P!Od~ ltálieoe, Gflieolo e Biapúic:ce)lo. Teolia de LiceoCí-.turL 1982.
IMclita.
J. MONTESINOS 1 MARTJNEZ: _,.,.... Sipllata IU~niea en Valantia (Avance pnlimiur).• ABSE núm. 17. Sagunto, 1962. p. 81·90.
J . MONTESINOS 1 MARTINBZ: flez:ra Sipllata en el Pala Valenciano (Sarv.ntvm-Valentia.llici).t. T..ia docto~ 198'7. lnéclítá., .Lu
referencia a lo Jar¡o del
artículo .. r-efieren a eete liltimo trabaJo.
Dejuaoa pera una próliai.S.. alobal de Jo Siclllatu eu Valentía (Jtálicu, (Oáfu:u e Hiapúúcu), a:ai oomo ou
oom~6ft con ..,.. de la romanidad.
Laa IIW'CU de oficina han tMio pubm.du por A. ~ LACOMBA. ..X... IIW'CU de C.na licillata de ValenU... S.,VUbrm núm. 16.
ValeociL 1982. p. ~246.
~al Senicio de lnvaatipcióo Arqueo16cica del A)'UIItamiento de Valencia 1aa facilidodeo dedo en ou cUa para el ~o de loa
materialea.
(2) Loa porcen~ee de Sipllata en V.a lentia eon: T.S. Itálica .. 10'98 "•· 'I'.S. G'lica .. 81'87 %, T.S. Biopinica • 67'~6 %.
(3) El volumen de la producción oe obtiene eumando Formao Decorada + 'Pon~~&~ Liou + Pi- 1'"- aln tonna déC.nn.inada + Marcea
.,_te
-213 -
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J. MONTESINOS
2'
FORMAS DECORADAS
La forma más ~:tbUl)dante dentro de la importación de la Galia es la Drag. 29 con, 26
ejemplares, núm.s. 1 al 26; no dispo)lemos de ningún ejemplar del período tiberiano;
todos nuestros vasos que conservan el borde tienen las características doble moldura y
ruedecilla.
La decoración de este tipo se desarrolla generalmente en dos zonas, pero ya en
fecha temprana aparece la composición en tres; el friso superior está ocupado por una
guirnalda ondulada c;;ontinua sin figuras, núms. 2, 4, 5, 7, 8 y 16; en otro con guirnalda
ancha y recta, núm. 1; el núm. 6 con hueco inferior con imbricaciones. En la prime.ra
ocupación de Hofheim la guirnalda ondulada es común persistiendo junto a la recta
hasta los Flavios (4). Otro de los esquemas d~corativos del friso superior es el de
metopas~ núms. 9. 11, 12, 13, 14~ 15, 18 y 19; este tipo es frecuente en vasos del reinado
,
de Ne.rón pero mucho más característico de los Flavios; en algunos casas las metopas
están separadas por imbricaciones lanceoladas; en las metopas hay animal alternando
con roseta, núm. 12, o un ave, núm. 19.
En algunos casos también se realiza un ír~o central, debajo de la moldura y sobre
la carenación hay una guirnalda estrecha y recta, núms. 18 y 21, o una banda de
gallones, núm. 4. Esta zona central se trabaja en Claudia y llega hasta Domiciano,
entre los alfareros que .la trabajan y de los cuales tenemos constancia en vasos lisos se
encuentran Passenvs y Severvs; esta decoración de la zona central será más tardeJ en
época 1lavia, adoptada por el vaso forma 37 de transición.
La decoración del friso inferior en tmos. casos lo es a base de gallones, núms. 14, 19,
23 y 24; en otras ocasiones festones, núms. 4 y 26, siendo muy abundantes en época
tlavia; en otras ocasiones una guirnalda ondulada conteniendo figuras, ·núms. 1 y 2; en
otro, núm. 20, a base de paneles en los que alterna motivo cruciforme con un medallón
que contiene figura humana aparece bajo el reinado de Claudia y continúa en los
Flavios, siendo las figUras humanas más frecuentes en este período; otro de los
motivos es la guirnalda rect~, núm. 21., que es práctica común en Nerón-F~.lavios;
también está presente la guirnalda ondulada dejando en su hueco inferior imbricacia.
nes en el núm. 25. Uno de los vasos lleva marca de alfarero Ardacvs de La Graufesenque, que trabajó entre 15·65 d. C.
IK>I)re íotma,s inaetummada.; obviamentA>laa pill%Jl8 que tienen seUoe "J forma determinada ya han aido inclui~II!·P~eJ>te en la producción
lisa o dtoébra@.
En el inv'l!ltario prim~txo a,e lndka el número, a continuación la caUe donde se localiza el aotar donde se baUó el materiál, el número de
in~rent.ario y la col~ón a que pertenece: C.A.V. "" Colect:ión Ayunt.amlent
núm.l7 • e encuentra ~~~ el Mu~ de Pt-ehiatoria. La calli totalicla:d de las piezat aon de billlaqo casual en loe aoJ..,.,. ciudadanos; son productO
de la excavación del S.I.A.M. ·J961., ellltl called!!l Mar las pieua.núm. 27 entreJas f'ormas decot:ac!aa, el núm. lOó entre lasiiaaa y loe n.ú ma. 10, 36,
6S y 46 entre las marcas de oñcin.L
l
Las ~t &e han realizado teniendo en euent.a el número de piezas de cácJ. íonna y la cronología de la miama,
planteado en Forma de distribución por estadios de q nco ajloe. Idéntico sistema ae ha &eJúido pata iaa IJI8l1i88 eje oficina; loe númeroa que ae
indican cgrr~110nden al de la oficina q. e lldjudicam~ '\11 ilull8tro trpbNo 6l>hre laa aigillataa en tierrall'valenc¡anaa. Op. cit. not.a 1. 4 - Albanvo,
u
10 a ¡'\rdácva; 19 = Cantvs, 23 - Celadva. '26 m Ceñnatvs, 00 = CQ&iva & V.tapJW*. 3!l - Damonva, 56' = Mapon113, 59 = MI\8(!Jva, 6ó a Modea·
tvs. 68 "' Mvrranva, 70 = Paaeenva, 73 e Perrva. 7t PicVá, 77 - Primve; 78- Ptimva & Scottivo, 82 d Bvíva. 83 ., Rwueva, 86 Salariva
Aptva, 86 ~ Salvetva. !11 = Secvnd,., 93 p Severva, 96 ~ Silvanv•.
(4) F. OSW ALD, 1'1). PRYCE: ccAJ> in.b'oduetion to the StOd"J of Terra Sígilblt4". London, 1920-1966. p. 71.
=
•
.
=
- 214 -
[page-n-217]
TE.R RA SIGIILATA EN VAL&NTIA
3
La forma Drag. 30 es la siguiente en número entre los vasos dec;orados, núms. 27 a
35. Los bordes de que disponemos son tipológicamente muy semejantes y característiGOS de h~ forma. Es una fo11na típicamente sudgáliea aunque con posible$ influencias
itálicas, en la Galia comieD2la a fabricarse al mismo tiempo que la 29 pero a partir del s.
II, una vez desaparecida la 29, sus motivos se relacionan con la 37, aunque en Valentía
no disponemos de ejemplares posteriores a la primera centuria.
Elemento característico de la forma es la línea s_ perior de ovas que separan el
u
borde del cuerpo decota9.o; en Claudio-Nerón y ocasionalmente durante los Flavios
nunca presentan motivo alguno que separe el friso de la pared, c.osa qtu~ sucede en los
núms. 27, 30,. 31, 32, 33 y 34, en cambio en época flavia está separada por una línea de
perlitas o bien por línea· ondulada, núms. 28 y 29. Si la evolución tipológica puede
ayudai:Uos poco en su datación sí que podemos valemos de su evolución decot,"ativa
que sigue unas lineas más precisas; los ejemplares más antiguO$ aparecen con decoración de guirnaldas continuas que caracteriza a la forma 29· del reinado de. Claudio,
como nuestro nútn. 31. En los vasos metopados el motivo de separación es la Cruz de
San Andrés y luego será adoptada por la 29, es frecuente en época de Claudio y aún
más en el cambio de centuria (5), nue~trQ núm. 27. Los vasos Drag. 30 de Valentía se
situan en un período Claudio-Ve-spasiano y el núm. 34 pudiera ser px:eclaudiano.
La forma Drag. 37 es la forma decorada con menos ejemplares, núms. 36 a 43. El
momento de irrupción de la forma en los mercados del imperio es el reinado de Nerón.
Los primeros ejemplares de la forma coinciden con los de la 29 en la división de dos
zonas. Abunda más la presencia de vasos de la Transición, pero también están
px:ese.ntes los de la Decadencia, el núm. 43 puede llegar · al reinado de Trajano.
Los núms. 44 a 56 son fragmentos decorados· de forma indeterminada, pero asumible-s por las formas 29 y 37·.
Itwentario
Drag. 29
l. .Avellanas. G.A.V.
V aso con 22 cm. de diámet ro en la boca, 7'7 cm. en el pie y una altura de 8 cm. Barniz rojo brillante
homogéneo.
:Sorde abie~ con doble moldura exterior a ruedecilla y res8ltes en el interior. .Fondo ihtemo con
marc~ OF,ARDACI, marcas núm. 2. Deooraci6n de dos frisos separados por baquetón entre perlitas; eJ
superior CQn guirJlalqa recta de hojas trifoliadas (6). La banda inferior es una guitnald.a ondulante con
ramas sinestrógiras, dejando en sus huecos inferi.o res un espacio ocupado por elemento arbóreo f'/). Cr:
Claudio.
'2. Mosén Mila 1970. 79-41-6. C.A.V.
Perfil de vaso~ al qull falta el pie,. con 23 cm. de diámetro en la boca. Pasta salmóñ clara;. barniz rojo
vivo.
(1>) OSWALD-PRYCE: Op. dt:. nota 4, p. 11&.
(6) R. KNORR: oTópfer. und Fabriken verti.erter Terra Si~Pllata dee ereten Jnhrbunderta>o. Stuugart 1919, Um. 13 ni'lm. 4. Um. lQ
KemJ?Cen, Lám. 16 núm. 3. .Lám. 25 núm. 33 ge Coal'va, Lám. Sil núm. 8 de Coeiva.
F. HERMET: ~La Graufesenq\le (Condato.mago)•. Pariá, }93.4, Lám. 47• húm. 13.
(7) RERM:&T: Op. ciL n.Pta ~ J.4.m. 36.
-215-
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.... .
••• •• .... ••••••••o••••••- ••• ••
•
······
3
~5cm .
Fig. l.- Formas decoradas.
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TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
5
Borde abierto con doble resalte a ruedecilla y re¡¡al~ ·interno. El friso superior, ellii!arcado entre
perlitas, está ocupado por una guirnalda ondulante con ·hojas acorazonadas sinestro-destrógiras. El
inferior consta de otra guirnl!-lda ondulante con h..oja11. palmadas sinestrógiras, dejando en sus )l1;1eco~ un
elemento arbóreo flanqueado por pájaros que se repiten. en los huecos supe'riores junto a una diminuta
roseta; pájaros aemejantes tienen una datación Nerón-Vesj)asiano, aparecen en vasos de Silvanvs y en
guirnalda s~m.ejante de la oficina d~ Momm.o (8). Cr: Nerón.
3. Pl. Reina. G.A.V.
Base y parte inferior de parerl. Pasta salmón I'Qsada; barniz marrón-rojizo.
De ~a decoración sólo se aprecia 111. parte inferior de una guirnalda ondulante. En fondo ~nterno una
cartela de extremos redondeados en la que es muy dificil leer, tal v~ una N o V, muy dudosas. Cr:
EsP,lendor.
..
4. Pr.oc. desconocida. 81-28. C.A.V.
Frag. de borde y pared. P.asta líalmón clara; barniz rojo mate que ha aalt~tdo en parte.
Del borde queda la moldura inferior ·a ruedecilJa. La decoración se desarrolla en tres bandas; una
sup~or a base de guirnalda ondulante (9) seP,arada del friso central por un baquetón entré line. s de
a
·perlitas; este friso central está ocupado por una empalizada de gallones entre perlitas. El friso inferior se
comp'ol).,e de festones conteniendo alternativamente una rosetá de 13 puntas y un cisne a der. e izq. (10)
idéntico al atribuido al taller de Felicis eJl. período Nerón (11) el cual fabricll vasos con decoración de
banda central y datación Ñe.rón-Ves.pasiano; otros alfareros ocupan el friso central con festones en los
'q ue alternan roseta y ave, aunque son otros tipos, como algunos vasos de Meddillvs de La Grau'fesenque
en períoc;lo Nerón-Vespasiano y Ardacvs (12).
6. Proc. désconocida. C.A.V.
l"fag. de borde. Pasta salmóQ.; barniz rojo brillante.
Bon:le muy abierto, marcado al el.Cterior por dos molduras con r®decilla y ál interior por pQQileiia
moldura y resalte. Bajo línea de perlitas se desarrolla un friso ocupado por una guirnalda ondulante con
tal~os recuri'entea no muy bien impresa. Cr: Cláudio-Nerón.
6. Avellanas. A-73-14. C.A.V.
Frag. de borde y pared co~ 2Q cm. en la boca. Pasta asalmonada; barniz rojo vivo brillante.
Bordes con molduras e.xten:(as a ruedecilla. Friso superior con guirnalda ondulante que ocupa 'sus
huecos superiores con hoja en J>Qsiciól:l horizontal y los inferio.res con.imbricaciones; íma moldura entre
lineas de perlas separa ambos Crisol!, del inferior no se aprecia la d~o~ción. Cr: Claudio-Ne.rón, m4s
probable. de este último.
7. Proc. desconocida. C.V.A.
Frag. de borde. Pasta salmón; barniz rojo vivo sin excesivo brillo.
Bajo un diminuto baquetón guirnalda ondulante.
8. Mosén Mila. 79-41-:42. G.A.V.
Pequeño frag. de ·borde y pared. Pasta salmón;, barniz rojo-marrón con brillo.
Friso superior decorado con guirnalda de tallos aéabados en diminutas rosetas.
9. PI. Virgen 1959. C.A.V.
Frag. de vaso. Pasta salmóiJ.; barniz rojó,marr.ón con. brillo.
Queda parte de la moldwa del borde a ruellecilla. Friso sup~rior metopado, con separación a ba¡¡e de
hojas imbricadas entre línellS de perlitas; de la metopa se ve una figur" humana en cuclillas con un ave
a
en la mano y otras delante, Oswald :<13) reproduce una esce.n.a con dos personajes que enfrentan aves,
uno de los cuales es el nuestro, pertenece a La Graufesenque en P,eríodo Nerón-Vespasiano, es un motivo
utilizado por la oficina de Passienvs (14)'.
(8) F. OSWALD: t'ea oo Terra Sigillata ~ian W.are)». Liverpqól 1986-37, 2233A.
HERMET: Op. cit. nota!!, Um. U9 núm. 12.
KNORR: Op. cit. nota 6, Lám. 69.
, (ll) H~~: 0,11:. c~t-_!!o~ 6! ~~ ~ !!_úm. 7_.
(10) ~ALD: Op. cit. nota 8, Lám. t.XlOúV, 2220.
HERMfiT: Op. cit. nc>ta 6, Lám. 28 llÚJns. 34 y 35. Um. 98 núm. ,13, L6m. 51 .núms. 32. y 33.
(11) KNORR: pP. cit. nota 6, Lám. 62.
(12} KNORR: Op, ci.t. no'ta 6, Lám. ll&.D y Lám. 10,
(13) OSWALD: Op. cit. nota 8, L4Jn, XLVU 96J.-!!61A.
(14) KNORR: Op. ci~¡, nota Text.-Fig. 40.
a
-211-
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7
8
1
9
Fig. 2.- Fonnas d ecoradas.
- 218 -
o
5cm.
1 1
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TERJ.tA SIGILLA TA EN VALENTIA
7
10. P.roc. dEtsconocida. C.A.V.
Frag. d.~ bqnle y un poco de la pare
De la decoración s.e aprecia parte del friso superiot: que se desarrolla bajo ~a línea de perlas y
ocupado por una guirnalda.
11. Proc. descónocida. C.A.V.
F.rag. de pared y borde bQ.stante abierto. Pasta salm.ó n cla~; barniz ~ojo~matrón con brillo. .
De la decoración quedan dos hileras de imbricaciones lanceoladas muy b1en lffipr~as. Or.: Vespas1ano.
12. PI. Reina. 79-151-4. C.A.V.
Frag. de borde y Pª-.1'~· Pasta sa}món clara; barlliz rojo claro 'brillo.
Friso superior con linea de perlitas y decoración metopada a1ternando un motivo vertical (15) con
perro echado cpn rabo entre las piernas (16) acompañado de una pequeña roseta utilizada por Felicis
(17). Cr.: Nerón-Vespasiano.
1.3. Av:eHanas, 1973. A-73-4. G.'A.V.
Frag. de borde y pared. Pasta salmón; barniz rojo vivo con brillo. Fr.i so superior entre líneas de
perlas, form_ do por r~seta (18) alternando con elemento vegetal trifoliado sobre el que ae sitt!a UDf!.
a
peque.ña roseta. La $6paración de .los frisos viene mJlrcada por ®a moldura entre perlas; el friso inferior
pare·c e que es un elemento en empalizada. Or.: Probablemente neroniano.
14. Pl. Virg;n, 1959. C.A.V.
Frag\ de pared. Pa.Sts salmón oscur!l; barniz rojo,marrón brillante. Moldura. ·e ntre perlas separa los
frisos; el superior es metopado, con motivo de .seplll'ación a base de panele.s ocupados por seiies de
imbricacionea, de la metopa se ve parte de dos ramas y una diminuta roseta; el friso inferior ocupado por
empalizada de ga1lones. Cr.: Nerón.
15. Proc. desconocida. C.A..V.
Pequeño frag. !;le p~ y parte del bórde. Pasta salmón osc).u:a; barniz rojo-marrc>-n con brillo.
Friso superior entre línea de perlas¡ banda ocupada por imbricaciones lanceoladas horizontales
sinestrógiras (19); esta forma de cubrir espacios entre metopas es utilizada, entre otros, por Passienvs y
M.edillvii (20). Cr.: Nerón-Vespasiano.
·
16. Avellanas, 1973. A-73-~. C.A.V,
Fra:g. de pared. P~sía salmón; barniz rojo-marrón brillante.
Decoración poco marcllda; el friso superim: ocupado por una guirnalda de volutas decurrentes. Cr.:
Claudia-Nerón.
17. Ausiaa M~b. 1962, AM-62-14. C.A.V.
Frag; de ca:ren.a. ~asta ~alm:ón; barniz rojo-marrón.
Bajo moldura. estri~da se desarrolla una serie de columnitas; el friso inferior con motivos vegetales
muy poco marcados, esquemas semejantes en Conimbriga (21). Cr.: OlQ.udio.
18. Proc. desconocida. C.A.V.
Frag. de RatOO. Pasta 'Salmón; barniz rojo vivo.
Pe·rfil abierto. Baquetón entre líneas de per1as separa los frisos; él superior es metop,ado con
separación a bMC de pQ.los verticales cortados (22), el motivo que OcJJ.pa la metopa no se dil!tiniDie; el
friso inferior con guirnalda recta (23). Cr.: NerónNespasiano.
19. Proc. desconocida. C.A.V.
a
'F.rag. de p_ red. Pasta salmón clara; barniz .rojo-marrón oscuro sin brillo.
(16) HERM.ET: ()p. cit. nota 6. U.rn. 49 n\im, 25.
(16) li:EllM.E~: ()p. cit. nota 6, Lám. 26, n\im . .22, lám. 71 núm. 9.
OSWALD: Op. cit. nota 8, Um. LXXVIfl, 1963.
KNORR: Op. cit. nota s. Lám. 89J.
(17) KNORR: Op. cit. nota 6, L&rx.. 32.
(18) HERME'l': Op. cit. nota 6, Lá)!l. l~ núm. 9(;.
(19) tnlRME'l': Op. cit. n.ota 6, Um. 52. núm. 83.
(20) KNORR: Op. cit. nota 6, Lám. 64.
OSWALD-PRYCE: 0J), cit. nota 4, Lám. IV núm. 9.
(21) M· DELGj\))0, F. MAYET. A. MOUNTINHO: «Fouilles de Conimbriga lV. Les Sigilléeo¡». 1975', Lám. :XVO.
(22) HE.RMET: Op. cit. nobr 6, Lá:m. 50 núm. 53.
(23) HERMET: Op. cit. nota 6, Lám. 4.4, núm. 13.
- 219 -
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J. MONTESINOS
8
., .
12
\
23
~--.
'
Fig. S.- Formas decoradas.
- 220-
Scm.
26
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TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
9
Pared gruesa, baquetón entre perlas separa los frisos. Banda superior metopada con motivo de
separación a base de cinco columnas de imbricaciones lanceoladas entre linea ondulada a la vertical; en
la metopa un ave a izq., composiciones semejlll}tes en La Graufeaenque (24). La banda inferior ocupada
l)Or gallones. Cr.: Ner6n-Veapasiano.
20. Avellanas, núm. 20, 1~. 79-11-l. C.A.V.
Frag. de friso inferior. Pasta salmón oscura; barniz rojo vivo que se cuartea haciendo imprecisa la
decoración.
.
Baquetón entre perlas separa los frisos, del que sólo se conserva el inferior donde alternan una figura
humana encerrada en medallón y un motivo cruciforme, debe tratarse de un amorcillo constatado en La
GraufesenQue en el periodo Flavio (25).
21. Barchilla. C.C.V.
Frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo vivo con mucho brillo.
Baquetón entre perlitas separando frisos; sólo vemos el inferior que ea doble y formado por guirnaldas separadas por lineas onduladas, el superior con guirnalda recta de hojas y el inferior de grandes
bifoliáceas, friso de hojas palmadas es usado por Calvve (26). Cr.: Claudio-Ner6n.
22. PI. Reina. 79·151·9. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta rosa asalmonada; barniz rojo-marrón brillante.
Bajo grueso baquetón enb:e perlitas, que separaba loe frisos, una banda de arquerias conténiendo
vegetales, columna semejante en La Graufesenque {27). Cr.: Claudia-Nerón.
23. Mosén Mila. 79-41-28. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón clara mey fina; barniz rojo-marrón con brillo.
Friso inferior, empalizada de gallones apoyados en línea de perlas. Cr.: Probablemente Flavio.
24. Mosén Mila. 79-41-31. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo-marrón.
Moldura entre perlas separa los frisos, el superior con hojas imbricadas probablemente separando
metopas o bien cubriendo el friso como ea el caso de algunos ejemplares de la oficina de Abitvs (28); el
friso inferior con empalizada de gallones. Cr.: Nerón-Veapasiano.
25. PI. Reina. 79-151-8. C.A.V.
Frag. del friso inferior. Pasta roja oscura; barniz rojo-marrón brillante.
Dos acanaladuras delimitan la pared por abajo; lo que queda del friso es una guirnalda ondulada que
deja en sus espacios inferiol'eB imbricaciones lanceoladas, composiciones semejantes en la oficina de
Medillivs de La Graufesenque en período Nerón-Veapasiano (29).
26. Proc. desconocida. C.A.V.
Frag. de pared inferior. Pasta salmón oscuro; barniz rojo-marrón con brillo.
La parte inferior de la pared con dos surcos. La decoración del friso inferior viene dada por festones
semejantes a los utilizados por la oficina de Passenvs en periodo Nerón-Veapasiano (30).
Drag. SO
27. Mar, 1981. C.A.V.
Vaso fragmentado cuya reconstrucción nos permite ver su perfil completo; diámetro en la boca 17
cm., altura 12'5 cm. y un diámetro en el pie de 9'5 cm. Pasta salmón cliU'a; barniz rojo-marrón mate.
Pared ligeramente abierta y muy fina; la separación del borde respecto a la pared a base de dos
baquetones y al interior dos surcos. La decoración consiste en un friso de ovas que alternan con
lengüetas acabadas en perlita y pendiente de Jínea ondulada, no existe línea de separación entre este
friso y la decoración principal hecho que sólo sucede en época de Claudia-Nerón y ocasionalmente
(:U) RERM.BT: Op, cit. nota 6, 14m. 68B.
~) HERMBT: Op. cit. nota 6, IÁJII. 18 núm. 36.
OSWALD: Op. cit. nota 8, 14m. XXIV, 502.
(26) KNORR= Op. cit. nota 8, Um. 17.
(27) RERMET: Op. cit. nota 6, Um. 84 núm. 29. IAm. 16 núm. 46.
(28) P. 0SWALD: «The Tena Slgillata o( MargidUIIum.» NoUiqham, l!NII, P• 12, Um. 9.
(29) KNORR: Op. cit. nota 8. 14m. MH.
(30) KNORR= 0p. ele.. nota 6, Um. &cF.
- 221 -
[page-n-224]
,J. 'MONTERJN()S
lO
27
'
Scm.
Fig. 4.- Fonnas decoradas.
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TERRA SIGILLATA EN VALEN'I1A
28.
29.
30.
- 81.
32.
11
Flavios {31). La síntesis decorativa resulta metopada con una Cruz de San Andrés como motivo de
separación, según Ritterling este motivo apareció primero sobre la forma 30 y luego pasó a la 29 (32), el
pie y la cabeza de la misma con imbricaciones, motivo idéntico én La GrauCesenque (33); el centro de la
metopa ocupado por una figura humana a la que Calta la cabeza pero se trata, sin duda, de una
malabarista a der. con un puñal en la mano a punto de lanzar (34), para Knorr (85) no se trata de un
malabarista sino del dios Vulcano presentando a Pelano una espada y un escudo, Hermet (36) si bien
acepta en principio que éste seria su significado primitivo, con el transcurso del tiempo lo perdería para
convertirse en un malabarista; idéntico motivo lo encontramos en un va.s o con marca externa Germán
l. N. (87), esta oficina trabajó en La GrauCesenque entre 59-65 d.C. Cr: Pertenece a un momento primitivo
de la oficina, en el reinado de Nerón.
Mosén Mila. C.A.V.
Frag. de pared. Paata salmón oscuro con diminutos puntos blancos; barniz rojo vivo.
Friso de ovaa separadas por lengüetas acabadas en perlita; bajo este friso línea ondulada típica de
época flavia. Decoración metopada. c;on motivo cruciforme de separación; en la metopa se ve parte de un
malabarista con corona en l a mano (38), Knorr lo atribuye a la oficina de Calvvs eJltre 60-70 d. C. (89}, no
obstante al no estar completa la figura pudiera tratarse de un amorcillo con corona (40). Cr: NerónVespasiano.
Avellanas, 1978. A-78-9. C.A.V.
Pequeño ·frag. de pared. Pasta salmón clara; barniz rojo amarronado. Típico friso superior de ovas
alternando con lengüetas acabadu en trilobuladas (41), este friso está separado del resto de la pared por
una línea ondulada. Decoración metopada, con motivo cruciforme de separación, la metopa está
ocupada por figura humana que debido a la mala impresión no es posible describir. Cr: Vcspasiano.
Proc. desconocida. 81-28. C.A. V.
Frag. de borde con 14 cm. de diámetro. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo.
Friso superior de ovas dobles separailas por lengüetas que acaban en perlita. Cr: Probablemente pre.
flavio.
Mosén Mila. 79-41-36. C.A.V.
Dos frag. de vaso que unen, con 12 cm. en la boca. Pasta salmón clara; barniz rojo-marrón.
Separación borde-pared con dos baquetones, a continuación friso de ovas dobles. En la pared una
paloma con la cabeza vuelta (42) y parte de una hoja (43), apreciándose imbricaciones a la izq. del frag.
La línea de ovas sin lengüetas correspondería al período de Esplendor de La GrauCesenque, reinados de
Claudio y Nerón (44).
Pl. Virgen. 75-7. C.A.V.
Frag. de borde y pared con 15 cm. de diámetro. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo.
Perfil recto y borde bien desarrollado, con tres surcos al interior. Friso superior de ovas dobles
alternando con lengüetas acabadas en roseta; de la decoración se aprecia parte de un motivo vegetru
(46). Cr: Nerón-Vespasiano.
(31). OSWALO·,PRYCE: Qp. cit. nota 4, p. 84.
(32) OSWAIDPRYCE: Op. ci~. nota 4, p. 9L
(33) HERMET: Op. cit. nota 6, Lim. 33 núm. 25.
(84) l
OSWALD: Op. cit. nota 8, Lám. V, 70A.
(36) KNORR: Op. cit. note 6, p. 47 y u., L6.m. 84 núm. 1.
(36) Op. cil.. nota 6, p. 21.
(31) RER.ME'I't Op. cil.. nota. 6, Lim. 99 núm. 3.
(38) HERMET: ()p. cit. nota e, Um. 19 núm. 91, Lém. 85 núm. 4.
OSWALD: Op. cit. nota 8, Lém. XLVll, 963.
(39) KNORR: Op. cic.. nota 6, L6m. 16.
(40) HERMlrl': Op. cit. nota 6, lÁm. 18 núm. 3.
OSWALO: Op. cil.. Dota 8, IÁm. XXI, 393.
(41) BRRMET: 0p. cit. nota 6, Lém. 36 b~ núm. 25.
6. Lám. 28 núm. 40.
(42) RERMET: 0p. cit. OSWALD: Op. cil.. nota 8, 2297 a 2300.
(43) liEllMBT: 0p. cit. nota 6, IAm. 6 nWn. u .
(44) RERME'l': Op. cit. nota 6, p. 73.
(46) Hl!RMET: ()p. cit. nota 6, Lám. 12 núm. 48.
-223 -
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'
34
37
3 9
Fig.
5.-Fo~as
decoJ"adas.
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TERRA SIGILLATA EN VALENTJA
13
33. Proc. desconocida. 81-28. C.A.V.
Dos frag. de borde y pared que unen, con 16 cm. en la boca. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo mate.
Friso auperior de ovas que alternan con lengüetas dobles acabadas en perlitas, pendiente de una
línea ondulada. Cr: Pre-Flavios.
34. Proc. desconocida. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo con brillo.
Friso superior de ovas alternando con lengüetas simples. Decoración metopada, con un motivo
cruciforme de separación; en la metopa una arquería que contiene figura de dificil identificación,
c.omposición parecida encontramos en un vaso de Colchester (46).
En la pal'te interna han quedado imjll'eSI!8 en el barniz las huellas dactilares del manipulador.
Cr: Tiberio-Claudio.
35. P.roc. desconocida. 7941-24. C.A. V.
Frag. de pie con 10 cm. de diámetro. Palita salmón clara; ba.r niz rojo marrón.
Semejante al del núm. 27, pero con la almohadilla más desarrollada.
Drag. 37
36. Mosén Mila. 79-41-7. C.A.V.
37.
38.
39.
40.
Borde y psroo, con 25 cm. de diámetro en la boca. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo.
Borde vertical con labio marcado redsmdeado, siendo algo aplanado por la parte superior.
Separando borde-pared friso de ovas dobles que alternan con lengüeta acabada en perlita, separando
esta banda del friso decorado una línea de perlitas muy juntas y no bien impresas; a continuación el friso
principal ocupado por un león a izq., entre motivos vegetales, este felino aparece en La Graufesenque
adscrito a la oficina de Germanvs, aunque este alfarero no suele utilizar la línea de separación
ovas-banda decorada (47), Oswald Jo adjudica al centro de Banasaac, pero éste no fabrica mucho la forma
37 y en cuanto a aua productos es de gran dependencia de La Graufesenque por lo que ea difícil su
distinción. Cr: Vespasiano.
Avellanas. A-41. C.A.V.
Frag. de borde y pared, con 18'5 cm. de diámetro. Pasta rojo claro; barniz t:ojo-marrón.
Borde bastante abierto, escalón separándolo de la pared. Friso superior de ovas dobles que alternan
con lengüetas acabadas en trilobuladas, a continuación friso de bifoliáceas entre líneas onduladas. Cr:
Transición.
Pl. Reina. C.A.V.
Frag. de borde y pared. Pasta rojo claro; barniz rojo-marrón.
Friso wperior ovas dobles alternando con lengüetas acabadas en roseta; bajo esta banda un friso de
bifoliáceaa entre línea de perlitas unidas. Cr: Transición.
Mosén Mila. C.A.V.
Tres frag. de pared que unen. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo sin excesivo brillo.
La parte inferior de la pared es una guirnalda recta; el cuerpo está metopado con motivo de Cruz de
San Andrés separando metopas (48),la parte jnferiol' de los paneles lleva líneas de imbricaciones una y
dos l'espectivamente. Loa motivos centrales son figuras humanas, la de la izq. representa a Venus con
eepejo, para Oswald se trata de un motivo de, La Graufeaenque-Banas!lac ~n período Claudio-Domicia:no
(49); idéntica figura en vasos forma 30 y 37 de Llafranc·Gerona (50); la metopa de la derecha también
contiene figura humana. Cl': Domiciano.
Proc. desconocida. C.A.V.
Frag. de parte inferior. Pasta asalmonada; barniz rojo con poco brillo.
Una g\Álpalda recta de hojas trifoliadas ocupa la parte inferior de la pared; pared con esquema
decoratiyo de paneles eJllll8l'.C8dos con línea continua. Cr: Decadencia.
(46) OSWALl).PRYCE: Op. ciL nota 4, Um. X núm. 6.
(4'!) HERMET: Op. cit. not. 8, U.... 26 núm. 6.
(48) HERMET: Op. cit. not.a 8, Un.. 158 núm. 19.
(49) OSW,o.LD: Op. ciL note 8, Un.. XVU. 813.
HERMET: Op. cit. 1101.& 8, !Am. 18 núm. 24, Lim. M núm. 7, Um. 97 núm. 6.
(60) M.G. T1UAS RUBM: .,l\{a~riale. kqÜooiÓfiCOOI dé Llafrane'(Gerona)ll. Pyrenae 2. pp. 93-115. Barcelona, 1966, p. 108, núma. 31 y 88.
-225 -
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J . MONTESINOS
14
--------.J.~ ~.
~o~., L ..
••
53
Fig.
6.-Fo~mas
decoradas.
6
47
~ .. ~ ..
Scm:
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TERRA SJGILLATA EN VALENTIA
15
41. Enrch. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo.
Decoración de paneles, queda parte de una figura masculina de sátiro constatada en La Graufesenque
período Flavio {51). Cr: Decadencia.
42. E.xarch. C.A.V.
fl-ag. de pared. Pasta asalmonada; barniz rojo 8,12larronado.
Queda parte de tres Crisoe, del superior motivos vegetales, del medio festones con voluta, y del
i nferior bifoliáceas. Cr: Flavios.
43. Embajador Vich. C.A.V.
Borde y pared, con 25 cm. de diámetro. Pasta salmón; barniz marrón rojizo.
Bs,jo el labio dos molduras. El relieve a pe&ar de ser elevado es de una mala impresión. Friso de ovas
con pedúnculo separa el borde de la pared; la decoración aparece subdividida por líneas continuas en
paneles, éstos albergan figuras como una paloma en el superior y una figura de Hércules en el ilúerior
{52); en el panel mayor otra ·figura humana muy borrosa, pero que identificamos con Diana cazadora, ya
que a la der. lleva parte del arco (53), otras figuras humanas que suelen incluir este tipo de vasos son
Baco y Minerva. Las subdivi,iones corresponden al reinado de Domiciano y el comienzo de Trajano,
pertenece pues al per(odo de Decadeh.c ia de La Graufesenque.
-:
Indeterminada
44. Mosén Mila. 79-41-24. C.A.V.
Frag. de parte inferior de pared. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo.
Decoración no muy bien impresa; guirnalda ondulada conteniendo un animal en su hueco inferior,
así como una diminuta roseta. Cr .: Nerón-Vespasiano.
45. Ballestería, 1969. BA-69-4. C.A. V.
Pequeño frag. de pared. Pasta asalmonada; barniz rojo vivo.
Cuartos traseros de un perro enmarcado entre líneas onduladas semejante a motivos de La Graufesenque del período Flavio (54).
46. Proc. desconocida. C.A.V.
Pequeño frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo vivo brillante. Friso de bifoliáceas entre lineas
onduladas, bajo éste otro de estrigilos probablemente destro-sinestrógiros {56), este tipo de decoración es
característica de vasos 29 de la Transición (56).
47. Avellanas, 1973. A-73-35. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo vivo.
Decoración no muy marcada. Una linea de perlitas separa los frisos, por arriba l o que debe ser un
animal, el inferior una empalizada de rodetes alargados {57). Este motivo es abundante sobre frisos y
paredes carenadas, alternando con gallones y a veces formando parte de guirnaldas {58).
48. Mosén Mila. 79-41·40. C.A.V.
Pequeño ,frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo vivo.
Decoración no muy bien impresa, se ve 'p arte de una guirnalda y motivo vegetal.
49. PI. Reina, 1969. 79-151·14. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta rojo claro; barniz marrón rojizo que ha saltado en parte.
Banda estrecha inferior entre líneas de perlas y conteniendo círculos de linea cortada con punto
central y separados por perlas a la vertical; por encima friso con guirnalda ondulante {59), junto a dos
pequeñas rosetas.
(51) OSWALI).PRYCE: Op. c:iL. nota 8, L6m. XXIX 697.
(52) HERMET: Op. cit. nota 6, L6m. 19 núm. 78.
~) HERMBT: 0p. cit. not. 6, U.... 18 nÚJU. 6 y 6.
(64) RERMBT: Op. cit. nota 6, U.... 26 núm. 1.8; Uní. 92, nóm. 2'1; Lám. 119 n\ÍID. l .
(65) HBRMBT: Op. cit. aote 6, Um. 16 núm. 20.
(56) R.BRMBT: Op. cit. nota 6, p. 15.
(51) HERMRT: Op. cit. nota 8, Um. 16 núm&. 26 A «; U.... 62 D\11111. l a 3 y 6.
(58) KNORR: Op. cit. nota 8. lÁm. 89A.
(69) RBRMBT: Op. cit. nota 6, lÁm. 64 núm. 9.
- 227 -
[page-n-230]
J . MONTESINO$
50. Proc. desconocida. 81-30. C.A. V.
Pequeño frag. de pared. Pasta 118a1monada~ barniz rojo-marrón. .
Contiene parte de un motivo cruciforme.
·
51. Proc. .de.scono.cida. 81-31. C.A.V.
Pequeño frag. de p~red. Pasta rosa asalmonad~t; bam.iz rojó-martón sin brillo.
Contiene parte de una guirnalda.
52. Ptoc. desconocida. C.A. V.
Pequeño frag. de pareq. Pasta salmón: barniz rojo ma,te al exterior y con brillo al inte.rior.
Se ·ve parte de un motivo en cruz sobre friso de bífoliáceas.
53. Embajador Vich, 1958. C.A.V.
Pequeiío frag. de pared. Pasta rosa asalmonada; barniz r.ojo oscuro.
De la decoración se !\precia pllrté de un motivo en cruz.
6-4. Avellana8, 1973. A-73-19. C.A.V.
Ftag. de pared. Pasta salmón clara; barniz rojo amarronado.
Dos fiisos separados por línea de perlita, el superior parece dividido, e.l inferior con Jeetones con
voh~ta.
55. Mosen Mila. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón cla.ra; barniz rojo vivo.
Gran hoja (60) acompañada de rod.e te alargado y una guirnalda recta trifoliada, Balbvs en período
Tiberio-Nerón y Carvs en Qlaudió-Nerón utilizan motivos semejantes. (61).
66. Proc. desconocida. C.A. V.
F.rag. con hoja usada por Melainvs y L"ibertvs de La Graufesenque en período Claudio·Ner.Qn (62).
FORMAS J.,ISAS
El número de piezas Us~s dobla a las decorádas. Sólo un ejemplar, ll"4m. 57, hemos
podido ad}qdicar a la forma Ritt. 5, siendo uno de los primeros Jlroductos fabrícadds en
los talleres de las Galias.
El cuenco Ritt. 8, núms. 58 a 62, cuenta con bordes simples, núms. 6().61, labios
desarrollados, núms. 58 y 59; los pies conservados son \>ajos, concavidad en fondo
externo. El núm. 61 es de cerámica marmorata eon cartela ilegible, Es ésta una de las
formas primeras de los talleres sudgálicos pues ya ap~recen en las capas.pre,flavianas
de Wíesbaden y Hotbeim en período Claudio (63); en Coni:inbriga aparecen también
bajo Claudio (6~).
Lll forma Ritt. 9, núms. 63 y 64 y algunas bases con marca. En Sala se encuentra en
una datación: anterior al 41 d. C., en Hotheim aparee~ sólo en período claudiano y en
todos los yacimientos se relaciona con niveles preflavianos (65), hecho que confirman
las· marcas de que disponemos como Rvsticvs en Claudio-Ner6n y .Perrvs que comienza
en el reinado de Claudio.
Los núms. 102 y 103 son platos de la forma Drag. 17B; el ptimeto de ellos con la
pared inclinada,. hecho que ya e_staba pre·s ente en su prototipo aretino Loeschke tipo
(60) HEIU.{ET: Op. cit. b.ota 6, Lám. 6 .1'~ 9 a re.
(61) KNORR: Op. c;it. nota 6, Láms. llB y 20D.
(62) KNO~: Op. cit. nota 6, Láms. ·'4 y · 65.
(63) OSWALD·PlWCE: Op. cit: nota 4, pp. 18.4-185.
(64) DELGADQ.MA)'ET.~OUNTlNHO: Op. cit. no.t a 21, Lám. XXD. p, 91.
(6ó) OSWÁLD·PJ'IYCE: ()¡l. cit. nota 4, pp. J1t};l7L
- 228-
[page-n-231]
TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
17
2A; es un subproducto no muy común y temprano entre los reinados de Tiberio y
Claudio.
La forma Drag. 15/17 es la cuarta entre la producción lisa gálica, núms. 104 a 113.
En los primeros ejemplares del reinado de Claudio es clara una ~oncavidad exterior
que corresponde al cuarto de círculo interior, pero pronto inicia la tendencia a espesar
y por tanto a desaparecer esa concavidad como claramente sucede en nuestros ejemplares; el pie es claramente triangular en los ejemplares que lo conservan. Todas
nuestras piezas tienen un saliente bajo el borde, una moldura externa se sitúa a la
altura superior del cuarto de círculo interior; de las bases conservadas una es ~arca
damente horizontal y la otra se eleva hacia el centro del fondo. La pared pasa de ser
marcadamente vertical, núm. 104, en lo.s más antiguos, para progresivamente hacerse
más oblicua. La fabricación de este plato no rebasa la primera centuria; comparándolo
con el Drag. 18 es mucho menos abundante en Valentía; en Hofheim durante Claudio
es casi tan abundante como la 18 pero irá disminuyendo con Vespasiano y aún lo hace
más en Domiciano (66).
El núm. 14 es un plato Ritt. 1, fonna que conforme avanza su fabricación va
pronunciando el labio, que es lo que sucede a nuestro ejemplar, este desarrollo la lleva
a fundirse con la Drag. 18. No es una forma muy abundante y no parece haber tenido
una gran perduración; en Hofueim se da sólo en periodo ·de Claudio y en Conimbriga
(67) también es muy escasa apareciendo con una datación anterior al período Flavio.
El plato Drag. 18 es la forma más abundante en la importación gálica, núms. 115 a
138. Presenta evoluciotí a partir del tipo anterior; los ejemplares más antiguos son de
época claudiana, aumentando con el tiempo la oblicuidad y profundidad. Diez llevan
marca de oficina: Cantvs, Picvs, Primvs Scottivs y Salarivs Aptvs. Los platos núms. 137
y 138 están r ealizados en la técnica marmorata. El desarrollo de la forma, el aumento
de la espesura, oblicuidad y profundidad la llevan hasta la forma de transición 18/31,
núms 139 y 140, del período Domiciano-Trajano, cuyo pleno desarrollo la convertirán
en la Drag. 31.
El cuenco Drag. 24}25 es la segunda forma entre las lisas, núms. 65 a 80. Su
fabricación comienza en la Galia durante Tiberio, pero su mayor expansión la alca~a
con Claudio y sobre todo Nerón, aunque muy esporádicamente aparece bajo los
Fla'\lios (68). Algunos ejemplares a imitación de sus prototipos aretinos llevan u.na
ranura bajo la ruedecilla, núms. 71 y 76. Es de señalar la diferencia en el tamaño, pues
los hay desde 13 cms. hasta 6 cms. de diámetro en la boca. Durante el reinado de
Tiberio la pared es fma, con Claudio y los Flavios hay tendencia a alargarla haciendo
la mitad superior más vertical. Algunos de nuestros ejemplares muestran tendencia
clara a incurvar el borde hacia el interior núms. 66, 67, 69, 70, 77 y 78; la verticalidad
del borde es evidente en los núms. 65, 68, 75 y 76. Los alfareros que han dejado su
(66) OSWAU).PRYC8 : 0p. ciL noao 4, -p. 176.
(61) O&LOAD(). NAYE'I'· MOUNTINHO: Op. ci1. nota
(68) OSWAU).PRYCB: Op. cit. 1lOla 4. JI• 171.
~l. p.
93.
- 229 -
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TERRA SJGJLLATA 'EN VALENTIA
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- 237 -
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26
J. MONTESINOS
marca en estos vasos son: Cantvs, Celadvs, Maponvs, Mvrranvs y Salvetvs; el primero
acaba su producción en Nerón, Mvrranvs llega hasta Vespasiano y to~os los demás
son de periodo Claudio-N~ón, pertenecie~do todos ellos al céntro de La Graufesenque.
La tercerá entre las formas lisas es el cuenco Drag. 27, núms. 81 a 90. Todos
nuestros ejemplares tienen el labio visible y redondeadp; característica de la época
flavia. es la ranura en el pie; en la producción temprana de la forma lkvan una ranúra
interior a la altura del labio, núms. 81, 82, 83, 84 y 85. Los alfareros que dejan sus sellos
son: Ardacvs, Gantvs, Passenvs, Primvs, Cosivs & Vxrappvs, Rvfinvs y Emia; de ellos
Ardacvs, Gantvs y Primvs ya trabajan en período Claudio y los demás en Vespasiano,
sin llegar ninguno a Domiciano, un ejemplar está realizado en técnica marmorata,
marca núm. 56.
Los núms. 91 a 96 son vasos de forma Drag. 33. Su fabricación comienza en Claudio
y pé;rdura hasta el final de la t.s. Nuestros ejemplares no pertenecen al primer
momento de fabricación pero sí tienen un·a datación flavia.
El Servicio Drag. 35/36, núms, 97 a 101, no es muy abundante en Valentía. Apare·
cen en Nerón llegando en Íos talleres itálicos hasta Trajano (69) y en la Galia hasta
fines del s. II en Nieder'bieber (70), no pasarán del período Flavio en Valentia. En
Valentía la poca r.epresentatividftd de estas formas se eJtplica por la reducción de las
importaciones a partir del reinado de Vespa&iano, hecho también detectado en Conimbriga (7.1). Todos nuestros ejemplares conservan hojas de agua a la barbotina.
MARCAS DE ALFARERO
(Gráf. núms. ~~ 4 y 5. Mapa)
Disponemos de un total de 58 marcas de alfarero, 36 identificables a una oficina
determinada, de importación,gálica. La mayoría de ellas sobre piezas lisas, abundando
las formas Drag. 27, 24/25 y 18; una marca de la oficina de Ardaci está sobre vaso
decorado.
Los productos gálicos e.s:tán presentes en Valen,tia desde temprano con alfareros
que comienzan su producción en Tiberio, será en el quinquenio 40-45 cuando aumenta
la presencia de Sellos gálicos y será la primera mitad del reinado de Nerón cuando
'
alcanzan el punto culminante y acaban en el teinad.o de Vespasiano, con algunas
maxcas que también trabajan hasta Domiciano.
El centro que domina el mercado valentino es La G.rau.fesenque con algunas
oficinas que también trabajan a su "'\1ez en Montaos, Rvfvs, y Banassac, Per.rvs.
(69.) N. LAMBOGLIA: .tressiner G~iibetfelder .di Ch. Simon<:t (recen.oione)•. RevjsU: (70) I)SWALD-PRYCE: Op. cit. nota 4, Uim. 'LIII núm. 17,
(7!) OELGADO-MAYET-MOUNTINHO: Op. cit. nota 21. Láq¡, XXV.
- 238-
[page-n-241]
TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
27
Las referencias abreviadas se refieren a las siguientes obras:
Osw. = Oswald, F., «Index of Potters Stamps on Terra Sigillata
(Samian Ware))) - Margidinum 1931
Hofmann = Hoffmann, B., «Catalogue des estampilles sur vaiselle
Sigillée)). Touring Club de France.
1.8 Part N. T. 21, 1971
2.8 Part N. T. 22, 1972
Inventario
l. PI. Reina. C.A.V.
Base Drag. 27 con 4'4 cms. en el. pie. Pasta salmón oscura; barniz rojo briJJa.nte.
Cartela rectangular: OF AL:BANI; Aibanvs de La Graufesenque en pe.riodo Tiberio-Vespasiañ_o.
- Osw. p. 9; Hofmann 1971, 2- .
2. Avellanas. C.A.V.
Vaso Drag. 29, formas decoradas núm. 1
Cartela oblonga: OF. ARDACI, la O con punto central y la A carece de la línea horizontal; Ardacvs de
La Graufesenque en período Tiberio-Claudio. -Osw. p. 2; Hofmann 1971, 12-.
3. Pl. Virgen. VC(B). C.A.V.
Base forma Drag. 27, con 5 cms. en el pie. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo sin brillo.
Cartela oblonga: OAR[.], la R en retro; debe tratarse de la misma oficina que el anterior.
4. Pl. Virgen VC(B). C.A.V.
Base Drag. 24/25, probablemente con 5 cma. en el pie. Pasta salmón ; barniz rojo claro sin brillo.
Cartela oblonga: - [C]AN71.]; Cantvs de la Gt'Bufesenque en el período Tiberio-Claudio. -Osw. p. 58;
Hofmann 1,971, 218-.
5. Pl. Virgen. C.A.V.
Frag. fondo plano. Pasta rosa salmón; barniz marrón.
Cartela oblonga: CANTV-; misma oficina.
6. Ave llanas, 1973. C.A. V. ·
Frag. base Drag. 18, con 8 cma. en el pie. Pasta salmón; barniz rojo vivo.
Cartela rectangular: ·[C]ANTI; misma oficina que los anteriores.
7. Almoina, 1976-77. C.A.V.
Base Drag. 27, con 6 cms. en el pie. Pasta salmón; barniz rojo intenso.
Cartela rectangular en retro: F.CA-¡ misma oficina.
·
8. E. Vich. C.A.V.
Base probablemente Drag. 27, con 4' 5 cms. en el pie. Pasta salmón clara; barniz marrón que se
cuartea al interior.
Cartela oblonga: CELAD··, la A sin eJ trazo horizontal; Geladvs de La Graufesenque período Claudio-Principios de Vespasiano. -Osw. 1>· 70; H'ofmann 1971, 32-.
9. Mosén Mila. C.A.V.
Base Drag. 27 con 3'5 cms. en el pie. Pasta rosa clara; barniz rojo vivo con brillo.
Cartela oblonga: [C]ENNA[.]; Cennátvs de La Graufesenque que trabajó entre Claudio-Vespasiano.
- Osw. p. 72¡ Hofmann 1971, 36-.
10. Mar, 1981. BW CL. C.A.V.
Base Drag. 27. P~tJ~ta rosa clara; barniz amarronado.
Cartela oblonga de la que se conserva el final: - RAP, la R con el truo vertical muy inclinado
nos induce a pensar en un nexo con V; con esta terminación encontra.mos Coeivs & Vrappvs de La
Graufesenque en período Nerón-Vespasia.n o. -Osw. p. 90; Hofmann 1971, 45-.
11. Barchilla. C.C.V.
Frag. fondo . Pasta salmón clara; barniz rojo vivo con mucho brillo.
Cartela oblonga: DM~ Damonvs de La Graufesenque durante el período de Claudio·Nerón.
- Osw. p. 102; Hofmann 1971, 49--.
-239 -
[page-n-242]
28.
J. MONTESINOS
12. Libreros. C.A.V.
Base Drag. 27, con 3'4 cms. en el pie. Pasta salmón,; barniz rojo vivo con brillo.
Cartela oblonga de dificil lectura: llM; en Lyon aparece una ma:rca ~emejante adjudic·ada a
EMIA alfarero sudgálico del período Flavio - Osw. p. 11~; en Conimb-rigll también aparece sello
semejante (72).
13. Pl. Virgen. C.A. V.
Cuenco Ritt. 8, formas lisas núm. 58.
Cartela oblong.a: UMI; misma oficina que el anterior.
14. PI. Reina. C.A. V.
Medio cuenco Drag; 24/25, éón 3'4 cms. el) el pie. Pastá salmón; barl)iz rojo vivo brillante.
Cartela oblonga: F MAP; Maponvs de La Graufesenque período Claudjo-Nerón. - Osw. p. 184;
Hofmann 1971. 97-.
15. Pl. Virgen, CAV.
Cuenco Ritt. 8, con. un djám~tro en e1 pie de 5 ClllS. Pasta rosa as:almo.nad.a; barniz rojo-marrón.
Cartela oblonga: MA[S]CI[.J; la A con punto en lugar de trazo horizontal; Masclvs de La Graufesenque en período Claudia-principios de Vespasiano. -Osw. p. 192; Hofmann 1971, 102-.
16. Pl. Reina. C.A.V.
"Fon.ilo abulta
Cartela oblonga: -F. MODEST; Mooestvs de La Graufesenque en período Claudio-Ner6n. - Osw. p.
207; Hofmann 1971, 109-.
17. Palau de la Generalitat. Museo de Prehistoria.
Base D.rag. 24{25, con ~·s cms. en e1 pie. Pasta salman clara; barniz rojo vi.vo claro.
Cartela oblonga: MVRI; Mvrranvs de La Graufese.nque periodo Cla.udi.o-Vespasiano. -Osw. p. 21~;
Hofmann 1971, 114- (73).
18. E. Vjch. C.A.V.
Base Dz:ag. 24/25, con 416 cms. en e1 ,Pie. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo claro.
Cartela oblonga: F.M.R&-; misma oficina que la pieza anterior.
19. MosQn Mila. C.A.V.
Base Drag. 27, con 5 cms. pasta salmón clara; barniz rojo-marrón que salta.
Cartela: OPASS; Passienvs de La Graufesenque periodo Netón·V~spasiaQo. -Osw. p. 227;.HoÜ®nn
1971, 121-.
20. Proc. desconocida. C.A.V.
Frag. de fondo. Pa~t¡l sa.lmón clara; barniz rojo-marrón compacto.
Cartela rectangular, en retro: PAS[A]-; probablemente misma oficina que el a.nterior.
21. Avellanas. C.A.V.
}!'ondo de vaso Ritt. 9, con 5 cms. en el pie. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo.
Cartela oblonga: -PE[..]MI; en Ampuriasl;tay una marca P. Errimi que Oswald p. 116 adjudica al sur
de las G~as. la marca_
tambjén e~ parecida a Perrvs que firma en ocasiones Perri M, esta oúci,na ·e s del
centro de Banassac -Osw. p. 239- en período Claudio-Domiciano aunque también trabaja .e n La
Graufesenque -Hofm~n 1971, 128- (74); en Conimbriga marca s~mejante es localizada ~!l una
canalización trajana, las carac.terlsticas áe la forma y el tipo de fabricación sugieren el período Ner6nVesp!l!liano (75).
·
2
2. . Almoina. G.A.V.
. Fondo j)lano. Pasta salmón clara; barniz marrón rojizo.
C~ela rectangular de la q1¡e queda el prin<;ipio: PIC-; probablemente Picvs de La Graufese~que · fi
e
periodo Claudio-Nerón. - Osw. p. 240-.
·23. Proc. desconocida. C.A.V.
Ba§e Drag. 27, con 8'5 cms. en e1 pie. Pa.stª \lalmón clara; barniz rojo vivo no homogénea.
(72) DELGADÓ·.MAYE'I'-M()UNTlNltO: Op. cit. nota '21, núm. 256.
(73} N. P . GOMEZ _
SE,!mANO: «Excavaciones, para la a.lbpliAción del línti,guo p.,lacio
V«lencia. 1945, p. 290, Fig. 1,9,
A. VERNRET< «Notes ·~ la Tena Si~¡illée de Le Oraufeeenque. Millaw•. 197~.
(75} DELGAJ)O,MA'YE't-MOUNTINHO: Op. cit 21, marca 260.
O•>
-240-
[page-n-243]
TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
29
Cartela oblonga: OFIC PRIM.; Primvs de La Graufe$E:Jlque y Montana en período Claudio-Vespasiano. -Osw. p. 248; Hofmann 1971, 136-.
24. Proc. desconocida. C.A.V.
Base Drag. 27, con 5'5 eros. Pasta asalmonada; barniz rojo-marrón.
Cartela oblonga: OF PRIM; misma oficina.
25. Avellanas. C.A.V.
Base brag. 18, con 6'2 cms. en el pie. Pasta rosa salmón; barniz rojo-marrón.
Cartela oblonga: PRIMVS C; Primvs & Scottivs de La Graufesenque en periodo ClaudiO:Nerón.
- Osw. p. 251; Hoúnann 1971, 138.1- .
26. Almoina, 1976-77. C.A.V.
Base Drag. 27, con 3 cms. en el ,pie. Pasta salmón oscura; barniz marrón rojizo.
Cartela oblonga: OF RVF; Rvffvs de La Graufesenque y Montana en el período Nerón-Vespas\ano;
Hofmann para el de Montans 50-80 y para el de La Graufesenque 50-70. - Osw. p. 270; Hofmann 1971, 147;
ídem 1972, 53-.
27. Avellanas, 1973-74. C.A.V.
Vaso Ritt. 9, formas lisas núm. 64.
Cartela oblonga: OF RVS(.); Rvsticvs de La Graufesenque en periodo Claudio-Nerón. - Osw.Jl. 271;
Hofmann 1971, 148-.
28. Avellanas. C.A.V.
Base Drag. 24/25, con 5 cms. e.n el pie. Pasta salmón clara; barniz rojo oscuro con mucho brillo.
Ca.r tela oblonga: O[F]SAD[.); Sadiod o Sadio sin origen -Osw. 1931 p., 377- , si el últim.o signo leído
fuera una B corresponderla a Sabinvs de La Graufesenque y Montana en Nerón-Domiciano. -Osw. p.
272; Hofmann 1971. 150-.
29. Mosén Mila. C.A.V.
Frag. de fondo. Pasta salmón con puntos blanco¡¡; barniz rojo vivo con brillo.
Cartela oblonga: OF SAL[..], son varios los alfareros que comienzan de esta forma como Savivs de
Montana en periodo Nerón-Vespasiano, no obstante no es muy segura la adscripción (76).
30. Valdesoto. C.A.V.
Plato Drag. 18, formas lisas núm. 122.
Cartela oblonga de la que sólo queda el final: - P +; Salarivs Aptvs de La Graufesenque período
Nerón. - Osw. p. 277; Hofmann, 1971, 152-.
31. Proc. desconocida. C.A.V.
Fl-ag. Drag. 24/25, con 5 cm. de diámetro, pasta salmón clara; barniz marrón rojizo con büllo.
Cartela oblonga a la que falta el principio: -VETV; Salvetvs d.e La Graufesenque y Montana en
período Claudio-Nerón. -Osw. p. 278; Bofmann, 1971, 153; ídem 1982, 55-.
S2. Pl. Virgen. C.A.V.
Frag. de forma indeterminada. Pasta salmón; barniz rojo-marrón C<>n brillo.
Cartela oblonga: SECVN; Secvndvs de La Graufesenque, periodo Claudio-Vespasiano. -Osw. p. 287;
Hofmann, 1971, 159-.
SS. Pl. Virgen. C.A.V.
Dos frag. de fondo que unen. Pasta ·salmóll clara; barniz rojo-marrón.
Cartela oblonga: SECVND; misma oficina que el anterior.
34. Pl. Virgen. C.AV.
Fondo de forma indet. Pasta salmón ·oscura; barniz .rojo vivo.
Cartela oblonga: [O]F SEVER;,Severvs de La Graufesenque en periodo Nerón-Vespasiano. -Osw. p.
296; Hofmann, 1971, 164-.
35. Pl. Virgen VC(B). C.A.V.
Frag. de fondo plVJlo, J?aeta salm6n; barniz rojo-marrón.
Cartela oblonga a la que falta el final: OF SILVA-; Silvanvs de La Graufesenque, período ClaudioVespasiano. -Osw. p. 301; Hofmann 1971. 166-.
(76) RlBloJRA LACOMBA: Op_ ciL nota 1, lo adjUdica a Sabinvs, p. 227, Fic.
-241-
11. ollm. 28.
[page-n-244]
J. MONTESINOS
30
36. Mar, 1981. C.A.V.
Base de cuenco Drag. 24/25 con un diámetro Etn el pie de 5 cm. Pasta salmón; barniz rojo-marrón m'ate.
Cartela oblon,ga fragmentada: -ILV-:, probablemente la misma. oficiná anterior.
37. Pl. Virgen. C.A.V..
Frag. de fondo. Pasta salmón clara; barniz rojo-m~ÓJl maté. Cartela rectangular: -ILVAN; misma
oficina.
38. Pl. Virgen. C.A. V.
.
Ftag. de base fonnll Drag. 24/25, p.robablementé, con 5 ero. Pasta rosa clara; barniz marrón rojizo muy
brillante.
Cartela oblonga fracturada en su parte 'SUperior: - IJS,¡\, la primera consonante pudiera ~ter una E.
39. Proc. <}esconocida. C.A.V~
Pie, Drag. 18. Pa-sta salmón clara; barn\z rojo.
Cartela oblonga de dificil lectura: NONf...]A.
40. Pl. Reina. C.A.V.
Base de plato Drag. 18, con un diámetro en el pie de 7'5 cm. Pasta sál.món compacta; barniz m~U:rón
rojizo oscuro mate que ha saltado en parte.
Cartela rectangular de díñ'cil lectura: (.JCA(..]F.
41. Maria dé Molina. C.A.V.
Cuenco D.rag. 27 con 5'5 cm. en el pie, muy fino, lo mismo que las paredes. Pasta salmón .muy clara;
barniz ·marrón rojizo CQ.n orillo.
Queda el extremo de la cartela oblonga: ..AfV o VIA en -retro?
42. Avellánas, 1973. C.A.V.
Frag. de fondo. Pasta !)almón con peqüeños puntos blanco~J; batniz 8liiarroilado.
Quéda el final de la cartela oblonga: --IV ; lvliv:e de La Graufet~enque tiene terminaciones así, pero
dado lo fragmentario de la inscripción es muy dudosa la adjucllcaci6n. - Osw. p. 151; llofmann, 1971,
73-.
43. PI. Reina. C.A.V.
Base Drag. 18, con 8 cm. en el pie. Pasta salmón.; barniz rojo vivo.
Cartela oblonga fragmentada de dificil lectura: OVIVI; existe un OFVIVI de Lezoux en período
Flavio .......{)sw. p. 343-, pero da~llla. dificultad de la lectura no no~ at_rev~mos a a'djudicarlo a Una oficina
concreta (77).
44. Avellimas, 1973. C,A.V.
Base con paredes m1,1y Jin. s, cofi 3'4 cm. en el pie. Pasta salmó11 clarjl; con puntris blañcos; barniz rojo
a
vivo.
Cartela oblonga poco mare3da y de dificil le.c tura: VI( ...] (78).
45. E. Vich-Vitoria1 1971. C.A.V.
Cuénco Ritt. 8, formas lisas núm. 61, téénica marroor~ta.
Cartela oblonga de difi~il lec~ura: [.]A(..}.
4.6. Mar, 1981. BW·1~. C.A.V:
.Base Drag. 24/25 éon 6 cm. en el pie. Pasta salmón clara; b¡trniz marrón rojizo.
Cartela oblonga fragmentada: HR-. Grafito externo E, núm. 3.
47. PI. Reina. C.A.V.
Base de plato Drag. l8, con 7'6 cm. én el ·pie. Pasta salmón; l>!Ul.liz rojo vivo.
.Final de cartela oblonga: --P.
48. Pl. Reina. C.A.V:
Bas4! Drag. 18 con 8 cm. en el pie. Pasta sa.lmón clara: barniz rojo-marrón mate.
Cartela oblonga de que só1o queda el principio: M··.
49. PI. Virgen. C.A.V.
Cuenco Drag. 24/25, formas lisas núm. 78.
Cartela oblonga de la que queda el principio: N--, la siguiente le_ tal vez sea una A.
tra
(J7) RIBERA LACOMBA: Op. cit:: nota' 1, lo adjudica a. VitaliJI, p. 2'29, Fi_g. 6 núm. 38.
(78) RIBERA: LACOMBA: O¡t. cit. no\4 l, \o adjudic" - ~eddil~ J>· 224, FiJJ. 6 llúm. 14.
- 242 -
[page-n-245]
TEBRA SI GILLATA EN VALBNTIA
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Fig. 15.- Marca.s de a lfarero.
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Fig. 16.- Ba.ses con marca de altarero.
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[page-n-247]
TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
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Fig. 17.- Bases con ma.rca de alfarero.
- 245 -
[page-n-248]
34
J. MONTESINOS
50. Ausias Mar.éh. C.A.V.
Erag. de fondo pla,no. Pasta salmón; barniz rojo vivo.
Queda el centro de !_a cartela: --NTA- (79).
51. PI. Pelota. C.A.V.
Frag. de fondo. Pas!;a, rosa asalmonada; barniz rojo vivo.
Cartela muy fragmentada: -N· .
·
52. Avellanas, 1973. C.A.V.
Frag. de plato Drag. 1. con 8'5 cm. eh el pie. Pll$ta salmón clara; barniz rojo vivo.
8
Cartela oblonga de la que se conseJYa el principio: OFC--.
53. Mar, 1981.. BW-Cl5. C.A.V.
Medio vaso Ritt.9, formas lisas núm. 63.
C..artela oblonga de la que se conse.rva el principio: OF--.
54. A,vellanas, 1973. C.A.V.
Base de plato Drag. 18 con 9 cm. en el píe. Pasta salmón; bantiz rojo vivo brillante.
Cartela oblonga de la que se conserva él principio: OF--.
55. Ausias March. C.A.V.
Frag. de fondo. Pasta ·salmón clara; barniz marrón rojizo.
Cartela oblonga de la que se conserva el final: -•OF.
56. E. Vicb-Vitoria, 1971. C.A..V.
Bas.e Drag. 27 con 5 cm. en el pie. PáSta salmón; barniz amarillento con ·manchas rojizas, técnica'
mamo.rata.
Cartela ilegible: 0-.
57. PI. Virgen. C.A.V.
Base Urag. 24/25, probablemente, con 3'.5 cm. en el pie. Pasta s~món; barniz rojo vivo mate.
Cartela fragmentada de difícil lectura.
·
56. Pl. Virgen, 1959. C.A. V.
Base de forma Drag. 24/25, groQablemente, con un diámetro de 3 cm. Pasta salmón; barniz amarronado.
Cartela rectangular fragmentada de dificil lec.t ura: -A•.
CONCLUSIONES
La importación de productos de las Galias suponen en Valentía el 31'87% de las
sigiUatas, no es éste un hecho normal en yacimientos dé su entorno geográfico pues el
cómputo global en tierras valencianas (80) supera el 50 % de estas cerámicas; en
Valentia el primer lugar lo ocupan los productos Hispánicos (81). Las primeras
producciones del sur de las Galias comienzan a llegar a Valentia desde un momento
temprano (gráfs. 2 y 5) en competencia con las sigill~tas de origen itálico que se
encuentran en este momento en su pünto más elevado (82), la no presencia dé piezas
D:rag, 29 de época tiberiana no debe· inducir a engaño pues sí las ten.emos localizadas
en Sagvntvm e Ilici, siendo en este último yacinilento mqy numerosas (83)_. Las piezas
decoradas forma 37 son del período de transición y la núm. 43 entraría d~ntro de la
Decad_ ncia.
e
,(79) JUBE~ LACOMBA: Op. elt. nota 1, lo adjudiCII a, éenriatus, P.· 221, .Fig. 6 .núm. 8.
(80) Si l¡ien ~n nutel.r!! ~Am,ia doctoral estudiamos las sipllataa de Valentla-Saj!\'1\ty,m·lli~i >1 cuantaa'lloticiae sobre t.a. aparecían en tie~
vaJencianu, el 'e ómpúto esta,díati®. global por grO
(81) MONTESINOS I ~TINJ!)Z: Op, cit. nota 1, Grifa. 32 y 33.
(82) MONTESINOS IMARTINEZ: Op. ci.t nota. 1, GrUa. ~ y 37.
(83) MON'&F..SINOS 1 MARTINEZ: Op. cit. nota 1. pp. 228-229,
- 246 -
[page-n-249]
TERRA SICILLATA EN VALENTIA
35
Centros de producción gálicos que envían sus productos a Valentía. L. GRAUF: La Graufesenque;
1, Sur de Galias; Z, La Graufeaenque-Banaasac; 3, La GrauCesenque-Montans.
- :247 -
[page-n-250]
36
- VALENTIA -
•
Nómero de
.....................................................................................................................
~
•
Namero de
30r----------------------------------------,
201-.........................
1e ...........~....
F o r111~a 1 1a as
.Nómero de piez~a
Gr,ftca 1: F ormas decoradas y lisas.
- 248 -
[page-n-251]
37
TERRA SIGILLATA EN VALENTlA
T. S. GALICA - VALEJTIA
15-20-25-30-35-40-45-50-55-60- 65-70-75-80-85-90-95-100-105-110-115
Aflo -
• • • • • • • • • {3' 05) <0 ' 58)
• • •
• • • • • • 0'•2) • • • • • • • • • • • ••
<1-1•
• ••
·R.l
• • • •
•
R.5
•
• •
• • • • • • • • •
R.6
•
R.9
• • • • • • • • • • • {0'28)
0.15/17
• • • • • {0'36) • • • • • • • {0' 14>
• •
0.17b
• • • • • •
0. 16. 18/31
• • • • • • • • • • • • • • <2 ' 59)
0.24/25
•
• •• • •
• • • • • • • • • • {2' 73) • • • • 39>
0. 27
•
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30- 35 = 9 ' 08
35-40 = 13'43
40-45 = 13' 36
45-50
50-55
55-60
60-65
65-70
70-75
75-80
= 13' 36
= 12'59
= 12 ' 36
= 12 ' 08
= 11'59
= 9 '45
= 8 ' 92
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90-95 =
9~- 1 00 =
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110-115=
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0' 2
Gráfica 2: Distribución .·egular. Formas lisas y decoradas.
- 249 -
115-120=
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/ 159 ' 74
[page-n-252]
J . MONTESINOS
S8
T. S.GALICA. MARCAS - VALEITIA
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3'737
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80-85
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Gráfica 3: Distribución regular. Sellos de oficina.
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Gr áfica 4: Marcas de alfarero. P. rcen taje según cen tro de producción .
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- 250 -
[page-n-253]
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Gráfica ó: Distribución regular. Formas lisas y decoradas. Marcas de alfarero.
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100 1cis 110 115 120 125
~
[page-n-254]
40
J. MONTESINÓS
El análisis de la gráfica de «Distribuc;ión Regular» nos indica que la línea c.o mercial se
haée claramente ascendente hasta llegar al punto máximo a finales del reinado de
Tiberio y principios del de Glaudio, con mantenimiento hasta el final de este último;
baja ligeramente con Nerón. Presentan estos dos reinados anteriores el bloque principal de las importaciones Gálicas, bajando acusadamente. al final del último. El advenimiento de los Flavios supondrá la aceleración de este proceso, a la baja, que ttcaba al
final de Domíciano y sólo algún producto aislado podría llegar dentro del período
trajaneo (84). Los. envíos de Sigillata Gálica una vez superado el período Flavio será
por tanto mínima, y también constatada en otros puntos ·como Ampurias, Ostia,
Thamusida y otros puntos del Mediterráneo (85). Desde mediados de la centuria entran
en el mercado valentino las manufacturas Hispánicas entablando una competencia
con Jas Gálicas, las cuales pe_rderán la batalla comercial con el cambio de centuria
(86).
Se encuentra presente en Valentía la técnica marmorata en piezas forma Ritt. 8,
Drag. 18 y Drag. 27, este llltimo tipo con dos ejemplares; esta técnica cerámica se
utilizó en el período 40-70 d. C. en el centro de La Graufesenque, aunque planteamientos recientes indican una mayor perduración cronológica de la técnica (87). En
reciente visita a los almacenes municipales hemos podido ver un fragmento de
Drag. 37 con ba:rniz exterior amarillo, pieza adjudicable a las denominadas de «barniz
amarillo» (88) y cronológicamente posterior a las anteriores, variedad que ya habíamos constatado en tierras valencianas (89).
De entre los sellos sólo uno se sitúa en forma decorad.a Drag. 29,. ba~iéndolo el resto
sobre vasos y platos lisos; los porcentajes, a los cuales hemos sustraído aquellas
marcas sobr~ piezas de tipo indeterminado, quedan reflejados de la si~uiente forma:
Drag. 27
= 30195 %
Drag. 24/25 = 28'57 %
= 23'80 %
Drag. 18
= 7'14 %
Ritt. 8
Ritt. 9
= 7'14 %
Drag. 29
= 2'38 %
El esquema que siguen los sellos da un primer blógue de oficinas que comienzan su
producción eh Tiberio, como Albanvs, Ardacvs y Cantvs; para subir de forma espec-
(84) SANCBKZ.L:APJJENTFJ PEREZ, JORGE: «Comercic>cde cerámica& romanu en ValeÑJ'. Dip_
ut.ación Provincial._Cj¡enea, 1985, p. 46. li:n
Valeria la .gráfiq~, in.dica un principio en el reinado d~ Tiberi..o y •una acumulación 81\ Cla,udiO.Neron para acabar en Domic;ian,o.
NueatfO ""''uema ~á ligeramente esta Jlre&encia ele prOductóe r41icos debido a la oituación lr\a¡;(tÍI\l8 del ten"itoño lo <¡_ue lé d'l una !Dl'Y~
wdanza en él corte cómercil!l.
(86) C. GASPARiU: «Ostia n.o. Studi Mi-uanei 16. Le terme det Null\&~. Scavo aell .unbiertte 1, Roma, 1970.
G. PUCCI: •OStia lllio. Studi lotfiscellanej 21. Roma. 1972.
.
J. SANCHEZ-LA:FUENTE PEREZ; «La Graufesenque (Millau)>t. Réviste de ~ueologia, año 4, 2.• época,11lhn. 31. Madrid, 1983. pll,ga. 36-42.
J .P.CALLU, J.P. MOREL. R. REBUFFA'.t, G. l'I.ALLIER: t!Thamusida l». Melang88 de l' E<:ole ~.;aiM de Rome. Sup. 2. Paría, 1966.
(86) MONTESJN~ J MARTJNEZ: ~p. cit. nqta, l. !'· 376.
_
(87) A. BAUL: «Notas de cer&mica J"omana m~. Bo!.eUn del Semínario de A. -y Arqueolog!a XkVDl, Valladolid, 1982, pp. 179-180.
m
(88) HERMKT: Op. cit. nqta 6, p. t 78.
(89) MONTESiNOS 1 'MARTINEZ: Op. cit. nota 1, p. 371.
- 252 -
[page-n-255]
TERRA SIGULATA EN VALENTIA
41
tacular con Claudio y aún más en Nerón. El reinado de Vespasiano, .a l igual que
sucedía en la gráfica de piezas lisas y decoradas, supondrá una baja en la constatación
de sellos de esta época, el final de T. Flavio Vespasiano supone. el hundimiento de la
importación, y sólo alguna oficina puede llegar al final de Domíciano, Perrvs, aunque
las características de la forma y el tipo de fabricación sugieren el período NerónVespll$iano. El centro productor que envía sus manufacturas es La Graufesenque, con
algunas oficinas que también trabajan en Montans y Banassac, gráf. 4 y mapa (90). La
comparación de ambas gráficas de <
neroniano y por otra la constatación, mínima, de productos de la Decadencia, no así de
sellos po.steriores a los flavios. Comparando con otros yacimientos de su entorno
geográfico s.i.gue un esquema más próximo en el perfil a Sagvntvrn, si bien con un
menor volumen, que al de Ilici; este último yacimiento tiene una concentración
máxima de la importación igual a los anteriores pero con variabilidad en el perfil,
situándose también aquí la prolongación trajanea semejante a la gráfica de Valentía (91).
(90) Lot porcentajes están muy de acuerdo con el volumen de exporuclóh general de loe eenl1'08 a sus z:onas de comerc:.ielizeción; p. ej. en
La.DJUedoe>Rouoolillon, J.L. PJCHES: «1M coupee Dtllf. 29 en Lancuedoe·RouseilloM l'i1lln• 3. Lyo11, 197!1. p. ~S$: no obAtanLe, la efirmaclón dO>
cote autor y de A. Vemhet •ObAervationa aur lea premiéree 'o1U)ea carénéea de lA Crauf-nc¡ue>~. 96 Congm national des Soci4!M aavantelo.
1'oulou..,, 1971. pp. 171).190, refet'ida a quo el centro de Montana estaba eeeneialrnente deatinedo el mercado Aquitano; hay que deateear que en
nueatr• z()na, al i¡ual que"" otnu pertiruuJ&t8, se coniltete la preeencia eonotente do ofícinao de Le Graufe~~~>nc¡ue-Monta.na mú relacioftadas
con el segundo que con el primero, llesando eh tierras valenciana• 11 eni el 9 %,
(91) MON'l'ESlNOS . MARTINA?.; Op. cit. nota l. pp. 373-314. Gr6fJ. 35, 36 y 37.
1
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LAM. 1
J. MONTESINOS.- Terra s igillata e n Valentía
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Forma Drag. 29.
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J . MONTESINOS.- Terr a sigillata en Valentia
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J . MONTES INOS.- Terra s igiUata en Valentia
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Forma Drag. 30.
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J. MONTESINOS.- Tcrra s igillata e n Valentia
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J. MONTES INOS.- Terra sigillata e n Valentia
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Formas indeterminadas.
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J . MONT ESINOS. - T e r ra s igillata en Valentía
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LAM . VII
J . MONTES INOS.- Terra s igillata e n Vale ntía
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Marcas d e alfare •·o.
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[page-n-265]
ARCHIVO DR PREHISTORIA LEVANTINA
Vol XlX (Valencia. 1989)
CARMEN .ARANEGUI GASCO
0/alencia)
STATERA ROMANA HALLADA EN V ALENClA
Me cuento entre las personas que deben gran reconocimiento al S.I.P. en la etapa
ampHa y fructífera en que estuvo dirigido por Domingo Fletcher Valls quien, con
Enrique Pla Ballester, fue impulsor de mi actividad arqueológica, tanto a nivel teórico
como práctico.
FJetcber me propuso como directora de las excavaciones del Grau Vell de Sagunt,
las primeras de las que fui responsable, y me indicó la necesidad de atender el mundo
romano que hoy ocupa una parte importante de mi actividad profesional.
A lo largo de los años, FJetcher ha ido viendo el ritmo de trabajo de todos aquellos
que compartimos la docencia con la investigación, además de colaborar en algunas
ocasiones con la administración para tratar de que la Arqueología alcance la infraestructura necesaria, luchando con no pocos contratiempos. Desde la admiración por su
disciplina de estudio y el respeto por su rigor científico, redacto estas líneas en justo
homenaje.
En aguas marítimas del término de Valencia se ha producido el hallazgo de una
statera de bronce cuyas características justifican el darla a conocer a los medios
científicos, pese a que su estudio pormenorizado no sea todavía posible por estar
pendiente de restauración. El hecho de que su brazo esté doblado y la falta del
contrapeso o aequipondium, dificulta el estudio metrológico, propio de este tipo de
instrumentos; sin embargo su estado de conservación es suficientemente bueno para,
detmir su tipología y su cronología. Se trata de una balanza de dos ganchos de
suspensión con brazo de sección cuadrada del que cuelgan cuatro cadenas que sujetan
un platillo (lám. I) fijado a las mismas mediante soldaduras de estaño (lám. Il).
Pero el hecho que añade interés a la pieza es la inscripción grabada en puntillado
al comienzo del brazo, por ambas caras (Jáms. m y IV). En la primera se lee lmp(eratore) Cae(sare) Nerva 1 Traiano Aug(usto), estando las últimas letras de cada línea
ocultas bajo un pegote de estaño que corrige un error de peso en el caso de suspender
- 263 -
[page-n-266]
2
C. ARANBGUI
la statera del gancho más próximo a la barra graduada. En la segunda se lee Ger(manico) Dac(ico) Co(n)s(ule) VI 1ex a(cta) in Capitolio, con signos de interpunción entre las
palabras. Esto quiere decir que la balanza ha pasado un control de fiabilidad en Roma,
en tiempos del sexto consulado de Trajano (112 d.C.), lo que la sitúa entre los
ejemplares importantes dentro de la serie, numerosa, de los de su género (1).
Con un peso total de 2'620 Kgs. la balanza tiene un brazo de 54'5 cms. de longitud,
siendo la parte ve_rtical de· una altura de 111 cms. resultante de los 83 cms. que miden
las cadenas y los elementos de enganche de éstas con el plato cuyo diámetro es de 23
cms., lo que establece unas proporciones 1:2 entre la parte horizontal y la parte
vertical del instrumento. La graduación del brazo es doble, como corresponde a las
dos escalas existentes, con indicación cada 9'2 mm. en la primera que va acompañada
del signo S cada dos trazos verticales, apreciándose en la segunda una gradación más
espaciada bajo la que se ve un signo de tres puntos a los 8 cm.s. del comienzo de la
escala. Todos estos datos podrán revelar los pesos para los que la balanza está
habilitada (2).
En el Museo de Nápoles se conservan dos staterae con inscripción de comprobación
de su exactitud en época de Tiberio y de Vespasiano. Esta última viene reproducida en
el DictioTJ.naire des Antiquités Grecques et Romaines (p. 1.228, fig. 4.479), lo que permite
apreciar una estrecha similitud con la pieza de Valencia, a pesar de que su fecha de
control es del 77 d.C., treinta y cinco años anterior a ésta. El trenzado de las cadenas
con el mismo fiador y sistema de anclaje consistente en una anilla en forma de
herradura de la que penden dos elementos en forma de omega rematados en cabezas de
ánade, la misma forma de los ganchos y del platillo, induce a pensar que ambas
balanzas han sido fundidas en un mismo taller, probablemente campano.
La pieza que se presenta ahora denota, no obstante, detalles de desgaste y alguna
reparación antigua, insuficiente para considerarla como un objeto fuera de uso (láms.
V y VI). Probablemente daba servicio en un barco naufragado en estas costas.
En 1929 el S.I.P. adquirió una balanza de Vélez Blanco que fue publicada más tarde
(3). Sin embargo, en el Palacio de.l Almudín de Valencia se exhibe una pieza de
características parecidas a la nuestra, aunque sin inscripción, cuyas características
técnicas y circunstancias de hallazgo no han sido todavía dadas a conocer. Se abre,
por tanto, un tema de estudio en el que las colecciones valencianas pueden aportar
datos inéditos.
(1) V. voz «Libr&». por E. MICHQN, en Ch. DAREMBERd• ..:. SAOLJO y E. PO'M'IER: •Dictíonna.íre des Antiquít.!oo Grecque. et Romainee».
Parí•. 1817·1919. vol. lll. 2.•
• Kunnwerl
G. v• .FORM; «Bronun aUI' d.
PALLADJON: oAnUke Kunat». Buel. Kae,.Jos 197$. piJ. 113.
H. OGGlANO.BJT!
(2) A MUTZ: •Rómiacbe We.agen und G4!wichte au. Auga~ und Kaitereu¡allt. AupteJc Muaewnbefte. 6, Aupt, 1963. realiza un 1!8hídio
completo de la cole<:ci6n de balanzas, determinando la relación enU. lu medidu de longitud y JIMO romanu. con objeto de avf!rigu&r la
capacidad de cada una de ellu.
(3) M. V. SENTANDREU: tcS.t.aterll. ronum.adel Mu&llO de Prehiotoria de Valencia,., Archivo de l'Joehietoria LevanUna, VJLI, Valencia. 1959,
piga. 197·202.
- 264 -
[page-n-267]
C. ARANEGUI.-Statera r omana d e Valencia
Estáte a romana hallada e n Valenc ia.
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LAM. 1
[page-n-268]
C. ARANEGUI.-Stater a romana de Valencia
LAM. II
Detalle d e los ganchos de s uspensión y del pegote de estaño existente en e l inic io del brazo.
[page-n-269]
C. ARANEGUI.-St ate ra r o mana de Vale n c ia
Inscripción dc:> l anverso.
LAM . 111
[page-n-270]
C. ARANEGUJ.-Statera romana de Valenc ia
lnsct'ipción del r·ever·so.
LAM . IV
[page-n-271]
C. ARANEGUI.-Statera •·omnna de Valencia
Reverso del plato.
LAM . V
[page-n-272]
C. ARANEGUJ.-Statera r o m a na d e Valencia
'
...
Detalle de l elemento que fija el plato a la cadena
LAM. V I
[page-n-273]
ARCBIVO DE PRBHISTOR!.\ LEV AN'I'INA
Vol. XIX (Valencia, 1989)
JOSEP CORELL VICENT
(Valencia)
NOTAS SOBRE EPIGRAFIA ROMANA DEL PAIS VALENCIANO (1)
A Domingo Fletcher Valls
De las siete inscripciones que se estudian aquí, dos son todavía inéditas. Otras dos
son recientes hallazgos de los· que tan sólo se ha dado hasta ahora la primera noticia;
requieren, pues, un estudio más detallado. Finalmente, las tres restantes son conocidas
desde hace tiempo: una, que se daba por perdida, ha aparecido recientemente, y las
otras dos son revisadas de nuevo. En la exposición, sigo el orden geográfico de sur a norte.
FINESTRAT
L En un manuscrito inédito de Bartolomé Ribelles (1778-1816), se recoge una
inscripción de Finestrat que no he visto publicada en ninguna parte (2). Sin embargo,
la inscripción tiene gran interés, no sólo por la onomástica sino también por los
motivos ornamentales que presenta. E1 texto es (fig. 1):
Saenia Abra hic sita (e)st.
Sema Abra aquí está sepultada.
«Este bs.xo relieve -dice Ribelles- se descubrió el año 1806 en la partida llamada
Alfarelles del término de FinestratJ a un quarto de horá de este lugar, a orillas del
(1) ~ eineenomen141 • Javi., S.e& y a Manuel Martíneelu facllicladee que- hu dado para eacudiar lu inecripcio.,.. núm&. 4y 7
reepectivamen141. Fotcc A. CoreU Vicent ~. s,.t,6); J . Corell Vicent ~1· 6 y 7).
~) 8 . RIBElJ.BS: ..COlección ele l~pidq y an&i¡üedadee romanaa ele le ciUdad y Reyno de Valencie», pi... IWU48. Eat.e m.enuecrito M
-
coaaerva en el erdlivo ele loo ;PP. Predlcadoree ele Ve,lencie con la olp&tu,. Me. 17.
J. SANCHlS SIVERA: t~NQCIIenelat;or Al~CO«lleeiútico de l~>e pueblot da la dí6eaat. de Valencie...JO. Valencía, 1922, pq. 230, alude
al ballu¡o, pe10 no preeen141 el texto de la inacripción; &141 ee dNeo~~oeidlo por M. A. RABANAL ALONSO, J . M. A. ASCAL PAtAZON:
B
«lnacripcionee .ro~DUP de la provinda de Alican1411t. Lucentwn, nóm. 4. Alicante, 1986, pqa. 191·244.
- 271 -
[page-n-274]
J . CORELL
2
camino de Villajoyosa (3). Le copié teniendo delante ~u original en 14 de abril de 1808.
El baxo relieve de la estatua y ave superior resalta tres dedos (4). La escultura es poco
primorosa, y en el día se halla muy maltratada. Consérvase en una casa del mismo
lugar (5). La piedra se asemeja mucho a la que llaman tosca (6). Poco después del
descubrimiento creyeron muchos que era una imagen de Nuestra Señora, y pretendieron hacer una fiesta en su obsequio>> (7). Refiere a continuación que Jerónimo Llorca,
escribano del pueblo, envió una copia de la inscripción al conde de Lumiares, quien,
en una carta fechada el 22 de marzo de 1806, respondió: « ...seguramente ~ romana, de
la clase sepulcral; pero la creo mal copiada; tal vez por estar borradas las letras, se
habrá padecido equivocación, y en mi entender dirá: SAENIA ARRA me SITA STo
ESTn (8). Lumiares tennina la carta solicitando una copia más exacta de la inscripción.
~ continuación de la citada carta y sin aparente conexión del tema con el hs4lazgo
de la inscripción, Ribelles habla prolijamente de las minas de piedra de luz y de otros.
minerales en el término de Finestrat (9}. Por lo que se refiere al contexto estrictamente
arqueológico, en el término de Finestrat se descubren con frecuencia, según Ribelles,
«ruinas antiquísimas y fragmentos de adobes y tejas ibéricas y romanas, especialmente
en la dirección de la Torre llamada de San Joseph, que está a orillas del mat, en la
frontera de Finestrat)) (10).
Veamos ya el texto mismo de la inscripción. Este es muy sencillo: el nombre de la
difunta en nominativo, se.guido de la fórmula hic sita (e)st. La forma verbal EST (lo
miamo que ES), de SUM, va frecuentemente aglutina~ con la palabra que le precede
mediante la aféresis de la E (11). La R es más pequeña que el resto y aparece volada.
Los Saenii, en Hispania, tan sólo aparecen en la Bética (CIL TI, 1.035; 1.765) y en Denia
(CIL II, 5.967); el Saenius de Tarraco (CIL II, 4.243), que fue {lamen. Romae, divor(um) et
august(orum), procedía también de Denia (12). Teniendo, pues, en cuenta que se trata
de un gentilicio extremadamente raro y limitado tan sólo a dos zonas de la Península,
resulta muy probable que la Saenia de la inscripción de Finestrat estuviera vinculada
con los Saenii de Dianium. En cuanto al cognomen, hay que aceptar, sin duda, como
correcta la le~tura de Ríbelles que propone Abra, y rechazar la de Lumiares que
(8) La partida M llama actualmente •L'Alta.rellaoo; oe encuentra en el llmice mieulo del término de l'ineetre.t con el de Vill~oyoa. a la
derecha del camino qlle v& de eeta poblaci6'n 1! fineetrat. B. la primera illacripoi6n encon~da en el t6rmlno de Fin•tre.t; no ot.tente, en 1&
finca l'Almleer¿ del An,onée, contipa a la anterior, &llJ>CIIl8 ya en el útmino de Vi1l~oyoea, a,pereci6 otra (CIL II. 3._76).
6
(4) Aproxinladamente 6'5 cm.
(6) Extralia que RibeD• no indique, como eueie hacer, lu call• y el ndmero. &tuve e.n ~t el22 ele jlllio de 1987 y pude comprobar que
la inacripc:ión oe da PftJ' d-par.cida. Vicente Mlll'tlne., vecino de la población, me eomwúcó que t.oclq 8\III•Úo»• para averi¡uu el ~
de la inacripc:i6n hao te.udo -ul\adce -neptivo..
(_6) La piedra toeca ee uu calísa mu.y pomea 1¡11e abunda en la oona.
(7) RIBBU.BS: Op. cit. en la nota 2.
(8) RIBBU.BS: ()p. cit. en la noca 2,_pq, 646. No debieron de enmr al illlat.re enadito la copia que eollcitaba, ni puc1o él, al,.._., \'.r
peraoDallunce la inacripci6b, ya que no la reeop "" ninpna de ""' obru.
(9) RibeDeo eotudi& mú ~te las
de piedra de lua o eopecularelo eo '!M......n.. ~tieaa da~. pq.. ~
del Ah. 12 que M coneerva, i~. en el uclú..o de loe PP. PndiCIICioret ~e Valencia.
(10) La Torre ele Sen Joe6, conocida mú eomiiDIIl-1,10< la Torre de R6reuloe, • el ram-._
aepulao de corre romano 1¡118 ee ..,._tl"ll eo las
PtOltimideclee de la cieeMabocadura del rio Torroe, en lémülo de Vllle.joyooa.
(11) t. NOUGARBT: o'l'rail4 de Mitrique latine elaMiqu•. 3.• edicihD. Parla, i ll63, parqr. 9. Vée.oe CIL n, p6a. 1.188.
(12) O. ALFOLDY: «Die rilnúteben l!dCbriften von Tlll"l'ACOJt, nWII. 303. Berll11, 1976.
mm..
- 272 -
[page-n-275]
EPIGRAFIA ROMANA
Fig. l.- Inscripción de Finestrat.
Dv
L!!!ii~vs
h'~
Jt }d.!'.
Fig. 2.- Inscripción de Altea.
- 273 -
S
[page-n-276]
J . CORELL
4
suponía Arra (13). En efecto, Arra no aparece nunca como antropónimo, mientras que
Abra o' Habra se encuentra documentado algunas veces, si bien es atestiguado aquí
por vez primera en la Península Ibérica (H). D~do el origen griego del cognomen, es
probable que la difunta fuera de origen servil. Teniendo presente la gran sencillez de
su redacción y la fórmula hic sita (e)st, podríamos datar la inscripción en el siglo I d.C.
ALTEA
2. El umco testigo de· esta inscripción desaparecida es, igualmente, Bartolomé
Ríbelles (15). Era un Íl'!WJlento de 16 dedos de altura (29 cm) por 10 de anchura. (18
cm). A j uzgar por el dibujo de Ribeiles, era la esquin a superior izquierda, probable
mente de un bloque o placa. ~
quarto de legua de Altea, en el distrito llamado Pila, donde estuve el día 11 de abril de
1808 y vi una extensión de medio quarto de legua sembrada de ladrillos, ánforas y
texas r omanas destrozadas, y algunos fragmentos de barros saguntinos alrededar de
un cerrito fronterizo al cabo Negret (16). Consérvase esta lápida en el archivo de la
i glesia pEUToquial de Altea, donde la copié (17). La piedra es de má.rmol azulado)), El
texto es como sigue (fig. 2):
D(is) [M(anibus)]
RiJarus [-]
[--
A los dioses Manes. Hilaro...
El éognomen Hilarus, muy extendido en todas part es (18), es atestiguado aquí por
vez primera en el País Valenciano. Sus portadores son, generalmente, esclavos o
libertos. Teniendo en cuenta la fórmula D.M. y el .hecho de que el nombre del difunto
vaya en nominativo, se podría datar la inscripción en el siglo U d.C.
(13) Arra, fonna popular sincopada de
l~n&'\la ilemlti.c a. Aunque au uso como .pal,&b~a común es butarite ftoe~ente. no aparece ;nunca como nom.bre de pelÍiona. Sobre a"a, véase /t..
ERNOUT, A. MEILLET: dlictionna)re étynlologique de la langue latine. Hietoire des mota». •·· edición. Pal:{@. 1969, s.v. ar ra.
(J4) .El cogrr.o~Mn, que tan o61o aparece cinco o ael. veces, pre11enta tanto 1~ gralii! A~ra como I/abra. Ambas deljvan, COt\ toda probabilidad,
da 1a misma "P'!)abra gti~a. que, se¡ún algunoc l•lricógrafoo, ae eocribiría con espíritu qpero, mientras que la mayotfa ~ti~tne que debe llevar
espíritu auav•, De ahf proviene la alternancia dé lu doo grafúoo latina. Sob.-.. el origen del n,o~bre. ou.s· gm«aa y tastÜJ\oJ;l)Q!I epjgráficos y
literarios, véaee Thl.l-1 col. 128 y VLc.o l. 2.487; H. SOLJN: «Die griechiachen :Penonerin4men, in Jlom. Ein Nainenbu'éh: (:<)rpua Jnacriptionum
Latin·arum. Aucterilim". Berlln, New York. 1982, JI, pág. 689: A. aotJJER: «Alt-c~tischer Spraehacha~ J.JliJ,. Leiptig, lR94-l916. l • .col. 9: P.
CHANTRAINE: «Dictionnaire étym. logigue de la .ial1ge grecqve. Hiatoire dea lliOta». Paria; 1968, pá¡. 4.
o
(15) JUBEt.LES: O,P. ci~ en la nota 2, pág. 38.
J. SANCBIS SlVERA: «La Di6ces.ia Valentina. Eatudioe hiat6ricOP, VaiJlncia, 1920, núm. 17, presenta una lectura incorrecta.
M. A. RABANAL ALoNSO; J. M. ABASCAL . ALAZÓN, n.o rfll:Ogen la inscripción en el a.c. en la nota '1.
P
(16) 'La j)artiila de Pila se encuentra c;.erea dQ la de&M~bocadura clel Algar, .En la nii8111a partida apareció también _un ara ·funeraria (Cii. TI,
·s.IJSt¡. Sob.., el ball~a de o~ ~te. antiii!JO Saítabi, 7.a. 194;!, págs. 22·26.
(t7) El 23 de julio de l98'7 p.ude collJibltar en Altea que la lnacripción se d~ por deaaparecida.
(18) et. en. o, pág, u J64: ILER. pág. 1112.
- 274-
[page-n-277]
EPIGRAFIA ROMANA
5
VALENCIA
3. Inscripción votiva (ara o pedest~) de mánnol blanco; conserva la base, pero la
cornisa, que debía tener, ha desaparecido. Todos lo~ bordes están pulidos. Apareció el
23 de enero de 1986 en la plaza de «l'Almoina», durante el curso de unas excavaciones
realiZadas por los Servicios de Investigación Arqueológica Municipal en la zona del
foro de Valentia (19).
Dimensiones: 100 x 39 x 34 cm. Letras: l. 1-2: 6'5 cm.; l. 3-4: 5 cm.; l. 5: 4'5 cm.
Se conserva provisionalmente en el Museo Paleontológico.
Bibliografía: Periódico «Levante>>, 25-1-86 y 29-1-86; J. Corell Vicent, «L'epigrafia
romana al Pais Valencia {1982-1986)», Fonaments (en prensa).
El texto es (fig. 3):
Fortun!e
T(itus) Rubrius
T(iti) f(ilius)
Restitutus
5 d(e) s(uo) f(ecit)
A Fortuna. Tito Rubrio Restituto, hijo de Tito, lo ha hecho a sus expensas.
Nexos: AE en l. l. La interpunción e¡:: triangular. La última T de la l. 4 es más alta
que el resto. La escritura es muy elegante y está profundamente grabada. La ordinatio
del texto está muy cuidada.
Los Rubrii, aunque poco frecuentes en la Península Ibérica (cf. CIL II, pág. 1.071;
ILER, pág. 741), aparecen documentados en Valencia (CIL II, 3.743) y Sagunto (CIL II,
3.850; 3.961). El cognomen Restitutus aparece igualmente en varias inscripciones del
sur del Conventus Tarraconensis (20), aunque es documentado por primera vez en
Valentia en esta inscripción. Por lo que se refiere a Fortuna, su culto estaba muy
extendido en Hispania (21), si bien es atestiguado aquí por primera vez en el País
Valenciano. Podría datarse la inscripción hacía finales del siglo 1 o principios del II.
REQUENA
4. Estela funeraria de caliza blanca, local. La parte de arriba está ligeramente
redondeada y adornada con rosetas. Tiene rotas las esquinas superior e inferior del
lado izquierdo y está partida horizontalmente en dos fragmentos. Los cuatro lados
(19} Agradezco al düector de lu excavacioa... Alberto Ribera.
<20> cr. en.
pép. s.l>74, 3.&1. s.ll89.
1'. 8ELTRAN U.ORIS: •.E pí¡ralla d4 Sagvntum. y au TonitoriUJDJO, Valencia, 1980, núm. 275.
P. P. RIPOLJ..FS ALEGRE: •SinOpoia de epigrafía cutellon~. Monll(f'atlaa de Prebilltom y ArqueolQiia Cutallonenae, 1. Cutellón,
1977, núm. L. aparecido talllbi'n en Cuademoa da Pt.hlstoria y Arquoolocia CuteUon~. 3, 1976.
(21) Ct. ClL U. pác. 1.127; lLER, péf. 696, Sobre el culto a Fortuna en Hiap
erqueológicas en general, véaae A. M.• VAZQUEZ ROYS: •La mujer en la epigrafla reli¡riou hispano romenll!t, Cuademot de Prehistoria y
..._rqueología, 9-10, 1982·83, páp. 118, 1~. H7.
M. A. tLVIRA BARBA: tiLo. d.io.ee roonanoe enJa tena aigillata bilpanica•. en: La religio6n romana en Hispania (Sympoaio organlu,do
por el lnatltuto de ArqueoloJia «Rodrigo CaTO» del C.S.J.C., del 17 al 19 de diciembre de 1979), Mádrid. 1981, páp, 62 y 14.
u.
-275 -
[page-n-278]
J . CORELL
6
Fig. 4.- Estela de Requ e na.
Fig. 3.
In scrip ción votiva d e Valencia.
- 276 -
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EPIGRA.FIA ROMANA
7
están trabajados; la parte de atrás, simplemente desbastada. El texto, dañado principalmente en las l. 4-6, va enmarcado por una moldura en forma de tábula ansata
(32 x 31 cm.).
Dimensiones: 68 x 46 x 32 cm. Letras: 1.1-3:4 cm.; l. 4-5: 3 cm.; l. ~7: 2'8 cm.; 1.8: 3'2 cm.
Apareció el 1985 reutilizada en la pared de una casa, en la partida de Morenos,
término de Requena. La conserva su descubridor, Javier Sáez, calle Pérez Gald6s,
núm. 6, Campo Arcís (Requena). Con este hallazgo ya ascienden a veinte las inscripdones aparecidas en la Plana de Utiel-Requena (22).
El texto parece ser el siguiente (fig. 4):
Cornelia
Masueta,
annoru(m) XXV.
[Iu?]lia Utina,
5 [annor]u(m) L.
J...(ucius) [Co?J~lius
Notus ucsori p(osuit) et socrü (!)
Cornelia Mansueta, de 25 años. Julia Utina, de 50 años. Lucio Celio Noto lo ha
erigido a su esposa y a su suegra.
No se aprecia ningún signo de interpunci6n. Las A de las l. 1 y 2 carecen de asta
transversal. Los Cornelii y los Iulii, muy extendidos en toda la Penfnsula Ibérica
(cf. CIL ll, págs. 1.059 y 1.064), aparecen documentados también en la Plana de Utiel
(23). En cambio, el cognomen Ma(n)suetuafa es sumamente ra.r o en España (CIL ll,
2.841, 3.023, 3.920) (24). Utina, hasta ahora, no aparecía atestiguado más q~e en un
instrumentum domesticum de Roma (CIL XV, 3.798) (25). El cognomen Notus es atestiguado aquí por primera vez en Híspania (26). Los Coelii, aunque poco frecuentes en la
Península Ibérica (CIL n, pág. 1.059), los encontramos en Sagunto y su territorium (27).
La graña CS de ucsori, en lugar de X, es corriente (28). Por el contrario, socrii por
socrui no la he visto documentada en ninguna parte. La edad de ambas difuntas ha
(22) J . CORBLL VJCE:NT: «Doe í.Ncripc:ionee ID6ditu ele Réqueu (V.tencia)lo. Paventla (en prenM).
(23) Loe CorMUi ape.reeen e n - in.c:ripc:ionee (CIL n; 3.217, 6.893; J. Corell Vicent, a.c. en la nota 22, nlim. 1), loe lulii, en una (P. FITA;
«Viaje ,.isri11eo»: Bolet.ín de la Reel Acad.ma, ele Hiatnria, 47, 1906, ~ ~).
(24) La C!fda de la 1:J delante dé S ae !reCuente en IOdu partee; d. CIL n, ~~· 1.189;
A. J . OARNOY: "Le Laün d'&opqn. d 'a¡rio lee Jn.cripéiona. ll~e I..iDplatiqup. ( • .clición. Blwelaa, 1906, pq.. 171 1 oe.
(25) Bl nomb... da le l. 4 no 88 Mll"ff. ' 8 1 - acaba &m el el-.nto ·UA; delante queda aepecio pu11 doe letraa; el mú probable pu-ee;~
Iuli4, ya que otroe Acli4, LoUo, Sili4. etc., no &pAreCen en la, sona y aon rarWmoe en s.p.&a. El .,.,._,. podria eer también 1 u(e) tino,
dado qu., delante da la U h.,. UD cleecooc:luodo coo aepacio euficiente par~~ una latD; por otro lado, le calda de S delante da T ae probable ea una
inecripci6n tan vulpt como la s--ente; cf. CIL n, 1~. donde aparece Rutid por R...cld.
(26) Be poeibla que M llar• Merito No/U#, cleloonocido e11 íii.puü.. en ,.. ele Notluu, que ·~ variu vecae; cf. CIL n, plg. 1.08&
(27) RIPOLLES ALBOU: 0p. cit. en la nota :11, núm. 121 (Villavieja).
CIL n, 4.034 (Onda).
en. n. 2.937.
BBLTB.AN LLORIS: Op. cit. en la ~:11. núm. 187 (&cunto). r.t.e áltúno ae UD L. Coca.... cu.yo CQf- y profaeión han alelo leídoe
da div- man-. Quiá la lec:tun ~_, L. Coclit> N o lo, ft(•)Mú/rio... Si ..to "'-MI M tnttaria, aiD duda, del nU.no penol>aje en
ambu úoocripc:i-.
(28)
ce. CIL n, ""· u90.
CARNOY; 0p. cit. ea le ncM :U,
pq. 1150.
-277 -
[page-n-280]
8
J. CORELL
sido, sin duda, redondeada. Teniendo en cuenta el formulario (nombres en nominativo,
ausencia de la fórmula D.M. y de cualquier adjetivo elogioso) y la forma de las letras,
podría datarse hacia finales del siglo 1 d.C.
5. Ara funeraria de caliza gris clara, con cornisa pero sin base. Se han roto las
volutas y el frontón, así como la esquina inferior derecha. El campo epigráfico aparece
rehundido y enmarcado por una moldura (60 x 35 cm.).
Dimensiones: 115 x 45-49 x 47 cm. Letras: 4-3'5 cm.
Se encontró hacia mediados del siglo XIX en la huerta de la casa de campo Fuente
Flores, término de Requena. Ha sido trasladada desde el castillo al museo de la
población.
Bibliografía: F. Fita, BRAH 10, 1887, pág. 426; CIL II, 5.893; M. Ballesteros Viana,
Historia y anales de la muy leal, muy noble y fidelísima villa de Utiel, Valencia, 1899,
pág. 39; R. Bernabeu López, Historia crítica y documentada de la ciudad de Requena,
Requena, 1945, págs. 74 y ss.; ILER, 4.276.
El texto más probable parece ser el siguiente (fig. 5):
D · M ·
CORNE~
PLACID~
ANN ·XXXI
5 COR·TERTIOLA
M·FILIAE PI
ISSIMAE
D(ls) M(anibus). 1 Comelie
lñ(ater), filiae pijissimae.
6
1 Placid~. f ann(orum) XXXI, 1 Cor{nelia) Tertiola, 1
A los Dioses Manes. A Comelia Plácida, de 31 años, Cornelia Tertiola, la madre, a
su hija afectuosísima.
Variantes: l. 2 Corneliae Fita, Hübner, Bernabeu, ILER; Coreli Ballesteros; l. 3
Placide Fita, Bübner, Bernabeu, ILER; Placid Ballesteros; l. 4 an Fita, Hübner,
Bernabeu, ILER; l. 5 Terteola todos; l. 6 mat todos.
Se usa interpunción triangular en las l. 1, 4, 5 y 6. La escritura presenta rasgos
cursivos, particularmente en las letras M.L. Las A no llevan trazo horizontal. La
lectura resulta bastante dificil porque toda la cara frontal ha sido encalada.
Tanto el gentilicio Cornelius como el cognomen Placidus eran muy frecuentes en
todas p~es (29). El cognomen Tertiola, rarísimo en Hispania (CIT. ll, 1.446, 1.994,
3.223), aparece aquÍ por primera vez en el País Valenciano.
Por el tipo de monumento, el formulario y la paleografía, podría datarse en la
segunda mitad del siglo ll d.C.
(29)
En Belfa aparece una
CotmiÜJ P/.ocid4 (CIL U. 4.017); tal veo
111
- 278 -
trata de la ~ mlijer en &lllboe c--.
[page-n-281]
EPJGHAFI A R0~1ANA
9
1' /
Fig. 6.
Inscripc ión de Sagunto.
F'ig. ?.- Inscripc ión de J é ri ca.
F'ig. 5.- Ara funcral"ia d e Sagunto.
- 279 -
[page-n-282]
J . CORELL
10
SAGUNTO
6. Esquina inferior izquierda de una placa de caliza azul («pedra de Sagunb>). El
borde izquierdo y el de abajo están ligeramente alisados; la parte de atrás, tosca.
Dimensiones: 27 x 28 x 14 cm. Letras: l. 1: 4'5 cm.; l. 2: 2'5 cm.; l. 3-4: 3'5 cm.
Apareció el año 1980 al realizar una ob~as de restauración en la casa del General
Canino, calle de Caballeros, núm. 10, donde se hallaba reutilizada en un muro interior.
Se conserva en la Casa de la Cultura.
Bibliografia: F. Roca, <&is nuevas lápidas latinas en Sagunto», Arse 18, 1983, pág. 14.
Se puede proponer la siguiente reconstrucción del texto (fig. 6):
[-· Qua]rtae [fil(iae)] (?),
an(no:rum) ~[-?]
M(arcus) Basilius [-]
5 Caecilia QuJ\[rta]
A su hija (?) ... Quarta, de 20 (?) años, Marco Basilio... y Cecilia Quarta.
Como signo de interpunción se usa el punto redondo en las l. 2-4. Los Caecilii
abundan en Sagunto (30). En cambio, el cognomen Quarta aparece aquí por vez
,primera en el sur del Conventus Tarraconensi8. Por lo que se refiere a Basilius, aparece
aquí por primera vez en Hispania como nomen; pero Hübner lo registra en dos casos
como cognomen (CIL II, 797, 4.989) (31). Por el tipo de soporte (placa sin molduras), por .
el formulario y forma de la escritura, se podría datar entre finales del siglo 1 y
principios del II.
JERICA .
7. Placa gruesa de caliza azul oscura («pedra de Sagunt»). Todos los bordes y la
parte de atrás están ligeramente alisados. El campo epigráfico va inscrito dentro de un
marco moldurado (41 x 44 cm.).
Dimensiones: 53 x 56 x 15 cm. Letras: 5'5 cm., excepto las O de las l. 3 y 4 que miden
3 cm.
Es conocida desde finales del siglo XVIII. Lumiares la \'io en la casa de Jo~é
Campo~. en la calle del Ballao (32). Al hacer reformas en dicha casa, quedó tapiada, de
modo que N. Ferrer ya no pudo comprobar su existencia (33). Hübner la dio por
desaparecida (CIL II, pág. 971). Reapareció en agosto de 1983, al abrir una puerta en la
(SO) BELTRAN LLOBJS: Op. cit. .., la nota 20, Ñ · 421.
(31) S...UW. aparece variu v-como _,.fuera de W.panla; el. TbLL
col 1.170 y -.
(32) A. VALCAJI.CBL PIO DI SABOYA (CONDE DE LUMIARES): «lruucripdoneo y antigüedadee del reino de V&lenclP. Ed. Antonío
Delp4o. M..lricl. 1862, p6¡, 44, tab. 88, 386.
(33) N. liERRB.R Y JULVB: «Recuerdo. de Jéríca. Reeumen hiatórico, epllriftco e hiclrosrifíco de eeta villllll. Valencia. !884, J>61, 48.
n.
- 280 -
[page-n-283]
EPIGRAFIA ROMANA
11
fachada de la mencionada casa. La conserva en su poder Manuel Martínez Lisbona,
plaza Maestro Puchades, núm. 6.
Bibliografía: CIL II, 3.992 y pág. 971; D. Fletcher, J . Alcácer, Avance a una arqueología romana de la provincia de Castellón, Castellón, 1956, pág. 33, .núm. LII; P. P.
Ripollés Alegre, a. c. en la n. 20, múm. 74; ILER 4.178.
El texto es (fig. 7):
L(ucio) Aemilio
L(uci) f(ilio) Gal(eria tribu)
Aemiliano,
fil(io) püssimo,
5 an(norum) XXXII
A Lucio Emilio EmiJiano, hijo de Lucio, de la tribu Galeria, hijo afectuosísimo de 82 años.
Se usa interpunción triangular. La primera I de piissimo es longa.
Los Aemilii abundan mucho en toda la zona (34). En cuanto al cognomen Aemilianus, lo encontramos también en Alcora y en Segorbe (35). Este último tiene,·además, el
mismo nomen y praenomen que el de la inscripción de Jé.rica. Así que, si no se trata del
mismo personaje, ambos debían, en todo caso, pertenecer a la misma familia (36).
Teniendo en cuenta el tipo de soporte, así como el forl!lulario y la paleografía,
podemos datarla en la primera mitad del siglo II d.C.
l'eCOp 28 eg ~- y TrrritorUun.
(35) F. ARABA OIL, J•. VlCBNT CAVALLBR: •Novee iM<:ripcioD.o llaliDee de Secorbe. Ondá 1 Foreall•. C~ de .Prehiatoria y
Arqueolotía Ca.otel~ 6. C..C.llóa. 1919 (1881), ~· 293.
J . OORXLL VJCBNT: .S~ ...._... al Pala Valencib. (1982.19116). Faa&llieata (eo ~.
(86) La ~ clit.-.ncia entno ambu iu.c:ri])Cioaee conaiate . , que ee atribuye al clillmto la eded de 32 aAoe .., la de J6rica y de 40 .., la de
Sesarbe: pero 41eta pOdtfa eer una cifra redondead..
(34) BBLTRAN LLORIS: Op. cit. . , la D
-281-
[page-n-284]
[page-n-285]
ARCHIVO DE PRE HISTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 1989)
EMILIO LLUECA UBEDA
(Sagunto)
ARQUEO LOGIA DE LA V ALL DE SEGO
La Vall de Segó está situada en el límite de las provincias de Valencia y Castellón,
perteneciendo a la primera. Es un valle en forma de herradura abierto al mar entre las
montañas de Almenara, al Norte, y el Pie dels Corbs, al Sur, con una extensión de tan
sólo veintiún kilómetros cuadrados.
Desde siempre este valle ha formado parte del Terme General de Morvedre - hoy
Camp de Morvedre-, cuya capital, Sagunto, tuvo durante la época romana una gran
importancia, extendiéndose su jurisdicción a toda la comarca o distrito. Tras la
reconquista, el Terme General de Morvedre fue repoblado por catalanes, sirviendo este
hecho para conseguir una cierta unidad y afirmando así sus diferencias con el Alto
Palancia, repoblado por aragoneses. Este detalle se tuvo en consideración al realizarse
la división provincial de 1833, que señaló en este sector el límite entre las provincias
de Valencia y Castellón, devolviendo a la primera algunos pueblos del Terme General
como Algar de Palancia, Quart, Quartell y Benavites, así como los despoblados
pertenecientes a estos últimoe¡ Jugares integrantes de la Vall de Segó, que en 1707
habían sido agregados a la provincia de Castellón.
El barranco de Benavites o «el Arquet)) sirve de frontera natural entre las provincias de Valencia y Castellón y es el punto geográfico en donde se ubica la Vall de Segó.
Este barranco, cuyo recorrido es de unos veinte kilómetros, se forma en tierras de
Algar de Palancia y Sot de Ferrer~ continuando hacia el Mediterráneo, habiendo
servido ya en el siglo XTII de límite entre las diócesis de Valencia y Segorbe. Hoy, la
margen derecha delimita las dos provincias, otorgándole un tercio de territorio de la
Vall de Segó a la provincia de Castellón.
Desde siempre, la Va11 de Segó formó parte del Terme General de Morvedre, es
decir, que pertenecía a la jurisdicción de los señores del Murbiter musulmán en los
- 283 -
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2
E. LLUECA
primeros años de la conquista. Todos los pueblos y lugares del citado Termé estaban
obligados ~ contribuir en las obras de las murallas de la villa real, así como en la
reparación de las de su castillo, se.g ún se desprende de los privilegios concedidos por
los reyes de Aragón a la entonces villa de Morvedre, cuyos jurados tenían la facultad
de imponer sisas o repattos sobre \farios artículos. Igualmente, tenía Morvedre la
jurisdicción suprema y mero imperio sobre los lugares de su general contribución,
perteneciendo a sus particulares señores la llamada jurisdicción alfonsina y el tercio
diezmo (1).
Los pueblos que constituyen la Vall de Segó son los siguientes (2): Benavites,
Benicalaf, Benífairó, Quart, Quartell, Alquería Blanca, Almorig, Faura, La Garrofera,
Albacet~ Quémalo, Alquer. a de Rugama~ Larap. El$. Frares, Santa. Coloma, Rubau.
í
Dichos lugares formaron parte desde tiempo inmemorial del Terme General de Morvedre; de hecho, sabemos por los hallazgo& arqueológicos q-ue éstos fueron en su más
remoto origen quintas y cementerios de los patricios saguntinos de los tiempos de la
dominación romana y, posteriormente, de los asentamientos musulmanes de estas
ti.e rras del norte de la provincia de Valencia. Hoy, de aquel buen número de pueblos
que integraban la Vall de Segó, sólo queqan los .q ue m.o dernatnente vienen a denominarse Los Valles: Benavites, Benifair.ó, Quart, Quartell y Faura; los restantes desaparecieron en distintas etapas de su historia.
La vía Augusta (3) que desde Valencia pasaba por Sagunto, en esta ciudad tenía un
miliario que señalaba M.P. XVI, distancia que separaba dichas ciudades. La vía
Augusta c.ruzaba gran parte del Wl'l'itorio
evaluar la situación geográfica del valle, así como la creación del hábibat de la civitas
saguntina y los asentamientos musulmanes en épocas posteriores.
Los restos del puente que sobre el Palancia permitía el paso a la vía, consisten en
dos estribos con el principio del arranq.u~ de la bóveda con parámetro de sillería en su
base. Desde este puente se dirigía la vía camino de la Vall de Segó «camí antich de la
val de Segó>> como se· cita en documentos referentes a Murviedro en los siglos XTII al
XIV (4), mencionándose este camino que le difez;e1;1.ciaba de la carretera naciónál N-340
Valencia-Barcelona que cuenta con tres ramales que comunic~n con los pueblos de la
Vall de Segó. Siguiendo con el camino que antes era vía romana y que hoy es conocido
con el nombre de camí de dalt, o éamí de les Valls, pasa al pie del Pie delJJ. Gorbs o la
partida del Eixeve, vocablo corrompido de la palabra árabe gebal, montaña, en donde a
poca distancia se encuentra una colina que ya se menciona en la Crónica de Jaime I,
informándonos de su situación y distancia de Sagunto. Dicha colina ~s la denominada
Puig de les Pasqües, que sirvió de avanzadilla al rey conquistador cuando marchaba al
sitio de Burriana.
(1) 'E. LLUECA UB.EDA: •U V~ll de ~6» (en prepuacióll).
(2) Loa lug~UM en eursiv!' 1011 loe d..e.&Ptrf\:Ídcie.
(3) A. CHABRE'r FRAGA: •VIáa roiJUlllAll en la pn>vineia de Caa~ll6n d~ la )'lana». Confédé,ta~ióD de ~u de Aho(l'O. Sagunto, Un&.
<•> CHABR.E'I' FRAGA: Op. cit.. en la nota 3.
--;- 284 -
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A'RQUEOLOGIA DE LA VALL DE SEGO
3
Restos de edificaciones en la cumbre de este montículo nos hacen pensar en la
existencia de un castillo montano que serviría para proteger al caminante de una
sorpresa a la entrada del Valle de Segó. Los pueblos que conforman este valle eran
ricas villas del ager Saguntinus, como confirma la interesante muestra de inscripciones latinas que más adelante describimos.
Tanto Quart como Quartell están situados en dirección de la antigua calzada
romana. Ambas están separadas por tan sólo un cuarto de milla, haciéndonos pensar
en la posible etimología de los nombres de estos poblados que, al parecer, son
resultado de la propia situación geográfica, como lo demuestra la información facilitada por Antonio Chabret en su mencionada obra (5): «un ramal ligaba al pueblo de
Quart con la calzada romana, y en el punto de entronque se levantaba el cuarto
miliario que la separaba de Sagunto, ya que el origen del vocablo proviene de la
costumbre romana de colocar columnas a cada mil pasos, y aquí correspondía el citado
nuliario>>. Siguiendo el camino en dirección a Tarragona, a un cuarto de legua del
anterior (Quart), se encuentra Quartell, que consideramos como diminutivo de Quart,
o sea, Quartellus de la baja latinidad, con el significado de una subdivisión de la
distancia de una a otra piedra miliaria representada por un cuarto de milla.
Todas las poblaciones que contienen el nombre de Quart o Quarte, lo recibieron del
latín Quartum, o sea, la cuarta piedra de la ciudad desde donde partía la calzada
romana; Escolano, en sus célebres «Décadas», así lo considera. Idéntico significado
atribuye a este nombre geográfico el docto arabista Simonet (6).
Pasa la calzada por la llanura o vega del Valle de Segó, a varios centenares de
metros de la actual carretera Valencia-Barcelona en su parte superior, hasta llegar a
los montes de Almenara, designando a este camino Camí D'aix6, es decir, camino de
Uxó. En el lugar en donde se encuentran los restos de un castillo, había una torre que
servía de atalaya para anunciar los peligros de invasiones enemigas, siendo a la vez
telégrafo de fuegos para comunicarse con Sagunto y, por el norte, con Vall de Uxó (7).
Debido a las características y situación geográfica de estas tierras, pertenecientes
al territorium de Saguntum y con anteriori~ad al de Arse, este valle debió de estar
habitado en tiempos remotos, como parecen revelar los hallazgos arqueológicos, sobre
todo funerarios, encontrados en estas tierras.
La situación de la Vall de Segó, dentro del área de dos ciudades de renombre en la
antigüedad y de evidente importancia cuales son Sagunto y Almenara, debió propiciar
que este valle fuese vía obligada para ambas ciudades con la consiguiente y constante
huella humana a través de los tiempos, como el poblado del bronce en el Pie dels
Corbs, descubierto por el Centro Arqueológico Saguntino en la década de los años 50,
y otros poblados como el del «Cabecolet». La peregrinación del pueblo ibero por las
costas levantinas hace suponer que conocían la existencia del valle así como la
(5) CHABRBT PRAGA: 0p. cit. ea la DOta 3.
(8) J. SIMONET: «Gioaario de iWrlcaa y lalinu .....W por loe DlO&ÚabeP. M..trid, 1888, ~· 471.
(7) LLUECA UBEDA: Op. cit. ea la oota 1.
-285 -
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E. LLUECA
4
fertilidad de sus tierras, no ~iendo dificil de imaginar que establecieran aquí algún
poblado agricola usando ya utensilios hoy comunes en las labores de labranza. Es
posiblemente este pueblo el que comenzó a construir y regular las acequias que
canalizan las aguas de la Font de la Vall de Segó (8):
Durante ~~ Sagunto romano, la Vall de Segó debió ser una zona residencial
importante de los patricios saguntinos. Prueba de ello son las distintas lápidas funera.
rias que .s e conservan actualmente, de las que se deduce la existéncia de una importante villa, así como de un cementerio (9).
De los variados materiales arqueológicos localizados en esta mict:ocomarca,. destacatnos las inscripciones latinas, así como algunos ejemplares conteniendo epigrafía
hebrea y qu~ se conservan en la torre señorial de Benavites (10).
Para la catalogación de las inscripciones latinas nos hemos basado sobre todo en la
obra de Francisco Beltrán Llori.s (11), trabajo 81 que nos referiremos a, lo largo de esta
aportación, añadiendo los datos, así corno los nuevos hallazgos experimentados desde
la aparición de dicha obra en 1980. En cuanto a epigráfía hebrea nos limitaremos a
t.ranscribir y dar noticia de estos ejemplares a través de· los distintos investigadores
que las estudiaron.
1. EPIGRAFIA LATINA
Benavites
De Benavites se conocen varias inscripciones sobre piedra, aigunas de ellas en
alfabeto hebreo que se conservan en la totre señorial, una latina éohocida desde
(8) Con el nombre <1<1 «Font \le la Van éle ~. ee conocida eeta fuente cleocte tiemPQe inmeJQPrialfJe y w 88 la cODode baata 1748, do en el
cuel88 le adjwiic:6 el nombns
Font da Quert. por BU enclave seocrifico en el~ ilnmicipal de aqqel pueblo. Ac:tualmente, - múltiplee
uauarioo han olvidado eeta denominación, que \lebió petdura.:, y con la que, inel1180, &perece en el •Liibre del Reputimentot.
Nacen ..W a¡¡uae por loe •ullala», removiendo laal!.naa 4rel~U en tumultuosa eterYe8Cellcia. Bllupr,lOdeado de ~ muroe, que fueron
~eadAe en 1437, ofre¡:e un encantador recinto l)anlinaclo. Re¡oul'--. i~te la Qteneia da un plano del ~t9 feqhado en 1798.
Haata hace poco, antes de laa •última& oeqi1lao, el eaudfl medio ee •timab. en uno. cuarenta mil litro& por minuto, eiendQ naturalmente
mayo_r o menor 88lfllli el tiempo, lluviu o estiaje. lntúnamer!te, y deb.ido tanto a la lléquía como a la proliferación de nuevoa motoréa cl,e rieio, :J.
fuente ha eu:frillo dl'ftllte una Jara:• tclporada loa efectos de la falta de BlfW!, apareciendo· loe embalee. completamente J. M.• CUECO ADRIAN: «La Font de la Vall de Segó•. Generalitat, ~· ép®a, núm. S. Valanclt\. junio 1963.
J. M .• CUECO ADRIAN: «La: Font deJ a_ van de Sq6». Edieioaee del Artbivo Municipal di! Ayuntamiento de Valencia. Valencia, 1965.
(9) LL(JECA UBEDA: Qp. cit. en la nota 1.
(IQ) En el centro de .Benavitee ee a1aa JU,jeetuoea UJI!l torre .-ellorialadoeada·al palacio de lóe oell~ del h!lfu. &1 edi.fieio "llitúa entra loa
eisloe ;xrv.xv. Traa la COIDJ>l'& por parte da! ,O.yuntemiento d~ la loealldad. con_ la eubvenci6n de la Diputaci~ Provincial, •tu anterior due6o,
loa herede~' isuaJ modq 88 deberla ·pmceder COJLoQoiiii>Oilumentoa como loa molihoa, la ilfleeia de Beniealaf y oOoil tantos eilifioioe de interM que polilla~~
por Mtaa tiérná.
'
La. torre ha teiúdo a lo lara:o de loa tiempo. un buen número de propillta:Óóil Hoy, una ves TNtaurado el monwnen:to y declarado de interié
nacional, eeri ~de Dlll1ieroeall actividadee cultura)ea, .DO IÓ)O de Benavitea, aino del I'Mto de Ja Van de la ~·
S. en esta tone donde 88 eoneervan U!) l:luen"número de illltCripeionM 88pulcralea en piedra; dicbaa !ipidN latinea alpn.u y otraa hebnu, al
pe._.-, fueron trafdu da cmo. 1D0D-'!L~ ~011 y aprovechadu para la conatrucci6n de IJ torre.
:ALMBLA Y VIVES: «¿l)eea~ la torré de Benavitea?>t. Diario Levanie, 21-12-19&2.
RICO DE BSTASEN: dA torre de .Benavi~ee>~. Valencia Atracción, núm. lH. Valencia, febrero de 1936.
{1,1} F. BELTRAN LLORIS: «Epi¡rafta latina de Saj\mtum y su territorium». Trabajos Varioo del Sftvicio de lnveetíp~ Prelüatbrii!a,
tfÚln. 67. Valanci.il, 1980.
a.
-286 -
[page-n-289]
ARQUEOLOGIA DE LA VALL DE SEGO
5
antiguo así como una lápida latina., que consideramos inédita. Un tercer ejemplar en
losa caliza se conserva en una ca!'la de la villa.
Núm. 1
DM
BAEBIO SENECIAN
ANNORVM XVID
SERGIVS VRSIO ET
BAEB MARCIA
Es la número 305 del catálog;o de F. Beltrán.
Losa caliza. Datación: fines del siglo ll' d: C. o quizá siglo m d. de C.
Desde el siglo XVI es citada, donde hoy todavía se conserva, en la jamba de la
puerta de la torre del palacio del marqués de Bélgida. (Lám. l,l.)
Núm. 2
AEB
BIE
Es la número 306 del catálogo de F. Beltrán.
Fragmento de losa caliza, rota por todos sus lados.
Estaba en la pared exterior del patio de una casa de la calle Colón de Benavites,
propiedad de Amparo Aunés, pasando más ta.r de al Museo de Sagunto, de donde volvió
para conservarse en el corral de la mencionada casa. Sin comentarios.
Núm. 3
..••. r . ...... .
:JtK
Piedra silleria. Fragmento de inscripción. Al parecer, se trata de parte de una gran
inscripción perteneciente a un monumento de grandes proporciones dado el tamaño de
las letras contenidas y que, al parecer, medían 26 centímetros de alto por 18 de ancho.
Datación: Siglo I d. C. o posterior.
Al efectuar las labores de restauración de la torre señorial, y a unos 60 centímetros
del suelo, apareció a la luz este fragmento de letrero contenido en un trozo de piedra
mal cortado y utilizado para la nueva construcción. Agradecemos desde aquí, una vez
más, la colaboración prestada por Enrique Fe.rri, secretario del Ayuntamiento de
Benavites.
Inédita.
Núm. 3a
Caracteres ilegibles
Letrero latiho contenido en un sil1ar y aprovechado en la construcción de la torre
señorial de Benavites. Fue descubierta al realizar las labores de restauración y
. - 287 -
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E. LLUECA
6
limpieza del monumento. La inscripción contenida en una sola línea, al parecer
completa, fue, posteriormente, inutilizada. Se encuentra ~n una de las esquinas a la
altura de la primera planta.
Datación: ¿ ?
Inédita.
Benicalaf
Benicalaf es uno de los pueblos o lugares desaparecidos (12), del cual sólo queda en
pie su iglesia casi en ruinas. Benicalaf ha sido en algunas ocasiones lugar de hallazgos
esporádicos de distintos materiales arqueológicos (13), unas veces fragmentos ·de
cerámica romana, medieval, etc., así como epigráficos. De epigrafía latina, sobre
mármol o piedra, conocemos al menos tres ejemplares; de ellos, dos han desaparecido,
conservándose tan sólo uno muy interesante.
Núm. 4
G. AEMTI.JVS G.F
GaL NEPOS
A ED ITVIR
Es la número 299 de F. Beltrán.
Datación: Siglo I d. C.
Fue hallada cerca de Benicalaf en 1887. Chabret (14) dice que se encontró en las
cercanías de un monumento destruido. En la actualidad, se desconoce su paradero.
Núm. 5
HERAS . DIDAEF . GRAE
DIDIA . L . L . MVRTIS
L. DIDIVS v FVSCVS
AN . XXVlll . H.S.S.
Es la número 300 de F. Beltrán.
Losa caliza.
Datación: Siglo 1 d. C.
Hallada en Benicalaf en fecha incierta, pasando al jardín de la casa de Luis
Guarne.r, en Benifairó. Actualmente se conserva en el Museo Provincial de Bellas
Artes de Valencia. (Lám. L2.)
(U) R. LLUECA UBEDA: •Benicala6t. S.cunto. 1986.
E. tLUECA UBEDA: •Benicala6o. MM-10, p6p. 28 y a
E. LLU2CA UBBDA: ..U.nieaW.. Edicionee de la Coofedeftei6n iepdola da c.iu de Ahorro. Coleeci6n:
1986.
E. l.L\JECA UBEDA: •A,uu valencianaa
ramo...:
Lude la Foot da la Vall da
Secóoo.
C~a ele Squnto.
Squnto,
Semanario Valencia-Fruit.o. Valencia.
.E. LLUECA UBEDA: ltA!quetiaa y otroe uúcl- de población». Valencia Fruite. Valencia, U-9-38, aupl-to.
'E. LLUECA UBEDA: ..uenica.laf: 811 ~ ae mnonta a la dominación ~·- Valencia Fruite. Valencia, lt.i-&, auplemento.
(l3) E. LLUECA UBEOA: Op. cit.. en la. ,n ota 12.
(14) A. CHABRE'l' FRAGA: "&«unto. au hietoria y wa monumentoP. Doe tomoe. ~lona. 1888.
- 288 -
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ARQUEOLOGIA DE LA VALL DE SEGO
7
Núm. 6
Núm. 7
H. S. E.
Según Antonio de Valcárcel (15), en 1788 todavía se levantaba la casa de la señoría
en Benicalaf, en cuya puerta se encontraba un fragmento de inscripción latina que
presume fuera traído de Almenara. Según el autor, «no puede formarse juicio de lo que
contenía esta inscripción a causa del mal estado de conservación ...>>.
Tenía un pie de alto . y siete pulgadas de ancho.
Mármol negro. La copió Valcárce1 el 9 de diciembre de 1788.
Se desconoce su actual paradero.
Alquería de Rugama
La alquería de Rugama todavía se levanta muy cerca de Benavites y tiene su
entrada por la carretera Valen~1a-Barcelona. El nombre más antiguo de este poblado
es el de Alquería dels Glavells, denominación que hace referencia a sus primeros
poseedores, los descendientes de Bernardo GlaveU, linaje de Morvedre. A través de su
larga existencia, la alquería ha recibido distintos nombres, conservándose en la
(16) A. VALCARCXL PlO DE SABOYA:
"-' vm. Madrid, ms.
~
7
~del
- 289 -
Baino de ValeDCia». lol-oriu de la Acac1aaia de la ~&Coda,
[page-n-292]
E. LLUECA
8
actualidad diversos edificios adosados, así como los privilegios que adquirieron siglos
atrás sobre las aguas de la «Font».
En los muros de esta alquería pueden observarse varias muestras epigráficas
latinas, en piedra de sillería, aprovechadas al parecer de otras edificaciones, tanto de
Sagunto como de Almenara (16).
Hemos seguido la obra de Francisco Beltrán (17) a la hora de hacer referencia a la
epigrafía latina de la alquería de Rugama.
Núm •. 8
A EBIALF . FVLV
FRATRI
Es la número 302 de Beltrán.
Fragmento de losa caliza. Empotrada en una pared exterior de la alquería. (Lám.
II,l.)
Núm. 9
RATTIOLVCIFERO
AN L
ESTIA SRA
ROOPTIMOET. Sffil
Es la número 303 de Beltrán.
Interesante inscripción sobre piedra. Se conserva en una de las salas del Museo de
Sagunto. (Lám. 11,2.)
Núm. 10
HIIMVs
PIISSIMAE
Es la número 304 de Beltrán.
Se conserva em~trada en una de las paredes del patio de la alquería. (Lám. 11,3.)
Alqueria Blanca
Lugar de cristianos viejos, mientras los catorce poblados restantes de la Vall de
Segó eran de moriscos. La Alqu~ria Blanca, hoy desaparecida, estaba enclavada en el
actual término municipal de Quartell. Con anterioridad, dependió de Sagunto y
Benavites.
¡\}quería Blanca era la única población que contaba con iglesia parroquial y, en
tiempos de Santo Tomás de Villanueva, pertenecía este poblado a la vicaría perpetua
(16) LLUECA UBIIDA: Op. cit. .., la nota U.
(11) BBLTRAN U.ORIS: ()p. cit. .., la DOta 11.
- 290 -
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ARQUBOLOGIA DE LA VALL DE SEGO
9
de Sagunto, junto a Benavites y L' Arap, desmembrándose de ella en 1674 para
convertirse en parroquia independiente de moriscos conversos. En 1866 se anexionó a
Quartell. En 1609, el lugar estaba habitado por 32 vecinos (18).
Núm.ll
QCAECILIO
GALVALERIANO
AEDIIVIRIÍQ'AEST
FLAMINIPONTÍF .
Es la número 291 de Beltrán.
Se conserva en el Museo de Sagw¡to. Se encontraba en un huerto de J. Camarelles,
en la actual partida de Alquería Blanca, junto a los límites del término de Faura
adonde, al parecer, había sido trasladada desde el Cabecol. Se recuperó en marzo de
1968 por miembros del Centro Arqueológico Saguntino.
Datación: No debe ser anterior al siglo I d. C.
Losa caliza. (Lám. ID,l.)
Albasset
Albasset era lugar habitado por viejos cristianos y se localizaba en el actual
término de Benifairó (19). Con anterioridad se denominaba Lantigo de Albasset,
nombre dado por sus propietarios. En 1794, Cavanilles (20) lo cita como lugar desaparecido o despoblado en la Vall de Segó.
Las noticias que tenemos sobre hallazgos arqueológicos en lo que posiblemente
fuera el lugar de Albasset, vienen de antiguo. Ya Antonio Valcárcel, dice: «A un
cuarto de legua al mediodía de este pueblo (Benifairó), y a la otra parte del camino de
Barcelona, hay un campo conocido con el nombre de Lantigo de Albacet, que fue su
anterior propietario. En este campo son muy abundantes las piedras labradas, fragmentos de capiteles, fustes de columnas y obras de argamasa romana, y abundan
igualmente casquillos de barro saguntino. Entre estas antigüedades vio tendido en el
campo el cuerpo o tronco de una estatua de mármol que parecía togada, y junto a ella
la inscripción número 40. Tenía un pie de alto y otro de ancho, y en la parte superior se
observaban los huecos que ocu,paron los pies de una 'e statua a quien sirvió de pedestal,
así como la parte de los hierros con que estuvo aferrada. No puede formarse juicio d~l
contexto de esta inscripción por las cortas letras que conserva.» (21).
(18) LLUECA UBEDA: Op. cit. en la 1>0U 12.
(19) Y • .rol!SAS NAVARRO: «BI .t.pobltwlo ele~. A.- XIX. Squto, 11M.
LLUBCA UBEDA: «Apoeúllu a la m.toria ele Beaifair6o>. ~ da IMotM. llenifair6. lt71.
(20) A. J. CAVANJLLBS: ~ IJObre la hilmria D&tunl, pocrifiea. ocricWtu.ra. poblaci6D y frutoe clal R.yllo ele VaJeacialt.
Madrid, l '796.W7.
(21) VALCAACE.L PIO DB &BOYA: Op. cit. .., la nota 16.
- 291 -
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E. LLUECA
10
Núm. 12
Es la número 297 de F. Beltrán.
Inscripción de carácter honorífico. Desaparecida.
Benifair6 y Faura
También la zona comprendida alrededor de los pueblos de Benifairó y Faura ha
sido en ocasiones importante en cuanto a hallazgos de interés. Estas son, según la
mencionada obra de Francisco Beltrán, las muestras epigráficas localizadas en esta
zona de la Vall de .Segó.
Núm. 13
:: C O R N .M . F . MAXIM ::
CORN . MAXIMA
M .CORN . MAVRVS
M .CORN . LONGINVS
L .CORN . MAXIMVS
L .CORN . MODESTVS
L .CORN . DENTO
L .CORN . RVFVS
L .CORN . MATERNVS
L .CORN . SILO
CORNEL.L. F. LVCIA
GENITI
No hay unanimidad entre los diferentes autores que se han ocupado de esta lápida.
Sin embargo, los más antiguos la sitúan en Benifairó.
Desaparecida.
Es la número 295 del catálogo de Beltrán.
- :>s¡2 -
[page-n-295]
ARQUEOLOGIA DE LA VAL!. DE SEGO
11
Núm. 14
P.POPILLIVS . PL
HEBDOMVS
CORNELIA . D . L
PLACIDA
M . M.H . N.S
Es la número 296 de Beltrán Lloris.
Datación: Siglo 1 de C.
Ubicada en diversas casas de Benifairó; en la actualidad se conserva en el jardín de la casa
de los Guamer, hoy propiedad de la Caja de Ahorros de Sagunto. (Lám. 111,2.)
Núm. 15
FABVRSAE AN
ET B PYRAMO A
LBARTEMAS
ET L BENEMERI
Es el ejemplar número 292 del catálogo de Beltrán.
Losa de piedra caliza rodeada de moldura.
Datación: Mediados del siglo ll d. C.
Procede de la ladera de un montículo sito en el camino de Sagunto a Faura en el
área entre la partida de Montiber, el Pie dels Corbs y el Cab~ol, con huesos de
persona y un anillo de metal en sus proximidades.
Actualmente se conserva en una de las salas del Museo de Sagunto. (Lám. IV,l.)
Núm. 16
HERACLA · AN
LX EVTYCH
FILIVS.PAT
PllSSIMo C
V.F
Es la número 293 de Beltrán.
Estela de caliza con la cima redondeada. La piedra está deteriorada en las partes
inferior y derecha, afectando, en este caso, el extremo del texto.
Aparecida en los alrededores de Faura el cinco de febrero de 1956.
natación: Siglo ll d. C. en adelante.
Se conserva en el Museo de Sagunto. (Lám. 1V,2.)
- 293 -
[page-n-296]
12
E. LLUECA
Núm~
17
ESTA
ET
LL
T
Es la número 294 de Beltrán.
Fragmento de.recho de ulia losa de caliza.
Datación: Siglo U d. C.
Procedencia: Cabecol.
En la actualidad se conserva en el Museo de Sagunto. (Lám. IV,3.)
Quart y Quartell
Por último, hacemos teferencia a los ejemplares epi~áficos aparecidos en estos
pueblos del valle y que, aunque escasos, no por ello son menos interesantes, siendo los
siguientes, según la mencionada obra de Beltrán, los que sobre epigrafía latina
conocemos de estas localidades.
Núm. 18
::: ERO PATRI
Es el ejemplar número 307 de Beltrán.
Apareció en la montaña Frontera y posiblemente fuera trasladada desde allí a su
últjmo emplazamiento conocido.
Fue vista y estudiada por el P. Ribelles én el corral de la casa que tenia Ioseph
Bonet en Quart (22).
Esta inscripción no es citada ll<>r V alcárcel (23).
En la actualidad se desconoce su paradero.
Núm. 19
L AEMILIO GA
OMNIBVS H
AGVNT FvN
ENTIAEL
Es la número 307 bis del catálogo de F. Beltr.án.
Valcárcel, en su mencionada obra (24), tampoco la cita. Tampoco el P. Ribelles. (25)
la conocía.
Datación: Siglo II d. C.
Apareció en una casa de Miguel Hemández, en Quart.
Actualment~ se conserva en una de las salas del Museo de Ságunto. (Lám. IV,4.)
(22) lJ.lUBEULES: «Leve~ de d i f - t . antigliecladM y IIIAIIIII
Lo Rat Penat,. Valencia, 1911.
(23) V~CEL 'PIO .DB SABOYA: Op. cit. eb la not!l Uí.
(24) VALCARCEL PlO DB SABOY~: Pi>. cit. er. la nota .llí.
(26) RIBEUES: Op. cit. en la nc,>ta 22.
- 294-
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ARQUEOLOGIA DE LA VALL DE SEGO
Núm. 20
13
V. F
:::E M I L I A N I G R A
:::Sffil ET. S V I S ET
:::L E N I O C I V 1 V 1 R O
:::N LXX LLE R N V S A E
LHNS
Es el ejemplar número 298 de la obra de Beltrán.
La cita Ribelles (26); tampoco es conocida por Valcárcel (27).
La copió el P. Ribelles en Quart~ll. en el palacio que había junto a la casa de J.
Gaspar.
Datación: Mediados del aiglo 11 d. C.
Actualmente se desconoce su paradero.
Adderida epigra{ta de Benavites
Una vez redactado este trabajo sobre arqueología de la Vall de Segó, se nos informa
de la existencia de dos ejemplares desconocidos por nosotros. Tales muestras epigráficas latinas procedentes de Benavites no son citadas por los autores consultados; así
pues, Valcárcel (28), el P. Ribelles (29) y, por último, Beltrán (30) en su obra cita una
muy similar a la inscripción número 21 y que en nuestro inventario corresponde al
número 2.
Núm.n
Fragmento de lápida latina. Dimensiones: 14 x 12 cms.
Se encontraba incrustada en una pared de la casa de un vecino de la calle del
Medio, esquina con la plaza de la Iglesia y fue utilizada como material de construc·
ción,
Actualmente este fragmento se conserva en la casa en donde apareció.
No tenemos noticia de su cronología.
Este fragmento no lo hemos estudiado, pero por los caracteres que contiene
pensamos que se trata del mismo ejemplar inventariado con el número 2.
RIBELLES: Op. cit. eo la oota 22.
VALCARCEL PlO DE SABOYA: 0p. cit. eo la nota 15.
VALCARCBL PIO DE SAl!OYA: Op. cit. en la DOta 16.
RIBBLLES: Op. ciL eo la DOta 22.
GIO) BRLTRAN tLOIUS: 0p. cit. m la oota lL
(28)
(27)
QS)
(29)
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E. LLUECA
14
Núm. 22
Fragmento de lápida con unas dimensiones de 45 x 32 x 28 cms.
Se encontraba en una casa de la calle de Les Parres en donde era utilizada como
material de construcción, estando por ello bastante deteriorada. Al parecer, se trata de
un fragmento de un bloque mucho mayor y posiblemente fue traído de una edificación
más antigua de Sagunto o Almenara.
Actualmente se conserva en la planta baja de la torre señorial de la villa.
Este ejemplar no es conocido por los investigadores consultados y que en este
trabajo hemos citado oportunamente.
ll. EPIGRAFIA HEBREA
De epigrafía hebrea se conservan escasos ejemplares en la torre señorial (siglo XV)
de Benavites. Ya Antonio Valcárcel, en su mencionada obra (31), nos da noticias de
estas lápidas al decir: «Esta situada á media legua del primer punto, (Murviedro) y
dice el autor que se conservaban en este pueblo muchas piedras que habían tenido
inscripciones, y otras que habían correspondido á edificios romanos. Además en la
torre que llaman del Palacio se encontraban dos trozos de inscripciones hebreas, y las
piedras salientes que sostienen las troneras de la cúpula de la misma torre habían
tenido también inscripciones de la misma clase, sin duda acomodadas en aquel sitio
con posterioridad. Añade, que en aquel pueblo tenían lo~ judíos sus enterramientos
durante la época en que fueron tolerados desde la conquista á los árabes hasta la
expulsión en tiempo de los Reyes Católicos...)).
Antonio Valcárcel estuvo en Benavites el día 3 de junio de 1790 y copió la lápida
número 37 de su catálogo, que corresponde a la primera de nuestra relación.
(;ll) V,ALCARCEL 1'10 DK SABOYA: Op. cit. en la nota 16.
- 296 -
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ARQUEOLOGlA DE I..A VALL DE SECO
15
En la construcción de la torre se emplearon materiales procedentes de otras
construcciones como los templos de Baco y Venus; de éstos se reutilizaron morteros,
losas, piedras sillares, etc. La construcción de la torre data, según algunos, de fmales
del siglo XIV, mientras que para otros investigadores es posterior al siglo XV. Este
.monumental edificio no tiene un estilo definido, apreciándose varias influencias,
destacando la italiana de torre señorial. Del estilo de este ejemplar conocemos uno
muy similar en Segovia, es la llamada Torre de Lozoya.
Es probable que las lápidas conservadas en la torre procedan del cementerio hebreo
de Sagunto, dada la similitud del tipo de características en los signos y la propia
decoración empleada en el marco que encuadra las inscripciones, lo que hace suponer
su procedencia. Las piedras y lápidas hebreas fueron empleadas en la construcción de
nuevos edificios tras la expulsión de los judíos en 1492, consiguiendo de esta manera la
.conservación de estas importantes muestras epigráficas.
Las inscripciones sobre sillares que se conservan, en alfabeto hebreo, en la torre de
Benavites, son las siguientes:
Núm. 23
Lápida hebrea anepígrafa. Se encuentra en la fachada principal, a la entr ada de la
torre. Las medidas son 1'55 x 0'37 x 0'55 m. de profundidad.
Núm. 24
yj m~Cl i1lrt m~¡, 111~::li' ;;:;¡~
i:S' e~ ~tó
Oii,:l~
p1
ii;V.lii net~
Esta lápida sepulcral está situada en la fachada principal haciendo ángulo con la
oriental, a una altura de cinco metros. Esta inscripción completa es, junto a la de
Béjar (Salamanca), la única que se conserva en España.
Cronología: Siglo XID.
Dimensiones: 1'30 x 0'20 m.
Núm. 25
Se encuentra ubicada en la misma fachada principal, a siete metros del suelo y en
el ángulo derecho. Inscripción inacabada.
Dimensiones: 0'.50 X o·40 m.
Núm. 26
Pequeña inscripción con grandes y bellos caracteres en relieve. Se encuentra en la
parte superior de la torre y en el ángulo SE.
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16
E. LLUECA
Núm. 27
iti"l~n
'V···
••. ,.vern nt:' ...
En otro lugar de la parte superior del edificio y en la fachada que da al Este, se.
observan dos líneas.. de tipo similar al anterior, aunque los signos son un poco más
pequeños, estrechos y alargados.
Núm. 28 ·
Lápida situada en el ángulo NE, texto en relieve. Al parecer, se trata del principio
de una línea de UDA insc_ripción inacabada.
Núm. 29
.,t'n •.•
.. .;¡J~c, ;c;N n mler
N,t'J.,
Inséripción en dos líneas. En ambas, los tipos son similares. Se encuentra ubicada
en la parte superior de la torre, en el ángulo SO.
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LAM. I
E. LLUECA.- Arq ueología de la Vall de Segó
1
2
Lápidas romanas de Be nicalaf.
- 299
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E. LLUECA.- Arqueologia de la Vall de Segó
1
2
3
Lá pidas romanas d e La Alquería Rug ama.
LAM . U
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E. L LUECA.- Arqueo log ía d e la Vall de Segó
LAM .
1
2
Lápidas rom n nas.- 1: Alq uería Blanca . 2: Be n ifair·ó.
- 301
m
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LAM . IV
E. LLUECA.- Arqueologia de la Vall de Segó
1
2
3
Lápidas roma nas.- 1: Benifairó. 2 y 3: Faura. 4: Quart.
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ARCHIVO ,DE PREHJSTORJA LEVANTINA
Vol. lOX (Valencía, ~989)
PERE P. RIPOLU;S
(Valencia)
FRACCIONARIAS AMPURITANAS. ESTADO DE LA INVESTIGACION (*)
Las primeras acuñaciones de la ·Peninsula Ibérica no pueden considerarse bajo
ningún concepto como un producto de las sociedades indígenas ibéricas, sino que se
trata de una práctica implantada, hacia el450 a.C. ca., por los·colonos griegos asentados
en el NE de España. Por ello, culturalmente reflejan un mundo totalmente ajeno al de la
Península Ibérica y conectado con el de las colonias y ciudades del Mediterráneo
Central y de la Grecia continental, de donde se importan los modelos que se imitan en
sus acuñaciones.
A mediados del siglo V a.C. la mayor parte de las sociedades indígenas peninsulares
no se encontraban en un estadio de desarrollo capaz de incorporar el uso y la institución
de la moneda, aun cuando algunas poblaciones más o menos litorales pudieran haber
tenido algún contacto con un número reducido de monedas importadas, que por su
excel>Cionalidad y rareza debieron adquirir antes un sentido de objeto exótico que de
medio de cambio. Las acuñaciones griegas peninsulares, aunque no se admita su objeto
comercial, contribuyeron a familiarizar a los indígenas del NE y de buena parte de la
costa mediterránea peninsular con el uso de este medio de cambio, ya que supusieron su
primer contacto importante con la plata acuñada.
Las monedas más antiguas halladas en el Sur de Francia y _
España se fechan a fines
del siglo VI a.C. y fueron introducidas por el comercio focense, que mantuvo contactos
(*) Comunicación pl'esentada al X Congreso Internacional de Numismática, celebrado en Londres, durante
septiembre de 1986.
- 303 -
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2
P. P. lij_
POLLES
con esta parte del Mediterráneo Occidental, aun después de la toma de Fo<;ea. por los
persas, en los inicios del siglo V a.C. (1).
Las característie.as más importantes de estas primeras monedas procédentes del Asia
Menor son su pequeño módulo y su reducido peso, que en ninguno de los hallazgos del
Sur de F:rancia y de Españ~ excede de 1'4 g. aproximadamente (núm. 1). Estos raagos
distintivos son los que se aducen para explicar su amplia difusión, incluso en aquellas
zonas donde el comercio estaba basado prioritariamente en el trueque, y el éxito de la
penetración come.rcial focense, mediante la utilización de una política monetaria basada
en la difusión de moneda de pequeño módulo y reducido peso, en aquellas zonas en las
que no era necesaria una concentración de capitales (2).
Estas pecu'Iiaridades monetarias que se derivan, al parecer, del comercio focense
fueron heredadas por la colonia de Massalia y por los asentamientos jónicos de la costa.
etrusca (3), que a fin:es del siglo VI inícian sus propias acuñaciones imitando algunos de
los tipos de las monedas importadas. Más tarde, este tipo de política monetaria y de
estrategia comercial fue, probablemente, seguida por las colonias griegas del NE de
España.
Las primeras acúñaeiones de la Península Ibérica se llevaron a cabo en la zona NE,
donde se 8$Íentan las colonias de Emporion y Rhode, a partir de mediadO$ del siglo V a.
C. Estas monedas son las que tradicionalmente se denominan «fraccionariaª ampuritanas anteriores a las dracmas)) y consisten, como su nombre indica, en pequeñas monedaj3
anepígrafas de plata, con un peso que raras véces supera un gramo. Es interesante
señalar e.n relación con su módulo y peso que, en estos momentos, la mayoría de las
cecas griegas acuñan magníficas piezas de módulo y valor muy superior.
Las fraccionarias han sido relacionadas hasta hace muy poeo tiempo con las acuña·
ciones del tesoro de Auriol y de Volterra, P91'.' presentar todas ellas unas caracterí$ticas
más o menos comunes, como son l~ homogeneidad del metal, la entidad de las fracciones
Y una analogía tipológica dentro de la diversidad. Sin embargo, en la actualidad, los
minuciosos estudios de que han sido objeto estas monedas, en particular las de los
tesoros de Auriol (4) y Volterra (5), concluyen que no se trata de unas mismas acuñacione3, ya que las ~imilitudes aparentes no acercan las distancias que las separan en
aspectos tan im.portantes como la tipología, el estilo y la técnica de grabado de los
cUños. En 1'elaéión con este último aspecto la diferencia es sustancia}, puesto que
mientras los cuños de las monedas de Auriol tienen un grabado profundo y diferencian
(l) A. E. FURTW.ii.NQJ..ER: •Circulation des m0nna.iee arcbiiiqueo d'Asie Mip~ure· en Etruri&et dON le Mid.i de le Fr:aneé•. En »~!eme
Congrh lnteinational de NumLunatique!'. l'aris-Bile, 1976, pip. 1Vl8. Ante la opiui6n de F. VILLARD: •La cel11Jnique grecq® de Marseille•.
Paria, 1960, _pág. 96,, ele que lu imPQrtac:iones jónicas de~>lh¡an a •partir del 535 y "" Ítl!,e!rtqnpen en el 500, como coDSeC\!eocia del ceee de
relaciones ~elcialea deap\M\a de la toma de l'ocea por-loa perilae, Ji'utj;w)ingler se pregut>t,¡~si ello no..., debe a una pérdida de )a atracción .JlOr
la cerámiclo f!>nia en favor de la • tka, ya que, en Etrurl;o. aobre '\lif(la cerimicas existen i~ril'!'ione¡¡ mercantiles jonias, dé lo qut.., deduce que
i
!!MI eomerciáJ\tea jonioa continuanm traficando a (mea del aiglo VI y princi,pioe del V a .C.
(2) FUR1'WANGLE8: Op. cit.. en la nota 1, págs, 76-71-.
(3) A. E. Fl,1R'l'WANGLER: teMonnaiea fll:eC
(4) FURTWAN OLER: Op. cit.. er. la ·note S. A. E. ~TWANGLER: «RemuQu
Schweizel; Münzblittj>r ¡:1, 1!171. pAg. 19.
(6) M. CRISTOFANI·MARTBLLI: «ll.ripoatiguo di Volterra•, Supplemento de .i\¡tnali. lstitutJ> Italiano di N\lm.iB!!lati.c a, 22. Roma. 1976,
págs. 87.JO..
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FRACCiONARIAS AMPURITANAS
3
los distintos planos del relieve de las figuras (6), las fraccionarias más antiguas carecen
de ello, siendo además muy desigual la ~dad del grabado de los distintos cuños, lo que
denota la presencia y el trabajo de artesanos indígenas en el taller (7).
A pesar de que las monedas de Auriol y las fraccionarias de España constituyen dos
tipos de acuñación diferentes, las tareas de investigación sobre estas últimas pasa
necesariamente por el estudio y el conocimiento de las primeras e incluso de las
imitaciones que de ellas se realizan en la Provenza, ya que ello es fundamental para la
íntegra comprensión de las fraccionarias, algunas de las cuales son una derivación o
imitación.
Es además por esta diferencia entre e_stos dos tipos de acuñaciones, por lo que se ha
hecho una llamada para limitar el uso indiscriminado del término «tipo Auriol», que ¡::on
frecuencia se otorga a las fraccionarias que son idénticas, derivadas o parecidas. La
tendencia más actual propugna la utilización de este término de un modo más restringido y aplicable únicamente a las monedas que tienen el anverso y el reverso similar a las
del tesoro de Auriol y que a su vez presentan un peso y un estilo semejantes (8).
A la hora de abordar el estudio e identificación de las fraccionarias más antiguas, el
primer problema que se plantea deriva de la necesidad de esclarecer tres cuestiones:
l. Para qué clase de monedas se puede hablar de importaciones directas.
2. Qué monedas deben ser incluidas dentro de las imitaciones.
3. Qué monedas deben considerarse como un producto genuino y propio de las
colonias del NE de España.
La identificación y diferenciación de estas tres clases de monedas no es fácil porque
en diversos talleres del mundo griego se utilizan tipos más o menos similares y la
identificación del modelo exacto, en caso de imitación, sólo es posible si nos encontramos ante la primera serie de imitaciones, ya que muy pronto los tipos imitados derivan y
se transforman hasta ser imposible la identificación del modelo.
Las monedas con cabeza de carnero-cruz de puntos constituyen el caso más típico de
duda entre la consideración de importación o imitación peninsular. Monedas de este
tipo fueron halladas en el tesoro deAuriol, donde están presentes dos calidades: de buen
estilo (9), con un grabado en profundidad, y de estilo tosco (10), sin apenas relieve y con
la utilización de la técnica de puntillado. En los tesoros españoles de Emporion (11),
Pont de Molins (12) y Morella (13), aparecieron monedas del tipo de la cabeza de
(6) FURTWANOLBR: Op. cit. en la nota. 4, pág. 111.
(7) Compruébense e.tae caracteri•tieaa en A. M. GUADAN: •Las monedo de plata de Emporíon y Rhode11. Anales y Boletín de los Mu.seoo
de Arta de Barcelona XII y XIU. Barcelona. 1955-56 y 1957-58, lám. 1, núma. 11 a 23.
(8) FUltTWANGLER: Op. cic.. en la nota 4, pág. 16.
(9) FURTWANGLBR: Op. cit.. eo la nota 3. ¡rt~po Q.-Qc!.
(lO) FURTWANGLER: Op. cit. en la nota 3, grupo Qe.-Qf.
(ll) J . AMO ROS:
monedea empuritane& anteriora a le. dra011e8!'. J unta de M'*'""· Gabinet NumiMIAtlc CS. Cataluoya, aerie A. núm. 3,
Barcelona, 1934, 1'41· 16, fia. 12 (.l. OUADAN: Op. cit en h1 nota 7, láln. 1, núm. 9.
(12) M. CAMPO: •l..aa monedas de loe lesoi'OOI de Pont de Molirui, Tarragona y RóAll del Cabínet NumiamAtic de Catalunya». Home~je a L.
Brealia (en ,.-renaa), núma. 2 y 3. AMOROS: Op. ciL en nota 11, pég. 15, fig. 12 g1, y p4a. 16. fic. 13 ¡ . GUADAN: Op. ciL en la nota 7. 16m. 1, núnur.
•Le•
8 y 10.
(13) FURTWA.VGLBR: Op. ciL en la nota 4, fig. 13. P. P. RIPOLLBS: d ..u monedas del laoro de Morella, oonRrvadaa en la B.N. de Padslo.
Acta Numíam,lica 16, Barcelona. 1985. 6g. 3.
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P. P. RIPQLLES
carnero, pero únicamente de estilo tosco (núm. 3). Ante este hecho. A Furtwangler ha
planteado la posibilidad de que sean a~uñaciones efectuadas en la Península. Ibérica y
de este modo pretende mantener incólume su idea de una circulación cerrada para laa
monedas de Auriol.
La hipótesis que mantiene A. Furtwangler sobre estas monedas con cabeza de
c~ero de estilo tosco, consi~ra que, 1~ artesanos qu& grabaron el grupo Qdf de
Aunol, se trasladaron a la Penmsula Ibenca donde crearon los grupos Qe y Qf a los que
pertenecen las monedas que utilizan la técnica del puntillado (14). Esta hipótesis ha sido
desarrollada a partir de la observación de hechos tales como:
- La presencia. de una mayor cantidad de nominales diferentes en los tesoros
españoles.
- Una diferencia artística notable entre los dos estilos ya comentados.
- La ausencia de hallazgos del tipo tosco y con puntillado en la Provenza.
Sin embargo, M. Campo (16) y nosotros mismos (16) creemos que si bien la hipótesis
de que so'n acuñaciones peninsulares debe ser convenientemente valorada, no debe
olvidarse que 18J' monedas massaliotas acuñadas inmediatamente después, pertenecientes al tipo cangrejo (mediados del siglo V) y cabeza con casco/rueda (segunda mitad del
siglo V), aparecen en los tesoros españoles, por lo que no puede descartarse la posibilidad d:e que hubiesen llegado también desde Massalia las de cabeza con carnero del tipo
puntillado.
Otras monedas que plantean un problema similar a las de dabeza de carnero son
algunas del tesoro de Pont de Molins, como es el caso de la pieza que presenta una
cabeza juvenil a izquierda (17) (~úin. 4), o la que lleva una cabeza femenina con casco
ático (18) (núm. 5), para las qu~. según autores, se les otorga U:t;l8. procedencia del Sur de
Francia (19) o de la Península Ibérica (20).
Al ..margen de las atribuciones inciertas, que en realidad no son muy numerosas, las
fraccionarias se pueden englobar en dos grandes grupos:
a) El de la zona Emporion-Rhode.
b) El de Emporion.
Las fracéionarias del primer grupo son las más antiguas y por su carácter de
anepigrafas deben relacionarse con las colonias griegas del NE, sin la posibilidad de
poder atribuirlas con seguridad a ninguna de las dos colonias que se conocen.
Las monedas de este grupo poseen unas car3cterísticas que las dife_rendan de las
fraccionarias del grupo siguiente. Las más significativas son su estilo arcaizante, la
(14) FURTWANGLER: Op. cit. en la noto~ 3, J>4, )24.
(16) CAMPO: OJ>,. cit. en la ·noto~ 12.
(16) RIPOLLES: Op~ cit. en la nota i3, pq. 55.
(1'7) AMOROS: Op. cit. ,n aoW. U, pq.l2,jig. 7g. GUADAN: Q¡;. cit. en la nota 7,lám.l, núm. 5. P'ORTWANGLBR: Op. c~t. en la nota 4, fig.
3. CAMPO: Op. cit. en la nota 12, núm. 4, M. CAMPO: ~irculaci6n de moniM!aa DlAN&liotu en la PellÍDllula lWríca (!;!. V-IV a.C.)tt. Homenaje a
L. Breglja (en prenA), núm. 3.
(18) AMOROS: Op. cit. en nota 11, ~~~- 10, fig. 3g. FURTW.ANGLER: Op. cit. en la nota 4, ~~~. 20, fig. 6. GUADAN: Op. cit. en la nota 7, lim.
l, nÚD\. 3. CAMPO: Op. cit< en la nota 12, núm. &. CAMPO: Op. cit. en lo. nota 17, nóm.. 4 y 6.
(19) CAMPO: Op. cit. en la nota 17.
(20) FURTWANGLER: Op. ~it. en la nota 4, ~·· 17·18.
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FRACCIONARlAS AMPURITANAS
6
forma irregular con la que han sido fabricados los cospeles, el presentar ~1 grabado de
las figuras de los anversos mucho más cuidado que el de los reversos y la superficie
incusa en la que aparecen las figuras del reverso.
Los tipos utilizados en estas monedas tienen un origen muy diverso. Algunas
imitan o derivan de los tipos de Auriol, como es el caso de las fraccionarias con
anverso cabeza de perro (21) o máscara (22). Otras, el grupo más numeroso, toma como
prototipos determinadas acuñaciones sicilianas. Los ejemplos más evidentes de ello
son las fraccionarias con anverso águila y reverso cangrejo (23) (núm. 6). que copian las
emisiones de Akragas (24) que utilizan estos mismos tipos; las fraccionarias con
anverso gallo y reverso can~jo (25) (núm. 7) derivan de las emisiones que la ciudad de
Himera (26) acuñó durante la dominación de Akragas y las traccíonarias con anverso
cabeza femenina a derecha y reverso pulpo (27) (núm. 8) son una copia de tipos
siracusanos (28).
·
Otras fraccionarias derivan de prototipos de la Grecia continental, como es el caso
de las que tienen los tipos cabeza de toro de frente/prótomo de jabalí (J) (29) (núm. 9) que
deben relacionarse con las acuñaciones de la Fócida (30). También de la zona del Asia
Menor se toman algunos modelos, como pudiera ser la cabeza de Apolo de las
emisiones de Mytilene (31) para las fraccionarias que ~;>resentan la cabeza de Apolo en
el anverso y los tres astrágalos en el reverso (32) (núm. 10).
Los tipos que imitan estas primeras fraccionarias, ·a diferencia de las monedas de
Auriol (33), proceden de talleres más occidentales y es escasa la influencia proveniente
de la zona del Asia Menor, lo que da idea del cambio de orientación que se ha
producido y, quizás, de relaciones.
El segundo grupo de fraccionarias comprende aquellas monedas que, sin lugar a
dudas, pueden atribuirse a la ciudad de Emporion por incluir la leyenda EM o por
presentar los mismos tipos que éstas, pero sin leyenda. El número de ejemplares que se
(.2J) A MOROS: ()p. cit. en la nota 11, pq. 19, 6g. 20g. GUADAN: Op. cit.. en la nota 7, ltm. 1, núm. 15. CAMPO: Op. cit.. t .n la nota 12, n.W... 18.
Bata moneda pOdría detival' de laa del IJnlpo P de Auriol. FUR.TWitN'GLER: Op. cit. en la nota 3, pAgo. 191 y ,.,
(22) AM._OROS: ()p. cit. en la nota 11, ¡>Ap. 46-441, fir. 76, núm. 8tc. GUADAN: Op. cit. en¡,, nota 7, 'Um. 1, núm. 18. CAMPO: Op.cit. enla nob(
12, nllm. 8. El m9delo del que derlvman N tae ftaeéionariaa aerian loe hemlóboloe d e patrón núlee.i o de1 (ll'UPO ·L dé Auriol, FURTWXNGLER:
Op. ci~. e'n la n~ 3, ~>Al•· 188-116.
(23) E. MURET y A. C.l:lABOUJLL&T: "Catalotue dee monoaiea gauloi- de la BíbliotM. 490. RIPOLt.ES:
Op. cit.. en la nota 13, nún>. 10.
~) «SyUoce NWillllOIWD Graecorum. Fi&aw.illiam Muaeum. Leake and 1enersl colleetio....,., Pm U: Sicily and Thtaee, London, l972, núm.
888 y 11. S. W. GllOSB: •Catalotue ol tha M cOlean Collection ot G-lt Col...,., Cbic:&~o. 1979 (reprint), núm. 2.014.
(25) MURET 7 CHABQUILLBT: ()p. cit. en la nota 23. n úm. ~t RIPOLLES: Op. cit. en la .nota 13, núm. 9.
(2e) .SyJloce NWIUDOrWD Oraeconun.: Op. cit.. en la 24, nÍI& 1.021-6. GROSE: ()p. cit. en la nota 24, nW.... 2.294-6.
(2'7) MURET y CHAB001LIJI:I': Op. ci t.. en la nota 23. núm. 489. RlPOLLBS: Op. cit.. en la nota 13, n ÚIIl. 1._ GUADAN: Op. cit. .., la nota 7,
2,nÚIII. 24.
(28) RIPOLLBS: 0p. cit. en la nota 13, páp. 68-69.
(29) AlolOROS: Op. cit. en la nota 11, pAr. 17, 1íg. J.6c. GUADAN: Op. cit.. en la nota 7, Um. 62, n!im. 4. CAMPO: Op. cit.. en la nota 12, n úm. 16.
(DO) R. T. WIUJAli.S: .Silver coinace of the Pbokia...... London. 1972. Loe tipoe coa cabala de toro de tr.nta y próton>o de jaball oe repiten
en e.ta taller a lo laJ'ro de varioe periodoe por lo que no es poeible, de momento, concretar a cuál de elloe pOdría pertenecer el modelo.
(81) F. BODENSTED'l': dfeieterhinde aut MilllNil von l'bobia und Mytilene, von 636 bia ~ v. Cbu. latanbuler M!Ueilunaen 27.28,197'l·
711, lim. 47, nW.... U .
(82) AMOROS: Op. cit. t n la nota 11, p61J. 46, núm. 83. RlPOLLES: Op. cit. en la nota 13, ~- 59, nÚftl. 16.
(33) 'En la bÜiqueda de loe modelos del repertorio de tlpoe ut.illiadoe en laa acullacionee de Auriol, FU. TW.ilNGLBR: Op. cit. en la nota 3,
R
concluye la e,O,toncia de un fuerte innujo t.ipol6«ieo de la zona NE de Aeia Menor.
)ÚII.
-307 -
[page-n-310]
6
P. P. RIPOLLES
conocen de este grupo es mucho más cuantioso que el del precedente, lo que conlleva
que comparativamente estén bastante mejor estudiadas.
Las características formales de este grupo denotan la posesión de una. téc:oica de
grabado y acuñación mucho más depurada que el anterior, como se desprende de la
regularidad de los cospeles y del mayor relieve que presentan las figuras, en particula.t
de los reversos, aun c:uando también trabajaron en el taller artistas mediocres con
e$casa formación, probaQlemepte de origen indígena (34).
Los tipos de este grupo tienen también una procedencia muy variada. Así, por
ejemplo, las fra<;cionarias con anverso cabeza de. Atenea y reverso toto parado a
11) son Uila copia de las ac:uñaciones del Sur de Italia, quizás de
derech.a (35)
Neapolis (36); las que tienen en el anverso la cabeza de Arethusa· de perfil y en el
reverso un toro de perfil en actitud de embestir (37) (núm. 12), toman como modelo la
Arethusa diseñada por Kimon (38) para las emisiones de Siracusa, del409 a.C. ca., y el
toro, de las acuñaciones de las colonias griegas del Sw de Italia, probablemente de
Thourion (39). La Grecia continental también proporciona a esté grupo un elevado
número de prototipos, de entre los que hay que destacar por su importancia, los
trióbolos de Atenas, con anverso Athenea y reverso lechuza de frente (40); las hemidracmas de Phokis, con anverso cabeza de toro de frente y re-verso cabeza de Apolo
(41); las dracmas de Larissa; con anverso cabeza de Arethusa de tres cuartos y reverso
jinete (42), o las acuñaciones de Ainos con revetso cabra de perfil (43).
La interpretación simbólica que debe deducirse de los tipos monetariPs utilizados,
no sólo no ha sido todavía completamente resuelta, sino que apenas si se ha iniciado
su estudio. Son muy diversos los problemas que dificultan este conocimiento, ya que,
por un Jado, es problemático el discernimiento entre aquellos tipos que tienen un
significado religioso y los que son de carácter profano; y por otro lado, no se posee
documentación sobre los cultos implantados en las colonias de Rhode y Emporion, lo
cual impide támbién la adecuada valoración de los diversos tipos empleados.
A todo lo anteriormente dicho hay que añadir, además, que un número muy
importante de tipos, todos ellos muy disparea y variados, han sido imitados de las
acuñaciones de otras ciudades, pór lo que tampoco existe la seguridad de que el tipo
pudiera ser interpretado en la zona de Emporion-Rhode, como en su lugar de origen, ni
que no se le diera otro distinto.
(nmn.
(34) Pt:Oducto ele arteoanoe indígenas ,POllrian ee.r !u &aecionadu del tipo CUADAN: Op. cit. en la n,Clt* 7, JAu>. 8, llúm.e. 79-88 y tOl-104.
(36) AMORQS: Op. cit. en la nota 11, pág. 33,
46g. QUADAN: Op. ci~. en la nota q, lám. S, raúma. 6U4.
(36) C. M. KRAAY: •Arch:aic and C!asaical Grealt CoÍJllP', L9ndon. 1976. lám. -4$, núm. 743. N. K. lUJTTE'R: •Camp&niah coinageal'.
6,.
Edinbur&h. 1979. Jáma. 13 y 14.
(37) AMOlt()!'l: Op, cit. en la no.t a U, pág. 36, figs, 54,56. GUADAN: Op. cit. 13n -la nota 7, lám. 3\ núms. 65-67.
(38) •Sylloge Nwnmorum Graecorum•. Op. cit. en la nota. 24, nóma. ~.271 y aa.
(39) S • .P. NOE: «The Thurl!u> di-t~taten». New York, 1936, lám. 3.
(40) KRAA Y: Op. cit. en la not:a 36, lám. 11, nllm. 192 (ojo almendrado). 1\raville V, mima. 1.989 (ojo almenciral;lo) y 1.998-1999 (ojo de perfil),
para las· fraccionaria• del tipo AMOR()S: Qp, cit. en la nota 11, pág. 22, liga 26._27, y GUADAN: Op. ciL étLJa nota 7, lám. 2, nóma. 37..ti3.
(41) WILLIAMS: Op. cit. en la nota ao, perfodó IV, ~ción 15~núme. 262-3, para las &aecionariaa del tipo 1-MOR~: Op. cit. en la nota U.
J!Ail'. 34. fill'. 49 al·a2, y RIPO.u.ES: Op. cit. en la nota 1il, núm. 16.
(42) GRO$!!;: Op. cit. en la nota 24, .núm. 4.624.
(43) GROSE: Op. cjt. en la nota 24, l é.m. 143c
- 308 -
[page-n-311]
FRA_CCIONARIAS AMPURITANAS
7
No obstante, la reducida cantidad de tipos originales y propios de Emporion, da
una idea del mínimo significado local de la iconografía monetal utilizada. Cabe
imaginar que, del mismo modo que se observa una fuerte influencia tipológica de
talleres del Mediterráneo Central, también esta influencia se ampliaría a su significado y con la introducción de los tipos se transmitiría paralelamente·su interpretación,
al menos para una buena parte de ellos.
La identificación del patrón metrológico al que pertenecen las fraccionarias se
encuentra en un estado de conocimiento desigual, según se trate del grupo de monedas
atribuibles a la zona de Emporion-Rhode o de la ciudad de Emporion, dentro de la
inseguridad que para ello conlleva la inexistencia de un número suficiente de monedas
de ambos grupos.
Para el primer grupo, la carencia del número imprescindible de ejemplares - la
mayor parte de los tipos se conocen tan sólo a través de una única moneda o a lo sumo
dos- y la enorme variedad de pesos, que deben corresponder a distintas clases de
nominales, es lo que imposibilita determinar con unas garantías mínimas de verosimilitud, el tipo de patrón metrológico utilizado y su sistema de fraccionamiento. El
conocimiento de la metrología de estas acuñaciones sólo será posible cuando pueda ser
examinada una mayor cantidad de monedas de las que en la actualidad se disponen.
El grupo b de fraccionarias, dentro de la incertidumbre, ofrece más posibilidades
para poder determinar cuál es el sistema metrológico utilizado, como consecuencia de
la pervivencia de una mayor cantidad de monedas y de una mayor uniformidad de su
módulo y peso.
Existen distintas propuestas de sistemas metrológicos, sustentadas cada una de
ellas por la diferente forma de obtención de los pesos medios. A. M. Guadán opina qu~
las fraccionarias se acuñaron siguiendo dos patrones metrológicos distintos (44). El
primero de ellos sería el focense-fenicio, con un peso teórico de 3'63-3'65 g., dentro del
cual la pieza más acuñada correspondería al trihemióbolo, con un peso de 0'90 g. El
segundo patrón seguiría el sistema de la litra siciliana, con un peso de 0'87 g. Sin
emba.rgo, a nuestro juicio, los pesos obtenidos para cada uno de los diferentes tipos de
fraccionarias y que le llevan a estas conclusiones, los deduce de un número muy corto
de piezas, muy por debajo del mínimo requerido, por lo que no existe una completa
garantía de que se ajusten a la realidad.
Por otro lado, el estudio metrolól§ico de J . C. Richard y L. Villaronga sobre las
acuñaciones de España y de la Galiá (45) también se ocupa de algunas fraccionarias
ampuritanas, obteniendo para las monedas de las clases Ill-TI, ID-ID y ID-IV de
Guadán un peso medio de 0'76 g. Según estos autores, las fraccionarias se inscribirían
dentro de la metrología focense de Occidente, con un peso teórico para el dracma de
3'70-3'90 g. Aunque es probable que se siga este patrón, como a continuación veremos_.
(" ) OUADAN: Op. cit. en la naúl 7, p6p. 219-221 y %2'7·229.
(46) J. C. N . RICHARD y L. VlLLARONGA: odlec~ eur lea étalona monétaireo on !Ypqne
d'Aupetelt. N 6JanaM de la C... de Velúque& 1X, Paria, 1973,
pqa. 91·92.
- 309 -
et Gau le du Sud ant4r\eu.-ont l J'époque
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8
P. P. RIPOLLES
sin embargo el peso medio que obtienen para las fraccionari~s (0'76 g.), no encaja ni
con el peso teórico que deberían tener los óbolos (0'61-0'65 g.), por ser bastante más
pesadas, ni con el de los trihemióbolos (0'92-0'97 g.) pór ser mucho más ligeras.
La única aproximación relativamente sólida a l~ metrología de las fraccionarias
del grqpo b, tan sólo es posible realizarla a través del tipo Atenea-Lechuza (46)
(núm. 13), acuñado durante la primera mitad del siglo IV a.C., para el que se dispone de un
elevado número de ejemplares procedentes del tesoro de Emporion (47), hallado en
1926. El peso medio que se deduce de 880 piezas (48), conservadas en el G.N.C., es d~
0'94 g.
En la búsqueda de una filiación metrológica para este peso medio concreto, se
pueden establecer dos relaciones, ambas probables, ~según se identifique esta fraccionaria como un óbolo o un trihemióbolo. La primera de ellas se podría establecer con
una unidad teórica de peso comprendida entre 5'50-5'80 g., muy difundida en el
Mediterráneo Occidental (49) y que ha sido documentada en algunas emisiones de
Auriol (50), de Etruria (51) y de ciudades de la costa siciliana (52) y del Sur de Italia
(53). Dentro de este standard que recibe diversas denominaciones, tales como focense
(54), persiana, micrasiático (55) o euboico-calcidio (56), la fraccionaria que comentamos sería un óbolo. Sin embargo, el hecho de que su período de utilización en las zonas
y talleres mencionados sea anterior al momento de acuñación de la fraccionaria que
comentamos (57), así como el desconocimiento del patrón utilizado para la emisíón de
las fraccionarias más antiguas, que impide rastrear una posible continuidad del
standard metrológico, son los factores que limitan la posibilidad de identificar la
conexión real del peso medio 0'944 g. con la unidad teórica de 5'50-5'80 g,
La segunda posibilidad de relación metrológica de este tipo de fraccionaria es
(46) GUADAN: ()p. cit. en la no1a 7, lúa. 2, lliÍIDL 3'1-68.
(47) J . AMOROS: tcD' una t.robella de mooedes -poritan.. i la poeelble ctOnolotP& de 1• liiOIWidee ci'Emp(ari-. J unta ele Muaew.. Gabinet
NUJ~~Úa~Atic de C..talunya, Mrie A·l, Barcelona. 1933. M. THOMPSON, O. MORKHOLM: y C.M. KRAAY: cAn Inventory ot Greek ea¡,.
Hoanl.l». New York, 1973, n\lm. 2.315. FURTWANGLEJt: Op. cit. en la nota 4, ¡Me. 16.
•
(48) Eece peeo Jlledio ha eiclo obt.aniclo a pe.rt.ir ele~ relación ele peeoe que de •t.a• monedu incluYe GUADAN: Op. ciL en la nota 7, ~P. 4li6474, monedl¡a nú.ma. 76.(1(».76.888.
(49) L BREGLIA: «Le anticbe rotte del Mecliterraneo doc:u.ment.ate da mo net.a e pea;,._Studia Archaeolo(lica 8, Roma, 1986. pq.. 58-61, 89 Y
u. y 113; ..t.a auto~ au(liere que el petr6n de 6'70 iJ'. fue t~fdo a oeeldenle por misndoi'M micrul,ticot en un momento anterior a la.
colonización fenicia.
(50) FURTWXNOLBR: Op. cit. en la nota a. páp. 4MO.
(61) T . HACKENS: d4JD6t.rologie dMJDonnaiee étruaqu• lee pllll ancienn..... Supplemento de Annali, l.tituto lt.aliano di Nllllliomatica. 22,
Roma, 1976, p4p. 228 y 264. N. F. P ARISE: • lA prima monetazlone et.rueca•. JI comercio Flt.ruaco Arcaico. Quademi dal Centro di Studio peto
l'Arcbenloflla &l.nalc:O-It.alica 9, Roma, 1885, pq.. 257·261.
.
(52) Loe t.alleree de la cooU. aicilian& que .;auen Mt.e patrón oon Nuoe, Zancle e 8ÚIIer¡!; H. A. CAHN: tcDie M linsen el« lililücbenj!Wit
Nuoa». Baael. 11144; N. F. PARJSE: .abolí e litre ueDe emiMioni arcbaicbe d'Imera, di Zancle e di N -. 8\lppl-to ele Annali, btituto
Italiano di Numiamadca, 16-17, Roma, 1971, pq.. 16-», N. F. PARISE: «Sull'orpniaasione della .-alut.a di .,....to oella Sicilia ~.
8\I"PPl-u. de Annali, t.t.ituto tt.aiiano di NIIIDimlatica, 12.14, Roaul. 1968, p4p. 111·130, con una compl- bibliop-alla eobn loa talleeiialadoa; C. ll. KRAA Y: o1'be arcb. ic: coinqe of RimAI..». Napoli, 1884..
a
(63) Loe t.anu. de la coat.a dal Sur de Italia que aicuen patrón eon Cwau y Rbe(lium: RlJTl'ER: Op. cit. en la nota 38, p6p. 1& y 18;
PABJBE: Op. cit. m la nou 52. ¡Me. 20. BREGIJA: Op. cit. en la oou '11, pq. 36; SyUoce NWDDIOnllll Graeconun: Op. cit. en la nota 24, nú.ma.
828-880.
(64) FURTW ANGLER: Op. cit. en la nota 3, ~~- 50.
(56) BREGUA: Op. cit. en la nota 49, pé¡. &t
(56) RUTTE.R: Op.cit. eo la nota 36, p4p. 16 y 18.
(67) PAt.e patrón de 6'60-6'80 1 · Cue abandonado en el Medilerd.neo Central a partír de la primera década del aislo V a .O.; en favor del petr6n
euboico-ético: PAlUSE: Op. clL en la nota 52, J14c•- 115 y •·
- 310 -
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FRACCIONARIAS AMPURITANAS
9
quizás mucho más verosímil que la primera. Se trata del standard de 3'7().3'90 g. que
algunos autores denominan patrón «focense de occidente)) (58) o «focense-fenicim> (59),
dentro del cual la fraccionaria en cuestión encaja sorprendentemente como un trihemióbolo. Esta unidad teórica de peso, concr~tamente la de 3'75 g. es la que se utiliza en
Massalia durante el siglo IV para la acuñación de las dracmas pesadas (60).
A nuestro entender no existen inconvenientes para que Emporion, durante el siglo
IV a.C., tuviese un sistema metrológico similar al de Massalia, teniendo en cuenta que
Emporion fue fundada por Massalia (61) y que en el siglo IV, y también con anterioridad, las monedas massaliotas constituyen el grupo de acuñaciones extrapeninsulares
más numeroso que circulaba en la Península Ibérica. No obstante, no se debe olvidar
que el análisis metrológico realizado únicamente se refiere a un tipo concreto, con una
cronología determinada, por lo que evidentemente no es correcto ampliar al resto de
los tipos las conclusiones que de él se derivan. Será por tanto necesario disponer de un
mayor número de monedas del resto de tipos de fraccionarias para poder determinar
con una relativa aproximación el peso standard con el que se emitieron.
La cronología de las fraccionarias se establece atendiendo a la información que
proporcionan los hallazgos de tesoros. Estos, a pesar de las dificultades de datación
que presentan, proporcionan una fecha ante quem para la acuñación de las piezas que
los integran. Los tesoros que contienen fracCionarias y sus dataciones son los siguientes:
Ampurias, 1926 .............. .. Mediados del siglo IV a.C. (62)
Morella ............................. Mediados del siglo IV a.C. (63)
Pont de Molins .............. . Fines del siglo IV a.C. (64)
Rosas ................................ . Fines del siglo IV o inicios del Ill a .C. (65)
Tarragona ....................... .. Fines del siglo IV a.C. (66)
Montg6 ........................... .. Fines del siglo IV a.C. (67)
De todos estos tesoros se desprende que las fraccionarias se acuñaron con anterio-
(68) RICHARD y VJLLARONGA: Op. cit. en 14 nota (5, pá8'· 91·92 '/ 97.
(59) GUADAN: Op. cit. en la nota 7, páp. 219-220, eeta ~utor (pás. 228) cluifica lu fraccionariu AteneafLech~ como trihemióboloa y
obtie1>e para ellu un 1*0 medio de 0'90 1·
(80) J . N. BAJlRANOON y C. BRENOT: O!Recherc:hee ...,. le monnayace d'arpnt de Maneille•. M4lanaea de l'Ecole Fran9"i16 de Rome.
Ant~qu\t4, 90-2, Rome, 1978, pása. 837-868; C. BRENOT: ..~herehea aurla_metrol~e d.ee ...U..Iona d'araen~de MaNeiUe du rv au I oíecle &V>+.
n Sialpoaíum NllllliiiÑtlco de Barcelo~ Barcelona, 1980, J>4e. 17·2L
(61) Una reJ.ción comple~ de tanoa antipoa meridoa a Emporion ba oido 1'8CQ1ida por OUAOAN: Op. cit. en 14 no~ 7, pága. S.U.
(62) V6ue la nota 47.
(63) THOMPSON, MORKHOLM y KRAA-Y: Op. cit. en la no~ 47, núm. Ull. PURTWANOLER: Op. cit. en la nota 4, pás. 16. RIPOLLES:
Op. gt. tn ,. IlOta 13, P'P. 47~·
(64) THOMPSON, MORJOIOLM y KRAAY: Op, cit. en la nota 47, núm. 2.318. FURTWANOLER: Op. cit. en 14 nota 4, l'ill· 14. P. P.
RIPOIJ.ES: •Le circ:ulac:i6n monetaria en 14 Tarracon- Medilierrineao. Trabajoa Varioa 77, Val.ncía, 1882, pq. 47. CAMPO: Op. cit. en la
no~ 12, n.UU. 1·20.
(e&) THOMPSON, MORKBOLM y KRAAY: Op. cit. en la nota47, núm. 2.318. RIPOL.I..P.& Op. cit. en la nota 64, polp. 449. CAMPO: Op, cit.
en le nota 12, n"-- 37-42.
(86) TBOMPSON, MORKBOLM y KRAAY: Op. cit..., la nota 47, núm. 2.314. RIPOIJ.ES: Op. cit. en 14 noca 64, pq. 52. CAMPO: 0p. cit. en
la nota 12, nW.... 31-36.
(61) THOMPSON, MORKHOLM y KRAAY: Op. cit. .., 14 nota 47, núm. 2.312. B. Cl:lABAS: «Teaoro IIÑIIO del M011cp. El An:hivo V,
Dmia. 1891, pása. 59 y -. RIPOLLRS: Op. cit. en la nota 64, 1!41. 46.
- 311 -
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10
P. P. RIPOLLES
ridá.d. al aiglQ UI a.C. y qUe una parte de ellás se emitió, al111-enos, durante la primera
mitad del siglo IV a.C.
La obtención de una cronología más puntual sólo es posible mediante la identificación de los prototipos de los que derivan las fraccionarias. Los trabajo& qqe existen al
respecto, dé J. Amorós (68) y de A. M. Guadán (69) han. quedado en gran medida
anticuados, debiéndose revisar buena parte de las derivaciones e imitaciones que
proponen.
Fruto de la ineludible necesidad ·de profundizar en este campo de las fraccionarias,
son algunos recientes trabajos lleYados a cabo por M. Campo (70) y P. P. Ripolles (71)
que, siguiendo la propuesta de A. Furtwangler (72), se proponen identificar los prototipos de las fraccionarias y datadaS' a través de su cronología. Mediante estoa trabajos,
se ha iniciado la revisión de una parte de los prototipos hasta ahora propuestos, y ha
sido posible establecer para algunas fraccionarias una fecha de acuñación más o
menos concreta dentro de la segunda mitad del siglo V a.C. Este sería el caso de las
fraccionarias con anverso gallo y reverso cangrejo (núm. 7), derivadas de las monedas
que con estos tipos acuñó la ciudad de Himera durante ia dominación de Akragas, en
los años 483-472 a.C.; o la fraccionaria con anverso cabeza de toro de frente y reverso
cabeza de Apolo (núm. 14) que copia hemidracmas de Phokis, acuñadas durante los años
445-420 a.C. ca. En cambio, para otras fraccionarias, los prototipos que copian indican
que su emisión debió efectuarse sin lugar a dudas dentro del siglo IV a.G., como por
ejemplo las que imitan en el anverso las Arethusas kimonianas (73).
De la información que proporcionan los tesoros y los prototipos se desprende que la
acuñación de las fraccionarias cubre un período entre ca. 450-300 a.C. y aunque no
existe un estudio completo y actualizado de las fraccionarias, las anepígrafas, atribuíbies a la zona ·de Emporion y Rhode, es probable que en gran parw se acuñaran dentro
de la segunda mitad del siglo V a.C y las emitid.a s por la ciudad de Emporion durante
el siglo IV a.C.
·
El número de hallazgos esporádicos de fraccionarias con procedencia que se conoce
es muy reducido, apenas superan los cuatro o cinco ejemplares, y ello se explica en
buena medida por su pequeño módulo, Es por esta razó.n que la práctica totalidad dé
las fraccionarias conocidás. procede de tesoros, que de este modo se convierten en la
fuénte más importante de información.
La composición de los tesoros es frecuente que esté formada por moned~s de
pequeño módulo, aunque en algunos casos, siempre excepcíonales, junto a ellas se
atesoran pie~as de gran módulo y \l"Blot, como por ejemplo el tesoro de Montgó (74) que
incluye entre otras Ifl,onédas tetradracmas de Messana, Leontini y Selinus. La presen(68) AMOROS: Op. cit.. en )a nót¡¡ 1.1.
(69) GUAJ)AN: Op. cit. en la notá 7.
PAMJ?O: Op. ciL et1 la n.o ta rz.
(71) RIPOLLES: Op. ci.t . en la notl; 13. pága. 47-64.
(72) FURTWA.NGL&R; Op. cit. en la nota 4. págs. 19.20.
('73) GUADAN: Qp. ci!- n
(74) VéUe la nota f>T.
(10)
-312 -
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FRACCIONARIÁS AMPURITANAS
11
cia de estas grandes piezas sicilianas, que no encajan dentro del modelo de acuñación
y circulación monetaria peninsular, quedaría explicada al tratarse, quizás, de la bolsa
de un mercenario ibérico que participó en las campañas de Sicilia (75). De los talleres
que integran el contenido de los tesoros, al margen de los peninsulares, el que ocupa
un porcentaje más elevado es el de Massalia, ya que de los siete tesoros que se conocen
fechados con anterioridad al 300 a.C., cinco contienen monedas de-Massalia, siempre
de pequeño módulo.
La dispersión de los hallazgos de fraccionarias se sitúa en todos los casos en la
franja litoral mediterránea (76), penetrando muy pocos kilómetros hacia el interior. A
través de los hallazgos se desprende que la incorporación de la Península Ibérica al
uso de la moneda, de modo continuado, comenzó en la zona de Emporion-Rhode desde
donde se difundió siguiendo los contactos y las redes comerciales ampuritanas por
toda la costa del actual País Valenciano, incluso más al Sur, llegando a documentarse
un hallazgo en Montemolín (Sevilla) (77).
Una característica de la circulación de las fraccionarias que las distinguen claramente de las monedas de Auriol y de Volterra, es la amplitud geográfica de su
dispersión, alejándose por tanto del modelo de circulación de circuito cerrado que
Furtwangler (78) propone para Auriol y Volterra. Los tesoros y los hallazgos esporádicos de fraccionarias manifiestan una apertura de relaciones de las colonias del NE de
España, detectable a través de su dispersión geográfica y·del mayor número de piezas
de talleres extrapeninsulares que en ellos están presentes, conforme avanza el tiempo,
indicando una mayor receptividad e intemacionalización de las relaciones. Tal vez sea
la diferencia de un siglo, o poco más, entre la fecha de ocultación del tesoro de Auriol
(79) y de los de España, lo que motiva la diferente estructura de composición de ambos
tipos de ocultaciones, posibilitando que en estos últimos exista una mayor variedad de
piezas en circulación de procedencia extrapeninsular.
Todo parece indicar que las colonias de Emporion y Rhode adoptaron el modelo
massaliota de acuñación, que éstos a su vez heredaron de los comerciantes focenses y
jónicos, y que se caracteriza por la acuñación de monedas de pequeño módulo y
reducido peso. No obstante, si bien .metrológicamente parece que se sigue este modelo,
en cambio, la tipología de las fraccionarias no parece indicar una supeditación con
respecto a Massalia, aun cuando la elevada cantidad de monedas massaliotas que
entran a formar parte de la composición de los tesoros manifiesta el mantenimiento de
unas asiduas relaciones con ella.
(715) RIPOLLBS: Op. cit. eo la nota 64, pq. 256. eo&re loo! u.xto& lic.rarioe que dOCUDMI1tan la ~cia de -J'C
vú.M la not.a S3.
(715) RIPOIL&S: Op. cit. en la nota 64, pAp. 251-2, 257-8 y 260.
(77) L. VILLARONOA: •lialluco ,_cuatro draCiriU de A!w, de cabeza Pall.aa, en Montemol!n {Sevillt)t. Sqwttum16, Val6Dcia. 1981, ~
2151, lám.
(78) FURTWXNGLBR: Op. cit. en la nota 1, pq.. 72-73. FURTWANOLBR: Op. cit. en la nota S. pqa. 307-310.
(79) La fecha deiiMOrO de Auriol, eecún el Mtudio de F'URTWANGLBR: Op. cit. en la not.a 8, pjc. 64, "-Y que muar1a durante loe aAce f60..
456 • •c.
u.
- 313 -
[page-n-316]
....
"'
Composición de los tesoros peninsulares anteriores al 300 a.C.
(Tomado de Campo, «Ciiculación»)
w
.....
~
1
Tipo Auriol
Imitación tipo Aurio1
Massalia
ca. 450-400 a.C.
Massalia
post ca. 400 a.C.
Zona Emporion-Rhode
Emporion
Otras griegas
Carthago
Inclasificables
TOTAL
% Massalia
Pont de
Molins Emporion Rosas Tarragona MoreDa Mongó El Arahal
1
2
1
3
+6
-
-
17
12
6
-
-
-
6
4+1?
10
3+2?
7
2
2
9
884
3
-
+7
+ 14
-
-
-
-
·-
897
+21
-
+ 40
40
+22
23
1
-
4
6
5
1
6
11
+57
19'2
0'1
45'4
16
25
6
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FRACCIONARIAS AMPURITANAS
13
La observación del funcionamiento y de las características monetarias de Massalia, por sus analogías con las emisiones del NE de la Península Ibérica, puede ser de
suma importancia para la interpretación del rol desempeñado por las fraccionarias.
Según los estudios de A. Furtwangler (80), las monedas de Auriol se acuñaron para
comerciar con el hinterland de Massalia, como respuesta a las necesidades que éste
impone al estar en él mal organizado el comercio. Por lo tanto, la utilización de este
tipo de moneda constituye, en opinión de Furtwangler, un inteligente sistema de
penetración comercial perfectamente adaptado a las condiciones del medio:
En consecuencia, este tipo de pequeñas monedas, en su opinión, no constituyen por
sí mismas un reflejo de debilidad del régimen económico, sino que se trata de una
medida destinada a los comerciantes, mediante la cual se pretende que estas monedas
de pequeño valor puedan ser utilizadas tanto por poblaciones con un elevado nivel de
vida como por los habitantes de núcleos rurales más modestos (81).
La adopción de un modelo monetario de características similares a las de Massalia
en el NE de España, al menos aparentemente, puede sugerir que la acuñación de
fraccionarias estuviese destinada a cumplir una misma función. Es probable que, de
confirmarse la hipótesis sobre el objeto comercial de las monedas de Massalia, éste
pudiera ser extrapolable a las acuñaciones de la zona de Emporion-Rhode, cuyas
colonias se enfrentarían con un medio indígena bastante similar a la hora de desarrollar su actividad comercial, favoreciendo este tipo de emisiones las pequeñas transacciones.
En contra de esta hipótesis sobre la explicación del objeto perseguido por las
acuñaciones de las fraccionarias, existe otra que niega su finalidad comercial (82),
partiendo de unos presupuestos más generales, según los cuales, en esta época, la
moneda únicamente se crea para cubrir necesidades de financiamiento o militares y
sólo a partir de su puesta en circulación por estas razones pasaría al circuito comercial.
(80) FUllTWANGLER: Op. cil. en la nota, 3. p6g. 306.
(81) FURTWANGLER: ()p. cit. en la nota. 3, "'*~· 47 y 306.
(82) L. VILLARONGA; •Evoluci6 de lea moned-. En .Em~on: La ciute.t ,...,. d'Emp6riea, Avens 88, .Barcelona, 111 , p6c. 42.
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P. P. RIPOLLES
MONEDAS ILUSTRADAS EN LA LAMINA
l . París, BN 494. Tesoro de Morella.
2. París, BN 495. Tesoro de Morella.
3. Barcelona, GNC 20.499. Tesoro de Pont de Molins.
4. Barcelona, GNC 20.496. Tesoro de Pont de Molins.
5. Barcelona, GNC 20.497. Tespro de Pont de Molins.
6. París, BN 490. Tesoro de Morella.
7. París, BN 491. Tesoro de Morella.
8. Barcelona, GNC 20.506. Tesoro de Pont de Molins.
9. Barcelona, GNC 20.503. Tesoro de Pont de Molins.
10. París, BN 477. Tesoro de Morella.
11. París, BN Luynes 35. Tesoro de Rosas.
12. Barcelona, GNC 20.528. Tesoro de Pont de Molins.
13. París, BN 487. Tesoro de Morella.
14. París, BN 492. Tesoro de Morella.
Nota: Todas las monedas se reproducen al doble de su tamaño original.
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LAM. l
P . P . RIPOLLES.- Las fraccionarias ampw:itanas.
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ARCHIVO DE PRBHISTOJUA LEVANTINA
Vol XIX (Valencia, 1989)
F. MATEU Y LLOPIS
(Barcelona)
TEMAS ffiERICOS EN LAS 4
DE 1610-1611
Al recibir la amable invitación de D. José Aparicio Pérez a colaborar en el
homenaje a D. Domingo Fletcber Valls, de tanto abolengo en mi memoria y afecto
permanente, pensé que me sería fácil coordinar dos campos, el del iberismo o arqueológico y el historiográfico o del gran cronista del Reyno de Valencia Gaspar Juan
Escolano, considerado el tercero en orden cronológico tras Pere Antón Beuter (entre
1490-1495-1555) y Rafael Martín de Viciana (1502-1582).
Escolano nació en Valencia en 1560, bautizado en San Martín; su padre fue del
Consell de la ciudad y. comisionado por el virrey don Alonso de Aragón, duque de
Segorbe, para desarmar a los moriscos sublevados en 1563 en la V all de Gallinera.
Licenciado y doctor en Teología, el futuro cronista, en 1592, ingresó en la Academia de
los Nocturnos, que fUndara el año anterior don Bernardo Catalán de Valeriola. En
1597, nombrado rector de San Esteban de Valencia; fue predicador de la ciudad, 1602;
cronista real, 1604; de la junta de teólogos que entendió en la cuestión morisca, 1608;
autor de las Fiestas celebradas por la recepción de las reliquias de San Vicente Ferrer;
de la Disputatio de lncarnationis Mysterio, 1588; De laudib{ls Divi .!'auli, 1616; y en
1610-1611, de las Dicadas de la Insigne y Coronada Ciudad de Valencia, impresas por
Pedro Patricio Mey, aparte de Omnium Decretorum quae in Valentinis Synodis statuta
sunt in tempore D.D. Thomae Vilanova usque ad obitum D. Joannis a Ribera.
El doctor Gaspar de Escolano, rector de la parroquial iglesia de San Esteban, como
se le titulaba, murió el 20 de febrero de 1619, recién cumplidos los cincuenta y nueve de
su edad (1).
(1) VICENTE CASTAJiiEDA Y ALCOVBR M ocupó da Mta uuao..dinaria 11....,. en au
Hietoria , en 1920 tituladO' •Loa croniltaa valancian,.,..
,
·
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m.c.mo de in,...ao eo la Real ÁC*IenÚa ele la
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F. MATEO Y LLOPIS
2
La obra de Escolano salió en 1611 en diez libros en do~ volÚinene$. En 1878-1880,
don Juan Bautista Perales Boluda publicó las Décadas en tres volúmenes (2): «aumentada con gran caudal de notas, ampliaciones aclaratorias y contihuada hasta nuestros
días», bajo el título de Historia general de Valencia.
En 1972, el Pepartamento de l:listoria Mode.rna de la Universidad de Valencia
reprodujo a escala reducida la impresión original, en tres volúmenes de 21 x 15 cm.,
sobre los cuales $e ha escrito el presente comentario, pues que,. pretendiendo col.ªcionar las opiniones de Escolano coh el estado actual del iberismo, no resultaba necesaria
la edición aumentada de 1878-1880, años en que la transliteración del ibero no era
como la actual, debida a don Manuel Gómez-Moreno, de la publicación de La moneda
hispánica, de don Antoni9 Vives (1926).
En «Década Primera de la Historia de Valencia, Ljbro Primeron, columna 75, trata
de las monedas de Ampurias; es en el capítulo XIT en el que se preocupa «De la primera
lengua que hablaron los españoles»: acude al Diálogo de las medallas de Antonio
Agustín, y reproduce la inscripción que califica «con letras antiguas de España»,
añadiendo: «Cree e.l Arzobispo que dizen, Enporion, o Emporion, que es el nombre de
Empurias» (es el letrero ibérico que se transcribe por U~N-Tl-CE-8-CE-N). Se apoya en
Livio; identifica la «Colonia Celsa (agora Belilla en Aragón»), de la que tenía «una
medalla, que en la una parte con una cabeza descubierta de un mancebo, y en estas
letras latinas CEL y de la otra un hombre a caballo, con una palma en la mano y un
letrero de letra Española que dize CE-L-S-E».
SiguiendQ a,l arzobi$po, copia la leyenda de 1-L-Tl-R-TA, que identifica con Lérida,
y ha seguido la de CO-N-TE-BA-CO-N, de la que dice que «está con estas letras
Españolas, pero no se atreve el Arzobispo a declararlas••.
En la columna 79, acude al hebreo.para los topónimos de Sagunto,, Tarraco, Ibero,
Gades.. Toledo y otros. En el capítulo XIII!: <•. El
XV: <•. En el XVI: <
Sertorio assento la silla de su Reyno en Vafencia» (col. 108), rectifica a Ambrosio de
Morales, en la inscripción de Quinto Metello Proconsul (col. 113); trae.a Mariana,
Beuter y la inscripción de GNEIAE SEIAE HERENNIAE SALLUSTIAE BARBIAE
ORB~AE AUGUSTAE, CONIUGI DOMINI NOSTRI AUGUSTI, dedicada por los
VALENTINI, VETERANI ET VETERES (col. 115), como otra de los mismos a QUINTO HERENNIO, ETRUSCO, MESSIO, DECIO NOBILISSIMO CAESARI PRINCIPI
IUVENTUTIS, remitiendo a Casiodoro, que escribió sobre el hijo mayor de Decio y su
mujer Herennia (3), perseguidor de cristianos; la historia romana. que narra Escolano
no tiene de¡:¡perdicio. En el libro segundo trae la de San Vicente Mártir (col. 263);
recuerda la temprana au,senda de Prudencio, establecido en Roma, al escribir sobre
aquel martirio: NOSTER EST, QUAMVIS PROCUL HINC URBE 1PASSUS IGNOTA,
DEDERIT SEPULCHRO 1 GLORIAM VICTOR, PROPE LITTUS ALTAE. { FORTE
(2) Valencia,Madrid. Tenaza, Aliena y Compañía Editoree. J. B. PERALES ueilit6 una edicj® de w o.braa de RUFO FESTO A VI&NO
impreaa en Ma~d. en 1634, poeterior a ESCOLANO; la primeYa fue en. 1488, un in~ble.
(3) ' l'RAlANUS DEO!US, A.D; 249-261..
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TEM,AS m ERICOS
a
SAGUNTI (col. 264}, que compara la modestia de la ciudad valentina y la fortaleza de
SAGUNTUM, que era la iberorromana.
En el «Libro Quarto de la Década Primera de la Historia de Valencia•• vuelve a lo
romano. En el capítulo I, col. 655, escribe: «Los Romanos en su tiempo cifraron esta
fertilidad de Valencia y del Reyno en una medalla, que años pasados fue hallada entre
las ruinas de Murviedro, y embiada a un curioso que bibe hoy día en la capilla del Rey.
Parecía en su forja del tiempo de tiberio César, o a lo menos del de Adriano. Tiene en
la haz la imagen de una mujer, con celada en la ca~a, y uno como penacho en ella; y
alrededor un letrero que dize: CAlO LVCIENO, CAlO MUNIO, QVAESTORI. En el
reverso una cornucopia, con un haz de flechas, y debaxo, VALENTIA. Otras dos como
esta tengo yo en mi poder, y que se me embiaron de allí mesmo, y son de la forma
siguiente•• (col. 655) (4).
Pero lo que aquí se comenta es el «iberismo•• de Escolano, interesado en lo que
llamaba ccLetras espa.ñolas••: años antes, 1587, se había publicado en Bilbao, por
Mathia Mares, el libro De la antigua lengua, poblaciones, y comarcas de las &pañas
etc. Compuesto por el Licenciado Andres de P~a (5). Acudía este autor a Pomponio
Mela y a Séneca para probar la «Cantabricae linguae antiquitatew•; en su lista de
ciudades menciona a ccSaguntu.m es Morviedro, la afamada, cuatro leguas de la ciudad
de Valencia; el Turia, Turulis, río, es el que pasa por la gran ciudad de Valencia, y
ahora se llama Guadalaviar••. Entre las cmationes•• o tribus ibéricas: albicenos, allotriges, antrigones o autrigones, arevacos, entre Agreda y el Moncayo (6), las Asturias,
«vocablo vascongado••, ausetanos, bardulos ccson ahora los Guipuzcoanos con una
parte de Navarra••, basetanos, bastetanos, betones, cántabros, el cccastulonensis
mona••, el Muradal; celtíberos, célticos, ceretanos, contestanos, cosetanos, edetanos,
Iberia, indigetes, lacetanos, lusitanos, násicos, oretanos, pelendones, túrdulos, turdetanos, vacceos, vardulos, vascones. De Vizcaya dice que «ha conservado la antigua
lengua de las Españ88)•.
Este era el conocimiento que de ellas tenían nuestros cronistas de los siglos XVI y
XVIT, entre los que Escolano es figura de magnitud.
Este recuerda en el libro Quarto (col. 711-712) los versos de Paulino que trae
Antonio Agustín sobre el Ebro; y el Betis: ccQua Baethis Oceanu.m, Tyrrehnu.mque
auget Hiberus)); y a Silio Itálico: cdamque Ebussus Phenissa movet.• (col. 72}.
El capítulo IX es un erudito recuerdo del nombre de Valentia, trayendo a Plinio,
Higinio, Plutarco, Maluenda, y su relación con el de Roma, y trae a Poza, cuyo libro
conocía, sobre este topónimo, y el de Turia.
Había .llegado el momento para nuestro cronista de abordar el texto de Rufo Festo
Avieno, de quien decía: cenos alumbra de cierto nombre que tuvo Valencia, no advertí(4j &. la que cleec:ribe A. VIVBS: «!.& moDeda bi.epújca», 4.• parte. ~ ele ~. p. 16, c1a .c.n. ~ '1 •
Qua.to,_, 16m. CXXV, 1, eobn loe que hay varia bibliocnfla, IDJlY CODOCicla.
(6) 'l))ela anei¡ua Jeocua, poblaciODeeo '1 CGal&lCU ele 1aa &pdu. en qua cla puo • tocan aJcunu COIU de la CUitabria. Coaapu.t.o por el
Liunclado And1W cla p._ natural cla la ciud.d da Ordwia y •...,...w o el mu, noble '1 lael 8aliorio cla v__,•. Di'rificlo a D. Dieto ele
Avandallo y Oamboa, 8eáor de 1aa e - de Urquiau, '1 Olaaeo, y c1a la villa ele VillaReel y oua vallea, y Balleetero mayor c1al !ley' Nuaetro Sel\orlt
(Felipe U). Bilbao, 1587.
~6) Que tanto reeu..-clan 1aa monaclaa de A·R-E-CO.:R-A-TA-8_. ceca 84 de VIVES y CA.I.O, 86 del múmo.
- 321 -
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4
F. MATEU Y LLOPIS
do de nadie. Porq_ue después de haber tratado de la boca del río Xuclll' en la descripción
de nuestra costa, dize estas palabras: "Neq,1.1e loge ab huius 11uminis divortio/perstringit. amnis Tyrius, oppidum Tirím", con amplia información donde se descubre11 dos
antigüedades muy grandes, la una que nuestro río Turia fuese llamado Tyrios; y Tyris
Valencia>>, trayendo al maestro Núñez, s()bre posible población por los tyrios: es
vocablo vascongado o ibérico, el río Blanco, que es lo que en árabe dijeron Guadalaviar.
En el capítulo XII trata «De las piedras que han quedado en Valencia en tiempos de
Romanos, y de su declaración». En las column~ 787 y 789, las de los VALENTINI
VETERANI ET VETERES.
La copi()sa «Tabla de las .materias más importantes de esta Primera parte)), que
añadió Escolano a la misma, pregona su minuciosidad en exponer cuanto conoció, así
«Chersoneso llamaron los Griegos a Peñíscola, villa del Reyno en la costa d.e l mar>>
(col. 221, núm. 14); escribe también «Paniscola)). Bajo la voz «España)) trae Tubalis,
Iberia, Celtiberos, Tharsis, Tartesia, Tartesios, la Celtiberia, la división en Citerior y
Ulterior en tiempos de los Tomanos. Identifica la Citerior y la Tar;raconense; cita a
Plinio, a Pompoi)Ío Mela, la división de Adriano, la de Constantino; que «no quiere el
Emperador Augusto Cesar que se divida en muchas provincias, si no que toda ella se
llame España, sin más divisiones)), refiriéndose a la España romana (col. 15 a 102).
Escolano, objeto de críticas modernas a sus interpretaciones, fúe un juicioso censor
de varios autores; bajo la voz «Engaño» pre.c isa textos del Gerundense, Ambrosio de
Morales, Vasseo, Garivay, Mariana, Luis del Mármol, Beuter, Zurita, Pineda, Blancas,
porque conocía el Reino de Valencia palmo a palmo, como un Cavanilles del mil
seiscientos. En el capítulo XIX, «De las naciones que en diferentes tiempos pobl.a ron
esta ciudad y Reyno de Valencia.», trae a Livio en su Década tercera, a Estrabó~
recordando que éste y aquél creyeron que los de la isla de Zante edificaron Sagunto
(col. 148). En. col. 149 rememora a los focenses y la presencia griega en nuestro litoral:
«Fue pues nuestro mar llamado Phosayco, por los Phocenses Griegos: y en conformidad de esta larga habitación que hizieron en el Reyno de Vaiencia, y Catahúía, nos
quedan muchos pueblos en el Reyno cuyos nombres pregonan haver sido edificios 0
poblaciones de griegos, como son Alone, Ilice, Ioyosa, Dianio, Altea, Arthemisio,
Aphrotidis Fanum (por Fanum Aphroditis), Orospeda, lle, qué son los que agora
corrompidos los vocablos, llamamos Alicante, Elche, Villajoyosa, Denia, Altea, AdeID1JS~ el Puig de Nuestra Señora y el monasterio de Benifa~a. De todos estos veremos en
su lugar haber sido Griegos los que les dieron los nombres.» Y e~ ef~cto no hay más
que hallar· muchos de estos topónimos en los mapas e índices de la Hispania Graeca de
Antonio García y Bellido (1948) para recordar los hallazgos griegos en el litoral
'Valenciano, por otra parte fáciles de comprobar en la Geografía General del Reino de
Valencia, que dirigjera Carteras Candi, en sus volfunenes redactados por Martínez
Aloy, Figueras Pacheco, Carlos Sarth6u Carrer~s. Sanchis Sivera y demáJ; colaborad<>:res, añadiendo a fecha ya un tanto lejana, 1916, todo lo publicado por el Servicio de
Investigación Prehistórica de la Diputación y modernas instituciones similares de las
tres provincias valencianas y otras espa,ñolas también.
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'l')!:MAS IBERICOS
5
Volviendo a Escolano y su Tabla para describir el sur del Reino, que constituyó la
antigua Gobernación de Oriola, o d'enlla Xixona, las tierras de su Obispado y la zona
de Elche, Alicante y Cartagena, acude a Mela, Plinio y más modernamente a la obra de
Bernardino G6mez Miedes, resaltando a «Origuela, o Oriola (según lo pronunciamos ·
en valenciano)», recordando que su antiguo nombre era ORCELIS, entreteniéndose en
interpretaciones o etimologías (coL 660).
En la citada Tabla menciona la región de Dercavonia y hasta dónde se extiende
(cols. 145-175): Los «Dergavonenses, o Dercavonenses (que así se ha de leer por estar
depravado el texto) que son los pueblos deste Reyno de Valencia, que agora llamamos
Morellanos, y los del Maestrazgo de Montesa, como lo veremos en su lugan> (col. 146);
la localización acorde con los hallazgos de monedas de la ceca 6.• de Vives, tomo IV, el ·
Municipium Hibera Iulia Ulergavonia Dertosa, de Tiberio y nave con vela o sin ella,
A.D. 14-37.
En el capítulo XII: «De la primera lengua que antiguamente hablaron los españoles>> (col. 68-71) trae a Antonio Agustín y a Mariana, de quien dice «aunque tiene por
muy probable el dar la posaession de antiguedad a la vazquenze»; analiza minuciosamente la cuestión trayendo a Mela, Estrabón, Séneca, Comelio Tácito, entre los
antiguos, sobre las lenguas habladas en Hispania en su tiempo, y a los modernos
Beuter, Marineo Sículo, Garibay y Poza sobre que «la lengua que traxo Tubal a
España fue la vazquenze» (col. 68).
Las columnas que Escolano dedica a Sagunto (79, 110, 111, 147, 158), acusan su
preocupación por el topónimo que relaciona con la lengua «Syriaca». Atisba la
función de la Arse ibérica cuando, siguiendo a Beuter, escribe que «habiendo corrido
los Phenices con una gruesa armada toda la costa de este Reyno y Principado de
Cathaluña contra los Celtíberos, y contra Vi:iiato capitán de los lusitanos», añade que
«fueron rebatidos valerosamente de los de Murviedro, que a la sazón ya eran grandes
señores>> (co1110). Valora lo que eran los de «Murviedro», que llamamos arsetanos, de
la Arse prerromana, acudiendo a Livio, quien «refiere que para travar cuentas con los
Saguntinos Aníbal, rompió la guerra con los Carpetanos y Oleadas, que según algunos
eran los de Toledo y Ocaña» (col. 111); los de Toledo serían los que acuñarÍan después
el numario de la ceca 1.• de Vives, 2.0 Grupo, pp. 44-46 del tomo IV, con nombres de
magistrados CELTAMO y C. VICCIUS C.F. EX SENATUS CONSULTO, cabeza ibérica y el jinete lancero (lám. CXXXIV), cuyo iberismo es patente. La conclusión de
Escolano es, en la «Tabla de las materias más principales>>: <
en España que por haverse confederado con los Romanos, se passaron a ellos muchas
provincias y pueblos» (col. 111, núm. 3). Seguía a Livio en Década tercera, lib. 2.
Lo que no precisaba tanto el cronista era la cronología, harto olvidada de muchos
historiadores; sin embargo, señala que «Sertorio guerrea con Quinto Metello Procónsul, General de la República de Roma» (7).
('7) Bra QviDctuoa Cucili1100 M~l ... Piue, c6awlea el do 80, qu.ieu habla COIIlboatido bajo la diJoteci6n de ou J*1n eontra YUI\Irl&: «Durante
eamitw1o de hito ea úito, mienttM c¡u en 101 ei,W...• cu.atro a11oe, del 76 al 72 hablaD de NprMeDIU ou
d-deacia y calda fiDal•. eecribe ADOLFO SCHULTEN ea au ~rtori01t (1948), p4a. 169.
cmco alloe, del 80-76 habl.a
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6
F. MATEU Y LLOPIS
En la citada «Tabla de las materias más principales», dedica Escolano, alfabéticamente, trece páginas a la voz «Valencia>>, trayendo a Polibio (col. 101, núm. 6) y
Esteban de Bizancio. Añade (col.102, núm. 3), que: <
términos de los Celtiberos», siguiendo aLivio, Década cuarta, y a Onofre Panuvio (col.
103) tratando de la «España Tarraconense».
La formación de nuestro cronista era clásica; trae la Década tercera de Livio, la
última Verrina de Cicerón; De bello Catilinaria de Salustio, a Cornelio Tácito, Julio
César, Valerio Máximo~· Suetonio Tranquilo. En el capítulo XVI escribe que <
Sertorio assentóla silla de su Reyno en Valencia», en la col. 118, sobre los VALENTINI VETERANI ET VETERES.
Es de interés recordar (col. 123) su mención de los lauronenses, habitantes de
<>, dice, trayendo a Plutarco, en la Vida de Pompeyo (8).
En SO de enero de 1611, Ga&par Escolano, «Cronista de su Magestad en el Reyno de
Valencia>>, se dirigía a los tres estamentos del Reyno, de nueva nominación, que
patrocinaban la impresión de la segunda parte de su obra (9). Tras la <
linajes del Reyno». dio la de las ciudades, villas, lugares, sierras, ríos y fuentes del
Reino de Valencia, <
insignes varones que destos pueblos han salido». Es un verdadero diccionario toponímico en el que su autor vertió su profunda erudición y conocimientos.
En el libro sexto de la Década primera, para la descripción por la costa del mar se
.vale de Plinio, del itinerario del emperador Antonino, del mapa de Abraham Ortelio,
en su Theatro geographico, de Isidor Hispalense; en col. 17 sigue Livio sobre Publio y
Lucio Scipion, tratando de Orihuela, Oriola.
La atención dedicada a Elche y Alicante en el libro sexto de la historia de
Valencia, ocupa las columnas 60 a 95, con varias lápidas romanas, y en las 117-120
aborda el tema de Denia, que <
Griegos, con un famoso Templo de Diana»; recuerda que Florian de Ocampo y Beuter
<
Estrabón concluye que c>.
No escaparon a su atención poblaciones interiores como Castulo, que es la ceca 94
de Vives, localidad sobre la que escribe (col 118): <
Castilla, que agora es Cazlona la vieja: según da fé el Español Silio Itálico, que le
dieron aquel nombre por la fuente Castalia, tan celebre en el monte Parnaso de
Beocia». Y añade en nota marginal: «Así lo enseña Ambrosio de Morales en el tratado
de Antiguedades, ver Castulo».
a.
(8) La iPnti6cacióD que h$ee «L&W'Oil• Lyrip DO t i - que ver c:On le'*" ib6rica que • l.. LAURO, en dDCO . . . . . - iWricoe. '*"
1.• de vtVB8 de le IW. de 11\Ja 98, Jll*lloe ball....,. tehvtisd!)" Néiallte!Debte localian le Lauro, -vNtiü 1ft «L&IIl'OUJO, .a lo ....u....l. ee
panolluia que ftcura .a la. •RatiDaee decimarum lli8peniuit de 1m.80. que public6 .J. BWS 81\RRA (CSIC. 1848). ~ • La
dl6ceeie de Oeroaa, tiJliO acdeeia de L&WG~Wt, que •LieroDe, eJo que pueoe, eo ei•UDdo IWrico liten). o! bic VIVBSie eolociS • le ceJ..a de
le _.¡• porque «o (pq. 38). Bacoleno DO
..tu •oM
(9) o&cw>de Pane de le D6c:ade ~a. la a;.toria de le luipe, 7 e-da Ciuded 1 .R.y1lo de VeHacWo, por PBDBO PATRICIO
MBY, jwto • Su MerUA. 1811. A eo»1a de la Dipu~
o-
-acma
- 324 -
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TEMAS mERICOS
7
Cuando Escolano ae hallaba en una ciudad antigua, caso de Sagunto y Denia,
vaciaba toda la bibliografía clásica que las mencionaba: en Denia, la que fue objeto de
estudio por nuestro D. Roque Chabás, el cronista de las Décadas estudiaba los
Diálogos de Anton~o Agustín, Estacio, Dion Casio, Suetonio Tranquilo, Iusto Lipsio
sobre Tácito, en sus Anales; y cierra el capítulo xvm con la copia de la célebre
inscripción que comienza «Palladi Victrici Sacrum», que D. Antonio Agua~ decía-
Pedro Apiano, por haberse descubierto en su libro algunas travesuras destas», concluyendo: «Deste cuydado le hubieran sacado a D. Antonio Agustín los moradores de
Denia, como acudiera a ellos; pues pudieran certificarle que sus padres la vieron en la
hermita de Santa Paula y que el Nuncio del Papa. que se bolvía de España a Roma,
embarcándose en Denia, dando primero vista a todas sus antiguedades, trope~o como
Romano en esta de su famoso Caton, y la pidió por cortesía, y se la llevó)) (10).
Siguiendo el litoral de Sur a Norte (col. 215), llega al Xúcar y trae a Silio Itálico:
«Sedetana cohors, quam Suero regentibus undis / Atque altrix celsa mittebat Setabi
arce)); y vuelve a Rufo Festo Avieno: «Attollitur inde Sitana civitas / Propinquo ab
amne sic vocata Hiberis)), y trae de nuevo: «Neque longe ab huius fluminis divortio 1
Perstringit. amnis Tyrius oppidum Tyrim», que sería Valentía, la romana.
En el libro Séptimo (col. 275) no podían faltar a nuestro cronista los versos de
Cladio Claudiano: «Floribus et roseis formosus Turia ripia» (11). El alegato de Escolano en defensa de que es al Turia a quien se refería aquél va apoyado en Prisciano, Luis
Vives, Jerónimo Paulo y otros.
··
De Sur a Norte, el cronista llega a Murviedro, como él escribe, traduciendo el
valenciano Morvedre; en elogio de Sa_gunto trae a Silio Itálico (A. D. 26-101): «Postquam rupta fides Tyriis, et moenia castae / Non aequo superum genitore eversa
SaguntV> (col. 373); los de Arse, descendientes de los tyrios, para él; no cita Arse sino
Murviedro, que para el cronista es el equivalente de lo pre-saguntino, ibérico, más
antiguo.
Del genitivo ibérico A-R-S-E-8-KE-N derivó el romano «saguntinorum>>; así en la
lápida SENATUS ET POPULUS / SAGUNTINORUM CLAUDIO / INVICTO PIO
FOELICI /IMP. CAESA. PONT. MAX. / TRIB. POT. P.P. PROCOS, de Escolano (col.
374), donde dice «que estaba encaxada a la puerta principal, que mira a Valencia: y la
vieron y leyéron Beuter, Don Francisco Lansol, y Ambrosio de Morales» (12). Escolano escribe sobre la lápida que copió: «Estatua o memoria puesta por este Senado y
pueblo de los Saguntinos a Claudio Invicto, Pio, Felize, Emperador, Cesar Pontífice
Maximo, padre de la patria, y Proconsul». Y añade: «Los años que ha que se puso este
letrero por los Saguntinos, se sacan por los que reynó el Emperador Claudio, primero
(10) Cola. 1151).1116 y pqa. 63-64, tomo U ele la eclici6n de J . B. PEJlALBS, el cual aa.d« de uu.troe d1u bao aido IÑicubiei1M ovu piedru,
io.oc:ripciooee, traduc:cióo y detall• oplica el Mllor ChabM 811 IU "Hiatoria de Deuia••.
(11) Su autor fue bonndo po.- HODOI'io (A.D. 393-l23) y AJudio (A.D. 888-408) COil uu •tatua (c. ~.
(12) BEUTBR, euu libro I, cap. 7; UANSOL DE ROMANI. eu el lib. ..O. ftiiiiiÍD. HÍ8p.•; y MORALBS ep ~ lib. t , cap. ~. Be 001119 el u6m.
l9 d. «&pisrafla pnílatiua de SaiUntwD y au tanit.ori.um.>t eh! F. BBLTRAN LLO~. Trabajoa Varioa del SIP, núm. 67. Valeuda. UIIO.
CUYM
-326-
[page-n-328]
8
F.
~TEU
Y LLOPIS
de este nombre: que según Pauvinio fueron desde el año quarenta y dos del nacimiento
de Christo, hasta el de cinquenta y cinco. Pero tengo por más probable la opinión de
Ambrosio de Morales de que fué dedicación hecha al otro Emperador Claudio, que dió
principio a su Imperio el año doscientos sesenta y nueve (según la cuenta del dicho
Panvinio) y vivió un año, un mes y diez días)) (13).
En el capitulo IX atisba de nuevo el ignorado entonces Arse ibérico cuando
siguiendo a Livio (Déc. 3, lib. 1) y a Silio Itálico (lib. 3), habla <
Rutulos de la ciudad de Ardea en Italia, sita en tierra de los Latinos)); que <
su patria y admitidos a poblar en Sagunto, y a hazer una Republica con los Griegos,
que primero la habitaron, se formó de ambas naciones una de las más poderosas y
florecientes ciudades de España)) (coL 388); trae los versos del segundo: <
tenues ortus mox Daunia pubes 1 Sedis inops, missit largo quam dives alumno 1
magnanimis regnata viris nunc Ardea nomen)) (col. 389). En este punto el cronista se
encue~trá ante la <
de los Saguntinos Griegos, y la pérdida de Troya: lo que quentan las antiguas
historias)) (col. 388).
Hasta el fin, este libro Séptimo es una verdadera historia del Sagunto romano, sus
inscripciones, las legiones de Augusto César, el río Palancia_, el Grao de Murviedro,
Almenara, Nules, diciendo de Almenara «que es el príncipio del Obispado de Tortosa)),
y como es sabido, entre lo romano y aún prerromano, va describiendo los señores, las ·
gene&logías de los dueños de los lugares por donde pasaba.
El capítulo XXXII vuelve a la historia romana y el último va dedicado a «las
guerras y muerte de los Scipiones)), que relaciona con el arco de Cabanes, donde, por
cierto, según dice, se halló «una moneda de oro)) del emperador Nerón cavando juntó
al arco en el año 1632 (14).
El libro Octavo de la Década Primera (col. 638) describe la costa de Sur a Norte,
desde el cabo Alcocéber a Paníscola, siguiendo a Avieno: «Post, Caprasiae iugum 1
procedes alte, ac nuda littora iacent 1 ad usque Chersonesi terminos 1 Palus per illa
nattarum extenditur)). Añade que Ptolomeo, en la descripción de la misma costa, salido
de Sagunto, pone la región de los llercaones «que es la tercera de nuestro Reyno)); la
mejor delimitación de los ilercavones o ilergavones fue la diócesis del obispado de
Tortosa. analiza a Ortelio, Mariana, Antiste, Muñoz y otros autores en cuanto a
localizaciones de topónimos del litoral. Vuelve a AvienQ (col. 647), como guía: «Palus
per illa Naccarum extenditur 1Hoc nomen isti, nam pal... mos dedit 1Stagnique medio
parva surgit ínsula 1íerax olivi, et hinc Minervae stat sacra)). Son los versos 492-495
que pueden verse en la edición de Adolfo Schulten (F.H.A. I, 1955), donde en el verso
493 se completa «pal(udi)mos)).
(18) Claud.iua n Ghoticua (A.D. 288-270). Atuñ6 al aureua, al anÍonianua, el quinariua7 el u CÓlDO tne DAVlD R. SBAll m w • JbDan coiDa
Uld t.heir ftlUM». Seaby, 1970.
(14) Kta UD ..terciO CW. Nero Imp. Caeaar Pont. Mu. 71111 buato, y en rev- S. C. Kta UD ~.... tolo por lu eitlu 8.0. por el
peeo que tenia la pi-, de •doe ducadoe y meclioot, tom6 J.a noticia de BEUTER.
-326 -
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'I:EM.I\S I.BERICOS
.9
Escolano coloca ª-quí, en un <
agora medio agotado)), los versos transcritos, de Avieno, que se aplican a la Albufera
de Vale.ncia; por cierto, con unas enmiendas (col. 647) así: «Que la palabra pal. niedio
comida ha de dezir paludí)) (15).
Siguiendo a Avieno, con el verso 496, escribe: «Fuere prope Civitates plurimae 1
quippe hic Hylactes, Histra, Serna, et nobilis 1Tyrichae stetere: n..omen oppido vetus, ./
Gaiae: incolarum maxi.tne meinorabilis 1prae orbis oris. Nam praeter cespiti~;~? faecunditatem, qua pecus, qua palmitem 1qua dona falva Cereris educat solum>, (col. 653) (16).
Añade Escolano (col. 653): «Nuestro doctisim.o Valenciano y Maestro luan Nuñez
tuvo siempre a esta 'ryrriche de Avieno por la del Maestrazgo,, (17). En col. 682: ·«El
maestro Nuñez como queda dicho, juzgava que el pueblo Hylacte, que Avieno Festo
puso en esta comarca, tenía su asiento en tierra de Benifa~a, por ser y sonar esto
mesmo el nombre de Hylacte en Griego)).
De El Forcall trae una lápida romana (col. 684) de GN. BALBO, GN. F. GAL. MINO
1ET PAPIRAE. GN.F.FESTAE. BEBIVS ... RVS 1PARENTIBVS OPTIMIS. Y vuelve
a recordar (col. 686-687) a «nuestro gran philosopho Nuñez que pensaba que estos
pueblos de Morella serían aquellos de quien Rufo Avieno Festo escribe que se llamaron en tiempos de los RomQnos los feroce_ Beribraces,,; son los versos 483-489: «ad qua
s
recedit ah salo telus procul 1dumosa late terga Regio porrigit 1Berybraces Illic gens
agrestis et ferox 1 Pecorum frequentes ínter errabat greges 1 Hic lacte semet atque
pingui casei 1praedure alentes proferebant spiritUJn 1viceln ad fer~. Post Cabr~
siae iugum•,, etc., trM lo que viene lo del «palus Naccararum>, (v. 491), ya visto al
t:J:!atar de Valencia. Escolano y su maestro Núñez se adelantaron en trescientos años a
los comentarios de A Schulten en la «Ora marítima,, de Avieno, cualesquiera que
fueran sus aciertos o sus errores.
~egando nuestz:o cronist9: a Xézica, Libro Oct. vo (col. 756-764), trae lápidas romaa
nas que acreditan su romanídad, cinco; debe recordarse especialmente la de QUINTA
PROBA 1Sffil ET PORCIO 1RVFINO ARCVM 1 FECIT ET STATVAS 1SVPERIMPOSSVIT 1HS XXL.ES, que Escolano tradujo: Quinta Proba, «para si, y para Porcio
Rufino hizo labrar este Arco, y plantar sobre él las estatuas, haviendo gastado en su
fabrica quarenta sestercios; que. segun algqnos montan mil libras Valenci.anas,,.
Igual romanidad correspop,de a Vivel, sobre el que trae a Florián de Ocattlpo,
Molina Viciana, Palmyreno, Zurita, Blancas, Miedes, Beuter y otros; la biblioteca. de.
,
Gaspar Escolano debió ser copiosa y su erudición impresiona aún hoy.
El capítulo XIII (col. 791-794) incluye grabados de monedas de Segobriga (18). En
col. 787-798 amplía información nuestro cronista sobre el tema, no trata de aquellas
(16) Coow le)>ó,SCHULTEN y la que dice Naccuum, en el prime~. ha ele decir, Natarwa, del vocablo pieco Natae, Natarum, quelipifica
AnaJiee; huéepedee ordiaarioa ele laa ~. atribuyendo loe olivoe de la «inaula teraP a loe ele laa ti81fta eDtre UIJdec:iOaa 'fl'IIYa de Cata!~
el situar la 1~ en Albalat.
·
(16) «Gaiae»; en SQHULTEN -.!Wle», 499.
(17) PERE JOAN NU~EZ 11622-1602) 1\Je ea~ti.c9 ele Grieco en la Universidad ele Valencia.
(18} Són loe nWIIeroe 81 4, li, 6 y 7 de la lh.. éXXXV dé A. VJVE8. De ~brip. pq. 16, dec:la ANTONIO VIVES: .X. atribuci6n a Secorbe
~ · dmitiele ain ci.Wcuei6n..
a
»
- 327-
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1Q
F. MATEU Y LLOPIS
«Letras Española.,&» con que califlcaba a loB letreros ibéricos, ni de 8-E-CO-BI-R.I-CES, que probablemente no habría visto nunca, pero sí de las iberorromanas, las mencionad~ de A. Vives, tanto del jinete lancero como de la lá\U'ea, de las que dice (coL 791794): <
Escolano acredita la circulación de éste nJJIDario en tierras de Segorbe.
En el capítulo XX, que trata de Portacoeli, Bétera, Benaguacil, Pobla, Benisanó y
Liria, resalta el romanismo de aquellas localidades con sus inscripciones (col. 863-810);
de Sinarcas, Cenarcas, algo atisba de su iberismo cuando dice escuetamente que en
tiempo de los godos «se llamaba Arcobriga».
Llegando a Xativa, en el libro nono, el crpnista vuelve al i~ris01o y copia clara.
mente sus inscripciones monetales iberas que se transliteran por S-A-l-TI, diciendo que
«de tiempo de los romanos nos han quedado dos admirables y estimadas medallas: que
lo SOQ., por estar escritas con Letras Españolas, devian ser las que se usavan en
España, antes de recebir la lengua y letras de los Romanos. Destas habla el Ar~obispo
Don Antonio Agustín. La primera dize, que tenía en la haz una cab~ de hombre, de
barba larga y cabello, con el nombre de Setabis: y en el reverso un hombre· o 11\Uger a
cavallo, con una palma en la mano, y al!'ededor estas letras Españolas inexplicables
(las copia, col. 1.139). La otra tenía en la ha,z un m~o, con una corona en la. cab~a. y
levantada la maca, y al pie las siguientes letras» (19).
Acude de nuevo Escolano a Rufo Festo en favor de Setabis (col. 1.117): «Attolitur
Uide se Setava civitas / propinquo ab amne sic vocata Hyberis». Y traduce: «Setava la
ciudad, ee ve en lo alto, a quien su Rio le prestó su nombre. He traducido - añade. Setava, y no Sitava, o Setanja, como leen en A vieno Festo algunos, porque es cierto
que tiene su original mil pecados originales, y tantas errat.as como palabras. El
maestro Nuñez sospechava, que Sitana civitas fuera la villa de Cocentayna: pero sm
razon, porq~e demás que esta se llamó Contestania, o Cosetania (como veremos presto)
no la riega a Cocentayna el Rio Setabis, ni la ·Qlcanca de algllllas leguas>> (20).
Trae Escolano
inter clara thorace luce micabat 1 Sedetana cohors: quam Suero rigentibus undis /
atque altrix celsa mittebat Setabis arce 1 et Pelustraco filum componere lino'">> (col.
1.116). A su epigraffa latina dedicó las columnas 1.127-1.132, en la 1.127 una lápida al
IMP. CAES./M.AVR.CLAVfDIO.PIO.FE.IN/VlCTO.AVG.PON./MAX.TRIB.POT./COS.II.P.P.PROCo./D.D. El mismo Claudius II Gothicus (A.D. 268-270) que la tuvo en
Sagull,twn,
Los conocimientos numismáticos y aún la predilección que por las «medallas»,
como se llamaban entonces a las monedas' antiguas, que tuvo Escolano, están acredita(19) Laa co_piu 101> lQO nóma. 1.:1. ~u. lÚil. XX, la oegliDh pieza que deecribe ESCOLANO y loe nÚJII8. 10 y 10 y U, lÚil. CLXII de DELGADO
que, po11 " ' nftido dibujo> ee ajuata a lo que dice de la prilnel'a.
(20) Son loe .,..._ 479-480 de SCHULTBN, leldoe «attQlit iDde ., Si.c:ana civitut. NICQLAU PIUMlTIU no olvidó .Jaa ciw de la oOra
Mari~ de ESCOLANO, c:uando ee OCIIpó en 1968 d.ll ella y de Si!lana ei> 111 •Contribw:i6i> al eatudio dé la Protom.toria mftic:a de loe ibero.
Ana1ae del c.ntio de Cu1tum Valenciano, ' t94NO.
Para ESCOLANO, ..set&va civitu>o. A. scmtLTEN leyó en el....., 479 ..Sieana• e 'i811&16 el rlo 8icaJ>I), hoy Jl\car, al parecer en el eal!o ü
Cullera. «Bueqú6 IPl vano .... veatisioe•, dec:fa SCBULTBN. ESCOLANO reeolvió la duda atenündoee a la lectuna ocS!tava civitu» qu., en
realidad, • halla «propinquo ab 1.111ne», cvoc:At:alt ..S por loe ibe.,., Hyberü, que ea liD ablativo y no el ~tivo de oiberw».
aiean.,.,..
- 328-
[page-n-331]
TEMAS mBRICOS
11
dos en toda su obra; en col. 1.282, hablando del Alforín,·de Ontinyent, narra el hallazgo
en 1.597 «de ciento cincuenta monedas de plata, en un puchero de barro)), de varias
imágenes de «Emperadores, devisas, y empressas: pero todas con el nombre de Roma y
la cifra de la letra X, que significa Denario: de que usaron los Romanos en sus
monedas, y de donde nos quedó en España el llamar dinero a las nuestras)) (21).
El libro décimo de las Décadas de Escolano fue dedicado, principalmente, a los dos
más trascendentales acontecimientos de la historia moderna del Reyno, la Germanía y
la expulsión de los moriscos. En la criterio de índice alfabético del contenido, bajo la voz «Españoles)) remite a la historia
antigua, romana y prerromana, en esta manera: <
letra escribían)) (col. 398, núm. 14, y 1.139, núm. 7). <
guerras de Sicilia contra los Romanos>> (col. 403, núm. 4). <
sil:viendo a los Cartagineses en las guerras de España)) (col. 409, núm. 12). <
mata a Asdrubal General de Cartago, en venganza de la muerte de su amo y el valor
que mostro en los tormentos ·y muerte)) (col. 410, núm. 16). <
411, núm. 16).
<
Murviedro» (col. 427, núm. 1). <
guerra, y tratan de rebelarse)) (col. 439, núm. 4).
<
por la cayda de Sagunto, y aborrecen a los Romanos por lo que tardaron en acudir a
favorecella» (col. 452, núms. 3 y 4). <
Romanos admitieron en sus legiones para las guelTas» (coL 506, núm. 4, y 599, núms. 2 y 3).
<
el alfabeto, inscripciones monetarias, legionarios y formas de vida anteriores a la
llegada de los romanos y a su dominación; era el concepto que" los eruditos de su
tiempo tenían de lo que llamamos «ibérico», como el vizcaíno Andrés de Poza, licenciado en Leyes por Salamanca, decía en su libro, Antigua lengua ck las España&,
mencionada más arriba (1687):
<
galos. Españoles celtiberos. Españoles ceretanos. Españoles cositanos. Españoles lusitanos. Españoles turdetanos.>>
;El iberismo, pues, hay que exhumarlo de lQs Décadas de Escolano, <
sus densas, prolijas, eruditas y pormenorizadas páginas que tanto han servido y sirven
para el conocimiento de la historia del país, del antiguo Reyno de Valencia.
(21) No dio la compoeicióo eucta del ' - • 7 .....-:lo eD la a:i8teDcia de UD partido . . ~ t«ritorio, u.m.do Bah, Ja,r6 .. UD
cbipti•: Sah. Soln al - . . . : ROWA, ele S. Alnzú..._ clal do 200, c:uaD11o ....., ~ -no. S. A.rruiua, P. Cametiua Sula,
PIDariua Nata 7 l. S.u!eiua.
- 329 -
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ARCHIVO D8 PRBHISTORIA LBVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 11189)
AGUSTf VENTURA
(Xativa)
L'ALJUB DE MONTSANT EN EL SOLAR DE LA XÁTIVA ROMANA
Amb molt de gust participe en l'homenatge a En Domenec Fletcher Valls a
qui desitge tota classe de felicitats. Ell en 1971 entre ·les sessions del 1 Congres
d'HistOria.del País ValenciA. va confiar en les meues modestes apo~cions sobre
la Xativa romana, i aixo va ser l'origen d'una bona amistat.
La meua comunicació actual vol ser un recull d'aquelles dades escasses que
posseün respecte a l'antic convent de Montsant, on es troba un important aljub, que té
totes les característiques de ser roma en origen, i unes reflexiona entom a l'abastiment
d'aigua en el solar de l'antiga Saetabis.
L'AIGUA A SAETABIS
No s'ha trobat cap resta d'aqüeducte exterior per abastir d'aigua una ciutat tan
important com la Saetabis romana, citada per diversos escriptors llatins com Catul,
Plini el Vell, Silius ltAlic, Graci Falisc, etc., i amb més de 50 inscripcions llatines (1).
La mAxima altura del castell de Xativa és de 308m. El solar de l'antiga Saetabis ·
estava, segons tots els indicis, en un rectangle d'uns 600 m. de llarg en la paral.lela del
castell per uns 300m. d'ample en la vertical del castell. Aquest rectangle estA sobre la
cota d'altura de 122 m. segons el mapa geogrMic 1:50.000 del Servei Geogra\fic de
l'Exercit que tinc a la vista.
El naixement de l'aigua de Bellús que subministrava des de l'edat mitjana i
subministra encara d'aigua la ciutat no supera la cota deis 100m.; el seu naixement
- 331 -
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2
A. VENTURA
esta a l'Estret de les Aigües, a la vora del riu Albaida, aigües amunt d'on es troba la
Cova. Negra: supera el barranc del Pont Sec amb un aqüeducte almenys medieval, ja
que sabem que fou reparat en temps del rei Martí l'Huma. L'altra conducció, menor, i
ja abandonada, que entrava per la part Oest de la ciutat, 1'Aigua Santa, va per la cota
deis 110m.
Amb aquestes dades ja tenim plantejat el problema de l'abastiment d'aigua a la
ciutat romana. Un altre tema seria el del regadiu de l'horta, que ja havem tractat en
un altre treball: una producció com ellli, testimoniat per Catul i Plini, que requereix
molta aigua per a ser amerat suposa l'exisUmcia del regadiu (que es podria deduir
també del text de Silius I~c); i la partida de Meses, si venia del participi mensae,
podria testificar una centuriatio romana (2). Pero ara el tema és un altre: ¿D'on bevien
els saetabitani? ¿Els enginyers romana no han deixat cap resta d'obres hidrauliques?
Després de liargues reflexiona i 'c onversacions amb alguna historiadora i arquitectes xativins, hem arribat al que podria ser una primera hip<)tesi de treball: La ciutat va
baixar de les altures de la «Costa» o «Albacar)) el dia en que es va procurar d'una
forma regular i contínua l'abastiment d'aigua a les cotes 100 6 110m., mitjan9ant les
conduccions tradicionals de l'aigua Santa per l'Oest i l'aigua de Bellús per l'Est. Si
Jaume 1 ja va trabar la ciutat avall de l'Albacar, encara que aquest no estava
abandonat sinó habitat, potser aquest procés es produiria en epoca musulman.a.
En les excavacions fetes enguany en el Bellveret, ha aparegut un aljub d'obra
romana adosat a la muralla de la mateixa epoca, segurament per abastir una vil.la
exterior de la part baixa. Aixo mateix podria provar que els :romana no usaven encara
l'aigua de Bellús, pero hauríem de ser prudents en qualsevol afirmació rotunda.
¿QUINA AlGUA UTILITZA VEN ELS SAETABITANI?
Per a contestar aquesta qüestió hauríem de pensar en tres possibles respostes: fonts
naturals en la muntanya, recollida d'aigua pelsistema d'alcavons i aljuba pera l'aigua
de pluja.
l. LES FONTS NATURALS. Podem suposar !'existencia de naixements d'aigua
en la muntanya per diversos testimonia, i eixa seria l'explicació que Xativa s'expandira cap al Nord. Encara que el clima de la vall de Bixquert, situ. da al Sud del castell, és
a
més agradable i sec, com ho demostra el ser una zona d'estiueig tradicional des de
sempre, la ciutat va créixer cap al No.rd, va baixar del castell cap a la váll del Canyoles,
de clima més extremat i humit, pero amb una gran riquesa d'aigües. Del cronista
medieval Bemat Desclot (any 1283) és aquest text, que ens provaria !'existencia de
naixements en la muntanya: «Són dos castells en una muntanya, e la muntanya és tan
forts, que no hi pot hom muntar sino per un lloc, e aquelllloc guardarien vint homens
1.
121 A. VENTURA: •Relte. d'una JIC*ible oenwrinomUtiea (X
Col.Joqui, Valencia, 29..80 ~ 1886), vol. XXIV, Vallmci&¡
pqa. ~ Poatariormeot, eetudi&DtdocumeDIII medi...,ala, U. trobat \a 111M
antiaa ~ a la 16c¡uia de
en un document de Jauma 1, da 111 d'qoet de 12'73, da1 qual perlanm 111M avant.
w-
- 332 -
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a
A.L.JUB DE MONTSANT
a deu mília. E és molt bé clos de forts murs e de fortes torres; e era .molt bé establit de
cavallers, e de sirvents e de moltes armes. E havien qué menjar tres anys; e ha una font
al castell, qui els ~asta a beure, a ells _ a_llurs cavalls, .mentre obs n'han)> (3).
e
Donem ara notícia d'una font situada dins els murs de la ciutat, que conduida des
de l'Ermita de les Santes, antiga sinagoga jueva, eixia a \lila font del Carrer de les
Animes, de la qual done.m il.lustració fotogratic~ (lam. I, A), encara que ara ja no
s'utilitza. Per la seua situació creiem que era privativa de la jueria o call de XAtiva.
Vege.m que en diu d'ella Gon9a! Viñes (4):
((En la imposibilidad de hacer un estudio particular de cada una de las fuentes
terciarias, que resultaría demasiado prolijo y de poco interés general, me limitaré,
después de lo dicho a enumerar las principales que surgen en nuestra localidad. La
primera que he de mencionar es la de Sent Jordi, asj llamada por haber sido conducida
hasta lá puerta de la ciudad que llevaba el mismo nombre. Antiguamente se la
denominó Fuente Salada., sin duda por el ligero sabor picante y fresco de sus aguas; y
tendría a la sazón gran importancia, que aún conserva en parte, por hallarse situada
en la parte más alta de la población. He visto en el Archivo Municipal una lista de
privilegios reales, otorgados a la ciudad, y entre estos, uno de D. Jaime ll.de Aragón,
sobre dicha fuente, dado en 1304, por el cual, se expropiaría aquella para el público
servicio, según se deduce de la descripción que de la misma se hace en dicho documen·
to, y que dice así: "Nace del castillo y sale en el huerto o corral de una casa llamada de
Padilla que se halla en la falda a raíz del monte contiguo a los muros de la ciudad; fue
conducida por arcaduces de barro co~tigua a la muralla y a la puerta de San ,J orge se
fabricó un vivero o estanque." Hoy se halla situada en la calle del Fosar un poco más
abajo de la iglesia de las Almas. Sus aguas provienen de las flltraciones verificadas en
el monte del castillo, cuyos estratos buzan hacia el valle, recogidas por un lecho
impermeable, que no debe ser otro que el de las arcillas del Keüper. Este lecho
formará, sin duda, una depresión o sinclinal en la dirección aproximada de E. a 0.,
como la del barranco que baja desde Montsant hasta las Santas, dando lugar a una
pequeña cuenca subterránea que se corresponde con la superficial o exterior del
barranco mencionado.»
(3) BBRNAT DESCLOT: oCWinic:», cap. 48. En oLee Quatze Gtea C~, edlcló de !'erran Solde9Ua, ed. Selecta, Barcelona, 1971, pq.
448.
-'*'-·
(4) O. VIAES MASIP: «Hidrotr'a&
TroalNljo premiMo m loe juecoe P1on1M celebndo. en Jili'la., el ~ 1912. Imp. VUpn. de
t. Seo, Jiti-.., '1914, pq. 67. 11 ,..,......, 6e cit.~ pw C. SAR'l'JlOU: «Dato. pe.ra t. binoM d• Ji...,.., 111188, t.-1, pq. t87, inclicar-n• t.
aq-
~ocia
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{ord &Joda ,. n{wti.Jt ~ """" un doewoNnl tÜ l'út/Ml PRN. {Ul tÜ J- I . tk U tk j ulid tÜ 1n1 (.4.n~W eord 'A , .. Bq. &'!.foL Uil>; EntMt MARTlNBZ FBRRANDO, ~ tÜ " - 1, IÜI ACA, ~ Gl rdAo tÜ Voleftdo, JAU, ..W... 1.011).
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[page-n-336]
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Fig. l.-Croquis amb la ubicació de )es fonts, alcavOJlS i aljubs citats en el text.
[page-n-337]
ALJUB DE
~ON'l'SANT
5
Hem tractat de comprovar en la mesura de les possibilitats, les afirmacions de
Viñes, parlant·amb un dels propietaria de la Societat dels Obrers, en el Carrer de les
Animes, on - ins fa ppc encara brollava l'aigua perla font de la qual publiquem la foto
f
(lam. 1, A), i hem tractat de situar-la en el dibuix (fig. 1). Baixava a quatre o cinc
metres de la muralla, encara que aco ho desconei.Xia el nostre informador, i passant
per davall de l'~tíc trinquet a uns· 2 metres i mig de profunditat anava cap a la Placa
de la Galera, pero per una desviació en angle recte eixia a la font del Carrer de les
Animes, an_tic fossar, a la Societat dels Obrers. El fet que malgrat la construcció de la
carretera del castell no fol!! des~lda la conducció deñ)ostra que an~va m_ lt propera, de
o
la muralla, possiblement a !'exterior. Nosaltres pensem que potser fóra la mateixa
conducció que obaerve.m en un pou, a cinc metres a !'exterior de la muralla, a la vora
d'una caseta destruida anomenada de Lluch. Encara que no hem pogut comprovar-ho
perque ara e1 pou esta aterrat, sembla que era un deis alcavons, que després descriurem, en la font de les Santes. Perqqe en efecte, la nostra confusió actual ve de que hi
ha al mateix lloc altres dues fonts que no tenen res a veure amb aquesta, com molt bé
distingeix Viñes: «Más superficiales "9 en consecuencia mucho menos caudalosas son
las llamadas de la Edra y la conducida al patio. de la enDita de las Santas, cuyas
filtraciones originarias, d.etepninadas por la favorable inclin~ción de los estratos, se
recogen en galerías más o menos profundas, practicadas en la base de los acarreos
modernos y calizas del castillo.))
La Font de l' Edra, situada en 1a muralla romana entre les Santes i la muralla
medieval, ja no hi e~steix: acompanyetn foto de la ubicació (18m. 1, B). La Cova de
!'Edra, d'on naixia i que estava habitada, es va afonar. En canvi la de les Sañtes l'hem
vista i estudiada, i és. el típic alcavó o qanat arab o potser romA (les altres fonts, ara
destruidas, també eren alcavons)~ Pero abans de descriure-la donarem notícia d'aquests
<;ol.lectors d'aigües.
2 .• ELS ALCAVONS. La paraula ve segons Coromines (5) de l'a·rab hispanic
qabu = volta, cúpula; amb la seua accepció hidraulica sois apareix des de Xativa fins a
· la Marina i Nord d'Alacant, o siga allo que era l'antiga Contestania o la govemació
foral de Xativa <
creuen que és d'origen persa o mesopotamic, i que hom deu la difusió als arabs. No
obstant, com en tantés altres coses ja era conegut pels romans. Femánde,z Casado (6)
en cita a les eiutats romanes de Cherchell (Caesarea de Mauritania, Algeria) i de
Segobriga ( = Saelices, Cuenca). Veurem la descripció deis darrers: «Se trata de una
captación, mediante galería de 225 m. de longitud, de las agq.as que se depositan en un
pliegue de calizas que forman como un geosinclinal en miniatura cubierto con sedimentos posteriores que las ocultan y protegen. Las dimensiones normales de la galería
son de 1'70 por 0'70 m. y en la base un canalillo con su <:ottespondiente revestimiento
al Cclec o ~ i al ..-taix documet~t- altn.
i Pere Des lai• .
(5) J. COROMINES: «<>ícéionari etialolOtlic i complementari dela llqua catalaDaw. Curial ~ cat&lu.. Baree1ou, ~. vol. I. ,... 182.
(6) C, FERNANDEZ CASADO: •ln¡etúeria bídriulica. romaJ1810. EdicionM Tumer, Madrid, 1983, plp. 479 í 617.
repoblad0111 d'ori•en catalt, eom Pere de Moolalíyola, Amau dé Sarril
- 335 -
[page-n-338]
A. VENTURA
6
A;~~:..._,CANAL
DE
CIRCULACIO
D' AtGUA
(0
1 100
1
CONDUCCIÓ ·SUBTERRÁNIA
PER COSSlS
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POU DE - - 1 -VENTILACIÓ
ENTRADA
Fig. 2.- Aicavó de la Font de les Santes.
[page-n-339]
AI..JUB DE MONTSANT
7
de "opus signinum" entre dos hermas laterales por las cuales se camina con las piertas
abiertas sin enturbiar ni contaminar las aguas captadas. El minado de la galería se
facilitó mediante la perforación de 14 pozos verticales de sección cuadrada excepto
uno circular con diámetro de 0'80 m. y profundidades entre 17 y 3 m. Al fondo tiene una
ligera pendiente para que las aguas circulen hacia una arqueta de recogida, de la cual
arranca el canal de conducción.))
El terme d'Alcavó en aquest sentit hidraulic és conegut a tota la comarca i fins i tot
ha passat a la topinímia, com per exemple la partida dels Alcavons a Aiacor, i Alcavó
de la Freira a l'Olleria, mentre que altrestoponims com la Font Volta (la font voltada
o abovedada), a Bixquert, ens fan pensar també en aquest sistema d'alcavons o qanat
segons la terminología arab, pero que potser el procediment és més antic. Una atquitectes locals descrivien així el sistema (7): «Los alcavones o galerías de captación son
largos túneles cubiertos con bóvedas de mampostería cuando es necesario por las
características del terreno, o más comúnmente en la Costera por dos grandes losas
inclinadas formando un arco triangular corrido a lo largo de la mina. Sus dimensiones
son únicamente las necesarias para su construcción y reparación, de unos 60 cm. de
ancho y no sobrepasan la altura de un hombre. En ocasiones presentan pozos de
ventilación y el agua se recoge a lo largo de la mina y corre por un canalillo
construido en el suelo. Existen variantes según se recoja el agua en la misma galería
cegando la boca mediante un murete o mediante una balsa que se sitúa al final de la
galería. Del primer tipo existen bastantes ejemplos en el término de la Font de la
Figuera, y del segundo en Montesa (Basseta d'Evaristo).)•
Les tre~ fonts, la Salada, la de l'Edra, i la de les Santes (antiga Sinagoga) devien
pertanyer en l'Edat Mitjana a la jueria de Xativa. Descriurem ara la de les Santes, que
encara hom pot visitar (fig. 2). La boca d'entrada esta darrere de les ·santes, ara un
grup de cases dels treballadors del paper de Gregorio Molina, a escassos metres. A uns
10m. de !'entrada trobem el primer pou de ventilació, en una mena de cúpula. Als 4'40
m. més esta l'arqueta, on es recull l'aigua i d'allí eixen tres galeries, separades per
angles de 45°. Cadascuna d'elles té una 15m. de profunditat i acaben en una cambra en
forma de creu. La de la dreta, que encara trau aigua, té allí mateix una arqueta o
dip<)sit, que quan s'ompli vessa l'aigua a la conducció. La galería en forma de volta i
excavada directament en la roca tova, sense obra de cap classe té una altura de 1'60 m.
i una amplana de 1'50, pero a la part exterior 1'80 d'altura per 1'20 d'amplaria. La
conducció central, que va enmig de les dues voreres té uns 30 cm. de profunditat per
altres 30 d'ample. Sembla que aquesta disposició terminal en tres galeries tenia també
la Font de l'Edra, i el pou de la caseta de Lluch, que peñsem si sera el de 1'Aigua Salada
o de Sant Jordi. La font de l'Edra omplia un viver per amerar vúnet que encara hi
existeix, i la de Sant Jordi tenia encara al segle passat un viver en la pla9a de Sant
Jordi o de la Galera, que com també servía per amerar espart i vímet, s'anomenava
(7) Á.
1.ARAGO.ZA Y R. SICLUNA: .t.. uquitectu.a del qua "" la eo.t.er..o. Papen
- 337 -
de la Coáen, t1ÓIIl. l . Dtin. 1981.
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Fig. a.- Alcav6 de la torre arab en la muralla Est.
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[page-n-341]
ALJUB DE MONTSANT
9
placa deis agramadors, que era el nom que rebien els qui practicaven !lquest ofici;
Llibre capitular de Xativa, any 1809, fol. 112: «Sobre la fábrica de casas que pretende
haser D. Francisco Ferrer a la placa de Agramadors, a la salida de la Puerta de San
Jorge.)) 1 al diccionari Catal8.-Valenci8.-Balear, trobem per AGRAMAR: «Batre i cascarel canem amb l'agrama, per separar la canya del bro•. Aquesta operació d'agramar
es feia per tant, a principis del segle passat, al costat del viver o alberca de la Placa del
Portal de Sant Jordi, amb aigua provinent de la Font Salada.
Pero n'hi havia altres fonts més. A uns 200m. cap a l'Oest fora les muralles hi ha un
altre alcavó a la vora d'una casa ara destruida. Més cap a l'Oest esta la Font de la
Cirera, dins d'una finca particular anomenada la Polaca, a la vora del camí del portet
on hi ha restes d'altres alcavons. Aquesta la cita Vifies: <
de las Santas se halla la fuente de la finca llamada la Polaca, sin que tenga ninguna
relación con el Pla d'Agulló, como se cree generalmente, y sin duda también la de la
Salud, si bien ésta pertenece a terreno francamente cretácico, cual es Bernisa.••
«Un poco más abajo de la confluencia de loB barrancos de la subida de Bixquert y
del que baja desde el castillo por las espaldas del Montsant, aparece otra fuente, hoy
conducida a una casa particular de la Alameda. Sus aguas provienen de las que se
recogen en la pequefia cuenca subterránea correspondiente a la superficial de los
barrancos dichos. No conozco en que condiciones surge, pero es de suponer que alguna
grieta de la roca pone en comunicación el talweg de la cuenca subterránea con la
cuenca exterior, hoy terraplenada.»
El mateix informador de la Font Salada, ens va dir que hi havia també una font que
partía d'un alcavó que naixia en la Nevera, construcció singular per a guardar la neu
de la ciutat antigament (lam. U. A), i anava a una casa particular del carrer Sant
CristOfol.
Afora de la muralla Est de la ciutat, vora la torre almohade semicircular, hi ha
restes d'un altre alcavó que potser assortia l'aljub de Montsant (fig. 3 i lam. m, A). La
galería excavada en la roca tova i amb millor tecnica que la de les Santes té en la boca
una altura de 2'30 m. i una ampl&.ria de 0'50 m. en els primera 6'50 m. de profunditat. En
eixemoment s'abaixa a 1'50 m. en una profunditat de 17'30 m. En aquest punt apareix
el primer pou de ventilació que és quadrat i té 1'55 per 0'83 m. de costat. No hi ha obra
i és excavació en la roca natural. A partir del primer ¡x}u ja no es pot penetrar més,
pero a !'exterior s'observa que hi ha un altre pou uns 25m. més endins. Crida l'atenció
com els dos pous estan davant de sengles torres, el primer de la torre almohade on
segurament hi hagué una porta en epoca romana, i el segon vora la torre de carreus
romana. Potser els pous eren utilitzats pels defensora de les torres. Sobre la primera
torre no hi· ha cap dubte que era almohade, perque segons Boix (8) en ella s'havia
trobat una inscripció 8.rab que donav.ala construcció en l'any 1229 de la nostra era, i
allí mateix hi havia una porta, segons un text que ell cita, de mitjan segle XVIT: <<1
feren una sepultura de huitanta pams de fonda i vint de quadro damunt de rhort de dit
(8) V. BOIX:
cUaYa.
w
--.
~ y tQdicionel de eieta antipa eiudaobo. Jtti"- 18&7, pq. 10.
-339 -
[page-n-342]
10
A. VENTURA
monásteri de Montsant en un torreó del mur, que estava hueco, que antigament se
passa a Sent Onofre.» Aquesta torre e~ta a mitja dis~ncia entre el castell i Montsant,
de manera que és molt probable que hi hagués una porta de la Saetabis RomQ,Ila, com
també es d,edueix dé 1'obsetvació de la construcció de la muralla. D'ací eixiria a nivell
un camí cap a Bixquett, i en cas hipotetic que hi hagués algqna conducció exterior
d'aigua a la ciutat, cosa en absolut comprovada, estaria en aquest punt.
En definitiva, segons un mapa 1:25.000 del terme de Xativa, de 1905, existien dintre
les murallas de 1'Albacar, a part el que ja hem dit; com a mínim tres pous (núm. 316,
pou de Reig vora l'eaglésia de les Santes, i núms. 324 i 325, en les darreres corbes de la
carretera del castell), més a bandá altres construccions hidraulíques, com la nevera,
segurament del segle XVIII, la Cova de les Gotetes (naixeme'nt i aljub al mateix temps),
i els aljuba de que ara parlarem. Aixo ens pot fer suposar que la muntanya de X&tiva
en l'antiguitat podria ser com un deis abundante «Montlleó» o «Monleón)> de la
toponímia: Montem Luyyun = muntanya de les fonts, o «Gibraleón» = jabal·luyyun, amb
el mateix significat (9).
3. ELS ALJUBS ..El a.egüen~ exemple de Viciana, que escrivia al ségle XVI, ens
J;"esulta.ra aclaridor (10): «En la vertiente del castillo baxando a la ciudad hay un muro
que sierra el albacar, que antes fué la ciudad primero fundada, según dello tenemos
inteligencia por haver muchos aljibes y edificios antiquissimos; y después como antes
dijimos los agarenos que ocuparon la tierra edificaron muro del albacar abaxo la
ciudad que a} presente permanece.» No hi ha cap dubte en les áfirmacions de Viciana:
1er. En l'Albacar o Costa estava la Saetabis romana.
2on. Els musulmana baixaren la ciutat, probablement en portar l'aigua de Bellús i
Santa que anava a una cota inferior.
3er. «Aljibes antiquissimos» vol dir aljuba dels romail$. Naturalment aixo no vol dir
que no hagen estat reparats i reutilitzats posteriorment fins epoca moderna. Pero,
¿quants n'hi ha? Nosaltres creiem que més deis que es veuen a simple vista. I segurament estaven comunicats entre ells per galeries de distribució. ~e se'n puguen veure
ara a simple vista hi ha els següents: Els quatre comunicats dins el castell, les fotos
deis quals estan en el nostre treball sobre la }ú\tiva Romana (11), el de Montsant, els
de Sant Josep, el de la Tartana, un altre vora la carretera, la Co\Ta dels LleoiUJ, la de
lea Gotetes, i d'altres.
Sobre el de Montsant, o el convent de les Monges Magdalenas de 1'Algema, que
havia estat palau reial, Viciana no'n tenia cap dubte que era roma (1.2), quan diu: «En
este convento hay un algibe hecho por los antiguos (=romanos) y cual convenía para
la casa re~; cubierto de bóvedas con arcos grandes y una escalera de piedra para
baxar en él, el qual tiene de longitud noventa palmos y de latitud sesenta pal'mós y
Qtros sesenta de hondura; y en este tiempo estava lleno de agua pluvial y muy buena:
. (9) M. S~CHIS GUARNER: «De toponimill mbipvalentinv. Bevilta Valeaciana de Filo)opa, voL !,.fue. 4. Val..,.,;., 1861, J)lp, 2fi9.2'12.
(10) MARTIN DE YJCIANA: Libr:otercerocle la CnXdcaclela ... ciudad de ValeDcia,y 8llreiDo, 1fi63, 3.• ed., V~ U172, Col. CLVlll. pq, 330.
(11) VENTURA: Op. cit. en la nota 1, lAmín• XV i XVI.
(12) VICIANA: Op. <:ít. én la nota 10. fol. CLX, plc_. 336.
- 340 -
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11
ALJUB DE MONTSANT
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[page-n-344]
A. VENTURA
dixeronme lás reverendas madres que tenían provado que en.eada un palmo havia diez
mil cántaros de agua.»
Farem ara la descripció deis aljuba seguint una successió inversa d'impórtancia. La
Cova del$ Lleons, en la darrera corba de la carretera, on segons una tradició s'hi havia
refugiat Sant Feliu, és una immensa cister.na que té una boc.a de 16m. d'ampla. A pocs
metres a la dreta hi existeix una altra cova o cisterna enorme de 20 por 20 metres. La
Cova de les Gotetes, situada en el cainí entre la nevera i el castell, és sense dubte un
aljub on com el nom indica hi havia naixement d'aigua: fins i tot. hom ,podría pensar en
uns banys o termes, ja que al centre hi ha una mena de piscina rectangular que medeix
.
.
15 per 7 m.
En la penúltima corba de la carretera hi ha un aljub que ens sembla de dist.ribució i
decantació de la xarxa d'aigua (fig. 4 i 18m. IV, A). Té 8'60 m. de llarg, 5 m. d'altúra, í 4
m. d'ample. Les parets laterals mesuren 3'50 m. i damunt d'elles fins als 5 m. va la volta
de canó. Hi ha una entrada de l'aigua des de la conducció de la xarxa en la part alta, i
sembla que una eí.xida. Pareix que servirla pe:r a depurar l'aigua dipositant les
impureses en el fons.
Semblant a aquest és faljub de la Tartana, anomenat ai.xí pel poble perla seua
forma característica (fig. 5 i 18m. m, B). Esta situat vora la torre almohade en la part
interior i damunt la condueció que abaste.i x d'aigua al gran aljub de Montsant. Té .6'10
m. de llarg, 2'80 d'ample, i les parets una altura de 2m. Sobre elles va la volta de canó
qué té 1'50 m. de radi. En la part alta hi ha un forat d'entrada, i en la baixa un forat
d'eixida de l'aigua, de manera que és un aljub de decantació dintre la xarxa general.
Com que en aquesta part Est de la muralla, aquesta servía per a la distribució de
l'ai~ pera tota la Saetabis romana, c:lavalll'actual Ermita d~ Sant Josep ~on d~via
haver-hi ·a lguna porta) hi ha un castellum aquae molt probablement roma (18m. 11, B).
Té dues naus.voltades i comunicadas entre si per dos ares mitjaners. No doneín ara les
mesutes perno havet pogut entrar en el moment de redactar l'article, pero donem fe
d'haver-ho fet moltes vegades, i creiem que entra dins la tipología romana, que ara
veurem en el de Montsant.
EL MONESTIR DE MONTSANT O DE SANTA MAGDALENA DE L'ALGEMA
La primera notícia documental que tenim d'aquest monestir situa,t en el cantó
Nordest del solar de l'antiga Saetabis, es traba en el Llibre del Repartiment (13):
N.o 3030.--Jachesio Sancii: in diebus suis domos nostras que sunt in Algefna Xativa
que fuerunt de Abenhalaza ita qr¡.od eas teneat condirectas. IV nonas madii.
«A Jacques S&ll~: per tota }a seua vid~ les cases nostres (del rei Jaume 1) que estan
en i' Algefna de Xativa, que eren de Abenhalaza, de manera que les tinga en condom.i ni.
4 de maig de 1248 (com es dédueix pet la paginació).•}
(13)
Uil>Je del .a.P.Utiment. a
c;llr&
d'Antonl Fei'randó. Vicm>~ Garcia editoree, v~.
- 342 -
um, núma. a.oao i s.oo (Jner lUB).
[page-n-345]
13
ALJUB DE MONTSANT
N .o 3049.-Jachesio Sancii: do1n011 in Xativa que fuerunt de Almouri{ et generis sui
cum turre in eis sita que sunt in Algefna et affrontant ex una parte in domibus que
fuerunt alterius generi dicti Almoxarif et u alía in vía publica et ex alía in muro
Algefna et ex alía in placía que estante domos fratrum de Hu ... ad propriam hereditatem
{ronchas. IV nonas madii.
( la torre situada en elles, que estan en 1'Algefna i estan fronteres d'una part amb les
cases que eren de l'altre gendre del dit Ahnoixerif i d'altra amb la via publica i de
l'altra amb el mur de l'Algefna i d'altra ambla placa que esta davant de les cases dels
frares (¿de la Penitencia de Jesucrist?) com a propietat franquea. 4 de maig.,,
Aquest Jacques Sane és un deis tres repartidora del terme de XAtiva, i va rebre les
propietats millora i més importante, i per aeo ací administra les mateixes cases del rei
a Xativa. Apareix en la cronica reial, cap. 71, durant la conquista de Mallorca: ccE
faem-ne batlles En Berengue:r de Durfort de Barcelona e en Jacques Sane qui eren de
nostra casa, e hc>mens que ho sabien fev• Segons la nota que fa Ferran Soldevila en la
seua edició de la Cronica (14), llegim aeo: ((Jacques Sane sembla deu ésser el mateix
del capitol 77, el qual era de la .casa del rei, i havia estat enviat per ell al rei de
Mallorca, per reclamar contra la presa d'una tarida. Pel nom sembla francés, i alguna
historiadora el fan de Montpeller. Trobem un Jaume Sanxer, al qual el rei va concedir
(17 de juliol 1249) autorització per alienar el castell de Montomés, prop de Bo.rriana.
En el Repartiment de Mallorca li va correspondre una alquería en el terme de Sineu.
Des de 1242 va succeir a Berenguer Durfort en el c8rrec de Batlle general de Mallorca.,,
Escolan.o (15) dóna més notícies 8obre la nissaga deis Sane, encara que alguna
d'elles podría ser erronia. Diu que cctuvo su origen en Alemanya.. .» i que tenien
((grandes heredamientos en los reinos· de Navarra y Aragón». Afegeix que serien doe
germana, (
més ((Berenguer, Aymerique y Guillermo,,, que no sabem si serien també germana o
potser tilla o nebots deis anteriora, els quals apareixen efectivament al IJibre del
Repartiment: Berenguer o Bemat en n.o 2.605, 2.838, 2.656, 2.560; Guillem en 8.388 i
. 3.714, ja mort; Aimeric, en 1.893: (
juntamente con Berenguer, Aimeriqlle y Guillenno, donde Pedro Sanz, fué uno de los
jueces repartidores de la tierra en 1244, como parece por el libro 9ue se guarda en el
archivo de Xativa, y a él y .a sus descendientes les cupo tan grande parte y tal en la
huerta de Xativa, que no se lee iguala ningún otro linage de los heredados en ella.,,
Escolano va traure aquestes noticies de Viciana, que molt més informat parla de
Jacques com a repartidor de la ciutat (16), quan fa esment de la família Sane: c
que procede de Alemania, de donde vin.o Jacques Sane a valer al Rey don Jaime en la
conquista de Mallorca, donde el Rey lo hizo baile, para favorecer y guardar a los
agarenos, que trai'an bastimentO& al campo. Después continuando el rey la guerra del
S.*"
(14) CrOoica de " • - 1, eap. 71 eo .X... Quav. O..... ~. ed. P. 8oWeriJa,
BerealoDa, lt71, ,..._ D& i •
(15) GA.SPAR BSCOLANO: D6c.4ee del BeiDo de VeJeQcie, 1610. libro IX, col Uk
(15) MARTIN DB VJCIANA: hite ..-la de le ermw:._ de VeJeQcie, ed. 1881, Sociedad de Bibll6ftloe, . . .. 150.
- 343-
[page-n-346]
14
A. VENTURA
Reyno de V al encía, fiel Jaques San~ les sirvió hasta la presa de XS:tiva, que fué año
1244. El rey nombró partidoi~es de los heredamientos de Xativa entre los cavalleros y
otros muchos pobladores a Jaques San~ y otros dos cavalleros, según parece por el
libro de dicho repartimiento hecho entonces, el que hasta hoy está guardado en el
Archi\To de Xativa. Otrosí, Berenguer San~ y Pie:rres San~ fueron en la pressa de
Xativa, y a mi digo, que el dicho Jaques ni los otros de su familia de aquella hecha, no
fueron mal heredados, porque hasta hoy vemos que los cavalleros del apellido de Sane
en Xativa possehen todo lo bueno y mejor .della.••
L'al-ge{na = la «ciutadellro•, que estal'.ia habitada per l'alcaid de XAtiva Banu lsa, i
cotlvenida en residencia reial, segons les fonts musulmanes hauria estat abandonada
per aquesta en gener de 1248, i uns mesos de8prés concedida en maig a Jacques Sane
(17): «la casa del famoso médico sevillano Abenzoar (m. 1130) se mantuvo en la "gefna"
de Xativa hasta que la abandonaron los musulmanes en ramadán del año 645 (enero
1248)••. No tenim cap dubte que l'algefna eta les «domos nostrM>•, casa reial, i el futur
monestir, ja que ho corrobora él paragraf abans citat de Viciana.: «En este convento
hay un aljibe· hecho por los antiguos y cual convenia para la. casa real.••
El rei sojomava en aquestes cases durant les seues estades a Xativa, i no sabem si
per etimología popula,r o per confusió d.e noma quasi homOfons, allo cert és que molt
prompte vegem 1'al-gefna = ciutadella, convertida en algema, el lloc de l'assemblea,
referint-se a les mateixes cases del rei. O potser l'algema designava un lloc dins de
l'algefna. Així en la celebre estada del rei a Xati\Ta pera reconciliar·se amb elseu fill
l'infant Pere, en Nadal de 1273, un document citat per Miret (18) porta la següent
datac.i ó: <
kakndas Januarii anno domini MCCLXX tercio•• = <~Aquesta sentencia fou pronuncia®.
en Xfttiva en les cases del senyor rei de l'algema el 18 de desembre de 1273••·
~s molt probable que Jacques Sane fos de Mohtpeller, ja que anys després aq~estes
cases reials serien atorgades a les monges madalenes de Montpeller, i pensem que cáda
zona de la vila estava assignada a repobladora del mateix origen geogr&fic. Un
document de pocs dies després (13 de febrer de 1274) ens assabenta que a les portes de
la casa del rei, Bertrail de Canelles havia assassinat a Roderic de Castellósol, justicia
d'Aragó <
El reí en Jaume per document datat a Valencia, 19 d'agost de 1273, havia fundat a
Alzira un cónven.t de monges madalenes, com a fillpl del que hi havia a Montpellet,
prop de..l RQrtal de Sant Gil; en aquest document atorga a la priora Na ~bors una
serie de rendes de molins del riu Albaida en terme d,e XAtiva, i en la séquia de Meses,
de Ranes, en el riu de Montesa, en el raval de Xativa, etc. Aquest.monestir va estar a
Alzira, fina que una gran riuada del Xúquer el va destruir, i les seues monges occitanas
varen passar a 1'Algema de Xativa defmitivament. Aquestes notícies provenen de
Jaume Villanu~va (19): «El Rey don Jaime ll de Aragón, nieto del Conquistador el) su
r
(17) C. BARéELO: «Loe Banu lea». Llibre de la Fira, Xitiv~ 1982, " "· ZT.
(18) MIRET J SANS: «ltinerari ile J a11111e 1 el cooqueriaor». Bax<:elona, 19 ·pq. .(90,
18,
(19) J. VILLANUSVA: •Viaje literario por lea i¡Jeeiaa de Eepañp, Imp. ReaL Madrid. 180.'1. t. 1.
- 344 -
pq. 21.
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15
ALJUB DE MONTSANT
Real Privilegio dado en Zaragoza a 24 de setiembre de 1320, considerando que el
monasterio edificado por su abuelo en Alzira había sido destruido por una grande
avenida del Xúcar, y que sin grave peligro de la comunidad, no podía reedificarse allí
mismo, concedió a la priora y monjas una casa que el rey tenia en Xdtiva, llamada Algema, a la cual se trasladasen y fundasen un monasterio con el título de Santa
María Magdalena de la Algema... Proveyó el rey a su subsistencia por el privilegio
dado en Valencia a 10 de enero de 1320, por el cual sin que obstase la disposición del
fundador del monasterio de Alcira la donación que hizo su abuelo, trayendo, dando y
confirmando de nuevo a la abadesa que era y por tiempo fuera y a su comunidad del
monasterio de Santa María Magdalena de Algema de Monte Santo de XAtiva, los
mismos bienes que en el privilegio y donación de su abuelo se expresan... Fueron
encargados de su dirección y gobierno espiritual y monástico los abades y monges de
Valld~~a, conforme a los estatutos del Císter.))
La vida d' aquestes monges madalenes, que procedien de la noblesa, no devia ser
molt edificant, jaque tenim noticies d'una brega per l'amor d'alguna monja de dos
cavallers, un dells el póeta mossén Estanya, potser descendent d'un repoblador occita
de la Valldigna (20): «El25 de julio! de 1470, don Jordi Centelles, fill del comte d'Oliva,
fonc en la ciutat de XAtiva en lo monestir de les monges de Montsant, e fonc lo fill de
mossén Estanya, los quals vengUeren a brega e lo dit Jordi fonc nafrat en lo ventre, e
lo Stanya en lo cap)).
En l'església del convent hi havía una taula de la Magdalena de Reixach i un
retaule de la Ma.t;e de Déu de la Llet, que ara es troben en l'església de Sant Feliu (21).
Viciana encara va visitar aquest monestir, com ja hem vist anteriorment.
Després del concili de Trent, aquest monestir que havia de ser obligat a fer-se de
clausura, contra l'opinió de les monges, fou ocupat directament per monjos. de la
Valldigna: <
por punto general se estableció la clausura en los conventos de Monjas, se resistieron
las de Montsant a recibir este decreto, con pretexto que fuera de la estabilidad expresa
en su profesión, jamás habían votado ni obligádose ·a clausura; por donde dieron que
sospechar que esta su resistencia nacía de propensión a vivir con más anchura y
libertad. Habiendo llegado esto a noticias de Felipe n, zeloso executor de los decretos
del concilio, tomó tan a mal esta oposición, que como dotador y único patrono de aquel
monasterio impetró una bula del papa Gregorio xm... para que las trece monjas
fueran trasladadas a otros monasterios.)• Foren enviades al monestir de la Zaidia, de
Valencia, i en el de Montsant de Xativa varen entrar tretze monjos cistercencs de la
Valldigna (c<
bemats••) que hi continuaren fins l'exclaustració delsegle passat, en 1836
concretament.
(20) WAJl'l1N DB RJQOU 1 A. COMAS.: «HJ.tbria de la liUntura ea.t.lanp. Bd. Ariel, BArce1oDa, 1864, -.ot
(:ll) A. V&NTUllA: «L'-.UG& cla s...t J'eli11 ele XAiiVP. Bd. Amica ele la Coelera. XAtiva, 1m. p6p. 66-70.
- 345 -
m, pq. 374.
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A. VENTURA
16
LA MARE DE DÉU DE L'ALJUB
A part d'allo queja hayem dit anteriotment, les escasses l}otícies m~ que podem
aportar sobre el monestir de Montsant, apareixen en el llibre de Caries Sarthou
«Monasterios setabitanos» (22). Primerament recull la vella tradició, esmentada per
Escolano, que allí mateix es trobava rhipotetic monestir del segle VI de Sant Donat
africa. Descriu les ~scasses restes arqueologiques, dient que-«en el ángulo Norte yace
enterrada la planta del templo; su muro exterior, aprovechado luego para muralla de
defensa en las g1¡erra. d.e la inde.pe.ndencia y civiles del pasado siglo, nos muestran aún
s
un ángulo de sillares y en el mismo lienzo, lo que fue puerta del templo cenobítico con
el arranque de una arquivolta de saliente arco en sencilla arquitectura. Diversos
:r~ws de canterla y capiteles por todo el jardín».
Respecte a l'aljub diu que «semeja subterránea catedral con la cabida de un millón
de litros de agua pluvial)). Sarthou expresa l'opinió que compartim plenament que «es
demasiado aljibe para un centro de trece monjas y es casi seguro que su construcción
data de época anterior)).
·
En l'actual menjador de la casa hi ha una imatge de rajoletes d'una Mare de Déu,
amb la següent inscripci6: «Nuestra Señora del Aljibe, .abogada contra la peste,
encontrada en esta cisterna en el ajío 1604 y fue trasladada a Valencia donde se
venera>). La imatge es trobava fins la guerra 1936-39 en la primera capella de la dreta,
la del baptisteri de l'església de Sant Miquel i Sant Sebastia de Valencia, sobre el vell
camí de Quart: aco era una antiga e:rtnita fins que en 1533 s'hi establken els frares
mínims, ion es conserva la tomba del Beat Gaspar Bono. Durant 1'expropiació, aquests
frares en 1835 encara tenien terree en Novetlé, cos.a que ens indica algu.na relació am.b
Xativa. La capéUa de la Verge de 1'Aljub, que no conserva a horas d' ara la imatge, esta
coberta de rajoletes de tons blavosos, pero molt destruides: en la paret de !'esquerra
esta representada una font, i en la de la dreta un angel, que sembla portar l'escut de
Xativa. La llegenda de la imatge la va recollir Sarthou d,'un manuscrit, antic llibre de
·l a confraria de l'esmentada església de Sant Sebastia, que segurament va d.esaparéixer
e.n la. guerra: «En la ciudad de Xativa subiendo al castillo, hay un monasterio de
monjes bernardos, enfrente del cual babia un grande aljibe por los años 1604, donde
sucedió lo que sigue: Subíanse las más de·las tardes tres señores clérigos, dos presbíteros llamados mosén Cosme Esparcen y mosén Pedro Sanz, y el otro subdiácono,
llamado mosén Vicente Pedrola, a tener un rato de ;recreac.ión. Afligíales mucho la sed
una tarde y lastimándose de pudiendo tener allí algún algibe... vinieron en limpiar el
que había y condujeron dos jornaleros para vaciar la tierra. Un día, a tiempo que ya
habían sacado tres grandes montones de tierra, descubrió mosén Vicente Pedrola, en
el montón de enmedio, un pedazo de madera que relucía mucho. Llegóse y vió una
hermosa imagen de la Concepción con su luna a los pies y sin niño· en los brazos.
Limpióla con un lienzo, qu~ por haber estado bajo tierr:a 890 años... estaba muy
(22) C. SARTHOU:
~Mona.eterlo8
tetabitano.... Tip. MoclemaJ Val_6DQ.a, 1922,
- '346-
pq.. 6C).a).
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ALJUB DE MONTSANT
17
cubierta de terraje... Mas tarde se llamó nuestra señora del Aljibe y es la más
milagrosa que tiene Valencia». Després de diverses vicissituds fou portada a Vallmcia
en 1644, <
Bono, y actualmente está en su cap_illa de la derecha junto a la puerta principal,
consagrándole actualmente una muy lucida fiesta su ilustre y real cofradía con la
invocación de Nuestra Señora del Algibe». Sembla que Martínez Aloy, cronista de la
provincia de Valencia, va rebutjar el que fos imatge romanica, i l'apreciava del
Renaixement. Sembla, dones, una, imatge del segle XVI deis frares cirtercencs, més que
de les seues predecessores les monges madalenes.
Aquesta i~atge no seria més que un símbol sagrat de la «misteriosa antiguitat>) que
hom donava a tan gran aljub.
L'ALJUB DE MONTSANT
PrimerameJtt vol~m afirmar que tant perla situació de l'aljub, en la part alta, angle
Nordest de la Saetabis rom8l1Jl, com per la tipología i per les seues dimensione,
superiora a les necessitats d'un convent o casa reial, creguem que és obra romana, i
es tracta d'un aljub de distribució per tota la ciutat romana, comunicat per la muralla
amb els aljubs de Sant Josep i per canals interiors amb els altres aljubs queja havém
vist (fig. 1 i lAm. IV, B). De forma similar a com en la ciutat romana de Valencia un
aqüeducte entrava per la part Oest, camí de Quart, i per la muralla (Bany dele
Pavesos) anava a un castellum aquae en la Porta Sucronensis ( = Martiri de Sant
Vicent), en la ciutat de Saetabisl'aigua concentrada en aquest aljub es distribuiría per
la muralla del Bellveret, tenint un dip(>sit secundari probablement també romA en les
dues cistemes comunicadas de !'Ermita de Sant Josep.
Hem visitat en dues ocasione l'aljub, pero sobretot tenim uns planols dibuixats per
l'arquitecte xativi Rafael Oliver en 23 de setembre de 1915, en els anys en que va fer
obres i reparacions en el casteU, en Montsant, i va construir la carretera moderna de
pujada al castell, sent propietari de tot aixo el senador D. Bemat Gómez Igual (fig. 6).
Segonsles dades que posseün l'aljub, que té una altura de fabrica de 12m., si estigués
ple fins a una altura de nivell d'aigua de 9'70 m. tindria una capacitat de 1.342.530
litres, cosa que és un volum d'aigua molt considerable i més propi d'una ciutat
romana, que no d'un simple convent.
La planta és un rectangle de 18'75 m. de llarg per 11'62 m. d'ample, dividit en quatre
naus amb volta de canó i comunicades entre sí per dos ares. L'altura total és de 12m..
deis quals 9'75 m. corresponen a les parets fins al comen~ament de la volta. Aquesta té
un radi de 2'25 m. i un diametre aproximat de 4'12 m. Els dos ares que comuniquen les
naus tenen una altura del pilar de 6'37 m. mentre que el radi de cada are mesura 1'5 m.
En la primera nau de la dreta es troba !'obertura i !'escala pera baixar al fone, com
s'observa en el dibuix que acompanyem (fi.gs. 6 i 7).
Que encara en el segle passat hom peneava que els aljubs de Montsant i de la costa
podien ser d'utilitat per a una gran població, ene ho demostra el següent informe de
-347 -
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18
A. VENTURA
.Fig. 6.-Aljub de :Montsant. Pl_~n~a i seccjo~, s~~~?.~. J.t,i\ Oliver.
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19
ALJUB DE MONTSAN'I'
1'-
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19m.
Fig. 7.- Aljub de Montsant. Segona A . Zaragoza i R . Sicluna.
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5
Fig. 8.- Evolució del dipós it uni.-c.ameral, segons C. Fernindez CaaJado. El n.• 3 correspondria al
model de l' aljub de Montsant.
[page-n-352]
20
A. VENTURA
1837 (durant la guerra carlista) del coma. dant d'enginyers militara D. Tomás d'Enguín
danos, en reconéixer la c_iutat per a fortificar-la, citat per Sarthou (23): «Para caso de
cortar el enemigo los cpnductos de los manantiales de BeUús y de las Santas_, deben
tenerse previstos los aljibes de Montsant y Sent Onoire, castillo y la cuesta, dominicos
y agustinos, capaces de abastecer a 30.000 personas durante un par de meses de sitio,
más 80 pozos particulares y algunas fuentes del monte.,,
L'estudi que fa Fernández Casado (24) sobre la tipología de les cisternes romanes
amb la descripció de diversQs exemples molt pareguts als de Montsant ens continna,
sense quasi dubtes per la nostra part, que estem davant uns aljuba romana, malgrat
que no descartem que hagen tingut reparacions posteriors, puix deuen haver estat en
ús, quasi ininterrompudament, durant 2.000 anys. L'estructura rectangular, segons
aquest autor, és més freqüent que la circular, i per additaments succesaius ha donat
diposits més complexos: «Esta cámara és la célula elemental del depósito rectangular
que por repetición y adosamientos sucesivos nos da toda la gama de posibilidades de su
estructura horizontal. Pero la estructura elemental de la célula se complica al tener
que cubrirla, lo que realiza a la perfección el romano con su bóveda de medio .c añón
circular. La cubrición es obligada si la conducción es de agua potable, pues ya desde la
toma es pr~CÍSQ aislar el agua del alilbiente, para evitar las contaminaciones del
exterior, y adettlás mantenerla en buenas condiciones de temperatura. Así llegamos en
la estructura elemental cottlpleta al tipo de caja, de cisterna,,,,., «En un depósito
rectangular descubierto, la única condición para la economía de. la construcción, en
volumen de fábrica, sería la de ma~tenerse en una planta aproximada al cuadrado,
pues la superficie del fondo ~ siempre la mif¡ma y la longitud de muros es mínima para
la forma indicada.)) Encara que part del nostre aljub esta excavat i una part constru1t
en !'exterior, no obstant és quasi un quadrat.
<
ahorramos un muro transversal, y además los conservados se convierten en tabiques
divisorios con empujes equilibrados si se establece comunicación entre las células
para que el agua tenga libre circulación por todas ellas... El máxil:no de economía se
obtiene al convertir los tabiques en arquerías y al final sobre columnas, solución a la
que no llegan los romanos, sino los bizantinos que continuaron la evolución.)) ·
Aci tindríem dones, una. data ante quem: si solament e1s bizantins i per tant els arabs
arribaren a sostenir els ares entre les naus sobre columnes, la tipología que observem en
Montsant, sobre pilars, seria anterior, i per tant romaJ:)8.
«Al darse éuenta -continúa Femández Casado- de que las perforaciones etan una
ahorro de material y que los pasos establecidos podían servir para una mejor inspección y
reparación, al facilitar los recorridos en el interior del de~ito, se agrandaron los huecos
primero, al conservar l(l cubierta, sólo en altura hasta ellúníte superior, que es ~~ pÜJno de
atranque de las bóved48 de cubierta.•, Aquest seria el punt en que es troba 1'aljub de
Montsant, quan els ares intermedis no superen el pla1 oh arranca la volta de la nau, i per
(23) SARTHOO: Op. cit. en !,_IIOtá 4, vol. m, pq. 93.
(24) FERNANDEZ CASADO: Op. cit. .,. 1• nota 6, pi.p. 206-268.
- 350 -
[page-n-353]
ALJIJB DE MONTSAN1'
21
tant aquesta no és encara volta d.'aresta. De les 5 fases que }'autor explica en el dibuix de
la pagina 206, delseu treball, aqu~ta seria la 3.•, on s'eixampla el buit tot el pOS$ible no
superant l'altura de la }>aret plana (fig. 8). La reproducció fotogdñca que es fa en la
pagina 224 de la mateiJ:a obra de 1'Aqua Martia o <&tte Sale)) de Roma és molt similar als
dos aljubs comunicats de Sant Josep, que també 'SUposem romans, i el mateix podríém dir
del diposit de Chieti reprodwt en la pagina 230. Quant a la _planimetria, els dip(,sit;s de
Cherchell amb sis naus comunicades entre elles ofereixen una gran similitud amb el de
Montsant, si no fos que estan comunicades per obertures rectangúlars i no per ares, cosa
que indicaría segons l'esquema una fase más antiga de l'evolució. En canvi el de Lyon, si
no se li pareix en la planta de rectangles coaxiá.ls, sí en la.intercomunicació de les naus:
«En las Galias, el depósito más interesante que se conserva es uno de los de Lyon, situado
en el campo de las Ursulinas, que tiene u,na compartimentación original con dos series de
muretes internos forinando r~ctl!ngulos coaxiales. La planta exterior es de 19'50 por 17'50
m. (recotdetn que la planta de Montsant es 18'75 per 11'60, m.o lt similar), siendo la
anchura libre de los pasillos de 2'20 m. (4'12 m. en Montsant). Están cubiertos con bóvedas
de medio cañón y calados pa:ra intercomunicación con }lUecos que llegan hasta e1
arranque de las bóvedas (com el de Montsant).»
Si les «Sette Sale)) de 1'Aqua Mattia, que es parejX tant als n~tres dip()sits de
Montsant i Sant Josep, fou construida. per l'emperador Traja pera les seues Termes, aixo
ens donaría, potser, una data post quem per als nostres dip(>sits: ¿Serien constrults en el
segle ll d.C.?
D'alt.res veus més autoritzades, que la d'un simple professor de 1latí, i espeeialment
l'arqueologia, podran aclarir més aquestes qüestiol\8. Solament he intentat donar a
éonéixer una serie de construccions hidrauliques de Xativa, de les quals les més monumentals com la de Montsant i Sant Josep podrien ser romanes. Acabarem amb les
paraules de Vitruvi, recollides en De Architectura, VITI, 8: «Pei<)· si el terreno fu~
demll$iado duro o las ve.nas del !lgua se encontrasen en exceso profundas, entonces se
ha de recurrir a recoger en depósitos o cisternas el agua procedente de los tejados o de
otros lugares elevados, mediante unas construcciones que se llaman "opus signinum"
(de Signia, ciudad de los Volscoe). Para dicho tipo de obras se procederá de esta
manera: se preparará primeramente are)la buena, lo má.s pura y áspera que sea posible;
piedrás de sílex, que no pesen más de una libra cada una; cal lo más enérgica posible
para la mezcla del mortero, que se compondrá de cinco partes de arena por dos de calj
se añaden a este mortero 1as piedras de sílex, y con todo ello se irán levantando las
paredes dentro de la misma zanja, las cual~s serán tan hondas como lo haya de ser la
cisterna,, y se apisonará n con pisones {errados. Apisonadas las paredes, vacíese la
tierra en el espacio intermedio hasta el nivel más bajo de las paredes, y una vez
igualado, apisónese él suelo con los mismos materiales hasta dar a:l pavimento el
espesor requerido. Si &e hiciesen estos depósitos en número de dos o de tres, de modo
que por decantaciones sucesivas pueda pasar el agua del uno al otro, ello daría por
r esultado una agu~ mucho más sana y agradable; porque al quedar el linio sedimentado en cada uno de los depósitos, el agua sería en otro mucho más clara y conservaría
sin ólor su sabor, En caso contrario sería menester echarle sal y filtrarla)).
el
- 351 -
[page-n-354]
[page-n-355]
VENTURA .- Aijub de Montsant
LAM. 1
A
B
A) Font d e I'Aigua Salada e n el Carrer de les Animes. B) F ont d e l"Ed•·a.
[page-n-356]
VENTURA.- Alj u b de Montsa n t
LAM. 11
A
B
A) Never a . B) E n t t·ad a a l 'Aijub de S. J o sep.
[page-n-357]
VENTU RA.- Aljub d e Mon ts ant
LA M. 111
B
A
A) T orr e a r a b d e la mura lla Es t. Al s e u peu hi h a les t·estes d ' un alcavó.
8) Aljub de la Tat·t a n a.
[page-n-358]
VENTURA.- Aijub d e Mon tsant
LAM. IV
A
B
A) Aljub d e la carretera. B) Aljub de Montsa nt.
[page-n-359]
ARCHIVO OE PRBmSTORJA LEVANTINA
Vol. X1X (Val encía. 1989)
EMPAR JUAN NAVARRO E IGNACIO PASTOR CUBILLO
(Valencia)
EL YACIMIENTO DE EPOCA VISIGOTICA DE PLA DE NADAL
0: ANTECEDENTES Y SITUACION
En el término municipal de Riba-roja de Turia, a unos 20 Km. al NO de Valencia, se
encuentra el yacimiento de Pla de Nada! (1), que toma el nombre de l a partida en que
se asienta, al pie de la loma Dels Cil.rasols, en una ligera elevación sobre un terreno
eminentemente llano, cuyo ligero relieve primitivo puede apreciarse en fotografías
aéreas anteriores a 1960. La transformación del entorno en campos de naranjos, que
dio lugar a su descubrimiento, ha modificado sustancialmente la topografía del lugar,
afectando incluso a parte de las estructuras que, cuando dicho hallazgo se produjo, ya
habían sido destruidas.
(1) En el mH de agosto de 1970, aÍ rWiaane en este lugar~ de tiivelación del auelo para dedicarlo al cultivo, aparecieron unoe reatoe
arquitectónicoe quellamarpn la atenci611 del PI"!>Pietario del campo,l!l>i\or Gin,r. Llegada la noti~a al Servicio ele lnveatigaclón Prehietórica, ou
Director, O. Dominro Fletcber Valla, real.i..S varias viaitu ál Jugar, con>J!robando laexiatellcia da ruinaade una ecüftcadón da •poca vieigótica,
lo que da.d.a la HC&oel de ,..toa de tal claae en ti!~t'J;as valé'ilciañiii., ~pertó el interé& del Servicio y provocó la oeceaidad de au excayación.
Aunque aolicitado y concedido el permilo de ellcavación, diverau taronee impidieron entonces la ...uución de loe IH.bajoo. En el afio 19110, el
S.I.P. tuvo noti(\iae de que ae eataban haciendo geationeo de compra de la zona por parte de un particular para ampliar una edificación
ínmediata,lo que unido ala cada vez m&J>Or deetrucdón dal yacimiento por loo excavadOl'ell clandeetinoe, decidió ala Dirección del SJ.P. iniciar
las inveotipcionea de campo en. el d'la de Nacla.l». Ruta el preaente " han realiudo cineo campat.ao de excavación.
D. PLETCHER VAL18: «La labor del Servicio deblveotigación Prebiatórica y e u M~ de Prebietoria tn el afio 19'7011. Valancia, 1m, pq. Ul.
D. FLETCHER VALLS: «La labor del Servicio... en el afio 198l>t. Valencia, 1982, ~. 133 a HO.
B. PLA BALLES'I'ER¡ «La labor del Servicio... en. el afio 1982>o. Valencia, 1984, pí.p. 130 a 133.
E. PLA BALLES'I'ER: «La labor del Servicio,.. en el año 1983•. Valencia, 1986, pí.p. 72 a 76.
E. JUAN y F. X. CENTELLES: «Biyac.i miento de época viaigOcla de Pla de Nadabt. Ad:u delJ
de Arqu
tomo fi, Hueoca, Ul86, p4p. 25 a 40.
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c
iiU.U.C'ÍOnM en p4p. 192 y 20L
COII Olll.trWidDd o lo UCOPOCi6n, oponu11 ~ tkl ~- ~n:
B. LLOBRBGAT: «lA primíuva criotiand.at valeociana>t. EcL L'Batel, Valencia, 1977, J>4c. 86.
E . U.OBRBGAT: «Valencia viaii(OClaJt. Nueetra ru.loria. tomo ll. M ...Ivan editoree. Valencia, 19110, p6p. 1~1611.
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E. JUAN e l. PASTOR
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'L-----Fig. l.- Planta ideal de l yacimiento (cons iderando ortoronales los enc uentros entre muros).
Fig. 2.- Axonometria de la zona conocida. con reconstrucción del trazado de los vanos, y altura
mínima de forjado.
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3
l. DESCRIPCION DEL CONJUNTO: COMPARTIMENTACION
La parte que se com¡erva presenta una élara simetría respecto de un plano vertical
N-S, y está constituida por una sucesión de espacios a lo largo de un eje E-0, con alas
perpendiculares hacia el S. Dichos espacios quedan delimitados por muros de unos
95 + 3 cm. de espesor, sustituidos en algunos casos por arcos de herradura, de los que se
mantienen in situ los arranques, así como algunos sabneres y dovelas.
La descripción que a continuación iniciamos obvia, por el momento, las pequeñas
desviaciones, tanto de dimensión como de ángulos, que hemos podido apreciar, y que
estamos analizando si responden a un patrón intencionado o a simples errores de
replanteo. Descríbiremos, pues, lo que podríamos llamar el arquetipo del yacimiento
(figs. 1 y 2).
Los espacios descubiertos hasta ahora, que describiremos sucesivamente (según
pueden recorrerse a partir del eje de simetria) son (fig. 1):
l. l.- Una nave rectangular tricuadrada, de unos 5'25 x 17'20 m., cuyo eje longitudinal sigue la dirección E-0, delimitada en sus lados mayores por gruesos muros, en los
que sólo se conserva la abertura de sendas puertas de 1'35 m. de luz, cuyos ejes
coinciden con el eje transversal de la nave y el plano de simetría del conjunto
conservado. Los lados menores quedarían definidos por arcos .de medio punto, con
ligera herradura, de unos 3'55 m. de luz, insertos, junto con las impostas de arranque,
en diafragmas de técnica y espesor iguales a los de los muros, pero no trabados con
ellos.
1.2.- Un espacio de planta sensiblemente cuadrada. delimitado por arcos en el lado
recayente de la nave descrita (compartido con ella), y en los lados N y S; estos, algo
menores de luz y con la línea de impostas algo más alta. El lado opuesto a la nave
queda delimitado por un muro de mampostería, con una puerta de 1'30 m. de luz, con
jambeado de sillería de toba, que abría a un porche, probablemente cubierto, de
anchura aproximadamente doble que el espacio descrito, delimitado lateralmente por
muros de mampostería que cerraban espacios adyacentes (descritos en 1.4 y 1.7), y al
exterior por una línea de pilares de toba, sobre basas del mismo material, de los cuales
dos quedaban exentos y otros dos apilastrados (láms. 1 y 2).
1.3.- Por el arco S del espacio antes descrito, se accede a otro ámbito, de planta
sensiblemente cuadrada también, aunque ligeramente menor, cerrado por muros de
mampostería, de los que uno (prolongación del diafragma entre los ámbitos 1.1 y 1.2) es
ciego, mientras los dos restantes conservan restos de puertas de comunicación con los
espacios que a continuación describiremos; dichas puertas, de aproximadamente 1 m.
de luz, con enjambado de toba, quedaban como sigue: la del lado S, centrada en el
paramento, con el mismo eje que los arcos N y S del ámbito descrito en 1.2; la del lado
opuesto al muro ciego, centrada en su mitad S.
1.4.- La última puerta descrita, comunicaba con una habitación de planta rectangular bicuadrada, cerrada en todo su perímetro por muros de mampostería, ciegos en
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E. JUAN e l. PASTOR
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la parte que se conserva, y cuyo eje mayor sigue la dirección E-0, dominante del
conjunto, y coincide con el eje de la puerta.
1.5.- De iguales características, pero con el eje mayor en dirección N-$,. es el
departáttlentp que comunica con el 1.3 por su puerta S; el eje d·e est~ habitación
coincide con el de la puerta Y', por tanto, con los de los arcos N y S de L2, prolongándose, con toda seguridad, en espacios que aún no podemos describir con pormenor (por
haber resultado casi totalmente destruidos) por el N.
1.6.- La puerta S de la nave principal abría hacia un amplio espacio, delimitado
por la cara exte.rna del muro S de la :misma, y las de los correspondientes muros de los
departamentos 1.3 y 1.5 a ambos lados; queda por determinar con precisión el límite S
de este espacio, y si estuvo cubierto en la zona adyacénte a la nave, o descubierto en su
totalidad.
1.7.- Hacia el N de los espacios descritos en 1.1 y 1.2, apenas quedan 'restos, debido
al arrasamiento mencionado; de todas maneras, se conserva parcialmente el muro N
del pórtico oriental, así como vestigios de muros que constituirían la p_olongación
r
hacia el N de algunos de los descritos.
2. eLEMENTOS CONSTRUCTIVOS SINGULARES: .FABRICAS
2.1.- Mampostería
Gomo ya hemos sugerido, el cuerpo del edificio e$tá construido en fábrica de
mampostería careada, recibida con mortero de cal y enlucida del mism.o o similar
mottero por ambas caras, con relleno de tierra y enripiado, sin qu~ por el momento
podamos determinar si se ejecutó algún tipo de cimentS;tción o preparación del terreno,
fuera de una cierta nivelación, un tanto imperfecta.
También imperfecta fue la ejecución de la mencionada fábriGa, a juzgar por algunos
indicios, y su pretendido refuerzo con sillería, en ciertos lugares; ·efectivamente, las
inadecuadas proporciones de los sillares, su escasa consistencia (tobas calcáreas muy
blandas y frágiles) y su· inadecuada disposición en la obra, pueden incluso haber
multiplicado los efectos deletéreos del tremendo incendio que, con toda evidencia,
marcó el principio de la ruina del edifi~io.
2.2.- Sillería
Los refuerzos de sillería parecen haber tenido una función esencialme_nte constructiva, si bien no es en absoluto descartable cierta intención decorativa, que en todo
caso debió ser secundaria, como luego se verá. Esta fábrica ha sido utilizada en
elementos de refuerzo planos, lineales y estéreos, entl'e los que cabe destacar los
siguientes:
2.2.1.- Parainentos, de unos 60 cm. de espesor, {l.dosados a los muros de fachada en
ambos pórticos (espacios descritos en 1.2), rematados a escuadra a 1m. de la puerta,
por &mbos lados; estos parru;nentos estuvieron decorados con al menos un friso corrido
de roleos en bajorrelieve, que más adelante describiremos. Al margen de la intención
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PLA D.E NADAL
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de los constructores, su función de refuerzo del muro al que se adosan quedaba muy
limitada por su completa falta de traba con él: de hecho, entre ambos paramentos aún
se conservan restos de enlucido.
2.2.2.-Contrafuertes, de unos 70 a 80 cm. de lado en la base, adosados al muro S de
la nave principal (espacio 1.1), cada 1'5 m. aproximadamente, aunque en algún caso
han desaparecido incluso los sillares de base. Sobre su eficacia como refuerzo, cabe
repetir lo dicho para los elementos descritos en el apartado anterior.
2.2.3.- Elementos estéreos, de atado de esquinas, constituidos por paralelepípedos
de proporciones aproximadas 2:3:6, aparejados dejando enjarjes con los muros de
mampostería que traban; su ejecución sí parece, en este caso, adecuada a la función
constr uctiva asignada, aunque las características del material no fueran las idóneas.
2.2.4.- Arcos, constr uidos en toba (dovelas y salmeres), sobre impostas de dolomía
(también llamada caliza azul), reutilizadas con toda seguridad, aunque por el momento
no podemos precisar con exactitud la fecha ni el lugar de procedencia.
El resto de elementos pétreos hallados, se describe bajo el epígrafe «elementos
decora tivos)).
3. ELEMENTOS DECORATIVOS
Aparte la posible función decorativa de Jos elementos y fábricas de sillería descritos, encontramos multitud de piedras trabajadas cuya función es, contrariamente a los
anteriores, eminentemente decorativa, bien por su tratamiento escultórico (generalmente en bajorrelieve rehundido, muy frecuentemente a bisel), bien porque su forma,
dimensiones o acabado inducen a atribuirles una función preeminentemente estética,
o de mobiliario pétreo. También resulta significativa, aunque por la razón contraria, la
escasez de restos de cerámica (fuera de los abundantísimos fragmentos de tegulae que
aparecen en varios niveles) y elementos de ajuar, con la particularidad adicional de
que bastantes de los fragmentos cerámicos se encontraban embebidos o incrustados en
la argamasa que, disgregada o en bloques, constituye la mayor parte del escombro que
cubría las estructuras. A reserva de una clasificación tipológica sistemática, y a
efectos de esta exposición resumida, los dividiremos en cuatro grandes grupos:
3.1.- Elementos de friso: Sus formas, dimensiones y decoración no dejan lugar a
dudas sobre su función en el conjunto, salvo la reserva menor de que alguna de las
piezas, de talla especialmente cuidada y con decoración en dos caras contiguas,
pudiera formar parte de alguna estructura semiexenta (capitel o modillón). En conjunto, constituyen el grupo cuantitativamente más importante, superando el número de
350 las piezas recuperadas hasta ahora. Sus formas, y los motivos esculpidos, permiten
una primera clasificación tipológica, que apuntamos como sigue:
3.1.1.- 0rtoedros, de unos 13 x 32 cm. de sección transversal, y longitudes comprendidas entre 40 y 44 cm., decorados en una de sus caras más estrechas con roleos
formados por tallos vegetales, con acanaladura central y nudos de ramificación, en
cuyos senos circulares se ha esculpido, enlazados a modo de infrutescencias, otros
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E. JUAN e l. PASTOR
motivos, como racimos, tulipanes, hojas tri y pentafoliadas, piñ~s y palmetas. El
conju.n to queda enmarcado con un fino listel. Por el lugar de su hallazgo, parece qu~
formaban parte de la decoración de los pórticos O y E (lám. 3, 6).
3.1.2.- Piezas de dir~ctriz ligeramente curvada en arco de circunferencia, de unos
1!> x 18 cm. de sección transversal y entre 35 y ¡5.0 ctn., de longitud media. La cara
decorada presenta una leve concavidad, inclinada en ligera ménsula, y está trabajada
e.n un l'elieve muy elemental, saliente, con veneras separadas por pares de trifolios
opuestos y unidos por el tallo. Por su forma y el lugar de su hallazgo, parece que
formaron parte de la decoración de los arcos que unían los atrios descritos en 1.2 y la
nave 1.1 ().ám. 3, 7).
3.1.3.- Piezas de formas y dinÍensiones similares a las descritas en los ~los epígrafes
anteriores, decoradas con lo que parece corresponder a diferentes estilizaciones del
motivo clásico de hoja de acanto, que en unos casos aparece trifoliada (en todas las
pieza,s ortoédricas, y algunas de las curvas). y en otros pentafoliada, o trifoliada con
dos lóbulos en el peéiolo. En las piezas. ortoédricas aparece siempre un liste!, en.m ar•
cando el motivo decorativo. Esté grüpo es el más numeroso en cuanto a piezas
completas o fragmentos recuperados (lám. 5, 8).
3.2.- Elementos de sopor:te: Podemos dividirlos en dos grupos, claramepte diferenciados entre sí por sus dimensiones (y, consecuentemente, por su función):
3.2.1.-Boportés estructurales: De dimensiones propo-rcionadas a las estructuras
_
portantes (víd. epígrafe 2), pareeen haber constituído la parte decorativa de la fábrica
(o, desde otro punto de vista, la parte estructural de la decoración). Hasta el momento,
hemos hallado cuatro fustes de columna, de unos 38 cm. de diámetro y entre 125 y 155
cm. de longítud, dos capitele"S cuadrang\llares, de caliza azul, decorado$ con diversos
motivos clásidosJ sobre los que se practicó regatás o acanaladuras (aparentemente,
para alojar canceles) que-inducen a pensar que se trate de elementos reutilizados, y las
basas o pies de dos pilares cuadrangulares; bajo los capiteles mencionados, pero sin
haber sufrido remoción apaxente, alineadas con lo que parece ser el arranque ·de una
pilastra ado·s ada al m~ro S del pórtico descrito en 1.2 (lám. 4) 9).
3.2.2.-8oportes accesorios: Constituirían lo que podemos describir como carpi'litería. pétrea, tratándose con toda probabilidad de s.o portes later.ale.s o intermedios (a
modo de ajimeces) de vanos abiertos a una altura .mucho mayor q~e la conservad~ en
los muros. Principalmente, sop columnilla.s .monolíticas, con basa y capitel, de ~ntré 70
y 95 cm. de altura total, talladas en piedra caliza clara, de rne. iana calidad, de las que
d
hemos recuperado tres piezas completas, dos fragmentos de unos 50 cm. que comprenden sólo la basa y part~. del fuste, y piezas menores, como basas, fustes y capiteles,
enteros o partidos. Los capiteles, cúbicos o tronoopir:;¡midales, presentan motivos
decorativos iguales o muy &imilares a los de-scritos ~.n los frisos (epíg:rafe 3.1). Los
fus_tes .son ciündric
basas, cuadrangulares, tienen casi todas fileteados esca1onad.os. Uno de los fragmentos, con sólo basa y parte del fuste, tiene una doble muesca, probablemente para
~ojamiento de canceles o rejas (lám. 4, 10).
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E'LA DE NADAL
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Conviene señalar, en lo tocante a reutilización de elementos de fábrica noble, el
hallazgo de fustes seccionados longitudinalmente, y tallados en bajorrelieve en el
plano de sección, para su probable utilización en frisos, así como otr as :piezas cuyo uso
final aún no podemos precisar, como una troncopiramidal, decorada en su base mayor
con hojas trifoliadas, y en las caras contiguas con veneras separadas por trifolios, u
otras tres piezas, talladas por una cara como los ortoedros de roleos (víd. 3.1.1) y por la
opuesta, en ligera concavidad, con trifolios.
3.3.- Decoración exenta, inserta en las fábricas.- Se trata, en todos los casos, de
piezas trabajadas como exentas, que presentan un pie o espiga de inserción, tallado en
la misma, y que en algunos casos conserva restos de mortero. Entre las piezas de estas
características, describiremos las siguientes:
3.3.1.- Cruces con láurea, vaciadas en piedra caliza, con un djámetro exterior de 30
a 40 cm. Ocho de ellas son lisas, y siete están talladas por ambas caras, con remates a
bisel y fondo plano; alguna conserva restos de color marrón anaranjado en la láurea
(lám. 4, 11).
El hallazgo de cuatro lajas de alabastro, cuyo perfil encaja con los vanos entre los
brazos de las cruces, así como la ubicación de los restos hallados, nos induce a
atribuirles la función de pequeños lu_cernarios, probablemente ubicados en la parte
alta de algunos muros.
3.3.2.- Veneras exentas, de unos 20 a 25 cm. de diámetro y diferentes grosores, cuya
cara decor ada es ligeramente cóncava, y convexa la opuesta. Hasta el momento, hemos
encontrado seis de estas piezas, en el espacio oriental de los descritos en 1.2; aunque
sin poder precisar aún s u ubicación exacta, parece evidente su disposición en ménsula,
sobre los muros (lám. 5, 13).
3.3.3.- Estela, en forma de trapecio, de aproximadamente 24 y 49 cm. de longitud en
las bases, unos 53 cm. de altura total y 6 cm. de espesor; decorada por ambas caras con
idénticos motivos, si bien una de ellas aparece muy deteriorada y con múltiples
adherencias de cal. En su decoración reúne los principales motivos descritos, presentando dos bandas laterales de roleos con trifolios y hojas de hiedra, que enmarcan un
triángulo que contiene una venera y un ~rifolio de largo tallo, rematado por una hoja
de hiedra; la base menor presenta un saliente semicircular, centrado, de 12 cm. de
diámetro, y la espiga de inserción está centrada en la base mayor. Su contenido
decorativo evidencia la unidad compositiva del edificio, y el lugar de su hallazgo nos
hace sospechar una ubicación preeminente, como para mostrar las claves de la
decoración (y quizás también las dimensionales) del conjunto (lám. 4, 12).
3.3.4.- Estela cir cular, de unos as cm. de diámetro, que r epresenta una flor de
cuatro pétalos, calados a modo de rosetón, con un botón central y enmarcada por una
láurea; decorada por ambas caras con una moldura resaltada a bisel, conserva restos
de color marrón anaranjado.
3.4.- Elementos muebles: Reunimos aquí aquellas piezas de carácter utilitario o
decorativo ejecutadas en piedra, pero. cuya inserción o adherencia a la fábrica no
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E.
JU~N
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resulta evidente, al menos por el momento. Entre las más interesantes, mencionaremos
las ·s iguientes:
3.4.1.- Estela discoidal, de unos 42 cm. de diámetro y 5 cm. de grosor, de la ~ue se
ha recuperado únicamente la mitad. Dec.orada sólo por una cara, con seis hojas
lanceoladas que se alternan con trifolios de largo tallo, siguiendo una. distribución
radial, enmarcada por una orla perimetral lisa Oám. 5,14).
3.4.2.-Pileta vaciada en una pieza cilíndrica de caliza clara, d~ 35 cm. de diámetro
y 35 cm. de altura. El vaciado, tronocónico, tiene unos 23 cm. de diámetro en la boca.
Decorada con dos bandas paralelas, de color mattón anaranjado, pintadas exteriormente, junto a la boca.
3.4.3.-Tambor, ligeramente tioncocónico, de unos 20 y 18 cm. de diámetro en sus
bases, y 8 cm. de grosor. La base mayor presenta un elaborado baj()rrelieve inciso,
~ompuesto por una orla de 5 cm. de anchura, decorada con roleos vegetales (cuyas diez
volutas contienen, por pares opuestos, cinco de los .motivos vegetales más conocidos de
este estilo, que en este trabajo hemos denominado como racimos, t.rifolios, palmetas,
piñas y tulipanes), que enmarca un anagrama profunda y cuidadosamente inciso a
bisel, en forma de cruz griega, en el que puede leerse verticalmente las letras T, R, E,
B, y horizontalmente D, E, U. Oám. 5, 15).
4, RELACION CON OTROS HALLAZGOS DE LA EPOCA
Sifi pretensiones de enumeración exhaustiva, podemos apuntar algunos paralelos
que, por sí solos, hablan de la significación de este yacimiento en el .contexto de los
conocidos en la Península Ibérica, correspondientes a época visigoda, y apuntan
!;!ugerentes vías de investigación, e
parcial, del conjunto.
En lo concerniente a la planta del edificio, su gran simetría y notable estructuración es comparable a los conocidos de San Pedro de la Nave, Santa María. de Melque y
Santa María de Quintanilla de las Viñas, entre otros, pudiéndoseles comparar ta.r:nbién
en función de la nobleza de ¡:¡u fábrica, aunque de materiales más pobres, probablementé a causa de la diferencia de canteras entre uno y otro parajes; materiales y técnica
constructiva que .resultan .más parecidos a otros yacimientos (conocidos en su mayoría
por excavación), entre los que podemos citar las iglesi~s de El Trampal y El Gatillo
(Cáce.res), Valdecebadar (Badajoz),, los edificios de Recópolis (Guadal.a jwa) y el monasterio de Melque (2).
Es de notar, sin embargo, que este yacimiento apunta unas dime.nsiones mucho
mayores que las de los citados, por cuanto la parte hasta ahora d~scubiert·a ya es más
extensa que algunos de ellost y los vestigios en dirección a la z.ona destruida sugj.eren,
a reserva de confirmación por estudios posteriores, unas dj.men.siones totales que por
lo menos duplicarían la superlicie de la parte conservada.
~) L. CABALLERO ZOREDA: of{e.cia una propuesta tipológica 4e 106 elemento. de la an¡uitectun de culto cristiano de época viBigoda
(nuevas iglesias· de El Gatillo y El Trlllllpal)•. U Con~""'> de Arqueologfa l!(f!(liev~ &peilola, Madriil. 1987, pág. 68..
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Por lo que respecta a las principales piezas y motivos decorativos, podemos señalar
los siguientes:
4.1.- Frisos.- Los frisos de roleos vegetales resultan conocidos en varios yacimientos peninsulares, como el de Santa María de Quintanilla de las Viñas, si bien en
nuestro caso no enmarcan motivos zoomorfos ni antropomorfos, sino exclusivamente
vegetales. Según Schlunk este motivo, de influencia bizantina, se difunde en nuestra
península durante la segunda mitad del siglo VII y su presencia está ampliamente
documentada (3).
Los motivos de veneras y hojas de acanto, han aparecido en yacimientos que
también tenían frisos de roleos, si bien aislados o combinados con otros; desconocemos
la existencia de frisos con estos motivos en la misma disposición, fueJ;'a del que ahora
nos ocupa.
4.2.- Cruces con láurea.- Se inscriben en el contexto de hallazgos similares, en
toda la península. Baste mencionar, por su parecido con las halladas en Pla de Nadal,
la publicada por Caballero Zoreda (4), y las conocidas de Recópolis, expuestas en el
Museo Arqueológico Nacional (5).
4.3.- Estela trapecial.- Presenta semejanzas con las que se conservan en Beja y
Vera Cruz de Marmelar (Portugal), tanto por su silueta como por el lugar preferente
que ocupa la venera, en su decoración (6).
4.4.- Estela discoidal.- Puede considerarse las analogías que presenta con el disco
con seis hojas lanceoladas, que se conserva en Fermedo (Portugal) (7).
5. APUNTES PARA UNA POSIBLE RECONSTRUCCION
Aunque sin terminar la excavación, creemos disponer de suficientes datos como
para establecer algunos aspectos, un tanto fragmentarios, pero consideramos que
interesantes, sobre el proceso de construcción del edificio, su programa decorativo y
su destrucción.
5.1.- Aspectos constructivos
Resulta indudable la concepción unitaria del conjunto, y su ejecución conforme a
un plan que podriamos describir como técnico y coordinador de oficios altamen.t e
especializados (considerando el contexto cultural en que se inscribe); efectivamente,
(3) F. DE ALM'EIDA: •Pied:ru viaicóticu en SollH>I. liltbnoe, V, Lisboa. 1966. p¿p. na·a 419, fia~ l y 2.
P. DE ALMBIDA: .Sine viaigótic&JO. Arquivo de ~ia. XXV-X:XVJ.XXVU. Beja, 1~70, p4p. 17 a 29, flp. 8 a 11. 13. 14 y 17.
L. CABALLERO ZOREDA: •Le icleoia y el monaaterio viaigodo de Sta. M.• de Melqu. (Toledo). Arqueolorta y Arquitectura. S. Pedro de la
Mata (Toledo) y Sta. Comba de .Be.nde (OrenM}ol. Excavaciones o.rqueológicu en bpalla, 109. Madrid, 1980 p¿¡. 499, lám. 62, 7 y Jl4c. MJ. lám.
,
68. 7.
H. SCHLUNK: An Hw~ni-. R Madrid, 1947, p4g. 263, ti¡. 282; pq. 298, líg. 316; p4c. 800, flr. 318, y Jl4c. 303. fíe. 320.
H. SCHLUNK: •Beitriae I1U' kuatcesehichtl.ichen Stellunc Toledoa im 7. Ja.hxbun6ert>o. Madrid•• Mltteilunaen. 11, Jám. 68 a, b, e, d. e.
(4) CABALLERO ZORI!DA: Op. cit. nota 3, p4p. 188-190, ti¡. 48.
(6) L. VAZQUEZ 08 PAROA: .Studien lll Recópoli& 3. 1M arehiologiac:hen Fu.ndeoo. Madrlder Mitw.llunaea, 8. Madrid, .1967, Jám. 60 a. b. e.
dylúl. 6la.
(6) P. DE ALMEIDA: «Arte viaicóbca em Portu¡al•. O uque&oso portugu81J, NovaMrieJV. Li&boa, 1962, Jl41. 219 y lhl XXX1ll, 220; Jl41.
219 y lúl XXXIV, 221, 222.
(7) DE ALM.KIDA: ()p. cit. 110ta 6, Jl41. 218 y lúl XXXIn, 218.
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aunqu~ muy lejos de la maestría patente en obras romanas relativamente próximas en
tiempo y espacio, como las d~ Sagunto, las fábricas (tanto de sillería como de mampostería) y la esteteotomia de dovelas y salmere~ muestran un estimable oficio por parte
de sus ejecutores, ya que no tanto en la selección del material pata la mayor ,parte de
los sillares, probablemente muy condicionada por la ínfima calidad de las canteras
próximas, at¡nque el uso deliberado de la escasa caliza de mejor calidad en los lugares
más solicitados por la concentración o desviación de e_fuerzos, su_ iere también la
s
g
perduración de ciertos conocimientos, siquiera empíxjcos, $Obre resistencia de materiales.
A nuestro modo de ver, la mayor tosquedad se refleja en la relativa imprecisión en
el replanteo, con errores superiores al 3% e.n muchos casos, y en el uso inadecuado de
materiales y fábr]cas, atribuible en algunos casos a negligencia en la programaeión
(como los soportes de mampostería, que pudieron ceder bajo las impostas de los arcos,
desnivelándolas, o la falta de traba entre elementos yuxtapuestos, que co.mprometió
decisivamente su estabilidad), y en otros a errores de ejecución, irrelevantes en todo
caso, respecto del conjunto.
También resultan notables la precariedad del acondicionamiento del terreno y la
práctica inexistencia de cimentación, inexplicables en una obra de tales dimensiones,
si no es por ignorancia del arte o por alguna otra causa que, de momento, no se nos
alcanza.
En cuanto a la ejecución de los refuerzos de pórticos y contrafuertes de la nave, sin
traba alguna con los muros, nos inclinamos por ahora, a falta de evidencia en
contrario y a reserva de la luz que puedan arrojar los estudios actualmente en curso,
por atribuir al refuerzo de. los muros UJla función eminentemente decorativa (a modo
de revestimiento o aplacado, ei cabe describir así un muro dé 60 cm, de espesor), y a los
contrafuertes un carácter de añadido, ante. la aparición de deformaciones provocadQ.S
por los empujes norizontales en zonas altas (forjado superior y cubierta).
También por el momento, y como hipótesis de trabajo restringida a las· estructuras
que conocemos, nos per~timos suponer que el replanteo del edificio comenzó por el
cuerpo de directriz E-0 (descrito bajo lo~ epígrafes Ll y 1.2) y·continu_ó por loE! cuerpos
cruzados en ambos extremos, deli:Jnitándose despué.s los pórticos y, finalmente, las
dependencias descritas en 1.4 y 1.5.
La reconstrucción en altura, s1quie.ra .hipotética, presenta naturalmente mayores
problemas, aunque nos atrevemos a afirm~r, ya en el estado actual de la investigación,
que la altura de los rouros principales era no menor de ocho metros, que existió al
menos dos órdezres de vanos, de diferente modulación (y, probablemente, funciones y
formas también distintas), rematando los muros una línea de lucernarios decorativos,
constituidos por las cruces con láurea ;y lajas de alab:rastro; también consideramos
muy probable la existencia de un forjado
5.2.-Programa decorativo
Atendiendo al número y características de las piezas recupe:tadas, 1a decoración
pétrea pa:rece responder a un plan cerrado, incluso rígido (como ya hemos considerado
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PLA UE NADAL
11
par~
el conjunto del edificio), y con cierto carácter esotérico en su simbolismo, cuya
clave de interpretación, código o piedra angular sería la evidente y, con toda probabi·
lidad, preeminentemente situada, estela cuadrangular descrita bajo el epígrafe 3.3.3.
En C piezas recuperadas: efectivamente, con la excepción de las cruces y (entre los motivos
vegetales) los pentafolios, el resto de los temas (veneras y, entre los vegetales, trifolios
- ¿yemas?- , roleos o pámpanos y hojas de hiedra - posibles botones- ) forman parte
de la más clásica y extendida simbología de la fertilidad y la generación.
Por otra parte, la distribución espacial de las piezas recuperadas (sobre todo, de las
más numerosas) nos permite anticipar la siguiente hipótesis, aunque muy incompleta,
sobre la distribución de los principales frisos:
5.2.1.-En los pórticos E y O, sendo$ frisos de roleos vegetales debieron servir de
línea de arranque a arcos ciegos bajo cuyos tímpanos quedaban centradas las puertas
cuyas jambas y quicialeras hemos descubierto.
5.2.2.-El paramento interior de dichas puertas debió tener un friso de trifolios, que
se correspondería con otro similar, de pechinas, en el paramento opuesto, y con frisos
curvos de igual motivo, que seguirían el extradós del arco inserto en el mismo.
5.2.3.- Resulta también significativo el silencio decorativo, tanto e.n la nave central
como en las dependencias anejas por el S; silencio que por el momento explicamos en
base al posible carácter secundario, incluso meramente utilitario, de estos departamentos.
5.3.- Proceso de ruina
A partir del incendio (probablemente muy violento y prolongado} y consiguiente
derrumbamiento del techo y otras partes altas del edificio, la secuencia de ruin.a
progresiva puede seguirse con cierta aproximación en la capa de escombros, de unos
dos metros de espesor medio, que cubría las estructuras que venimos estudiando, en la
que quedan indicios de una posible intervención adjetiva de personas o grupos, que
pudieron saquear adornos, mobiliario y accesorios, antes o después del fuego, y cuyo
estudio.esperamos nos permita esclarecer, a no mucho tardar, la mayor pa.rte de las
cuestiones que, sobre materiales, oficios y técnica constructiva, tenemos hoy planteadas.
Aún resulta prematura la mera enunciación de hipótesis sobre otros aspectos, como
la correspondencia entre decoración interior y exterior, o la determinación de la
altura de la (o las) línea de luces; a estas y otras cuestiones esperamos acercarnos en
un plazo no demasiado largo. Baste pór el momento señalar que están determinadas
con cierta aproximación las ubicaciones probables de alguñas de las piezas más
conspicuas entre las halladas, como la estela cuadrangular, la pileta o los capiteles
paralelepipédicos, cuya reposición in !>Ítu, siq~iera dibujada, puede añadir sugerencias
a los datos de que dispone.mos.
-367 -
[page-n-370]
12
E. .JUAN «!l. PASTOR
También en fase de estudio se encuentra el análisis de 1a posible rélaci6n que todo
este conjunto pudiera tener con el lugar de VaHmcia la Vella (en el que, entre las
piezas similares descubiertas, destaca un capitel idéntico a los descritos en el ep,ígl:afe
3.2.1), y con los restos encontrados en un campo, situado a unos 300 m. al sur del
yacimiento, que mostraba en superficie elementos de .friso y material constructivo, por
cuya causa se realizó un sondeo que puso de manifi4asto la existencia de muros, entre
los que se halló un fragmento de estípite visigodo y un capitel altoimperial reutilizado.
-368 -
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E. J U A N e l. PASTOR.- Pia de Nadal
LA M. I
2
l. Vis ta g e ne ral del s e c tor Oeste. 2. A ng ulo NE del espa c io l.2 (zona Oes te).
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LAM. 11
E. JUAN e l. PASTOR.- Pia de Nadal
3
3. Acceso al sector Este.
4. Restos d e arco , e n la zona E; se conservan in situ e l salmer y d o dovelas.
5. S illares y formas pétreas haUados en el pó rt ico Este.
- 370 -
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E. JUAN e J. PASTOR.
LAM . 111
Pla de Nada!
o
8
6. Ortocdro decorado con •·oJeos.
7. Pieza de fris o c u rvo.
8. Pieza de fris o •·ec to.
- 371 -
o
15Cm.
15Cm.
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E. JUAN e l. PA TOR.
Pla de Nad al
L AM. JV
9
O
1
IScm.
'-iiiiiil~liiiWiiiiii
12
9. Ca pitel d e pilastr a.
10. ColumniUa con basa y ca pite l.
11. Cruz con láurea.
12. Estela tl·apecial .
- 372
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LAM. V
E. JUAN e l. PASTOR.- Pla d e Nadal
13
14
13. Venea esculpid a.
·a
14. Es tela discoidal.
15. Tambor troncocónico.
15
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ii;¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡;;¡~~~¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡iJI5cm.
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ARCHIVO OE PRBHlS'I'ORlA LEVANTINA
Vol. XIX (V•Iencl•. 1989)
RAFAEL AZUAR RUIZ
(Alicante)
EL CONJUNTO RELIGIOSO DEL RffiAT CALIFAL DE LAS DUNAS
DE GUA. DAMAR (ALICANTE)
R
Los resultados obtenidos en la campaña de excavación, llevada a cabo el pasado
mes de julio en el yacimiento ubicado en el paraje denominado <
Dunas de Guardamar del Segura (Alicante), nos permiten matizar y en algunos
aspectos refutar nuestras primeras hipótesis sobre la configuración de este complejo
religioso expuestas, con anterioridad, en diversos congresos y coloquios, así como en
alguna revista científica.
A la vista de los restos monumentales aparecidos en la campaña realizada en el año
1984 y según el estudio más detallado de sus aspectos arquitectónicos, así como la gran
cantidad de inscripciones grabadas en el revoque de las paredes, nos hallábamos anté
un uribatn musulmán, con sus connotaciones y peculiaridades cúltico-religiosas, conformado por cuatro pequeñas mezquitas adosadas y dispuestas en línea sobre el muro
de la Qibla. De estas cuatro mezquitas, tres de ellas fueron levantadas bajo el
mecenazgo de una relevante familia ab'basí, instalada en la corte califal de Córdoba y
la última, posiblemente, albergaba o estaba dedicada a la memoria de un piadoso
santón musulmán, constituyendo un lugar muy frecuentado por peregrinos y devotos,
como atestiguan las innumerables inscripciones que atesora.
Los datos básicos de esta primera hipótel>is y su desarrollo más pormenorizado.
están expresados e)l una comunicación presentada en las V Jornades D'Estudis Histories Locals, celebradas en Palma de Mallorca en el año 1985, cuyas actas saldrán
próximamente.
- 375 -
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2
R. AZUAn RUI7.
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RIBAT CALIFAL DE GUARDAMAR
3
Este amplio trabajo viene a completar otras dos noticias, algo apresuradas y que
pueden consultarse en la actualidad (1).
La definición funcional y cultural del conjunto monumental es indudable: nos
hallamos ante un uribatn del siglo X; pero su estructura espacial y su evolución
arquitectónica, mero reflejo de l_ intensa actividad socio-religiosa desarrollada en el
a
lugar durante casi doscientos años, desde fines del siglo IX a la primera mitad del siglo
XI, no responde a aquel primer planteamiento expuesto anteriormente. Estos aspectos
son mucho más ricos y complejos, y así lo atestiguan los restos de construcciones
desenterradas en las últimas excavaciones.
·
La importancia de estos hallazgos, no sólo desde el punto de vista monumental,
sino desde el propiamente científico: es el pximer aribatn de época califal que conocemos en todo Al-Andalus, creémos. que merece darlos a conocer a toda la comunidad
científica, a través de este sincero homenaje.
ESTRUCTURA DEL RIBAT
El complejo monumental descubierto corresponde claramente al área religiosa,
parte principal de todo el conjunto funcional y cultural que configura espacialmente
una institución religiosa como es el ·aribatn dentro del mundo musulmán.
El área religiosa conocida hasta el momento constituye una superficie rectangular
próxima a los mil metros cuadrados, en donde se estructuran dos importantes volúmenes de edificación dispuestos ((simétricamente» alrededor de un espacio abierto o
patio, verdadero eje axial con orientación Este-Oeste.
El cuerpo norte está formado por cuatro mezquitas adosadas, y el sur, por dos
edificios de características muy dispares.
.
La similitud arquitectónica del primer cuerpo nos permite darle un tratamiento
global, en pos de evitar reiteraciones;absurdas y descripciones innecesarias. El conjunto presenta una planta rectangular, de 36'20 m. de largo por 5'60 m. en su parte más
ancha; dividido en cuatro salas adosadas de Oeste a Este, con las siguientes medidas
internas: 7'10 x 3 m., 8'60 ·x 2'60 m., 10 x 2'60 m. y 7'80 x 2'60 m., las medidas de su
anchura se han tomado en las partes centrales, pues como se observa en el plano, en
los extremos presentan unos desplazamientos en su muro de mediodía que en conjunto
dan la apariencia de conformar una planta ligeramente curva.
La orientación del edificio es a mediodía; las mezquitas ll, lli y IV poseen sus
ingresos en su fachada muro de. la ((qiblan, mientras que en la mezquita I se sitúa en
el muro norte.
Cada una de las mezquitas presenta un mihrab a la altura de la mitad del muro de
mediodía y su estructura es muy similar: son externos al edificio, de planta ligeramen-
o
(l)
R. AZUAR RUlZ: d'rimen DOlida de loe tnh.jOll an¡ueolótlieo. realiudo. eo el yacimiento ialúaico de ]u Dlmaa de Guardamar del
Secura (Alicute).
Una poeible r4bita de 6poca c:alilabt. Sban¡ AI-ADdalua. 2, 1986. p4ca. lll6-135.
B. AZOAR ROIZ: ..sl JM)aible ai·MOliUtir de lu Dlmaa ele Gu.udamar (Aliu:nte)t. Aeta& V JomUe& d'Boltuclle Hiatorice Local&. Mellor-eá,
1986 (en .........._¡.
- 377 -
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R. AZQAR RULZ
4
te. rectangular de 2 x 1'50 m.t con zapa~a de 0'25 m. d~ ancha, y al interior, &U planta es
de herradura y s.u sección dibuja una semibóveda también de herradura. Su fábrica es
de mamposterí<) recogida con cal al exterior y .su fachada externa es dé sillería, sin
mantener un orden establecido, potenciándose el encadenado en las esquinas. La
fachada interna de este elemento era de sillería del grosor del muro, pero sólo nos ha
quedado su parte inferior hasta la línea d.e imposta, suponiendo gue su alfiZ sería de
sil1ería para diferenciarse del resto del Pañó, simplemente enlucido de c.a l.
Las dimensiones de los arcos del mihrab de las mezquitas II,
siguientes:
M.II
Altura
Luz
Altura línea de imposta
Radio elevado 1/2 sobre
la línea de imposta,
2'00
0'76
1'28
0'46
m.
m.
m.
.m.
M. 111
2'00 m.
0'68 m.
1'34 m.
0'40 m.
m y IV,
son las
M. IV
2'08
0'60
1'46
0'38
m.
m.
m.
m.
El mihrab de la mezquita 1 presenta unas características distintas de los demás: es
de sillería en sti totalidad, aunque al interior está recogjdo con cal y las molduras
internas, como es la línea de imposta, están realizadas eon mortero de barro y luego
rec\lbieJ'tas o modeladas con cal. lgua1mente, toda la ¡>illería se recoge con mortero de
barro, utilizl!lldo en las llagas, como rjpj.o, fragmentos de considerable tamaño de
cerámicas hechas a mano de paredes gruesas con gran cantidad de. intrusiones y de
una pasta de color verdos9. La.$ dimensiones del mihrab son las siguientes: altura 1'90
m.; luz 0'50 m.; altura de la línea de imposta 1'40 m.; radio 0'32 m.; ~ste está elevado 1/2
sobre la línea de imposta.
La factura de las mezquitas II, ID y IV corresponde a una mampostería en «opus
spicatum>>, en hiladas de 0'25 m. de altura y con un grosor aproximado de unos
cuarenta y cinco centímetros. La obra se recoge al exterior con cal, presentando en
zona¡:; un perfecto enlucido.
La altura de los muros sobrepasa én su mayoría el metro de vuelo, encont_rándonos
en el muro de mediodía con alturas cercanas a los dos metros, prueba evidente del
carácter monumental de los restos hallados.
Los ingresos de las mezquitas II, U1 y IV, son de mampostería con una. luz que va de
0:70 a 0'80 m.; mientras que el de la mezquitp. 1 es de 0'90 m. con jambas de &jllería.
E) acceso a las mezquitas normalmente se encuentra enlos.ad.o, dándose la circunstancia dé que en la mezquita 1 y en la TII se detecta la presencia de quícialeras para la
puerta y un 'hueco más atrasado para el cien-e o el pestillo, lo que nos indica que
dichas puertas debieron ser de una sola hoja y con abertura hacia el interior. Estas
entradas, asimismo, poseen en sq parte exterior un enlosado de piedra de más altura
que el zócalo d~ la puerta, con la posible función de evitar la natural entrada al
interior de las arenas.
- 378-
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RIBA'l' CALIFAL DE GUARDAMAR
5
Las mezquitas ll, m y IV poseen el muro de cierre al norte, construy~ndose éste y
las medianeras en una sola pieza en forma de «L», esta unidad, se va adosando de
poniente a levante, hasta conformar las tres mezquitas; sin embargo, los muros de la
mezquita I están totalmente engarzados en los ángulos y adosados cuando tocan el
muro oeste de la mezquita ll. Igualmente, esta mezquita I presenta, respecto a las
demás, una diferencia palpable en cuanto se refiere a su factura ya que sus muros son
de mampostería, sin mantener el «opus spicatum».
El cuerpo sur está formado por dos edificios adosados, totalmente diferenciados,
con una planta rectangular de ~nos 33 m. 'de largo por unos 8 m. en su parte más
ancha. Estos dos edificios los denominaremos, a partir de este momento como <
«M.6)), siguiendo el orden de poniente a levante, como se puede apreciar en el plano.
El edificio «M.5» posee una planta rectangular de 9 m. de largo por 5 m. en la zona
del mihrab, siendo su anchura general de 3'70 m. Sus medidas interiores son de 7'80 x
2'70 m. Presenta una orientación a mediodía, en cuyo muro se emplaza el mihrab y
enfrente, en el muro norte se abre su puerta. Está realizado todo él en mampostería
dispuesta en «opus spicatrurv> y levantadas en hileras paralelas trabadas con mortero
de barro, asimismo el muro se recoge al interior con un enfoscado o recubrimiento de
este mismo barro; singularmente, sus fachadas norte y levante están enlucidas con cal
del exterior.
El grosor de sus muros es de unos 0'45 m. y presentan una altura máxima de vuelo
de 1'40 m.
El mihrab se localiza en el centro del muro de la qibla presentando una factura
similar a la de los muros del edificio: mampostería trabada con mortero de barro. Es
externo al edificio y de planta rectangular, de 1'80 de largo por 1'20 m. de ancho. No
presenta zapata. Al interior, posee una anchura de 0'80 m. y su escasa altura conservada no nos permite conocer sus dimensiones. Su planta es de herradura.
El ingreso se emplaza en el muro norte y desplazado del eje del muro y por tanto del
mihrab, posee una anchura de 0'80 m. y sus jambas son de sillería de grandes
dimensiones: su interior está enlosado y presenta quicialeras en ambos ángulos.
Adosado a la unidad «M.5)) se levanta el volumen mayor de todo el conjunto, y al
que denominamos «M.6>>. Es un gran edificio de dos naves, de planta rectangular de 24
m. de largo por 7 m. de ancho y en su mihrab posee una anchura aproximada de 8'50 m.
Todo él posee la misma orientación que el «M,5>>, es decir a mediodía y sus ingresos se
localizan en la fachada norte.
Las dimensiones interiores de sus naves son las siguientes, de sur a norte: 23'50 por
2'60 m., y 18'70 por 2'60 m. El menor tamaño de la sala norte se debe a que el ángulo
NE del edificio está ocupado por una estancia rectangular, totalmente aislada del
resto, con puerta independiente y con unas dimensiones de 3'80 por 2'80 m.
Todo el conjunto está realizado en mampostería trabada con mortero de barro y
con las mismas características que la anterior, exceptuando unas marcadas diferencias
que exponemos a continuación: su fachada no está recogida con cal, sino con recubrimiento de mortero de barro y sólo encontramos recubrimiento de cal en un sector del
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6
'R. AZOAR RUIZ
muro de la qibla; este muro, tomando como eje el mihrab y los nuev~ metros siguj.entes
a cada lado, lo encontramos todo él enlucido de cal, en au interior presenta un zócalo
pintado en rojo con el motivo de una cenefa formada por un doble zig-zag.
El mihrab está fotmado por un retranqueo del muro hacia el exterior y wsee una
planta rectangular, algo irregular, co_ las di,mensiones siguientes: al exterior es de
n
1'20 m. por 1'60 m. y al interior es de 1'20 por 0'70 m. Todp él está realizado en
mamwsterfa trabada con mortero de barro y recogido al interior y exteriorínente con
enlucido de cal, sin ninguna diferencia o separación respecto a los tratamientos
externos de este paño de muro. La fachada de este mihrab no la conocemos por su
escasa altura conservada, apenas sesenta centímetrost pero en la excavación nos
apareció un caído de grande& sillarejos de piedra que nos definían un arco, sin podeT
precisar claramente su traza o diseño.
El edificio presenta en su fachada norte tres ingresos de 1'20 m. de ancho realizados
en mampostería y sólo en el caso de la puerta de poniente hallamos .dos jambas
formadas por d<;>s grandes sillares dispuestos verticalmente. La medianera o muro
interior que enlaza las dos n.aves presenta otras dos puertas, enfrentadas a 1a fachada,
con una anchura de vano de unos setenta centímetros, similar a las medidas utilizadas
en el resto de los ingresos a los otros edificios.
Como rasgo común a este cuerpo sur podemos decir que todo él se levanta directamente sobre la arena, sjn ningún tipo de cimentación.
PROPUESTA DE EVOLUCION CRONOLOGICA DEL CONJUNTO
En anteriores trabajos hacíamos referencia al marco cronológico del conjunto
encuadrable entre el siglo X y la primera mitad del siglo XI; este ámbito se ha podido
ampliar a finalss del siglo IX gracias a los estudios llevados a cabo por S. Gutiérrez
Lloret, reflejados en su memoria de Licenciiltura (2); igualmente, este horizonte se ha
con_tatado en l.Qs elecavaeiones llevadas a cabo en el pasado mes de julio (1987).
s
Es lógico pensar que en los casi dos siglos de existencia de este asen~iento
humano, el conjunto espacial haya sufrido una serie de alteraciones, ampliaciones,
modificacione~, etcétera, cuyas huellas han quedado reflejadas en la construcción del
edificio y en sus niveles arqueológicos, por ello nos atrevemos a proponer en un
momento algo prematuro, una evolución cronológica del ribat, a la vista de los
aspectos antes mencionados, distinguiendo una serie de fases, recogidas gráficamente
en la lámina adjunta, y que facilita la comprensión espacial del proceso de formación
de los restos monumentales conocidos hasta el momento.
Antes de pasar a la descripción de cada una de las fases del conjunto religioso,
debemos detenernos en u~ aspecto importante, y ya sugerido anteriormente, es decir,
(2) S. GUTIERREZ LLORET: «Cerimic.. comunea Wimicao en el &rea-meridional cleAlicu~: el tráuito ele la antigüéélaillái'dla al MundO>
preillimico (S. VI al JO>., Memoria de Licenciatura.. Alicante, 198'1.
-380-
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7
RIBAT CALIFAL DE GUARDAMAR
-·
-·
4
4
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_ _,..\1
2
1
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3
4
-
-
4
4
5
Fig. 2.- Fases c ronológicas del ribs t d e Guardamar.
-
:i81 -
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8
& AZlJAR RUIZ
nos estamos refiriendo al patio o espacio entre los dos cuerpos construidos; este patio
configura el gran espacio vertebrador de todo el monumento, lo que explica la
disposición de los ingresos en cada uno de los edificios y sobre él se irá actuando,
construyendo y levantando nuévos edificios en me'l'ma de sus dimensiones originales.
Igualmente, este patio perderá su unidad vertebradora, en la última fase del aribatn, en
donde, como ya veremos, no se respetan la disposición de los volúmenes, ni ]a simetría,
ni el ritmo de los elementos definidores.
1 Fase
Los datos arqueológicos obtenidos hastá el momento y la disposición de los adosamientas de la construcción, nos permiten suponer que el momento más antiguo del
conjunto,, o su origen lo constituye el paño de muro de 19 m. de largo que conforma la
qibla del edificio «M.6».
Este muro posee unas claras características de unidad, observab.les en el enlucido
total del muro al interior y al exterior y en su carácter aislado respecto al resto del
muro de mediodía de este edificio. Otro elemento a reseñar es su decoración; un zócalo
pintado en rojo con una faja decorada en doble zig-zag; y por último, su mihrab, de
planta rectangul$1', totalmente distinto al resto de los aparecidos en el conjunto.
Igualmente, este muro está cortado a una determinada altura y luego reconstruido
cuando se levanta el edificio M.6, ütilizando en el paramento diverso material de su
destrucción, como son los enlucidos.
La cronología de este elemento puede situarse a fines del siglo IX, coincidiendo con
los materiales de esta época apareéidos en ~1 yacimiento y estudiados por S. Gutiérrez
Lloret (3); en esta cr.onología se inscribiría el carácter arcaico del mihrab, así com~ la
decoración interior del muro.
A la vista de estos datos, tendríamos a fines del siglo IX, coincidiendo con el primer
momento de asentamiento humano del lugar, la construcción de una ((musalan, como
elemento fundamental para realizar la oración del viernes, con un gran espacio
abierto que se extendería hacía el norte.
11 Fase
En el año 9,44 ~~ levantan los edificios M.II, M.ill y M.IV, según reza la lápida que
porta el mihrab de la mezquita m y este cuerpo de tres mezquitas se levanta enfrente
de la antigua musala y siguiendo el eje definido por el mihrab de ésta, conformando un
espacio rectangular de 28m. por 17m. de ancho, con un patio de 11'70 m. de ancho.
El equilibrio del conjunto ,e s patente en el ritmo intencionado de los cubos de las
mezquitas que mantienen unas distancias d~ separaciones muy similares a los extremos o terminaciones del muro de la musala.
(3) GlJT[ERREZ LLORET: Op. cit.
no~ Z.
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RIBAT CALIFAL DE GUARDAMAR
9
111 y IV Fases
En el gráfico están separadas pero creemos pueden tratarse conjuntamente, pues
responden a una necesidad común de ampliar el volumen del ribat y plantean la misma
solución: desarrollarse hacia poniente del conjunto, equilibrando su peso con la
construcción de una mezquita en cada cuerpo del edificio, manteniendo el patio como
elemento distribuidor y el ritmo de la construcción anterior: similitud de factura y
presencia de enlucidos en las fachadas norte y levante del edificio· M.5, muestra
evidente de resaltar esta unidad del patio y ese mimetismo respecto a los edificios
construidos hasta el momento.
La única diferencia palpable es la extraña disyosición de la puerta de la mezq·uita
M.I, emplazada en el muro norte y no en el muro sur. La razón podemos hallarla en un
impedimento físico: el frente de mediodía presenta un gran desnivel, definido por la
presencia de un zócalo que cimenta el edificio M.II, lo que hacía imposible el emplazar
una puerta en este muto.
Ahora bien, la unidad de criterios entre este edificio M.l y el M.5, es patente en la
disposición excéntrica del ingreso respecto al mihrab, hecho evidentemente intencionado y que denota una preocupación por preservar la intimidad del umihrabn, sólo
observable para el visitante cuando está dentro del edificio, fenómeno éste que ya
pudimos observar en las mezquitas ll, m y IV.
La construcción de estos dos edificios debió efectuarse en la segunda mitad del
siglo X, pues arquitectónicamente son posteriores a las de la segunda fase y anteriores
al siglo XI, pues por la documentación parietal del edificio <
año 1010, según una de las inscripciones, ya estaba en funcionamiento, como ya
apuntábamos en otro lugar (4).
V Fase
Los rasgos totalmente diferenciados de la factura constructiva d·e los muros, su
acabado, etc. y el ritmo de los adosamientos de éstos respecto al edificio M.5, nos
permiten asegurar 'QUe la sala a mediodia del edificio M.6, se levantó con posterioridad
a los edificios de la fase anterior y en una fecha no anterior al siglo XI.
Todo este edificio presenta una clara unidad: muros levantados en mampostería
trabada con mortero de barro y enlucidos con este mismo material; una anchura de
nave de 2'70 m. similar al resto de los edificios y una anchura del vano de sus puertas,
similar a las restantes; nos llevan a definir una intención clara de ampliar el conjunto
pero manteniendo la at1Donía y el ritmo que ha.sta eJ-.-momento disponía todo el
conjunto: respeto de la estructura rectangular del patio, mantenimiento del eje del
edificio, equilibrio de los volúmenes construidos, etc., constituyendo el momento
(4) R. AZUAR RUIZ: •Una ,.bita ealiW.., 1-. l>unq de Guudamar (Allcante)t. AA:tae 1 eon,._, Arqueolccla Medien] K.pe&la, Vol ni.
Zarqora. 1986, """ 506-620.
-383-
[page-n-386]
R. AZUAR RUJZ
10
culminante del conjunto, en donde todos los elementos están integrados y e:xiste un
palpable equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo.
Vl Fase
Definida por una ruptura con la armonía y el equilibrio del conjunto, pl'esente en la
desaparición del patio como elemento distribuidor, conllevando la anulación del
carácter rítmico del monumento ·e ncontrándonos con los restos de una$ e$tancias a
lévante del cónjunto que rompen toda esta uiiidad mantenida hasta el momento.
A estas estancias habría que añadir la construcción de una segunda nave en él
edificio M.6, que constituye up verdadero pórtico con vanos mucho mayores de 1'20 m.
de anchur11 y con un tratamiento constructivo muy dispar: la puerta de poniente es
similar al ingreso de la estancia de levante y aislada, y distinta a las otras puertas del
edificio M.6.
Este último momento constructivo del complejo religioso debió realizarse en la
primera mitad del siglo XI, con posterioridad a la fase anterior y con anterioridad al
año 1048, fecha límité' del yacimiento definido por el terrem9to que destruye el ribat y
que ya mencionamos en otro lugar (5).
Ahora bien, según el registro arqueológico en este último momento todo el conjunto está funcionando al mismo tiempo y con una misma función eminentemente religio·
sa, como lo atestigua la monótona y xeiterativa aparición de candiles en el interior de
los edificios, a la que habría que sumar alguna esporádica jarrita.
Indiscutiblemente, esta propuesta de evolución constructiva del ((ribatn ee un~t
mera hipótesis a la espera de ser refutada o constatada con el prqgt'eso de las
excavaciones, pero creemos importante exponerla en este momento para que sirva de.
apoyo para los investigadores y científicos interesados en el complejo proceso formal
de este edifi,Gio, sin parangón en el mundo islámico lo que le confiere esta peculiaridad,
c9!liormándolo como un conjunto genuino en su género en todo el Islam y único en la
península Ibérica.
(5) R. .AZU_AR RUIZ: d > - de Guardainar». An¡ueologíe en Alidlnte 1976-1986. Alicante, 1987, páp 163-154.
-384-
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia. 1989)
FEDERICO RUBIO GOMIS
(Alcoi)
MEMORIA SOBRE EL YACIMIENTO MEDIEVAL DEL SOMPO,
COCENTAINA (ALICANTE)
ANTECEDENTES
El hallazgo de fragmentos de cerámica al lado del camino que pasa por el Mas del
Sompo, por miembros del Centre d'Estudis Contestans, el día 29 del XII del 79, motivó
el que al día siguiente prospectaran con más minuciosidad esa zona.
Producto de esta búsqueda fue la localización por parte del citado Centre de un
fragmento de plato vidriado y la parte superior de un cántaro de dos asas en el margen
de uno de los bancales, enfrente de la mencionada masía, y restos de dos ollas muy
fragmentadas, dejadas al descubierto por un tractor que realizaba trabajos de explotación industrial de la gravera allí existente.
Asimismo, en superficie, se recogieron numerosos fragmentos de cerámica.
Según información recogida a los habitantes del edificio, durante los trabajos en la
gravera aparecieron abundantes huesos, al parecer humanos, y un gran cántaro,
materiales que se han perdido.
Puestos estos hechos en mi conomiento y ante el inminente peligro de destrucción
del posible yacimiento, solicité a la Subdirección General de Arqueología el necesario
permiso de excavaciones, iniciándose los trabajos una vez se halló en mj poder.
Del lugar hay materiales con dos procedencias distintas:
El primer grupo son los materiales encontrados por el Centre d'Estudis Contestan&
y que obran en su poder.
El segundo grupo son los materiales excavados por el que suscribe estas líneas, en
el año 1980, y que llevan el distintivo 80 ó 50, en el número de registro.
- 385 -
[page-n-388]
F. RUBIO GOMIS
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EL
Fig. ) • -Localización del yacimiento.
SOMPO
NORTE
[page-n-389]
ELSOMPO
3
DESCRJPCION Y SITUACION
El yacimiento se encuentra ubicado en el extremo de una terraza de aluvión,
terminada en punta, y formada por la confluencia del Barranc de Caraita y el riu
d' Aleo~, con una ligera pendiente hacia el mismo.
Esta pendiente es salvada por medio de bancales, en los que actualmente hay
cultivos de secano típicos de la zona (olivo, vid, cereales, almendros y frutales).
En las proximidades del yacimiento hay un manantial, del que se abastece la masía
(fig. núm. 1).
Está situado en terrenos del Mas del Sompo, del término municipal de Cocentaina,
partida de Frangi, en la desembocadura del Barranc de Caraita, y a unos 3 kilómetros
de la población.
·
Su altitud sobre el nivel del mar es de 443 metros.
Se llega a este emplazamiento siguiendo el camino que parte de Cocentaina y .que
conduce a las partidas rurales de la Cabaña y Frangi. por las que se puede llegar a los
municipios de Benimarfull y Benillup, respectivamente.
LAS EXCAVACIONES
Los trabajos de campo de la campaña 1980 fueron realizados por personal del
Museo Arqueológico Municipal Camilo Visedo Moltó, de Alcoy, con la ayuda de
colaboradores y miembros del Centre d'Estudis Gootestans y que comenzaron el 2 de
junio de 1980 y terminaron el 9 del mismo mes y año, ante la negativa del propietario
de los terrenos a que continuáramos nuestra labor, aunque la primera y única
cuadrícula abierta hasta el momento estaba prácticamente terminada.
Al principio se procedió a cuadricular el terreno en áreas de 10 metros de lado con
los ejes orientado al norte magnético. Cada una de las áreas se dividió a su vez en
cuatro subáreas de 4 metros de lado (fig. núm. 2).
El terreno estaba situado a dos niveles distintos a causa de que una máquina había
estado rebajando el bancal empezando por el punto W. Elegimos la subárea superior
izquierda de la cuadrícula B-2 por abarcar parte de la zona explanada y parte intacta,
además de haber aparecido en ese punto, en prospección realizada por personal de este
Mu.seo días antes, gran cantidad de materiales y un fragmento de cacharro vidriado en
poder del G.E.C.
Se profundizó, mediante la extracción de capas uniformes y horizontales, de 20
centímetros, llegando a alcanzar una profundidad máxima de 1 metro, considerando
que la tierra estéril aparecía ya a esta profundidad. La cota O se estableció para esta
subárea en el ángulo superior derecha de la misma.
Presentaba un estrato único de tierra color pardo, por debajo del cual aparecía ya
la tierra arcillosa y compacta estéril (fig. núm. 3). A partir del rincón sur-este, por
debajo de la capa de tierra parda y pegada al lado sur, existía una mancha negruzca
que alcanzaba hasta la estructura de piedras, de la que hablaré más adelante. El
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P. RUBIO GOMIS
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8
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3
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F'lg. 2. -Croqui11 del yacimiento.
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EL SOMPO
PERFIL
8
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PERF IL NORTE
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25
Fig. 8.- Perftles al abandonar la excavación.
50
75
100 cm.
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:7;
Amontonomil!nto
de piedras en el interior
Planta
de la subárl!o I!Xc ovodo.
Col a del inter ior de la estructura, 0'95 m.
Cota del u terior . 0'80 m.
de lo estructura, a 50 cms. de profund idad.
A
B
1cota
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Fig. 4
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75
100cm,
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mancha negrul:ca
tierra coior pardo
D
m
tiura arcillosa compacta
piedras
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EL SOMPO
7
material del interior de esta mancha era semejante al de la tierra parduzca, dándose el
caso de que algún fragmento de los encontrados en ella pertenece al mismo cacharro
que otros fragmentos encontrados en la tierra parda (fig. núm. 4).
La estructura de piedras a la que me he referido son los restos de cimentación de un
muro hecho con cantos de río y piedras de tamaño regular, unidos en seco y casi
totalmente arrasados, lo que impide determinar con absoluta certeza la forma del
recinto que delimitaba, posiblemente r~ctangular, ya que hacia el norte forma una
esquina redondeada en su estado actual. En el interior de este ángulo, pero por encima
de su cota inferior, se amontonaban piedras caídas de la pared (fig. núm. 4).
INVENTARIO DEL MATERIAL
Jarras de pasta marr6n y moldura . n el exterior del Qorde.
e
Número de i.l)ventario 1/50.- Fragmento del borde, cuello y parte superior del galbo. Desengrasante
mineral color blanco. Long. 6'7 cm. (fig. núm. 5).
3/80.- Fragmentos que completan una pieza salvo la base. Paata rectangular. Deaengraaante mineral.
Conaerva un asa. Diám. boca 11'7 cm. Alt. conservada 17'3 cm. (fig. núm. 5).
4/80.-Cuatro fragmentos del borde y cuello de una pieza. Pasta con mucho desengrasan te blanco. Long.
4 cm. (fig. núm. 5).
10/50.- Fragmentos de una jarra que pe.tmiten su reconstrucción entera. Pasta ligeramente bizcochada
con corte en sandwich ceyo interior es de color gris. Superficie acabada áspera. Presenta dos grupos de tres
líneas incisas pararelas, una junto al arranque inferior del asa y la otra bajo el arranque superior. Diám.
boca 10'6 cm. Diám. pie 6'6 cm. Alt. 20'5 cm. Dos asas (fig. núm. 5).
23/50.- Fragmentoa de una jarra, su.ficientes para reconstJ;uirla entera. Pasta bizcochada con el interior
gris en las ,zonas más gruesas. Presenta un engobe grisáceo tanto en el interior como en el exterior. Dos
asas. Diám. boca 13'2 cm. Diám. pie 9'6 cm. Alt. 18'1 cm. (fig. núm. 5).
2/80, 6/80, 8/80. 10/80, 12/80, 13/80, 15/80, 17{80, 21/80. 23/80, 24/80, 28/80, 30/80, 31/80, 34/80, 35/80, 36/80,
42/80, 47/80, 48/80, 49/80, y 50/80.- 22 Fragmentos del borde de vasijas de este tipo. Tamaños varios.
29/50.- Bolsa. con cuatro fragmentos del borde, de los que uno de ellos corresponde a jarras de este tipo.
29/80.- Bolsa que contiene 58 fragmentos de bordea de jarras, de los que 46 aob de pasta marrón.
32/50.- Bolsa que contiene 8 fragmentos de bordes de jarras, de loa que 7 son de pasta marrón.
32/80.- Bolsa que contiene 9 fragmentos de bordea de jarras, de loa que 5 son de pasta marrón.
Jarras de pasta gris y moldura al exterior del borde.
5/80.- Fragmentos qe una jarra que permiten reconstruir el perfil entero a excepción de la base. Pr~enta
un engobe marrón sólo por la superficie exterior. Dos asas. Diám. boca 12 cm. Alt. conservada 17 cm.
(fig. núm. 6).
15/50.- Fragmentos de una jarra que permiten la reconstrucción entera. Pasta mala. Presenta un grupo
de tres lineas incisas en el centro de los arranques de las asas. Diám. boca 11'3 cm. Diám. pie 8'5 cm. Alt. 18
cm. Dos asas (fig. núm. 6).
21/50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el perfil entero a falta de la base. Pasta
bizcochada de mala calidad. Dos asas. Presenta un grupo de tres líneas incisas en medio de los arranques de
las asas. Diám. boca 9'9 cm. Alt. conservada 14 cm. (fig. núm. 6).
1/80, 14/80, 16/80, 19/80. 20/80, 22/80. 25}80, 27/80, 00/80, 37/80, 38/80, 39/80. 43/80,44/80, 51/80, 52/80, 53/80,
54f80, 55/80, 56/80, 57/80 y 59/80.- Veintidós fragmentos de bordes de vasijas de este tipo. Tamaños varios.
29/50.- Bolsa cQ.n cuatro fragmentos del bordet de los que tres corresponden a jarras de este tipo.
29/80.- Bolsa que contiene 58 fragmentos de .bordea de jarras, de loa que 12 son a~ pasta gris (fig. núm. 6).
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F. RUBIO GOMIS
lito
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101'10
---
Fig. 5
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9
EL SOMPO
5/10
U/10
- Fig. 6
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10
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Fig. 7
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EL SOMPO
11
32/50.- Bolsa que contiene 8 fragmentos de bordes de jarras, de los que un.a es de pasta gris.
32/80.- Bolsa que contiene 9 fragmentos de bordes de los que cuatro son de pasta gris.
Pasta. blanca
6/50.~Fragmentos de un borde que tiene una pequeña moldura del mismo tipo que las jarras anteriores.
Pasta jabonosa. Presenta una zona decorada con pintura color ocre. Long. 3'5 cm. (fig. núm. 6).
Jarras de pasta marrón, moldura j~nto al borde ·y ctu?llo estriado.
2/50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el perfil del borde, cuello y mitad superior del
galbo. Pasta regular con corte en sandwich cuyo interior es gris. Por la superficie exterior tiene un engobe
·
negro. Diám. boca 11'8 cm. Alt. conservada 10'5 cm. (fig. núm. 6).
Jarras de pasta gris y cuello estriado.
14{50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el borde, cuello y la mitad superior del galbo.
Pasta bizcochada de buena calidad y muy fina. DQs asas. Diám. boca 12 cm. Alt. conservada 14'4 cm.
(fig. núm. 7).
18/80.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el borde, cuello y parte superior del galbo.
.Pasta buena. La superficie exterior debe estar ligeramente engobada pues presenta un tono algo más
obscuro que la interior. Diám. boca 12 cm. Alt. conservada 11 cm. (fig. núm. 7).
26/50.- Bolsa con 4 fragmentos de borde, de los que uno corresponde a una pieza de este tipo.
Jarras de pasta marrón y cuello estriado.
25/50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir casi el perfil entero, faltando sólo algunos
fragmentos de la zona media del galbo. P~ta buena. Paredes muy finas. Presenta zonas exteriores ennegre·
cidas por el fuego. Diám. boca 11'6 cm. Alt. aproltimada 19 cm. (fig. núm. 7).
Jarras de pasta marrón, cuello estriado y borde con moldura interior.
16/50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el perfil casi íntegro a falta de la base. Pasta
buena. Paredes finas. Diám. boca 10'2 cm. AJt. conservada l4'5 cm. (fig. núm. 7).
26/80.- Bolsa con 10 fragmentos de borde, de los que 6 corresponden a jarras de este tipo. Se reproduce el
mayor de ellos (fig. núm. 7).
26/50.- Bolsa con 4 fragmentos de borde, ·de los que uno corresponde a una pieza de este tipo.
Jarras de pasta gris, cuello estriado y borde con moldura interior.
26/80.- Bolsa con 10 fragmentos de bordes, de los que 4 corresponden a jarras de este tipo. Se re_produce
el IDayor de ellos (~g. núm. 8).
26/50.- Bolsa con 4 fragmentos de bordes de jarras, de los que uno corresponde a este tipo.
Jarras de pasta naranja, moldura al exterior del borde y asas en el galbo.
12/50.- Fragmentos de una jarra que pemúten reconstruir el borde, cuello y la mayor parte del galbo.
Pasta mala. Presenta un grupo d.e tres líneas incisas junto al arranque super ior del asa y otra en la parte
más estrecha del cuello. Diám. boca 11'3 cm. Alt. conservada 12'2 cm. (fig. núm. 8).
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F. RUBIO GOMIS
12
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Fig. 8
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13
EL SOMPO
-
Fig. 9
- 397 -
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-
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EL SOMPO
15
Jarras de pasta blanca y cuello recto liBo.
20/50.- Fragmentos de una jarra que permiten su reconstrucción íntegra. Pasta muy bue.na y tacto
jabonoso. El intérié>r del cuello y otras zonas presentan líneas muy marcadas. El exterior está pintado con
motivos geométricos de color melado vivo. Diám. boca 10'1 cm. Diám. base 8 cm. Alt. 15'6 cm. (fig. núm. 8).
Jarras de pasta naranja, cuello recto con estrías junto al borde.
17/50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el borde, cuello y parte superior del galbo.
Bajo del borde presenta dos incisones. Diám. boca 11'4 cm. Alt. conservada 13'5 cm. (fig. núm. 8).
28/60.- Fragmentos del borde que parece pertenecer a una jarra del mismo tipo que la 17/80. Long. 2'7
·
'
cm. (fig. núm. 8).
Jarras de pasta nqranja, cuello recto y liso, y con el arranque superior del asa debajo del
.
~h
8/50.- Tres fragmentos de una jarra que pe.rmiten reconstruir el borde y cuello. Pasta buena. Presenta
centradas en el cuello dos bandas paralelas de color ocre. Diám. boca 6'9 cm. Alt. conservada 9'2 cm.
(fig. núm. 9).
22/60.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir la base, galbo y parte del cuello. Creo que
puede pertenecer a una forma semejante a la ~terior. Puta regular con el interior gris en las zonu más
gruesas. El exterior tiene un ligero engobe de tono gris. Diám. base 10'4 cm. Alt. conservada 14'1 cm.
(fig. núm. 9).
Jarro.
19/50.- Fragmentoe de un jarro que permiten reconstruir el borde, cuello y parte superior del galbo.
Tiene vertedera. Pasta naranja con mucho desengrasante mineral blanco y zonas con corte en sandwich con
el interior color gris. Presenta bandas color ocre y el borde también está pintado del mismo color. Un asa.
Alt. conservada 11'3 cm. (fig. núm. 9).
Cazuela.
44/60.- Fragmenfos de una cazuela que permiten reconstruir el borde, parte de las paredes y el arranque
de una de las asas. Pasta mala, ennegrecida por el exterior, color marrón. Diám. boca 21'4 cm. Alt.
conservada 5'2 cm. (fig. núm. 10).
45/80.- Fragmentos de una cazuela o escudilla que permiten reconstruir el borde y parte de las paredes.
El borde está biselado hacia el interior. El tipo de pasta y demás características son iguales a las de la pieza
anterior (44/50),. Diám. boca 24'6 cm. Long. c·o nservada 6'5 cm. (fig. núm. 10).
Candil de piquera.
24/50.- Fragmentos de un candil que permiten reconstruirlo entero a excepción del final de la piquera.
Pasta naranja de buena calidad. Presenta una decoración pintada de color ocre obscuro. Diám. boca 3'6 cm.
Diám. máximo del cuerpo 7'3 cm. Diám. base 4'7 cm. Alt. T8 cm. Long. máxima conservada 10'3 cm. (fig. núm. 9).
Marmita .
13/60.- Fragmentos que permiten reconstruir la base, galbo y arranque del cuello de una posible
marmita. Pasta marrón de regular calidad. La superficie exterior presenta un engobe negro aplicado a
pincel. En la zona próxima al arranque del cuello tiene un grupo de tres líneas incisas. Diám. base 11'7 cm.
Alt. conservada 17'9 cm. Dos asas (fig. núm. 9).
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16
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30/50
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EL SOMPO
17
Bordes.
27/60.- Bolsa con cuatro fragmentos del borde de unos vasos de pasta buena, color marrón, que presenta
bastante desengTaaante grueso color blanco. Se trata de un tipo con estriaa exteriores que no alcanzan el
borde, dejando una tona inferior a éste, lisa'. El borde es plano, con rebaba. Se reproduce el mayor de ellos
(fig. núm. 11).
31/60.- Fragmento del borde que en el exterior presenta dos molduras. Pasta mala color m.a rr6n con
mucho desengrasante mineral blanco. 'Long. 4'2 cm. (fig. núm. 11).
S0/60.- Tres fragmentos del borde de otras tantas piQZas. Borde del tipo de cuello de cisne. Pasta naranja
de buena cali!lad. Uno de loa fragmentos presenta una banda pintada color ocre entre las dos molduras
(fig. núm. 11).
33/60.- Fragmento del borde. Pasta naranja de buena calidad. Long. 2'6 cm. (fig. núm. 11).
34/60.- Fragmento del borde que presenta una moldura interior para sostener la tapadera. Pasta buena
color naranja. Long. 2'6 cm. (fig. núm. 11).
85/60.- Fragmento del borde o pie. .P&~Jta mala éon corte en sandwich de color naranja en el exterior y
gris en el interior. La superficie externa presenta un engobe gris. Lon.g. 3 cm. (fig. núm. 11).
36/60.- Fragmento del borde. Pasta mala, corte en sandwic.h con el exterior color naranja y el interior
gris. Desengrasante mineral blanco muy abundante. Long. 4 cm. (fig. núm. 11).
37/50.- Fragmento del borde, que presenta una m.o ldura para sostener la tapadera. Pasta buena, color
naranja. Long. 4'6 cm. (fig. núm. 11).
38/50.- Fragmento del borde. Pastá buena, muy fina, color naranja. Decorada con dos bandas color ocre.
Long. 2'1 cm. (fig. núm. 11).
39/50.- Fragmento del borde. Pasta mala, color negro. Long. 3 cm. (fig. núm. 11).
42/60.- Fragmento del borde de una vasija de gran tamaño. Pasta mala, color naranja. Long. 9 cm.
(fig. núm. 11).
43/50.- Fragmento del borde con una moldura para sostener la tapadera, de una vasija de gran tamaño.
Pasta color naranja de mala calidad. Hay siete fragmentos del mismo vaso (fig. núm. 11).
47/50.- Dos fragmentos, uno del borde y otro del galbo, que parecen pertenecer al mismo vaso. Pasta
buena y muy fina, de color grisáceo. Presenta unas líneas ocres obscuras pintadas. Long. 3'7 y 2'7 cm.
Bases.
7/60.- Bolsa con varios fragmentos del mismo tipo. Se puede reconstruir parte de una base plana y un
asa. Pasta amarilla verdosa de regular calidad. Ninguno presenta decoración.
7/80.- Bolsa con tres fragmentos del mismo tipo que la 7/60.
11/80.- Fragmentos que completan parte de una base plana y galbo. Pasta color marrón y c~n textura
bizcochada de regular calidad y fácilm. nte deleznable. Superficie de tacto. áspero. Alt. conservada 10 cm.
e
(fig. níim. 11).
40/80.- Fragmento del pie. Pasta buena, color naranja. Long. 6'9 cm. (fig. núm. 11).
46/80.- Fragmento del pie. Pasta buena., color naranja. Presenta dos bandas en el interior pintadas de
color ocre. Diám. pie 4 cm. (fig. núm. 11).
Grandes vasijas
63/50.- Fragmento del borde de una gran vasija. Pasta naranja con mucho desengTasante. Tiene un
engobe de U!\ color parecido que recubre el exterior de la pieza evitando así que se vea la mala calidad de la
pasta. Long. 12 cm. (fig. núm. 11).
64/50.- Fragmento del borde de una gran vasija. Pasta mala con corte en sandwich con el interior gris y
el exterior naranja. La superficie exterior esta alisada y con acabado más ciudado. Long. 16 cm. (fig. núm. 11).
65/60.- Fragmento del borde de una gran vasija. Pasta mala con corte en sandwic~ en interior pardo y
- 401 -
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18
4S/50
51/ 50
50/50
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53!50
52/50
55! 50
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58/80
57/50
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60/80
60/ 80
62/80
Fig. 12
1
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EL SOMPO
19
exterior naranja. Presenta mucho desengrasante y la superficie exterior est'á verdida casi por completo
debido a un fuerte desprendimie.nto de 'escamas. Long. 5'6 cm. (fig. núm. 11).
67/50.--<:uatro bolsas conteniendo fragmentos atípicos de grandes vasijas de cintas. Por las pastas se
distinguel\ al menos tres tipos distintos que quizás pueden corresponder a los tres bordes (63/80, 64/80, 65/80)
descritos anteriormente. No hay duda que al menos alguno de los fragmentos pertenecen a las misma$
vasijas que los bordes citados.
Otros restos de cerámica.
9/80.- Bolsa conteniendo varios fragmentos atípicos de vasijas de paredes finas.
41/80.- Bolsa conteniendo cinco fragmen~s de teja plana que pertenecen, al menos, a tres ejemplares
distintos, uno de ellos con estrías. Long. del mayor 14 'cm:
25/50.- Bolsa que contiene 200 fragmentos atípicos de paredes (ínas en pastas grises y marrones.
66/50.- Fragmento del galbo de una vasija de grandes dimensiones. Pasta parda de regular calidad y
apreciable desengrasante. Como decoración presenta un cordón de pellizcos. Long. 11'3 cm. Grosor 0'8 cm.
Además de ello y procedente de las excavacion~ realizadas en el año 1980, eitisten los siguientes objetos:
- 1 bolsa conteniendo numerosos fra,gmentos atípicos de cerámica de paredes finas.
- 12 bolsas col)teniendo numerosos fragmentos atipicos de cerimica.
-3 bolsas conteniendo numerosos fragmentos atípicos de vasijas de grandes dimensiones.
Cerdmica vidriada.
48/50.- Fragmento de una escudilla. de orejeta lobulada. Pasta naranja. Está vidriada de blanco brillante, tanto por el exte.r ior com.o por el interior. Long. 5'3 cm. (fig. núm. 12).
49/50,- Fragmento de un vaso de pasta regular, color naranja. Por el exterior no ti~ne decoración, y por
el interior está vidriada de color verde intenso. Además, presenta unas estampillas de típo vegetal que, al
imprimirlas sobre la pasta cruda, provoca unas hendiduras en las que al co.n centrarse el vidriado le da una
tonalidad mucho más fuerte. Long. 5'5 cm. (fig. núm. 12).
50/50.- Fragmento del borde de un vaso, pasta buena, color marrón. Po.r el exterior presenta un engobe
color amarillo limón y en el interior un vidriado de la técnica de la «falsa» cuerda seca, con los típicos
colores verdes y negro sobre fondo blanco. El fra(Wlento es tan pequeño que no fe puede apreciar que tipo de
decoración seria, aunque parece de tipo geométrico. Long. 5 cm. (fig. núm. 12).
51/50.- Fragmento del borde de un vaso. Pasta amarilla de buena calidad. Vidriada por el interior y
exterior color melado claro que se obscurece en las zonas más cercanas al borde hasta alcanzar un color
marrón obscuro casi negro. El vidriado exterior está muy deteriorado. Long. 3'5 cm. (fig. núm. 1~).
52/50.- Fragmento del borde. Pasta amarilla anaranjada. Vidriado por ambas caras color melado claro.
Tiene unas líneas de color marrón muy obscuro. El vidriado, semejante al de la pieza anterior está muy
deteriorado. Long. 2'5 cm. (fig. núm. 12).
53/50.- Fragmento del borde de un vaso. Pasta color rosa de buena calidad. Vidriada sólo por el interior
color blanco mate con pequeñas irisaciones puntuales. Por el borde se aprecia el melado. Muy mala calidad.
Long. 5'2 cm. (fig. núm. 12).
54/50.- Fragmento del borde de un vaso. Pasta buena, color rosa. Vidriado por el interior y exterior,
aunqu~ por esta zona casi desaparecido, color amarillo muy pálido. Long. 5'2 cm. (fig. núm. 12).
55/50.- Fragmentos del borde que presenta una moldura interior para sostener la tapadera. Está vidriado
por el interior y exterior con un color marrón obscuro. Pasta marrón obscuro. Long. 2'5 cm. (fig. núm. 12).
56/50.- Fragmento del pie. Pa.s ta buena, color rosa. Vidriado por el interior y exterior color amarillo
limón brillante. Long. 3'2 cm. (fig. núm. 12).
57/50.- Fra,gmento de un vaso de base plana. Pasta buena, color marrón. Por el exterior presenta un
en~obe color negro. Por el interior esta vidriado colo.r marrón obscuro. Lopg. 4 cm. (fig. núm. 12).
69/50.- Bols'B. conteniento los siguientes fragmentos atfpicos:
- 403 -
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F. RUBIO GOMIS
20
wn. rtg.l
-~-
Fig. 13
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EL SOMPO
A) Un fragmento vidriado por el interior a la «falsa,, cuerda seca y por el exterior de color amarillo
limón.
B) Un fragmento de las mismas caraeteríatieaa, pero en la zona interior aólo comprende vidriado blanco.
C) Un fragmento vidriado en blanco brillante tanto por el exterior como por el interior.
D) Un fragmento vid.r iado por ambas caras color marrón obscuro.
E) Un fragmento con vidriado en ambas caras color melado.
F) Un fragmento con vidriado interior color marrón obscuro y exterior engobe negro.
G) Un fragmento que en su cara exterior está engobado de color negro, sobre el que se ha puesto un
vidriado ma.r rón muy obscuro, au.n que puede ser que este color se deba al engobe negro. El vidriado interior
es igual al exterio11 aunque no se aprecie si tiene o no engobe.
H) Un fragmento de pasta gris con un vid.r iado interior verde obscuro ptóximo al negro.
1) Dos fragmentos de cerámica del tipo de «terra sigillata» hispánica, de buena calidad, con decoración
de ruedecilla.
Otros objetos.
58/80.- Dos fragmentos de vidrio. Uno es de una pieza de base plana y vidrio transparente (hoy blanco a
causa de la degradación que ha sufrido). 'Long. 4'1 cm. (fig. núm. 12).
El otro, transparente, de paredes muy finas, color verde, presente una incrustación de color negro de
forma y tamaño de una gota. Long. 2'2 cm.
61/8(>.- Una bolsa con dos fragmentos de escorias de fundición de hierro y bala redonda de fusil de
abancarga.
62/80.- Bolsa con tres objetos de hierro:
- Un vástago de sección rectangular. Long. 7'8 cm. Sección de 0'4 x 0'5 cm.
- Un vástago de sección muy fina, eaai como un recorte de chapa. Long. 5'2 cm. Sección 0'5 x 0'1 cm.
- Un cuchillo de hierro con un vástago triangular para enmangar. Long. 11 cm. (fig. núm. 12).
60/80.- Bolea con seis sílex. Tres son pequeños núcleos informes. Una lasca sin retocar.
Las otras dos, reflejadas en la fig. 12, se · trata de dos puntas, en sílex.
Además, procedente de la excavación de t98o hay una bolea grande con reatos de huesos de animales.
HALLAZGOS EN PODER DEL C.E.C.
Además de las piezas ya inventariadas, proceden también del Som,po una serie de
materiales, hallados por miembros del Centre d'Estudis Contestans y que obran en su
poder, y procedentes de rebuscas superficiales y de los trabajos para la extracción de
grava y que fueron en realidad los que alentaron sobre la existencia del yacimiento y
que son los siguientes:
Jarras de pasta marrón y moldura al exterior del borde.
Sin núm. de registro l.- Fragmentos que completan el perfil de una pieza salvo la base. Corte en
sandwich. Exterior ligeramente ennegrecido. Dos asas. Deaengraeante mineral blanco. Diám. boca 11'5 cm.
Alt. conservada 17 cm. (fig. núm. 13).
Sin núm. de registro 2.- Fragmentos que completan el perfil de una pieza salvo la base. Mucho
deeengrasante mineral blanco. El exte.r ior presenta un engobe poco cubriente, color grisáceo. Dos asas.
Diám. boca 11'3 cm. Alt. co.nservada 17'9 cm. (fig. núm. 13).
Ambas piezas conservan decoración de un grupo de tres líneas paralelas incisas en la parte superior del
galbo.
Sin núm. de registro S.- Fragmentos del borde y parte del galbo. Pasta mala con mucho desengrasante
mineral blanco. Conserva el arranque de dos asas. En la zona conservada del galbo presenta una decoración
- 405 -
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F. RUUIO ClOMJS
a/ n, rtg. 6
a/n rog . 7
t/n ••9· 1
Fil{. 14
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EL SOMPO
23
pintada color siena, formada por 8 bandas horizontales j)aralelas, colgando de la máa baja grupos de cuatro
líneas inclinadas paralelas que alcanzan la línea de rotura. Diám. boca 8'9 cm. Long. 16 cm. (fig. núm. 13).
Grandes vasijas.
Sin núm. de registro 4.- Fragmentos del borde y galbo de una gran vasija. Pasta regular, color rojo.
Presenta el arranque de un asa y un cordón con pellizcos (fig. núm. 14). Varias longitudes, siendo la del
fragmento mayor de 22 cm.
Sin núm. de registro S.- Fragmentos de un gran lebrillo de forma troncocónica invena. Base plana.
Pasta mala muy deleznable, color gris. No se reproduce.
Cerámica vidriada.
Sio núm. dé registro 6.- Fragmepto del galbo y arranque de un asa. Pasta buena color rosa. El vidriado
ea color amarillo melado. Long. 5'8 cm. (fig. núm. 14).
Sin núm. de registro 7.- Fr.llgtn_ento del borde. Pasta buena color naranja. Por el interior y el exterior de
la zona del borde sólo presenta un engobe blanco y una linea ondulada que transcurre junto al borde de
vidriado negro que arranca de una pequeña mancha verde. Long. 6'5 cm. (fig. núm. 14).
Sin núm. de registro S.- Fragmento de un plato. Pasta buena, color rosa. Por el interior presenta un
vidriado blanco y junto ~tl borde semicírculos tangenciales vidriados en negro, enmarcados en verde. Por el
exterior el vidriado es amarillo, de muy mala calidad lo que provoca que esté casi perdido. Diám. boca 29'6
cm. Long. 12'5 cm. (fig. núm. 14).
CRONOLOGIA, INTERPRETACION Y CONCLUSIONES
A falta de grandes estudios que nos ayuden a fechar con mayor prec1s1on la
cerámica medieva.l, el presente apartado no va a ser más que un planteamiento del
tema, que no dejará de estar sujeto a posteriores revisiones y modificaciones.
El primer encuadre cronológico nos lo proporciona la tota.l ausencia de cerámica
ca.lifal.
La pobreza aparente de los habitantes del lugar viene manifestada por los escasos
restos de cerámica vidriada, sin duda la de mayor prestigio, pero también la mejor
fechada y que más estudios posee, limitándose en el presente caso a unos pocos
fragmentos frente a la gran masa de material, procediendo además la mejor pieza de un
ha.llazgo fuera de contexto.
·
Haciendo abstracción de los dos fragmentos de cerámica sigillata, difícilmente
explicables, y de los restos (en muchos casos más · modernos) procedentes de la capa
superficial, el resto de los materia.les pueden datarse de la siguiente forma.
Las piezas 50/60 y 59/50 A y B presentan un vidriado que se da desde el período
Califa] hasta el siglo XIII como mínimo, pero que, dadas las caracteristicas de estos
fragmentos, se pueden fechar a partir del siglo XI con numerosos paralelos, pero de los
que sólo citaré los más cercanos a.l yacimiento estudiado. En el Tossal del Moro
(Benilloba), considerado post.califal y que abarca los siglos XI y Xll, aparecen claros
para.lelos a estas piezas, con el mismo vidriado, de baja calidad sin dibujos.
Las piezas 51/50, 52/50 y 59/50 E aparecen también en este otro poblado y por lo
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F. RUBIO GOMIS
tanto tienen la misma cronología, no apareciendo en el yacimiento de La Costa
(Cocentaina), establecimiento cristiano que se fecha ya en el siglo XIII.
En cambio, los fragmentos 41/80 y 57/50 son fechables ya en el siglo XIII, encontrándose paralelos de ambos en La Costa (Cocentaina) y siendo el segundo de ellos
típicamente cristiano.
Los fragmentos 30/50 y 42/50 tienen paralelos iguales en La Buhayra (Sevilla) (1) en
el estrato inmediato posterior a la conquista cristiana, es decir, en la segun!}a mitad
del siglo XIII, habiendo en dicho estrato un paralelo muy cercano también para el
cuchillo de hierro 62/80.
Zozaya postula que para el yacimiento de La Buhayra los bordes moldurados al
exterior son propios del momento de la transición de la dominación árabe de Sevilla a
la cristiana.
Así mismo, este autor y M. CasamSf (2) postulan una evolución de las bases: en la
primera mitad del siglo XII, las bases planas se presentarían con anillo o moldura de
solera, pasando en la segunda mitad de dicho siglo a adoptar formas convexas,
mientras que en el siglo XIII se presenta.r ían las bases planas propiamente dichas.
Es indudable que una parte de cierta consideracjón de la cerámica es cristiana,
existiendo los típicos jarros grises, con cuello fuertemente estriado por el exterior y
con engobe negro.
De todo lo dicho podemos concluir los siguientes extremos:
1.0 Total ausencia de cerámicas califales.
2.0 Presencia de cerámicas fechables, sin duda, en el siglo XII.
3.0 Presencia de cerámicas fechables en el siglo XIII, e incluso cristianas de la
segunda mitad de dicho siglo.
4.0 La total ausencia de bases planas con anillas o molduras de solera.
Ante este conjunto me parece más razonable colocar la fecha de fundación del
establecimiento en la segunda mitad del siglo XII y la de destrucción en el siglo Xlll.
Relacionando estas fechas con los posibles hechos históricos que pudieron documentarlos, nos encontramos con lo siguiente:
1247-48: Cocentaina pasa a poder del rey D. Jaime.
1249-50: Se funda la morería o arrabal de Cocentaina.
1253: Alzamiento de Al-Azrach, que llega a conquistar la zona de un modo transitorio.
1264: Dada la importancia que el arrabal de Cocentaina ha adquirido, el rey
D. Jaime le otorga un privilegio relativo a la administración de Justicia.
1275: Ultimo levantamiento de Al-Azrach y su muerte.
Aunque me incline más hacia la posibilidad de que fuera este último hecho el que
provocara la destrucción o el abandono (dado que no podemos documentar en la
excavs>"ión ningún estrato de destrucción violenta) este hecho, pudo también produ-
(1) P. COl.LANTES DB TBBAN, J . ZIYl.AYA. cBscavacim>M 111 el Palacio~ ele~ Buba1ra (8erula)o. Noticiario
Atq-locfa L M8dricl.. 1872, pq. k3, ~. 1&-B.
(2) M. CA.SAMAR. ..c.ri.mica muaulmaaa de ~ Fottal- cl6 Alca1.6 ~ V,.jp . AL ANDALUS, 28. 1968, p6p. 401-40'7.
H~
- 408 -
~
[page-n-411]
EL SOMPO
25
cirse a causa de la conquista de D. Jaime, o por traslado de sus gentes al recién
fundado arrabal, cuya importancia se documenta quince años después de su creación,
o a causa de cualquiera de los levantamientos de Al-Azrach, el primero de los cuales se
produce en el 1253.
Con respecto a la interpretación del yacimiento, los escasos datos que la pequeña
excavación nos proporcionó, junto con los datos de anteriores hallazgos que oralmente
nos transmitió el propietario de la finca, me hacen suponer que se trata de una
pequeña aldea o asentamiento, dedicado fundamentalmente a las labores agrícolas,
dada su situación sobre la vega del río.
La excavación puso de manifiesto una de dichas casas, mientras que la gran
uniformidad de las piezas encontradas hace sospechar que estamos ante un yacimiento
de corto periodo de ocupación o la posibilidad de que nos encontremos en la proximidad de un alfar o lugar de almacén de cacharros de cerámica.
En cuanto a la tipología de las cerámicas, los grupos en general son seillejantes a
los establecidos por Roselló (3) para Mallorca, observándose diferencias de detalle.
No quise concluir el presente trabajo sin repasar los materiales que de esta época
poseemos en el Museo Arqueológico Municipal de Alcoy, observando la gran semejanza de todos ellos, dando en 'Principio la apariencia de encontrarnos ante yacimientos
de una misma o muy parecida cronología o bien sería necesario admitir una gran
pervivencia de los mismos .tipos cerámicos. Ambos supuestos son dificiles de admitir,
puesto que en principio no parece lógico que una sociedad tan viva y activa como la
árabe mantuviera los mismos tipos cerámicos durante los casi cinco siglos de dominación en la zona levantina, ni tampoco parece razonable que haya dado la coincidencia
de que la casi veintena de yacimientos conocidos puedan fecharse todos ellos entre los
siglos X y Xlll, planteándose aquí una de las grandes incógnitas que esta época ofrece
en la zona, cuestión esta que me ha movido a iniciar un trabajo de conjunto en el que
se reflejen todos los materiales y yacimientos que conozco.
(ll) O. ll08SLLO BORDOY. «BMa10 de
Mallorca, 111'18.
--•Cioaci6a
cla la <*'ÚiiC& úabe ertllolallon:P. Di~ ProviDcial de Ba*-. Pabu. ele
- 409-
[page-n-412]
[page-n-413]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia. 1989)
JOSEP VICENT LERMA ALEGRIA
(Valencia)
TIPOLOGIA DE LA LOZA DECORADA DE PATERNA/MANISES
Si para las cerámicas de época musulmana contamos ya con algunos ensayos
tipológicos, como el elaborado por G. Rosselló-Bordoy (1); paradójicamente la loza
gótico-mudéjar, que tanta literatura ha engendrado, adolece en su conjunto de la falta
de una terminología precisa.
Con todo, existen honrosas excepciones, tales como el trabajo de J. Cabestany
sobre la cerámica de Manresa (2) y el de J. Pascual y J. Martí dedicado a la cerámica
verde-manganeso de Paterna (3).
La denominación de los diversos vasos, es uno de los problemas fundamentales que
tiene planteados la ceramología medieval, pues el significado de una palabra puede
variar de una región a otra, o con el paso del tiempo. Así, el término «bacín» tenía un
sentido más amplio que el actual, ya que servía para designar piezas de gran tamaño,
si nos atenemos a un contrato de 1414, establecido entre Cahat Almale y Juan Bou (4),
en el que se mencionan «hacina magnos ad formam de plat d'argent albos)). Por otra
parte, existen conceptos intencionadamente ambiguos, tales como «terra9)), con el que
se podía design.a r utensilios tan diversos como un vaso («terrac_ t pera beure») o un
e
jarrón (ccterra9 per a tenir florS>>).
Si una caracterización alfanumérica parece cea priorh>, menos comprometida, no es
menos cierto que también contribuye a una descontextualización del ambiente cultural para el que fueron concebidos, lo que se traduce en un empobrecimiento innecesario de la terminología arqueológica.
(1) O, ROSE1LO-BORDOY: «~ele ala~tiución di! la eerámica mbe en Mallorcv, Pa~ dé Mallorca, 1978.
(2) fl. RI,ERA J V1LAR, J. F. CA.l]ESTANY 1 fiORT: «Ceriinica dé ~. Man._, 1980.
(3) J. pASCUAL.
J. MARTI: «lA
-'mica vmle-manganeeo
bejomedieval \ialenci-. Valencia, 1988.
Pll.a. :UO. Barcelona, 11M
(4) M.. OONZALEZ MARTI: •Cerámica del t.vanta Eapafiol. Sícloa medieval-. Tomo t
-411 -
[page-n-414]
J . V. LERMA ALEGRIA
2
Por todo ello, nos inclinamos por la recuperación del rico léxico tradicional, del
que ·para mayor abundamiento, exist. un amplio repel:torio en la documentación
e
.n otarial de la época (siglos Xlll-XVI).
Léxico que sobreponemos subjetivamente a determinados conjuntos de vasos que
reúnen unos atributos formales comunes y que conocemos como «grupos tipológicos>>y
«tÍpos>>, sin que necesariamente deba deducirse el) todos los casos, una correspondencia exacta entre el nombre antiguo y el perfil cerámico al que se asocia.
La tipología de la loza de Paterna/Manises que hemos elaborado, en un primer
nivel, pretende ser funcional, para seguidamente apoyarse en la observación de las
formas.
Así, los grupos t~pd1ógicos se definen por una. función, más o menos específica, y
por una serie de atributos formales, y consecuentemente m~tricos también. Como por
ejemplo, el grupo «escudilla», concepto que engloba a los boles de panza generalmente
hemíesférica, que se utilizaban como recipíente individual para consumir caldos (Cat.:
«brous>>) 'fl líquidos tales como vino o agua.
En un nivel inferior, hemos distinguido cinco «familias tipológicas> a partir de las
>
características de la base (A. tepié, B. base cóncava, C. base plana, D. peana y E. base
con entalladura anular), y luego, en aquellos grupos que requieren una mayor discriminación formal, debido a la variabilidad de la apertura (1. sin ala 1 2. con ala), la
clasificación se hace en base a ella:
A (repié)
B (base cóncava)
e (base
plana)
Al.
A2.
Bl.
B2.
Cl.
C2.
(sin ala)
(con ala)
(sin ala)
(con ala)
(sin ala)
(con ala)
D (peana)
E (base con entalladura anular)
En el interior de cada familia grupal, las diferencias de ~rfil, y sobre todo, la
de algún atributo (borde biselado, pie discoidal, apéndices, etc.),
nos ha servido como criterio para establecer los d,istintos tipos.
Las variantes de un tipo concreto, se han determinado, tomando como pauta las
magnitudes espaciales, siempr.e que su modificación no implique una función distinta;y en algunos c.asos, los cambios de inclinación de las paredes, cuando ello, a nu.e stro
juicio, no tenía un cará~ter aleatorio.
.
Con todo lo anterior, se· ha pretendido dotar a este ensayo de tipologia, de una
estructura arborescente, en 1a que puedan integrarse nuevos, tipos de un modo coherente.
presen~ia/auseneia
.
-412-
[page-n-415]
LOZA DE PATERNA{MANlSES
3
El estado actual de la investigación no permite elaborar la lista definitiva de los
tipos en uso durante los siglos XIll-XVI, pero sí la de los principales grupos tipológicos (5):
Cast.
l. Plato
2. Escudilla
3. Salero
4. Salsera
5. Távach o cuenco
Cat.
Plat
Escudella
Saler
Salsera
Servidora
Bací
6. Bacín
7. Grial
8. Vaso
9. Jarra
10. Jarro
11. Jarrita
12. Alcuza
13. Tapadera
Terracet per a beure
Cetra
Pitxer
Jarra
Cetrill
Cuberta
14. Bote
15. Orza
Pot
Gerreta
16. Jarrón
Terrac per a tenir flors
17. Lebrillo
18. Orinal
19. Albahaquero
Orinal
Alfabeguer
ILUMINACION
ro. Candil
21. Candelero
Cresola
Candeler
COCINA
22· Anafe
.
Foguer
SERVICIO DE MESA
ALMACENAJE
USO DOMESTICO
Greal
Librell
El tipo, como ya se ha dicho, corresponde en la mayoría de los casos a un conjunto de
individuos que comparten un cierto número de peculiaridades formales, y en otros, los
más extremos y raros, a un perfil únioo, pues aunque casi nunca parece lícito oonsiderarlo
de este modo, con frecuencia sí es legítimo suponerlo como tal (6).
En definitiva, y a falta de comprobación estadística pertinente, será su aplicación
(5) OONZALBZ MARTI: Op. c:il Dota • · Capitulo m. Fonuo Cerúúca J'q.. - . - .
F. ~ Y VIV1!8: «Vocabulario ele la cerúlica da ~. Sociedad c..tano.- ele Cultura. Culall6n, Ulaa.
A M.• ALCOVBR y F. DB B. MOU.: «Diccionari C.tall-V~Dalaarw. Palma, 1886a
J . COJIO~ oDiccionario critico etlmolótico da la leapa c:MtAlllan». Madrid, leM.
M. OUVAR DAYDJ: «<. ~ u-u.ta on l01 paliee ~ la Corona da Arqóo>t. Barceloaa. 1962.
(6) R. PERONI: «Tipolapa e tmall.i ltlliotic:a nei materiali della pre;.coria: ....._ a punlolt. DiaiOIIú di ~ 1, 188'1, 2, pie. 1116.
- 413 -
[page-n-416]
J . V. LERMA ALEGRIA
práctica a las cotidianas tareas de inventario de fragmentos cerámicos, procedentes tanto
de excavaciones arqueológicas como de fondos museísticos, la que irá decantando los
tipos auténticos de los falsos.
Hemos preterido no agruparlos según las «clases)) cerámicas (loza de «Paterna», loza
azul y loza dorada), pues ordenarlos en función de las mismas dificultaría el estudio de los
préstamos formales entre ellas, así como el de su evolución.
La caracterización por medio de letras y números, de «familias)) y «tipos», facilita su
mención concisa y breve, en virtud de un código. En el que, de izquierda a derecha, y
separados por puntos, la primera letra mayúscula o letra y número, corresponde a la
familia, y la siguiente cifra al tipo; mientras que las variantes están representadas por
minúsculas, situadas después de este último. Así, a modo de ejemplo, podemos referirnos a
la escudilla tipo lb, con repié y sin ala, como el Al. lb, y .al lebrillo tipo 2, con base plana,
como el C.2.
Tal vez éste o si.miliu'es procedimientos puedan servir de puente entre los sistemas
alfanuméricos puros y aquellos que utilizan los nombres tradicionales de la cerámica,
pues al tiempo que consiguen la precisión de los primeros, no renuncian al aporte cultural
que suponen los segundos.
En cualquier caso, siempre será posible establecer una tabla de equivalencias entre
distintas tipologías.
Finalmente, hay que hacer constar que la discriminación de los tipos que figuran en
las páginas siguientes, se ha verificado en base a los antiguos fondos del Servicio de
Investigación Arqueológica Municipal de Valencia y a una selección de lo recogido en la
bibliografía de F. Amigues (7), J. Pascual, J. Martí (8) y M. González Martí (9).
(7) P. AMIGUES: .t.. clftm¡q,. 6maill6e: temoin da relúi..,. __,le l.oula-loc>Rou.illon. t. C.talope ~le Pa:ra V~. 'lbéoe pour le
Doet.oru ele Specialit& Um-.i16 Paul Valery. Montpeilitlr m, 198t.
(8) PASCUAL Y MARTI: Op. át. nota S.
J . PASCUAL. J . MAR'1'1: «lmportaciana ~ valeneialla al Cut.ell Pormcle ele Bala¡ueno. 1 Cobpeo ele ~lccfa Medie'lal Elp.ñoiL
H-. 1886.
(9) GONZALBZ MAR1'I: Op. át. nota 4.
- 414 -
[page-n-417]
LOZA DE PATERNAJMANISES
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BRWW ANAFE
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ARCRIVO DB PREHISTORIA LBVANTINA
Vol. XIX (Valet~cla, 1989)
VICENTE VILAR HUESO
(Valencia)
EL PRIMER MURO DE JERUSALEN ANTES DEL DESTIERRO
En agosto del año pasado durante el XII Congresó de la Organización Internacional para el Estudio del Antiguo Testamento, IOSOT, tuve la ocasión de visitar todas
las excavaciones realizadas en Jerusalén en los últimos años por distintas instituciones de Israel, entre las que destacan el Departamento de Antigüedades, la Israel
Exploration Society y la Universidad Hebrea de Jerusalén. Quedé, como es lógico,
impresionado, y no sólo por el ingente trabajo realizado, sino sobre todo por los logros
alcanzados en dichas excavaciones; tanto en la zona del .Ofel, la decana de las
excavaciones jerosolimitanas (desde Warren en 1967 hasta Kenyon en 1967), como en
los aledaños del Templo y, sobre todo, en el Barrio Judío, donde se descubrieron
fragmentos del primer muro o muralla de Jerusalén (1). Además de la ayuda prestada
en nuestra visita oficial ·por miembros de las misiones excavadoras que nos dirigieron
y respondieron aniablemente a nuestras preguntas y sorpresas, la utilización de
métodos y medios modernos, como son vídeos, magnetófonos, iluminaciones especiales,
etc., inmerge al visitante en el ambiente y vida (y también muerte) de los habitantes de
Jerusalén en los tiempos pasados.
(1) N. AVIOAD: «.Bxcavatiooe iD the Jewiah Quarler
Joumal, liO, 1·2, .l'enll&lem,
uno.
~ 1-8.
ot the
Old Ci~
ot J en.alem,
1989/70. (l'NIImiury Beport)lt. hrael Exploration
N. AVIGAD: •hcavationt in the J ewíab Quarter otthe Old Ci~ ot Jeruu.J-, 1970. (Secolld PrelimlnaJy lleport)lt. Iarael hploretion
.Journal, liO, 3-4, J-t.n, 1~0, p6¡L 1~14(),
N. AVIOAD: dxcavatiOnt in the J..;.b Qua114T o( the Old City ot Jeruulem, 1~1. (Thlrcl Prefuainary llepoort)oo. Iarael Bsploration
Journal, 22, 4, J...,...t... 1872, p6p. 111S-300.
N. A VIOAD: «Jeruu.J-. tbe Jewiah Quut.er ot the Old City, 1~61>. Iarael hploretion JOW"D&l. 26, 4, J..,...¡em, 1975, p6¡e. 118().281.
N. AVIOAD: «.1.--lem, tba J..;.b QuarW ot the O Id City, 197&o. Iarael Exp1oreUon Joumal, 27. 1,
1977, ~ 66-67.
N. AVIGAD: «Jenaealem. the J..;.b Qua.- ot the O Id City, 19'781t. Iarael lxplora.Uon Journal, 28, 1, ~ 1979, p6p. 123-124.
N. AVIOAD: «Archeolocical Díacovviea in the Jewiab Quarter oC .r-~mu.
197t, ¡>6¡. M.
R.AMIRAN y A. EJTAN: «EzcavatiOnlio the Courtyud oCthe Citadel oCJenoal- 1988-1989. {PNIÍIIIiJI.ar7 Bepon)oo. Iareel ExploretiOil
Journel, liO, 1·2, J.......J-. 1970, pqe. $-17.
H. OilVA: «hc:evatlone In the Cit.del ot Jeruealem, 197!HII80: heliminary Repod.Jo. larael ExploraUon Jou.mel, 33, J.2. J..--Jem, 1883,
J......-,
J--._
p6¡L~
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. · V. VILAR HUESO
2
Topograffa de Jerusalén
Q
Fig. 1.-C: Ciudadela. T: Templo.
A, Bl y B2, fragmentos de mw-os hallados por Avigad.
Vl, V2 y VS, fragmentos de muro inventariados por Vincent.
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MURO DE JERUSALEN
Topografía de Jerusalén
Q
Fig. 2.- ·-·- Posible linea del muro más antiguo. ¿De Ozias = Azarias?
······ Posible linea del muro más reciente. ¿De Ezequfas y Manaaés?
3
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4
V. VILAR HUESO
Como siempre me han preocupado los muros que en sus distintas épocas defendieron Jerusalén contra sus enemigos, y hace ya años me ocupé del tercer mu.ro (2) con
motivo de los hallazgos de la Dra. Kenyon debajo de la Puerta de Damasco y otros
yacimientos correlacionados (3), me ha parecido oportuno estudiar ahora el primer
muro que N. Avigad ha descubierto en el Barrio Judío intramuros junto, al Este,. del
que fuera cardo de la ciudad bizantina y hoy centro del nuevo Barrio Judío con eJ
nombre de calle de los Judíos.
En la figura 1 señalarnos sobre un mapa topográñco de Jerusalén los restos de
muros que Avigad dh~tingue con las siglas: A y Bl, B2. Ambos grupos de restos se
hallan, prácticamente, a la mísma distancia del Templo y de la Ciudadela, aunque
unos, Bl y B2 más al norte y A más al sur. El lugar sería el idóneo para intentar
localizar la porta medialis. Los restos de que vamos a ocuparnos, por razones obvias,
son únicamente los correspondientes al Hierro U en aquella zona o contemporáneos de
la Monarquía dividida o pxeexílica (s. IX al VI a. C.).
Ante todo hay que manifestar la grata sorpresa de ver confirmada la tradición
conservada por Flavio Josefo (4) contJ:adicha por la Dra. Kenyon después de sus
excavaciones de los años sesenta en las que no pudo hallar restos estratificados del Hi
TI en las áreas en las que ella pudo excavar, extramuros de la actual. muralla de
Soleimán el Magnífico, por lo que se veía obligada a retrasar la ocupación de la
llamada colina occidental, o Sión cristiano, a la época asmonea (5) (s. II a. C.) aunque
al sur de los muros de Soleimán los E)Scasos restos hallados eran todavía más tardío~:
época herodiana, más cerca de Agripa que ·de Herodes el Grande (6). En sus· informes
preliminares· y en su obra J~rusalem alude K. M. Kenyon a las dificultades con que se
eñfrent6 para poder excavar en una zona, extramuros de la ciudad, qu~ entoJ)ces se
hallaba dividida entre árabes y judíos y a la prácticamente imposibilidad de excavar
en la parte intramuros de 1a misma, excepto en el barrio arÍneni.o, áreas adosadas a la
actual muralla, e:u su sector occidental, que soias no podían dar una idea de conjunto
del~ zona.
Los restos de muros descubiertos por N. Avigad en sus excavaciones en el Barrio
Judío son del Hi 11 o época monárquica. Aunque no se atreva el excavador a concretar
la datación y nos hable, repetidas veces, de la cerámica del contexto de los mismos
muros c.omo de cerámica de los s. Vffi y VII a. C., nos dice que el muro A es rugo
antérior a los fragmentos del B (según mi opinión se trata de dos muros). Además de
los restos de muros se han descubierto restos de edificios dentro del perímetro de la
~ ExpreoPón q,ue:deaigna el mlll'O mú antit¡uo de la ciudad y, pQr coneillliel\~. el mb interior en eu J1el'te ee~ntrional. Fue uall.ado r
.&mQ8do J10I" laa legionee romanaa en su llltimo ataque, Flavio Joee(o n911 conaerva eu completa d..,¡pcióo en Gwnn V, 14.2-146.
(3) V. VILAR: «Lot--últimoe deecubrimientOe &rqJ,&ej)l6gicoe de Jiiruaal4n el trazado de loe m..- Il! t
de F'lavl.o Joeefo•. Analee ,d el
Seminario d_ Valencia, 17, Valen~ 19!!9-7-t, ~ "7-21.
e.
(4) Flavio Joéefo, Gucrro V, 142 y ee.
(6) K. M. KENYON: «Jeruial...,.. Loncinoa, 1967, P'P. l36J.37.
V. VILAR: «Cr6í>.íea Arqueol6¡1ea de l'aléetinalt. Eotudíoe B(blicoa,
196.t, pág. 180.
(6) Tanto eetas excavacionea como las anterioree de la Dra. Kenyon confír10an la idea de que Jeruaal6n entre.la COJ!Cluiata de Nabucodonoeor
en 697 a. C. y la -uraci6n de loe aamon-. mediado el a. D a . C. quedó reducida a una pequefia poblaci~n provinciana tanto durant. la
dominación pena como durant.1a dominación de loe~ y Se18uci~ Sua murallaa abarcaban, prticticament., la mitma área que 8lllae
ipocu de David Y Salomón. Extnmuroe no ae ·~>!i baUajlo IÚJ>8Una eonotrúcci6n de. todo eete largo periodo.
·
y
xxm.
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m
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MURO DE JERUSALEN
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muralla. Esta ocupación era lo suficientemente densa para justificar la construcción
de las obras de defensa pese a lo onerosa que era tal protección. No olvidemos que el
espesor del fragmento de muro A alcanza más de 7 m. de espesor y los fragmentos Bl y
B2 han sido reconocidos en altura superior a los 8 m. Ambas murallas son de piedra,
con sus caras de sillerías de mejor, Bl y B2, o más ordinaria, A, labra (7).
El fragmento Bl es, sin lugar a duda, resto de una puerta que Avigad reconstruye
como posible puerta de triple tenaza, de acuerdo con la tradición palestina multisecular que tiene sus mejores representantes en Siquem, Meguido, Hasor, etc. Esta reconstrucción obedece a que el fragmento Bl es de forma angula.r (un ángulo recto que
saliendo de la línea de la muralla en perpendicular, a los 6 m., aproximadamente, gira
a la izquierda). El fragmento de muro m__ás largo, el A, totaliza más de 40 m. de
longitud, si bien a los 35 se desvía para tomar una dirección totalmente Este a. Oeste.
Como en esta continuación hacia el Oeste hay una interrupción sugiere Avigad la
existencia de una puerta (yo diría más bien poterna dado que la apertura de la misma
sería de menos de dos metros).
Esta disposición del muro más antiguo lleva a Avigad a sugerir que la presunta
puerta estaría en el centro de una media luna cóncava (8) con respecto al único muro
que en época posterior trasladaría la puerta a la situación Bl y B2 en la forma que él
reconstruye como puerta a tenaza. Para él no hay más que un sistema de fortificaciones en la parte norte de la ciudad. La diferencia entre la primera fase y la se~da de
esta única muralla estribaría en la situación y forma de la puerta o porta medialis.
Aunque sea aventurado avanzar hipótesis sobre hallazgos, cuando éstos sólo hayan
sido descritos sumariamente en informes preliminares, o incluso en crónicas arqueológicas, me tomo la libertad de arriesgar una interpretación diferente de las brindadas
por el excavador con ánimo de ayudar a resolver estos problemas.
En primer lugar, creo que la interpretación de Avigad del fragmento de muralla Bl
como resto de una puerta me parece correcto; pero no creo que en época tan tardía y
saliendo de la línea del muro muchos metros pudiera interpretarse como una puerta de
triple tenaza. La comparación con las ya conocidas y perfectamente clasificadas en su
tipo nos impide admitir esta anomalía del saliente, que ni se da en las puertas del
Bronce, ni en las del Hierro de Palestina.
Sería tentador buscar una interpretación alternativa, como la de las puertas de
ángulo, de Tell en Nasbe o Tell el Farah del Norte, en las que el posible ejército
asaltante se ve obligado a presentar su lado derecho, sin escudo, a los defensores de las
murallas. El desnivel hall.ado en estas excavaciones, que nos permite hablar de dos
colinas occidentales de Jerusalén, una en el extremo Oeste y otra al Este de la calle de
los Judíos, ofrecería al presunto ejército atacante la dificultad adicional de una
pendiente antes de la puerta así defendida. Aunque de dimensiones más pequeñas que
las de las ciudades citadas, la puerta llamada Bashural! de Jerusalén según la recons(7) No Indico el Mpeeot cle.BJ :ra que al (armar un ánculo recto p..-...,. quoe N trata de une pu.rta y, CODIIÍ¡'Qien-te, "' ~ oo
cot'ftiJ)Oncle al del muro en que ee ebrie.
(8) N. A VIGAD: «Diecoverint J~. J-.lál, [983, coa la fipra que recoutn~ye .lu doe puartu.
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V. VILAR HUESO
trucción de L. H. Víncent sería de esta tipología, aunque mucho más modesta (9).
En cuanto al muro A, no creo que pueda tratarse de una, puerta como la reconstruye Avigad. No conoz~o una disposición de puerta de ciudad en toda, el área oriental
semejante a la propuesta por Avigad: la concavidad en media luna (crescent) que
sugiere el excavador no creo que pueda ser justificada desde un punto de vista militar
con arreglo a las estrategias y armas de la época. No olvidemos que el arco de la media
luna tendría un diámetro de unos 75 m. Por otra parte, como ya hemos indicado, la
apertura de la puerta sería de apenas un metro y medio, lo que adecuaría mejor a una
poterna que a una puerta. Lo que· haría aún más inexplicable la concavidad de la
muralla. Si en la actualidad en la muralla Norte de Soleimán podemos ver una
concavidad semejante sabemos a qué fue debida: corrección de la .línea debido al
hundimiento del subsuelo (cuevas reales) y en su centro no hay ni :puerta, ni poterna
alguna (10).
Además, una tal puerta debería estar defendida por torre o torres·que la hicieran si
no inexpugnable, al menos más dificil de conquistar; y ningún resto de torre flanqu~a
la pretendida puerta.
Aludíamos antes a lo incompleto de las descripciones que necesariamente él excavador nos ofrece en las crónicas (Notes & News) de Israel Exploration Journal, sin los
exámenes tipológicos de la sillería o mamposteria; de su posible relación con otros
hallazgos ya conocidos de la misma área. Pero es tentador relacionar di~hos hallazgos,
como los puestos al descubierto a raíz del terremoto de 1927 y que nos describe Vincent
con su habitual meticulosidad.
N. Avigad con los hallazgos de los fragmentos de muralla propone fundatnentalmente dos líneas posibles de dicha muralla. La primera descrita en su segundo informe
preliminar (11) incorpora parte de la colina occidental al hacer seguir la muralla la
línea del muro A entonces descubierto: Nordeste a Suroeste. Antes de llegar a dicho
muro A la mtll'alla seguiría o una línea Este-Oeste saliendo prácticamente de la hoy
puerta del Templo, o saliendo del ángulo Noroeste
dirección Este-Oeste hasta el meridiano del muro A y desde el extremo Sur de este
muro seguiría la misma dirección hasta encontrarse <;on el muro al Sur de la colina
dominando el valle de la Gehena (Ge-Hinnon). Pe.ro cuando en la tercera campaña
descubre el ángulo en el extremo Sur del muro A se ve obligado a cambiar la segunda
parte de dicha línea del primer muro, o muralla septentrional, prolongándola en
dirección Este~Oeste desde el ángulo del muro A hasta, prácticamente, la calle de los
Ju
Hillel Geva, que ha excavado másTecientemente la ciudadela, propone seguir desde el
ángulo del muro A hasta más al Oeste del actual muro de Soleimán ~1 muro septentrlonaJ sacrificando el posible recodo de su primera parte al suprimir la alternativa que lo
"-·.M.
(9) L. H. VIN<;ENT y
STEVE: oJeru;oalem. d!' I"Ancion TOétament». Paria, 1964, págs, 65 'Y oe.
(10) VINCENT y STB:VE: Op. cit. nota 9, pq. 44 y PI. U: . l! y 6¡uru •n el, texto. 6 y 11.
E
(11) AVIGAD: Op. ci~. not,a 1, •Excavationa ... (Sécond .Prellminary Report)», pá¡. 136.
(1_ ) AVl,GAD: Op. cit. nota 1, «ixcavationa ... (Thúd Preliminary Report)». pág. 196.
2
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MURO DE JERUSALEN
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originaba en el ángulo noroeste del Templo para dejar como única alternativa la
dirección prácticamente recta de Bab es Silsileh hasta el muro A en el extremo
sept~ntrional del mismo (13).
Pero si seguimos en un plano de Jerusalén la línea del muro primero sugerida por
Vincent vemos que no es estrictamente recta (14}. ¿Cabría distinguir entre los restos
consignados por Vincent dos fases de construcción? Si tan avénturada hipótesis fuera
viable podemos observar cómo la primera alineación del muro correspondería a la
dirección del muro A, descubierto por Avigad, mientras que la segunda alineación
correspondería a la dirección de los fragmentos llamados por Avigad Bl y B2. Esta
hipótesis permitiría establecer dos ampliaciones de la ciudad hacia el Oeste: la
primera, que no ocuparía toda el área occidental, sino sólo la colina central y torcería
hacia el Sur dominando el Wady que corría debajo de la calle de los Judíos; y la
segunda que incluiría toda 1a parte occidental hasta la ciudadela y desde su torre se
dirigiría hacia el Sur siguiendo la parte superior de la ladera sobre la Gehena (ver
figura 2).
Objeto de ulterior hipótesis sería la datación dentro de la historia de la monarquía
israelita de dichas dos murallas, dadas las pocas referencias que tenemos de la
actividad edilicia de los reyes posteriores a David y Salomón, verdaderos padres de la
Capital (15).
No podemos eludir un problema que surge al c~mparar los planos de Vincent y
Avigad: hay una diferencia bastante notable entre los emplazamientos del primer
muro en ambos autores: Vincent siguiendo la línea de los hallazgos recopilados por él
sitúa el muro a unos metros al norte de la línea que los hallazgos de Avigad en Bl y B2
nos indican. Como Avigad nos indica que junto a los restos de época israelita, B2, se
adosan restos asmoneos, los hallazgos recopilados con tanta paciencia por Vincent
serían exclusivamente de época romana.
Esperemos que cuando se publique la excavación de N. Avigad de forma deiinitiva
podamos contar, en lo que al primer mlll'o de Jerusalén se refiere, con la descripción
completa tanto de la tipología como de la estratigrafía que nos permita no sólo la
datación de unos restos, por muy monumentales que sean, sino incluso resolver el
problema de su exacta datación y, a ser posible, la dirección de la muralla de la ciudad
que fue derruida por Nabucodonosor.
03) H. OEVk «''''le W•*" Bourulary of .Jeruaaleon d lhe End o! the Monarc:hp. hrael Exploratlon Joumal, :19, 2, Jeruaal6o. Urni, pq..
84-81.
(14) VTNCENT y STBVB: Op. cit.
DO(a
9,
P~ n :
F6.
06) En 2 Croro 26, 10 ee habla da la actlvid&cl edilicia da Osias (A».ñaa) y te mencionan.., COJ>CNtO loe tn~oe en lu murallp ele .J........tén.
¿Poclria atribuirM a eetoe tr~oe la muran. máa antigua de la colina oceide~tal y a EseqW..M.a nuee la fe~W'C!a ampliación al Oeete?
- 435-
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INl>ICE DE LUGARES
Abra: 125.
Acinippo: 120.
Ademua: 322.
Africa: 211.
Agatucci: 198.
Agora de Atenas: 162.
Agramadords, Placa dels: 339.
Agreda: 321.
Agua Salada. Cabezo del: 77, 80.
AguiJar de Anguita; 27, 30.
AguiJar de la Frontera: 201.
Aiacor: 337.
Aigua Salada: 337.
Aigua Santa: 332.
Ainoa: 308.
Al-And.alua: 377.
Alacant. provincia: 138, 335.
Albacar, L': 332, 340.
Albacet: 284.
Albacete, provincia: 22, 24, 32, 33.
Albaida: 169.
Albaida, río: 332, 344.
Albalagíe: 197.
Albalat: 103, 105, 107, 327.
Albalate, estanque de: 327.
Albasset: 291.
Alberique: 120, 127, 128.
Albufera de Valencia: 327.
Albufereta, La: 22, 24, 88.
Alcácer do Sal; 27, 203.
Alcala de Xivert: 96, 97.
Alcañiz: 96.
Alcantarilla. 77, 80, 85.
:
Alcavó de la Freira: 337.
Alcavons, partida dele: 337.
Alcocéber, cabo: 326.
Alcoi: 385, 409.
Alcoi, riu d': 387.
Alcora: 96, 281.
Alcosaebre: 135.
Alcoy: 123, 126, 159, 180.
Alcudia de Elche, La: 23, 169, 186,
Alcudia, La: 88.
Alémanya: 343.
Alemtejo: 193, 202.
Alfarella. partida de 1': 272.
Alfarellee, partida de: 271.
Algar de Palacia: 283.
Algar, río: 274.
Algarve: 193.
Algefna: 333, 342, 343, 344.
Algeria: 335.
Alicante: 149, 162, 322, 323, 324, 375.
Alicante, provincia: 22, 26, 149, 375, 385.
Alloza: 139.
Almansa: 10.
Almas, iglesia de las: 333.
Almedini1la: 27.
Almenara: 104, 285, 289, 290, 296, 326.
Almenara, montes de: 283, 285.
Almisera de !'Aragonés, finca de 1': 272.
Almoina, L': 208, 209, 239, 240, 241, 275.
Almorig: 284.
Almudín, palacio del: 264.
Alone: 322.
Alpauregue: 27.
Alquer)a Blanca: 284, 290, 291.
Alquería de Almunacid: 95, 96, 97.
Alquería de Rugama: 284, 289, 290.
Alquería dele Clavells: 289.
Altea: 274, 322.
Altea la Vella: 23.
Alto Palancia: 283.
Alzira: 344, 345.
- 437-
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Amarejo, El: .24.
Ampurias: 240, 252, 311, 32<>.
Allas, ríó: 199.
Andalucía: 10, So, 198, 200.
Animes, car.rez: de les: 333, 335.
.Alltequera: 198.
Aphroditis Fanum: 322.
Aquitáine: :120.
Aragón: 10, 193, 320, 343.
Arahal; 3L4.
Arap, L': 291.
Arcóbriga: 32f!.
Ardea: 326.
Arenys de Mar: i44, 156.
Ares del Maestre: 96, 99.
Arquet, 'El: 283.
Arsa: 194, 201, 2021 203.
Arse: 285, 323, 325, 326.
Arthemisio: 322, 324.
Asc.oli: 118! 120, 122; 123, 1'24, 125.
Ascoy·Rambla del Judío: 24, 2.9.
Asia Menor: 160, 304·, 307.
Astigi: 197.
Asturi~: 321.
Atalayas, sierra de las: 10.
Atenas: 162, 3ó8.
AuBusta, via: 284.
Autiol, tesoro de: 304A305, 306, 307, 310, 313, 314,
315.
Ausias Mar.ch, calle: 219; 246.
Avellanas, calle: 215, 219, 221, 223, 227', 228, 239,
240, 241, '242, 246.
Ayora: 7, 10..
Azaila: 94, 124, 125, 1321 134, 1391 141, .142, 14~, 145,
155, lW.
Azuaga: 201..
Bab es Silsileh: 4:35.
Badajoz, provincia: 201, 364-.
Baecula: 200.
Baena: 198, 199.
Baétnppó: 120.
Baeza: 183, 199.
Baikor: 200.
Bailán: 200.
Baix Aragó: 96, 99.
Ballao, callé dél: 280.
Ballestería, calle: 227.
Banassac: 238, 240, 253.
Banys de l'AlmiraU: 210.
Barc.elo)la: 121, 122, 127. 283, 285, 289, 2~1, 31.6, 319,
343.
Barchilla, calle: 221, 239.
Barón de Petrés, plaza de}: 208,
Barreras, acequia de: 80.
Barrio Ju4io, Jerusalén; 429, 432.
Bashurah, puerta de: ~3.
Basseta d,'Evaristo: 337.
Bastetania: 199, 200.
- 438 -
Basti: 199.
Bastida de les Alcuses, La: 23, 24, 25, 28, 29, 30, 31,
132, 1.39, 168, 169.
Bastitania: 199.
Bayonne: 120.
Baza: 199.
Begís: 278.
Beja: 365.
Béjar: 297.
Belilla: 320.
Bell-Lloc: 91, 95, 96, 97.
Bellús: 331, 332, 340, 350.
Bellvete.t: 332, 347.
Benaguaci1: 328.
Benamejí: 197.
Benassal: 95, 96, 97.
Benavites:283,284, 286,287,289,290,291,295,296,
297.
Benavites, bañ:anco de: 283.
Berticalaf: 284, 286, 288, ~9.
Be!lidorm: 135.
BenifJJ.98.: 322, 327.
Benifairó: 284, 28.8, 291, 292, 293.
Be.nilloha: 407.
Benillup: 387.
BellimarfuU~ 387.
Benisa: '339.
Benisa.nó: :328.
Bétéra: 328.
Bética: 83, 120, 195, 272.
Betis, río: 202, 321.
Beturia: 193, 194, 195, 198, 199, 200, 201, 202.
Biatia: 199.
·
Bilbao: 321.
Binéfar: 99, 126.
Bixquert, vall de: 332, _337. 339, 340.
Blanco, : io: 322.
r
Bolbax: 30.
Botdissal, .El: 107, n.o, 114.
Booiana: 1113, 343.
.Eotoo:ita: 93.
Bruse.ral, El: 104, 105.
Bubayra, La: 4!l8.
Burriana: 284.
Buñol: 167.
Caballeros, calle (Sagunto): 280.
Cabanes: 95,, 96, 97, 103, W4, 111, 112, 113.
Cabanyal, El: 206.
Cabaña, _partida de la: 38.7.
Cabecico del Teaoro: 22, 28, 85, 88, 15. .
6
Cabe~o de Maríola: 155.
Cabe9ol, El: 291, 293, 294.
Cabe~olet, El: 285..
Cabe.w Luceto: ·22, 26, 31.
Cabezo de Hottales: 199.
Cabillers, c.a11e: 210.
,Cabo de CuUera: 328.
Cáceres, ptovinciá: 364.
[page-n-441]
Caesarea: 335.
Caetobrix: 203.
Cádiz, provincia: 199, 201.
Cagliari: 112.
Cala: 203.
Calaceit: 96.
Calagurria: 124.
Camí de dalt: 284.
Camí de les Valls: 284.
Camí d'Aixo: 285.
Camino de la Cr uz: 22.
Camp de Morvedre: 283.
Camp del TUria, comarca: 131.
Campania: 208.
Campello, El: 138, 149, 157, 162.
Campello, El (Cabanes): 107.
Campo Arcís: 277.
Canet lo Roig: 95, 96, 97.
Canyoles, río: 332.
Caraita, Barranc de: 387.
Carasols, Els: 357.
Carencia de Turís, La: 29, 30.
Carmo: 192, 200.
Carmona: 197.
Carpesaos: .200.
Carpetania: 194, 200, 201, 202, 203.
Cartagena: 323.
Cartago: 198, 329.
Carteia: 192, 200.
Cartbago: 314.
Casa de la Hoz: 7.
Casa del Monte: 22, 27, 28, 32.
Casa del Polido: 104.
Casas de Juan Núñez: 88.
Casitérides: 202.
Casp: 96.
Castell, El (Palamós): 120, 121, 122, 123, 124, 125.
Castell de Có:rbó: 97.
Castellar, El (Alcossebre): 135.
CasteJlet de Bemabé: 131, 141, 146.
Castellón de la Plana: 22, 91, 94, 103.
Castellón, provincia: 107, 122, 123, 124, 126, 135,
140, 283.
Castil Anzur: 197.
Castilla: 324.
Castilla la Nueva: 193.
Castilla-La Mancha: 10.
Castillico, El: 10, 24.
Castjllo de Albalat: 104.
Castillo de Miravet: 104.
Cástula: 12.7, 324.
Castul6n: 324.
Catal uña: 322, 327.
Catedral de Valencia: 214.
Cauca: 191.
Caudete de la:¡¡ Fuent~s: 97, 131, 138.
Cazlona: .324.
Celtiberia: 322.
- 439 -
Cenarcas: 328.
Cerdeña: 112.
Cerro de San Miguel: 126.
Oetóbriga: 203.
Cbelva: 30.
Cbercbell: 336, 351.
Chiezi: 351.
Chinchilla: 31.
Cigarralejo, El: 22, 24, 25, 28, 29, SO, 32, 85, 88, 139,
155, 156, 159, 162.
Cirera, Font de la: 339.
Cisimbrium: 199.
Citerior (Hispania): 191, 193, 200, 201, 202, 204, 32.2.
Ciudadela de Jerusalén: 432.
Clunia: 114.
Cocentaina: 385, 387, 408.
Cocentayna: 328.
Cogotas, Las: 27.
Coimbra del Barranco Ancho: 22, 24, 32.
Colcbester: 225.
Colippo: 120.
Colón, calle (Benavites): 287.
Condado de Niebla: 201.
Confit, partida de: 105.
Conimb.riga: 219, 228, 229, 238, 240.
Conistorgia: 200.
Conobaria: 195.
Contéstania: 328, 335.
Conventus Tarraconensis: 275, 280.
Corduba: 192.
Córcega: 329.
Córdoba, provincia: 120, 200.
Corral de Saus: 30, 169.
Corral del Roig: 96~ 97.
Cortijo de las Vírgenes: 198.
Cosetania: 328.
Costa, La: 332, 340, 408.
Costa del Sol: 198.
Costera, La: 337.
Cova Negra: 332.
Covalta: 29, 30, 31, 169.
Caves de Vin roma; 91, 96, 9?, 136.
Coy: 88.
Cretas: 112.
Cretes: 96.
Cuenca, provincia: 335.
Cumas: 310.
Denia: 272, 332, 324, 325.
Despeñaperros (Paterna): 131, 141, 1A2, 146.
Dianio: 322, 324.
Dipo: 120.
Duende, Cueva del: 10.
Dunas de Guardamar: 375.
Ebro, rio: 119, 321.
Ecija: 197.
Edra, Cava de l': 335.
Edra, Fon~ de 1': 335, 337.
Eiscadia: 195, 197.
[page-n-442]
Eivissa: 136.
Eixeve, partida de 1': 284.
Elche: 23, 169, 3_ 323, 324.
22,
Embajador Vic.h , calle: 227, 228, 239, 240, 242, 246.
Emborró, muntanya de: 96.
Emporion: 304, 305, 306, a
3U, 315, 320.
Empúries: 94, 98, 320.
Encamación, La: 88,
Ensérune: 95, 119, 120, 121, 122, 123, 124, 125, 126,
134, 135, 139, 144, 156, 187.
Epora: 120.
Erisane: 194, 195, 201.
Escacena: 19,4, 198.
España: 277, 297, 303, 304, 305, 309, 313, 315, 320,
322, 323, 325, 826, 328, 329.
Estrella, Sierra de )a: 194.
Estret de les Aígües; 332.
Etruria: 208, 3'04, 310.
Exarcb, calle: 227.
Extremadura: 209.
Faura: 284, 291, 292, 293.
Fermedo: 365.
Finestrat: 271, 272.
Einisterre: 193.
Focea: ,00;4.
Fócída: 307.
Font Salada: :333, 337, 339.
Font Volta: 337.
Font de Quatt: 286.
Fónt de la Figuera: 85, 88, 337.
Font de la Vall Q.e Segó: 286.
Fonteta, La~ 375.
Forcall, El: 327.
Fosar, calle del: 333.
Fraga: 94, 124.
'Francia: 23, 27, 303, 304, 306.
Frangf, partida de: '387.
Frares, Els; 284.
Frontera, montaña: 294.
Fuente Flores, partida de: 278.
Fuente Sa1ada: 333.
Fuente del A~a Salada: 88.
Gadeira: 200.
Gado.r: ~85.
Galera, pJaca de la: 335, 337.
Galia: 214, 215, 229, 238, 309.
Garrofera, La: 284.
Gatillo, igl~ia de El: 364.
Gehena, valle ~e 1a: 434, 435.
GetneJla: ¡95,, 197.
Genil: 197, 198, 199, 202.
Gerona: 324.
Gotetes, Cova de les: 340, 342.
Granjv:ela, La: 185.
Grao de Murviedro: 326.
Grau VeU: 263.
Graufese1;1gue, La: 214.
Grecia: 308, 307, 308.
Grieggs: 30.
Guadalajara, provincia: ·364.
Gu~d,alaviar, río: 321, 322.
G1,1ada)quivir, río: 199, 200.
Guardamar: 375.
HeJi~aso: 1PQ.
Hallstatt: 27.
Hasor: 433.
Henares: 202.
Herennia: 320.
Hiberum, do: 193.
Hilpula: 199.
Himera: 310, 312.
Hispali&: 120.
}lispania: 93, 192, 193, 194, 275, 277. 278, 280, 323.
Rofheim: 214, 228, 229.
Hoya de Santa Ana: 22, 23, 27, 30.
Hoz, .Sarranco de la: 11.
Huelva, provincia: Ü~4. 199, 203.
Hyberis: 328.
Ibe~ia:
202, 322.
lglesuela del Cid: 97.
Ile: 322.
Tier~avonia:
323.
Iliberri: 199.
Ilice; 322.
llici: 246, 253.
Ilipa: 199.
lliputa: }20.
Iliria: 202.
Illeta dels Banyets de la Reina: 138, 14.9, 157, 162.
Illora: 27.
Du.rco: 199.
Institut d'Estudis éatalans: 103.
Joyosa: 322.
Iporca: 120.
Iptuci: 198', 199.
Isla del Castillo.: 197.
Israel: 429.
Italia: 27, 308, 310, 326.
Itálica: 192, 199, 200.
Itucci: 193, 194, 198, 199, 200, 201, 203.
Itykke: 19'8, 200.
Jaén: 183.
Jar¡¡,fuel: 10.
r]érica: 96, 280, 281.
Jeri.UIIllén: 429, 432, 434, 435.
Júcar, río: 328.
Judíos·, calle de los: 432, 433, 434, 435.
~nguedoc: 22, 253.
Lapurdum: 120.
Lara_p: 284.
Lari!lsa: 308.
Lauro: 324.
La~ona:
324.
Leontini: 312.
- 440 -
[page-n-443]
Lesera: 93.
Lessia, no: 93.
Lesura, río: 93.
Lesuros, rio: 93.
Lesyros, río: 93.
Lezoux: 242.
Libreros, calle: 240.
Liesser, río: 93.
Llano de la Consolación: 22, 23, 127.
Lleida: 98.
Lleons, Cova dels: 340, 342.
Llerona: 324.
Lluch, caseta de: 335, 337.
Llanties, partida de les: 91.
!Júia:83,93, 94,99,119,122,123, 124,125,126, 132,
134, 135, 136, 139, 141, 144, 145, 156, 324, 328.
Logroño, provincia: 93.
·
Londres: 303.
Lusitania: 120, 193, 194, 195, 198, 199, 200, 201, 202,
203, 209.
Lyon: 240, 351.
Lérida: 320.
Madrid: 91.
Maestrat, El: 96, 114, 327.
Maestro Puchades, plaza del: 281.
Maeztrazgo de Montesa: 323.
Maigmudella: 91.
Málaga,, provincia: 197, 200.
Mallorca: 141, 329, 343, 409.
Malvarrosa, La: 206.
Manises: 411, 412.
Manreaa: 411.
Manuel Pujo!, finca de: 105.
Mar, calle del: 210, 214, 221, 239, 242, 246.
Margalef: 134.
María de Molina, calle: 242.
Marina, La: 335.
Mariola, sierra: 139.
Marsiliana: 160.
Martos: 198, 199.
Mas d'Enqueixa: 1()5.
Mas de Mu880ls: 31.
Mas del Sompo: 385, 387.
Massalia: 304, 306, 311, 312, 31$, 314, 315.
Mauritania: 335.
Meca, Castellar de: 10.
Medio, calle del (Benavites): 295.
Mediterráneo: 134, 252, 283.
Mediterráneo Central: 23, 303, 309, 310.
Mediterráneo Occidental: 23, 25, 304, 310.
Mediterráneo Orientál: 23, 77.
Meguido: 433.
Melque, monasterio de: 364.
Menadera, La: 27.
Meses, partida de: 332.
Meses, séquia de: 332, 344.
Meseta Norte: 83.
Messana: 312.
Millars, río: 98.
Miravet: 103, 107, 110.
Miróbriga: 203.
Mogente, municipio: l20, 121, 122, 127, 169, 185,
186, 187.
Molar, El: 22, 23, 24, 28, 31.
Molinillos, Los: 10.
Monastil, El: 136, 189.
Moncayo: 321:
Monclova: 197.
Monjos, Els: 132.
Monravana, La: 136.
Montans: 238, 241, 253.
Montemolín: 313.
Montesa: 337, 344.
Montgó: 311, 314.
Montiber, partida de: 293.
Montornés, castell de: 343.
Montpeller: 343, 344.
Montsant, convent de: 331, 333, 339, 340, 342, 345,
346, 347.
Montserrat, Aljub de: 331, 339, 340, 342, 347, 350,
351.
Morell.a : 93, 114, 305, 311, 314, 3161 327.
Morenos, partida: 277.
Morvedre: 283, 284, 289, 325.
Mosel.la, río: 93.
Moséa 'Míla, calle: 215, 217, 2.21, 223, 225, 227, 228,
239, 240, 241.
Murcia: 77, 80.
Murcia,, provincia: 22, 29, 32, 33, 77.
Murviedro: 296, 321, 323, 325, 326.
Museo de Prehistoria de Valencia: 167.
Museo de la Academia de Bellas Artes de San
Carlos: 103.
Mytilene: 307.
Navarra: 321, S43.
Naxos: 310.
Neapo1is: 308.
Negret, cabo: 274.
Nerkobriga: 193, 195.
Nertóbríga: 193, 203.
Neskania: 197, 198.
Niederbieber: 238.
Noguera, Cueva de la: 10.
Novetlé: 346.
Nueva Carteya: 198, 199.
Nules: 326.
Numancia: 27, 119, 202.
Obolcola: 195, 197, 198.
Obulco: l27J 197.
Ocaña: 323.
Ofel, El: 429.
Oliete: 95.
Olisippo: 120.
Olleria, 1': 337.
Olocau: 131, 140.
Olont: 199.
- 441 -
[page-n-444]
Ontinyent: 329.
Orcelis: 323.
Oretania: 199.
Origuela: 323.
OrihueJa: 324.
Oriola: 323, 324.
Orleyl: 22, 25, 31, 123, 124, 125, 126, 134, 136, 139,
168, 169, 185.
Orospeda: 322.
Orson: 200, 201.
Osera, La: 30.
Ostia: 252.
Osuna: 201.
Oxthracai: 195.
Pais Valenciano: 22, 24, 26> 96, 140, 271, 274, 275,
278, 313.
Palamós: 121, 122, 125, 168.
Palancia, río: 96, 284, 326.
Palau de Benicarló: 208, 209.
Palau de la Generalitat: 240.
Palestina: 433.
Palma de Mallorca: 375.
Palma, La: 31.
Paría: 316.
Parnasa, monte: 324.
Parres, calle de les (Benavites): 296.
Paterna: 131, 141, 411, 412, 414.
Pech-Maho: 120, 122, 123, 124, l25, 126, 139.
Pelota, plaza de la: 246.
Península Ibérica: 22, 23, 26, 27, 29, 99, 114, 120,
141,208,272,274,275,277,303,304,305,306.
311, 312, 315, 364, 365, 384.
Peníscola: 322, 326.
Peña de las Majadas: 140.
Peñas, Las: 7, 10, 11, 21, 22, 23, 24, 26, 29, 33.
Pbokis: 308, 312.
Phosayco: 322.
Pie deis Corbs: 283, 284, 285, 293.
Pico de los Ajos: 93, 139, 145, 167, 168, 169.
Pila, partida de: 274.
Pitarch, finca de: 105.
Pla d'Agulló: 339.
Pla de Nada!: S57, 365.
Plana Alta, comarca: 91, 96.
Plana de Castellón, comarca: 114.
Plana de Utiel, comarca: 10.
Plana de Uticl-Requena: 277.
Plaza de la Virgen: 142.
Pobla: 328.
Polida, masía de la: 104.
Polpís, partida de: 96, 97.
Pont Sec, barranc: 332.
Pont de Molins: 305, 306. 311. 314. 316.
Porcuna: 88.
Portacoeli: 328.
Portal de Sant Jordi. pla9a del: 339.
Portugal: 209, 365.
Pozo Moro: 32.
- 442 -
Prado del Rey: 199.
Provenza: 305, 306.
Ptouki: 199.
Puente Genil: 197.
Puerta de Damasco: 432.
Puig Castellar: 134.
Puig de Nuestra Señora, El: 322.
Puig de les Pasqües: 284.
Pulina: 120.
Punta, La: 97.
Puntal, sierra del: 10.
Puntal deis Llops: 131, 140, 146.
Pusina: 120.
Quart: 283, 284, 285, 294.
Quart, camí de: 346, 347.
Quartell: 283, 284, 285, 290, 291, 294, 2. 5.
9
Quémalo: 284.
QuintanilJa de las Viñas: 364.
Raner: 844.
Rávena: 93, 199.
lieal Acade.m.ia de la Historia: 104.
Recena: 201.
Recópolis: 364, 365.
Reig, pou de: 340.
Reina, plaza de la: 217, 219, 221, 227, 239, 240, 242.
Reino de Valencia: 31S, 321, 322, 323, 324, 325, 329,
344.
Requena: 10, 114, 275, 277.
Rhegium: 310.
Rhode: 304, 306, 308, 309, 312, 313, 314, 315.
Riba-Roja de Túria: 357.
Rioora de Cabanes: 103, 104, 105, 107.
Ribera, partida de la: 97.
Roma: 93, 98, 192, 193, 194, 195, 197, 198, 200, 201,
202, 203, 204, 264, 277, 320, 321, 325, 329, 351.
Roncal: 118.
Rosas: 311, 314, 316.
Roussillon: 22, 263.
Rubau: 284.
Ruscino: 139.
Saelices: 335.
Saetabi: 324.
Sae-tabis: 331, 340, 342, 347.
Sa&-a: 329.
Sagonte (Sagunt): 124, 126, 128.
Sagunt: 30, 96, 139, 165, 263, 275, 277, 280, 283, 284,
285, 286, 290, 291, 293, 296, 297, 320, 322, 323,
324, 325, 326, 829.
Saguntum: 93, 97, 98, 246, 253, 321, 328.
Sala: 228.
Salacia: 203.
Sala.manca: 297, 329.
Salobral, El: 127.
Salud, fuente de la: 339.
San Esteban. iglesia de: 319.
San Jorge, puerta de: 333, 839.
San Martín, iglesia de: 319.
San Miguel: 83.
[page-n-445]
San Pedro de la Nave: 364.
San Vicente: 193.
Sant Antoni (Betxi): 135.
Sant CirstOfol, c.arrer de: 839.
Sant Feliu, església de: 345.
Sant Gil, portal de: 344.
Sant Jordi, font de: 333, 337.
Sant Jordi, placa de: 337.
Sant Josep, aljub de: 340, 347, 351.
Sant Josep, ermita de: 342, 347.
Sant Mateu: 96.
Sa.n t Miquel i Sant SebastiA, església de: 346.
Santa Coloma; 284.
Santa Maria de Melque: 364.
Santa María de la Quintanilla de las Viñas: 364,
.
365.
Santa Paula, Ermita de: 325.
Santa Tecla, porta de: 333, 335.
Santes, Ermita de les: 333, 335, 340.
Santes, Font de les: 335, 337, 339, 350.
Santes, Les: 91.
Santiago de Cazem: 203.
Seania Arra: 272.
Sec, El: 154, 156, 157, 162.
Seg6briga: 204, 327, 335.
Segorbe: 281, 283, 328.
Segovia: 297.
Segovia del Genil: 197, 201.
Seguida: 203.
Segura, río: 32, 375.
Selinus: 312..
Senent: 103.
Senieta, La: 103, 104, 105, 107.
Sent Onofre, aljibe: 350.
Serreta, La: 123, 125, 139, 149, 166, 168, 185, 186,
187.
Setabi: 325.
Setabis: 328.
Setabis, río: 328.
Setania: 328.
Setava: 328.
Sevilla: 183, 408,
Sevilla, provincia: 197, 313.
Sibana: 325.
Sicana: 328.
Sicano, río: 328.
SiciÜa: 211, 313, 329.
Sierra Morena: 193, 194.
Signia: 351.
Sinarcas: 94, 97, 99, 145, 328.
Sines: 203.
Sineu: 3!l3.
Singili: 199.
Siquem: 433.
Siracusa: 308.
Sistema Centr!il: 202.
Sitana: 328.
Sitava; 328.
Solaig, El: 118, 124, 132.
Solivella, La: 22, 23, 25, 28, 31.
Sompo, El: 385, 405.
Sot de Ferrer: 283.
Soule: 118.
Strasbourg: 117.
Sucaelo: 199.
Suero: 325.
Tagum, río: 192, 193.
Tajo, río: 192, 194, 209.
Tancat, El: 105.
Ta.rraco: 272, 320.
Tarraconense: 3.22.
Tarragona: 284, 311, 314.
Tarragona, provincia: 141.
Tarragone (Tarragona): 125.
TArrega, finca de: 105.
Tartana, aljub de }a; 340, 342.
Tartesia: 322.
Tartessos: 200.
Tejeda la Vieja: 194, 198, 199.
Tell el Farah: 433.
Tell en Nasbe: 433.
Tema: 199.
Templo de Jerusalén: 429, 432, 434-, 435.
Tesorico,EI: 22, 24, 25, 28, 31, 32.
Tesoro, Cerro del: 10.
Thamusida: 252.
Tharsis: 322.
Thera: 159.
Thourion: 308.
Tirim: 322.
Tivissa: 125.
Toledo: 320, 323.
Toro, El: 140.
Torre de Hércules: 272.
Torre de San Joseph: 272.
Torre de San José: 272.
Torre de la Sal: 104, 105, 107.
Torrecica, La: 23.
Torres, río: 272.
Tortosa: 31, 326.
Tossal de Sant Miquel: 93, 131, 132, 146.
Tossal de la Cala: 135, 157.
Tossal del Moro: 407.
Tossalets, Els: 97, 136.
Trampal, iglesia de El: 364.
Trent: 345.
Tribola: 192, 195, 197.
Troya: 326.
Tubalis: 322.
Tucci: 198, 199.
Tudetania: 191, 192, 194, 195, 197, 198, 200.
Turia, río: 141, 209, 210, 321, 322, 325.
Turulis, río: 321.
Turís: 29.
'l'usci: 199.
Tykke: 201.
-443 -
[page-n-446]
Tyrim: 325.
Tyrin: 205.
Tyrios,. río: 322.
Tyris: 322.
Tyrius: 322, 325.
Tyrriche: 327.
Ullastret: 21, 94, 120, 121, 122, 123, i24, 125, 126,
Vel'dolay: 85.
Vesci: 201.
Vic: 99.
Vilanova d'Alcolea: 91.
Villafamés: 91.
Villajoyosa; 272, 322.
Villares, Lo$: 31, 124, 126, 126, 131, 132, 134, 136,
138, 140, 146, 188.
132, 134, 139, 141.
Ulldecona: 327.
Ulterior: 191, 194, 197, 201, 202, 203, 204, 322.
Umbría, camino de la: 7, 11.
Urso: 201, 202.
·
Ursulinas, campo de las: 351.
Valdecebadas: 364.
Valdesoto, calle: 241.
Valdetonno: 96.
Valenc;a do Douro: 209.
Valenc;a do Minho: 209.
Valencia: 7, 131, 142, 146, 205, 206, 208, 211, 213,
263, 264, 271, 276, 284, 285, 288, 289, 303, 319,
320, 321, 324, 345, 346, 347. 357, 411, 414, 429.
Valencia, provincia; 7, 107, 131, 138, 140, 141, 167,
283, 284, 347.
Valencia de Alc,íntara: 29.
Valencia la Vella: 368.
Valentía: 131, 142, 146, 205, 206, 208, 209, 210, 211,
213, 215, 229, 238, 246, 252, 253, 275, 321, 325.
Valenzuela: 198.
Valeria: 252.
Vall d'Uixó: 94, 96, 97, 169, 285.
Van de Gallinera: 319.
Vall de Segó: 283, 284, 285, 286, 290, 291. 292, 295.
Vallderoures: 96.
Valldigna: 7, 10.
Valle de Ayora: 7, 10.
Valltorta: 103.
Vélez Blanco: 264.
Vendipo: 120.
Vera Cruz de Marmelar: 365.
Villaricos: 'J:l, 31.
Villavieja: 277.
Virgen, plaza de la: 217, 219, 223, 239, 240, 241, 242,
246.
Virgen de la Salud, ermita: 88.
Vitoria, calle: 242, 246.
Vive}; 327.
Vizcaya: 321.
Volscos: 351.
Volterra, tesoro de: 304, 313.
Wiesbaden: 228.
Xativa: 328, 331, 332, 333, 335, 337, 339, 340, 342,
343, 344, 345, 346, 351.
Xérica: 3'J:l.
Xiprana: 96.
Xivert, muntanya de: 96.
Xixona: 323.
Xixona, río: 335.
Xúquer, río: 322, 325, 335, 344, 345.
Yátova: 93, 120, 124,, 126, 129, 167, 168, 169, 185.
Yecla: 127, 128.
Zaidía, monastir de la: 345.
Zalamea: 201.
Zancle: 310.
Zantre: 322.
Zaragoza: 346.
Zaragoza, plaza de: 210.
Zarag,oza, provincia: 93.
Zarra: 7, 10, 11, 17.
Zarra, río: 25.
- 444-
[page-n-447]
INDICE DE PERSONAS Y ENTIDADES
Abascal Palazón, J . M.: 271, 274-.
Abellhalaza: 342.
Abenzoar: 344.
Abitus: 221.
Academia de los Nocturnos: 319.
Adriano: 321, .322.
Afranius, S.: 329.
Agripa: 432.
Aguado, P.: 193, 194, 197, 198, 199, 203.
Agustín, Antonio: 117, 320, 321, 323, 325, 328.
Ahius, T.: 206.
Akragas: 307, 312.
Al-Azrach: 408, 409.
Albanus: 214, 239, 252.
Albertini, E.: 198.
Alberto& Fi.rmat, María Lurdes: 93, 94, 195.
Alcácer Grau, José: 281.
Alcover, A. M.: 413.
AlfOldy, Géza: 93, 272.
Almagro Gorbea, Martín: 32, 77, 85, 88.
Almarche, Francisco: 103, 104, 105, 111.
Almeida, F. de: 365.
Almela y Vives, F.: 286, 4-13.
Almoixerif: 343.
Alfonso de Aragón: 319.
Amigues, F.: 414.
Amiran, R.: 429.
A.mor6s, J .: 305, 306, 307, SOS, 310, 312.
Andax: 201, 202, 203.
Angot, Pierre: ll7.
AníbaJ: 323, 329.
Annés, Amparo: 287.
Antiste: 326.
Antonino: 324.
Aparicio Pérez, J .: 319.
Apiano: 191, 194, 195, 197, 198, 203, 206, 208, 325.
Apolo: 307, 308, 312.
Aptus: 214.
Apuleyo: 195, 200.
Aranegui Gaseó, Carmen: 22, 24, 25, 263.
Arasa i Gil, Ferran: 91, 93, 96, 97, 281.
Arcadio: 325.
Arce, J.: 199.
Arco, Luis del: 103, 104.
Ardacus: 214, 217, 238, 239, 252.
Arenas, A.: 193.
Arethusa: 308, 312.
Artemidoro de Efeso: 193, 202, 210.
Asdrúbal: 329.
Astolpas: 195, 202.
Atenea: 308, 310.
Atila: 203.
Atilio: 191, 192, 193, 194, 203.
Atrián J ordán, P.: 96.
Aubet, María Eugenia: 162.
Audax: 201.
Audin, A.: 99.
Aug\Uíto: 26, 98, 210, 322, 326.
Avieno, Rufo Festo: 205,320,321,325,326, 327,328.
Avigad, N.: 429, 432, 433, 434, 435.
Ayuntamiento de Benavites: 287.
Ayuntamiento de Valencia: 138, 142, 206, 213, 214.
Azarías: 435.
Azkue: 118.
A.zuar Ruiz, Rafael: 375, 377, 383, 384.
Baco: 227, 297.
Bihr, G.: 94.
Baldellou, V.: 99.
Balil, A.: 195, 252.
Ballester Tormo, Isidro: 22, 27, 28, 96.
Ballesteros Viana, M.: 278.
Balvus: 228.
- 445 -
[page-n-448]
Bann Isa: 344.
B&rceló, C.: 344.
Baró
Barrandón, J. N.: 311.
Beld.a D.omJnguez,, J.: 24.
Belén Deamos, M.: 25.
Beltr~n LlQri$, Francisco: 93, 98, 275, 271, 28Ó, 281,
2.86, 287, 288, 289, 290, 291, 292, 293, 294, 295,
325.
BeJtrán LlorilJ, Miguel: 118, 139, 144.
Beltrán Martínez, Antonio: 112, 177, 201.
Beltrán Villagrasa, Pio: 97, 112, 135,174, 175, 177,
¡78.
Bernal>eu Aubán, J oan: 140,
Berna'tt~u LQpez, R.: 278.
Bernier, J.: 199.
Berroc1d, María del Carmen: 156.
Beuter, Pere- Antoni: 319, 320, 322, 323, 324, 325,
326¡ 327.
Blancas: 322, 327.
Blanco_, A.: 197.
Blanco, J. F.: 191.
Blánquez l?érez, J.: 22, 24.
Blázquez, A.: 197, 199.
Blázqu.ez, J. M.: l!M, 197, 200, 202.
Bodenstedt, F.: 307.
Boix, V.: 339.
Bon~t ~osado, lfelena: 131. 140, 141.
'Bo.net, Iose'J)h: 294.
Bono. Ga¡¡pu: 346, ;J47.
Bort, Vic.~r: 91.
Bosch Gimpe.ra. Pere: 103, 193, 194, 197, 198, 199,
203.
Bou, Juan: 41l.
Breglia, L.: 310.
Brenot, C.: Sll.
Broncano, S.: 22, 241 25, ~. 31.
Bruto: 195, 200.
Caballero Zoreda, L.: 364, 365.
Caballos, A.: 199.
Cabestany i Fort, J. F.: 411.
Cabré Aguiló, J.: 27, 28, 124, 132, 1~. 141,144, 145.
Cábré de Morán, M.á E.: 27.
vahat Almale: 411.
Cahn, H. A: 310.
Caja de Ahorros d~ Sagunto: 293.
Call.ejo, C.: 209.
Callu, J. P.: 252.
Calvus: 221, 223.
Cámavelles, J.: 291.
CamJlo, M .: 305, 306, 307, 311, 312, 314.
Campos, José: :280.
Canelles, Bertran de: 344.
Cantus: 214, 22~. 23.6, 239, 2&2.
Carmona, P.: 210.
Carnoy, A. J .: 277.
Caro· Baroja, JuHo: 139, J74 1 175, 177, '192. 194.
Carreras Candi, 'F.: 322.
- 446 -
Caru.s: 2~.
Caruz, A.: 197.
Casabó, J qsep: 96.
Gasaroar, M.: 408.
Gasibdoi'o: 32().
Castañeda y Alcovex, Vicente: 319.
Castellosol, Roderic de: 344.
Catalán ae Valeriola, Bernardo: 319.
Catón: 325.
Catul: 331, 332.
Cavanilles, Antonio José: 291, 322.
Cayo Marcio: 200.
Ceán Be_rmúdez, J'.: 197.
Cecilia Quarta: 280.
Cel.adus: 214, 238, 239.
Cennatus: 214, 239, 246.
Centelle.s. F. X.: 357.
Centtellet~, Jqr
Centre d'Estudis Contestans: 385, 387, 405.
Centro Arqueológico Saguntino: 285, 291.
Cepión: 194, 201.
Ce.rdá., D.: l54.
Césaro: 204.
Cbabouillet, A.: 307.
Chab.ret. Fraga, Antonio: 284, 285, 288.
Chabás, Roque: ,311, 325.
Chantraine, P.: 274.
Chápa, l'.: 77, 85, a$.
C.bárax de Pérgamo: 201.
Chic, Genaro: 183.
Cicerón: 324.
Claudiano: 325.
Claudio: 214, 215, 217, 219, 221, 223, 225, 228, 229,
2ª 8, 239, 240, 241, 252, 253, 32.5.
Claudius II Ghoticus: 326, 328.
C)~vell, Bernardo: 289.
Coelho, L.: 203.
Coll, Guillem de: 333, 335.
Collantes de Te~;án, F.: 197, 408.
Colmenares, D. de: 191.
Comas, A.: 345.
·Comisión Provincial de Monumentos de Caste·
llón: HJ3.
Connobj\s: 195.
Constantino: 322.
Coran\.U§, L.: 20Q.
Corell Vieent, Josep: 271, 275, 277, 281.
CoreQ Vicent, V.: 271.
Cornelia Ma11$,ueta: 277.
Cornelia J>lácida: 278.
QorneHa Tertiola: 278.
Cornelius Sula, P.: 329.
Coromines, J.: 335, .413.
Correa, J. A.: 175, 176, 17'7, 183, 203.
Cortés, M.: 197, 198, 201.
Corzo, R.: 197, l99, 201.
Cosius: 214, 238. 239.
Costa, J.: .203.
[page-n-449]
Criatofani-Martinelli, M.: 304.
Cu,adrado Díaz, Emeterio: 22, 24, 25, 28, 29, 30, 33,
so. 85,
162.
Cueco Adrián, J. M.: 286.
Culchaa: 195.
Curio: 195.
Damonu.a: 214, 239.
Daremberg, Ch.: 160, 264.
David: 432, 435.
Decio: 320.
Delgado: 1}7, 3.28.
Delgado, M.: 219, 228, 229, 238, 240.
Demetrio Poliorketes: 198.
Departamento de Antigüedades, Israel: 429.
Departamento de Historia Moderna, Universidad
de Valencia: 320.
Desclot, Bernat: 332, 338.
D~ Faig, Pere: 335.
Diana: 225.
Dies, E.: 210.
Diodoro Sículo: 201, 206, 208.
Dión Casio: 202, 325.
Diputación Provincial de Valencia: 7, 286, 322,
324.
Dit.a.lcon: 201.
Ditalkes: 201.
Domergue, C.: 200.
Domiciano: 214, 227, 229, 238, 240, 241, 252, 253.
Durán, Vicente: 183.
Durfort, Berenguer de: 343.
Eghto, A.: 199.
Eisennut, W.: 194.
Eitan, A.: 429.
Elvira Barba, M. A.: 276.
Emia: 238, 240.
Enguídanos, Tomás: 350.
Emout, A.: 274.
Escobar, S.: 199~
Escolano, Gaspar Juan: 285, 319, 320, 322, 323, 324,
325, 326, 328, 329, 343, 346.
Escrivá, E.: 210.
Esparcell, Cosme: 346.
E8tacio: 326.
Eatanya, moasén: 846.
Esteban de Bizanc.io: 324.
Esteve, A.M.: 435.
Esteve, J.: 208.
Esteve Forriol, J .: 142.
Esteve Gálvez, Francisco: 91, 103.
Estrabón: 193, 210, 322, 323, 324.
Eutropio: 193.
Ezequías: 435Fabio Máximo: 200.
Fatás Cabeza, G.: 93, 194.
Felicis: 217, 219.
Felipe II: 345.
Fernández, A.: 206, 208.
Fernández Casado, C.: 335, 350.
- 447 -
Ferrando, Antoni: 342.
Ferrer, Francisco: 339.,
Ferrer Julve, N.: 280.
Ferrí, Enrique: 287.
Février, J. G.: 160.
Fiches, J. L .: 253.
Figueraa Pacheeo: 322.
Fita, Fidel: 96, 103, 104, 111, 272, 278.
Fletcher Val la, Domingo: 22, 23, 24, 25, 26, 28, 77,
91,92,93,95,96,97,112, 117,118, 119, 127, 131,
132, 134, 135, 136, 138, 139, 141, 142, 144, 145,
146, 149, 160, 167, 168, 169, 173, 174, 175, 177.
178, 179, 185, 186~ 187' 188, 205, 206, 208, 209,
210, 211, 213, 263, 271, 281, 319, 331, 857.
Form, G. V.: 264.
Fortuna: 275.
Fuentes Estaño!, Marfa José: 136, 141, 155, ~57.
Furtwiingler, A. E.: 304, 305, 306, 307, 310, 311, 312,
313, 316.
Gabba, E.: 191.
Galba: 191, 192, 200, 202.
Galsterer, H.: 198, 199.
García, Vicent: 342.
Garcla Cano, J . M.: 81, 88, 156.
García Iglesias, C.: 201.
García Jiménez, 8.: 191.
García y Bellido, Antonio: 77, 85, 194, 198,199, 200,
201, 204, 322.
Garigay: 322, 323.
Garland, Y.: 198.
Gaspar, J.: 296.
Gaaparri, C.: 252.
General Canino: 280.
Genjis Jan: 203.
Germa.nus: 225.
Geva, Hillel: 429, 434, 435.
Gil Fa.r rés, 0.: 199, 201.
Gil-Maacarell Boacá, Milagros: 30, 141.
Giner: 357.
Giner Sospedra, V.: 96.
Goméz, C.: 206.
Góm~ Igual, Bernat: 347.
G6m~ Miedea, Bernardino: 323, 327.
Gómez Moreno, Manuel: 111, 112, 117, 118, 119,
120, 121, 124, 127, 134, 139, 142, 144, 146, 169,
160, 174, 175, 177, 1.78, 185, 201, 203, 320.
Gómez Serrano, Nicolau Primitiu: 141, 142, 240,
328.
González Martí, M.: 411, 413, 414.
González Prata, Alfredo: 150.
Goru:ález Román, C.: 199, 201.
Graci Faliac: 331.
Graco, 194.
Gregario Xill: 345.
Grose, S. W.: 307, 308.
Groase, R.: 200.
Grote. fend: 117.
n
Guadán, A. M. de: 26, 28, 134, 199, 306, 306, 307,
[page-n-450]
308, 309, 310, 311, 312.
Lan,e, C. C. L.: 201.
Lansol, Francisco: 325..
Lázaro Mengod, A.: 22, 25.
Lejeune, M.: 188.
Lenol'!Ilant, F.: 160.
Lerma Alegria, Josep Vicent: 210, 411.
Lessius: 93.
Guarner, Lluís: 288, 293.
Guérin, Pierre: 140.
Gundel, H. G.: 192, 193, 194, 197, 198, 201, 203, 204.
Gutiérrez Lloret, S.: 380, 382.
Hackens, T.: 310.
Hallier, G.: 252.
Hecateu: 93.
Heinze., R.: 202.
Hércules: 225.
Hennet, F.: 215, 217, 219, 221, 223, 225, 227, 228,
Lesso: 93.
Lesuria: 93.
Lesurindataris: 93.
Lesurius: 93.
Libertus: 228.
Lillo Carpio, Pedro: 24, 33, 77, 80, 85.
Liou, B.: 134.
Lipsio, Insto: 325.
Livio: 193, 194, 195, 320, 322, 323, 324, 326.
Llansol de Romaní: 325.
Llobregat Gonesa, Enrie A.: 22, 26, 33, 135, 138,
252.
Hemández, Miguel: 294.
Herodes el Grande: 432.
Herurgon, J.: 194.
Hi.ginio: 321.
Hoffmann, B.: 239.
Holder, A.: 274.
Honorio: 325.
Hoz, Javier de: 93, 95, 156, 160, 162, 175, 176, 184,
185, 186, 187, 203.
Hübner, E.: 93, 98, 111, 128, 168, 191, 197, 198, 199,
HO. 149, 150, 155, 157, 162, 186, 357.
Llorca, Jerónimo: 272.
Llueca Ubeda, Emilio: 283, 284, 285, 286, 288, 290,
291.
278. 280.
lbáñez Castro, A.: 197.
Indíbil: 202.
Westa Sanmartín, A.: 29, 30, 81, 156.
Instituto Geográfico Catastral: 91.
Isidor Hispalense: 324.
Israel Exploration Societr: 429.
Itálico, Silio: 821, 324, ,325, 326, 328.
Iulius: 242.
Jacoby, F.: 93, 201.
Jaime I: V. Jaume l.
Jaime IT de Aragón: 333, 344.
Jannoray, J.: 121, 144.
Jaume 1: 284, 332, 333, 342, 344, 408, 409.
Jiménez, A.: 199.
Jiménez, J.: 199.
Jodin, A.: 22, 26.
Jorge Aragonés, M.: 85.
Josefo, Flavio: 432.
Juan Navarro, Empar: 357.
Jues·ali Navarro, M .: 291.
Julia Utina: 277.
Julio César: 324.
Jully, J . J. : 22, 23, 24.
Kenyon, K. M.: 429, 432.
Kimon: 308.
Knapp, R.: 192.
Knorr, ~.: 215, 217, 219, 221, 223, 227. 228.
Xomemann, E.: 193.
Kraay, C. M.: 308, 310, 311.
Krader, C.: 203.
Kubitschek, W.: 198.
Lafón, René; 177.
Lafuente Vida!, J.: 22, 31.
Lamboglia, Nino: 21, 25, 150, 151, 153, 154, 238.
Lª-Dg, M.: 134.
Loeschke: 228.
López Palomo, A.: 197, 198.
Lucieno, Caio: 206, 321.
Lucio Celio Noto: 277.
Lucio Emilio Emiliano: 281.
Lucius Paulus Aemilius: 98.
Lúculo; 191, 192,. 194.
Luxinio: 198.
Macrobio: 324.
Magnol, J. P.: '188.
Maluenda; 32L
Maluquer de Motes, Joan: 97, 99,111, 120, 121, 124,
- 448 -
159, 161, 162, 175, 177.
Manases: 435.
Mandonio; 202.
Manius Sergius: 98.
Manlio: 194.
Maponus: 214, 238, 240.
Marcelo: 191, 1 92.
Marco Basilio: ~.
Marco Simón, F.: 96, 97, ·99.
Marcus Iurius Silanus: 98.
Mares, Mathia: 321.
Mariana: 320, 322, 323, 326.
Marichal, R.: 134.
Marineo Siculo:3.23.
Mánnol, Luís del: 322.
Marqués de Bélgida: 287.
Martí, J.: 4ll, 414.
Martí !'Huma: 332.
Martín, A.M.: 22, 24, 25, 28, 31, 203.
Martín-Bueno, M.: 96, 97, 99.
Martín de Viciana, Rafael: 319.
Martín~z. A.: 177.
Martínez, R.: 191.
Martínez, Vicente: 272.
[page-n-451]
Martínez Aloy: 322, 347.
Martínez Carreres, Enrique: 286.
Martínez Ferrando, Ernest: 333.
Martínez Garcia. José Manuel: 7.
Martínez Lisbona, Manuel: 271, 281.
Martínez Martinez, F.: 274-.
Marín: 199.
Masclus: 214., 240.
Mata Parrefio, Consuelo: 131, 138, 140.
Mateu y 'Llopis, F.: 319.
Mayet, F.: 219, 228, 229, 238, 240.
Meddillus: 217, 219, 221.
Meillet, A.: 274.
Mela, l'omponio: 321, 322, 323.
Melaihus: 228.
Meneu, Pascual: 103, 104_. 1,07.
Mesado Olivcr, Norberto: 22, 25.
Meseguer Folch, V.: 96.
Metello, Quinto: 320, 323.
Mezquiriz, M. A.: 135.
Michelena, Luis: 94, 134.
Michou, 'E.: 264.
Minerva: 227.
Minuróll: 201.
Mirálles del Imperial, A.: 96.
Miret i Sans: 344.
Modesttill: 214, 240.
Molina, Gregorio: 337.
Molina Garcia, Jerónimo: 22, 24, 32.
Molina Gunde, M. C.: 22, 24, 32.
Molina Viciana: 327.
Moll, F. de B.: 413.
Mommo: 217.
Mommsen, Th.: 201.
Montagna Pasquinucci, M.: 144.
Montanyola, Pere de: 335.
Monte.negro, A.: 194, 197.
Montesinos Martinez, Josep: 213, 246, 252, 253.
Morales, Ambrosio d.e: 320, 322, 324, 325, 326.
Morel, J. P.: 21, 138, 142, 14-4, 252.
Morkholm, 0.: 310, 311.
Morote Barberá, G.: 23.
Moutinho, A.: 219, 228, 229, 238, 240.
Müller, C.: 93.
Munio, Caio: 206, 321.
Muñoz: 326.
Muñoz Amilibia, Ana Maria: 77, 81.
Muret, E.: 307.
Murranus: 214, 238, 240.
Museo Arqueológico Municipal Camilo Visedo
Molt6, Alcoy: 387. 409.
Museo Arqueológico Nacional, Madrjd: 365.
Museo Arqueológico Provintial de Murcia: 81.
Museo Arqueológico de Alicante: 149, 157.
Museo Municipal de Elche: 86.
Museo Paleontológico, Valencia: 275.
Museo Provincial de Bellas Artes de Valencia:
288.
Museo de Nápoles: 264.
Museo de Prehistoria de Valencia: 131, 173, 214,
240.
Museo de Sa,gunto: 287, 290, 291, 293, 294.
Mutz, A.: 264.
Nabucodonosor: 432, 435.
Navarro, R.: 31.
Negrete, M. A.:22, 24, 25, 28, 31.
Nerón: 214, 215, 217, 21!1, 221, 223, 227, 228, 229,
238, 239, 240, 241, 2.S2, 253, 326.
Nicorontes: 201.
Nieto Gallo, Gratiniano: 28, 80, 85.
Noe, S. P.: 308.
Nordstrom, S.: 22, 23, 24, 32.
Nougaret, L.: 272.
Numius, C.: 2Q6.
Núñez, Pere Joan: 322, 827, 928.
Ocampo, Florián de: 324, 827.
Oggiano-Bitar, H.: 264.
Olivar Daydi, M.: 418.
Oliver, Rafael; 347.
Oliver Foix, Arturo: 95, 96, 99, 111, 135, 186.
Olmeda, M.: 203.
Organiz. Intem. para el Estudio del Antiguo Testamento: 42~.
Orosio: 193,
Oroz Arizcuren, F. J.: 185, 186.
Ors, A. d': 199.
Ortega, J. L.: 96.
Ortelio, Abraham: 324, 326.
Oswald, F.: 214, 215, 217, 219, 221, 223, 227, 228,
229, 238, 239, 253.
Ozias: 435.
Page del Pozo, V.: 25.
Palladion: 264.
Pallottino, M.: 112.
Palmyreno: 327.
Palomar Macián, V.: 95, 96, 98.
Panuvio, Onofre: 324.
Paredes, V.: 203.
Parise, N. F.: 310.
Pascual, J.: 411, 414.
Passienus: 214, 217, 219, 221, 2381 240.
Pastor Cubillo, lg.nacio: 140, 357.
Patricio Mey, Pedro: 319, 324.
Paulino: 321.
Paulo, Jerónimo: 325.
Pauvinio: 326.
Pedro Michó, Maria Jesús de: 210.
Pedrola, Vi<;ente: 346.
l'elano: 223.
Pellicer Catalán, Manuel: 96, 97, 99, 183.
Pellón, l. I.: 31.
Pena, M. J.: 206.
Perales Boluda, Jua.n Bautista: 320, 325.
Pere, Infant: 333, 344.
Pcreira, M. G.: 203. 209, 210, 21L
Pérez Almoguera, A.: 199.
- 449 -
[page-n-452]
Pérez Bayer: 117.
Pérez Vilatela, Luciano: 191, 193.
Pericay, Pedro: 121.
Peris, Joaquín: 103, 104, 105, 107, 111.
Peris, Manuel: 103.
l>eroni, R.: 413.
PelT\18: 214, 228, 238, 240, 253.
Philippon, E.: 193.
Picazo, M.: 21.
Picus: 214, 229, 240.
Piganiol, A.: 202.
Pinarius. Nata: 329.
Pineda: 822.
Pla Ballester, Enrique: 23, 24, 25, 28, 30, 77, 138,
142, 205, 263, 357.
Platón: 324.
Plini el Vell: 381, 332.
Plinio: 199, 321, 322, 323, 324.
Plutarco: 321, 324.
Polibio: 193, 202, 324.
Pompeyo: 210.
Popilio: 200, 202, 203.
Porcar, E.: 210.
Posidonio: 192, 201, 202, 210.
Pottier, E.: 264.
Poza, Andrés de: 321, 323, 329.
Prieto, A.: 199.
Primus: 214, 238, 241.
Prisciano: 325.
Pruden cia: 320.
Pryce, T. D.: 214, 215, 219, 224, 225, 227, 228, 229,
238.
Ptolomeo: 93, 326.
Publio Craso: 202.
Pucci, G.: 252.
Puch, E.: 22, 24, 25, 28, 31.
Pujo!, M.: 105, 117.
Quarta: 280.
Quinctio: 200, 201.
Quinta Proba: 327.
Rabanal Alonso, M. A.: 271, 274.
Ramos Fernández, Rafael: 23.
Ramos Folqués, Antonio: 23, 117.
Ramos Giménez, Fernandot 167.
Rama Brotona, M. V.: 29, 30.
Rebuffat, R.: 252.
Ribelles, Bartolomé: 271, 272, 274, 294, 295.
Ribera Lacomba, Albert: 142, 205, 206, 208, 210,
213, 241, 242, 246, 275.
Richard, J. C.: 309, 311.
Rico de Estasen: 286.
Riera i Vilar, F.: 411.
Ripollés Alegre, Pere Pau: 275, 277, 28) , 303, 305,
306, 307, 308, 311, 312, 313.
Riqucr, Martín de: 345.
Ritterling: 223.
Riuró, F.: 121, 124, 178.
Rius Serro, J .: 324.
Roca Ribelles, F .: 97, 280.
Rodríguez Adrados, F.: 202.
Rodríguez Almeila, E.: 184.
Rodríguez Neila, J . F.: 192.
Roldán, J . M.: 197, 199.
Roos, A.: 191, 198.
Rosell, G.: 141.
Roselló Bordoy, G.: 409.
Rouillard, P.: 22, 26.
Rubio Gomis, Federico: 385.
Rufino, Porcio: 327.
Rufinua: 238.
Rufl•s: 214, 238, 241.
Rusticus: 214, 228, 241.
Rutilio Rufo: 195.
Rutter, N. K.: 308, 310.
Sabater, Josep: 91.
Sabinus: 241.
Sadio: 241.
Sadiod: 241.
Sáez, Javier: 271, 277.
Saglio, E.: 160, 264.
Salariue: 214.
Salariue Aptue: 229, 24~.
Salas, J .: 191.
Salomón: 432, 435.
Saluetio: 324.
Salvetus: 214, 238, 241.
San Vicente Ferrer: 319.
San Vicente Mártir: 320.
San~. Aymerique: 343.
San~. Berenguer: 343, 344.
San~. Guillermo: 343.
San~. Jacques: 342, 343, 344.
San~. Pedro: 343, 344.
Sánchez, A.: 199.
Sánchez, C.: 199.
Sánchez Aba!, J . L .: 191.
Sánchez Jiménez, J .: 22, 27, 175.
Sánchez-Lafuente Pérez, Jorge: 252.
Sanchis Guarner, M.: 340.
Sanchis Sivera, J .: 271, 274, 322.
Sancho, A.: 191, 195, 201.
Sanctis, G. de: 193.
Sanguino, J.: 198.
Sanmartí Gregó, E.: 142.
Sanmartín Ascaso, J.: 141.
Sant Feliu: 342.
Sanxer, Jaume: 343.
Sanz, Pedro: 346.
Sarria, Arnau de: 335.
Sarrión Montañana, lnocenci: 140.
Sarthou Carreres, Carlos: 96, 104, 111, 322, 333,
346, 350.
Saufeius, L.: 329.
Saviue: 241.
Schlunk, R.: 365.
Schmoll, V.: 175. 177, 179.
-450-
[page-n-453]
Schüle, W.: 27, 28.
Schulten, Adolfo: 174, 191, 193, 194, 195, 197, 198,
199, 200, 201, 203, 204, 323, 326, 327, 328.
Scipion, Lucio: 324.
Scipion, Publio: 324.
Scottius: 214, 241.
Sear, David R.: 326.
Secundus: 214, 241.
Sempronio Aselión: 195.
Sempronio Longo: 194.
Séneca: 321, 323.
Senent Ibáñez, J .: 24, 28.
Sentand.reu, M. V.: 264.
Sentenach, N.: 204.
Serrano Várez, Daniel: 77, 81.
Sertorio, Quinto: 210, 320, 323, 324.
Servei Geogr&.fic de l'Exercit: 331.
Servicio Investigación Arqueológica Municipal,
Valencia: 138, 142, 146, 206,213, 214, 275, 414.
Se.rvicio de Investigación Prehistórica, Valencia:
7, 119, 123, 150, 205, 263, 264, 322, 357.
Serviliano: 193, 194, 195, 197, 198, 200, 201, 203.
Severus: 214, 241.
Sicluna, R.: 337.
Siles, Jaime: 93, 94, 95, 96, 97, 111, 112, 132, 134,
135, 138, 139, 142, 144, 145, 165, 156, 157, 161,
177, 179.
Silgo Gauche, Luis: 173.
Silius Italic: 331, 332.
Sillieres, P.: 197.
Silvanus: 214, 217, Z
Simon, H.: 192, 193, 194, 197, 198, 208.
Simonet, J.: 285.
Siret, Luis: 31.
Soc1edad Castellonense de Cultura: 104.
Societat deis Obrera, XAtiva: 335.
Sola Solé, J . M.: 199, 201.
Solana, J . M.: 194, 197.
Soldevila, Ferran: 348.
Soleimán el Magnífico: 432, 434.
Solier, Yves: 122, 125.
Solin, H.: 274.
Sparkes, B. A.: 24.
Sparkes, E.: 150, 151, 153, 154, 162.
Steve, A. M.: 434.
Stiehle, R.: 193.
Subdirección General de Atqueología: afl5.
Suetonio Tranquilo: 324, 325.
Tácito, Cornelio: 323, 324, 325.
Talcott, L.: 24, 164.
Tarradell Mateu, Miquel: 77, 80, 142.
Tíiubler, E.: 201.
Táutalo: 204.
Tchernia, A.: 208.
Thompaon, M .: 310, 311.
Thouvenot, R.: 197, 198, 199.
Tiberio César: 225, 228, 2.29, 238, 239, 252, 264. 321,
323.
Timbors, priora: 344.
Tite-Live: Véase Tito Livio.
Tito Livio: 125, 206, 208, 209, 211.
Tito Rubrio Restituto: 275.
Tomás Ferré, Ignacio: 167.
Torres, Guillem de: 333.
Tovar Uorente, Antonio: 94, 95, 134, 174, 177, 194,
198, 199, 201.
Traja: Véase Trajano.
Trajano: 215, 227, 229, 238, 264, 320, 351.
Trias Rubíes, M. G.: 225.
Trinius1 L.: 206.
Tuba!: 323.
Universidad Hebrea de Jeru.salén: 429.
Universidad de Salamanca: 103.
Universidad de Valencia: 320, 327.
Unt.ermann, Jürgen: 92, 93, 94, 95, 96, 97, 111, 112,
117, 119, 121, 122, 123, 184, 135, 144, 145, 156,
168, 179, 187.
Urappus: 214, 238, 289.
Uroz Sáez, José: 22, 26, 30.
Valcárcel Pio de Saboya, A. (Conde de Lumiares):
96, 97, 272, 280, 289, 291, 294, 295, 296.
Valerio Máximo: 324.
Vallejo, José: 144.
Valverde, F.: 198.
Van Nostrand, J . J .: 199.
Vasseo: 322.
Vázquez de Parga, L.: 365.
Vázquez Hoya, A. M.: 275.
Velázquez: 117.
Ventura, Agustí: 331, 332, 340, 345.
Venus: 297.
Vernhet, A.: 240, 253.
Vespasiano: 215, 217, 219, 221, 223, 227, 229, 238,
239, 240, 241, 263, 264.
Vetilio: 192, 203.
Vicente Cavaller, J.: 281.
Viciana, Martín de: 340, 343, 844, 345.
Vidal, M .: 188.
Viereck, P.: 191, 198.
Vilar Hueso, Vicente: 429, 432.
V.illanueva1 Jaume: 344, 345.
Villard, F.: 304.
Villa.ronga, L.: 309, 311, 313, 315.
Vincent, L. H.: 434, 435.
Viñes Maaip, Goncal: 338, 335, 339.
Viriato: 191, 192, 194, 195, 197, 198, 199, 200, 201,
202, 203, 204, 323.
Vitruvi: 351.
Vittinghoff, F.: 198.
Vives, Antonio: 199, 201, 203, 320, 321, 323, 324,
327, 328.
Vives, Luis: 325.
Von Stylow, A.: 199.
Vulcano: 223.
Walt.er, M.: 80.
Warren: 429.
-451-
[page-n-454]
Wattenberg, F.: 204.
Williams, R. T.: 307, 308.
Yugurta: 323.
Zamanillo, E.: 113.
Zaragoza, A.: 337.
Z6bel de Zangróniz: 117.
Zozaya, J .: 408.
Zurita: 322, 327.
- 452 -
[page-n-455]
INDICE
GENERAL
'
Págs.
J . M. MARTINEZ GARCIA: La necrópolis ibérica de Las Peñas (Zarra, Valencia).
P. LILLO CARPIO y D. SERRANO VAREZ: Los fragmentos escultóricos ibéricos del
Agua Salada (Alcantarilla, Murcia) .......................................................................... .
F. ARABA 1 GIL: Una estela ibérica de Bell-lloc (La Plana Alta). .. ...................... ..
F. ESTEVE GAL VEZ: La lápida ibérica de Cabanes. .. .............................................. ..
P. ANGOT: Pour une lecture a.ffínée de l'alphabet ibere............................................
H. BONET ROSADO y C. MATA PARREÑO: Nuevos grafitos e inscripciones ibéricos
valencianos. .................................................................................................................... .
E. A. LLOBREGAT: Los ((graffiti>> en escritura grecoibérica y púnica de la Illeta deis
Banyets, El Campello (Alicante). .. ............................................................................ .
l. TOMAS FERRE: Disco de plomo, escrito, del Pico de los Ajos (Yátova, Valencia).
L. Sll..GO GAUCHE: Sobre los valores fonéticos que anota la escritura del Algarbe.
J . A. CORREA: Inscripción vascular indígena hallada en Baeza (Jaén). .................
L. PEREZ VItATEtA: Notas sobre la jefatura de Viriato en relación con la Ulterior.
A. RffiERA I LACOMBA: Domingo Fletcher y la fundación de Valencia. .. ......... ..
J . MONTESINOS I MARTINEZ: Terra sigillata en Valentía: Productos gálicos...
C. ARANEGUI GASCO: Statera romana hallada en Valencia. .. ............................... .
J. CORELL V1CENT: Notas aobre epigrafía romana del País Valenciano............. .
E. LLUECA UBEDA: Arqueología de la Vall de Segó.............................................. ..
P. P. RIPOLLES: Las fraccionarias am}>uritanas. Estado de la investigación. ...... .
F. MATEU Y LLOPIS: Temas ibéricos en las «Décadas» de Gaspar Escolano de 1610.
1611.................................................................................................................................. .
A. VENTURA: L'Aljub de Montsant en el solar de la Xativa romana.................. ..
E. JUAN NAVARRO e l. PASTOR CUBILLO: El yacimiento de época visigótica de Pla
de Nadal. ....................................................................................................................... ..
R. AZUAR RUIZ: El conjunto religioso del Ribat califal de las dunas de Guardamar
(Alicante). ...................................................................................................................... ..
F. RUBIO GOMIS: Memoria sobre el yacimiento medieval del Sompo, Cocentaina
(Alicante). ....................................................................................................................... .
J . V. LERMA ALEGRIA: Tipología de la loza decorada de Paterna/Manises........
V. VILAR HUESO: El primer muro de Jerusalén antes del destierro. .. ................. ..
7
77
91
103
117
131
149
167
173
183
191
205
213
263
271
283
303
319
331
357
375
385
411
429
[page-n-456]
[page-n-457]
Este Servicio de Investigación Prehistórica. remite IIU8 publicaciones para establecm y mantener intercambio con los ctntloe científicos y señoree investigadores
en esta especialidad. Por ello espera ser correspondido con el envio de las
publicaciones del receptor, entendiendo, caso contrario, que no ae desea sostener
intercambio y suspenderá ulteriores enVÍQa.
Toda la correspondencia dirijaae al Director del Servicio de Investigaci6D
Prehi.stórica de la Excma. Diputación Provincial, calle de La Corona, número 36.
46003 Val encía (España).
[page-n-458]
LAS OPINIONES VERTIDAS EN LOS TRABAJOS INSERTOS EN ESTE
VOLUMEN DEBEN ESTIMARSE COMO JUICIOS PERSONALES
DE LOS RESPECTIVOS AUTORES
[page-n-459]
[page-n-460]
RCHIVO
0€
R€HISTO~IA L EVANTINA
,HoMENAJE A
O. Oo.MJNúO fLETCHER
ToMo
111
S ERVIcro DE INvEsrtGN:tóN P REHJ.ITORICA
DE lA
e
XCM..\. D IPVfACION P RoVINCIAL DEV A LENCIA
VOL XIX
[page-n-2]
[page-n-3]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
XIX
[page-n-4]
[page-n-5]
ARCHIVO
DE
PREHISTORIA LEvANTINA
HOMENAJE A D. DOMINGO FLETCHER VALLS
TOMO III
SE.RVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
DE LA EXCELENTISIMA DIPUTACION
PROVINCIAL DE VALENCIA
VOL. XIX
VALENCIA, MCMLXXXIX
[page-n-6]
LS.B.N~ 84-85402~
l.S.S.N.: 0210-3230
DEPOSrro LEGAL: V. 886-1989
EDITORIAL F. DOMENECH, S. A.-0~, 12. 46014 Valencia
IMPRBSO EN ESP~A
© de la edición digital: Museu de Prehistòria de València, 2012 -- ISSN 1989-0508
[page-n-7]
ARCHIVO UE PR8HISTORlA LEVANTINA
Vol. XlX (Valencia, t969)
JOSE MANUEL MARTINEZ GARCIA
(Valencia)
LA NECROPOLIS ffiERICA DE LAS PEÑAS
(ZARRA, VALENCIA)
l.
INTRODUCCION
En el invierno de 1983, durante las obras de ensanche del .camino de La UmbríaJ
que pone en comunicación a la villa de Zarra con la Casa de La Hoz, aparecieron, en
su margen izquierda, varios hoyos que contenían cel,lizas, huesos y una urna cineraria
de orejetas perforadas en uno de ellos, en el paraje conocido por Las Peñas.
Comunicado el hallazgo al Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma.
Diputación Provincial de Valencia, se solicitó de la Subsecretaría General del Patrimonio los permisos necesarios para realizar una excavación de urgencia en el citado
lugar.
La primera campaña se realizó en el mes de abril de ese mismo año, descubriéndose
11 sepulturas con sus correspondientes ajuares, lo que, dado su interés, motivó la
ampliación de los trabajos a dos campañas más, que se llevaron a cabo durante los
veranos de 1983 y 1984. El total de sepulturas descubiertas se elevó a veinte, lo que nos
ha permitido configurar la existencia en ese lugar de un pequeño núcleo de enterramientos, adscritos a cualquiera de los dos poblados ibéricos que se encuentran en sus
inmediaciones (fig. 1).
Agradecemos, desde aquí, a los ayuntamientos y vecinos de Zarra y Ayora su apoyo
y cola~oración .
2. EL MARCO GEOGRAFICO
El Valle de Ayora, del que la villa de Zarra forma parle, está situado en el extremo
suroeste de la provincia de Valencía. Se trata de una comarca natural emplazada en
-7 -
[page-n-8]
2
J . M. MARTINEZ GARCIA
Fig. l .- Necrópolis del País Valenciaqo y zonas adyacentes donde aparecen materiales similares a
los de las Peñas.
Pais Valenciano: 1: La Solivella (Alcal4 de Chivert). 2: Orleyl (Vall d'Uxó). 3: El Castellar (OUva). 4: Altea la Vella (Altea). 5: Corral de Sa~ {MO(Iente). 6: La Albufereta
(Alicante). 7: Puntal de Salinas (VUlena). 8: El Molar (San Fulgencio). 9: Cabezo Lu~ro
(Rojales) . Murcia: 10: Cabecico del Te~ro (Verdolay). 11: El CigarraJejo (Mula). 12: Cabezo
del Tío Pio (Archena). 13: Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla). Albacete: 14: El Tesorico
(Agramón-Hellín). 15: Boya de Santa Ana (Fuente-Alamo). 16: Pozo Moro (Pozo Cañada).
17: Llano de la Consolación (Montealegre del Castillo). 18: Camino de la Cruz (Koya
Gonzalo). 19: Los Villares (Boya Gonzalo). 20: Casa del Monte (Valdeganga). 21: Abengibre.
22: Las Peñas (Za.rra).
- 8-
[page-n-9]
·:
NECROPOLIS LAS PERAS
3
Fig. 2.-Situación de la necrópolis de Las Peñas.- 1: Las Peñas. 2: Los Molinillos. 3: El Cerro del
Tesoro.
- 9-
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J . M. MARTJNEZ GARC!A
una espaciosa hoya rodeada de accidentes orográficos, con ríos y huertas cerca de las
poblaciones y extensos montes en las zonas más altas.
No obstante, es una comarca agrícolamente pobre con predominio de los cultivos
de secano sobre el regadío de huerta para el autoconsumo.
El municipio de Zarra, a 568 m. sobre el nivel del mar (ñg. 2), se sitúa al noreste de
AyoraJ su relieve es montañoso, sobre todo en la parte central del término, que
atraviesa el río Zarra en dirección oeste-este, formando una hoz, donde, a ambos lados
se elevan las sierras de Las Atalayas (982 m.) y El Puntal (887 m.).
La población ocupa un pequeño cerro, cuyas calles estrechas y empinadas se
adaptan a las curvas de nivel. El río, que discurre por su base, riega huertas en sus
márgenes, que producen hortalizas, alfalfa y frutales· En la~> riberas de las acequias
.
crecen los almeces, de donde se fabrican, en industrias familiares ya en desuso, horcas
y bastones.
La vegetación climax correspondía al encinar, del que apenas quedan huellas. Más
abundantes son los pinos, que junto con el monte bajo, sabinas, romeros, aliagas y
espartizales diseminados, constituyen un paisaje en regresión por las continuas sequías e incendios forestales.
Los cultivos de secano, propios de un clima mediterráneo-continental ocupan unas
1.000 Has. y se reducen a cereales y olivos, siendo muy escasas las vides y almendros.
El sector ganadero lo componen 900 cabezas de lanar y 200 colmenas.
La principal vía de tránsito que atraviesa la comarca longitudinalmente, es la
carrete'!"a que, uniendo las poblaciones de Requena y Almansa, porie en comunicación
al Valle de Ayora con Aragón, a través de la Plana de Utiel, con Castilla-La Mancha, y
con la costa mediterránea y Andalucía.
De Zarra parten dos carreteras locales, que enlazan con la anterior y con la de
Ayora-Albacete.
3. EL CONTEXTO ARQUEOLOGICO
El Valle de Ayora cuenta con un gran número de yacimientos arqueológicos, la
mayor parte inéditos. El más conocido se extiende sobre la cumbre del Castellar de
Meca, con vestigios de población sucesiva desde la Edad del Bronce hasta la Alta Edad
Media. D~ época ibérica existen varios.yacimientos diseminados a lo largo del Valle,
ocupando elevaciones y cavidades, con materiales cerámicos que ofrecen una cronología grosso modo de finales del siglo V a. C. al cambio de Era. De entre ellos destacamos
las c~evas-santuario de La Noguera y El Duende, al este de Ayora, y el poblado ibérico
de El Castillico, en el término de Jarafuel, situado en la cumbre de un cerro rodeado de
murallas, conservándose, tallado en la roca, el acceso a las mismas.
Próximos a la necrópolis de Las Peñas se sitúan dos pequeños poblados ibéricos
inéditos, el primero de ellos, 500 m. al norte, en la partida de Los Molinillos, y el
segundo a 1.000 m. en dirección este, ocupando la cumbre del llamado Cerro del
Tesoro. .En ambos lugares se aprecia cerámica ibérica, más abundante en el último,
- 10 -
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NECROPOUS LAS PE~AS
5
decorada con bandas y filetes, común de cocina, piedras de molino, etc., materiales que
por sus características nos indican fechas tempranas de ocupación.
4. EL YACIMIENTO Y SU EXCAVACION
La necrópolis de Las Peñas se encuentra a 2 Km. al Oeste de Zana, junto al camino
de La Umbría, paralelo al barranco de La Hoz y al río Zarra, que discurre por su fondo.
Es una zona donde alternan el pino, el matorral y el esparto con cultivos de secano,
vides y olivos, asf como con una e~igua huerta que riega el río en sus márgenes.
El yacimiento, a 600 m. sobre el nivel del mar, se ubica en la falda norte de El
Puntal, elevación de 884 m., por cuyo pie se encaja el citado curso de agua. El terreno
sobre el que se asienta la necrópolis es arcilloso y plástico, lo que facilita, unido a la
inclinación de la ladera, los deslizamientos y 1a formación de bad-lands, surcados por
pequeños torrentes que desaguan en el río. Para aprovechar estos aportes de agua y
evitar las corrientes, se realizaron abancalamientos con fines agrícolas, poniéndose en
producción una gran extensión de terrazas a ambos lados del Barranco de la Hoz.
El yacimiento ocupa el centro de un bancal yermo, antaño plantado de olivos, de 4
m. de anchura y 50 m. de longitud este-oeste. Al norte está limitado por un murete de
piedras que lo recorre en toda su extensión, construido para evitar los derrumbes que
afectarían al camino que lo bordea 2 m. más abajo. Por el sur se inicia una pendiente,
de materiales calizos y margas, cubiertos de matorral, cortada por el bancal superior.
El área excavada fue de 60 metros cuadrados (20 m. de longitud por 3 m. de
anchura), divididos en 30 cuadriculas de 2 m. por 1 m. de lado, de las que resultaron
fértiles, por la presencia de enterramientos, 15 de ellas, abarcando una superficie.de 30
metros cuadrados, enclavada en la mitad este del yacimiento (fi.g. 3) y que designamos
Sector A . El Sector B, con el mismo número de cuadrículas y superficie que el primero,
resultó totalmente estéril, al no aparecer ninguna sepultura.
Se descubrieron 20 enterramientos de incineración en un solo nivel, cuya presencia
nos la iban mostrando las manchas de ceniza mezclada con huesos que cubrían la
superficie de los loculi, a una profundidad de 1'20-1'40 m. La roca-madre afloró a los 2
m. y en ningún caso se observaron sepulturas superpuestas.
Se distinguieron los siguientes estratos:
Estrato I. (De 0'00 m. a 1'00 m.) Tierra suelta, de color marrón claro, con presencia
de arenas y piedras de pequeño tamaño, producto de los arrastres de la ladera,
materiales que posteriormente se utilizaron para el abancalamiento. Sin restos arqueológicos.
Estrato ll. (De 1'00 m. a 1'20-1'40 m.) La tierra, de mayor consistencia, cambia a
color marrón oscuro, con piedras de mediano tamaño y cerámicas muy fragmentadas.
Algunas manchas de ceniza en la base del estrato.
Estrato ID. (De 1'20-1'40 m. a 2'00 m.) La cota de los 1'20-1'40 m. corresponde a la
superficie de la necrópolis, que buza ligeramente de sur a norte. De este a oeste se
-
11 -
[page-n-12]
6
J. M. MARTINEZ GARCIA
obsel'Van dos zonas bien diferenciadas, la primera, donde se ubicán los 20 enterramientos excavados en la tierra arcillosa y dura y la segunda, estéril, constituida por
materiales calizos. En ambas, la roca madre aparece a los 2'00 m. de profundidad.
Los enterramientos, orientados al norte, parecen seguir cierta ordenación, distribuyéndose, de sur a norte en tres posibles alineaciones longitudinales. Existe así mismo
una aglomeración de. sepulturas en la zona contigua al camino que, a causa de sus
sucesivos ensanches pudo haberse destruido un número indeterminado de las mismas.
En esta primera alineación se 'd escubrieron 10, 7 en la segunda y 3 en la tercera (fig. 4).
5. MORFOLOGIA DE LOS ENTERRAMIENTOS
Atendiendo a su estructura, hemos distinguido varios tipos:
-El primero lo constituye un hoyo de planta irregular, más o menos circular,
excavado en la tierra, con un di~etro no superior a los 0'50 m. y una profundidad
media de 0'30 .m. So~re una base de pequeñas piedras ligerainente,cóncava descansaba
la urna cineraria. (septilturas núms. 4, 6, 7, 9, 12, 15, 16_, 19 y 20).
- El segundo tipo se diferencia del anterior por las dimensiones del noyo, de
planta teJ)dente a formar un rectángulo con los lados mayores de. aproximadamente
.1'00 m. (sepuituras núms. 2, 10, 11, 13 y 17) y c·o h la 'b ase plana.
- En 'el tercero hemos agrupado a las sepulturas de planta regular, cuadrada,
protegidas por una pequeña alineación de piedras que recorre uno de sus lados
(~epulturas núms. 1 y 18). La base es plana, con pequeñas piedras. La pared interior
del lado este en la sepultura 18 estaba enlu<:ida con barro.
- El cuarto tipo se diferencia del primero en que posee 'y.ns cubierta de piedras, de.
planta rectangular plana; las situadas en los ángulos dispuestas en una sola. hilada, de
mayor tamaño que las del centro y trabadas con ba:x:ro. La parte norte de la estructura
estaba destruida, lo que permitió localizar las sepulturas núms. 3, 5 y 8, que se
alojaban en su interior.
La sepultura 14, situada a 10 m. al este de las anteriores, se encontraba igualmente
protegida por otra cubierta de piedras de la que sólo se conservaban las correspondientes a los muros. exteriores, faltando las de la cubierta.
Excepto en dos casos, sepulturas 1 y 2, los hoyos contenían Ul'Il8 cineraria, con
huesos, generalmente del cráneo, en su interior, si poseía tapadera. Los objetos
metálicos de pequeño tamaño, que formaban parte de los ajuares, aparecieron dentro
de los recipientes o entre la capa de cenizas y huesos que los cubrían, siendo más
abundantes en las de planta rectangular, lo que podría significar una utilización como
ustrina previamente. a la deposición de la urna.
Así mismo, la base de los empedrados que se componía de pequeñas pi~dras y tierra
endurecida, aparecía fuertemente' c.a lcinada, por lo que la construcción de los hoyos y
cubiertas se realizó después de la cremación, en ese misino lugar.
Las armas que aparecieron eh las sepulturas núms. 2 y 17, formando parte del
ajuar, se encontraban al lado de la urna, dadas las grandes dimensiones del hoyo.
- 12-
[page-n-13]
NEC.ROJ.>OJ,JS LAS PE~AS
7
Cuando el espacio era reducido, como en el caao de la sepultura núm. 15, se dispusieron en la sup~rficie exterior de la mlsma, cubiertas de huesos y cenizas.
6. CEBAMICAS DE SUPERFICIE
Aparecieron en los estratos II y m de los sectores A y B.
- Cerámicas fabricadas a mano.
l. Fragmento indetermin!ldo, con apéndice. de sustentación. Pasta gris, con grueso deagrasante calizo.
SuJierficiea grisea. Long.: 55 mm. Gr!)aor: 9 mm. (fig. 5, 1).
2. Fragmento indeterminado. Cordón plástico con incisiones ovales. Pasta negra, de11grasante calizo,
estructura foliácea. Superficies gris oacur:o. Long.: 40 mm. Grosor: 10 mm. (fig. §, 2).
3. Fragmento indeterminado, Cordón plástico. Pasta tojiza, vueao deagrasante calizo. Superficies
ocres·. Long.: 50 mm. Grosor: 10 m~Jl. (fig. 6, 3).
No incluidos en el inve.n tario, aparecieron 27 fragmen. os ~ás de. este tipo, variando el tono de las
t
superficies y el gro&of del desgraaante, generalmente calizo.
- Cerámica de cocina, a tomo.
Base con pie destacado. Pasta gris, grueso desgrasante calizo. Superficie_ grises. 0 base: 60 mm.
&
Grosor: 10 mm. (fig. 6, 4).
5. Pomo anillado de pasta gris, con grueso deagraaante calizo. Superlicies gris -oscuro. 0 70 mm. Grosor:
7 mm. (fig. 6, 5).
6. Fragmento del cuerpo de una pátera de pequeilo t.!lDla~o. Pasta gris, deegrasante !lledio. Superficieil
gris oscuro. 0 cuerpo: 100 mm. Grcreox: 5 mm. (fig. 5, 6).
4.
- Atica de ba.rniz negro.
7. Cuenco de tamaño medio, borde entrante con pequeño reborde en el lado. interno. Le falta la base.
Pasta rojiza, liria y c.ompacta. Barniz negro brillante. J;)e.c oración, un ciréulo doble de impresiones a
rue
- Cerámica decora,da o lisa, fina.
8. "Fragmento indeterminado. Pasta crema. Superficie externa con engobe blanco, banda rojo-vinoso.
Long.: 50 mm. Grosor: 4 mm. (fig. 6, 8).
9. Fragmento indeterminado. Pasta anaranjad_ Superficie con engobe crema, filete y banda rojoa.
-vinoso. Lon.g.: .20 m_ . Grosor: 7 mm. (fig. 6, 9).
m
10. frllgmento indeterminado. P.aata anaranjada. Superficie de engobe, cr~ma. Band.a rojo-viuoao.
Long.: 4.6 mm. Grosor: 4 ou.n. (fig. 6, 10).
11. Fragmento de plato. Borde internp engros"do. Pasta crema. Superficie externa con engobe anaranjado, alisada. Filetes y banda rojo vinoso. Superficie interna gris. Filete ma.r r6n en el labio. 0 180 mm.
Grosor: 6 mm. (fig. 6, 11).
12. Fragmento indeterminado, Pasta anaranjada. Superficie externa con engobe crema, dos filetea
rojizos. Superf"¡_cie interna anaranjada. Long.: 60 Jlún. G_rosor: 5 mm. (fig. 6, 12).
13. Fragmento dé plato de borde saliente. Pasta anárahjada. Superficies anaranjadas. Filetea rojo
vinoso. 0 170 mm. Grosor: 5 mm. (fig. 6, 13).
14:. Frl).gmento indetermina.do. Pasta anl\,ranja4a. Superficie con engobe crema. Filetes rojo·vinoiiQS.
Long.: 26 mm. Grosor: 6 mm.. (fig. 6, 14).
15. . Fragmento indeterminado. Pasta an~anjada. Superficie engobe crema. Filetes y círculos concéntri~
cos rojo·vinosos. Long.: 50 mm. Grosor: 8 mm. (fig. 6, 15).
16. F~:agme·nto de borde exvasado y engrosado. Pastl!- anaranjada. Superficie anaranjada. Filete rojo
vinoso en el borde. 0 150 mm. Grosor: 4 mm. (fig. 7, 16).
- 13 -
[page-n-14]
8
J. M. MARTINEZ GARCIA
17. Fragmento de borde !tXVasado y· plano. Pasta crema. Superficié engobe anaranjado. Banda manón y
rojo vinoso en el borde. 0 140 mm. Grosor: 9 mm. (fig. 7, 17).
18. Fragmento de borde saliente y moldurado. Pasta IUI,aranjad.a. Superficie con engobe crema. Filete
rojo-víngso. f?J 94 mm. Grosor: 4 mm. (fig. 7, 18).
19. Fragmento de borde y parte del cuerpo. Pasta amarillenta. Superficie con engobe crema. Segmentos
paralelos rojo-vino_sos. 0 220 mm. Grosor: 5 mm. (fig. 7, 19).
20. Base cóncava. Pasta anaranjada, centro gris. Superficies anaranjadas. 0 55 mm. Grosor: 5 nun.
(fig. 8, 20).
21. Base eon el pie destacado. Pasta anaranjada. Superficies anaranjadas. 0 40 mm. Grosor: 4 mm.
(fig. 8, '21).
22. Botellita de borde e~vasado y cuerpo bitroncocónico, pie poco destacado. Superficies amarillentas.
0 60 mm. Altura: 65 mm. ~ncbu_ra máxima: 83 mm. 0 base: 4Q mm. Grosor: 4. mm. ((¡g. 8, 22).
23. Base c·on el pie poco destacad.o. Pasta ¡maranjada. Superficie con engobe gris. 0 70 mm. Grosor: 10
mm.. (fig. 8, 23).
24. B~se plana. Pasta c.r ema. Superfic.i~ crema. 0 120 mm. Grosor: 4 tnm. (fig. 9, 24).
25. Fragmento de borde reentra.n te y labio engrosado. Pasta gris. Superficies con C!ngobe 'c rema. 0 160
mm. Grosor 10 inm. (fig. 9, 26).
2~. Fragmento de bord.e r.ecto, labio engrosado. Pasta crema. Superficies anaranjadas. 121 120 mm.
Grosor: 10 mm. (fig. 9, 26).
27. Fra·gmento de botJle, recto y cuello ·m oldurado. Pasta gris. Superficie con engobe crema. Molduras
de sección semicircular apla.n.ada!l. 0 160 mm. Grosor: 10 mm. (fig. 9, 27).
28. Borde ligeramente saliente, con labio engrosado. Pasta gris. Superficieo con engobe crema. 0 140
mm. Grosor: 10 mm, (fig. 9, 28).
7. DESCRIPCION DE SEPULTURAS Y AJUARES
Sepultura l. (fig. 11).- Hoyo de planta rectangular, protegido por una alineación
de piedras de mediano tamaño en su lado este, de 0'50 x Q'40 m. de lado y 0'25 m. de
profundidad. Base plana. No contenía urna cineraria, estando lleno de cenizas, fragmentos de hll.esos y objeto~ del ajuar.
Ajua-r:
29. Fibula anul'ar hispénica. Puente de navecilla. Resorte de cha.r nela. Tipo 4bL .0 36 mm. Grosor: á mm.
Tintináb.u.lo de bronce d!! for.ma cónica, con el badajo rebasan~o !tl boc:a y ojal de suspensión. 0
boca: 16 mm. Altyra: 60 mm. Grosor: 1'6 mm.
30.
Sepultura 2. (figs. 12 a 16).- Hoyo de planta rectangular, de 0'50 x 0'60 m. de lado
y 0'30 m. de profundidad. Base plana. Contenía una urna bitroncocónica y el armamento de un guerrero, tres falcatas colocadas a ambos lados del r.ecipiente, delante, los
restos de las V'ainas y manillas de escudo. Cubiertas de una gruesa capa de cenizas y
carbones.
Ajuar:
31. Urna bitroncocónica, con un ligero baquetón en el cuello. Base cóncava con ónfalo central. Pasta
anaranjada, fina y compacta, mica visible. Superficie externa con e{lgobe crema. Decoración: bandas y
filetes marrón él.aro. 0 boca 120 mm. Altura: ·240 mm. Grosor: 3 mm.
32. Ftbula anular hi11pánica. Puente romboidal. Resorte de charnela. Tipo 5. 0 66 mm. Grosor: 3 mm.
33. Falcata de hierro, con acanalagu~ra central muy difusa. Suave infl&rión de la h
ó.xido de hiel'ro. Múltiples exfoliaciones e.n la hoja y empuñadura, que posee dos remac.hes para sujetar las
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NECR9POLIS LAS PE&As
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cac_
ha$, perdidas. Long. empuiíadura: 150 mm, GYosor empuiíadura: 20 mm. Lqng. hoja: 420 mm. Anchura
media: 60 mm. Grosor hoj{l: 11 mm. Long. total: 570 mm.
34. Falcata de hierro, totalmente troceada. En la superficie, aparte de. las a4herencias de hues.o s y
carbone.s, se advierten obj$tQs fuertemente soldados por la ac<;ión del fuego, entre los que se aprécian una
manilla de escudo y dos hojas de cuchillo en la parte media de Ía hoja. La empuñadura la conserva completa,
excepto la base de la misma, de la que quedan los orificios .de los remaches. La parte superior termina en
pomo· achatado, lo que le confiere ú:n aspecto de tosca cabeza de caballo. La hoja presenta una suave
inflexión. Long empuñadura: 140 mm. Anchura empuñadura: 84 mm, Lo)lg. hoja: 430 mm. Anc.h ura media
hoja: 65 mm. Grosor: 10 mm.
35. Empuñadura de falcata con un grueso rem·a che en su parte med.i a. En muy mal estado de conservación. Long.: 90 mm. Grosor: 15 mm.
86'. Hoja correspondientes. la empuf¡ad1,1ra anterior. Se aprecian d·o, lQves acanaladuras. Long.: 195 mm..
Grosor: 3 mm.
37. Manilla de escudo de hierro, soldada a la falcata nlun. 44, con remaches de sujeción al escudo en
uno de sus extJ:emos. Long. 160 mm. Anchura: 20 ,mm. Grosor: 2 mm.
38. Manilla de escudo de hierro, de cuactetísticas similares a la anterior. Long.: 1-{0 mm. Anchura: 18
mm. Grosor: 2 mm.
39. Refperzos laterales de hiet:ro, de vaina de-falcata. Deficiente estado de conservación por la acción
del fuego y la corrosión. Long.: 130 mm. y 110 mm.
40. Piezas s_
imilares a las anteriores, unidas en su parte superior por el eñganche de tahalí, con una
~rgolla para la suspensión del aJ:tíla. Long.: 190 mm.
41. Piezas simil!lres ~las anteriores, con uha argolla a cada lado y enganche dé tahaU. Long.: 189 mm.
42, Ft>agmento de lámina de hierro de sección cuadrada, con dos remaches en los extremos. Lo.n~.:
35 mm. Anchura: 2 mm.
Sepultura 3. (fig. 17).-Hoyo de planta circular, de 0'50 m. de diámetro y 0'25 m. de
profundidad. Base ligeramente cóncava. Contenía una urna cineraria fragmentada y
una fíbula anular hispánica en su interior. Protegida por cubierta de piedras.
Ajuar:
43. Una bitroncocónica de borde exvasado y ba.s e cóncava, con un baquetón en el cuello. Pasta gris,
fina y compacta. Superficies grises, sin tratar. 0 bcrca: 120 mm. Altura: 196 mm. 0 baae: 7511)Jll. Grosor: 4 mm.
4.4. Fíbula anular hispánic{l, le falta el puente. Resorte dé che..rñele.. Tipo 4bl. 0 50 mm. Gtósor: 3 mtn.
Sepultura 4. (fig. 18).- Hoyo de planta circular, de 0'46 m. de diámetro y 0'30 m. de
profundidad. Base ligéramente cóncava. Contenía una urna y una fíbula anular
hispánica en su interior.
Ajuar:
45. Urna globul~r de borde exvásado, con u_ ac:an{lladura en la parte &UJie.rior deJ labio. Base cóncava
nll
con ónfalo central. Pasta anuapjad~~t, fina y compacta. Superficie ex~n{l con engobe crema, alisada y
decorada c:con una banda marrón en el t.e rcio .i nferior del cuerpo. Superficie intema anaranjade. 0 boca: 150
mm. Altura: 227 mm. 0 ba11e: 90 mm. Grosor: 5 mm.
~6. Fíbula &nl.!lar hispánica. Puente de navecilla. Resorte de charnela. Tipo 4.bl. 0 31 mm. Grosor: 2 mm.
Sepultura 5. (fig. 19).-Hoyo de pl~nta circular, de O'40 m. de dián)etro y 0'25 m. de
profundidad. Contenía una ~a fragmentada, con huesos, cenizas y una fíbula anular
hispánica en su interior. Protegida por u.na cubierta de piedras.
Ajuar:
47. Urna ,globular de borde e.xvasad9, con dot~ asas verticales de sección circ~.tlar en el hombro. Base
cóncava. .Pas.ta anaranjada, dura y compacta. Superficie externa con engobe ere~. decorada con una ancha
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J. M. MARTINEZ GARGJA
banda y un fllete de color marrón en la parte media del Cqérpo. Superficie interna anaranjada. 0 boca: 135
mm. Altura: 170 rtun. 0 base: 85 m.g¡. Grosor' 5 mm.
48. Fíbula anular ltispánica. Ruente de navecilla. Resorte de charnela. Tipo 4bl. 0 30 mm. Grosor: 3 mm.
Sepultura 6. (fig. 20).-Hoyo de planta circular, de 0'45 m. de diámetro y0'25 m. de
profundidad. 'Base ligeramente cóncava. Contenía una urna fragmentada, con huesos y
cenizas en su interior.
Ajuar:
49. Fragmento del cuerpo y base cóncava con ónfalo central. Pasta añaranjada, dura y comp(l.cta.
Superficie externa con engobe, c.rema, dec0rada con un.a l:tanda rojo.vinoso. Su~erfide interna anaranjada. 0
base: 85 lllm. 0 cuerpo: 190 mm. Grosor: 4 mm.
Sepultura 7. (fig. 20).- Hoyo de planta circular,, de 0'50 m. de diámetro y 0'30 m. de
profundidad. Dase ligeramente cóncava. Contenía una urna con cenizas y huesos en su
interior.
Ajuar:
50. Urna bitro.ncocónica de borde exvasaclo y base cóncava. Pasta anara.niada, dura y compacta.
Superficie externa con engobe crema, decorada con bandu y filetes de color marrón oscuro. ~uperficie
interna anaranjada. 0 boca: 14Q mm. Altura: 146 mm. Grosor: 4 mm.
Sepultura 8. (fig. 21).- Hoyo de planta circular, de 0'50 m. de diám&tro y 0'20 m. de
profundidad. Base ligeramente cóncava. Contenía una pequeña ·urna con hueso_
s
lavados en su interior y una fíbula anular hispánica entre la capa de ceniza que la
cubría. Protegida por una cubierta de piedras.
Ajuar:
51. Urna de orejetas perforadas de cuerpo elipsoidal y base cóncava. Tp.padera troncocó:n ica y pomo
plano discoigal, l>orde de bisel. Pasta gris, (ina, dura y compacta. Sup!lrñcie externa anaranjada, decorada
con un filete en la superficie deJ pomo y parte media de la tapadera, de color mau:rón oscuro; el cuer.po, con
bandas y filetes del mismo colol". Altura: 157 .mm. Anchura: 150 mm. ~ base: 75 mlll. (h-osor: 4 mm.
52. "Fíbula anulaJ; his.l'ánica. Puente de timbal. Resorte de· charnela. Tipq 2b. 0 25 mm. Grosor: 1'5 mm.
Sepultura 9. (fig. 22).-Se trata de uno de los hoyos.que, junto con los dos. siguientes, aparecieron et:llas obras de ensanche del camino·que limita a la necrópolis en su
lado norte, a unos 0'10 m. por encima del nivel del mismo.
Hoy9 de planta irregular, de 0'45 m. de diámetro y 0'25 m. de profundidad. Base
ligeramente cóncava. Contenía una urna tapada con un plato y en su interior huesos
lªvados y una fíbula anular hispánica.
Ajuar:
58. Plato de borde revertido y base anillada. Pasta anaranjada, fina, dur-a y compacta. J3up.erficié crema.
145 mm. ~- base: 40 mm. Grosor: S mm.
54. Urna bitro.ncocónic11. ae bo.riié exvasado y ba-se cóncava con ón!alo central. Pae.ta crema, con mica
nesra visible. Superficje anaranjada, de~torada con bandas y filete·s de color rojo-vinoso, en el cuerpo y parte
superior del borde. Superficie interna anaranjada. 0 boca: 14.5 mm. Altura: 190 mm. 0 base: 60 mm. Grosor: 5
mm.
55. Fíbula anular hispánica. Puente de ~im\lsJ. Re_so,r:te de charnela con t(Jpe oscwado.r. Anillo d_ corado
e
con alambre de espir.as. Tipo 2eL 0 60 mm. Grosor: 4 mm.
Sepultura 10. (fig. 23).-Hoyo dé planta rectangular, de 0'65 x 0'40 m. de lado y
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NECROPOUS LAS PEÑAS
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0'30 m. de profundidad. Base plana. Contenía una urna de orejetas sin tapadera,
cubierta por una capa de cenizas de 0'35 m. de grosor.
Ajuar:
56. Urna de orejetas perforadas de cuerpo esferoide, de base cóncava, con óofalo central Carecia de
tapadera. Pasta anaranjada, fino desgruante calizo. Superfic.ie exteTDa con engobe blanquecino, decorada
con bandas y filetes de color rojo-vinoso. Superficie interna anaranjada. 0 boca: 116 mm. Altura: 137 mm.
Grosor: 3 mm.
Sepultura 11. (fig. 24).- Hoyo de planta rectangular, de 0'65 x 0'40 m. de lado y
0'30 m. de profundidad. Base plana. Contenía una urna de orejetas perforadas rescatada por un vecino de Zarra al ser descubierta la necrópolis. La cubría una capa de
cenizas de 0'40 m. de grosor.
Ajuar:
67. Urna de orejetas perforadas de cuerpo elipsoidal y base cóncava. Tapadera troncocónica con pomo
di scoidal plano, ligeramente cóncavo en el centro. Borde en bisel. Pasta anaranjada, fina, dura y compacta.
Superficies anaranjadas, no apreci6ndose la de coración por las adherencias que la recubren. 0 boca: 90 mm.
Altura: 171 mm. 0 base: 60 mm.
Sepultura 12. (fig. 26).- Hoyo de planta irregular, tendente a formar un cuadrado,
de 0'30 x 0'25 m. de lado y 0'20 m. de profundidad. Base plana. No contenía urna
cineraria. El ajuar, entre la capa ceniza que la cubría.
68. Aro de bronce, sección aplanada. 0 40 mm. Grosor: 2· mm.
69. Aro de br once, sección apalanad.a. 0 4.3 mm. Grosor: 2 mm.
60. Aro de bronce, sección aplanada. 0 42 mm. Grosor: 2'6 mm. Colgante troncocónico de bronce, con
tres orificios en la parte superior. 0 10 mm.
61. Sesenta y tres Cragmentos de cinta correspondien te a un brazalete de bronce. Sección aplanada.
Grosor: 2 mm.
62. Cuenta de collar de hueso, cilindr ic"a. 0 0'6 mm. Long.: 20 mm.
63. Cuenta de collar de hueso. 0 2 mm. Long.: 13 mm.
Sepult\U"a 13. (fig. 27).- Hoyo de planta r ectangular, de 0'80 x 0'40 m. de lado y
0'30 m. de profundidad. Base plana. El ajuar metálico, entre las cenizas, cubriendo la urna.
Ajuar:
64. Urna globular de borde saliente y base cóncava, cop dos asas verticales en el hombro, de sección
circular. Pasta anaranjada, fina mica negya. Superficie anaranjada, decorada con dos bandas de color rojo·
vinoso. Superfici e inte:rna anaranjada. 0 boca: 160 mm. Altura: 165 mm. Grosor: 6 mm.
65. Anillo de bronce con el chatón plano y decorado con u na serie de circulos incisos de pequeño
tamano en un extremo. El centro lo ocupa una muesca irregular. 0 20 mm.
66. Fragmento de cinta de brazalete de bronce de sección aplanada, decorada con espiguilla incisa
alternando con aspas, en sentido longitudinal. Long.: 110 mm. Grosor: 3 mm.
67. Cuatro Cragmentos de cinta de b:ronce de sección aplanada. Long. total: 125 mm. Grosor: 2 mm.
68. Fragmento de cinta de bronce de sección circular. Long,: 25 mm.
69. Urna de orejetas perforadas de pequeño tamaño y cuerpo bitroncocónico. Le Calta la base y
tapadera. Pasta ocre, centro gris, con pequeño desgrasan te de mica negra. Superficies anaranjadas. 0 boca:
89 mm. Altura: 70 mm. Grosor: 3 mm.
70 y 71. Dos regatones de hierro, huecoa y de sección circular. Long. ·total: 85 mm. 0 10 mm.
Sepultura 14. (figs. 25 y 28).- Hoyo de planta circular de 0'55 m. de diámetro y 0'30
m. de profundidad. Base plana. Limitada en el exterior por un muro de piedras de
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J . M. MARTlNEZ GARCJA
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pequeño y mediano tamaño que forman un rectángulo de 0'90 x 0'70 m. de lado, al que
le falta el lado menor de la parte oeste. Anchura media de los muros: 0'15 m. Altura:
0'12 m. La urna cineraria aparéció fragmentada y el ajuar fuera de la misma, entre las
cenizas y huesos que la cubrían.
Ajuar:
12. Urna bitroncocónica de borde saliente y moldurado, base cóncava. Pasta anaranjada, fina, dura y
compacta. Superficie externa con engobe crema, decorada con una banda color rojo·vinoao en el tercio
inferior. Superficie interna anaranjada. 0 boca: 180 mm. Altura: 225 mm. Grosor: 5 mm.
73. Cuenta de collar de pasta vítrea de color azul y forma agallonada. 0 15 mm.
74. Anillo de bronce de tres espiras, cinta de sección aplanada. 0 17 mm. Groaor: 2 mm.
7fl. Anillo de bronce de sección circular. 0 40 mm. Grosor: 5 mm.
76. Fíbula anular hispánica. Puente de navecilla. Resorte de charne la. Tipo 4bl.
0 27 mm .. Grosor: 2 mm.
m
77. Punta de flecha de bronce. Long.: 48 mm. Anchura máxima: 15 . m. Grosor: 4 mm.
Sepultura 15. (fig. 25 y figs. 29 a 31).- Hoyo de planta circular, de 0'35 m. de
diámetro y O'40 m. de profundidad. Base ligeramente cóncava. Contenía una urna
cineraria con huesos lavados del cráneo y una fíbula anular hispánica en su interior.
La cubría una capa de ceniza de 0'50 m. de espesor. Fuera del hoyo apareció una
espada Tecta y una hoja de lanza, cubiertas así mismo por ceniza.
Ajuar:
78. Urna bitroncocónica de llorde e·xvasado y moldurado. Un baqúetón de &1\CCión circular separa el
cuello del cuerpo. Base cóncava. Pasta .anaranjada, llna, dura y compacta. Superficie externa con engobé
blanco, decorada con bandaa y filetes estrechos de color rojo-vinoso, se aprecian gotas de pintura del mismo
color en la !)uperficie. 0 boca; 140 mm. Altura: 180 mm. 0 baae: 60 mm. Grosor: 6 mm.
79 y 80. Dos anillos de bronce de sección circular, de 30 mm. de diámetro y 4 y 5 mm. ae grosor
reapectivamente.
81. Fragmento de cinta de bronce de sección aplanada. Long.: 20 mm. Grosor: 2 mm.
82. Fragmento de punta de flecha de bronce. Long.: 25 mm. Grosor: 4 mm.
84. Fragmento de cinta de bronce, sección aplanada. Long.: 30 mm. Grosor: 2 mm.
85. Fragmento de cinta de bronce, sección aplanada. Long.: 32 mm. Grosor: 2 mm.
86. Fibula anular hispánica. Puente de timbal. Resorte de charnela. Tipo 2el. 0 35 mm. Grosor: 3 mm.
87. Fragmento de regatón, sección circular, hueco en su tercio final, muy deteriorado. 0 medio: 20 mm.
Long.: 260 mm.
88 a 91. Diversas puntas de 'regatón, de hierro, sección circular y huecas hasta la mitad de su longitu!l.
92. Espada de hoja recta y doble filo, de hierro, con cinco acanaladuras en la hoja. La empuñadura, de
sección rectangular, presenta un lige.J'o ensanchamiento en. su parte media. El pomo, rematado por dos
lóbulos unidos por una pequeña alista, conserva part& de las cachas en su tercio superior, que consiste en
una láinina de hierro unida a la empuñadura por remaches y decorada con un hilo formando r oleos unidos.
La separación entre aquélla y la hoja está constituida po-r una pl&ca recta sin escotaduraa. Apareció
fragmentada y con multitud de adherencias y óxido de hierro por la acción del fuego . Long. empuñadlU'a; 115
mm. Long. hoja: 885 mm. Long. total: 500 mm. Grosor empuñadura; 7 mm. Grosor hoja: 11 mm.
93. Fragmento de regatón de hierro de sección circular, hueco en su tércio inferior. Long. total: 36 mm.
0 10 mm. (No se dibuja.)
Sepultura 16. (figs. 32 y 33).- Royo de sección circular, de 0'50 m. de diámetro y
0'30 m. de profundidad. Base ligeramente cóncava. Contenía una urna con huesos
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lavados y una fíbula anular hispánica en su interior, el resto del ajuar, entre las
cenizas que con un grosor de 0'35 m. la cubrían.
Ajuar:
94. Urna bitroncocónica de borde exva.sado, con un baquetón de sección circular entre el cuello y
c uerpo. Base plana con ónfalo central. Pasta anaranjada, fina, dura y compacta. Superficie externa con
engobe crema hasta los 2/3 del cuerpo, desde donde se aprecia un color mis intenso, zona no tratada con
engobe. Superficie interna anaranjada. 0 boca: 130 mm. Altura: 180 mm. 0 base: 80 mm. Grosor: 5 mm.
95. Piezas para depilar, de bronce, ramas rectas, lisas. Long.: 45 mm. Anchura: 15 mm. Grosor: 1 mm.
96. Fibula anular hiapánica. Puente de navecilla. Resorte de charnela con tope oaculador. Anillo
decorado con hilo de cobre formando espiras. Tipo 2ei. 0 48 mm. Grosor: 3 mm.
97. Cinco fragmentos de cinta de brazalete de sección aplanada. Long. total: 310 mm. Grosor: 3 mm.
98. Fibula anular hiapánica. Puente eJe navecilla. 'Resorte de aguja libre con tope de charnela. Anillo
decorado con hilo de espiras a los lados de la cabeza del puente. 'ripo 4bl. 0 45 mm. Grosor: 3 mm.
Sepultura 17. (figs. 34 a 36).- Hoyo de planta rectangular de 1'00 x 0'75 m. de
lado y O'40 m. de profundidad. Base plana. Contenía una urna cineraria y detrás de
ella, en la pared sur del hoyo, doB puntas de lanza.
Ajuar:
99. Urna bitroncocónica de borde exvaaado y base cóncava. Recorren el cuello dos molduras de sección
semicircular. Pasta anaranjada, fina, dura y compacta. Superficie externa con engobe crema, decorada a
bandas, filetee muy finos y segmentos perpendiculares y paralelos, de color rojo·vinoao. Superficie interna
anaranjada. 0 boca: 150 mm. Altura: 211 mm. 0 base: 70 mm. Grosor: 6 mm.
100. Fibula anular hisp!nica. Puente de navecilla. Resorte de charnela. Tipo 4bl. 0 67 mm. Grosor: 6 mm.
101. Fibula anular hispánica. Puente de navecilla. Resorte de charnela. Tipo 4bl. 0 34 mm. Grosor: 3 mm.
102. Anill.a de hierro, de sección circular. 0 40 mm. Grosor: 9 mm.
103. Punta de lanza de hierro, con marcado nervio central, enmangue tubular hueco de sección
circular. Long.: 570 mm. Anchura media: 40 mm. Grosor: 6 mm.
104. Punta de lanza de hierro, de las mismas características que la anterior. Long.: 800 mm. Anchura:
30 mm. Grosor: 5 mm.
Sepultura 18. (figs. 34 y 37).-Hoyo de planta cuadrangular, de 0'54 x 0'50 m. de
lado y 0'30 m. de profundidad. Delimitada en su lado sur por una alineación de piedras
de tamaño medio. Enlucido de barro en. la pared este.
Ajuar:
105. Urna de orej etas perforadas de cuerpo eliptico. Tapadera troncocónica con pomo díacoidal plano,
borde en bisel. Base cóncava. Pasta anaranjada, fina, con desgrasante micáceo muy depurado. Superficie
externa con engobe c~ema. La tapadera está decorada con bandas y filetes rojo-vinosos y segmentQs
perpe~diculares paralelos, el cue.rpo con bJmdas y filetee del mismo color. A partir de la última banda no
existe engobe, por lo que la superficie es anaranjada. 0 cuerpo; 190 mm. Altura: 196 mm. 0 base: 70 mm.
Grosor: 6 m.m.
Sepultura 19. (figs. 34, 38 y 39).- Hoyo de planta circular, de 0'60 m. de diámetro y
0'40 m. de profundidad. Base ligeramente cóncava. Contenía una urna cineraria y un
vaso de ofrendas, el resto del ajuar en la capa de ceniza.
Ajuar:
106. Urna de orejetaa perforadas de cuerpo esferoide. Tapadera troncocónica con pomo discoidalcóncavo. Borde en bisel. Base cóncava. Pasta anaranjada, fina, con pequeño deegraaante calizo. Superfici e
externa a nar anjada, decorada con bandas y filetes _rojo-vinosos. Superficie interna anaranjada. 0 cuerPO:
150 mm. Altura: 176 mm. 0 base: 65 mm. Grosor: 5 mm.
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J. M. MARTINEZ GARCIA
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107. Qinco uos de br.o nce fragmentadº&, de 40 mm. de, diámetro y 3 mm. de grosor.
108. Botón de bronce circulü, con un saliente ~onco¡>uamidal rematado en un pequeño engrosamiento. Decorado con Circulo& concéntricos. , liO mm. Altura: 20 mm. Grosor: 3 mm.
e
109. Vaso de perfil quebrado, borde de ala plana. Pie a.n illado, poco destacado. )Jos anchas molduras de
s~cción semicirc.ular aplanada en lo~t puntos de inflexión cuello-cuerpo y cuerpo-base. Pasta gris, fina, duta
y com,pacta, con fino desgrasan te de .m ica negra. Superficie externa grie claro, alisada, brillante y de tacto
jabonoso. El fondo parece l,laber sido reparado por rotura, por lo que la pasta y superficie son de un tono más
oscuro y C!llidad. diferente. Superficie interna gris. e bocá: 75 'mm. e cuerpo: 145 mln. Altura: 120 mm.
e base: 65 mm. Grosor: 8 mm.
Sepultura 20. (fig. 40).- Hoyo de plánta circular, de O'40 m. de diámetro y 0'30 m.
de profundidad. CQntenía una urna cineraria y un vaso de ofrendas.
Ajuar:
110. Plato tapadera de borde exvasado y ligera carena en el cuerpo. Bas& anillada con pie poco
destacado. Pasta anar$lljada, dura y compacta, con f'mo deagrasante calizo. SuperficiQ externa anaranjada,
decorada con filetes rojo-vinosos, así como el fondo exterior. Superficie interna, anaranjada. e 170 mm.
Altura: 4Q mm. l'i:J' bail~: 70 mm. Gro~ror: 6 mm.
lll. Urña bitroncocónica, borde vuelto y base cóncava. Pasta amarillenta con fino d~grasante calizo.
Superficie externa con engobe crema, decorada con una banda rojo-vinosa en la mitad del cuerpo. A partir
d!.! e.l la, sin engobe y tono $naranjado. Superficie int-erna anaranjada. e boca: 175 .mm. Altura: 130 mm.
0 base: 75 mm. Grosor: 6 mm.
112. Botella de cuerpo cilíndrico-cónico de borde exvasado, hombro en ángulo recto con el cuerpo.
Pasta amarillentá, po.rosa, fácílmente e_xfoliable, fino desgrasante silíceo. Superficie externa amarillenta,
decorada con file~s de color rójo. Superficie in~rna amarilleñt.a . 0 boca: 100 m. ~ltura: 125 mm. GróBor: 3 mm.
8. ESTUDIO DE LOS MATERIALES
8.1.
8.1.1.
Cerámica de superficie
Cerámica ibérica
Correspondientes a los e.§tratos ll y m. Las 9erámicas fabricadas a mano, de las que
no conocemos formas, no constituyen por sí mismas un dato fiable para elevar, la fecha
de utilización de la necrópolis a una época anterior a la cultura ibérica, ya que el
conjuntó de materiales y la ausencia de sepulturas ~uperpuestas apuntan a un momento posterior, como veremos .más adelante. La presencia de estas cerámicas se justifica
por su pervivencia durante la primera etapa de la cultura ibérica, donde alternan con
las fabricadas a torno, lisas o decoradas con motivos geométricos simples monocroQlos.
Las cerámicas torneadas poseen pastas muy bien depuradas, con fino desgrasante,
generalmente de mica negra y las superficies externas tratadas con engobe en. la
mayor parte de las piezas, de color distinto a la pasta -crema o anaranjado-- sobre el
que se aplica una decoración de estilo geométrico simple, a base de bandas y filetes y
en un solo cas9 circunferencias concéntricas, lo que vendría a indicarnos una cronología antigua.
Las formas posibles de los fragmentos de superficie se refieren a vasos bitronco.cónicos, similares, como luego verenos, a los utilizados. como urnas cinerarias, cuencos,
- 20 -
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15
NECROPOLIS LAS PERAS
botellas y páteras, materiales frecuentes en este tipo de yacimientos como <>hjetos
corresp<>ndientes al ritual funerario.
8.1.2. Cerámica ática de barniz negro
Un único fragment<> de cerámica importada aparecido en toda el área excavada
(fig. 5, 7). Corresponde al estrat<> m, no adscribiéndose a ningún enterramiento
concret<>. Se trata de un cuenco o plato, forma 21 de Lamboglia, de borde muy
reentrante, característica propia del tipo más antiguo, 1.• mitad del~. IV a. C. (1). Por
otra parte, M. Picazo, al estudiar la cerámica de barniz negro de Ullastret, considera a
esta forma como un cuenco de borde entrante sin asa (2), asignándoles una cronología
del s. IV a. C. según el tipo de decoración interna que presenten. Así mismo esta forma
coincide con el tipo 2.770, serie 2.771 b, e, f, de Morel (3), quien les asigna una
cronología de la segunda mitad del s. IV a . C.
El fragmento de Las Peñas lo hemos de situar a lo largo de todo el s. IV a. C.
atendiendo solamente a la forma del borde y curvatura de la pared y no al tipo de pie y
decoración, elementos que podrían precisar su adscripción a un momento más concreto de dicho siglo.
8.2. Urnas cinerarias
Fabricadas a torno, de pastas depuradas, claras en su mayoría, con fmo desgrasante, generalmente micáceo, las superficies suelen presentar un engobe de color crema o
blanquecino, sobre el que se aplica la decoración, monocroma en todos los casos, de
estilo geométrico simple, que se reduce a bandas y filetes de color rojo-vinoso o
marrón. En algunos ejemplares el engobe recubre los dos tercios superiores del vaso,
manteniéndose del color de la pasta el inferior. Excepto dos piezas de pasta y superficie gris, producto de una cocción reductora, el rest<> lo ha sido en atmósfera oxidante.
Con respect<> a las formas, se distribuyen del siguiente modo:
Urnas bitroncocónicas ....................... .
Urnas de orejetas perforadas ........... .
Urnas globulares ................................ ..
Platos-tapadera .................................... .
Vaso de perfil quebrado .................... .
Botella ................................................... .
9 ejemplares
6
))
3
))
2
1
))
))
1
))
TOTAL .............................................. 22
))
40 %
27%
16%
9%
4%
4%
......... 100 %
(\) N. LAMBOGLIA: ..Per UJUI cleMillcuione prelimiDare delle c:eramica eamp&~~AJt. Atli del I eo...,.._, Intemuionele di Stwli Licuri
(1960), Bordi¡hflft, 1962, páp. 110-171.
(2) M. PICAZO: «La C$rilllic• 'tic• de Ulwtnt>o. m.títuto de Atqu.eolocí• y Prehistoria de la Univeniud u Bar.,.loll8. BarceiOM, 1977,
poip. 112.117.
(3) J . P. MORE.L: ~C«amique CamJ*nienne: lM Formee•. Eeole Frane•iH de Rome. Rome, 1981, "''· 221, 14m. 71.
- 21 -
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16
J. M. MARTLNEZ GARClA
8.2.1. Bitroncocónicas
He.mog seguido para su clasificación la típología dada por J. J. Jully y S. Not'dstrom
(4), quienes establecen tres tipos:
·
FG 2 A.-Cuando los dos troncos de cono son de la mism.a altura.
FG 2 B.-El tronco de cono ·s uperior más alto.
FG 2· C.- El tronco de cono inferior más alto.
De todos ellos, el más abundante en Las Peñas es el B, tipo al que adscribimos 7
vaso~. seguido del A, con dos ejemplares.
El tipo A, con precedentes de utilización en el Languedoc-Roussillon en el s. VI a.
C., aparece en ambientes sepulcrales ibéricos antiguos como en la necrópolis de La
Solivella (Castellón de_la Plana) (5) y en la de EI Molar (Alicante) (6). En nQ.est_o
r
yacimiento son ,de este tipo las urnas de las sepulturas 3 y 20.
El tipo B (sepulturas 2, 7, 9, 14, 15, 16 y 17) está ampliamente extendido y
documentado en la Península Ibérica, tanto en poblados como en necrópolis, con una
cronología de finales dels. V a. C. al ID a. C., ciñéndonos a estas últimas y limitándonos al País Valenciano y zonas adyacentes de Albacete y Murcia, encontr~os vasos
de este tipo en las necrópolis de La Solivella (7) J Orleyl (8),. en Castellón; en las de La
Albufereta (9), El Molar (10) y Cabezo Lucero (11) en Alicante; en Coimb.ra del
Barranco Ancho (12), El Cigan:alejo (13) y Cabecico del Tesoro (14) de Murcia, así
como en la mayor parte de las necrópolis ibéricas de l.a provincia de Albacete, como en
el Llano de la Consolación (15), Hoya de Santa Ana (16), Casa del Monte (17), Camino
de la Cru2 (18) y El Tesor.icp (19).
(4) J. J. O!ULLY y S. NORDSTROM: •Une !"""" c"'-i.que ibero-llllljiUedoci$Ute: la )arre bitroncon:iq...,.. Arehi'v o de Prehiatoria.Levanttt..,
XID. Valen<:Ja, 19'72.
(5) l>. FLE'l'CHER V.ALLS: «La necr6RoU. de La-SoliYella (AleaU d. Chivert)lt. Serie de~<>' Varia. del B.l.P. nWJ>. ~- Val....:ia, 1966,
pq. 16, 1'\g. 6. n6ms. l-6; pq. 36, li'fl. 16, 9W.... 6, 1~ y 24; ~~. 87, .llg. 18, o.WJ>. 28.
(6) J. LAFOENTE VIDAL: •La .n~lio i!¡érica d.e El Molar (Jiro'(in<:ia 4e Ancan·te~. Boletín de la Real Academia de la HUtoria. Tomo
1929, Iotogtt~~aa • y 6.
(7) PLETCHER VALLS: Op. cit. nota 6, pq. 16, fig. ·6. oÚID. 2; pq. 36, fig. 17, nWJ>. '26.
(~) A. LAZARO MENGOI) y N. MESADO OIJVER: •Materlalea de la JJéerÓI!Olie ibkica de Odeyl (Vall de Uxó, Caatellón)o>. Serie de
Traba)oe V"atioe del 'B .l.P., núm. 70. Valepeia, 1981, fic, 6, núm. 3.
.
(9} S. NORDSTROM: OlLa eéran~ique ~nte ibérique d. la. provine• d'Alicante». Acta 1:1niv.,..jtatia Stockholmi-w, VUJ. Síockholm¡ 1969,
pq. 106.
(10) LAFUENTE VIDAL: Op. cit. oota 6. !o~ 4 y 5.
(11) C. Al!.ANBGUI, -A. JODIN, E. A. LLOm_I.BGAT, P. ROUILt.ARD etiJ. UROZ: «Fouille du aite iWrique de Cabalo Lucero (Ouaidamar .d el
Secura, Alicante). DfiWÓ.ilale eam~e, 198b. )léW.,... de la ca.. de Velú!¡ueo.. Mailrid, 1982, ~~- ~
_
(12) J. MOLINA, M. C. MOLINA '! S. NORJ>3TROM: •Coimbre del Barra.ñco Ancho. Jumilla, Murcia». Berie de TrabajoorVarioe del S.I.P..
núm. 62. Valet~eía, 1976; ~y XVI.
(13) E. CUADRADO DlAZ: tcTipoiOfl{a de la cerilmica ~b6rica fina d. El Cigarraleío. }4\tla (Murcia)". TtabajQJ, dlt Prebiáor:ia, vol. ~Madrid. 1972, pq.. 1..26-187. Fo~ 882, 982, 9.3, 48 y 49.
.
(14) J. J . JULLY: •Koiné comm~e et culturelle phenico,.punique·et ibero-W.guecloc:ienl)e en M'-lii.er:ranée O«iden~le ll~ du-P-.
A.Jd>ivo Eepañol de Arqueolog{~ núm. 48. Madrid, 1975, pác. 61.
(16) J. SANQHEZ JIMENBZ: «Excavac_to.ne.a y tnbajoe arqueOlóalCOJ en l•l"'"Íncia 4• Albaceti de 1942 a 11148». Iofozmea Y Memoriu
nWJ>. 16. Cdni8arla Qeneral de. &xuvacionea Arqueol6cicu. Madrid, 1.9(7, R'ia- 39 y ea., lAma. lX y X.
(16) J. SANCHEZ JJ.MBNEZ: lia de )a. Hoya de Santa Ana (Albac.ete~. Iofozmea 'l Memoriu núm. S. CoJniaaria General de
ExeavaciMea Atq~c:u. Madrid. 1943, 1~. XX, XXXI.
XXXIV.
(17) l.. BALJ::ES'I'ER TQRMO: «.Avanee el.,.tudió ~e, la QecrópoU. ibérica de la Caaa del Monte (Albacete)». Titad!~ ap~~rte de loe cuedemoe
DI y fV de Cultun Valel!ciana. Va~cia, 1930, p4p. 27-46, fig. 16.
(18) J. ~~~NQUEZ PEREZ: «.L a n8jlr'ÓpoU. ibérica de El C81D.Ín!> de la Cn1s (Hoya Gónzalo)». Al-Bui\, 16. Albacete, 1984, pác. 102, fig. 11 y
ün>. lo núm. l.
·
·
(19) S. BRQNCANO, A. MARTIN 1 )1&. A. NEGRETE y E. PUCH: l
xcrv. Madrid,
.xn
xxxm;
- 22-
[page-n-23]
NECROPOUS LAS P~AS
17
También aparece en poblados ibéricos de cronología antigua, en torno al final del s.
V y todo el IV a. C., no demasiado lejanos en la zona que nos ocupa, como en La
Bastida de les Alcuses (20) o en La Alcudia de Elche (21).
8.2.2.
De orejetas perforadas
Corresponden a las sepulturas núms. 8, 10, 11, 13, 18 y 19. Fabricadas a torno, sus
pastas son de buena calidad, muy depuradas, duras y compactas, de color anaranjado o
beige. Denotan una cocción oxidante que permite la aplicación de un fino engobe,
posteriormente alisado, de color claro, sobre eJ que se decora la pieza con motivos
geométricos a base de bandas y filetes paralelos de tono rojo-vinoso o marrón.
Las tapaderas poseen los pomos discoidales planos, observándose. en la zona inferior de los mismos el orificio practicado para la salida y entrada de aire, lo que impide
su rotura por un exceso de calor.
Según la tipología propuesta por J. J . Ju1ly (22), los ejemplares de Las Peñas
presentan las siguientes características:
,
- De forma elipsoidal, con tendencia a los tipos bitroncocónicos A (sepulturas 8,
11 y 18), similares a los de La Solivella (23).
- De cuerpo bitroncocónico, tipo B (sepultura 13), de pequeño tamaño y sin
tapadera ni base. De mayores dimensiones 'son las tres urnas de la necrópolis de La
Torrecica, en el Llano de La Consolación (24).
'
- De cuerpo esferoide, asimilable a la bitroncocónica C (sepulturas 10 y 19),
similares a las de La Solive1la (25), Hoya de Santa Ana (26), El Molar (27) y Altea la
Vella (28).
Superada casi totalmente la etapa del panceltismo que aplicado sin ningún rigor,
afectaba a la investigación arqueológica peninsular, se acepta unánimemente que el
origen de los vasos de orejetas perforadas se sitúa en el Mediterráneo oriental o
central (29), siendo, entre otros, prOductos típicos de una koiné comercial y cultural
que se extiende por el sureste de Francia y el Mediterráneo-occidental, desde el S. VI a
principios del IV a. C. (30). Si bien en la Península Ibérica el uso de estos recipientes
(20) O. FLIM'CHER, E. PLAy J. ALCA CER: «La Batida de 1:- Ale . - (M•nte, Valencia)». l. Serie de Trat..ioe Vuioe del S.J.P., n6m. 24.
Valencia, 1966, Oto. 13, .,.,. 80, nlilll. 2; Oto. 26, polg. UO, · lilll. 1; Dto. 30, pq. 164, Núm. 1; Dto. 49, pq. 239, nlilll. 10;
n
D. FL&TCKBR, E. PLA. J. ALCACER:
(21) R. RAMOS FERNANDEZ: •PrecWonee para~ clarificación de la eerámicaiWrica». Lucentum L AllcenLe, 1882, pq. 120, fig. 3, n6m. l.
A. RAMOS FOLQUES: ..C.rámicu iWricu antiguu del Sucleete eepe6ol». PublicacionH del Seminuio de Rietoria y Arqueololfe de
Albecete. Albeeat•, 1962, lb~. XXVUJ, núm. 8, lám. XXIX, n6m. 12.
(22) JULLY: Op. cit.. not.a 14, p4p. tiUl. Coneeponclerian al grupo BU (Megalopyxie 1/ l offill- per(orHe).
(23) FLETCH&R VALLS: Op. cit. not.a 6, fip. 10, 19, 21, 22; fig. 14, aep. 11.
(24) JULLY: Op. cit. not.a 14, p4g. 68.
(26) FLETCHER VALLS: Op. cit. Ilota 6, fíe. 9, n6m. 20; fig. 13, núm.o. 2 y 7, fíe. 14. núma. S. 16 y 26.
(26) JULLY: Op. cit. nota 14, .,.,, 56, fig. 61.
(27) J. J. JULLY 1 8. N"OllDSTROM: telM v - l oreill- j>éiforéee"" France et leur ainúlai- en M6diternnée Occ:identaleoo. Ardrivo de
Prehiatoria Levanti..._ n Valencia, 19M, p4p. w.-¡24, Um. m a.
(26) O. MOROTB BARBBRA: •Una .....la de ll\lerNrO coa elli*la de antanu., la .-nlpoU. iWric:a de AILee. la Valla (Altee~ Alicente)o.
Ardrlvo de Prehistoria Leventina, XVL Valencia, 1981, ~· 426. fig. 6, núm.o. 1 , 4, IIc. 8, n~ 6 y S.
(29) D. FLBTCHElt VALLS: «Lu W1lU d• orejetaa pednnA!ap. VllJ Coftpeto Nuional de Arqueoloc!L Zerqoaa. 1884, p4p. ~16.
(30) .roLLY: Op. cit. 14. """" 15U7.
- 23-
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J. M. MARTINEZ GARCIA
18
comienza a mediados del s. V a. C. (31). Por otro lado, presentan ciertas analogías con
las fonn.á s pyxides de estilo geom.é trico y corintio (32), llegándosé a u.tíliz~, por
ciertos investigadores, el término megalopyxides (33), aunque. el más frecuente sigue
siendo el de vaso o urna de, orejetas perforadas.
Las pie:las que aquí presentamos, aunque inmersas en un ambiente típicamente
ibérico, conservan ciertos caracteres relacionables con su filiación griega, tal y como
se advierte en el arcaismo de sus formas, elipsoidales y esferoides con tendencia
bitroncocónica, así como los pomos planos y en discor a diferencia de los de botón
cónico, propios de zonas con contactos púnicos (34).
8.3.
V ~sos de ofrendas
Bajo esta denominación hemos agrupado a los ejemplares que en dos ocasiones
acompañaban, como posibles objetos rituales, a las urnas cinerarias de l.a s sepulturas
19 y 20.
El primero de ellos (fig. 39, · núm. 109) apareció junto a una urna de orejetas
perforadas de cuerpo esferoide.(fig. 38, núm. 106). Su forma, de tendencia bitroncocónica, nos recuerda a los ¡;ecipientes ibéricos del tipo píthi$koi (35) denominados también
vasos de perfil quebrado (;36), aparecidos en 1a necrópolis de La Albufereta (37) y el
Molar (38), y en el poblado i.bérico de La Bastida de les Alcuses (39), ~n lo que se
refie..re al País Valenciano. En la zona de Albacete, están presentes en El Tesorico (~)
y en el poblado de El Amarejo (41). Y, finalmente, en los yacimientos murcianos de
Coimbra del Barranco Ancho (42), El Cígarralejo (43), El Castillico de Las Peñas y ·
Ascoy-Ramb\a del Judío (44).
La cronología de estas piezas, por los contextos en que se hallaron, abarca de finales
del S. V á. c. a principios del m a. c.
En todos los casos observados, poseen pastas y superficies claras, con engobes
creJDa1i o anaranjados y decoración monocroma en estilo geométrico simple, lo que
difiere del ejemplar de Las Peñas, que posee pasta y superficie gris claro brillante,
tacto jabonoso y dos gruesas molduras en el cuerpo y cuello.
\~ll FLETCHER VALLS: Op. Cit. nota 29, ~- 317.
(82) B. A. SPARKES y L. TALCO'I'l':. «rbe Athenian AJOra". Xll. 2. Princeton, 1970, 6¡. 11, nÚlU. 1.220, 1.226, 1.236, 1.239 y 1.268.
(3;!) JULLY: Op. cit. nota H .
(34} JULLY: Op. cit. nota 14, pác. 56(35) NORDSTROM: Op. cit. nota 9, Forma GB 3.
(36) C. ARANEGUI y E. ,P(,A: «La cerámica ilimea», La, Baja EII(!Cil de la C.ultura Ibérica. Aaociaci'6n F..pdola o!.e .Aiiútioa de la
Arqueólop.. Madi'íd, 11!81. pég. 96. Forma 68.
_
(;m J. BEnlA DOMINGUEZ: «La necrópolis de la Albuferet.a».IJ Con~~ueol.Pgjj:o del Sud-.,. Albacete, 1946, pq., 240-:U7, 16m. 16.
(38) J . SENENT lBAmZ: •Ex~avaciQ!lea en la n~polie de El Molar». Memoria r,túm. 107 de. la Junta Superior de Escancionea
Arqueol6gicu. Madrid. 1930, .16m. XIV, 'piún. l.
·
(39) F'LETCHER, PLA y ALCACER: Op. cit nota 20, a) pica. 62. ~ y 124; b) ~· 232. nÚJII. 8.
(41l) BRONCANO, MARTIN, NEGRÉTE y PUCH: Op. cít. nota 1.9. f:J&. 23.
(41) S. BRONCA NO Y. J. BLANQIJEZ: «El Amarejo (B9nete, Albaceta)l>. Exeavacionea Arqueológicu en ~!'· Madrid, 19!11). páa:. 212, 61.·
i14, nÚJII. Z16, 16111. !Vll.
(42) MOLINA. MOLINA y N08DSTROM: Op. cit. nota 12. lánt. XVU,
(43) CUADRADO DlAZ: Op_ cit. nota 13. Corresponde a la Po,. 19 a., 1'41- 131, tabla
(~) P. Llll.O CARPIO: •Eli!OI!lamillftt:o ibérico en M:uréia>t. Dopill'telilentO de Ari¡ueol!llfa ~ la Univaraidad ele Murcia. Murcia, 1981, pá;:. 230.
xn.
- 24 -
[page-n-25]
NECROPOLIS LAS PE~AS
19
Teniendo en cuenta estas características podría incluirse dentro de la producción
gris monocroUta, de los s. V y IV a. C., tratándose, bien de un tipo procedente de las
fundaciones coloniales griegas del Mediterráneo occidental, o una reinterpretación
del mismo en cerámica ibérica procedente de los alfares indígenas (45).
El segundo ejemplar (fig. 41, núm. 112) acompañaba a una urna bitroncocónica A
cubierta con tapadera (fig. 40, núm. 111). Se trata de una botella de cuerpo cilíndricocónico, de borde exvasado y hombro en ángulo recto con el cuerpo. No es una forma
frecuente en las producciones de cerámica ibérica, si bien se aprecia cierta relación
con los tarros o botellas de la Forma 31 del Cigarralejo, aunque éstas poseen una
inflexión menos violenta en el hom.bro.cuerpo y el borde es recto (46), o con los
recipientes de la Forma 5 b de La Bastida (47), de borde exvasado. Su cronología se
establece entre fmales del s. V a. C. e inicios del III a. C.
8.4.
Platos-tapa dera
El primero de ellos (fig. 22, núm. 53) cubría a la urna bitroncocónica B de la
sepultura 9 (fig. 22, núm. 54), que poseía en su interior una ñbula anular hispánica con
puente de timbal y resorte de tope osculador (fig. 22, núm. 55). Es una pátera de labio
revertido y pie poco destacado, de pasta y superficie claras, muy similar a las imitaciones ibéricas de Campaniense A, Forma 36 de Lamboglia, del s. II y I a. C. (48),
cronología que no podemos aceptar para el ejemplar que aquí presentamos, ya que se
aparta sensiblemente del contexto funerario en que se halló. Es por lo que habría que
relacionarla más con un ejemplar de similares características aparecido en La Solivella (49), de la Forma Pl d de Cuadrado, derivada de la Forma 2 de Barniz Rojo (50).
El segundo plato (fig. 40, núm. 110) de la urna bitroncocónica A (fig. 40, 111)
aparecida en la sepultura 20, es de borde exvasado y ligera carena en el cuerpo, con
decoración a base de filetes rojo-vinosos. Se relaciona con la Forma 10 e de La Bastida
(51) y con la P2 b de Cuadrado (52), siendo de similares caracterí. ticas a los aparecidos
s
en la necrópolis de Orleyl (53) y El Tesorico (54). Es una forma frecuente en yacimientos andaluces, cuyo prototipo lo encontramos en la cerámica de Barniz Rojo, Forma 1
de Cuadrado, con una cronología de finales del s. V a. C. al Ill a. C. y amplia difusión
en el s. IV a. C. (55).
(45) C. ARANEOUI GASCO: ola eerúaiea lri• IDODOCrOIDA. Puntualiacionee pen. "' eootudlo•. Papelee del Labcntorio ele ArqiMOlocia ele la
Univeniclacl ele Valeocia, l L Valeacia. 1975. pq. 871.
(46) CUADRADO DIAZ: Op. cit. o«a 18, pq. 134, tabla XVL
(47) ARANEGtJl y PLA: 0p. cit. DOta 88, p4p. 76-94.
(46) V. P.AOE DBL POZO: dmítaeio- ele i.nll\ljo 1rie1o en la cedaica ib6rica ele VaJencia, Alicanta y Mwcia>t. Iberia GJ'HCL Serie
ArqueoJóljca, nWD. L Maclricl, 1884, pq. 234. fll. 24, nWD. 3; pq. 151
(48) PL&'l'CHXR VALLS: 0p. cit. nota 5, pq. u , a,. 12, nWD. •: a,. 18, nWD. 23.
(150) CUADBADO DIAZ: Op. cit. 110(& 13, pq. 149, tabla XXIV.
(51) ARANEGUI y PLA: Op. cit. noca 88, pq. 101.
(62) CUADRADO DIAZ: Op. cit. nota 13, pq. 183.
(63) LAZARO y MESADO: Op. e,it. nota 8, lit. 8, a.
(M) BRONCANO, MARTIN, NEGRB'I.'E y PUCH: Op. cit. nota 19, fit. 40, nWDa. 1, 2 y S.
(56) M. BELBN DEAMOS: dwnbu pNnomanu ele incinerae,ión en la necr6J10111 da Cannone (Sevilla)» •.Homenaje a Conchita Pemindes
Chicharro. M,~riel, l984, polg. 278, fi¡. 3.
-25 -
[page-n-26]
J. M, MARTINEZ GARCIA.
20
8.5.
Hierro
8.5.1. Falcatas
Tres han sido los ejemplares rescatados, correspondientes a la Sepultura núm. 2.
La primera de ellas (fig, 13, núm. 33) posee una gruesa empuñadura de la que
sobresalen, en su parte superior, re~aches de gra,n tamaño para sujetar las cachas. La
inflexión de la hoja es poco pronunciada y la anchüra. de la misma considerable.
Apareció entera, pero con m.u ltjtud de adherencias y resquebrajaduras, debidas tanto
a la acción del fuego, como a la corrosión de los óxidos.
La segunda falcata (fig. 14, núm. 34) posee la empuñadura en forma de cabeza de
caballo estilizada, de factura más cuidada que la anterior y sección rectangular.
Lamentablemente apareció muy fragmentada con otras piezas de hierro soldad~ a la
mi.sma, al haber estado sometida a grandes temperatu.r as, entre las que identificamG>s
una manilla de escudo y dos hojru¡ de cuchillo.
La terceta pieza (fig. 15, núms. 35 y 36) conserva únicamente la empuñadura, con
un grueso remache y parte de la hoja, de la que se conserva una de las láminas que la
componían.
Separadas de las hojas aparecieron los armazones de hierro de, las vainas correspondientes a las tres falcatas, con los refuerzos lateral~s y los enganches de tahalí y
argollas para la sujeción de las mismas al cinturón del guerrero (fig. 15, núm. 39; fig.
16, núms. 40, 41 y 42).
Hoy por hoy, no contamos con un estudio sistemático de este tipo de armas que nos
pennita establecer criterios tipo1ógicos referentes .a su evoluc~ón, dada la dilatada
cronología que presentan. Su Útilizacíón en la Península abarca de finales del s. V a.
C. (56) hasta la época de Augusto, como lo atestiguan las monedas de este período (57).
Tanto por su amplitud cronológica como por la popularidad como arma ofensiva que
alcanzó entre los iberos, este tipo de sable es un hallazgo frecuente en necrÓpQljs y
poblados del área ibéric~ y zonas de su influencia.
En el País Valenciano y lugares adyacentes al territorio donde sé úbica la necrópolis de Las Peñas, la falcata es un elemento présente, en mayor o menor medida, casi en
la totalidad de Jos yacimientos ibéxicos excavados o en curso de excavación. Baste
citar, como hallazgo extraordinario y reciente, la aparición en la necl"Ópolis de Cabezo
Lucero (Alicante), de 4 ejemplares en 1a 1.8 campaña (58) y 12 en la 2.a (59).
8.5.2.
Espada re. .ta
c
Corresponde a la sepultura 15 (fig. 31, núm. 92). Posee la hoja recta, con acanaladuras, doble ftlo y empuñadura algo .e ngrosadá en el centro, rematada por un pomo
(56) FLETCHBR VALLS: •Problemaa 4• 1&. Cultura. lbéricao. Seña de Trabajoa Varioa dél SJ.P.• nó.m. 22. Valencia, l i!GO, J>(g. 69.
(57) A. M. de GUADAN: oLas Rrmá8 de la IIIQDeU ibérica!'. Cuademoe de NUJDiml61ica. Madrid. 1979, J?'g. .39.
(56) A. JODIN, E. A. LLOBREGAT, P. ROuu.tAltD y ,J. ~OZ: «FouilJe du ait,e J bérique de Cabezo Lucero (Guardamar del ~.
Alicante), ~Me Campagne. l980i>. Mélangee de )a Cua (\e Velblcjuez, l(VU. Parú., 198l, p(¡r. 562.
(69) ARA:tffl.GUl, JODIN. LLOBREGAT. ROUILLARD y URoz: Qp. cit. nota 11. J>h. 432.
- 26-
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NECRóPOLIS LAS PEÑAS
21
bilobular. Corresponde, en líneas generales al tipo de espada ibérica denominada
bilobular, por el tipo de empuñadura, sin poder ofrecer más precisiones por el momento, hasta que, como sucede con las falcatas, no se realice un estudio de sus rasgos
diferenciales, que pueda indicarnos una tipología con la que precisar su evolución
cronológica y cultural.
Revisada la bibliografía al respecto, solamente hemos encontrado un ejemplar
similar al que aquí presentamos, con el remate del pomo de forma bilobular y apuntamiento central, procedente de NUlnancia (60).
Este tipo de pomo, pero calado, y por tanto sin decorar, lo encontramos en
pequeños cuchillos de bropce y un solo filo, y en espadas largas de doble filo en el
período 1 de la cultura de Este, s. Vil a. C., extendiéndose desde el norte de Italia y
zona véneto-illiria hacia centroeuropa, necrópoljs de Hallstatt, Francia y Península
Ibérica (61).
Las espadas rectas y cortas de doble filo son armas típicamente ibéricas frecuentes,
al igual·que las falcatas, en poblados y necrópolis. Los paralelos más cercanos, aunque
presenten los pomos rematados en frontón semicircular, no bilobulado, los encontramos en las necrópolis de Hoya de Santa Ana (62) y Casa del Monte (63), así como en las
de Alpanseque, Villaricos, Almedinilla, Aguilar de Anguita, llora, La Mercadera,
Alcacer do Sal (64), Las Cogotas (65), etc., yacimientos con cronologías comprendidas
entre finales del S. V a. c. al m a. c.
8.5.3. Manillas de escudo
Las dos empuñaduras tubulares (ñg. 14, núm. 38, y fig. 15, núm. 37) perforadas en
sus extremos, de la sepultura 2 corresponden a sendas abrazaderas o manillas de
caetra, el típico escudo circular y de pequeño tamaño utilizado por los guerreros
ibéricos, que junto con el scutum, de mayores proporciones y forma ovalada o rectangular, constituían los dos elementos defensivos más efectivos de su impedimenta.
Este tipo de abrazadera se colocaba en la ~arte posterior del escudo, transversalmente a la concavidad formada por el umbo, fijándose a la superficie interna por medio
de dos parejas de clavos en cada extremo. Las piezas que aquí presentamos conservan
los clavos, de cabeza redondeada y 1 cm. de longitud, pero no la prolongación a ambos
lados de la empuñadura, donde se sitúan las argollas para su transporte.
Ejemplares similares, ciñéndonos a las zonas más próximas, los encontramos en la
(80) W. SCHULE: «Die MKulturen cler Jberiaebell Halbillaeruo. DoutaehM ArebaOlociKbee lnetitut. Madtid-Berlhl, .1989, fi¡. 186, n~
6, 7 '1 8, mapa 150.
(6!) M.• B. CABBB DB MORAN: ..Sn fOmO a un nuevo puAal halldt.tieo apueeiclo en la P.níntula twrieu. Cuí....,.., 1~ pq.. 9-12,
tic. 2. nóma. 2 '1 3.
(62) SANCHEZ .nMENBZ: Op. cit. nota 16. pq. 73, Um. XLlll
(63) 8A.LLBS'I'ER TORMO: Op. cit. nota 17. J141. 47, fíe. 20.
(6') SCHULB: Op. cit. nota 80.
(66) J. CABRB AGUILO: «Bxoavacionao en I - ~, Memoria núm. 120 de la J unta Suparior de BxcavacionM Arqueolóticaa. Madrid.
1931, 1ú1a. LXXW y LXXIV.
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J. M. MARTINEZ Gt\'RélA
22
necrópolis de El Tesorico (66), en Casa del Monte (67), El Cigarralejo (68), Cabecico
del Tesoro (69), etc. La cronología de estas piezas es similar, en líneas generales, a la
del armamento ibérico del que forman parte, utiliza.d os desde finales del s. V. a . C. al
cambio de Era.
8.5.4.
Puntas de lanza
Corresponden a la sepultura 17 (fig. 36, núms. 103 y 104). Poseen el enmangue
tubular hueco, hoja estrecha con nervio central y ambas, aunque completas, se
hallaron en muy mal estado qe conservación.
Son piez~ habituales del armamento ibérico, siendo frecuente que cada guerrero
llevase dos, una para ser arrojada contra el enemigo, reservándose la otra para los
combates cuerpo a cuerpo ('70). Su grado de dispersión es grande y suelen también
aparecer en número de dos, de diferentes tamaños, por cada enterramiento, como
sucede en el caso que nos ocupa y en la necrópolis de El Molar (71).
Sería exhaustivo enumerar sus paralelos,. dado el gran número · de lanzas que
aparecen en necrópolis y poblados. Muy similares a las gue aquí se estudian encontramos en La Solivella (72) y en el poblado de La Bastida (73). Cabré señaló que los
ejemplares más antiguos serían aquellos de hoja larga con nervio central acusado (74).
Mientras que Schüle considera dos períodos en su evolución (75): anteriores al s. IV a.
C., con el nervio central $le sección circular, y las de nervio menos acusado, a partir de
ese mismo siglo al cambio de Era. Sin embargo son objetos de escasa evolución formal
desde el s. VI a. C. a la romanización.
8.5.5. Regatones
De la sepultura 13 poseemos dos pie~ás tubulares de pequeño tamaño (fig. 27, núms.
70 y 71) y de la sepultú.ra 15, cinco e)emplares de mayores proporciones (fig. 30, núms.
87 a 91).
Los regatones se enastaban a la parte inferior de la lanza por medio de remaches o
clavos, fijados al mástil de madera. Su función era tanto ofensiva, para golpear, como
dé orden práctico, para ser clavada en el suelo (76). Son igualmente muy abundantes
en yacimientos ibéricos con una cronología similar al armamento analizado.
(66) BRONCANO. MARTIN, NEGRETE y PUCR: Op. cit. nota 19, f11. 36.
(67! BAI.LESTER TORMO: Op. cit. n.o ta 17, ~~- 43.
.
(68) B. CUADRADO !>lAZ: «Tumbas, P
.rinCiJliiiCü de El c¡¡aaalejoíl. Madrider ~jttejlqngan, 9, 1966. ~· 1.56, 6p. 3 y 4.
(69) G. NIETO GALLO: «La necrópolia ~ del Cabecico del Teeoro, Verdola.y (Murcia). Cuutt CllJ!IpaAa de excava.cio"""".
'B.S.E.A.A..• X.. Vallado1id, 1.944, Ñ· 171.
(70) l. BALLES'I'ER TORMO: «'El amentwn en loa V81108 de San A.figuel
LiriaJt. Archivo Eopailol de Arqueología, nÚJil, 46. M.drid, 1~
ae
J!ág. ·4&·
(71~
SBNENT lBAREZ: Op. cit. nota 38, ~- 11, lám. IX.
(72) FLBTCHER VALLS: Op. el t.
{74) J. CABRÉ AGUILO: «Excavajlionei en la necrópolia celtibérica de Altillo de Cerro¡>Ofp. Atiensa. G~~era•. Me111oria nÚIIL 106 de la
Junta Superior de Excavacionee Arqueoló«i~. Madrid, .1930, P'g. 36.
(76) 'S CIWLE: Op. cit. I!Ota 60, Pág. 116.
.
(76) de GUADAN: Op. cit. nota 61!, ~. lló,
- 28-
[page-n-29]
NECRQPOLIS LAS PEE:l'AS
8.6.
23
Bronce
8.6.1. Fíbulas anulares hispánicas
Trece han sido las piezas aparecidas, con un mayor o menor grado de deterioro,
según se encontraran fuera o dentro de la \ll"Jl8. cineraria, conservándose mejor en el
segundo caso al haber sufrido en menor medida la acción del fuego o de las brasas de la pira. ·
Para su clasificación hemos seguido la sistematización tipológica establecida por
Cuadrado (77), y las variantes introducidas recientemente por A. Iniesta Sanmartí,
referentes a la sección del anillo, forma de pie, tipo de resorte de charnela y al puente (78).
El tipo más abundante en Las Peñas es el 4b (puente de navecilla normal) variante
I (arco de sección convexa), con 7 ejemplares, correspondientes a las sepulturas núms.
1, 4, 5, 14, 16 y 17, representando el 53 % del total. Todas ellas poseen el resorte de
charnela de bisagra, con la aguja soldada a una plaquita en forma de <~ que le
impide el movimiento hacia arriba una vez cerrada la fíbula. En un solo caso (sepultura 16) es de aguja libre, con alambre enrollado a cada lado de la cabeza del puente.
Aquí la aguja posee un orificio para el paso del anillo, así como cada una de las patas
de la plaquita en «U)) entre las que se instalan la cabeza de la aguja y del puente,
impidiendo igualmente el movimiento hacia arriba cuando está abrochada.
En cuanto a los tipos de charnela de bisagra, 6 ejemplares corresponden al vm y 1
al I (79). Común a todas ellas es Ja forma del pie, trapezoidal con mortaja larga y
profunda, tipo m a (80). Con respecto a los ~años existen dos piezas medianas, para
mantos finos, de 50 y 45 mm. de diámetro {sepulturas 3 y 10); cuatro son pequeñas,
entre SO y 35 mm. y una miniatura (sepultura 14), todas ellas para ropas interiores.
La cronología para el tipo 4b, -variante I, en líneas generales y para el conjunto de
la Península se establece desde la segunda mitad del s. V a . O. a la primera mitad del 1
a. 0., siendo en Murcia, del primer cuarto del s. IV a. C. a mediados del m {81). Su
dispersión es grande en toda el área ibérica, con abundantes ejemplares en El Oigarralejo (82) y La Bastida y Oovalta (83).
El tipo 2b (puente de timbal elipsoidal), corresponde a la fíbula miniatura, de 25
mm. de diámetro de la sepultura 8, de pie romboidal, tipo m a y charnela de bjsagra, tipo
VIII. Encontramos ejemplares similares, pero de· mayores dimensiones en La Bastida y
La Carencia de Turis (84), y en Ascoy-Rambla del Judío (85), con una cronología del s.
IV y m a. O.
(77) E. CUADRADO DIAZ: «La IIbuJ& anular h.iep&nic.a y su.t probl...,..... Zepbynat VID. ~ca. 1967.
E. CUADltADO DlAZ: «Ffbul.. anuluéie de lo¡¡e oeculadol"O. l'llblic:acionee del s-Inario de Hiatoria y Arqueolotia de .AllNic:et4.
Albacet.e, 1982.
E. CUADRADO DIAZ: «PNcedent.ee y prototi,poa de la ftbula anulu h.iepúic.a•. Trabaj~ de Pr-eh.iatoria. Madrid, 1863.
(78) A, INIBSTA SANMARTI: td.u flbulu de la niCi6n de Murcip, Biblioteca Búica lrfllteipa, lllim. 15, MiliCia, 18, pq.. 11~118, lál.
Xll, X1D y XIV.
('79) lNIRSTA SANVARTI: Op. cit. no4A 78. J14. 225, 16m. xm.
(80) JNTESTA SANMARTl: Op. cit. no4A 78. J14. 112, 16m.
(81) INJB8TA SANM.ARTI: Op. cil.. nota 78, J14. 1811.
(82) INIBSTA SANMARTJ; Op. cil.. no4A 71!. pq.. 1.29-136.
(88) ).(.V. RAMS BaOTONS: «Avaoc:. a un aetuolio cklu ftbulae ibéricu ck la proviDcia ck ValenciaJo. Ald>ívo el. PNh.ietGria LevuliDa.
:xm.
XIV. Valeoc:i&. 1976, J14. 147. tabla I.
(84) RAMS BROTONS: 0p. cil.. nota 88.
J14. 1{6, tabla I; J14. 162. tabla
J14. 119. Dú.m. 1216.
(86) INIESTA SANMARTI: Op. cit. a()(.& 78.
-
29 -
IV.
[page-n-30]
J . M. MARTINEZ GARCIA
Del tipo 2e, variante 1 (timbal elipsoidal con montantes) proceden los ejemplares de
las sepulturas 9, 16, 1 y 15. Las dos prime_ras, de tamaño mediano, 50 y 48 mm., con
resorte de toM o_culador y anillo decorad() cop. espiras fundido a1 puente. La tercera,
s
de Pequeño tamaño, 35 mm., con resorte de charnela de 'bisagra_Este tipo lo encontra.
mos en Chelva, Sagunto, La Bastida y Covalta (86), y en Bolbax y El Cigarralejo (87),
con la misma cronología que el tipo 2b. Representan el 30 % del total.
Por último, el tipo 5 (puente de .navecilla romboi9al), de la sepultura 2, es de
_tarnajio media_ o, 55 ·mm. de di·ámetJ:o, con resorte de charnela de bisagra, tipo I, pie
n
trapezoidal, tipo ID a. Es poco frecuente, siendo sus antecedentes más cercanos los
ejemplares de resorte bilateral y puente rolriboidal de Aguilar de Anguita, La Osera y
Griegos ($8).
Fíbulas anulares de puente romboidal se encuentran en .La Bastida, La Carenéia de
Turis (89) y El Corral de Saus (90)¡ en La Hoya de Santa Ana y El Cigarralejo (91).
La cronología establecida para el tipo 5 se sitúa en torno al 375 ~. C., en base a los
materiales que acompañaban a la fíbula de la sepultura 107 de El Cigarralejo, fecha
que también podría aceptarse para los ejemplares de La Hoya de Santa Ana y La
Bastida. No sucedía lo mismo con respecto a la fíbula de La Carencia de Turís, ya que
la cronología del material cerámico de superficJe más antiguo daba unas fechas de
mediados a finales del s. IV a. C. Ello no coíncidía con las propuestas para este tipo ni
con otro ejemplar del citado yacimiento aparecido anteriormente, del tipo 4a, del
s. V. a. C.
Los resultados de las excavacio_ llevadas a cabo en La Carencia de Turís por la
nes
doctora Gil-Mascaren en los años 1971 y 1972 (92) elevan considerablemente las fechas
de la cerámica más antigua, correspondiente a la Edad del Bronce Valenciano (93),
localizándose en la parte más alta. del yacimiento un poblado ibérico con cerámicas
áticas e ibéricas de estilo geométrico si.t:nple, que ofrecen una cronología de finales del
s. V a. C. hasta el c&mbio de Era, por lo que pueden incluirse en sus mo~entos
iniciales, los dos t'ipos de fíbula reseñados anteriormente.
8.6.2. Otros objetos
El resto de las piezas de bronce, un tintinábulo, varios aros o cintas de brazalete,
torques, colg.a nte, anillos, pinzas para depilar, etc,, aparecieron fuera de las urnas
cinerari~.~:~. entre las cenizas y ht1esos que las cubrían. A caua..a de ello se encontraba.n
(86) RAMB BROTONS: Op. cit. no~ '!!'. pá(. 146. ~bla J:
(81) lNIESTA SANMARTI: Op. .
cit. opta 7/l, ¡íáp, 121)-121.
(88) CUADRADO DlAZ: Op. cit. nota 77 a), ()4g. 56.
pq. 152,
~bla
IV.
(e9) RAMS mlOTONS: Op. cit. nota 83, pág. 1~.
(90} E. PJ..A BALLESTER: ~La necrópolia i~rica de eft!I*Irado tumular del Corral de Sau., en Mo,en_!AI, Valencia». XIV Conrreoo Nacional
de AtqueoiOC{a. Zaragma, 1975, pág. 729.
(91) INIES1'A SANMAR'n; Op. cit. nota 78, páp. 167·188.
(92) M, GJL.MASCAREU..BQI!CA: •Rwumen de. lu excav.acion~ realia:adu en el ppblaao i~tico de La Carencia (Turie, Val81lCÚIJ". XID
Po!IJT"''I Nacional ae Arqueolo¡ia. Zyagoza, 1976, páp. 6!13.696.
(!!3) J. UROZ SAEZ: od..alteeio Edetania en ~JEpoc;aJbéric:a>~. Inatitu.t o de Eetudíoe :Alic,utinoe. Seri-JI~nún>. 23. Alicante, 1983. . . 7._76.
- 30 -
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NECROPQIJS LAS PERAS
fragmentados y con señales evidentes -múltiples adherencias, corrosión- de haber
soportado altas temperaturas.
Al ser piezas frecuentes en las necrópolis ibéricas no vamos a detenernos en hacer
un estudio exhaustivo de las mismas, ya que por sí mismas, dada su amplitud cronológica, no ofrecen en ningún caso rasgos peculiares a' tener en cuenta, a no ser su lógico
interés como objetos ornamentales del uso personal de los respectivos difuntos.
En todo caso, significamos la presencia de un botón, broche o aplique, de forma
circular, con un saliente troncopiramidal central, decorado con dos círculos concéntricos en su parte plana. Nos recuer4a a las fíbulas de placa redonda, parecidas a grandes
botones cónicos, donde van sujetas fíbulas de doble resorte, dadas a conocer por
R. Navarro, procedentes de la necrópolis de Mas de Mussols, en La Palma (Tortosa),
con una cronología de finales del s. VI a. C. (94). En la península está pendiente el
estudio de estos objetos, considerados frecuentemente como botones y no como placas
o broches, al haber desaparecido la parte correspondiente a la fíbula, quedando el
orificio donde iría insertada.
Desconocemos si nuestro ejemplar entraría dentro de esta categoría, no obstante,
existen piezas similares en Chinchilla (95), Villaricos (96) y en El Molar (97), faltándoles, si es que las poseyeron, las fíbulas o agujas para cumplir su función de broches.
8.7.
Hueso
Dos han sido las cuentas de collar de este material aparecidas en la sepultura 12
(fig. 26, núms. 62 y 63) de forma cilíndrica y sección circular. Al ser objetos frecuentes
en las necrópolis ibéricas y poseer una gran amplitud cronológica, nos limitaremos a
citar únicamente los paralelos geográficamente más cercanos, como los 83 ejemplares
procedentes de la tumba 1 de El Tesorico (98) de características similares a las que
aquí presentamos.
Pasta vítrea
Solamente se localizó una pieza de pasta vítrea de color azul y forma agallonada
correspondiente a una cuenta de collar~ en la sepultura 14 (fig. 28, núm. 73). Son
elementos de adorno que denotan contQctos mediterráneos, tal y como sucede en las
necrópolis o poblados próximos a la costa, como en La Solivella, Orleyl o Cabezo
Lucero, o ya en el interior, bien comwücados con ella, como denotan los hallazgos de
este tipo de objetos en La Bastida, Covalta, Los Villares, etc.
Las cuentas de collar de pasta vítrea, de diversos colores y tamaños son así mismo
8.8.
(94) R. NAVARRO: •En tomo al 'paralelo de una placa.ffbul... Pyrenae VI. Barcelona. 1970, pip. 47-62.
(95) J . I. PELLO N: •Hellaqoe de materiel,. uqueol6Jicoe en 11 provincia de Albacetei>. ilc)leffn de 11 Aeociaci6n Bapdo11 de~ de 11
Arq_,locfa, nÚDUI. 11 y 12. Jlfadrid 1979.
j
(96) l. SDlET: •Villaricoe y HoÍrreriult. Ediel6n (acalmil de 11 edición de 1908. Madrid, 19M, Um. XVU. nÍIID.I. 58, 2 y 62. 2.
(97) LAPUBNTB VIDAL: Op. cit. 6. pie. 630. fotocn,fa. 6. 8 y 11, núm. 41.
(98) BRONCANO, llfARTIN, NBGR&1'B y 8. PUCM: ()p. cit. nota 19, lla. 12.
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J. M. MARTINEZ GARCIA
26
frecue)ltea en las zonas de Albacete y Murcia próximas al río Segura, lo que evidencia
la penetración de estos productos a las zon~ del interior a través del citado río.
9. LAS SEPULTURAS Y SU DISTRIBUCION ESPACIAL
Dadas las reducidas dimensiones del área ~xcavada y la monotonía y unifornúdad
de los ajuares, no contamo~;~ con elementos suficient~s para tratar de establecer una
posible estratificación social de los individuos enterrados en esta necrópolis. No
obstante, la sepultura núm. 2 ofrece ciertos aspectos de interés como son las tres
falcatas y demás elementos de la impedimenta, propios de la condición bélica de su
propietario, de diferente rango que los individuos de las sepulturas 15 ó 17, que sólo
poseían en su ajuar una espada y dos puntas de lanza :respectivamente.
La pr~s~ncia de· éubiertas eml>edradas col) respecto a los simples hoyos tampoco
son un factor a tener en cuenta ni un rasgo diferenciador, ya que tanto los objetos de
uso personal o de adorno como las urnas cinerarias alojadas en unos u otros enterramientos son de características muy similares.
Por otra parte no hemos observado sepulturas superpuestas, lo que habria indicado
una utilización más dilatada de la n.ecrópolis, ubicándose los enterramie~tos en un
solo nivel, díspuestos en tres frentes, de sur a norte, conservándose los empedrados de
la parte central, ignorando si estarían cubiertos la totalidad de los hoyos, como parece
se.r característico de la sepultura ibérica común, y no, corno frecuentemente se ha
venido admitiendo~ el simple. }10yo excavado ep. la tierra (99).
Las pequeñas cubiertas de piedras, de planta cuadrada. o rectangular, de 1 ó 2m. de
lado, escalonadas o no, que alternan con hoyos excavados en la tierra y us.trin.a de
planta rectangular, quizá col) la superestructura de adobes o piedras perdida, son
frecuentes en casi la totalidad de las necrópolis ibéricas, sobre todo en el sudeste
peninsular y zonas adyacentes, como ocurre ~n Coimbra del Barranco Ancho (100), El
Cigarralejo1 El 'l'esorico, Casa del Monte, Pozo Moro, etc., abarcando un período de
utilización amplio, de. mediados del s. V a. C. al cambio de Era (101).
10. CONCLUSIONES
Según las car~cterísticas topográficas del lugar donde se asienta la necrópolis, no
creemos probable que se extendiese más alla de los límites este-oeste fijados en la
excavación. En todo caso podría haberse prolongado su dirección norte, ocupando el
camino de )a Umbría y parte de los campos adyacentes al mismo, donde no se
detectaron enterramientos, que de existir, habrían sido destruidos por la construcción
del primero y la puesta en producción de los segundos.
Desconocemos ~;~i todas las sepulturas, bien agrupadas o bien individualmente,
(99) M. ALMAGR9 GORBEA: «EL paiuje de lae necr6polia ibéricu y "' in••-retación oociociulturabt Biviata di Stwli '''""·-' .XUV
Bordighel"!l, [978, PllJP. 204,206.
·
--r
(100) MOUNA G¡\RClA, MOLINA GUNDE y. NORDSTROM: Op. cit. nQta 12,
(101) ALMAGRO GO_RBEA: º P· ci\. nota 94, pq. 204.
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poseerían una superestructura de piedra$, que según los restos aparecidos, y el
carácter uniforme de los ajuares, no necesariamente consistirían en empedrados
tumulares, que significaran una diferenciación social, sino más bien estarían constituidas por una simple cubierta de piedras o incluso de tierra, con el fin de preservar a
los loculi de robos o saqueos, después de cubrirlos con los restos de la pira funeraria.
Ambos casos son una forma de enterramiento común no adscrita necesariamente a
ninguna cultura determinada, que refleja el sentido práctico de una forma secular de
enterrar a los muertos.
Por otro lado, como parece suceder en algunas necrópolis del interior de Murcia y
zona de Albacete, no hemos encontrád_o en Las Peñas ningún elemento de tradición
hallsttática que pudiera relacionarse con las cubiertas empedradas, que han sido
consideradas frecuentemente como una in.fluencia de aquella cultura (102).
En nuestra opinión, tanto el conjunto de materiales arqueológicos que componían
los ajuares, como el sistema de cubierta plana de los enterramientos, de tradición
mediterránea, son elementos que sin ninguna duda confieren a esta necrópolis su
plena adscripción a la cultura ibérica, en un momento inicial de la misma.
El escaso número de sepulturas o incluso si éstas hubieran sido más abundantes,
nos indican la existencia-en Las Peñas de una necrópolis compuesta por un pequeño
núcleo de enterramientos pertenecientes a uno de los dos poblados existentes en las
proximidades, citados anteriormente, que correspondería a la totalidad de su vida
- por fuerza breve- o a un momento parcial de la misma, problema que queda sin
resolverse hasta que no conozcamos la amplitud cronológica de aquéllos.
En lineas generales, los materiales de Las Peñas presentan cierta uniformidad con
respecto a su cronología. Sin embargo, las piezas más antiguas parecen corresponder a
las urnas cinerarias - bitroncocónicas y de orejetas perforadas- a las que consideramos de finales del s. V a. C., cosa lógica si se tiene en cuenta que los recipientes usados
para este im solían ser los más viejos de que se disponía (103).
Así pues, del estudio global de la necrópolis podemos establecer que su utilización
se desarrolló desde finales del s. V a. C. a mediados o fi.n ales del IV a. C., no pudiendo
precisar la fecha de abandono al no existir más que un solo fragmento de cerámica
ática de barniz negro, que, de haber si.do más abundante, podría situarse su momento
final en el 348 a. C. que es cuando cesan las importaciones áticas en las zonas de
Murcia y Albacete como consecuencia del 2. 0 tratado romano-cartaginés (104).
(102) CUADRADO DIAZ: «Lb tumbou ih6rieaa eon -peólndo tumular y la celti&aci6n clal Suda.._. D C~ Nacional ele ArqwooiQiia.
Z...eou. 1962, pq. 116.
(103) B. U.OBREGAT CONI!SA: •Contatatania illéric:a... ll>etituto de &tud.ioo AlicanW.O.. Allante, 1982, pi1. 78.
(104) ULtO CARPIO: Op. cit. DOú 44.
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[page-n-73]
J. M. MARTINEZ GARCIA.- Necrópolis Las Peñas
.A) Sepultura 3.
B) Sepultura 5
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[page-n-74]
J . M. MARTINEZ GARCIA.- Necrópolis Las Peñas
A) Sepult ura 4.
B) Sepultura 5
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[page-n-75]
J . M. MARTINEZ GARCIA.- Necr ópolis Las P e ñ as
A) Vis t a d el yacimie n t o al inic iarse la 2.• c ampaña.
B) Sepult u t·a 12.
C) Sepu lt u ra 13
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[page-n-76]
J . M. MARTI NEZ GARCIA.- Necrópolis Las Peñas
Sepultura 15
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[page-n-77]
J . M. MARTIN EZ GARCI A.- Necrópolis Las P eñas
A) Area excavada 3.• campaña.
B) Sepultura 17
LAM VTI
[page-n-78]
J . M. MARTINEZ GARCIA.- Necrópolis Las Peñas
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[page-n-79]
ARCHIVO DE PREffiSTORlA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia:, 1989)
PEDRO LllLO CARPIO
DANIEL SERRANO VAREZ
(Murcia)
LOS FRAGMENTOS ESCULTORICOS IBERICOS DEL AGUA SALADA
(ALCANTARILLA, MURCIA)
En los últimos años la panorámica general en torno a la escultura en la época
ibérica ha cambiado sustanGialmente. Se ha llevado a cabo el descubrimiento y estudio
de nuevas piezas y conjuntos en _su contexto arqueológico reVisando t_ mbiéh antiguas
a
piezas y datos que donnitaban en fondos de museos (1). Estos trabajos han hecho
gravitar los puntos de vista tradicionales sobre la es(!ultura ibérica, reconsiderando la
importancia capital de los influjos del orient.e del Mediterráneo (2). Un exhaustivo y
pormenorizado análisis de los restos escultóricos, tanto de hallazgos antiguos como de
los más recientes, junto a un mayor acercamiento a los contextos iconográficos y
formales de las distintas áreas mediterráneas 1 nos presenta una perspectiva halagiieña
del difícil problema de la escultu_ra, especialmente funeraria, y su interpretación en el
horizonte arqueológico que nos ocupa (3).
Varios inconvenientes agravan el ya de por sí intrincado proceso de interpretación
que tienen los conjuntos escultóricos. mutilados corre.s pondientes a esta fase:
(1) Il. FLETCBER y E. PLá: «Re8toa escult6ricoo de la necr6polis del Cort'al de 'Saus (M,ogente, Va)eocia). Homenaje a Garcla y Bellido.
Rev. Uni.venida,d Complqtense. M,adtid, 197'7, pága. 55 y as.
A. M.• MU~OZ AMILIBIA: «El cipo ibárito de Coim.bra de~ Barra.nco Ancho•. ,l{\11 Cj>ngreao Nacional de Arc¡ueologia. Murcia. 19jl2.
M. ALMAGRO GORBEA: ~
grec a la fin de la repubiique romaine. Roma, 191!0.
M, ¡\L?.4AGRO G08BSA: «Paisaje y sociedad en las oecropoli6 ibáricaa». XVI Con"greso Nacional de Arqueologla. Murcia, 1982. '
M. ALMAGRO GORBEA: ~Pow Moro, el monymer\lo orienta:li.tanté, su conwxto l:ocio·cultural y su.s paraleToe en lá a7qu.i.tectura funeraria
ibárica». Madrid, 1984. pliga. '229·281.
T. éHAPA: «La eoeultU1'.a wpmor(a ibérica•. M§dtid, 198().
(2) ALMAGRO CORSEA: Op. cit. l)ot.a 1 (1984) .
. A. CARCIA Y BEIJ,.ID!): «La rJNuiteetura entre loa iberos». Mad.rid. 1949.
(3)
A. GARCIA Y BB.LLIDO: «Arte ibérico». Madrid, 1!180.
M. TARRA,DELI.:: «~ iWri. Oló. Barcelona, 1968.
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[page-n-80]
2
}'. LILLO Y O. SERRANO
La piedra utílizada, cuidadosamente escogida por los escultores-tallistas íberos, es,
como en otras tantas culturas, la arenisca bl~ca de grano fino. Este D;~.atetial tiene
g~andes ventajas a la hora de ser trabajado. Tras ser humedecido, puede labrarse con
considerable facilidad evitando el uao de cincel y de martillo; se puede desbastar
simplemente cortando el material como si de madera blanda se tratase, con una s_ierra
de híerro o bronce. Su consistencia es similar a la del queso duro o la del barro
semiseco al ser cortado, originando virutas en la zona del corte. Este sistema fue
indudablemente el empleado por los artes.ano~ artistas iberos como deD;luestran las
huellas de útiles en las esculturas conservadas. SiJnultanearon en los talleres el uso de
la sie.rta, cuchillos, formones y trépanos con el de piqueta y cincel y maceta para los
desbastados más toscos.
Procesos de emplastecido con yesos, cal ·o arcillas a las que se adicionaban productos orgánicos aglutinant.es cubrían los desperfectos, desgastes o fallos de la piedra
para un completo acabado, previo a la policromía de las piezas.
P1,1es bien, este excelente mªterial de tan variada aplicación, desde Ja confección de
sillares con un costo relativamente bajo hasta la de complicadas labotes de escultura
or:QalDental, tiene un grave inconveniente: su acelerado proceso de erosión. A veceª a
este inconveniente se suman procesos de agrietado y una especial tendencia a la
disgregación.
Todos los inconvenientes anteriormente expuestos fueron en su .momento l'esueltos
o al .menos paliados con la profusión de estucos y engobes utilizados en la decoración
final de las esculturas. Las capas de pintura cubrían y protegían las superficies
impe)'IDeabilizando las esculturas cuyo emplazamiento habitual debió ser a la intemperie, en exteriores.
De la descripción de la piedra, blanc;la, arenosa y deg:radable, se desprende otra de
sus propiedades inconvenientes: su extremad~a fragilidad.
La fragilidad de las calcorenitas utilizadas en escultura viene dada tanto por sus
cualidades físico-químicas intrínsecas como del tipo de escultura a la qu,e se presta. El
escultor ibérico horada, ahueca1 hace altorreli~ve y bisela con la facilidad que le
proporciona la admirable técnica adquirida, pero también con las notables facilidades
ofrecidas por un material de tan espec_iales caracteci.sticas. Su hérram.e ntal se hallará
casi imposibilitado ante piedras de textura más bella y terminado más turgente y
perdurable pero que habrían de someterse a un proceso alcanzado tan sólo por
técnicas muy superiores puestas en práctica hacía milenios en las culturas orientales y
que los íberos no llegaran a dominar en la escultura mayor.
El hecho de utilizar un tipo de piedra blanda dará l1.1gar a piezas escultóricas
proclives por su fra. ilidad a la fragmentación y hasta la metéórización l}ót efectos
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físicos de rotura o rodamiento hasta la total dea,aparición. de partes de la masa
eséultórica.
Por último, hemos de tener en cuenta ·u n hecho observado desde hace años y muy
controvertido, l~ intenCionada destrucción de muchos de los elementos escultóricos en
épocas más o menos inm-ediatas a la de su creación y uso. La desidia, el abandono, los
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[page-n-81]
AGUA SALADA
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Fig. l.- Plano de la situación del término municipal de Alcant.a rilla. El yacimiento señalado con un
circulo y una cruz.
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P. LILLO Y D. SERRANO
ataques de pobl{ldos entre grupos rivales o el interés de borrar elementos tépresentativos de unos determinados valor~s o contenidos de tipo ideológico-espiritual débieron
llevar a c.a bo en parte la desaparición o al menos mutilación y tremendo deterioro de
los conjuntos escultóricos (4).
De. los hechos mencionados deriva en definitiva la gran dificultad que se nos
presenta a la hora de intentar reconstruir, al menos de forma hipotética, muchos de los
monumentos ibéricos. Salvo contadas excepciones, los re~:Jtos ornamentales de e.s culturas nos van a aparecer en los complejos de necrópolis, dispersos y con una función
.muy distinta a la que fueron en principio destinados, generalmente utilizados en el
encachado de las tumbas tumulares escalonadas (5}.. A veces los hallaremos formando
parte de la construcción de andenes de contención, muros y otras formas constructivas
elementales (6).
EL CABEZO DEL AGUA SALADA
El hallazgo hace unos meses, por parte de uno de nosotros, de dos fragmentos
escultóricos es el motivo de es.ta nota con la intención· de que lilirvan para aportar un
dato más a la carta de yacimientos con escultura .monumental ibérica que tanto ha
progresado en los últimos añoB.
El lugar del hallazgo está situado al norte del casco urbano, anexo a la parte
exterior de· la carretera que citcunvala Alcantarilla y que lleva de Murcia a Andalu•
cía. Se halla a la altura de la Rueda o monumental noria que eleva el agua de la
acequia de .B arreras para dar riego a las zonas altas de la huerta desde época ll?:.edieval.
Su localización geográfica es 37° 58' 20" de latitud norte y 20 28' 30" de longitud
est~. según la hoja correspondiente, n:funero 93.3, del Mapa Topográfico Naciobal,
escala 1:50.000, y la hoja 23-37 (933) del Mapa Topográfico del Ejército (fig. 1).
Se trata de un pequeño cerro que se eleva unos 5 metros sobre la llanura aluvial
que lo circunda excepto por su parte septentrional, cortado por el cauce del río
Segura. La cima, amesetada, tiene unas dimensiones aproximadas de 90 x 60 metros.
Dedicado actualmente al cultivo de cítricps y hortalizas, la continua roturación y
el trajillado de tierra para el aterrazado de los taludes del cerro, han alterado
considerabie·m ente los horizontes arqueológicos que, a simple vista, aparecen totalmente enmascarados por las obras de transformación.
. . el secto~ sur, y coincidiendo con el pie del cerro, podemos observar un muro de
En
construcción moderna C\,lya misión es servir de contención al último aterrazamiento.
(4) M. TARRADBLL: •Jtnaayo de eetmtlgnd!á comparada y .d e eronolocfa de loe pobladoe ibérieoe valencían9"". Sa.íta.bi XI, 'valencia, 1961,
p4ge. 16 • ·20,
.
.
.(6) E. CUADRADO DIAZ: «hcavacionee en El Ciprtalejo {M:ula, Murcia)>¡. Alqu~logla l:liapúica. Mádrid, '1966, pli.p. 51).101.
G. NIETO G.u.LO: ..Noticia• de laa excaYacionee .reaul¡lda.e en la necrópolia del Cabecico del Teeon>, Venlolay (Murcia)>¡. Boledn del
!!eminario de~ ·y AJ:queolog{a. Vallado)jd, 194.0, llli.B•· 19H96.
(6) P. IJLL0 CMtPIO y M. WALK&R: O!Tbe iberian Monument of Prad.o (Jumilla, Murcia, SJ!&Ín}>. aPcient flelleniSm Greelt Goloru.t arui
Nadve Populationa. Sídney, 1966 (en preliea).
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5
Consideramo$ que dicho muro podría coincidir con las líneas de construcción defensivas del poblado ibérico (7).
El material prospectado corresponde a una dilatada ocupaci6_ del lugar, hecho que
n
concuerda con lo p~vilegiado del mismo.
Escasos fragmentos de cerámicas áticas, de barniz negro con el interior decorado
con serie de seis palmeta..a enlazadas entre sí por arcos incisos e inscritas por dos
circunferencias concéntricas a ruedecilla. El exterior, en reserva, con punto central y
bandas concéntricas. El pie, en anillo, tiene una uña destacada. Este tipo es frecuente
entre los conjuntos prospectados en la región y fechable en el primer tercio del siglo
IV antes de C. (8).
Un considerable número de fragmentos de ánforas ibéricas de almacenamiento, de
pasta roja y anaranjada, tipo sandwich, con la especial característica de llevar los
hombros y cuellos biselados (fig. 5, 1 a 4).
Fragmentos de grandes ktat~riscoi de amplia boca y borde de perfil en cabeza de
ánade (fig. 5, 12 y 13).
Soportes bajos simples en C (fig. 5, 5).
Un numeroso conjunto de krateriscoi caliciformes, de pasta fina, bien cocida y
textura untosa, con borde amplio exvasado. La decoración es pintada con motivos
geométricos (fig. 5, 6 a 11).
Los cuencos están representados por una serie de fragmentos con bordes entrantes
o abiertos, simples y redondeados o achatados. El aníllo del pie es bajo y fino, añadido
tras el torneado de la pieza (fig. 5, 14 a 1,6).
Los fragmentos de escultura en piedra. Dejando al margen una serie de fragmentos
amorfos de textura inequívacamente ibérica y algún otro fragmento con labrado de
debastado ibérico (9), dos son los fragmentos que, J>e$e a su deterioro, son a nuestro
juicio dignos de mención:
Fragmento· de piedra arenisca correspondiente a la cabeza de un caballo enjaezado
de una escultura exenta (fige. 2 y 3, lám. 1).-Caliza blanca amarillenta de grano .fino y
tono dorado. Su prc;>longada exposición a la intemperie se manifiesta en el proceso
erosivo sufrido en gran parte de su slJperfi~ie. El-fuerte grado de humedad a que ha
estado sometida ha afectado gran parte de su superficie, cubriéndola de musgo.
Corresponde a la parte frontal derecha de la cabeza, desde el testuz al maxilar y
parte del ojo. Por múltiples fracturas y rodamiento carece de orejas y parte superior
del testuz. Igualmente, está fracturada por una diagonal que, desde la mitad del ojo
derecho, baja' hasta el maxilar a la altura del bocado, bajo el maxetero.
(7) '!'J:aa el dee<:Ubrimlento por Dani'!) S
(8) iJ. M. GARClA CANO: «cerám.icaa griegaa.ae la ReJión MurcianAJt. Biblioteca büica murciana. nll:m. 6. Murcia, 1962,1ip. l·7. 1-10. 2-7.
+2.
6-2. ~7, 13-6. :u.ó, 39-:7 y 39-10.
.
O. SERRANO VAREZ: •Ñueyoa yacimiento~ arqueol~co.r en AlcantariJia». Academia de Cultura Va.\encian!l (en prenee.). ·
(9) ~ mataria)ee • hallan depoeitados· en el Muaeo A1
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Fig. 2.- Representaciones de la cabeaa del caballo desde dültintaa posiciones: lateral izquierdo,
zona posterior y lateral derecho.
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7
De la cara izquierda de la cabeza se conserva una mínima parte trabajac¡ia, la
correspondiente al montante hasta la comisura de los belfos.
La parte inferior del fragmento conse.r va restos de pintura del color roio amarronado y leves trazos negros,-lo que indica un tratamiento policromado de la esétlltura. La
pieza, desgraciadamente muy mutilada y de la que, de momento, sólo disponemos de
este elocuente pero mínimo fragmento, es de muy buena factura, equiparable a los
mejores ejemplares de su género.
El caballo, lujosamente enjaezado con un atavío de gala o más bien ritual, lleva
cabe.zal con frontalera y montantes anchos, con dos series paralelas de bolitas como
adorno, lo que p&rece representar una gruesa correa de cuidado cuero -el reborde
lleva un delicado filete- claveteado de chinchetas metáliclls con. la cabeza
heníiesférka.
Tres gruesos y cuidados discos recorren la línea del montante desde la testera al
bocado. El superior, más grande, es lenticular, con botón central y una serie de
molduras concéntricas. Evoca las piezas reales de ajuar de· guerrero en bronce o plata
tan frecuentes en los conjuntos de incineración desde la Meseta Norte. hasta la Bética.
El segundo y el tercero de los discos son prácticamente idénticos e imitando como
anteriormente descrito a las auténticas placas metálicas de los atalajes de gala o
parada. Con reborde exterior en media caña, estas placas tienen en su interior una
roseta de c'Qatro pétalos separados por sendas hojas puntiagudas. El centro lo ocupa
un botón hemiesférico.
Están situados en la parte media del montante y sobre los terminales del bocado.
La mutilación de la pieza impide, en lo que al atalaje se refiere, ver representada la
muserola y la testera, piezas que es casi seguro que debió llevar.
El ahogadero parte en diagonal del disco superior que une montante con testera, si
bien esta parte de la escultura está muy deteriorada.
En la parte superior, bajo la frontalera, y con estricta simetría al recuadro formado
por ésta con los montantes, hay Un adorno a modo de mechones de crin con doble fleco
rizado en su extremo, lo que más que las crines del flequillo parece representar un
adorno bordado en relieve o más bien u.na labor de repujado. Está sobre una banda
aproximadamente paralela a la frontalera y que recorre toda la zona supercili~
pro]ogándose sóbre el ahogadero y sobre el cuello. El relieve de la escultúra parece
indicar que es un elemento superpuesto, a modo de gorro ó bonete, y ceñido por la
cabezal. Cabe la posibilidad de que este elemento sirviese para sostener el plu:me:r:o o
cimera que, sujeta entre frontalera y testera, está elocuentemente representad~ en las
cabezas de los caballos de la pintura vascular levantina, especü~.lme~te en los ejemplares de San Miguel de Liria.
La parte conservada del ojo pres.enta un esquema que no concuerda eón la mayoría
de las representaciones, que su~len ser almendradas con el vértice apuntado hacia
¡:ttrás. Aquí, el sector conservado, que es el posterior, tiene un trazado redondeado1 con
el párpado des.tacado. Podemos conjetura.i un esquema ocular almendrado pero con el
vértice circular.
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Fig. 3.- Reconatrucci6n ideal de la cabeza de caballo.
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9
En definitiva, nos hallamos ante un fragmento de notable interés dentro del
conjunto de representaciones religioso-culturales de équidos en el sureste ibérico y
ocupando un área topográfica evidentemente clave en el desarrollo temático. Hemos
de pensar que a unos pocos kilómetros hallamos el santuario ibérico de El Cigarralejo,
con un conjunto de pequeños équidos, y a sus pies la necrópolis del mismo nombre, en
la que al menos dos équidos de tamaño mayor y estructura similar a la del que nos
ocupa han aparecido fragmentados (10).
Los fragmentos de équidos aparecidos en la necrópolis del Cabecico del Tesoro, en
Verdolay, muestran una cabeza muy similar también en cuanto a dimensiones, atalaje
y formas a esta de Alcantarilla, si bien la que tratamos lleva un cabezal mucho más
lujoso y abigarrado (11).
Otra cabeza de caballo, esta vez mucho más completa, que se aproxima a dimensiones y formas es la de Fuente la Higy.era, aunque los atalajes y estilo difieren considerablemente (12).
El segundo fragmento al que vamos a hacer referencia representa una voluta
vegetal exenta, rota por su base del soporte que la sustentaba (fig. 4). Procedente del
mismo lugar, está labrada en el mismo tipo de arenisca de grano fino. Su color es beige
dorado, más oscuro que el del fragmento de cabeza de caballo, posiblemente por haber
estado en contacto con tierras de mayor contenido orgánico y humedad.
Es muy posible que este fragmento corresponda a la estructura arquitectónica que
sirvió de pedestal y a la que estuvo inserta la figura del caballo.
La voluta está recorrida en sus tres cuartas partes por una cinta dorsal, redondeada y carnosa que representa una larga lengua de bordes ondulados con unas pequeñas
oquedades de ojales simétricos. Su apariencia es claramente fitomorfa:
Sobremontada a esta especie de lengua y partiendo de la zona más ancha de la
voluta aparece otro motivo fitomorfo de gruesas hojas liriformes en dos series y sobre
ellas dos capullos parecidos a los de loto, el segundo saliendo del primero y superpuesto a un anillo en relieve y de forma oval.
Este motivo nos evoca las volutas terminales sobre los vértices de las golas de
forma troncopiramidal, a veces consideradas como zapatas (13). Pertenecería al grupo
de adornos de las golas que M . Almagro Gorbea denomina golas en f!Bquina decoradas
con volutas y que considera del segundo grupo de la clasificación de las mismas (14).
(10) B. CUADRADO DlAZ: «Eaea•tocion• en el Sutwuio Ibárioo da El Cipnalejo (Mula. Mwcla)oo. lnto.m.. y Alemoriu. Madrid, 1960.
P. LlLLO CARPIO: •Bit..oriJJo da B1 Recu.to de Ceh811Úl, en El Poblamiato íbárico d• W\IJ'cieJo. Murda, 1979 (1981), p6p. 25 y-.
(11) NIBTO GALLO: ()p. cit. noU 6.
(12) CHAPA: Op. cit. nota 1.
(13) A. OARClA Y BBLLIDO: .X.. dula da Elche y el ronjunt.o ele p;- ¡..,_da en Eepda en 194.1•. túdrid, 1943, 1'-. 9 '! 46, fis. 73.
M. JORO& ARAOON&S: «Doe nueYu nec:zópoU. ~en J.. jii'OYinda de ).ofurciv. Anal• 1M J.. Univerticlad da tolurda. WIU'éia. l961i,
pq..
¡¡,_ 7·11.
(14) ALMAGRO OO.RBBA: ()p. cit. nota 1 (198(). pácL J60 y ...
aa.ae,
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Fig. 4.- Repreaentaci6n de la voluta desde distintos ingulos.
CONCLUSIONES Y CRONOLOGIA
En definitiva, nos hallamos ante un yacimiento en el que podemos determinar la
presencia de un monumento funerario ibérico más a incluir en el ya considerable
catálogo de los mismos.
Por el momento, carecemos de los datos suficientes para considerar si los escasos
restos escultóricos conocidos proceden de la caída del monumento funerario o si bien
han sido empleados de forma secundaria como piedras integrantes de encachados,
muretes o utilizaciones similares.
El caballo quedaría incluido, tanto en los aspectos iconográficos como iconológicos
dentro del conjunto que comprende la cabeza del Museo Municipal de Elche, el
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o
Fig. 5.- Fragmentos cerámicos.
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fragmento de la Alcudia, el del Cabecicp del Tesoro, los de El Cigarralejo, el de Fuente
la Higuera, el cuerpo de Casas de Juan Núñez y el de Porcuna (15).
Ciertos motivos decorativos, en especial los r.osetones en cuatro pétalos y tallos en
punta, así como el trazado. y tratamiento del relieve podrían situar la pieza provisionalmente en una fecha en torno al segundo tercio del s, V, media centuria anterior a
los fragmentos de cerámicas áticas hallados en el yacimiento (16).
En cuanto a la voluta se refiere, vi~cülada estilísticamente a los fragníentos de
gola de la Albufereta, La Alcudia de Elche, Cabecico del Tesoro, La Encarnación y
Coy, algunos de los cuales podrían tener una cronología que se remontase al tránsito
de Í.os ss. VI al V (17). Podría perfectamentt;l ser coetánea desde e1 punto de vista
estilístico con el fragmento de caballo y atribuírsele igual cronolQgía.
Por último, .hemos de ten~r en cuenta un hecho importante que ha dado el
topónimo al yacinriento y es la presencia de un manantial, al pie del cerro y frente al
río: la Fuente del Agua Salada. Considerada aún hQy día con poderes medicinales, esta
fuente motivó la erección de UJ)a ermita anexa, la de la Virgen de la Salu~
.
.
(16) CHAPA: Op. cit. not. 1. p4p. 86U80.
(lS, GARCIA CANO: Op, cit. nota S. pq.. 49 y -.
(17) ALMAGJIO GORBBA: ()p. cit. not. 1 (19114), p.ic. 260.
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P. LILLO Y D. SERRA NO.- Agua Salada
LAM. I
Lateral derecho de la cabeza de caballo.
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ARCHIVO DB PREHISTORIA LBVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 1989)
FERRAN ARASA 1 GIL
(Castelló)
UNA ESTELA mERICA DE BELL-LLOC (LA PLANA ALTA)
l. NOTICIA DE LA TROBALLA
Fou trobada fa alguns anys en una finca d'en Josep Sabater, situada a la partida de
Les Llanties, al vessant S-SE d'una llometa de 361m. d'altitud que s'~9a a la banda
NW del pla que s'estén cap a La Vilanova d'Alcolea, on apareixen alguna vestigis
cer8.mics principalment d'epoca iberica, pero també d'epoca romana i medieval (1). En
l'actualitat es conserva en Cll$a d'en Víctor Bort, de Bell-lloc, qui va donar una
primera notícia (2).
11. DESCR1PC10
El monument és una estela d'arenisca rogenca del terreny (3), de forma aproximadament rectangular, amb l'extrem superior arrodonit, les dimensiona maximes de la
qual són 63 cm. d'al9ada, 34 cm. d'amplada i 17 cm. de grossaria. El costat inferior
apareix trencat, igual que l'extrem superior esquerre, mentre que tota la vora dreta de
la cara en que figura la inscripció esta molt desgastada. Presenta dues carteles de
forma rectangular, situada una a !'interior de l'altra, la banda dreta de les quals ha
desaparegut esborrada pel desgast que ha sofert la pe9a. Le més petita i situada a
(1) Veaeu full nllm. 693 del ..,...,. I (2) V. BOBT: «La hWt.lma del noetn pobleot. tA. FWIM. L Aaociacióo Cult\lral ·~6». Benlloch, 11184. Vull -.rtiJo a en Vlctor Bort leo
facilitata qu. em va clonar per el HU •tucli. & Dom6a>ec Fletcber aten¡¡ué -<:am Mlllpre, amablemen 1• meu• eonaultaa. La iucripci6 ba
eetat poeterionDent recoWda per F. BS'I:BVB GALVBZ. «L'amoUonammt de la Vta Aucu-ta en al Pla de I'Areot,., Boltuclia c-IIODeDca, 4.
C..te116n de la Flan&, 1987, en p N - .
(8) Vepu Ml6l6 del -Mapa Geol6c)eo de Bepeñeo,lt 1:50.000, «VilleCem. .. Madrid, Ul73, on ficu.ren &qUMta....,.. de IUierialt a la banda
occidental de la MaipudeUa i a l'•t de 1• Santa.
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F. ARA.SA J GIL
2
!'interior amida 17'5 cm. d'al~ada, mentre que de la seua llargaria es conserven 22 cm.,
podent-se restituir aquesta en uns 23'5 cm. La més gran i exterior amida 29'5 cm.
d'al~ada, conservant-se de la seua llargaria 28 cm. Els marges que hi ha entre les dues
carteles als costats esquerre i inferior tenen uns 3 cm. d'amplada. Ambdues estan
unides per un petit segment transversal situat a 7'5 cm. de la línia superior del
requadre intern. La banda dreta degué ser, possiblement, simetrica a !'esquerra, perla
qual cosa el requadre extern degué amidar igualment 29'5 cm. d'amplada i tenir una
forma quadrada. El camp epigr8.fic esta delimitat perles dues línies superiora d'ambdues carteles, i per la part corresponent dels laterals del :r:equadre extern, conserva~
només a la banda esquerra, i amida 9 cm. d'al~ada, essent la' s"eua amplada semblant a
la del requadre exterior, o siga uns 29'5 cm. Tanmateix, l'espai ocupat pels signes
conservats amida uns 22 cm. de llargada. Finalment, val a dir que l'espai interior del
requadre intern resta complefament llis, sense cap motiu ornamental.
El text esta format per dues línies. Els signes tenen una al~ada bastant regular
entorn deis 2 cm. La primera línia presenta un esvorell al seu inici que pot haver
afectat un primer signe, del qual, pero, no hi ha indicis suficiente com per a donar una
lectura segura, ni tan sois per a assegurar la seua existencia. Segueixen cinc signes~ i
un espai desgastat en que podrja haver-ne figurat un altre. La segona línia presenta
quatre signes que apareixen ben conservats, restant després del darrer un espai buit
fins a la zona desgastada. El deficient estat de conservació del monument impedeix
una lli~ó segura i completa del text, perla qual cosa propaso una lectura que s'ajusta
al conjunt de signes visibles, així com una hipotesi de restitució raonada i raonable.
111. HIP0TES1 DE LECTURA
Com ja hem vist, un petit esvorell en la banda esquerra del monument, situat a
!'altura de l'inici de la primera línia, obre la possibilitat a !'existencia d'un signe
anterior al primer grafema visible. No obstant, l'espai que resta entre el tra9at
hipotetic .d~ la cartela externa -desapareguda tot just a l'angle superior esquerre- i
aquest primer signe és molt redui't, i vista l'amplaria mitjana deis altres signes
visibles, així com la inexistencia de vestigis que puguen indicar la seua presencia, no
sembla molt segur que haja existit en realitat. Verosió de la banda dreta podria haver
afecta:t un hipot~tic sise signe de la primera línia, la qual, d' aquesta manera, ocuparla
tota la llargaria del camp epigrafic. En conseqüEmcia, la lectura del text que propaso
és la següent: [.?]l.e.s.ba.i.[.?] f e.n.m.i.
El tipus de grafemes utilitzats en aquesta inscripció és el corrent en l'epigrafia
iberica (4). Es tracta, dones, d'un text escrit en l'alfabet iberic anomenat «llevantí» o
«del Sudest» (5). Per tractar-se d'allo que formalment anomenen una estela, cal pensar
(4) 1'er a ÍM rC>niUie
"* uauale dele
era~- de l'alfabet i.,.rie, ve¡eu en reneral: J. UNTERMAN.N: •Mooumenta Li11ruarum Iberiearum
U.. Wieebaden, 1980, J>4ae. 49 a 68, ve¡e11 plr. 14.
.
(6) Ve'(leu un eetat de la qi1Mti6 eobte ele problemea dé 1, llenJIII, i.,.rlea en: D. F,LETCBER VALLS: •Le~:~aua y epirrafla ibéri-. En
•Atqueologia del .Pala Valenciano; panorama y pe~tivae>t. Alicante, 1~, pAga. 281·3\!5.
'
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ESTELA mERICA DE BEI.J,LLOC
3
que es tracta d'una inscripció funeraria. El que sol apareixer en aquest tipus de
monuments és un nom propi de persona, un antroponim (6). Per tant, devem trobar-nos
davantun antroponim, tal vegada sencer, o pot ser incomplet perla manca d'un o dos
signes. El nom personal que hi trobem: {.?j.l.e.s.ba.i.(.?], pot descompondre's, com és
normal entre els noms personals iberics (7), en dos elements facilment destriables:
[.?].l.e.s.- i -ba.i.{.?], i va seguit d'una seqüEmcia de morfemes addicionals: -e.n . i -m.i.
Si considerem que el primer component esta complet, ens trobaríem amb l'element
l.e.s .-, que no compta amb molts paral.lels al lexic iberic. En el plom del Pico de los
Ajos (Yátova) trobem els mots l.a.s.i.r.a. i l.a.s.u.[r.]a. (8), els quals, tot i tenint en
compte la vacil.lació que sovint.hom documenta en els textos iherics entre les vocals e
i a (9), podrien tenir la mateixa arrel. També en un vas del Tossal de Sant Miquel de
Llíria trobem el mot incomplet (... )n.l.e.s.a.r. (10), possiblement amb una arrel semblant.
Tanmateix, és en l'epigrafla llatina on trobem més para11els, com ara els antropOnims Lesso; documentat a Saguntum (11) i, ja a l'&rea celtiberica, a Botorrita (Zaragoza) (12); i Lesurindataris (Logroño) (13). Tenim també el toponim Lesera, que trobem en
una inscri1>ció llatina conservada a Morella (14), i que possiblement correspon al nom
d'una localitat citada per Ptolomeu (15), potser emparentable amb l'hidronim Lesyros,
citat per Hecateu en la banda oriental d'Hispania (16). M. L. Albertos recull diversos
paral.lels europeus en els campa de l'antroponímia: Lessius (Roma), Lesurius i Lesuria
(Ravenna); i de la hi
irlandés i en el gal.lés, cosa per la qual no considera aquest element com iberic (17).
Una restitució d'aquest primer element amb un altre signe inicial, hauria de
comptar n ecess&riament amb un grafema de poca amplada, com ara el signe sil.labic
ba. Ens trobaríem, en aquest cas, amb un nou element: ba.l.e.s .-, possiblement una
(6) J . Dll HOZ: «Lu leni\IU y la epi~T&Ra prerromana de la l'enlll,IU]a lbmca~t. Actu del VI Concneo l!ep&ilol de &tudioe ClúiC
(7) J . UNTERMANN: • Repertorio an~nlmico ibilrie01t. Archivo de Prehietoria Levanlllla, XVD. Valencia, 1987, po\p. 5 280.
(8) D. FLBTCHER VAU.S: ..toe plomoot ib6ricoe de YAIQve. (Valencia)» Serie de Tre.bajoe Varipe del S,I.l'.. núm. 66. Valencia, 1980, pi.g. 66,
núma. IIB-21 i JIB.24.
(9) M. L. A.LBERTOS FIRMAT: ~La onO...úlica peraonál primitiva de fliopania TlliT&conanee y BéticaJt. Salamanca,, 1986, pqa. 298-299.
(10) J . Slt.ES: «Léxico de inaeripcionee i. 6ri-. Madrid. 1985, núm. 1.71)(, Ele mote que apaniXe~> recollite en aqueet corpua aniran cítate
b
(lnicament amb aqueata re!e.m cia bibliOCTlfica; aquella que hqen eeiat publicate poeteriol'IMnt, portar&D lee ref'eñnciee bibliocrlfiquee
eaJ)«Ifíquee dela treballa en que han eatat donate a conm er.
( 11) B. HtlBNER.: «Corpue JMcriptionwn Latinorum. Inscriptionee Hipaniae t..lina•. Berlín, 1896, núm. 3.862.
P. B<RAN U.ORIS: •Epicra1Ja Lalllla de Squntum y au territoriwn. (Cronolocfa. Territoriwn. Not.u peoeoposrilic:u. Cu..Uonea
Munic:ipalea.)t. Serie de Trabajoe Varioe del SJJ>~ núm. 67. Valencia, 1980, núm. 46.
(12) O. PATAS CABEZA: •Conu.bia Bela*a (Botouita. Zaracoa). ll. Tabula Conc.ebienmP. MonocnlJu Azqueolclcicae. xxm. ZArago-
u,
1982,
pq. 92.
HUBNKR: Op. cit. en la nota 11, odm. 2.900.
ALBBRTOS: Op. cit. en la nota 8, pq. 130.
(14) aüBNER: Op. cit en la nota 11, núm. 4.062.
P. ALFOLDY: •B.ea Publica 1Merenaia (Forcall. Cutell6n)l. Stri6 da T,abajoe Varioe del S.LP., nibn. 66. Valencia, 11177.
F. ARABA 1 GIL.: ~. La Moltta dela Fraree (El Poreall, Cut.ell6). Eatudi eobre la mmanituci6 a la comarca dala Port.•.
Monoarafiea 'de Prehietória i Azqueolosia C..Wionenc¡....,, 2. Out.el.16 de la Plana, 1987.
.
(16) PI'OLEMEU U, 6. 63. Vegeu l'eclici6 de C. MULLER: •Ciaudi Ptolemaei 0eotuphiu. l . Perú, 1883, pi.p. 1~166.
(l3)
(16) V8feu l'edici6 'de F. JACOBY: •Die Fragmente dee Grieachlo<:hen Hittorilter». l , IAiden, 1967.·
(17) ALBERTOS FIRMA'!': Op. cit.. en la nota 9, pq. 130.
- 93 -
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F. AR.ASA 1 GIL
4
varíant de be.l.e.s.·, element típíc de l'antroponímia iberica de l'Est peninsular (18),
que compta amb nombrosos paral.lels (19).
Quant alsegon element, -ba.i.[.?]., pre$énta una arrel bastaílt cone~da en e-llexic
iheric en posició inicial (20). És freqüent trobar-la seguida d'un gt:af'ema sil.l~bic com
ara te. en mots com ba.i.te.s.ba.n.i.e.ca.r.s.e. i ba.i.te.s.gi. (Castelló de la Plana) (21),
ba.i.te.s.i.r. (La Vall d'Uixó) (22), ba.i.te.s.bi. (Úllastret) (23), etc.; d'un altre també
sil.labic com ara ti. en mots com ba.i.ti. (Azaila) (24), ba.i.ti.ba:n. (Llíria) (25), etc.; o
d'una consonant sibilant s. en mots com ba.i.s. (26), ba.i.,s.e.bi.l.o.s. (Empúries) (27),
baJ.s.e.ta.s. (Sinarcas) (28), etc. De fet, en el camp específic de l'antroponímia aquest
element apareix sempre seguit d'una sibilant (29),
Sohre aquestes bases, i pensant en la possibilitat de 1'existencia d'un sise signe en
la primera línia, davant el morfema -e.n. podría resultar problematica l'exísttmcia d'un
signe consonantic com te., a causa del contacte entre les dues vocals, encara que no ho
seria amb t'i., la presencia del qual permetria pensar en un nom com l.e.s.ba.i.ti.
'Tanmateix., segons els paral.lels esmentats, resulta més probable que aquest hipotetic
sise signe fos una s., ~b la qual cosa tind,ríem. el nom l.e.s.ba.i.s. Coneixem un mot en
que precisament trobem ~quests dos elements. amb' una Val'iació vochlica, el primer
dels quals va ptece-dit del signe be,- formant un altre element ja dtat abans: be.l.a.s.ba,i.s.e.r.e.ba.n. (Fra.ga) (30). Tot considerant la vaci1.lació vocruica: que sovint es
dóna entre aJe, aquest podría ésser un paral.lel exacte del nom que trobem a la nostra
inscripció, donant com a certa l'exjst(mcia d'un primer signe desaparegut.
Quant al sufix -e.n., A. Tovar aasenyala com podría tractar-se d'una marca de.
genitiu (31). Posteriorment, L. Michelena va apuntar la possibilitat que estigués
relacionat amb el genitiu base en -(r)en (32). Respecte al morfema -id. (33), cal
assenyalar en primer lloc la inseguretat · obre el valor {onologic del primer grafema
s
(18) J. UNTERMANN: •Elemeni.CMI de un atlu antroponlmico de la Hiapania Ant~. 'Madrid, 1966, plg. 71.
SILES: Op. cit. en la nota lO, p&g. 116.
(19) Ve¡eu, per !>Xemple, elluic de.SILES, op. cit. nota 10, ¡liga, 1_1§-117; o el - t repertoriant«1ponlmic de UNTERMANN, op. ciL en la
nota 7, p1ge. ~.
(20) V'eseu, en ~~. SJLES, op, ciL en .la nota lÓ, mlma. 268-284:
G. BAHR: •Ba.ltiecb und Iberi.och», Eualto-Jaltinta, U. Bayonne 19f.7, plg. 42(!, ve compara: el bo.i.- inicial ibmc aíDb el conilicione.l
buc.
(21) SILES: Op. cit. ea la nota 10, n1jme. 27 i 273..
(22) SI,LES: Op. cit. en la no.t « 10, "~ 175, al plom anomenat Orleil
(23) SILES: Op. cit. en la nota lQ, ii6m. 272.
(24) 13JLEB: Op. cit. en la nota 10, ndm. _ , qui peDu. que po_t tl"&ctar,ae d'una vari'ant de bo.i.W.
m
(26) SILES: Op, cit. en la nota J O, .n úm. 278.
(26) SILES': Op. eit. en la not:a 10, núm. 282, en una mo~
ALBERTOS FIRMAT: Op. cit. en la nota il, p1g. 41', c:reu q_ue e& tl"&ct¡o d'un DOID penonal.
(27) SILES:· 0p. cit. en la .nota 10, núm. 283,
(28) SILES: Op. ciL en la nota 10, nÚJII. 284.
(29) UNTERMANN: Op. cit. ~n la nota 7, plg. 296, qui re¡:ull dotse cuoe en qu• ee d6na aq\leet fenomen, entl"& ella e.lguna dele ad cítate,
(30) SILES: op, cit. en la nota 10, nlio> . .ql. V~u la DOta 8 aobre el problema de la vacil·lac.i 6 voeA]jca a l'ibfti<:.
A. TOVAR: •El Euekera f - parlen~. M~drid, 1969, plg. 2.1.
.
A. TOVAR: t!I'b" anci""t ~- of Soein and Port\IJal¡o. New York, 1981, p&g. 64.
(32) L. MICHEJ;ENA: olbérico -EN•. ;A,cfia dell Cofoql!io eobr.aLenguaa y Cultura.i Pre~. de.la'Penlnaula lbmca. Salunanca, l 976,
p61. 361.
.
(33) J. UNTERMANN: •Ein neugefundener S_
taina:ltar mit iberi.icber Inechrift au. Südfrankteich>o. En «Homenaje a A. Tovaroo. Madrid, 1972,
m.
mY
·~
.
:
- 94-
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ESTELA mERICA DE BELL-LLOC
5
(34), al qual se li dóna un valor estrictament convencional (35). Apareix en posició
final en nombrosos mota: ta.r.ba.n.i.co.r.m.i. (Canet lo Roig) (36); s.a.ca.r.be.ta.n.m.i.
(Benassal) (37); s.e.l.ta.r.m.i (Cabanes) (38), ,etc. Sovint es dóna una associació d'aquest
morfema amb elsufix -e.n.,, com ocorre en la nostra inscripció: ( ...)r.e.n.m.i. (Algimia de
Almonacid) (39); e.i.ce.ta.i .e.n.m.i.:(Oliete) (40); o.i.i.o.ba.r.e.n.m.i. (Ensérune) (41), etc.
Apareix, sobretot, en inscripcions de caracter funerari i en objectes diversos, cosa per
la qual A. Tovar planteja la possibilitat que podría tractar-se d'una terminació en
genitiu o en datiu (42). Posteriorment, J . Untermann l'explica coma partícula possessiva (43). Darrerament, J . Siles assenyala com la interpretació més convenient pera
aquest morfema és que es tracta d'un pronom personal de primera persona (44). En
general, les hipotesis existente sobre la seua interpretació concorden en assignar-li
una funció pronominal.
La nostra inscripció presentaría, dones, un típic formulari funerari en el qual
podría identificar-se un antroponim amb estructura bimembre, més ele morfemas
addicionals e.n. i -m.i. Segons la tipología de les inscripcions sepulcral& iberiques
darrerament establida per diferente lingüistas (45), }'estela de Bell-Lloc podría incloure's en el grup dele epitafis més breus, que presenten el nom del difunt seguit --en la
major part dele casos- d'altres elemente, com ara -m.i., -a.r., -e.n., etc. Tanmateix, en
cap deis casos estudiate no figura la combinació: nom personal + -e.n. (sufix de
genitiu) + -m.i. (pronom personal); només a !'estela de Cabanes - una de les més
proximes geograficament a la de Bell-Lloc- trobem aquesta combinació d'elements,
pero amb la fórmula s.e.l.ta.r. intercalada entre ele dos morfetnes. Aquesta, composició
del formulari funerari la trobém, no obstant, en una inscripció recentment publicada:
laja citada d'Algimia de Almonacid, a banda d'altres paral.lels conegute d'inscripcions sobre cer8.mica.
IV. INTERPRETACIO
Segons hem vist, sembla tractar-se d'una estela funerAria del mateix tipus que
(34) A. TOVAR: •Fonolocfa 'del iWrico•. En •Mitce14nea en H~e a A...W Martineb>, m. Le Legu.na, 1962. pq.. 171· 181.
D. FLBTCHER VAU.S: •De nuevo eobre el olgno íbérieo Yo. Veri& l. Valencia, 1979, pip, 18$-189.
J . SILES: •Sobre el oigno iWrico Y y lot v-aloreo fonéticoe que anota. Apunta para-una oiotematioación de lu ~ftu de lu nualeo en l.
a
eocrilura ilí6ricao. Eaierita, :XUX, Madrid, '1981, pip. 75-98.
J. UNTER.MANN: «Dar Iberioche Buchetaba Y•. Navic:ula 'l'ubireno• Studlaln Hono....., Antonii Tovar. Tilbincen, !984, plp. 87&381.
(86) J. SILES: .Uxico de lu inacripcioneo iWricu de SquiltQ>I. Saii"Dti.m. 12. Valencia, Ul78, pq. 159, de qui MPetC el. criterie alU
expotata.
(36) SILES: Op. cit. en la DOta lO, nó.m. 7e8.
(87) SILES: ()p. cit. en la DOta 10, Dó.m. 127&
(38) SJLES: Op, cit. en la nota 10, Dó.m. 1310.
(38) A. OLIVKR FOIX i V. PALOMAR MAClAN:
c-tlw. Cl>ademoe de Prehiotoria 1 Arqueolocfa
(40) SILES: Op. cit. eD la DOta 10, Dó.m. 927.
(41) SILES: Op. cit. .., la nota
11m.
to, ..
«
e-n-. 7. Cucall6o,
ueo.
1980,
pq..
latiDisacióD .,.
119-122.
(42) A. TOVAR:•Láico.da J.e IMcr:ipciooeoiWricM(celtib6ricoe ~Wrico)oo. &lcudloeded.icadotaR. MeéedeoPidai,D. Madrid, 1961, "'-· 312.
(43) UN'l'ERMANN: 0p. ciL ea la DOta 4, 8 .7.8.
J . tJN'I'ERJ,(ANN: ,Jnacripcionae eepulcralee ibériéu>t. Cuadernoo de Prebátoria y Arqueolocía CuteUon-, 10. CaeteUón, 191M,
pq. ni.
(44) SILiilS:. Op. cit. en la noca 10, .,.,. 2811. núm. 1.116.
(46) DE HOZ: ÓJ?· ciL en la DOta 8, plp. ~.
-95-
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6
F. ARASA 1 GIL
trobem en nombre notable alllarg del territori pel qual s'estengué la cultura iberica. A
les comarques septentrionals del País Valencia coneixem nombrases inscripcions
iberiques sobre pedra: tres a Canet lo Roig (46), una a Sant·Mateu (47), una a Benassal
(48), una a Les Coves de Vinroma (49), .tres a Alcala de Xivert (50), una a Cabanes (51),
una a La Vall d'Uixó (52), una a Algimia de Almonacid (53), una altra possible de
Jérica (54), i la de L'Alcora, encara inedita (55).
Algunes d'aquestes inscripcions, com les de Canet lo Roig, Benassal i Cabanes,
degueren ser esteles de forma prou semblant a la de Bell-Lloc; la majoria, pero, han
arribat a nosaltres massa mutiladés com per a poder reconstruir la seua forma
original Algunes presenten també una cartela emmarcant el text, com les de Canet lo
Roig II, Les Coves de Vinroma, Benassal i Alcala de Xivert. Cap d'aquests epígrafe,
pero, presenta !'estructura d'una doble cartela, amb un espai intem potser reservatper
a la decoració. lgualment, cap de les esteles iberiques conegudes en terrea valencianas
al nord del riu Palancia presenta motius decoratius o ornamentals (56), i en aixo
aquest grup que ·es concentra ·majoritariament a les comarques del Maestrat i de la
Plana Alta es diferencia del grup proxim del Baix Aragó (57). D'altra banda, !'existenUN'l'EBMANN: Op. cit. en la DOta 43, pq.. U:l-115.
J . SILES: ocSobre la epi¡rafla ibérie... Epicrafla HiaJ*niee de 6poee romanC>-repu\>lieana. Zarqou, 188S. pq.. 41-42..
(46) D. li'LETCHER VAU..8 i V. OINER SOSPEDRA: «Trw Upiclaa ibérieaa de Canfit Jo Roi1 (Cealall6n)ot. BoleU.n de la Soc:ieclad.
C..tell- éle Cultura, L. Cutellón. 1974, p1p. 13&166. Em limit.o a donar 1• meÑnci• bihliOidfi
(47) V. MBSBGUER FOLCR íD. ,FLETCHER VM..LS: oluetipeión íb6ríea ele Sant Mateu. (Cutelión de la Plana)ot. BolotSn de la Sociedad
Caetenon- de Cultura, LVU. Cutellón, 1981, ~P. ~209.
.
~46) t. BALLBSTER TORMO: •La Labor del Servicio de lnveotilaeíón I'Nbietóriee y .u. Mu.eo en el ali.o 1936 a 1989oo. Valencia, 11M2, pq"
132-133.
D. PLETCIUR VALLS: oTutoe i.b6rico. del Mu.eo de Pnhiat.oria de Valencialt. Serie de TraM,i01 Vari01 del S.I.P., 81. Valencia, 1986,
pq. 24. lim. XL.
(49J D. li'LETCHER VALL& •Nue•u iDIIc:ripcion• ibmeaa en la ,.Pón de ValenciaJt. :An:lúvo de~ Lennlina XlD. Valenc:ia,
1972, ]lip. 107· 108. La 1e10na iucripció del mataix jaeímeDt citada en la bibliocral}a. un u·vot, éa po.lb~t una falaiftl:ació; fou. publicada
por. A. OLIVER FOIX: «Epip-atla ibériee de la provincia de CulallónJo. Cu.adernoe de Prelúmma y Azq.-qla C u t e l l - 6. Cute1l6n.
1978, pq. 278, nWD. 19.
(50) A. VALCARCEL: t
en 1906 pe1 Bu6 d' Alc:ahall - a ~t d'un rep!epment íormat per 1et mu.ntanyea ele Xivezt i Bmbonó; a~ noUcia-' reeollicla a la
vopda pe C.• 8uthou a la ..o.o,r.f1a de le.Provincia de Cutellón•, i eobn ella. ja ~1, A. OLIVER. op. cit, en la nota 47, pq.
288, lnterpretari <¡ue .. traetava d'una quarta i.nacri,pció proeedent d' AleeU. de Xivert, ftUD en:realitat ee trada dala pi'O(*ient de la partida de
Polpla 1111!1! una alt.ra de-.inació. Ve¡au al respecte: F. ARABA 1 OJL: «El Maeat.rat en 8poc:a l'OIIWWI. I Co~ d'H.ieti>ria del ~t.
V~
1987, pA1. 129.
(51) F. Fl'l'A: d.4plda ~b6riee en Caben• y romanu en Almenara, Vinarreel y Tatta~Qna•. Boleún de la Real Academia de la fliat.oria,
LXIV, Madrid, 1914, pA1. 198.
(62) A. OLIVER, J . A. CASADO i J . L. ORTBQA: •Nuevas in.cripeion• ib6ricu en t.a VaJl d'Uixóoo. C~ de l'Nhietoria y Arqueolocie.
Caetenn..-, 9. Cutenón, 1982-83, p¡,. 248.
(53) OUVBR i PALOMAR: Op. cit. en la nota 39, pq. 119-122.
(54) A. M11l.ALLES DBL IMPERIAL:
ele eaeten6n de 1a Plana»: Madrid. 1868. p¡,. 84.
(55) La reeu11 D . Fletcber en ea q....tr...reoWD. de troballee de textoe il*ica: D. FLBTCHBR VALLS: •Ea
Valencia, 1983, pq. 67.
FLBTCHER: Op. cit. en la nota 6. pq. 292..
(66) UNTSRMANN: Op. cit. en la nota 4, pq. 01. Uo eaa a baDda fóra el de la dema d'Anoo del Muot.ra, l'Wüc u..,W de rellau ihme
oobre ped.ra COI>OIUl lí.M ara en t.ree val~ al nord de Sqwl&: l 8ALLE8TER TORMO: oLa labor del s-vicio ele ln•a.tipción
Prem.&órica y "' Mu.eo en el aAo 111311 a 1939». Valeo.cia, 11M2, pq.. 1»132.
OLIVER FOIX: Op. cit. en la note 49, nlim. 2168-:189.
(51) Vepu poincipalment: F. MARCO SIMON: ..W B.te1u de tradicióD iildía~~~>a del Mu.eo de Teruebt. T-162. TenMI, 1974, pq.. 93-103.
P. MARCO SIMON: •Nu..u ette1u ibmeaa de Alc:aliiz (Terual)lt. Pyrenae XJI. Barcelona, 1976, pq.. 73-80.
P. MARCO SIMON: «Lu eetelu decoradu del convent.o Caetara~tano y Cluní-. C.... AIJPÁ& 43-44. Zara..,.., 1.9711
P. ATRIAN JORDAN: •&lyaeimient.o de Tone Gachero (Valdenot.r.) y lu eetelu ib6ricu del Mueeode Teruelo. Teruei81-G. Teruel,
1979, p1p. 157·178.
•
M. MARTrN·BUENO 1M. PELLICBR CATALAN: •Nueva• eatelu proeedentea de Cupa(Zarqoza)lt. Habiol().ll. Sevilla, 197Qá), ~
401-420. Ea ~ela d'u.n foeua fonamentalment aneplgraf d'una trente exempla,. que a' •t.én. pea tel'lll88 muníeipala d'AieaAis, Calaceit., Cup,
Cretea, Valdet.otmo, Vallderourea i Xiprana.
•Crónica
n..n..
- 96 -
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ESTELA mERICA DE BELL-LLOC
7
cia d'aquestes concentracions no pot fer-nos oblidar la presencia d'altres troballes
proximes com les tres inscripcions de La Iglesuela del Cid (58), l'important focus
epigr8fic de Saguntum (59) o les troballes ja més ll\lllyanes de Caudete de las Fuentes
(60) i Sinarcas (61).
Quant al problema de la datació, la majoria de les inscripcions conegudes no
compta amb un context arqueologic ciar que permeta fer precisions cronologiques. En
els casos en que coneixem el jaciment arqueologic exacte on s'han trobat, es tracta
d'un assentament iberic, com ara el de l'estela de Bell-Lloc. Així, tenim que la
inscripció de Benassal es va trobar a les proximitats del poblat iberic existent en el
Castell de Corbó; la de Les Coves de Vinroma aparegué igualment en el poblat iberic
deis Tossalets; les tres d'Alcala de Xivert es van trobru: en dues necropolis iberiques
existente a les partidas de Polpís i del Corral del Roig, segons pot deduir-se de la
descripció que en fa A. Val cárcel; la de Cabanes podría haver estat trobada igualment
en una de les necropolis iberiqu.es conegudes a la zona de la Ribera; la de la Vall
d'Uixó es troba en una de les necropolis del poblat iberic de la Punta; i la d' Algimia de
Almonacid es va trobar en un assentament iberic (62).
Recentment, alguns investigadora han plantejat que la informació proporcionada
pels textos iberics de caracter sepulcral no deu ser molt diferent de la que trobem en
els epitafisllatins (63). D'aquesta manera, el formulari contingut en aquesta mena de
textos seria, en esquema, bastant semblant en ambdós casos. Aquest fet permetria una
aproximació cronologica dels epígrafe iberics de caracter funerari a l'epoca romana;
així, les esteles iberiques podrien datar-se, almenys en la seua major part, entre els
segles ll-1. Una datació semblant convindria a la propasada per altres autora mitjan~ant uns altres criteris (64), i també al fet que algunes inscripcions iberiques presenten
noms llatins (65).
Aquesta datació, pero, tot i que sembla la més adient, planteja alguns problemes,
com ara el fet de l'escassesa de l'epigrafia llatina d'epoca republicana, la qual, a més,
(68) F. ARABA 1 GIL: •El morrón del Cid U.. ialeeuela. d~l Cid)t. Teruel 70. Tel'\lel, 1983, plp. fl9.72, ltm. W, núm. 3-4, amb tota la
anterior.
(69) Veseu Conamentalment: SILBS: Op. cil. en le nota 34.
F, ROCA 1UBELLES: oNueYOII reetoe epiarifiCOII 'del Té¡omino de SaiUDto», .Arae 19. 8a1unto, lee., plp. 67-68.
D, Ft:&TCHER VALLS: •SaiUDto 28. Inacripción ibérfca 119bre piedra proceden le de St.IUDIO!t· Arae 19. SaiUDto, 19114, pip. 4-11, qui
cita 20 U..Cripciona i bUiquea proce
F. ROCA lUBELLES: oEpi¡n.fia de SaiUDt». Arae 2L 9aiUDto, 1986, plp. 66o69.
(80) P'LBTCHER VALLS: Op, cit. en la nota. 48, ~. i 9, fí«. 44, llm. XLI: VILLARES W .
(81) P. BELTRAN VlLLAGRASA: ..X..~ ib6rica de SinarcaP. llo!etúi de la Real Acadania ele la w.toria, XXVL Madrid, 1947, pq.. 246-259.
P'LETCH.ER VALI.S: Op. cit. en la nota .S. pq, 13, 4 42. le, ~1.
(82) Lee lrel IDICripcíon. de Canet lo 'Roi1 • van tzoobar en un Uoc idoni per la exiatenc:ia d'un pobJu i!Mrlc, pero 1 ' - di! ree1ea
cet'bliquee d'aqu..u. ~no J*'lllet conlirma.r la "tU& exiatencia; a a\cuna centenar~ de exialeilt una Yil·le romana, pero Hmble
ani~~cat eetablir una reladó en. ... ela ep(¡rafa 1 oqueet hAbita.L
t
(88) S ILES: 0p. cit. .., la nota. 46. pq. .o.
UN'l'I.RVANN: Op. cit. tn la nota 4, plp. 111 i -.
(~ J. MALOQUER DB MOTES: oEpicnfla prelatina de la PeDÍblule Ib6rica•. ~lona, 11168. pl¡. 87, que t. data ..,.joril1rianlelll entre
e1a ..,tee D·l, apunta.nt la PGMibilitat que al¡unee poclrien dat.v... en ~ imperial.
MARCO SIMON: Op. cit. en la nota 67, pq. 91, qui ~ data entre el M~lee U i le .,n-.o ID8itat de l1.
JolAJl1'IN BUENO I PBWCER CATALAN: Op. cit. en la nota. 67, pq. 419, on oqueetee trobellee • datan cap al primer le!'\' c1eJ ~e~le D
a.C., -IIJralant oqu- autora la im~bilita.t de l'..u.tncla de amb lnacripciona abana de l'lll'rit..da dele ...,......., fet que degué
CQIIIpoñat l'inicl d'un "'*wn que I'OIIIADdrl dee el'~
(86) J . SIL&S: odberl.mo y latíniucióo: nombree letinoe en epl¡rafea 1~. FavenU. 8/1. &rc.lona, 1981, plp. 97.1J.S.
bibllocraf'~a
- 97-
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8
F. ARASA
J
QIL
sembla tenir un caracter majoritariament públic i no funerari (66). A la ciutat de
Saguntum, per exemple, no hi ha cap menció explícita d 1un epígraf d'epoca republicana; la inscripció més antiga és de caracter públic, i ha de datar-se amb posterioritat a
la constitució de la ciutat com a municipi, ja en la segona meitat. del segle I a. C. (67).
L'ús de l'epigrafia llatina amb una decidida funció funeraria, i el seu arrelament entre
la població, comenca en epoca d'August, i es generalitza alllarg dels segles 1-II (68).
Com que els epígrafs iberics sembla que apareixen majoritariament associats a assefu
taments iberics, i aquests en general no perduren més enlla de mitjans del segle 1 a.C.,
rf_fsult.a difícil associar ambdós fenomens, almenys en el món :rural. Ens falten, dones,
els models romans que podr.ia haver utilitzat la població ind!gena. L'apa.rició de
l'epigrafia funeraria iberica podría haver estat, de fet, una manlfestació autoctóna,
originada a ,Partir de la regularització de l'alfabet iheric després de la conquista
romana, pero enquadrada en una tradició indígena.
En aquesta línia, A. Oliver assenyala com els íbers no utilitzaven eletnents per a
indicár el lloc d'ente.rrament., apareixent per inflüencia romana l'ús d'inscripcions.
Així, l'aparició d'inscripcions iberiques al nord del iiu Mi1lars seria conseqüEmcia
d'una ,major reticencia dels Ilercaons a la romanització, mentre que la major cQncentració d'epígrafs llatins al sud d'aquest riu provaria la ro.ajor receptivitat deis Edetans
a la influencia romana; la zona nord es romanitzaria més tardanament, mentre que la
sur, més proxima a la ciutat de Saguñtum, assimilaria més rapidam~nt i intensa les
influencies romanes (69). Aquest plantejament, que l'autor situa en un context cultural diferenciat per a ambdós pobles, producte en part de distints influxos colonials,
sembla e.xcessivament simplista, ja que aüla l'area de l'ambit general de la cultl.U"a
iberica, cerc~t diferencies regionals a partir de m~ifestacion.s conc:retes a 1'ambit
eacriptuari. Així. si bé és cert que la zona atribtñda als Ilercaons no ha proporcionat
pel moment inscripcions iberiques sobre plom, suport escriptuari que utilitzen les
inscripcions més rui.tigues, no pot amagar-se el fet que les que apareixen sobre pedra aparentm.ent una de les manifestacions més tardanes de l'epigrafia iberica- s~estenen
per quasi tot el territori iheric, i que la ciutat de Saguntum -situada en el cor del
territori edeta- és un deis focus més importants d'aquesta manifestació escriptuaria.
A més, la senyalització dels enterraments iberícs --consistents majoritariament en
ineineracions, coro seguira succeint ambles romans (70)- podría ha ver comvtat amb
(66) Vegeu un '~t de la qüeeti6 a lee ·a ctea de la1eunió sobre Epi~fli; Hia~ de é~romano,toepublieana. Záragoza, .1986, pap. 141 i
aa. Es trac:til majorito\riament de documento de ti!'ú' jurfdie, com ara el decrilt de Lu~iu.t Páulua..AemUiua sobre la Turria Láscutana, ¡la Tabula
Contrebiensia; dll fn4·1iaria CO!D ele de Manius Se!:gius (Lleida); o dé dédicatllriei com li de Mareua Twúua Silanus en. Emp(ities.
(67) Ea tracta de E. HÜBNER: Op.. cit. en la nota 11• .núma: 3.861-3.950.
BEL'TRAN LLORIS: Op. cit. en la I).Ota 11• .núm, 67.
(68) Per a Saguntum,, vegeu, en general: BELT.RAN LLORIS: Op. c:it.. en la noto 11. pap. 333,'146.
(69), Aqul!!lts plant.ejamento han estat de&envoluJ?I!ta ))!lr a_qu~ a.u tor en diterento tftballa: OLIVER FOIX 1 PALOMAR MAC!AN: Op. cit. en
la nota 391 p~s. 122'-lZG.
A. OLJVER F'OIX: «lncinera:cionee entnt el rio Ebro"' el Palancia. Nuavaa aporta.cione¡¡ para el eatudio de 1~ enterramient
Cuadel'tl06 ¡le Prell.istoria y Arque!>logia Caat.ellonenllee 8. Cut.elJótl 1981, pi.gs. 24&260.
A. OLIVBR F.OI:X; «La epigrafia ibérica y romana como eleménto ·aintomáttco de influencia cultural Aportacioneó ál pl0<:1!(!0
eacriptU&rio. en la Edad A:i:ltig¡u••· ll91Q.ún de la Sociedad Caatellone,_ de Cultuia LX!. Qae~llón. 1986, ~· 31.
(70) OLJVER FOIX: Op. cit. en la qota 69, plg. 260: «Con la rom.onizaci6n, la incinerac~4 entn en tll etapa final, debido a que la nueva
potencia medic:errinea, Roma, no usa ~te tíl!9 di! entena¡nient
-98 -
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ESTELA ffiER.lCA DE BELL-LLOC
9
precedents de major antiguitat, donat que coneixen algunes esteles anepígrafes que
podrien datar-se amb anterioritat a la presencia romana, com ara les que constitueixen
el focus anepigrafic del Baix Aragó (71), o potser la mateixa estela d'Ares del Maestre.
L'epigrafia funeraria iberica, dones, sembla una manifestació propia d'aquesta
cultura, concentrada en una amplia regió que s'estén perla meitat septentrional de la
facana mediterrania de la Península, almenys de Vic a Llíria i de Binéfar a Sinarcas.
La seua generalització al llarg dels dos primera segles de la presencia romana en
Hispania sembla, segons l'estat actual dels nostres coneixements, un fenomen originat
en l'impacte cultural que aquesta suposa, pero en línia amb una tradi.ció autoctona de
senyalització dels enterraments amb monuments de diversa índole per part de les
<<élites» locals, com ara el mateix monument de Binéfar (72).
mundo romano. (.•.) la i.ncilleradón tri cayendo eo el olviAio. Bn Mta zona no lm>emc8 leHimon.ioe de que ~ra el cambio 6e &n. Tampoco
' * ' - teldmoniot, .U. ea>barco, de que la inhumación en el cambio de &ra Mtaba ya plenamenta vicen~ (l:ic). Sobre ac¡ueet t.em-. veaeu: A.
AUDIN: •lnhumalion et iocin~tlon». lAtomua XIX. 1960, pqa. 312-322 i 51&.682..
MALUQU&R OB MOTBS: ()p. cit. en la 11ota 64, ~. 67.
lofARTJN.BU&.NO 1 P&WC&R CATALAN: ()p. cit. eo la nota 67, pq. • 111: aq-ca autora -yalen COIII la ment.alítat que pro"oca la
ulilitsaci6 da l'eacritura nanta i del ..Ueu 811 lea eatelee ~ la mateixa.
(71)
(72) F. MARCO 1 V.
BALDELLOU: •81 monlliiU!Ilto tomano de Binifar
-99-
(H.,_,.. Pyrenaa 12. Barcalooa. plp. 91-116.
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F. ARASA 1 GIL.- Estela ibérica de Bell-Lloc
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LAM. 1
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ARCffiVO DE PREHlBTORIA LKVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 1989)
FRANCISCO ESTEVE GALVEZ
(Castellón)
LA LAPIDA ffiERICA DE CABANES
l. ANTECEDENTES
Problema ya olvidado, porque no se intentó resolver a su debido tiempo, es
averiguar donde encontró Joaquín Peris la conocida lápida ibérica de Cabanes. Un
secreto que guardó celosamente porque esperaba hacer allí otros hallazgos y tenía
sobrado motivo para desconfiar.
Siempre fue generoso y comunicativo para quienes sentían curiosidad por saber de
sus investigaciones arqueológicas, mostrándoles el material que había recogido, hablando de los lugares que exploraba, y si tenían interés en conocerlos les invitaba a
pa.s ar unos días en su fmca «La Senieta», entonces la mejor heredad de la Ribera de
Cabanes. Y por aquí pasaron Pascual Meneu, catedrático de la Universid~d de
Salamanca, Luis del Arco, catedrático del Instituto y presidente de la Comisión
Provincial de Monumentos de Castellón, Francisco Almarche, director del Museo de
la Academia de Bellas Artes de San Carlos... Y cuando los comisionados del Institut
d'Estudis Catalana fueron a la Valltorta para estudiar las pinturas rupestres y el Dr.
Bosch estuvo en Castellón interesado en conocer los hallazgos arqueológicos de
Senent, también fue a Borriana para ver la colección de Joaquín Peris, que luego
aprovechó en alguno de sus ensayos de conjunto sobre la cultura ibérica o arqueología
castellonense. Son hechos que deben tenerse en cuenta al enjuiciar la conducta de
Peris en el caso de la l ápida de Cabanes.
Debió bailarla los primeros días de noviembre de 1913 pues a mediados del mismo
mes la mostró a su primo Manuel Peris, y por éste lo supo Luis del Arco, quien lo
comunicó al P . Fidel Fita, sin haber visto la lápida, ni saber el lugar exacto donde se
halló, que según le dijo Manuel Peris, estaba «entre Albalat y Miravet». Es de suponer
-103 -
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2
F. ESTEVE GALVEZ
que el P. Fita pediría una fotografía de la lápida ibérica para estudiarla porque a los
pocos días Carlos Sarthou ofreció a Peris fotografiarla, como una atención personal.
Peds aceptó, y de paso se fotografió también la lápida de \Ve)ttius (E)ndymion que
había recogíd.o en las ruinas del supuesto templo de Venus, cerca de Almenara.
Cumplió Sarthou su promesa, entregándole .a Peris clichés y pruebas de las dos
fotografías, pero se quedó sendas copias, que remitió al P. Fita; y éste las aprovechó en
S\,1 estudio sobre .los nuevos hallazgos de epigrafia castellonense, que acto seguido
publicó en el Boletín de la Real Academia de la Historia (1).
Entre los eruditos y estudiosos locales hubo un sentimiento de repulsa pata
Sarthou, que intentó justificarse al~gando que «cumplía su debet como correspondien·
te de la Real Academia de lá HilJtoria». Peris calificó aquel acto co.mo «un abuso de
confianza», y desde entonces hablaba J?OCO de sus investigaciones arqueológicas. Má~
aún, cua,ndo pasados bastantes años dio noticia de ellas en el Boletín de la Sociedad
Castellonense de CultUl'a (2), nada dijo de los lugares donde hizo los hallazgos más
importantes, cosa que antes no sucedía. El Mortorum lo mostró a Luis del Arco, quien
se descolgó apuntando la posibilidad que fuera la tumba d!'! lo$ Escipiones (3), y del
hallazgo de, la lápida ibérica, antes que la publicara: el P . Fita, ya se había dado noticia
en la prensa local.
Muy a principios del mes de febrero de 1914 Pascual Meneu estuvo en La Senieta
invitado por Joaquín Peris, quien le mostró lo más notable que había en los alrededores; el castillo de Albalat, acaso la Torre de la. Sal, el castillo de Miravet y algunos
lugares arqueológicos que venía explorando, entre ellos la masía «Lá Polida)), donde
había encontrado una lápida ibérica (4). Cita que ha pasado inadvertida y es fundamental para conocer su origen.
En los ya muy lejano11 años juveniles de los comienzos de nuestras investigaciones
arqueológicas, en aquel ancho espacio «entre Albalat y Miraveb>, que de hecho es toda
la Ribera de Cabanes, pesaba la maldición de la malaria y por el campo se veía muy
poca gente. No extrañará, pues, que nuestros intentos de encontrar
Fue muého después, ya pasada la. guerra civil, cuando en el caserío del Bruseral
nos dijeron que la masía que buscábamos acaso fuera «la casa del Polido»,,que se halla
allí cerca, junto a la carretera de Cabanes.
Y allá fuimos, teniendo la suerte de conocer al Polido, hombr e jovial y comunicati-
(1) F .. PITA: !d\obre episrafia cutellonenae. NuevO
F. FrrA: •Sobre epi¡rafla cattello n - NueY hall..,.,. de U pidu (continuación)o. Boletln. ~ la Beal Academia S.~la de la
O
(2) J. PERIS: •Eaca.rceos IIJ:!ll!e!>l~. Cute.llón y sua cen:anias». Boletín ele la Saciedail Caatello~ense de éultu,ra, \ómo ID. ~ll611,
1922, páp. 218-226. El autor de eete ártfclilo JIO ee J . PEIUSFUENTES como d.ice el Boletín, aillo J. PERIS BOIX. En el miomo eno~ incurri.e.rOn
¡\LMARCHE y SARTHOU CARRE~ al bablár de loa lulllazgO
«túmU1011, doy cuenta detellada en «Uh J>Oblado de la Edad del Bronce en Ja libera de Caban-. Cllll.ifemo. del'telliatoria y Arqueolo¡{a
Caatéllonense, 2. Castellón, 1976, páp. 66-70.
,
(4) P. MENEU: • Miravet y Albalabt. Reviata de Castell6n, ailo ID, nWn. 150. dutellón_ 31 de IIW'&O de 1914. ~ 8-4.
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LAPIDA IBERICA DE CABANES
3
vo que tuvo tratos con el «amo de la Senieta>>, sabía su pasión por las «cosas antiguas»
y nos dio de él curiosas referencias.
Tenía el Polido una parcela de algarrobos, que decidió convertir en viña y al
arrancar los árboles y romper el suelo encontró una urna cineraria, que tal como la
describía debió ser ovoide, de cierre hermético; y encima de la tapadera cónica había
un collar de bronce en posición horizontal del cual pendían muchos brazaletes,
también de bronce, cubriendo el vaso.
,
Peris se interesó por ella y acabó por adquirirla. quedándose el Polido, como
recuerdo, un par de brazaletes. Son ovalados, con los extremos lisos y están decorados
por finas incisiones de líneas paralela~;~ puestas de través, normales o sesgadas (fig. 1).
El Polido tuvo la atención de acompañarnos a su viña que estaba poco más arriba
de la primera torre de Albalat a la izquierda; y estando allí nos habló de otros restos
antiguos que solían descubrir al hacer zanjas para enterrar los sarmie,ntos o estercolar
las cepas. Eran paredes de piedra seca y trozos de vasijas, que por los t,iestos que se
veían superficialmente serían romanas. Pero la urna cineraria apareció ya fuera de
estas ruinas, hacia el N.E.
Y de vuelta nos hizo notar que paredes semejantes afloraban cruzando el camino
poco más apajo de la torre.
Inesperadamente aquel hombre, nada vulgar, que observaba, razonaba y trataba de
entender lo que veía, nos informaba sobre la mejor sepultura ibérica que sepamos se
haya encontrado en la Ribera de Cabanes. Un hecho que se ha dado con relativa
frecuencia porque aparecen aisladas o en pequeños grupos, salvo el numeroso contingente que fue necrópolis del poblado de la Torre de la Sal.
Desde su finca de La Senieta, Joaquín Peris estuvo atento a estos hallazgos,
pudiendo recoger algún material arqueológico, y por él los conoció Almarche, que
habla de urnas cinerarias encontradas en las fincas de Tárrega, Pitarch y Mas
d'Enqueixa (5). Pero hagamos la salvedad que en el Mas d'Enqueixa se trataba de
cerámica musulmana y la confusión vino por haberse hallado entre cenizas.
Luego Peris habló de la urna de La Senieta, de las «más de un centenan, que
aparecieron al roturar un campo inmediato a la Torre de la Sal, donde él excavó y
halló otras seis. Y tenemoB referencias que todavía en 1923 hizo gestiones para
adquirir una urna que se encontró cerca del Bruseral.
En los últimos decenios han seguido los hallazgos; en la zona de Con.fit, donde Peris
ya recogió restos de dos urnas, y ahora fueron seis en hilera; de nuevo cerca de la
Torre de la Sal; luego tres en el Tancat, pero aquí habría bastantes más~ porque
también aparecieron tiestos de otras; y últimamente en la finca de Manuel Pujol.
Pero los ajuares fueron parcos y poco expresivos, sólo dignos de mención un anillo
serpentiforme de la necrópoliB de la Torre de la Sal, una fíbula de pie alto de la
sepultura de La Senieta y el más rico ajuar de la urna del Polido. En éste los dos
(6) P. AI..MAKCH.E: • lA anti¡ua ci..UU.ci6n ibériCa en el lleyDo ele Valenew. Valeneia, 19111. p6p. 85.
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F. ESTEVE CALVEZ
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LAPIDA mERICA DE CABANES
5
brazaletes que restan por su forma y adornos incisos muestran cierto arcaísmo, pero de
acuerdo con la urna, nos parece prudente situarlos en el siglo V antes de C.
Si las noticias que daba el Polido sobre hallazgos arqueológicos en su viña valía la
pena recogerlas, lo que dijo luego de la lápida ibérica aún lo juzgamos más interesante.
ceLa descubrieron en el Bordissal, cerca de su casa, al roturar una parcela de
almendros, y la pusieron en un ribazo dejando a ca.r a vista la inscripción, de manera
que los pocos vecinos de por allí la conocían, y así lo supo Rufino, el masovero de La
Senieta. Entonces el Sr. Peris entró en tratos con el dueño del bancal para adquirirla y
hacer excavaciones donde la había encontrado».
Que fueron durante el verano siguiente, y como él trabajó en ellas sabía lo que
encontraron: jarritas a menudo aplastadas, ·que sólo contenían cenizas y huesos.
Así nos iba contando el Polido el hallazgo de la lápida yendo al Bordissal; y cuando
llegamos, fue señalando los lugares donde sucedieron los hechos. Y por si esto no fuera
bastante el Bordissal se ajustaba en todo a la concisa descripción que dio Meneu:
ccjunto a un camino antiguo y en la encrucijada de otro. En este sitio halló mi
compañero D. Joaquín una hermosa piedra rectangular, que tiene esculpida en una de
sus caras una inscripción ibérica (...) Esta circunstancia nos hizo examinar cabe la
masía, ribazos y aspecto del suelo, en el cual hallamos residuos de tejas romanas,
aunque en cantidad y extensión reducida)) (6). Y era así, a la vera del camino de
Albalat a Miravet, que fueron lugares ibéricos, y en el cruce del camino que baja del
poblado ibérico del Campello al de la Torre de la Sal. Y también era cierto que
afloraban trozos de tégulas, ahora más que entonces, porque decía el Polido que
últimamente mejoraron la parcela que teníamos a la izquierda nivelando el suelo y
haciéndole ribazos. Entonces descubrieron los cimientos de una balsa, que siendo de
hormigón no acabaron de arrancar. Poco más allá apareció una sepultura y muy cerca,
hacia el S, el fondo de una gran tinaja, que debió de ser un ccdoliUM)), pero los tiestos
que se veían, aparte tégulas, eran de ánforas. También era de notar que entre los
cimientos de la balsa y el rizabo del margen había una gran mancha de tierra
quemada.
11. EL LUGAR DEL HALLAZGO
La tromba de agua que cayó sobre nuestro litoral la noche del28 de septiembre de
1949 por su magnitud tuvo consecuencias trágicas en Valencia y Castellón, y como
alcanzó inusitada extensión también en el campo dejó una secuela de desastres. En la
Ribera de Cabanes no sólo abrió bancales, se llevó árboles y cortó caminos, el largo
terraplén de la vía férrea fue un dique que retuvo el agua y en el centro del llano se
formó un embalse que lo inundó todo, ahogando animales y arruinando edificios. El
viejo caserón de la Senieta se hundió. Los caminos se convirtieron en barrancos y el
del Campello era un torrente embravecido.
(6) MENEU: Op. cit. nota {.
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+
Fig. 2.- Necrópolis j~rica del Bordissal. 1 a 9, sepulturas. A, cerámica romana; B y C. ce,.rámica
tbérica, +; lugar donde se encontraba la estela y ex.c avación de J. Peris.
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LAPIDA IBERICA DE CABANES
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Fig. 3.- Detalle de las sepulturas.
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F. ESTEVE GALVEZ
8
En el B'ordissal el camino de Miravet se ensanchó én mucho más del doble
arrastrando la tierra de cultivo y descubriendo el subsuelo, en el que afloraban, ahora
bien visibles y seguros, aquellos supuestos indicios de sepulturas.
El día 2 de julio de 1950 pu,dimos situarlos en un s~ncillo croquis, que pensábamos
sería provisional, pero como el dueño de la parcela se dio prisa en recuperar el espacio
perdido haciendo ribazos y nivelando bancales no fue posible mejorar aquel esquema,
y ha pasado a ser definitivo (figa.. 2 y 3) (7).
A la vera del camino, frente a la pare~la donde se encontró la fosa sepulcral,
afloraba una mancha de tierra negruzca, probabl~ continuación de la que se veía junto
a las ruinas de la balsa, y arriba unas piedras puestas intencionadamente (núm. 2)..
Siguiendo el..m.ismo margen de la derecha a la entrada del camino que viene del
Campello hubo una sepulturat porque aquí, entre las piedras, asomaban dos huesos
largos rotos de través (núm. 3).
Poco más allá había una losa larga puesta de canto, y a su lado otra mucho más
pequeña y una piedra suelta (n_úm. 4).
Venía luego, junto al camino de Miravet, un pequeño rodal de piedras apretadas y
en medio dos huesos l&I:gos rotos (núm. 5).
Y cerca afloraban restos óseos, sin piedra alguna (núm. 6).
En cambjo el que seguía era un círculo de piedras parcialmente destruido y sin
señales de huesos (núm. 7).
En el último grupo de esta hilera las piedras eran pocas y estaban en desorden,
asomando a au lado. dos huesos largos rotos (núm. 8).
Enmedio del camino el turbión dejó un resalte como isla, en el cual afloraban
al'gunos despojos con otro carácter. Así~ enfrente de la sepultura núm. 6, había unas
piedras en semicírculo (núm. 9).
Hacia el S, casi confrontando con la núm. 7, se veían tiestos de un vaso ibérico de
buena manufactura revueltos en tierra oscura (A).
En el lado opuesto, de cara al N, también en una mancha de tierra oscura, volvían
a salir restos de un. vaso, ahora más pequeño y de barro impuro, pero hecho a torno.
Debió ser esférico, de borde fino con labio vuelto, y muy probablemente urna cine~;a
ria, porque entre los tiestos se veían minúsculos fragmentos de objetos de cobre o
bronce (B).
Los despojos funerarios del Bordissal no permiten for:marse.una idea clara de cómo
fueron los sepulcros que hubo aquí. Es lícito suponer que los había de incineración (A
y B) y dar pOr seguras las inhumaciones al ver los huesos sueltos, en dos casos
coincidiendo tibia y peroné (núms. 3 y 5) y no tan claro .c úbito y radio (núm. 8).
Las piedras son más bien pequeñas, se reúnen en espacios reducidos y no delimitan
fosas. Un desorden que sólo se comprende suponiendo que la necrópolis fue saqueada,
o simplemente destruida al aprovechar la tierra ·para el cultivo, probablemente el)
época romana,
(7) CoordeuadM del
~· 1:60.®0 del
BonlíMal.: ~ 8'10"N. y;¡• 49'8..E. de 'Madrid, o - o· '7'1í3''W: de greenwich; MC'ÍJl el mapa topolfillco
m.tltuto
~co y Cat41!~1. boja
?úm.
616. VillafaÍiu!a. Madrid, l94Z.
- 110 -
~
EIJ!aiia.
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LAPIDA ffiERICA DE CABANES
Un supuesto que se corresponde con la lápida ibérica, también mutilada y removida.
111. LA LAPIDA
La lápida ibérica que rescató Joaquín Peris en el Bordissal es un bello ejemplar,
por su tamaño, pues mide 105 cm. de altura, 45 de ancha en la base y 40 cm. en lo alto,
con un espesor bastante uniforme de algo más de 26 cm.; la calidad de la piedra, que es
la dura caliza cretácica del país, y la labor del lapidario, que dejó las superficies bien
alisadas, grabando luego los signos con tanta claridad que su lectura no ofrece dudas,
a excepción del último signo de la primera línea, casi perdido por rotura, por lo que se
hace discutible la lectura dada en anteriores publicaciones (lám. 1).
Fidel Fita viendo la similitud alfabética de la lápida de Cabanes con las de la
región edetano-ilercavónica estimaba que por el sistema de Hübner debería leerse:
¡.q 1\
1
e
1
n
~Q
t
S
vl1
g
o
e
1
d
z
r
u
1
Pero debemos advertir que Sarthou al fotografiar la lápida, para que resaltara la
inscripción la repasó con tiza, y en el antepenúltimo signo (
de la primera línea
olvidó un corto trazo vertical del extremo derecho (
El P. Fita debió presentir el error porque pensaba que el signo
correspondía a
una p muy suave próxima a la b; en el 'f se daría un caso parecido pudiendo ser d en
lugar de t; y estimaba que V\ fuera ligadura de il equivalente a h. Y quedaba
dudando sin atreverse a afirmar el nombre, que podría ser lldobilizen, dando como
probable traducción del epígrafe:
lldóbilo (hijo) de Saldro
r ).
r)
r
Después del P. Fita trataron de la lápida de Cabanes Almarche (8), Gómez Moreno
(9), Maluquer (10), Untermann (11), Oliver (12) y especialmente Siles (13) que da la
siguientes transcripción:
(8) ALldARCHI: Op. ciL lleta 6.
(9) M. OOMEZ-MORENO: ·~Unea. Suplemento de !lplcxalJa Ibérü:a». Abdrlcl. 11N8, pq. 47, nl1m.. a
(lO) J. MALUQUER D8 MOTES: «E}rigrafta prelatin.t. de lA Pt:I>ÚIIIU!a Ib6riCP. Bereelona, 1988, pq. 140, nWa. 2811.
(11) J . UNTB.RM.ANN: Valencia. 1987, pq.. ~18. La Upicla de C.beft• en pq.. 300 1 311.
J . UNTERMANN: tdnacripcío - M¡lU}c:raleo ibérieuot. Cuademol de ~ 1 Arqueolocf.a ~ 10. Cutell6D de la
P lana, 1984. pq.. l11· 119.
(12) A. OLJVBR FOIX: cEpicra& ibériu de la provincia de Caatellón>o. CuaderDoe de Prebíatoria 7 Arq.-loc(a Cuteltoaa., núm. 6.
CuteU6ft, 18'78, pq. 2'73.
(13) J . SILl!S: «Lúico d• inecripci.,_ ib6Q.,.... lúdrid, 1985, ~ 238, oWa. 1.016, '1 pq. 21U, nám. 1.310.
- 111 -
[page-n-114]
10
F. :t:STEVE GALVE2
1
1
ti
r
bi
gi
S
e
n
Como se ve no es la misma grafia de la lápida habiendo cambiado signos por otros
segqn su lectura.
Aquí todos los autores creen ver un nombre personal.
En la segunda línea:
~uivalentes
rt
y
m
i
Es uh sufijo que acompañá ·a nombres personales, cuyo valor gramatical no es
seguro, pero suele asignársele una función pronominal, si bien para Untennann es
partícula posesiva (1·0. A Siles le parece pronombre personal de primera persona, pero
no descarta la posibilidad c:\e que sea un verbo. Y luegó tranacribe: ~
+
s
~
e
j\
1
Dada la frecuencia de temas en ar en euskera podría ser nombre personal, pero h.ay
diferentes opiniones repecto a este SELTAR que Beltrán ha comparado con seldar en
vascuence «haz o pila de leña para hacer carb6n)) (15).
Hagamos notar que el EN antepuesto a SELTAR, según indican los dos puntos,
equivaldría al WT postpuesto, como se ve en la estela de Sinarcas (SELTARBANW!)
(16). Recordemos también que un KALUN SELTAR aparece en la estela de Cretas (17).
Más áún, en la lápÍda de Cagliari (Cerdeña) podemos leer SERTARWI (18).
En el estado actual del estudio de la escritura y la lengua ibéricas, por lo que se ha
dicho de la lápida de Cabanes podemos creer que en ella hay un nombre: ILTIRBIGIS,
al q1:1e acQmpM.an dos morfemas: EN que en vascuence es DE, sufijo de posesión
personal, y WI ( V /'t ), que se estima también indicativo de propiedád o con el valor
iJ'. SILES: .SObre la Epigrafla Ibericaot. Relmión .obre Epillftfla Biapüiea de KP9U Romano-republiea.u. Inatitución l'em..,do el
Católico. Zarqou. 1987 ~. 17-42.
,
(14) J. UNTERMANN: «BiD Nf u Getundener S~tu mít 1.beriaeber lnlchrit\ aua S~. H01118Uja a A. Tovu. Madrid, 19'12,
~. 467.
•
,
.
(16) A, BELTllAN MARTINEZ: «De nuevo tobre al vuco iberiamoot. Zephyn~~ IV. Sel•ma~ 1963, P,.. 41J6.1!!)1.
(18) P. BEL'l'llAN VILLAGRASA: «La eetala ibérica da ~- Boletút da la Real Academia Eapdola ,ele lA Biatoria, tomo XXVI,
Cuademo CXXL Madrid, l947.
·
D. FLETCHBR VAILS: o.Tnti>e ib6ricoe dal Mu.eo de Prehiatoria da Valeric;ia». Tl'abajoa Vari.. ct.l S. L P.,»óm, 81. ValenciA!. 1141· 18.
(17) GOM.&Z-MORENO: ()p. cit, DOtll 9.
{18) A. BEL'll\AN .MARTINBZ: .SObre inecri..J)cionee ib6rieu de Cerdeh». Boletút del Sem.inario da Ana y Arqueolocfa da la Univeraida
M. P~O: «.BI problema de lu relaciODeli ~~ cerü11a e Iberia enJa, ü~ti¡üeclad ~. ~puria. XIV. Bareelona,
1952, P'¡a. 137·166. Apéndice.
- 112 -
[page-n-115]
LAPIDA IBERICA DE CAB:ANES
u
de un genitivo; y SELTAR, que viéndolo repetido en estelas, debe ser sepultura.
Y así su significado sería:
Sepultura propiedad de lltirbigis
SELTAR
EN
WI ILTIRBIGIS
entendiendo que su propietario era el difunto allí enterrado.
Una conclusión muy hipotética porque se basa en vagas premisas.
Mientras subsista la duda hay espacio abierto a otros pareceres, tan razonados
como discutibles. Y así, el profesor E. Zamanillo, que prepara un trabajo de conjunto
sobre inscripciones ibéricas con criterios propios de lectura e interpretación, ha tenido
la deferencia de comunicarnos $U parecer sobre la lápida de Gabanes; s.ó lo como un
avance a su estudi.o que todavía tiene en curso.
Para él sólo en los últimos signos de la primera línea pueden haber dudas, pero
supone que C> equivale a th, y el signo '-"\ debe set k. D.el resto está seguro, con la
particularidad de que el signo V suena o, u y el X como k. No cree que -Y¡'(/
equivalga a -MI y sea un sufijo con valor de pronombre personal. Y acaba leyendo:
IL(E)TITE PEGEN (o PEKEGEN) DSEL(E)KORUI
En cuanto a su interpretación estima que esta lápida «es· una de esas inscripciones
l.impias ~ inconfundibles respecto a la raíces de apoyo», que él ve «en las raíces
indogermánicas y muy concretamente en el griego pre-homérico>>. Su significado sería:
PIADOSAMENTE EREGI ESTE SEPULCRO PARA MI MUY QUERIDO InJO
Queden tales escarceos, supuestos, coíncide.ncias y O}>imones encontradas para los
beneméritos ñlólogos qqe tratan de desvelar el contenido de los enrevesados textos
ibéricos. Al ocuparnos de la lápida de Cabanes nuestro modesto propósito sólo era dar
noticia del lugar donde se halló, como lo h.emos hecho, y poner ahora en claro qué fueen su tiempo esta piedra sepulcral.
Porque si la lectura y posible significado de la inscripción evoluciona con los
progresos gue se hacen en el estudio de la escritura ibérica, el identificar arqueológicamente la piedra sigue igual que el día que se encontró.
Y es que los qqe la han estudiado, atraídos sólo por la inscripción, poco cuidaron el
analizar en detalle cómo estaba labrada. La que alguien llamó «losa:rectangular» no lo
es tanto: sus lado.s ascienden aproximándose y acaban ligeramente estrangulados por
sendas inflexiones simétricas; y la arista superior es muy irregular quebrada aquí la
lápida por grandes golpes que destrozaron el trabajo fmo del lapidario. Por rara
coincidencia, vista de frente; nos da la im~gen de un cipo, y así se la llamó alguna vez;
pero observándo detenidamente su contorno salta a la vista que se trata de una estela
discoidea decapitada.
Y lo afirmamos conscientes de que estamos ante un hecho insólito, pues no se
- 113 ~
[page-n-116]
12
F. ESTEVE GALVEZ
conocen. estalaª de este tipo en el territorio edetanQ-ilercavón (19), y es en el norte de
la Península donde se las halla de cualquier época. En las tan conocid.a s de Clunia con
sus inscripéiones ibéricas vemos el mejor paral~lo para la estela del Bordissal, porque
siendo ésta esbelta y bien labrada es de creer que también tendría en el disco alguna
figura en relieve. Pero viéndola tan mutilada, prácticamente reducida al plinto, nos
parece prudente no hacer más conjeturas ni seguir en su estudio comparativo.
(19) Aqullá eet.la ~ida! fue de 1110 comente a pulir e!._ lá conqq.ieta eriatiana. Sólo en Mo.ella, el Ma.eittraqo y la Plana bemoe
~trado mh 'de ee'Uinta, pero no eabemoe de al,una qtMI anterior al oiglo xm. Tenl!!l>oe noliciu de una Mtela l>ac. ~ 4éeeubietta e-n
Rec¡uena, qtMI '¡>Odria 8iil' ·romana.
- 114 -
[page-n-117]
LAM. I
ESTEVE-GALVEZ.- Lá pida de Cabanes
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Lápida I bérica de Cabanes. (Foto M. A. de Barcelona.)
- 115 -
[page-n-118]
[page-n-119]
ARCHIVO DE PREIDSTORIA LBVAm'INA
Vol. XlX (Valencl.. 1989)
P. ANGOT
(Sttasbourg)
POUR UNE LECTURE AFFINÉE DE L'ALPHABET IB~RE
Le déchiffrement de l'écriture ibere, commencé par Antonio Agustín en 1587, est
jalonné de réussites espagnoles : M = s, ~ = s, f1 = n (Agustín); Cl •4 = r, D P =
,
a, ~ = e, 1' = l (Velázquez); (V = i (Pérez Bayer); N = o, 'f" = m (Delgado); A
du,tu,
= ke ou ge, X = go,ko, /A = ga,ka (Zóbel de Zangróniz); W = do,to
(Pujol), et allemandes : 1' = u, = r, J' = gi ou ki (Grotefend); 1 = ba, f7 = bi.
Gómez-Moreno a trouvé a peu pres tout le reste : R = be,
= bo, O = bu, X
= gu,ku, (1).
= da,ta,
Son prestige est tel que son systeme de lecture, daté de 1949, est repris sans
changement par l'indo-européaniste allemand Untermann en 1980 dans le dernier paru
des volumes intitulés Monumenta Linguarum Rispanicarum (ci-apres dénommés
MLH).
Pouitant, je ne pense pas que le déchiffrement de l'alphabet ibere soit terminé. Des
mises au point s'imposent dans les quatre domaines suivants : 1) la lecture de la lettre
'( ; 2) l'existence du :¡? ; 3) la distinction des sourdes et des sonares; 4) le déchifframent de l'écriture méridionale.
<
t
e
l. áA LECTURE DE LA LETTRE
Y
Gómez-Moreno (2) a transcrit la lettre Y et ses variantes par l'approximation m
tout en admettant l'invraisemblance de la lecture '/1 ' mbar qu'il rendait par abar
(Misceláneas, Emendata, p. 273). La fragilité de cette position a suscité de nombreuses
(1) Ca&. hlaorique a'\nqi" daa lndicaliOM du D. FLETCHER.VALLS: •E&tado actual da! aaludlo de la Bpisntla 7 Lencua IWrica».
H.,.,...,.¡e a A. ~ l'olq• (Eieh.. 1981í} <- ~).
(2) M. OOMBZ MORBNO: •M~lMaa. Hi.toria. Alte. Arqueolopu. Madrid, U149.
- 117 -
[page-n-120]
P. ANGOT
contre-propositions qui on été passées en revue d'abord par Beltrán Lloris (3) puis par
Fletcher-Valls (4}. TI ressort de ces études, comme il était p~évisible, que Y ne peut
équjvaloir a aucun des phonemes ou groupes de phonemes e:Kptimés en ibere par une
ou plusieUi's lettre.s. .En outre, Fletcher-Valls déroontre· que '( ne rend ni l'i ugriegan
ni la diphtongue ia, soit en écriture phonétique [j) et [Ja).
De toute faQon, ces dernieres propositions, auxquelles il faut ajouter ü, c'est-a-dire
[y), ont 1~ grave défaut de s'éloigner des faits.
Revenons done aux données du probleme.
Si G.ómez-Moreno a rendu '('par
o'est que le latin Clounioq avait pour équivalent ibere .& 1\ H 1' '( /V f4J H 0 qu'il lisait Kolowñnioku a cause de la nasale
VOl.Slne ,/'1 .
Mais reprenons le mot 1 \ c.l' que Gómez-Mo:reno a transcrit par abar sans convaincre personne. Comme ce mot est un élément d'anthroponyme fréquent et que le
bronze d' Ascoli livre en latín les noms d'homme UTrUJrbeles, Umargiba$ et Umarillum,.
tout porte a croire que le mot '( l f a été entendu umar par les Romains. Puisque 1
= bá et cp =
l'élément nasal contenu d.ans umar ne peut venir que de la lettre '( •
ce qui corrobore la valeur approximative
que Gómez-Moreno lui a attribuée, mais
l'é~ment vocalique u vient aussi nécessairement de cette lettre '(, comme le suggéraient déja sa ressemblance avec le waw phénicien Y et sa situation el.ltre u et n dans
m,
r,
J
XI\ H1'Y rttv
m
HG.
Telles sont d'ailleurs les raisons pour lesquelles Oh a ptoposé y = un, lectura qui
toutefois, Fletcher-Valls l'a montré, se heurte a l'existence du groupe 1' t" = un,
notamment a proximité de Y , par exemple dans le mot L¡ ~ ¡v y ~ t' du plomb
d'EJ Solaig.
En somme, la lettre Y contient u et une nasale, mais ne peut pas valoir un. Par
conséquent, la solut_ est simple :
ion
= 1i, autrement dir u nasal.
Cette valeur Y ==
n'a pourtant pas été proposée jusqu'a présent, A mon avis
pour la simple raison qu'on n'est pas habitué. A voir la nasale ;¡ Jllarquée dans
l'écriture. Cette nasale existe pour.tant dans l'espagnol un trozo («un morcea\1»} o-u
d{lns le catalan un tal («un tel»} souvent prononcés {fi.traeo), [Ü.tal] et dans les dialectes
basquea du Roncal et de Soule ou le lexicographe Azkue la note
_ TI me semble que cette lecture 'Y = se prete Atous-les contextes, car le phoneme
esta l'aise devant, derrif~re et entre voyelles grace a son élément nasal et devant,
derriere et entre consonnes grace a son élément vocalique, par exemple ? Y 1:- =
aue, [V'( ""' = i~i,
¡v y< = nuge,
,V'( fll = ni!i,
"''( \1\ = u1¡bal,
'( 1~ = ubar, Al\ H1" y ¡v ti.J H 0
Kolouunioku. ou .mieux kolouioku. car
dans ce dernier exemple les lettres u et n qui entourent '( font double emploi avec l'u
et l'élément nasal de '( . TI est frappant de constatar en effet que les monnaies portant
t
u
Y
u.
a
u
Y•·
(3) M. BELTRAN U.ORIS: «Problern&JO en torno aJ aigno ibérico
Mitcelánea AtqueolcSgka 1. Bareelona, 1974, ~gé. 1-41 a 151.
(4) D. FLETCllgR VALLS: «Gri,líto ibél"ico del poblado de la Bala¡uera (l'obla de Tornesa, Cutellón~- Homenllie a Pedro lbarra Ruis,
El~9. 1978, pá¡a. 7 a 9.
.. ·
D. J:'LETCHFlR V Al.LS: •De n~J<~vo aob~ •1 aigno ibériJ:o
».Serie uqueológica 11&1 DeJIIU1,amento de Hiatoria Antigua, ñúm. 6, V~ i.
Va.léncia, 19711. J?ág. 1'84,
Y
- 118 -
[page-n-121]
3
LECTURE DE L'ALPHABET mtRE
Clounioq et son équivalent ibere ont été trouvées dans la région de Numance ou les
redoublements sont nombreux : goonuau (Gómez..Moreno, Mise. núm. 88), arrebaáigoo
(núm. 90), banluaao (núm. 13).
La lecture Y = ; me parait confirmée par d'autres observations. Sur les monnaies
(MLH A. 32) on releve la double graphie H M 0 (<.N) et H M 1.9 V (<.JI/) , soit
osku et oskuu. A mes yeux, il est clair que ces deux variantes rendent oskU, la premiere
négligeant d'indiquer la nasale, la seconde l'indiquant au prix de la répétition de
la voyelle u . De meme l'hésitation entre 1"4' A 1"' t \.<. JV)
et
f'V 1\ 1' ~ tJ { ( { N ) , soit ikalkus et ikalkuns (MLH A. 95), révele la difficulté de
rendre ku.
Le cas suivant est encore plus net. On lit a Ensérune (MLH, tome II, B 1.15~)
~ H R OZ.. . Peu importe ici la transcription du début, mais Untermann pose la
bonne question a propos de 02 : «Ku und n in Ligatur?)) La réponse est évidemment
oui, mais pourquoi? Il est certain que le scribe a évité la graphie O f'l qui aurait valu
gun ( O = gu et 0 = ku a Ensérune, voir ID) et qu'il a relié un N couché a O = gu
pour exprimer la nasale g"l;,, e'est-a-dire Ü apres g.
La demiere observation a l'appui de
= ~ s'inspire du fait que
tend a se
dénasaliser soit en perdant sa nasale soit en devenant um, plutót que un., pour deux
raisons : la nasale m est labiale, done plus proche que n de la labiale u, et la création
du groupe um a l'avantage sémantique d'éviter la confusion avec le groupe un. Telle
est la situation en portugais ou l'on a tantót lat. luna - lua - lua («lune))) tantót lat.
una - ua - uma («une>>), ou la nasale subsiste sous la forme m paree gu'elle partage le
sort du masculin un(um) - -;; - um. Connaissant cette tendance de ; a se dénasaliser
en um, on est frappé a Liria par la rareté relative du groupe Y fC' ui (d'apres la
notation du S.I.P. (5) : XL fragment núm. 15 et XXV) et par la double apparition du
groupe 1' '1' fCI umi (IX, XVIII) qui pourrait témoigner d'une dénasalisation de en
umi.
La découverte du son~ doit nous inciter a vérifier s'il n'y a pas d'autres nasales en
ibere, car i1 est rare qu'une nasale soit isolée.
y
u
ui
11. .L'EXISTENCE DU SON P ET DE L.ETTRES QUI LE TRANSCRIVENT
Gómez Moreno a nié l'existence dy son .R en ibere : «La ~ se desvanece como en lo
semítico y vascuence>) (Mise. Emendata p. 271) et «hay que insistir en la ausencia de p))
(Mise. Emendata p. 274). 11 en a meme tiré argument pour dissocier l'ibere et l'aquitain. Son a.ffirmation ne pouvait pas s'appuyer sur l'écriture ibere puisqu'il ne croyait
pas en príncipe a la distinction des sourdes et des sonores dans cette écriture. Elle
devait reposer sur la rareté du p dans les toponymes de la région de l'Ebre et sur
l'absence de p dans les textes iberes en alphabet ionien.
Pourtant, les argumenta a priori favorables a l'existence du 1 en ibere sont
(&) D. FL8TCHBR VALLS: «Tes:10e ibéri.,.,. del M...eo de l'relütoria de Valendalt. Trabajoe Varioe del S.I.P. n6m. 81. Valencia, 1985,
- 119 -
[page-n-122]
P. ANGOT
4
nombreux. En Bétique, méme si l'on exclut les cas ou~ suit une siffi.ante, comme
Hispalis, on releve de nombreux toponymes de facture ibera qui contiennent 1 en
latin : le_s mo_nts et les villes IlipuJa, les villes Acinippo, Baesi'ppo, Epora., Iporca,
Vendipo ~uxquelles répondent en Lusitanie Colippo, Dipo, Olisippo. Le .¡! est tare au
nord, mais l'Aquitaine fournit Lapurdum, aujoutd'hui Bayonne. Dans l'onomastiq!J.e
on trouve Estopeles (bronte d'Ascoli), Pulinna (CIL n 2178 a Montero), Pusinna (CIL
II 2284 a Cordoue).
Ces exemples appuient suffisamment, il me semble, la Iecture po qu'il est indispensable d'admettre sur le plomb d'illl~tr~t de 1967 commen~ant par les mots ar basiarebe, C()mme Maluquer de Motes l'a justement indiqué a la page 53 de soh. Epigra{(a
prelatina de la peninsula ibérica (6). Sur ce plomb, en effet, la lettre
apparait dans
le mot
4i $
q_üi sé répete et dans
~ ~ A .-1'
. Cette répétition de la forme
dans la méme mot prouve qu'elle n'a pasla meme valeur q-ue ) qui fi~e sur ce
plomb dans trois autres mots. 11 faut que l'une des deux formes
et .* vaille bo et
l'autre po puisque l'option {o est interdite par l'absence complete de f dans le domáine·
ibere et que le groupe mo est rendu sur ce méme plomb par '1" H .
Ainsi établi avec certitude sur ce plomb d'Ullastret, le son p se trouve aussi rendu
par divet"Ses lettres dérivées de bq,, be, bi, bo, bu dans plusieurs sites et en tout cas A
Ensétune et Castell (voir ci-apres m, p. 6-7) et a Mogente et Abengibre (voir IV,
p. 11 et 12).
- Par conséquent, i1 importe d'admettre en ibere l'existence du p qui toutefois est
beaucoup moins fréquent que b, ce qui précisément explique son absence dans les
textes en alphabet ionien.
'* *
*
*
*
III. LA DISTINCTION DES SOURDES ET DES SONORES DANS L'ÉCRITURE
NORDIQUE
Appelons «écriture nordique» l'écriture ibere qui se différenc~e de l'écriture dite
méridionale ou tartessienne par Gómez-Moreno, notamment par le fait qu'elle se lit
constamment de gauehe. a droite.
Gómez.Moteno pensait que dans l'écriture ibere, qu'elle s~oit du nord ou du sud,
sourdes et sonores se confondaient : <
este fenómeno en «ada caso» (Mise. Emendata p. 274). Je suppose que Gómez-Moreno
faisait allusion au japonais ancien, car il y a belle lurette que le syllabaire japonais
distingt¡e sourdes et sonm.:es, La périod~ archaique de confusion que le japonais et
l'ibere (voir ci-apres le type Yátova) ont connue s'eJtplique PIU' les assimilations qui
ont pour effet d'assourdir les sono~res et de sonoriser les sourdes (voir ci-apres a PechMaho 1'assourdiss~me_nt de g en k apres sifflante, p. 8). Cependant, le besoin ne tarde
pas a se faire sentir de distinguer sourdes et sonores dans les cas ou elles éc~ppent a
l'assimilation. Gómez-Moreno a d'ailleurs été le pr~mier a corriger sonpropre systeme
en admettant ../' = gi, et $ = ki (Mise. Inédita p. 322).
(6)
J . MALUQUER DE MOTES: «Epícrafia prelatina ~ la P.enfnwla iWrica». Barcelona. 1968.
- 120 -
[page-n-123]
LECTURE DE L'ALPHABET mtRE
6
La distinction des sourdes et des sonores ainsi esquissée par Gómez-Moreno luimeme a été admise en 1968 par Maluquer pour le plomb d'Ullastret de 1967 cité a
propos de p. Cependant, Maluquer se contente de noter la distinction sans chercher a
préciser les lettres qui rendent les sourdes et celles qui rendent les sonores. n procMe
seulement a une <
A = ka, d'autre part illes illustre par les mots eberga et ebaÍikame, boskaliÍ's, oU.ga
correspond a A et ka a A , coníusion qui traduit bien son embarras (Epigrafía, p. 53).
Au surplus, le lexique qu'il donne a la fin de son Epigrafía ne tient aucun compte de
ses propres remarques des pages 52 et 53.
Breí, Maluquer a vu qu'il y avait distinction, mais il n'a pas distingué les sourdes et
les sonores. Pour les distinguer, ii íaut exploiter la différence des fréquences d'apparition ou recourir a la comparaison avec les transcriptions latines ou l'écriture ionienne
en procédant lettre par lettre.
Les
labiales
Beaucoup moins íréquent que le b, le p s'en distingue assez facilement quand il
offre une forme particum~re.
ba et pa
L'existence du ¡ étant établie, il me parait logique de lire J = pa a Ensérune
dansle mot
1\.1 ~./' bp l M1\<\
apargitibasar, Iu crrgitibeúar par Jannoray et
Untermann dans 1'idée que le trait crochu J , qu'ils ne connaissaient pas comme
lettre, était accidente!, mais mieux lu abargitibaáar par Maluquer et Pericay (7).
La lettre ~ , généralement inexpliquée et lue bizarrement gui [gwi] par Riuró (8) a
Castell-Palamós paree que les «Íenomens de sonorització o d'ensordiment es produirien progressivament)), vaut aussi pa. ll su.ffit de constater qu' elle ressemble a l = ba
avec surcharge de ~ et de croire a l'existence du .$! . C'est précisémment paree que
Gómez-Moreno a réussi a effacer dans les esprits l'éventualité du .p en ibere, me
semble-t-il, que l'hypothese ~ = pa n'a jamais été envisagée. Cette lettre se trouve
plusieurs íois a Castell-Palamós dans le mot parbatibi et une fois sur la stele de
Barcelona
N Y ( 1"' t'- ~ tf ~{.¡y Í"' o o 12 e e;, e r::H:J 3}/· · A A A. A.
ou,
venant apres une serie de signes numériques, t doit représenter une unité de mesure,
d'autant plus que le mot isolé 4> = pa a Mogente B se situe aussi a coté d'une série
numérique (voir ci-apres chap. IV).
Comme le mot batibi se lit sans l'élément par sur le plomb d'Ullastret de 1967, on
peut dire que
est un lexeme autonome.
En somme, ces considérations sur la lettre pa écrite .J a Ensérune et
a CastellP~amós et Barcelone permettent de mettre en éviden~e les mots pa (Barcelona,
···1
par
X
(7) P. PERJCAY ~ J. MALUQUER: •Probl- de la lencua índlpna en Catalulla>t. U SympoeiWD de Poehiotoria Peninaular. Barcelona,
1863, polp. 101·143.
(8) F. RIURO: •El pi- amb episnfta JWrica del poblat de CNiall (Palamóe)oo. Cypeeia IV. O.Ona, 1982, ~. 128-131.
- 121 -
[page-n-124]
6
P. ANGOT
Mogente B), par (Castell-Palamós) et apar (Ensérune), celui-ci forcément distinct de
~ltabar lu a Castellon et Ullastret puisque l'écriture d'Ullastret, Castell-Palamós,
Barcelone et Castellon forme une unité et connait la lettre X = pa.
ba et pe
La distinction entre les variantes simples "lf, ó; 2f,J2,~,~ = be et les variantes
surchargées ~
surchargée:
. J1i~e{r] (MLH B l. 182), 'Y afc;> Ü~r. (MLH ~ 7. 16) et
1' Y V ~ 9 uruuper (MLH B 7.17). En vertu du prmctpe de frequence, les
variantes simples qui s'observent 28 fois valent be et les variantes surchargées qui
totalisent 10 apparitions valent pe (9). Au surplus, l'égalité \1 = be parait confi.rmée
par le graphie R N~A f an bels ou bels doit correspondre a l'élément bels des anthroponymes d' Ascoli Bennabels et Sanibelser en latin. On obtient le mot uper.
'?
'fY?I.
be et pi
La lettre ~ d'Ensérune, qui n'apparait qu'une fois et qui est la seule variante
surchargée par rapport aux formes P, r, P = bi, vautpi dans fl /:>. .f 1Mpidugibas. On
obtient le mot pidu.
bo et po
"$
Les deux variantes surchargées d'un petit trait
et ~ valent po a u regard des
vingt variantes simples ~ ou
= bo. Le mot .* '1- ~ f' ~~ CD t> q '( t" (b. 1.324)
offre le contraste
~ bopo qui est passé inaper~u )usqu'á present et qui m' a frappé
seulement a ma derni~re visite a Ensérune. Quant a l'inscription t-+t ~ lltll (B 1.26),
elle permet de noter le mot ~ = po.
Sur les plombs de Pech-Maho on devine sans peine que la lettre
lue judicieusement bo par Yves Solier puisque la lecture ki de cette lettre, possible ailleurs, est ici
interdite par 1'existence du couple ../' = gi et $' = ki, vaut plus exactementpo, carla
forme n'apparait que 3 fois alors que le signe
= bo est compté dix fois sur les
plombs de Pech-Maho (10). Qui plus est, la lettre ~ = po s'inscrit dans le mot "1::1
podu, éléroent du compasé ~A H '9 J(l M poduori.S (Pech-Maho, plomb la) qu'on
retrouve sur le plomb de Castellon dans le mot 1IE" A f J({ poduei, la lecture A = du
a,vec dentale sonare étant assurée a Pech-Maho comme a Castellon par la lettre sans
surchange A = du (voir ci-apres).
En effet, quoique la lettre
soit aussi fréq~ente que
a Castellon et Ullastret,
i1 iaut la lire po a cause de son absence sur le plomb de Castell-Palamós ou au
contraire ~ = bo ahonde.
A Liria aussi on distingue ;:(( = bo et
= po.
*
*
t ,
'*
*
*
*
cto~ rriquen-. voir Unc.ermann, MUi. ~me U, Ubertichton t ur Scbritl pq. ~9.
(10) Y. SOLIE R: .. ~ouverte d'ina.:riptione aur pl!llllbe en éeriture ibérique dana un entzepOt de JSach M• ho (Sil 84n)t. Revue An:h6ologiquo
(9) Sur
de Narbonnaiae. XU:
F~uonee
de aip... Narbona. 19'19,
pq.
72.
- 122 -
[page-n-125]
LECTURE DE L'ALPHABET IBtRE
7
*
*
*
Ainsi, le príncipe de fréquence qui permet de déceler les formes exprimant la
nuance po se trouve confirmé par la double rareté de
et de
= po.
Ces observations montrent que la forme simple )K = bo (écrite souvent
a
Ensérune) s'emploie partout, mais quepo est rendu d.iversement:
ou ~ a Ensérune,
sur les plombs de Pech-Malo et
a Ullastret, Castellon et Liria. On découvre
)es mots podu et, attesté deux fois a Ullastret, porste.
*
t
'lf.
bu et pu
La distinction entre ~ 1'1, l:::l = bu et ffi , liJ = pu a Ensérune semble probable 8,
cause de la surcharge des derniers signes, mais le petit nombre de cas empeche
l'application du principe de fréquence. G'est a tort qu'Untermann voit des v-ariantes de
la lettre H = o dansleslettres sans surcharge. La preYeu en est le texte lql\ fCI H rr
bulior (MLH B 1.156).
L'examen des labiales permet done de repérer les mots apar, pa, par, pidu, po, podu,
porste et uper et de constater que partout les formes simples rendent les sonores et les
formes surchargées les sourdes, la distinction entre bu et pu étant toutefois analogique, mais que seulles types d'écriture d'Ensérune - Pech-Maho, d'Ullastret- CastellCastellon et de Liria font cette distinction.
Les vélaires
ga et ka
L'anthroponyme en latin Sacaliscer (MLH A.97 n 5) me parait avoir pour correspondant sur le plomb de Liria ~ f> A O ~ ~ L(/ sakarisker, différent de sakarisker en
écriture ionienne d'Alcoy ou le premier r est roulé et non battu. On a done f>.. = ka,
variante de F' . De fait, l'élément kaku de l'anthroponyme d'Ascoli Cacususin se
trouve deux fois sur la céramique de Liria dans ~ 0 'f.f J>4 kakuegiar (S.I.P. XVI)
et f> f4l A 1' ~ c8
aidulkakute (S.I.P. LII). Il faut done lire A = ga dans
A ~ ~ gares compté trois fois a Liria (SJ.P. XL,l; XL,9; IX) et une fois a Orleyl Vil
ou ga est aussi rendu par A . D'ailleqrs, les lettres ~ = ka et A = ga voisine_nt et
par conséauent s'opposent sur le tesson_ L li de _Liria~ cp ~ ~d l rJ <9 ~~
1> 1"A 1" F' 0
/V 1>
/V J"A eriar bankurs aidulkakute na/ ...... /duniga.
De meme sur les plombs de Pech-Maho, l'emploi de A = ka dans la finale betika
qui apparait deux fois et de A dans les mots bagaikete et ganbulo notés chacun deux
fois et legar noté trois fois ne laisse aucun doute sur la différence entre A, A, A (a
Liria ~ ) = ka et A = ga.
Par exception, done, les formes simples 1\,A, A et ~ vaJent ka et la forme
surchargée A vaut ga. Cette distinction est la seule sur laquelle les écritures du nord
et du sud soient d'accord. Elle est fréquente.
q
e
/--*/A
ge et ke
Grace au mot urke en alphabet ionien (La Serreta), ou
- 123 -
K est certain puisqu'il
[page-n-126]
P. ANGOT
s'oppose a~, et aux anthroponymes d~Ascoli Balciadin et Balcibil, on restitue ~ =
ke ~ Castellon ( .f' ~ t! t! ~ ~ q ~ urkekereie, l J'
~ -t ~ ~ 1"' \S J
balke·
biuraies) et a El Solaig ( 1f\(, ~ F> X M/\ balkelagoska, l ~ ~ 1' 1> e:> balkelagu ou
balkelaku) et C = ke a Liria ( 1' cf ~ 1t urkebas S.LP. XL núm. 13, 1 1' ct 'Ur
balkebe/S.I.P. LXIX, l ~ ct Jrl tí 1"' '( J q
balkebereitlbar, J " Cf ~ N ~
balkeun.i/S.I.P. Xl) a quoi s'opPQse C. = ge a CastellQn ( f"'~./' ~C.. Q argitiger,
~ ~ 'Ji' $c.~ F> ~A ~ )f ultítegeraikase),
= ge a El Solaig pe age) et les
formes simples 1 <. ou surchargées une seule fois 4:.~ = ge a Liria.
De meme 1'écriture p:récise d'Ensérune-Pech-Maho différencie les vaciantes .simples
C.1 ~ = ge des vari~tes surch~rgées (. ~, ~,l.~ = ke et celle d' Azaila distingue
= ge dans edesige (11) et balagerdar (Azaila fig. 21 n 275) et
= ke qans
aiunesker (Azaila fig. 17 n 25) et aibekeres (Azaila fig. 18 n 39). A Fraga<. g de geldar
di.ffere de \, ke des mots erkerái et deikeoen.
Noter les formes originales de Villares: J[ = ge, ~/ = ke.
La distinction entre ge et ke ne fait guere défaut qu'a Yatova, Orleyl et Sagonte.
gi et ki
e
e
e
<
'-c.
J
L~ différence entre ./' = gi et
= ki ayant été vue par Gómez-Moreno, i1 est
inutile d'y insister. Ajoutons seulement la forme .¡¡:' = ki caractéristique du type
d'écriture Ullastret-Castell-Castellon et les formes .t:', 'I'J,.:/' = ki. La surcharge de la
lettre simple ../ = gi pour rendre ki est évidente. A l'appui de ./ = gi (et non ki), il
suÍÍira ici d_
' indiquer que l'élément d'anthroponyme gibas en latín (Ascoli: AdingibG$.,
Luspangibas, Umq.rgibas) est rendu par ./ 1 M = giba$ a Ensérune ( ¡1 A .J" 1 M
pidugiba$) ou J;V' = gi s'opposent ~.$ = ki et a Azaila ( X~ l ~ fl4 $ l M
tazbarigibas, Cabré fig. 17 n 34) ou $ = qi s'oppose a $
= ki.
*
a
go et ko
L'emploi constañt de la forme X dans A f' J> X~
M) Kalagori, latín
Calagurris (MLH A.53) n'est guere probant paree qu'on ne trouve pas d'autre forme
sur les monnaies et il faut se contenter de lire ~ = go et X, = ko, valeurs déja
suggérées pa.r Riuró, par analogie avec l'usage consistant a marquer le!> sourdes en
surchargeant les sonores. M~luquer distingue a tort sur le plomb d'Ullastret J = go
et ~ = ko, simples variantes val~Ult ko .
f"(X
. et ku
gu
La distinction entre O et ene parait conséquente qu'a Ensérune. On lira 0 =
gu et 0 = ku en vertu de l'análogie déja appliquée pour go et ko,
Toutefois il semble que cette distinction soit faite aussi a Orleyl V entre O A <1
gudur et f'(l ~ "" 1 ~ 4 " t
iunstirlaku.
e
(11) .1. CABRJ¡: J\GUILO: .C.V.& éerimiC. de Alajla>t. Madrid, 1944, lig, 18,
-124 -
oum. 54.
.
[page-n-127]
LECTURE DE L'ALPHABET m&RE
9
Les denú&ks
da et ta
n faut différencier X
da et )1{ = ro a Ensérune sans qu'on puisse affirmer que
)< y rende toujours la sonore. En tout cas, il semble naturel de rapprocher .,.. ~ N
= atan (MLH B 1.19) et l'élément d'anthroponyme aú&n du nom d'homme Aú&nscer
d'Ascoli. Quant a la lettre T lue da ou tapar Gómez-Moreno (Mise. Inédita, p. 274),
elle ne peut avoir d'intéret que pour exprimer la sourde ta.
=
de et te
L'ethnique ~ ~ \\\ ('i ~(.<.N)
Sedeis, qui contient ~, correspond au latín
Sedeú&ni et surtout l'équivalenc.e de l'ionien baidesir (La Serreta) et de baidesir
(Ullastret, Orleyl ll) imposént la lecttrre 9 = de. D'autre part, les noma d'holllllie
Ta·~tinnus (CIL XIII) et Tautindals (Ascoli) permettent de lire t9 1' l.tJ f'l Teutin a
Liria (S.I.P. XV), c'est-a-dire E9 = te.
La distinction entre ~, ~ ~~ B, e, cP = de et . , lB,
= te est fréquente,
notamment sur les plombs de Pech-Maho ou Yves Soller a été mal inspiré de rendre 8
par te et + par ta au motif que la lettre X n'apparaissait pas. Cette absence de )(
a' explique par le caractere répétitif des mots reproduits sur ces plombs qui a eu pour
effet d'écarter par hasard la lettre X = da.
A Villares V,
= de s'oppose a
= te.
e
e
e
di et ti
Elh comparant le latín adin (Ascoli Adingibas, Balciadin, Tite-Live Baesadin, CIL
ll 2276 Turciradin, CU.ll4450 Viseradin) et l'ibere nordique J>ftl tJ = adin (Ensérune, Pech-Maho, Tarragone, Abra, Ullastret, Castell-Palamós, Azaila) on constate que
~~ 'f, ~ valent di. En rapprochant íe latín utin (Ascoli Tautindals CH. XIll Tautinnus) et l'ibere 1' t.yJ IV (En8érune, Tivissa, plomb I,b de Pech-Maho) et a Liria
-1' '+'N = utin dans ~ i" "tt ti/ déja vu et #1' \fJ,.., boutin (S.l.P. XL, núm. 15),
on observe Uf = ti et a Liria 'ti = ti qui réveJe,Liria "f' = di. La valeur &lf' = ti est
confirmée par l'équivalence du latín tibas (Ascoli Bilustibas, Illurtibas) et de l'ibere
Uf 1M = tibas (Ensérune, Pech-Malo, Tivissa, Ullastret, Castell-Palamós). Quant a
l'équivalence entre "'r" = ti et Liria~ = ti, elle se trouve démontrée par le parallele
entre Tivissa ;t' t Uf JV Uf 1M boutintibas et Liria ;t' t 'f f" boutin cité plus
hau t.
Les scribes d'Azaila opposent 'f = di et
= ti, nuance certaine grace a la
double inscription d'Ensérune - P' 1 ~ úf 1\
asetil et P~ ~~A~
asetile
(MLH B 1.42) ou ~ équivaut manifestement a ~ = ti. Ce lien entre les types
d'Ensérune et d'Azaila n'est pas le seul puisqu'on trouve aussi a Ensérune la lettre 1'
= di, seule forme en usage a Azaila.
Les nombreux sites mentionnés ci-dessus montrent combien la distinction entre di
et ti est répandue.
*
- 125 -
[page-n-128]
P. áNOOT
10
do et to
La répétit íon de la lettre UlJ a Liria dans toros/(S.I.P. XV) et a Orleyl ill dans
torosair fait penser a une nuance par rapport a W . En vertu de l'usage constaté au
nord de surcharger les sonores pour exprimer les sourdes, concluons que UJ = do et
t.uJ = to quand l'écriture les distingue comme a Ensérune et Liria.
du et tu
Le nom de ville et de riviere Salduba en latín permet de lire ~ ~ 1\ A saldu,
écrit deux fois sur le plomb d'Ullastret, et d'opposer ainsi la forme simple 6 = du a la
forme surchargée ~ = tu sur ce plomb.
Le mot podu (voir plus haut Pech-Maho ~ A et Castellon *'A ) contient aussi
6 = du. qui s'oppose a A =tu (Pech-Maho 2 ~ (f> M ('<' f' Lfl q tursildir, Castellon p ~ 1"' rv 1" atuniu).
Placés devant la nécessité de marquer les sourdes et les sonores pour se faire bien
comprendre, les scribes du nord ont décidé de réserver la forme simple a la sonore et la
forme surchargée a la so urde, exception faite de /\1 A , A . ~ = ka et A = ga. C' est le
contraire en japonais, ou l'on a par exemple Z: = te et '"l" = de, et dans l'écriture
ibere méridionale.
Certes, les scribes de Yátova et Sagonte négligent de distinguer sourdes et sonores
et ceux d'Orleyl ne les distjnguent que pour éviter la cacographie (Orleyl V :
l> N 'r' ~ y r- ,..., 4 ~ q p"' ~ andinulitudurane, X 4 kogor; Orleyl vn
l N X~.../' bandakigi), mais au total l'alphabet nordique les distingue plus
souvent qu'il ne les confond.
Les argumenta invoqués pour nier cette distinction reposent sur l'idée que les
formes simples et surchargées paraissent s'employer parfois indifféremment pour
rendre le meme mot. On peut citer gere-kere, sakar-sagar, egiar-ekiar. Assez curieusement, la réfutation consiste a soutenir tantót que ces variantes représentent un seul
mot, tantót qu'elles en représentent deux.
z
C'est ainsi qu'on lit gere ou kere dans des mots qui ont tout l'air d'etre des
anthtoponymes : bilosgere (Bméfar), arsgere (Ensérune), adi.ngere (Pech-Maho le) et
kuleskere (Pech-Maho la et le), kuleskerege (Pech-Maho 2), beleskere (Orleyllll). La clé
est bilosg[e]re écrit en ionien, car apres la siffiante sourde s le g est certainement
signifiant, fait confirmé par MLH B 1.31 arsgere, alors que adingere ne prouve rien
paree que g pourrait résulter d'une sonorisation de k par n. Ainsi, les mots bilosg[e]re
et arsgere établi.s sent que les formes en k de beleskere et kuleskere, kuleskerege sont
dues a l'assourdissement de g par la siffiante sourde 8. Le mot est done gére.
Au contraire, il y a lieu de considérer eomme autant de mots les formes sakar
(Alcoy), et sagar (Pech-Maho, Villares VI), sakar (plomb de Liria) et sagar (Cerro de
San Miguel).
Quant a la double graphie egiar-ekiar, elle peut s'expliquer par une nuanee de sens.
- 126 -
[page-n-129]
LECTURE DE L' ALPHABET ffi~RE
11
IV. LE DÉCHIFFREMENT DE L'ÉCRITURE MÉRIDIONALE
L'acord n'a pas pu se faire sur l'interprétation a donner aux lettres de
l'alphabet méridional employé principalement a Mogente, Abengibre, Llano, El Salobral et Yecla (12). Une des causes de ce désaccord est saos doute cette affirmation de
G6mez-Moreno : «Allá abajo falta el 1 que es ba» (Mise. Emendata, p. 276). ll est vrai que
la lettre 1 = ba manque dansl'écriture méridionale, mais je pense qu'il faut considérer comme suspecte cette <
écriture.
ressemble a '? 1 'f = de
Ceci posé, étudions le plomb de Mogente A. La lettre
l'écriture nordique, mais ne peut pas etre une vibrante paree qu'elle précede + = da
ou ta dansle mot Y( 9 t<
l'ibere. La présence de () dans le mot )t 4 "i urke, ainsi lu d'apres l'ionien et le
nordique urke (voir ci-dessus m, p. 5), permet de préciser () = ; (r roulé) et ~ = r
(r battu). Le champ est done libre pour la valeur 9 = ba qui nous manquait daos
l'alphabet méridional. La letre q = ba n'est d'ailleurs que le trait vertical nordique
l = ba modifié par un renflement de sa pointe supérieure, sana doute pour distinguer
q = ba et f = «un>>. Comme la valeur =t = s admise par Gómez-Moreno et asa
suite par bien d'autres s'impose, nous n'avons plus qu'a donner aux autres lettres
méridionales la valeur qu'elles ont au nord, a deux exceptions pres : Y = u (d'apres
urke déja cité et d'apres l'inscription sut monnaies d'Obulco ;1 V11\ q Y qui, de
droite a gauche, se lit urkail, équivalent exact du nom d'homme Vrchail en latin) et
-f: = o (d'apres '1 "'1 f $ = sosin et le nom de ville '4= 1 ~ M 1\ ou, de
gauche a droite, 1\ ra\ (1)
kastelo qui correspond a son nom latin Castulo).
La lecture .>f C!l 'i = urke révele 11 = ke et par conséquent ">.t, = ge sur la face
A de Mogente. L'étude de la face B confirme que l'écriture méridionale confíe a la
forme simple le soin d'exprimer la sourde et a la forme surchargée celui de traduire la
sonore, alors que l'écriture nordique fait l'inverse. On constate en effet que le mot
écrit 7 f> C' A = saldu au nord, qui se retrouve dans le latín Salduba et qui
comportela lettre simple ~ = du, s'écrit ~ 1A!t sur la face B de Mogente, c'esta-dire avec la lettre surchargée 4 = du . On observe aussi qu'au mot nordique
fY 1" '-t' cp ildir correspond 8- Mogente B le mot q ~ 1 U'\ ilder qui contient la
lettre surchargée (12 = de et que par conséquent la forme simple G> vaut te. Enfin,
par analogie avec 9 = ba (plutót quepa?) a Mogente A, on a ~ = ba et cp = pa,
c~r le mot isolé f = pa d~ Mogente B s'emploie co~e ~nité de ~ps marquant
l'age de personnes représentées par des anthroponymes, a l'mstar de iJ, = pa sur la
stele de Barcelone. Partant du príncipe que la forma simple exprime la sourde et la
q
r
+
t+
(12) Voir ootamment D. J7LETCH&R VALLS: «El plomo ibérico de Mopnt.e (Villencla)t. Tral.joa Varioa del S~l'. núm. 76. Valencia, 1982.
pour J. div~ valeun attnl>uéea allll lettreo 1116ridionaJ..
- 127 -
[page-n-130]
12
P. ANGOT
'*
forme surchargée la sonore, on a a Mogente B ~ = gi et '¡, = ki,
= go et C><1 =
ko, valeurs qui restent a vérifier. L'incertitude reste de mise lorsqu'aucun contraste de
formes n'apparait.
Enfin, la lectura )f q '-1 = urke de Mogente A enseigne qu'a Mogente B il faut
lire aussi Lf = u et par conséquent 1' = n-, inversion par rapport au nordique 1" =
u et Y = Ü. Cette lecture est confirmée a Yecla dans l'inscription
(> ~ t-l f'1 r<' A t ~ 1>
(Mise. Inédita p. 308) ou f- J'4l ~ IV ('(t' équivaut a u
nordique ~ f41-t-NI' (Hübner MLI, XXVI, Sagonte) et ou l'on a done r' = u et '1' =
"""
u.
J. -.
Les écritures A et B de Mogente se ramenent au meme type.
1.0 • Formes communes ou figurant sur l'une des deux faces :
ft< = be; 'l = bi~· O= bu. La lecture -1• rare, est peu probable.
= da, ta; 4J = di,ti; & = du.
/\ = ka; ~ = gi; 't = ki; t*1 = go; t>
-'1 = l; M,f'lit = s; '1 = n; '1 = ñ.
La variante
ne peut guere exprimer autre chose que ñ malgré le manque de
preuves. On la trouve a Mogente A.
2.° Formes différents :
face A :i = ge
)1 = ke
face B
.ll = ge
~ = r
A,4 = i
~ = r
' = ba oupa,
+
'4
~=
~ = ba
t
de ou te
=
~ = pa
t6
de
= te
Les deux derniers signes de la phrase courte de Mogente A, a savoir 1 '1 se
lisent, de droite agauche, N.ki. Placé devant une consonne, cet N est nécessairement
le chiffre N observé ailleurs, quoique cette possibilité n'ait pas été évoquée et qu'on ait
pdféré relier = Nki a la phrase supérieure, a mon avis contre toute vraisemblance.
= de ou te a
Le type Abengibre offre la particularité-d'opposer t¡ = te (Cf.
Mogente A) aux variantes 4>. ~, ~, 0 = de (cf. &_ = ·de et O) = te a Mogente B), dont
l'équivalence est garantie par les formes A <)1 ~
(Mise. Inédita p. 318 n 114),
4 O 1 l>f (p. 317 n llOc) et ~ ~ ~ J> (p. 317 n llOd) = ildér, et de distinguer bi et
pi. On a :
H
A = a; :S.~ ~ = e; ~ = i; :f = o; 4 = u
~= ba,pa;
1'( = be (plutot que pe); ~ = bi; '1 = pi (a vérifier)
X= da,ta; 4>, ~ , A = ga; 1\ = k4; )l. = ge; )l = ke; O = gu,ku
-1 = l; Sl = r; 4 1 q ,q = r; M = i
Ecrit de gauche a droite, le type Abengibre offre les d:ifférences suivantes par
rapport aux lettres tracées de droite a gauche :
~ = e,· ['V = i; f = bi,pi; ../ = gi,ki; 1' = l; ~~ p = r.
- 128 -
[page-n-131]
LECTURE DE L'ALPHABET m2RE
18
Au-dela des lecturas faisant appel a la comparaison avec l'alphabet latin ou grec,la
réstitution des phonemes doit exploiter les données des types d'écriture ibere précis
pour mieu.x interpréter les types imprécis comme celui de Y á tova.
C'est alors seulement que la méthode étymologique de déchitTrement peut avoir un
sens.
- 129 -
[page-n-132]
[page-n-133]
ARCHIVO DE PQHJST'ORlA LBVANTlNA
Vol. XIX (Valencia, Ul89)
HELENA BONET ROSADO Y CONSUELO MATA PARRE~O
(Valencia)
NUEVOS GRAFITOS E INSCRIPCIONES mERICOS VALENCIANOS
Con el propósito de poner al día los hallazgos epigráficos valencianos y, siguiendo
el trabajo iniciado por Fletcher (1), completar el corpus de textos ibéricos, recogemos
en este artículo_una serie de grafitos procedentes de la revisión de los fondos de
excavaciones antiguas (Tossal de Sant Miquel de Llíria, Los Villares de Caudete de las
Fue.ntes, Despeñaperros de Paterna y Valentía). así como de hallazgos en recientes
excavaciones en curso del Camp de Túria (Puntal dels Llops -Olocau y Castellet de
Bernabé -Llíria).
·
Para la presentación de los textos seguimos la numeración del corpus iniciado por
Fletcher ya que la mayoría de las piezas proceden de yacimientos en los que se
conocen inscripciones ya catalogadas. Para la parte gráfica hemos considerado interesante incluir, junto a los calcos de los letreros, el perfil de las piezas más significativas.
TOSSAL DE SANT MIQUEL (LLlRIA, VALENCIA)
La descripción y características del Tossal de Sant Miquel, así como la bibliografía
relacionada con el tema del presente trabajo, se ha publicado en una monografía de
Fletcher sobre los textos ibéricos deJ Museo de Prehistoria de Valencia, por lo que nos
remitimos a dicho trabajo para evitar caer en la repetición (2).
Los trece grafitos que recogemos proceden de la revisión de los fondos del Tossal de
(l) D. FLETé~ «m.cripeionM lbéricu dell\liiRO de PNhlaloria ele Valeuc:lp. &atuclio. lbéricoa, 2, Valmcia, 1863.
D. FLE'1'CfiBR: otNuevu inecñpeione. ib6ricM de la nci6n valenciana». Archivo ele ~ria ~ :xm. ValMcie, 1972, p6p. lDS-126.
D. FIZl'CHER: oll'extoe IWricoe del Mueeo de PN~ria de Valenc:lp. Tra~oa Varioa del Servicio ele lnvMtipcl6n Prehia. 6rica, 81,
t
Val~ia, 1981.
(2) FIZl'CHER: Op. cit. note 11 1981.
- 131 -
[page-n-134]
H. BONET
2
Y C. MATA
Sant Miquel y que pasaron desapercibidos en su momento. Son, efectivamente; muy
cortos, de uno o dos signos, a veces incompletos y .e n algunos casos se reducen a trazos
muy tenues de dificil lectura.
IJR1A XCVII.- BOBA
Mortero completo, restaur~do, de procedencia cartaginesa.
Siglado: CSM-Dp. 25 núm. 92 (fig. 1, 1).
decantándonos por la primera
Pres'e nta dos signos grabados muy claros "'* 1 ó 1
lectura siguiendo la inclinación del recipiente.
·
Estos signos los encontramos, como inicio de palabra, en Líria XCV, A, 1, Bobatinen (3); en Villares V, A, 7 y B, 1, 3 y 4. Bobaitinba (4); en Azaila en la palabra
· Babora (5) y en Bastida m (inédito) en Ja palabra Boi;Jata. Formando vocablo aislado,
tal y como aparece aquí -Boba o Jlabo--, lo tenemos en Azaila núms. 281 y 284 (Siles
239, 238, 502 y 503) y en Ullasttet sobr,e cerámica griega (Siles 240 y 504).
Cronología:. ss. IV-m a. C.
*',
LIRIA XCVID.-BAR
. Pátera ática de barniz negro, F. 21 Lamb. decorado con palmetas entrelazadas,
rodeadas de ruedecilla.
Siglado: CSM-Dp. 16 núm. 0138 (fig. 1, 2).
Grafito de · trazo muy fino sobre el fondo externo.
Los mismos signos aislados los encontramos en Azaila n° 284 (Siles '235), interpretado como Ba. Su lectura como Bar con los signos 1'9- , f ~ , 1~ y 1~ la encontramos en
Els Monjas (Siles 344), Azaila (Siles 345 y 346) y en Els Solaig (Siles 347),
respectivamente.
Cronología: pátera del s. IV a . C.
•
LIRIA XCIX.-GAR
Anfora greco:itálica a la que le falta la boca y la base.
Siglado: CSM-Dp. 20 (fig, 1, 3).
Inscripción de dos signos pintados en rojo s.o bre el cuello del ánfora,.
El segundo signo lo leemos r y no a, siguiendo la opinión de Fletcher expresada en
IJria
XII (8).
En Llíria, el vocablo Car aparece habitualmente con el signo A a principio de
palabra - Liria VID, IX. XL 1, 5 y 9, XCID-! mientr~ que los signos ~ ~ sólo se
(3) FLETCIIER: Op. cit. no~ 1, 1981, pq. 17, fig. 26.
(4) FLETCHBR: Op. cit. IIOtá 1, 1981. pq:. 19. fig. 27.
(6) J, SILES: •Léxico ele iNcripcioneé ib6ricaa.» Epiaralla Jli8~ca, 2, Madrid, 1986, n4m. 241.
A ~ de . ahora siempre que .. éite el lúico de Silee no oe,
eoutar en. .nota.
(6) J. CABRE: ~V..- aiepanorum. Qeria!ica de Azailelt. 'Madrid., 1944 fig. 21, núma. 281 y 284.
~
(7), CABRE: 01!. cit. note 6, fig. 21, núm. 21¡4.
(8) FLE'l'CHBR: Op. ª-t. note 1, lSel, pq, 10,
hu'
-132-
[page-n-135]
•
o
S
4
ó.c::=_
.Q
Fig. l.- Liria XCVII núm. 1; Liria XCVlll núm. 2; Liria XCIX núm. 3; Liria C núm. 4; Liria Cll núm. 5.
[page-n-136]
R . BONET Y C. MATA
encuentran en Liria XCV, A, 1 con una lectura muy dudosa. Los mismos signos
aparecen en un vocablo incompleto de·Puig Castellar, leyéndose como Car (Siles 1538).
Sin embargo, en el grafito 1\ ~ />-. de Ullastret, Siles intrepreta los signos ~A como
Laca (Siles 1093). En Azaila es donde encontramos con mayor frecuencia el vocablo
Car aislado (9), destacando como paralelo más próximo. el grafito 1'>1. ~ sobre un
pondus (10) (Siles 593). A principio de palabra aparece en Ensérune, Carate (B. 1.33)
(Siles 596).
El tipo de grafito, pintado y en el cuello de un ánfora, podría interpretarse como
una marca de contenido o capacidad al igual que sucede en el resto del Mediterráneo (11).
Cronología: entre la segunda mitad del s. Ill y la primera mitad del TI a. C.
LIRl.A C.- NA o GlA
Fusayola troncocónica con cabeza.
Siglado: CSM-Dp. 102 no 0381 (fig. 1, 4).
Grafito completo compuesto por dos signos entrelazados formando una unidad. Su
lectura resulta dudosa en el primer signo'~/\, N invertida meridional o Gi, con un
paralelo bastante claro en Ensérune 1' V\ Ugi (Siles 1770).
URIA CI.-BAN
Plato/tapadera de cerámica tosca de cocina.
Siglado: CSM núm. 0301 (fig. 2t 1).
Grafito de dos signos de trazo profundo y grueso en el fondo interno.
Es un vocablo muy frecuente en cerámica, pesos y monedas. Se puede encontrar
tanto formando parte de la palabra como aislado.
En este último caso se da trece veces en Llíria - L xvm, XIX, XXXIII, XL, LXIX,
LXXIV, LXXV, LXXVI y XCll- ; una en Villares IV, B; una en Orleyl IV, B (12); cinco
en Azaila y una en Margalef (Siles 317 y 327).
En cuanto a su significado Siles (13) recoge las distintas interpretaciones u opiniones que se han dado sobre el tema: Tovar y G6mez Moreno coinciden en que Ban sería
igual a hijo, significado por el que también se inclina 'siles, aunque el mismo Tovar
además propone otras posibilidades (piedra = tumba); para Biihr, el Ba expresaría una
rel~ción de parentesco equivalente a la preposición de; según Michelena, Ban y Eban
sería un sufijo; para G~adán, Ban indica proc~dencia; y Untermann propone que
(9) CABil&: ()p. cit. 6, DIÚDL Zl al 210.
(10) CABJI.B: 0p. cit. nota S, ft,. to, nWD. 206.
(11) M. LANG: «Grd''ti and aipmtilt. 'l'be Atlwrian Aaon. vol. XXI, l'ril>eWm, 1976.
&. RODRlGUBZ ALMEILA: •Noved.aclee de epic:rafla anforaria del Monte Teetaccio-. Reeherchee our lee ~~.a~pbo- romainee, Roma, 11172,
pq.. 107-239.
B.I.JOU;ll MARICHAL: «
(12) FL'&TCBER: Op. cit. nota 1. 1881.
(13) SJLES: Op. cit., not.t 5, páp. 1111 y ~lO.
J. SILBS: .SObre un .-ible prielamo Jlrieco &n ibitico>'. Tral>ajoe Vari. e cle!Servicio de lnveetipción Prehlatórica, 49, Valimcia, 1tr78, ~ 46.
o
J. SILBS: ..SObre le epiln{ra iWricauo. RewWSn oobn 8Jiilntl• ~· de
romano-republic:an. (ZaraiOU 1983), .Z.U..,..... 11188, pá¡. ~
•poca
- 134 -
[page-n-137]
GRAmOS mERICOS VALENCIANOS
5
podría trat~e de una marca de valor. Lá.~ diferentes interpretaciones propuestas con
un significado de filiación, procedencia o similar se basan, e:n su mayor parte, en la
semenjanza de este vocablo con el -ba de los nombres vascos que expresan relación de
parentesco y con el -ben semítico.
LIRIA Cll. -BO
Fragmento de galbo de recipiente con decoración floral (fig. 1, 6).
Signo grabado en el interior del vaso antes de la cocción.
Aparece igualmente aislado en El Castellar ll (Alcossebre) sobre campaniense B
(14) y en el Tossal de la Cala IV (Benidorm) sobre el fondo externo de una F. 1 Lamb.
tafilbién de e.ampaniense B (15).
Se trata en este caso, sin lugar a dudas, de una marca de alfarero, muy posiblemente la abreviatura de un nombre personal (16).
Cronología: si bien en muchas ocasiones es arriesgado establecer una relación
cronológica entre las piezas y sus ·grafitos, ~obre todo si son piezas importadas, en este
caso es evidente la coetaneidad del recipiente y su marca. A pesar de ser un fragmento
cerámico sin forma, su estilo decorativo floral recargado pennite fecharlo en el s. U a. C.
LIRIA Cill.- ...LA
Copa F . 27 Lamb. de campaniense A.
Siglado: CSM-Dp 20 n_úm. 504 (fig. 2, 2).
Grafito incompleto de lectura muy dudosa, sobré la cara externa. Esta pje.za ya fue
publicada por Mezquiriz (17), señ:alándoae en aquella ocasión la existencia de un
grafitó ilegible.
LIRI.A CIV.-E o GA
Fragmento de borde, F. 22 La¡nb. de cerámica ática de barniz negro.
Siglado: CSM-Dp. 12/16 núm. 036 (fig. 2, 4).
Signo de trazo muy leve sobre la pared externa del vaso.
Este ¡:¡igno ' o f , poco frecuente, ofrece dudas sobre su lectura E o Ca/Ga. En el
texto Liria XVI, este mismo signo es leído por Siles (910) como Ecuegiar, mientras que
Fletcher lee Cacnegiar aceptando el valor de Ca en lugar de E siguiendo a Beltrán
Villagrasa (18). Sin embargo, PQ.rl! el grafito t Y> de Liria V, todos los autores
coinciden en su lectura Er (Siles 944) (19). En los t extos de Ensérune (Siles 938) y en el
bronce de Sant Antoni (Betxí,, Castelló) (Siles 948), Siles se inclina por la identifica(14) A. QLIV'E R: «Epigrafla ibéric.o deJa pr9Vin!ilil de Ca.téllón~t. Cuadernos de Prelüat.Qria y ,i\rqueolog{a Odtellone.._., 6, Ca.~~1J6, !9'78,
pág. 22$.
(15) E. A. U.OBREGA'l:: «Contestania ~ri.,.,.. Instituto de Eotudioe AlicanPno&, Ala'cant; 1972, pág. 127, fi8. 64.
(16) J. U NTERMANN: «Repertorio antropoñÍrilico i bérico•. Archivo de Pre.historia Levantilia, XVD, Valeru)ia, 1987, pé¡¡a. 301-302'.
(17) M. A. MEZQUIRIZ: «lAr CGJ:ámica de importación de San Miguel ae Liria•. Atcbivo de Prebiatoria .Le.Yat~ÜDA. V, Valencia. 1964, pi¡¡B.
1&9-176.
(18) 'FLETCHER: Op, cjt. nola 1, 1981, i>áJ. U, fig. 5.
~) .FLETCHE.R: Qp. cit. nóta 1, J.9lll, pá¡¡. 10, 68. 2.
- 135'-
[page-n-138]
H. BONET Y C. MATA
6
ción del signo P por E, aunque admite que puede leerse Ca. Igualmente, en el plomo
Orleyl IV, A, el grafito 4 ~ es identificado por Fletcher como Ega señalando que
también podría lee.rse Gaga, como el ponderal de El Monastil (20).
Cronología: s. IV .a.. C.
LIRIA CV.-A
Fondo de cerámi~a campaniense A, decorada con palmetas impresas.
·siglado: CSM Sup. núm. 039 (fig. 2, 5).
Un solo signo muy pequeño y fino en el fondo interno del recipiente.
El signo A aislado apaxece también en La Monravana I, Liria LXI y Vi.llares IV, B. (21).
Cronología: prime.ra mitad del s. II a. C.
·
LIRIA CVI.- ..•A ..•
Base de cerámica campaniense B, F. 1 Lamb.
Siglado: qsM-Dp. 126/128 núm. 0102 (fig. 2, 6).
Un signo de trazo grueso sobre el fondo externo sin b~ar. Posiblemente está
incompleto.
Cronología: segunda mi~d del s. II a. C. y primera mitad del s. I. a. C.
LIRIA. CVll.- BAL o Gl
Base de cerámica campaniense B, F. 1 Lamb.
Siglado: CSM-Dp. 121 núm. 0100 (Íig. 2, 1).
GrafitQ de lectura muy dudosa al no ap~:eciarse el signo completo sobre el fondo
externo sin barnizar del recipiente. Podría tratátse de un signo Gi roto en su mitad
·inferior como ocurre en la inscripción de Els.Tossalets I (Les Coves de Vinrom.A) (22)
(Siles 1292) o bien dos signos 1A Bal
Cronología: segunda mitad del s. 11 a. C. y prilnera mitad del s. 1 a . C.
LmiA CVIII.- ...LDA/TA
Base de plato ~n cerámica CaJJ1paniense A, decorado con palmetas y ru~ecilla.
Siglado: CSM-Dp. 118 núm. 068 (fig. 2, 8).
lectura muy dudosa sobre él fondo externo del plato. Además de su
Dos signos de "
interpretación como L y _ a/Da, cabría la posibilidad de que se tratase de un grafito
T
· púnico cuya lecturª- s~rí'a 'g con un paralelo muy próximo en Eivissa. En este caso se
trataría de la abreviatura de un nombre personal (23).
Cronología: primera mitad del s. II a. C.
pq. 118. ·
(21) FLETCBKR: Op. cit no~ 1, 198). pq.. 14' 17 y 19.
(22) OLIVER: Op. cit. nota 14, Ñ· 278.
(28) M. J . FUENTES: «Corpua ele inecrii>o;ionee feiciaa 8ft ~- Aula -Orienta)ia, IV, nÚJI!I. 1·2, Barcelona, 1988,
(2o) FLE'l'CJIBJl: Op. cit. nota J. 1981,
-136 -
pq. 13, 07-17.
[page-n-139]
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~ --..J)
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f3~ \ V
9
..
S
Flg. 2.- Liria CI núm. 1; Liria CID núm. 2; Liria CIX núm. 3; Liria CIV núm. 4; Liria CV núm. 5;
Liria CVI núm. 6; Liria CVll núm. 7; Liria CVlli núm. 8; Ca.stell de Bernabé 1 núm. 9;
Deapeñaperroa I núm. 10; Villarea VID núm. 11; VlUarea IX núm. 12.
[page-n-140]
H. BONET Y C. MATA
8
LIRIA CIX.- U
Mano de mortero.
Siglado: CSM núm. 198 (fig. 2, 3).
Signo 1' inciso sobre dos de las caras. Encima se aprecia el comienzo de otro signo
ilegible.
LOS V/LLARES (CAUDETE DE LAS FUENTES, VALENCIA)
Asentamiento de grandes dimensiones - más de 10 has.- y de amplia secuencia
estratigráfica desde el Bronce Final-Hierro Antiguo basta el Ibérico Final (24). De
dicho yacimiento se han publicado siete inscripciones (25), ninguna de las cuales tiene
atribución estratigráfica por proceder de hallazgos casuales.
.VILLARES
Vlli.- BISSKATITESK/KATITESKBI
.
Forma 34 Lamb. depositada en el Servicio de Investigación Arqueológica Municipal del Excmo. Ayuntamiento de Valencia. Pasta amarillenta, blanda, barniz casi
inexistente, características que apuntan hacia un taller local, posiblemente el descrito
por Morel como clase Byrsa 401 (26).
Siglado: V-23 (fig. 2, 11; Iám. II, 2).
Por el exterior, y en el tercio inferior, tiene un grafito de trazo poco profundo, muy
deteriorado al haberse perdido el barniz y ser la arcilla muy blanda. La lectura e
interpretación es difícil dado el estado de conservación de la pieza.
La primera particularidad que llama la atención es encontrar en una misma pieza
letras del alfabeto jónico (B, 1, S, K) y del oriental (las restantes) -de entre las cuales
f también podría interpretarse como Cu del alfabeto meridional- . No parece existir
duda en la atribución de estas letras -con la excepción citada- , puesto que invirtiendo su lectura no se obtiene ningún resultado satisfactorio. Un caso similar con
diversidad de lecturas y posible mezcla de dos alfabetos lo tenemos en la Illeta dels
Banyets de la Reina (El Campello, Alacant) donde el grafito ATA 1'
es interpretado por Llobregat como ATAS, mientras que Siles propone leer en último signo como U
(Siles 69) (27).
De acuerdo con las dificultades citadas hemos propuesto dos lecturas como más
(24) E. Pt.A: •Loe Vill.ree (Cauclete de laa.Fuenteé, Valencia)o. TN.~oo Varloo del Stmcio de Inveeti¡aci6n I'J:eht.c6rica. 68, Valencia, "
1980.
C. MATA: •Loo Vill..,..: ori¡en y ..oluci6n de 1a Cultura Ibérica». Teo~it doctoral iMclita, Val..,cia, 1987.
Ft.ETCHER: «Cioc» inac:ripci- iWricu de Loo v;n..,.. (Calldete de lu Puent-ee, Val.,~. ArChivo de~ ~.
XV, V~. p4p. 191·308.
D. JILBTC.HER: «Vill.,... VL Nuevo plomo lbé.rico -=ritooo. Varit 1, Valencia, 1979, p&p. 191-204.
D. JIL8TCHER: «Vi!J.ree Vlh. Archivo de l'í8bitl.oDa Levantma, XVI, Val~ncia, 1881, p6p. 463-472.
FLBTCHBR: Op. ciL DOta l, 1981, pq.. 1~19.
(28) J. P. N ORRL: «L. c*amique 6 Yemia DOir de c.rt.hq•Byra: DOOveUM clonn6et et éWmenta de 00111puaiao"". Collogue ou.r la
~que antic¡ue (Carthqe. 1980). CartUp. 1983, jlá¡. 63.
(!l7) LLOBRBGAT: Op. ciL DOta 15, pq. 128, núm. 30. fíe. 68.
&. A. LLOBRBGAT: «Loo ¡ralitot'"" eoc:ritura jónica e ibérica del Eet., del MUMO de Alicanta». Saitabi, XV, Valmcia, 1966, J>4. 6, núm. 4,
ti¡. 14.
~) D.
- 138 -
[page-n-141]
qRAFITOS IBERICOS VALENCIANOS
9 .
probables y que pasamos a comentar a continuación. Por un lado, puede observarse
claramente cómo el signo KA aparece repetido a distinto tamaño y altura (fig. 2, ll;
látn. U, 2) lo que· nos podría llevar a una tercera lectura: BISSKAKATIASK; aunque
esta repetición podría: interpretarse también -dada la diferencia de grafía, tamaño y
altura- como un grafito hecho con anterioridad o posterioridad al principal. Po~: otro
lado, son dudosos los signos leídos como SS de tamaño desproporciopado al resto de
las letras y de trazo poco definido, por lo que ot~tl ¡>osibilidad sería interpretadas dos
SS orientales como trazos de relleno - KATITESKBI-, aunque no se puede considerar del mismo modo la I jónica, puesto que en tal caso sería difícil aceptar una palabra
terminada en B. De este modo se evita la dualidad de grafía de la S en una misma
inscripción.
Otra posibilidad sería interpretar el signo t como Cu meridional, esta interpretación la creemos poco probable puesto que si ya es dificil aceptar la mezcla de dos
alfabetos mucho más lo sería con tres - BISSKATICUSK/KATICUSKBI.
Dadas las dificUltades que presenta este grafito nos ha parecido interesante recoger
todas las pQsibilidades de interpretación del mi,smo aunque, por las razones expuestas
a lo largo del coment.a rio anterior, nos ínclinamos por la lectura BlSSKATITESK
como la más probable o, tal vez, KATITESKBI.
El inicio en Bis- es poco frecuente y lo encontramos en Bastida 1, A - Bisibetaracar- y en Pico de los Ajos I, D - Bisisar- (28). En cuanto a las terminaciones en
letra oclusiva (k, g, d, t), son consideradas por Gómez Moreno como algo anómalQ,
mientras que Caro Baroja señala que son frecuen~s en vasco (29). La terminación
-Ask se da en Serreta Í, A, donde se puede leer Bask (Siles 36~); otros vocablos
terminados en k se conocen también én el mismo yacimiento (Siles 733 y 1116) y en el
Cigarralejo (Siles 1279).
Si aceptásemos la posibilidad de las dos S como trazos de relleno-, nos encontraríamos ante un término acabado en -bi que aunque poco frecuente, tiene ejemplos bien
documentados en Ullastret•. Ruscino, Ensérune, Pech Maho, Mariola, Azaila, Llíria,
Alloza y Orleyl I (Siles 7, 856, 857, 858, 890, 904, 965, 1263, 1452, 1536 y 1741).
El signo Ca, repetido, aunque escasamente, se encuentra documentado en una
moneda de Sagunt, y en un ponderal en El Monastil (Siles 290 y 561).
Finalmente, cabría la posibilidad de considerar tod.o el grafito como griego, interpretando el pl"Ín\er signo ~ como A, siendo los otros dos de dudosa atribución; en este
caso, deberían considerarse los do& últimos signos /"V'\ como trazos de relleno. De
este modo, nos encontrariamos ante un letrero compuesto casi totalmente por consonantes y, pot lo tanto, ilegibles: A ••• skbi.
Cronología: aunque sin contexto arqueológico, la F. 34 Lamb, es típica de la
(28) FLE'l'CHER: O¡t. cito D~ l, 1981, pq.. 21 l 23.
(29) M. BELTRAN LWIPS: -La ]l&!al¡ra ibérica iunatir, el pl0010 de AJc:oy y a] gunoo probl..,.. de vacofberiamo• . Anejo al Archivo.
& poúlol de Arqueglog(a, vn, Zaraa9U. 19'74, ~. 36.
-139 -
[page-n-142]
10
H. BONET Y C. MATA
Campanienee A Media, fechada, en el a. ll a. C. Esta cronología vendría a coilfirmar la
perduración del alfabeto jónico en el s. 11 a. C. como ya supuso Llobregat (30).
VILLARES IX.-N
Se trata de un fragmento de galbo de cerámica sin decorar.
Siglado: V-79 B3 c-2 (fig. 2, 12).
En la superficie exterior se ha grabado con trazo muy tenue el signo N.
Cronología: a pesar de tratarse de un signo aislado tiene el interés de ser el único
grafito de Los Villares con atribución estratigráfica segura (Nivel IV, s. m a. C.,
campaña de 1979).
PUNTAL DELS LLOPS (OLOCAU, VALENCIA)
Pequeño asentamiento ibérico de época plena caracter~do por la existencia de un
único nivel de ocupación destruido en el primer cuarto del s. ll a. C. Aunque la mayor
parte de sus ajuares se encuentran todavía inéditos se han dado a conocer aspectos
e
parciales de est, yacjmiento en diversos trabajos (31). La inscripción que se estudia a
continuación es la segunda del Puntal deis Llops. La primera, un grafito griego sobre
F. 40 Lamb. fue dada a conocer en el primer trabajo publicado de este yacimiento (32).
PUNTAL DEL LLOPS It-NAUIBA
Asta de ciervo, trabajada a modo de colgante o pectoral, con dos orificios en los
extremos rebajados; está: quemada y vaciado el interior.
Siglado: C-85•Calle (lám. I).
En una de las caras lleva un pequeño grafito de incisión muy fma y cuidada:
N~1'f((l
Se trata de una pieza de gran inter.és por varias razones: por un lado, es la.segunda
inscripción sobre hueso que se encuentra en el País Valenciano - la primera es un
pequeño fragmento de posible punzón procedente de la Peña deJas Majadas (El Toro,
Castelló) (33)- y por otro, hay que añadir a la excepcionalidad de la pieza el texto que
lleva grabado.
Dé acuerdó con los léxicos existentes de ep~grafía ibérica no es habitual el vocablo
Na- en principio de palabra y no existe ninguno que se lea Nau-. Sin embargo, la
terminación -Ba es muy frecuente, que algunos a\ltores identifican como una forma
(30) Ú.Ol!REGAT: Op. cit. ,r iota 1.6, pq.. .130-131.
(31.) H. BONB'l': C. MATA: «El pobladO itiúico del Puntal det. LJo.- (El Colmenar) (Olocau, Valencia)». Trab!t:joe Varioa del Servicio de
lnve&tieacióo
J>J.é~Wot6%jca.
71, Valencia, 1981,
_
H. BONBT¡ l P.ASTOR: «'1'6cnicu co""""etjvu y 0111~ci6o del b'-bítat en el poblado ib6rico del Plmtal deJa Llo.- (Oiocau)». S.guntum,
Papelee del Laboratorio de Arqueolocfa de 'll'alaocia, 18, Va\~ncia, 1984, páp. 163-187.
J. BERNABEU; H. BONBT¡ P. OUERIN; C. MATA: «An'liad miCJ'(Ieepaciál del pc¡blado ib6r:ico de.! Puntal dela Ll011'1 (Olocau, Valeoeió.).•
Arqueolo¡f& Eepacial, 9; Coloquio aobre el mic:roMpacio, S. Teruel, p4ga, ~1-337.
(32) BONET Y )lATA: Op. cit. nota 81, pqa. 78 y 118, liga. 33, 297 y lúl. XID.
(33) l $AJUUON: •El poblado ibérico de la Pella de laa M.Qadu (EliJ'OI'O, CuteU6n de la Plaoa)>t. Archivo de Prebiátória Levantina, XV,
Valencia, 1878, P'¡a. 177~189.
- 140 -
[page-n-143]
GRAFITOS mERICOS VALENCIANOS
11
cuyo significado tendría relación con el parentesco o el origen (34). A todo ello hay
que añadir q1,1e en vasco existen palabras semejantes con los siguientes significados:
nausi, amo. superior o dueño; nausitu, predominar.
Todo ello parece concordar con la singularidad de la pieza, cuyo grafito bien podría
interpretarse como el nombre del poseedor o el cargo que ostentaría.
Cronología: procede del nivel de destrucción fechado a principios del s. ll a. C.
CASTELLET DE BERNAB'i (LL1RIA, VAUNCIA)
Como la mayoría de los poblados de la zona de Llíria ya gozaba de una amplia
bibliografía antes de iniciarse su excavación en 1984 (35).
Pequeño asentamiento, de 1.000 m 2 , amurallado y de calle central con 9 departamentos excavados hasta la fecha y cuyo período de ocupación se extiende desde la
primera mitad del s. IV a principios del ll a. C.
CASTELLET DE BERNAB2 1.-
1 o M púnica.
Crátera de barniz negro, F. 40 Lamb.
Siglado: CB-86 Dp. 3 (fig. 2, 9).
Grafito de un signo sobre el fondo externo de la crátera.
Podría leerse como una 1 invertida o meridional, tal y como aparece en Azaila (36),
en Tarragona ~ 1< 1 - lkeba- (Siles 1055), Ullastret ) ~ (Siles 982) aunque . u
s
identificación resulta muy dudosa. Sin embargo, no ofrece dudas si se relaciona con el
signo púnico '-'1 M, idéntico al nuestro y que aparece aislado1 con bastante frecuencia.
en el Sureste de la Península y en Mallorca como abreviatura de nombre personal (37).
Cronología; s. IV a. C.
DESPEIVAPERROS (PATERNA, VALENCIA)
Pequeño yacimiento situado en la orilla derecha del río Turia, hoy en día muy
destruido por la extracción de áridos del río. El asentamiento, catalogado desde
Ver 1M diferefttea opihion• ncoc1c1ea en Liria CL En v u c o - 1M paJ.Ior:M: ou.ba- tlo; n~-eobritto.
(36) N. P. GOMBZ SER.RANO: é!eclei6 cl'Antropolctla i ~- ADaleo del Cenlro ele Cultura VaJa.ciaoa. IV, n6ma. N. V~ 1931,
(34)
pq. '18.
•
D. PLBTCBBR: cBxploneioue u.¡~., 1.t. comarca de~. 1'1-aboljoe Varioe c1eJ Serridc> de In~ ~ 10.
Vaüocia, 1947, liÁII· e&.
K . QJl,MASCABBU..: • Yaciaiealoe ib6ricoe •aleDcianoe. Batuctio del PGblusi.eoto». T..;. doctoral iúclita, V~ 1m. pq. 228..
B . BONBT: «Un tr.ca-to de ~ de tenacota del poblado ibérico de CaMIIet de
(Liria)>. Arcbivo de ~l:ia t-antina,
XV, Valbcúl, 1978, p4cw. 15'H 82.
(38) CABRE: Op. c¡ít. nota 8. nlbn. 156, pq. 1&.
(8'7) J. SANMARTIN: cln.cri,pcioi\M ~co-púnicu del S..,... hiep6nlCOII. Aula Orientalio, IV, núma. 1·2, Barcelooa, 1888, ~... 90-96.
FVENTBS BST.AROL: Op. cit. Ilota 28, pq. 17.
M.. J. l'UENTES BS'l.AROL; O. ROSBU.O: cGrafíloe pónicoe en el pecio de l'IU. del s-. ButUetl de t.. Societat Atqueolbcica Lul·liana. 37,
Palma, 1919, p4p. 69-76.
a.maw
- 141 -
[page-n-144]
12
H. BONET Y C. MATA
antiguo (38), es conocido por el interesente hallazgo de una pieza de barniz negro, F.
1533 Morel (39), del taller de las pequeñas estampillas publicada por E. Sanmartí (40).
DESPE~APERROS
l.- LA
En el momento de su estudio, la pátera tenía el fondo externo cubierto por una fina
capa de concreciones que tapaba el grafito (fig. 2, 10).
Los signos 1\ ~ LA no presentan excesivas dificultades de interpretación, siendo
muy frecuentes en Azaila (Siles 1078 a 1099), mientras que el tercer signo ~ , situado
debajo y con diferente orientación, resulta ilegible.
Cronología: S. m a. o.
V ALENTIA (VALENCIA)
Colonia romana fundada en el138 a. C. (41). Las piezas que presentamos proceden
de las excavaciones realizadas por el Servicio de Investigación Arqueológica Municipal del Excmo. Ayuntamiento de ValEmcia en los años 1959-60 en la Plaza de la Virgen
donde se profundizó hasta los niveles fupdacionales de la ciudad (42).
VALENCIA ll (43).- LIGIE
Base de cerámica campaniense B, F. 1 Lamb.
Siglado: PV-59-60, núm. 281 .(fig. 3, 1; lám. II, 1).
Inscripción sobre fondo sin barnizar, de trazo firme y claro. Unicamente el tercer
signo .$- presenta alguna dificultad de interpretación al enláZar por arriba con otro
trazo zigzagueante que, a nuestro parecer, es posterior. En una primera lectura este
signo ~re identificó con la L, inclinándonos definitivamente por su lectura como Gi
Cronología: finales del s. II y primera mitad del 1 a . C.
VALENCIA ID.- BAN
Base de cerámica campaniense B, F. 5 Lamb., decorada con ruedecilla y círculos
concéntricos.
Si~lado: PV-59, núm. 88 (fig. 3, 3).
(38) N. P. OOMEZ SII:RitANO: t&cción ele Antropoloc$a y Pl'eb4toria•. Analee del Centro ele Cultura Valenciana, IX, Val~ncia. UNO,~.
47 y XI. Val~cia, 1943. P'l· 311.
E. PLA: •A.cti~ del B.l.P. (1986-19'70)t. Va18Dcia, 11172, P'a·
(39) J. P. MORBL: .X.. c:hamiqua campanimme: lee
liGu, 1981, P'l· 120.
(40) E. ~ d i tallar da laa paqueild aot&l:oJ!Íll&& en la P&llÚIR!a IWrlcalt. ~pudaa. 36, ~ lt73, P'a. Ul3.
(41) D. PLB'l'CHBB: .X.. Tyria iWrica y la Velantia romana>t. BoletiD da la 8oc:iadad CMtelloDena de Cultura, XXIX. Cut.tl6, 1963, P4 191.
M. TARRADELL: •Valencia ciudad romana. Eltado aetual da loe probl -. Papelee del t..borat.orio da Arqueolotla de Valencia, 1,
V~da, 1962, j)&p. 6-34.
J. P..S'l'BVE FORRIOL: •Valencia, l'unclación roman<. Valimcia, Uml.
A. IUBERA: «La arqueolotfa rocaa.na de la ciudad ele Valencia. Jnlorme pnJúainar,t. Val~cia. 1983.
(42) A,gradecemoeal direet.or del Servicio ele loveetigacióo Municipal ArqueolótP~ del Excmo. Ayuntamiento ele Vallneia al podet' publicar
lu pi_. que preeentan .,..tito., ya que N trata
un material en Ntudio J>Ol' A. Ribera, C. AraneauJ y H. Bonet.
(48) Valencia I eorreeponde a una planchuela de plomo, atribuida a Valencia, aunque en reaJída4 - ele procedencia deaconocida. Fu,.
publícada pqr.
M. OOMEZ MORENO: ~&entura butulo-tunleta.lia•. Madrid, 1982, Ptlae. 68-69, núm. XLVID.
r -.
m
ae
- 142 -
[page-n-145]
L""''
O
ÍIIIII:::::=--=::::::::11- 5
Fig. S.- Valenc ia 11 núm. 1; Valencia IV núm. 2; Valencia lll núm. 3; Valencia V núm. 4; Valencia
VI núm. 5; Vale ncia Vll núm. 6; Valenc ia VDI núm. 7; Valencia IX núm. 8; Valencia X
núm. 9.
[page-n-146]
.·
H. BONET 'i C: MATA
14
Grafito $Obre fondo externo sin barnizar. Para gu lectura Ban y posible significado
ver Liria CI.
Cronología: segunda mitad del s. 11 a. C.
VALENCIA IV.- 1
Base de campaniense B decorada, con ruedecilla.
Siglado: PV-59-60, núm. 404 (fig. 3, 2).
Pn solo signo 1 sobre el fondo externo sin barnizar.
Cronología: finales del s. II y primera mitad del I a. G.
VALENCIA V.- WBA... o MBA...
Base de cerániica de barniz negro p,r ocedente de un taller norteafricano, clase
Byrsa 6EÚ de Morel (44), decorada con ruedecilla y estampillaa muy pequeñas.
Siglado: PV-59-60, núm. 455 (fig. 3, 4).
Texto incompleto sob.re el fondo externo. Se lee claramente el polémico signo Y
(45), seguido de Ba y el arranque de otra letra jlegible.
Los vocablos en inicio de palabra lo tenemos en Liria XVIII - Wbarcus (46}-- que
Siles lee Mbarcus (Siles, 1152) é interpreta cómo nombre personal siguiendo la
tradicional opini6n de G6mez Moreno. Untermann (47), en su repertorio antroponími-·
co ibérico, señala igualmente Mbar como un componente onomástico que habría que
identificar con Ja grafía latina Umar, como ya anteriormente apunt6 Vallejo (48).
Otros dos textos que comie~ por Mba o Wba los hallamos en Ensérune (49) (Siles,
1151 y 1153).
En el caso de nuestra pieza, el tercer signo, }'oto, pódría ser interpretado como una
R, completando así el nombre personal Wbar/Mbar.
Cronología: mediados del ,S. n a. c.
VALENCIA VI.-BAS
Base dé campaniense B, F. 8 de Montagna Pasquinucci (50), decorada con ruedecilla
Siglado: PV-59, núm. 2 (fig. 3, 5).
Grafito incompleto de dos signos sobre fondo exterior s.in barnizar.
Su lectura Bas tiene paralelos ídénticos en Azaila (51) (Siles, 357-359) y el). Arenys
(.u) J. P. MOREL: •La ~ue 1\ vemia noir ele Carthap, ea difl\lMil>D, oon influen.,.,.. Cart.h.o¡re VID. Cahien de. tltude. anc;~enn...,
Qu6bec, 191l6, P'c· 35, fig. l.f.
(4,6) M. BBLTRAN LLORIS: ;;Ptobleíllaa én 10~ al signo ibérico Y». Miaeelánea Arqueol6fica J, Bar:celona, 1975, pqa. 141·151.
D. l'LETCHER: •De nuevo oobre el. aigno ibhico Y». Varia J, Valencia, 1979, P'cs. 183-189.
J. SILES: teSot;,._el aigno ib6rico Y y loe valorea foñéticos que !ltll>ía: apunte. para una oiatelnatiuei6n de lu graffu de IN \lU&Ies en la
eecritura ibtiJjca». &merita, X:UX, 1, Madrid, 1981., Jl4a. 76-86.
(46~ FLETCHER: OpJ cit. nota l. 1981, pq. ü., tig. 16.
(47) UNTERMANN: Op. cit. nota 16, p4g. 809.
(48) UNTERMANN: Op. cit. nota. 16, p4g. 292,
(.f9) ~. ,J_ANNORAY: «Enstltune. Cont_tibution 1\ J'étucle de. civiliaationa préJ'omaine.. de la Oawe m6ridiona.Jeoo, Paria, 1965.
(50) M. l!«Ol-ITAGNA PASQUINUCCJ; «La ceramica. a vernice n.,... del Muaeo Guamacei
Rome. Antlc¡uité. 84, Paria, 1982, ~ 269-498.
(51) CABRE: Qp. cii.. nota 6, fiJ. lll, nlime. 21M!, 2'10 y 276.
XVIII.
-144-
[page-n-147]
GRAFITOS mERTCOS VALENCIANOS
15
de Mar (Siles, 360); con la variante M lo encontramos igualmente en Azaila (52)
(Siles, 362-365).
Vocablo muy frecuente entre palabra e interpretado por Untermann como componente de nombre personal (53).
Cronología: mediados del s. II a. C. o segunda mitad del mismo siglo.
VALENCIA VII.-.. .LA (?)
Forma 27 Lamb, de campaniense A.
Siglado: PV-59, núm. 69 (fig. 3, 6).
Grafito de trazo muy irregular sobre la pared exterior del vaso. Lectura muy
dudosa. El primer signo aparece roto, posiblemente una L, y el segundo una A.
Cronología: s. II a. C.
VALENCIA Vlli.- RKE
Base de forma indeterminada de campaniense A.
Siglado: PV-59-60, núm. 559 (fig. 3, 7).
Dos signos de trazo irregular y tosco, grabado en la pared exterior.
De estar incompleto el grafito y faltarle la letra U, podría tratarse del nombre
personal Urke (54).
Cronología: segunda mitad del s. II a. C.
VALENCIA IX.-L GABA
Base de campaniense B, decorada con círculos concéntricos y ruedecilla.
Siglado: PV-59-60, núm. 771 (fig. 3, 8).
Sobre fondo externo sin barnizar, grafito de trazo firme y muy regular. Los signos 1
y 3 podrían ser las letras latinas L e 1, mientras que el 2 es claramente el signo ibérico
1?1. Ca/Ga. Aceptando que se trata de un letrero ibérico los signos 1 y 3 se leerían
como Ba, aunque el1, debido al pequeño trazo horizontal de la p~ inferior, podrla
interpretarse como el numeral L -Pico de los Ajos I y m, estela de Sinarcas (55) y
Liria XCVI (56).
VALENCIA X
Fragmento de galbo de campaniense A.
Siglado: PV-59-60, núm. 775 (fig. 3, 9).
Grafito ilegible en el exterior de lectura muy dudosa S o A.
(&2) CAB1U!:: Op. cit. J>Ota e, llr. 18, n.-.. 147
(M) UN'I'BRMANN: Op. cit. nota 111,
:199.
(54) UNTBllMANN: Op. cit. nota 16,
309.
Jl4r.
Jl4r.
(66) FLETCI{ER: Op. cit. nota 1, 1861,
y 148.
!Mis. 33.
(66) M. GOMEZ M01U!:NO: •MiiiCelú-. Mad.ricl, 19.CS, oWn. 15, p4r. 66. Aunque de procedencie deeconoclda, H ha venido denoJDiDando
«14plda de Valencia»,
~ro
pareee Hr 11ue, en reelldad, ea de Liril! o au comarca .
- 145 -
[page-n-148]
16
H. BONET Y C. MATA
En el presente catálogo recogemos un total de 27 grafitos, todos ellos sobre
cerámica, excepto Puntal deis Llops TI sobre asta de ciervo pieza excepcional no sólo
por ser poco frecuentes las inscripciones en hueso (57), sino por tratarse de un
elemento de adorno de gran interés. Sobre cerámica también merece destacar Villares
vm ya que está mostrando la perduración del alfabeto jónico hasta el S. n a. c. con la
peculiaridad, teniendo en cuenta las dificultades expuestas anteriormente, de utilizar
dos alfabetos diferentes.
Exceptuando los textos de Puntal dels Llops 11, Villares VID y Valencia Il, el resto
son grafitos de uno o dos signos, ilegibles algunos de ellos, por lo que su comentario na
sido necesariamente somero.
De la totalidad de las piezas en cerámica, 19 son grafitos sobre cerámica de barniz
negro -ático o campaníense-, uno sobre ánfora greco.itálica y 6 sobre cerámica
ibérica. El elevado porcentaje de piezas importadas marcadas con grafitos simples de
uno o dos signos indica, sin duda, un distintivo de uso o propiedad muy probablemente
iniciales de nombres propios. Además, cabe destacar un mayor porcentaje de grafitos
sobre Campaniense A y B -siete respectivamente- frente a tres sobre cerámica ática,
mientras que los grafitos sobre otras producciones son minoritarios.
La mayor parte de los grafitos aquí recogidos proceden de yacimientos catalogados
con anterioridad. Así, por ejemplo, sigue aumentando el repertorio de Villares y del
Tossal de Sant Miquel, asentamiento este último que posee uno de los conjuntos
epigráficos sobre cerámica más importantes, mientras que Valentía, a pesar de ser un
asentamiento prácticamente desconocido para la epigrafía ibérica (58), aparece aquí
con un interesante conjunto de grafitos sobre cerámica de barniz negro, sobre todo
Campaniense B, volumen que puede incrementarse en breve dada la importancia de los
trabajos arqueológicos que se vienen desarrollando en la ciudad por parte del Servicio
de Investigación Arqueológica Municipal. Los restantes yacimientos aumentan escasamente el repertorio epigráfico, sin embargo la singularidad de algunas piezas - asta
de ciervo del Puntal dels Llops y pátera del taller de las pequeñas estampillas de
Despeñaperros- o de grafitos - letra púnica sobre F. 40 Lamb., de Castellet de
Bernabé- proporciona a este pequeño conjunto un interés añadido.
Con la publicación de estas inscripciones queremos rendir nuestro pequeño homenaje a D. Domingo Fletcher que tan ardua labor está realizando en este campo, así
como agradecetle una vez más la ayuda prestada en la realización de estas páginas,
sobre todo en la transcripción y lectura de alguno de los textos.
(67) SAIUUON: Op. cit. nota 33.
P. ATRIAN JORDAN: •Una lnteripci{)n en el PaloiiW' de' Oliete (Teruel)•, TeNel, 89. Teruel, 1968, p¿p. UH 18.
(68) Véaae note 43.
- 146 -
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H. BONET Y C. MATA.- Grafitos ibéricos valencianos
Punta l de is Llops ll.
- 147 -
LAM. 1
[page-n-150]
H. BONET Y C. MATA.-Grafitos ibéricos valencianos
Valencia I1 n úm. 1; Villarcs VfH núm. 2.
148 -
LAM. ll
[page-n-151]
ARCHIVO DB PRBRJSTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 1988)
E. A. LLOBREGAT
(Alicante)
LOS «GRAFFITI» EN ESCRITURA GRECOmERICA Y PUNICA
DE LA ILLETA DELS BANYETS, EL CAMPELLO (ALICANTE)
No me fue muy difícil elegir el tema de mi contribución al libro-homenaje a don
Domingo Fletcher. Nada podía sel'le de mayor agrado que una publicación de nuevo
material epigráfico ibérico al que ha dedicado su vida, y las excavaciones de la Dleta
dels Banyets de El Campello, han ido proporcionando, desde antiguo, buenas muestras
de esa clase de material. Presento ahora la cosecha obtenida en las campañas realizadas desde 1974 a 1986. Es posible que la revisión sistemática de los materiales de esas
campañas, que se lleva a cabo en el Museo Arqueológico de Alicante bajo mi dirección, con vistas a la publicación dei yacimiento, proporcione todavía algún ejemplar
más. No obstante, por el momento estos nuevos fondos podrán ayudar en algo a los
investigadores de la epigrafía ibérica y con la publicación de los que siguen se obtiene
ya el alfababeto grecoibérico completo empleado en la Dleta que tiene, como luego se
intentará probar, algunas variantes .respecto al usado en los plomos de La Serreta.
Además, la aparición de graffiti en letra púnica plantea interrogantes de interés. que
pueden hallar su justificación en la presencia en el yacimiento de un templo (el B) con
dos fases, cuyo mobiliario sacro y disposición apuntan a prototipos fenicio-púnicos (1).
Aunque algunos de los ejemplares han salido a luz entre los restos de los edificios, la
inmensa mayoría de ellos apareció en un pozo de saneamiento, al que se arrojaban los
detritus del poblado mezclados con escamas de pescados y otras inmundicias. Salvo
algún caso excepcional (cf. núm. 20 del catálogo) los tiestos con inscripciones están ya
desechados y por eso se encuentran en el basurero. No obstante su estado de rotura se
(l) &. A. LLOBllEGAT: cOn altar de l*'fl- de tipo oriental en el yacimiento ibmco de la ru- del &xlyeta (111 Cuopello, Alicante)t.
Boletln de la Soeleded Bepaftola de Orienw;.tu. XX. Vadrid. 11184. ~ 301-308.
- 149 -
[page-n-152]
2
E. A. LLQBREGAT
puede en general determinar el tipo y forma del vaso, lo que propQrciona una cronología tanto para el yacimiento como para las inscri~iones.
No quiero concluir esta introducción sin mencionar la ayuda inestimable que la
frecuentación de don Domingo Fletcher ha sido para mi formación científica. De su
magisterio he recibido sólidos fundamentos, c_ mo tantos y tantos que hemos absorbido
o
las benéficas influencias del S.lP. En este momento jubilar - e hace más que n~nca
s
indispensable el rendirle qn homenaje de gratitud por tanta información y tantos
consej.os. Ad tnultos annos!
CATALOGO DE LAS INSCRIPCIONES
La numeración. empleada enlaza con la de los ejemplares ya publicados por mí (2).
Se recoge además los d,os eje_ plares publicados, procedentes del mismo yacimiento,
m
uno por A. González Prats (3) y el otro por quien esto escribe (4) que, al haber
aparecido en revistas de carácter general y no especializado, han podido pasar inadvertidos. Se les ha dado los números 6 y 21.
Inscripción 6
Según A. González Prats, «fragmento de cerámica ática de barniz negro, seguramente de la form.a 21 de Lambog}l~. El tiesto pertenece al fondo del vaso y escasamente
conserva el arranque del pie. En el interior del vas_ hay decoración a. ruedecilla
o
compuesta de tres fajas concéntricas. En el exterior ofrece el cerchio rosso en la
inflexión del píe y en la parte exterior del fondo conservada se observa la existencia de
dos letras del alfabeto jónico esgrafiadas y del:imjtadas por las roturas... Parece
tratarse de un grupo vocálico intermedio de la leyenda completa». Se halló en. el
cuadro B-IT, en la primera campaña de excavación (1974),
Transcripción: ··]ia[··
Inscripción 7
Sobre la cuatta parte del fondo de un vaso ático de barniz negro, forma 483 de
Sparkes, fechable entre el tercero y el segundo cuarto del siglo IV a. J .C., o quizá de la
forma 489 del mismo autor (posible forma 42 A de Lamboglia). Tiene el pie moldurado,
y por la parte exterior muestra la base del pie y la parte central del fondo reservadas,
esta última con dos líneas circulares concéntricas pintadas. En la zona resertada tres
signos, fmal de una palabra, inscritos a punzón. Caracteres grecoibéricos (?).
Transcripción: ··]ito
2. A. LLOBREGAT: «Doe templeo iberi~ a-J:interior del ·poblat de la 111~ dela Bany,~. Fonamente, 6. Bucelon11_, ~. p4p·. t~l12.
(2) E. A. U.OBREGAT: ..X.... grafitc¡e en 8fCI'itura jónica e ib6rica del eote del Míiaeo de Alicante!'. Saitabi, XV. Valencia,l966, P411l!. 3-20.
(3) A. GO~ PRA'l'S: «Un nuevo Kralit.o eon letra jónica hallado durante tu exc;avacioneo en cuno de la laleta del Cam~o
(Alicante)». Revieta del .lnetitut.o de Emldioa AlicantinQ&. 13'. Alicante, 1!174, pqa. 61-64.
(4) E. A. U.OBRBGAT: «U.ngrallto en eocritura p\inica de la Diete dela Banyaa, El Canlpello, Alicante~<. ITEM,l. ~..-junio, 1911.
-150 -
[page-n-153]
«GRAFFITb> DE EL CAMPELLO
3
Inscripción 8
Fragmento de la parte central del pie de una páter11 de cerámica ática de barniz
negro,, por ambas caras. En la parte exterior del pie se advierte el onfalós central y a
cierta distancia un carácter greco-ibérico, posiblemente marca, aunque podría ser la
última letra de una palabra. El vaso podría ser una forma 21 de Lamboglia.
Transcripción: "]S
Inscripción 9
Fragmento de la parte central del pie de una pátera de cerámica ática de barniz
negro, posiblemente de la forma 26 de Lamboglia, con círculo reservado entre el pie y
el arranque de la panza, estando el pie roto. En la parte interna del mismo un signo
inscrito a punzón que recuerda una M mayúscula, y que, dada la rotura neta que se da
bajo la parte derecha ·del signo, podría interpretarse como un numeral griego indicanr
do la cifra 20, figurada por dos deltas, caso no infrecuente en este tipo de inscripciones.
Podría ser una serie mayor de numerales.
Transcripción: "](delta) (delta) ["
Inscripción 10
Fragmento que conserva la casi totalidad del pie y fondo de una páteu de cerámica
ática de barniz negro, de la forma 832 de Spa.r kes, fechable por todo el siglo IV (forma
26 de Lamboglia). En el interior del vaso cuatro palmetas dispuestas en forma de cruz
rodeadas por dos círculos a ruedecilla, barniz de color rojizo por defectuosa cocción.
Por el exterior hay un filete reservado entre el vaso y el pie, cuyo interior está también
reservado. El barniz bien cocido es de brillo metálico. Junto al pie y aliado de la parte
rota del fragmento se .inscribieron dos letras, comienzo de una palabra más larga (?)
con caracteres greco-ibéricos.
Transcripción: ia [..
Inscripción 11
Fragmento de la boca y pared de una pátera de cerámica ática de barniz negro,
posiblemente de la forma 21 o 26 de Lamboglia. El barniz está muy erosionado y
lascado por el exterior. Hacia el tercio de la altura de la pared del vaso se halla un
grupo de dos letras, trazadas con una punta muy gruesa - para lo que es habitual en
estas inscripciones que forman conjunto ya que delante y detrás de la inscripción
queda abundante espacio. Los caracteres son de tipo greco-ibérico.
Transcripción..: ta
Inscripción 12
Fondo completo de una pátera ática de barniz negro, forma Sparkes 887 (Lamboglia
25/26 B ?). Hay reserva de barniz en la parte interior del pie así como una linea en la
junción del pie con la pared del vaso. La pasta es roja. En el centro del fondo del vaso
hay cuatro palmetas en figura cruciforme. En el exterior del pie, centrada, hay una
- 151 -
[page-n-154]
7
~~
11
10
mf\-1<1
16
j>
o
--
GniJW de El Campello.
10
CfH,.•
[page-n-155]
«GRAFFITI» DE EL CAMPELLO
5
cruz inscrita a punzón sobre el barniz negro, trazada tomando como centro el onfalós'
del fondo de la vasija.
Transcripción: (cruz.)
lnscripci6n 13
Fragmento del pie y fondo de una pátera ática de barniz négro, con fuerte irisación.
de tono metálico. En la parte interna hay huellas de un círculo de palmetas, además de
una banda circular amplia que las enVlJ.elve con decoración a ruedecilla. La pasta es
roja y en la unión de la panza y el pie hay un círculo reservado. En la parte interior del
pie, cerca de éste, hay grabada a punzón una inscripción de cuatro letras en escritura
greco-ibérica, completa.
Transcripci6n: arát
Inscripci6n 14
Tercio del fondo del pie de una copa de cerámica ática de barniz negro, forma 413
de Sparkes, fechada a partir del480 a. C. Está roto por el arranque del tallo. El barniz es
color ala de mosca y amarronado, muy poco espeso y en algunas zonas enrojecido de
cocción poco reductora, que se manifiesta sobre todo en la parte inferior, de color rojo
claro, con una banda y un filete de barniz negro en tomo del borde. Presenta dos letras
inscritas en sentido radial del conjunto de la hase, dibujadas en escritura grecoibérica.
Transcripción: la
Inscripción 15
Fondo de una pátera ática de barniz negro, forma Sparkes 830 (Lamboglia 21},
reconstruida, casi completa. Pasta ocre, barniz negro, con la parte interior muy
erosionada en la que tan sólo se advierten restos de un círculo a ruedecilla. El pie
tiene reserva de barniz así como la unión entre la panza y la peana. En el interior del
pie,·junto al lateral, hay trazada una inscripción de tres letras en caracteres grecoibéricos.
Transcripci6n: utu
Inscripción 16
Fragmento del fondo de una pátera en parte reconstruida, forma 806 de Sparkes
(Lamboglia 21 o 26). El fondo interior está decorado por palmetas y un círculo a
ruedecilla. El pie tiene uña, con reserva de barniz, así como un anillo reservado en la
junción de cuerpo y base. En la parte dentro del pie hay dos círculos concéntricos
inscritos a punzón y una leyenda de cinco caracteres del alfabeto grecoibérico, de las
que la segunda letra está más abajo de la caja del escrito y en menor tamaño. En otro
lugar del fondo se presenta otro carácter de escritura que no pertenece al sistema
escriptorio grecoibérico en que está grabada toda la inscripción sino que recuerda un
signo del sistema ibérico monetal.
Transcripci6n: 8 aka +(signo semejante a KO en alfabeto monetal)
a
- 153 -
[page-n-156]
6
E. A. LLOBREGAT
·
In$cripción 17
Mitad dél fondo de una copa de cerámica ática de barniz negro, de la forma 499 de
Sparkes (Lambogliá 42 A o B). Decorada en la parte interna por una palmeta y círculo
a ruedecilla. Al exterior hay filete reservado en la unión entre el cuerpo y el píe, así
como el círculo de la base del pie taml>ién está reservado. En la parte exterior d. l
e
fondo, dentro del pie hay una ins-cripción incompleta por el final, en .letra grecoibérica.
Transcripción: lesg[··
Inscripción 18
Gran parte del fondo de una copa ática de barniz negro, forma 24 de Lamboglia. El
barniz es de color amarronado, saltado en puntos pequeños, la pasta de color rosado,
con un círculo inciso en el centro del fondo. El pie es redondeado, con uña interna. En
la parte inferior del pie hay tres caracteres grecoíbéricos, en dos grupos diferentes:
uno de dos letras y otto de una.
Transcripción: ga
t
lnscripción 19
Pequeño fragmento del a.la y bor
la cara anterior y posterior, negro brillante, muy ligero. Sobre la cara interna del plato
hay unas rayas efectuadas con punzón de punta fina, que no parece representen
caracteres de xüngún sistema escrlptorio. No obstante se incluye dada la semejanza
con algunas inscripciones del pecio de El Sec, v.g., núm. 33, correspondiente al"núm. 10
del catálogo de D. Cerdá.
Inscripción 20
Copa ática de barniz negro (bolsa)), sin las asas, forma 557 de Sparkes y 42 B de
Lamboglia. Barniz negro con brillo metálico iridiscente, saltado en lasquitas de forma
oval sobre la mayor parte de la superficie, que arrancan también parte dé la pasta,
atacada por un medio salino. En el interior de la copa hay, .ál fondo, un círculo a
ruedecilla. Por el exterior se advierten estrías reservadas marcando la inflexión entre
la panza y el cuerpo y entre ésta y el pie. Este es moldurado, con uña en la base.
Dentro del círculo del pie, al exterior, hay inscrito un signo, del que se da~á cuenta. en
el comentario, por su anomalía.
Inscripción 21
Fondo de un plato de pescado ático de barniz negro, forma 23 de Lamboglia. Pasta
color rojo, ladrillo oscuro, barniz negro mate muy cubriente, sin zonas reservadas.
Dentro dél pie, y cerca de la unión de la peana con la base, inscritas a punzón dos
- 1·54-
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«GR.AFFITI» DE EL CAMPELLO
7
letras del alfabeto púnico: B S (bet, sámek), que, a juicio de la doctora Fuentes Estañol
serían la abreviatura de un nombre propio del tipo B' LSKR {5).
Transcripción: bs (bet, sámek)
Inscripción 22
Fragmento menor de un cuarto del fondo de una pátera ática de barniz negro, que
en su parte interna tiene una decoración de palmetas ligadas y un círculo a ruedecilla.
Por la parte externa, dentro del pie, hay un círculo reservado en el que se trazó 11
punzón una inscripción en caracteres púnicos, cuadrilítera, aunque por el comienzo de
la inscripción - a la derecha del lector- podría habe:r más letras. Para la doctora
Fuentes EstAñol sería un nombre propio {6).
Transcripción: t'gr (tau~ álef, gayn, resh)
0
4RALELOS
No pretendía inicialmente hacer ningún comentario filológico, para el que no me
siento preparado, ni siquiera traer a colación algún paralelo. No obstante el decurso
del estudio de las inscripciones me ha obligado en alguna ocasión a mirar los paralelos
a fin de ratificar o infirmar alguna de mis lecturas iniciales. Por ello daré una lista
somera, basada en el repertorio de J . Siles, al que añadiré algún otro, espigado al azar,
por la vecindad geográfica, sin afanes de exhaustividad. Su papel en este catálogo es
fundamentalmente de ratificación de que la lectura es posible y forma parte del acervo
de la lengua -<> lenguas- ibéricas.
La inscripción fragmentaria núm. 6 no tiene, en puridad, paralelo. La sílaba, en
posición inicial de palabra la encontramos en el Uxico de Siles (7) números 963 (de
Sagunto), 964 (de Azaila), 965 (del plomo del Cabezo de Mariola), 967 (de Sagunto) y
968 (del plomo del Cigarralejo), las tres últimas formando la sílaba inicial de las
palabras i.a.bi, i.a.n.bi.n.t.a y i.a.n.e.I.a.s. Todas ellas atribuibles también a la
inscripción número 10, que es principio de palabra.
Nada diré de las inscripciones 7 y 8, que son finales de palabra y que será cómodo
encontrar cuando dispongamos de un léxico reverso, cuya utilidad, por el momento, no
parece excesiva.
Si la interpretación que he hecho del fragmento 9 es acertada - lo diminuto del
tiesto impide muchas maravillas en ello- nos encontramos con una grafía muy ordinaria, común en los graffiti sobre cerámica ática de barniz negro. Es un numeral del
sistema acrofónico griego (8) que equivale a la cifra 10, representada por la inicial de
d(éka) y que señala las decenas, de 1~ primera a la novena, por la simple aposición de
deltas. Otra inscripción de esta misma procedencia, publicada anteriormente (9).
(6) M.• Jo-' FUBN'J'ES ESTAROL: 4ICorpva cle.laa iucripciooee fetücia&. p6nieaa Jlleopúnicaa ele S.pdalt. &rc.lona, 1986, nW.... Ol.OL
(8) FUENTBS ESTAROL: Op. cit.. ., la nota 6, nW.... Ol.02.
(7) J. SILES: ..uáco de inolcripc:ion• ib6rie&P. Maarid, ~ (r.coce todo lo publicado huta U176).
(8) V'-e UD& DOticia .-..,tal .., el artieulo de Th.L.. HBAT para el Ozhn/ C~ DictiOIUJM]f, 1970', ..\L ar..k Nlll»bblr&
(8) LLOBREOAT: 0p. cit...., la nota 1
- 155 -
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E. A.LLOBREGAT
8
La inscripción 11 desanoUa e_n alfabeto grecoibérico el sonido de un signo del
escriptorio ibérico leV'antino o, como se le acostumbra a denominar últimamente, alfabeto epicórico. En las inscripciones recogidas por Siles no aparece la sílaba
aislada, sino repetida: ta.ta en inscripciones sobre cerámica de Azaila y Ensérune
(núms. 736 y 737). La sílaba ta. como inicial de palabras, ·c ubre·los números 725 a 787
de Siles, dentro de éUos están en sistema grecoibérico el 733, de La Seneta, (tagisgarok) el 769, tarike, del Cígartalejo y el 770 de la misma procedencia. Los graf{itt
recogidos en tierras murcianas (10), aunque posteriores en el tiempo y empleando
sistema escriptorio levantino, repiten en multitud de ocasiones el signo ta, lo que
obliga a pensar que es una marca convencional (11) como supone De Hoz para las
piezas de El Sec. Traen la sílaba en cuestión las piezas nÚD\eros 5 y 6 (Cabecico del
Tesoro), 7, 12, 13, 15 y 32.
La inscripción 13 presenta una 8, y todos los paralelos recogidos en Siles se
muestran con s. Ignoro si es ·posible este cambio gráfico, aunql.le sospecho, por otros
ejemplos que no citaré por mor de brevedad, que no es factible.
Con la inscripción 14 tenemos de nuevo una sola sílaba, que tanto en grecoibérico
como en levantino requiere dos signos. Debe de tratarse de otra marca conV'encional,
pues lq)arece en muchos graffiti de Azaila, y también sobre pesas, así como en una
inscripción de Are;nys de Mar (Silea, 1092). Las de Azaila oc~pan los números 1.087 a
1:091 del mismo léxico y están trazados sobre cerámica campaniense.
Por lo que hace a la inscripción 15 no he encontrado ni un solo paralelo en Siles.
No es el caso de la inscripción 16 que es mucho mejor conocida. La encontramos en el
Ciganalejo (Siles, 1279) como Sakarbik, y en La Seneta (Siles, 1281) como sakarisker. Sin embargo en Liria (Siles, 1.282) la misma palabra muestra en sistema levantino
una 8 en lugar de una s. Parece que la forma sakar e~ un antropónimo (Siles, 1981;
Untermann también lo considera):
Dé la inscripción 17 no encuentro paralelo. Sí, en cambio, de la 18, aunque
seguramente será más una marca que otra cosa, pues no. parece la abreviátura de una
palabra más larga. Con todo en L.a Seneta tenemos un gaibigait (~mes, 572) y un
ga.rokan (Siles, 607). La t aparte del grupo silábico anterior, no parece también.sino
una marca, trazada muy al desgaire.
Nada puedo decir de la inscripción 19, salvo el ya mencionado parecido superficial
con el grJrlíto 33 (numeración de Hoz) de El Sec. No me extrañaría que fuesen
rayas sin sentido o, aun más sencillamente, áreas de barniz saltado caprichosamente·
por un golpe o cualquier otra causa fortuita.
La inscripción 20 trae un signo que aparece en el sistema ibérico levantino pero
que no parece se -pueda leer mediante él ya que se nos presenta en la inscripción
si~tema
(.JO) A.
ll'IIESJ:A. J . M. GARCIA CANO Y M.• Carmen BERROéAL: Grafitoa prelatinoa wbre eerimica en MUJciu. Analee de la
xr.m. ~. Murcia. 1984; pq.. 73-93.
Univeni~ad de r>fur$)ia. Letru.
(11) J. ~e HOZ: •4 epigraftf! del Sec y loe grafltoa marcantilee en Occi~ente». Apwic • El barQO ~ 81 s-. Calvi6. AYuntamiento, 1987,
páp. 601H160.
- 156-
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«GRAFF'ITI» DE EL CAMPELLO
9
Campello 4 (12) que, pieni!O debe de considerarse como grecoibérica. Más adelante se
hará su discusión, baste con mencionar, por.el momento, que Siles, en su número 69lee
a.t.a.(s/u?). La introducción del signo del sistema ibérico dentro del sistema grecoibérico me parece un tanto incongruente, y pretendo demostrar que este signo puede ser del
sistema grecoibérico, como más adelante se verá.
Las inscripciones 21 y 22 están trazadas en alfabeto púnico y han sido publicadas
por Fuentes Estañol, a quien las envié para autnentar el número de inscripciones que.
había dé recog~r en su utilísimo Corpus (13), en los números 01.01 y 01.02. Interpreta la
primera como abreviatura ae un nombre propio, del tipo ba' al askar, y la segunda
como un antropónimo. No les he encontrado paralelo en las inscripci<>nes del pecio de
El Sec, en que hay bastantes en esa grafia, y que son un paralelo inmt}diato, aunque
sea simplemente por el empleo del alfabeto púnico, para las· que estamos analizando.
SOBRE EL ALFABETO GRECOIBERICO Y EL DUCTUS
DE SUS CARACTERES
Cuando publiqué la primera serie de graf{iti sobre cerámica, procedentes de la
llleta deis Banyets y del Tossal dé la Cala, que formaban parte de la colección del
Museo de Alicante, me planteé estudiar en lo posible el ductus de l<>á caracteres ya
que, en casoe dudosos, quizá podría identificar un carácter en oposición a otro por la
forma del trazado. Con el material exjstente a la sazón se quedaban sin representaeión
gráfica las siguientes letras: o , u, k_, s , y se planteaba un probltlJ:Da por la forma
peculiar de una letra de la inscripción 4, que identificaba p<>r mí (14) como una sade, o
mejor ian, fue puesta en duda por Siles como ya se ha visto anteriormente.
La nueva ~erie de inscripciones ha permitido completar el a,lfabeto con los signos
para las letras C(Ue faltaban y aun añadir la posible explicación de la extraña grafía de
ian anteriormente· propuesta. En un cuadro resumiré las formas de las letras y las
variaciones del ductus, en la medida que es posible llegar a determinarlo, basándose en
los trazos que cortan a otros trazos preexistentes. No puedo garantizar al Cien por
ciento el sistema, toda vez que, en alglJ,n caso, y aun empleando fuertes aumentos, no
es posible llegar a diséernir con precisión cuál es el primero de los trazos inscritos. La
evidencia. por otra parte, de que la escritura grecoibérica es normalmente dextrógira,
ayuda también algo a la hora de intentar reconstruir el movimiento de la maílo del
escriba..
Vayamos pues con el albafeto. La letra A, de tres trazos, tiene. siem,pre como
primero el izquierdo y segundo el dérecho, mientras que el travesaño presenta diferentes variantes: con $entido hacia arriba y de derecha a izquierda en las inscripciones 3 y
4, con el mismo trazado pero con el trave.aaño hacia abajo en las 6, 11, 13 y 16, cQrtando
(12) LLOBRBGAT: Op. c.it om la nota '2.
(18) FUEN'rES EST~OL: Op. cit. en !a nota 6.
(U ) U.OBREGAT: 011. cit. en la n<.>ta 2, pép. 12-18.
~ 157 -
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10
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«GRAFFITI» DE EL CAMPELLO
11
sólo el trazo izquierdo en la 10, y con el travesaño en sentido de derecha a izquierda y
dirección hacia abajo en las 14 y 18.
La letra E muestra siempre un mismo trazado, homogéneo, primero el trazo vertical
izquierdo, luego el derecho y, por último, el transversal. Lo mismo ocurre con la letra
1, que se marca de un solo trazo de arriba abajo.
La letra O plantea un problema, sólo hay un ejemplo en la inscrípción 7 y es de
forma circular, con dos trazos en forma de semicircunferencia, verticales. El alfabeto
empleado en los plomos de Alcoy y en el del Cigarralejo, muestra siempre la letra con
trazado angular, de forma rómbica, y a las veces con ápices sobresalientes en la parte
inferior. El trazado de esa O redonda le resultó arduo al escriba y -a juzgar por las
rayas que grab6-- hubo de intentarlo al menos dos veces hasta que le quedó aceptable.
Quizá ese fuera el motivo de abandonar el diseño circular por otro angular, como se ve
en las inscripciones ya mencionad.as, porque en el original que se considera como
modelo griego de este alfabeto (15) y en todos los demás alfabetos griegos arcaicos (de
Thera, eólico-dorio, argivo, corintio, ático, de las islas) la forma de la O siempre es
circular. Ese y otros motivos, como el aducido por Maluquer de Motes (16) de que ((este
alfabeto resultaba poco práctico para escribir la lengua ibérica... (ya que) si tra.nscribimos los textos del plomo de Alcoy en alfabeto semisilábico ibérico, resulta que se
precisan sólo 25lsignos, mientras el alfabeto grecoibérico requiere 329, es decir, que el
uso del sistema semisilábico ahorra casi un 30% de signos)), permiten explicar la
escasa presencia de este sistema escriptorio, y su limitación temporal de que más
adelante se hablará.
La letra U no plantea mayor problema en su trazado, siempre con el mismo ductus.
Por lo que hace a las consonantes, la B marca un ductus lógico, fraccwnando los
dos senos a la derecha en dos golpes angulares de buril, la D mantiene siempre el
mismo trazado, que en general, como casi todos los demás es el más lógico para un
escribiente diestro y que traza sus caracteres en sentido dextrógiro. Igual ocurre con
la G en todas las ocasiones que aparece y con la K. En la L se ve una vacilación que
habría que comprobar analizando más ejemplos. En un caso se traza primero la pata
izquierda y luego la derecha, en otro - inscripción 1- se traza antes la pata de la
derecha, más corta, y luego la pata izquierda, más larga y que. sobrepasa a la anterior.
La N de las inscripciones 1 y 3 traza primero el travesaño oblicuo al que luego añade
los trazos verticales izquierdo y derecho, por ese orden. En la R, hay un diseño en tres
trazos, fraccionando en dos el gesto de marcar su parte angular, inscripción 1,
mientras que en la 13 la línea angular de la derecha se dibuja de un solo golpe como
ocurre con los senos de la B. Para mayor complicación, la :& tiene como primer trazo el
,de la parte superior del ángulo y después el inferior. Los trazos tercero y cuarto son el
vertical a la izquierda y el ápice superior derecho que se dibujan siguiendo el mismo
(15) J. M;ALUQUER DE MOTI!S: •Episnafta p..latlna de la pen!naula ib6rlc.,.. Bazcelona, 1968,
pq.
90.
,)of. OOM:,EZ MORE'NO: «El plomo de Alcoy». M:iacelheu. Madrid, 1949, pq.. 219-231, eopecialment,e 226.
(18) MALUQUER: Op. cit. en la 1>0ta 16, J~4,r. 91.
-159 -
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E. A. U.OBREGAT
ductus que se da en la N. La S se delinea en dos golpes angulares superpuestos,
mientras la Splantea diversos problemas que serán estÚdiados posteriormente. En la T
alternan l~s que tienen, como primer trazo el superior horizontal (inscripciones 4 y 18)
mientras que la forma más común es la que lo tiene diseñ~do posterionñente al trazo
vertical, lo que acontece en las inscripciones 1, 7, 11, 13 y 15.
Las deltas inscritas en el tiesto número 5, ya publicado, están hechas en cuatro
trazos, primero se ÍÍlScriben tres ángulos agudos seguidos, cada uno de ellos hecho de
un solo trazo angular 1. por último, se cierran por la parte inferior con un solo trazo
recto. Este ductus es distinto al que vemos en la inscripción 9, que he interpretado
como restos de dos deltas. En los trazos que se conservan el ductus de cada uno de los
ángulos es el mismo, un primer trazo a la ~quierda y luego otro a la derecha, idéntico
al de la L de la inscripción 14. No puede ser una M, que no existe en el alfabeto
grecoibérico, ni tatnpoco, enderezando el tiesto, una S, ya que el ductus no se corresponde, ni tampoco una doble L, que no recuerdo se dé en la epigrafia en lengua ibérica.
No mé atrevo a identificar este signo con seguridad dado lo t:educido del tiesto y lo
reducido de los signos trazados, incompletos por rotura.
·
Queda por esclare.c er el problema de la lectura de la inscripción 4 y su paralelo e.n
la inscripción 20, así como la relación de estos signos con la san de las inscripciones 2,
5, 13, 16 y 17. Comencemos por las formas «canónicas» de la san. Ya Gómez Moreno
(17) al describir la escritura del Plomo de Alcoy señala textualmente: «obs_ rvado sin
e
prevenciones el caso, bastará in$istir en la comparación de alfabetos antiguos para
convencernos de que, entre todos, el alcoyano corresponde .a uno solo con precisión,
salvo respecto de la letra ('san) y es el griego jónico... La única anormalidad toca al
octavo signo, que podría ser m; pero dado el poco uso de esta letra en ibérico, prefiero
asimilarlo alsade fenicio y se chipriota que pasó en forma de T o M a alfabetos griegos
muy arcaicos y lo transcribiremos por (Gómez Moreno ponía un punto bajo la s, que es· la
transcripci6n ordinaria de la sade, y que he regularizado al uso actual). Sin embargo,
hay diversidad de opiniones, ya desde antiguo, sobre la procedenéia del san., que en su
forma M deriva antes de la sin. fenicia que no de la sade, como mantenía Lenormant
(i8). Février, en cambio, señala que en el alfabeto etrusco de Marsiliana el lugar de la
sade está ocupado por una letra en forma de M a 1~ que los dorios denominaban san.
Esta letra no aparece en los alfabetos del Asia Menor, pero en Halicarnaso hay una
letra en forma de T , con los ápices laterales muy caídos, que servía para .notación del
sonido ss, tt (19). Todo esto se complicó con la aparición ulterior de la sampi, numeral
cursivo aparectdo hacia el siglo ll a . J.C., que derivaba de la san y que tQmó el noDi.bre
de su similitud con 1,1na sigma semiéircular combinada con una pi, signo que ha traído
últimamente a colación J. de Hoz (20) al estudiar la alternancia de ambos tipos de S en
el alfabeto grecoibérico.
s
(17) GOMEZ MORENO: Op. cit. en ~ nota 16.
(L8) 1!'. LENORMANT: AA!pbabetumo en Ch. DAREMBERG '1 E. SAGLIO •Dictionarire clee a.a.tiquitée ~ et romain"!8*.
(19) J. G. FEVRIER: ..Hiatoire ~ l'kri.Mett. Paria, 1969, ~ 291-292.
(20) J . de BOZ: ..te. escritura greeo.ibérica~. Velei.a, 2-3. Vitoria, 1986-86, ~ ~298.
- 160-
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«GR.AFFl'I'bo DE Eil CAMPELLO
13
Una clara explicaci6n de este sistema escriptorio viene dada co:n todo detalle por J .
.Maluquer de Motes (21). No entraré el\ los valores fonéticos ampliamente estudiados
por Siles (22) que cita además toda la bibliografía sobre la materia.
Mi interés se va a centrar en las grafías. de este signo, de las que se presenta ·un
cuadro con todas las variantes, y en la posibilidad de que haya una variante formal
con el mismQ valor. En la forma canónica de la letra, una barra horizontal de la que
penden tres barras verticales nos encontramos dos fórmulas diferentes trazadas de la
.siguiente .manera: pl'Ín;J,era barra vertical, segunda barra vertical, barra horizontal y
terce_ra barra vertical (inscripción 13). La inscripción 16 nos muestra una forma ~ás
regularizada: se tr8.Z&ll primero las tres verticales paralelas y se completan con la
línea horizontal superior. Las mscripciones 2 y 5 nos presentan una forma más rápida,
compuesta por solo tres trazos: el primero que c.o nstituye la parte .horizontal y se dobla
en ángulo para trazar una de las líneas verticales: en cada uno de los casos la primera
de la izquierda o la de la derecha según la dirección en que- ha escrito. Luego siguen,
se
de izquierda a derecha las dos restantes líneas v.erticales. A pesar de las variantes,
todos ellos son claramente reconocibles como la letra 8. En la.inscripción 4léí en su
día el último signo como 8 ya que era el ductus que más se ,Parecía al. de las anteriorés
inscripciones. No puedo aceptar la sugerencia de Siles, anteriormente citada, de leer
atau ya que sería introducir un carácter del sistema ibérico levantino, lo que ~e ·
parece un poco incongruente. Con la aparición de la inscripción 20, semejante en su
forma a la letl'a cuestionada de la inscripción 4 se me esclaree.i6 el horizonte -un poco
más. En efecto, el ductus del único signo de la inscripción 20 puede considerarse como .
un paso más en, el proceso de simplificación que habían significado los signos de las
inscripciones 2 y 5 arriba mencionados, y que acabaría, si mi hipótesis es válida, en la
forma más esquematizada de la inscripción 4. En el cuadro sinóptico de estas formas se
podrá ver mucho más claramente la serie evolutiva que,propugno. Estaríamos asistiendo a un proceso estilizador y simplificador como el que dio nacimiento desde las
formas antiguas de la san al ruorido formal 8ampi con su amplia curva -como la de la
Íl.lSCripción 20-- que sirve como lateral y parte superior, y los dos apéndices perpendiculares, trazados con posterioridad·
.
FECHACION DE LAS INSCRIPCIONES
El estar realizadas sobre cerámica.s áticas de barniz negro, de cronología bastante
bien estudiada, es un · dato esencial para la fechación de estas inscripciones, y por ·
ellas de las realizadas sobre plomo. En primer lugar hay que destacar que todas las
analizadas en el presente trabajo Mn sido realizadas tras la cocci9n y son, por tanto,
contemporáneas o posteriores a los vasos sobre los que fueron inscritas. El origen del
(21)
(22)
MALUQUBR~ Op.
cit
e11
la
~ 1~.
pq. 91.
.
J. SILES: •Ueber die Sibilantep. iD i~ Scllrift>t. Aetp ~1 n coloquiq 10bre ¡...,_. y MCrituru ~ ele la pesñMula
ibérica, (Tübiqen, 1$76).
Siolaman~
19'19,
~. 81~.
-161-
[page-n-164]
14
E. A. LLOBREGAT
sistema grecoibérico es fechado por Maluq\lér de Motes (23) hacia el 450, en lo que está
de acuerdo J. de la Hoz, quien habla de una lecha dentro del segundo cuarto del siglQ
V a. J .C. (24). El plomo del Cigarralejo se fechaba.arqueológicamente por Cuadrado en
la segunda mitad del siglo IV a . J.C. (25).
Por lo q\le hace a las publicadas en estas páginas, muy pocas piezas permiten afmar
en la cronología, dado su estado de rotura que impide clasificar con.todo detalle la
forma y conocer por esa vía su amplitud cronológica. Evidenwmente todo el conjunto
se fecha dentro del siglo IV a. J.C. y podemos precisar algo más en aquellas piezas que
han podido ser clasificadJlS por sus paralelos en las halladas en el Agora de Atenas (26)
como son la inscripción 7, que data entre el tercero y el segundo cuarto del siglo IV a.
J.C., la inscripción 10, inscrita sobre un vaso cuya cronología ocupa todo el siglo, la
14, que aparece sobre una pieza que comenzó a. fabricarse a partir del 480 pero que no
se puede determinar, dado lo fragmentario, en cuál de sus variantes se podría establecer. Otras piezas dan menos posibilidades de cronología. El poblado ibérico establecido
en la Dieta deis Bányets de El C~pello tiene una cronología q,u e abarca prácticamente todo el siglo IV y, por el momento, en lo qUe se lleva estudiado de la masa de
cerámica aparecida, parece que no llega más allá del tránsito de la cuarta a la té.J"cera
centuria antes de J.C. Por lo que hace a la fecha de comienzo, algunos tiestos antiguos
del pozo de basuras, muy estropeados, podrían dar fechas dentro del período 430-400 a .
J .C. pero el estudio aún no está muy avanzado.
Se puede lícitamente inducir que el -poblado ibérico de la Dieta deis Banyets fue
una especie de emporio en el que se establecía el mercado bajo la protección de los
dioses, en terreno, por tanto, neutral. La presencia de dos templos (27), uno de
tradición greco-itálica y otro de tradición oriental, además reconstruidos dos veces en
un corto espació de tiempo, entre los cuales se emplaza un gran almacén que ha
proporcionado piezas de importación; abona la hipótesis. .En ese caso no nos ha de
extrañar iá Rresencia de vasijas de iinportación griega con marcas inscritas, tanto en
sistema escriptorio local como en sistema escriptorio púnico. La misma mezcla proporciona el pecio de El Sec, y aunque quizá nunca sepamos si el barco exa de 9rigen griego
o de origen púnico, o si en él viajaban al mismo tíempo mercaderes de ámbas
procedencias, lo cierto es que barcos como aquél hubieron dé (ondear en la cercanía de
la isla (que no lo era·a la sazón, antes una península larga y estrecha, como una proa
cara al mar) y vender sus productos bajo el manto de los dioses aunque desconozcamos
cuál fuera el producto o manufactura que se llevaban en pago (28).
Alicante, 1988
(23) MALUQUER: Op. ci'- en la nota U), poi.¡. 92.
(24) De HOZ: Op. c:it. en la. nota 20.
'(311) &. GUADllÁil.O : «El plomo con inoc:rip~;i6n .i b6rica del CiJI!mllejQ, Mula, MUI:!:.ie». Cuaderno41
19!5.0.
a, Historia Primitiva, V, l. Madrid,
(26) E. SP.ARKES y L. TALCO'M': t<'I'be Athanian Agora, XU, Blaék and pl,o.in po~ or the 6fll. 6ijl and 4th c;<~~~turi~ BC!I. 2 vol. 1'he
American School ol C'-ical Studiea et Athene. Píinceton, Ui?O.
(21) LLOBREGAT: Oí!· cit. en la nota 1, 1986' ..no. templee..:•
(28) M.• E. A:UBET: «Tiró y, ).U eoloniu fwc:ial del oc:c:íéienteoo. '.Bareelona, 19117, N· 86. La déi!Cripción del •puerto merca:nteo1 c:ó~
almacenes y algún que otro eantúario, ee ap..,ua muy bien a lo exl'6vado en la, m eta dela Benyeta.
.
Vilaee al c:aoo E. A. LLOBRlroAT: L'illeta dela.Banyeta (El C..Opello, Camp cj"Alácan,t ). ¿!oliuri -eoñom?,Barcelona, Hon~enatge el
profeMor Miquel Tarradell, en prenaa.
- 162-
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LAM. 1
E. A. LLOBREGAT.-.cGraffiti u de El Campello
7
8
10
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E. A. LLOBREGAT.- •Graffiti» de El Campello
LAM. II
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E. A. LLOBREGAT.-..
LAM. IIl
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E. A. LLOBREGAT.- «Graffiti» de El CampeJio
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LAM. IV
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ARCHNO OB PRBRJSTOIUA L&VANTlNA
Vol. XIX (Valencia, 1988)
IGNACIO TOMAS FERRE
(Buñol)
DISCO DE PLOMO, ESCRITO, DEL PICO DE LOS AJOS
(YATOVA, VALENCIA)
En el Pico de los Ajos fue hallado en superficie un pequeño disco de plomo escrito
con caracteres ibéricos meridionales. Su descubridor, Fernando Ramos Giménez hizo
entrega del hallazgo al Museo de Prehistoria de Valencia.
El disco en cuestión, que mide 34 mm. de diámetro y 3 mm. de espesor, ha sido
catalogado con la signatura P.A.VI siguiendo la nomenclatura dada por Fletc~r a los
textos ibéricos procedentes de este yacimiento (1). Escrito por ambas caras, su lectura
ofrece algunas dudas:
Cara A:
Fig. 1
(1) D. .t'LBTCHER VALLS: «Loe plomodhéric:oe ele Y~a (Valancia)t. T.V. clal SJ.P., nlba.ll8. VaJena., 1980, doDcle eewdia P.A. I, U y ID.
D. FLETCHBR VALLS; • Nilf!Yoe pl
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l. TOMAS l'ERR~
2
En su parte su,perior se encuentran cinco signos, escritos de derecha a izquierda
4'1A·f~; más hacia el ceptro del disco hay otros dos f< A (fig. 1 y láni. I, a). Los
cinc9 primeros signos p~entan dificil transliteración, ya que el p~ero de ellos,
.1t
1,
valorando como 8, y el segundo;
leído como L, foima.n una combinación que n~
recordamos en otros textos, e:x;cept\iando J.llla m~y d1,1dosa ·lectura de· ·un letrero de
Tarragona,.en alfabeto oriental, ~ 1' ~ (l{übner, Xlii) en donde SL se apoya en la
vocal r, mientras que el disco de P.A. lo présen,ta eegu,ido de un signo silábico, A
(KA) lo qu~ complica aún más la i nterpretación ·del voc9:blo.
.
: Una posible solución a esta dificultad sería suponer que e1 primer signo· se grabó
con un trazo de más, siendo en realidad Jf< , ·valorándose en tal caso como. E u O, y
tendríamos E-L-KA-L-A, o también 0-L-KA~L-A, nombre que nos lleva a pensar en los
01cades (pueblo ubicado ·relativamen~ cercano al ' yacimi~nto de Yátova) y en la
moneda de OLKAI.llUN, que se supone relacionada -con aquel pueblo. {2). · ·
. Podríamos pensar como otra solución_que el segundo signo no fuera 1 , sino
· Esta posibilidad nos da la lectura S-A-KA-L-A, i'élacionado con el SACALACúCA, de Sel'l'e~ VI.
. ...
._
.
. _ . . ·.
·Aún cabría pensar en otra solución, pretendiendo el olvido de una vocal entre los
. · signos primero· y segundo, y considerando el tercero como 6 y no como A ;
· · leerí.amos entonces ·'8-(A).L-(DU}L-A., en relación con Bastida I,B. como veremos a
c~htinuaciqn.
.
·· _ otros dos signos, Y'( A ,.se leen GA-BE. En Bastida I,B. ·s e leyeron varios
LQs
interpretados por Fletcher como GATE, de acüei"4o
GABE, pero con la grafía cp A
con los paralelos que e~ _ alfabeto oriental encontramos en .el mismo Pico de los Ajos,
en Orleyl, en Pal~PD6s, etc.
·
A..
·.·.
Cara ,B:
..
-- '.
Fig. 2
...
.
. .·.
(2)•J. ti~; dloo-~ LiD¡uaram ~- WieeÍ!éileD, '-'16, p6a. 2'711. (A.IIO.l).
. - 168 -
..
-.·
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3
.I:'ICO DE LOS AJOS V1
7
En su parte superior se grabaron cuatro signos: J> 4 X
; cuya lectura
sería KO-GI-A-¿TE?, ofreciendo dudas el último signo a causa de la rotura del plomo.
De aceptar un final -lt tendríamos que admitir un giro total de este signo ~ que
estaría escrito en sentido opuesto al que le correspondería ~ , pero si vemos que los
varios un trazo angular y no curvo, no habría inconveniente en poder admitir que el signo no
sea 1> (lt) sino 1' (TE), incompleto por rotura del plomo en la parte superior
izquierda del signo (fig. 2 y lám. l,b). En tal caso tendríamos la lectura CO-GI-A-TE
que encontramos en Bastida I,B, 1, 9 y 10, SALDULACOGIATE, que ofrece paralelos
con P.A.VI caso que la solución sugerida para la cara A fuera S(A)LDULA, ya que
unida a la cara B nos daría 8-(A)L-DU-L-A CO-GI-A-TE, coincidente con los citados
SALDULACOGIATE de Bastida.
Con el hallazgo de este disquito la relación de textos ibéricos en alfabeto meridional procedentes de la región valenciana es:
La Bastida (Mogente), plomo:
243 signos.
Covalta (Albaida), plomo:
38 signos.
Valencia (de procedencia incierta), plomo: 57 signos.
Orleyl II (Vall d'Uxó), plomo:
39 signos.
P.A. VI (Yátova), plomo:
11 signos.
5 signos.
Corral de Saus (Mogente), piedra:
La Alcúdia (Elche), piedra:
9 signos.
Dando un total, hasta el momento, de siete yacimientos y 402 signos.
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l. TOMAS FERRE.- Piomo del Pico de los Ajos
LAM. 1
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ARCHIVO DI PRBHISTORIA LEVANTINA
Vol. XJX (Valeneia, 1888)
LUIS SILGO GAUCHE
(Valencia)
SOBRE LOS VALORES FONETICOS QUE ANOTA LA ESCRITURA
DEL ALGARBE
El motivo del presente artículo es la aplicación a la escritura denominada del
Algarbe o del SO. de los valores fonéticos que para el primitivo semisilabario indígena
meridional ha ofrecido Domingo Fletcher Valls para la lectura de diversos textos en
esta grafía de la zona levantina peninsular. A lo largo de los años, D. Fletcher ha
promocionado los estudios ibéricos valencianos, siendo conocido el protagonismo que
ha alcanzado en la interpretación y publicación de las nuevas inscripciones que han
ido apareciendo desde que en Hi53 diese a la luz sus <
período de tiempo, Domingo Fletcher hubo de enfrentarse al problema no resuelto del
desciframiento del <
Estos mismos resultados son los que hoy aprovechamos para ofrecer una hipótesis
de lectura de la escritura suroriental, y por ello estas páginas de su Homenaje nos
parecen las más adecuadas para dar cabida a una aportación que es deudora de las
propias investigaciones del maestro y amigo.
En la bibliografía sobre el tema ha encontrado lugar la distinción entre el semisilabario llamado del Algarbe o del SO., por una parte, y el turdetano o meridional, por
otra, pero si bien es cierto que el foco epigráfico del Algarbe y Bajo Guadalquivir
presenta una personalidad muy acusad~ nosotros, con otros autores, no hallamos
razones para d.ü erenciar dos escrituras que coinciden en la estructura y en el número y
forma de los signos, y no parece justificado dar una lectura distinta a un mismo signo
-173-
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2
L. SILGO G~UCHE
por el hecho de que aparezca ett Beja o en Obulco. Por esta misma razón, hemos de
creer que los valores que podemos aplicar partiendo de la lengua ibérica para el
semisilábacio ineridi,onal son también válidos en. el Bajo Guadalq~jvir y Su~; portl.l·
gués, sin prejuzgar la lengua que está representada en las inscripciones de este último
grupo.
A continuación, exponemos brevemente las opiniones de los principales autores
qúe se han ocupado del tema, sin ánimo de exhaustividad, tanto en lo que se refiere al
Algarbe como al conjunto meridional, ~ insistimos en las razones que. D. Fletcber ha
ofrecido en las dos publicaciones ya citadas.
Resuelto desde principios de los años veinte el problema de la lectura del
valores equivalentes en el ccalfabeto» meridional, en este sentido la obra de Schulten
(1), traducida al español a princ~pios de los años cuarenta, supuso un paso atrás al
prescindir de los conocimientos ya alcanzados para la zona levantina y creando una
teoría qv'e, a pesar de su fragilidad, habría de repercutir en algunos estudiosos,
principalmente en Antonio Tovar (2), autor que rectificaría p.o steriormente sus opiniones y presentaría él mismo, en 1961; un ensayo de swtematización del semisilábario
meridional siguiendo fundamentalmente a Pío Beltrán Villagrasa y a Julio Caro
Baraja, que veremos más adelante (3).
El propio Manuel Gómez-More.no, a quien corresponde. el mérito de haber d_ do con
a
la clave del desciframiento de la escritura oriental, presentó ya en 1943 (4) unos
p~imero~resultados que coincide~ casi ent~:amente c,on los de Flet~her, e~eepto e~ los
signos 'f , (1) y 'f< . En esta mtSJDa ocaswn advertla ya de las diferencias sensibles
entre el ~lfabeto fenicio y la primitiva escritura española, coincidentes en algunos
signos y discrepantes en la mayoría de ellos (5).
En 1961 (6), Gómez~Moreno rectifiéaría }:>arcialinente, dando a 1\ el valor de BE,
como Fletcher, pero introduciendo variaciones no justificadas, como la lectura de O
= O, o pronto resultó evidente qu.e D. Manuel Gómez•Moreno no había acertado en esta
ocasión, reafirmó el parentesco entre las escrituras peninsulares y su carácter semisilábico.
El eminente investigador D. Pío 'Beltrán Villagrasa r ealizó tres aportaciones al
estudio de la epigrafía meridional, dos de ellas sobre el plomo de Mogente (7), y otra
'(1) A. SCHUl.TEN: oto& TirAn<* en Etpaña•. Ampuriea 2. Barc41ona1 1~2. Jlác:- 36 y u.
(2) A. TOVAR: •Obeervacionet eobr:e eacritutae tarteeia... Archivo de Prehi.toria. Levantino IU. Valencia, 1962, pq1. 267·262.
(3) -A. TOVAR! •Teatimonioe antiguoa¡o. :Enciclopedia LingUistica Hispánica, f. Madrid. 1961. pága. 101·126.
(4) M. GOMEZ.M08E.NO: .La O$Critura ibérica y IU lenRWI.ie». Boletin de la Real Academia de la Híalmia, vol. 112. Madrid, 19.43, págs. 261278.1gual e.n •Miec.elánea~». Madrid, 1~9. páp. 257·281.
(6) M. GOMEZ!MORENO: ·~elil.nea.., J!4g. ~.
(6) M. GOMEZ-MORENO: •La escritura bútulo-twdotana•. RA!vista do Archiv011, BibliQie1eU y Muaeot, 69/2. Madrid, 1961, páp 879-.948.
,
(7) P. BELTRAN VJLLAGRASA: •El plomo eaerito dé La Baatida de Lea Alcuaes (Mocente)•. Trabajos Varioa del SIP, núm. 18. Valencia.•
1964..
lll!lLTI\AN VILLAGRASA: oEI plomo .a ocrito de La, Butiila de Lea Alcua.. (Mo¡enta) (Addende: et Comgenda)». Trabajoa varioa del SIP,
t~dm. 23. Valencia; 1982.
-174-
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LA ESCRITURA DEL ALGARBE
3
sobre los platos de Abengibre (8), repitiendo en esta última la opinión ya expresada en
la segunda publicación sobre Mogente. No estuvo afortunado ni en la identificación
total de los signos ni en las traducciones que realizó de los mismos partiendo del vasco
y que en la actualidad no se tienen en cuenta. Confundió a D. Pío Beltrán la ausencia
del signo BA en el plomo de Mogente, dificil de explicar en un texto ibérico, y creyó
reconocerlo en )"( , por lo que dio el valor de BE a q> y el de E a E:il , leyendo 'f
como TO y Acertó, sin embargo, al ho variar el significado de 4 = O y O = CU.
Las opiniones de Caro Baroja (9) se basan en el análisis de los epígrafes monetarios, errando en algunas ocasiones en que los paralelos no eran claros, sus resultados
son coincidentes con los de Beltrán Villagrasa excepto en la letra :f , que lee E, ~.
Pocos meses antes de Gómez-Moreno, publicó U. Schmoll su propia monografía
sobre la epigraña del Algarbe (10), que completó con otras investigaciones y sobre
todo con el análisis de las monedas de Obulco (11). Este autor aprovecha los elementos
ibéricos en la epigrafía andaluza e insiste en que, al contrario de lo que sucede en
ibérico, en el Algarbe es r egular la vocalización tras la oclusiva correspondiente, en lo
qwe acierta, pero, sin embargo, altera los valores de BO y BU e ignora qué fonema
atribuir a t , ~ . El signo 'f es leído O, hipótesis en que le han seguido otros
autores como De Hoz y Correa, esta abribución se basa en las monedas de Cástulo
< 1
En su conocida y difundida obra sobre la epigrafía prelatina (12), el profesor
Maluquer concede dos capítulos separados a la escritura turdetana y a la del SO.,
presentando un mapa con la delimitación de sus áreas de influencia respectivas; sin
embargo, Mal uquer coincide en la valoración fonética de los signos de una y otra con
excepción de detalles, subrayando, eso sí, la peculiaridad del habla al Sur de Portugal.
Respecto a esta valoración Maluquer considera posible la existencia de tres silbantes:
My
siendo las dos últimas las equivalentes del oriental M y 7 , lo que
implica ciertas dificultades e_n la lectura del plomo de Gádor, donde aparecen juntos,
en tres ocasiones, estos dos signt>s. Maluquer considera que la M castellana se
transcribe "1 , que aparece alguna vez en la escritura del Algarbe, coincidiendo con
Correa, e invierte los valores que Gómez-Moreno da a TI y TO, según «el principio de
no vocalizar una oclusiva con la vocal que la sigue», principio que en el SO. es
prec~samente el contrario. El resto de los valores que aplica, con excepción de tp que
se lee .&, coincide con la valoración PQstérior de Fletcher.
'f,
t,
(8) P. BELTRAN VILLAGRASA y .1. SANCREZ JThfENEZ: oLoa platoe de Abenaib..... PubUcaeionM de Smainario de Hiatoria y
Arqueol.,.la de Alt..ceu. Alt..cete, 1962, pq.. f>.36.
(9) J. CAAO BAAOJA: odA MCI'ilura en la Eapeña Pluromanaot. Ri•tor\a de. &opaña diricide por D. Ramón Men6nclea Piclal, l, 3. t.bdrid.
1954, P'ao. 671-312.
(10) U. SCHMOU.: •Die Südluaitaru.cbeo luehrifte•r•. Wiesbeden, 1961.
(11) U. SCHNOU.: oAithl~ r.wwlen Tht. 7.eit.ehrift fiir Vftllleiaehende Spraehfonhunc aul dem Gebie\e cler indocumanilc:beu
Spraehen, 80. GOtllncm. 1eea. pq.. 182-198.
(12) .1. NALUQUBR 08 11101'8$: •Bpi,.afta ¡xelalina de la Penín.ula IWricaJo. O...:.lona. 1968.
- 175 -
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L. SILGO GAUCHE
.El profesor De Hoz se ha oclq>ado en diferentes ocasiones del tema (13), preguntán~
dose por la cuestión del origen de la escritura en España, encontrándolo en el fenicio,
relaciona valores fonéticos de ambas escrituras, pero, como reconoce: ceNo existe
ningún alfabeto conocido q~e pueda constituir un modelo adecuado de, la más antigua
escritura hispánica)) (14), y que el nacimiento de ésta como adaptación de la fenicia
plantea la dificultad de celas divergencias paleográficas entre la adaptación y el
supuesto modelo» (15), planteándose otrás posibles alternativas, como la llegada de un
alfabeto fenicio muy arcaico, siglo IX a.C. , o la llegada de una escritura desconocida,
fabricada arbitrariamente para las gentes andaluzas por un pueblo oriental distinto de
los fenicios que habían adquirido de éstos el uso de la escritura.
De Hoz se inclina a leer 4 = U, semejante formalmente a la WAW fenicia, en el
cree reconocer 1a palabra ibérica_BIUR,
plomo de Mogente, en el segmento <1 Li 1'
identificando por tai razón 1' con Bl, - in alterar la equivalencia reconocida 'J = BI,
s
sin que tal identificación haya encontrado eco. La lectura =f = O, como De Hoz
reconoce, no puede apoyarse en la comparación con el fenicio ni, añadimo~> nosotros,
en el análisis interno de la. escritura.
Correa es un distinguido especialista al que una labor perseverante ha convertido
en uno d~ los mayores e~pert;os ~n }a escritura del Algatbe. Sus aportaciones se
exponen fundamentalmente en las Actas del Iil Coloquio sobre Len,guas y Culturas
Paleohíspánicás y en las Actas del VI Congreso Español de Estudios Clasicos (16).
aparte de otras publicaciones. Recoge allí exhaustivamente todos los signos aparec·idos hasta el momento incluyendo algunos únicos, raros o de dificil lectura, lo que da
lugar a confusiones: así se da el valor de T(o) a A y el de T(u) a D., que. nosotros
consideramos variantes del mismo signo. E1 valor: de U se aplica a 4 , por lo que
ignora el que debe concedérsele a ~ e interpreta 1 = O, Jo que le-lleva a leer como
E el signo O ; a su vez, el fonema CU queda .s in atribución. El profesor Correa no
tiene demasiado en cuenta el parentesco entre las escrituras oriental y meridional, que
lé podría haber guiado en este caso.
Ambos tipos de escritura se encuentran en estrecha relación: deJ Algarbe a Valencia tres signos vo~álicos son idénticos: f> , ~ ,1' 1 con variante en el primer signo
para el meridional, pero cuyo sonido no ha sido puesto en duda·· por ninguno de los
aútores tratados; en cambio, ha habido discrepancia con ~ al darse su valor a Y , y
en este caso se ignora su valor o se le da el de Bl, que xa existe para otro signo.
(13) Eapeeialmeote «La epicralla prelatina. meridiOftal M> Eap.Aa... Actea del J Coloquío eobre lenpaa y cultuno ...-rromaDU de la
Pentn.ula lWrica (SaJUIUUlc&, 1974), S.~ 1978, pqa. 227417; •tina hi~ de t~o eobre la eocritura del Alprbe>t, Homenaje a
Garda y Bellido
M.drid, 1977, pqa. 199-ll08; •EICritura fenicia y e.crituraa hiapánicaa. Alruuoe elemento~~ de au nlación», Aula Orientalía
IV, 1·2. Sabadall·Ban:elona. 19ee. páp. 18-a6.
(14) J. DB HOZ: decritura fM>ícia y eeqituru h;.pánicpt. Aula Orien.talía IV, 1-2. $abadell·~lona, 1986, páp. '111,
(16) DE HOZ: 0p. cit. Dote 14, p4c. 82:
(11) J . A. CORREA: •Coawiiéleracionea eobre Ju inacri_pcio""' tene.i.... A~ del m COloquio 14!bre lenpaa y ~ulturu paleoltit!púícu
(Lieboa í 980)1o. Saliiiii&DCa, 191161 )!6ta. 3'77-396; y .~.tura y len¡ua pre.........,. "" el Sur de la Penhmda lbmca•, Actea del V1 ~
&palla! ele EAuclil» Cláicoo, I, 1983; páp. ·397-411.
m.
-176-
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LA ESCRITURA DBL ALGARBE
5
Fletcher (17) insiste en lo innecesario de variar su valor fonético y relaciona el SALU
de Uano de la Consolación con SALDUTIBAITE de Liria IX (con la conocida reducción del grupo -LD-), SALIUTA de Pico de los Ajos 1-A y SALDULAKOKIATE del
plomo de Mogente.
Las formas de E y O varían algo en los dos sistemas aunque es posible reconocer
una ~endencia: con Gómez-Moreno, Caro Baroja, Lafón y Siles, Fletcher coincide en
leer -f = E, recordando que de darle el valor de O en Mogente se debían alterar los
'
valores de '1 y 1' , con unos finales en GIAO/GAO «que !)OJecuerdan a nada» (18).
No obstante, la existencia en Mogente de la palabra "1 Vl 'f 'l 1 , susceptible de la
lectura SOSIN, antropónimo ibérico bien conocido, hace atractiva la hipótesis '::f
O, pero Fletcher se opone a tal identificación aduciendo otros ejemplos, y recientemente una fusayola de Botorrita, pendiente de publicación por Domingo Fletcher y
Antonio Beltrán, ha confirmado la existencia de la palabra ibérica SESIN.
Al aceptarse que 1' debe leerse igual en ambos semisilabarios queda despejado el
camino para identificar 4 = O, coincidiendo en esto Gómez-Moreno (1943)t Beltrán
Villagrasa, Tovar, Maluquer, Caro Baroja y Fletcher. En el Algarbe este signo sigue
regularmente a f:1 , que leemos TO, lo que confirma la opinión expuesta; puede
aducirse además la semejanza con la O oriental.
Los dos tipos de escritura, oriental y meridional, coinciden además en los signos
consonánticos 1 , '1 , q y M que junto a f , variante de la oriental, nunca han
suscitado dudas respecto a su posible lectura. En cambio, el signo ~ ha sido
interpretado bien como silbante, bien como nasal, Gómez-Moreno lo leía M relacionándolo con el ibérico 't'; ya hemos dicho que al aparecer juntos t y M en el plomo
de Gádor es dificil atribuir a la primera valor de sibilante.
Los signos silábicos 1 , 1\ , ') , $ , O , 'X. , A , ~ , 1,. , ~ y O son también
idénticos u ofrecen pequeñas variantes formales, y creemos que el sonido representado
es también el mismo, sólo Schmoll y Correa han alterado los valores respectivos de BO
y BU, sin presentar pruebas en contrario a la opinión generalizada, y sólo Correa lee
= TO, porque al distinguir A y 6 se ve obligado a darles distintas lecturas,
es una variante gráfica de~ , que siempre ha sido leído TU.
En cambio, ha sido discutido el valor de O , además de CU se han propuesto los
valores de O, TI, R y E. De éstos no es posible el de TI por existir ya otro signo con este
fonema. Caro Baroja propone CU y en ot.-a ocasión R, al recordarle la 1t del semisilabario oriental, Fletcher rechaza esta última posibilidad al aparecer juntos en el plomo
de Mogente <:] y~ en la cara A, y tampoco es posible asignarle un valor vocálico,
por ello el fonema representado en el Sur es el mismo que se le da en el semisilabario
oriental, es decir, CU (19).
A
(17) D. FLBTCBBR 7 A. MAR'I'INBZ: «bb8c:ripci6b
UI8S, p6a. M.
iwnc:.. del LiaDo de la Coneolaci6M. H - . ¡ . a Martln Al......... Buch. 111. Madrid,
(18) D. I'LBTCKBR: dl plomo iWrico de M...,.te (ValeDcia)o. Tnb.¡oe Varioe clal SIP, 78. Valencia, 1982, pie. 17.
(lt) PLBTCRBB: Op. ciL, nota 18, P4 li.
- 177-
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6
L. SILGO GAUCRE
Quedan por identificar los signos correspondient~~ a BE, TE, TI y 'l'O. La discre.pancia es apenas posible..ga¡a TI, identificado en el nombre de BODILCOS de las
monedas de Obulco; MWl ~
donde no puede aplicarse otro valor al segundo
signo; tal interpretación se refuerza por la lectura de los nombres ibéricos bien
conocidos..,9ue llevan los magistrados monetales de la misma ceca ISKERADIN:
"V\.Aq~~J\ , e ILTIR-ADIN: "\f >lf>A q4>1 f\ _El cotejo de estos
epígrafes no deja lugar a dudas sobre la lectura de ~ ; sin embargo, eh el pasado han
existido dudas debido al p~recído de ~sta letra con el TE oriental.
\:1 ,
El signo ]'( ha sido interpretado como BA o BE, o .bien se ignora qué valor darle,
la duda estriba entre loª dos, primeros debido sobre todo a que en varios textos ibéricos
meridionales no apareció el signo BA; como esto no ocurre en el Algarbe, donde ya
tenemos el equival~nte de BA, debe aplicársele el de BE. Sin tener en cuenta esta
prueba Fletcher aducía p~;~..ra su lectura en el plomo de Mogente TETARBETEBE los
paralelos ETIBABIRBETE de Villares VIA, ERCUBETE de Pico de los Ajos ITA,
BETETCO, BETESCONGILIDA de Ullastret y los fi_
nales il:>éricos en BE: TEUCALKEBARSBE de Pico de los Ajos ITA, ATIBE de Ensérune (M.L.I. 1.41), BALBEKE de
J..iria LXIX, TICOBE en Vich, AGATAIBE de Ullastret.
Las pruebas aducidas por Fletcb.er para la lectura cp = TE son bastante concluyentes, en primer lugar tenemos en Abengibre en semisilabario meridi onal AIDURTEN, con paralelos en el oriental en Villares VI (ADUBTE), y otra vez en el meridío·n al en Mogente AIDUARTE, en segundo lugar el final ·COnfJ.I'mado por su aparición en otros plomos ibéricos y en especial en el de Castell de
Palamós (20), que ofrece una sintaxis muy parecida al de Mogente; de hecho -CATE
parece ser un sufijo habitual de la declinación ibéí'ica. Finalmente, la palabra que
Fletcher leyó BffiETATEAN en Llano de la Consolación encuentra paralelos en
BINEN de Azaila y RAUNISTEAN de Picos de los Ajos ITA.
En el semisi1abario meridional y del Algarbe restan dos signos t;t , ~ , que ofrecen
distintas variantes y que Gómez-Moreno leía respectivamente TO y TI; se trata en
realidad de un solQ signo e~plicándose el trazo vertical izquie.rdo del primero para
evitar la confusión con
como propugna Fletcher. No e~ posible darle un valor
vocálico a pesar de su parecido a ~ = E en el oriental, como Beltrán Villagrasa, ni es
posible que se lea TI ni TE sobre cuyª identificación ya hemoa hablado, por lo que el
valor que debe, señalársele es el de TO, en relación formal con el TO del oriental:
f ,
Estos valores, obtenidos para los textos ibéricos en escritura meridional son
igualmente válidos en la zona del A1garbe, ~l no haber distinción real grafológica,
insistimqs, entre las inscripciones que utilizan la lengua ibétka y lás del Sur de
Portugal y Bajo Guadalquivir que. eso sí, reflejan una lengua distinta de la ibérica.
,
C!O) P. BIURO! ,.:&1 plomb amb epigrafía
i~ del poblat de El CuteU (P• ._óe)». C)1M!8la IV. Gerona.
- 178 -
1982. ptp. 123-.132.
[page-n-181]
LA ESCRITURA DEL ALGARBE
7
En cuadros adjuntos ofrecemos las distintas lecturas del semisilabario turdetano y
del SO. y nuestras propias apreciaciones basadas en la.s investigaciones de Fletcher
(21).
Sirvan estas líneas para contribuir a la resolución de unos de los problemas
candentes de la epigrafía prelatina peninsular y de reconocimiento a la labor intensa
del maestro Domingo Fletcher V alls.
(21) En el Cuadro 1, ed-'a da te. autorw IMI>ciooacJo. incl~ lu opinioo• de J . SILES, e carta penonal a D. Fletcher de 12 de
ciic*Dbn de l880; 7la de J . UNT&RMANN: «La Jeque ibéricalt, Varia
Va~ 1984, p6J. 263,11c. 1. E4ce au\Or oouldera q..., en el campo
qut ..W.oa tntaftdo, te. ....Wtadoa - a . l • ee debeD a U. SCHMOU..
En al Cuadro U llO . . inclU1tD laa ltUu 1 7 W del Mmi8ilabuío oriental, que haoQa ahora DO . . han encot~lnido en el meridional
m.
- 179-
[page-n-182]
G6mez-Moreno Beltrán V.
'
j/
Caro Baroja Schmoll Tovar
M~uquer
SUes Untermann
De Hoz
01>
Correa
1943
1961
1954
1962
1954
1961
1961
1968
1980
1982
1976
1977
1986
1985
~
a
e
i
u
a.
a
a
a
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LA ESCRITURA DEL ALGARBE
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[page-n-185]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia. 1989)
JOSE A. CORREA
(Sevilla)
INSCRIPCION VASCULAR INDIGENA HALLADA EN BAEZA (JAEN)
l. En un pequeño fragmento ceranuco hallado en Baeza (Lám. 1) en condiciones que no me ha sido posible precisar (1) y que pertenece, al parecer, a una crátera
de finales del siglo TI a. C. (2) aparece un texto, naturalmente fragmentado, escrito en
escritura indígena del SE (llamada, también, meridional). Las medidas del fragmento
son 6'3 cm. de longitud en la parte superior del texto y 8 cm. en la inferior, teniendo los
signos 1 cm. de altura. La leyenda es (3):
5
10
Jt A Pf<" ~ J-4 ~ t ~ ~ t
15
~ ~ H.J H[
1 podría ser también i , pues sólo se conservan la. parte inferior del asta y el ángulo que forman los
trazos menores. 2, aunque no está comple~. no cabe duda de que se trata de este signo. 3 sin duda·
es r y no a, pues ésta, cuando adopta la forma «acortada••, tiene un solo ángulo en la cabeza; aquí
en cambio tiene dos ángulos, COJ) lo que intenta acercarse a la forma redondeada. Por otra parte,
puesto que le precede Ca y no se ve que aquí la escritura sea redundante, se excluye a, que no seria
aceptable ni como signo con valor metrológico por no seguirle otro que apoye esta interpretación
(va seguido de i , que no se conoce con tal valor). 15 podría ser también el signo no fonético que
aparece en las posiciones 7 f 1-i, e incluso es bastante probable, pues las aatas están máa cerca
entre a{ que en los signos 6 y 13.
(l)
Debo a loe
fotocratla
prot..,,... Genero Chic la I>Otic:i& cle-.tafrqruato, y a VJCIIItal>urinla pollibili4ad cle emad.Wlo det.alla.do._le uf COIDOia
ameero
aec:>mpah. A amboe lee upreeo aqui mi
~to.
(2) Debo ..,. dato COQjeturaJ a la amabilidad del profeoor w--1 Pellicer.
(S) ~ cloe pw>too • - ' - a loe oipoo 1 y 1li eipifiean que la lectura ee dudooa por incompleta.
que •
- 183 -
[page-n-186]
J. A. CORREA
El interés primordial de. este texto está en su carácter parcialmente metrológico y
en que, en mi opinión, documenta sin lugar a dudas ·u n signo del que hasta ahora, al
parecer, se había prescindido o era simplemente desconocido: me refiero, claro está, al
Rigno que ocupa las posiciones 7 y 14.
No cabe duda de que este fragtnento está escrito en.el citado sistema meridional o
del SE. Hay varias razones que lo apoyan: los signos empleados para Ca (2), r (3) y l (5
y 12), y, sobre todo, la coexistencia de dos signos diferentes (8 y 10) para Ci. En cambio,
ap~ece un signo (6, 13 y, aparentemente, 15) que es casi desconocido en. este-sistema y
está bien docUínentado, por el contrario, en el sistema gráfico levantino con un doble
valor: fonético de o y metrológico. Veamos con algún detalle estas cueªtiones.
2.1. Ante todo, unas cuestiones de método. Como por razones tipográfi~as es
difiéliltoso imprimir los sigilos que comentamos, me referir~ a ellos, según convenga,
bien indicando la posiCión en que aparecen en el texto transcrito más arriba, bien
dando directamente su valor fonético conocido. Ahora bien, como alguno de estos
signos tiene además valor. simbólico (númerico o metrológico), cuando me refiera
expresamente a este último los transcribiré con su valor fonético en mayúsculas: v.gr.,
Ca se referiría al valor fonético del signo 2, que puede ser tanto {ka] como [ga]; CA, a
su valor metrológico.
2.2. J. de Hoz viene sosteniendo con notable acierto que el sistema gráfico meridional revela una lengua de.seis vocales (4), pues se conoce una pareja de silabogramas en
i para cada punto de articulación (labial, dental y velar). No es de este lugar. desarrollar las interesantes consecuencias qu,e se derivan de este hecho, pero tampoco pueden
ser soslayadas, pues en nuestro texto aparecen los .dos silabogramas en i correspondientes a la articulación velar, por lo que hay que distinguirlos en su transliteración.
Utilizaré aquí para el signo 8 Ki en 1Ul valor fonético y KI en su valor metrológico;
para el signo 10, Qi y QL respectivamente (5).
3.1. Poco es lo que se sabe del sistema numérico de los ibe:ros, pues los datos son
escasos y no permiten apenas distinguir entre signos numéricos propiamente dichos y
signos ~etrológicos (unidades de capacidJ.d, longitud, ponderales, etc.). La mayor
parte de ell08 aparecen en epígrafes escritos en el sistema levantino, siendo escasos los
(4) ED. Io qu. M difenbcia del iWrico l.evaDtiiiO, .ctemú de una eola r y una aola ~ d . J . DB HOZ: .orilúle ed ewluaioDe clelle
liJia.) 6. Napoll, 1883, pqa. 27-4t, ~· pq.. 87 y -.
(6) Naturalmel)té. e.ta cU.tinc:ión • c6modapara eete trabajo, yero 1>o puede, por....,. obvia, - ~: lo q_ e hay que &tin¡Wr
u
• el elemento vocA!ic:o, no el c:on.cmútico. Ee ~.en ves deponar i para loe cloe ai~ ponw, por eja~~~p_lo, en UDO 4y eo otro i, o ea uno i
y en otro l. Petoo ~tomar acenaduleoée WIA cleciai'óo ele eete tipo bahría que aduar, e primw \upr li el aiMema t!m1a cloe _ (abierta 1
,
e
cerrada) y UD& i, o UD& • y cb ·i (abierta y cerrada): y u tMifrlllldo lupr, ..W.l~ c:oa ..,uridad eúl aipo, de loe ~ IIP ide!atillcailoa iW.
fon6ticam.e te, c:orraponcle a - nue\'a vocal. Mie re'-ciu vAD, liD duda, de ac:uerclo con- propoteete del propio J . DB HOZ: .O.. 8ome
. 'robl- of lberian Script aDd Pbonetiea>o. Acta del n Coloquio oobn Len,ua. y Cultura. Pnrromuu ele la .Palnlula Ibmea (T(lbinpD, 17·
l
19{6/19'16). Solemenca, 1979, pl,. 2114. Que no - ~ que bayo
poeterioraote, por el aiplo que e11 n.-ro tato ocupa 1&
poeici~ 9, que"" el oiaema levaDtlno ..te • y, con la no~ pro~ mú arriba, tul!ol6D l!l (d. infra). Naturalmellte. a .-anuaci6n babria
que i ntehf8r qipar eete null\'0 nlor vociDco a la mitad ele loe eeie· ~ que, huta ol ¡nieDte¡ Dl!l HOZ n- lmllelitennlllo
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indíf'enmt4!)Dent.e con .i. J>.flo ilo • ele e.ta lupr tratar eete aeunto.
ecritt~¡re ilpenicl¡.,. Al N (-.
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[page-n-187]
INSCRIPCION DE BAEZA
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del SE (el plomo de Mogente (6), otro de procedencia desconocida (7) y una inscripción
vascular (8), a los que se añade ahora el texto que comentamos) (9).
En los textos levantinos aparecen casi una veintena de signos muy dive1'80S,
algunos de los cuales son también· fonéticos, en contextos que hacen pensar fundamentalmente que se trata tanto de números como de unidades metrol6gicas. Tal diversidad
ha llevado a hablar de más de un sistema nuinérico, pero se necesitan más hallazgos
para confirmar esta hipótesis. Tal vez sea ~ejor pensar, como se ha dicho, en una
mezcla de números y unidades metrol6gicas.
Sea como sea, se ha podido establecer, basándose sobre todo en el cuenco de la
Granjuela y los plomos de la Serreta VI y Orleyl m (10), una secuencia de unidades
metrol6gicas con los signos A, O y KI, de jD.ayor a menor. Sin embargo se discute el
valor exacto de cada uno de ellos, pues cualquiera de estos puede ir seguido de uno o
más trazos verticales, lo que no permite estableeer con claridad una proporción
constante entre ellos (11), sobre todo cuando lo que se tiene son documentos de
contabilidad, que pueden ser alterados según vaya siendo necesario.
3.2. Esta·misma secuencia ha sido .comprobada en el sistema del SE (12), lógicamente con los signos que aquí corresponden a a, o y Ci. Respecto a A el signo es,
formalmente, el mismo que en Levante (13). Para O se utiliza en los documentos
citado8 el específico de este sistema: un asta con dos trazos paralelo8 transversales.
Para la tercera unidad se usa QI, no KI (que, sin embargo, es bien conocido con valor
fonético, como se ha dicho más arriba).
Por otra parte, De Hoz ha señalado, basándose en los plomos levantinos de Yá tova
y siguiendo a Fletcher (14), que tal vez haya que añadir a la serie establecida un nuevo
signo, de menor valor, el de la e, que es formalmente idéntico al 9 de nuestro texto (y
para el que en el SE no se ha establecido aún un valor fonético seguro) {15). Más aún,
el mismo investigador ya había considerado este signo en el SE con posible valor
(8) M. GOMB:t,MOB&NO: •La Merit.ura bútuJo.twdetana». Madrid, 1982, núm. XLVI·XLVII.
J. DB HOZ: oLa epi¡ralla pNlat.i.na meridional "'Hiapanialo. Aetadell Coloquio oobre Lmsuu 1 Culturu ~de la l'ellfuula
lb6rica. Salam.anca, 27-31/6/lt74. Sai&IIWlca, 1878, nW... 87.
(7) GOMB:l,MOagNO: Op. cit. en la DOta 8, nW... XLVID.
DB HOZ: Op, cit. en la nota 8, :11W... '10.
(8) DB HOZ: Op. cit. en la nMI 8, 'IIWD. 87.
'
(9) Preecindiendo del plomo de Oidor por eu oiqularidad, d . GOMBZ-MOB&ÑO, op. cit. an la nota 8, ndm. XXXI.
D& HOZ: Op. cit.. .., la nota 8, 111W... 88.
.
(10) D. FL&'J'CHBR VALU!: o()rleyl m, plomo ib6rico Merito procedeate de Valld'UliOIO, Archivo Bllpallol de Arquoo~a.. adm. .0. Madrid,
1987, pq.. 61-68.
.
.
FL&TCHER VALLS: •Neua iberieche lnec:hriften aue det Pmvinz Caetall6n da la Plau.P. Die Spracht 18. VIena, 18'70, p4p. 14&-170.
PLKTCHU VALLS: •Nuevu iJI.IcripciODM iWricaa de la ...,ps.. valeacianu. Arehivo de Preb.latorialAIIUltina, ndm. 1S. Valecia,
111'12,
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10S.12S.
)1. J . OROZ ABIZCUlUilN: oEl . . _ . JMtrol6cico de la iJI.Icripci6ft ib6rica del cuenco de Lia Oralliuela». Aetaa del 11 Coloquio aobre
1An¡uae y Cultura Pnnuna.Daa da la p..,aula Ibérica ('1'libinpD 17·19/8/19'18). S a l - . 11'19, pq.. J83.870.
(11) O.ROZ: Op. cit.. .., la D01a 10, la ha fij.olo a 1 A - 8 O ,. 38 Kl. pero J. ltNTKRMANN: o N - telltol iWricoe aobre p~omcot. Aeta
N.....t.útica 111. Barcelona, 18116, pq.. 8$-46, lo ctiecuta.
(U) J . D& BOZ: ~ pnclei- aobre telltol ....-16cicoe iWri~. Arehiw de Pnhletoria IAYutiaa, nW... 18. Valeacla, 1881, pq..
47646.
(13) Be dec:ir, .. tnta de la fonu. ~ da ..
(14) D& HOZ: Op. cit. .., la D01a 1ll, pq. 4k
D. FL&TCB&ll VALU!: «Loe p~ih6ricoacle Yitoora (Valaada)o. t'rabajoe VarioadaiSJ.P., nW...a Valeo>cia, 1180, pq.. 8So'l&-80.
(16) ~ lo clicho .. la - - 5.
- 185-
[page-n-188]
J: A. CORREA
metrológico en una inscripción sobre un jarrito de plata de procedencia desconocida
(16). Lá serie metrológita, pq.es, quedaría así! A, o. KI (QI), E.
Pasemos con estos presupuestos a comentar nuestro texto.
4.1. Ya he dado más arriba las razones por las que no creo que los signos 2 y 3
tengan valor distinto del fonético. La tran,aliteración, por tanto, de 1·5 es: nfi.Ca.r.i.l.
4.2. El signo 6, con un solo trazo interior, sólo aparece en el SE, que yo sepa, en un
grafito cerámico de la Alcudia (17): lo normal es que tenga dos o tres trazos, aunque es
signo poco documentado. Caben sobre él dos interpretaciones.
Atendiendo al soporte sobre el que aparece nuestra inscripción, se podría concluir
que se trata de un símbolo, probablemente de una unidad de capacidad o peso. La
novedad estribaría en que !;!e ·tratatía del signo levantino para O, no el propio del SE
(que aparece, j>or ejemplo, en el plomo de Mogente). En este caso la explicación tal vez
radique en la cronología. En efecto; el plomo de Mogen~ ha sido fechado (18) en la
primera mitad del siglo IV a. C., mientras que la vasija en que aparecía nuestro texto
era probablemente dos siglos y medio posterior. Lo sucedido sería que el signo
levantino, por ser más conocido, habría terminado desplazando al del SE: a fin de
cuentas cuantos más an1plios son los. intercambios comerciale~, más se tiende a
unificar las convenciones usadas (19).
Si se.intenta, en cambio, ver aqUÍ un signo con valor fonético, su lectura tal vez sea
Te (20), ai bien yo me inclino por un valor simbólico.
4.3. El signo 7 sólo puede ser entendido con valór no fonético (21) y es discutible si
aparece en al.gún otro lugar.
En el plomo de la Serreta VI, en el dibujo y la fotografía dados por Fletcher (22), se
advierte claramente este signo en la línea 2 de la c~a A (23). Realmente la secuenci~
completa es: O seguido de cuatro trazos verticales y a continuacíón nuestro signo 7
segl)idó de un trazQ vertical. Sin embargo del comentario del editor se deduce .que,
para él, lo que hay es O seguido de cuatro trazos verticales .más O) seguido de dos
trazos verticales (en vez de nuestro signo 7 más uno), siendo también interpretable este
se~ndo O como 'una tachadura de dos trazo& verticales. 'Los autores posteriores que
han tratado ~e este plomo parecen, de una, u otra manera, haber simplificado la
interpretación de la segunda parte de esta secuencia (24).
En efecto, Oroz (25) da dos reproducciones del texto de este plomo: en una (pág. 287)
aparece igual que en Fletchél' (y Llobregat), pero en otro (pág. 352) desaparece nuestro
signo 7, convirtiéndose en O más un trazo vertical algo singular, pues de su pie, a la
(16) DE HOZ: Op. cit. en la nota 6, nW:n. 37 .(14m,. 10 y fig. 11; pág. 311) y pág·. 296.
(17) E. LLOBREGAT CONESA: «<&n,teotania ibérica». Alicante, 1972, nW:n. 37.
DE HOZ:· 0p. cit. en la nota 6, núm. 47.
(18) D. FLETCHER VALLS: •El plóiDo ilimco de Mogente (Való!ncia)•. Tn.bija. Varioi• d•l S.I:P. nW:n. 76. Valencia, 1982. pág. 64.
(19) Añádase c¡u.e, de eata modo, el signo propio del SE para o queda~ exeluaivamente can valór fonético.
(2,0) Sólo aeria uiniilable · t signo con doa tr...,. intemoo. d. el nW:n. 20 del a~loso de J. DE HOZ, op. cit. en la nota 4, pág. 60.
a
(21) P8J'.ee
(~S) lgual dibujo en LLOBREGAT. op. cil. en la nota 17, p4p. 122 y u.
(24) D. J:l'LETC.HER VA~. en cotnunicación ~patolar (!!!)+86), Dama ~~~ente mi atencjQn aobre .,.~ heého.
(25) ORO.Z! 0¡1. eit. e¡. 1a. noti 10.
-186-
[page-n-189]
I~SCRIPCION
DE BAEZA
6
izquierda, arranca un pequeño trazo que sube hacia el signo anterior (0), pero sin
alcanzarlo. En todo caso, en su interpretación prescinde totalmente de ello, ya que lee
la línea entera como O seguido de ocho trazos verticales. De la misma manera la han
interpretado De Hoz (26), que no da dibujo, y, últimamente, Untermann (27), quien
incluso en su dibujo pone simplemente O más ocho trazos verticales sin raya oblicua
alguna entre los trazos 5.0 y 6.0 (y mucho menos 7.a').
Creo que estas discrepancias exigen un nuevo examen de esta línea del plomo de la
Serreta VI que no me ha sido posible hacer, por lo que concluyo provisionalmente,
ateniéndome tanto a la fotografía como al dibujo dados por Fletcher (aunque discrepando de su interpretación), que nuestro signo 7 ya estaba documentado en este plomo (28).
4.4. Los signos 8 y 9 admiten en el sistema levantino tanto una interpretación
fonética como numérico-metrológica: serían Ki y KI, e y E respectivan1ente (29). Es
importante destacar que es perfectamente posible entonces, aceptando una difusión
generalizada de los signos levantinos en sus valores simbólicos, interpretar nuestra
secuencia 6-9 como completamente numérico-metrológica en el orden ya conocido (V.
supra) y donde la única novedad sería el signo 7 (30).
.
4.5. El signo 10 es conocido en el SE también con ambos valores, Qi y QI; el signo
11, además de su valor fonético en el SE como bi, establecido por De Hoz, conoce un
uso numérico-metrológico excepcional en Mogente (31). Pero teniendo en cuenta que
el signo 12 es l, me inclino a leer la secuencia 10-12 como Qi.bi.l.
4.6. La secuencia 13-14 es idéntica a la 6-7 y, aunque el signo 15 queda en la
fractura, es claro que se trata del 6/13 o del 7/14.
He indicado más arriba que me inclino a considerar que el signo 15 es una
repetición del precedente, pero esto no pasa de ser una conjetura insinuada por la
mayor proximidad de los trazos verticales. En todo caso quisiera destacar que, tanto
en el signo 6/13 como en el 7/14, hay que descartar que el trazo oblicuo sea una
tachadura, pues, si esto puede tener, sentido en un plomo de contabilidad, no lo tiene
en el letrero grabado en una vasija. Todo lo más se podría pensar que en el signo 7/14
el trazo oblicuo ha servido para agrupar tres trazos verticales sin crear un signo nuevo
(significaría tres unidades del precedente 0). Pero tampoco veo esto muy convincente,
(26) DE HOZ: ()p. cit. en la no(& 12. pq. 4'19.
(27) UNT&RMANN: 0p. cit. eo la nota U, pq.. 40 1 42.
(28) a., tambi6n un aipo parecido . . UD p:afito eerimico de EDe6rume (MLR
B.L. :134; J . SILI!B: ..unco de iDICri~ iWrieaolt.
Madrid. 1885. nóm. 180&), pero .. trata ,..biaeota de U. vertical• tacMdoe con una Une& boriaontal qu. eobreeala JIOl' amboe WSo..
Podrfa. no obetanta, trat.uM ele n - . . oicno 7 ea una fotma pocO cUidada.
(29) Som el poaibla valor tonkico del oicnO 9 en el SB v ' - lo clicbo "" la DOta 6.
(30) Pi..._. qiM tambM'n en s.n- VI eot.e lli.,.o ,.. clecri. ele O.
(31) DE HOZ: Op. cil.. en la DOta 12, pq. 478, ~ aipe ~a Ql; pero taloipo no.• apncia"' N tnbajo ele op. cit. ""la DOta 6,
pq. ~ aunqua 11.., PLBTCRBR, op. cit. an la DOta lB, pq. 44 (cara B del pi-.,. 1ínM l.• por .w..Jo). &. cl.e tamdo m~q raducido y, JIOl' t&Dto,
N inl.e!pnltaci6n. ciudoea.
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[page-n-190]
J.
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pues se conocen, dentro de la escasez de datos, secuencias mucho mayores· de trazos
verticales (32). Por todo el1o, si el signo 7/14 tiene, como ereo, individualidad propia y
si, como conjeturo, el signo 15 era el mismo, tendríamos aquí un caso de repetición
seguida del mismo signo, lo que tampoco es estrictamente una novedad (33).
(32) E n laJlnea 5. • del plomo de. v;u..,..., V B ""¡_,_bu~ v'llbte. truoe verticalee eeguidoe eín JÜniÚn oWcuo, d . D. FLBTCHER VALLS:
~ 19-6'7 yllS.
(33) A.! en el a~ ••lo-ibérico docum'!Jitado preé~am@nte én .ánforas, d. M. VID,\L y J . P. ~GNOL: uiM inacr\ptionl pelntea en
caract8,_ ibériquea de Vie.Uie-Toulo~. Rev. :Areb. de N.,-bonnaiBe, 16. Móqtpellier, 1~ págs, 1·28.
M. LEJEUNE: «Viaille-'J'oulouie et la m'tzólogie iberique•. R.ev. Ál'cl\. de Narbonnaiae, 16. Motpellier, 1983, p6p. 29-JB.
'STextoe ibéricoe del M111e0 de Prehiotoria de ValencÜ!». Tr'11biljoe V.noe del S.l,P., nóm. 81,
- 188 -
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J . A. CORREA.- Inscripción de Baeza
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ARCHIVO DE í,>RERIS1'0RIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 1989)
LUCIANO PEREZ VILATELA
(Valencia)
NOTAS SOBRE LA JEFATURA DE VIRIATO EN RELACION
CON LA ULTERIOR
En 147 a. C. «todos cuantos habían escapado» de los .respectivos perjurios y
matanzas de Lúculo y Galba invadían la Turdetania, Apiano lo afirma en dos oc~sio
nes (App. «lb.)) 61) (1). De aceptar el texto se. concluye que se trataba de vacceos de
«Cauca,, (2), traicionados por el cónsul Lúculo en 151 .(Apv. ((lb.,, 50-5.2) y lusitanos que
habían sido traicionados a su vez por Galba en 150 (App. «lb.>> 60; Oros. 4, 21, 10; Val.
Max. 9, 6, 2; Suet. ((Galba» 3). Los traicionados por Galba eran los Jllismos que habían
~IUbscrito pactos con Atilio y querían renovarlos (App. «lb.» 59) y que habían sido los
vecinos de «Oxthracai», todos los lusitanos y algunos vettones («.b.>> 58). Por tanto,
l
hay presencia de vettones desde los orígenes de la guerra de Viriato, como se ha
sospechp.do (3). Púnico («lb.» 56) había logrado incorporarlos a su ejército en 154. Por
tanto, según la lógica textual, los ata~»-bteB de 147 eran vacceos, lusitanos y algunos
vettones. Orosio (4, 21, 10} afirmaba que el crimen de Galba había provocado gran
agitación en toda Hispania. Atilio, pretor de la Ulterior, cuando Marcelo había
gobernado la Citerior como eónsúl, se había dejado influir por la polftica conciliadora
de éste y había fi.t:mado las mentadas paces (4) de las que se retrajeron pronto los
(1) La mejor edición de Apiano ee la de P. VIBll.ECK~A. ROOS: o
1962,. La 'ldlción.de «Pontee Híepeniae Antiquae» (PHA)1V; 'Barcelona, 1937, de-A. SCHULTRN contiene defici•nciaa.- Y t;raduccionee
i11~
M'«Y una ll'ad~teci6n etpañola mú eampl_.f,a, a101que mú; influenciada por Ja anterior de lo que lu nQtu reun. /L. SANCHO:
e
«Apiano H;.toria Romana>!, Madrid, 1980, páp. 106-1118. contiene icSobté ~.... Sobre tratem.lmlo de loe m.páñoe .a ~eno, R. MARTINBZ
-~ de Apianooo, I Congneo Andáluz u Eet. Clúicoe, ed. Jaén, 11182, 286 o.
FERNANDEZ: clndípnaa' y extranjilroe
(2) [dentiftcada pot D. DE COLMENA'RES, dlmoria d., la iluoip ciudlld de Sejroria 'f memorial de lu hlatoriu de CuülJa.lit, Becl>via, 1982
(l.• -.el 1637) 74; E . HüBNBR: RE m col. 188(), a.1r. «CaucaJt; A. SCHULTBN: ..Cauca•, Deutache Zeitung fllr 8J!81lien, Berlfn, 1927; ee trata de
Coca; v. tb: J . F. BLANCO: •Coca ~ueológiea•, Madrid, 1986.
(3) M. SALJ:Nt.S; •La oraanimeión tribal de lo. vetlonee•, Sal-ea,. l98t 34.
(4) Con<>eemoe una oded.íiÍ<»> medio siglo ]108t.l'ÍW, de I!DP& Juaitanoa o vettonea mmdionaleo. " l pec~lo menciona un i
R. LOPEZ MELERO, J. SALAS MARTIN, J. L. 8,\NCHEZ ABAL y. S. GARClA JIMENEZ: •El bronée de Aleétarll. Ona.
en
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L. PEREZ VJLATELA
hispanos, atacando de nuevo a los vasallos de Roma («lb.)) 58). Por tanto, los pactos de
Atilio habían sido generosos: los lusitanos habían mantenido sus armas y su independencia. Nótese la influencia del gobernador de mayor rango (cónsul) sobre el de menor
(pretor), tanto Marcelo-Atilio, como Lúculo-Galba.
Esta defección no pudo ser atajada por Galba, el nuevo pretor, que en 151 fue
seriamente derrotado («lb.>> 68) y habí~ reorganiZado su ejército con 20.000 aliados,
reclutados desde ((Carmo)) y, por tanto, básicamente turdetanos, Cúando los lusitanos
quisieron renovar los pllétos de Atilio, Galba, que renovaba pretura en 160, perpetró su
matanza bajo falsa palabra de paz. Los lusitanos asesinados eran del Sur del Tajo,
«citra Tagum)) (Oros, 4, 21, 10), y uno de los que escaparon er~ Viriato («lb.>> 61), quien
pro~edía de la costa oceánica (Diod. 33, 5, 1-2). Todo ello conduce ~ la costa del
Alemtejo.
Vistos los antecedentes, llegamos a 147, cuando los supervivientes atacaron la
Turdetania como venganza. El nuevo pretor, Vetilio, les hizo frente y logró aislarlos.
Hasta la aparición de Viriato, Roma, en estos años centrales del siglo, solía enviar un
cón~ul a Hispania, pero a la Citerior, denotando que le preocupaba máS la guerra
celtibérica. que la lusitana.
Los guerreros acorralados en 147 eligieron un jefe, Viriato, hombre de origen
humilde.. según las fuentes, influenciadas algunas por el estoicismo medio (5)
- particularmente Posidonio en D.iod. 33, 1, 1-5; 33, 7, 5; 33, 21- , por lo que según
Gundel tal vez no lo fuese (6). En el ataque a Turdetania seria ya jefe subalterno (7).
Era buen jinete: su rapidez fue un factor deciaivo para su éxito. En la elección de
Viriato se advierten las tendencias democráticas de los celtas de Hispania (8), particularmente en los momentos de peligro.
Viriato resolvió a su favor la situación, venciendo y matando a Vetilio cerca de
((Tribola)) (v. infra). Se suele decir que se convirtió en dueño de Turdetania, lo que es
excesivo. Ni las plazas romanas (Itálica, Carteia, Corduba), ñi los fieles aliados de
Roma, como Gades (9), ni algunas grandes ciudades como ((Carmo» aparecen como
tomadas en los documentos supervivientes. Pero numerosas plazas de la región habrán
de decidirse por Roma o Viriato.
l. VIRIATO COMO JEFE NACIONAL LUSITANO
La historiografia actual -rechazando con razón el origen literalinente celtibérico
de Viriato, que cundió a p:rip~ipio de siglo, buscándose en una ai~Jlada referencia de
(6) H. S~ON: «Roma .Kr_ieee Íll Spuüe,t~~~, Freefort., 1116!, pqa. 136 L, nWII. @8: ll SANE: ll1'lle dfov~t lif 114iu11 iliiptiW lttitudii
and thelbel;ian """"' Elúrita Q.t8!lrilil XLIV, 1976, pq. U9; J.l.BNS, Cuademoe de PUolocl& Griep ele la Uai.,..;dad ele Gruwla ¡, eo
prepara W> artículo 10bre el tmu (1987).
•
(6) H. G. GUNDEL: •Viriato.luii~o. cau~llo en 1aa cuerru contra le» ~· Ca.,a~ (Zarqoa) Sl-32, 11168, pq.. 1'77 o.
(U:adu~6n del art. «Viriatua• RE IX A (1961, col. 11l a.),
(7) GUNDEL: Op. cit.. en »ota 6, pq. 119.
(6) J. CARO BAR()JA: «Loa pueblol dé Eopeña .¡ ,., Madrid, 1976 (l.• ecl.. 1946), pqa. 1G8 1., doode ~ J'ICUéida a Lucillo 409, «Cooftll(ua
~.
l"'lcher: bracae, aara. fulrere torqueo 1 caelati ~~~~pi•.
(9) R. KNAPP: ~ of the RolDan aperience in Iberia, 2Q6.100 B. C.•. Vit.on.. um. pqa. 16-16 ;rnúm. 3, p4p Do.; J. P. RODIÚOUBZ
NEILA: t
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VIRIATO EN LA ULTERIOR
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Frontino {2, 5, 7) particularmente malo en etnología, trasladando bruscamente el
escenario de la guerra de Viriato a las actuales Valencia, Aragón y Castilla la Nueva
(10}- ha preferido considerarlo jefe nacional lusitano (11) pese a que buena parte de
las referencias y estrictamente las derivadas de la tradición analítica y Livio, que son
varias, pero escuetas, dicen ug. que concitó «. .. tantas gentes ... » contra Roma (Eutropio
4, 16) o que actuó «... omnia citra ultraque Hiberum et Tagum ...>>, no contentándose con
defender la libertad de los suyos, llegando a ser llamadQ «Hispaniae Romulus>> (Flor. 1,
33, 15) (llb). Veleyo (2, 90, 3) se refiere a las «Hi8paniae» en plural, sublevadas con
Viriato, quien derrotó a los gobernadores de la Citerior en más de una ocasión (12).
No· se puede tratar sistemáticamente de exageraciones o del patriotismo hispánico
de Orosio, etc., pues los autores citados, salvo éste, no son hispanos y viven además
cuando existe una provincia Lusitania más apta para eventuales reinterpretaciones
que la global de Hispania.
Pero, ¿de qué Lusitania. era .líder Viriato? No se puede aceptar que lo fuese
genéricamente desde el cabo San Vicente al Finisterre, que era el área llamada
Lusitania según Artemidoro {13) - posterior unos 40 años a Viriato-, por citar un
ejemplo cercano, y que presenta una delimitación de Lusitania. En otro lugar (14)
hemos estudiado la procedencia de los lusitanos de las guerras del siglo 11 hasta
Viriato, concluyendo que se trata de los de S.• Morena y Alemtejo: así lo manifiestan,
entre otros, datos como el de Polibio (35, 2, 2), que narra la toma de «Nerkobriga»
lusitana, que se corresponde con Nertóbriga de los célticos de Beturia (Plin. NH 3, 13);
o la Lusitania que produce rosas, vino, etc., que da al mar (Poi. 34, 8), datos que repite
literalmente Estrabón (3, 2, 7), pero aplicándolos a Turdetania: lo que se entendía por
Lusitania en el siglo 11 era más meridional que lo que entendía Estrabón en el siglo L
La retirada de Viriato de «Itucci» a la Lusitania en una noche de 140 («Ih.» 68) y el
paso de Serviliano, que le persigue de lejos, de los conios del Algarve a los lusitanos
demuestran que ·los lusitanos de esta guerra son los llamados célticps por autores
griegos y geógrafos de época imperial, cuando recuperan su nombre específico para
diferenciarse de la totalidad de una provincia llamada Lusitania. El desinterés geoet~
nológico de los romanos les había hecho adoptar la voz «Lusitania» desde un principio
con un contenido vago y muy extensible (así, cuando Livio 40, 47, llama Lusitania a
buena parte del flanco Oeste hasta los vacceos para la temprana fecha de 179 a. C.),
pero en ocasiones se concretaba, como cuando Atilio selló la paz con «todos» los
lusitanos y <
(11) A. SCRULTKN: •Viriatu.>o, Neue Jahrbiicher fUr der Kluoicher Altertum, Berilo, 1917, 233: P. BOSCH, P. AGUADO: Rí•toria de
Eqalla dirigida por R. MeMnclaa l'iclal (HB Ml') 2. Eopaña Romana. Madrid, 1936, pác. 117; GUNDEL: ()p. cit. en nota 6, páp. 179 a. lib. E.
PHU.IPPON: «LM ~--. Paria, 1909, 17$-181, tnt6 a Viriato d..cle una penpectiva hlapini~ 1lobel.
(12) E. KORNEMANN: oDien- Liviu.epilollle aua ~--. Xlío 2. 190f. pác. tOO; O. DB SANC!'JS: «&oria dlli ~JV•,l. Tuñn.
1923, pi&. 483; R. O. OUNDBL: «Probl- der ~ Ku.~ resen Viriatup, IAaio VU a-ma, León. Ul70, p4p. 126 o.; SDoi_QN:
()p. cit. en nota 6, pq.. TI a., pq.. 96 a.
(13) R. STIBRLB:
(14) L. PEREZ VILATBLA: •Pntcedaoc:ia geocr'fica ele loe tlllli\anOe de laa ,.._.. dalaiJio U en loe autoree clúieoe (164-189)>, Ac:taa del
VD Concr-o E.pdol de 8Ru4ioe CIN!coe, en prenea.
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L. PEREZ VILATELA
accesibles a los romanos, que aún no habían alcanzado el Tajo por la desembocadura.
Aquellos lusitanos que se mantuvieron tranquilos en 183, debido a la enfermedad del
pretor Sempronio Longo (Liv. 39, 56) - ¿dónde quedan e$as culpables «incursiones»
para explicar la guerra?~, tranquilidad que se prolongó a 182 bajo Manlio, que retiró
las tropas a los campamentos de invierno sin haber llegado a combatir (Liv. 40, 16), no
podían ser tampoco los de la S.• de la Estrella, etc., muy alejados aún del dominio de
Roma (15). Asimismo, los lusitanos «sitiados)) en 179 (Frontin. 3, 5, 2) por Graco (16),
difícilmente podrán estar muy alejados de la Ulterior: pese a sus grandes avances, los
pertrechos superiores de Graco de los que se jacta hacen pensar en una infraestructura próxima.
Las períocas (Liv. «per.)) 52) dicen que Viriato hacia 146 era el dueño de toda
Lusitania. Al margen de la veracidad de la noticia, ¿cómo va a pensarse que ésta fuese
la que Schulten llama impropiamente estricta, la del Norte del Tajo, si Viriato residía
normalmente en Turdetania (infra), y se .solía retirar a Carpetania en caso de apuro?
(«lb.)) 64 para 146 e «lb.)) 70 para 139). Gundel pone en duda (17) que las montañas en
las que Viriato insertó los estandartes tomados a los romanos en 14'7-46 (Flor. 1, 33, 15)
sean la S.• de la Estrella, con toda razón, pues es evidente que se trata de S.• Morena
occidental. Es muy llamativo que Viriato se retirase a su patria, la Lusitania del Sur,
la. más estricta y única accesible en el siglo n, tan sólo en una ocasión («lb.)) 68) en 141
y temporalmente. Acaso estuvo allí «Erisane)) , citada en los sucesos de 140 («lb.)) 69),
de la que Apiano dice que era «su» ciudad, ¿su ciudad natal? En tal caso habríamos de
buscarla en la costa alemtejana. En 139, cuando Cepión vulnera el tratado, lo halla en
<
que se resiste a regresar a su patria, aún en los momentos de apuro. Esta es la razón
que justificaría hablar de ritos previos a la inmigración, al estilo del «ver sacrum))
samnita (19), aunque los que así han hablado (20) mantienen que regresarían con
botín, etc., lo que no tiene sentido, pues el «ver sacrum)) se hacía precisamente para no
retornar, además de que varios ataques lusitanos se produjeron en pleno invierno: en
el de 152 pelean contra Atilio («lb.)) 58), en el de 151 contra Lúculo («lb.)) 59).
Esta única retirada a Lusitania se produjo por la fuerza de las circunstancias, al
bloquearle Serviliano la salida a Beturia o Turdetania («lb.)) 68), cuando escapa de
«ltucci)) (Tejada la Vieja, Escacena, Huelva), tan cercana a Lusitania (infra). Serviliano no le persigue: invade Beturia y asalta las ciudades proviriatenses («lb.)) 68};.
ru
(15) De- aierra b hacían ~- f!CHULTBN, •Viriawa...~t,
a., a16 a.; Sll(ON; op. l:i~ 111 111M 6, Jl'c. 14, n6m. 8¡ OUNDBL: Op. cit..
en D0~6, pq.l'lll, 7 buena p«rt.e CS. la inveatipci6n e.pallola cleecle BOSCH 7 AGUADO, IISMP • 2 (lB). U8 a., huta A. YOm'BNBGRO, J .
M. BLAZQUBZ, J . M. SOLANA: •Hiatoria CS. f'ApaDa (ed. O-so.) 3. S.palla I'OIIIU&JO, Madrid. 1986, pqa. 71 a.
(16) a. FATAS: ~entre Catón 7 Gracoo, ~ Antiqua v. Valladolid um. pq.. 2t0 a.
(17) GUNDEL: Op. cit.. en DOia 12, pq. 126.
(18) lo\. OARClA Y BEWDO: oBandu y perrillu"" lu hacha& con Roma• en •Conflietóíl y eetrw:turu IIOcial• en la RHpania Anti¡up,
Tórrejón de Ardoz, 1986, 18 1. (public. orig. 1946).
(19) W. EISENHUT: RE VIU A. col9Ua.. a.v. "'Ver-=-: J. HBRUROON: o'l'toia ~- Je
t.liemul, liB. BNMJ-,1968.
(20) A. TOVAR, J. C,ARO ~AROJA: «Conaj~acipn• aobr:. gqralla e hiatoria de la. ~ Anticua», Betuclloa IObre la BlpaAa Anti¡ua.
.._....,....,..,,col
Cu&demoe CS. la Fundación Putor, Madrid, 17, 1971,
~p.
21
1.
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Obsérvese que Beturia se solapa estrictamente a Lusitania cuando Livio (
Beturia pasa a los «cuneos» («lb.)) 68).
2. VIRIATO ¿JEFE DE LA LUSITANIA ESTRICTA?
Livio («pem 52) afirma que su poder fue aceptado por toda Lusitania antes de la
derrota de Vetilio en 147. Hay que elegir entre este escuálido dato o la explicación de
Apiano («Ib.,, 61-63) sobre su elección en pleno campo de batalla «Tribola» en la
Turdetania. Acaso se deba concluir que la derrota de Vetilio provocó la defección de
las plazas del extremo meridional de Lusitania que Roma ya había ocupado: conocemos que este había sido el caso de «Nerkobriga» y «Oxthrakai», pero sin duda eran
muchas más. Pero este eventual poder de Viriato sobre toda Lusitania, aún ciñéndola
a la de los célticos del SO., debió durar muy poco: el hecho es que nos encontramos con
otras partidas que no son las de Viriato. Así, cuando Serviliano pasó de los «Ctlneos» a
los lusitanos contra Viriato («lb.,, 68) en 141, tuvo que combatir contra Curio y
Apuleyo, que, como ya observó Schulten (21), no obedecían directamente a Viriato. En
todo caso, no habían molestado a Viriato al haber pasado por el mismo territorio y su
actitud le favorecía indirectamente. Tampoco pertenece al ejército viriatense <
voz para Viriato este historiador, basado enRutilio Rufo o Sempronio Aselión (23). El
Episodio de <
raíz, cf. <
afirma que «Eiscadia» y las otras ciudades de esta campaña tenían guarniciones
viriatenses (<
era contemporánea del avance de Bruto (<
guerras, afirma.ndo a la vez que las acciones de Bruto transcurren en Lusitania,
manifiesta de nuevo que los antiguos tenían noción de que la guerra de Viriato ocurrió
en territorio romano, e indirectamente que no era Lusitania el país donde solía residir
Viriato y por otra parte que eran las ciudades, no las partidas, las más proclives a
aceptar a Viriato. Tampoco se menciona a los cuneos como dependientes de Viriato,
(21) SCHULTEN: Op. cit. en la J>Ot& e.J>. 224; ID., FilA IV.
p.
U9.
(22) M. L. ALBBRTOS: ola CIDOIIIÚtica penoaa1 pómitiva d6 H;.pania T&JnCO- y JWticv, llaJuuaAca, lee&, p4p. 94, a.v.
(23) A. SANCHO ROYO: •En torno al "llellum Numantinum" d6 ~ianoll, Habia 4, Sevilla, 1973, pq.. 84 1.
(24) A. BAUL: •Conobaria. Un probl-. de la aeocrú1a ele~~. Bm6rita 28, Madrid, p4p. U9 a.; A. TOVAR: ciberi.tcbe lAnda.kunde
L BaeciCP, Baden·Badell, 1974, pq. ~48.
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p
La guerra lusitana an 141 a.C.
~--- 1 retirada da V
hiato
-·
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-r
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11 cupena da Sarvi liana s atac¡ua
a Baturia
21 ca!'lpana do Serviliana s axpugnacianae an retaguardia
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VIRIATO EN LA ULTERIOR
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aunque Apiano («lb.)) 68) da a entender que estaban sublevados, al marchar Serviliano
militarmente sobre ellos.
3. PARTIDARIOS DE VIRIATO EN EL SENO DE LA ULTERIOR
La b~talla de Tribola en 147 (<
antes como zona de acontecimientos («lb,)) 61): Viriato indica a sus hombres que se
dispersen y después se reúnan en esa ciudad. Se contaba de antemano, pues, con la
complicidad de sus moradores. El dominio de Viriato se ejercía sobre ciudades de
Turdetania como «Eiscadia)) [= ¿ «Nescania»?, Valle de Abdalagis, Málaga (26), o
bien, menos probablemente «Astigi», Ecija (27)], «Gemella)) («mansio)) «ad Gemellas»
«It.» 412, 2; 414, 3; Rav. 4, 44: 315, 19, en Castil A.nzur (28), Puente Genil, o cerca de
Benamejí (29)) y <
antiguos. Inexplicablemente, se ha intentado corregir la forma original por «Obulco»
(31), siendo dos ciudades diferentes. Estas dos últimas estaban situadas en la cuenca
media e inferior del Genil. En la misma zona Viriato había intentado tomar «Segovia))
(Ps. Frontin. 4, 5, 22) siendo mucho más verosímil la andaluza que la castellana (32) no
tanto por la lejanía geográfica - relativa en Viriato, veloz como pocos- como por su
fidelidad a Roma, poco creíble en la castellana en estas fechas de inactividad romana
frente a los celtt'beros, así como por el contexto citado. Segovia' del Genil debió estar
bien a 5 km. al N. de Carmona, o en Isla del Castillo, a 8 km. de Ecija (33).
(25) SCKULTBN: Op. cit. en nota 8, P'g. 218; ID. RE 8A coL W.3 e.v.; ID., FHA lV, p. 108; BOSCH, AGUADO, HEMP t, 123; A. TOVAR: 0p.
cit. en nota U, 1 82,
,
(28) E. HOBNBR: oMonwunta Lin,uae ~. Berlln. 1893, P'cl. 237 1. v.; TOVAR: Op. cit. en nota U , I. 133, p. 138. En ..ta pobl.ción
hay UD topónimo dluertaa de Eecalle•.
(27) SCKIJLTEN: Op. cit. en nota U, pq. SU, núm. 6; ID., FHA IV, P. lllt, R. THOUVENOT: «Eeee.IIW" la p~ romaine de la :84W¡u...,
Parla, 1978 (1940), P'g. 128. SlMON, pl.r. 120; BOSCH. AGUADO, BEMP, 1936, "'-· 182, ate. huta MONTBNEGRO. BLAZQUEZ. SOLANA:
Op. cit. en nota 16, 1988, p4.re. 81 1.
(28) J . M. ROLDAN: «Itineraria Húpania•, V~~olid • Gr:anada 19711, P'g. 288; A. LOPKZ PALOMO: oLe cultunlb6rica del valle medio del
Genill•, Córdobtl, 1980, pl.p. 60 a.; TOVAR: Op. cit. en 1\Qtf. 24, I, p4.re. 123 1. ..Cutil Anrul• <•le).
~) ROLDAN: Op. cit. en nota 28, pl.r. 288; R. 'CORZO: «Mund,a y lae vlu de comunicación en el Bellwn Húpanien-, Hable 8, 19711, !W&;
'l'OVAR: Op. cit. en nota 111, 1, pl.p. 128 a.¡ A. CARUZ: oLe áltima campda de C6aar en la IWtica: MWIC!a>t, Actea I.• Coloquio da H.• de
Andalucía. Puentee y MetodOiorfa. Andalucía en la Anti(ileded, ed. Córdoba, urls, P'g. 1411; A. IBAilEZ CASTRO: «Córdoba bÍ8peiiOoiOIII&J,
Córdoba, 1983, pl.1. 281 ¡ SClfiJLTEN: Op. cit. en nota 11, P'ca. 222 a., FilA IV P'g. U9, quiao identificarla con oTw:ci AUJU.'ta o-Uao, aleado
(inlra), como no, ee(llido nwoivamenta, aln caer en la cuenta que eetoe ~lativoe loe Ncibló oTII«I• al convertine en colonia, con doble
procedencia del\mdadorea en 6poca da A..,mo; GUND.EL: Op. cit. en nota l2, pq. 123, pone en duda aeta ldentU5cacl6n; •
(80) Bien ubicada deade el puado aúrlo nor autoree eepdolee. J. CEAN BERMUDEZ: ..sumario da laa antlrüedadee I'OIII&DU que bey en
Eapafta¡t, Madrid, 1882, pq. 320; A. BLAZQUBZ: •Camino romano de Sevilla a Córdobtllt. BRAH 81, 'Madrid, 11112, p4.re. 47la.; F, COu.ANTES
DE TBRAN: •Caúloco monwn1111tal y ártl8tico de la p!Ó\'ÍDCi& de Sevilla IV•, Sevilla, 1966, "'-· 118¡ TOVAR: Op. cit. en nota U, J. U4;
ROLDAN: Op. cit. en nota 28, pq. 268; P. SD..LIERBS: oLe via Aq¡uata da Co!due l Cadix», MCV (Paria), XIl. 1978, pq. 80; ID. oProepectioDa le
lon11a via Au(U&talt, Rabia 8, 1980, pq. 338; TROUVENOT: Op. cit. en nota 2'7, pq. 400; A. BLANCO, R. CORZO: 41111 ~~de la
Bitica», Simpoeio de Ciudadee Aupoteu de ffiapania 1, ed. Zara..-, .1978, p4.p. 164 1.
(81) Deede SCHUL'l'BN: Op. cit. en nota 11, p4.p. 222 e.; ID. PBAIV, pq. 119, huta MONTBNBGRO, BLAZQUBZ, SOLANA: Op. cit. en
nota 111, ..... 81 ..
(82) Bata fue la eWaide por SCHULTBN: Op. cit. en nota 11, p4.p. ~e.; PHA IV, pq. 111; BOSCH, AGUADO, HBMP 2, lU, y toda la
anterior inveetipción eepello)a; SDofON: Op. cit. en nota 6, pq. 93.
(33) CEAN: Op. cit. en nota 80, P'g. 287; COLLANTBS, et alli: «Cateloco... Sevilla a., TI e.; M. CORTES Y LOP&Z: «Dicdonario pacrificobietórico de la Eepd& anticua T&naco-. Bitica y Luaitanao m, Madrid, 1Jl38, pq._ 376 u.; TOVAR: Op. cit. .., nota u, I. 113 e.; LOPBZ
PALOMO: Op. cit. en nota 28, P'g. 39.
-197-
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L. PEREZ VILATELA
8
Servíliano decidió eliminar estos obstáculos a su retaguardia antes de lanzarse
sobre Lusitania. Se habla de otras. ciudades atacadas o perdonadas por Serviliano
(<
(34), donde hubo un importante apoyo a la causa de Viriato, así como en Beturia (<
68), activa ya contra Roma en 197 (Liv. 33, 21, 6), aunque la de este pasaje parece
costera. Por otra parte, no se puede pensar que ciudades tan bien defendidas como
<
cuando ni siquiera podía contar con todos los efectivos de Lu. itania meridional, su
s
país? En los años anteriores a 146la presión romana no debió ser muy fuerte, pues se
concentraba contra Cartago y la Liga Aquea.
Serviliano parece haber avanzado en esta campaña desde la Costa del Sol hacia la
zona de Antequera (Nescania) y haber continuado por el Genil, para evitar la sublevación de las ciudades costeras fenicias conjuntamente con la Turdetania y Beturia bajo
un mando único, como en 197 bajo Luxinio (Liv. 33, 21, 6). De haberse producido esta
sublevación, el dominio romano hubiese desaparecido en toda Andalucía occidental.
En el caso de <
(36), no ((Tucci)), ni <
más de este estilo existieron, pero Schulten expuso inexorablemente su criterio (37),
identificando «ltucci)) con ((Tucci» ( = Martos), como si el conocer un emplazamiento
físico seguro hubiera de ser razón para corregir caprichosamente los textos para
acomodarlos a su gusto.
Sabemos de dos <
(34) WP&Z PALOM~ Op. cit.. en nota 28.
(Sii) IA6poca helenlal.ica M earacterisa en lo militar por la aubetituc~ón delaoldado ciudadano por el mercenario y de la bat.alla campil por
el uedio, eD el mundo ¡rie¡o, Y. GARLAND: ..tlec:herchea de poliore6tic¡ue pecc¡IMI', Paria, 197•, pqj. 272 a.: la ciudad ee convierte en baldón,
eato tiene eu reflejo en loa «
en cada aeedio.
t86) I:Aed. de, VIERECK y ROOS: Op. cit., 282 - «lb.• 86; 284 - db.lt 67, y 287 - «lb.• 67, eecribe ei-p.re •ltyll/tco o la variante «11)'/wJt,
aiam_pre con..),. El aer A.Piano la mejor tuenta para Vuiato ..W que el llevar «iJo el.p-afe CIL. 2 • 1268 da Tejada, ..W lae IDODedu indlc- de
Itucci (inlra, núm. 40) aon detanninantea dellnitivu· de la Conna correcta.
(S?) SCHUL'I'BN: Op. cit.. en nota 11, páp. 222-224; ID. RB 7A, ool. 786, a.v. d'ucci»; ID. PHA IV, p.~ll&, 118 a., curioeament.e, reepet.ando a
Apiano, eec:rilú «ltua:i», idenúficándola ain ..W con «7\,.:ci»; BOSCB, AGUADO, KEMP 2 (1936), páp. 131 a., P8M a examinar lae poeibilidad..de
la de Viriato con •7Vcci»; lo -joc ea que eata homolopci.6n, al como otra. no • original de Schulten, lino tomada de autorea eapellolee del
xvm y JiOX. eobre todo Cort.6a y Lópe&. op. cit.. en nota 33, 111. ~. 485.
(38) CU:. D. 1685; CORTBS '1 LOP&Z: Op. cit. en nota 33, 111, 102, la identific6 oon Valensuela; por el .cortijo da lu V(flen- de,Buua •
inclinan E. RtlBN.ER, CU:.II, pq. 213; J. SANGUINO: t
divi_aione adminiatrativea de I'Eepqne romaine•, Paría, 1923, pq. 88; W. KUBITSCHEK: «De RomllDOI'WII tribuiD oricine et JII'OP*Pt.ioneo,
Abha.ndlugen d• ).rcbioi.- Epigr. Semi,.,. der Univenitit Wien ID, Vi-, 1882, 1'41· l.ri; THOUVENOT: Op. cit.. an nota 27, pq. 190; F.
vn:TINGBOF.F: •Rllmiacbe Kolonintion und Bürgerrecbtapolitik untar Ca-r und AuguatUP, Macu.ncia. 1961, pq. 74; H. GALS'l'ERER:
•Untereuebunteo IUm ré!miachen Stidtew-n allf dar iberiaehen Halbinael•, Borlln, 1971, p4.¡. 20; A. GARClA Y BELLIDO: •Laa coloniae
111-
- 198 -
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VIRIATO EN LA ULTERIOR
9
Campo, Huelva, llamada «Tusci» o <
fue la ubicación de la viriatense debemos tener en cuenta la información («lb.>> 66) de
una «Bastetania» próxima o incluso solar de ella. La de Baena queda próxima a la
«Bastitania» citada por Plinio (NH 3, 10), que no es la del SE., cuyas ciudades Durco,
Sucaelo, Singili, lliberri, Cisimbrium, etc., se corresponden con el valle del Genil. Pero
esta «Bastitania» {41) es citada por Plinio en un contexto algo equívoco en relación
con los límites de los conventos jurídicos (42). Pero el hecho de haber pasado Viriato
en una noche de ella a Lusitania («lb.» 68), unido ello a la toponimia occidental de esta
campaña (Beturia, los conios, Lusitania, etc.) nos convencen de que es la de Huelva,
que está siendo.excavada (43). La Itucci del Condado queda a su vez entre los bástulos
que ocupaban la costa oceánica entre el Estrecho y el Anas después de los túrdulos
(Mela 3, 3; Plin. NH 3, 8), quedando aquéllos más hacia Cádiz. Estos datos de época
imperial pueden trasladarse a la época republicana sin violencia, pues Estrabón (3, 1,
7) acredita que bastetanos o bástulos extendidos del mar Exterior(?) al Anas (Str. 3, 2,
1) eran dos nombres de un mismo pueblo. Resulta inaceptable una «Bastitania»
alrededor de Baeza, como proponía Schulten {44) en su afán de trasladar la guerra al
alto Guadalquivir, que pertenecía a Oretania.
roaww de H~. Anuario de H.• del Derecho &p. XXJX, Júdrid, 19C!e, pq.. 4~ ~le coa le «lpt#cja cie Ca!Moo de
Hortaleo, Prado d. l Bey, C6dia; A. TOVAR: Op. cit. ..,_ DOi& 24, l. pq. 131; A. PBREZ ALWOOUBitA: « A - de uu coloDia y 1m municipio
e
Wtic:ae: ltuci elpalfWI'I' L• Con¡r. Anda!. de &t. Clu.,eci.Jaén, 1982. p6ca. 360 ..; C. GONZ.ALBZ ROMAN: olmperialiemoy I'IIID&J>Úaci6D .,)a
proy:incia Hüpenia Ult«i..,., Granacte. 1981. pq. 104, le CQllfunde coa «lpbbcja pditua • illdi>IQ el mwúcipio coa el yacimlellto de 6ot&; J. J .
VAN NOSTRANn: oThe Reoqanlaalion oCSp&in by Au~, Univ. de Calilomia, PublicllliOM In ffiatoty IV, 2, Loe Aqel•(1118). pq. ll8 v.
tb. A. CABALLOS: ~tribuc:ión al •tuclio de le obra colooizadora de C6oar en le Ulterior: Coloftla ClaritM tulla Ueubi, Jptuci V'utua tulla y
AA. Reci.,., C4.dia, im n.v., pero parece co~ •hl.d» • ~··
.
(39) Población inmediata a la anterior, A. VON STYLOW: cineenpcicmea latiJw del Sur de le provincia de Córdob.», Gerión 1, 1988, pq,
288; J. BERNIER, C. SANCHEZ, J. JJMENEZ, A. SANCHEZ: • Nuevo. y.ctmieoto. uqueol6clcoa en Córdobe», 1981, .-.., 2U2 para el ti1n1úDo
de Bee1111 y p6c-. 74-76 pan el da Nu...a Cetteya.
(40) lt. de Antonino 482, 2 entre «114Uc4» e o/Üpolt como ,.n...:¡, anónimo de tu.- -4, 46: 317, 13 COIDO cn..c;,. entt. «~ e «
con •n...:i». S. b.a menoapreclado el eplgrale local ~le hora de denominarle, COIIlO TOVAR: Op. cit. en la nota 24, l. 167, ,.n...:;,., peae a
S. ESCOBAR: • Noticia hiotórice de la vil. a de Eocaco¡na del Ca.qpo y de le ciuded de Tejada, en ligua ltuci hiapel...-, Sevilla, 1910¡ A. G.• Y
l
BELLIDO: «Colonia Aelia Augueta Italicao, Madrid, 1!160, ¡áa. 111; E, BüBNER: CIL U, ~11· Ul6; A. Bt.AZQUBZ: BRAH 26, pq. 43, etc.;
THOUVBNO'l': Op, cit. en nota 27, ~p. 333 y 488; • elle correoponden tao moneélaa indlreou 'd e «/lw:i», de la mi-. lipología que lu de
«0/onl», «04d#>l, etc., de influencia fenicia, que no ee deh en el illterior andel~ v. A. VIVES: •La moneda hia~nlca ffi», Madrid, 1928. pq. 34;
M. GUAOAN: •Numiom6tlca ib6r'ica e ibefO.I'ODWl&», Madricf, 19891 l'áll· 170; O. GIL FARRES: t
c0111o A. EGHTO en J. ARCE: «Lea guerru celt~ro-l,.itana&Jt, Hia1Pria de Rapafia Antirua U. Blopania Romana, :Madrid, 1978, 96; A.
JIMENEZ: •Arquitect.ura romana de la OOica». Sim~ium Internacional del bimilenario de S.govia. ecl. Barcel01111, 1977, 227; P&REZ
ALMOGUERA, P'ca· 3fi0.63, dlatíngue ambu •llucci», ~confunde le ceca «
la Vieja y Cabezo de Hortaleo, ,..peclivan>ohte, como hemoa dicho; v. th. R. CORZO, A. .n:t.LRNEZ: •Or1aniucíón territorial de la "Baeüca"»
AEArq. (Madrid) !53, 1980, "'-· 22; OAISrRRBR: Op. cit. en nota 38, "'-· .67, nWD. 41a, oeftalan, éate Indirectamente, a le de Tejada; .oto
«
Supp. pq. 814; v. tb. J . SOLA SOLE: •El alfabeto 1n0netal delu cecu "Ubiolenic:iu"», Barcelona (1980),
~... 71o.
(41) BOSC\l. AGUADO, HBMP 2, "'-· 142, DOta 90, apuntarQn que la «
conaidwan le de Viriato. Eooto ......-nta un avance por la coherencia con le rm:ma textúaL
(42) CORZO, JDolENBZ: ()p. cit. en nota 40, pqa. 24 a.
(43) Verano de 1987.
.
(44) SCHULTBN, P8A IV, U S; Ba- eo «Bi4ti4» (Piin. NH 3, !6; Ptol 2, 6, 69); O. GONZALEZ ROMAN: •Cútulo y le romanisaci6n de le
<>mania.o, ü - , 1988, 8 o., no o.Bo.ti» que cort.epoo>de a Bu:a, como • aabe de.da aiempre: THOOVENOT, 820 ..; J . M. ROLDAN: «Biotoria
do Granad», J. Gr. 11183, 170; ID. ()p. cit. liD DOta 28, "'-· 22:1, etc.
y
n·
- 199 -
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10
L. P.EREZ VILATELA
En r~alidad, ~os contactos de Viriato con la Citenor se hicieron por Carpetania, no
por el alto Guadalquivir («lb.•> 64, en 146; «1/).•• 70 eh 139).
Cuando eJl 143 Viriato derrQta al pr~tor romano Quinctio, éste se vale de su cuestor
Cayo Marcio, un «ibero•• ( = hispano) de Itálica, para dirigir la lucha contra Viriato
(«lb.>• 66). Esta elección indica qué topografía era la conocida por el hispano: el bajo
Guadalquivir y donde podía ser útil a Roma. La toponimia relacionada con la guerra
de Viriato conduce inequívocamente a Andalucía occidental sin rebasar el meridiano
de Córdoba/Málaga aproximadamente: «Carmo••, «Conistorgis•• y los cuneos, ~1 estrecho que separaba «Gádeira•• del continente -era una isla-, Lusitania, en 151 (App.
«lb.•• 58-59); «Cárpessos>>/<
65); el estrecho de Gádeíra («lb.>• 65) en 145; «ltykke>•. (ltucci) y la región de los
bastetanos e Itálica («lb.•> 66.) en 143; «ltykke>> («lb.» 67-68), los cuneos y ·lusitanos y
Beturia («lb.» 68) en 141.
La identificación de «Baikon> («lb.» 65) con ((Baecula» hecha por Schulten no es
segura ni mucho menos, aunque la raíz parece ser la misma (45). «Baikon> es una
región, «chorion)), hacia la que Fabio Máximo rechazl> a Viriato en 144, no uh castillo
como aparece en FHA (IV, 318) para forzar la identificación. Pero de estar salva esta
dificultad hallaríamos otro inconveniente: si Fabio Máximo rechazó a Viriato, ¿cómo
iba a empujarlo hacia el Este, la retaguardia romana, en una zona vital para la
República, el área castulonensel_
Los gobernadores romanos d.e cualquiera de las provincias aeguían invernando en
Córdoba: así, este Quinctio de la Citerior («lb.>• 66). No se entiende la insistencia en
\lbicar las accione¡;¡ de Viriat.o en el curso del do remontando Córdoba, donde pódría
cortar a su antojo las comunicaciones con la Citerior y amenazar las minas (46).
La familia política de Viriato procedía de la Turdetania romana: su «synkedestés»
{voz que vale para «suegro» pero sobre todo para «cuñado») mandaba una tropa propia
procedente de te.r ritorio romano (Cass. Dio. fr. 75). En las negociaciones de paz con
'P opilio (Casa.. Dio. fr. 75; Oros. 5, 4, 12) le fue exigida la ejecución o entrega de·los que
los romanos consideraban tránsfugas (47). Parece sugerirse que su pariente había sido
militar entre los romanos. ¿Acaso uno de los 20.000 <
boda de Viriato había ocurrido en Turdetania o Bastetania, pues se hallaban invítados
romano¡;¡ Por parte de la novia (DiOd. 33, 7, 1-3), lo que era impensable en Lusitartia.
Además Viriato no residió en Lusitania salvo en 141, perseguido por Serviliano,
ocasión no apta para unas bodas, que ocurrieron después de ser Viriato poderoso,
como explicita la narración. El ambiente de las anécdotas de Viriato no puede servir
(46) Seiiln Steph. ll11. e. v.: EHA Vlii; 1969, l)ág. 426
(Ml) J. M. BL4ZQUEZ: •E!X>nomfa de la Hiepania 1'9mana~. Bilbao, 1978, pq. 2'11; et. C. DOM.ERGUE: •El Cerro del Plomo. Mína "El
Ceotenillo", Jdn•. ~AH (Madrid) l~. 1971, pága. .266 •·
< El bandido ~ukiu.t•
CQ.mo cond.ici6n de paz. El fe¡>ónleno de la deeen:ión l'Olii&Da ~y de auxillaree i.ndlg- lue muy corriente· en ~ repUbliCUU~; v . .A.
QARCIA Y BELLIDÓ: «Loe auxilillre8 hispanoe en loe ejmeitoe romaboe de ocupaCi.6M, Emerita XXXI, 191!3, PÑ· 217.
- 200 -
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VIRIATO EN LA ULTERIOR
11
para hablar de una poligamia en Lusitania, sino en <
Otro~ capitanes de Viriato como sus amigos Andax, Ditalkes y Nicorontes (49)
procedían de <
4. VIRIA TO, ALIADO DE ROMA
Hay un punto de inflexión en la carrera de Viriato, la búsqueda de la paz con
Roma, abandonando la guerra vindicativa. El primer síntoma lo señala Chárax de
Pérga:mo con la noticia de un tratado entre Quinctio, pretor de la Citerior, y Viriato
(50) en 148. De ser cierta, el lugar de establecimiento de Viriato habría sido Itucci y la
región de los bastetanos («lb.•• 66), la comarca del Condado, pero no hay confirmación
de la aislada noticia de Chárax.
El interés de Viriato en pactar se evidencia cuando, habiendo derrotado totalmente
a Serviliano en 140, quiso pactar con él (<
año siguiente Cepión rompió la paz, lo halló en <
Zalamea: lo acreditan epígrafes que citan <
Lusitania, quien de nuevo se hab~ retirado a Carpetania («lb.•• 70). Viriato no
(48) Á. GA.BCIA Y BBLLIDO: .t. l'afmula IWrica en loe ccaü... ele 1U HiRcriP, Kedrid. 1958, p6c. 888; ID., •Vela~.....,.. ele
J. &palla ubcwa», MUrid, 1M8, pq.. '19 e., ~t6 el texto. Pva SCHULTBN, PilA IV, pq. 121, él hablar por fibu1M • q IIM,jorele ~ 811*'<1er por loa lberoa, ~Qie eálvaj.,.. Ahf queda eeo.
(49) En A,pp.
~ ... tomo al teoWDDDio ele ApíaDo 1 Dioclooo .,._ ,._ pua lu ....... celtiboroluei.._. Actu clal VJo c.,.,..-. R.p. ele
..
k . CIM. (CUC). U. ed. lúdrid, 11183. ~ tl "
(&O) Chúu., Conot.l'lll-pb., ... odM. ünp.Jt 24 • P. JAOOBY,
cler piechld>er Hilt.oribrlo (PGB) U, 4118 (l.,eyüD. 1tllla.t.•)
• PilA IV, p6c. IUI.
(61) Th. MOMMBBN: «ll6Dú8c:baa &aat.orec:ht», Tubillp. 19118, m, p6c. •1: B. TAUBLBR: «lmperium RcaUliiiiiiJ. ~e aur Blltwll)k}UD•
ppechichte der r&Di8cheD Beicbaa l. Die Staatvertrlp wul v-.,.verhllw-, Leipaif,1913, pq.. 1M, 142, 2156; GUNDBL: Op. cit.. e nota
S. ~ 186 e.; ..,U. C.C.L. LANGB: •Ré!mioche Alt.ertamer., Leipaif, 1816. e. n, p6c. 847, - iDd.- favorable a Roma, lo que ..amamo.
..Die,.,._,..
- - = t i ).
(lit) L. GARClA 1GLBSJA8: .t. BecwU, Wl prow-a ~ ele J. IIUipaDia uti¡up, AEA.rq, 44, 1971, p6c. 101, qué bO otiWra loe
.....,_ c:iáldoe; TOVAJt: Op. c:it.. .., 14,1, pq.. 112 e., c:onfuDcle J. ArM ...-:! 0011 J. ele Vtrialo; CORZO, ..JIKKNBZ: 0p. c:it eo nota 40,
p4J. 46, "" el S&. ele ~oa; CORTBS Y LOPEZ: Op. c:it.. ... DOta 38, p4J. 1112, J. lituó "' AIU&p, pero loa iDveeli¡~ no • han elec:idido a
\llar t... eplll'&f• ciledoa de Zal&mea para eu reclucción; la cueatión • probiii!Útica, puee '"' la milma ciudael ILBR • 1096 menciona
di~ lu/ipfMP, y, /t. ()AllC~ Y B&LLlDO: di~Üt7lo aepulcralt'OCD&DO de Julipa (Zalamea)», Maclrid, 196& El thmibO JDuolcipal
pudo ccm-lu a lu clol. pero a ocArea» ain eluda.
(63) VIVBS: .0p. cit.., W, 49 "; A. BELTRAN: dl alfahelo ~ llaJDMo "libiolenicio"•, Nwol.aa 4. Madrid, ltU, ~ 11 " ; Gn.
FABllBS, p6c. 841; J . K. BOLM!OLB: Op.
40, ~ '19"
~"'J. ...,.mciaelec.6di&, aanoacuo •V-">,
pero próxima • culquier cuo. lA proyincia ele~ queda fuera ele cualquier coneepci6o,,...., la teDcleacia a hacer una aola ~. «JQi«Í», •&¡¡oc¡io•, etc., hace a GONZALBZ ROMAN: ()p. cit. m - 38, pq. 163, iclenliflcarla con ZalaJDea; TOVAll: ()p. cit.. m DOta U, J, 66,
la cllati....,. de J. ele BeWria, 92 •· Noelebe iclentillca:rM con.«.BnaaM» (•lli.JJ 89) ..-o SCHULTBN, JI'HA IV, p4J. 119, que procecle liD citarlo de
OORTBS: 0p. cit. ., nota 83, n, pqa. 448 e. A aqu41 ÁII\MD GUNDBL: op. cit. m S. p6c. 190: TOVAR: Op. c:it.. e11 DOta U, 1, p6c. 188, etc.,
paro la lectura • llllftlma, cf. «1....-, en. XV • 4811, eóln UD úfon hYpua clal 1&4, )l. GOMBZ KORBNO: ~ l. lA
~.Madrid, l!M8, 94, paro bO . . eeplO q u é - ........... . , AculJarele la P'roolera, qoe llllpoM liD IIIIAjc>cle
cit..,-
Todu--
- 201-
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12
L. PEREZ VILATELA
consiguió, o no quiso conseguir, el reconocimiento de su poder sobre Lusitani~. Los
romanos estaban interesados en mantener la costa oceánica controlada: pocos años
después se produce la expedición de Publio Craso a las Casitérides y las mediciones de
Artemidoro y Posidonio (54). También es posible que Roma sé hubiese apercibido de la
importancia de los filones. onubenses y del Alemtejo (Riotinto, Aljustrel, etc.), que no
parecen haber sido explotados en esta época, sino más adelante (55). En cüalquier
caso, el «dinasta» Viriato amigo de Roma (Diod. 33, 1, 3) no echó raíces en su Lusi~a
natal, ni sirvió de bastió_n en su tierra contra los romanos, a diferencia de Numancia.
Su resist~ncia es móvil. Sólo es lusitana su guerra por su origen y el de Ul'l.a parte de
sus hombres. Péro es indudable que la paz de 140 sign.ifié6 el abandono de los
sublevados de los valles del Betis y Genil. Viriato ha escapado de nuevo hacia
Carpetania (Arsa está a sus puertas), como cuando se veía acosado en Beturia.. Con
estas retiradas se ap,ro.ximaba al terri.t orio celtibérico sublevado alrededor de Numan~ia, consiguiendo una retaguardia segura. Pero los gobernadores romano.s debían
evitar esta relativa cooperación, bloqueando el valle del Henares o los pasos del
Sistema Central. Viriato en 139 es una sombra del guerrero que había sido: busca de
nuevo la paz. Popilio, gobernador de la Citerio~. va exigiendo pa~atinamente, no de
golpe (Diod. 33, 19; Cass. Dio 75; «de uir. íll.» 71), las prendas de. paz, dejando la entrega
de armas para el final, lo que demostrába su, conocimiento de la idiosincrasia higpana.
Pero la condición más significativa para la erosión de su poder es la entrega a Popilio
o directa éjécución de los }>rincipales «desertores» romanos, que en realídad. habían
sido reclutas forzosos de Roma ·por medio de Galba u otros pretores además, Así
ejecutó a su «kedestés», cuñado (Cass. Dio fr. 75), i,Astolpas?, citado en sus bodas
(Úiod. 33, 7, 3); poco antes (Diod. 33, 7, 1) había hablado de su «synkede~téS)).
La simpatía que Viriato despertó y d·e spierta ha olvidado este crimen, que es
sumamente explícito sobre la conversión del póder de Viriato en absoluto y en el total
abandono de sus.aliados de 1~ Ulterior. Esta vergonzosa ac~ión, que rompía la (
(56) de los otros hombres de la Ulterior amenazados de entrega, propi~ió su a.sesinato,
pue~;~ Andax y demás eran de. << Ursm> (supra). Estas características de S\1 poder justifican la denominación de «dinasta)) (Diod. 33, 1, 3), voz empleada ps.ra los reyes bárbaros
- vg. por Polibio (4, 45, 2; 5, 4, 3; 5, 34, 7; 5, 90, 1; 9, 1, 4; 10, 34, 2) para Iberia, Diría, etc.;
Dión Ca.sio (fr. 57, 42 = 1,243B) lo aplica a lndíbil y Mandonio--. No p\ldiendo o no
queriendo regresar a Lusitania, Viriato se mantuv-o constantemente sobre tierras
conquistadas, apoyá_ndose en la poblacjón anti-romana y en la «syngéneia» existente
entre celtas y turdetan
(M) Str. 3, 2, 9 y 3, 6, U.
(61>) Entre los años17().130a. C. ae produjo una b~a en el precie¡ del orp, A.. PIGANIOL: •La Q9Dquétel'Omaine». Puú, 1967, 4/Yie.• por lo que
B.ALZQUEZ: Op. cit. en nota ~. pág. 270, núm. 25, 10111001\.i que laa expLotecion.
p.J'o oucción, pero ¿euá.lldo reéolneñSaría la e)[ploteción~
(56)F. RQDRIGUE.Z ADRADOS: «L:a lides i bérica», Emérita XIV, 1946, j>áp 164 a., en relación a Viriato. Las·obligacioll
pá.ga. 176 s .. e.n tanto que la cli'e ntala romana no, R. RE.lN"lE: «Fid.,., He-nnea LXrv (192,3). Lei~, pá.ge. 160 •· La traición de Viriato a """
hombres de la Ulterip r rom,pla la
<~rule•"
y el oaqcrai1U!fltum" !llilitar.
- 202-
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VlRIATO EN LA ULTERIOR
13
una estructura itinerante, como los de Gengis Jan o Atila, que intenta un establecimiento fijo (ltucci, Arsa) pero que no lo consigue. Sus hombres estaban agotados, esto es
razonable (57): llevaban batallando desde el 152 (Atilio) o aún antes. Otros, como
Viriato, se habrían casado en la Ulterior. La paz con Popilio en 139 sólo fue posible
sacrificando familia, syngéneia, amistad, sumisión. Rotos estos vínculos, ¿qué podía
unir a Andax, cuya vida pendía de un hilo, con Viriato? Todo ello después de haber
sacrificado a sus aliados en el seno de la Ulterior - y a la propia Lusita.nia probabl&mente- en 140. Viriato había dado la pauta a sus asesinos: había que sacrificar a
algunos para que otros se salvasen.
Los hombres que, como Viriato, habían entrado en guerra con Roma, buscaban
tierra de labor («lb.» 59-60), como advirtió Costa (58). Vetilio, en 147,les había ofrecido
el mismo señuelo para la paz (<
querían establecer nuevos asentamientos agrícolas. Conocemos algunas de estas <
Cazem), <
jefe Púnico.
La tendencia de Viriato a constituirse en jefe de estado era inevitable, si quería
tener éxito contra su enemigo romano; sólo una estructura eficaz podía salir airosa,
pero ésta tuvo deficiencias fundamentales, como la de territorialidad. Viriato cobraba
tributos en Carpetania («lb.» 64), tenía poder de paz y guerra con el exterior (<
(Cass. Dio fr. 75). Tras la paz con Serviliano se habla de la entrega de tierras a Viriato
y sus hombres, no al pueblo lusitano.
La aceptación de su jefatura por gentes diversas que ya hemos revistado la
manifiesta explícitamente Apiano (<
(67) SCRULT.&N: Op. cit. en DOta 11, pig. 226, lo atribuye al canaancio de ou pueblo, que le obUcarla a la pu. tb. GUNDEL: Op. cit. en not:a
6, P'l· 187, '1 BOSCH, AGUADO, HEMP 2. pi¡ 182, paro no tillfte an cuenta la evidenta intención de Viriato de eatabl - , oer ocido,
cobemar el»ooutam•n. e.
t
(68) J . COSTA: «Eitudioe lbmcoe llt, Madrid, 1891-1896, pip. XLV ..
(58) SCHULTEN: Op. cit. en nota 11, péce. 'JIYI •.; ID. F'HA lV, pie. 121; SIMON: Op. cit. en nota 6, pia. 14; A. M. MAR'l'lN: dito Livio. Ab
urbe condita, Libro XXXV•. Mtdricl. 1e&6 (á.•), péce. 131i •·
(80) V. PMIDBS GUILLEN; «Hi&lori& llfl kit lramoa1AD91 etltiWricol'l, PlaMDcNI, UJee; J. COS'U: Op. eiJ. t11 ~ M: ~
ib6ric:a>o, péce. J..XXXVID; M. OLMIIDA: oEl a-nono de Já IIOcleclad eepdola l. Loe puebloe primiti_, y la colcmiMció
Oultwu ~ el• la P.l., ecL Sal•m•nq¡, 1&76, 201 • .; ¿_DE HOZ: «La epicralla prelatiu m.idioDal ea Hl8p&nia» Actul• Coloquio.•.,
páp. 2t7 1.; J . A. CORR.B.A: «Eeeritura '1 1_.,. prenomál>a ea el S. de la P l.•, Adu Vl• CBBC, l. 387 1.; M. G. PBB.BIJI.A, J . A. COllRBA:
td'Decripci6n .a MCritura taJ1Alllia (0. clel 80.) hallada en N~ (Cealn> Verde. Baiso Aleetajo) '1 au ccmtaxto &Jq\leOJ6ciCOit, lú.bia, 16, 1886,
páp. 343 ..
(82) ¡,0 de «CedobriD, Cecóbrip (PioL 2. 6, 2), mJa ,...... ooaa? V. r-esw->tada ., VJVII8 m, :U e.; M. OOlmZ MORINO: «La -=ritma
b&Ru»turdetana (primitiva hiepúica)e, Mlldricl, 1962, pie. 38.
(63) L. KllADBR: «La foruaaaón del eatedoot, .8&rcelcma. um. pie. ta.
- 203 -
[page-n-206]
L. PEREZ VlLATELA
14
bala común jefatura de Viriato («lb.)) 75). A su muerte, su ejército se deshizo (Díod. 23,
2.1a). Quizá deba entenderse con esto que eran antiguos e4bdites romanos de la
Ulterior, separados del grupo principal que eligiÓ de nu:evo en as.amblea a Táutalo
(«lb.)) 75). El mando supremo de Viriato fue incontestado («lb.» 75 Flor. 1, 33, 15).
En política intrahispánica el interés de Virlato radicó e.n sublevar a los celtíberos,
como lo había hecho Césaro («lb.» 56 y Diod. 31, 42) en 154. Lo consiguió en 143 («lb.••
66) en que bellos, tittos y arevacos fueron apartados de Roma (64). Las campañas de
Viriato éil la Citerior obedecen a éste interés, Sjn embargo, fue muy duro con los
celb'beros que siguieron fieles a Roma (Segóbriga, Frontin. 3, 10, 6 y 3, 11, 4; bellos y
tittos enviados contra él en 146,
Viriato tenía excelentes cualidades como jefe, en lo que conviene toda la hístoriografia antigua; .c apacidad oratoria (65) plástica para hacerse entender por sus sencillos
-que no salvajes como quería S.chulten (supra}- soldados. Les persuadió de la
infidelidad romana a los tratados («lb.•• *?1). Sabía ser gracioso contando anécdotas
(Diod. 33, 7, 1). Era equitativo ~n el reparto del botín (Just. 44, 2, 7; Diod. 33, 15).
La tel'IDinología aplicada a Viriato h11 sido analizada por Gundel (66). Sólo añadiremos detalles vg. la gradación que v:a entre <
Respecto a la caliñcación de «soter», salvador, utilizada por monlll.'cas helenísticos,
también se utiliza en epigrafia por comunidades urbanas helenísticas.
(64) N. SENTENACH: •Loa arévaé08 ll». RAIIM 1914,
pq.
198; F. W.A't'l'ENBERG: oLa
SIMON, plig. 81.
retión va- . BPH. Madrid, 1968. p4p.
36;
(66) OARClA Y }IELLIDO: O,. cit. en nota 48, pq. 688; ID.: cVeinticinco...», 0p. cit. en noca~ ~ 76 a.; GUNDEL: Op. cit. en nota 6, pq. 196.
(66) GUNDEIH Op. cit; - n nota. 6, pqs. 1~ a.
- ~04 -
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ARCHIVO DB PRBKISTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valeoda, 11188)
ALBERT RIBERA 1 LACOM.BA
(Valencia)
DOMINGO FLETCHER Y LA FUNDACION DE VALENCIA
Entre la numerosa bibliografía de Domingo Fletcher (1) se pueden señalar no
menos de 15 títulos dedicados a los numerosos problemas que plantea el estudio de la
ciudad romana de Valentia. Aprovechando la invitación del SIP para participar en
este merecido homenaje a la figura de c
produciendo y que, entre otros, están permitiendo comprobaJ: las hipótesis que, en su
día y con menos datos aunque siempre con argumentos de peso, expuso el homenajeado.
E.n primer lugar, destacamos su firme convicción en defender el origen romano de
la ciudad, desechando las hipótesis que desde el siglo XVI (2) se han venido elaborando
en base a unos versos de la <
hemos señalado, la opinión del homenajeado, reproducida y razonada en varios artículos (3) siempre estuvo a favor de negar tal localización. Por una parte, resaltaba,
acertadamente las características mi~ de esta fuente escrita. QUe no hav aue
(1) M~ tu o61o OQla oelección ele .,.. ~oa .,~n Val•tla:
,
D. PLBTCHBR VALU!: ooLa 'I)ria ib6ric:a y la Valentla ..........,, Boletfn ele la Socieobd ea.t.l~ ele Cultwa, XXIX. Caate116, 19113,
...... 181'*10.
D. PLB'l'CHBR VAU.8: ~ ~ eobm el JIOIIIhn ele 'J'yrioa. Papel• dal Lebcmuorio de Alqueolocla ele Vat.ncia, t.
Valabda, 1882.
pq... asa.
D. PLBTCRU VALU!: cBI probl- ele la Tyria iWrica y la Valeatla · In .OO. Mil A!ce M ValtnciP. Pub~ del
AteMo Mercantil M VaiiDCiL Vat.cia, 1882, pq.. 4U8.
D. PLBTCRKR VALLS: ~.obre la fundadOD.ct. Vat.cia». ~ Ml'nhiÁOÑ IAftAW.., X. ValeDcia, 11188, pq..
111$.301.
(S) B. PLA: cLoa ~M ValeDcia y la fuDclaci6D M la c:iuded». Papeleo del Laboftt.orio ele Arq,_lotfa ele VaiiDCia, 1. VaiiDCia, 1882,
...... lll.e&, " -· '10.
(3) PLBTCilBJl: Op. dt. .. la Dota l . .
- 205 -
,
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A. RIBERA 1 LAOOMRA
2
olvidar se trata de un poema, con lo cual, la intención de su autor no estaría en
proporcionar datos exactos sobre la geografía costera, sino más bien en conseguir una
buena métrica poética. Además, parece ser que este texto del s. IV d.C. se basa en datos
procedentes de un periplo massaliota de por lo menos el s. IV a.C., es decir, de unos 800
años anterior a la redacción del poema. Por otra parte, la arqueología, a pesar de las
nwnerosas campañas que se están realizando en el casco antiguo, no hace más que
confirmar que en el subsuelo de Valencia no se encuentran niveles anteriores a
mediados del s. II a.C.
No obstante, no se puede descartar la existencia en el litoral cercano a Valencia de
una ciudad prerromana. En este contexto, tal vez tengan sentido los hallazgos subacuáticos de ánforas griegas, etruscas, massaliotas, fenicias y púnicas, todas de los
siglos VI-V a.C. y que se recuperaron en aguas de El Cabanyal y la Malvarrosa a raíz
de dos campañas de prospeccion.es (1983-84) dirigidas por el Servicio de Investigación
Arqueológica Municipal (SIAM) del Ayuntamiento de Valencia (4). La presencia de
estas piezas arqueológicas, algunas especialmente raras en los yacimientos valencianos, como las etruscas y las griegas, quizás se deba a la existencia de un centro
indígena cercano que sería el receptor del vino que transportaban estos recipientes y
que, desde luego, hay que buscar fuera del solar que luego ocupó Valentia.
Pasando a otro de los temas que podíamos considerar tópicos en la historiografía de
Valentia: la identidad étnica d~ los primeros pobladores de la ciudad, lusitanos o
l'omanos, la opinión de Fletcher, amén de original en su día (5) se va configurando
como la más posible, gracias a la información que está proporcionando la numismática
y la arqueología. En este caso, como en otros, la duda surge a partir de las diversas
interpretaciones que sugieren unos textos muy sucintos de Tito Livio, Apiano y
Diodoro Sículo que, según unos, se refieren todos a un mismo acontecimiento: la
instalación en una ciudad, que sería Valentía, de los restos del ejército de Viriato.
Pero otros piensan que Jos textos de Apiano y Diodoro se refieren al mismo hecho, el
asentamiento de los lusitanos, y que el de Tito Livio haría referencia a un suceso, más
o menos coetáneo, pero claramente diferenciado, como lo sería la instalación en una
nueva ciudad, llamada Valentia, de veteranos del ejército romano. Esta segunda
posibilidad, a pesar de haber sido la que ha tenido menos adeptos y que no ha mucho
ha sido desechada en un voluminoso estudio sobre la fundación de Valencia (6), se va
imponiendo como la más probable. Las recientes investigaciones sobre los monetales
de la ceca de Valentia, que empezó a emitir al poco de la fundación, ha evidenciado la
raigambre itálica de estos nombres (C. Lvcienvs, C. Mvnivs, T. Ahivs, L. Trinivs, L.
Coranivs y C. Nvmivs) y, más aún, se ha podido vislumbrar la posibilidad de que
procedan de unas zonas concretas del centro de italia, ya que estos magistrados
(4) A. RIBERA y A. FERNANDEZ;
antlquea .., Mer Tyrrb6ni- (811 .,._).
(5) FLBTCHBR: Op. ciL en la note 1, 1983, pq. un.
(8) J. BSTEVE: «Valencia. fundación roawwo. Univeni.dsd de Valeocia. Blc:Htariado de P\lblicaci..,..., Val...O.. 1!1?8.
Sympoaium lntematiOD&I dlarines marcb.andee et -
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.
FONDACION DE V ALENCIA
3
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A. RIBERA 1 LACOMBA
monetales suelen presentar una onomástica poco corriente en el mundo romano, lo
que ha permitido acercarse con bastante verosimilitud al lugar de origen de los
fundadores de Valentía (7). Con estos valiosos datós recientes, habría que pensar más
que en legionarios rom~os en itálicos pertenecientes a los cuel'pos aqxiliares del
ejército que al licenciarse recibirían tierras y, tal vez, la ciudadanía romana. Otro
argumento, de momento poco explotado, en favor de la raíz romana de Valentía lo
tenemos en la cultura material que aparece en los nivele$ republicanos de la ciudad.
Son de especial importancia las últimas excavaciones realizadas (Almoit111, 1985-87;
Palau de Benicarló, 1986-87, y Barón de Petrés) que no sólo han puesto al descubierto
restos del área m<>nuniental inicial (Almoina), de z-onas de habitación (Palau de
Benicatló) o vertederos (Barón de Petrés), sino que además han aportado una ingente
specialmente, las cerámicas de
cantidad de restos cerámicos. Entre éstos destacan, e_
barniz negro procedentes de las zonas de Etruria (campaniense B) y Campania (campaniense A), que no sólo nos proporcionan valiósas fechaciones para los niveles de esta
época y para la fundación de la ciudad, sino que nos informan de los modos de vida
cotidianos de los primeros habitantes de la ciudad. Capitulo aparte merecen los
numerosos fragmentos de ánforas itálkas de vino, sobre todo de los tipos Dr. lA y
greco-itálicos, que forman la mayor parte de los conjuntos cerámicos y que demuestra
la gran cantidad de vinó itálico que llegaba a Valentía, como también lo ponen de
manifiesto los hallazgos subacuáticos del litoral cercano que empiezan a ser abundantes precisamente a partir de la fecha de la fundación de la ciudad (8). Dentro de la
vajilla cotidiana
beber. Junto a este repertorio importado, numéricamente mayoritario, siempre aparecep cerámicas reductoras algo toscas, tal vez locales, y piezas claramente:i.béticas pero
Y de una fase avanzada (s. II-1 a.C.), con lo que se observa que el conjunto de la
.a
cerámica de Valentía en su época más antigua nos habla de ~ horizonte cultural muy
·romanizado en sus usos cotidianos, como pu.ede ser el abundante consumo de vino
importado en un momento en que este producto aún no se producía en cantidad en la
Península Ibérica (9) y el uso masivo de cerámicas itálicas tf;lnto d.e mesa como de
cocina. Es decir, que graci~ a los datos aportados por los materialeS. arqueológicos
podemos adivinar que, tal como ya obsertó Fletcber, es palpable «el escaso ambiente
indígena que los hallazgos arqueológicos de Valencia proporcionan>> (10).
En relación con las fuentes escritas ya mencionadas (Livio, Apiano y Diodoro) y
con el tema ya planteado de la supuesta instalación de lusitanos en una ciudad
(7) Y. J . PENA: «Lee maptnuio. ~de ~alenti,P, l'al\ele& ~ .Le.borilorio da-!->q~log!a de VaJ,encia, m. V~ 1988, pip. 1.6~·164.
(8) A. FERNANDEZ: ..W .inroru I'CliDanU de Val~tia y de áu entomo ID8ritim010. Serie Alqueológtea del Ayuntamiento de Valenct~ S.
Valenci.a, 1984.
.
"--
. __ d
,
A RIBERA y A. FERNANDEZ: O
Alqueolocfa Submarina. Macb:id, 1986, pqa 83-91.
.
(9) A. TCHERNIA: oLe vio. de l'ltal.ie ~e». Ecole .Fra~ de Roma. l!oma, 1986, pli,lf. 99.
(10) FLETCHE~ ()p. yit. e.n lJ nolll 1, 1963. p4jt. 1911.
- 208-
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5
FUNDACION DE VALENCIA
llamada V alentia, hace unos años se originó una polémica en base a que algunos
autores situaban la Valentia de Tito Livio en tierras de la ~tigua Lusitania, ya fuera
en Extremadura (Valencia de Alcántara) o en Portugal (Valen~a do Minho, Valen~a
do Douro). Especial hincapié se hizo en situarla en Valencia dé Alcántara (11), pero
tras un intercambio de Téplicas y contrarréplicas, nuestro homenajeado puso de
manifiesto con toda claridad y exquisita corrección q:ue la Valentía que los romanos
fundaron hacia m_edidados del s. II a.C. se sitúa a orillas del Turia y .no del Tajo (12).
Pasando a otro de los temas ínS,s trillados de la historiQgrafía de la Valencia
romana, Fletcher no podía dejar de tratar una peculiaridad de Valentia como era la
existencia de. un senado municipal compuesto por dos clases de ciudadanos, según
atestiguan varias inscripciones que mencionan a los (
este doble senado tiene su origen en la existencia de dos comunidades diferenciadas.
En lo que ya se discrepa es en la identificación de estos dos grupos. Así, los «veteres»
serían los primeros pobladores, pero ya hemos visto que tanto pueden ser lusitanos
como romanos o latinos. Los «veterani>> consiguen más unanimid~;td, ya que se consideran como licenciados del ejército l'omano y serían ciudadanos romanos de pleno
derecho, lo cual se coteja bast~te bien con la preeminencia que parecen tener sobre
los «veteres». La opinión más plausible para nosotros, tras los últimos estudios y
hallazgos, es la de suponer que los <
licenciados pertenecientes. a las tropas auxiliares. Posteriormente, habría un segundo
asentanriento, esta vez de legionarios, es decir, de ciudadanos romanos, con los que, tal
vez, la ciudad adquiriría el rango de colonia.
Pero los interrogantes son muchos: ¿Cuándo tuvo lugar esta instalación? ¿Por qué
se hizo? En los tiempos en que Fletcher se ocupó de estos temas la información de que
disponía no era mucha ni nueva, por lo que no pudo obtener l~;t resolución de los
mismos, pero dejó bien claro que (14) la existencia de unos ciudadanos que se llamaban
«veteres)) no era un argumento para defender la supuesta. existencia de una Valentia
prerromana o luaitana y se mostró partidario de dos instalaciones distintas de romanos o itálicos.
Pero en este punto tan debatido, últimamente la atqueología tiene bastal)tes cosas
que aportar gracias a una serie de nuevos datos que, aunque evidentemente no zanjan
el tema, sirven para darle al problema. un enfoque más completo. En este sentido, los
trabajos en marcha en 1'Almoina y en el Palau de BenicQ.rl9 nos hacen ve:r: que en la
etapa republicana se pueden distinguir, al meno.s, tres fases diferenciadas, la última de
(11) C. CALLBJO: «Un monumento éle. la Valentía l111.itana>1. El Miliario Emavapnte, núm. 8. 'Pu:i.t, 1961¡, pqa.
(l2) D, l'LETCIBR: .SObre la Valentía hllliWlil». El Miliarío Exmav~nte, n6m. 9. Pada, 1966, pAca. 11!11-199.
D. FLE'l'CHER: «AAgo lbÚ eobre la Valentía lueitana». El Miliario Extrua¡ante,. n.úm. 10. Paria, 1966, ~.
D. FLETCliER: •De uuevo eobJ'e la Valentía luaitaña>o. 'E l Miliario E..uavaaante, núm. ll. Paria, 1966, pqe.
(13) G. PEREIR:A: •tn.cripcio.nl!lll'OIIWlii.B eje Váleotia>o. Trabl\ioe Varioe del Servicío de Inveetigaci6tt PrehisiOríca,
(14) FLETCHER: Op. cit. en 1a nota 1, 1963, péca. J9Q:"200.
1'12-173.
W241.
273.274.
64. Válen. ia, 1979.
c
núm.
-209 -
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6
A. RIBERA 1 LACOMBA
las cuales, datada entre el 80-70 a.C., se plasma eñ un nivel de destrucción clarísimo
con evidentes señales de violencia, que lo más seguro e. qu~ se trate del último
s
episodio de la batalla que se desarrolló a los· pies de las murallas de Valentia y que
terniinó con el postrer asaltó y caída de la ciudad a manos de Pompeyo. Como los
niveles qu~ cubren esta destrucción bien datada ya son de época augustea hay que
suponer que este «hiatus)), de por lo menos medio siglo, significa que tál vez se
produjera un abandono de la ciudad motivado por esta destrucción de la que nos
hablan las fuentes y, ahora también, la arqueología. No hay que ólvidar que Valentía
fue uno de lo"B seis centros principales del dispositivo de Sertorio, lo que justificaría
plenamente que sufriera sus consecuencias. Esto plap,tea la posibilidad de que los
«veteres» no fueran los descendientes de los primeros habitantes, posiblemente masacrados o dispers{ldos, sino que se trataría ele gentes venidas con posterioridad. La
arqueología nos va mostrando que, sobre este nivel de incendio, que no se puede hacer
llegar más allá del 70 a.C., según muestran Ias cerámicas importadas, siempre aparecen construcciones y niveles que se han de datar hacia el qambio de Era. La edificación más destacable son. las termas que se excavaron en la calle Cabillera, aunque
parece ser que son ya de época tiberiana (15). Para la etapa po$.t~rior la inform.a ción
arqueológica aumenta considerablemente como ·c onsecuencia de la expansión que
inició Valentía a fines del s. 1 d.C., gracias a lo cual los restos de este momento se
conocen mejór al ser más abundantes y estar más extendidos, por lo que han podido
documentarse en mayor número de solares (calle del Mar, .Banys de l'Almirall, plaza
de Zaragoza, calle Cabillera...) que los de la etapa inicial que se circunscriben a un
área mucho más reducida. Los datos aportados nos. muestran que entre fines del s. 1
d.C. y la pl"imera mitad del s. m la ciudad conoció bastante actividad constructiva,
tanto a nivel público (edificios públicos·del Foro, hallados en 1'Almoina) como privado
(mosaicos y viviendas), atnpliándose considerS:blement~ el red~cido núcleo prlinltivo (16).
Esta fase expansiva, ¿se podría relacionar con la instalación de nuevos habitantes?,
que en este caso, evidentemente, deberían ser los «veterani)). ¿Vendrían los «veteres»
durante la época de Augusto? El silencio de Estrabón, del que ya se percató Fletcher,
ya que es sintomático que en el s. I a. C. no mencione a Valentía, ¿estada motivado
porque cuando escribió su «Geograña>>, Valentia estaría destruida, o porque, como
opinaba Fletcher (17), se basó en autores posteriores (Posidonio y Artemidoro). en
cuya época Valentia carecería de la suficiente importancia c:om9 para ser mencionada?, ¿las avenidas fluviales del Turia., documentadas desde el período romano (18)
influirían de alguna manera en estos procesos, como ya supuso Pereira? (19).
(15) M. J. DE PEDRQ, E. I!~ "1 E. PORCAR: •Hallugo de UDJI4 teriDa8 l'OÍIIAIWI en Valencia». XIX Conii"'IO Nacional de Arqueología.
Caatell6. (Rn ¡nnaa.)
.
(16) E. DIES, E. ESCRIVA y A. RIBERA: •AIIIp1iaci6 urbana de Valentia a pal'tir d"l!poea flavia». Jornada..lnWn&cionala d~ueolo¡pa
Romana. Gunollera, 1981, páp. 236.243.
(17) }!'LETCBBR: Op. cit. en la not.a 1, 196S, pág. 2Ql.
. ,
.
(18) P. CARMONA, A. 'RIBERA y J. V. LERM.A.: o
.(19) PE,It~: Op. cit. en lA not.a 13.
- 210 -
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FUNDACION DE VALENClA
7
Estas hipótesis e interrogantes, emanados de un examen previo de los hallazgos
arqueológicos, podrán ser matizados cuando se disponga de estudios detallados de las
numerosas excavaciones realizadas, buena parte de las cuales, por otra parte, aún
están por concluir.
Aun dentro del tema de los «veterani et veteres)) hay que mencionar una reciente y
valiosa aportación (20) a través de la cual podemos ver que en algunas ciudades de
diversas partes del Imperio (Africa, Sicilia, Germanía) también existen senados municipales formados por dos comunidades diferenciadas, lo cual suele deberse a la poste.r ior instalación de nuevos habitantes. Esta característica de Valentía en el Alto
Imperio (no hay datos que permitan suponer que sucediera así antes del s. 1 d.C. ni
después del lll d. C.) engarza, pues, eon otras, pocas, ciudades con situaciones semejantes, por lo que, desde una pers·pectiva más amplia, se puede entender mejor esta
peculiaridad de la ciudad de Valentía.
***
A modo de colofón de estas. breves notas, que tan sólo pretenden esbozar las
principales novedades que se están produciendo en la investigación de Valentía, se
puede resumir lo anteriormente expuesto:
- No hay pruebas de tipo arqueológico para suponer que existió una ciudad
ibérica sobre la que se asentó Valentia, aunque una serie de indicios, concretamente
los hallazgos subacuáticos arcaicos de las playas del Norte de Valencia, parecen
señalar la posibilidad de que hubiera un núcleo indígena prerromano por los alrededores.
- La fundación de la ciudad tuvo lugar en una fecha que se puede hacer coincidir
con el pasaje de Tito Livio y se haría con gente de origen itálico, seguramente
licenciados procedentes de los cuerpos auxiliares del ejército, según se desprende del
estudio de las fuentes escritas, de los restos arqueológicos y de la numismática.
- El problema de los <
es la de datar con seguridad estas instalaciones. La información que está aportando la
arqueología, aunque ha enriquecido en buena medida el cupo de posibilidades existentes, de momento, no permiten solventar este tema.
Estas apreciaciones, básicamente ya las realizó Domingo Fletcher hace varios
años, en contra de la opinión de bastantes especialistas coetáneos, pero los avances de
la investigación han ido demostrando los buenos fundamentos en que se basó a la hora
de establecer sus conclusiones.
- 211 -
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ARCRIVO DB PRBHISTORIA LEVANTINA
Vol XIX (Valencia, 11188)
JOSEP MONTESINOS 1 MARTINEZ
(Valencia)
TERRA SIGILLATA EN VALENTIA: PRODUCTOS GAUCOS
A Domingo Fletcher, mestre
La Valentia romana era, hasta hace pocas fechas, prácticamente una desconocida
desde el punto de vista arqueológico; no obstante, la visualización de los antiguos
fondos que posee el Ayuntamiento de.la ciudad planteaba un horizonte enriquecedor.
Con el ánimo de dar a conocer esos fondos, y para cubrir la Jaguna existente en cuanto
a la cerámica sigillata que existía en tierras valencianas, nos planteamos el estudio de
dicha vajilla, para en un segundo estadio poder comparar y analizar con el resto de las
tierras valencianas y englobar este proceso en un marco más amplio de referencia (1).
En el presente trabajo estudiamos los productos de origen gálico que llegan a la
Colonia. Esta importación abarca el 31'87% de las sigillatas (2), de acuerdo con la
siguiente distribución:
Formas decoradas = 56/29'62%
Formas lisas
= 118/62'43%
Marcas forma indet. = 15/ 7'2 %
= 58
Total marcas
(3)
-
O ) J. MONTBSIN061 M.ARTINBZ: ,¡r.,.... Siclllata 1111 Valeotia (P!Od~ ltálieoe, Gflieolo e Biapúic:ce)lo. Teolia de LiceoCí-.turL 1982.
IMclita.
J. MONTESINOS 1 MARTJNEZ: _,.,.... Sipllata IU~niea en Valantia (Avance pnlimiur).• ABSE núm. 17. Sagunto, 1962. p. 81·90.
J . MONTESINOS 1 MARTINBZ: flez:ra Sipllata en el Pala Valenciano (Sarv.ntvm-Valentia.llici).t. T..ia docto~ 198'7. lnéclítá., .Lu
referencia a lo Jar¡o del
artículo .. r-efieren a eete liltimo trabaJo.
Dejuaoa pera una pról
oom~6ft con ..,.. de la romanidad.
Laa IIW'CU de oficina han tMio pubm.du por A. ~ LACOMBA. ..X... IIW'CU de C.na licillata de ValenU... S.,VUbrm núm. 16.
ValeociL 1982. p. ~246.
~al Senicio de lnvaatipcióo Arqueo16cica del A)'UIItamiento de Valencia 1aa facilidodeo dedo en ou cUa para el ~o de loa
materialea.
(2) Loa porcen~ee de Sipllata en V.a lentia eon: T.S. Itálica .. 10'98 "•· 'I'.S. G'lica .. 81'87 %, T.S. Biopinica • 67'~6 %.
(3) El volumen de la producción oe obtiene eumando Formao Decorada + 'Pon~~&~ Liou + Pi- 1'"- aln tonna déC.nn.inada + Marcea
.,_te
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J. MONTESINOS
2'
FORMAS DECORADAS
La forma más ~:tbUl)dante dentro de la importación de la Galia es la Drag. 29 con, 26
ejemplares, núm.s. 1 al 26; no dispo)lemos de ningún ejemplar del período tiberiano;
todos nuestros vasos que conservan el borde tienen las características doble moldura y
ruedecilla.
La decoración de este tipo se desarrolla generalmente en dos zonas, pero ya en
fecha temprana aparece la composición en tres; el friso superior está ocupado por una
guirnalda ondulada c;;ontinua sin figuras, núms. 2, 4, 5, 7, 8 y 16; en otro con guirnalda
ancha y recta, núm. 1; el núm. 6 con hueco inferior con imbricaciones. En la prime.ra
ocupación de Hofheim la guirnalda ondulada es común persistiendo junto a la recta
hasta los Flavios (4). Otro de los esquemas d~corativos del friso superior es el de
metopas~ núms. 9. 11, 12, 13, 14~ 15, 18 y 19; este tipo es frecuente en vasos del reinado
,
de Ne.rón pero mucho más característico de los Flavios; en algunos casas las metopas
están separadas por imbricaciones lanceoladas; en las metopas hay animal alternando
con roseta, núm. 12, o un ave, núm. 19.
En algunos casos también se realiza un ír~o central, debajo de la moldura y sobre
la carenación hay una guirnalda estrecha y recta, núms. 18 y 21, o una banda de
gallones, núm. 4. Esta zona central se trabaja en Claudia y llega hasta Domiciano,
entre los alfareros que .la trabajan y de los cuales tenemos constancia en vasos lisos se
encuentran Passenvs y Severvs; esta decoración de la zona central será más tardeJ en
época 1lavia, adoptada por el vaso forma 37 de transición.
La decoración del friso inferior en tmos. casos lo es a base de gallones, núms. 14, 19,
23 y 24; en otras ocasiones festones, núms. 4 y 26, siendo muy abundantes en época
tlavia; en otras ocasiones una guirnalda ondulada conteniendo figuras, ·núms. 1 y 2; en
otro, núm. 20, a base de paneles en los que alterna motivo cruciforme con un medallón
que contiene figura humana aparece bajo el reinado de Claudia y continúa en los
Flavios, siendo las figUras humanas más frecuentes en este período; otro de los
motivos es la guirnalda rect~, núm. 21., que es práctica común en Nerón-F~.lavios;
también está presente la guirnalda ondulada dejando en su hueco inferior imbricacia.
nes en el núm. 25. Uno de los vasos lleva marca de alfarero Ardacvs de La Graufesenque, que trabajó entre 15·65 d. C.
IK>I)re íotma,s inaetummada.; obviamentA>laa pill%Jl8 que tienen seUoe "J forma determinada ya han aido inclui~II!·P~eJ>te en la producción
lisa o dtoébra@.
En el inv'l!ltario prim~txo a,e lndka el número, a continuación la caUe donde se localiza el aotar donde se baUó el materiál, el número de
in~rent.ario y la col~ón a que pertenece: C.A.V. "" Colect:ión Ayunt.amlent
de la excavación del S.I.A.M. ·J961., ellltl called!!l Mar las pieua.núm. 27 entreJas f'ormas decot:ac!aa, el núm. lOó entre lasiiaaa y loe n.ú ma. 10, 36,
6S y 46 entre las marcas de oñcin.L
l
Las ~
planteado en Forma de distribución por estadios de q nco ajloe. Idéntico sistema ae ha &eJúido pata iaa IJI8l1i88 eje oficina; loe númeroa que ae
indican cgrr~110nden al de la oficina q. e lldjudicam~ '\11 ilull8tro trpbNo 6l>hre laa aigillataa en tierrall'valenc¡anaa. Op. cit. not.a 1. 4 - Albanvo,
u
10 a ¡'\rdácva; 19 = Cantvs, 23 - Celadva. '26 m Ceñnatvs, 00 = CQ&iva & V.tapJW*. 3!l - Damonva, 56' = Mapon113, 59 = MI\8(!Jva, 6ó a Modea·
tvs. 68 "' Mvrranva, 70 = Paaeenva, 73 e Perrva. 7t PicVá, 77 - Primve; 78- Ptimva & Scottivo, 82 d Bvíva. 83 ., Rwueva, 86 Salariva
Aptva, 86 ~ Salvetva. !11 = Secvnd,., 93 p Severva, 96 ~ Silvanv•.
(4) F. OSW ALD, 1'1). PRYCE: ccAJ> in.b'oduetion to the StOd"J of Terra Sígilblt4". London, 1920-1966. p. 71.
=
•
.
=
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TE.R RA SIGIILATA EN VAL&NTIA
3
La forma Drag. 30 es la siguiente en número entre los vasos dec;orados, núms. 27 a
35. Los bordes de que disponemos son tipológicamente muy semejantes y característiGOS de h~ forma. Es una fo11na típicamente sudgáliea aunque con posible$ influencias
itálicas, en la Galia comieD2la a fabricarse al mismo tiempo que la 29 pero a partir del s.
II, una vez desaparecida la 29, sus motivos se relacionan con la 37, aunque en Valentía
no disponemos de ejemplares posteriores a la primera centuria.
Elemento característico de la forma es la línea s_ perior de ovas que separan el
u
borde del cuerpo decota9.o; en Claudio-Nerón y ocasionalmente durante los Flavios
nunca presentan motivo alguno que separe el friso de la pared, c.osa qtu~ sucede en los
núms. 27, 30,. 31, 32, 33 y 34, en cambio en época flavia está separada por una línea de
perlitas o bien por línea· ondulada, núms. 28 y 29. Si la evolución tipológica puede
ayudai:Uos poco en su datación sí que podemos valemos de su evolución decot,"ativa
que sigue unas lineas más precisas; los ejemplares más antiguO$ aparecen con decoración de guirnaldas continuas que caracteriza a la forma 29· del reinado de. Claudio,
como nuestro nútn. 31. En los vasos metopados el motivo de separación es la Cruz de
San Andrés y luego será adoptada por la 29, es frecuente en época de Claudio y aún
más en el cambio de centuria (5), nue~trQ núm. 27. Los vasos Drag. 30 de Valentía se
situan en un período Claudio-Ve-spasiano y el núm. 34 pudiera ser px:eclaudiano.
La forma Drag. 37 es la forma decorada con menos ejemplares, núms. 36 a 43. El
momento de irrupción de la forma en los mercados del imperio es el reinado de Nerón.
Los primeros ejemplares de la forma coinciden con los de la 29 en la división de dos
zonas. Abunda más la presencia de vasos de la Transición, pero también están
px:ese.ntes los de la Decadencia, el núm. 43 puede llegar · al reinado de Trajano.
Los núms. 44 a 56 son fragmentos decorados· de forma indeterminada, pero asumible-s por las formas 29 y 37·.
Itwentario
Drag. 29
l. .Avellanas. G.A.V.
V aso con 22 cm. de diámet ro en la boca, 7'7 cm. en el pie y una altura de 8 cm. Barniz rojo brillante
homogéneo.
:Sorde abie~ con doble moldura exterior a ruedecilla y res8ltes en el interior. .Fondo ihtemo con
marc~ OF,ARDACI, marcas núm. 2. Deooraci6n de dos frisos separados por baquetón entre perlitas; eJ
superior CQn guirJlalqa recta de hojas trifoliadas (6). La banda inferior es una guitnald.a ondulante con
ramas sinestrógiras, dejando en sus huecos inferi.o res un espacio ocupado por elemento arbóreo f'/). Cr:
Claudio.
'2. Mosén Mila 1970. 79-41-6. C.A.V.
Perfil de vaso~ al qull falta el pie,. con 23 cm. de diámetro en la boca. Pasta salmóñ clara;. barniz rojo
vivo.
(1>) OSWALD-PRYCE: Op. dt:. nota 4, p. 11&.
(6) R. KNORR: oTópfer. und Fabriken verti.erter Terra Si~Pllata dee ereten Jnhrbunderta>o. Stuugart 1919, Um. 13 ni'lm. 4. Um. lQ
KemJ?Cen, Lám. 16 núm. 3. .Lám. 25 núm. 33 ge Coal'va, Lám. Sil núm. 8 de Coeiva.
F. HERMET: ~La Graufesenq\le (Condato.mago)•. Pariá, }93.4, Lám. 47• húm. 13.
(7) RERM:&T: Op. ciL n.Pta ~ J.4.m. 36.
-215-
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.... .
••• •• .... ••••••••o••••••- ••• ••
•
······
3
~5cm .
Fig. l.- Formas decoradas.
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TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
5
Borde abierto con doble resalte a ruedecilla y re¡¡al~ ·interno. El friso superior, ellii!arcado entre
perlitas, está ocupado por una guirnalda ondulante con ·hojas acorazonadas sinestro-destrógiras. El
inferior consta de otra guirnl!-lda ondulante con h..oja11. palmadas sinestrógiras, dejando en sus )l1;1eco~ un
elemento arbóreo flanqueado por pájaros que se repiten. en los huecos supe'riores junto a una diminuta
roseta; pájaros aemejantes tienen una datación Nerón-Vesj)asiano, aparecen en vasos de Silvanvs y en
guirnalda s~m.ejante de la oficina d~ Momm.o (8). Cr: Nerón.
3. Pl. Reina. G.A.V.
Base y parte inferior de parerl. Pasta salmón I'Qsada; barniz marrón-rojizo.
De ~a decoración sólo se aprecia 111. parte inferior de una guirnalda ondulante. En fondo ~nterno una
cartela de extremos redondeados en la que es muy dificil leer, tal v~ una N o V, muy dudosas. Cr:
EsP,lendor.
..
4. Pr.oc. desconocida. 81-28. C.A.V.
Frag. de borde y pared. P.asta líalmón clara; barniz rojo mate que ha aalt~tdo en parte.
Del borde queda la moldura inferior ·a ruedecilJa. La decoración se desarrolla en tres bandas; una
sup~or a base de guirnalda ondulante (9) seP,arada del friso central por un baquetón entré line. s de
a
·perlitas; este friso central está ocupado por una empalizada de gallones entre perlitas. El friso inferior se
comp'ol).,e de festones conteniendo alternativamente una rosetá de 13 puntas y un cisne a der. e izq. (10)
idéntico al atribuido al taller de Felicis eJl. período Nerón (11) el cual fabricll vasos con decoración de
banda central y datación Ñe.rón-Ves.pasiano; otros alfareros ocupan el friso central con festones en los
'q ue alternan roseta y ave, aunque son otros tipos, como algunos vasos de Meddillvs de La Grau'fesenque
en períoc;lo Nerón-Vespasiano y Ardacvs (12).
6. Proc. désconocida. C.A.V.
l"fag. de borde. Pasta salmóQ.; barniz rojo brillante.
Bon:le muy abierto, marcado al el.Cterior por dos molduras con r®decilla y ál interior por pQQileiia
moldura y resalte. Bajo línea de perlitas se desarrolla un friso ocupado por una guirnalda ondulante con
tal~os recuri'entea no muy bien impresa. Cr: Cláudio-Nerón.
6. Avellanas. A-73-14. C.A.V.
Frag. de borde y pared co~ 2Q cm. en la boca. Pasta asalmonada; barniz rojo vivo brillante.
Bordes con molduras e.xten:(as a ruedecilla. Friso superior con guirnalda ondulante que ocupa 'sus
huecos superiores con hoja en J>Qsiciól:l horizontal y los inferio.res con.imbricaciones; íma moldura entre
lineas de perlas separa ambos Crisol!, del inferior no se aprecia la d~o~ción. Cr: Claudio-Ne.rón, m4s
probable. de este último.
7. Proc. desconocida. C.V.A.
Frag. de borde. Pasta salmón; barniz rojo vivo sin excesivo brillo.
Bajo un diminuto baquetón guirnalda ondulante.
8. Mosén Mila. 79-41-:42. G.A.V.
Pequeño frag. de ·borde y pared. Pasta salmón;, barniz rojo-marrón con brillo.
Friso superior decorado con guirnalda de tallos aéabados en diminutas rosetas.
9. PI. Virgen 1959. C.A.V.
Frag. de vaso. Pasta salmóiJ.; barniz rojó,marr.ón con. brillo.
Queda parte de la moldwa del borde a ruellecilla. Friso sup~rior metopado, con separación a ba¡¡e de
hojas imbricadas entre línellS de perlitas; de la metopa se ve una figur" humana en cuclillas con un ave
a
en la mano y otras delante, Oswald :<13) reproduce una esce.n.a con dos personajes que enfrentan aves,
uno de los cuales es el nuestro, pertenece a La Graufesenque en P,eríodo Nerón-Vespasiano, es un motivo
utilizado por la oficina de Passienvs (14)'.
(8) F. OSWALD: t
HERMET: Op. cit. nota!!, Um. U9 núm. 12.
KNORR: Op. cit. nota 6, Lám. 69.
, (ll) H~~: 0,11:. c~t-_!!o~ 6! ~~ ~ !!_úm. 7_.
(10) ~ALD: Op. cit. nota 8, Lám. t.XlOúV, 2220.
HERMfiT: Op. cit. nc>ta 6, Lám. 28 llÚJns. 34 y 35. Um. 98 núm. ,13, L6m. 51 .núms. 32. y 33.
(11) KNORR: pP. cit. nota 6, Lám. 62.
(12} KNORR: Op, ci.t. no'ta 6, Lám. ll&.D y Lám. 10,
(13) OSWALD: Op. cit. nota 8, L4Jn, XLVU 96J.-!!61A.
(14) KNORR: Op. ci~¡, nota Text.-Fig. 40.
a
-211-
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7
8
1
9
Fig. 2.- Fonnas d ecoradas.
- 218 -
o
5cm.
1 1
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TERJ.tA SIGILLA TA EN VALENTIA
7
10. P.roc. dEtsconocida. C.A.V.
Frag. d.~ bqnle y un poco de la pare
ocupado por una guirnalda.
11. Proc. descónocida. C.A.V.
F.rag. de pared y borde bQ.stante abierto. Pasta salm.ó n cla~; barniz ~ojo~matrón con brillo. .
De la decoración quedan dos hileras de imbricaciones lanceoladas muy b1en lffipr~as. Or.: Vespas1ano.
12. PI. Reina. 79-151-4. C.A.V.
Frag. de borde y Pª-.1'~· Pasta sa}món clara; barlliz rojo claro 'brillo.
Friso superior con linea de perlitas y decoración metopada a1ternando un motivo vertical (15) con
perro echado cpn rabo entre las piernas (16) acompañado de una pequeña roseta utilizada por Felicis
(17). Cr.: Nerón-Vespasiano.
1.3. Av:eHanas, 1973. A-73-4. G.'A.V.
Frag. de borde y pared. Pasta salmón; barniz rojo vivo con brillo. Fr.i so superior entre líneas de
perlas, form_ do por r~seta (18) alternando con elemento vegetal trifoliado sobre el que ae sitt!a UDf!.
a
peque.ña roseta. La $6paración de .los frisos viene mJlrcada por ®a moldura entre perlas; el friso inferior
pare·c e que es un elemento en empalizada. Or.: Probablemente neroniano.
14. Pl. Virg;n, 1959. C.A.V.
Frag\ de pared. Pa.Sts salmón oscur!l; barniz rojo,marrón brillante. Moldura. ·e ntre perlas separa los
frisos; el superior es metopado, con motivo de .seplll'ación a base de panele.s ocupados por seiies de
imbricacionea, de la metopa se ve parte de dos ramas y una diminuta roseta; el friso inferior ocupado por
empalizada de ga1lones. Cr.: Nerón.
15. Proc. desconocida. C.A..V.
Pequeño frag. !;le p~ y parte del bórde. Pasta salmón osc).u:a; barniz rojo-marrc>-n con brillo.
Friso superior entre línea de perlas¡ banda ocupada por imbricaciones lanceoladas horizontales
sinestrógiras (19); esta forma de cubrir espacios entre metopas es utilizada, entre otros, por Passienvs y
M.edillvii (20). Cr.: Nerón-Vespasiano.
·
16. Avellanas, 1973. A-73-~. C.A.V,
Fra:g. de pared. P~sía salmón; barniz rojo-marrón brillante.
Decoración poco marcllda; el friso superim: ocupado por una guirnalda de volutas decurrentes. Cr.:
Claudia-Nerón.
17. Ausiaa M~b. 1962, AM-62-14. C.A.V.
Frag; de ca:ren.a. ~asta ~alm:ón; barniz rojo-marrón.
Bajo moldura. estri~da se desarrolla una serie de columnitas; el friso inferior con motivos vegetales
muy poco marcados, esquemas semejantes en Conimbriga (21). Cr.: OlQ.udio.
18. Proc. desconocida. C.A.V.
Frag. de RatOO. Pasta 'Salmón; barniz rojo vivo.
Pe·rfil abierto. Baquetón entre líneas de per1as separa los frisos; él superior es metop,ado con
separación a bMC de pQ.los verticales cortados (22), el motivo que OcJJ.pa la metopa no se dil!tiniDie; el
friso inferior con guirnalda recta (23). Cr.: NerónNespasiano.
19. Proc. desconocida. C.A.V.
a
'F.rag. de p_ red. Pasta salmón clara; barniz .rojo-marrón oscuro sin brillo.
(16) HERM.ET: ()p. cit. nota 6. U.rn. 49 n\im, 25.
(16) li:EllM.E~: ()p. cit. nota 6, Lám. 26, n\im . .22, lám. 71 núm. 9.
OSWALD: Op. cit. nota 8, Um. LXXVIfl, 1963.
KNORR: Op. cit. nota s. Lám. 89J.
(17) KNORR: Op. cit. nota 6, L&rx.. 32.
(18) HERME'l': Op. cit. nota 6, Lá)!l. l~ núm. 9(;.
(19) tnlRME'l': Op. cit. n.ota 6, Um. 52. núm. 83.
(20) KNORR: Op. cit. nota 6, Lám. 64.
OSWALD-PRYCE: 0J), cit. nota 4, Lám. IV núm. 9.
(21) M· DELGj\))0, F. MAYET. A. MOUNTINHO: «Fouilles de Conimbriga lV. Les Sigilléeo¡». 1975', Lám. :XVO.
(22) HE.RMET: Op. cit. nobr 6, Lá:m. 50 núm. 53.
(23) HERMET: Op. cit. nota 6, Lám. 4.4, núm. 13.
- 219 -
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J. MONTESINOS
8
., .
12
\
23
~--.
'
Fig. S.- Formas decoradas.
- 220-
Scm.
26
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TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
9
Pared gruesa, baquetón entre perlas separa los frisos. Banda superior metopada con motivo de
separación a base de cinco columnas de imbricaciones lanceoladas entre linea ondulada a la vertical; en
la metopa un ave a izq., composiciones semejlll}tes en La Graufeaenque (24). La banda inferior ocupada
l)Or gallones. Cr.: Ner6n-Veapasiano.
20. Avellanas, núm. 20, 1~. 79-11-l. C.A.V.
Frag. de friso inferior. Pasta salmón oscura; barniz rojo vivo que se cuartea haciendo imprecisa la
decoración.
.
Baquetón entre perlas separa los frisos, del que sólo se conserva el inferior donde alternan una figura
humana encerrada en medallón y un motivo cruciforme, debe tratarse de un amorcillo constatado en La
GraufesenQue en el periodo Flavio (25).
21. Barchilla. C.C.V.
Frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo vivo con mucho brillo.
Baquetón entre perlitas separando frisos; sólo vemos el inferior que ea doble y formado por guirnaldas separadas por lineas onduladas, el superior con guirnalda recta de hojas y el inferior de grandes
bifoliáceas, friso de hojas palmadas es usado por Calvve (26). Cr.: Claudio-Ner6n.
22. PI. Reina. 79·151·9. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta rosa asalmonada; barniz rojo-marrón brillante.
Bajo grueso baquetón enb:e perlitas, que separaba loe frisos, una banda de arquerias conténiendo
vegetales, columna semejante en La Graufesenque {27). Cr.: Claudia-Nerón.
23. Mosén Mila. 79-41-28. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón clara mey fina; barniz rojo-marrón con brillo.
Friso inferior, empalizada de gallones apoyados en línea de perlas. Cr.: Probablemente Flavio.
24. Mosén Mila. 79-41-31. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo-marrón.
Moldura entre perlas separa los frisos, el superior con hojas imbricadas probablemente separando
metopas o bien cubriendo el friso como ea el caso de algunos ejemplares de la oficina de Abitvs (28); el
friso inferior con empalizada de gallones. Cr.: Nerón-Veapasiano.
25. PI. Reina. 79-151-8. C.A.V.
Frag. del friso inferior. Pasta roja oscura; barniz rojo-marrón brillante.
Dos acanaladuras delimitan la pared por abajo; lo que queda del friso es una guirnalda ondulada que
deja en sus espacios inferiol'eB imbricaciones lanceoladas, composiciones semejantes en la oficina de
Medillivs de La Graufesenque en período Nerón-Veapasiano (29).
26. Proc. desconocida. C.A.V.
Frag. de pared inferior. Pasta salmón oscuro; barniz rojo-marrón con brillo.
La parte inferior de la pared con dos surcos. La decoración del friso inferior viene dada por festones
semejantes a los utilizados por la oficina de Passenvs en periodo Nerón-Veapasiano (30).
Drag. SO
27. Mar, 1981. C.A.V.
Vaso fragmentado cuya reconstrucción nos permite ver su perfil completo; diámetro en la boca 17
cm., altura 12'5 cm. y un diámetro en el pie de 9'5 cm. Pasta salmón cliU'a; barniz rojo-marrón mate.
Pared ligeramente abierta y muy fina; la separación del borde respecto a la pared a base de dos
baquetones y al interior dos surcos. La decoración consiste en un friso de ovas que alternan con
lengüetas acabadas en perlita y pendiente de Jínea ondulada, no existe línea de separación entre este
friso y la decoración principal hecho que sólo sucede en época de Claudia-Nerón y ocasionalmente
(:U) RERM.BT: Op, cit. nota 6, 14m. 68B.
~) HERMBT: Op. cit. nota 6, IÁJII. 18 núm. 36.
OSWALD: Op. cit. nota 8, 14m. XXIV, 502.
(26) KNORR= Op. cit. nota 8, Um. 17.
(27) RERMET: Op. cit. nota 6, Um. 84 núm. 29. IAm. 16 núm. 46.
(28) P. 0SWALD: «The Tena Slgillata o( MargidUIIum.» NoUiqham, l!NII, P• 12, Um. 9.
(29) KNORR: Op. cit. nota 8. 14m. MH.
(30) KNORR= 0p. ele.. nota 6, Um. &cF.
- 221 -
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,J. 'MONTERJN()S
lO
27
'
Scm.
Fig. 4.- Fonnas decoradas.
[page-n-225]
TERRA SIGILLATA EN VALEN'I1A
28.
29.
30.
- 81.
32.
11
Flavios {31). La síntesis decorativa resulta metopada con una Cruz de San Andrés como motivo de
separación, según Ritterling este motivo apareció primero sobre la forma 30 y luego pasó a la 29 (32), el
pie y la cabeza de la misma con imbricaciones, motivo idéntico én La GrauCesenque (33); el centro de la
metopa ocupado por una figura humana a la que Calta la cabeza pero se trata, sin duda, de una
malabarista a der. con un puñal en la mano a punto de lanzar (34), para Knorr (85) no se trata de un
malabarista sino del dios Vulcano presentando a Pelano una espada y un escudo, Hermet (36) si bien
acepta en principio que éste seria su significado primitivo, con el transcurso del tiempo lo perdería para
convertirse en un malabarista; idéntico motivo lo encontramos en un va.s o con marca externa Germán
l. N. (87), esta oficina trabajó en La GrauCesenque entre 59-65 d.C. Cr: Pertenece a un momento primitivo
de la oficina, en el reinado de Nerón.
Mosén Mila. C.A.V.
Frag. de pared. Paata salmón oscuro con diminutos puntos blancos; barniz rojo vivo.
Friso de ovaa separadas por lengüetas acabadas en perlita; bajo este friso línea ondulada típica de
época flavia. Decoración metopada. c;on motivo cruciforme de separación; en la metopa se ve parte de un
malabarista con corona en l a mano (38), Knorr lo atribuye a la oficina de Calvvs eJltre 60-70 d. C. (89}, no
obstante al no estar completa la figura pudiera tratarse de un amorcillo con corona (40). Cr: NerónVespasiano.
Avellanas, 1978. A-78-9. C.A.V.
Pequeño ·frag. de pared. Pasta salmón clara; barniz rojo amarronado. Típico friso superior de ovas
alternando con lengüetas acabadu en trilobuladas (41), este friso está separado del resto de la pared por
una línea ondulada. Decoración metopada, con motivo cruciforme de separación, la metopa está
ocupada por figura humana que debido a la mala impresión no es posible describir. Cr: Vcspasiano.
Proc. desconocida. 81-28. C.A. V.
Frag. de borde con 14 cm. de diámetro. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo.
Friso superior de ovas dobles separailas por lengüetas que acaban en perlita. Cr: Probablemente pre.
flavio.
Mosén Mila. 79-41-36. C.A.V.
Dos frag. de vaso que unen, con 12 cm. en la boca. Pasta salmón clara; barniz rojo-marrón.
Separación borde-pared con dos baquetones, a continuación friso de ovas dobles. En la pared una
paloma con la cabeza vuelta (42) y parte de una hoja (43), apreciándose imbricaciones a la izq. del frag.
La línea de ovas sin lengüetas correspondería al período de Esplendor de La GrauCesenque, reinados de
Claudio y Nerón (44).
Pl. Virgen. 75-7. C.A.V.
Frag. de borde y pared con 15 cm. de diámetro. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo.
Perfil recto y borde bien desarrollado, con tres surcos al interior. Friso superior de ovas dobles
alternando con lengüetas acabadas en roseta; de la decoración se aprecia parte de un motivo vegetru
(46). Cr: Nerón-Vespasiano.
(31). OSWALO·,PRYCE: Qp. cit. nota 4, p. 84.
(32) OSWAIDPRYCE: Op. ci~. nota 4, p. 9L
(33) HERMET: Op. cit. nota 6, Lim. 33 núm. 25.
(84) l
(36) KNORR: Op. cit. note 6, p. 47 y u., L6.m. 84 núm. 1.
(36) Op. cil.. nota 6, p. 21.
(31) RER.ME'I't Op. cil.. nota. 6, Lim. 99 núm. 3.
(38) HERMET: ()p. cit. nota e, Um. 19 núm. 91, Lém. 85 núm. 4.
OSWALD: Op. cit. nota 8, Lém. XLVll, 963.
(39) KNORR: Op. cic.. nota 6, L6m. 16.
(40) HERMlrl': Op. cit. nota 6, lÁm. 18 núm. 3.
OSWALO: Op. cil.. Dota 8, IÁm. XXI, 393.
(41) BRRMET: 0p. cit. nota 6, Lém. 36 b~ núm. 25.
6. Lám. 28 núm. 40.
(42) RERMET: 0p. cit. OSWALD: Op. cil.. nota 8, 2297 a 2300.
(43) liEllMBT: 0p. cit. nota 6, IAm. 6 nWn. u .
(44) RERME'l': Op. cit. nota 6, p. 73.
(46) Hl!RMET: ()p. cit. nota 6, Lám. 12 núm. 48.
-223 -
[page-n-226]
'
34
37
3 9
Fig.
5.-Fo~as
decoJ"adas.
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TERRA SIGILLATA EN VALENTJA
13
33. Proc. desconocida. 81-28. C.A.V.
Dos frag. de borde y pared que unen, con 16 cm. en la boca. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo mate.
Friso auperior de ovas que alternan con lengüetas dobles acabadas en perlitas, pendiente de una
línea ondulada. Cr: Pre-Flavios.
34. Proc. desconocida. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo con brillo.
Friso superior de ovas alternando con lengüetas simples. Decoración metopada, con un motivo
cruciforme de separación; en la metopa una arquería que contiene figura de dificil identificación,
c.omposición parecida encontramos en un vaso de Colchester (46).
En la pal'te interna han quedado imjll'eSI!8 en el barniz las huellas dactilares del manipulador.
Cr: Tiberio-Claudio.
35. P.roc. desconocida. 7941-24. C.A. V.
Frag. de pie con 10 cm. de diámetro. Palita salmón clara; ba.r niz rojo marrón.
Semejante al del núm. 27, pero con la almohadilla más desarrollada.
Drag. 37
36. Mosén Mila. 79-41-7. C.A.V.
37.
38.
39.
40.
Borde y psroo, con 25 cm. de diámetro en la boca. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo.
Borde vertical con labio marcado redsmdeado, siendo algo aplanado por la parte superior.
Separando borde-pared friso de ovas dobles que alternan con lengüeta acabada en perlita, separando
esta banda del friso decorado una línea de perlitas muy juntas y no bien impresas; a continuación el friso
principal ocupado por un león a izq., entre motivos vegetales, este felino aparece en La Graufesenque
adscrito a la oficina de Germanvs, aunque este alfarero no suele utilizar la línea de separación
ovas-banda decorada (47), Oswald Jo adjudica al centro de Banasaac, pero éste no fabrica mucho la forma
37 y en cuanto a aua productos es de gran dependencia de La Graufesenque por lo que ea difícil su
distinción. Cr: Vespasiano.
Avellanas. A-41. C.A.V.
Frag. de borde y pared, con 18'5 cm. de diámetro. Pasta rojo claro; barniz t:ojo-marrón.
Borde bastante abierto, escalón separándolo de la pared. Friso superior de ovas dobles que alternan
con lengüetas acabadas en trilobuladas, a continuación friso de bifoliáceas entre líneas onduladas. Cr:
Transición.
Pl. Reina. C.A.V.
Frag. de borde y pared. Pasta rojo claro; barniz rojo-marrón.
Friso wperior ovas dobles alternando con lengüetas acabadas en roseta; bajo esta banda un friso de
bifoliáceaa entre línea de perlitas unidas. Cr: Transición.
Mosén Mila. C.A.V.
Tres frag. de pared que unen. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo sin excesivo brillo.
La parte inferior de la pared es una guirnalda recta; el cuerpo está metopado con motivo de Cruz de
San Andrés separando metopas (48),la parte jnferiol' de los paneles lleva líneas de imbricaciones una y
dos l'espectivamente. Loa motivos centrales son figuras humanas, la de la izq. representa a Venus con
eepejo, para Oswald se trata de un motivo de, La Graufeaenque-Banas!lac ~n período Claudio-Domicia:no
(49); idéntica figura en vasos forma 30 y 37 de Llafranc·Gerona (50); la metopa de la derecha también
contiene figura humana. Cl': Domiciano.
Proc. desconocida. C.A.V.
Frag. de parte inferior. Pasta asalmonada; barniz rojo con poco brillo.
Una g\Álpalda recta de hojas trifoliadas ocupa la parte inferior de la pared; pared con esquema
decoratiyo de paneles eJllll8l'.C8dos con línea continua. Cr: Decadencia.
(46) OSWALl).PRYCE: Op. ciL nota 4, Um. X núm. 6.
(4'!) HERMET: Op. cit. not. 8, U.... 26 núm. 6.
(48) HERMET: Op. cit. not.a 8, Un.. 158 núm. 19.
(49) OSW,o.LD: Op. ciL note 8, Un.. XVU. 813.
HERMET: Op. cit. 1101.& 8, !Am. 18 núm. 24, Lim. M núm. 7, Um. 97 núm. 6.
(60) M.G. T1UAS RUBM: .,l\{a~riale. kqÜooiÓfiCOOI dé Llafrane'(Gerona)ll. Pyrenae 2. pp. 93-115. Barcelona, 1966, p. 108, núma. 31 y 88.
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J . MONTESINOS
14
--------.J.~ ~.
~o~., L ..
••
53
Fig.
6.-Fo~mas
decoradas.
6
47
~ .. ~ ..
Scm:
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TERRA SJGILLATA EN VALENTIA
15
41. Enrch. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo.
Decoración de paneles, queda parte de una figura masculina de sátiro constatada en La Graufesenque
período Flavio {51). Cr: Decadencia.
42. E.xarch. C.A.V.
fl-ag. de pared. Pasta asalmonada; barniz rojo 8,12larronado.
Queda parte de tres Crisoe, del superior motivos vegetales, del medio festones con voluta, y del
i nferior bifoliáceas. Cr: Flavios.
43. Embajador Vich. C.A.V.
Borde y pared, con 25 cm. de diámetro. Pasta salmón; barniz marrón rojizo.
Bs,jo el labio dos molduras. El relieve a pe&ar de ser elevado es de una mala impresión. Friso de ovas
con pedúnculo separa el borde de la pared; la decoración aparece subdividida por líneas continuas en
paneles, éstos albergan figuras como una paloma en el superior y una figura de Hércules en el ilúerior
{52); en el panel mayor otra ·figura humana muy borrosa, pero que identificamos con Diana cazadora, ya
que a la der. lleva parte del arco (53), otras figuras humanas que suelen incluir este tipo de vasos son
Baco y Minerva. Las subdivi,iones corresponden al reinado de Domiciano y el comienzo de Trajano,
pertenece pues al per(odo de Decadeh.c ia de La Graufesenque.
-:
Indeterminada
44. Mosén Mila. 79-41-24. C.A.V.
Frag. de parte inferior de pared. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo.
Decoración no muy bien impresa; guirnalda ondulada conteniendo un animal en su hueco inferior,
así como una diminuta roseta. Cr .: Nerón-Vespasiano.
45. Ballestería, 1969. BA-69-4. C.A. V.
Pequeño frag. de pared. Pasta asalmonada; barniz rojo vivo.
Cuartos traseros de un perro enmarcado entre líneas onduladas semejante a motivos de La Graufesenque del período Flavio (54).
46. Proc. desconocida. C.A.V.
Pequeño frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo vivo brillante. Friso de bifoliáceas entre lineas
onduladas, bajo éste otro de estrigilos probablemente destro-sinestrógiros {56), este tipo de decoración es
característica de vasos 29 de la Transición (56).
47. Avellanas, 1973. A-73-35. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo vivo.
Decoración no muy marcada. Una linea de perlitas separa los frisos, por arriba l o que debe ser un
animal, el inferior una empalizada de rodetes alargados {57). Este motivo es abundante sobre frisos y
paredes carenadas, alternando con gallones y a veces formando parte de guirnaldas {58).
48. Mosén Mila. 79-41·40. C.A.V.
Pequeño ,frag. de pared. Pasta salmón; barniz rojo vivo.
Decoración no muy bien impresa, se ve 'p arte de una guirnalda y motivo vegetal.
49. PI. Reina, 1969. 79-151·14. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta rojo claro; barniz marrón rojizo que ha saltado en parte.
Banda estrecha inferior entre líneas de perlas y conteniendo círculos de linea cortada con punto
central y separados por perlas a la vertical; por encima friso con guirnalda ondulante {59), junto a dos
pequeñas rosetas.
(51) OSWALI).PRYCE: Op. c:iL. nota 8, L6m. XXIX 697.
(52) HERMET: Op. cit. nota 6, L6m. 19 núm. 78.
~) HERMBT: 0p. cit. not. 6, U.... 18 nÚJU. 6 y 6.
(64) RERMBT: Op. cit. nota 6, U.... 26 núm. 1.8; Uní. 92, nóm. 2'1; Lám. 119 n\ÍID. l .
(65) HBRMBT: Op. cit. aote 6, Um. 16 núm. 20.
(56) R.BRMBT: Op. cit. nota 6, p. 15.
(51) HERMRT: Op. cit. nota 8, Um. 16 núm&. 26 A «; U.... 62 D\11111. l a 3 y 6.
(58) KNORR: Op. cit. nota 8. lÁm. 89A.
(69) RBRMBT: Op. cit. nota 6, lÁm. 64 núm. 9.
- 227 -
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J . MONTESINO$
50. Proc. desconocida. 81-30. C.A. V.
Pequeño frag. de pared. Pasta 118a1monada~ barniz rojo-marrón. .
Contiene parte de un motivo cruciforme.
·
51. Proc. .de.scono.cida. 81-31. C.A.V.
Pequeño frag. de p~red. Pasta rosa asalmonad~t; bam.iz rojó-martón sin brillo.
Contiene parte de una guirnalda.
52. Ptoc. desconocida. C.A. V.
Pequeño frag. de pareq. Pasta salmón: barniz rojo ma,te al exterior y con brillo al inte.rior.
Se ·ve parte de un motivo en cruz sobre friso de bífoliáceas.
53. Embajador Vich, 1958. C.A.V.
Pequeiío frag. de pared. Pasta rosa asalmonada; barniz r.ojo oscuro.
De la decoración se !\precia pllrté de un motivo en cruz.
6-4. Avellana8, 1973. A-73-19. C.A.V.
Ftag. de pared. Pasta salmón clara; barniz rojo amarronado.
Dos fiisos separados por línea de perlita, el superior parece dividido, e.l inferior con Jeetones con
voh~ta.
55. Mosen Mila. C.A.V.
Frag. de pared. Pasta salmón cla.ra; barniz rojo vivo.
Gran hoja (60) acompañada de rod.e te alargado y una guirnalda recta trifoliada, Balbvs en período
Tiberio-Nerón y Carvs en Qlaudió-Nerón utilizan motivos semejantes. (61).
66. Proc. desconocida. C.A. V.
F.rag. con hoja usada por Melainvs y L"ibertvs de La Graufesenque en período Claudio·Ner.Qn (62).
FORMAS J.,ISAS
El número de piezas Us~s dobla a las decorádas. Sólo un ejemplar, ll"4m. 57, hemos
podido ad}qdicar a la forma Ritt. 5, siendo uno de los primeros Jlroductos fabrícadds en
los talleres de las Galias.
El cuenco Ritt. 8, núms. 58 a 62, cuenta con bordes simples, núms. 6().61, labios
desarrollados, núms. 58 y 59; los pies conservados son \>ajos, concavidad en fondo
externo. El núm. 61 es de cerámica marmorata eon cartela ilegible, Es ésta una de las
formas primeras de los talleres sudgálicos pues ya ap~recen en las capas.pre,flavianas
de Wíesbaden y Hotbeim en período Claudio (63); en Coni:inbriga aparecen también
bajo Claudio (6~).
Lll forma Ritt. 9, núms. 63 y 64 y algunas bases con marca. En Sala se encuentra en
una datación: anterior al 41 d. C., en Hotheim aparee~ sólo en período claudiano y en
todos los yacimientos se relaciona con niveles preflavianos (65), hecho que confirman
las· marcas de que disponemos como Rvsticvs en Claudio-Ner6n y .Perrvs que comienza
en el reinado de Claudio.
Los núms. 102 y 103 son platos de la forma Drag. 17B; el ptimeto de ellos con la
pared inclinada,. hecho que ya e_staba pre·s ente en su prototipo aretino Loeschke tipo
(60) HEIU.{ET: Op. cit. b.ota 6, Lám. 6 .1'~ 9 a re.
(61) KNORR: Op. c;it. nota 6, Láms. llB y 20D.
(62) KNO~: Op. cit. nota 6, Láms. ·'4 y · 65.
(63) OSWALD·PlWCE: Op. cit: nota 4, pp. 18.4-185.
(64) DELGADQ.MA)'ET.~OUNTlNHO: Op. cit. no.t a 21, Lám. XXD. p, 91.
(6ó) OSWÁLD·PJ'IYCE: ()¡l. cit. nota 4, pp. J1t};l7L
- 228-
[page-n-231]
TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
17
2A; es un subproducto no muy común y temprano entre los reinados de Tiberio y
Claudio.
La forma Drag. 15/17 es la cuarta entre la producción lisa gálica, núms. 104 a 113.
En los primeros ejemplares del reinado de Claudio es clara una ~oncavidad exterior
que corresponde al cuarto de círculo interior, pero pronto inicia la tendencia a espesar
y por tanto a desaparecer esa concavidad como claramente sucede en nuestros ejemplares; el pie es claramente triangular en los ejemplares que lo conservan. Todas
nuestras piezas tienen un saliente bajo el borde, una moldura externa se sitúa a la
altura superior del cuarto de círculo interior; de las bases conservadas una es ~arca
damente horizontal y la otra se eleva hacia el centro del fondo. La pared pasa de ser
marcadamente vertical, núm. 104, en lo.s más antiguos, para progresivamente hacerse
más oblicua. La fabricación de este plato no rebasa la primera centuria; comparándolo
con el Drag. 18 es mucho menos abundante en Valentía; en Hofheim durante Claudio
es casi tan abundante como la 18 pero irá disminuyendo con Vespasiano y aún lo hace
más en Domiciano (66).
El núm. 14 es un plato Ritt. 1, fonna que conforme avanza su fabricación va
pronunciando el labio, que es lo que sucede a nuestro ejemplar, este desarrollo la lleva
a fundirse con la Drag. 18. No es una forma muy abundante y no parece haber tenido
una gran perduración; en Hofueim se da sólo en periodo ·de Claudio y en Conimbriga
(67) también es muy escasa apareciendo con una datación anterior al período Flavio.
El plato Drag. 18 es la forma más abundante en la importación gálica, núms. 115 a
138. Presenta evoluciotí a partir del tipo anterior; los ejemplares más antiguos son de
época claudiana, aumentando con el tiempo la oblicuidad y profundidad. Diez llevan
marca de oficina: Cantvs, Picvs, Primvs Scottivs y Salarivs Aptvs. Los platos núms. 137
y 138 están r ealizados en la técnica marmorata. El desarrollo de la forma, el aumento
de la espesura, oblicuidad y profundidad la llevan hasta la forma de transición 18/31,
núms 139 y 140, del período Domiciano-Trajano, cuyo pleno desarrollo la convertirán
en la Drag. 31.
El cuenco Drag. 24}25 es la segunda forma entre las lisas, núms. 65 a 80. Su
fabricación comienza en la Galia durante Tiberio, pero su mayor expansión la alca~a
con Claudio y sobre todo Nerón, aunque muy esporádicamente aparece bajo los
Fla'\lios (68). Algunos ejemplares a imitación de sus prototipos aretinos llevan u.na
ranura bajo la ruedecilla, núms. 71 y 76. Es de señalar la diferencia en el tamaño, pues
los hay desde 13 cms. hasta 6 cms. de diámetro en la boca. Durante el reinado de
Tiberio la pared es fma, con Claudio y los Flavios hay tendencia a alargarla haciendo
la mitad superior más vertical. Algunos de nuestros ejemplares muestran tendencia
clara a incurvar el borde hacia el interior núms. 66, 67, 69, 70, 77 y 78; la verticalidad
del borde es evidente en los núms. 65, 68, 75 y 76. Los alfareros que han dejado su
(66) OSWAU).PRYC8 : 0p. ciL noao 4, -p. 176.
(61) O&LOAD(). NAYE'I'· MOUNTINHO: Op. ci1. nota
(68) OSWAU).PRYCB: Op. cit. 1lOla 4. JI• 171.
~l. p.
93.
- 229 -
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TERRA SJGJLLATA 'EN VALENTIA
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26
J. MONTESINOS
marca en estos vasos son: Cantvs, Celadvs, Maponvs, Mvrranvs y Salvetvs; el primero
acaba su producción en Nerón, Mvrranvs llega hasta Vespasiano y to~os los demás
son de periodo Claudio-N~ón, pertenecie~do todos ellos al céntro de La Graufesenque.
La tercerá entre las formas lisas es el cuenco Drag. 27, núms. 81 a 90. Todos
nuestros ejemplares tienen el labio visible y redondeadp; característica de la época
flavia. es la ranura en el pie; en la producción temprana de la forma lkvan una ranúra
interior a la altura del labio, núms. 81, 82, 83, 84 y 85. Los alfareros que dejan sus sellos
son: Ardacvs, Gantvs, Passenvs, Primvs, Cosivs & Vxrappvs, Rvfinvs y Emia; de ellos
Ardacvs, Gantvs y Primvs ya trabajan en período Claudio y los demás en Vespasiano,
sin llegar ninguno a Domiciano, un ejemplar está realizado en técnica marmorata,
marca núm. 56.
Los núms. 91 a 96 son vasos de forma Drag. 33. Su fabricación comienza en Claudio
y pé;rdura hasta el final de la t.s. Nuestros ejemplares no pertenecen al primer
momento de fabricación pero sí tienen un·a datación flavia.
El Servicio Drag. 35/36, núms, 97 a 101, no es muy abundante en Valentía. Apare·
cen en Nerón llegando en Íos talleres itálicos hasta Trajano (69) y en la Galia hasta
fines del s. II en Nieder'bieber (70), no pasarán del período Flavio en Valentia. En
Valentía la poca r.epresentatividftd de estas formas se eJtplica por la reducción de las
importaciones a partir del reinado de Vespa&iano, hecho también detectado en Conimbriga (7.1). Todos nuestros ejemplares conservan hojas de agua a la barbotina.
MARCAS DE ALFARERO
(Gráf. núms. ~~ 4 y 5. Mapa)
Disponemos de un total de 58 marcas de alfarero, 36 identificables a una oficina
determinada, de importación,gálica. La mayoría de ellas sobre piezas lisas, abundando
las formas Drag. 27, 24/25 y 18; una marca de la oficina de Ardaci está sobre vaso
decorado.
Los productos gálicos e.s:tán presentes en Valen,tia desde temprano con alfareros
que comienzan su producción en Tiberio, será en el quinquenio 40-45 cuando aumenta
la presencia de Sellos gálicos y será la primera mitad del reinado de Nerón cuando
'
alcanzan el punto culminante y acaban en el teinad.o de Vespasiano, con algunas
maxcas que también trabajan hasta Domiciano.
El centro que domina el mercado valentino es La G.rau.fesenque con algunas
oficinas que también trabajan a su "'\1ez en Montaos, Rvfvs, y Banassac, Per.rvs.
(69.) N. LAMBOGLIA: .tressiner G~iibetfelder .di Ch. Simon<:t (recen.oione)•. RevjsU: (70) I)SWALD-PRYCE: Op. cit. nota 4, Uim. 'LIII núm. 17,
(7!) OELGADO-MAYET-MOUNTINHO: Op. cit. nota 21. Láq¡, XXV.
- 238-
[page-n-241]
TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
27
Las referencias abreviadas se refieren a las siguientes obras:
Osw. = Oswald, F., «Index of Potters Stamps on Terra Sigillata
(Samian Ware))) - Margidinum 1931
Hofmann = Hoffmann, B., «Catalogue des estampilles sur vaiselle
Sigillée)). Touring Club de France.
1.8 Part N. T. 21, 1971
2.8 Part N. T. 22, 1972
Inventario
l. PI. Reina. C.A.V.
Base Drag. 27 con 4'4 cms. en el. pie. Pasta salmón oscura; barniz rojo briJJa.nte.
Cartela rectangular: OF AL:BANI; Aibanvs de La Graufesenque en pe.riodo Tiberio-Vespasiañ_o.
- Osw. p. 9; Hofmann 1971, 2- .
2. Avellanas. C.A.V.
Vaso Drag. 29, formas decoradas núm. 1
Cartela oblonga: OF. ARDACI, la O con punto central y la A carece de la línea horizontal; Ardacvs de
La Graufesenque en período Tiberio-Claudio. -Osw. p. 2; Hofmann 1971, 12-.
3. Pl. Virgen. VC(B). C.A.V.
Base forma Drag. 27, con 5 cms. en el pie. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo sin brillo.
Cartela oblonga: OAR[.], la R en retro; debe tratarse de la misma oficina que el anterior.
4. Pl. Virgen VC(B). C.A.V.
Base Drag. 24/25, probablemente con 5 cma. en el pie. Pasta salmón ; barniz rojo claro sin brillo.
Cartela oblonga: - [C]AN71.]; Cantvs de la Gt'Bufesenque en el período Tiberio-Claudio. -Osw. p. 58;
Hofmann 1,971, 218-.
5. Pl. Virgen. C.A.V.
Frag. fondo plano. Pasta rosa salmón; barniz marrón.
Cartela oblonga: CANTV-; misma oficina.
6. Ave llanas, 1973. C.A. V. ·
Frag. base Drag. 18, con 8 cma. en el pie. Pasta salmón; barniz rojo vivo.
Cartela rectangular: ·[C]ANTI; misma oficina que los anteriores.
7. Almoina, 1976-77. C.A.V.
Base Drag. 27, con 6 cms. en el pie. Pasta salmón; barniz rojo intenso.
Cartela rectangular en retro: F.CA-¡ misma oficina.
·
8. E. Vich. C.A.V.
Base probablemente Drag. 27, con 4' 5 cms. en el pie. Pasta salmón clara; barniz marrón que se
cuartea al interior.
Cartela oblonga: CELAD··, la A sin eJ trazo horizontal; Geladvs de La Graufesenque período Claudio-Principios de Vespasiano. -Osw. 1>· 70; H'ofmann 1971, 32-.
9. Mosén Mila. C.A.V.
Base Drag. 27 con 3'5 cms. en el pie. Pasta rosa clara; barniz rojo vivo con brillo.
Cartela oblonga: [C]ENNA[.]; Cennátvs de La Graufesenque que trabajó entre Claudio-Vespasiano.
- Osw. p. 72¡ Hofmann 1971, 36-.
10. Mar, 1981. BW CL. C.A.V.
Base Drag. 27. P~tJ~ta rosa clara; barniz amarronado.
Cartela oblonga de la que se conserva el final: - RAP, la R con el truo vertical muy inclinado
nos induce a pensar en un nexo con V; con esta terminación encontra.mos Coeivs & Vrappvs de La
Graufesenque en período Nerón-Vespasia.n o. -Osw. p. 90; Hofmann 1971, 45-.
11. Barchilla. C.C.V.
Frag. fondo . Pasta salmón clara; barniz rojo vivo con mucho brillo.
Cartela oblonga: DM~ Damonvs de La Graufesenque durante el período de Claudio·Nerón.
- Osw. p. 102; Hofmann 1971, 49--.
-239 -
[page-n-242]
28.
J. MONTESINOS
12. Libreros. C.A.V.
Base Drag. 27, con 3'4 cms. en el pie. Pasta salmón,; barniz rojo vivo con brillo.
Cartela oblonga de dificil lectura: llM; en Lyon aparece una ma:rca ~emejante adjudic·ada a
EMIA alfarero sudgálico del período Flavio - Osw. p. 11~; en Conimb-rigll también aparece sello
semejante (72).
13. Pl. Virgen. C.A. V.
Cuenco Ritt. 8, formas lisas núm. 58.
Cartela oblong.a: UMI; misma oficina que el anterior.
14. PI. Reina. C.A. V.
Medio cuenco Drag; 24/25, éón 3'4 cms. el) el pie. Pastá salmón; barl)iz rojo vivo brillante.
Cartela oblonga: F MAP; Maponvs de La Graufesenque período Claudjo-Nerón. - Osw. p. 184;
Hofmann 1971. 97-.
15. Pl. Virgen, CAV.
Cuenco Ritt. 8, con. un djám~tro en e1 pie de 5 ClllS. Pasta rosa as:almo.nad.a; barniz rojo-marrón.
Cartela oblonga: MA[S]CI[.J; la A con punto en lugar de trazo horizontal; Masclvs de La Graufesenque en período Claudia-principios de Vespasiano. -Osw. p. 192; Hofmann 1971, 102-.
16. Pl. Reina. C.A.V.
"Fon.ilo abulta
207; Hofmann 1971, 109-.
17. Palau de la Generalitat. Museo de Prehistoria.
Base D.rag. 24{25, con ~·s cms. en e1 pie. Pasta salman clara; barniz rojo vi.vo claro.
Cartela oblonga: MVRI; Mvrranvs de La Graufese.nque periodo Cla.udi.o-Vespasiano. -Osw. p. 21~;
Hofmann 1971, 114- (73).
18. E. Vjch. C.A.V.
Base Dz:ag. 24/25, con 416 cms. en e1 ,Pie. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo claro.
Cartela oblonga: F.M.R&-; misma oficina que la pieza anterior.
19. MosQn Mila. C.A.V.
Base Drag. 27, con 5 cms. pasta salmón clara; barniz rojo-marrón que salta.
Cartela: OPASS; Passienvs de La Graufesenque periodo Netón·V~spasiaQo. -Osw. p. 227;.HoÜ®nn
1971, 121-.
20. Proc. desconocida. C.A.V.
Frag. de fondo. Pa~t¡l sa.lmón clara; barniz rojo-marrón compacto.
Cartela rectangular, en retro: PAS[A]-; probablemente misma oficina que el a.nterior.
21. Avellanas. C.A.V.
}!'ondo de vaso Ritt. 9, con 5 cms. en el pie. Pasta salmón clara; barniz rojo vivo.
Cartela oblonga: -PE[..]MI; en Ampuriasl;tay una marca P. Errimi que Oswald p. 116 adjudica al sur
de las G~as. la marca_
tambjén e~ parecida a Perrvs que firma en ocasiones Perri M, esta oúci,na ·e s del
centro de Banassac -Osw. p. 239- en período Claudio-Domiciano aunque también trabaja .e n La
Graufesenque -Hofm~n 1971, 128- (74); en Conimbriga marca s~mejante es localizada ~!l una
canalización trajana, las carac.terlsticas áe la forma y el tipo de fabricación sugieren el período Ner6nVesp!l!liano (75).
·
2
2. . Almoina. G.A.V.
. Fondo j)lano. Pasta salmón clara; barniz marrón rojizo.
C~ela rectangular de la q1¡e queda el prin<;ipio: PIC-; probablemente Picvs de La Graufese~que · fi
e
periodo Claudio-Nerón. - Osw. p. 240-.
·23. Proc. desconocida. C.A.V.
Ba§e Drag. 27, con 8'5 cms. en e1 pie. Pa.stª \lalmón clara; barniz rojo vivo no homogénea.
(72) DELGADÓ·.MAYE'I'-M()UNTlNltO: Op. cit. nota '21, núm. 256.
(73} N. P . GOMEZ _
SE,!mANO: «Excavaciones, para la a.lbpliAción del línti,guo p.,lacio
A. VERNRET< «Notes ·~ la Tena Si~¡illée de Le Oraufeeenque. Millaw•. 197~.
(75} DELGAJ)O,MA'YE't-MOUNTINHO: Op. cit 21, marca 260.
O•>
-240-
[page-n-243]
TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
29
Cartela oblonga: OFIC PRIM.; Primvs de La Graufe$E:Jlque y Montana en período Claudio-Vespasiano. -Osw. p. 248; Hofmann 1971, 136-.
24. Proc. desconocida. C.A.V.
Base Drag. 27, con 5'5 eros. Pasta asalmonada; barniz rojo-marrón.
Cartela oblonga: OF PRIM; misma oficina.
25. Avellanas. C.A.V.
Base brag. 18, con 6'2 cms. en el pie. Pasta rosa salmón; barniz rojo-marrón.
Cartela oblonga: PRIMVS C; Primvs & Scottivs de La Graufesenque en periodo ClaudiO:Nerón.
- Osw. p. 251; Hoúnann 1971, 138.1- .
26. Almoina, 1976-77. C.A.V.
Base Drag. 27, con 3 cms. en el ,pie. Pasta salmón oscura; barniz marrón rojizo.
Cartela oblonga: OF RVF; Rvffvs de La Graufesenque y Montana en el período Nerón-Vespas\ano;
Hofmann para el de Montans 50-80 y para el de La Graufesenque 50-70. - Osw. p. 270; Hofmann 1971, 147;
ídem 1972, 53-.
27. Avellanas, 1973-74. C.A.V.
Vaso Ritt. 9, formas lisas núm. 64.
Cartela oblonga: OF RVS(.); Rvsticvs de La Graufesenque en periodo Claudio-Nerón. - Osw.Jl. 271;
Hofmann 1971, 148-.
28. Avellanas. C.A.V.
Base Drag. 24/25, con 5 cms. e.n el pie. Pasta salmón clara; barniz rojo oscuro con mucho brillo.
Ca.r tela oblonga: O[F]SAD[.); Sadiod o Sadio sin origen -Osw. 1931 p., 377- , si el últim.o signo leído
fuera una B corresponderla a Sabinvs de La Graufesenque y Montana en Nerón-Domiciano. -Osw. p.
272; Hofmann 1971. 150-.
29. Mosén Mila. C.A.V.
Frag. de fondo. Pasta salmón con puntos blanco¡¡; barniz rojo vivo con brillo.
Cartela oblonga: OF SAL[..], son varios los alfareros que comienzan de esta forma como Savivs de
Montana en periodo Nerón-Vespasiano, no obstante no es muy segura la adscripción (76).
30. Valdesoto. C.A.V.
Plato Drag. 18, formas lisas núm. 122.
Cartela oblonga de la que sólo queda el final: - P +; Salarivs Aptvs de La Graufesenque período
Nerón. - Osw. p. 277; Hofmann, 1971, 152-.
31. Proc. desconocida. C.A.V.
Fl-ag. Drag. 24/25, con 5 cm. de diámetro, pasta salmón clara; barniz marrón rojizo con büllo.
Cartela oblonga a la que falta el principio: -VETV; Salvetvs d.e La Graufesenque y Montana en
período Claudio-Nerón. -Osw. p. 278; Bofmann, 1971, 153; ídem 1982, 55-.
S2. Pl. Virgen. C.A.V.
Frag. de forma indeterminada. Pasta salmón; barniz rojo-marrón C<>n brillo.
Cartela oblonga: SECVN; Secvndvs de La Graufesenque, periodo Claudio-Vespasiano. -Osw. p. 287;
Hofmann, 1971, 159-.
SS. Pl. Virgen. C.A.V.
Dos frag. de fondo que unen. Pasta ·salmóll clara; barniz rojo-marrón.
Cartela oblonga: SECVND; misma oficina que el anterior.
34. Pl. Virgen. C.AV.
Fondo de forma indet. Pasta salmón ·oscura; barniz .rojo vivo.
Cartela oblonga: [O]F SEVER;,Severvs de La Graufesenque en periodo Nerón-Vespasiano. -Osw. p.
296; Hofmann, 1971, 164-.
35. Pl. Virgen VC(B). C.A.V.
Frag. de fondo plVJlo, J?aeta salm6n; barniz rojo-marrón.
Cartela oblonga a la que falta el final: OF SILVA-; Silvanvs de La Graufesenque, período ClaudioVespasiano. -Osw. p. 301; Hofmann 1971. 166-.
(76) RlBloJRA LACOMBA: Op_ ciL nota 1, lo adjUdica a Sabinvs, p. 227, Fic.
-241-
11. ollm. 28.
[page-n-244]
J. MONTESINOS
30
36. Mar, 1981. C.A.V.
Base de cuenco Drag. 24/25 con un diámetro Etn el pie de 5 cm. Pasta salmón; barniz rojo-marrón m'ate.
Cartela oblon,ga fragmentada: -ILV-:, probablemente la misma. oficiná anterior.
37. Pl. Virgen. C.A.V..
Frag. de fondo. Pasta salmón clara; barniz rojo-m~ÓJl maté. Cartela rectangular: -ILVAN; misma
oficina.
38. Pl. Virgen. C.A. V.
.
Ftag. de base fonnll Drag. 24/25, p.robablementé, con 5 ero. Pasta rosa clara; barniz marrón rojizo muy
brillante.
Cartela oblonga fracturada en su parte 'SUperior: - IJS,¡\, la primera consonante pudiera ~ter una E.
39. Proc. <}esconocida. C.A.V~
Pie, Drag. 18. Pa-sta salmón clara; barn\z rojo.
Cartela oblonga de dificil lectura: NONf...]A.
40. Pl. Reina. C.A.V.
Base de plato Drag. 18, con un diámetro en el pie de 7'5 cm. Pasta sál.món compacta; barniz m~U:rón
rojizo oscuro mate que ha saltado en parte.
Cartela rectangular de díñ'cil lectura: (.JCA(..]F.
41. Maria dé Molina. C.A.V.
Cuenco D.rag. 27 con 5'5 cm. en el pie, muy fino, lo mismo que las paredes. Pasta salmón .muy clara;
barniz ·marrón rojizo CQ.n orillo.
Queda el extremo de la cartela oblonga: ..AfV o VIA en -retro?
42. Avellánas, 1973. C.A.V.
Frag. de fondo. Pasta !)almón con peqüeños puntos blanco~J; batniz 8liiarroilado.
Quéda el final de la cartela oblonga: --IV ; lvliv:e de La Graufet~enque tiene terminaciones así, pero
dado lo fragmentario de la inscripción es muy dudosa la adjucllcaci6n. - Osw. p. 151; llofmann, 1971,
73-.
43. PI. Reina. C.A.V.
Base Drag. 18, con 8 cm. en el pie. Pasta salmón.; barniz rojo vivo.
Cartela oblonga fragmentada de dificil lectura: OVIVI; existe un OFVIVI de Lezoux en período
Flavio .......{)sw. p. 343-, pero da~llla. dificultad de la lectura no no~ at_rev~mos a a'djudicarlo a Una oficina
concreta (77).
44. Avellimas, 1973. C,A.V.
Base con paredes m1,1y Jin. s, cofi 3'4 cm. en el pie. Pasta salmó11 clarjl; con puntris blañcos; barniz rojo
a
vivo.
Cartela oblonga poco mare3da y de dificil le.c tura: VI( ...] (78).
45. E. Vich-Vitoria1 1971. C.A.V.
Cuénco Ritt. 8, formas lisas núm. 61, téénica marroor~ta.
Cartela oblonga de difi~il lec~ura: [.]A(..}.
4.6. Mar, 1981. BW·1~. C.A.V:
.Base Drag. 24/25 éon 6 cm. en el pie. Pasta salmón clara; b¡trniz marrón rojizo.
Cartela oblonga fragmentada: HR-. Grafito externo E, núm. 3.
47. PI. Reina. C.A.V.
Base de plato Drag. l8, con 7'6 cm. én el ·pie. Pasta salmón; l>!Ul.liz rojo vivo.
.Final de cartela oblonga: --P.
48. Pl. Reina. C.A.V:
Bas4! Drag. 18 con 8 cm. en el pie. Pasta sa.lmón clara: barniz rojo-marrón mate.
Cartela oblonga de que só1o queda el principio: M··.
49. PI. Virgen. C.A.V.
Cuenco Drag. 24/25, formas lisas núm. 78.
Cartela oblonga de la que queda el principio: N--, la siguiente le_ tal vez sea una A.
tra
(J7) RIBERA LACOMBA: Op. cit:: nota' 1, lo adjudica a. VitaliJI, p. 2'29, Fi_g. 6 núm. 38.
(78) RIBERA: LACOMBA: O¡t. cit. no\4 l, \o adjudic" - ~eddil~ J>· 224, FiJJ. 6 llúm. 14.
- 242 -
[page-n-245]
TEBRA SI GILLATA EN VALBNTIA
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Fig. 15.- Marca.s de a lfarero.
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Fig. 16.- Ba.ses con marca de altarero.
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[page-n-247]
TERRA SIGILLATA EN VALENTIA
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Fig. 17.- Bases con ma.rca de alfarero.
- 245 -
[page-n-248]
34
J. MONTESINOS
50. Ausias Mar.éh. C.A.V.
Erag. de fondo pla,no. Pasta salmón; barniz rojo vivo.
Queda el centro de !_a cartela: --NTA- (79).
51. PI. Pelota. C.A.V.
Frag. de fondo. Pas!;a, rosa asalmonada; barniz rojo vivo.
Cartela muy fragmentada: -N· .
·
52. Avellanas, 1973. C.A.V.
Frag. de plato Drag. 1. con 8'5 cm. eh el pie. Pll$ta salmón clara; barniz rojo vivo.
8
Cartela oblonga de la que se conseJYa el principio: OFC--.
53. Mar, 1981.. BW-Cl5. C.A.V.
Medio vaso Ritt.9, formas lisas núm. 63.
C..artela oblonga de la que se conse.rva el principio: OF--.
54. A,vellanas, 1973. C.A.V.
Base de plato Drag. 18 con 9 cm. en el píe. Pasta salmón; bantiz rojo vivo brillante.
Cartela oblonga de la que se conserva él principio: OF--.
55. Ausias March. C.A.V.
Frag. de fondo. Pasta ·salmón clara; barniz marrón rojizo.
Cartela oblonga de la que se conserva el final: -•OF.
56. E. Vicb-Vitoria, 1971. C.A..V.
Bas.e Drag. 27 con 5 cm. en el pie. PáSta salmón; barniz amarillento con ·manchas rojizas, técnica'
mamo.rata.
Cartela ilegible: 0-.
57. PI. Virgen. C.A.V.
Base Urag. 24/25, probablemente, con 3'.5 cm. en el pie. Pasta s~món; barniz rojo vivo mate.
Cartela fragmentada de difícil lectura.
·
56. Pl. Virgen, 1959. C.A. V.
Base de forma Drag. 24/25, groQablemente, con un diámetro de 3 cm. Pasta salmón; barniz amarronado.
Cartela rectangular fragmentada de dificil lec.t ura: -A•.
CONCLUSIONES
La importación de productos de las Galias suponen en Valentía el 31'87% de las
sigiUatas, no es éste un hecho normal en yacimientos dé su entorno geográfico pues el
cómputo global en tierras valencianas (80) supera el 50 % de estas cerámicas; en
Valentia el primer lugar lo ocupan los productos Hispánicos (81). Las primeras
producciones del sur de las Galias comienzan a llegar a Valentia desde un momento
temprano (gráfs. 2 y 5) en competencia con las sigill~tas de origen itálico que se
encuentran en este momento en su pünto más elevado (82), la no presencia dé piezas
D:rag, 29 de época tiberiana no debe· inducir a engaño pues sí las ten.emos localizadas
en Sagvntvm e Ilici, siendo en este último yacinilento mqy numerosas (83)_. Las piezas
decoradas forma 37 son del período de transición y la núm. 43 entraría d~ntro de la
Decad_ ncia.
e
,(79) JUBE~ LACOMBA: Op. elt. nota 1, lo adjudiCII a, éenriatus, P.· 221, .Fig. 6 .núm. 8.
(80) Si l¡ien ~n nutel.r!! ~Am,ia doctoral estudiamos las sipllataa de Valentla-Saj!\'1\ty,m·lli~i >1 cuantaa'lloticiae sobre t.a. aparecían en tie~
vaJencianu, el 'e ómpúto esta,díati®. global por grO
(82) MONTESINOS IMARTINEZ: Op. ci.t nota. 1, GrUa. ~ y 37.
(83) MON'&F..SINOS 1 MARTINEZ: Op. cit. nota 1. pp. 228-229,
- 246 -
[page-n-249]
TERRA SICILLATA EN VALENTIA
35
Centros de producción gálicos que envían sus productos a Valentía. L. GRAUF: La Graufesenque;
1, Sur de Galias; Z, La Graufeaenque-Banaasac; 3, La GrauCesenque-Montans.
- :247 -
[page-n-250]
36
- VALENTIA -
•
Nómero de
.....................................................................................................................
~
•
Namero de
30r----------------------------------------,
201-.........................
1e ...........~....
F o r111~a 1 1a as
.Nómero de piez~a
Gr,ftca 1: F ormas decoradas y lisas.
- 248 -
[page-n-251]
37
TERRA SIGILLATA EN VALENTlA
T. S. GALICA - VALEJTIA
15-20-25-30-35-40-45-50-55-60- 65-70-75-80-85-90-95-100-105-110-115
Aflo -
• • • • • • • • • {3' 05) <0 ' 58)
• • •
• • • • • • 0'•2) • • • • • • • • • • • ••
<1-1•
• ••
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• • • •
•
R.5
•
• •
• • • • • • • • •
R.6
•
R.9
• • • • • • • • • • • {0'28)
0.15/17
• • • • • {0'36) • • • • • • • {0' 14>
• •
0.17b
• • • • • •
0. 16. 18/31
• • • • • • • • • • • • • • <2 ' 59)
0.24/25
•
• •• • •
• • • • • • • • • • {2' 73) • • • • 39>
0. 27
•
• • • • • • • • • • • • • • • <0'48}
0. 33
• • • • •
0.35/36
• • • • • • • • {0'62>
1 160
0.29
0. 30
0.37
o
.
,
o
o
o
o
o
o
{1 1
A. 15 = 0 ' 06
15-20 = 3' 44
20-25 = 5 ' 66
25-30 = 6'81
30- 35 = 9 ' 08
35-40 = 13'43
40-45 = 13' 36
45-50
50-55
55-60
60-65
65-70
70-75
75-80
= 13' 36
= 12'59
= 12 ' 36
= 12 ' 08
= 11'59
= 9 '45
= 8 ' 92
80-85
8~-9 0
=
=
90-95 =
9~- 1 00 =
100-105=
105- 110=
110-115=
7 '4
7'4
6'92
4' 47
0' 2
0' 2
0' 2
Gráfica 2: Distribución .·egular. Formas lisas y decoradas.
- 249 -
115-120=
0'2
/ 159 ' 74
[page-n-252]
J . MONTESINOS
S8
T. S.GALICA. MARCAS - VALEITIA
l 5-20-25-30-35-40-45-50-"5-60-05-70-75-80-85-90-95-1QQ-1Q5-!10-115-l20
• •
• • • • • • • • t o· 25> • • • (O' 071))
• • • • • • • {0 ' 5)
• • • • • • • •
142)
• • • • • • (0' {0' 125}
• t • • • • (0 ' 2)
4
10
19
23
26
1
t
JO
34
513
59
65
68
•
•
•
•
•
•
•
•
• •
70
• •
• •
• •
73
74
17
• •
78
~2
• •
• •
•
83
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813
91
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93
95
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1 34 s e llos con
t
• • •
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Gráfica 3: Distribución regular. Sellos de oficina.
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Gr áfica 4: Marcas de alfarero. P. rcen taje según cen tro de producción .
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Gráfica ó: Distribución regular. Formas lisas y decoradas. Marcas de alfarero.
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40
J. MONTESINÓS
El análisis de la gráfica de «Distribuc;ión Regular» nos indica que la línea c.o mercial se
haée claramente ascendente hasta llegar al punto máximo a finales del reinado de
Tiberio y principios del de Glaudio, con mantenimiento hasta el final de este último;
baja ligeramente con Nerón. Presentan estos dos reinados anteriores el bloque principal de las importaciones Gálicas, bajando acusadamente. al final del último. El advenimiento de los Flavios supondrá la aceleración de este proceso, a la baja, que ttcaba al
final de Domíciano y sólo algún producto aislado podría llegar dentro del período
trajaneo (84). Los. envíos de Sigillata Gálica una vez superado el período Flavio será
por tanto mínima, y también constatada en otros puntos ·como Ampurias, Ostia,
Thamusida y otros puntos del Mediterráneo (85). Desde mediados de la centuria entran
en el mercado valentino las manufacturas Hispánicas entablando una competencia
con Jas Gálicas, las cuales pe_rderán la batalla comercial con el cambio de centuria
(86).
Se encuentra presente en Valentía la técnica marmorata en piezas forma Ritt. 8,
Drag. 18 y Drag. 27, este llltimo tipo con dos ejemplares; esta técnica cerámica se
utilizó en el período 40-70 d. C. en el centro de La Graufesenque, aunque planteamientos recientes indican una mayor perduración cronológica de la técnica (87). En
reciente visita a los almacenes municipales hemos podido ver un fragmento de
Drag. 37 con ba:rniz exterior amarillo, pieza adjudicable a las denominadas de «barniz
amarillo» (88) y cronológicamente posterior a las anteriores, variedad que ya habíamos constatado en tierras valencianas (89).
De entre los sellos sólo uno se sitúa en forma decorad.a Drag. 29,. ba~iéndolo el resto
sobre vasos y platos lisos; los porcentajes, a los cuales hemos sustraído aquellas
marcas sobr~ piezas de tipo indeterminado, quedan reflejados de la si~uiente forma:
Drag. 27
= 30195 %
Drag. 24/25 = 28'57 %
= 23'80 %
Drag. 18
= 7'14 %
Ritt. 8
Ritt. 9
= 7'14 %
Drag. 29
= 2'38 %
El esquema que siguen los sellos da un primer blógue de oficinas que comienzan su
producción eh Tiberio, como Albanvs, Ardacvs y Cantvs; para subir de forma espec-
(84) SANCBKZ.L:APJJENTFJ PEREZ, JORGE: «Comercic>cde cerámica& romanu en ValeÑJ'. Dip_
ut.ación Provincial._Cj¡enea, 1985, p. 46. li:n
Valeria la .gráfiq~, in.dica un principio en el reinado d~ Tiberi..o y •una acumulación 81\ Cla,udiO.Neron para acabar en Domic;ian,o.
NueatfO ""''uema ~á ligeramente esta Jlre&encia ele prOductóe r41icos debido a la oituación lr\a¡;(tÍI\l8 del ten"itoño lo <¡_ue lé d'l una !Dl'Y~
wdanza en él corte cómercil!l.
(86) C. GASPARiU: «Ostia n.o. Studi Mi-uanei 16. Le terme det Null\&~. Scavo aell .unbiertte 1, Roma, 1970.
G. PUCCI: •OStia lllio. Studi lotfiscellanej 21. Roma. 1972.
.
J. SANCHEZ-LA:FUENTE PEREZ; «La Graufesenque (Millau)>t. Réviste de ~ueologia, año 4, 2.• época,11lhn. 31. Madrid, 1983. pll,ga. 36-42.
J .P.CALLU, J.P. MOREL. R. REBUFFA'.t, G. l'I.ALLIER: t!Thamusida l». Melang88 de l' E<:ole ~.;aiM de Rome. Sup. 2. Paría, 1966.
(86) MONTESJN~ J MARTJNEZ: ~p. cit. nqta, l. !'· 376.
_
(87) A. BAUL: «Notas de cer&mica J"omana m~. Bo!.eUn del Semínario de A. -y Arqueolog!a XkVDl, Valladolid, 1982, pp. 179-180.
m
(88) HERMKT: Op. cit. nqta 6, p. t 78.
(89) MONTESiNOS 1 'MARTINEZ: Op. cit. nota 1, p. 371.
- 252 -
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TERRA SIGULATA EN VALENTIA
41
tacular con Claudio y aún más en Nerón. El reinado de Vespasiano, .a l igual que
sucedía en la gráfica de piezas lisas y decoradas, supondrá una baja en la constatación
de sellos de esta época, el final de T. Flavio Vespasiano supone. el hundimiento de la
importación, y sólo alguna oficina puede llegar al final de Domíciano, Perrvs, aunque
las características de la forma y el tipo de fabricación sugieren el período NerónVespll$iano. El centro productor que envía sus manufacturas es La Graufesenque, con
algunas oficinas que también trabajan en Montans y Banassac, gráf. 4 y mapa (90). La
comparación de ambas gráficas de <
sellos po.steriores a los flavios. Comparando con otros yacimientos de su entorno
geográfico s.i.gue un esquema más próximo en el perfil a Sagvntvrn, si bien con un
menor volumen, que al de Ilici; este último yacimiento tiene una concentración
máxima de la importación igual a los anteriores pero con variabilidad en el perfil,
situándose también aquí la prolongación trajanea semejante a la gráfica de Valentía (91).
(90) Lot porcentajes están muy de acuerdo con el volumen de exporuclóh general de loe eenl1'08 a sus z:onas de comerc:.ielizeción; p. ej. en
La.DJUedoe>Rouoolillon, J.L. PJCHES: «1M coupee Dtllf. 29 en Lancuedoe·RouseilloM l'i1lln• 3. Lyo11, 197!1. p. ~S$: no obAtanLe, la efirmaclón dO>
cote autor y de A. Vemhet •ObAervationa aur lea premiéree 'o1U)ea carénéea de lA Crauf-nc¡ue>~. 96 Congm national des Soci4!M aavantelo.
1'oulou..,, 1971. pp. 171).190, refet'ida a quo el centro de Montana estaba eeeneialrnente deatinedo el mercado Aquitano; hay que deateear que en
nueatr• z()na, al i¡ual que"" otnu pertiruuJ&t8, se coniltete la preeencia eonotente do ofícinao de Le Graufe~~~>nc¡ue-Monta.na mú relacioftadas
con el segundo que con el primero, llesando eh tierras valenciana• 11 eni el 9 %,
(91) MON'l'ESlNOS . MARTINA?.; Op. cit. nota l. pp. 373-314. Gr6fJ. 35, 36 y 37.
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J. MONTESINOS.- Terra s igillata e n Valentía
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J. MONTESINOS.- Tcrra s igillata e n Valentia
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Formas indeterminadas.
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J . MONTES INOS.- Terra s igillata e n Vale ntía
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Marcas d e alfare •·o.
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ARCHIVO DR PREHISTORIA LEVANTINA
Vol XlX (Valencia. 1989)
CARMEN .ARANEGUI GASCO
0/alencia)
STATERA ROMANA HALLADA EN V ALENClA
Me cuento entre las personas que deben gran reconocimiento al S.I.P. en la etapa
ampHa y fructífera en que estuvo dirigido por Domingo Fletcher Valls quien, con
Enrique Pla Ballester, fue impulsor de mi actividad arqueológica, tanto a nivel teórico
como práctico.
FJetcber me propuso como directora de las excavaciones del Grau Vell de Sagunt,
las primeras de las que fui responsable, y me indicó la necesidad de atender el mundo
romano que hoy ocupa una parte importante de mi actividad profesional.
A lo largo de los años, FJetcher ha ido viendo el ritmo de trabajo de todos aquellos
que compartimos la docencia con la investigación, además de colaborar en algunas
ocasiones con la administración para tratar de que la Arqueología alcance la infraestructura necesaria, luchando con no pocos contratiempos. Desde la admiración por su
disciplina de estudio y el respeto por su rigor científico, redacto estas líneas en justo
homenaje.
En aguas marítimas del término de Valencia se ha producido el hallazgo de una
statera de bronce cuyas características justifican el darla a conocer a los medios
científicos, pese a que su estudio pormenorizado no sea todavía posible por estar
pendiente de restauración. El hecho de que su brazo esté doblado y la falta del
contrapeso o aequipondium, dificulta el estudio metrológico, propio de este tipo de
instrumentos; sin embargo su estado de conservación es suficientemente bueno para,
detmir su tipología y su cronología. Se trata de una balanza de dos ganchos de
suspensión con brazo de sección cuadrada del que cuelgan cuatro cadenas que sujetan
un platillo (lám. I) fijado a las mismas mediante soldaduras de estaño (lám. Il).
Pero el hecho que añade interés a la pieza es la inscripción grabada en puntillado
al comienzo del brazo, por ambas caras (Jáms. m y IV). En la primera se lee lmp(eratore) Cae(sare) Nerva 1 Traiano Aug(usto), estando las últimas letras de cada línea
ocultas bajo un pegote de estaño que corrige un error de peso en el caso de suspender
- 263 -
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2
C. ARANBGUI
la statera del gancho más próximo a la barra graduada. En la segunda se lee Ger(manico) Dac(ico) Co(n)s(ule) VI 1ex a(cta) in Capitolio, con signos de interpunción entre las
palabras. Esto quiere decir que la balanza ha pasado un control de fiabilidad en Roma,
en tiempos del sexto consulado de Trajano (112 d.C.), lo que la sitúa entre los
ejemplares importantes dentro de la serie, numerosa, de los de su género (1).
Con un peso total de 2'620 Kgs. la balanza tiene un brazo de 54'5 cms. de longitud,
siendo la parte ve_rtical de· una altura de 111 cms. resultante de los 83 cms. que miden
las cadenas y los elementos de enganche de éstas con el plato cuyo diámetro es de 23
cms., lo que establece unas proporciones 1:2 entre la parte horizontal y la parte
vertical del instrumento. La graduación del brazo es doble, como corresponde a las
dos escalas existentes, con indicación cada 9'2 mm. en la primera que va acompañada
del signo S cada dos trazos verticales, apreciándose en la segunda una gradación más
espaciada bajo la que se ve un signo de tres puntos a los 8 cm.s. del comienzo de la
escala. Todos estos datos podrán revelar los pesos para los que la balanza está
habilitada (2).
En el Museo de Nápoles se conservan dos staterae con inscripción de comprobación
de su exactitud en época de Tiberio y de Vespasiano. Esta última viene reproducida en
el DictioTJ.naire des Antiquités Grecques et Romaines (p. 1.228, fig. 4.479), lo que permite
apreciar una estrecha similitud con la pieza de Valencia, a pesar de que su fecha de
control es del 77 d.C., treinta y cinco años anterior a ésta. El trenzado de las cadenas
con el mismo fiador y sistema de anclaje consistente en una anilla en forma de
herradura de la que penden dos elementos en forma de omega rematados en cabezas de
ánade, la misma forma de los ganchos y del platillo, induce a pensar que ambas
balanzas han sido fundidas en un mismo taller, probablemente campano.
La pieza que se presenta ahora denota, no obstante, detalles de desgaste y alguna
reparación antigua, insuficiente para considerarla como un objeto fuera de uso (láms.
V y VI). Probablemente daba servicio en un barco naufragado en estas costas.
En 1929 el S.I.P. adquirió una balanza de Vélez Blanco que fue publicada más tarde
(3). Sin embargo, en el Palacio de.l Almudín de Valencia se exhibe una pieza de
características parecidas a la nuestra, aunque sin inscripción, cuyas características
técnicas y circunstancias de hallazgo no han sido todavía dadas a conocer. Se abre,
por tanto, un tema de estudio en el que las colecciones valencianas pueden aportar
datos inéditos.
(1) V. voz «Libr&». por E. MICHQN, en Ch. DAREMBERd• ..:. SAOLJO y E. PO'M'IER: •Dictíonna.íre des Antiquít.!oo Grecque. et Romainee».
Parí•. 1817·1919. vol. lll. 2.•
• Kunnwerl
H. OGGlANO.BJT!
completo de la cole<:ci6n de balanzas, determinando la relación enU. lu medidu de longitud y JIMO romanu. con objeto de avf!rigu&r la
capacidad de cada una de ellu.
(3) M. V. SENTANDREU: tcS.t.aterll. ronum.adel Mu&llO de Prehiotoria de Valencia,., Archivo de l'Joehietoria LevanUna, VJLI, Valencia. 1959,
piga. 197·202.
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C. ARANEGUI.-Statera r omana d e Valencia
Estáte a romana hallada e n Valenc ia.
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C. ARANEGUI.-Stater a romana de Valencia
LAM. II
Detalle d e los ganchos de s uspensión y del pegote de estaño existente en e l inic io del brazo.
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C. ARANEGUI.-St ate ra r o mana de Vale n c ia
Inscripción dc:> l anverso.
LAM . 111
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C. ARANEGUJ.-Statera romana de Valenc ia
lnsct'ipción del r·ever·so.
LAM . IV
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C. ARANEGUI.-Statera •·omnna de Valencia
Reverso del plato.
LAM . V
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C. ARANEGUJ.-Statera r o m a na d e Valencia
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...
Detalle de l elemento que fija el plato a la cadena
LAM. V I
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ARCBIVO DE PRBHISTOR!.\ LEV AN'I'INA
Vol. XIX (Valencia, 1989)
JOSEP CORELL VICENT
(Valencia)
NOTAS SOBRE EPIGRAFIA ROMANA DEL PAIS VALENCIANO (1)
A Domingo Fletcher Valls
De las siete inscripciones que se estudian aquí, dos son todavía inéditas. Otras dos
son recientes hallazgos de los· que tan sólo se ha dado hasta ahora la primera noticia;
requieren, pues, un estudio más detallado. Finalmente, las tres restantes son conocidas
desde hace tiempo: una, que se daba por perdida, ha aparecido recientemente, y las
otras dos son revisadas de nuevo. En la exposición, sigo el orden geográfico de sur a norte.
FINESTRAT
L En un manuscrito inédito de Bartolomé Ribelles (1778-1816), se recoge una
inscripción de Finestrat que no he visto publicada en ninguna parte (2). Sin embargo,
la inscripción tiene gran interés, no sólo por la onomástica sino también por los
motivos ornamentales que presenta. E1 texto es (fig. 1):
Saenia Abra hic sita (e)st.
Sema Abra aquí está sepultada.
«Este bs.xo relieve -dice Ribelles- se descubrió el año 1806 en la partida llamada
Alfarelles del término de FinestratJ a un quarto de horá de este lugar, a orillas del
(1) ~ eineenomen141 • Javi., S.e& y a Manuel Martíneelu facllicladee que- hu dado para eacudiar lu inecripcio.,.. núm&. 4y 7
reepectivamen141. Fotcc A. CoreU Vicent ~. s,.t,6); J . Corell Vicent ~1· 6 y 7).
~) 8 . RIBElJ.BS: ..COlección ele l~pidq y an&i¡üedadee romanaa ele le ciUdad y Reyno de Valencie», pi... IWU48. Eat.e m.enuecrito M
-
coaaerva en el erdlivo ele loo ;PP. Predlcadoree ele Ve,lencie con la olp&tu,. Me. 17.
J. SANCHlS SIVERA: t~NQCIIenelat;or Al~CO«lleeiútico de l~>e pueblot da la dí6eaat. de Valencie...JO. Valencía, 1922, pq. 230, alude
al ballu¡o, pe10 no preeen141 el texto de la inacripción; &141 ee dNeo~~oeidlo por M. A. RABANAL ALONSO, J . M. A. ASCAL PAtAZON:
B
«lnacripcionee .ro~DUP de la provinda de Alican1411t. Lucentwn, nóm. 4. Alicante, 1986, pqa. 191·244.
- 271 -
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J . CORELL
2
camino de Villajoyosa (3). Le copié teniendo delante ~u original en 14 de abril de 1808.
El baxo relieve de la estatua y ave superior resalta tres dedos (4). La escultura es poco
primorosa, y en el día se halla muy maltratada. Consérvase en una casa del mismo
lugar (5). La piedra se asemeja mucho a la que llaman tosca (6). Poco después del
descubrimiento creyeron muchos que era una imagen de Nuestra Señora, y pretendieron hacer una fiesta en su obsequio>> (7). Refiere a continuación que Jerónimo Llorca,
escribano del pueblo, envió una copia de la inscripción al conde de Lumiares, quien,
en una carta fechada el 22 de marzo de 1806, respondió: « ...seguramente ~ romana, de
la clase sepulcral; pero la creo mal copiada; tal vez por estar borradas las letras, se
habrá padecido equivocación, y en mi entender dirá: SAENIA ARRA me SITA STo
ESTn (8). Lumiares tennina la carta solicitando una copia más exacta de la inscripción.
~ continuación de la citada carta y sin aparente conexión del tema con el hs4lazgo
de la inscripción, Ribelles habla prolijamente de las minas de piedra de luz y de otros.
minerales en el término de Finestrat (9}. Por lo que se refiere al contexto estrictamente
arqueológico, en el término de Finestrat se descubren con frecuencia, según Ribelles,
«ruinas antiquísimas y fragmentos de adobes y tejas ibéricas y romanas, especialmente
en la dirección de la Torre llamada de San Joseph, que está a orillas del mat, en la
frontera de Finestrat)) (10).
Veamos ya el texto mismo de la inscripción. Este es muy sencillo: el nombre de la
difunta en nominativo, se.guido de la fórmula hic sita (e)st. La forma verbal EST (lo
miamo que ES), de SUM, va frecuentemente aglutina~ con la palabra que le precede
mediante la aféresis de la E (11). La R es más pequeña que el resto y aparece volada.
Los Saenii, en Hispania, tan sólo aparecen en la Bética (CIL TI, 1.035; 1.765) y en Denia
(CIL II, 5.967); el Saenius de Tarraco (CIL II, 4.243), que fue {lamen. Romae, divor(um) et
august(orum), procedía también de Denia (12). Teniendo, pues, en cuenta que se trata
de un gentilicio extremadamente raro y limitado tan sólo a dos zonas de la Península,
resulta muy probable que la Saenia de la inscripción de Finestrat estuviera vinculada
con los Saenii de Dianium. En cuanto al cognomen, hay que aceptar, sin duda, como
correcta la le~tura de Ríbelles que propone Abra, y rechazar la de Lumiares que
(8) La partida M llama actualmente •L'Alta.rellaoo; oe encuentra en el llmice mieulo del término de l'ineetre.t con el de Vill~oyoa. a la
derecha del camino qlle v& de eeta poblaci6'n 1! fineetrat. B. la primera illacripoi6n encon~da en el t6rmlno de Fin•tre.t; no ot.tente, en 1&
finca l'Almleer¿ del An,onée, contipa a la anterior, &llJ>CIIl8 ya en el útmino de Vi1l~oyoea, a,pereci6 otra (CIL II. 3._76).
6
(4) Aproxinladamente 6'5 cm.
(6) Extralia que RibeD• no indique, como eueie hacer, lu call• y el ndmero. &tuve e.n ~t el22 ele jlllio de 1987 y pude comprobar que
la inacripc:ión oe da PftJ' d-par.cida. Vicente Mlll'tlne., vecino de la población, me eomwúcó que t.oclq 8\III•Úo»• para averi¡uu el ~
de la inacripc:i6n hao te.udo -ul\adce -neptivo..
(_6) La piedra toeca ee uu calísa mu.y pomea 1¡11e abunda en la oona.
(7) RIBBU.BS: Op. cit. en la nota 2.
(8) RIBBU.BS: ()p. cit. en la noca 2,_pq, 646. No debieron de enmr al illlat.re enadito la copia que eollcitaba, ni puc1o él, al,.._., \'.r
peraoDallunce la inacripci6b, ya que no la reeop "" ninpna de ""' obru.
(9) RibeDeo eotudi& mú ~te las
de piedra de lua o eopecularelo eo '!M......n.. ~tieaa da~. pq.. ~
del Ah. 12 que M coneerva, i~. en el uclú..o de loe PP. PndiCIICioret ~e Valencia.
(10) La Torre ele Sen Joe6, conocida mú eomiiDIIl-1,10< la Torre de R6reuloe, • el ram-._
aepulao de corre romano 1¡118 ee ..,._tl"ll eo las
PtOltimideclee de la cieeMabocadura del rio Torroe, en lémülo de Vllle.joyooa.
(11) t. NOUGARBT: o'l'rail4 de Mitrique latine elaMiqu•. 3.• edicihD. Parla, i ll63, parqr. 9. Vée.oe CIL n, p6a. 1.188.
(12) O. ALFOLDY: «Die rilnúteben l!dCbriften von Tlll"l'ACOJt, nWII. 303. Berll11, 1976.
mm..
- 272 -
[page-n-275]
EPIGRAFIA ROMANA
Fig. l.- Inscripción de Finestrat.
Dv
L!!!ii~vs
h'~
Jt }d.!'.
Fig. 2.- Inscripción de Altea.
- 273 -
S
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J . CORELL
4
suponía Arra (13). En efecto, Arra no aparece nunca como antropónimo, mientras que
Abra o' Habra se encuentra documentado algunas veces, si bien es atestiguado aquí
por vez primera en la Península Ibérica (H). D~do el origen griego del cognomen, es
probable que la difunta fuera de origen servil. Teniendo presente la gran sencillez de
su redacción y la fórmula hic sita (e)st, podríamos datar la inscripción en el siglo I d.C.
ALTEA
2. El umco testigo de· esta inscripción desaparecida es, igualmente, Bartolomé
Ríbelles (15). Era un Íl'!WJlento de 16 dedos de altura (29 cm) por 10 de anchura. (18
cm). A j uzgar por el dibujo de Ribeiles, era la esquin a superior izquierda, probable
mente de un bloque o placa. ~
1808 y vi una extensión de medio quarto de legua sembrada de ladrillos, ánforas y
texas r omanas destrozadas, y algunos fragmentos de barros saguntinos alrededar de
un cerrito fronterizo al cabo Negret (16). Consérvase esta lápida en el archivo de la
i glesia pEUToquial de Altea, donde la copié (17). La piedra es de má.rmol azulado)), El
texto es como sigue (fig. 2):
D(is) [M(anibus)]
RiJarus [-]
[--
A los dioses Manes. Hilaro...
El éognomen Hilarus, muy extendido en todas part es (18), es atestiguado aquí por
vez primera en el País Valenciano. Sus portadores son, generalmente, esclavos o
libertos. Teniendo en cuenta la fórmula D.M. y el .hecho de que el nombre del difunto
vaya en nominativo, se podría datar la inscripción en el siglo U d.C.
(13) Arra, fonna popular sincopada de
ERNOUT, A. MEILLET: dlictionna)re étynlologique de la langue latine. Hietoire des mota». •·· edición. Pal:{@. 1969, s.v. ar ra.
(J4) .El cogrr.o~Mn, que tan o61o aparece cinco o ael. veces, pre11enta tanto 1~ gralii! A~ra como I/abra. Ambas deljvan, COt\ toda probabilidad,
da 1a misma "P'!)abra gti~a. que, se¡ún algunoc l•lricógrafoo, ae eocribiría con espíritu qpero, mientras que la mayotfa ~ti~tne que debe llevar
espíritu auav•, De ahf proviene la alternancia dé lu doo grafúoo latina. Sob.-.. el origen del n,o~bre. ou.s· gm«aa y tastÜJ\oJ;l)Q!I epjgráficos y
literarios, véaee Thl.l-1 col. 128 y VLc.o l. 2.487; H. SOLJN: «Die griechiachen :Penonerin4men, in Jlom. Ein Nainenbu'éh: (:<)rpua Jnacriptionum
Latin·arum. Aucterilim". Berlln, New York. 1982, JI, pág. 689: A. aotJJER: «Alt-c~tischer Spraehacha~ J.JliJ,. Leiptig, lR94-l916. l • .col. 9: P.
CHANTRAINE: «Dictionnaire étym. logigue de la .ial1ge grecqve. Hiatoire dea lliOta». Paria; 1968, pá¡. 4.
o
(15) JUBEt.LES: O,P. ci~ en la nota 2, pág. 38.
J. SANCBIS SlVERA: «La Di6ces.ia Valentina. Eatudioe hiat6ricOP, VaiJlncia, 1920, núm. 17, presenta una lectura incorrecta.
M. A. RABANAL ALoNSO; J. M. ABASCAL . ALAZÓN, n.o rfll:Ogen la inscripción en el a.c. en la nota '1.
P
(16) 'La j)artiila de Pila se encuentra c;.erea dQ la de&M~bocadura clel Algar, .En la nii8111a partida apareció también _un ara ·funeraria (Cii. TI,
·s.IJSt¡. Sob.., el ball~a de o~ ~te. antiii!JO Saítabi, 7.a. 194;!, págs. 22·26.
(t7) El 23 de julio de l98'7 p.ude collJibltar en Altea que la lnacripción se d~ por deaaparecida.
(18) et. en. o, pág, u J64: ILER. pág. 1112.
- 274-
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EPIGRAFIA ROMANA
5
VALENCIA
3. Inscripción votiva (ara o pedest~) de mánnol blanco; conserva la base, pero la
cornisa, que debía tener, ha desaparecido. Todos lo~ bordes están pulidos. Apareció el
23 de enero de 1986 en la plaza de «l'Almoina», durante el curso de unas excavaciones
realiZadas por los Servicios de Investigación Arqueológica Municipal en la zona del
foro de Valentia (19).
Dimensiones: 100 x 39 x 34 cm. Letras: l. 1-2: 6'5 cm.; l. 3-4: 5 cm.; l. 5: 4'5 cm.
Se conserva provisionalmente en el Museo Paleontológico.
Bibliografía: Periódico «Levante>>, 25-1-86 y 29-1-86; J. Corell Vicent, «L'epigrafia
romana al Pais Valencia {1982-1986)», Fonaments (en prensa).
El texto es (fig. 3):
Fortun!e
T(itus) Rubrius
T(iti) f(ilius)
Restitutus
5 d(e) s(uo) f(ecit)
A Fortuna. Tito Rubrio Restituto, hijo de Tito, lo ha hecho a sus expensas.
Nexos: AE en l. l. La interpunción e¡:: triangular. La última T de la l. 4 es más alta
que el resto. La escritura es muy elegante y está profundamente grabada. La ordinatio
del texto está muy cuidada.
Los Rubrii, aunque poco frecuentes en la Península Ibérica (cf. CIL II, pág. 1.071;
ILER, pág. 741), aparecen documentados en Valencia (CIL II, 3.743) y Sagunto (CIL II,
3.850; 3.961). El cognomen Restitutus aparece igualmente en varias inscripciones del
sur del Conventus Tarraconensis (20), aunque es documentado por primera vez en
Valentia en esta inscripción. Por lo que se refiere a Fortuna, su culto estaba muy
extendido en Hispania (21), si bien es atestiguado aquí por primera vez en el País
Valenciano. Podría datarse la inscripción hacía finales del siglo 1 o principios del II.
REQUENA
4. Estela funeraria de caliza blanca, local. La parte de arriba está ligeramente
redondeada y adornada con rosetas. Tiene rotas las esquinas superior e inferior del
lado izquierdo y está partida horizontalmente en dos fragmentos. Los cuatro lados
(19} Agradezco al düector de lu excavacioa... Alberto Ribera.
pép. s.l>74, 3.&1. s.ll89.
1'. 8ELTRAN U.ORIS: •.E pí¡ralla d4 Sagvntum. y au TonitoriUJDJO, Valencia, 1980, núm. 275.
P. P. RIPOLJ..FS ALEGRE: •SinOpoia de epigrafía cutellon~. Monll(f'atlaa de Prebilltom y ArqueolQiia Cutallonenae, 1. Cutellón,
1977, núm. L. aparecido talllbi'n en Cuademoa da Pt.hlstoria y Arquoolocia CuteUon~. 3, 1976.
(21) Ct. ClL U. pác. 1.127; lLER, péf. 696, Sobre el culto a Fortuna en Hiap
..._rqueología, 9-10, 1982·83, páp. 118, 1~. H7.
M. A. tLVIRA BARBA: tiLo. d.io.ee roonanoe enJa tena aigillata bilpanica•. en: La religio6n romana en Hispania (Sympoaio organlu,do
por el lnatltuto de ArqueoloJia «Rodrigo CaTO» del C.S.J.C., del 17 al 19 de diciembre de 1979), Mádrid. 1981, páp, 62 y 14.
u.
-275 -
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J . CORELL
6
Fig. 4.- Estela de Requ e na.
Fig. 3.
In scrip ción votiva d e Valencia.
- 276 -
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EPIGRA.FIA ROMANA
7
están trabajados; la parte de atrás, simplemente desbastada. El texto, dañado principalmente en las l. 4-6, va enmarcado por una moldura en forma de tábula ansata
(32 x 31 cm.).
Dimensiones: 68 x 46 x 32 cm. Letras: 1.1-3:4 cm.; l. 4-5: 3 cm.; l. ~7: 2'8 cm.; 1.8: 3'2 cm.
Apareció el 1985 reutilizada en la pared de una casa, en la partida de Morenos,
término de Requena. La conserva su descubridor, Javier Sáez, calle Pérez Gald6s,
núm. 6, Campo Arcís (Requena). Con este hallazgo ya ascienden a veinte las inscripdones aparecidas en la Plana de Utiel-Requena (22).
El texto parece ser el siguiente (fig. 4):
Cornelia
Masueta,
annoru(m) XXV.
[Iu?]lia Utina,
5 [annor]u(m) L.
J...(ucius) [Co?J~lius
Notus ucsori p(osuit) et socrü (!)
Cornelia Mansueta, de 25 años. Julia Utina, de 50 años. Lucio Celio Noto lo ha
erigido a su esposa y a su suegra.
No se aprecia ningún signo de interpunci6n. Las A de las l. 1 y 2 carecen de asta
transversal. Los Cornelii y los Iulii, muy extendidos en toda la Penfnsula Ibérica
(cf. CIL ll, págs. 1.059 y 1.064), aparecen documentados también en la Plana de Utiel
(23). En cambio, el cognomen Ma(n)suetuafa es sumamente ra.r o en España (CIL ll,
2.841, 3.023, 3.920) (24). Utina, hasta ahora, no aparecía atestiguado más q~e en un
instrumentum domesticum de Roma (CIL XV, 3.798) (25). El cognomen Notus es atestiguado aquí por primera vez en Híspania (26). Los Coelii, aunque poco frecuentes en la
Península Ibérica (CIL n, pág. 1.059), los encontramos en Sagunto y su territorium (27).
La graña CS de ucsori, en lugar de X, es corriente (28). Por el contrario, socrii por
socrui no la he visto documentada en ninguna parte. La edad de ambas difuntas ha
(22) J . CORBLL VJCE:NT: «Doe í.Ncripc:ionee ID6ditu ele Réqueu (V.tencia)lo. Paventla (en prenM).
(23) Loe CorMUi ape.reeen e n - in.c:ripc:ionee (CIL n; 3.217, 6.893; J. Corell Vicent, a.c. en la nota 22, nlim. 1), loe lulii, en una (P. FITA;
«Viaje ,.isri11eo»: Bolet.ín de la Reel Acad.ma, ele Hiatnria, 47, 1906, ~ ~).
(24) La C!fda de la 1:J delante dé S ae !reCuente en IOdu partee; d. CIL n, ~~· 1.189;
A. J . OARNOY: "Le Laün d'&opqn. d 'a¡rio lee Jn.cripéiona. ll~e I..iDplatiqup. ( • .clición. Blwelaa, 1906, pq.. 171 1 oe.
(25) Bl nomb... da le l. 4 no 88 Mll"ff. ' 8 1 - acaba &m el el-.nto ·UA; delante queda aepecio pu11 doe letraa; el mú probable pu-ee;~
Iuli4, ya que otroe Acli4, LoUo, Sili4. etc., no &pAreCen en la, sona y aon rarWmoe en s.p.&a. El .,.,._,. podria eer también 1 u(e) tino,
dado qu., delante da la U h.,. UD cleecooc:luodo coo aepacio euficiente par~~ una latD; por otro lado, le calda de S delante da T ae probable ea una
inecripci6n tan vulpt como la s--ente; cf. CIL n, 1~. donde aparece Rutid por R...cld.
(26) Be poeibla que M llar• Merito No/U#, cleloonocido e11 íii.puü.. en ,.. ele Notluu, que ·~ variu vecae; cf. CIL n, plg. 1.08&
(27) RIPOLLES ALBOU: 0p. cit. en la nota :11, núm. 121 (Villavieja).
CIL n, 4.034 (Onda).
en. n. 2.937.
BBLTB.AN LLORIS: Op. cit. en la ~:11. núm. 187 (&cunto). r.t.e áltúno ae UD L. Coca.... cu.yo CQf- y profaeión han alelo leídoe
da div- man-. Quiá la lec:tun ~_, L. Coclit> N o lo, ft(•)Mú/rio... Si ..to "'-MI M tnttaria, aiD duda, del nU.no penol>aje en
ambu úoocripc:i-.
(28)
ce. CIL n, ""· u90.
CARNOY; 0p. cit. ea le ncM :U,
pq. 1150.
-277 -
[page-n-280]
8
J. CORELL
sido, sin duda, redondeada. Teniendo en cuenta el formulario (nombres en nominativo,
ausencia de la fórmula D.M. y de cualquier adjetivo elogioso) y la forma de las letras,
podría datarse hacia finales del siglo 1 d.C.
5. Ara funeraria de caliza gris clara, con cornisa pero sin base. Se han roto las
volutas y el frontón, así como la esquina inferior derecha. El campo epigráfico aparece
rehundido y enmarcado por una moldura (60 x 35 cm.).
Dimensiones: 115 x 45-49 x 47 cm. Letras: 4-3'5 cm.
Se encontró hacia mediados del siglo XIX en la huerta de la casa de campo Fuente
Flores, término de Requena. Ha sido trasladada desde el castillo al museo de la
población.
Bibliografía: F. Fita, BRAH 10, 1887, pág. 426; CIL II, 5.893; M. Ballesteros Viana,
Historia y anales de la muy leal, muy noble y fidelísima villa de Utiel, Valencia, 1899,
pág. 39; R. Bernabeu López, Historia crítica y documentada de la ciudad de Requena,
Requena, 1945, págs. 74 y ss.; ILER, 4.276.
El texto más probable parece ser el siguiente (fig. 5):
D · M ·
CORNE~
PLACID~
ANN ·XXXI
5 COR·TERTIOLA
M·FILIAE PI
ISSIMAE
D(ls) M(anibus). 1 Comelie
lñ(ater), filiae pijissimae.
6
1 Placid~. f ann(orum) XXXI, 1 Cor{nelia) Tertiola, 1
A los Dioses Manes. A Comelia Plácida, de 31 años, Cornelia Tertiola, la madre, a
su hija afectuosísima.
Variantes: l. 2 Corneliae Fita, Hübner, Bernabeu, ILER; Coreli Ballesteros; l. 3
Placide Fita, Bübner, Bernabeu, ILER; Placid Ballesteros; l. 4 an Fita, Hübner,
Bernabeu, ILER; l. 5 Terteola todos; l. 6 mat todos.
Se usa interpunción triangular en las l. 1, 4, 5 y 6. La escritura presenta rasgos
cursivos, particularmente en las letras M.L. Las A no llevan trazo horizontal. La
lectura resulta bastante dificil porque toda la cara frontal ha sido encalada.
Tanto el gentilicio Cornelius como el cognomen Placidus eran muy frecuentes en
todas p~es (29). El cognomen Tertiola, rarísimo en Hispania (CIT. ll, 1.446, 1.994,
3.223), aparece aquÍ por primera vez en el País Valenciano.
Por el tipo de monumento, el formulario y la paleografía, podría datarse en la
segunda mitad del siglo ll d.C.
(29)
En Belfa aparece una
CotmiÜJ P/.ocid4 (CIL U. 4.017); tal veo
111
- 278 -
trata de la ~ mlijer en &lllboe c--.
[page-n-281]
EPJGHAFI A R0~1ANA
9
1' /
Fig. 6.
Inscripc ión de Sagunto.
F'ig. ?.- Inscripc ión de J é ri ca.
F'ig. 5.- Ara funcral"ia d e Sagunto.
- 279 -
[page-n-282]
J . CORELL
10
SAGUNTO
6. Esquina inferior izquierda de una placa de caliza azul («pedra de Sagunb>). El
borde izquierdo y el de abajo están ligeramente alisados; la parte de atrás, tosca.
Dimensiones: 27 x 28 x 14 cm. Letras: l. 1: 4'5 cm.; l. 2: 2'5 cm.; l. 3-4: 3'5 cm.
Apareció el año 1980 al realizar una ob~as de restauración en la casa del General
Canino, calle de Caballeros, núm. 10, donde se hallaba reutilizada en un muro interior.
Se conserva en la Casa de la Cultura.
Bibliografia: F. Roca, <&is nuevas lápidas latinas en Sagunto», Arse 18, 1983, pág. 14.
Se puede proponer la siguiente reconstrucción del texto (fig. 6):
[-· Qua]rtae [fil(iae)] (?),
an(no:rum) ~[-?]
M(arcus) Basilius [-]
5 Caecilia QuJ\[rta]
A su hija (?) ... Quarta, de 20 (?) años, Marco Basilio... y Cecilia Quarta.
Como signo de interpunción se usa el punto redondo en las l. 2-4. Los Caecilii
abundan en Sagunto (30). En cambio, el cognomen Quarta aparece aquí por vez
,primera en el sur del Conventus Tarraconensi8. Por lo que se refiere a Basilius, aparece
aquí por primera vez en Hispania como nomen; pero Hübner lo registra en dos casos
como cognomen (CIL II, 797, 4.989) (31). Por el tipo de soporte (placa sin molduras), por .
el formulario y forma de la escritura, se podría datar entre finales del siglo 1 y
principios del II.
JERICA .
7. Placa gruesa de caliza azul oscura («pedra de Sagunt»). Todos los bordes y la
parte de atrás están ligeramente alisados. El campo epigráfico va inscrito dentro de un
marco moldurado (41 x 44 cm.).
Dimensiones: 53 x 56 x 15 cm. Letras: 5'5 cm., excepto las O de las l. 3 y 4 que miden
3 cm.
Es conocida desde finales del siglo XVIII. Lumiares la \'io en la casa de Jo~é
Campo~. en la calle del Ballao (32). Al hacer reformas en dicha casa, quedó tapiada, de
modo que N. Ferrer ya no pudo comprobar su existencia (33). Hübner la dio por
desaparecida (CIL II, pág. 971). Reapareció en agosto de 1983, al abrir una puerta en la
(SO) BELTRAN LLOBJS: Op. cit. .., la nota 20, Ñ · 421.
(31) S...UW. aparece variu v-como _,.fuera de W.panla; el. TbLL
col 1.170 y -.
(32) A. VALCAJI.CBL PIO DI SABOYA (CONDE DE LUMIARES): «lruucripdoneo y antigüedadee del reino de V&lenclP. Ed. Antonío
Delp4o. M..lricl. 1862, p6¡, 44, tab. 88, 386.
(33) N. liERRB.R Y JULVB: «Recuerdo. de Jéríca. Reeumen hiatórico, epllriftco e hiclrosrifíco de eeta villllll. Valencia. !884, J>61, 48.
n.
- 280 -
[page-n-283]
EPIGRAFIA ROMANA
11
fachada de la mencionada casa. La conserva en su poder Manuel Martínez Lisbona,
plaza Maestro Puchades, núm. 6.
Bibliografía: CIL II, 3.992 y pág. 971; D. Fletcher, J . Alcácer, Avance a una arqueología romana de la provincia de Castellón, Castellón, 1956, pág. 33, .núm. LII; P. P.
Ripollés Alegre, a. c. en la n. 20, múm. 74; ILER 4.178.
El texto es (fig. 7):
L(ucio) Aemilio
L(uci) f(ilio) Gal(eria tribu)
Aemiliano,
fil(io) püssimo,
5 an(norum) XXXII
A Lucio Emilio EmiJiano, hijo de Lucio, de la tribu Galeria, hijo afectuosísimo de 82 años.
Se usa interpunción triangular. La primera I de piissimo es longa.
Los Aemilii abundan mucho en toda la zona (34). En cuanto al cognomen Aemilianus, lo encontramos también en Alcora y en Segorbe (35). Este último tiene,·además, el
mismo nomen y praenomen que el de la inscripción de Jé.rica. Así que, si no se trata del
mismo personaje, ambos debían, en todo caso, pertenecer a la misma familia (36).
Teniendo en cuenta el tipo de soporte, así como el forl!lulario y la paleografía,
podemos datarla en la primera mitad del siglo II d.C.
l'eCOp 28 eg ~- y TrrritorUun.
(35) F. ARABA OIL, J•. VlCBNT CAVALLBR: •Novee iM<:ripcioD.o llaliDee de Secorbe. Ondá 1 Foreall•. C~ de .Prehiatoria y
Arqueolotía Ca.otel~ 6. C..C.llóa. 1919 (1881), ~· 293.
J . OORXLL VJCBNT: .S~ ...._... al Pala Valencib. (1982.19116). Faa&llieata (eo ~.
(86) La ~ clit.-.ncia entno ambu iu.c:ri])Cioaee conaiate . , que ee atribuye al clillmto la eded de 32 aAoe .., la de J6rica y de 40 .., la de
Sesarbe: pero 41eta pOdtfa eer una cifra redondead..
(34) BBLTRAN LLORIS: Op. cit. . , la D
-281-
[page-n-284]
[page-n-285]
ARCHIVO DE PRE HISTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 1989)
EMILIO LLUECA UBEDA
(Sagunto)
ARQUEO LOGIA DE LA V ALL DE SEGO
La Vall de Segó está situada en el límite de las provincias de Valencia y Castellón,
perteneciendo a la primera. Es un valle en forma de herradura abierto al mar entre las
montañas de Almenara, al Norte, y el Pie dels Corbs, al Sur, con una extensión de tan
sólo veintiún kilómetros cuadrados.
Desde siempre este valle ha formado parte del Terme General de Morvedre - hoy
Camp de Morvedre-, cuya capital, Sagunto, tuvo durante la época romana una gran
importancia, extendiéndose su jurisdicción a toda la comarca o distrito. Tras la
reconquista, el Terme General de Morvedre fue repoblado por catalanes, sirviendo este
hecho para conseguir una cierta unidad y afirmando así sus diferencias con el Alto
Palancia, repoblado por aragoneses. Este detalle se tuvo en consideración al realizarse
la división provincial de 1833, que señaló en este sector el límite entre las provincias
de Valencia y Castellón, devolviendo a la primera algunos pueblos del Terme General
como Algar de Palancia, Quart, Quartell y Benavites, así como los despoblados
pertenecientes a estos últimoe¡ Jugares integrantes de la Vall de Segó, que en 1707
habían sido agregados a la provincia de Castellón.
El barranco de Benavites o «el Arquet)) sirve de frontera natural entre las provincias de Valencia y Castellón y es el punto geográfico en donde se ubica la Vall de Segó.
Este barranco, cuyo recorrido es de unos veinte kilómetros, se forma en tierras de
Algar de Palancia y Sot de Ferrer~ continuando hacia el Mediterráneo, habiendo
servido ya en el siglo XTII de límite entre las diócesis de Valencia y Segorbe. Hoy, la
margen derecha delimita las dos provincias, otorgándole un tercio de territorio de la
Vall de Segó a la provincia de Castellón.
Desde siempre, la Va11 de Segó formó parte del Terme General de Morvedre, es
decir, que pertenecía a la jurisdicción de los señores del Murbiter musulmán en los
- 283 -
[page-n-286]
2
E. LLUECA
primeros años de la conquista. Todos los pueblos y lugares del citado Termé estaban
obligados ~ contribuir en las obras de las murallas de la villa real, así como en la
reparación de las de su castillo, se.g ún se desprende de los privilegios concedidos por
los reyes de Aragón a la entonces villa de Morvedre, cuyos jurados tenían la facultad
de imponer sisas o repattos sobre \farios artículos. Igualmente, tenía Morvedre la
jurisdicción suprema y mero imperio sobre los lugares de su general contribución,
perteneciendo a sus particulares señores la llamada jurisdicción alfonsina y el tercio
diezmo (1).
Los pueblos que constituyen la Vall de Segó son los siguientes (2): Benavites,
Benicalaf, Benífairó, Quart, Quartell, Alquería Blanca, Almorig, Faura, La Garrofera,
Albacet~ Quémalo, Alquer. a de Rugama~ Larap. El$. Frares, Santa. Coloma, Rubau.
í
Dichos lugares formaron parte desde tiempo inmemorial del Terme General de Morvedre; de hecho, sabemos por los hallazgo& arqueológicos q-ue éstos fueron en su más
remoto origen quintas y cementerios de los patricios saguntinos de los tiempos de la
dominación romana y, posteriormente, de los asentamientos musulmanes de estas
ti.e rras del norte de la provincia de Valencia. Hoy, de aquel buen número de pueblos
que integraban la Vall de Segó, sólo queqan los .q ue m.o dernatnente vienen a denominarse Los Valles: Benavites, Benifair.ó, Quart, Quartell y Faura; los restantes desaparecieron en distintas etapas de su historia.
La vía Augusta (3) que desde Valencia pasaba por Sagunto, en esta ciudad tenía un
miliario que señalaba M.P. XVI, distancia que separaba dichas ciudades. La vía
Augusta c.ruzaba gran parte del Wl'l'itorio
saguntina y los asentamientos musulmanes en épocas posteriores.
Los restos del puente que sobre el Palancia permitía el paso a la vía, consisten en
dos estribos con el principio del arranq.u~ de la bóveda con parámetro de sillería en su
base. Desde este puente se dirigía la vía camino de la Vall de Segó «camí antich de la
val de Segó>> como se· cita en documentos referentes a Murviedro en los siglos XTII al
XIV (4), mencionándose este camino que le difez;e1;1.ciaba de la carretera naciónál N-340
Valencia-Barcelona que cuenta con tres ramales que comunic~n con los pueblos de la
Vall de Segó. Siguiendo con el camino que antes era vía romana y que hoy es conocido
con el nombre de camí de dalt, o éamí de les Valls, pasa al pie del Pie delJJ. Gorbs o la
partida del Eixeve, vocablo corrompido de la palabra árabe gebal, montaña, en donde a
poca distancia se encuentra una colina que ya se menciona en la Crónica de Jaime I,
informándonos de su situación y distancia de Sagunto. Dicha colina ~s la denominada
Puig de les Pasqües, que sirvió de avanzadilla al rey conquistador cuando marchaba al
sitio de Burriana.
(1) 'E. LLUECA UB.EDA: •U V~ll de ~6» (en prepuacióll).
(2) Loa lug~UM en eursiv!' 1011 loe d..e.&Ptrf\:Ídcie.
(3) A. CHABRE'r FRAGA: •VIáa roiJUlllAll en la pn>vineia de Caa~ll6n d~ la )'lana». Confédé,ta~ióD de ~u de Aho(l'O. Sagunto, Un&.
<•> CHABR.E'I' FRAGA: Op. cit.. en la nota 3.
--;- 284 -
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A'RQUEOLOGIA DE LA VALL DE SEGO
3
Restos de edificaciones en la cumbre de este montículo nos hacen pensar en la
existencia de un castillo montano que serviría para proteger al caminante de una
sorpresa a la entrada del Valle de Segó. Los pueblos que conforman este valle eran
ricas villas del ager Saguntinus, como confirma la interesante muestra de inscripciones latinas que más adelante describimos.
Tanto Quart como Quartell están situados en dirección de la antigua calzada
romana. Ambas están separadas por tan sólo un cuarto de milla, haciéndonos pensar
en la posible etimología de los nombres de estos poblados que, al parecer, son
resultado de la propia situación geográfica, como lo demuestra la información facilitada por Antonio Chabret en su mencionada obra (5): «un ramal ligaba al pueblo de
Quart con la calzada romana, y en el punto de entronque se levantaba el cuarto
miliario que la separaba de Sagunto, ya que el origen del vocablo proviene de la
costumbre romana de colocar columnas a cada mil pasos, y aquí correspondía el citado
nuliario>>. Siguiendo el camino en dirección a Tarragona, a un cuarto de legua del
anterior (Quart), se encuentra Quartell, que consideramos como diminutivo de Quart,
o sea, Quartellus de la baja latinidad, con el significado de una subdivisión de la
distancia de una a otra piedra miliaria representada por un cuarto de milla.
Todas las poblaciones que contienen el nombre de Quart o Quarte, lo recibieron del
latín Quartum, o sea, la cuarta piedra de la ciudad desde donde partía la calzada
romana; Escolano, en sus célebres «Décadas», así lo considera. Idéntico significado
atribuye a este nombre geográfico el docto arabista Simonet (6).
Pasa la calzada por la llanura o vega del Valle de Segó, a varios centenares de
metros de la actual carretera Valencia-Barcelona en su parte superior, hasta llegar a
los montes de Almenara, designando a este camino Camí D'aix6, es decir, camino de
Uxó. En el lugar en donde se encuentran los restos de un castillo, había una torre que
servía de atalaya para anunciar los peligros de invasiones enemigas, siendo a la vez
telégrafo de fuegos para comunicarse con Sagunto y, por el norte, con Vall de Uxó (7).
Debido a las características y situación geográfica de estas tierras, pertenecientes
al territorium de Saguntum y con anteriori~ad al de Arse, este valle debió de estar
habitado en tiempos remotos, como parecen revelar los hallazgos arqueológicos, sobre
todo funerarios, encontrados en estas tierras.
La situación de la Vall de Segó, dentro del área de dos ciudades de renombre en la
antigüedad y de evidente importancia cuales son Sagunto y Almenara, debió propiciar
que este valle fuese vía obligada para ambas ciudades con la consiguiente y constante
huella humana a través de los tiempos, como el poblado del bronce en el Pie dels
Corbs, descubierto por el Centro Arqueológico Saguntino en la década de los años 50,
y otros poblados como el del «Cabecolet». La peregrinación del pueblo ibero por las
costas levantinas hace suponer que conocían la existencia del valle así como la
(5) CHABRBT PRAGA: 0p. cit. ea la DOta 3.
(8) J. SIMONET: «Gioaario de iWrlcaa y lalinu .....W por loe DlO&ÚabeP. M..trid, 1888, ~· 471.
(7) LLUECA UBEDA: Op. cit. ea la oota 1.
-285 -
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E. LLUECA
4
fertilidad de sus tierras, no ~iendo dificil de imaginar que establecieran aquí algún
poblado agricola usando ya utensilios hoy comunes en las labores de labranza. Es
posiblemente este pueblo el que comenzó a construir y regular las acequias que
canalizan las aguas de la Font de la Vall de Segó (8):
Durante ~~ Sagunto romano, la Vall de Segó debió ser una zona residencial
importante de los patricios saguntinos. Prueba de ello son las distintas lápidas funera.
rias que .s e conservan actualmente, de las que se deduce la existéncia de una importante villa, así como de un cementerio (9).
De los variados materiales arqueológicos localizados en esta mict:ocomarca,. destacatnos las inscripciones latinas, así como algunos ejemplares conteniendo epigrafía
hebrea y qu~ se conservan en la torre señorial de Benavites (10).
Para la catalogación de las inscripciones latinas nos hemos basado sobre todo en la
obra de Francisco Beltrán Llori.s (11), trabajo 81 que nos referiremos a, lo largo de esta
aportación, añadiendo los datos, así corno los nuevos hallazgos experimentados desde
la aparición de dicha obra en 1980. En cuanto a epigráfía hebrea nos limitaremos a
t.ranscribir y dar noticia de estos ejemplares a través de· los distintos investigadores
que las estudiaron.
1. EPIGRAFIA LATINA
Benavites
De Benavites se conocen varias inscripciones sobre piedra, aigunas de ellas en
alfabeto hebreo que se conservan en la totre señorial, una latina éohocida desde
(8) Con el nombre <1<1 «Font \le la Van éle ~. ee conocida eeta fuente cleocte tiemPQe inmeJQPrialfJe y w 88 la cODode baata 1748, do en el
cuel88 le adjwiic:6 el nombns
Font da Quert. por BU enclave seocrifico en el~ ilnmicipal de aqqel pueblo. Ac:tualmente, - múltiplee
uauarioo han olvidado eeta denominación, que \lebió petdura.:, y con la que, inel1180, &perece en el •Liibre del Reputimentot.
Nacen ..W a¡¡uae por loe •ullala», removiendo laal!.naa 4rel~U en tumultuosa eterYe8Cellcia. Bllupr,lOdeado de ~ muroe, que fueron
~eadAe en 1437, ofre¡:e un encantador recinto l)anlinaclo. Re¡oul'--. i~te la Qteneia da un plano del ~t9 feqhado en 1798.
Haata hace poco, antes de laa •última& oeqi1lao, el eaudfl medio ee •timab. en uno. cuarenta mil litro& por minuto, eiendQ naturalmente
mayo_r o menor 88lfllli el tiempo, lluviu o estiaje. lntúnamer!te, y deb.ido tanto a la lléquía como a la proliferación de nuevoa motoréa cl,e rieio, :J.
fuente ha eu:frillo dl'ftllte una Jara:• tclporada loa efectos de la falta de BlfW!, apareciendo· loe embalee. completamente J. M.• CUECO ADRIAN: «La Font de la Vall de Segó•. Generalitat, ~· ép®a, núm. S. Valanclt\. junio 1963.
J. M .• CUECO ADRIAN: «La: Font deJ a_ van de Sq6». Edieioaee del Artbivo Municipal di! Ayuntamiento de Valencia. Valencia, 1965.
(9) LL(JECA UBEDA: Qp. cit. en la nota 1.
(IQ) En el centro de .Benavitee ee a1aa JU,jeetuoea UJI!l torre .-ellorialadoeada·al palacio de lóe oell~ del h!lfu. &1 edi.fieio "llitúa entra loa
eisloe ;xrv.xv. Traa la COIDJ>l'& por parte da! ,O.yuntemiento d~ la loealldad. con_ la eubvenci6n de la Diputaci~ Provincial, •tu anterior due6o,
loa herede~' isuaJ modq 88 deberla ·pmceder COJLoQoiiii>Oilumentoa como loa molihoa, la ilfleeia de Beniealaf y oOoil tantos eilifioioe de interM que polilla~~
por Mtaa tiérná.
'
La. torre ha teiúdo a lo lara:o de loa tiempo. un buen número de propillta:Óóil Hoy, una ves TNtaurado el monwnen:to y declarado de interié
nacional, eeri ~de Dlll1ieroeall actividadee cultura)ea, .DO IÓ)O de Benavitea, aino del I'Mto de Ja Van de la ~·
S. en esta tone donde 88 eoneervan U!) l:luen"número de illltCripeionM 88pulcralea en piedra; dicbaa !ipidN latinea alpn.u y otraa hebnu, al
pe._.-, fueron trafdu da cmo. 1D0D-'!L~ ~011 y aprovechadu para la conatrucci6n de IJ torre.
:ALMBLA Y VIVES: «¿l)eea~ la torré de Benavitea?>t. Diario Levanie, 21-12-19&2.
RICO DE BSTASEN: dA torre de .Benavi~ee>~. Valencia Atracción, núm. lH. Valencia, febrero de 1936.
{1,1} F. BELTRAN LLORIS: «Epi¡rafta latina de Saj\mtum y su territorium». Trabajos Varioo del Sftvicio de lnveetíp~ Prelüatbrii!a,
tfÚln. 67. Valanci.il, 1980.
a.
-286 -
[page-n-289]
ARQUEOLOGIA DE LA VALL DE SEGO
5
antiguo así como una lápida latina., que consideramos inédita. Un tercer ejemplar en
losa caliza se conserva en una ca!'la de la villa.
Núm. 1
DM
BAEBIO SENECIAN
ANNORVM XVID
SERGIVS VRSIO ET
BAEB MARCIA
Es la número 305 del catálog;o de F. Beltrán.
Losa caliza. Datación: fines del siglo ll' d: C. o quizá siglo m d. de C.
Desde el siglo XVI es citada, donde hoy todavía se conserva, en la jamba de la
puerta de la torre del palacio del marqués de Bélgida. (Lám. l,l.)
Núm. 2
AEB
BIE
Es la número 306 del catálogo de F. Beltrán.
Fragmento de losa caliza, rota por todos sus lados.
Estaba en la pared exterior del patio de una casa de la calle Colón de Benavites,
propiedad de Amparo Aunés, pasando más ta.r de al Museo de Sagunto, de donde volvió
para conservarse en el corral de la mencionada casa. Sin comentarios.
Núm. 3
..••. r . ...... .
:JtK
Piedra silleria. Fragmento de inscripción. Al parecer, se trata de parte de una gran
inscripción perteneciente a un monumento de grandes proporciones dado el tamaño de
las letras contenidas y que, al parecer, medían 26 centímetros de alto por 18 de ancho.
Datación: Siglo I d. C. o posterior.
Al efectuar las labores de restauración de la torre señorial, y a unos 60 centímetros
del suelo, apareció a la luz este fragmento de letrero contenido en un trozo de piedra
mal cortado y utilizado para la nueva construcción. Agradecemos desde aquí, una vez
más, la colaboración prestada por Enrique Fe.rri, secretario del Ayuntamiento de
Benavites.
Inédita.
Núm. 3a
Caracteres ilegibles
Letrero latiho contenido en un sil1ar y aprovechado en la construcción de la torre
señorial de Benavites. Fue descubierta al realizar las labores de restauración y
. - 287 -
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E. LLUECA
6
limpieza del monumento. La inscripción contenida en una sola línea, al parecer
completa, fue, posteriormente, inutilizada. Se encuentra ~n una de las esquinas a la
altura de la primera planta.
Datación: ¿ ?
Inédita.
Benicalaf
Benicalaf es uno de los pueblos o lugares desaparecidos (12), del cual sólo queda en
pie su iglesia casi en ruinas. Benicalaf ha sido en algunas ocasiones lugar de hallazgos
esporádicos de distintos materiales arqueológicos (13), unas veces fragmentos ·de
cerámica romana, medieval, etc., así como epigráficos. De epigrafía latina, sobre
mármol o piedra, conocemos al menos tres ejemplares; de ellos, dos han desaparecido,
conservándose tan sólo uno muy interesante.
Núm. 4
G. AEMTI.JVS G.F
GaL NEPOS
A ED ITVIR
Es la número 299 de F. Beltrán.
Datación: Siglo I d. C.
Fue hallada cerca de Benicalaf en 1887. Chabret (14) dice que se encontró en las
cercanías de un monumento destruido. En la actualidad, se desconoce su paradero.
Núm. 5
HERAS . DIDAEF . GRAE
DIDIA . L . L . MVRTIS
L. DIDIVS v FVSCVS
AN . XXVlll . H.S.S.
Es la número 300 de F. Beltrán.
Losa caliza.
Datación: Siglo 1 d. C.
Hallada en Benicalaf en fecha incierta, pasando al jardín de la casa de Luis
Guarne.r, en Benifairó. Actualmente se conserva en el Museo Provincial de Bellas
Artes de Valencia. (Lám. L2.)
(U) R. LLUECA UBEDA: •Benicala6t. S.cunto. 1986.
E. tLUECA UBEDA: •Benicala6o. MM-10, p6p. 28 y a
E. LLU2CA UBBDA: ..U.nieaW.. Edicionee de la Coofedeftei6n iepdola da c.iu de Ahorro. Coleeci6n:
1986.
E. l.L\JECA UBEDA: •A,uu valencianaa
ramo...:
Lude la Foot da la Vall da
Secóoo.
C~a ele Squnto.
Squnto,
Semanario Valencia-Fruit.o. Valencia.
.E. LLUECA UBEDA: ltA!quetiaa y otroe uúcl- de población». Valencia Fruite. Valencia, U-9-38, aupl-to.
'E. LLUECA UBEDA: ..uenica.laf: 811 ~ ae mnonta a la dominación ~·- Valencia Fruite. Valencia, lt.i-&, auplemento.
(l3) E. LLUECA UBEOA: Op. cit.. en la. ,n ota 12.
(14) A. CHABRE'l' FRAGA: "&«unto. au hietoria y wa monumentoP. Doe tomoe. ~lona. 1888.
- 288 -
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ARQUEOLOGIA DE LA VALL DE SEGO
7
Núm. 6
Núm. 7
H. S. E.
Según Antonio de Valcárcel (15), en 1788 todavía se levantaba la casa de la señoría
en Benicalaf, en cuya puerta se encontraba un fragmento de inscripción latina que
presume fuera traído de Almenara. Según el autor, «no puede formarse juicio de lo que
contenía esta inscripción a causa del mal estado de conservación ...>>.
Tenía un pie de alto . y siete pulgadas de ancho.
Mármol negro. La copió Valcárce1 el 9 de diciembre de 1788.
Se desconoce su actual paradero.
Alquería de Rugama
La alquería de Rugama todavía se levanta muy cerca de Benavites y tiene su
entrada por la carretera Valen~1a-Barcelona. El nombre más antiguo de este poblado
es el de Alquería dels Glavells, denominación que hace referencia a sus primeros
poseedores, los descendientes de Bernardo GlaveU, linaje de Morvedre. A través de su
larga existencia, la alquería ha recibido distintos nombres, conservándose en la
(16) A. VALCARCXL PlO DE SABOYA:
"-' vm. Madrid, ms.
~
7
~del
- 289 -
Baino de ValeDCia». lol-oriu de la Acac1aaia de la ~&Coda,
[page-n-292]
E. LLUECA
8
actualidad diversos edificios adosados, así como los privilegios que adquirieron siglos
atrás sobre las aguas de la «Font».
En los muros de esta alquería pueden observarse varias muestras epigráficas
latinas, en piedra de sillería, aprovechadas al parecer de otras edificaciones, tanto de
Sagunto como de Almenara (16).
Hemos seguido la obra de Francisco Beltrán (17) a la hora de hacer referencia a la
epigrafía latina de la alquería de Rugama.
Núm •. 8
A EBIALF . FVLV
FRATRI
Es la número 302 de Beltrán.
Fragmento de losa caliza. Empotrada en una pared exterior de la alquería. (Lám.
II,l.)
Núm. 9
RATTIOLVCIFERO
AN L
ESTIA SRA
ROOPTIMOET. Sffil
Es la número 303 de Beltrán.
Interesante inscripción sobre piedra. Se conserva en una de las salas del Museo de
Sagunto. (Lám. 11,2.)
Núm. 10
HIIMVs
PIISSIMAE
Es la número 304 de Beltrán.
Se conserva em~trada en una de las paredes del patio de la alquería. (Lám. 11,3.)
Alqueria Blanca
Lugar de cristianos viejos, mientras los catorce poblados restantes de la Vall de
Segó eran de moriscos. La Alqu~ria Blanca, hoy desaparecida, estaba enclavada en el
actual término municipal de Quartell. Con anterioridad, dependió de Sagunto y
Benavites.
¡\}quería Blanca era la única población que contaba con iglesia parroquial y, en
tiempos de Santo Tomás de Villanueva, pertenecía este poblado a la vicaría perpetua
(16) LLUECA UBIIDA: Op. cit. .., la nota U.
(11) BBLTRAN U.ORIS: ()p. cit. .., la DOta 11.
- 290 -
[page-n-293]
ARQUBOLOGIA DE LA VALL DE SEGO
9
de Sagunto, junto a Benavites y L' Arap, desmembrándose de ella en 1674 para
convertirse en parroquia independiente de moriscos conversos. En 1866 se anexionó a
Quartell. En 1609, el lugar estaba habitado por 32 vecinos (18).
Núm.ll
QCAECILIO
GALVALERIANO
AEDIIVIRIÍQ'AEST
FLAMINIPONTÍF .
Es la número 291 de Beltrán.
Se conserva en el Museo de Sagw¡to. Se encontraba en un huerto de J. Camarelles,
en la actual partida de Alquería Blanca, junto a los límites del término de Faura
adonde, al parecer, había sido trasladada desde el Cabecol. Se recuperó en marzo de
1968 por miembros del Centro Arqueológico Saguntino.
Datación: No debe ser anterior al siglo I d. C.
Losa caliza. (Lám. ID,l.)
Albasset
Albasset era lugar habitado por viejos cristianos y se localizaba en el actual
término de Benifairó (19). Con anterioridad se denominaba Lantigo de Albasset,
nombre dado por sus propietarios. En 1794, Cavanilles (20) lo cita como lugar desaparecido o despoblado en la Vall de Segó.
Las noticias que tenemos sobre hallazgos arqueológicos en lo que posiblemente
fuera el lugar de Albasset, vienen de antiguo. Ya Antonio Valcárcel, dice: «A un
cuarto de legua al mediodía de este pueblo (Benifairó), y a la otra parte del camino de
Barcelona, hay un campo conocido con el nombre de Lantigo de Albacet, que fue su
anterior propietario. En este campo son muy abundantes las piedras labradas, fragmentos de capiteles, fustes de columnas y obras de argamasa romana, y abundan
igualmente casquillos de barro saguntino. Entre estas antigüedades vio tendido en el
campo el cuerpo o tronco de una estatua de mármol que parecía togada, y junto a ella
la inscripción número 40. Tenía un pie de alto y otro de ancho, y en la parte superior se
observaban los huecos que ocu,paron los pies de una 'e statua a quien sirvió de pedestal,
así como la parte de los hierros con que estuvo aferrada. No puede formarse juicio d~l
contexto de esta inscripción por las cortas letras que conserva.» (21).
(18) LLUECA UBEDA: Op. cit. en la 1>0U 12.
(19) Y • .rol!SAS NAVARRO: «BI .t.pobltwlo ele~. A.- XIX. Squto, 11M.
LLUBCA UBEDA: «Apoeúllu a la m.toria ele Beaifair6o>. ~ da IMotM. llenifair6. lt71.
(20) A. J. CAVANJLLBS: ~ IJObre la hilmria D&tunl, pocrifiea. ocricWtu.ra. poblaci6D y frutoe clal R.yllo ele VaJeacialt.
Madrid, l '796.W7.
(21) VALCAACE.L PIO DB &BOYA: Op. cit. .., la nota 16.
- 291 -
[page-n-294]
E. LLUECA
10
Núm. 12
Es la número 297 de F. Beltrán.
Inscripción de carácter honorífico. Desaparecida.
Benifair6 y Faura
También la zona comprendida alrededor de los pueblos de Benifairó y Faura ha
sido en ocasiones importante en cuanto a hallazgos de interés. Estas son, según la
mencionada obra de Francisco Beltrán, las muestras epigráficas localizadas en esta
zona de la Vall de .Segó.
Núm. 13
:: C O R N .M . F . MAXIM ::
CORN . MAXIMA
M .CORN . MAVRVS
M .CORN . LONGINVS
L .CORN . MAXIMVS
L .CORN . MODESTVS
L .CORN . DENTO
L .CORN . RVFVS
L .CORN . MATERNVS
L .CORN . SILO
CORNEL.L. F. LVCIA
GENITI
No hay unanimidad entre los diferentes autores que se han ocupado de esta lápida.
Sin embargo, los más antiguos la sitúan en Benifairó.
Desaparecida.
Es la número 295 del catálogo de Beltrán.
- :>s¡2 -
[page-n-295]
ARQUEOLOGIA DE LA VAL!. DE SEGO
11
Núm. 14
P.POPILLIVS . PL
HEBDOMVS
CORNELIA . D . L
PLACIDA
M . M.H . N.S
Es la número 296 de Beltrán Lloris.
Datación: Siglo 1 de C.
Ubicada en diversas casas de Benifairó; en la actualidad se conserva en el jardín de la casa
de los Guamer, hoy propiedad de la Caja de Ahorros de Sagunto. (Lám. 111,2.)
Núm. 15
FABVRSAE AN
ET B PYRAMO A
LBARTEMAS
ET L BENEMERI
Es el ejemplar número 292 del catálogo de Beltrán.
Losa de piedra caliza rodeada de moldura.
Datación: Mediados del siglo ll d. C.
Procede de la ladera de un montículo sito en el camino de Sagunto a Faura en el
área entre la partida de Montiber, el Pie dels Corbs y el Cab~ol, con huesos de
persona y un anillo de metal en sus proximidades.
Actualmente se conserva en una de las salas del Museo de Sagunto. (Lám. IV,l.)
Núm. 16
HERACLA · AN
LX EVTYCH
FILIVS.PAT
PllSSIMo C
V.F
Es la número 293 de Beltrán.
Estela de caliza con la cima redondeada. La piedra está deteriorada en las partes
inferior y derecha, afectando, en este caso, el extremo del texto.
Aparecida en los alrededores de Faura el cinco de febrero de 1956.
natación: Siglo ll d. C. en adelante.
Se conserva en el Museo de Sagunto. (Lám. 1V,2.)
- 293 -
[page-n-296]
12
E. LLUECA
Núm~
17
ESTA
ET
LL
T
Es la número 294 de Beltrán.
Fragmento de.recho de ulia losa de caliza.
Datación: Siglo U d. C.
Procedencia: Cabecol.
En la actualidad se conserva en el Museo de Sagunto. (Lám. IV,3.)
Quart y Quartell
Por último, hacemos teferencia a los ejemplares epi~áficos aparecidos en estos
pueblos del valle y que, aunque escasos, no por ello son menos interesantes, siendo los
siguientes, según la mencionada obra de Beltrán, los que sobre epigrafía latina
conocemos de estas localidades.
Núm. 18
::: ERO PATRI
Es el ejemplar número 307 de Beltrán.
Apareció en la montaña Frontera y posiblemente fuera trasladada desde allí a su
últjmo emplazamiento conocido.
Fue vista y estudiada por el P. Ribelles én el corral de la casa que tenia Ioseph
Bonet en Quart (22).
Esta inscripción no es citada ll<>r V alcárcel (23).
En la actualidad se desconoce su paradero.
Núm. 19
L AEMILIO GA
OMNIBVS H
AGVNT FvN
ENTIAEL
Es la número 307 bis del catálogo de F. Beltr.án.
Valcárcel, en su mencionada obra (24), tampoco la cita. Tampoco el P. Ribelles. (25)
la conocía.
Datación: Siglo II d. C.
Apareció en una casa de Miguel Hemández, en Quart.
Actualment~ se conserva en una de las salas del Museo de Ságunto. (Lám. IV,4.)
(22) lJ.lUBEULES: «Leve~ de d i f - t . antigliecladM y IIIAIIIII
(23) V~CEL 'PIO .DB SABOYA: Op. cit. eb la not!l Uí.
(24) VALCARCEL PlO DB SABOY~: Pi>. cit. er. la nota .llí.
(26) RIBEUES: Op. cit. en la nc,>ta 22.
- 294-
[page-n-297]
ARQUEOLOGIA DE LA VALL DE SEGO
Núm. 20
13
V. F
:::E M I L I A N I G R A
:::Sffil ET. S V I S ET
:::L E N I O C I V 1 V 1 R O
:::N LXX LLE R N V S A E
LHNS
Es el ejemplar número 298 de la obra de Beltrán.
La cita Ribelles (26); tampoco es conocida por Valcárcel (27).
La copió el P. Ribelles en Quart~ll. en el palacio que había junto a la casa de J.
Gaspar.
Datación: Mediados del aiglo 11 d. C.
Actualmente se desconoce su paradero.
Adderida epigra{ta de Benavites
Una vez redactado este trabajo sobre arqueología de la Vall de Segó, se nos informa
de la existencia de dos ejemplares desconocidos por nosotros. Tales muestras epigráficas latinas procedentes de Benavites no son citadas por los autores consultados; así
pues, Valcárcel (28), el P. Ribelles (29) y, por último, Beltrán (30) en su obra cita una
muy similar a la inscripción número 21 y que en nuestro inventario corresponde al
número 2.
Núm.n
Fragmento de lápida latina. Dimensiones: 14 x 12 cms.
Se encontraba incrustada en una pared de la casa de un vecino de la calle del
Medio, esquina con la plaza de la Iglesia y fue utilizada como material de construc·
ción,
Actualmente este fragmento se conserva en la casa en donde apareció.
No tenemos noticia de su cronología.
Este fragmento no lo hemos estudiado, pero por los caracteres que contiene
pensamos que se trata del mismo ejemplar inventariado con el número 2.
RIBELLES: Op. cit. eo la oota 22.
VALCARCEL PlO DE SABOYA: 0p. cit. eo la nota 15.
VALCARCBL PIO DE SAl!OYA: Op. cit. en la DOta 16.
RIBBLLES: Op. ciL eo la DOta 22.
GIO) BRLTRAN tLOIUS: 0p. cit. m la oota lL
(28)
(27)
QS)
(29)
- 295 -
[page-n-298]
E. LLUECA
14
Núm. 22
Fragmento de lápida con unas dimensiones de 45 x 32 x 28 cms.
Se encontraba en una casa de la calle de Les Parres en donde era utilizada como
material de construcción, estando por ello bastante deteriorada. Al parecer, se trata de
un fragmento de un bloque mucho mayor y posiblemente fue traído de una edificación
más antigua de Sagunto o Almenara.
Actualmente se conserva en la planta baja de la torre señorial de la villa.
Este ejemplar no es conocido por los investigadores consultados y que en este
trabajo hemos citado oportunamente.
ll. EPIGRAFIA HEBREA
De epigrafía hebrea se conservan escasos ejemplares en la torre señorial (siglo XV)
de Benavites. Ya Antonio Valcárcel, en su mencionada obra (31), nos da noticias de
estas lápidas al decir: «Esta situada á media legua del primer punto, (Murviedro) y
dice el autor que se conservaban en este pueblo muchas piedras que habían tenido
inscripciones, y otras que habían correspondido á edificios romanos. Además en la
torre que llaman del Palacio se encontraban dos trozos de inscripciones hebreas, y las
piedras salientes que sostienen las troneras de la cúpula de la misma torre habían
tenido también inscripciones de la misma clase, sin duda acomodadas en aquel sitio
con posterioridad. Añade, que en aquel pueblo tenían lo~ judíos sus enterramientos
durante la época en que fueron tolerados desde la conquista á los árabes hasta la
expulsión en tiempo de los Reyes Católicos...)).
Antonio Valcárcel estuvo en Benavites el día 3 de junio de 1790 y copió la lápida
número 37 de su catálogo, que corresponde a la primera de nuestra relación.
(;ll) V,ALCARCEL 1'10 DK SABOYA: Op. cit. en la nota 16.
- 296 -
[page-n-299]
ARQUEOLOGlA DE I..A VALL DE SECO
15
En la construcción de la torre se emplearon materiales procedentes de otras
construcciones como los templos de Baco y Venus; de éstos se reutilizaron morteros,
losas, piedras sillares, etc. La construcción de la torre data, según algunos, de fmales
del siglo XIV, mientras que para otros investigadores es posterior al siglo XV. Este
.monumental edificio no tiene un estilo definido, apreciándose varias influencias,
destacando la italiana de torre señorial. Del estilo de este ejemplar conocemos uno
muy similar en Segovia, es la llamada Torre de Lozoya.
Es probable que las lápidas conservadas en la torre procedan del cementerio hebreo
de Sagunto, dada la similitud del tipo de características en los signos y la propia
decoración empleada en el marco que encuadra las inscripciones, lo que hace suponer
su procedencia. Las piedras y lápidas hebreas fueron empleadas en la construcción de
nuevos edificios tras la expulsión de los judíos en 1492, consiguiendo de esta manera la
.conservación de estas importantes muestras epigráficas.
Las inscripciones sobre sillares que se conservan, en alfabeto hebreo, en la torre de
Benavites, son las siguientes:
Núm. 23
Lápida hebrea anepígrafa. Se encuentra en la fachada principal, a la entr ada de la
torre. Las medidas son 1'55 x 0'37 x 0'55 m. de profundidad.
Núm. 24
yj m~Cl i1lrt m~¡, 111~::li' ;;:;¡~
i:S' e~ ~tó
Oii,:l~
p1
ii;V.lii net~
Esta lápida sepulcral está situada en la fachada principal haciendo ángulo con la
oriental, a una altura de cinco metros. Esta inscripción completa es, junto a la de
Béjar (Salamanca), la única que se conserva en España.
Cronología: Siglo XID.
Dimensiones: 1'30 x 0'20 m.
Núm. 25
Se encuentra ubicada en la misma fachada principal, a siete metros del suelo y en
el ángulo derecho. Inscripción inacabada.
Dimensiones: 0'.50 X o·40 m.
Núm. 26
Pequeña inscripción con grandes y bellos caracteres en relieve. Se encuentra en la
parte superior de la torre y en el ángulo SE.
- 297 -
[page-n-300]
16
E. LLUECA
Núm. 27
iti"l~n
'V···
••. ,.vern nt:' ...
En otro lugar de la parte superior del edificio y en la fachada que da al Este, se.
observan dos líneas.. de tipo similar al anterior, aunque los signos son un poco más
pequeños, estrechos y alargados.
Núm. 28 ·
Lápida situada en el ángulo NE, texto en relieve. Al parecer, se trata del principio
de una línea de UDA insc_ripción inacabada.
Núm. 29
.,t'n •.•
.. .;¡J~c, ;c;N n mler
N,t'J.,
Inséripción en dos líneas. En ambas, los tipos son similares. Se encuentra ubicada
en la parte superior de la torre, en el ángulo SO.
- 298 -
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LAM. I
E. LLUECA.- Arq ueología de la Vall de Segó
1
2
Lápidas romanas de Be nicalaf.
- 299
[page-n-302]
E. LLUECA.- Arqueologia de la Vall de Segó
1
2
3
Lá pidas romanas d e La Alquería Rug ama.
LAM . U
[page-n-303]
E. L LUECA.- Arqueo log ía d e la Vall de Segó
LAM .
1
2
Lápidas rom n nas.- 1: Alq uería Blanca . 2: Be n ifair·ó.
- 301
m
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LAM . IV
E. LLUECA.- Arqueologia de la Vall de Segó
1
2
3
Lápidas roma nas.- 1: Benifairó. 2 y 3: Faura. 4: Quart.
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ARCHIVO ,DE PREHJSTORJA LEVANTINA
Vol. lOX (Valencía, ~989)
PERE P. RIPOLU;S
(Valencia)
FRACCIONARIAS AMPURITANAS. ESTADO DE LA INVESTIGACION (*)
Las primeras acuñaciones de la ·Peninsula Ibérica no pueden considerarse bajo
ningún concepto como un producto de las sociedades indígenas ibéricas, sino que se
trata de una práctica implantada, hacia el450 a.C. ca., por los·colonos griegos asentados
en el NE de España. Por ello, culturalmente reflejan un mundo totalmente ajeno al de la
Península Ibérica y conectado con el de las colonias y ciudades del Mediterráneo
Central y de la Grecia continental, de donde se importan los modelos que se imitan en
sus acuñaciones.
A mediados del siglo V a.C. la mayor parte de las sociedades indígenas peninsulares
no se encontraban en un estadio de desarrollo capaz de incorporar el uso y la institución
de la moneda, aun cuando algunas poblaciones más o menos litorales pudieran haber
tenido algún contacto con un número reducido de monedas importadas, que por su
excel>Cionalidad y rareza debieron adquirir antes un sentido de objeto exótico que de
medio de cambio. Las acuñaciones griegas peninsulares, aunque no se admita su objeto
comercial, contribuyeron a familiarizar a los indígenas del NE y de buena parte de la
costa mediterránea peninsular con el uso de este medio de cambio, ya que supusieron su
primer contacto importante con la plata acuñada.
Las monedas más antiguas halladas en el Sur de Francia y _
España se fechan a fines
del siglo VI a.C. y fueron introducidas por el comercio focense, que mantuvo contactos
(*) Comunicación pl'esentada al X Congreso Internacional de Numismática, celebrado en Londres, durante
septiembre de 1986.
- 303 -
[page-n-306]
2
P. P. lij_
POLLES
con esta parte del Mediterráneo Occidental, aun después de la toma de Fo<;ea. por los
persas, en los inicios del siglo V a.C. (1).
Las característie.as más importantes de estas primeras monedas procédentes del Asia
Menor son su pequeño módulo y su reducido peso, que en ninguno de los hallazgos del
Sur de F:rancia y de Españ~ excede de 1'4 g. aproximadamente (núm. 1). Estos raagos
distintivos son los que se aducen para explicar su amplia difusión, incluso en aquellas
zonas donde el comercio estaba basado prioritariamente en el trueque, y el éxito de la
penetración come.rcial focense, mediante la utilización de una política monetaria basada
en la difusión de moneda de pequeño módulo y reducido peso, en aquellas zonas en las
que no era necesaria una concentración de capitales (2).
Estas pecu'Iiaridades monetarias que se derivan, al parecer, del comercio focense
fueron heredadas por la colonia de Massalia y por los asentamientos jónicos de la costa.
etrusca (3), que a fin:es del siglo VI inícian sus propias acuñaciones imitando algunos de
los tipos de las monedas importadas. Más tarde, este tipo de política monetaria y de
estrategia comercial fue, probablemente, seguida por las colonias griegas del NE de
España.
Las primeras acúñaeiones de la Península Ibérica se llevaron a cabo en la zona NE,
donde se 8$Íentan las colonias de Emporion y Rhode, a partir de mediadO$ del siglo V a.
C. Estas monedas son las que tradicionalmente se denominan «fraccionariaª ampuritanas anteriores a las dracmas)) y consisten, como su nombre indica, en pequeñas monedaj3
anepígrafas de plata, con un peso que raras véces supera un gramo. Es interesante
señalar e.n relación con su módulo y peso que, en estos momentos, la mayoría de las
cecas griegas acuñan magníficas piezas de módulo y valor muy superior.
Las fraccionarias han sido relacionadas hasta hace muy poeo tiempo con las acuña·
ciones del tesoro de Auriol y de Volterra, P91'.' presentar todas ellas unas caracterí$ticas
más o menos comunes, como son l~ homogeneidad del metal, la entidad de las fracciones
Y una analogía tipológica dentro de la diversidad. Sin embargo, en la actualidad, los
minuciosos estudios de que han sido objeto estas monedas, en particular las de los
tesoros de Auriol (4) y Volterra (5), concluyen que no se trata de unas mismas acuñacione3, ya que las ~imilitudes aparentes no acercan las distancias que las separan en
aspectos tan im.portantes como la tipología, el estilo y la técnica de grabado de los
cUños. En 1'elaéión con este último aspecto la diferencia es sustancia}, puesto que
mientras los cuños de las monedas de Auriol tienen un grabado profundo y diferencian
(l) A. E. FURTW.ii.NQJ..ER: •Circulation des m0nna.iee arcbiiiqueo d'Asie Mip~ure· en Etruri&et dON le Mid.i de le Fr:aneé•. En »~!eme
Congrh lnteinational de NumLunatique!'. l'aris-Bile, 1976, pip. 1Vl8. Ante la opiui6n de F. VILLARD: •La cel11Jnique grecq® de Marseille•.
Paria, 1960, _pág. 96,, ele que lu imPQrtac:iones jónicas de~>lh¡an a •partir del 535 y "" Ítl!,e!rtqnpen en el 500, como coDSeC\!eocia del ceee de
relaciones ~elcialea deap\M\a de la toma de l'ocea por-loa perilae, Ji'utj;w)ingler se pregut>t,¡~si ello no..., debe a una pérdida de )a atracción .JlOr
la cerámiclo f!>nia en favor de la • tka, ya que, en Etrurl;o. aobre '\lif(la cerimicas existen i~ril'!'ione¡¡ mercantiles jonias, dé lo qut.., deduce que
i
!!MI eomerciáJ\tea jonioa continuanm traficando a (mea del aiglo VI y princi,pioe del V a .C.
(2) FUR1'WANGLE8: Op. cit.. en la nota 1, págs, 76-71-.
(3) A. E. Fl,1R'l'WANGLER: teMonnaiea fll:eC
(6) M. CRISTOFANI·MARTBLLI: «ll.ripoatiguo di Volterra•, Supplemento de .i\¡tnali. lstitutJ> Italiano di N\lm.iB!!lati.c a, 22. Roma. 1976,
págs. 87.JO..
-304-
[page-n-307]
FRACCiONARIAS AMPURITANAS
3
los distintos planos del relieve de las figuras (6), las fraccionarias más antiguas carecen
de ello, siendo además muy desigual la ~dad del grabado de los distintos cuños, lo que
denota la presencia y el trabajo de artesanos indígenas en el taller (7).
A pesar de que las monedas de Auriol y las fraccionarias de España constituyen dos
tipos de acuñación diferentes, las tareas de investigación sobre estas últimas pasa
necesariamente por el estudio y el conocimiento de las primeras e incluso de las
imitaciones que de ellas se realizan en la Provenza, ya que ello es fundamental para la
íntegra comprensión de las fraccionarias, algunas de las cuales son una derivación o
imitación.
Es además por esta diferencia entre e_stos dos tipos de acuñaciones, por lo que se ha
hecho una llamada para limitar el uso indiscriminado del término «tipo Auriol», que ¡::on
frecuencia se otorga a las fraccionarias que son idénticas, derivadas o parecidas. La
tendencia más actual propugna la utilización de este término de un modo más restringido y aplicable únicamente a las monedas que tienen el anverso y el reverso similar a las
del tesoro de Auriol y que a su vez presentan un peso y un estilo semejantes (8).
A la hora de abordar el estudio e identificación de las fraccionarias más antiguas, el
primer problema que se plantea deriva de la necesidad de esclarecer tres cuestiones:
l. Para qué clase de monedas se puede hablar de importaciones directas.
2. Qué monedas deben ser incluidas dentro de las imitaciones.
3. Qué monedas deben considerarse como un producto genuino y propio de las
colonias del NE de España.
La identificación y diferenciación de estas tres clases de monedas no es fácil porque
en diversos talleres del mundo griego se utilizan tipos más o menos similares y la
identificación del modelo exacto, en caso de imitación, sólo es posible si nos encontramos ante la primera serie de imitaciones, ya que muy pronto los tipos imitados derivan y
se transforman hasta ser imposible la identificación del modelo.
Las monedas con cabeza de carnero-cruz de puntos constituyen el caso más típico de
duda entre la consideración de importación o imitación peninsular. Monedas de este
tipo fueron halladas en el tesoro deAuriol, donde están presentes dos calidades: de buen
estilo (9), con un grabado en profundidad, y de estilo tosco (10), sin apenas relieve y con
la utilización de la técnica de puntillado. En los tesoros españoles de Emporion (11),
Pont de Molins (12) y Morella (13), aparecieron monedas del tipo de la cabeza de
(6) FURTWANOLBR: Op. cit. en la nota. 4, pág. 111.
(7) Compruébense e.tae caracteri•tieaa en A. M. GUADAN: •Las monedo de plata de Emporíon y Rhode11. Anales y Boletín de los Mu.seoo
de Arta de Barcelona XII y XIU. Barcelona. 1955-56 y 1957-58, lám. 1, núma. 11 a 23.
(8) FUltTWANGLER: Op. cic.. en la nota 4, pág. 16.
(9) FURTWANGLBR: Op. cit.. eo la nota 3. ¡rt~po Q.-Qc!.
(lO) FURTWANGLER: Op. cit. en la nota 3, grupo Qe.-Qf.
(ll) J . AMO ROS:
monedea empuritane& anteriora a le. dra011e8!'. J unta de M'*'""· Gabinet NumiMIAtlc CS. Cataluoya, aerie A. núm. 3,
Barcelona, 1934, 1'41· 16, fia. 12 (.l. OUADAN: Op. cit en h1 nota 7, láln. 1, núm. 9.
(12) M. CAMPO: •l..aa monedas de loe lesoi'OOI de Pont de Molirui, Tarragona y RóAll del Cabínet NumiamAtic de Catalunya». Home~je a L.
Brealia (en ,.-renaa), núma. 2 y 3. AMOROS: Op. ciL en nota 11, pég. 15, fig. 12 g1, y p4a. 16. fic. 13 ¡ . GUADAN: Op. ciL en la nota 7. 16m. 1, núnur.
•Le•
8 y 10.
(13) FURTWA.VGLBR: Op. ciL en la nota 4, fig. 13. P. P. RIPOLLBS: d ..u monedas del laoro de Morella, oonRrvadaa en la B.N. de Padslo.
Acta Numíam,lica 16, Barcelona. 1985. 6g. 3.
-305 -
[page-n-308]
P. P. RIPQLLES
carnero, pero únicamente de estilo tosco (núm. 3). Ante este hecho. A Furtwangler ha
planteado la posibilidad de que sean a~uñaciones efectuadas en la Península. Ibérica y
de este modo pretende mantener incólume su idea de una circulación cerrada para laa
monedas de Auriol.
La hipótesis que mantiene A. Furtwangler sobre estas monedas con cabeza de
c~ero de estilo tosco, consi~ra que, 1~ artesanos qu& grabaron el grupo Qdf de
Aunol, se trasladaron a la Penmsula Ibenca donde crearon los grupos Qe y Qf a los que
pertenecen las monedas que utilizan la técnica del puntillado (14). Esta hipótesis ha sido
desarrollada a partir de la observación de hechos tales como:
- La presencia. de una mayor cantidad de nominales diferentes en los tesoros
españoles.
- Una diferencia artística notable entre los dos estilos ya comentados.
- La ausencia de hallazgos del tipo tosco y con puntillado en la Provenza.
Sin embargo, M. Campo (16) y nosotros mismos (16) creemos que si bien la hipótesis
de que so'n acuñaciones peninsulares debe ser convenientemente valorada, no debe
olvidarse que 18J' monedas massaliotas acuñadas inmediatamente después, pertenecientes al tipo cangrejo (mediados del siglo V) y cabeza con casco/rueda (segunda mitad del
siglo V), aparecen en los tesoros españoles, por lo que no puede descartarse la posibilidad d:e que hubiesen llegado también desde Massalia las de cabeza con carnero del tipo
puntillado.
Otras monedas que plantean un problema similar a las de dabeza de carnero son
algunas del tesoro de Pont de Molins, como es el caso de la pieza que presenta una
cabeza juvenil a izquierda (17) (~úin. 4), o la que lleva una cabeza femenina con casco
ático (18) (núm. 5), para las qu~. según autores, se les otorga U:t;l8. procedencia del Sur de
Francia (19) o de la Península Ibérica (20).
Al ..margen de las atribuciones inciertas, que en realidad no son muy numerosas, las
fraccionarias se pueden englobar en dos grandes grupos:
a) El de la zona Emporion-Rhode.
b) El de Emporion.
Las fracéionarias del primer grupo son las más antiguas y por su carácter de
anepigrafas deben relacionarse con las colonias griegas del NE, sin la posibilidad de
poder atribuirlas con seguridad a ninguna de las dos colonias que se conocen.
Las monedas de este grupo poseen unas car3cterísticas que las dife_rendan de las
fraccionarias del grupo siguiente. Las más significativas son su estilo arcaizante, la
(14) FURTWANGLER: Op. cit. en la noto~ 3, J>4, )24.
(16) CAMPO: OJ>,. cit. en la ·noto~ 12.
(16) RIPOLLES: Op~ cit. en la nota i3, pq. 55.
(1'7) AMOROS: Op. cit. ,n aoW. U, pq.l2,jig. 7g. GUADAN: Q¡;. cit. en la nota 7,lám.l, núm. 5. P'ORTWANGLBR: Op. c~t. en la nota 4, fig.
3. CAMPO: Op. cit. en la nota 12, núm. 4, M. CAMPO: ~irculaci6n de moniM!aa DlAN&liotu en la PellÍDllula lWríca (!;!. V-IV a.C.)tt. Homenaje a
L. Breglja (en prenA), núm. 3.
(18) AMOROS: Op. cit. en nota 11, ~~~- 10, fig. 3g. FURTW.ANGLER: Op. cit. en la nota 4, ~~~. 20, fig. 6. GUADAN: Op. cit. en la nota 7, lim.
l, nÚD\. 3. CAMPO: Op. cit< en la nota 12, núm. &. CAMPO: Op. cit. en lo. nota 17, nóm.. 4 y 6.
(19) CAMPO: Op. cit. en la nota 17.
(20) FURTWANGLER: Op. ~it. en la nota 4, ~·· 17·18.
- 306 -
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FRACCIONARlAS AMPURITANAS
6
forma irregular con la que han sido fabricados los cospeles, el presentar ~1 grabado de
las figuras de los anversos mucho más cuidado que el de los reversos y la superficie
incusa en la que aparecen las figuras del reverso.
Los tipos utilizados en estas monedas tienen un origen muy diverso. Algunas
imitan o derivan de los tipos de Auriol, como es el caso de las fraccionarias con
anverso cabeza de perro (21) o máscara (22). Otras, el grupo más numeroso, toma como
prototipos determinadas acuñaciones sicilianas. Los ejemplos más evidentes de ello
son las fraccionarias con anverso águila y reverso cangrejo (23) (núm. 6). que copian las
emisiones de Akragas (24) que utilizan estos mismos tipos; las fraccionarias con
anverso gallo y reverso can~jo (25) (núm. 7) derivan de las emisiones que la ciudad de
Himera (26) acuñó durante la dominación de Akragas y las traccíonarias con anverso
cabeza femenina a derecha y reverso pulpo (27) (núm. 8) son una copia de tipos
siracusanos (28).
·
Otras fraccionarias derivan de prototipos de la Grecia continental, como es el caso
de las que tienen los tipos cabeza de toro de frente/prótomo de jabalí (J) (29) (núm. 9) que
deben relacionarse con las acuñaciones de la Fócida (30). También de la zona del Asia
Menor se toman algunos modelos, como pudiera ser la cabeza de Apolo de las
emisiones de Mytilene (31) para las fraccionarias que ~;>resentan la cabeza de Apolo en
el anverso y los tres astrágalos en el reverso (32) (núm. 10).
Los tipos que imitan estas primeras fraccionarias, ·a diferencia de las monedas de
Auriol (33), proceden de talleres más occidentales y es escasa la influencia proveniente
de la zona del Asia Menor, lo que da idea del cambio de orientación que se ha
producido y, quizás, de relaciones.
El segundo grupo de fraccionarias comprende aquellas monedas que, sin lugar a
dudas, pueden atribuirse a la ciudad de Emporion por incluir la leyenda EM o por
presentar los mismos tipos que éstas, pero sin leyenda. El número de ejemplares que se
(.2J) A MOROS: ()p. cit. en la nota 11, pq. 19, 6g. 20g. GUADAN: Op. cit.. en la nota 7, ltm. 1, núm. 15. CAMPO: Op. cit.. t .n la nota 12, n.W... 18.
Bata moneda pOdría detival' de laa del IJnlpo P de Auriol. FUR.TWitN'GLER: Op. cit. en la nota 3, pAgo. 191 y ,.,
(22) AM._OROS: ()p. cit. en la nota 11, ¡>Ap. 46-441, fir. 76, núm. 8tc. GUADAN: Op. cit. en¡,, nota 7, 'Um. 1, núm. 18. CAMPO: Op.cit. enla nob(
12, nllm. 8. El m9delo del que derlvman N tae ftaeéionariaa aerian loe hemlóboloe d e patrón núlee.i o de1 (ll'UPO ·L dé Auriol, FURTWXNGLER:
Op. ci~. e'n la n~ 3, ~>Al•· 188-116.
(23) E. MURET y A. C.l:lABOUJLL&T: "Catalotue dee monoaiea gauloi- de la BíbliotM. 490. RIPOLt.ES:
Op. cit.. en la nota 13, nún>. 10.
~) «SyUoce NWillllOIWD Graecorum. Fi&aw.illiam Muaeum. Leake and 1enersl colleetio....,., Pm U: Sicily and Thtaee, London, l972, núm.
888 y 11. S. W. GllOSB: •Catalotue ol tha M cOlean Collection ot G-lt Col...,., Cbic:&~o. 1979 (reprint), núm. 2.014.
(25) MURET 7 CHABQUILLBT: ()p. cit. en la nota 23. n úm. ~t RIPOLLES: Op. cit. en la .nota 13, núm. 9.
(2e) .SyJloce NWIUDOrWD Oraeconun.: Op. cit.. en la 24, nÍI& 1.021-6. GROSE: ()p. cit. en la nota 24, nW.... 2.294-6.
(2'7) MURET y CHAB001LIJI:I': Op. ci t.. en la nota 23. núm. 489. RlPOLLBS: Op. cit.. en la nota 13, n ÚIIl. 1._ GUADAN: Op. cit. .., la nota 7,
2,nÚIII. 24.
(28) RIPOLLBS: 0p. cit. en la nota 13, páp. 68-69.
(29) AlolOROS: Op. cit. en la nota 11, pAr. 17, 1íg. J.6c. GUADAN: Op. cit.. en la nota 7, Um. 62, n!im. 4. CAMPO: Op. cit.. en la nota 12, n úm. 16.
(DO) R. T. WIUJAli.S: .Silver coinace of the Pbokia...... London. 1972. Loe tipoe coa cabala de toro de tr.nta y próton>o de jaball oe repiten
en e.ta taller a lo laJ'ro de varioe periodoe por lo que no es poeible, de momento, concretar a cuál de elloe pOdría pertenecer el modelo.
(81) F. BODENSTED'l': dfeieterhinde aut MilllNil von l'bobia und Mytilene, von 636 bia ~ v. Cbu. latanbuler M!Ueilunaen 27.28,197'l·
711, lim. 47, nW.... U .
(82) AMOROS: Op. cit. t n la nota 11, p61J. 46, núm. 83. RlPOLLES: Op. cit. en la nota 13, ~- 59, nÚftl. 16.
(33) 'En la bÜiqueda de loe modelos del repertorio de tlpoe ut.illiadoe en laa acullacionee de Auriol, FU. TW.ilNGLBR: Op. cit. en la nota 3,
R
concluye la e,O,toncia de un fuerte innujo t.ipol6«ieo de la zona NE de Aeia Menor.
)ÚII.
-307 -
[page-n-310]
6
P. P. RIPOLLES
conocen de este grupo es mucho más cuantioso que el del precedente, lo que conlleva
que comparativamente estén bastante mejor estudiadas.
Las características formales de este grupo denotan la posesión de una. téc:oica de
grabado y acuñación mucho más depurada que el anterior, como se desprende de la
regularidad de los cospeles y del mayor relieve que presentan las figuras, en particula.t
de los reversos, aun c:uando también trabajaron en el taller artistas mediocres con
e$casa formación, probaQlemepte de origen indígena (34).
Los tipos de este grupo tienen también una procedencia muy variada. Así, por
ejemplo, las fra<;cionarias con anverso cabeza de. Atenea y reverso toto parado a
11) son Uila copia de las ac:uñaciones del Sur de Italia, quizás de
derech.a (35)
Neapolis (36); las que tienen en el anverso la cabeza de Arethusa· de perfil y en el
reverso un toro de perfil en actitud de embestir (37) (núm. 12), toman como modelo la
Arethusa diseñada por Kimon (38) para las emisiones de Siracusa, del409 a.C. ca., y el
toro, de las acuñaciones de las colonias griegas del Sw de Italia, probablemente de
Thourion (39). La Grecia continental también proporciona a esté grupo un elevado
número de prototipos, de entre los que hay que destacar por su importancia, los
trióbolos de Atenas, con anverso Athenea y reverso lechuza de frente (40); las hemidracmas de Phokis, con anverso cabeza de toro de frente y re-verso cabeza de Apolo
(41); las dracmas de Larissa; con anverso cabeza de Arethusa de tres cuartos y reverso
jinete (42), o las acuñaciones de Ainos con revetso cabra de perfil (43).
La interpretación simbólica que debe deducirse de los tipos monetariPs utilizados,
no sólo no ha sido todavía completamente resuelta, sino que apenas si se ha iniciado
su estudio. Son muy diversos los problemas que dificultan este conocimiento, ya que,
por un Jado, es problemático el discernimiento entre aquellos tipos que tienen un
significado religioso y los que son de carácter profano; y por otro lado, no se posee
documentación sobre los cultos implantados en las colonias de Rhode y Emporion, lo
cual impide támbién la adecuada valoración de los diversos tipos empleados.
A todo lo anteriormente dicho hay que añadir, además, que un número muy
importante de tipos, todos ellos muy disparea y variados, han sido imitados de las
acuñaciones de otras ciudades, pór lo que tampoco existe la seguridad de que el tipo
pudiera ser interpretado en la zona de Emporion-Rhode, como en su lugar de origen, ni
que no se le diera otro distinto.
(nmn.
(34) Pt:Oducto ele arteoanoe indígenas ,POllrian ee.r !u &aecionadu del tipo CUADAN: Op. cit. en la n,Clt* 7, JAu>. 8, llúm.e. 79-88 y tOl-104.
(36) AMORQS: Op. cit. en la nota 11, pág. 33,
46g. QUADAN: Op. ci~. en la nota q, lám. S, raúma. 6U4.
(36) C. M. KRAAY: •Arch:aic and C!asaical Grealt CoÍJllP', L9ndon. 1976. lám. -4$, núm. 743. N. K. lUJTTE'R: •Camp&niah coinageal'.
6,.
Edinbur&h. 1979. Jáma. 13 y 14.
(37) AMOlt()!'l: Op, cit. en la no.t a U, pág. 36, figs, 54,56. GUADAN: Op. cit. 13n -la nota 7, lám. 3\ núms. 65-67.
(38) •Sylloge Nwnmorum Graecorum•. Op. cit. en la nota. 24, nóma. ~.271 y aa.
(39) S • .P. NOE: «The Thurl!u> di-t~taten». New York, 1936, lám. 3.
(40) KRAA Y: Op. cit. en la not:a 36, lám. 11, nllm. 192 (ojo almendrado). 1\raville V, mima. 1.989 (ojo almenciral;lo) y 1.998-1999 (ojo de perfil),
para las· fraccionaria• del tipo AMOR()S: Qp, cit. en la nota 11, pág. 22, liga 26._27, y GUADAN: Op. ciL étLJa nota 7, lám. 2, nóma. 37..ti3.
(41) WILLIAMS: Op. cit. en la nota ao, perfodó IV, ~ción 15~núme. 262-3, para las &aecionariaa del tipo 1-MOR~: Op. cit. en la nota U.
J!Ail'. 34. fill'. 49 al·a2, y RIPO.u.ES: Op. cit. en la nota 1il, núm. 16.
(42) GRO$!!;: Op. cit. en la nota 24, .núm. 4.624.
(43) GROSE: Op. cjt. en la nota 24, l é.m. 143c
- 308 -
[page-n-311]
FRA_CCIONARIAS AMPURITANAS
7
No obstante, la reducida cantidad de tipos originales y propios de Emporion, da
una idea del mínimo significado local de la iconografía monetal utilizada. Cabe
imaginar que, del mismo modo que se observa una fuerte influencia tipológica de
talleres del Mediterráneo Central, también esta influencia se ampliaría a su significado y con la introducción de los tipos se transmitiría paralelamente·su interpretación,
al menos para una buena parte de ellos.
La identificación del patrón metrológico al que pertenecen las fraccionarias se
encuentra en un estado de conocimiento desigual, según se trate del grupo de monedas
atribuibles a la zona de Emporion-Rhode o de la ciudad de Emporion, dentro de la
inseguridad que para ello conlleva la inexistencia de un número suficiente de monedas
de ambos grupos.
Para el primer grupo, la carencia del número imprescindible de ejemplares - la
mayor parte de los tipos se conocen tan sólo a través de una única moneda o a lo sumo
dos- y la enorme variedad de pesos, que deben corresponder a distintas clases de
nominales, es lo que imposibilita determinar con unas garantías mínimas de verosimilitud, el tipo de patrón metrológico utilizado y su sistema de fraccionamiento. El
conocimiento de la metrología de estas acuñaciones sólo será posible cuando pueda ser
examinada una mayor cantidad de monedas de las que en la actualidad se disponen.
El grupo b de fraccionarias, dentro de la incertidumbre, ofrece más posibilidades
para poder determinar cuál es el sistema metrológico utilizado, como consecuencia de
la pervivencia de una mayor cantidad de monedas y de una mayor uniformidad de su
módulo y peso.
Existen distintas propuestas de sistemas metrológicos, sustentadas cada una de
ellas por la diferente forma de obtención de los pesos medios. A. M. Guadán opina qu~
las fraccionarias se acuñaron siguiendo dos patrones metrológicos distintos (44). El
primero de ellos sería el focense-fenicio, con un peso teórico de 3'63-3'65 g., dentro del
cual la pieza más acuñada correspondería al trihemióbolo, con un peso de 0'90 g. El
segundo patrón seguiría el sistema de la litra siciliana, con un peso de 0'87 g. Sin
emba.rgo, a nuestro juicio, los pesos obtenidos para cada uno de los diferentes tipos de
fraccionarias y que le llevan a estas conclusiones, los deduce de un número muy corto
de piezas, muy por debajo del mínimo requerido, por lo que no existe una completa
garantía de que se ajusten a la realidad.
Por otro lado, el estudio metrolól§ico de J . C. Richard y L. Villaronga sobre las
acuñaciones de España y de la Galiá (45) también se ocupa de algunas fraccionarias
ampuritanas, obteniendo para las monedas de las clases Ill-TI, ID-ID y ID-IV de
Guadán un peso medio de 0'76 g. Según estos autores, las fraccionarias se inscribirían
dentro de la metrología focense de Occidente, con un peso teórico para el dracma de
3'70-3'90 g. Aunque es probable que se siga este patrón, como a continuación veremos_.
(" ) OUADAN: Op. cit. en la naúl 7, p6p. 219-221 y %2'7·229.
(46) J. C. N . RICHARD y L. VlLLARONGA: odlec~ eur lea étalona monétaireo on !Ypqne
d'Aupetelt. N 6JanaM de la C... de Velúque& 1X, Paria, 1973,
pqa. 91·92.
- 309 -
et Gau le du Sud ant4r\eu.-ont l J'époque
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8
P. P. RIPOLLES
sin embargo el peso medio que obtienen para las fraccionari~s (0'76 g.), no encaja ni
con el peso teórico que deberían tener los óbolos (0'61-0'65 g.), por ser bastante más
pesadas, ni con el de los trihemióbolos (0'92-0'97 g.) pór ser mucho más ligeras.
La única aproximación relativamente sólida a l~ metrología de las fraccionarias
del grqpo b, tan sólo es posible realizarla a través del tipo Atenea-Lechuza (46)
(núm. 13), acuñado durante la primera mitad del siglo IV a.C., para el que se dispone de un
elevado número de ejemplares procedentes del tesoro de Emporion (47), hallado en
1926. El peso medio que se deduce de 880 piezas (48), conservadas en el G.N.C., es d~
0'94 g.
En la búsqueda de una filiación metrológica para este peso medio concreto, se
pueden establecer dos relaciones, ambas probables, ~según se identifique esta fraccionaria como un óbolo o un trihemióbolo. La primera de ellas se podría establecer con
una unidad teórica de peso comprendida entre 5'50-5'80 g., muy difundida en el
Mediterráneo Occidental (49) y que ha sido documentada en algunas emisiones de
Auriol (50), de Etruria (51) y de ciudades de la costa siciliana (52) y del Sur de Italia
(53). Dentro de este standard que recibe diversas denominaciones, tales como focense
(54), persiana, micrasiático (55) o euboico-calcidio (56), la fraccionaria que comentamos sería un óbolo. Sin embargo, el hecho de que su período de utilización en las zonas
y talleres mencionados sea anterior al momento de acuñación de la fraccionaria que
comentamos (57), así como el desconocimiento del patrón utilizado para la emisíón de
las fraccionarias más antiguas, que impide rastrear una posible continuidad del
standard metrológico, son los factores que limitan la posibilidad de identificar la
conexión real del peso medio 0'944 g. con la unidad teórica de 5'50-5'80 g,
La segunda posibilidad de relación metrológica de este tipo de fraccionaria es
(46) GUADAN: ()p. cit. en la no1a 7, lúa. 2, lliÍIDL 3'1-68.
(47) J . AMOROS: tcD' una t.robella de mooedes -poritan.. i la poeelble ctOnolotP& de 1• liiOIWidee ci'Emp(ari-. J unta ele Muaew.. Gabinet
NUJ~~Úa~Atic de C..talunya, Mrie A·l, Barcelona. 1933. M. THOMPSON, O. MORKHOLM: y C.M. KRAAY: cAn Inventory ot Greek ea¡,.
Hoanl.l». New York, 1973, n\lm. 2.315. FURTWANGLEJt: Op. cit. en la nota 4, ¡Me. 16.
•
(48) Eece peeo Jlledio ha eiclo obt.aniclo a pe.rt.ir ele~ relación ele peeoe que de •t.a• monedu incluYe GUADAN: Op. ciL en la nota 7, ~P. 4li6474, monedl¡a nú.ma. 76.(1(».76.888.
(49) L BREGLIA: «Le anticbe rotte del Mecliterraneo doc:u.ment.ate da mo net.a e pea;,._Studia Archaeolo(lica 8, Roma, 1986. pq.. 58-61, 89 Y
u. y 113; ..t.a auto~ au(liere que el petr6n de 6'70 iJ'. fue t~fdo a oeeldenle por misndoi'M micrul,ticot en un momento anterior a la.
colonización fenicia.
(50) FURTWXNOLBR: Op. cit. en la nota a. páp. 4MO.
(61) T . HACKENS: d4JD6t.rologie dMJDonnaiee étruaqu• lee pllll ancienn..... Supplemento de Annali, l.tituto lt.aliano di Nllllliomatica. 22,
Roma, 1976, p4p. 228 y 264. N. F. P ARISE: • lA prima monetazlone et.rueca•. JI comercio Flt.ruaco Arcaico. Quademi dal Centro di Studio peto
l'Arcbenloflla &l.nalc:O-It.alica 9, Roma, 1885, pq.. 257·261.
.
(52) Loe t.alleree de la cooU. aicilian& que .;auen Mt.e patrón oon Nuoe, Zancle e 8ÚIIer¡!; H. A. CAHN: tcDie M linsen el« lililücbenj!Wit
Nuoa». Baael. 11144; N. F. PARJSE: .abolí e litre ueDe emiMioni arcbaicbe d'Imera, di Zancle e di N -. 8\lppl-to ele Annali, btituto
Italiano di Numiamadca, 16-17, Roma, 1971, pq.. 16-», N. F. PARISE: «Sull'orpniaasione della .-alut.a di .,....to oella Sicilia ~.
8\I"PPl-u. de Annali, t.t.ituto tt.aiiano di NIIIDimlatica, 12.14, Roaul. 1968, p4p. 111·130, con una compl- bibliop-alla eobn loa talleeiialadoa; C. ll. KRAA Y: o1'be arcb. ic: coinqe of RimAI..». Napoli, 1884..
a
(63) Loe t.anu. de la coat.a dal Sur de Italia que aicuen patrón eon Cwau y Rbe(lium: RlJTl'ER: Op. cit. en la nota 38, p6p. 1& y 18;
PABJBE: Op. cit. m la nou 52. ¡Me. 20. BREGIJA: Op. cit. en la oou '11, pq. 36; SyUoce NWDDIOnllll Graeconun: Op. cit. en la nota 24, nú.ma.
828-880.
(64) FURTW ANGLER: Op. cit. en la nota 3, ~~- 50.
(56) BREGUA: Op. cit. en la nota 49, pé¡. &t
(56) RUTTE.R: Op.cit. eo la nota 36, p4p. 16 y 18.
(67) PAt.e patrón de 6'60-6'80 1 · Cue abandonado en el Medilerd.neo Central a partír de la primera década del aislo V a .O.; en favor del petr6n
euboico-ético: PAlUSE: Op. clL en la nota 52, J14c•- 115 y •·
- 310 -
[page-n-313]
FRACCIONARIAS AMPURITANAS
9
quizás mucho más verosímil que la primera. Se trata del standard de 3'7().3'90 g. que
algunos autores denominan patrón «focense de occidente)) (58) o «focense-fenicim> (59),
dentro del cual la fraccionaria en cuestión encaja sorprendentemente como un trihemióbolo. Esta unidad teórica de peso, concr~tamente la de 3'75 g. es la que se utiliza en
Massalia durante el siglo IV para la acuñación de las dracmas pesadas (60).
A nuestro entender no existen inconvenientes para que Emporion, durante el siglo
IV a.C., tuviese un sistema metrológico similar al de Massalia, teniendo en cuenta que
Emporion fue fundada por Massalia (61) y que en el siglo IV, y también con anterioridad, las monedas massaliotas constituyen el grupo de acuñaciones extrapeninsulares
más numeroso que circulaba en la Península Ibérica. No obstante, no se debe olvidar
que el análisis metrológico realizado únicamente se refiere a un tipo concreto, con una
cronología determinada, por lo que evidentemente no es correcto ampliar al resto de
los tipos las conclusiones que de él se derivan. Será por tanto necesario disponer de un
mayor número de monedas del resto de tipos de fraccionarias para poder determinar
con una relativa aproximación el peso standard con el que se emitieron.
La cronología de las fraccionarias se establece atendiendo a la información que
proporcionan los hallazgos de tesoros. Estos, a pesar de las dificultades de datación
que presentan, proporcionan una fecha ante quem para la acuñación de las piezas que
los integran. Los tesoros que contienen fracCionarias y sus dataciones son los siguientes:
Ampurias, 1926 .............. .. Mediados del siglo IV a.C. (62)
Morella ............................. Mediados del siglo IV a.C. (63)
Pont de Molins .............. . Fines del siglo IV a.C. (64)
Rosas ................................ . Fines del siglo IV o inicios del Ill a .C. (65)
Tarragona ....................... .. Fines del siglo IV a.C. (66)
Montg6 ........................... .. Fines del siglo IV a.C. (67)
De todos estos tesoros se desprende que las fraccionarias se acuñaron con anterio-
(68) RICHARD y VJLLARONGA: Op. cit. en 14 nota (5, pá8'· 91·92 '/ 97.
(59) GUADAN: Op. cit. en la nota 7, páp. 219-220, eeta ~utor (pás. 228) cluifica lu fraccionariu AteneafLech~ como trihemióboloa y
obtie1>e para ellu un 1*0 medio de 0'90 1·
(80) J . N. BAJlRANOON y C. BRENOT: O!Recherc:hee ...,. le monnayace d'arpnt de Maneille•. M4lanaea de l'Ecole Fran9"i16 de Rome.
Ant~qu\t4, 90-2, Rome, 1978, pása. 837-868; C. BRENOT: ..~herehea aurla_metrol~e d.ee ...U..Iona d'araen~de MaNeiUe du rv au I oíecle &V>+.
n Sialpoaíum NllllliiiÑtlco de Barcelo~ Barcelona, 1980, J>4e. 17·2L
(61) Una reJ.ción comple~ de tanoa antipoa meridoa a Emporion ba oido 1'8CQ1ida por OUAOAN: Op. cit. en 14 no~ 7, pága. S.U.
(62) V6ue la nota 47.
(63) THOMPSON, MORKHOLM y KRAA-Y: Op. cit. en la no~ 47, núm. Ull. PURTWANOLER: Op. cit. en la nota 4, pás. 16. RIPOLLES:
Op. gt. tn ,. IlOta 13, P'P. 47~·
(64) THOMPSON, MORJOIOLM y KRAAY: Op, cit. en la nota 47, núm. 2.318. FURTWANOLER: Op. cit. en 14 nota 4, l'ill· 14. P. P.
RIPOIJ.ES: •Le circ:ulac:i6n monetaria en 14 Tarracon- Medilierrineao. Trabajoa Varioa 77, Val.ncía, 1882, pq. 47. CAMPO: Op. cit. en la
no~ 12, n.UU. 1·20.
(e&) THOMPSON, MORKBOLM y KRAAY: Op. cit. en la nota47, núm. 2.318. RIPOL.I..P.& Op. cit. en la nota 64, polp. 449. CAMPO: Op, cit.
en le nota 12, n"-- 37-42.
(86) TBOMPSON, MORKBOLM y KRAAY: Op. cit..., la nota 47, núm. 2.314. RIPOIJ.ES: Op. cit. en 14 noca 64, pq. 52. CAMPO: 0p. cit. en
la nota 12, nW.... 31-36.
(61) THOMPSON, MORKHOLM y KRAAY: Op. cit. .., 14 nota 47, núm. 2.312. B. Cl:lABAS: «Teaoro IIÑIIO del M011cp. El An:hivo V,
Dmia. 1891, pása. 59 y -. RIPOLLRS: Op. cit. en la nota 64, 1!41. 46.
- 311 -
[page-n-314]
10
P. P. RIPOLLES
ridá.d. al aiglQ UI a.C. y qUe una parte de ellás se emitió, al111-enos, durante la primera
mitad del siglo IV a.C.
La obtención de una cronología más puntual sólo es posible mediante la identificación de los prototipos de los que derivan las fraccionarias. Los trabajo& qqe existen al
respecto, dé J. Amorós (68) y de A. M. Guadán (69) han. quedado en gran medida
anticuados, debiéndose revisar buena parte de las derivaciones e imitaciones que
proponen.
Fruto de la ineludible necesidad ·de profundizar en este campo de las fraccionarias,
son algunos recientes trabajos lleYados a cabo por M. Campo (70) y P. P. Ripolles (71)
que, siguiendo la propuesta de A. Furtwangler (72), se proponen identificar los prototipos de las fraccionarias y datadaS' a través de su cronología. Mediante estoa trabajos,
se ha iniciado la revisión de una parte de los prototipos hasta ahora propuestos, y ha
sido posible establecer para algunas fraccionarias una fecha de acuñación más o
menos concreta dentro de la segunda mitad del siglo V a.C. Este sería el caso de las
fraccionarias con anverso gallo y reverso cangrejo (núm. 7), derivadas de las monedas
que con estos tipos acuñó la ciudad de Himera durante ia dominación de Akragas, en
los años 483-472 a.C.; o la fraccionaria con anverso cabeza de toro de frente y reverso
cabeza de Apolo (núm. 14) que copia hemidracmas de Phokis, acuñadas durante los años
445-420 a.C. ca. En cambio, para otras fraccionarias, los prototipos que copian indican
que su emisión debió efectuarse sin lugar a dudas dentro del siglo IV a.G., como por
ejemplo las que imitan en el anverso las Arethusas kimonianas (73).
De la información que proporcionan los tesoros y los prototipos se desprende que la
acuñación de las fraccionarias cubre un período entre ca. 450-300 a.C. y aunque no
existe un estudio completo y actualizado de las fraccionarias, las anepígrafas, atribuíbies a la zona ·de Emporion y Rhode, es probable que en gran parw se acuñaran dentro
de la segunda mitad del siglo V a.C y las emitid.a s por la ciudad de Emporion durante
el siglo IV a.C.
·
El número de hallazgos esporádicos de fraccionarias con procedencia que se conoce
es muy reducido, apenas superan los cuatro o cinco ejemplares, y ello se explica en
buena medida por su pequeño módulo, Es por esta razó.n que la práctica totalidad dé
las fraccionarias conocidás. procede de tesoros, que de este modo se convierten en la
fuénte más importante de información.
La composición de los tesoros es frecuente que esté formada por moned~s de
pequeño módulo, aunque en algunos casos, siempre excepcíonales, junto a ellas se
atesoran pie~as de gran módulo y \l"Blot, como por ejemplo el tesoro de Montgó (74) que
incluye entre otras Ifl,onédas tetradracmas de Messana, Leontini y Selinus. La presen(68) AMOROS: Op. cit.. en )a nót¡¡ 1.1.
(69) GUAJ)AN: Op. cit. en la notá 7.
PAMJ?O: Op. ciL et1 la n.o ta rz.
(71) RIPOLLES: Op. ci.t . en la notl; 13. pága. 47-64.
(72) FURTWA.NGL&R; Op. cit. en la nota 4. págs. 19.20.
('73) GUADAN: Qp. ci!- n
(74) VéUe la nota f>T.
(10)
-312 -
[page-n-315]
FRACCIONARIÁS AMPURITANAS
11
cia de estas grandes piezas sicilianas, que no encajan dentro del modelo de acuñación
y circulación monetaria peninsular, quedaría explicada al tratarse, quizás, de la bolsa
de un mercenario ibérico que participó en las campañas de Sicilia (75). De los talleres
que integran el contenido de los tesoros, al margen de los peninsulares, el que ocupa
un porcentaje más elevado es el de Massalia, ya que de los siete tesoros que se conocen
fechados con anterioridad al 300 a.C., cinco contienen monedas de-Massalia, siempre
de pequeño módulo.
La dispersión de los hallazgos de fraccionarias se sitúa en todos los casos en la
franja litoral mediterránea (76), penetrando muy pocos kilómetros hacia el interior. A
través de los hallazgos se desprende que la incorporación de la Península Ibérica al
uso de la moneda, de modo continuado, comenzó en la zona de Emporion-Rhode desde
donde se difundió siguiendo los contactos y las redes comerciales ampuritanas por
toda la costa del actual País Valenciano, incluso más al Sur, llegando a documentarse
un hallazgo en Montemolín (Sevilla) (77).
Una característica de la circulación de las fraccionarias que las distinguen claramente de las monedas de Auriol y de Volterra, es la amplitud geográfica de su
dispersión, alejándose por tanto del modelo de circulación de circuito cerrado que
Furtwangler (78) propone para Auriol y Volterra. Los tesoros y los hallazgos esporádicos de fraccionarias manifiestan una apertura de relaciones de las colonias del NE de
España, detectable a través de su dispersión geográfica y·del mayor número de piezas
de talleres extrapeninsulares que en ellos están presentes, conforme avanza el tiempo,
indicando una mayor receptividad e intemacionalización de las relaciones. Tal vez sea
la diferencia de un siglo, o poco más, entre la fecha de ocultación del tesoro de Auriol
(79) y de los de España, lo que motiva la diferente estructura de composición de ambos
tipos de ocultaciones, posibilitando que en estos últimos exista una mayor variedad de
piezas en circulación de procedencia extrapeninsular.
Todo parece indicar que las colonias de Emporion y Rhode adoptaron el modelo
massaliota de acuñación, que éstos a su vez heredaron de los comerciantes focenses y
jónicos, y que se caracteriza por la acuñación de monedas de pequeño módulo y
reducido peso. No obstante, si bien .metrológicamente parece que se sigue este modelo,
en cambio, la tipología de las fraccionarias no parece indicar una supeditación con
respecto a Massalia, aun cuando la elevada cantidad de monedas massaliotas que
entran a formar parte de la composición de los tesoros manifiesta el mantenimiento de
unas asiduas relaciones con ella.
(715) RIPOLLBS: Op. cit. eo la nota 64, pq. 256. eo&re loo! u.xto& lic.rarioe que dOCUDMI1tan la ~cia de -J'C
(715) RIPOIL&S: Op. cit. en la nota 64, pAp. 251-2, 257-8 y 260.
(77) L. VILLARONOA: •lialluco ,_cuatro draCiriU de A!w, de cabeza Pall.aa, en Montemol!n {Sevillt)t. Sqwttum16, Val6Dcia. 1981, ~
2151, lám.
(78) FURTWXNGLBR: Op. cit. en la nota 1, pq.. 72-73. FURTWANOLBR: Op. cit. en la nota S. pqa. 307-310.
(79) La fecha deiiMOrO de Auriol, eecún el Mtudio de F'URTWANGLBR: Op. cit. en la not.a 8, pjc. 64, "-Y que muar1a durante loe aAce f60..
456 • •c.
u.
- 313 -
[page-n-316]
....
"'
Composición de los tesoros peninsulares anteriores al 300 a.C.
(Tomado de Campo, «Ciiculación»)
w
.....
~
1
Tipo Auriol
Imitación tipo Aurio1
Massalia
ca. 450-400 a.C.
Massalia
post ca. 400 a.C.
Zona Emporion-Rhode
Emporion
Otras griegas
Carthago
Inclasificables
TOTAL
% Massalia
Pont de
Molins Emporion Rosas Tarragona MoreDa Mongó El Arahal
1
2
1
3
+6
-
-
17
12
6
-
-
-
6
4+1?
10
3+2?
7
2
2
9
884
3
-
+7
+ 14
-
-
-
-
·-
897
+21
-
+ 40
40
+22
23
1
-
4
6
5
1
6
11
+57
19'2
0'1
45'4
16
25
6
:'~'
:-o
~
~
~
en
[page-n-317]
FRACCIONARIAS AMPURITANAS
13
La observación del funcionamiento y de las características monetarias de Massalia, por sus analogías con las emisiones del NE de la Península Ibérica, puede ser de
suma importancia para la interpretación del rol desempeñado por las fraccionarias.
Según los estudios de A. Furtwangler (80), las monedas de Auriol se acuñaron para
comerciar con el hinterland de Massalia, como respuesta a las necesidades que éste
impone al estar en él mal organizado el comercio. Por lo tanto, la utilización de este
tipo de moneda constituye, en opinión de Furtwangler, un inteligente sistema de
penetración comercial perfectamente adaptado a las condiciones del medio:
En consecuencia, este tipo de pequeñas monedas, en su opinión, no constituyen por
sí mismas un reflejo de debilidad del régimen económico, sino que se trata de una
medida destinada a los comerciantes, mediante la cual se pretende que estas monedas
de pequeño valor puedan ser utilizadas tanto por poblaciones con un elevado nivel de
vida como por los habitantes de núcleos rurales más modestos (81).
La adopción de un modelo monetario de características similares a las de Massalia
en el NE de España, al menos aparentemente, puede sugerir que la acuñación de
fraccionarias estuviese destinada a cumplir una misma función. Es probable que, de
confirmarse la hipótesis sobre el objeto comercial de las monedas de Massalia, éste
pudiera ser extrapolable a las acuñaciones de la zona de Emporion-Rhode, cuyas
colonias se enfrentarían con un medio indígena bastante similar a la hora de desarrollar su actividad comercial, favoreciendo este tipo de emisiones las pequeñas transacciones.
En contra de esta hipótesis sobre la explicación del objeto perseguido por las
acuñaciones de las fraccionarias, existe otra que niega su finalidad comercial (82),
partiendo de unos presupuestos más generales, según los cuales, en esta época, la
moneda únicamente se crea para cubrir necesidades de financiamiento o militares y
sólo a partir de su puesta en circulación por estas razones pasaría al circuito comercial.
(80) FUllTWANGLER: Op. cil. en la nota, 3. p6g. 306.
(81) FURTWANGLER: ()p. cit. en la nota. 3, "'*~· 47 y 306.
(82) L. VILLARONGA; •Evoluci6 de lea moned-. En .Em~on: La ciute.t ,...,. d'Emp6riea, Avens 88, .Barcelona, 111 , p6c. 42.
81
- 315 -
[page-n-318]
14
P. P. RIPOLLES
MONEDAS ILUSTRADAS EN LA LAMINA
l . París, BN 494. Tesoro de Morella.
2. París, BN 495. Tesoro de Morella.
3. Barcelona, GNC 20.499. Tesoro de Pont de Molins.
4. Barcelona, GNC 20.496. Tesoro de Pont de Molins.
5. Barcelona, GNC 20.497. Tespro de Pont de Molins.
6. París, BN 490. Tesoro de Morella.
7. París, BN 491. Tesoro de Morella.
8. Barcelona, GNC 20.506. Tesoro de Pont de Molins.
9. Barcelona, GNC 20.503. Tesoro de Pont de Molins.
10. París, BN 477. Tesoro de Morella.
11. París, BN Luynes 35. Tesoro de Rosas.
12. Barcelona, GNC 20.528. Tesoro de Pont de Molins.
13. París, BN 487. Tesoro de Morella.
14. París, BN 492. Tesoro de Morella.
Nota: Todas las monedas se reproducen al doble de su tamaño original.
- 316 -
[page-n-319]
LAM. l
P . P . RIPOLLES.- Las fraccionarias ampw:itanas.
1
6
2
7
11
4
8
12
13
-317 -
5
9
3
10
14
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[page-n-321]
ARCHIVO DE PRBHISTOJUA LEVANTINA
Vol XIX (Valencia, 1989)
F. MATEU Y LLOPIS
(Barcelona)
TEMAS ffiERICOS EN LAS 4
Al recibir la amable invitación de D. José Aparicio Pérez a colaborar en el
homenaje a D. Domingo Fletcber Valls, de tanto abolengo en mi memoria y afecto
permanente, pensé que me sería fácil coordinar dos campos, el del iberismo o arqueológico y el historiográfico o del gran cronista del Reyno de Valencia Gaspar Juan
Escolano, considerado el tercero en orden cronológico tras Pere Antón Beuter (entre
1490-1495-1555) y Rafael Martín de Viciana (1502-1582).
Escolano nació en Valencia en 1560, bautizado en San Martín; su padre fue del
Consell de la ciudad y. comisionado por el virrey don Alonso de Aragón, duque de
Segorbe, para desarmar a los moriscos sublevados en 1563 en la V all de Gallinera.
Licenciado y doctor en Teología, el futuro cronista, en 1592, ingresó en la Academia de
los Nocturnos, que fUndara el año anterior don Bernardo Catalán de Valeriola. En
1597, nombrado rector de San Esteban de Valencia; fue predicador de la ciudad, 1602;
cronista real, 1604; de la junta de teólogos que entendió en la cuestión morisca, 1608;
autor de las Fiestas celebradas por la recepción de las reliquias de San Vicente Ferrer;
de la Disputatio de lncarnationis Mysterio, 1588; De laudib{ls Divi .!'auli, 1616; y en
1610-1611, de las Dicadas de la Insigne y Coronada Ciudad de Valencia, impresas por
Pedro Patricio Mey, aparte de Omnium Decretorum quae in Valentinis Synodis statuta
sunt in tempore D.D. Thomae Vilanova usque ad obitum D. Joannis a Ribera.
El doctor Gaspar de Escolano, rector de la parroquial iglesia de San Esteban, como
se le titulaba, murió el 20 de febrero de 1619, recién cumplidos los cincuenta y nueve de
su edad (1).
(1) VICENTE CASTAJiiEDA Y ALCOVBR M ocupó da Mta uuao..dinaria 11....,. en au
Hietoria , en 1920 tituladO' •Loa croniltaa valancian,.,..
,
·
- 319 -
m.c.mo de in,...ao eo la Real ÁC*IenÚa ele la
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F. MATEO Y LLOPIS
2
La obra de Escolano salió en 1611 en diez libros en do~ volÚinene$. En 1878-1880,
don Juan Bautista Perales Boluda publicó las Décadas en tres volúmenes (2): «aumentada con gran caudal de notas, ampliaciones aclaratorias y contihuada hasta nuestros
días», bajo el título de Historia general de Valencia.
En 1972, el Pepartamento de l:listoria Mode.rna de la Universidad de Valencia
reprodujo a escala reducida la impresión original, en tres volúmenes de 21 x 15 cm.,
sobre los cuales $e ha escrito el presente comentario, pues que,. pretendiendo col.ªcionar las opiniones de Escolano coh el estado actual del iberismo, no resultaba necesaria
la edición aumentada de 1878-1880, años en que la transliteración del ibero no era
como la actual, debida a don Manuel Gómez-Moreno, de la publicación de La moneda
hispánica, de don Antoni9 Vives (1926).
En «Década Primera de la Historia de Valencia, Ljbro Primeron, columna 75, trata
de las monedas de Ampurias; es en el capítulo XIT en el que se preocupa «De la primera
lengua que hablaron los españoles»: acude al Diálogo de las medallas de Antonio
Agustín, y reproduce la inscripción que califica «con letras antiguas de España»,
añadiendo: «Cree e.l Arzobispo que dizen, Enporion, o Emporion, que es el nombre de
Empurias» (es el letrero ibérico que se transcribe por U~N-Tl-CE-8-CE-N). Se apoya en
Livio; identifica la «Colonia Celsa (agora Belilla en Aragón»), de la que tenía «una
medalla, que en la una parte con una cabeza descubierta de un mancebo, y en estas
letras latinas CEL y de la otra un hombre a caballo, con una palma en la mano y un
letrero de letra Española que dize CE-L-S-E».
SiguiendQ a,l arzobi$po, copia la leyenda de 1-L-Tl-R-TA, que identifica con Lérida,
y ha seguido la de CO-N-TE-BA-CO-N, de la que dice que «está con estas letras
Españolas, pero no se atreve el Arzobispo a declararlas••.
En la columna 79, acude al hebreo.para los topónimos de Sagunto,, Tarraco, Ibero,
Gades.. Toledo y otros. En el capítulo XIII!: <
XV: <
Morales, en la inscripción de Quinto Metello Proconsul (col. 113); trae.a Mariana,
Beuter y la inscripción de GNEIAE SEIAE HERENNIAE SALLUSTIAE BARBIAE
ORB~AE AUGUSTAE, CONIUGI DOMINI NOSTRI AUGUSTI, dedicada por los
VALENTINI, VETERANI ET VETERES (col. 115), como otra de los mismos a QUINTO HERENNIO, ETRUSCO, MESSIO, DECIO NOBILISSIMO CAESARI PRINCIPI
IUVENTUTIS, remitiendo a Casiodoro, que escribió sobre el hijo mayor de Decio y su
mujer Herennia (3), perseguidor de cristianos; la historia romana. que narra Escolano
no tiene de¡:¡perdicio. En el libro segundo trae la de San Vicente Mártir (col. 263);
recuerda la temprana au,senda de Prudencio, establecido en Roma, al escribir sobre
aquel martirio: NOSTER EST, QUAMVIS PROCUL HINC URBE 1PASSUS IGNOTA,
DEDERIT SEPULCHRO 1 GLORIAM VICTOR, PROPE LITTUS ALTAE. { FORTE
(2) Valencia,Madrid. Tenaza, Aliena y Compañía Editoree. J. B. PERALES ueilit6 una edicj® de w o.braa de RUFO FESTO A VI&NO
impreaa en Ma~d. en 1634, poeterior a ESCOLANO; la primeYa fue en. 1488, un in~ble.
(3) ' l'RAlANUS DEO!US, A.D; 249-261..
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TEM,AS m ERICOS
a
SAGUNTI (col. 264}, que compara la modestia de la ciudad valentina y la fortaleza de
SAGUNTUM, que era la iberorromana.
En el «Libro Quarto de la Década Primera de la Historia de Valencia•• vuelve a lo
romano. En el capítulo I, col. 655, escribe: «Los Romanos en su tiempo cifraron esta
fertilidad de Valencia y del Reyno en una medalla, que años pasados fue hallada entre
las ruinas de Murviedro, y embiada a un curioso que bibe hoy día en la capilla del Rey.
Parecía en su forja del tiempo de tiberio César, o a lo menos del de Adriano. Tiene en
la haz la imagen de una mujer, con celada en la ca~a, y uno como penacho en ella; y
alrededor un letrero que dize: CAlO LVCIENO, CAlO MUNIO, QVAESTORI. En el
reverso una cornucopia, con un haz de flechas, y debaxo, VALENTIA. Otras dos como
esta tengo yo en mi poder, y que se me embiaron de allí mesmo, y son de la forma
siguiente•• (col. 655) (4).
Pero lo que aquí se comenta es el «iberismo•• de Escolano, interesado en lo que
llamaba ccLetras espa.ñolas••: años antes, 1587, se había publicado en Bilbao, por
Mathia Mares, el libro De la antigua lengua, poblaciones, y comarcas de las &pañas
etc. Compuesto por el Licenciado Andres de P~a (5). Acudía este autor a Pomponio
Mela y a Séneca para probar la «Cantabricae linguae antiquitatew•; en su lista de
ciudades menciona a ccSaguntu.m es Morviedro, la afamada, cuatro leguas de la ciudad
de Valencia; el Turia, Turulis, río, es el que pasa por la gran ciudad de Valencia, y
ahora se llama Guadalaviar••. Entre las cmationes•• o tribus ibéricas: albicenos, allotriges, antrigones o autrigones, arevacos, entre Agreda y el Moncayo (6), las Asturias,
«vocablo vascongado••, ausetanos, bardulos ccson ahora los Guipuzcoanos con una
parte de Navarra••, basetanos, bastetanos, betones, cántabros, el cccastulonensis
mona••, el Muradal; celtíberos, célticos, ceretanos, contestanos, cosetanos, edetanos,
Iberia, indigetes, lacetanos, lusitanos, násicos, oretanos, pelendones, túrdulos, turdetanos, vacceos, vardulos, vascones. De Vizcaya dice que «ha conservado la antigua
lengua de las Españ88)•.
Este era el conocimiento que de ellas tenían nuestros cronistas de los siglos XVI y
XVIT, entre los que Escolano es figura de magnitud.
Este recuerda en el libro Quarto (col. 711-712) los versos de Paulino que trae
Antonio Agustín sobre el Ebro; y el Betis: ccQua Baethis Oceanu.m, Tyrrehnu.mque
auget Hiberus)); y a Silio Itálico: cdamque Ebussus Phenissa movet.• (col. 72}.
El capítulo IX es un erudito recuerdo del nombre de Valentia, trayendo a Plinio,
Higinio, Plutarco, Maluenda, y su relación con el de Roma, y trae a Poza, cuyo libro
conocía, sobre este topónimo, y el de Turia.
Había .llegado el momento para nuestro cronista de abordar el texto de Rufo Festo
Avieno, de quien decía: cenos alumbra de cierto nombre que tuvo Valencia, no advertí(4j &. la que cleec:ribe A. VIVBS: «!.& moDeda bi.epújca», 4.• parte. ~ ele ~. p. 16, c1a .c.n. ~ '1 •
(6) 'l))ela anei¡ua Jeocua, poblaciODeeo '1 CGal&lCU ele 1aa &pdu. en qua cla puo • tocan aJcunu COIU de la CUitabria. Coaapu.t.o por el
Liunclado And1W cla p._ natural cla la ciud.d da Ordwia y •...,...w o el mu, noble '1 lael 8aliorio cla v__,•. Di'rificlo a D. Dieto ele
Avandallo y Oamboa, 8eáor de 1aa e - de Urquiau, '1 Olaaeo, y c1a la villa ele VillaReel y oua vallea, y Balleetero mayor c1al !ley' Nuaetro Sel\orlt
(Felipe U). Bilbao, 1587.
~6) Que tanto reeu..-clan 1aa monaclaa de A·R-E-CO.:R-A-TA-8_. ceca 84 de VIVES y CA.I.O, 86 del múmo.
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do de nadie. Porq_ue después de haber tratado de la boca del río Xuclll' en la descripción
de nuestra costa, dize estas palabras: "Neq,1.1e loge ab huius 11uminis divortio/perstringit. amnis Tyrius, oppidum Tirím", con amplia información donde se descubre11 dos
antigüedades muy grandes, la una que nuestro río Turia fuese llamado Tyrios; y Tyris
Valencia>>, trayendo al maestro Núñez, s()bre posible población por los tyrios: es
vocablo vascongado o ibérico, el río Blanco, que es lo que en árabe dijeron Guadalaviar.
En el capítulo XII trata «De las piedras que han quedado en Valencia en tiempos de
Romanos, y de su declaración». En las column~ 787 y 789, las de los VALENTINI
VETERANI ET VETERES.
La copi()sa «Tabla de las .materias más importantes de esta Primera parte)), que
añadió Escolano a la misma, pregona su minuciosidad en exponer cuanto conoció, así
«Chersoneso llamaron los Griegos a Peñíscola, villa del Reyno en la costa d.e l mar>>
(col. 221, núm. 14); escribe también «Paniscola)). Bajo la voz «España)) trae Tubalis,
Iberia, Celtiberos, Tharsis, Tartesia, Tartesios, la Celtiberia, la división en Citerior y
Ulterior en tiempos de los Tomanos. Identifica la Citerior y la Tar;raconense; cita a
Plinio, a Pompoi)Ío Mela, la división de Adriano, la de Constantino; que «no quiere el
Emperador Augusto Cesar que se divida en muchas provincias, si no que toda ella se
llame España, sin más divisiones)), refiriéndose a la España romana (col. 15 a 102).
Escolano, objeto de críticas modernas a sus interpretaciones, fúe un juicioso censor
de varios autores; bajo la voz «Engaño» pre.c isa textos del Gerundense, Ambrosio de
Morales, Vasseo, Garivay, Mariana, Luis del Mármol, Beuter, Zurita, Pineda, Blancas,
porque conocía el Reino de Valencia palmo a palmo, como un Cavanilles del mil
seiscientos. En el capítulo XIX, «De las naciones que en diferentes tiempos pobl.a ron
esta ciudad y Reyno de Valencia.», trae a Livio en su Década tercera, a Estrabó~
recordando que éste y aquél creyeron que los de la isla de Zante edificaron Sagunto
(col. 148). En. col. 149 rememora a los focenses y la presencia griega en nuestro litoral:
«Fue pues nuestro mar llamado Phosayco, por los Phocenses Griegos: y en conformidad de esta larga habitación que hizieron en el Reyno de Vaiencia, y Catahúía, nos
quedan muchos pueblos en el Reyno cuyos nombres pregonan haver sido edificios 0
poblaciones de griegos, como son Alone, Ilice, Ioyosa, Dianio, Altea, Arthemisio,
Aphrotidis Fanum (por Fanum Aphroditis), Orospeda, lle, qué son los que agora
corrompidos los vocablos, llamamos Alicante, Elche, Villajoyosa, Denia, Altea, AdeID1JS~ el Puig de Nuestra Señora y el monasterio de Benifa~a. De todos estos veremos en
su lugar haber sido Griegos los que les dieron los nombres.» Y e~ ef~cto no hay más
que hallar· muchos de estos topónimos en los mapas e índices de la Hispania Graeca de
Antonio García y Bellido (1948) para recordar los hallazgos griegos en el litoral
'Valenciano, por otra parte fáciles de comprobar en la Geografía General del Reino de
Valencia, que dirigjera Carteras Candi, en sus volfunenes redactados por Martínez
Aloy, Figueras Pacheco, Carlos Sarth6u Carrer~s. Sanchis Sivera y demáJ; colaborad<>:res, añadiendo a fecha ya un tanto lejana, 1916, todo lo publicado por el Servicio de
Investigación Prehistórica de la Diputación y modernas instituciones similares de las
tres provincias valencianas y otras espa,ñolas también.
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'l')!:MAS IBERICOS
5
Volviendo a Escolano y su Tabla para describir el sur del Reino, que constituyó la
antigua Gobernación de Oriola, o d'enlla Xixona, las tierras de su Obispado y la zona
de Elche, Alicante y Cartagena, acude a Mela, Plinio y más modernamente a la obra de
Bernardino G6mez Miedes, resaltando a «Origuela, o Oriola (según lo pronunciamos ·
en valenciano)», recordando que su antiguo nombre era ORCELIS, entreteniéndose en
interpretaciones o etimologías (coL 660).
En la citada Tabla menciona la región de Dercavonia y hasta dónde se extiende
(cols. 145-175): Los «Dergavonenses, o Dercavonenses (que así se ha de leer por estar
depravado el texto) que son los pueblos deste Reyno de Valencia, que agora llamamos
Morellanos, y los del Maestrazgo de Montesa, como lo veremos en su lugan> (col. 146);
la localización acorde con los hallazgos de monedas de la ceca 6.• de Vives, tomo IV, el ·
Municipium Hibera Iulia Ulergavonia Dertosa, de Tiberio y nave con vela o sin ella,
A.D. 14-37.
En el capítulo XII: «De la primera lengua que antiguamente hablaron los españoles>> (col. 68-71) trae a Antonio Agustín y a Mariana, de quien dice «aunque tiene por
muy probable el dar la posaession de antiguedad a la vazquenze»; analiza minuciosamente la cuestión trayendo a Mela, Estrabón, Séneca, Comelio Tácito, entre los
antiguos, sobre las lenguas habladas en Hispania en su tiempo, y a los modernos
Beuter, Marineo Sículo, Garibay y Poza sobre que «la lengua que traxo Tubal a
España fue la vazquenze» (col. 68).
Las columnas que Escolano dedica a Sagunto (79, 110, 111, 147, 158), acusan su
preocupación por el topónimo que relaciona con la lengua «Syriaca». Atisba la
función de la Arse ibérica cuando, siguiendo a Beuter, escribe que «habiendo corrido
los Phenices con una gruesa armada toda la costa de este Reyno y Principado de
Cathaluña contra los Celtíberos, y contra Vi:iiato capitán de los lusitanos», añade que
«fueron rebatidos valerosamente de los de Murviedro, que a la sazón ya eran grandes
señores>> (co1110). Valora lo que eran los de «Murviedro», que llamamos arsetanos, de
la Arse prerromana, acudiendo a Livio, quien «refiere que para travar cuentas con los
Saguntinos Aníbal, rompió la guerra con los Carpetanos y Oleadas, que según algunos
eran los de Toledo y Ocaña» (col. 111); los de Toledo serían los que acuñarÍan después
el numario de la ceca 1.• de Vives, 2.0 Grupo, pp. 44-46 del tomo IV, con nombres de
magistrados CELTAMO y C. VICCIUS C.F. EX SENATUS CONSULTO, cabeza ibérica y el jinete lancero (lám. CXXXIV), cuyo iberismo es patente. La conclusión de
Escolano es, en la «Tabla de las materias más principales>>: <
provincias y pueblos» (col. 111, núm. 3). Seguía a Livio en Década tercera, lib. 2.
Lo que no precisaba tanto el cronista era la cronología, harto olvidada de muchos
historiadores; sin embargo, señala que «Sertorio guerrea con Quinto Metello Procónsul, General de la República de Roma» (7).
('7) Bra QviDctuoa Cucili1100 M~l ... Piue, c6awlea el do 80, qu.ieu habla COIIlboatido bajo la diJoteci6n de ou J*1n eontra YUI\Irl&: «Durante
eamitw1o de hito ea úito, mienttM c¡u en 101 ei,W...• cu.atro a11oe, del 76 al 72 hablaD de NprMeDIU ou
d-deacia y calda fiDal•. eecribe ADOLFO SCHULTEN ea au ~rtori01t (1948), p4a. 169.
cmco alloe, del 80-76 habl.a
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En la citada «Tabla de las materias más principales», dedica Escolano, alfabéticamente, trece páginas a la voz «Valencia>>, trayendo a Polibio (col. 101, núm. 6) y
Esteban de Bizancio. Añade (col.102, núm. 3), que: <
103) tratando de la «España Tarraconense».
La formación de nuestro cronista era clásica; trae la Década tercera de Livio, la
última Verrina de Cicerón; De bello Catilinaria de Salustio, a Cornelio Tácito, Julio
César, Valerio Máximo~· Suetonio Tranquilo. En el capítulo XVI escribe que <
Es de interés recordar (col. 123) su mención de los lauronenses, habitantes de
<
En SO de enero de 1611, Ga&par Escolano, «Cronista de su Magestad en el Reyno de
Valencia>>, se dirigía a los tres estamentos del Reyno, de nueva nominación, que
patrocinaban la impresión de la segunda parte de su obra (9). Tras la <
Reino de Valencia, <
En el libro sexto de la Década primera, para la descripción por la costa del mar se
.vale de Plinio, del itinerario del emperador Antonino, del mapa de Abraham Ortelio,
en su Theatro geographico, de Isidor Hispalense; en col. 17 sigue Livio sobre Publio y
Lucio Scipion, tratando de Orihuela, Oriola.
La atención dedicada a Elche y Alicante en el libro sexto de la historia de
Valencia, ocupa las columnas 60 a 95, con varias lápidas romanas, y en las 117-120
aborda el tema de Denia, que <
<
No escaparon a su atención poblaciones interiores como Castulo, que es la ceca 94
de Vives, localidad sobre la que escribe (col 118): <
dieron aquel nombre por la fuente Castalia, tan celebre en el monte Parnaso de
Beocia». Y añade en nota marginal: «Así lo enseña Ambrosio de Morales en el tratado
de Antiguedades, ver Castulo».
a.
(8) La iPnti6cacióD que h$ee «L&W'Oil• Lyrip DO t i - que ver c:On le'*" ib6rica que • l.. LAURO, en dDCO . . . . . - iWricoe. '*"
1.• de vtVB8 de le IW. de 11\Ja 98, Jll*lloe ball....,. tehvtisd!)" Néiallte!Debte localian le Lauro, -vNtiü 1ft «L&IIl'OUJO, .a lo ....u....l. ee
panolluia que ftcura .a la. •RatiDaee decimarum lli8peniuit de 1m.80. que public6 .J. BWS 81\RRA (CSIC. 1848). ~ • La
dl6ceeie de Oeroaa, tiJliO acdeeia de L&WG~Wt, que •LieroDe, eJo que pueoe, eo ei•UDdo IWrico liten). o! bic VIVBSie eolociS • le ceJ..a de
le _.¡• porque «
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MBY, jwto • Su MerUA. 1811. A eo»1a de la Dipu~
o-
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TEMAS mERICOS
7
Cuando Escolano ae hallaba en una ciudad antigua, caso de Sagunto y Denia,
vaciaba toda la bibliografía clásica que las mencionaba: en Denia, la que fue objeto de
estudio por nuestro D. Roque Chabás, el cronista de las Décadas estudiaba los
Diálogos de Anton~o Agustín, Estacio, Dion Casio, Suetonio Tranquilo, Iusto Lipsio
sobre Tácito, en sus Anales; y cierra el capítulo xvm con la copia de la célebre
inscripción que comienza «Palladi Victrici Sacrum», que D. Antonio Agua~ decía-
Denia, como acudiera a ellos; pues pudieran certificarle que sus padres la vieron en la
hermita de Santa Paula y que el Nuncio del Papa. que se bolvía de España a Roma,
embarcándose en Denia, dando primero vista a todas sus antiguedades, trope~o como
Romano en esta de su famoso Caton, y la pidió por cortesía, y se la llevó)) (10).
Siguiendo el litoral de Sur a Norte (col. 215), llega al Xúcar y trae a Silio Itálico:
«Sedetana cohors, quam Suero regentibus undis / Atque altrix celsa mittebat Setabi
arce)); y vuelve a Rufo Festo Avieno: «Attollitur inde Sitana civitas / Propinquo ab
amne sic vocata Hiberis)), y trae de nuevo: «Neque longe ab huius fluminis divortio 1
Perstringit. amnis Tyrius oppidum Tyrim», que sería Valentía, la romana.
En el libro Séptimo (col. 275) no podían faltar a nuestro cronista los versos de
Cladio Claudiano: «Floribus et roseis formosus Turia ripia» (11). El alegato de Escolano en defensa de que es al Turia a quien se refería aquél va apoyado en Prisciano, Luis
Vives, Jerónimo Paulo y otros.
··
De Sur a Norte, el cronista llega a Murviedro, como él escribe, traduciendo el
valenciano Morvedre; en elogio de Sa_gunto trae a Silio Itálico (A. D. 26-101): «Postquam rupta fides Tyriis, et moenia castae / Non aequo superum genitore eversa
SaguntV> (col. 373); los de Arse, descendientes de los tyrios, para él; no cita Arse sino
Murviedro, que para el cronista es el equivalente de lo pre-saguntino, ibérico, más
antiguo.
Del genitivo ibérico A-R-S-E-8-KE-N derivó el romano «saguntinorum>>; así en la
lápida SENATUS ET POPULUS / SAGUNTINORUM CLAUDIO / INVICTO PIO
FOELICI /IMP. CAESA. PONT. MAX. / TRIB. POT. P.P. PROCOS, de Escolano (col.
374), donde dice «que estaba encaxada a la puerta principal, que mira a Valencia: y la
vieron y leyéron Beuter, Don Francisco Lansol, y Ambrosio de Morales» (12). Escolano escribe sobre la lápida que copió: «Estatua o memoria puesta por este Senado y
pueblo de los Saguntinos a Claudio Invicto, Pio, Felize, Emperador, Cesar Pontífice
Maximo, padre de la patria, y Proconsul». Y añade: «Los años que ha que se puso este
letrero por los Saguntinos, se sacan por los que reynó el Emperador Claudio, primero
(10) Cola. 1151).1116 y pqa. 63-64, tomo U ele la eclici6n de J . B. PEJlALBS, el cual aa.d« de uu.troe d1u bao aido IÑicubiei1M ovu piedru,
io.oc:ripciooee, traduc:cióo y detall• oplica el Mllor ChabM 811 IU "Hiatoria de Deuia••.
(11) Su autor fue bonndo po.- HODOI'io (A.D. 393-l23) y AJudio (A.D. 888-408) COil uu •tatua (c. ~.
(12) BEUTBR, euu libro I, cap. 7; UANSOL DE ROMANI. eu el lib. ..O. ftiiiiiÍD. HÍ8p.•; y MORALBS ep ~ lib. t , cap. ~. Be 001119 el u6m.
l9 d. «&pisrafla pnílatiua de SaiUntwD y au tanit.ori.um.>t eh! F. BBLTRAN LLO~. Trabajoa Varioa del SIP, núm. 67. Valeuda. UIIO.
CUYM
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8
F.
~TEU
Y LLOPIS
de este nombre: que según Pauvinio fueron desde el año quarenta y dos del nacimiento
de Christo, hasta el de cinquenta y cinco. Pero tengo por más probable la opinión de
Ambrosio de Morales de que fué dedicación hecha al otro Emperador Claudio, que dió
principio a su Imperio el año doscientos sesenta y nueve (según la cuenta del dicho
Panvinio) y vivió un año, un mes y diez días)) (13).
En el capitulo IX atisba de nuevo el ignorado entonces Arse ibérico cuando
siguiendo a Livio (Déc. 3, lib. 1) y a Silio Itálico (lib. 3), habla <
que primero la habitaron, se formó de ambas naciones una de las más poderosas y
florecientes ciudades de España)) (coL 388); trae los versos del segundo: <
magnanimis regnata viris nunc Ardea nomen)) (col. 389). En este punto el cronista se
encue~trá ante la <
historias)) (col. 388).
Hasta el fin, este libro Séptimo es una verdadera historia del Sagunto romano, sus
inscripciones, las legiones de Augusto César, el río Palancia_, el Grao de Murviedro,
Almenara, Nules, diciendo de Almenara «que es el príncipio del Obispado de Tortosa)),
y como es sabido, entre lo romano y aún prerromano, va describiendo los señores, las ·
gene&logías de los dueños de los lugares por donde pasaba.
El capítulo XXXII vuelve a la historia romana y el último va dedicado a «las
guerras y muerte de los Scipiones)), que relaciona con el arco de Cabanes, donde, por
cierto, según dice, se halló «una moneda de oro)) del emperador Nerón cavando juntó
al arco en el año 1632 (14).
El libro Octavo de la Década Primera (col. 638) describe la costa de Sur a Norte,
desde el cabo Alcocéber a Paníscola, siguiendo a Avieno: «Post, Caprasiae iugum 1
procedes alte, ac nuda littora iacent 1 ad usque Chersonesi terminos 1 Palus per illa
nattarum extenditur)). Añade que Ptolomeo, en la descripción de la misma costa, salido
de Sagunto, pone la región de los llercaones «que es la tercera de nuestro Reyno)); la
mejor delimitación de los ilercavones o ilergavones fue la diócesis del obispado de
Tortosa. analiza a Ortelio, Mariana, Antiste, Muñoz y otros autores en cuanto a
localizaciones de topónimos del litoral. Vuelve a AvienQ (col. 647), como guía: «Palus
per illa Naccarum extenditur 1Hoc nomen isti, nam pal... mos dedit 1Stagnique medio
parva surgit ínsula 1íerax olivi, et hinc Minervae stat sacra)). Son los versos 492-495
que pueden verse en la edición de Adolfo Schulten (F.H.A. I, 1955), donde en el verso
493 se completa «pal(udi)mos)).
(18) Claud.iua n Ghoticua (A.D. 288-270). Atuñ6 al aureua, al anÍonianua, el quinariua7 el u CÓlDO tne DAVlD R. SBAll m w • JbDan coiDa
Uld t.heir ftlUM». Seaby, 1970.
(14) Kta UD ..terciO CW. Nero Imp. Caeaar Pont. Mu. 71111 buato, y en rev- S. C. Kta UD ~.... tolo por lu eitlu 8.0. por el
peeo que tenia la pi-, de •doe ducadoe y meclioot, tom6 J.a noticia de BEUTER.
-326 -
[page-n-329]
'I:EM.I\S I.BERICOS
.9
Escolano coloca ª-quí, en un <
de Vale.ncia; por cierto, con unas enmiendas (col. 647) así: «Que la palabra pal. niedio
comida ha de dezir paludí)) (15).
Siguiendo a Avieno, con el verso 496, escribe: «Fuere prope Civitates plurimae 1
quippe hic Hylactes, Histra, Serna, et nobilis 1Tyrichae stetere: n..omen oppido vetus, ./
Gaiae: incolarum maxi.tne meinorabilis 1prae orbis oris. Nam praeter cespiti~;~? faecunditatem, qua pecus, qua palmitem 1qua dona falva Cereris educat solum>, (col. 653) (16).
Añade Escolano (col. 653): «Nuestro doctisim.o Valenciano y Maestro luan Nuñez
tuvo siempre a esta 'ryrriche de Avieno por la del Maestrazgo,, (17). En col. 682: ·«El
maestro Nuñez como queda dicho, juzgava que el pueblo Hylacte, que Avieno Festo
puso en esta comarca, tenía su asiento en tierra de Benifa~a, por ser y sonar esto
mesmo el nombre de Hylacte en Griego)).
De El Forcall trae una lápida romana (col. 684) de GN. BALBO, GN. F. GAL. MINO
1ET PAPIRAE. GN.F.FESTAE. BEBIVS ... RVS 1PARENTIBVS OPTIMIS. Y vuelve
a recordar (col. 686-687) a «nuestro gran philosopho Nuñez que pensaba que estos
pueblos de Morella serían aquellos de quien Rufo Avieno Festo escribe que se llamaron en tiempos de los RomQnos los feroce_ Beribraces,,; son los versos 483-489: «ad qua
s
recedit ah salo telus procul 1dumosa late terga Regio porrigit 1Berybraces Illic gens
agrestis et ferox 1 Pecorum frequentes ínter errabat greges 1 Hic lacte semet atque
pingui casei 1praedure alentes proferebant spiritUJn 1viceln ad fer~. Post Cabr~
siae iugum•,, etc., trM lo que viene lo del «palus Naccararum>, (v. 491), ya visto al
t:J:!atar de Valencia. Escolano y su maestro Núñez se adelantaron en trescientos años a
los comentarios de A Schulten en la «Ora marítima,, de Avieno, cualesquiera que
fueran sus aciertos o sus errores.
~egando nuestz:o cronist9: a Xézica, Libro Oct. vo (col. 756-764), trae lápidas romaa
nas que acreditan su romanídad, cinco; debe recordarse especialmente la de QUINTA
PROBA 1Sffil ET PORCIO 1RVFINO ARCVM 1 FECIT ET STATVAS 1SVPERIMPOSSVIT 1HS XXL.ES, que Escolano tradujo: Quinta Proba, «para si, y para Porcio
Rufino hizo labrar este Arco, y plantar sobre él las estatuas, haviendo gastado en su
fabrica quarenta sestercios; que. segun algqnos montan mil libras Valenci.anas,,.
Igual romanidad correspop,de a Vivel, sobre el que trae a Florián de Ocattlpo,
Molina Viciana, Palmyreno, Zurita, Blancas, Miedes, Beuter y otros; la biblioteca. de.
,
Gaspar Escolano debió ser copiosa y su erudición impresiona aún hoy.
El capítulo XIII (col. 791-794) incluye grabados de monedas de Segobriga (18). En
col. 787-798 amplía información nuestro cronista sobre el tema, no trata de aquellas
(16) Coow le)>ó,SCHULTEN y la que dice Naccuum, en el prime~. ha ele decir, Natarwa, del vocablo pieco Natae, Natarum, quelipifica
AnaJiee; huéepedee ordiaarioa ele laa ~. atribuyendo loe olivoe de la «inaula teraP a loe ele laa ti81fta eDtre UIJdec:iOaa 'fl'IIYa de Cata!~
el situar la 1~ en Albalat.
·
(16) «Gaiae»; en SQHULTEN -.!Wle», 499.
(17) PERE JOAN NU~EZ 11622-1602) 1\Je ea~ti.c9 ele Grieco en la Universidad ele Valencia.
(18} Són loe nWIIeroe 81 4, li, 6 y 7 de la lh.. éXXXV dé A. VJVE8. De ~brip. pq. 16, dec:la ANTONIO VIVES: .X. atribuci6n a Secorbe
~ · dmitiele ain ci.Wcuei6n..
a
»
- 327-
[page-n-330]
1Q
F. MATEU Y LLOPIS
«Letras Española.,&» con que califlcaba a loB letreros ibéricos, ni de 8-E-CO-BI-R.I-CES, que probablemente no habría visto nunca, pero sí de las iberorromanas, las mencionad~ de A. Vives, tanto del jinete lancero como de la lá\U'ea, de las que dice (coL 791794): <
En el capítulo XX, que trata de Portacoeli, Bétera, Benaguacil, Pobla, Benisanó y
Liria, resalta el romanismo de aquellas localidades con sus inscripciones (col. 863-810);
de Sinarcas, Cenarcas, algo atisba de su iberismo cuando dice escuetamente que en
tiempo de los godos «se llamaba Arcobriga».
Llegando a Xativa, en el libro nono, el crpnista vuelve al i~ris01o y copia clara.
mente sus inscripciones monetales iberas que se transliteran por S-A-l-TI, diciendo que
«de tiempo de los romanos nos han quedado dos admirables y estimadas medallas: que
lo SOQ., por estar escritas con Letras Españolas, devian ser las que se usavan en
España, antes de recebir la lengua y letras de los Romanos. Destas habla el Ar~obispo
Don Antonio Agustín. La primera dize, que tenía en la haz una cab~ de hombre, de
barba larga y cabello, con el nombre de Setabis: y en el reverso un hombre· o 11\Uger a
cavallo, con una palma en la mano, y al!'ededor estas letras Españolas inexplicables
(las copia, col. 1.139). La otra tenía en la ha,z un m~o, con una corona en la. cab~a. y
levantada la maca, y al pie las siguientes letras» (19).
Acude de nuevo Escolano a Rufo Festo en favor de Setabis (col. 1.117): «Attolitur
Uide se Setava civitas / propinquo ab amne sic vocata Hyberis». Y traduce: «Setava la
ciudad, ee ve en lo alto, a quien su Rio le prestó su nombre. He traducido - añade. Setava, y no Sitava, o Setanja, como leen en A vieno Festo algunos, porque es cierto
que tiene su original mil pecados originales, y tantas errat.as como palabras. El
maestro Nuñez sospechava, que Sitana civitas fuera la villa de Cocentayna: pero sm
razon, porq~e demás que esta se llamó Contestania, o Cosetania (como veremos presto)
no la riega a Cocentayna el Rio Setabis, ni la ·Qlcanca de algllllas leguas>> (20).
Trae Escolano
atque altrix celsa mittebat Setabis arce 1 et Pelustraco filum componere lino'">> (col.
1.116). A su epigraffa latina dedicó las columnas 1.127-1.132, en la 1.127 una lápida al
IMP. CAES./M.AVR.CLAVfDIO.PIO.FE.IN/VlCTO.AVG.PON./MAX.TRIB.POT./COS.II.P.P.PROCo./D.D. El mismo Claudius II Gothicus (A.D. 268-270) que la tuvo en
Sagull,twn,
Los conocimientos numismáticos y aún la predilección que por las «medallas»,
como se llamaban entonces a las monedas' antiguas, que tuvo Escolano, están acredita(19) Laa co_piu 101> lQO nóma. 1.:1. ~u. lÚil. XX, la oegliDh pieza que deecribe ESCOLANO y loe nÚJII8. 10 y 10 y U, lÚil. CLXII de DELGADO
que, po11 " ' nftido dibujo> ee ajuata a lo que dice de la prilnel'a.
(20) Son loe .,..._ 479-480 de SCHULTBN, leldoe «attQlit iDde ., Si.c:ana civitut. NICQLAU PIUMlTIU no olvidó .Jaa ciw de la oOra
Mari~ de ESCOLANO, c:uando ee OCIIpó en 1968 d.ll ella y de Si!lana ei> 111 •Contribw:i6i> al eatudio dé la Protom.toria mftic:a de loe ibero.
Ana1ae del c.ntio de Cu1tum Valenciano, ' t94NO.
Para ESCOLANO, ..set&va civitu>o. A. scmtLTEN leyó en el....., 479 ..Sieana• e 'i811&16 el rlo 8icaJ>I), hoy Jl\car, al parecer en el eal!o ü
Cullera. «Bueqú6 IPl vano .... veatisioe•, dec:fa SCBULTBN. ESCOLANO reeolvió la duda atenündoee a la lectuna ocS!tava civitu» qu., en
realidad, • halla «propinquo ab 1.111ne», cvoc:At:alt ..S por loe ibe.,., Hyberü, que ea liD ablativo y no el ~tivo de oiberw».
aiean.,.,..
- 328-
[page-n-331]
TEMAS mBRICOS
11
dos en toda su obra; en col. 1.282, hablando del Alforín,·de Ontinyent, narra el hallazgo
en 1.597 «de ciento cincuenta monedas de plata, en un puchero de barro)), de varias
imágenes de «Emperadores, devisas, y empressas: pero todas con el nombre de Roma y
la cifra de la letra X, que significa Denario: de que usaron los Romanos en sus
monedas, y de donde nos quedó en España el llamar dinero a las nuestras)) (21).
El libro décimo de las Décadas de Escolano fue dedicado, principalmente, a los dos
más trascendentales acontecimientos de la historia moderna del Reyno, la Germanía y
la expulsión de los moriscos. En la criterio de índice alfabético del contenido, bajo la voz «Españoles)) remite a la historia
antigua, romana y prerromana, en esta manera: <
que mostro en los tormentos ·y muerte)) (col. 410, núm. 16). <
Murviedro» (col. 427, núm. 1). <
por la cayda de Sagunto, y aborrecen a los Romanos por lo que tardaron en acudir a
favorecella» (col. 452, núms. 3 y 4). <
llegada de los romanos y a su dominación; era el concepto que" los eruditos de su
tiempo tenían de lo que llamamos «ibérico», como el vizcaíno Andrés de Poza, licenciado en Leyes por Salamanca, decía en su libro, Antigua lengua ck las España&,
mencionada más arriba (1687):
galos. Españoles celtiberos. Españoles ceretanos. Españoles cositanos. Españoles lusitanos. Españoles turdetanos.>>
;El iberismo, pues, hay que exhumarlo de lQs Décadas de Escolano, <
para el conocimiento de la historia del país, del antiguo Reyno de Valencia.
(21) No dio la compoeicióo eucta del ' - • 7 .....-:lo eD la a:i8teDcia de UD partido . . ~ t«ritorio, u.m.do Bah, Ja,r6 .. UD
cbipti•: Sah. Soln al - . . . : ROWA, ele S. Alnzú..._ clal do 200, c:uaD11o ....., ~ -no. S. A.rruiua, P. Cametiua Sula,
PIDariua Nata 7 l. S.u!eiua.
- 329 -
[page-n-332]
[page-n-333]
ARCHIVO D8 PRBHISTORIA LBVANTINA
Vol. XIX (Valencia, 11189)
AGUSTf VENTURA
(Xativa)
L'ALJUB DE MONTSANT EN EL SOLAR DE LA XÁTIVA ROMANA
Amb molt de gust participe en l'homenatge a En Domenec Fletcher Valls a
qui desitge tota classe de felicitats. Ell en 1971 entre ·les sessions del 1 Congres
d'HistOria.del País ValenciA. va confiar en les meues modestes apo~cions sobre
la Xativa romana, i aixo va ser l'origen d'una bona amistat.
La meua comunicació actual vol ser un recull d'aquelles dades escasses que
posseün respecte a l'antic convent de Montsant, on es troba un important aljub, que té
totes les característiques de ser roma en origen, i unes reflexiona entom a l'abastiment
d'aigua en el solar de l'antiga Saetabis.
L'AIGUA A SAETABIS
No s'ha trobat cap resta d'aqüeducte exterior per abastir d'aigua una ciutat tan
important com la Saetabis romana, citada per diversos escriptors llatins com Catul,
Plini el Vell, Silius ltAlic, Graci Falisc, etc., i amb més de 50 inscripcions llatines (1).
La mAxima altura del castell de Xativa és de 308m. El solar de l'antiga Saetabis ·
estava, segons tots els indicis, en un rectangle d'uns 600 m. de llarg en la paral.lela del
castell per uns 300m. d'ample en la vertical del castell. Aquest rectangle estA sobre la
cota d'altura de 122 m. segons el mapa geogrMic 1:50.000 del Servei Geogra\fic de
l'Exercit que tinc a la vista.
El naixement de l'aigua de Bellús que subministrava des de l'edat mitjana i
subministra encara d'aigua la ciutat no supera la cota deis 100m.; el seu naixement
- 331 -
[page-n-334]
2
A. VENTURA
esta a l'Estret de les Aigües, a la vora del riu Albaida, aigües amunt d'on es troba la
Cova. Negra: supera el barranc del Pont Sec amb un aqüeducte almenys medieval, ja
que sabem que fou reparat en temps del rei Martí l'Huma. L'altra conducció, menor, i
ja abandonada, que entrava per la part Oest de la ciutat, 1'Aigua Santa, va per la cota
deis 110m.
Amb aquestes dades ja tenim plantejat el problema de l'abastiment d'aigua a la
ciutat romana. Un altre tema seria el del regadiu de l'horta, que ja havem tractat en
un altre treball: una producció com ellli, testimoniat per Catul i Plini, que requereix
molta aigua per a ser amerat suposa l'exisUmcia del regadiu (que es podria deduir
també del text de Silius I~c); i la partida de Meses, si venia del participi mensae,
podria testificar una centuriatio romana (2). Pero ara el tema és un altre: ¿D'on bevien
els saetabitani? ¿Els enginyers romana no han deixat cap resta d'obres hidrauliques?
Després de liargues reflexiona i 'c onversacions amb alguna historiadora i arquitectes xativins, hem arribat al que podria ser una primera hip<)tesi de treball: La ciutat va
baixar de les altures de la «Costa» o «Albacar)) el dia en que es va procurar d'una
forma regular i contínua l'abastiment d'aigua a les cotes 100 6 110m., mitjan9ant les
conduccions tradicionals de l'aigua Santa per l'Oest i l'aigua de Bellús per l'Est. Si
Jaume 1 ja va trabar la ciutat avall de l'Albacar, encara que aquest no estava
abandonat sinó habitat, potser aquest procés es produiria en epoca musulman.a.
En les excavacions fetes enguany en el Bellveret, ha aparegut un aljub d'obra
romana adosat a la muralla de la mateixa epoca, segurament per abastir una vil.la
exterior de la part baixa. Aixo mateix podria provar que els :romana no usaven encara
l'aigua de Bellús, pero hauríem de ser prudents en qualsevol afirmació rotunda.
¿QUINA AlGUA UTILITZA VEN ELS SAETABITANI?
Per a contestar aquesta qüestió hauríem de pensar en tres possibles respostes: fonts
naturals en la muntanya, recollida d'aigua pelsistema d'alcavons i aljuba pera l'aigua
de pluja.
l. LES FONTS NATURALS. Podem suposar !'existencia de naixements d'aigua
en la muntanya per diversos testimonia, i eixa seria l'explicació que Xativa s'expandira cap al Nord. Encara que el clima de la vall de Bixquert, situ. da al Sud del castell, és
a
més agradable i sec, com ho demostra el ser una zona d'estiueig tradicional des de
sempre, la ciutat va créixer cap al No.rd, va baixar del castell cap a la váll del Canyoles,
de clima més extremat i humit, pero amb una gran riquesa d'aigües. Del cronista
medieval Bemat Desclot (any 1283) és aquest text, que ens provaria !'existencia de
naixements en la muntanya: «Són dos castells en una muntanya, e la muntanya és tan
forts, que no hi pot hom muntar sino per un lloc, e aquelllloc guardarien vint homens
1.
121 A. VENTURA: •Relte. d'una JIC*ible oenwri
Col.Joqui, Valencia, 29..80 ~ 1886), vol. XXIV, Vallmci&¡
pqa. ~ Poatariormeot, eetudi&DtdocumeDIII medi...,ala, U. trobat \a 111M
antiaa ~ a la 16c¡uia de
en un document de Jauma 1, da 111 d'qoet de 12'73, da1 qual perlanm 111M avant.
w-
- 332 -
[page-n-335]
a
A.L.JUB DE MONTSANT
a deu mília. E és molt bé clos de forts murs e de fortes torres; e era .molt bé establit de
cavallers, e de sirvents e de moltes armes. E havien qué menjar tres anys; e ha una font
al castell, qui els ~asta a beure, a ells _ a_llurs cavalls, .mentre obs n'han)> (3).
e
Donem ara notícia d'una font situada dins els murs de la ciutat, que conduida des
de l'Ermita de les Santes, antiga sinagoga jueva, eixia a \lila font del Carrer de les
Animes, de la qual done.m il.lustració fotogratic~ (lam. I, A), encara que ara ja no
s'utilitza. Per la seua situació creiem que era privativa de la jueria o call de XAtiva.
Vege.m que en diu d'ella Gon9a! Viñes (4):
((En la imposibilidad de hacer un estudio particular de cada una de las fuentes
terciarias, que resultaría demasiado prolijo y de poco interés general, me limitaré,
después de lo dicho a enumerar las principales que surgen en nuestra localidad. La
primera que he de mencionar es la de Sent Jordi, asj llamada por haber sido conducida
hasta lá puerta de la ciudad que llevaba el mismo nombre. Antiguamente se la
denominó Fuente Salada., sin duda por el ligero sabor picante y fresco de sus aguas; y
tendría a la sazón gran importancia, que aún conserva en parte, por hallarse situada
en la parte más alta de la población. He visto en el Archivo Municipal una lista de
privilegios reales, otorgados a la ciudad, y entre estos, uno de D. Jaime ll.de Aragón,
sobre dicha fuente, dado en 1304, por el cual, se expropiaría aquella para el público
servicio, según se deduce de la descripción que de la misma se hace en dicho documen·
to, y que dice así: "Nace del castillo y sale en el huerto o corral de una casa llamada de
Padilla que se halla en la falda a raíz del monte contiguo a los muros de la ciudad; fue
conducida por arcaduces de barro co~tigua a la muralla y a la puerta de San ,J orge se
fabricó un vivero o estanque." Hoy se halla situada en la calle del Fosar un poco más
abajo de la iglesia de las Almas. Sus aguas provienen de las flltraciones verificadas en
el monte del castillo, cuyos estratos buzan hacia el valle, recogidas por un lecho
impermeable, que no debe ser otro que el de las arcillas del Keüper. Este lecho
formará, sin duda, una depresión o sinclinal en la dirección aproximada de E. a 0.,
como la del barranco que baja desde Montsant hasta las Santas, dando lugar a una
pequeña cuenca subterránea que se corresponde con la superficial o exterior del
barranco mencionado.»
(3) BBRNAT DESCLOT: oCWinic:», cap. 48. En oLee Quatze Gtea C~, edlcló de !'erran Solde9Ua, ed. Selecta, Barcelona, 1971, pq.
448.
-'*'-·
(4) O. VIAES MASIP: «Hidrotr'a&
TroalNljo premiMo m loe juecoe P1on1M celebndo. en Jili'la., el ~ 1912. Imp. VUpn. de
t. Seo, Jiti-.., '1914, pq. 67. 11 ,..,......, 6e cit.~ pw C. SAR'l'JlOU: «Dato. pe.ra t. binoM d• Ji...,.., 111188, t.-1, pq. t87, inclicar-n• t.
aq-
~ocia
A
{ord &Joda ,. n{wti.Jt ~ """" un doewoNnl tÜ l'út/Ml PRN. {Ul tÜ J- I . tk U tk j ulid tÜ 1n1 (.4.n~W eord 'A , .. Bq. &'!.foL Uil>; EntMt MARTlNBZ FBRRANDO, ~ tÜ " - 1, IÜI ACA, ~ Gl rdAo tÜ Voleftdo, JAU, ..W... 1.011).
DW oúJ m lo leetwo, m éllb'Od&«Nowrllll ""'--'qll#d -ln/o:M Pflnul_ p . _ c t _ ~~á~ tibi ~·CoDa uidJtO~á tu;.
iA pwpáUm W..... ,..,_ ~ .UU. iA X.,..., GptMl po.- qw porltJ tÜ &o. Tecla á coquas, dJ«vrríí - di«wr.ril ~
q~Mtdo&J\'""" SollaW qw.., ~ _,.,. AWrtc .roa.., cz...,....,.......-*"" dMiil tib( Gro~ #Ü'l'turibru bqjro,.,. ~ XotWt
~ MüiiD' od ........ MOiandúú ,....,...... oliiiiii1UJI á orD tui, qvi ibi . ..,N
~~ '{"" Noo l'illlant Pen. .. per noo i e'le nootreaJl. _ coocedim i co~ a tu owu- de Coll 'tel de X.tiva i ela teua pera_,...
aquella~ lntepament lliu ea Xltiva )1111t a t. pol'ba
de Suba 'feé:la i 1'~ que diocorre i di.lcomri d'UD& l1'011t SelW, que
n&ia ~.ele mun de l'Aiplna de Xltiva, la qua!~ certa te la va 4oiW' Oulllem de Torree, INltle DOMJ'e de Xltiva, i la P,Ndit. aicua
iJualmm~ ·per a l'úa ciAil mol( de 1M teuee oliv.. i del teu holt, que eotl allL.•
AQb vol dlr.,~~ue aqueota ai,..a que eerla mol~ m6e alnmdant .. prol~aria u... • - avell, fina U'ribu a UD bort i UD& allnlNer11 o JDOU d'oli
...
d..,....,.
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..
- 333 -
[page-n-336]
...
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Fig. l.-Croquis amb la ubicació de )es fonts, alcavOJlS i aljubs citats en el text.
[page-n-337]
ALJUB DE
~ON'l'SANT
5
Hem tractat de comprovar en la mesura de les possibilitats, les afirmacions de
Viñes, parlant·amb un dels propietaria de la Societat dels Obrers, en el Carrer de les
Animes, on - ins fa ppc encara brollava l'aigua perla font de la qual publiquem la foto
f
(lam. 1, A), i hem tractat de situar-la en el dibuix (fig. 1). Baixava a quatre o cinc
metres de la muralla, encara que aco ho desconei.Xia el nostre informador, i passant
per davall de l'~tíc trinquet a uns· 2 metres i mig de profunditat anava cap a la Placa
de la Galera, pero per una desviació en angle recte eixia a la font del Carrer de les
Animes, an_tic fossar, a la Societat dels Obrers. El fet que malgrat la construcció de la
carretera del castell no fol!! des~lda la conducció deñ)ostra que an~va m_ lt propera, de
o
la muralla, possiblement a !'exterior. Nosaltres pensem que potser fóra la mateixa
conducció que obaerve.m en un pou, a cinc metres a !'exterior de la muralla, a la vora
d'una caseta destruida anomenada de Lluch. Encara que no hem pogut comprovar-ho
perque ara e1 pou esta aterrat, sembla que era un deis alcavons, que després descriurem, en la font de les Santes. Perqqe en efecte, la nostra confusió actual ve de que hi
ha al mateix lloc altres dues fonts que no tenen res a veure amb aquesta, com molt bé
distingeix Viñes: «Más superficiales "9 en consecuencia mucho menos caudalosas son
las llamadas de la Edra y la conducida al patio. de la enDita de las Santas, cuyas
filtraciones originarias, d.etepninadas por la favorable inclin~ción de los estratos, se
recogen en galerías más o menos profundas, practicadas en la base de los acarreos
modernos y calizas del castillo.))
La Font de l' Edra, situada en 1a muralla romana entre les Santes i la muralla
medieval, ja no hi e~steix: acompanyetn foto de la ubicació (18m. 1, B). La Cova de
!'Edra, d'on naixia i que estava habitada, es va afonar. En canvi la de les Sañtes l'hem
vista i estudiada, i és. el típic alcavó o qanat arab o potser romA (les altres fonts, ara
destruidas, també eren alcavons)~ Pero abans de descriure-la donarem notícia d'aquests
<;ol.lectors d'aigües.
2 .• ELS ALCAVONS. La paraula ve segons Coromines (5) de l'a·rab hispanic
qabu = volta, cúpula; amb la seua accepció hidraulica sois apareix des de Xativa fins a
· la Marina i Nord d'Alacant, o siga allo que era l'antiga Contestania o la govemació
foral de Xativa <
obstant, com en tantés altres coses ja era conegut pels romans. Femánde,z Casado (6)
en cita a les eiutats romanes de Cherchell (Caesarea de Mauritania, Algeria) i de
Segobriga ( = Saelices, Cuenca). Veurem la descripció deis darrers: «Se trata de una
captación, mediante galería de 225 m. de longitud, de las agq.as que se depositan en un
pliegue de calizas que forman como un geosinclinal en miniatura cubierto con sedimentos posteriores que las ocultan y protegen. Las dimensiones normales de la galería
son de 1'70 por 0'70 m. y en la base un canalillo con su <:ottespondiente revestimiento
al C
i Pere Des lai• .
(5) J. COROMINES: «<>ícéionari etialolOtlic i complementari dela llqua catalaDaw. Curial ~ cat&lu.. Baree1ou, ~. vol. I. ,... 182.
(6) C, FERNANDEZ CASADO: •ln¡etúeria bídriulica. romaJ1810. EdicionM Tumer, Madrid, 1983, plp. 479 í 617.
repoblad0111 d'ori•en catalt, eom Pere de Moolalíyola, Amau dé Sarril
- 335 -
[page-n-338]
A. VENTURA
6
A;~~:..._,CANAL
DE
CIRCULACIO
D' AtGUA
(0
1 100
1
CONDUCCIÓ ·SUBTERRÁNIA
PER COSSlS
- +--
POU DE - - 1 -VENTILACIÓ
ENTRADA
Fig. 2.- Aicavó de la Font de les Santes.
[page-n-339]
AI..JUB DE MONTSANT
7
de "opus signinum" entre dos hermas laterales por las cuales se camina con las piertas
abiertas sin enturbiar ni contaminar las aguas captadas. El minado de la galería se
facilitó mediante la perforación de 14 pozos verticales de sección cuadrada excepto
uno circular con diámetro de 0'80 m. y profundidades entre 17 y 3 m. Al fondo tiene una
ligera pendiente para que las aguas circulen hacia una arqueta de recogida, de la cual
arranca el canal de conducción.))
El terme d'Alcavó en aquest sentit hidraulic és conegut a tota la comarca i fins i tot
ha passat a la topinímia, com per exemple la partida dels Alcavons a Aiacor, i Alcavó
de la Freira a l'Olleria, mentre que altrestoponims com la Font Volta (la font voltada
o abovedada), a Bixquert, ens fan pensar també en aquest sistema d'alcavons o qanat
segons la terminología arab, pero que potser el procediment és més antic. Una atquitectes locals descrivien així el sistema (7): «Los alcavones o galerías de captación son
largos túneles cubiertos con bóvedas de mampostería cuando es necesario por las
características del terreno, o más comúnmente en la Costera por dos grandes losas
inclinadas formando un arco triangular corrido a lo largo de la mina. Sus dimensiones
son únicamente las necesarias para su construcción y reparación, de unos 60 cm. de
ancho y no sobrepasan la altura de un hombre. En ocasiones presentan pozos de
ventilación y el agua se recoge a lo largo de la mina y corre por un canalillo
construido en el suelo. Existen variantes según se recoja el agua en la misma galería
cegando la boca mediante un murete o mediante una balsa que se sitúa al final de la
galería. Del primer tipo existen bastantes ejemplos en el término de la Font de la
Figuera, y del segundo en Montesa (Basseta d'Evaristo).)•
Les tre~ fonts, la Salada, la de l'Edra, i la de les Santes (antiga Sinagoga) devien
pertanyer en l'Edat Mitjana a la jueria de Xativa. Descriurem ara la de les Santes, que
encara hom pot visitar (fig. 2). La boca d'entrada esta darrere de les ·santes, ara un
grup de cases dels treballadors del paper de Gregorio Molina, a escassos metres. A uns
10m. de !'entrada trobem el primer pou de ventilació, en una mena de cúpula. Als 4'40
m. més esta l'arqueta, on es recull l'aigua i d'allí eixen tres galeries, separades per
angles de 45°. Cadascuna d'elles té una 15m. de profunditat i acaben en una cambra en
forma de creu. La de la dreta, que encara trau aigua, té allí mateix una arqueta o
dip<)sit, que quan s'ompli vessa l'aigua a la conducció. La galería en forma de volta i
excavada directament en la roca tova, sense obra de cap classe té una altura de 1'60 m.
i una amplana de 1'50, pero a la part exterior 1'80 d'altura per 1'20 d'amplaria. La
conducció central, que va enmig de les dues voreres té uns 30 cm. de profunditat per
altres 30 d'ample. Sembla que aquesta disposició terminal en tres galeries tenia també
la Font de l'Edra, i el pou de la caseta de Lluch, que peñsem si sera el de 1'Aigua Salada
o de Sant Jordi. La font de l'Edra omplia un viver per amerar vúnet que encara hi
existeix, i la de Sant Jordi tenia encara al segle passat un viver en la pla9a de Sant
Jordi o de la Galera, que com també servía per amerar espart i vímet, s'anomenava
(7) Á.
1.ARAGO.ZA Y R. SICLUNA: .t.. uquitectu.a del qua "" la eo.t.er..o. Papen
- 337 -
de la Coáen, t1ÓIIl. l . Dtin. 1981.
pq. 62.
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Fig. a.- Alcav6 de la torre arab en la muralla Est.
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[page-n-341]
ALJUB DE MONTSANT
9
placa deis agramadors, que era el nom que rebien els qui practicaven !lquest ofici;
Llibre capitular de Xativa, any 1809, fol. 112: «Sobre la fábrica de casas que pretende
haser D. Francisco Ferrer a la placa de Agramadors, a la salida de la Puerta de San
Jorge.)) 1 al diccionari Catal8.-Valenci8.-Balear, trobem per AGRAMAR: «Batre i cascarel canem amb l'agrama, per separar la canya del bro•. Aquesta operació d'agramar
es feia per tant, a principis del segle passat, al costat del viver o alberca de la Placa del
Portal de Sant Jordi, amb aigua provinent de la Font Salada.
Pero n'hi havia altres fonts més. A uns 200m. cap a l'Oest fora les muralles hi ha un
altre alcavó a la vora d'una casa ara destruida. Més cap a l'Oest esta la Font de la
Cirera, dins d'una finca particular anomenada la Polaca, a la vora del camí del portet
on hi ha restes d'altres alcavons. Aquesta la cita Vifies: <
relación con el Pla d'Agulló, como se cree generalmente, y sin duda también la de la
Salud, si bien ésta pertenece a terreno francamente cretácico, cual es Bernisa.••
«Un poco más abajo de la confluencia de loB barrancos de la subida de Bixquert y
del que baja desde el castillo por las espaldas del Montsant, aparece otra fuente, hoy
conducida a una casa particular de la Alameda. Sus aguas provienen de las que se
recogen en la pequefia cuenca subterránea correspondiente a la superficial de los
barrancos dichos. No conozco en que condiciones surge, pero es de suponer que alguna
grieta de la roca pone en comunicación el talweg de la cuenca subterránea con la
cuenca exterior, hoy terraplenada.»
El mateix informador de la Font Salada, ens va dir que hi havia també una font que
partía d'un alcavó que naixia en la Nevera, construcció singular per a guardar la neu
de la ciutat antigament (lam. U. A), i anava a una casa particular del carrer Sant
CristOfol.
Afora de la muralla Est de la ciutat, vora la torre almohade semicircular, hi ha
restes d'un altre alcavó que potser assortia l'aljub de Montsant (fig. 3 i lam. m, A). La
galería excavada en la roca tova i amb millor tecnica que la de les Santes té en la boca
una altura de 2'30 m. i una ampl&.ria de 0'50 m. en els primera 6'50 m. de profunditat. En
eixemoment s'abaixa a 1'50 m. en una profunditat de 17'30 m. En aquest punt apareix
el primer pou de ventilació que és quadrat i té 1'55 per 0'83 m. de costat. No hi ha obra
i és excavació en la roca natural. A partir del primer ¡x}u ja no es pot penetrar més,
pero a !'exterior s'observa que hi ha un altre pou uns 25m. més endins. Crida l'atenció
com els dos pous estan davant de sengles torres, el primer de la torre almohade on
segurament hi hagué una porta en epoca romana, i el segon vora la torre de carreus
romana. Potser els pous eren utilitzats pels defensora de les torres. Sobre la primera
torre no hi· ha cap dubte que era almohade, perque segons Boix (8) en ella s'havia
trobat una inscripció 8.rab que donav.ala construcció en l'any 1229 de la nostra era, i
allí mateix hi havia una porta, segons un text que ell cita, de mitjan segle XVIT: <<1
feren una sepultura de huitanta pams de fonda i vint de quadro damunt de rhort de dit
(8) V. BOIX:
cUaYa.
w
--.
~ y tQdicionel de eieta antipa eiudaobo. Jtti"- 18&7, pq. 10.
-339 -
[page-n-342]
10
A. VENTURA
monásteri de Montsant en un torreó del mur, que estava hueco, que antigament se
passa a Sent Onofre.» Aquesta torre e~ta a mitja dis~ncia entre el castell i Montsant,
de manera que és molt probable que hi hagués una porta de la Saetabis RomQ,Ila, com
també es d,edueix dé 1'obsetvació de la construcció de la muralla. D'ací eixiria a nivell
un camí cap a Bixquett, i en cas hipotetic que hi hagués algqna conducció exterior
d'aigua a la ciutat, cosa en absolut comprovada, estaria en aquest punt.
En definitiva, segons un mapa 1:25.000 del terme de Xativa, de 1905, existien dintre
les murallas de 1'Albacar, a part el que ja hem dit; com a mínim tres pous (núm. 316,
pou de Reig vora l'eaglésia de les Santes, i núms. 324 i 325, en les darreres corbes de la
carretera del castell), més a bandá altres construccions hidraulíques, com la nevera,
segurament del segle XVIII, la Cova de les Gotetes (naixeme'nt i aljub al mateix temps),
i els aljuba de que ara parlarem. Aixo ens pot fer suposar que la muntanya de X&tiva
en l'antiguitat podria ser com un deis abundante «Montlleó» o «Monleón)> de la
toponímia: Montem Luyyun = muntanya de les fonts, o «Gibraleón» = jabal·luyyun, amb
el mateix significat (9).
3. ELS ALJUBS ..El a.egüen~ exemple de Viciana, que escrivia al ségle XVI, ens
J;"esulta.ra aclaridor (10): «En la vertiente del castillo baxando a la ciudad hay un muro
que sierra el albacar, que antes fué la ciudad primero fundada, según dello tenemos
inteligencia por haver muchos aljibes y edificios antiquissimos; y después como antes
dijimos los agarenos que ocuparon la tierra edificaron muro del albacar abaxo la
ciudad que a} presente permanece.» No hi ha cap dubte en les áfirmacions de Viciana:
1er. En l'Albacar o Costa estava la Saetabis romana.
2on. Els musulmana baixaren la ciutat, probablement en portar l'aigua de Bellús i
Santa que anava a una cota inferior.
3er. «Aljibes antiquissimos» vol dir aljuba dels romail$. Naturalment aixo no vol dir
que no hagen estat reparats i reutilitzats posteriorment fins epoca moderna. Pero,
¿quants n'hi ha? Nosaltres creiem que més deis que es veuen a simple vista. I segurament estaven comunicats entre ells per galeries de distribució. ~e se'n puguen veure
ara a simple vista hi ha els següents: Els quatre comunicats dins el castell, les fotos
deis quals estan en el nostre treball sobre la }ú\tiva Romana (11), el de Montsant, els
de Sant Josep, el de la Tartana, un altre vora la carretera, la Co\Ta dels LleoiUJ, la de
lea Gotetes, i d'altres.
Sobre el de Montsant, o el convent de les Monges Magdalenas de 1'Algema, que
havia estat palau reial, Viciana no'n tenia cap dubte que era roma (1.2), quan diu: «En
este convento hay un algibe hecho por los antiguos (=romanos) y cual convenía para
la casa re~; cubierto de bóvedas con arcos grandes y una escalera de piedra para
baxar en él, el qual tiene de longitud noventa palmos y de latitud sesenta pal'mós y
Qtros sesenta de hondura; y en este tiempo estava lleno de agua pluvial y muy buena:
. (9) M. S~CHIS GUARNER: «De toponimill mbipvalentinv. Bevilta Valeaciana de Filo)opa, voL !,.fue. 4. Val..,.,;., 1861, J)lp, 2fi9.2'12.
(10) MARTIN DE YJCIANA: Libr:otercerocle la CnXdcaclela ... ciudad de ValeDcia,y 8llreiDo, 1fi63, 3.• ed., V~ U172, Col. CLVlll. pq, 330.
(11) VENTURA: Op. cit. en la nota 1, lAmín• XV i XVI.
(12) VICIANA: Op. <:ít. én la nota 10. fol. CLX, plc_. 336.
- 340 -
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11
ALJUB DE MONTSANT
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A. VENTURA
dixeronme lás reverendas madres que tenían provado que en.eada un palmo havia diez
mil cántaros de agua.»
Farem ara la descripció deis aljuba seguint una successió inversa d'impórtancia. La
Cova del$ Lleons, en la darrera corba de la carretera, on segons una tradició s'hi havia
refugiat Sant Feliu, és una immensa cister.na que té una boc.a de 16m. d'ampla. A pocs
metres a la dreta hi existeix una altra cova o cisterna enorme de 20 por 20 metres. La
Cova de les Gotetes, situada en el cainí entre la nevera i el castell, és sense dubte un
aljub on com el nom indica hi havia naixement d'aigua: fins i tot. hom ,podría pensar en
uns banys o termes, ja que al centre hi ha una mena de piscina rectangular que medeix
.
.
15 per 7 m.
En la penúltima corba de la carretera hi ha un aljub que ens sembla de dist.ribució i
decantació de la xarxa d'aigua (fig. 4 i 18m. IV, A). Té 8'60 m. de llarg, 5 m. d'altúra, í 4
m. d'ample. Les parets laterals mesuren 3'50 m. i damunt d'elles fins als 5 m. va la volta
de canó. Hi ha una entrada de l'aigua des de la conducció de la xarxa en la part alta, i
sembla que una eí.xida. Pareix que servirla pe:r a depurar l'aigua dipositant les
impureses en el fons.
Semblant a aquest és faljub de la Tartana, anomenat ai.xí pel poble perla seua
forma característica (fig. 5 i 18m. m, B). Esta situat vora la torre almohade en la part
interior i damunt la condueció que abaste.i x d'aigua al gran aljub de Montsant. Té .6'10
m. de llarg, 2'80 d'ample, i les parets una altura de 2m. Sobre elles va la volta de canó
qué té 1'50 m. de radi. En la part alta hi ha un forat d'entrada, i en la baixa un forat
d'eixida de l'aigua, de manera que és un aljub de decantació dintre la xarxa general.
Com que en aquesta part Est de la muralla, aquesta servía per a la distribució de
l'ai~ pera tota la Saetabis romana, c:lavalll'actual Ermita d~ Sant Josep ~on d~via
haver-hi ·a lguna porta) hi ha un castellum aquae molt probablement roma (18m. 11, B).
Té dues naus.voltades i comunicadas entre si per dos ares mitjaners. No doneín ara les
mesutes perno havet pogut entrar en el moment de redactar l'article, pero donem fe
d'haver-ho fet moltes vegades, i creiem que entra dins la tipología romana, que ara
veurem en el de Montsant.
EL MONESTIR DE MONTSANT O DE SANTA MAGDALENA DE L'ALGEMA
La primera notícia documental que tenim d'aquest monestir situa,t en el cantó
Nordest del solar de l'antiga Saetabis, es traba en el Llibre del Repartiment (13):
N.o 3030.--Jachesio Sancii: in diebus suis domos nostras que sunt in Algefna Xativa
que fuerunt de Abenhalaza ita qr¡.od eas teneat condirectas. IV nonas madii.
«A Jacques S&ll~: per tota }a seua vid~ les cases nostres (del rei Jaume 1) que estan
en i' Algefna de Xativa, que eren de Abenhalaza, de manera que les tinga en condom.i ni.
4 de maig de 1248 (com es dédueix pet la paginació).•}
(13)
Uil>Je del .a.P.Utiment. a
c;llr&
d'Antonl Fei'randó. Vicm>~ Garcia editoree, v~.
- 342 -
um, núma. a.oao i s.oo (Jner lUB).
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13
ALJUB DE MONTSANT
N .o 3049.-Jachesio Sancii: do1n011 in Xativa que fuerunt de Almouri{ et generis sui
cum turre in eis sita que sunt in Algefna et affrontant ex una parte in domibus que
fuerunt alterius generi dicti Almoxarif et u alía in vía publica et ex alía in muro
Algefna et ex alía in placía que estante domos fratrum de Hu ... ad propriam hereditatem
{ronchas. IV nonas madii.
( la torre situada en elles, que estan en 1'Algefna i estan fronteres d'una part amb les
cases que eren de l'altre gendre del dit Ahnoixerif i d'altra amb la via publica i de
l'altra amb el mur de l'Algefna i d'altra ambla placa que esta davant de les cases dels
frares (¿de la Penitencia de Jesucrist?) com a propietat franquea. 4 de maig.,,
Aquest Jacques Sane és un deis tres repartidora del terme de XAtiva, i va rebre les
propietats millora i més importante, i per aeo ací administra les mateixes cases del rei
a Xativa. Apareix en la cronica reial, cap. 71, durant la conquista de Mallorca: ccE
faem-ne batlles En Berengue:r de Durfort de Barcelona e en Jacques Sane qui eren de
nostra casa, e hc>mens que ho sabien fev• Segons la nota que fa Ferran Soldevila en la
seua edició de la Cronica (14), llegim aeo: ((Jacques Sane sembla deu ésser el mateix
del capitol 77, el qual era de la .casa del rei, i havia estat enviat per ell al rei de
Mallorca, per reclamar contra la presa d'una tarida. Pel nom sembla francés, i alguna
historiadora el fan de Montpeller. Trobem un Jaume Sanxer, al qual el rei va concedir
(17 de juliol 1249) autorització per alienar el castell de Montomés, prop de Bo.rriana.
En el Repartiment de Mallorca li va correspondre una alquería en el terme de Sineu.
Des de 1242 va succeir a Berenguer Durfort en el c8rrec de Batlle general de Mallorca.,,
Escolan.o (15) dóna més notícies 8obre la nissaga deis Sane, encara que alguna
d'elles podría ser erronia. Diu que cctuvo su origen en Alemanya.. .» i que tenien
((grandes heredamientos en los reinos· de Navarra y Aragón». Afegeix que serien doe
germana, (
potser tilla o nebots deis anteriora, els quals apareixen efectivament al IJibre del
Repartiment: Berenguer o Bemat en n.o 2.605, 2.838, 2.656, 2.560; Guillem en 8.388 i
. 3.714, ja mort; Aimeric, en 1.893: (
jueces repartidores de la tierra en 1244, como parece por el libro 9ue se guarda en el
archivo de Xativa, y a él y .a sus descendientes les cupo tan grande parte y tal en la
huerta de Xativa, que no se lee iguala ningún otro linage de los heredados en ella.,,
Escolano va traure aquestes noticies de Viciana, que molt més informat parla de
Jacques com a repartidor de la ciutat (16), quan fa esment de la família Sane: c
conquista de Mallorca, donde el Rey lo hizo baile, para favorecer y guardar a los
agarenos, que trai'an bastimentO& al campo. Después continuando el rey la guerra del
S.*"
(14) CrOoica de " • - 1, eap. 71 eo .X... Quav. O..... ~. ed. P. 8oWeriJa,
BerealoDa, lt71, ,..._ D& i •
(15) GA.SPAR BSCOLANO: D6c.4ee del BeiDo de VeJeQcie, 1610. libro IX, col Uk
(15) MARTIN DB VJCIANA: hite ..-la de le ermw:._ de VeJeQcie, ed. 1881, Sociedad de Bibll6ftloe, . . .. 150.
- 343-
[page-n-346]
14
A. VENTURA
Reyno de V al encía, fiel Jaques San~ les sirvió hasta la presa de XS:tiva, que fué año
1244. El rey nombró partidoi~es de los heredamientos de Xativa entre los cavalleros y
otros muchos pobladores a Jaques San~ y otros dos cavalleros, según parece por el
libro de dicho repartimiento hecho entonces, el que hasta hoy está guardado en el
Archi\To de Xativa. Otrosí, Berenguer San~ y Pie:rres San~ fueron en la pressa de
Xativa, y a mi digo, que el dicho Jaques ni los otros de su familia de aquella hecha, no
fueron mal heredados, porque hasta hoy vemos que los cavalleros del apellido de Sane
en Xativa possehen todo lo bueno y mejor .della.••
L'al-ge{na = la «ciutadellro•, que estal'.ia habitada per l'alcaid de XAtiva Banu lsa, i
cotlvenida en residencia reial, segons les fonts musulmanes hauria estat abandonada
per aquesta en gener de 1248, i uns mesos de8prés concedida en maig a Jacques Sane
(17): «la casa del famoso médico sevillano Abenzoar (m. 1130) se mantuvo en la "gefna"
de Xativa hasta que la abandonaron los musulmanes en ramadán del año 645 (enero
1248)••. No tenim cap dubte que l'algefna eta les «domos nostrM>•, casa reial, i el futur
monestir, ja que ho corrobora él paragraf abans citat de Viciana.: «En este convento
hay un aljibe· hecho por los antiguos y cual convenia para la. casa real.••
El rei sojomava en aquestes cases durant les seues estades a Xativa, i no sabem si
per etimología popula,r o per confusió d.e noma quasi homOfons, allo cert és que molt
prompte vegem 1'al-gefna = ciutadella, convertida en algema, el lloc de l'assemblea,
referint-se a les mateixes cases del rei. O potser l'algema designava un lloc dins de
l'algefna. Així en la celebre estada del rei a Xati\Ta pera reconciliar·se amb elseu fill
l'infant Pere, en Nadal de 1273, un document citat per Miret (18) porta la següent
datac.i ó: <
en Xfttiva en les cases del senyor rei de l'algema el 18 de desembre de 1273••·
~s molt probable que Jacques Sane fos de Mohtpeller, ja que anys després aq~estes
cases reials serien atorgades a les monges madalenes de Montpeller, i pensem que cáda
zona de la vila estava assignada a repobladora del mateix origen geogr&fic. Un
document de pocs dies després (13 de febrer de 1274) ens assabenta que a les portes de
la casa del rei, Bertrail de Canelles havia assassinat a Roderic de Castellósol, justicia
d'Aragó <
Alzira un cónven.t de monges madalenes, com a fillpl del que hi havia a Montpellet,
prop de..l RQrtal de Sant Gil; en aquest document atorga a la priora Na ~bors una
serie de rendes de molins del riu Albaida en terme d,e XAtiva, i en la séquia de Meses,
de Ranes, en el riu de Montesa, en el raval de Xativa, etc. Aquest.monestir va estar a
Alzira, fina que una gran riuada del Xúquer el va destruir, i les seues monges occitanas
varen passar a 1'Algema de Xativa defmitivament. Aquestes notícies provenen de
Jaume Villanu~va (19): «El Rey don Jaime ll de Aragón, nieto del Conquistador el) su
r
(17) C. BARéELO: «Loe Banu lea». Llibre de la Fira, Xitiv~ 1982, " "· ZT.
(18) MIRET J SANS: «ltinerari ile J a11111e 1 el cooqueriaor». Bax<:elona, 19 ·pq. .(90,
18,
(19) J. VILLANUSVA: •Viaje literario por lea i¡Jeeiaa de Eepañp, Imp. ReaL Madrid. 180.'1. t. 1.
- 344 -
pq. 21.
[page-n-347]
15
ALJUB DE MONTSANT
Real Privilegio dado en Zaragoza a 24 de setiembre de 1320, considerando que el
monasterio edificado por su abuelo en Alzira había sido destruido por una grande
avenida del Xúcar, y que sin grave peligro de la comunidad, no podía reedificarse allí
mismo, concedió a la priora y monjas una casa que el rey tenia en Xdtiva, llamada Algema, a la cual se trasladasen y fundasen un monasterio con el título de Santa
María Magdalena de la Algema... Proveyó el rey a su subsistencia por el privilegio
dado en Valencia a 10 de enero de 1320, por el cual sin que obstase la disposición del
fundador del monasterio de Alcira la donación que hizo su abuelo, trayendo, dando y
confirmando de nuevo a la abadesa que era y por tiempo fuera y a su comunidad del
monasterio de Santa María Magdalena de Algema de Monte Santo de XAtiva, los
mismos bienes que en el privilegio y donación de su abuelo se expresan... Fueron
encargados de su dirección y gobierno espiritual y monástico los abades y monges de
Valld~~a, conforme a los estatutos del Císter.))
La vida d' aquestes monges madalenes, que procedien de la noblesa, no devia ser
molt edificant, jaque tenim noticies d'una brega per l'amor d'alguna monja de dos
cavallers, un dells el póeta mossén Estanya, potser descendent d'un repoblador occita
de la Valldigna (20): «El25 de julio! de 1470, don Jordi Centelles, fill del comte d'Oliva,
fonc en la ciutat de XAtiva en lo monestir de les monges de Montsant, e fonc lo fill de
mossén Estanya, los quals vengUeren a brega e lo dit Jordi fonc nafrat en lo ventre, e
lo Stanya en lo cap)).
En l'església del convent hi havía una taula de la Magdalena de Reixach i un
retaule de la Ma.t;e de Déu de la Llet, que ara es troben en l'església de Sant Feliu (21).
Viciana encara va visitar aquest monestir, com ja hem vist anteriorment.
Després del concili de Trent, aquest monestir que havia de ser obligat a fer-se de
clausura, contra l'opinió de les monges, fou ocupat directament per monjos. de la
Valldigna: <
las de Montsant a recibir este decreto, con pretexto que fuera de la estabilidad expresa
en su profesión, jamás habían votado ni obligádose ·a clausura; por donde dieron que
sospechar que esta su resistencia nacía de propensión a vivir con más anchura y
libertad. Habiendo llegado esto a noticias de Felipe n, zeloso executor de los decretos
del concilio, tomó tan a mal esta oposición, que como dotador y único patrono de aquel
monasterio impetró una bula del papa Gregorio xm... para que las trece monjas
fueran trasladadas a otros monasterios.)• Foren enviades al monestir de la Zaidia, de
Valencia, i en el de Montsant de Xativa varen entrar tretze monjos cistercencs de la
Valldigna (c<
bemats••) que hi continuaren fins l'exclaustració delsegle passat, en 1836
concretament.
(20) WAJl'l1N DB RJQOU 1 A. COMAS.: «HJ.tbria de la liUntura ea.t.lanp. Bd. Ariel, BArce1oDa, 1864, -.ot
(:ll) A. V&NTUllA: «L'-.UG& cla s...t J'eli11 ele XAiiVP. Bd. Amica ele la Coelera. XAtiva, 1m. p6p. 66-70.
- 345 -
m, pq. 374.
[page-n-348]
A. VENTURA
16
LA MARE DE DÉU DE L'ALJUB
A part d'allo queja hayem dit anteriotment, les escasses l}otícies m~ que podem
aportar sobre el monestir de Montsant, apareixen en el llibre de Caries Sarthou
«Monasterios setabitanos» (22). Primerament recull la vella tradició, esmentada per
Escolano, que allí mateix es trobava rhipotetic monestir del segle VI de Sant Donat
africa. Descriu les ~scasses restes arqueologiques, dient que-«en el ángulo Norte yace
enterrada la planta del templo; su muro exterior, aprovechado luego para muralla de
defensa en las g1¡erra. d.e la inde.pe.ndencia y civiles del pasado siglo, nos muestran aún
s
un ángulo de sillares y en el mismo lienzo, lo que fue puerta del templo cenobítico con
el arranque de una arquivolta de saliente arco en sencilla arquitectura. Diversos
:r~ws de canterla y capiteles por todo el jardín».
Respecte a l'aljub diu que «semeja subterránea catedral con la cabida de un millón
de litros de agua pluvial)). Sarthou expresa l'opinió que compartim plenament que «es
demasiado aljibe para un centro de trece monjas y es casi seguro que su construcción
data de época anterior)).
·
En l'actual menjador de la casa hi ha una imatge de rajoletes d'una Mare de Déu,
amb la següent inscripci6: «Nuestra Señora del Aljibe, .abogada contra la peste,
encontrada en esta cisterna en el ajío 1604 y fue trasladada a Valencia donde se
venera>). La imatge es trobava fins la guerra 1936-39 en la primera capella de la dreta,
la del baptisteri de l'església de Sant Miquel i Sant Sebastia de Valencia, sobre el vell
camí de Quart: aco era una antiga e:rtnita fins que en 1533 s'hi establken els frares
mínims, ion es conserva la tomba del Beat Gaspar Bono. Durant 1'expropiació, aquests
frares en 1835 encara tenien terree en Novetlé, cos.a que ens indica algu.na relació am.b
Xativa. La capéUa de la Verge de 1'Aljub, que no conserva a horas d' ara la imatge, esta
coberta de rajoletes de tons blavosos, pero molt destruides: en la paret de !'esquerra
esta representada una font, i en la de la dreta un angel, que sembla portar l'escut de
Xativa. La llegenda de la imatge la va recollir Sarthou d,'un manuscrit, antic llibre de
·l a confraria de l'esmentada església de Sant Sebastia, que segurament va d.esaparéixer
e.n la. guerra: «En la ciudad de Xativa subiendo al castillo, hay un monasterio de
monjes bernardos, enfrente del cual babia un grande aljibe por los años 1604, donde
sucedió lo que sigue: Subíanse las más de·las tardes tres señores clérigos, dos presbíteros llamados mosén Cosme Esparcen y mosén Pedro Sanz, y el otro subdiácono,
llamado mosén Vicente Pedrola, a tener un rato de ;recreac.ión. Afligíales mucho la sed
una tarde y lastimándose de pudiendo tener allí algún algibe... vinieron en limpiar el
que había y condujeron dos jornaleros para vaciar la tierra. Un día, a tiempo que ya
habían sacado tres grandes montones de tierra, descubrió mosén Vicente Pedrola, en
el montón de enmedio, un pedazo de madera que relucía mucho. Llegóse y vió una
hermosa imagen de la Concepción con su luna a los pies y sin niño· en los brazos.
Limpióla con un lienzo, qu~ por haber estado bajo tierr:a 890 años... estaba muy
(22) C. SARTHOU:
~Mona.eterlo8
tetabitano.... Tip. MoclemaJ Val_6DQ.a, 1922,
- '346-
pq.. 6C).a).
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ALJUB DE MONTSANT
17
cubierta de terraje... Mas tarde se llamó nuestra señora del Aljibe y es la más
milagrosa que tiene Valencia». Després de diverses vicissituds fou portada a Vallmcia
en 1644, <
consagrándole actualmente una muy lucida fiesta su ilustre y real cofradía con la
invocación de Nuestra Señora del Algibe». Sembla que Martínez Aloy, cronista de la
provincia de Valencia, va rebutjar el que fos imatge romanica, i l'apreciava del
Renaixement. Sembla, dones, una, imatge del segle XVI deis frares cirtercencs, més que
de les seues predecessores les monges madalenes.
Aquesta i~atge no seria més que un símbol sagrat de la «misteriosa antiguitat>) que
hom donava a tan gran aljub.
L'ALJUB DE MONTSANT
PrimerameJtt vol~m afirmar que tant perla situació de l'aljub, en la part alta, angle
Nordest de la Saetabis rom8l1Jl, com per la tipología i per les seues dimensione,
superiora a les necessitats d'un convent o casa reial, creguem que és obra romana, i
es tracta d'un aljub de distribució per tota la ciutat romana, comunicat per la muralla
amb els aljubs de Sant Josep i per canals interiors amb els altres aljubs queja havém
vist (fig. 1 i lAm. IV, B). De forma similar a com en la ciutat romana de Valencia un
aqüeducte entrava per la part Oest, camí de Quart, i per la muralla (Bany dele
Pavesos) anava a un castellum aquae en la Porta Sucronensis ( = Martiri de Sant
Vicent), en la ciutat de Saetabisl'aigua concentrada en aquest aljub es distribuiría per
la muralla del Bellveret, tenint un dip(>sit secundari probablement també romA en les
dues cistemes comunicadas de !'Ermita de Sant Josep.
Hem visitat en dues ocasione l'aljub, pero sobretot tenim uns planols dibuixats per
l'arquitecte xativi Rafael Oliver en 23 de setembre de 1915, en els anys en que va fer
obres i reparacions en el casteU, en Montsant, i va construir la carretera moderna de
pujada al castell, sent propietari de tot aixo el senador D. Bemat Gómez Igual (fig. 6).
Segonsles dades que posseün l'aljub, que té una altura de fabrica de 12m., si estigués
ple fins a una altura de nivell d'aigua de 9'70 m. tindria una capacitat de 1.342.530
litres, cosa que és un volum d'aigua molt considerable i més propi d'una ciutat
romana, que no d'un simple convent.
La planta és un rectangle de 18'75 m. de llarg per 11'62 m. d'ample, dividit en quatre
naus amb volta de canó i comunicades entre sí per dos ares. L'altura total és de 12m..
deis quals 9'75 m. corresponen a les parets fins al comen~ament de la volta. Aquesta té
un radi de 2'25 m. i un diametre aproximat de 4'12 m. Els dos ares que comuniquen les
naus tenen una altura del pilar de 6'37 m. mentre que el radi de cada are mesura 1'5 m.
En la primera nau de la dreta es troba !'obertura i !'escala pera baixar al fone, com
s'observa en el dibuix que acompanyem (fi.gs. 6 i 7).
Que encara en el segle passat hom peneava que els aljubs de Montsant i de la costa
podien ser d'utilitat per a una gran població, ene ho demostra el següent informe de
-347 -
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18
A. VENTURA
.Fig. 6.-Aljub de :Montsant. Pl_~n~a i seccjo~, s~~~?.~. J.t,i\ Oliver.
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19
ALJUB DE MONTSAN'I'
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Fig. 7.- Aljub de Montsant. Segona A . Zaragoza i R . Sicluna.
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Fig. 8.- Evolució del dipós it uni.-c.ameral, segons C. Fernindez CaaJado. El n.• 3 correspondria al
model de l' aljub de Montsant.
[page-n-352]
20
A. VENTURA
1837 (durant la guerra carlista) del coma. dant d'enginyers militara D. Tomás d'Enguín
danos, en reconéixer la c_iutat per a fortificar-la, citat per Sarthou (23): «Para caso de
cortar el enemigo los cpnductos de los manantiales de BeUús y de las Santas_, deben
tenerse previstos los aljibes de Montsant y Sent Onoire, castillo y la cuesta, dominicos
y agustinos, capaces de abastecer a 30.000 personas durante un par de meses de sitio,
más 80 pozos particulares y algunas fuentes del monte.,,
L'estudi que fa Fernández Casado (24) sobre la tipología de les cisternes romanes
amb la descripció de diversQs exemples molt pareguts als de Montsant ens continna,
sense quasi dubtes per la nostra part, que estem davant uns aljuba romana, malgrat
que no descartem que hagen tingut reparacions posteriors, puix deuen haver estat en
ús, quasi ininterrompudament, durant 2.000 anys. L'estructura rectangular, segons
aquest autor, és més freqüent que la circular, i per additaments succesaius ha donat
diposits més complexos: «Esta cámara és la célula elemental del depósito rectangular
que por repetición y adosamientos sucesivos nos da toda la gama de posibilidades de su
estructura horizontal. Pero la estructura elemental de la célula se complica al tener
que cubrirla, lo que realiza a la perfección el romano con su bóveda de medio .c añón
circular. La cubrición es obligada si la conducción es de agua potable, pues ya desde la
toma es pr~CÍSQ aislar el agua del alilbiente, para evitar las contaminaciones del
exterior, y adettlás mantenerla en buenas condiciones de temperatura. Así llegamos en
la estructura elemental cottlpleta al tipo de caja, de cisterna,,,,., «En un depósito
rectangular descubierto, la única condición para la economía de. la construcción, en
volumen de fábrica, sería la de ma~tenerse en una planta aproximada al cuadrado,
pues la superficie del fondo ~ siempre la mif¡ma y la longitud de muros es mínima para
la forma indicada.)) Encara que part del nostre aljub esta excavat i una part constru1t
en !'exterior, no obstant és quasi un quadrat.
<
divisorios con empujes equilibrados si se establece comunicación entre las células
para que el agua tenga libre circulación por todas ellas... El máxil:no de economía se
obtiene al convertir los tabiques en arquerías y al final sobre columnas, solución a la
que no llegan los romanos, sino los bizantinos que continuaron la evolución.)) ·
Aci tindríem dones, una. data ante quem: si solament e1s bizantins i per tant els arabs
arribaren a sostenir els ares entre les naus sobre columnes, la tipología que observem en
Montsant, sobre pilars, seria anterior, i per tant romaJ:)8.
«Al darse éuenta -continúa Femández Casado- de que las perforaciones etan una
ahorro de material y que los pasos establecidos podían servir para una mejor inspección y
reparación, al facilitar los recorridos en el interior del de~ito, se agrandaron los huecos
primero, al conservar l(l cubierta, sólo en altura hasta ellúníte superior, que es ~~ pÜJno de
atranque de las bóved48 de cubierta.•, Aquest seria el punt en que es troba 1'aljub de
Montsant, quan els ares intermedis no superen el pla1 oh arranca la volta de la nau, i per
(23) SARTHOO: Op. cit. en !,_IIOtá 4, vol. m, pq. 93.
(24) FERNANDEZ CASADO: Op. cit. .,. 1• nota 6, pi.p. 206-268.
- 350 -
[page-n-353]
ALJIJB DE MONTSAN1'
21
tant aquesta no és encara volta d.'aresta. De les 5 fases que }'autor explica en el dibuix de
la pagina 206, delseu treball, aqu~ta seria la 3.•, on s'eixampla el buit tot el pOS$ible no
superant l'altura de la }>aret plana (fig. 8). La reproducció fotogdñca que es fa en la
pagina 224 de la mateiJ:a obra de 1'Aqua Martia o <&tte Sale)) de Roma és molt similar als
dos aljubs comunicats de Sant Josep, que també 'SUposem romans, i el mateix podríém dir
del diposit de Chieti reprodwt en la pagina 230. Quant a la _planimetria, els dip(,sit;s de
Cherchell amb sis naus comunicades entre elles ofereixen una gran similitud amb el de
Montsant, si no fos que estan comunicades per obertures rectangúlars i no per ares, cosa
que indicaría segons l'esquema una fase más antiga de l'evolució. En canvi el de Lyon, si
no se li pareix en la planta de rectangles coaxiá.ls, sí en la.intercomunicació de les naus:
«En las Galias, el depósito más interesante que se conserva es uno de los de Lyon, situado
en el campo de las Ursulinas, que tiene u,na compartimentación original con dos series de
muretes internos forinando r~ctl!ngulos coaxiales. La planta exterior es de 19'50 por 17'50
m. (recotdetn que la planta de Montsant es 18'75 per 11'60, m.o lt similar), siendo la
anchura libre de los pasillos de 2'20 m. (4'12 m. en Montsant). Están cubiertos con bóvedas
de medio cañón y calados pa:ra intercomunicación con }lUecos que llegan hasta e1
arranque de las bóvedas (com el de Montsant).»
Si les «Sette Sale)) de 1'Aqua Mattia, que es parejX tant als n~tres dip()sits de
Montsant i Sant Josep, fou construida. per l'emperador Traja pera les seues Termes, aixo
ens donaría, potser, una data post quem per als nostres dip(>sits: ¿Serien constrults en el
segle ll d.C.?
D'alt.res veus més autoritzades, que la d'un simple professor de 1latí, i espeeialment
l'arqueologia, podran aclarir més aquestes qüestiol\8. Solament he intentat donar a
éonéixer una serie de construccions hidrauliques de Xativa, de les quals les més monumentals com la de Montsant i Sant Josep podrien ser romanes. Acabarem amb les
paraules de Vitruvi, recollides en De Architectura, VITI, 8: «Pei<)· si el terreno fu~
demll$iado duro o las ve.nas del !lgua se encontrasen en exceso profundas, entonces se
ha de recurrir a recoger en depósitos o cisternas el agua procedente de los tejados o de
otros lugares elevados, mediante unas construcciones que se llaman "opus signinum"
(de Signia, ciudad de los Volscoe). Para dicho tipo de obras se procederá de esta
manera: se preparará primeramente are)la buena, lo má.s pura y áspera que sea posible;
piedrás de sílex, que no pesen más de una libra cada una; cal lo más enérgica posible
para la mezcla del mortero, que se compondrá de cinco partes de arena por dos de calj
se añaden a este mortero 1as piedras de sílex, y con todo ello se irán levantando las
paredes dentro de la misma zanja, las cual~s serán tan hondas como lo haya de ser la
cisterna,, y se apisonará n con pisones {errados. Apisonadas las paredes, vacíese la
tierra en el espacio intermedio hasta el nivel más bajo de las paredes, y una vez
igualado, apisónese él suelo con los mismos materiales hasta dar a:l pavimento el
espesor requerido. Si &e hiciesen estos depósitos en número de dos o de tres, de modo
que por decantaciones sucesivas pueda pasar el agua del uno al otro, ello daría por
r esultado una agu~ mucho más sana y agradable; porque al quedar el linio sedimentado en cada uno de los depósitos, el agua sería en otro mucho más clara y conservaría
sin ólor su sabor, En caso contrario sería menester echarle sal y filtrarla)).
el
- 351 -
[page-n-354]
[page-n-355]
VENTURA .- Aijub de Montsant
LAM. 1
A
B
A) Font d e I'Aigua Salada e n el Carrer de les Animes. B) F ont d e l"Ed•·a.
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VENTURA.- Alj u b de Montsa n t
LAM. 11
A
B
A) Never a . B) E n t t·ad a a l 'Aijub de S. J o sep.
[page-n-357]
VENTU RA.- Aljub d e Mon ts ant
LA M. 111
B
A
A) T orr e a r a b d e la mura lla Es t. Al s e u peu hi h a les t·estes d ' un alcavó.
8) Aljub de la Tat·t a n a.
[page-n-358]
VENTURA.- Aijub d e Mon tsant
LAM. IV
A
B
A) Aljub d e la carretera. B) Aljub de Montsa nt.
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ARCHIVO OE PRBmSTORJA LEVANTINA
Vol. X1X (Val encía. 1989)
EMPAR JUAN NAVARRO E IGNACIO PASTOR CUBILLO
(Valencia)
EL YACIMIENTO DE EPOCA VISIGOTICA DE PLA DE NADAL
0: ANTECEDENTES Y SITUACION
En el término municipal de Riba-roja de Turia, a unos 20 Km. al NO de Valencia, se
encuentra el yacimiento de Pla de Nada! (1), que toma el nombre de l a partida en que
se asienta, al pie de la loma Dels Cil.rasols, en una ligera elevación sobre un terreno
eminentemente llano, cuyo ligero relieve primitivo puede apreciarse en fotografías
aéreas anteriores a 1960. La transformación del entorno en campos de naranjos, que
dio lugar a su descubrimiento, ha modificado sustancialmente la topografía del lugar,
afectando incluso a parte de las estructuras que, cuando dicho hallazgo se produjo, ya
habían sido destruidas.
(1) En el mH de agosto de 1970, aÍ rWiaane en este lugar~ de tiivelación del auelo para dedicarlo al cultivo, aparecieron unoe reatoe
arquitectónicoe quellamarpn la atenci611 del PI"!>Pietario del campo,l!l>i\or Gin,r. Llegada la noti~a al Servicio ele lnveatigaclón Prehietórica, ou
Director, O. Dominro Fletcber Valla, real.i..S varias viaitu ál Jugar, con>J!robando laexiatellcia da ruinaade una ecüftcadón da •poca vieigótica,
lo que da.d.a la HC&oel de ,..toa de tal claae en ti!~t'J;as valé'ilciañiii., ~pertó el interé& del Servicio y provocó la oeceaidad de au excayación.
Aunque aolicitado y concedido el permilo de ellcavación, diverau taronee impidieron entonces la ...uución de loe IH.bajoo. En el afio 19110, el
S.I.P. tuvo noti(\iae de que ae eataban haciendo geationeo de compra de la zona por parte de un particular para ampliar una edificación
ínmediata,lo que unido ala cada vez m&J>Or deetrucdón dal yacimiento por loo excavadOl'ell clandeetinoe, decidió ala Dirección del SJ.P. iniciar
las inveotipcionea de campo en. el d'la de Nacla.l». Ruta el preaente " han realiudo cineo campat.ao de excavación.
D. PLETCHER VAL18: «La labor del Servicio deblveotigación Prebiatórica y e u M~ de Prebietoria tn el afio 19'7011. Valancia, 1m, pq. Ul.
D. FLETCHER VALLS: «La labor del Servicio... en el afio 198l>t. Valencia, 1982, ~. 133 a HO.
B. PLA BALLES'I'ER¡ «La labor del Servicio... en. el afio 1982>o. Valencia, 1984, pí.p. 130 a 133.
E. PLA BALLES'I'ER: «La labor del Servicio,.. en el año 1983•. Valencia, 1986, pí.p. 72 a 76.
E. JUAN y F. X. CENTELLES: «Biyac.i miento de época viaigOcla de Pla de Nadabt. Ad:u delJ
de Arqu
E. LLOBREGAT: «lAa 6pocaa paleocrioliana y vialfocla>o- En «Arqueoloría en el Palo Valenciano, Panonoma y ~pecliv.... Alicante, 1985.
R. U.OBRBGAT: «Arta Paleoc:rietiano y v~. Riotoria del Am Valenciano. Biblioteca Valencia1>a, Valen. ia, 19118. p4p. 20().201 e
c
iiU.U.C'ÍOnM en p4p. 192 y 20L
COII Olll.trWidDd o lo UCOPOCi6n, oponu11 ~ tkl ~- ~n:
B. LLOBRBGAT: «lA primíuva criotiand.at valeociana>t. EcL L'Batel, Valencia, 1977, J>4c. 86.
E . U.OBRBGAT: «Valencia viaii(OClaJt. Nueetra ru.loria. tomo ll. M ...Ivan editoree. Valencia, 19110, p6p. 1~1611.
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-357-
[page-n-360]
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'L-----Fig. l.- Planta ideal de l yacimiento (cons iderando ortoronales los enc uentros entre muros).
Fig. 2.- Axonometria de la zona conocida. con reconstrucción del trazado de los vanos, y altura
mínima de forjado.
[page-n-361]
PLA DE NADAL
3
l. DESCRIPCION DEL CONJUNTO: COMPARTIMENTACION
La parte que se com¡erva presenta una élara simetría respecto de un plano vertical
N-S, y está constituida por una sucesión de espacios a lo largo de un eje E-0, con alas
perpendiculares hacia el S. Dichos espacios quedan delimitados por muros de unos
95 + 3 cm. de espesor, sustituidos en algunos casos por arcos de herradura, de los que se
mantienen in situ los arranques, así como algunos sabneres y dovelas.
La descripción que a continuación iniciamos obvia, por el momento, las pequeñas
desviaciones, tanto de dimensión como de ángulos, que hemos podido apreciar, y que
estamos analizando si responden a un patrón intencionado o a simples errores de
replanteo. Descríbiremos, pues, lo que podríamos llamar el arquetipo del yacimiento
(figs. 1 y 2).
Los espacios descubiertos hasta ahora, que describiremos sucesivamente (según
pueden recorrerse a partir del eje de simetria) son (fig. 1):
l. l.- Una nave rectangular tricuadrada, de unos 5'25 x 17'20 m., cuyo eje longitudinal sigue la dirección E-0, delimitada en sus lados mayores por gruesos muros, en los
que sólo se conserva la abertura de sendas puertas de 1'35 m. de luz, cuyos ejes
coinciden con el eje transversal de la nave y el plano de simetría del conjunto
conservado. Los lados menores quedarían definidos por arcos .de medio punto, con
ligera herradura, de unos 3'55 m. de luz, insertos, junto con las impostas de arranque,
en diafragmas de técnica y espesor iguales a los de los muros, pero no trabados con
ellos.
1.2.- Un espacio de planta sensiblemente cuadrada. delimitado por arcos en el lado
recayente de la nave descrita (compartido con ella), y en los lados N y S; estos, algo
menores de luz y con la línea de impostas algo más alta. El lado opuesto a la nave
queda delimitado por un muro de mampostería, con una puerta de 1'30 m. de luz, con
jambeado de sillería de toba, que abría a un porche, probablemente cubierto, de
anchura aproximadamente doble que el espacio descrito, delimitado lateralmente por
muros de mampostería que cerraban espacios adyacentes (descritos en 1.4 y 1.7), y al
exterior por una línea de pilares de toba, sobre basas del mismo material, de los cuales
dos quedaban exentos y otros dos apilastrados (láms. 1 y 2).
1.3.- Por el arco S del espacio antes descrito, se accede a otro ámbito, de planta
sensiblemente cuadrada también, aunque ligeramente menor, cerrado por muros de
mampostería, de los que uno (prolongación del diafragma entre los ámbitos 1.1 y 1.2) es
ciego, mientras los dos restantes conservan restos de puertas de comunicación con los
espacios que a continuación describiremos; dichas puertas, de aproximadamente 1 m.
de luz, con enjambado de toba, quedaban como sigue: la del lado S, centrada en el
paramento, con el mismo eje que los arcos N y S del ámbito descrito en 1.2; la del lado
opuesto al muro ciego, centrada en su mitad S.
1.4.- La última puerta descrita, comunicaba con una habitación de planta rectangular bicuadrada, cerrada en todo su perímetro por muros de mampostería, ciegos en
-359 -
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E. JUAN e l. PASTOR
4
la parte que se conserva, y cuyo eje mayor sigue la dirección E-0, dominante del
conjunto, y coincide con el eje de la puerta.
1.5.- De iguales características, pero con el eje mayor en dirección N-$,. es el
departáttlentp que comunica con el 1.3 por su puerta S; el eje d·e est~ habitación
coincide con el de la puerta Y', por tanto, con los de los arcos N y S de L2, prolongándose, con toda seguridad, en espacios que aún no podemos describir con pormenor (por
haber resultado casi totalmente destruidos) por el N.
1.6.- La puerta S de la nave principal abría hacia un amplio espacio, delimitado
por la cara exte.rna del muro S de la :misma, y las de los correspondientes muros de los
departamentos 1.3 y 1.5 a ambos lados; queda por determinar con precisión el límite S
de este espacio, y si estuvo cubierto en la zona adyacénte a la nave, o descubierto en su
totalidad.
1.7.- Hacia el N de los espacios descritos en 1.1 y 1.2, apenas quedan 'restos, debido
al arrasamiento mencionado; de todas maneras, se conserva parcialmente el muro N
del pórtico oriental, así como vestigios de muros que constituirían la p_olongación
r
hacia el N de algunos de los descritos.
2. eLEMENTOS CONSTRUCTIVOS SINGULARES: .FABRICAS
2.1.- Mampostería
Gomo ya hemos sugerido, el cuerpo del edificio e$tá construido en fábrica de
mampostería careada, recibida con mortero de cal y enlucida del mism.o o similar
mottero por ambas caras, con relleno de tierra y enripiado, sin qu~ por el momento
podamos determinar si se ejecutó algún tipo de cimentS;tción o preparación del terreno,
fuera de una cierta nivelación, un tanto imperfecta.
También imperfecta fue la ejecución de la mencionada fábriGa, a juzgar por algunos
indicios, y su pretendido refuerzo con sillería, en ciertos lugares; ·efectivamente, las
inadecuadas proporciones de los sillares, su escasa consistencia (tobas calcáreas muy
blandas y frágiles) y su· inadecuada disposición en la obra, pueden incluso haber
multiplicado los efectos deletéreos del tremendo incendio que, con toda evidencia,
marcó el principio de la ruina del edifi~io.
2.2.- Sillería
Los refuerzos de sillería parecen haber tenido una función esencialme_nte constructiva, si bien no es en absoluto descartable cierta intención decorativa, que en todo
caso debió ser secundaria, como luego se verá. Esta fábrica ha sido utilizada en
elementos de refuerzo planos, lineales y estéreos, entl'e los que cabe destacar los
siguientes:
2.2.1.- Parainentos, de unos 60 cm. de espesor, {l.dosados a los muros de fachada en
ambos pórticos (espacios descritos en 1.2), rematados a escuadra a 1m. de la puerta,
por &mbos lados; estos parru;nentos estuvieron decorados con al menos un friso corrido
de roleos en bajorrelieve, que más adelante describiremos. Al margen de la intención
- 360 -
[page-n-363]
PLA D.E NADAL
5
de los constructores, su función de refuerzo del muro al que se adosan quedaba muy
limitada por su completa falta de traba con él: de hecho, entre ambos paramentos aún
se conservan restos de enlucido.
2.2.2.-Contrafuertes, de unos 70 a 80 cm. de lado en la base, adosados al muro S de
la nave principal (espacio 1.1), cada 1'5 m. aproximadamente, aunque en algún caso
han desaparecido incluso los sillares de base. Sobre su eficacia como refuerzo, cabe
repetir lo dicho para los elementos descritos en el apartado anterior.
2.2.3.- Elementos estéreos, de atado de esquinas, constituidos por paralelepípedos
de proporciones aproximadas 2:3:6, aparejados dejando enjarjes con los muros de
mampostería que traban; su ejecución sí parece, en este caso, adecuada a la función
constr uctiva asignada, aunque las características del material no fueran las idóneas.
2.2.4.- Arcos, constr uidos en toba (dovelas y salmeres), sobre impostas de dolomía
(también llamada caliza azul), reutilizadas con toda seguridad, aunque por el momento
no podemos precisar con exactitud la fecha ni el lugar de procedencia.
El resto de elementos pétreos hallados, se describe bajo el epígrafe «elementos
decora tivos)).
3. ELEMENTOS DECORATIVOS
Aparte la posible función decorativa de Jos elementos y fábricas de sillería descritos, encontramos multitud de piedras trabajadas cuya función es, contrariamente a los
anteriores, eminentemente decorativa, bien por su tratamiento escultórico (generalmente en bajorrelieve rehundido, muy frecuentemente a bisel), bien porque su forma,
dimensiones o acabado inducen a atribuirles una función preeminentemente estética,
o de mobiliario pétreo. También resulta significativa, aunque por la razón contraria, la
escasez de restos de cerámica (fuera de los abundantísimos fragmentos de tegulae que
aparecen en varios niveles) y elementos de ajuar, con la particularidad adicional de
que bastantes de los fragmentos cerámicos se encontraban embebidos o incrustados en
la argamasa que, disgregada o en bloques, constituye la mayor parte del escombro que
cubría las estructuras. A reserva de una clasificación tipológica sistemática, y a
efectos de esta exposición resumida, los dividiremos en cuatro grandes grupos:
3.1.- Elementos de friso: Sus formas, dimensiones y decoración no dejan lugar a
dudas sobre su función en el conjunto, salvo la reserva menor de que alguna de las
piezas, de talla especialmente cuidada y con decoración en dos caras contiguas,
pudiera formar parte de alguna estructura semiexenta (capitel o modillón). En conjunto, constituyen el grupo cuantitativamente más importante, superando el número de
350 las piezas recuperadas hasta ahora. Sus formas, y los motivos esculpidos, permiten
una primera clasificación tipológica, que apuntamos como sigue:
3.1.1.- 0rtoedros, de unos 13 x 32 cm. de sección transversal, y longitudes comprendidas entre 40 y 44 cm., decorados en una de sus caras más estrechas con roleos
formados por tallos vegetales, con acanaladura central y nudos de ramificación, en
cuyos senos circulares se ha esculpido, enlazados a modo de infrutescencias, otros
-361-
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6
E. JUAN e l. PASTOR
motivos, como racimos, tulipanes, hojas tri y pentafoliadas, piñ~s y palmetas. El
conju.n to queda enmarcado con un fino listel. Por el lugar de su hallazgo, parece qu~
formaban parte de la decoración de los pórticos O y E (lám. 3, 6).
3.1.2.- Piezas de dir~ctriz ligeramente curvada en arco de circunferencia, de unos
1!> x 18 cm. de sección transversal y entre 35 y ¡5.0 ctn., de longitud media. La cara
decorada presenta una leve concavidad, inclinada en ligera ménsula, y está trabajada
e.n un l'elieve muy elemental, saliente, con veneras separadas por pares de trifolios
opuestos y unidos por el tallo. Por su forma y el lugar de su hallazgo, parece que
formaron parte de la decoración de los arcos que unían los atrios descritos en 1.2 y la
nave 1.1 ().ám. 3, 7).
3.1.3.- Piezas de formas y dinÍensiones similares a las descritas en los ~los epígrafes
anteriores, decoradas con lo que parece corresponder a diferentes estilizaciones del
motivo clásico de hoja de acanto, que en unos casos aparece trifoliada (en todas las
pieza,s ortoédricas, y algunas de las curvas). y en otros pentafoliada, o trifoliada con
dos lóbulos en el peéiolo. En las piezas. ortoédricas aparece siempre un liste!, en.m ar•
cando el motivo decorativo. Esté grüpo es el más numeroso en cuanto a piezas
completas o fragmentos recuperados (lám. 5, 8).
3.2.- Elementos de sopor:te: Podemos dividirlos en dos grupos, claramepte diferenciados entre sí por sus dimensiones (y, consecuentemente, por su función):
3.2.1.-Boportés estructurales: De dimensiones propo-rcionadas a las estructuras
_
portantes (víd. epígrafe 2), pareeen haber constituído la parte decorativa de la fábrica
(o, desde otro punto de vista, la parte estructural de la decoración). Hasta el momento,
hemos hallado cuatro fustes de columna, de unos 38 cm. de diámetro y entre 125 y 155
cm. de longítud, dos capitele"S cuadrang\llares, de caliza azul, decorado$ con diversos
motivos clásidosJ sobre los que se practicó regatás o acanaladuras (aparentemente,
para alojar canceles) que-inducen a pensar que se trate de elementos reutilizados, y las
basas o pies de dos pilares cuadrangulares; bajo los capiteles mencionados, pero sin
haber sufrido remoción apaxente, alineadas con lo que parece ser el arranque ·de una
pilastra ado·s ada al m~ro S del pórtico descrito en 1.2 (lám. 4) 9).
3.2.2.-8oportes accesorios: Constituirían lo que podemos describir como carpi'litería. pétrea, tratándose con toda probabilidad de s.o portes later.ale.s o intermedios (a
modo de ajimeces) de vanos abiertos a una altura .mucho mayor q~e la conservad~ en
los muros. Principalmente, sop columnilla.s .monolíticas, con basa y capitel, de ~ntré 70
y 95 cm. de altura total, talladas en piedra caliza clara, de rne. iana calidad, de las que
d
hemos recuperado tres piezas completas, dos fragmentos de unos 50 cm. que comprenden sólo la basa y part~. del fuste, y piezas menores, como basas, fustes y capiteles,
enteros o partidos. Los capiteles, cúbicos o tronoopir:;¡midales, presentan motivos
decorativos iguales o muy &imilares a los de-scritos ~.n los frisos (epíg:rafe 3.1). Los
fus_tes .son ciündric
~ojamiento de canceles o rejas (lám. 4, 10).
-362 -
[page-n-365]
E'LA DE NADAL
7
Conviene señalar, en lo tocante a reutilización de elementos de fábrica noble, el
hallazgo de fustes seccionados longitudinalmente, y tallados en bajorrelieve en el
plano de sección, para su probable utilización en frisos, así como otr as :piezas cuyo uso
final aún no podemos precisar, como una troncopiramidal, decorada en su base mayor
con hojas trifoliadas, y en las caras contiguas con veneras separadas por trifolios, u
otras tres piezas, talladas por una cara como los ortoedros de roleos (víd. 3.1.1) y por la
opuesta, en ligera concavidad, con trifolios.
3.3.- Decoración exenta, inserta en las fábricas.- Se trata, en todos los casos, de
piezas trabajadas como exentas, que presentan un pie o espiga de inserción, tallado en
la misma, y que en algunos casos conserva restos de mortero. Entre las piezas de estas
características, describiremos las siguientes:
3.3.1.- Cruces con láurea, vaciadas en piedra caliza, con un djámetro exterior de 30
a 40 cm. Ocho de ellas son lisas, y siete están talladas por ambas caras, con remates a
bisel y fondo plano; alguna conserva restos de color marrón anaranjado en la láurea
(lám. 4, 11).
El hallazgo de cuatro lajas de alabastro, cuyo perfil encaja con los vanos entre los
brazos de las cruces, así como la ubicación de los restos hallados, nos induce a
atribuirles la función de pequeños lu_cernarios, probablemente ubicados en la parte
alta de algunos muros.
3.3.2.- Veneras exentas, de unos 20 a 25 cm. de diámetro y diferentes grosores, cuya
cara decor ada es ligeramente cóncava, y convexa la opuesta. Hasta el momento, hemos
encontrado seis de estas piezas, en el espacio oriental de los descritos en 1.2; aunque
sin poder precisar aún s u ubicación exacta, parece evidente su disposición en ménsula,
sobre los muros (lám. 5, 13).
3.3.3.- Estela, en forma de trapecio, de aproximadamente 24 y 49 cm. de longitud en
las bases, unos 53 cm. de altura total y 6 cm. de espesor; decorada por ambas caras con
idénticos motivos, si bien una de ellas aparece muy deteriorada y con múltiples
adherencias de cal. En su decoración reúne los principales motivos descritos, presentando dos bandas laterales de roleos con trifolios y hojas de hiedra, que enmarcan un
triángulo que contiene una venera y un ~rifolio de largo tallo, rematado por una hoja
de hiedra; la base menor presenta un saliente semicircular, centrado, de 12 cm. de
diámetro, y la espiga de inserción está centrada en la base mayor. Su contenido
decorativo evidencia la unidad compositiva del edificio, y el lugar de su hallazgo nos
hace sospechar una ubicación preeminente, como para mostrar las claves de la
decoración (y quizás también las dimensionales) del conjunto (lám. 4, 12).
3.3.4.- Estela cir cular, de unos as cm. de diámetro, que r epresenta una flor de
cuatro pétalos, calados a modo de rosetón, con un botón central y enmarcada por una
láurea; decorada por ambas caras con una moldura resaltada a bisel, conserva restos
de color marrón anaranjado.
3.4.- Elementos muebles: Reunimos aquí aquellas piezas de carácter utilitario o
decorativo ejecutadas en piedra, pero. cuya inserción o adherencia a la fábrica no
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8
E.
JU~N
e l. "PAStOR
resulta evidente, al menos por el momento. Entre las más interesantes, mencionaremos
las ·s iguientes:
3.4.1.- Estela discoidal, de unos 42 cm. de diámetro y 5 cm. de grosor, de la ~ue se
ha recuperado únicamente la mitad. Dec.orada sólo por una cara, con seis hojas
lanceoladas que se alternan con trifolios de largo tallo, siguiendo una. distribución
radial, enmarcada por una orla perimetral lisa Oám. 5,14).
3.4.2.-Pileta vaciada en una pieza cilíndrica de caliza clara, d~ 35 cm. de diámetro
y 35 cm. de altura. El vaciado, tronocónico, tiene unos 23 cm. de diámetro en la boca.
Decorada con dos bandas paralelas, de color mattón anaranjado, pintadas exteriormente, junto a la boca.
3.4.3.-Tambor, ligeramente tioncocónico, de unos 20 y 18 cm. de diámetro en sus
bases, y 8 cm. de grosor. La base mayor presenta un elaborado baj()rrelieve inciso,
~ompuesto por una orla de 5 cm. de anchura, decorada con roleos vegetales (cuyas diez
volutas contienen, por pares opuestos, cinco de los .motivos vegetales más conocidos de
este estilo, que en este trabajo hemos denominado como racimos, t.rifolios, palmetas,
piñas y tulipanes), que enmarca un anagrama profunda y cuidadosamente inciso a
bisel, en forma de cruz griega, en el que puede leerse verticalmente las letras T, R, E,
B, y horizontalmente D, E, U. Oám. 5, 15).
4, RELACION CON OTROS HALLAZGOS DE LA EPOCA
Sifi pretensiones de enumeración exhaustiva, podemos apuntar algunos paralelos
que, por sí solos, hablan de la significación de este yacimiento en el .contexto de los
conocidos en la Península Ibérica, correspondientes a época visigoda, y apuntan
!;!ugerentes vías de investigación, e
En lo concerniente a la planta del edificio, su gran simetría y notable estructuración es comparable a los conocidos de San Pedro de la Nave, Santa María. de Melque y
Santa María de Quintanilla de las Viñas, entre otros, pudiéndoseles comparar ta.r:nbién
en función de la nobleza de ¡:¡u fábrica, aunque de materiales más pobres, probablementé a causa de la diferencia de canteras entre uno y otro parajes; materiales y técnica
constructiva que .resultan .más parecidos a otros yacimientos (conocidos en su mayoría
por excavación), entre los que podemos citar las iglesi~s de El Trampal y El Gatillo
(Cáce.res), Valdecebadar (Badajoz),, los edificios de Recópolis (Guadal.a jwa) y el monasterio de Melque (2).
Es de notar, sin embargo, que este yacimiento apunta unas dime.nsiones mucho
mayores que las de los citados, por cuanto la parte hasta ahora d~scubiert·a ya es más
extensa que algunos de ellost y los vestigios en dirección a la z.ona destruida sugj.eren,
a reserva de confirmación por estudios posteriores, unas dj.men.siones totales que por
lo menos duplicarían la superlicie de la parte conservada.
~) L. CABALLERO ZOREDA: of{e.cia una propuesta tipológica 4e 106 elemento. de la an¡uitectun de culto cristiano de época viBigoda
(nuevas iglesias· de El Gatillo y El Trlllllpal)•. U Con~""'> de Arqueologfa l!(f!(liev~ &peilola, Madriil. 1987, pág. 68..
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PLA DE NADAL
9
Por lo que respecta a las principales piezas y motivos decorativos, podemos señalar
los siguientes:
4.1.- Frisos.- Los frisos de roleos vegetales resultan conocidos en varios yacimientos peninsulares, como el de Santa María de Quintanilla de las Viñas, si bien en
nuestro caso no enmarcan motivos zoomorfos ni antropomorfos, sino exclusivamente
vegetales. Según Schlunk este motivo, de influencia bizantina, se difunde en nuestra
península durante la segunda mitad del siglo VII y su presencia está ampliamente
documentada (3).
Los motivos de veneras y hojas de acanto, han aparecido en yacimientos que
también tenían frisos de roleos, si bien aislados o combinados con otros; desconocemos
la existencia de frisos con estos motivos en la misma disposición, fueJ;'a del que ahora
nos ocupa.
4.2.- Cruces con láurea.- Se inscriben en el contexto de hallazgos similares, en
toda la península. Baste mencionar, por su parecido con las halladas en Pla de Nadal,
la publicada por Caballero Zoreda (4), y las conocidas de Recópolis, expuestas en el
Museo Arqueológico Nacional (5).
4.3.- Estela trapecial.- Presenta semejanzas con las que se conservan en Beja y
Vera Cruz de Marmelar (Portugal), tanto por su silueta como por el lugar preferente
que ocupa la venera, en su decoración (6).
4.4.- Estela discoidal.- Puede considerarse las analogías que presenta con el disco
con seis hojas lanceoladas, que se conserva en Fermedo (Portugal) (7).
5. APUNTES PARA UNA POSIBLE RECONSTRUCCION
Aunque sin terminar la excavación, creemos disponer de suficientes datos como
para establecer algunos aspectos, un tanto fragmentarios, pero consideramos que
interesantes, sobre el proceso de construcción del edificio, su programa decorativo y
su destrucción.
5.1.- Aspectos constructivos
Resulta indudable la concepción unitaria del conjunto, y su ejecución conforme a
un plan que podriamos describir como técnico y coordinador de oficios altamen.t e
especializados (considerando el contexto cultural en que se inscribe); efectivamente,
(3) F. DE ALM'EIDA: •Pied:ru viaicóticu en SollH>I. liltbnoe, V, Lisboa. 1966. p¿p. na·a 419, fia~ l y 2.
P. DE ALMBIDA: .Sine viaigótic&JO. Arquivo de ~ia. XXV-X:XVJ.XXVU. Beja, 1~70, p4p. 17 a 29, flp. 8 a 11. 13. 14 y 17.
L. CABALLERO ZOREDA: •Le icleoia y el monaaterio viaigodo de Sta. M.• de Melqu. (Toledo). Arqueolorta y Arquitectura. S. Pedro de la
Mata (Toledo) y Sta. Comba de .Be.nde (OrenM}ol. Excavaciones o.rqueológicu en bpalla, 109. Madrid, 1980 p¿¡. 499, lám. 62, 7 y Jl4c. MJ. lám.
,
68. 7.
H. SCHLUNK: An Hw~ni-. R Madrid, 1947, p4g. 263, ti¡. 282; pq. 298, líg. 316; p4c. 800, flr. 318, y Jl4c. 303. fíe. 320.
H. SCHLUNK: •Beitriae I1U' kuatcesehichtl.ichen Stellunc Toledoa im 7. Ja.hxbun6ert>o. Madrid•• Mltteilunaen. 11, Jám. 68 a, b, e, d. e.
(4) CABALLERO ZORI!DA: Op. cit. nota 3, p4p. 188-190, ti¡. 48.
(6) L. VAZQUEZ 08 PAROA: .Studien lll Recópoli& 3. 1M arehiologiac:hen Fu.ndeoo. Madrlder Mitw.llunaea, 8. Madrid, .1967, Jám. 60 a. b. e.
dylúl. 6la.
(6) P. DE ALMEIDA: «Arte viaicóbca em Portu¡al•. O uque&oso portugu81J, NovaMrieJV. Li&boa, 1962, Jl41. 219 y lhl XXX1ll, 220; Jl41.
219 y lúl XXXIV, 221, 222.
(7) DE ALM.KIDA: ()p. cit. 110ta 6, Jl41. 218 y lúl XXXIn, 218.
- 365 -
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10
E. JUAN e l. PASTOR
aunqu~ muy lejos de la maestría patente en obras romanas relativamente próximas en
tiempo y espacio, como las d~ Sagunto, las fábricas (tanto de sillería como de mampostería) y la esteteotomia de dovelas y salmere~ muestran un estimable oficio por parte
de sus ejecutores, ya que no tanto en la selección del material pata la mayor ,parte de
los sillares, probablemente muy condicionada por la ínfima calidad de las canteras
próximas, at¡nque el uso deliberado de la escasa caliza de mejor calidad en los lugares
más solicitados por la concentración o desviación de e_fuerzos, su_ iere también la
s
g
perduración de ciertos conocimientos, siquiera empíxjcos, $Obre resistencia de materiales.
A nuestro modo de ver, la mayor tosquedad se refleja en la relativa imprecisión en
el replanteo, con errores superiores al 3% e.n muchos casos, y en el uso inadecuado de
materiales y fábr]cas, atribuible en algunos casos a negligencia en la programaeión
(como los soportes de mampostería, que pudieron ceder bajo las impostas de los arcos,
desnivelándolas, o la falta de traba entre elementos yuxtapuestos, que co.mprometió
decisivamente su estabilidad), y en otros a errores de ejecución, irrelevantes en todo
caso, respecto del conjunto.
También resultan notables la precariedad del acondicionamiento del terreno y la
práctica inexistencia de cimentación, inexplicables en una obra de tales dimensiones,
si no es por ignorancia del arte o por alguna otra causa que, de momento, no se nos
alcanza.
En cuanto a la ejecución de los refuerzos de pórticos y contrafuertes de la nave, sin
traba alguna con los muros, nos inclinamos por ahora, a falta de evidencia en
contrario y a reserva de la luz que puedan arrojar los estudios actualmente en curso,
por atribuir al refuerzo de. los muros UJla función eminentemente decorativa (a modo
de revestimiento o aplacado, ei cabe describir así un muro dé 60 cm, de espesor), y a los
contrafuertes un carácter de añadido, ante. la aparición de deformaciones provocadQ.S
por los empujes norizontales en zonas altas (forjado superior y cubierta).
También por el momento, y como hipótesis de trabajo restringida a las· estructuras
que conocemos, nos per~timos suponer que el replanteo del edificio comenzó por el
cuerpo de directriz E-0 (descrito bajo lo~ epígrafes Ll y 1.2) y·continu_ó por loE! cuerpos
cruzados en ambos extremos, deli:Jnitándose despué.s los pórticos y, finalmente, las
dependencias descritas en 1.4 y 1.5.
La reconstrucción en altura, s1quie.ra .hipotética, presenta naturalmente mayores
problemas, aunque nos atrevemos a afirm~r, ya en el estado actual de la investigación,
que la altura de los rouros principales era no menor de ocho metros, que existió al
menos dos órdezres de vanos, de diferente modulación (y, probablemente, funciones y
formas también distintas), rematando los muros una línea de lucernarios decorativos,
constituidos por las cruces con láurea ;y lajas de alab:rastro; también consideramos
muy probable la existencia de un forjado
5.2.-Programa decorativo
Atendiendo al número y características de las piezas recupe:tadas, 1a decoración
pétrea pa:rece responder a un plan cerrado, incluso rígido (como ya hemos considerado
- 366-
[page-n-369]
PLA UE NADAL
11
par~
el conjunto del edificio), y con cierto carácter esotérico en su simbolismo, cuya
clave de interpretación, código o piedra angular sería la evidente y, con toda probabi·
lidad, preeminentemente situada, estela cuadrangular descrita bajo el epígrafe 3.3.3.
En C piezas recuperadas: efectivamente, con la excepción de las cruces y (entre los motivos
vegetales) los pentafolios, el resto de los temas (veneras y, entre los vegetales, trifolios
- ¿yemas?- , roleos o pámpanos y hojas de hiedra - posibles botones- ) forman parte
de la más clásica y extendida simbología de la fertilidad y la generación.
Por otra parte, la distribución espacial de las piezas recuperadas (sobre todo, de las
más numerosas) nos permite anticipar la siguiente hipótesis, aunque muy incompleta,
sobre la distribución de los principales frisos:
5.2.1.-En los pórticos E y O, sendo$ frisos de roleos vegetales debieron servir de
línea de arranque a arcos ciegos bajo cuyos tímpanos quedaban centradas las puertas
cuyas jambas y quicialeras hemos descubierto.
5.2.2.-El paramento interior de dichas puertas debió tener un friso de trifolios, que
se correspondería con otro similar, de pechinas, en el paramento opuesto, y con frisos
curvos de igual motivo, que seguirían el extradós del arco inserto en el mismo.
5.2.3.- Resulta también significativo el silencio decorativo, tanto e.n la nave central
como en las dependencias anejas por el S; silencio que por el momento explicamos en
base al posible carácter secundario, incluso meramente utilitario, de estos departamentos.
5.3.- Proceso de ruina
A partir del incendio (probablemente muy violento y prolongado} y consiguiente
derrumbamiento del techo y otras partes altas del edificio, la secuencia de ruin.a
progresiva puede seguirse con cierta aproximación en la capa de escombros, de unos
dos metros de espesor medio, que cubría las estructuras que venimos estudiando, en la
que quedan indicios de una posible intervención adjetiva de personas o grupos, que
pudieron saquear adornos, mobiliario y accesorios, antes o después del fuego, y cuyo
estudio.esperamos nos permita esclarecer, a no mucho tardar, la mayor pa.rte de las
cuestiones que, sobre materiales, oficios y técnica constructiva, tenemos hoy planteadas.
Aún resulta prematura la mera enunciación de hipótesis sobre otros aspectos, como
la correspondencia entre decoración interior y exterior, o la determinación de la
altura de la (o las) línea de luces; a estas y otras cuestiones esperamos acercarnos en
un plazo no demasiado largo. Baste pór el momento señalar que están determinadas
con cierta aproximación las ubicaciones probables de alguñas de las piezas más
conspicuas entre las halladas, como la estela cuadrangular, la pileta o los capiteles
paralelepipédicos, cuya reposición in !>Ítu, siq~iera dibujada, puede añadir sugerencias
a los datos de que dispone.mos.
-367 -
[page-n-370]
12
E. .JUAN «!l. PASTOR
También en fase de estudio se encuentra el análisis de 1a posible rélaci6n que todo
este conjunto pudiera tener con el lugar de VaHmcia la Vella (en el que, entre las
piezas similares descubiertas, destaca un capitel idéntico a los descritos en el ep,ígl:afe
3.2.1), y con los restos encontrados en un campo, situado a unos 300 m. al sur del
yacimiento, que mostraba en superficie elementos de .friso y material constructivo, por
cuya causa se realizó un sondeo que puso de manifi4asto la existencia de muros, entre
los que se halló un fragmento de estípite visigodo y un capitel altoimperial reutilizado.
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E. J U A N e l. PASTOR.- Pia de Nadal
LA M. I
2
l. Vis ta g e ne ral del s e c tor Oeste. 2. A ng ulo NE del espa c io l.2 (zona Oes te).
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LAM. 11
E. JUAN e l. PASTOR.- Pia de Nadal
3
3. Acceso al sector Este.
4. Restos d e arco , e n la zona E; se conservan in situ e l salmer y d o dovelas.
5. S illares y formas pétreas haUados en el pó rt ico Este.
- 370 -
[page-n-373]
E. JUAN e J. PASTOR.
LAM . 111
Pla de Nada!
o
8
6. Ortocdro decorado con •·oJeos.
7. Pieza de fris o c u rvo.
8. Pieza de fris o •·ec to.
- 371 -
o
15Cm.
15Cm.
[page-n-374]
E. JUAN e l. PA TOR.
Pla de Nad al
L AM. JV
9
O
1
IScm.
'-iiiiiil~liiiWiiiiii
12
9. Ca pitel d e pilastr a.
10. ColumniUa con basa y ca pite l.
11. Cruz con láurea.
12. Estela tl·apecial .
- 372
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LAM. V
E. JUAN e l. PASTOR.- Pla d e Nadal
13
14
13. Venea esculpid a.
·a
14. Es tela discoidal.
15. Tambor troncocónico.
15
- 373 -
ii;¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡;;¡~~~¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡iJI5cm.
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[page-n-377]
ARCHIVO OE PRBHlS'I'ORlA LEVANTINA
Vol. XIX (V•Iencl•. 1989)
RAFAEL AZUAR RUIZ
(Alicante)
EL CONJUNTO RELIGIOSO DEL RffiAT CALIFAL DE LAS DUNAS
DE GUA. DAMAR (ALICANTE)
R
Los resultados obtenidos en la campaña de excavación, llevada a cabo el pasado
mes de julio en el yacimiento ubicado en el paraje denominado <
aspectos refutar nuestras primeras hipótesis sobre la configuración de este complejo
religioso expuestas, con anterioridad, en diversos congresos y coloquios, así como en
alguna revista científica.
A la vista de los restos monumentales aparecidos en la campaña realizada en el año
1984 y según el estudio más detallado de sus aspectos arquitectónicos, así como la gran
cantidad de inscripciones grabadas en el revoque de las paredes, nos hallábamos anté
un uribatn musulmán, con sus connotaciones y peculiaridades cúltico-religiosas, conformado por cuatro pequeñas mezquitas adosadas y dispuestas en línea sobre el muro
de la Qibla. De estas cuatro mezquitas, tres de ellas fueron levantadas bajo el
mecenazgo de una relevante familia ab'basí, instalada en la corte califal de Córdoba y
la última, posiblemente, albergaba o estaba dedicada a la memoria de un piadoso
santón musulmán, constituyendo un lugar muy frecuentado por peregrinos y devotos,
como atestiguan las innumerables inscripciones que atesora.
Los datos básicos de esta primera hipótel>is y su desarrollo más pormenorizado.
están expresados e)l una comunicación presentada en las V Jornades D'Estudis Histories Locals, celebradas en Palma de Mallorca en el año 1985, cuyas actas saldrán
próximamente.
- 375 -
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2
R. AZUAn RUI7.
[page-n-379]
RIBAT CALIFAL DE GUARDAMAR
3
Este amplio trabajo viene a completar otras dos noticias, algo apresuradas y que
pueden consultarse en la actualidad (1).
La definición funcional y cultural del conjunto monumental es indudable: nos
hallamos ante un uribatn del siglo X; pero su estructura espacial y su evolución
arquitectónica, mero reflejo de l_ intensa actividad socio-religiosa desarrollada en el
a
lugar durante casi doscientos años, desde fines del siglo IX a la primera mitad del siglo
XI, no responde a aquel primer planteamiento expuesto anteriormente. Estos aspectos
son mucho más ricos y complejos, y así lo atestiguan los restos de construcciones
desenterradas en las últimas excavaciones.
·
La importancia de estos hallazgos, no sólo desde el punto de vista monumental,
sino desde el propiamente científico: es el pximer aribatn de época califal que conocemos en todo Al-Andalus, creémos. que merece darlos a conocer a toda la comunidad
científica, a través de este sincero homenaje.
ESTRUCTURA DEL RIBAT
El complejo monumental descubierto corresponde claramente al área religiosa,
parte principal de todo el conjunto funcional y cultural que configura espacialmente
una institución religiosa como es el ·aribatn dentro del mundo musulmán.
El área religiosa conocida hasta el momento constituye una superficie rectangular
próxima a los mil metros cuadrados, en donde se estructuran dos importantes volúmenes de edificación dispuestos ((simétricamente» alrededor de un espacio abierto o
patio, verdadero eje axial con orientación Este-Oeste.
El cuerpo norte está formado por cuatro mezquitas adosadas, y el sur, por dos
edificios de características muy dispares.
.
La similitud arquitectónica del primer cuerpo nos permite darle un tratamiento
global, en pos de evitar reiteraciones;absurdas y descripciones innecesarias. El conjunto presenta una planta rectangular, de 36'20 m. de largo por 5'60 m. en su parte más
ancha; dividido en cuatro salas adosadas de Oeste a Este, con las siguientes medidas
internas: 7'10 x 3 m., 8'60 ·x 2'60 m., 10 x 2'60 m. y 7'80 x 2'60 m., las medidas de su
anchura se han tomado en las partes centrales, pues como se observa en el plano, en
los extremos presentan unos desplazamientos en su muro de mediodía que en conjunto
dan la apariencia de conformar una planta ligeramente curva.
La orientación del edificio es a mediodía; las mezquitas ll, lli y IV poseen sus
ingresos en su fachada muro de. la ((qiblan, mientras que en la mezquita I se sitúa en
el muro norte.
Cada una de las mezquitas presenta un mihrab a la altura de la mitad del muro de
mediodía y su estructura es muy similar: son externos al edificio, de planta ligeramen-
o
(l)
R. AZUAR RUlZ: d'rimen DOlida de loe tnh.jOll an¡ueolótlieo. realiudo. eo el yacimiento ialúaico de ]u Dlmaa de Guardamar del
Secura (Alicute).
Una poeible r4bita de 6poca c:alilabt. Sban¡ AI-ADdalua. 2, 1986. p4ca. lll6-135.
B. AZOAR ROIZ: ..sl JM)aible ai·MOliUtir de lu Dlmaa ele Gu.udamar (Aliu:nte)t. Aeta& V JomUe& d'Boltuclle Hiatorice Local&. Mellor-eá,
1986 (en .........._¡.
- 377 -
[page-n-380]
R. AZQAR RULZ
4
te. rectangular de 2 x 1'50 m.t con zapa~a de 0'25 m. d~ ancha, y al interior, &U planta es
de herradura y s.u sección dibuja una semibóveda también de herradura. Su fábrica es
de mamposterí<) recogida con cal al exterior y .su fachada externa es dé sillería, sin
mantener un orden establecido, potenciándose el encadenado en las esquinas. La
fachada interna de este elemento era de sillería del grosor del muro, pero sólo nos ha
quedado su parte inferior hasta la línea d.e imposta, suponiendo gue su alfiZ sería de
sil1ería para diferenciarse del resto del Pañó, simplemente enlucido de c.a l.
Las dimensiones de los arcos del mihrab de las mezquitas II,
siguientes:
M.II
Altura
Luz
Altura línea de imposta
Radio elevado 1/2 sobre
la línea de imposta,
2'00
0'76
1'28
0'46
m.
m.
m.
.m.
M. 111
2'00 m.
0'68 m.
1'34 m.
0'40 m.
m y IV,
son las
M. IV
2'08
0'60
1'46
0'38
m.
m.
m.
m.
El mihrab de la mezquita 1 presenta unas características distintas de los demás: es
de sillería en sti totalidad, aunque al interior está recogjdo con cal y las molduras
internas, como es la línea de imposta, están realizadas eon mortero de barro y luego
rec\lbieJ'tas o modeladas con cal. lgua1mente, toda la ¡>illería se recoge con mortero de
barro, utilizl!lldo en las llagas, como rjpj.o, fragmentos de considerable tamaño de
cerámicas hechas a mano de paredes gruesas con gran cantidad de. intrusiones y de
una pasta de color verdos9. La.$ dimensiones del mihrab son las siguientes: altura 1'90
m.; luz 0'50 m.; altura de la línea de imposta 1'40 m.; radio 0'32 m.; ~ste está elevado 1/2
sobre la línea de imposta.
La factura de las mezquitas II, ID y IV corresponde a una mampostería en «opus
spicatum>>, en hiladas de 0'25 m. de altura y con un grosor aproximado de unos
cuarenta y cinco centímetros. La obra se recoge al exterior con cal, presentando en
zona¡:; un perfecto enlucido.
La altura de los muros sobrepasa én su mayoría el metro de vuelo, encont_rándonos
en el muro de mediodía con alturas cercanas a los dos metros, prueba evidente del
carácter monumental de los restos hallados.
Los ingresos de las mezquitas II, U1 y IV, son de mampostería con una. luz que va de
0:70 a 0'80 m.; mientras que el de la mezquitp. 1 es de 0'90 m. con jambas de &jllería.
E) acceso a las mezquitas normalmente se encuentra enlos.ad.o, dándose la circunstancia dé que en la mezquita 1 y en la TII se detecta la presencia de quícialeras para la
puerta y un 'hueco más atrasado para el cien-e o el pestillo, lo que nos indica que
dichas puertas debieron ser de una sola hoja y con abertura hacia el interior. Estas
entradas, asimismo, poseen en sq parte exterior un enlosado de piedra de más altura
que el zócalo d~ la puerta, con la posible función de evitar la natural entrada al
interior de las arenas.
- 378-
[page-n-381]
RIBA'l' CALIFAL DE GUARDAMAR
5
Las mezquitas ll, m y IV poseen el muro de cierre al norte, construy~ndose éste y
las medianeras en una sola pieza en forma de «L», esta unidad, se va adosando de
poniente a levante, hasta conformar las tres mezquitas; sin embargo, los muros de la
mezquita I están totalmente engarzados en los ángulos y adosados cuando tocan el
muro oeste de la mezquita ll. Igualmente, esta mezquita I presenta, respecto a las
demás, una diferencia palpable en cuanto se refiere a su factura ya que sus muros son
de mampostería, sin mantener el «opus spicatum».
El cuerpo sur está formado por dos edificios adosados, totalmente diferenciados,
con una planta rectangular de ~nos 33 m. 'de largo por unos 8 m. en su parte más
ancha. Estos dos edificios los denominaremos, a partir de este momento como <
El edificio «M.5» posee una planta rectangular de 9 m. de largo por 5 m. en la zona
del mihrab, siendo su anchura general de 3'70 m. Sus medidas interiores son de 7'80 x
2'70 m. Presenta una orientación a mediodía, en cuyo muro se emplaza el mihrab y
enfrente, en el muro norte se abre su puerta. Está realizado todo él en mampostería
dispuesta en «opus spicatrurv> y levantadas en hileras paralelas trabadas con mortero
de barro, asimismo el muro se recoge al interior con un enfoscado o recubrimiento de
este mismo barro; singularmente, sus fachadas norte y levante están enlucidas con cal
del exterior.
El grosor de sus muros es de unos 0'45 m. y presentan una altura máxima de vuelo
de 1'40 m.
El mihrab se localiza en el centro del muro de la qibla presentando una factura
similar a la de los muros del edificio: mampostería trabada con mortero de barro. Es
externo al edificio y de planta rectangular, de 1'80 de largo por 1'20 m. de ancho. No
presenta zapata. Al interior, posee una anchura de 0'80 m. y su escasa altura conservada no nos permite conocer sus dimensiones. Su planta es de herradura.
El ingreso se emplaza en el muro norte y desplazado del eje del muro y por tanto del
mihrab, posee una anchura de 0'80 m. y sus jambas son de sillería de grandes
dimensiones: su interior está enlosado y presenta quicialeras en ambos ángulos.
Adosado a la unidad «M.5)) se levanta el volumen mayor de todo el conjunto, y al
que denominamos «M.6>>. Es un gran edificio de dos naves, de planta rectangular de 24
m. de largo por 7 m. de ancho y en su mihrab posee una anchura aproximada de 8'50 m.
Todo él posee la misma orientación que el «M,5>>, es decir a mediodía y sus ingresos se
localizan en la fachada norte.
Las dimensiones interiores de sus naves son las siguientes, de sur a norte: 23'50 por
2'60 m., y 18'70 por 2'60 m. El menor tamaño de la sala norte se debe a que el ángulo
NE del edificio está ocupado por una estancia rectangular, totalmente aislada del
resto, con puerta independiente y con unas dimensiones de 3'80 por 2'80 m.
Todo el conjunto está realizado en mampostería trabada con mortero de barro y
con las mismas características que la anterior, exceptuando unas marcadas diferencias
que exponemos a continuación: su fachada no está recogida con cal, sino con recubrimiento de mortero de barro y sólo encontramos recubrimiento de cal en un sector del
- 379 -
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6
'R. AZOAR RUIZ
muro de la qibla; este muro, tomando como eje el mihrab y los nuev~ metros siguj.entes
a cada lado, lo encontramos todo él enlucido de cal, en au interior presenta un zócalo
pintado en rojo con el motivo de una cenefa formada por un doble zig-zag.
El mihrab está fotmado por un retranqueo del muro hacia el exterior y wsee una
planta rectangular, algo irregular, co_ las di,mensiones siguientes: al exterior es de
n
1'20 m. por 1'60 m. y al interior es de 1'20 por 0'70 m. Todp él está realizado en
mamwsterfa trabada con mortero de barro y recogido al interior y exteriorínente con
enlucido de cal, sin ninguna diferencia o separación respecto a los tratamientos
externos de este paño de muro. La fachada de este mihrab no la conocemos por su
escasa altura conservada, apenas sesenta centímetrost pero en la excavación nos
apareció un caído de grande& sillarejos de piedra que nos definían un arco, sin podeT
precisar claramente su traza o diseño.
El edificio presenta en su fachada norte tres ingresos de 1'20 m. de ancho realizados
en mampostería y sólo en el caso de la puerta de poniente hallamos .dos jambas
formadas por d<;>s grandes sillares dispuestos verticalmente. La medianera o muro
interior que enlaza las dos n.aves presenta otras dos puertas, enfrentadas a 1a fachada,
con una anchura de vano de unos setenta centímetros, similar a las medidas utilizadas
en el resto de los ingresos a los otros edificios.
Como rasgo común a este cuerpo sur podemos decir que todo él se levanta directamente sobre la arena, sjn ningún tipo de cimentación.
PROPUESTA DE EVOLUCION CRONOLOGICA DEL CONJUNTO
En anteriores trabajos hacíamos referencia al marco cronológico del conjunto
encuadrable entre el siglo X y la primera mitad del siglo XI; este ámbito se ha podido
ampliar a finalss del siglo IX gracias a los estudios llevados a cabo por S. Gutiérrez
Lloret, reflejados en su memoria de Licenciiltura (2); igualmente, este horizonte se ha
con_tatado en l.Qs elecavaeiones llevadas a cabo en el pasado mes de julio (1987).
s
Es lógico pensar que en los casi dos siglos de existencia de este asen~iento
humano, el conjunto espacial haya sufrido una serie de alteraciones, ampliaciones,
modificacione~, etcétera, cuyas huellas han quedado reflejadas en la construcción del
edificio y en sus niveles arqueológicos, por ello nos atrevemos a proponer en un
momento algo prematuro, una evolución cronológica del ribat, a la vista de los
aspectos antes mencionados, distinguiendo una serie de fases, recogidas gráficamente
en la lámina adjunta, y que facilita la comprensión espacial del proceso de formación
de los restos monumentales conocidos hasta el momento.
Antes de pasar a la descripción de cada una de las fases del conjunto religioso,
debemos detenernos en u~ aspecto importante, y ya sugerido anteriormente, es decir,
(2) S. GUTIERREZ LLORET: «Cerimic.. comunea Wimicao en el &rea-meridional cleAlicu~: el tráuito ele la antigüéélaillái'dla al MundO>
preillimico (S. VI al JO>., Memoria de Licenciatura.. Alicante, 198'1.
-380-
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7
RIBAT CALIFAL DE GUARDAMAR
-·
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2
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3
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4
5
Fig. 2.- Fases c ronológicas del ribs t d e Guardamar.
-
:i81 -
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8
& AZlJAR RUIZ
nos estamos refiriendo al patio o espacio entre los dos cuerpos construidos; este patio
configura el gran espacio vertebrador de todo el monumento, lo que explica la
disposición de los ingresos en cada uno de los edificios y sobre él se irá actuando,
construyendo y levantando nuévos edificios en me'l'ma de sus dimensiones originales.
Igualmente, este patio perderá su unidad vertebradora, en la última fase del aribatn, en
donde, como ya veremos, no se respetan la disposición de los volúmenes, ni ]a simetría,
ni el ritmo de los elementos definidores.
1 Fase
Los datos arqueológicos obtenidos hastá el momento y la disposición de los adosamientas de la construcción, nos permiten suponer que el momento más antiguo del
conjunto,, o su origen lo constituye el paño de muro de 19 m. de largo que conforma la
qibla del edificio «M.6».
Este muro posee unas claras características de unidad, observab.les en el enlucido
total del muro al interior y al exterior y en su carácter aislado respecto al resto del
muro de mediodía de este edificio. Otro elemento a reseñar es su decoración; un zócalo
pintado en rojo con una faja decorada en doble zig-zag; y por último, su mihrab, de
planta rectangul$1', totalmente distinto al resto de los aparecidos en el conjunto.
Igualmente, este muro está cortado a una determinada altura y luego reconstruido
cuando se levanta el edificio M.6, ütilizando en el paramento diverso material de su
destrucción, como son los enlucidos.
La cronología de este elemento puede situarse a fines del siglo IX, coincidiendo con
los materiales de esta época apareéidos en ~1 yacimiento y estudiados por S. Gutiérrez
Lloret (3); en esta cr.onología se inscribiría el carácter arcaico del mihrab, así com~ la
decoración interior del muro.
A la vista de estos datos, tendríamos a fines del siglo IX, coincidiendo con el primer
momento de asentamiento humano del lugar, la construcción de una ((musalan, como
elemento fundamental para realizar la oración del viernes, con un gran espacio
abierto que se extendería hacía el norte.
11 Fase
En el año 9,44 ~~ levantan los edificios M.II, M.ill y M.IV, según reza la lápida que
porta el mihrab de la mezquita m y este cuerpo de tres mezquitas se levanta enfrente
de la antigua musala y siguiendo el eje definido por el mihrab de ésta, conformando un
espacio rectangular de 28m. por 17m. de ancho, con un patio de 11'70 m. de ancho.
El equilibrio del conjunto ,e s patente en el ritmo intencionado de los cubos de las
mezquitas que mantienen unas distancias d~ separaciones muy similares a los extremos o terminaciones del muro de la musala.
(3) GlJT[ERREZ LLORET: Op. cit.
no~ Z.
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RIBAT CALIFAL DE GUARDAMAR
9
111 y IV Fases
En el gráfico están separadas pero creemos pueden tratarse conjuntamente, pues
responden a una necesidad común de ampliar el volumen del ribat y plantean la misma
solución: desarrollarse hacia poniente del conjunto, equilibrando su peso con la
construcción de una mezquita en cada cuerpo del edificio, manteniendo el patio como
elemento distribuidor y el ritmo de la construcción anterior: similitud de factura y
presencia de enlucidos en las fachadas norte y levante del edificio· M.5, muestra
evidente de resaltar esta unidad del patio y ese mimetismo respecto a los edificios
construidos hasta el momento.
La única diferencia palpable es la extraña disyosición de la puerta de la mezq·uita
M.I, emplazada en el muro norte y no en el muro sur. La razón podemos hallarla en un
impedimento físico: el frente de mediodía presenta un gran desnivel, definido por la
presencia de un zócalo que cimenta el edificio M.II, lo que hacía imposible el emplazar
una puerta en este muto.
Ahora bien, la unidad de criterios entre este edificio M.l y el M.5, es patente en la
disposición excéntrica del ingreso respecto al mihrab, hecho evidentemente intencionado y que denota una preocupación por preservar la intimidad del umihrabn, sólo
observable para el visitante cuando está dentro del edificio, fenómeno éste que ya
pudimos observar en las mezquitas ll, m y IV.
La construcción de estos dos edificios debió efectuarse en la segunda mitad del
siglo X, pues arquitectónicamente son posteriores a las de la segunda fase y anteriores
al siglo XI, pues por la documentación parietal del edificio <
apuntábamos en otro lugar (4).
V Fase
Los rasgos totalmente diferenciados de la factura constructiva d·e los muros, su
acabado, etc. y el ritmo de los adosamientos de éstos respecto al edificio M.5, nos
permiten asegurar 'QUe la sala a mediodia del edificio M.6, se levantó con posterioridad
a los edificios de la fase anterior y en una fecha no anterior al siglo XI.
Todo este edificio presenta una clara unidad: muros levantados en mampostería
trabada con mortero de barro y enlucidos con este mismo material; una anchura de
nave de 2'70 m. similar al resto de los edificios y una anchura del vano de sus puertas,
similar a las restantes; nos llevan a definir una intención clara de ampliar el conjunto
pero manteniendo la at1Donía y el ritmo que ha.sta eJ-.-momento disponía todo el
conjunto: respeto de la estructura rectangular del patio, mantenimiento del eje del
edificio, equilibrio de los volúmenes construidos, etc., constituyendo el momento
(4) R. AZUAR RUIZ: •Una ,.bita ealiW.., 1-. l>unq de Guudamar (Allcante)t. AA:tae 1 eon,._, Arqueolccla Medien] K.pe&la, Vol ni.
Zarqora. 1986, """ 506-620.
-383-
[page-n-386]
R. AZUAR RUJZ
10
culminante del conjunto, en donde todos los elementos están integrados y e:xiste un
palpable equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo.
Vl Fase
Definida por una ruptura con la armonía y el equilibrio del conjunto, pl'esente en la
desaparición del patio como elemento distribuidor, conllevando la anulación del
carácter rítmico del monumento ·e ncontrándonos con los restos de una$ e$tancias a
lévante del cónjunto que rompen toda esta uiiidad mantenida hasta el momento.
A estas estancias habría que añadir la construcción de una segunda nave en él
edificio M.6, que constituye up verdadero pórtico con vanos mucho mayores de 1'20 m.
de anchur11 y con un tratamiento constructivo muy dispar: la puerta de poniente es
similar al ingreso de la estancia de levante y aislada, y distinta a las otras puertas del
edificio M.6.
Este último momento constructivo del complejo religioso debió realizarse en la
primera mitad del siglo XI, con posterioridad a la fase anterior y con anterioridad al
año 1048, fecha límité' del yacimiento definido por el terrem9to que destruye el ribat y
que ya mencionamos en otro lugar (5).
Ahora bien, según el registro arqueológico en este último momento todo el conjunto está funcionando al mismo tiempo y con una misma función eminentemente religio·
sa, como lo atestigua la monótona y xeiterativa aparición de candiles en el interior de
los edificios, a la que habría que sumar alguna esporádica jarrita.
Indiscutiblemente, esta propuesta de evolución constructiva del ((ribatn ee un~t
mera hipótesis a la espera de ser refutada o constatada con el prqgt'eso de las
excavaciones, pero creemos importante exponerla en este momento para que sirva de.
apoyo para los investigadores y científicos interesados en el complejo proceso formal
de este edifi,Gio, sin parangón en el mundo islámico lo que le confiere esta peculiaridad,
c9!liormándolo como un conjunto genuino en su género en todo el Islam y único en la
península Ibérica.
(5) R. .AZU_AR RUIZ: d > - de Guardainar». An¡ueologíe en Alidlnte 1976-1986. Alicante, 1987, páp 163-154.
-384-
[page-n-387]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia. 1989)
FEDERICO RUBIO GOMIS
(Alcoi)
MEMORIA SOBRE EL YACIMIENTO MEDIEVAL DEL SOMPO,
COCENTAINA (ALICANTE)
ANTECEDENTES
El hallazgo de fragmentos de cerámica al lado del camino que pasa por el Mas del
Sompo, por miembros del Centre d'Estudis Contestans, el día 29 del XII del 79, motivó
el que al día siguiente prospectaran con más minuciosidad esa zona.
Producto de esta búsqueda fue la localización por parte del citado Centre de un
fragmento de plato vidriado y la parte superior de un cántaro de dos asas en el margen
de uno de los bancales, enfrente de la mencionada masía, y restos de dos ollas muy
fragmentadas, dejadas al descubierto por un tractor que realizaba trabajos de explotación industrial de la gravera allí existente.
Asimismo, en superficie, se recogieron numerosos fragmentos de cerámica.
Según información recogida a los habitantes del edificio, durante los trabajos en la
gravera aparecieron abundantes huesos, al parecer humanos, y un gran cántaro,
materiales que se han perdido.
Puestos estos hechos en mi conomiento y ante el inminente peligro de destrucción
del posible yacimiento, solicité a la Subdirección General de Arqueología el necesario
permiso de excavaciones, iniciándose los trabajos una vez se halló en mj poder.
Del lugar hay materiales con dos procedencias distintas:
El primer grupo son los materiales encontrados por el Centre d'Estudis Contestan&
y que obran en su poder.
El segundo grupo son los materiales excavados por el que suscribe estas líneas, en
el año 1980, y que llevan el distintivo 80 ó 50, en el número de registro.
- 385 -
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F. RUBIO GOMIS
O!Ei!!!!S!!!!!=:!I ===l::i
Í
50t:O
.OOO~¡¡¡¡¡s¡;¡¡¡¡;¡¡¡81::':::::::===:::IOOO mt>t ros.
l.500
l.
.0
EL
Fig. ) • -Localización del yacimiento.
SOMPO
NORTE
[page-n-389]
ELSOMPO
3
DESCRJPCION Y SITUACION
El yacimiento se encuentra ubicado en el extremo de una terraza de aluvión,
terminada en punta, y formada por la confluencia del Barranc de Caraita y el riu
d' Aleo~, con una ligera pendiente hacia el mismo.
Esta pendiente es salvada por medio de bancales, en los que actualmente hay
cultivos de secano típicos de la zona (olivo, vid, cereales, almendros y frutales).
En las proximidades del yacimiento hay un manantial, del que se abastece la masía
(fig. núm. 1).
Está situado en terrenos del Mas del Sompo, del término municipal de Cocentaina,
partida de Frangi, en la desembocadura del Barranc de Caraita, y a unos 3 kilómetros
de la población.
·
Su altitud sobre el nivel del mar es de 443 metros.
Se llega a este emplazamiento siguiendo el camino que parte de Cocentaina y .que
conduce a las partidas rurales de la Cabaña y Frangi. por las que se puede llegar a los
municipios de Benimarfull y Benillup, respectivamente.
LAS EXCAVACIONES
Los trabajos de campo de la campaña 1980 fueron realizados por personal del
Museo Arqueológico Municipal Camilo Visedo Moltó, de Alcoy, con la ayuda de
colaboradores y miembros del Centre d'Estudis Gootestans y que comenzaron el 2 de
junio de 1980 y terminaron el 9 del mismo mes y año, ante la negativa del propietario
de los terrenos a que continuáramos nuestra labor, aunque la primera y única
cuadrícula abierta hasta el momento estaba prácticamente terminada.
Al principio se procedió a cuadricular el terreno en áreas de 10 metros de lado con
los ejes orientado al norte magnético. Cada una de las áreas se dividió a su vez en
cuatro subáreas de 4 metros de lado (fig. núm. 2).
El terreno estaba situado a dos niveles distintos a causa de que una máquina había
estado rebajando el bancal empezando por el punto W. Elegimos la subárea superior
izquierda de la cuadrícula B-2 por abarcar parte de la zona explanada y parte intacta,
además de haber aparecido en ese punto, en prospección realizada por personal de este
Mu.seo días antes, gran cantidad de materiales y un fragmento de cacharro vidriado en
poder del G.E.C.
Se profundizó, mediante la extracción de capas uniformes y horizontales, de 20
centímetros, llegando a alcanzar una profundidad máxima de 1 metro, considerando
que la tierra estéril aparecía ya a esta profundidad. La cota O se estableció para esta
subárea en el ángulo superior derecha de la misma.
Presentaba un estrato único de tierra color pardo, por debajo del cual aparecía ya
la tierra arcillosa y compacta estéril (fig. núm. 3). A partir del rincón sur-este, por
debajo de la capa de tierra parda y pegada al lado sur, existía una mancha negruzca
que alcanzaba hasta la estructura de piedras, de la que hablaré más adelante. El
- 387 -
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P. RUBIO GOMIS
-~¡¡¡¡¡¡¡_.._. norte
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F'lg. 2. -Croqui11 del yacimiento.
- 388 -
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EL SOMPO
PERFIL
8
5
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ESTE
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.......................
.......... .... .........
......................
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c~-~........:~:-:;::::-:::::-::::~T:?
.'.."Y r::':-: -: : .: ... ..
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PERFIL
SUR
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........ . .. .
o
8
·.
PERF IL NORTE
A
---
O
25
Fig. 8.- Perftles al abandonar la excavación.
50
75
100 cm.
[page-n-392]
:7;
Amontonomil!nto
de piedras en el interior
Planta
de la subárl!o I!Xc ovodo.
Col a del inter ior de la estructura, 0'95 m.
Cota del u terior . 0'80 m.
de lo estructura, a 50 cms. de profund idad.
A
B
1cota
.. :....... :.:: .: ..... :....... ·~
·············· ............... .... . ·
1
==============
'11!1!11!!111
'
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D
NORfE
O
Fig. 4
25
SO
75
100cm,
B
.
~<1nu
mancha negrul:ca
tierra coior pardo
D
m
tiura arcillosa compacta
piedras
[page-n-393]
EL SOMPO
7
material del interior de esta mancha era semejante al de la tierra parduzca, dándose el
caso de que algún fragmento de los encontrados en ella pertenece al mismo cacharro
que otros fragmentos encontrados en la tierra parda (fig. núm. 4).
La estructura de piedras a la que me he referido son los restos de cimentación de un
muro hecho con cantos de río y piedras de tamaño regular, unidos en seco y casi
totalmente arrasados, lo que impide determinar con absoluta certeza la forma del
recinto que delimitaba, posiblemente r~ctangular, ya que hacia el norte forma una
esquina redondeada en su estado actual. En el interior de este ángulo, pero por encima
de su cota inferior, se amontonaban piedras caídas de la pared (fig. núm. 4).
INVENTARIO DEL MATERIAL
Jarras de pasta marr6n y moldura . n el exterior del Qorde.
e
Número de i.l)ventario 1/50.- Fragmento del borde, cuello y parte superior del galbo. Desengrasante
mineral color blanco. Long. 6'7 cm. (fig. núm. 5).
3/80.- Fragmentos que completan una pieza salvo la base. Paata rectangular. Deaengraaante mineral.
Conaerva un asa. Diám. boca 11'7 cm. Alt. conservada 17'3 cm. (fig. núm. 5).
4/80.-Cuatro fragmentos del borde y cuello de una pieza. Pasta con mucho desengrasan te blanco. Long.
4 cm. (fig. núm. 5).
10/50.- Fragmentos de una jarra que pe.tmiten su reconstrucción entera. Pasta ligeramente bizcochada
con corte en sandwich ceyo interior es de color gris. Superficie acabada áspera. Presenta dos grupos de tres
líneas incisas pararelas, una junto al arranque inferior del asa y la otra bajo el arranque superior. Diám.
boca 10'6 cm. Diám. pie 6'6 cm. Alt. 20'5 cm. Dos asas (fig. núm. 5).
23/50.- Fragmentoa de una jarra, su.ficientes para reconstJ;uirla entera. Pasta bizcochada con el interior
gris en las ,zonas más gruesas. Presenta un engobe grisáceo tanto en el interior como en el exterior. Dos
asas. Diám. boca 13'2 cm. Diám. pie 9'6 cm. Alt. 18'1 cm. (fig. núm. 5).
2/80, 6/80, 8/80. 10/80, 12/80, 13/80, 15/80, 17{80, 21/80. 23/80, 24/80, 28/80, 30/80, 31/80, 34/80, 35/80, 36/80,
42/80, 47/80, 48/80, 49/80, y 50/80.- 22 Fragmentos del borde de vasijas de este tipo. Tamaños varios.
29/50.- Bolsa. con cuatro fragmentos del borde, de los que uno de ellos corresponde a jarras de este tipo.
29/80.- Bolsa que contiene 58 fragmentos de bordea de jarras, de los que 46 aob de pasta marrón.
32/50.- Bolsa que contiene 8 fragmentos de bordes de jarras, de loa que 7 son de pasta marrón.
32/80.- Bolsa que contiene 9 fragmentos de bordea de jarras, de loa que 5 son de pasta marrón.
Jarras de pasta gris y moldura al exterior del borde.
5/80.- Fragmentos qe una jarra que permiten reconstruir el perfil entero a excepción de la base. Pr~enta
un engobe marrón sólo por la superficie exterior. Dos asas. Diám. boca 12 cm. Alt. conservada 17 cm.
(fig. núm. 6).
15/50.- Fragmentos de una jarra que permiten la reconstrucción entera. Pasta mala. Presenta un grupo
de tres lineas incisas en el centro de los arranques de las asas. Diám. boca 11'3 cm. Diám. pie 8'5 cm. Alt. 18
cm. Dos asas (fig. núm. 6).
21/50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el perfil entero a falta de la base. Pasta
bizcochada de mala calidad. Dos asas. Presenta un grupo de tres líneas incisas en medio de los arranques de
las asas. Diám. boca 9'9 cm. Alt. conservada 14 cm. (fig. núm. 6).
1/80, 14/80, 16/80, 19/80. 20/80, 22/80. 25}80, 27/80, 00/80, 37/80, 38/80, 39/80. 43/80,44/80, 51/80, 52/80, 53/80,
54f80, 55/80, 56/80, 57/80 y 59/80.- Veintidós fragmentos de bordes de vasijas de este tipo. Tamaños varios.
29/50.- Bolsa cQ.n cuatro fragmentos del bordet de los que tres corresponden a jarras de este tipo.
29/80.- Bolsa que contiene 58 fragmentos de .bordea de jarras, de loa que 12 son a~ pasta gris (fig. núm. 6).
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F. RUBIO GOMIS
lito
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101'10
---
Fig. 5
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5/10
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- Fig. 6
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10
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Fig. 7
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EL SOMPO
11
32/50.- Bolsa que contiene 8 fragmentos de bordes de jarras, de los que un.a es de pasta gris.
32/80.- Bolsa que contiene 9 fragmentos de bordes de los que cuatro son de pasta gris.
Pasta. blanca
6/50.~Fragmentos de un borde que tiene una pequeña moldura del mismo tipo que las jarras anteriores.
Pasta jabonosa. Presenta una zona decorada con pintura color ocre. Long. 3'5 cm. (fig. núm. 6).
Jarras de pasta marrón, moldura j~nto al borde ·y ctu?llo estriado.
2/50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el perfil del borde, cuello y mitad superior del
galbo. Pasta regular con corte en sandwich cuyo interior es gris. Por la superficie exterior tiene un engobe
·
negro. Diám. boca 11'8 cm. Alt. conservada 10'5 cm. (fig. núm. 6).
Jarras de pasta gris y cuello estriado.
14{50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el borde, cuello y la mitad superior del galbo.
Pasta bizcochada de buena calidad y muy fina. DQs asas. Diám. boca 12 cm. Alt. conservada 14'4 cm.
(fig. núm. 7).
18/80.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el borde, cuello y parte superior del galbo.
.Pasta buena. La superficie exterior debe estar ligeramente engobada pues presenta un tono algo más
obscuro que la interior. Diám. boca 12 cm. Alt. conservada 11 cm. (fig. núm. 7).
26/50.- Bolsa con 4 fragmentos de borde, de los que uno corresponde a una pieza de este tipo.
Jarras de pasta marrón y cuello estriado.
25/50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir casi el perfil entero, faltando sólo algunos
fragmentos de la zona media del galbo. P~ta buena. Paredes muy finas. Presenta zonas exteriores ennegre·
cidas por el fuego. Diám. boca 11'6 cm. Alt. aproltimada 19 cm. (fig. núm. 7).
Jarras de pasta marrón, cuello estriado y borde con moldura interior.
16/50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el perfil casi íntegro a falta de la base. Pasta
buena. Paredes finas. Diám. boca 10'2 cm. AJt. conservada l4'5 cm. (fig. núm. 7).
26/80.- Bolsa con 10 fragmentos de borde, de los que 6 corresponden a jarras de este tipo. Se reproduce el
mayor de ellos (fig. núm. 7).
26/50.- Bolsa con 4 fragmentos de borde, ·de los que uno corresponde a una pieza de este tipo.
Jarras de pasta gris, cuello estriado y borde con moldura interior.
26/80.- Bolsa con 10 fragmentos de bordes, de los que 4 corresponden a jarras de este tipo. Se re_produce
el IDayor de ellos (~g. núm. 8).
26/50.- Bolsa con 4 fragmentos de bordes de jarras, de los que uno corresponde a este tipo.
Jarras de pasta naranja, moldura al exterior del borde y asas en el galbo.
12/50.- Fragmentos de una jarra que pemúten reconstruir el borde, cuello y la mayor parte del galbo.
Pasta mala. Presenta un grupo d.e tres líneas incisas junto al arranque super ior del asa y otra en la parte
más estrecha del cuello. Diám. boca 11'3 cm. Alt. conservada 12'2 cm. (fig. núm. 8).
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12
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Fig. 8
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-
Fig. 9
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15
Jarras de pasta blanca y cuello recto liBo.
20/50.- Fragmentos de una jarra que permiten su reconstrucción íntegra. Pasta muy bue.na y tacto
jabonoso. El intérié>r del cuello y otras zonas presentan líneas muy marcadas. El exterior está pintado con
motivos geométricos de color melado vivo. Diám. boca 10'1 cm. Diám. base 8 cm. Alt. 15'6 cm. (fig. núm. 8).
Jarras de pasta naranja, cuello recto con estrías junto al borde.
17/50.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir el borde, cuello y parte superior del galbo.
Bajo del borde presenta dos incisones. Diám. boca 11'4 cm. Alt. conservada 13'5 cm. (fig. núm. 8).
28/60.- Fragmentos del borde que parece pertenecer a una jarra del mismo tipo que la 17/80. Long. 2'7
·
'
cm. (fig. núm. 8).
Jarras de pasta nqranja, cuello recto y liso, y con el arranque superior del asa debajo del
.
~h
8/50.- Tres fragmentos de una jarra que pe.rmiten reconstruir el borde y cuello. Pasta buena. Presenta
centradas en el cuello dos bandas paralelas de color ocre. Diám. boca 6'9 cm. Alt. conservada 9'2 cm.
(fig. núm. 9).
22/60.- Fragmentos de una jarra que permiten reconstruir la base, galbo y parte del cuello. Creo que
puede pertenecer a una forma semejante a la ~terior. Puta regular con el interior gris en las zonu más
gruesas. El exterior tiene un ligero engobe de tono gris. Diám. base 10'4 cm. Alt. conservada 14'1 cm.
(fig. núm. 9).
Jarro.
19/50.- Fragmentoe de un jarro que permiten reconstruir el borde, cuello y parte superior del galbo.
Tiene vertedera. Pasta naranja con mucho desengrasante mineral blanco y zonas con corte en sandwich con
el interior color gris. Presenta bandas color ocre y el borde también está pintado del mismo color. Un asa.
Alt. conservada 11'3 cm. (fig. núm. 9).
Cazuela.
44/60.- Fragmenfos de una cazuela que permiten reconstruir el borde, parte de las paredes y el arranque
de una de las asas. Pasta mala, ennegrecida por el exterior, color marrón. Diám. boca 21'4 cm. Alt.
conservada 5'2 cm. (fig. núm. 10).
45/80.- Fragmentos de una cazuela o escudilla que permiten reconstruir el borde y parte de las paredes.
El borde está biselado hacia el interior. El tipo de pasta y demás características son iguales a las de la pieza
anterior (44/50),. Diám. boca 24'6 cm. Long. c·o nservada 6'5 cm. (fig. núm. 10).
Candil de piquera.
24/50.- Fragmentos de un candil que permiten reconstruirlo entero a excepción del final de la piquera.
Pasta naranja de buena calidad. Presenta una decoración pintada de color ocre obscuro. Diám. boca 3'6 cm.
Diám. máximo del cuerpo 7'3 cm. Diám. base 4'7 cm. Alt. T8 cm. Long. máxima conservada 10'3 cm. (fig. núm. 9).
Marmita .
13/60.- Fragmentos que permiten reconstruir la base, galbo y arranque del cuello de una posible
marmita. Pasta marrón de regular calidad. La superficie exterior presenta un engobe negro aplicado a
pincel. En la zona próxima al arranque del cuello tiene un grupo de tres líneas incisas. Diám. base 11'7 cm.
Alt. conservada 17'9 cm. Dos asas (fig. núm. 9).
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30/50
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1
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17
Bordes.
27/60.- Bolsa con cuatro fragmentos del borde de unos vasos de pasta buena, color marrón, que presenta
bastante desengTaaante grueso color blanco. Se trata de un tipo con estriaa exteriores que no alcanzan el
borde, dejando una tona inferior a éste, lisa'. El borde es plano, con rebaba. Se reproduce el mayor de ellos
(fig. núm. 11).
31/60.- Fragmento del borde que en el exterior presenta dos molduras. Pasta mala color m.a rr6n con
mucho desengrasante mineral blanco. 'Long. 4'2 cm. (fig. núm. 11).
S0/60.- Tres fragmentos del borde de otras tantas piQZas. Borde del tipo de cuello de cisne. Pasta naranja
de buena cali!lad. Uno de loa fragmentos presenta una banda pintada color ocre entre las dos molduras
(fig. núm. 11).
33/60.- Fragmento del borde. Pasta naranja de buena calidad. Long. 2'6 cm. (fig. núm. 11).
34/60.- Fragmento del borde que presenta una moldura interior para sostener la tapadera. Pasta buena
color naranja. Long. 2'6 cm. (fig. núm. 11).
85/60.- Fragmento del borde o pie. .P&~Jta mala éon corte en sandwich de color naranja en el exterior y
gris en el interior. La superficie externa presenta un engobe gris. Lon.g. 3 cm. (fig. núm. 11).
36/60.- Fragmento del borde. Pasta mala, corte en sandwic.h con el exterior color naranja y el interior
gris. Desengrasante mineral blanco muy abundante. Long. 4 cm. (fig. núm. 11).
37/50.- Fragmento del borde, que presenta una m.o ldura para sostener la tapadera. Pasta buena, color
naranja. Long. 4'6 cm. (fig. núm. 11).
38/50.- Fragmento del borde. Pastá buena, muy fina, color naranja. Decorada con dos bandas color ocre.
Long. 2'1 cm. (fig. núm. 11).
39/50.- Fragmento del borde. Pasta mala, color negro. Long. 3 cm. (fig. núm. 11).
42/60.- Fragmento del borde de una vasija de gran tamaño. Pasta mala, color naranja. Long. 9 cm.
(fig. núm. 11).
43/50.- Fragmento del borde con una moldura para sostener la tapadera, de una vasija de gran tamaño.
Pasta color naranja de mala calidad. Hay siete fragmentos del mismo vaso (fig. núm. 11).
47/50.- Dos fragmentos, uno del borde y otro del galbo, que parecen pertenecer al mismo vaso. Pasta
buena y muy fina, de color grisáceo. Presenta unas líneas ocres obscuras pintadas. Long. 3'7 y 2'7 cm.
Bases.
7/60.- Bolsa con varios fragmentos del mismo tipo. Se puede reconstruir parte de una base plana y un
asa. Pasta amarilla verdosa de regular calidad. Ninguno presenta decoración.
7/80.- Bolsa con tres fragmentos del mismo tipo que la 7/60.
11/80.- Fragmentos que completan parte de una base plana y galbo. Pasta color marrón y c~n textura
bizcochada de regular calidad y fácilm. nte deleznable. Superficie de tacto. áspero. Alt. conservada 10 cm.
e
(fig. níim. 11).
40/80.- Fragmento del pie. Pasta buena, color naranja. Long. 6'9 cm. (fig. núm. 11).
46/80.- Fragmento del pie. Pasta buena., color naranja. Presenta dos bandas en el interior pintadas de
color ocre. Diám. pie 4 cm. (fig. núm. 11).
Grandes vasijas
63/50.- Fragmento del borde de una gran vasija. Pasta naranja con mucho desengTasante. Tiene un
engobe de U!\ color parecido que recubre el exterior de la pieza evitando así que se vea la mala calidad de la
pasta. Long. 12 cm. (fig. núm. 11).
64/50.- Fragmento del borde de una gran vasija. Pasta mala con corte en sandwich con el interior gris y
el exterior naranja. La superficie exterior esta alisada y con acabado más ciudado. Long. 16 cm. (fig. núm. 11).
65/60.- Fragmento del borde de una gran vasija. Pasta mala con corte en sandwic~ en interior pardo y
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4S/50
51/ 50
50/50
1
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55! 50
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58/80
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60/80
60/ 80
62/80
Fig. 12
1
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EL SOMPO
19
exterior naranja. Presenta mucho desengrasante y la superficie exterior est'á verdida casi por completo
debido a un fuerte desprendimie.nto de 'escamas. Long. 5'6 cm. (fig. núm. 11).
67/50.--<:uatro bolsas conteniendo fragmentos atípicos de grandes vasijas de cintas. Por las pastas se
distinguel\ al menos tres tipos distintos que quizás pueden corresponder a los tres bordes (63/80, 64/80, 65/80)
descritos anteriormente. No hay duda que al menos alguno de los fragmentos pertenecen a las misma$
vasijas que los bordes citados.
Otros restos de cerámica.
9/80.- Bolsa conteniendo varios fragmentos atípicos de vasijas de paredes finas.
41/80.- Bolsa conteniendo cinco fragmen~s de teja plana que pertenecen, al menos, a tres ejemplares
distintos, uno de ellos con estrías. Long. del mayor 14 'cm:
25/50.- Bolsa que contiene 200 fragmentos atípicos de paredes (ínas en pastas grises y marrones.
66/50.- Fragmento del galbo de una vasija de grandes dimensiones. Pasta parda de regular calidad y
apreciable desengrasante. Como decoración presenta un cordón de pellizcos. Long. 11'3 cm. Grosor 0'8 cm.
Además de ello y procedente de las excavacion~ realizadas en el año 1980, eitisten los siguientes objetos:
- 1 bolsa conteniendo numerosos fra,gmentos atípicos de cerámica de paredes finas.
- 12 bolsas col)teniendo numerosos fragmentos atipicos de cerimica.
-3 bolsas conteniendo numerosos fragmentos atípicos de vasijas de grandes dimensiones.
Cerdmica vidriada.
48/50.- Fragmento de una escudilla. de orejeta lobulada. Pasta naranja. Está vidriada de blanco brillante, tanto por el exte.r ior com.o por el interior. Long. 5'3 cm. (fig. núm. 12).
49/50,- Fragmento de un vaso de pasta regular, color naranja. Por el exterior no ti~ne decoración, y por
el interior está vidriada de color verde intenso. Además, presenta unas estampillas de típo vegetal que, al
imprimirlas sobre la pasta cruda, provoca unas hendiduras en las que al co.n centrarse el vidriado le da una
tonalidad mucho más fuerte. Long. 5'5 cm. (fig. núm. 12).
50/50.- Fragmento del borde de un vaso, pasta buena, color marrón. Po.r el exterior presenta un engobe
color amarillo limón y en el interior un vidriado de la técnica de la «falsa» cuerda seca, con los típicos
colores verdes y negro sobre fondo blanco. El fra(Wlento es tan pequeño que no fe puede apreciar que tipo de
decoración seria, aunque parece de tipo geométrico. Long. 5 cm. (fig. núm. 12).
51/50.- Fragmento del borde de un vaso. Pasta amarilla de buena calidad. Vidriada por el interior y
exterior color melado claro que se obscurece en las zonas más cercanas al borde hasta alcanzar un color
marrón obscuro casi negro. El vidriado exterior está muy deteriorado. Long. 3'5 cm. (fig. núm. 1~).
52/50.- Fragmento del borde. Pasta amarilla anaranjada. Vidriado por ambas caras color melado claro.
Tiene unas líneas de color marrón muy obscuro. El vidriado, semejante al de la pieza anterior está muy
deteriorado. Long. 2'5 cm. (fig. núm. 12).
53/50.- Fragmento del borde de un vaso. Pasta color rosa de buena calidad. Vidriada sólo por el interior
color blanco mate con pequeñas irisaciones puntuales. Por el borde se aprecia el melado. Muy mala calidad.
Long. 5'2 cm. (fig. núm. 12).
54/50.- Fragmento del borde de un vaso. Pasta buena, color rosa. Vidriado por el interior y exterior,
aunqu~ por esta zona casi desaparecido, color amarillo muy pálido. Long. 5'2 cm. (fig. núm. 12).
55/50.- Fragmentos del borde que presenta una moldura interior para sostener la tapadera. Está vidriado
por el interior y exterior con un color marrón obscuro. Pasta marrón obscuro. Long. 2'5 cm. (fig. núm. 12).
56/50.- Fragmento del pie. Pa.s ta buena, color rosa. Vidriado por el interior y exterior color amarillo
limón brillante. Long. 3'2 cm. (fig. núm. 12).
57/50.- Fra,gmento de un vaso de base plana. Pasta buena, color marrón. Por el exterior presenta un
en~obe color negro. Por el interior esta vidriado colo.r marrón obscuro. Lopg. 4 cm. (fig. núm. 12).
69/50.- Bols'B. conteniento los siguientes fragmentos atfpicos:
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F. RUBIO GOMIS
20
wn. rtg.l
-~-
Fig. 13
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EL SOMPO
A) Un fragmento vidriado por el interior a la «falsa,, cuerda seca y por el exterior de color amarillo
limón.
B) Un fragmento de las mismas caraeteríatieaa, pero en la zona interior aólo comprende vidriado blanco.
C) Un fragmento vidriado en blanco brillante tanto por el exterior como por el interior.
D) Un fragmento vid.r iado por ambas caras color marrón obscuro.
E) Un fragmento con vidriado en ambas caras color melado.
F) Un fragmento con vidriado interior color marrón obscuro y exterior engobe negro.
G) Un fragmento que en su cara exterior está engobado de color negro, sobre el que se ha puesto un
vidriado ma.r rón muy obscuro, au.n que puede ser que este color se deba al engobe negro. El vidriado interior
es igual al exterio11 aunque no se aprecie si tiene o no engobe.
H) Un fragmento de pasta gris con un vid.r iado interior verde obscuro ptóximo al negro.
1) Dos fragmentos de cerámica del tipo de «terra sigillata» hispánica, de buena calidad, con decoración
de ruedecilla.
Otros objetos.
58/80.- Dos fragmentos de vidrio. Uno es de una pieza de base plana y vidrio transparente (hoy blanco a
causa de la degradación que ha sufrido). 'Long. 4'1 cm. (fig. núm. 12).
El otro, transparente, de paredes muy finas, color verde, presente una incrustación de color negro de
forma y tamaño de una gota. Long. 2'2 cm.
61/8(>.- Una bolsa con dos fragmentos de escorias de fundición de hierro y bala redonda de fusil de
abancarga.
62/80.- Bolsa con tres objetos de hierro:
- Un vástago de sección rectangular. Long. 7'8 cm. Sección de 0'4 x 0'5 cm.
- Un vástago de sección muy fina, eaai como un recorte de chapa. Long. 5'2 cm. Sección 0'5 x 0'1 cm.
- Un cuchillo de hierro con un vástago triangular para enmangar. Long. 11 cm. (fig. núm. 12).
60/80.- Bolea con seis sílex. Tres son pequeños núcleos informes. Una lasca sin retocar.
Las otras dos, reflejadas en la fig. 12, se · trata de dos puntas, en sílex.
Además, procedente de la excavación de t98o hay una bolea grande con reatos de huesos de animales.
HALLAZGOS EN PODER DEL C.E.C.
Además de las piezas ya inventariadas, proceden también del Som,po una serie de
materiales, hallados por miembros del Centre d'Estudis Contestans y que obran en su
poder, y procedentes de rebuscas superficiales y de los trabajos para la extracción de
grava y que fueron en realidad los que alentaron sobre la existencia del yacimiento y
que son los siguientes:
Jarras de pasta marrón y moldura al exterior del borde.
Sin núm. de registro l.- Fragmentos que completan el perfil de una pieza salvo la base. Corte en
sandwich. Exterior ligeramente ennegrecido. Dos asas. Deaengraeante mineral blanco. Diám. boca 11'5 cm.
Alt. conservada 17 cm. (fig. núm. 13).
Sin núm. de registro 2.- Fragmentos que completan el perfil de una pieza salvo la base. Mucho
deeengrasante mineral blanco. El exte.r ior presenta un engobe poco cubriente, color grisáceo. Dos asas.
Diám. boca 11'3 cm. Alt. co.nservada 17'9 cm. (fig. núm. 13).
Ambas piezas conservan decoración de un grupo de tres líneas paralelas incisas en la parte superior del
galbo.
Sin núm. de registro S.- Fragmentos del borde y parte del galbo. Pasta mala con mucho desengrasante
mineral blanco. Conserva el arranque de dos asas. En la zona conservada del galbo presenta una decoración
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F. RUUIO ClOMJS
a/ n, rtg. 6
a/n rog . 7
t/n ••9· 1
Fil{. 14
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EL SOMPO
23
pintada color siena, formada por 8 bandas horizontales j)aralelas, colgando de la máa baja grupos de cuatro
líneas inclinadas paralelas que alcanzan la línea de rotura. Diám. boca 8'9 cm. Long. 16 cm. (fig. núm. 13).
Grandes vasijas.
Sin núm. de registro 4.- Fragmentos del borde y galbo de una gran vasija. Pasta regular, color rojo.
Presenta el arranque de un asa y un cordón con pellizcos (fig. núm. 14). Varias longitudes, siendo la del
fragmento mayor de 22 cm.
Sin núm. de registro S.- Fragmentos de un gran lebrillo de forma troncocónica invena. Base plana.
Pasta mala muy deleznable, color gris. No se reproduce.
Cerámica vidriada.
Sio núm. dé registro 6.- Fragmepto del galbo y arranque de un asa. Pasta buena color rosa. El vidriado
ea color amarillo melado. Long. 5'8 cm. (fig. núm. 14).
Sin núm. de registro 7.- Fr.llgtn_ento del borde. Pasta buena color naranja. Por el interior y el exterior de
la zona del borde sólo presenta un engobe blanco y una linea ondulada que transcurre junto al borde de
vidriado negro que arranca de una pequeña mancha verde. Long. 6'5 cm. (fig. núm. 14).
Sin núm. de registro S.- Fragmento de un plato. Pasta buena, color rosa. Por el interior presenta un
vidriado blanco y junto ~tl borde semicírculos tangenciales vidriados en negro, enmarcados en verde. Por el
exterior el vidriado es amarillo, de muy mala calidad lo que provoca que esté casi perdido. Diám. boca 29'6
cm. Long. 12'5 cm. (fig. núm. 14).
CRONOLOGIA, INTERPRETACION Y CONCLUSIONES
A falta de grandes estudios que nos ayuden a fechar con mayor prec1s1on la
cerámica medieva.l, el presente apartado no va a ser más que un planteamiento del
tema, que no dejará de estar sujeto a posteriores revisiones y modificaciones.
El primer encuadre cronológico nos lo proporciona la tota.l ausencia de cerámica
ca.lifal.
La pobreza aparente de los habitantes del lugar viene manifestada por los escasos
restos de cerámica vidriada, sin duda la de mayor prestigio, pero también la mejor
fechada y que más estudios posee, limitándose en el presente caso a unos pocos
fragmentos frente a la gran masa de material, procediendo además la mejor pieza de un
ha.llazgo fuera de contexto.
·
Haciendo abstracción de los dos fragmentos de cerámica sigillata, difícilmente
explicables, y de los restos (en muchos casos más · modernos) procedentes de la capa
superficial, el resto de los materia.les pueden datarse de la siguiente forma.
Las piezas 50/60 y 59/50 A y B presentan un vidriado que se da desde el período
Califa] hasta el siglo XIII como mínimo, pero que, dadas las caracteristicas de estos
fragmentos, se pueden fechar a partir del siglo XI con numerosos paralelos, pero de los
que sólo citaré los más cercanos a.l yacimiento estudiado. En el Tossal del Moro
(Benilloba), considerado post.califal y que abarca los siglos XI y Xll, aparecen claros
para.lelos a estas piezas, con el mismo vidriado, de baja calidad sin dibujos.
Las piezas 51/50, 52/50 y 59/50 E aparecen también en este otro poblado y por lo
- 407 -
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F. RUBIO GOMIS
tanto tienen la misma cronología, no apareciendo en el yacimiento de La Costa
(Cocentaina), establecimiento cristiano que se fecha ya en el siglo XIII.
En cambio, los fragmentos 41/80 y 57/50 son fechables ya en el siglo XIII, encontrándose paralelos de ambos en La Costa (Cocentaina) y siendo el segundo de ellos
típicamente cristiano.
Los fragmentos 30/50 y 42/50 tienen paralelos iguales en La Buhayra (Sevilla) (1) en
el estrato inmediato posterior a la conquista cristiana, es decir, en la segun!}a mitad
del siglo XIII, habiendo en dicho estrato un paralelo muy cercano también para el
cuchillo de hierro 62/80.
Zozaya postula que para el yacimiento de La Buhayra los bordes moldurados al
exterior son propios del momento de la transición de la dominación árabe de Sevilla a
la cristiana.
Así mismo, este autor y M. CasamSf (2) postulan una evolución de las bases: en la
primera mitad del siglo XII, las bases planas se presentarían con anillo o moldura de
solera, pasando en la segunda mitad de dicho siglo a adoptar formas convexas,
mientras que en el siglo XIII se presenta.r ían las bases planas propiamente dichas.
Es indudable que una parte de cierta consideracjón de la cerámica es cristiana,
existiendo los típicos jarros grises, con cuello fuertemente estriado por el exterior y
con engobe negro.
De todo lo dicho podemos concluir los siguientes extremos:
1.0 Total ausencia de cerámicas califales.
2.0 Presencia de cerámicas fechables, sin duda, en el siglo XII.
3.0 Presencia de cerámicas fechables en el siglo XIII, e incluso cristianas de la
segunda mitad de dicho siglo.
4.0 La total ausencia de bases planas con anillas o molduras de solera.
Ante este conjunto me parece más razonable colocar la fecha de fundación del
establecimiento en la segunda mitad del siglo XII y la de destrucción en el siglo Xlll.
Relacionando estas fechas con los posibles hechos históricos que pudieron documentarlos, nos encontramos con lo siguiente:
1247-48: Cocentaina pasa a poder del rey D. Jaime.
1249-50: Se funda la morería o arrabal de Cocentaina.
1253: Alzamiento de Al-Azrach, que llega a conquistar la zona de un modo transitorio.
1264: Dada la importancia que el arrabal de Cocentaina ha adquirido, el rey
D. Jaime le otorga un privilegio relativo a la administración de Justicia.
1275: Ultimo levantamiento de Al-Azrach y su muerte.
Aunque me incline más hacia la posibilidad de que fuera este último hecho el que
provocara la destrucción o el abandono (dado que no podemos documentar en la
excavs>"ión ningún estrato de destrucción violenta) este hecho, pudo también produ-
(1) P. COl.LANTES DB TBBAN, J . ZIYl.AYA. cBscavacim>M 111 el Palacio~ ele~ Buba1ra (8erula)o. Noticiario
Atq-locfa L M8dricl.. 1872, pq. k3, ~. 1&-B.
(2) M. CA.SAMAR. ..c.ri.mica muaulmaaa de ~ Fottal- cl6 Alca1.6 ~ V,.jp . AL ANDALUS, 28. 1968, p6p. 401-40'7.
H~
- 408 -
~
[page-n-411]
EL SOMPO
25
cirse a causa de la conquista de D. Jaime, o por traslado de sus gentes al recién
fundado arrabal, cuya importancia se documenta quince años después de su creación,
o a causa de cualquiera de los levantamientos de Al-Azrach, el primero de los cuales se
produce en el 1253.
Con respecto a la interpretación del yacimiento, los escasos datos que la pequeña
excavación nos proporcionó, junto con los datos de anteriores hallazgos que oralmente
nos transmitió el propietario de la finca, me hacen suponer que se trata de una
pequeña aldea o asentamiento, dedicado fundamentalmente a las labores agrícolas,
dada su situación sobre la vega del río.
La excavación puso de manifiesto una de dichas casas, mientras que la gran
uniformidad de las piezas encontradas hace sospechar que estamos ante un yacimiento
de corto periodo de ocupación o la posibilidad de que nos encontremos en la proximidad de un alfar o lugar de almacén de cacharros de cerámica.
En cuanto a la tipología de las cerámicas, los grupos en general son seillejantes a
los establecidos por Roselló (3) para Mallorca, observándose diferencias de detalle.
No quise concluir el presente trabajo sin repasar los materiales que de esta época
poseemos en el Museo Arqueológico Municipal de Alcoy, observando la gran semejanza de todos ellos, dando en 'Principio la apariencia de encontrarnos ante yacimientos
de una misma o muy parecida cronología o bien sería necesario admitir una gran
pervivencia de los mismos .tipos cerámicos. Ambos supuestos son dificiles de admitir,
puesto que en principio no parece lógico que una sociedad tan viva y activa como la
árabe mantuviera los mismos tipos cerámicos durante los casi cinco siglos de dominación en la zona levantina, ni tampoco parece razonable que haya dado la coincidencia
de que la casi veintena de yacimientos conocidos puedan fecharse todos ellos entre los
siglos X y Xlll, planteándose aquí una de las grandes incógnitas que esta época ofrece
en la zona, cuestión esta que me ha movido a iniciar un trabajo de conjunto en el que
se reflejen todos los materiales y yacimientos que conozco.
(ll) O. ll08SLLO BORDOY. «BMa10 de
Mallorca, 111'18.
--•Cioaci6a
cla la <*'ÚiiC& úabe ertllolallon:P. Di~ ProviDcial de Ba*-. Pabu. ele
- 409-
[page-n-412]
[page-n-413]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XIX (Valencia. 1989)
JOSEP VICENT LERMA ALEGRIA
(Valencia)
TIPOLOGIA DE LA LOZA DECORADA DE PATERNA/MANISES
Si para las cerámicas de época musulmana contamos ya con algunos ensayos
tipológicos, como el elaborado por G. Rosselló-Bordoy (1); paradójicamente la loza
gótico-mudéjar, que tanta literatura ha engendrado, adolece en su conjunto de la falta
de una terminología precisa.
Con todo, existen honrosas excepciones, tales como el trabajo de J. Cabestany
sobre la cerámica de Manresa (2) y el de J. Pascual y J. Martí dedicado a la cerámica
verde-manganeso de Paterna (3).
La denominación de los diversos vasos, es uno de los problemas fundamentales que
tiene planteados la ceramología medieval, pues el significado de una palabra puede
variar de una región a otra, o con el paso del tiempo. Así, el término «bacín» tenía un
sentido más amplio que el actual, ya que servía para designar piezas de gran tamaño,
si nos atenemos a un contrato de 1414, establecido entre Cahat Almale y Juan Bou (4),
en el que se mencionan «hacina magnos ad formam de plat d'argent albos)). Por otra
parte, existen conceptos intencionadamente ambiguos, tales como «terra9)), con el que
se podía design.a r utensilios tan diversos como un vaso («terrac_ t pera beure») o un
e
jarrón (ccterra9 per a tenir florS>>).
Si una caracterización alfanumérica parece cea priorh>, menos comprometida, no es
menos cierto que también contribuye a una descontextualización del ambiente cultural para el que fueron concebidos, lo que se traduce en un empobrecimiento innecesario de la terminología arqueológica.
(1) O, ROSE1LO-BORDOY: «~ele ala~tiución di! la eerámica mbe en Mallorcv, Pa~ dé Mallorca, 1978.
(2) fl. RI,ERA J V1LAR, J. F. CA.l]ESTANY 1 fiORT: «Ceriinica dé ~. Man._, 1980.
(3) J. pASCUAL.
J. MARTI: «lA
-'mica vmle-manganeeo
bejomedieval \ialenci-. Valencia, 1988.
Pll.a. :UO. Barcelona, 11M
(4) M.. OONZALEZ MARTI: •Cerámica del t.vanta Eapafiol. Sícloa medieval-. Tomo t
-411 -
[page-n-414]
J . V. LERMA ALEGRIA
2
Por todo ello, nos inclinamos por la recuperación del rico léxico tradicional, del
que ·para mayor abundamiento, exist. un amplio repel:torio en la documentación
e
.n otarial de la época (siglos Xlll-XVI).
Léxico que sobreponemos subjetivamente a determinados conjuntos de vasos que
reúnen unos atributos formales comunes y que conocemos como «grupos tipológicos>>y
«tÍpos>>, sin que necesariamente deba deducirse el) todos los casos, una correspondencia exacta entre el nombre antiguo y el perfil cerámico al que se asocia.
La tipología de la loza de Paterna/Manises que hemos elaborado, en un primer
nivel, pretende ser funcional, para seguidamente apoyarse en la observación de las
formas.
Así, los grupos t~pd1ógicos se definen por una. función, más o menos específica, y
por una serie de atributos formales, y consecuentemente m~tricos también. Como por
ejemplo, el grupo «escudilla», concepto que engloba a los boles de panza generalmente
hemíesférica, que se utilizaban como recipíente individual para consumir caldos (Cat.:
«brous>>) 'fl líquidos tales como vino o agua.
En un nivel inferior, hemos distinguido cinco «familias tipológicas> a partir de las
>
características de la base (A. tepié, B. base cóncava, C. base plana, D. peana y E. base
con entalladura anular), y luego, en aquellos grupos que requieren una mayor discriminación formal, debido a la variabilidad de la apertura (1. sin ala 1 2. con ala), la
clasificación se hace en base a ella:
A (repié)
B (base cóncava)
e (base
plana)
Al.
A2.
Bl.
B2.
Cl.
C2.
(sin ala)
(con ala)
(sin ala)
(con ala)
(sin ala)
(con ala)
D (peana)
E (base con entalladura anular)
En el interior de cada familia grupal, las diferencias de ~rfil, y sobre todo, la
de algún atributo (borde biselado, pie discoidal, apéndices, etc.),
nos ha servido como criterio para establecer los d,istintos tipos.
Las variantes de un tipo concreto, se han determinado, tomando como pauta las
magnitudes espaciales, siempr.e que su modificación no implique una función distinta;y en algunos c.asos, los cambios de inclinación de las paredes, cuando ello, a nu.e stro
juicio, no tenía un cará~ter aleatorio.
.
Con todo lo anterior, se· ha pretendido dotar a este ensayo de tipologia, de una
estructura arborescente, en 1a que puedan integrarse nuevos, tipos de un modo coherente.
presen~ia/auseneia
.
-412-
[page-n-415]
LOZA DE PATERNA{MANlSES
3
El estado actual de la investigación no permite elaborar la lista definitiva de los
tipos en uso durante los siglos XIll-XVI, pero sí la de los principales grupos tipológicos (5):
Cast.
l. Plato
2. Escudilla
3. Salero
4. Salsera
5. Távach o cuenco
Cat.
Plat
Escudella
Saler
Salsera
Servidora
Bací
6. Bacín
7. Grial
8. Vaso
9. Jarra
10. Jarro
11. Jarrita
12. Alcuza
13. Tapadera
Terracet per a beure
Cetra
Pitxer
Jarra
Cetrill
Cuberta
14. Bote
15. Orza
Pot
Gerreta
16. Jarrón
Terrac per a tenir flors
17. Lebrillo
18. Orinal
19. Albahaquero
Orinal
Alfabeguer
ILUMINACION
ro. Candil
21. Candelero
Cresola
Candeler
COCINA
22· Anafe
.
Foguer
SERVICIO DE MESA
ALMACENAJE
USO DOMESTICO
Greal
Librell
El tipo, como ya se ha dicho, corresponde en la mayoría de los casos a un conjunto de
individuos que comparten un cierto número de peculiaridades formales, y en otros, los
más extremos y raros, a un perfil únioo, pues aunque casi nunca parece lícito oonsiderarlo
de este modo, con frecuencia sí es legítimo suponerlo como tal (6).
En definitiva, y a falta de comprobación estadística pertinente, será su aplicación
(5) OONZALBZ MARTI: Op. c:il Dota • · Capitulo m. Fonuo Cerúúca J'q.. - . - .
F. ~ Y VIV1!8: «Vocabulario ele la cerúlica da ~. Sociedad c..tano.- ele Cultura. Culall6n, Ulaa.
A M.• ALCOVBR y F. DB B. MOU.: «Diccionari C.tall-V~Dalaarw. Palma, 1886a
J . COJIO~ oDiccionario critico etlmolótico da la leapa c:MtAlllan». Madrid, leM.
M. OUVAR DAYDJ: «<. ~ u-u.ta on l01 paliee ~ la Corona da Arqóo>t. Barceloaa. 1962.
(6) R. PERONI: «Tipolapa e tmall.i ltlliotic:a nei materiali della pre;.coria: ....._ a punlolt. DiaiOIIú di ~ 1, 188'1, 2, pie. 1116.
- 413 -
[page-n-416]
J . V. LERMA ALEGRIA
práctica a las cotidianas tareas de inventario de fragmentos cerámicos, procedentes tanto
de excavaciones arqueológicas como de fondos museísticos, la que irá decantando los
tipos auténticos de los falsos.
Hemos preterido no agruparlos según las «clases)) cerámicas (loza de «Paterna», loza
azul y loza dorada), pues ordenarlos en función de las mismas dificultaría el estudio de los
préstamos formales entre ellas, así como el de su evolución.
La caracterización por medio de letras y números, de «familias)) y «tipos», facilita su
mención concisa y breve, en virtud de un código. En el que, de izquierda a derecha, y
separados por puntos, la primera letra mayúscula o letra y número, corresponde a la
familia, y la siguiente cifra al tipo; mientras que las variantes están representadas por
minúsculas, situadas después de este último. Así, a modo de ejemplo, podemos referirnos a
la escudilla tipo lb, con repié y sin ala, como el Al. lb, y .al lebrillo tipo 2, con base plana,
como el C.2.
Tal vez éste o si.miliu'es procedimientos puedan servir de puente entre los sistemas
alfanuméricos puros y aquellos que utilizan los nombres tradicionales de la cerámica,
pues al tiempo que consiguen la precisión de los primeros, no renuncian al aporte cultural
que suponen los segundos.
En cualquier caso, siempre será posible establecer una tabla de equivalencias entre
distintas tipologías.
Finalmente, hay que hacer constar que la discriminación de los tipos que figuran en
las páginas siguientes, se ha verificado en base a los antiguos fondos del Servicio de
Investigación Arqueológica Municipal de Valencia y a una selección de lo recogido en la
bibliografía de F. Amigues (7), J. Pascual, J. Martí (8) y M. González Martí (9).
(7) P. AMIGUES: .t.. clftm¡q,. 6maill6e: temoin da relúi..,. __,le l.oula-loc>Rou.illon. t. C.talope ~le Pa:ra V~. 'lbéoe pour le
Doet.oru ele Specialit& Um-.i16 Paul Valery. Montpeilitlr m, 198t.
(8) PASCUAL Y MARTI: Op. át. nota S.
J . PASCUAL. J . MAR'1'1: «lmportaciana ~ valeneialla al Cut.ell Pormcle ele Bala¡ueno. 1 Cobpeo ele ~lccfa Medie'lal Elp.ñoiL
H-. 1886.
(9) GONZALBZ MAR1'I: Op. át. nota 4.
- 414 -
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LOZA DE PATERNAJMANISES
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ARCRIVO DB PREHISTORIA LBVANTINA
Vol. XIX (Valet~cla, 1989)
VICENTE VILAR HUESO
(Valencia)
EL PRIMER MURO DE JERUSALEN ANTES DEL DESTIERRO
En agosto del año pasado durante el XII Congresó de la Organización Internacional para el Estudio del Antiguo Testamento, IOSOT, tuve la ocasión de visitar todas
las excavaciones realizadas en Jerusalén en los últimos años por distintas instituciones de Israel, entre las que destacan el Departamento de Antigüedades, la Israel
Exploration Society y la Universidad Hebrea de Jerusalén. Quedé, como es lógico,
impresionado, y no sólo por el ingente trabajo realizado, sino sobre todo por los logros
alcanzados en dichas excavaciones; tanto en la zona del .Ofel, la decana de las
excavaciones jerosolimitanas (desde Warren en 1967 hasta Kenyon en 1967), como en
los aledaños del Templo y, sobre todo, en el Barrio Judío, donde se descubrieron
fragmentos del primer muro o muralla de Jerusalén (1). Además de la ayuda prestada
en nuestra visita oficial ·por miembros de las misiones excavadoras que nos dirigieron
y respondieron aniablemente a nuestras preguntas y sorpresas, la utilización de
métodos y medios modernos, como son vídeos, magnetófonos, iluminaciones especiales,
etc., inmerge al visitante en el ambiente y vida (y también muerte) de los habitantes de
Jerusalén en los tiempos pasados.
(1) N. AVIOAD: «.Bxcavatiooe iD the Jewiah Quarler
Joumal, liO, 1·2, .l'enll&lem,
uno.
~ 1-8.
ot the
Old Ci~
ot J en.alem,
1989/70. (l'NIImiury Beport)lt. hrael Exploration
N. AVIGAD: •hcavationt in the J ewíab Quarter otthe Old Ci~ ot Jeruu.J-, 1970. (Secolld PrelimlnaJy lleport)lt. Iarael hploretion
.Journal, liO, 3-4, J-t.n, 1~0, p6¡L 1~14(),
N. AVIOAD: dxcavatiOnt in the J..;.b Qua114T o( the Old City ot Jeruulem, 1~1. (Thlrcl Prefuainary llepoort)oo. Iarael Bsploration
Journal, 22, 4, J...,...t... 1872, p6p. 111S-300.
N. A VIOAD: «Jeruu.J-. tbe Jewiah Quut.er ot the Old City, 1~61>. Iarael hploretion JOW"D&l. 26, 4, J..,...¡em, 1975, p6¡e. 118().281.
N. AVIOAD: «.1.--lem, tba J..;.b QuarW ot the O Id City, 197&o. Iarael Exp1oreUon Joumal, 27. 1,
1977, ~ 66-67.
N. AVIGAD: «Jenaealem. the J..;.b Qua.- ot the O Id City, 19'781t. Iarael lxplora.Uon Journal, 28, 1, ~ 1979, p6p. 123-124.
N. AVIOAD: «Archeolocical Díacovviea in the Jewiab Quarter oC .r-~mu.
197t, ¡>6¡. M.
R.AMIRAN y A. EJTAN: «EzcavatiOnlio the Courtyud oCthe Citadel oCJenoal- 1988-1989. {PNIÍIIIiJI.ar7 Bepon)oo. Iareel ExploretiOil
Journel, liO, 1·2, J.......J-. 1970, pqe. $-17.
H. OilVA: «hc:evatlone In the Cit.del ot Jeruealem, 197!HII80: heliminary Repod.Jo. larael ExploraUon Jou.mel, 33, J.2. J..--Jem, 1883,
J......-,
J--._
p6¡L~
- 429 -
[page-n-432]
. · V. VILAR HUESO
2
Topograffa de Jerusalén
Q
Fig. 1.-C: Ciudadela. T: Templo.
A, Bl y B2, fragmentos de mw-os hallados por Avigad.
Vl, V2 y VS, fragmentos de muro inventariados por Vincent.
[page-n-433]
MURO DE JERUSALEN
Topografía de Jerusalén
Q
Fig. 2.- ·-·- Posible linea del muro más antiguo. ¿De Ozias = Azarias?
······ Posible linea del muro más reciente. ¿De Ezequfas y Manaaés?
3
[page-n-434]
4
V. VILAR HUESO
Como siempre me han preocupado los muros que en sus distintas épocas defendieron Jerusalén contra sus enemigos, y hace ya años me ocupé del tercer mu.ro (2) con
motivo de los hallazgos de la Dra. Kenyon debajo de la Puerta de Damasco y otros
yacimientos correlacionados (3), me ha parecido oportuno estudiar ahora el primer
muro que N. Avigad ha descubierto en el Barrio Judío intramuros junto, al Este,. del
que fuera cardo de la ciudad bizantina y hoy centro del nuevo Barrio Judío con eJ
nombre de calle de los Judíos.
En la figura 1 señalarnos sobre un mapa topográñco de Jerusalén los restos de
muros que Avigad dh~tingue con las siglas: A y Bl, B2. Ambos grupos de restos se
hallan, prácticamente, a la mísma distancia del Templo y de la Ciudadela, aunque
unos, Bl y B2 más al norte y A más al sur. El lugar sería el idóneo para intentar
localizar la porta medialis. Los restos de que vamos a ocuparnos, por razones obvias,
son únicamente los correspondientes al Hierro U en aquella zona o contemporáneos de
la Monarquía dividida o pxeexílica (s. IX al VI a. C.).
Ante todo hay que manifestar la grata sorpresa de ver confirmada la tradición
conservada por Flavio Josefo (4) contJ:adicha por la Dra. Kenyon después de sus
excavaciones de los años sesenta en las que no pudo hallar restos estratificados del Hi
TI en las áreas en las que ella pudo excavar, extramuros de la actual. muralla de
Soleimán el Magnífico, por lo que se veía obligada a retrasar la ocupación de la
llamada colina occidental, o Sión cristiano, a la época asmonea (5) (s. II a. C.) aunque
al sur de los muros de Soleimán los E)Scasos restos hallados eran todavía más tardío~:
época herodiana, más cerca de Agripa que ·de Herodes el Grande (6). En sus· informes
preliminares· y en su obra J~rusalem alude K. M. Kenyon a las dificultades con que se
eñfrent6 para poder excavar en una zona, extramuros de la ciudad, qu~ entoJ)ces se
hallaba dividida entre árabes y judíos y a la prácticamente imposibilidad de excavar
en la parte intramuros de 1a misma, excepto en el barrio arÍneni.o, áreas adosadas a la
actual muralla, e:u su sector occidental, que soias no podían dar una idea de conjunto
del~ zona.
Los restos de muros descubiertos por N. Avigad en sus excavaciones en el Barrio
Judío son del Hi 11 o época monárquica. Aunque no se atreva el excavador a concretar
la datación y nos hable, repetidas veces, de la cerámica del contexto de los mismos
muros c.omo de cerámica de los s. Vffi y VII a. C., nos dice que el muro A es rugo
antérior a los fragmentos del B (según mi opinión se trata de dos muros). Además de
los restos de muros se han descubierto restos de edificios dentro del perímetro de la
~ ExpreoPón q,ue:deaigna el mlll'O mú antit¡uo de la ciudad y, pQr coneillliel\~. el mb interior en eu J1el'te ee~ntrional. Fue uall.ado r
.&mQ8do J10I" laa legionee romanaa en su llltimo ataque, Flavio Joee(o n911 conaerva eu completa d..,¡pcióo en Gwnn V, 14.2-146.
(3) V. VILAR: «Lot--últimoe deecubrimientOe &rqJ,&ej)l6gicoe de Jiiruaal4n el trazado de loe m..- Il! t
de F'lavl.o Joeefo•. Analee ,d el
Seminario d_ Valencia, 17, Valen~ 19!!9-7-t, ~ "7-21.
e.
(4) Flavio Joéefo, Gucrro V, 142 y ee.
(6) K. M. KENYON: «Jeruial...,.. Loncinoa, 1967, P'P. l36J.37.
V. VILAR: «Cr6í>.íea Arqueol6¡1ea de l'aléetinalt. Eotudíoe B(blicoa,
196.t, pág. 180.
(6) Tanto eetas excavacionea como las anterioree de la Dra. Kenyon confír10an la idea de que Jeruaal6n entre.la COJ!Cluiata de Nabucodonoeor
en 697 a. C. y la -uraci6n de loe aamon-. mediado el a. D a . C. quedó reducida a una pequefia poblaci~n provinciana tanto durant. la
dominación pena como durant.1a dominación de loe~ y Se18uci~ Sua murallaa abarcaban, prticticament., la mitma área que 8lllae
ipocu de David Y Salomón. Extnmuroe no ae ·~>!i baUajlo IÚJ>8Una eonotrúcci6n de. todo eete largo periodo.
·
y
xxm.
-432-
m
[page-n-435]
MURO DE JERUSALEN
5
muralla. Esta ocupación era lo suficientemente densa para justificar la construcción
de las obras de defensa pese a lo onerosa que era tal protección. No olvidemos que el
espesor del fragmento de muro A alcanza más de 7 m. de espesor y los fragmentos Bl y
B2 han sido reconocidos en altura superior a los 8 m. Ambas murallas son de piedra,
con sus caras de sillerías de mejor, Bl y B2, o más ordinaria, A, labra (7).
El fragmento Bl es, sin lugar a duda, resto de una puerta que Avigad reconstruye
como posible puerta de triple tenaza, de acuerdo con la tradición palestina multisecular que tiene sus mejores representantes en Siquem, Meguido, Hasor, etc. Esta reconstrucción obedece a que el fragmento Bl es de forma angula.r (un ángulo recto que
saliendo de la línea de la muralla en perpendicular, a los 6 m., aproximadamente, gira
a la izquierda). El fragmento de muro m__ás largo, el A, totaliza más de 40 m. de
longitud, si bien a los 35 se desvía para tomar una dirección totalmente Este a. Oeste.
Como en esta continuación hacia el Oeste hay una interrupción sugiere Avigad la
existencia de una puerta (yo diría más bien poterna dado que la apertura de la misma
sería de menos de dos metros).
Esta disposición del muro más antiguo lleva a Avigad a sugerir que la presunta
puerta estaría en el centro de una media luna cóncava (8) con respecto al único muro
que en época posterior trasladaría la puerta a la situación Bl y B2 en la forma que él
reconstruye como puerta a tenaza. Para él no hay más que un sistema de fortificaciones en la parte norte de la ciudad. La diferencia entre la primera fase y la se~da de
esta única muralla estribaría en la situación y forma de la puerta o porta medialis.
Aunque sea aventurado avanzar hipótesis sobre hallazgos, cuando éstos sólo hayan
sido descritos sumariamente en informes preliminares, o incluso en crónicas arqueológicas, me tomo la libertad de arriesgar una interpretación diferente de las brindadas
por el excavador con ánimo de ayudar a resolver estos problemas.
En primer lugar, creo que la interpretación de Avigad del fragmento de muralla Bl
como resto de una puerta me parece correcto; pero no creo que en época tan tardía y
saliendo de la línea del muro muchos metros pudiera interpretarse como una puerta de
triple tenaza. La comparación con las ya conocidas y perfectamente clasificadas en su
tipo nos impide admitir esta anomalía del saliente, que ni se da en las puertas del
Bronce, ni en las del Hierro de Palestina.
Sería tentador buscar una interpretación alternativa, como la de las puertas de
ángulo, de Tell en Nasbe o Tell el Farah del Norte, en las que el posible ejército
asaltante se ve obligado a presentar su lado derecho, sin escudo, a los defensores de las
murallas. El desnivel hall.ado en estas excavaciones, que nos permite hablar de dos
colinas occidentales de Jerusalén, una en el extremo Oeste y otra al Este de la calle de
los Judíos, ofrecería al presunto ejército atacante la dificultad adicional de una
pendiente antes de la puerta así defendida. Aunque de dimensiones más pequeñas que
las de las ciudades citadas, la puerta llamada Bashural! de Jerusalén según la recons(7) No Indico el Mpeeot cle.BJ :ra que al (armar un ánculo recto p..-...,. quoe N trata de une pu.rta y, CODIIÍ¡'Qien-te, "' ~ oo
cot'ftiJ)Oncle al del muro en que ee ebrie.
(8) N. A VIGAD: «Diecoverint J~. J-.lál, [983, coa la fipra que recoutn~ye .lu doe puartu.
- 433 -
[page-n-436]
V. VILAR HUESO
trucción de L. H. Víncent sería de esta tipología, aunque mucho más modesta (9).
En cuanto al muro A, no creo que pueda tratarse de una, puerta como la reconstruye Avigad. No conoz~o una disposición de puerta de ciudad en toda, el área oriental
semejante a la propuesta por Avigad: la concavidad en media luna (crescent) que
sugiere el excavador no creo que pueda ser justificada desde un punto de vista militar
con arreglo a las estrategias y armas de la época. No olvidemos que el arco de la media
luna tendría un diámetro de unos 75 m. Por otra parte, como ya hemos indicado, la
apertura de la puerta sería de apenas un metro y medio, lo que adecuaría mejor a una
poterna que a una puerta. Lo que· haría aún más inexplicable la concavidad de la
muralla. Si en la actualidad en la muralla Norte de Soleimán podemos ver una
concavidad semejante sabemos a qué fue debida: corrección de la .línea debido al
hundimiento del subsuelo (cuevas reales) y en su centro no hay ni :puerta, ni poterna
alguna (10).
Además, una tal puerta debería estar defendida por torre o torres·que la hicieran si
no inexpugnable, al menos más dificil de conquistar; y ningún resto de torre flanqu~a
la pretendida puerta.
Aludíamos antes a lo incompleto de las descripciones que necesariamente él excavador nos ofrece en las crónicas (Notes & News) de Israel Exploration Journal, sin los
exámenes tipológicos de la sillería o mamposteria; de su posible relación con otros
hallazgos ya conocidos de la misma área. Pero es tentador relacionar di~hos hallazgos,
como los puestos al descubierto a raíz del terremoto de 1927 y que nos describe Vincent
con su habitual meticulosidad.
N. Avigad con los hallazgos de los fragmentos de muralla propone fundatnentalmente dos líneas posibles de dicha muralla. La primera descrita en su segundo informe
preliminar (11) incorpora parte de la colina occidental al hacer seguir la muralla la
línea del muro A entonces descubierto: Nordeste a Suroeste. Antes de llegar a dicho
muro A la mtll'alla seguiría o una línea Este-Oeste saliendo prácticamente de la hoy
puerta del Templo, o saliendo del ángulo Noroeste
muro seguiría la misma dirección hasta encontrarse <;on el muro al Sur de la colina
dominando el valle de la Gehena (Ge-Hinnon). Pe.ro cuando en la tercera campaña
descubre el ángulo en el extremo Sur del muro A se ve obligado a cambiar la segunda
parte de dicha línea del primer muro, o muralla septentrional, prolongándola en
dirección Este~Oeste desde el ángulo del muro A hasta, prácticamente, la calle de los
Ju
ángulo del muro A hasta más al Oeste del actual muro de Soleimán ~1 muro septentrlonaJ sacrificando el posible recodo de su primera parte al suprimir la alternativa que lo
"-·.M.
(9) L. H. VIN<;ENT y
STEVE: oJeru;oalem. d!' I"Ancion TOétament». Paria, 1964, págs, 65 'Y oe.
(10) VINCENT y STB:VE: Op. cit. nota 9, pq. 44 y PI. U: . l! y 6¡uru •n el, texto. 6 y 11.
E
(11) AVIGAD: Op. ci~. not,a 1, •Excavationa ... (Sécond .Prellminary Report)», pá¡. 136.
(1_ ) AVl,GAD: Op. cit. nota 1, «ixcavationa ... (Thúd Preliminary Report)». pág. 196.
2
- 434 -
[page-n-437]
MURO DE JERUSALEN
7
originaba en el ángulo noroeste del Templo para dejar como única alternativa la
dirección prácticamente recta de Bab es Silsileh hasta el muro A en el extremo
sept~ntrional del mismo (13).
Pero si seguimos en un plano de Jerusalén la línea del muro primero sugerida por
Vincent vemos que no es estrictamente recta (14}. ¿Cabría distinguir entre los restos
consignados por Vincent dos fases de construcción? Si tan avénturada hipótesis fuera
viable podemos observar cómo la primera alineación del muro correspondería a la
dirección del muro A, descubierto por Avigad, mientras que la segunda alineación
correspondería a la dirección de los fragmentos llamados por Avigad Bl y B2. Esta
hipótesis permitiría establecer dos ampliaciones de la ciudad hacia el Oeste: la
primera, que no ocuparía toda el área occidental, sino sólo la colina central y torcería
hacia el Sur dominando el Wady que corría debajo de la calle de los Judíos; y la
segunda que incluiría toda 1a parte occidental hasta la ciudadela y desde su torre se
dirigiría hacia el Sur siguiendo la parte superior de la ladera sobre la Gehena (ver
figura 2).
Objeto de ulterior hipótesis sería la datación dentro de la historia de la monarquía
israelita de dichas dos murallas, dadas las pocas referencias que tenemos de la
actividad edilicia de los reyes posteriores a David y Salomón, verdaderos padres de la
Capital (15).
No podemos eludir un problema que surge al c~mparar los planos de Vincent y
Avigad: hay una diferencia bastante notable entre los emplazamientos del primer
muro en ambos autores: Vincent siguiendo la línea de los hallazgos recopilados por él
sitúa el muro a unos metros al norte de la línea que los hallazgos de Avigad en Bl y B2
nos indican. Como Avigad nos indica que junto a los restos de época israelita, B2, se
adosan restos asmoneos, los hallazgos recopilados con tanta paciencia por Vincent
serían exclusivamente de época romana.
Esperemos que cuando se publique la excavación de N. Avigad de forma deiinitiva
podamos contar, en lo que al primer mlll'o de Jerusalén se refiere, con la descripción
completa tanto de la tipología como de la estratigrafía que nos permita no sólo la
datación de unos restos, por muy monumentales que sean, sino incluso resolver el
problema de su exacta datación y, a ser posible, la dirección de la muralla de la ciudad
que fue derruida por Nabucodonosor.
03) H. OEVk «''''le W•*" Bourulary of .Jeruaaleon d lhe End o! the Monarc:hp. hrael Exploratlon Joumal, :19, 2, Jeruaal6o. Urni, pq..
84-81.
(14) VTNCENT y STBVB: Op. cit.
DO(a
9,
P~ n :
F6.
06) En 2 Croro 26, 10 ee habla da la actlvid&cl edilicia da Osias (A».ñaa) y te mencionan.., COJ>CNtO loe tn~oe en lu murallp ele .J........tén.
¿Poclria atribuirM a eetoe tr~oe la muran. máa antigua de la colina oceide~tal y a EseqW..M.a nuee la fe~W'C!a ampliación al Oeete?
- 435-
[page-n-438]
[page-n-439]
INl>ICE DE LUGARES
Abra: 125.
Acinippo: 120.
Ademua: 322.
Africa: 211.
Agatucci: 198.
Agora de Atenas: 162.
Agramadords, Placa dels: 339.
Agreda: 321.
Agua Salada. Cabezo del: 77, 80.
AguiJar de Anguita; 27, 30.
AguiJar de la Frontera: 201.
Aiacor: 337.
Aigua Salada: 337.
Aigua Santa: 332.
Ainoa: 308.
Al-And.alua: 377.
Alacant. provincia: 138, 335.
Albacar, L': 332, 340.
Albacet: 284.
Albacete, provincia: 22, 24, 32, 33.
Albaida: 169.
Albaida, río: 332, 344.
Albalagíe: 197.
Albalat: 103, 105, 107, 327.
Albalate, estanque de: 327.
Albasset: 291.
Alberique: 120, 127, 128.
Albufera de Valencia: 327.
Albufereta, La: 22, 24, 88.
Alcácer do Sal; 27, 203.
Alcala de Xivert: 96, 97.
Alcañiz: 96.
Alcantarilla. 77, 80, 85.
:
Alcavó de la Freira: 337.
Alcavons, partida dele: 337.
Alcocéber, cabo: 326.
Alcoi: 385, 409.
Alcoi, riu d': 387.
Alcora: 96, 281.
Alcosaebre: 135.
Alcoy: 123, 126, 159, 180.
Alcudia de Elche, La: 23, 169, 186,
Alcudia, La: 88.
Alémanya: 343.
Alemtejo: 193, 202.
Alfarella. partida de 1': 272.
Alfarellee, partida de: 271.
Algar de Palacia: 283.
Algar, río: 274.
Algarve: 193.
Algefna: 333, 342, 343, 344.
Algeria: 335.
Alicante: 149, 162, 322, 323, 324, 375.
Alicante, provincia: 22, 26, 149, 375, 385.
Alloza: 139.
Almansa: 10.
Almas, iglesia de las: 333.
Almedini1la: 27.
Almenara: 104, 285, 289, 290, 296, 326.
Almenara, montes de: 283, 285.
Almisera de !'Aragonés, finca de 1': 272.
Almoina, L': 208, 209, 239, 240, 241, 275.
Almorig: 284.
Almudín, palacio del: 264.
Alone: 322.
Alpauregue: 27.
Alquer)a Blanca: 284, 290, 291.
Alquería de Almunacid: 95, 96, 97.
Alquería de Rugama: 284, 289, 290.
Alquería dele Clavells: 289.
Altea: 274, 322.
Altea la Vella: 23.
Alto Palancia: 283.
Alzira: 344, 345.
- 437-
[page-n-440]
Amarejo, El: .24.
Ampurias: 240, 252, 311, 32<>.
Allas, ríó: 199.
Andalucía: 10, So, 198, 200.
Animes, car.rez: de les: 333, 335.
.Alltequera: 198.
Aphroditis Fanum: 322.
Aquitáine: :120.
Aragón: 10, 193, 320, 343.
Arahal; 3L4.
Arap, L': 291.
Arcóbriga: 32f!.
Ardea: 326.
Arenys de Mar: i44, 156.
Ares del Maestre: 96, 99.
Arquet, 'El: 283.
Arsa: 194, 201, 2021 203.
Arse: 285, 323, 325, 326.
Arthemisio: 322, 324.
Asc.oli: 118! 120, 122; 123, 1'24, 125.
Ascoy·Rambla del Judío: 24, 2.9.
Asia Menor: 160, 304·, 307.
Astigi: 197.
Asturi~: 321.
Atalayas, sierra de las: 10.
Atenas: 162, 3ó8.
AuBusta, via: 284.
Autiol, tesoro de: 304A305, 306, 307, 310, 313, 314,
315.
Ausias Mar.ch, calle: 219; 246.
Avellanas, calle: 215, 219, 221, 223, 227', 228, 239,
240, 241, '242, 246.
Ayora: 7, 10..
Azaila: 94, 124, 125, 1321 134, 1391 141, .142, 14~, 145,
155, lW.
Azuaga: 201..
Bab es Silsileh: 4:35.
Badajoz, provincia: 201, 364-.
Baecula: 200.
Baena: 198, 199.
Baétnppó: 120.
Baeza: 183, 199.
Baikor: 200.
Bailán: 200.
Baix Aragó: 96, 99.
Ballao, callé dél: 280.
Ballestería, calle: 227.
Banassac: 238, 240, 253.
Banys de l'AlmiraU: 210.
Barc.elo)la: 121, 122, 127. 283, 285, 289, 2~1, 31.6, 319,
343.
Barchilla, calle: 221, 239.
Barón de Petrés, plaza de}: 208,
Barreras, acequia de: 80.
Barrio Ju4io, Jerusalén; 429, 432.
Bashurah, puerta de: ~3.
Basseta d,'Evaristo: 337.
Bastetania: 199, 200.
- 438 -
Basti: 199.
Bastida de les Alcuses, La: 23, 24, 25, 28, 29, 30, 31,
132, 1.39, 168, 169.
Bastitania: 199.
Bayonne: 120.
Baza: 199.
Begís: 278.
Beja: 365.
Béjar: 297.
Belilla: 320.
Bell-Lloc: 91, 95, 96, 97.
Bellús: 331, 332, 340, 350.
Bellvete.t: 332, 347.
Benaguaci1: 328.
Benamejí: 197.
Benassal: 95, 96, 97.
Benavites:283,284, 286,287,289,290,291,295,296,
297.
Benavites, bañ:anco de: 283.
Berticalaf: 284, 286, 288, ~9.
Be!lidorm: 135.
BenifJJ.98.: 322, 327.
Benifairó: 284, 28.8, 291, 292, 293.
Be.nilloha: 407.
Benillup: 387.
BellimarfuU~ 387.
Benisa: '339.
Benisa.nó: :328.
Bétéra: 328.
Bética: 83, 120, 195, 272.
Betis, río: 202, 321.
Beturia: 193, 194, 195, 198, 199, 200, 201, 202.
Biatia: 199.
·
Bilbao: 321.
Binéfar: 99, 126.
Bixquert, vall de: 332, _337. 339, 340.
Blanco, : io: 322.
r
Bolbax: 30.
Botdissal, .El: 107, n.o, 114.
Booiana: 1113, 343.
.Eotoo:ita: 93.
Bruse.ral, El: 104, 105.
Bubayra, La: 4!l8.
Burriana: 284.
Buñol: 167.
Caballeros, calle (Sagunto): 280.
Cabanes: 95,, 96, 97, 103, W4, 111, 112, 113.
Cabanyal, El: 206.
Cabaña, _partida de la: 38.7.
Cabecico del Teaoro: 22, 28, 85, 88, 15. .
6
Cabe~o de Maríola: 155.
Cabe9ol, El: 291, 293, 294.
Cabe~olet, El: 285..
Cabe.w Luceto: ·22, 26, 31.
Cabezo de Hottales: 199.
Cabillers, c.a11e: 210.
,Cabo de CuUera: 328.
Cáceres, ptovinciá: 364.
[page-n-441]
Caesarea: 335.
Caetobrix: 203.
Cádiz, provincia: 199, 201.
Cagliari: 112.
Cala: 203.
Calaceit: 96.
Calagurria: 124.
Camí de dalt: 284.
Camí de les Valls: 284.
Camí d'Aixo: 285.
Camino de la Cr uz: 22.
Camp de Morvedre: 283.
Camp del TUria, comarca: 131.
Campania: 208.
Campello, El: 138, 149, 157, 162.
Campello, El (Cabanes): 107.
Campo Arcís: 277.
Canet lo Roig: 95, 96, 97.
Canyoles, río: 332.
Caraita, Barranc de: 387.
Carasols, Els: 357.
Carencia de Turís, La: 29, 30.
Carmo: 192, 200.
Carmona: 197.
Carpesaos: .200.
Carpetania: 194, 200, 201, 202, 203.
Cartagena: 323.
Cartago: 198, 329.
Carteia: 192, 200.
Cartbago: 314.
Casa de la Hoz: 7.
Casa del Monte: 22, 27, 28, 32.
Casa del Polido: 104.
Casas de Juan Núñez: 88.
Casitérides: 202.
Casp: 96.
Castell, El (Palamós): 120, 121, 122, 123, 124, 125.
Castell de Có:rbó: 97.
Castellar, El (Alcossebre): 135.
CasteJlet de Bemabé: 131, 141, 146.
Castellón de la Plana: 22, 91, 94, 103.
Castellón, provincia: 107, 122, 123, 124, 126, 135,
140, 283.
Castil Anzur: 197.
Castilla: 324.
Castilla la Nueva: 193.
Castilla-La Mancha: 10.
Castillico, El: 10, 24.
Castjllo de Albalat: 104.
Castillo de Miravet: 104.
Cástula: 12.7, 324.
Castul6n: 324.
Catal uña: 322, 327.
Catedral de Valencia: 214.
Cauca: 191.
Caudete de la:¡¡ Fuent~s: 97, 131, 138.
Cazlona: .324.
Celtiberia: 322.
- 439 -
Cenarcas: 328.
Cerdeña: 112.
Cerro de San Miguel: 126.
Oetóbriga: 203.
Cbelva: 30.
Cbercbell: 336, 351.
Chiezi: 351.
Chinchilla: 31.
Cigarralejo, El: 22, 24, 25, 28, 29, SO, 32, 85, 88, 139,
155, 156, 159, 162.
Cirera, Font de la: 339.
Cisimbrium: 199.
Citerior (Hispania): 191, 193, 200, 201, 202, 204, 32.2.
Ciudadela de Jerusalén: 432.
Clunia: 114.
Cocentaina: 385, 387, 408.
Cocentayna: 328.
Cogotas, Las: 27.
Coimbra del Barranco Ancho: 22, 24, 32.
Colcbester: 225.
Colippo: 120.
Colón, calle (Benavites): 287.
Condado de Niebla: 201.
Confit, partida de: 105.
Conimb.riga: 219, 228, 229, 238, 240.
Conistorgia: 200.
Conobaria: 195.
Contéstania: 328, 335.
Conventus Tarraconensis: 275, 280.
Corduba: 192.
Córcega: 329.
Córdoba, provincia: 120, 200.
Corral de Saus: 30, 169.
Corral del Roig: 96~ 97.
Cortijo de las Vírgenes: 198.
Cosetania: 328.
Costa, La: 332, 340, 408.
Costa del Sol: 198.
Costera, La: 337.
Cova Negra: 332.
Covalta: 29, 30, 31, 169.
Caves de Vin roma; 91, 96, 9?, 136.
Coy: 88.
Cretas: 112.
Cretes: 96.
Cuenca, provincia: 335.
Cumas: 310.
Denia: 272, 332, 324, 325.
Despeñaperros (Paterna): 131, 141, 1A2, 146.
Dianio: 322, 324.
Dipo: 120.
Duende, Cueva del: 10.
Dunas de Guardamar: 375.
Ebro, rio: 119, 321.
Ecija: 197.
Edra, Cava de l': 335.
Edra, Fon~ de 1': 335, 337.
Eiscadia: 195, 197.
[page-n-442]
Eivissa: 136.
Eixeve, partida de 1': 284.
Elche: 23, 169, 3_ 323, 324.
22,
Embajador Vic.h , calle: 227, 228, 239, 240, 242, 246.
Emborró, muntanya de: 96.
Emporion: 304, 305, 306, a
Empúries: 94, 98, 320.
Encamación, La: 88,
Ensérune: 95, 119, 120, 121, 122, 123, 124, 125, 126,
134, 135, 139, 144, 156, 187.
Epora: 120.
Erisane: 194, 195, 201.
Escacena: 19,4, 198.
España: 277, 297, 303, 304, 305, 309, 313, 315, 320,
322, 323, 325, 826, 328, 329.
Estrella, Sierra de )a: 194.
Estret de les Aígües; 332.
Etruria: 208, 3'04, 310.
Exarcb, calle: 227.
Extremadura: 209.
Faura: 284, 291, 292, 293.
Fermedo: 365.
Finestrat: 271, 272.
Einisterre: 193.
Focea: ,00;4.
Fócída: 307.
Font Salada: :333, 337, 339.
Font Volta: 337.
Font de Quatt: 286.
Fónt de la Figuera: 85, 88, 337.
Font de la Vall Q.e Segó: 286.
Fonteta, La~ 375.
Forcall, El: 327.
Fosar, calle del: 333.
Fraga: 94, 124.
'Francia: 23, 27, 303, 304, 306.
Frangf, partida de: '387.
Frares, Els; 284.
Frontera, montaña: 294.
Fuente Flores, partida de: 278.
Fuente Sa1ada: 333.
Fuente del A~a Salada: 88.
Gadeira: 200.
Galera, pJaca de la: 335, 337.
Galia: 214, 215, 229, 238, 309.
Garrofera, La: 284.
Gatillo, igl~ia de El: 364.
Gehena, valle ~e 1a: 434, 435.
GetneJla: ¡95,, 197.
Genil: 197, 198, 199, 202.
Gerona: 324.
Gotetes, Cova de les: 340, 342.
Granjv:ela, La: 185.
Grao de Murviedro: 326.
Grau VeU: 263.
Graufese1;1gue, La: 214.
Grecia: 308, 307, 308.
Grieggs: 30.
Guadalajara, provincia: ·364.
Gu~d,alaviar, río: 321, 322.
G1,1ada)quivir, río: 199, 200.
Guardamar: 375.
HeJi~aso: 1PQ.
Hallstatt: 27.
Hasor: 433.
Henares: 202.
Herennia: 320.
Hiberum, do: 193.
Hilpula: 199.
Himera: 310, 312.
Hispali&: 120.
}lispania: 93, 192, 193, 194, 275, 277. 278, 280, 323.
Rofheim: 214, 228, 229.
Hoya de Santa Ana: 22, 23, 27, 30.
Hoz, .Sarranco de la: 11.
Huelva, provincia: Ü~4. 199, 203.
Hyberis: 328.
Ibe~ia:
202, 322.
lglesuela del Cid: 97.
Ile: 322.
Tier~avonia:
323.
Iliberri: 199.
Ilice; 322.
llici: 246, 253.
Ilipa: 199.
lliputa: }20.
Iliria: 202.
Illeta dels Banyets de la Reina: 138, 14.9, 157, 162.
Illora: 27.
Du.rco: 199.
Institut d'Estudis éatalans: 103.
Joyosa: 322.
Iporca: 120.
Iptuci: 198', 199.
Isla del Castillo.: 197.
Israel: 429.
Italia: 27, 308, 310, 326.
Itálica: 192, 199, 200.
Itucci: 193, 194, 198, 199, 200, 201, 203.
Itykke: 19'8, 200.
Jaén: 183.
Jar¡¡,fuel: 10.
r]érica: 96, 280, 281.
Jeri.UIIllén: 429, 432, 434, 435.
Júcar, río: 328.
Judíos·, calle de los: 432, 433, 434, 435.
~nguedoc: 22, 253.
Lapurdum: 120.
Lara_p: 284.
Lari!lsa: 308.
Lauro: 324.
La~ona:
324.
Leontini: 312.
- 440 -
[page-n-443]
Lesera: 93.
Lessia, no: 93.
Lesura, río: 93.
Lesuros, rio: 93.
Lesyros, río: 93.
Lezoux: 242.
Libreros, calle: 240.
Liesser, río: 93.
Llano de la Consolación: 22, 23, 127.
Lleida: 98.
Lleons, Cova dels: 340, 342.
Llerona: 324.
Lluch, caseta de: 335, 337.
Llanties, partida de les: 91.
!Júia:83,93, 94,99,119,122,123, 124,125,126, 132,
134, 135, 136, 139, 141, 144, 145, 156, 324, 328.
Logroño, provincia: 93.
·
Londres: 303.
Lusitania: 120, 193, 194, 195, 198, 199, 200, 201, 202,
203, 209.
Lyon: 240, 351.
Lérida: 320.
Madrid: 91.
Maestrat, El: 96, 114, 327.
Maestro Puchades, plaza del: 281.
Maeztrazgo de Montesa: 323.
Maigmudella: 91.
Málaga,, provincia: 197, 200.
Mallorca: 141, 329, 343, 409.
Malvarrosa, La: 206.
Manises: 411, 412.
Manreaa: 411.
Manuel Pujo!, finca de: 105.
Mar, calle del: 210, 214, 221, 239, 242, 246.
Margalef: 134.
María de Molina, calle: 242.
Marina, La: 335.
Mariola, sierra: 139.
Marsiliana: 160.
Martos: 198, 199.
Mas d'Enqueixa: 1()5.
Mas de Mu880ls: 31.
Mas del Sompo: 385, 387.
Massalia: 304, 306, 311, 312, 31$, 314, 315.
Mauritania: 335.
Meca, Castellar de: 10.
Medio, calle del (Benavites): 295.
Mediterráneo: 134, 252, 283.
Mediterráneo Central: 23, 303, 309, 310.
Mediterráneo Occidental: 23, 25, 304, 310.
Mediterráneo Orientál: 23, 77.
Meguido: 433.
Melque, monasterio de: 364.
Menadera, La: 27.
Meses, partida de: 332.
Meses, séquia de: 332, 344.
Meseta Norte: 83.
Messana: 312.
Millars, río: 98.
Miravet: 103, 107, 110.
Miróbriga: 203.
Mogente, municipio: l20, 121, 122, 127, 169, 185,
186, 187.
Molar, El: 22, 23, 24, 28, 31.
Molinillos, Los: 10.
Monastil, El: 136, 189.
Moncayo: 321:
Monclova: 197.
Monjos, Els: 132.
Monravana, La: 136.
Montans: 238, 241, 253.
Montemolín: 313.
Montesa: 337, 344.
Montgó: 311, 314.
Montiber, partida de: 293.
Montornés, castell de: 343.
Montpeller: 343, 344.
Montsant, convent de: 331, 333, 339, 340, 342, 345,
346, 347.
Montserrat, Aljub de: 331, 339, 340, 342, 347, 350,
351.
Morell.a : 93, 114, 305, 311, 314, 3161 327.
Morenos, partida: 277.
Morvedre: 283, 284, 289, 325.
Mosel.la, río: 93.
Moséa 'Míla, calle: 215, 217, 2.21, 223, 225, 227, 228,
239, 240, 241.
Murcia: 77, 80.
Murcia,, provincia: 22, 29, 32, 33, 77.
Murviedro: 296, 321, 323, 325, 326.
Museo de Prehistoria de Valencia: 167.
Museo de la Academia de Bellas Artes de San
Carlos: 103.
Mytilene: 307.
Navarra: 321, S43.
Naxos: 310.
Neapo1is: 308.
Negret, cabo: 274.
Nerkobriga: 193, 195.
Nertóbríga: 193, 203.
Neskania: 197, 198.
Niederbieber: 238.
Noguera, Cueva de la: 10.
Novetlé: 346.
Nueva Carteya: 198, 199.
Nules: 326.
Numancia: 27, 119, 202.
Obolcola: 195, 197, 198.
Obulco: l27J 197.
Ocaña: 323.
Ofel, El: 429.
Oliete: 95.
Olisippo: 120.
Olleria, 1': 337.
Olocau: 131, 140.
Olont: 199.
- 441 -
[page-n-444]
Ontinyent: 329.
Orcelis: 323.
Oretania: 199.
Origuela: 323.
OrihueJa: 324.
Oriola: 323, 324.
Orleyl: 22, 25, 31, 123, 124, 125, 126, 134, 136, 139,
168, 169, 185.
Orospeda: 322.
Orson: 200, 201.
Osera, La: 30.
Ostia: 252.
Osuna: 201.
Oxthracai: 195.
Pais Valenciano: 22, 24, 26> 96, 140, 271, 274, 275,
278, 313.
Palamós: 121, 122, 125, 168.
Palancia, río: 96, 284, 326.
Palau de Benicarló: 208, 209.
Palau de la Generalitat: 240.
Palestina: 433.
Palma de Mallorca: 375.
Palma, La: 31.
Paría: 316.
Parnasa, monte: 324.
Parres, calle de les (Benavites): 296.
Paterna: 131, 141, 411, 412, 414.
Pech-Maho: 120, 122, 123, 124, l25, 126, 139.
Pelota, plaza de la: 246.
Península Ibérica: 22, 23, 26, 27, 29, 99, 114, 120,
141,208,272,274,275,277,303,304,305,306.
311, 312, 315, 364, 365, 384.
Peníscola: 322, 326.
Peña de las Majadas: 140.
Peñas, Las: 7, 10, 11, 21, 22, 23, 24, 26, 29, 33.
Pbokis: 308, 312.
Phosayco: 322.
Pie deis Corbs: 283, 284, 285, 293.
Pico de los Ajos: 93, 139, 145, 167, 168, 169.
Pila, partida de: 274.
Pitarch, finca de: 105.
Pla d'Agulló: 339.
Pla de Nada!: S57, 365.
Plana Alta, comarca: 91, 96.
Plana de Castellón, comarca: 114.
Plana de Utiel, comarca: 10.
Plana de Uticl-Requena: 277.
Plaza de la Virgen: 142.
Pobla: 328.
Polida, masía de la: 104.
Polpís, partida de: 96, 97.
Pont Sec, barranc: 332.
Pont de Molins: 305, 306. 311. 314. 316.
Porcuna: 88.
Portacoeli: 328.
Portal de Sant Jordi. pla9a del: 339.
Portugal: 209, 365.
Pozo Moro: 32.
- 442 -
Prado del Rey: 199.
Provenza: 305, 306.
Ptouki: 199.
Puente Genil: 197.
Puerta de Damasco: 432.
Puig Castellar: 134.
Puig de Nuestra Señora, El: 322.
Puig de les Pasqües: 284.
Pulina: 120.
Punta, La: 97.
Puntal, sierra del: 10.
Puntal deis Llops: 131, 140, 146.
Pusina: 120.
Quart: 283, 284, 285, 294.
Quart, camí de: 346, 347.
Quartell: 283, 284, 285, 290, 291, 294, 2. 5.
9
Quémalo: 284.
QuintanilJa de las Viñas: 364.
Raner: 844.
Rávena: 93, 199.
lieal Acade.m.ia de la Historia: 104.
Recena: 201.
Recópolis: 364, 365.
Reig, pou de: 340.
Reina, plaza de la: 217, 219, 221, 227, 239, 240, 242.
Reino de Valencia: 31S, 321, 322, 323, 324, 325, 329,
344.
Requena: 10, 114, 275, 277.
Rhegium: 310.
Rhode: 304, 306, 308, 309, 312, 313, 314, 315.
Riba-Roja de Túria: 357.
Rioora de Cabanes: 103, 104, 105, 107.
Ribera, partida de la: 97.
Roma: 93, 98, 192, 193, 194, 195, 197, 198, 200, 201,
202, 203, 204, 264, 277, 320, 321, 325, 329, 351.
Roncal: 118.
Rosas: 311, 314, 316.
Roussillon: 22, 263.
Rubau: 284.
Ruscino: 139.
Saelices: 335.
Saetabi: 324.
Sae-tabis: 331, 340, 342, 347.
Sa&-a: 329.
Sagonte (Sagunt): 124, 126, 128.
Sagunt: 30, 96, 139, 165, 263, 275, 277, 280, 283, 284,
285, 286, 290, 291, 293, 296, 297, 320, 322, 323,
324, 325, 326, 829.
Saguntum: 93, 97, 98, 246, 253, 321, 328.
Sala: 228.
Salacia: 203.
Sala.manca: 297, 329.
Salobral, El: 127.
Salud, fuente de la: 339.
San Esteban. iglesia de: 319.
San Jorge, puerta de: 333, 839.
San Martín, iglesia de: 319.
San Miguel: 83.
[page-n-445]
San Pedro de la Nave: 364.
San Vicente: 193.
Sant Antoni (Betxi): 135.
Sant CirstOfol, c.arrer de: 839.
Sant Feliu, església de: 345.
Sant Gil, portal de: 344.
Sant Jordi, font de: 333, 337.
Sant Jordi, placa de: 337.
Sant Josep, aljub de: 340, 347, 351.
Sant Josep, ermita de: 342, 347.
Sant Mateu: 96.
Sa.n t Miquel i Sant SebastiA, església de: 346.
Santa Coloma; 284.
Santa Maria de Melque: 364.
Santa María de la Quintanilla de las Viñas: 364,
.
365.
Santa Paula, Ermita de: 325.
Santa Tecla, porta de: 333, 335.
Santes, Ermita de les: 333, 335, 340.
Santes, Font de les: 335, 337, 339, 350.
Santes, Les: 91.
Santiago de Cazem: 203.
Seania Arra: 272.
Sec, El: 154, 156, 157, 162.
Seg6briga: 204, 327, 335.
Segorbe: 281, 283, 328.
Segovia: 297.
Segovia del Genil: 197, 201.
Seguida: 203.
Segura, río: 32, 375.
Selinus: 312..
Senent: 103.
Senieta, La: 103, 104, 105, 107.
Sent Onofre, aljibe: 350.
Serreta, La: 123, 125, 139, 149, 166, 168, 185, 186,
187.
Setabi: 325.
Setabis: 328.
Setabis, río: 328.
Setania: 328.
Setava: 328.
Sevilla: 183, 408,
Sevilla, provincia: 197, 313.
Sibana: 325.
Sicana: 328.
Sicano, río: 328.
SiciÜa: 211, 313, 329.
Sierra Morena: 193, 194.
Signia: 351.
Sinarcas: 94, 97, 99, 145, 328.
Sines: 203.
Sineu: 3!l3.
Singili: 199.
Siquem: 433.
Siracusa: 308.
Sistema Centr!il: 202.
Sitana: 328.
Sitava; 328.
Solaig, El: 118, 124, 132.
Solivella, La: 22, 23, 25, 28, 31.
Sompo, El: 385, 405.
Sot de Ferrer: 283.
Soule: 118.
Strasbourg: 117.
Sucaelo: 199.
Suero: 325.
Tagum, río: 192, 193.
Tajo, río: 192, 194, 209.
Tancat, El: 105.
Ta.rraco: 272, 320.
Tarraconense: 3.22.
Tarragona: 284, 311, 314.
Tarragona, provincia: 141.
Tarragone (Tarragona): 125.
TArrega, finca de: 105.
Tartana, aljub de }a; 340, 342.
Tartesia: 322.
Tartessos: 200.
Tejeda la Vieja: 194, 198, 199.
Tell el Farah: 433.
Tell en Nasbe: 433.
Tema: 199.
Templo de Jerusalén: 429, 432, 434-, 435.
Tesorico,EI: 22, 24, 25, 28, 31, 32.
Tesoro, Cerro del: 10.
Thamusida: 252.
Tharsis: 322.
Thera: 159.
Thourion: 308.
Tirim: 322.
Tivissa: 125.
Toledo: 320, 323.
Toro, El: 140.
Torre de Hércules: 272.
Torre de San Joseph: 272.
Torre de San José: 272.
Torre de la Sal: 104, 105, 107.
Torrecica, La: 23.
Torres, río: 272.
Tortosa: 31, 326.
Tossal de Sant Miquel: 93, 131, 132, 146.
Tossal de la Cala: 135, 157.
Tossal del Moro: 407.
Tossalets, Els: 97, 136.
Trampal, iglesia de El: 364.
Trent: 345.
Tribola: 192, 195, 197.
Troya: 326.
Tubalis: 322.
Tucci: 198, 199.
Tudetania: 191, 192, 194, 195, 197, 198, 200.
Turia, río: 141, 209, 210, 321, 322, 325.
Turulis, río: 321.
Turís: 29.
'l'usci: 199.
Tykke: 201.
-443 -
[page-n-446]
Tyrim: 325.
Tyrin: 205.
Tyrios,. río: 322.
Tyris: 322.
Tyrius: 322, 325.
Tyrriche: 327.
Ullastret: 21, 94, 120, 121, 122, 123, i24, 125, 126,
Vel'dolay: 85.
Vesci: 201.
Vic: 99.
Vilanova d'Alcolea: 91.
Villafamés: 91.
Villajoyosa; 272, 322.
Villares, Lo$: 31, 124, 126, 126, 131, 132, 134, 136,
138, 140, 146, 188.
132, 134, 139, 141.
Ulldecona: 327.
Ulterior: 191, 194, 197, 201, 202, 203, 204, 322.
Umbría, camino de la: 7, 11.
Urso: 201, 202.
·
Ursulinas, campo de las: 351.
Valdecebadas: 364.
Valdesoto, calle: 241.
Valdetonno: 96.
Valenc;a do Douro: 209.
Valenc;a do Minho: 209.
Valencia: 7, 131, 142, 146, 205, 206, 208, 211, 213,
263, 264, 271, 276, 284, 285, 288, 289, 303, 319,
320, 321, 324, 345, 346, 347. 357, 411, 414, 429.
Valencia, provincia; 7, 107, 131, 138, 140, 141, 167,
283, 284, 347.
Valencia de Alc,íntara: 29.
Valencia la Vella: 368.
Valentía: 131, 142, 146, 205, 206, 208, 209, 210, 211,
213, 215, 229, 238, 246, 252, 253, 275, 321, 325.
Valenzuela: 198.
Valeria: 252.
Vall d'Uixó: 94, 96, 97, 169, 285.
Van de Gallinera: 319.
Vall de Segó: 283, 284, 285, 286, 290, 291. 292, 295.
Vallderoures: 96.
Valldigna: 7, 10.
Valle de Ayora: 7, 10.
Valltorta: 103.
Vélez Blanco: 264.
Vendipo: 120.
Vera Cruz de Marmelar: 365.
Villaricos: 'J:l, 31.
Villavieja: 277.
Virgen, plaza de la: 217, 219, 223, 239, 240, 241, 242,
246.
Virgen de la Salud, ermita: 88.
Vitoria, calle: 242, 246.
Vive}; 327.
Vizcaya: 321.
Volscos: 351.
Volterra, tesoro de: 304, 313.
Wiesbaden: 228.
Xativa: 328, 331, 332, 333, 335, 337, 339, 340, 342,
343, 344, 345, 346, 351.
Xérica: 3'J:l.
Xiprana: 96.
Xivert, muntanya de: 96.
Xixona: 323.
Xixona, río: 335.
Xúquer, río: 322, 325, 335, 344, 345.
Yátova: 93, 120, 124,, 126, 129, 167, 168, 169, 185.
Yecla: 127, 128.
Zaidía, monastir de la: 345.
Zalamea: 201.
Zancle: 310.
Zantre: 322.
Zaragoza: 346.
Zaragoza, plaza de: 210.
Zarag,oza, provincia: 93.
Zarra: 7, 10, 11, 17.
Zarra, río: 25.
- 444-
[page-n-447]
INDICE DE PERSONAS Y ENTIDADES
Abascal Palazón, J . M.: 271, 274-.
Abellhalaza: 342.
Abenzoar: 344.
Abitus: 221.
Academia de los Nocturnos: 319.
Adriano: 321, .322.
Afranius, S.: 329.
Agripa: 432.
Aguado, P.: 193, 194, 197, 198, 199, 203.
Agustín, Antonio: 117, 320, 321, 323, 325, 328.
Ahius, T.: 206.
Akragas: 307, 312.
Al-Azrach: 408, 409.
Albanus: 214, 239, 252.
Albertini, E.: 198.
Alberto& Fi.rmat, María Lurdes: 93, 94, 195.
Alcácer Grau, José: 281.
Alcover, A. M.: 413.
AlfOldy, Géza: 93, 272.
Almagro Gorbea, Martín: 32, 77, 85, 88.
Almarche, Francisco: 103, 104, 105, 111.
Almeida, F. de: 365.
Almela y Vives, F.: 286, 4-13.
Almoixerif: 343.
Alfonso de Aragón: 319.
Amigues, F.: 414.
Amiran, R.: 429.
A.mor6s, J .: 305, 306, 307, SOS, 310, 312.
Andax: 201, 202, 203.
Angot, Pierre: ll7.
AníbaJ: 323, 329.
Annés, Amparo: 287.
Antiste: 326.
Antonino: 324.
Aparicio Pérez, J .: 319.
Apiano: 191, 194, 195, 197, 198, 203, 206, 208, 325.
Apolo: 307, 308, 312.
Aptus: 214.
Apuleyo: 195, 200.
Aranegui Gaseó, Carmen: 22, 24, 25, 263.
Arasa i Gil, Ferran: 91, 93, 96, 97, 281.
Arcadio: 325.
Arce, J.: 199.
Arco, Luis del: 103, 104.
Ardacus: 214, 217, 238, 239, 252.
Arenas, A.: 193.
Arethusa: 308, 312.
Artemidoro de Efeso: 193, 202, 210.
Asdrúbal: 329.
Astolpas: 195, 202.
Atenea: 308, 310.
Atila: 203.
Atilio: 191, 192, 193, 194, 203.
Atrián J ordán, P.: 96.
Aubet, María Eugenia: 162.
Audax: 201.
Audin, A.: 99.
Aug\Uíto: 26, 98, 210, 322, 326.
Avieno, Rufo Festo: 205,320,321,325,326, 327,328.
Avigad, N.: 429, 432, 433, 434, 435.
Ayuntamiento de Benavites: 287.
Ayuntamiento de Valencia: 138, 142, 206, 213, 214.
Azarías: 435.
Azkue: 118.
A.zuar Ruiz, Rafael: 375, 377, 383, 384.
Baco: 227, 297.
Bihr, G.: 94.
Baldellou, V.: 99.
Balil, A.: 195, 252.
Ballester Tormo, Isidro: 22, 27, 28, 96.
Ballesteros Viana, M.: 278.
Balvus: 228.
- 445 -
[page-n-448]
Bann Isa: 344.
B&rceló, C.: 344.
Baró
Beld.a D.omJnguez,, J.: 24.
Belén Deamos, M.: 25.
Beltr~n LlQri$, Francisco: 93, 98, 275, 271, 28Ó, 281,
2.86, 287, 288, 289, 290, 291, 292, 293, 294, 295,
325.
BeJtrán LlorilJ, Miguel: 118, 139, 144.
Beltrán Martínez, Antonio: 112, 177, 201.
Beltrán Villagrasa, Pio: 97, 112, 135,174, 175, 177,
¡78.
Bernal>eu Aubán, J oan: 140,
Berna'tt~u LQpez, R.: 278.
Bernier, J.: 199.
Berroc1d, María del Carmen: 156.
Beuter, Pere- Antoni: 319, 320, 322, 323, 324, 325,
326¡ 327.
Blancas: 322, 327.
Blanco_, A.: 197.
Blanco, J. F.: 191.
Blánquez l?érez, J.: 22, 24.
Blázquez, A.: 197, 199.
Blázqu.ez, J. M.: l!M, 197, 200, 202.
Bodenstedt, F.: 307.
Boix, V.: 339.
Bon~t ~osado, lfelena: 131. 140, 141.
'Bo.net, Iose'J)h: 294.
Bono. Ga¡¡pu: 346, ;J47.
Bort, Vic.~r: 91.
Bosch Gimpe.ra. Pere: 103, 193, 194, 197, 198, 199,
203.
Bou, Juan: 41l.
Breglia, L.: 310.
Brenot, C.: Sll.
Broncano, S.: 22, 241 25, ~. 31.
Bruto: 195, 200.
Caballero Zoreda, L.: 364, 365.
Caballos, A.: 199.
Cabestany i Fort, J. F.: 411.
Cabré Aguiló, J.: 27, 28, 124, 132, 1~. 141,144, 145.
Cábré de Morán, M.á E.: 27.
vahat Almale: 411.
Cahn, H. A: 310.
Caja de Ahorros d~ Sagunto: 293.
Call.ejo, C.: 209.
Callu, J. P.: 252.
Calvus: 221, 223.
Cámavelles, J.: 291.
CamJlo, M .: 305, 306, 307, 311, 312, 314.
Campos, José: :280.
Canelles, Bertran de: 344.
Cantus: 214, 22~. 23.6, 239, 2&2.
Carmona, P.: 210.
Carnoy, A. J .: 277.
Caro· Baroja, JuHo: 139, J74 1 175, 177, '192. 194.
Carreras Candi, 'F.: 322.
- 446 -
Caru.s: 2~.
Caruz, A.: 197.
Casabó, J qsep: 96.
Gasaroar, M.: 408.
Gasibdoi'o: 32().
Castañeda y Alcovex, Vicente: 319.
Castellosol, Roderic de: 344.
Catalán ae Valeriola, Bernardo: 319.
Catón: 325.
Catul: 331, 332.
Cavanilles, Antonio José: 291, 322.
Cayo Marcio: 200.
Ceán Be_rmúdez, J'.: 197.
Cecilia Quarta: 280.
Cel.adus: 214, 238, 239.
Cennatus: 214, 239, 246.
Centelle.s. F. X.: 357.
Centtellet~, Jqr
Centro Arqueológico Saguntino: 285, 291.
Cepión: 194, 201.
Ce.rdá., D.: l54.
Césaro: 204.
Cbabouillet, A.: 307.
Chab.ret. Fraga, Antonio: 284, 285, 288.
Chabás, Roque: ,311, 325.
Chantraine, P.: 274.
Chápa, l'.: 77, 85, a$.
C.bárax de Pérgamo: 201.
Chic, Genaro: 183.
Cicerón: 324.
Claudiano: 325.
Claudio: 214, 215, 217, 219, 221, 223, 225, 228, 229,
2ª 8, 239, 240, 241, 252, 253, 32.5.
Claudius II Ghoticus: 326, 328.
C)~vell, Bernardo: 289.
Coelho, L.: 203.
Coll, Guillem de: 333, 335.
Collantes de Te~;án, F.: 197, 408.
Colmenares, D. de: 191.
Comas, A.: 345.
·Comisión Provincial de Monumentos de Caste·
llón: HJ3.
Connobj\s: 195.
Constantino: 322.
Coran\.U§, L.: 20Q.
Corell Vieent, Josep: 271, 275, 277, 281.
CoreQ Vicent, V.: 271.
Cornelia Ma11$,ueta: 277.
Cornelia J>lácida: 278.
QorneHa Tertiola: 278.
Cornelius Sula, P.: 329.
Coromines, J.: 335, .413.
Correa, J. A.: 175, 176, 17'7, 183, 203.
Cortés, M.: 197, 198, 201.
Corzo, R.: 197, l99, 201.
Cosius: 214, 238. 239.
Costa, J.: .203.
[page-n-449]
Criatofani-Martinelli, M.: 304.
Cu,adrado Díaz, Emeterio: 22, 24, 25, 28, 29, 30, 33,
so. 85,
162.
Cueco Adrián, J. M.: 286.
Culchaa: 195.
Curio: 195.
Damonu.a: 214, 239.
Daremberg, Ch.: 160, 264.
David: 432, 435.
Decio: 320.
Delgado: 1}7, 3.28.
Delgado, M.: 219, 228, 229, 238, 240.
Demetrio Poliorketes: 198.
Departamento de Antigüedades, Israel: 429.
Departamento de Historia Moderna, Universidad
de Valencia: 320.
Desclot, Bernat: 332, 338.
D~ Faig, Pere: 335.
Diana: 225.
Dies, E.: 210.
Diodoro Sículo: 201, 206, 208.
Dión Casio: 202, 325.
Diputación Provincial de Valencia: 7, 286, 322,
324.
Dit.a.lcon: 201.
Ditalkes: 201.
Domergue, C.: 200.
Domiciano: 214, 227, 229, 238, 240, 241, 252, 253.
Durán, Vicente: 183.
Durfort, Berenguer de: 343.
Eghto, A.: 199.
Eisennut, W.: 194.
Eitan, A.: 429.
Elvira Barba, M. A.: 276.
Emia: 238, 240.
Enguídanos, Tomás: 350.
Emout, A.: 274.
Escobar, S.: 199~
Escolano, Gaspar Juan: 285, 319, 320, 322, 323, 324,
325, 326, 328, 329, 343, 346.
Escrivá, E.: 210.
Esparcell, Cosme: 346.
E8tacio: 326.
Eatanya, moasén: 846.
Esteban de Bizanc.io: 324.
Esteve, A.M.: 435.
Esteve, J.: 208.
Esteve Forriol, J .: 142.
Esteve Gálvez, Francisco: 91, 103.
Estrabón: 193, 210, 322, 323, 324.
Eutropio: 193.
Ezequías: 435Fabio Máximo: 200.
Fatás Cabeza, G.: 93, 194.
Felicis: 217, 219.
Felipe II: 345.
Fernández, A.: 206, 208.
Fernández Casado, C.: 335, 350.
- 447 -
Ferrando, Antoni: 342.
Ferrer, Francisco: 339.,
Ferrer Julve, N.: 280.
Ferrí, Enrique: 287.
Février, J. G.: 160.
Fiches, J. L .: 253.
Figueraa Pacheeo: 322.
Fita, Fidel: 96, 103, 104, 111, 272, 278.
Fletcher Val la, Domingo: 22, 23, 24, 25, 26, 28, 77,
91,92,93,95,96,97,112, 117,118, 119, 127, 131,
132, 134, 135, 136, 138, 139, 141, 142, 144, 145,
146, 149, 160, 167, 168, 169, 173, 174, 175, 177.
178, 179, 185, 186~ 187' 188, 205, 206, 208, 209,
210, 211, 213, 263, 271, 281, 319, 331, 857.
Form, G. V.: 264.
Fortuna: 275.
Fuentes Estaño!, Marfa José: 136, 141, 155, ~57.
Furtwiingler, A. E.: 304, 305, 306, 307, 310, 311, 312,
313, 316.
Gabba, E.: 191.
Galba: 191, 192, 200, 202.
Galsterer, H.: 198, 199.
García, Vicent: 342.
Garcla Cano, J . M.: 81, 88, 156.
García Iglesias, C.: 201.
García Jiménez, 8.: 191.
García y Bellido, Antonio: 77, 85, 194, 198,199, 200,
201, 204, 322.
Garigay: 322, 323.
Garland, Y.: 198.
Gaspar, J.: 296.
Gaaparri, C.: 252.
General Canino: 280.
Genjis Jan: 203.
Germa.nus: 225.
Geva, Hillel: 429, 434, 435.
Gil Fa.r rés, 0.: 199, 201.
Gil-Maacarell Boacá, Milagros: 30, 141.
Giner: 357.
Giner Sospedra, V.: 96.
Goméz, C.: 206.
Góm~ Igual, Bernat: 347.
G6m~ Miedea, Bernardino: 323, 327.
Gómez Moreno, Manuel: 111, 112, 117, 118, 119,
120, 121, 124, 127, 134, 139, 142, 144, 146, 169,
160, 174, 175, 177, 1.78, 185, 201, 203, 320.
Gómez Serrano, Nicolau Primitiu: 141, 142, 240,
328.
González Martí, M.: 411, 413, 414.
González Prata, Alfredo: 150.
Goru:ález Román, C.: 199, 201.
Graci Faliac: 331.
Graco, 194.
Gregario Xill: 345.
Grose, S. W.: 307, 308.
Groase, R.: 200.
Grote. fend: 117.
n
Guadán, A. M. de: 26, 28, 134, 199, 306, 306, 307,
[page-n-450]
308, 309, 310, 311, 312.
Lan,e, C. C. L.: 201.
Lansol, Francisco: 325..
Lázaro Mengod, A.: 22, 25.
Lejeune, M.: 188.
Lenol'!Ilant, F.: 160.
Lerma Alegria, Josep Vicent: 210, 411.
Lessius: 93.
Guarner, Lluís: 288, 293.
Guérin, Pierre: 140.
Gundel, H. G.: 192, 193, 194, 197, 198, 201, 203, 204.
Gutiérrez Lloret, S.: 380, 382.
Hackens, T.: 310.
Hallier, G.: 252.
Hecateu: 93.
Heinze., R.: 202.
Hércules: 225.
Hennet, F.: 215, 217, 219, 221, 223, 225, 227, 228,
Lesso: 93.
Lesuria: 93.
Lesurindataris: 93.
Lesurius: 93.
Libertus: 228.
Lillo Carpio, Pedro: 24, 33, 77, 80, 85.
Liou, B.: 134.
Lipsio, Insto: 325.
Livio: 193, 194, 195, 320, 322, 323, 324, 326.
Llansol de Romaní: 325.
Llobregat Gonesa, Enrie A.: 22, 26, 33, 135, 138,
252.
Hemández, Miguel: 294.
Herodes el Grande: 432.
Herurgon, J.: 194.
Hi.ginio: 321.
Hoffmann, B.: 239.
Holder, A.: 274.
Honorio: 325.
Hoz, Javier de: 93, 95, 156, 160, 162, 175, 176, 184,
185, 186, 187, 203.
Hübner, E.: 93, 98, 111, 128, 168, 191, 197, 198, 199,
HO. 149, 150, 155, 157, 162, 186, 357.
Llorca, Jerónimo: 272.
Llueca Ubeda, Emilio: 283, 284, 285, 286, 288, 290,
291.
278. 280.
lbáñez Castro, A.: 197.
Indíbil: 202.
Westa Sanmartín, A.: 29, 30, 81, 156.
Instituto Geográfico Catastral: 91.
Isidor Hispalense: 324.
Israel Exploration Societr: 429.
Itálico, Silio: 821, 324, ,325, 326, 328.
Iulius: 242.
Jacoby, F.: 93, 201.
Jaime I: V. Jaume l.
Jaime IT de Aragón: 333, 344.
Jannoray, J.: 121, 144.
Jaume 1: 284, 332, 333, 342, 344, 408, 409.
Jiménez, A.: 199.
Jiménez, J.: 199.
Jodin, A.: 22, 26.
Jorge Aragonés, M.: 85.
Josefo, Flavio: 432.
Juan Navarro, Empar: 357.
Jues·ali Navarro, M .: 291.
Julia Utina: 277.
Julio César: 324.
Jully, J . J. : 22, 23, 24.
Kenyon, K. M.: 429, 432.
Kimon: 308.
Knapp, R.: 192.
Knorr, ~.: 215, 217, 219, 221, 223, 227. 228.
Xomemann, E.: 193.
Kraay, C. M.: 308, 310, 311.
Krader, C.: 203.
Kubitschek, W.: 198.
Lafón, René; 177.
Lafuente Vida!, J.: 22, 31.
Lamboglia, Nino: 21, 25, 150, 151, 153, 154, 238.
Lª-Dg, M.: 134.
Loeschke: 228.
López Palomo, A.: 197, 198.
Lucieno, Caio: 206, 321.
Lucio Celio Noto: 277.
Lucio Emilio Emiliano: 281.
Lucius Paulus Aemilius: 98.
Lúculo; 191, 192,. 194.
Luxinio: 198.
Macrobio: 324.
Magnol, J. P.: '188.
Maluenda; 32L
Maluquer de Motes, Joan: 97, 99,111, 120, 121, 124,
- 448 -
159, 161, 162, 175, 177.
Manases: 435.
Mandonio; 202.
Manius Sergius: 98.
Manlio: 194.
Maponus: 214, 238, 240.
Marcelo: 191, 1 92.
Marco Basilio: ~.
Marco Simón, F.: 96, 97, ·99.
Marcus Iurius Silanus: 98.
Mares, Mathia: 321.
Mariana: 320, 322, 323, 326.
Marichal, R.: 134.
Marineo Siculo:3.23.
Mánnol, Luís del: 322.
Marqués de Bélgida: 287.
Martí, J.: 4ll, 414.
Martí !'Huma: 332.
Martín, A.M.: 22, 24, 25, 28, 31, 203.
Martín-Bueno, M.: 96, 97, 99.
Martín de Viciana, Rafael: 319.
Martín~z. A.: 177.
Martínez, R.: 191.
Martínez, Vicente: 272.
[page-n-451]
Martínez Aloy: 322, 347.
Martínez Carreres, Enrique: 286.
Martínez Ferrando, Ernest: 333.
Martínez Garcia. José Manuel: 7.
Martínez Lisbona, Manuel: 271, 281.
Martínez Martinez, F.: 274-.
Marín: 199.
Masclus: 214., 240.
Mata Parrefio, Consuelo: 131, 138, 140.
Mateu y 'Llopis, F.: 319.
Mayet, F.: 219, 228, 229, 238, 240.
Meddillus: 217, 219, 221.
Meillet, A.: 274.
Mela, l'omponio: 321, 322, 323.
Melaihus: 228.
Meneu, Pascual: 103, 104_. 1,07.
Mesado Olivcr, Norberto: 22, 25.
Meseguer Folch, V.: 96.
Metello, Quinto: 320, 323.
Mezquiriz, M. A.: 135.
Michelena, Luis: 94, 134.
Michou, 'E.: 264.
Minerva: 227.
Minuróll: 201.
Mirálles del Imperial, A.: 96.
Miret i Sans: 344.
Modesttill: 214, 240.
Molina, Gregorio: 337.
Molina Garcia, Jerónimo: 22, 24, 32.
Molina Gunde, M. C.: 22, 24, 32.
Molina Viciana: 327.
Moll, F. de B.: 413.
Mommo: 217.
Mommsen, Th.: 201.
Montagna Pasquinucci, M.: 144.
Montanyola, Pere de: 335.
Monte.negro, A.: 194, 197.
Montesinos Martinez, Josep: 213, 246, 252, 253.
Morales, Ambrosio d.e: 320, 322, 324, 325, 326.
Morel, J. P.: 21, 138, 142, 14-4, 252.
Morkholm, 0.: 310, 311.
Morote Barberá, G.: 23.
Moutinho, A.: 219, 228, 229, 238, 240.
Müller, C.: 93.
Munio, Caio: 206, 321.
Muñoz: 326.
Muñoz Amilibia, Ana Maria: 77, 81.
Muret, E.: 307.
Murranus: 214, 238, 240.
Museo Arqueológico Municipal Camilo Visedo
Molt6, Alcoy: 387. 409.
Museo Arqueológico Nacional, Madrjd: 365.
Museo Arqueológico Provintial de Murcia: 81.
Museo Arqueológico de Alicante: 149, 157.
Museo Municipal de Elche: 86.
Museo Paleontológico, Valencia: 275.
Museo Provincial de Bellas Artes de Valencia:
288.
Museo de Nápoles: 264.
Museo de Prehistoria de Valencia: 131, 173, 214,
240.
Museo de Sa,gunto: 287, 290, 291, 293, 294.
Mutz, A.: 264.
Nabucodonosor: 432, 435.
Navarro, R.: 31.
Negrete, M. A.:22, 24, 25, 28, 31.
Nerón: 214, 215, 217, 21!1, 221, 223, 227, 228, 229,
238, 239, 240, 241, 2.S2, 253, 326.
Nicorontes: 201.
Nieto Gallo, Gratiniano: 28, 80, 85.
Noe, S. P.: 308.
Nordstrom, S.: 22, 23, 24, 32.
Nougaret, L.: 272.
Numius, C.: 2Q6.
Núñez, Pere Joan: 322, 827, 928.
Ocampo, Florián de: 324, 827.
Oggiano-Bitar, H.: 264.
Olivar Daydi, M.: 418.
Oliver, Rafael; 347.
Oliver Foix, Arturo: 95, 96, 99, 111, 135, 186.
Olmeda, M.: 203.
Organiz. Intem. para el Estudio del Antiguo Testamento: 42~.
Orosio: 193,
Oroz Arizcuren, F. J.: 185, 186.
Ors, A. d': 199.
Ortega, J. L.: 96.
Ortelio, Abraham: 324, 326.
Oswald, F.: 214, 215, 217, 219, 221, 223, 227, 228,
229, 238, 239, 253.
Ozias: 435.
Page del Pozo, V.: 25.
Palladion: 264.
Pallottino, M.: 112.
Palmyreno: 327.
Palomar Macián, V.: 95, 96, 98.
Panuvio, Onofre: 324.
Paredes, V.: 203.
Parise, N. F.: 310.
Pascual, J.: 411, 414.
Passienus: 214, 217, 219, 221, 2381 240.
Pastor Cubillo, lg.nacio: 140, 357.
Patricio Mey, Pedro: 319, 324.
Paulino: 321.
Paulo, Jerónimo: 325.
Pauvinio: 326.
Pedro Michó, Maria Jesús de: 210.
Pedrola, Vi<;ente: 346.
l'elano: 223.
Pellicer Catalán, Manuel: 96, 97, 99, 183.
Pellón, l. I.: 31.
Pena, M. J.: 206.
Perales Boluda, Jua.n Bautista: 320, 325.
Pere, Infant: 333, 344.
Pcreira, M. G.: 203. 209, 210, 21L
Pérez Almoguera, A.: 199.
- 449 -
[page-n-452]
Pérez Bayer: 117.
Pérez Vilatela, Luciano: 191, 193.
Pericay, Pedro: 121.
Peris, Joaquín: 103, 104, 105, 107, 111.
Peris, Manuel: 103.
l>eroni, R.: 413.
PelT\18: 214, 228, 238, 240, 253.
Philippon, E.: 193.
Picazo, M.: 21.
Picus: 214, 229, 240.
Piganiol, A.: 202.
Pinarius. Nata: 329.
Pineda: 822.
Pla Ballester, Enrique: 23, 24, 25, 28, 30, 77, 138,
142, 205, 263, 357.
Platón: 324.
Plini el Vell: 381, 332.
Plinio: 199, 321, 322, 323, 324.
Plutarco: 321, 324.
Polibio: 193, 202, 324.
Pompeyo: 210.
Popilio: 200, 202, 203.
Porcar, E.: 210.
Posidonio: 192, 201, 202, 210.
Pottier, E.: 264.
Poza, Andrés de: 321, 323, 329.
Prieto, A.: 199.
Primus: 214, 238, 241.
Prisciano: 325.
Pruden cia: 320.
Pryce, T. D.: 214, 215, 219, 224, 225, 227, 228, 229,
238.
Ptolomeo: 93, 326.
Publio Craso: 202.
Pucci, G.: 252.
Puch, E.: 22, 24, 25, 28, 31.
Pujo!, M.: 105, 117.
Quarta: 280.
Quinctio: 200, 201.
Quinta Proba: 327.
Rabanal Alonso, M. A.: 271, 274.
Ramos Fernández, Rafael: 23.
Ramos Folqués, Antonio: 23, 117.
Ramos Giménez, Fernandot 167.
Rama Brotona, M. V.: 29, 30.
Rebuffat, R.: 252.
Ribelles, Bartolomé: 271, 272, 274, 294, 295.
Ribera Lacomba, Albert: 142, 205, 206, 208, 210,
213, 241, 242, 246, 275.
Richard, J. C.: 309, 311.
Rico de Estasen: 286.
Riera i Vilar, F.: 411.
Ripollés Alegre, Pere Pau: 275, 277, 28) , 303, 305,
306, 307, 308, 311, 312, 313.
Riqucr, Martín de: 345.
Ritterling: 223.
Riuró, F.: 121, 124, 178.
Rius Serro, J .: 324.
Roca Ribelles, F .: 97, 280.
Rodríguez Adrados, F.: 202.
Rodríguez Almeila, E.: 184.
Rodríguez Neila, J . F.: 192.
Roldán, J . M.: 197, 199.
Roos, A.: 191, 198.
Rosell, G.: 141.
Roselló Bordoy, G.: 409.
Rouillard, P.: 22, 26.
Rubio Gomis, Federico: 385.
Rufino, Porcio: 327.
Rufinua: 238.
Rufl•s: 214, 238, 241.
Rusticus: 214, 228, 241.
Rutilio Rufo: 195.
Rutter, N. K.: 308, 310.
Sabater, Josep: 91.
Sabinus: 241.
Sadio: 241.
Sadiod: 241.
Sáez, Javier: 271, 277.
Saglio, E.: 160, 264.
Salariue: 214.
Salariue Aptue: 229, 24~.
Salas, J .: 191.
Salomón: 432, 435.
Saluetio: 324.
Salvetus: 214, 238, 241.
San Vicente Ferrer: 319.
San Vicente Mártir: 320.
San~. Aymerique: 343.
San~. Berenguer: 343, 344.
San~. Guillermo: 343.
San~. Jacques: 342, 343, 344.
San~. Pedro: 343, 344.
Sánchez, A.: 199.
Sánchez, C.: 199.
Sánchez Aba!, J . L .: 191.
Sánchez Jiménez, J .: 22, 27, 175.
Sánchez-Lafuente Pérez, Jorge: 252.
Sanchis Guarner, M.: 340.
Sanchis Sivera, J .: 271, 274, 322.
Sancho, A.: 191, 195, 201.
Sanctis, G. de: 193.
Sanguino, J.: 198.
Sanmartí Gregó, E.: 142.
Sanmartín Ascaso, J.: 141.
Sant Feliu: 342.
Sanxer, Jaume: 343.
Sanz, Pedro: 346.
Sarria, Arnau de: 335.
Sarrión Montañana, lnocenci: 140.
Sarthou Carreres, Carlos: 96, 104, 111, 322, 333,
346, 350.
Saufeius, L.: 329.
Saviue: 241.
Schlunk, R.: 365.
Schmoll, V.: 175. 177, 179.
-450-
[page-n-453]
Schüle, W.: 27, 28.
Schulten, Adolfo: 174, 191, 193, 194, 195, 197, 198,
199, 200, 201, 203, 204, 323, 326, 327, 328.
Scipion, Lucio: 324.
Scipion, Publio: 324.
Scottius: 214, 241.
Sear, David R.: 326.
Secundus: 214, 241.
Sempronio Aselión: 195.
Sempronio Longo: 194.
Séneca: 321, 323.
Senent Ibáñez, J .: 24, 28.
Sentand.reu, M. V.: 264.
Sentenach, N.: 204.
Serrano Várez, Daniel: 77, 81.
Sertorio, Quinto: 210, 320, 323, 324.
Servei Geogr&.fic de l'Exercit: 331.
Servicio Investigación Arqueológica Municipal,
Valencia: 138, 142, 146, 206,213, 214, 275, 414.
Se.rvicio de Investigación Prehistórica, Valencia:
7, 119, 123, 150, 205, 263, 264, 322, 357.
Serviliano: 193, 194, 195, 197, 198, 200, 201, 203.
Severus: 214, 241.
Sicluna, R.: 337.
Siles, Jaime: 93, 94, 95, 96, 97, 111, 112, 132, 134,
135, 138, 139, 142, 144, 145, 165, 156, 157, 161,
177, 179.
Silgo Gauche, Luis: 173.
Silius Italic: 331, 332.
Sillieres, P.: 197.
Silvanus: 214, 217, Z
Simonet, J.: 285.
Siret, Luis: 31.
Soc1edad Castellonense de Cultura: 104.
Societat deis Obrera, XAtiva: 335.
Sola Solé, J . M.: 199, 201.
Solana, J . M.: 194, 197.
Soldevila, Ferran: 348.
Soleimán el Magnífico: 432, 434.
Solier, Yves: 122, 125.
Solin, H.: 274.
Sparkes, B. A.: 24.
Sparkes, E.: 150, 151, 153, 154, 162.
Steve, A. M.: 434.
Stiehle, R.: 193.
Subdirección General de Atqueología: afl5.
Suetonio Tranquilo: 324, 325.
Tácito, Cornelio: 323, 324, 325.
Talcott, L.: 24, 164.
Tarradell Mateu, Miquel: 77, 80, 142.
Tíiubler, E.: 201.
Táutalo: 204.
Tchernia, A.: 208.
Thompaon, M .: 310, 311.
Thouvenot, R.: 197, 198, 199.
Tiberio César: 225, 228, 2.29, 238, 239, 252, 264. 321,
323.
Timbors, priora: 344.
Tite-Live: Véase Tito Livio.
Tito Livio: 125, 206, 208, 209, 211.
Tito Rubrio Restituto: 275.
Tomás Ferré, Ignacio: 167.
Torres, Guillem de: 333.
Tovar Uorente, Antonio: 94, 95, 134, 174, 177, 194,
198, 199, 201.
Traja: Véase Trajano.
Trajano: 215, 227, 229, 238, 264, 320, 351.
Trias Rubíes, M. G.: 225.
Trinius1 L.: 206.
Tuba!: 323.
Universidad Hebrea de Jeru.salén: 429.
Universidad de Salamanca: 103.
Universidad de Valencia: 320, 327.
Unt.ermann, Jürgen: 92, 93, 94, 95, 96, 97, 111, 112,
117, 119, 121, 122, 123, 184, 135, 144, 145, 156,
168, 179, 187.
Urappus: 214, 238, 289.
Uroz Sáez, José: 22, 26, 30.
Valcárcel Pio de Saboya, A. (Conde de Lumiares):
96, 97, 272, 280, 289, 291, 294, 295, 296.
Valerio Máximo: 324.
Vallejo, José: 144.
Valverde, F.: 198.
Van Nostrand, J . J .: 199.
Vasseo: 322.
Vázquez de Parga, L.: 365.
Vázquez Hoya, A. M.: 275.
Velázquez: 117.
Ventura, Agustí: 331, 332, 340, 345.
Venus: 297.
Vernhet, A.: 240, 253.
Vespasiano: 215, 217, 219, 221, 223, 227, 229, 238,
239, 240, 241, 263, 264.
Vetilio: 192, 203.
Vicente Cavaller, J.: 281.
Viciana, Martín de: 340, 343, 844, 345.
Vidal, M .: 188.
Viereck, P.: 191, 198.
Vilar Hueso, Vicente: 429, 432.
V.illanueva1 Jaume: 344, 345.
Villard, F.: 304.
Villa.ronga, L.: 309, 311, 313, 315.
Vincent, L. H.: 434, 435.
Viñes Maaip, Goncal: 338, 335, 339.
Viriato: 191, 192, 194, 195, 197, 198, 199, 200, 201,
202, 203, 204, 323.
Vitruvi: 351.
Vittinghoff, F.: 198.
Vives, Antonio: 199, 201, 203, 320, 321, 323, 324,
327, 328.
Vives, Luis: 325.
Von Stylow, A.: 199.
Vulcano: 223.
Walt.er, M.: 80.
Warren: 429.
-451-
[page-n-454]
Wattenberg, F.: 204.
Williams, R. T.: 307, 308.
Yugurta: 323.
Zamanillo, E.: 113.
Zaragoza, A.: 337.
Z6bel de Zangróniz: 117.
Zozaya, J .: 408.
Zurita: 322, 327.
- 452 -
[page-n-455]
INDICE
GENERAL
'
Págs.
J . M. MARTINEZ GARCIA: La necrópolis ibérica de Las Peñas (Zarra, Valencia).
P. LILLO CARPIO y D. SERRANO VAREZ: Los fragmentos escultóricos ibéricos del
Agua Salada (Alcantarilla, Murcia) .......................................................................... .
F. ARABA 1 GIL: Una estela ibérica de Bell-lloc (La Plana Alta). .. ...................... ..
F. ESTEVE GAL VEZ: La lápida ibérica de Cabanes. .. .............................................. ..
P. ANGOT: Pour une lecture a.ffínée de l'alphabet ibere............................................
H. BONET ROSADO y C. MATA PARREÑO: Nuevos grafitos e inscripciones ibéricos
valencianos. .................................................................................................................... .
E. A. LLOBREGAT: Los ((graffiti>> en escritura grecoibérica y púnica de la Illeta deis
Banyets, El Campello (Alicante). .. ............................................................................ .
l. TOMAS FERRE: Disco de plomo, escrito, del Pico de los Ajos (Yátova, Valencia).
L. Sll..GO GAUCHE: Sobre los valores fonéticos que anota la escritura del Algarbe.
J . A. CORREA: Inscripción vascular indígena hallada en Baeza (Jaén). .................
L. PEREZ VItATEtA: Notas sobre la jefatura de Viriato en relación con la Ulterior.
A. RffiERA I LACOMBA: Domingo Fletcher y la fundación de Valencia. .. ......... ..
J . MONTESINOS I MARTINEZ: Terra sigillata en Valentía: Productos gálicos...
C. ARANEGUI GASCO: Statera romana hallada en Valencia. .. ............................... .
J. CORELL V1CENT: Notas aobre epigrafía romana del País Valenciano............. .
E. LLUECA UBEDA: Arqueología de la Vall de Segó.............................................. ..
P. P. RIPOLLES: Las fraccionarias am}>uritanas. Estado de la investigación. ...... .
F. MATEU Y LLOPIS: Temas ibéricos en las «Décadas» de Gaspar Escolano de 1610.
1611.................................................................................................................................. .
A. VENTURA: L'Aljub de Montsant en el solar de la Xativa romana.................. ..
E. JUAN NAVARRO e l. PASTOR CUBILLO: El yacimiento de época visigótica de Pla
de Nadal. ....................................................................................................................... ..
R. AZUAR RUIZ: El conjunto religioso del Ribat califal de las dunas de Guardamar
(Alicante). ...................................................................................................................... ..
F. RUBIO GOMIS: Memoria sobre el yacimiento medieval del Sompo, Cocentaina
(Alicante). ....................................................................................................................... .
J . V. LERMA ALEGRIA: Tipología de la loza decorada de Paterna/Manises........
V. VILAR HUESO: El primer muro de Jerusalén antes del destierro. .. ................. ..
7
77
91
103
117
131
149
167
173
183
191
205
213
263
271
283
303
319
331
357
375
385
411
429
[page-n-456]
[page-n-457]
Este Servicio de Investigación Prehistórica. remite IIU8 publicaciones para establecm y mantener intercambio con los ctntloe científicos y señoree investigadores
en esta especialidad. Por ello espera ser correspondido con el envio de las
publicaciones del receptor, entendiendo, caso contrario, que no ae desea sostener
intercambio y suspenderá ulteriores enVÍQa.
Toda la correspondencia dirijaae al Director del Servicio de Investigaci6D
Prehi.stórica de la Excma. Diputación Provincial, calle de La Corona, número 36.
46003 Val encía (España).
[page-n-458]
LAS OPINIONES VERTIDAS EN LOS TRABAJOS INSERTOS EN ESTE
VOLUMEN DEBEN ESTIMARSE COMO JUICIOS PERSONALES
DE LOS RESPECTIVOS AUTORES
[page-n-459]
[page-n-460]
Los fragmentos escultóricos ibéricos del Agua Salada (Alcantarilla, Murcia)
Pedro Lillo CarpioPag. 77-90descarregarNuevos grafitos e inscripciones ibéricos valencianos
Helena Bonet Rosado / Consuelo Mata ParreñoPag. 131-148descarregarLos "graffiti" en escritura grecoibérica y púnica de la Illeta dels Banyets, El Campello (Alicante)
Enrique Llobregat ConesaPag. 149-166descarregarDisco de plomo, escrito, del Pico de los Ajos (Yátova, Valencia)
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