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ARCRIVO DB PREHISTORIA LBVANTINA
Vol. XIX (Valet~cla, 1989)
VICENTE VILAR HUESO
(Valencia)
EL PRIMER MURO DE JERUSALEN ANTES DEL DESTIERRO
En agosto del año pasado durante el XII Congresó de la Organización Internacional para el Estudio del Antiguo Testamento, IOSOT, tuve la ocasión de visitar todas
las excavaciones realizadas en Jerusalén en los últimos años por distintas instituciones de Israel, entre las que destacan el Departamento de Antigüedades, la Israel
Exploration Society y la Universidad Hebrea de Jerusalén. Quedé, como es lógico,
impresionado, y no sólo por el ingente trabajo realizado, sino sobre todo por los logros
alcanzados en dichas excavaciones; tanto en la zona del .Ofel, la decana de las
excavaciones jerosolimitanas (desde Warren en 1967 hasta Kenyon en 1967), como en
los aledaños del Templo y, sobre todo, en el Barrio Judío, donde se descubrieron
fragmentos del primer muro o muralla de Jerusalén (1). Además de la ayuda prestada
en nuestra visita oficial ·por miembros de las misiones excavadoras que nos dirigieron
y respondieron aniablemente a nuestras preguntas y sorpresas, la utilización de
métodos y medios modernos, como son vídeos, magnetófonos, iluminaciones especiales,
etc., inmerge al visitante en el ambiente y vida (y también muerte) de los habitantes de
Jerusalén en los tiempos pasados.
(1) N. AVIOAD: «.Bxcavatiooe iD the Jewiah Quarler
Joumal, liO, 1·2, .l'enll&lem,
uno.
~ 1-8.
ot the
Old Ci~
ot J en.alem,
1989/70. (l'NIImiury Beport)lt. hrael Exploration
N. AVIGAD: •hcavationt in the J ewíab Quarter otthe Old Ci~ ot Jeruu.J-, 1970. (Secolld PrelimlnaJy lleport)lt. Iarael hploretion
.Journal, liO, 3-4, J-t.n, 1~0, p6¡L 1~14(),
N. AVIOAD: dxcavatiOnt in the J..;.b Qua114T o( the Old City ot Jeruulem, 1~1. (Thlrcl Prefuainary llepoort)oo. Iarael Bsploration
Journal, 22, 4, J...,...t... 1872, p6p. 111S-300.
N. A VIOAD: «Jeruu.J-. tbe Jewiah Quut.er ot the Old City, 1~61>. Iarael hploretion JOW"D&l. 26, 4, J..,...¡em, 1975, p6¡e. 118().281.
N. AVIOAD: «.1.--lem, tba J..;.b QuarW ot the O Id City, 197&o. Iarael Exp1oreUon Joumal, 27. 1,
1977, ~ 66-67.
N. AVIGAD: «Jenaealem. the J..;.b Qua.- ot the O Id City, 19'781t. Iarael lxplora.Uon Journal, 28, 1, ~ 1979, p6p. 123-124.
N. AVIOAD: «Archeolocical Díacovviea in the Jewiab Quarter oC .r-~mu.
197t, ¡>6¡. M.
R.AMIRAN y A. EJTAN: «EzcavatiOnlio the Courtyud oCthe Citadel oCJenoal- 1988-1989. {PNIÍIIIiJI.ar7 Bepon)oo. Iareel ExploretiOil
Journel, liO, 1·2, J.......J-. 1970, pqe. $-17.
H. OilVA: «hc:evatlone In the Cit.del ot Jeruealem, 197!HII80: heliminary Repod.Jo. larael ExploraUon Jou.mel, 33, J.2. J..--Jem, 1883,
J......-,
J--._
p6¡L~
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. · V. VILAR HUESO
2
Topograffa de Jerusalén
Q
Fig. 1.-C: Ciudadela. T: Templo.
A, Bl y B2, fragmentos de mw-os hallados por Avigad.
Vl, V2 y VS, fragmentos de muro inventariados por Vincent.
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MURO DE JERUSALEN
Topografía de Jerusalén
Q
Fig. 2.- ·-·- Posible linea del muro más antiguo. ¿De Ozias = Azarias?
······ Posible linea del muro más reciente. ¿De Ezequfas y Manaaés?
3
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4
V. VILAR HUESO
Como siempre me han preocupado los muros que en sus distintas épocas defendieron Jerusalén contra sus enemigos, y hace ya años me ocupé del tercer mu.ro (2) con
motivo de los hallazgos de la Dra. Kenyon debajo de la Puerta de Damasco y otros
yacimientos correlacionados (3), me ha parecido oportuno estudiar ahora el primer
muro que N. Avigad ha descubierto en el Barrio Judío intramuros junto, al Este,. del
que fuera cardo de la ciudad bizantina y hoy centro del nuevo Barrio Judío con eJ
nombre de calle de los Judíos.
En la figura 1 señalarnos sobre un mapa topográñco de Jerusalén los restos de
muros que Avigad dh~tingue con las siglas: A y Bl, B2. Ambos grupos de restos se
hallan, prácticamente, a la mísma distancia del Templo y de la Ciudadela, aunque
unos, Bl y B2 más al norte y A más al sur. El lugar sería el idóneo para intentar
localizar la porta medialis. Los restos de que vamos a ocuparnos, por razones obvias,
son únicamente los correspondientes al Hierro U en aquella zona o contemporáneos de
la Monarquía dividida o pxeexílica (s. IX al VI a. C.).
Ante todo hay que manifestar la grata sorpresa de ver confirmada la tradición
conservada por Flavio Josefo (4) contJ:adicha por la Dra. Kenyon después de sus
excavaciones de los años sesenta en las que no pudo hallar restos estratificados del Hi
TI en las áreas en las que ella pudo excavar, extramuros de la actual. muralla de
Soleimán el Magnífico, por lo que se veía obligada a retrasar la ocupación de la
llamada colina occidental, o Sión cristiano, a la época asmonea (5) (s. II a. C.) aunque
al sur de los muros de Soleimán los E)Scasos restos hallados eran todavía más tardío~:
época herodiana, más cerca de Agripa que ·de Herodes el Grande (6). En sus· informes
preliminares· y en su obra J~rusalem alude K. M. Kenyon a las dificultades con que se
eñfrent6 para poder excavar en una zona, extramuros de la ciudad, qu~ entoJ)ces se
hallaba dividida entre árabes y judíos y a la prácticamente imposibilidad de excavar
en la parte intramuros de 1a misma, excepto en el barrio arÍneni.o, áreas adosadas a la
actual muralla, e:u su sector occidental, que soias no podían dar una idea de conjunto
del~ zona.
Los restos de muros descubiertos por N. Avigad en sus excavaciones en el Barrio
Judío son del Hi 11 o época monárquica. Aunque no se atreva el excavador a concretar
la datación y nos hable, repetidas veces, de la cerámica del contexto de los mismos
muros c.omo de cerámica de los s. Vffi y VII a. C., nos dice que el muro A es rugo
antérior a los fragmentos del B (según mi opinión se trata de dos muros). Además de
los restos de muros se han descubierto restos de edificios dentro del perímetro de la
~ ExpreoPón q,ue:deaigna el mlll'O mú antit¡uo de la ciudad y, pQr coneillliel\~. el mb interior en eu J1el'te ee~ntrional. Fue uall.ado r
.&mQ8do J10I" laa legionee romanaa en su llltimo ataque, Flavio Joee(o n911 conaerva eu completa d..,¡pcióo en Gwnn V, 14.2-146.
(3) V. VILAR: «Lot--últimoe deecubrimientOe &rqJ,&ej)l6gicoe de Jiiruaal4n el trazado de loe m..- Il! t
de F'lavl.o Joeefo•. Analee ,d el
Seminario d_ Valencia, 17, Valen~ 19!!9-7-t, ~ "7-21.
e.
(4) Flavio Joéefo, Gucrro V, 142 y ee.
(6) K. M. KENYON: «Jeruial...,.. Loncinoa, 1967, P'P. l36J.37.
V. VILAR: «Cr6í>.íea Arqueol6¡1ea de l'aléetinalt. Eotudíoe B(blicoa,
196.t, pág. 180.
(6) Tanto eetas excavacionea como las anterioree de la Dra. Kenyon confír10an la idea de que Jeruaal6n entre.la COJ!Cluiata de Nabucodonoeor
en 697 a. C. y la -uraci6n de loe aamon-. mediado el a. D a . C. quedó reducida a una pequefia poblaci~n provinciana tanto durant. la
dominación pena como durant.1a dominación de loe~ y Se18uci~ Sua murallaa abarcaban, prticticament., la mitma área que 8lllae
ipocu de David Y Salomón. Extnmuroe no ae ·~>!i baUajlo IÚJ>8Una eonotrúcci6n de. todo eete largo periodo.
·
y
xxm.
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m
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MURO DE JERUSALEN
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muralla. Esta ocupación era lo suficientemente densa para justificar la construcción
de las obras de defensa pese a lo onerosa que era tal protección. No olvidemos que el
espesor del fragmento de muro A alcanza más de 7 m. de espesor y los fragmentos Bl y
B2 han sido reconocidos en altura superior a los 8 m. Ambas murallas son de piedra,
con sus caras de sillerías de mejor, Bl y B2, o más ordinaria, A, labra (7).
El fragmento Bl es, sin lugar a duda, resto de una puerta que Avigad reconstruye
como posible puerta de triple tenaza, de acuerdo con la tradición palestina multisecular que tiene sus mejores representantes en Siquem, Meguido, Hasor, etc. Esta reconstrucción obedece a que el fragmento Bl es de forma angula.r (un ángulo recto que
saliendo de la línea de la muralla en perpendicular, a los 6 m., aproximadamente, gira
a la izquierda). El fragmento de muro m__ás largo, el A, totaliza más de 40 m. de
longitud, si bien a los 35 se desvía para tomar una dirección totalmente Este a. Oeste.
Como en esta continuación hacia el Oeste hay una interrupción sugiere Avigad la
existencia de una puerta (yo diría más bien poterna dado que la apertura de la misma
sería de menos de dos metros).
Esta disposición del muro más antiguo lleva a Avigad a sugerir que la presunta
puerta estaría en el centro de una media luna cóncava (8) con respecto al único muro
que en época posterior trasladaría la puerta a la situación Bl y B2 en la forma que él
reconstruye como puerta a tenaza. Para él no hay más que un sistema de fortificaciones en la parte norte de la ciudad. La diferencia entre la primera fase y la se~da de
esta única muralla estribaría en la situación y forma de la puerta o porta medialis.
Aunque sea aventurado avanzar hipótesis sobre hallazgos, cuando éstos sólo hayan
sido descritos sumariamente en informes preliminares, o incluso en crónicas arqueológicas, me tomo la libertad de arriesgar una interpretación diferente de las brindadas
por el excavador con ánimo de ayudar a resolver estos problemas.
En primer lugar, creo que la interpretación de Avigad del fragmento de muralla Bl
como resto de una puerta me parece correcto; pero no creo que en época tan tardía y
saliendo de la línea del muro muchos metros pudiera interpretarse como una puerta de
triple tenaza. La comparación con las ya conocidas y perfectamente clasificadas en su
tipo nos impide admitir esta anomalía del saliente, que ni se da en las puertas del
Bronce, ni en las del Hierro de Palestina.
Sería tentador buscar una interpretación alternativa, como la de las puertas de
ángulo, de Tell en Nasbe o Tell el Farah del Norte, en las que el posible ejército
asaltante se ve obligado a presentar su lado derecho, sin escudo, a los defensores de las
murallas. El desnivel hall.ado en estas excavaciones, que nos permite hablar de dos
colinas occidentales de Jerusalén, una en el extremo Oeste y otra al Este de la calle de
los Judíos, ofrecería al presunto ejército atacante la dificultad adicional de una
pendiente antes de la puerta así defendida. Aunque de dimensiones más pequeñas que
las de las ciudades citadas, la puerta llamada Bashural! de Jerusalén según la recons(7) No Indico el Mpeeot cle.BJ :ra que al (armar un ánculo recto p..-...,. quoe N trata de une pu.rta y, CODIIÍ¡'Qien-te, "' ~ oo
cot'ftiJ)Oncle al del muro en que ee ebrie.
(8) N. A VIGAD: «Diecoverint J~. J-.lál, [983, coa la fipra que recoutn~ye .lu doe puartu.
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V. VILAR HUESO
trucción de L. H. Víncent sería de esta tipología, aunque mucho más modesta (9).
En cuanto al muro A, no creo que pueda tratarse de una, puerta como la reconstruye Avigad. No conoz~o una disposición de puerta de ciudad en toda, el área oriental
semejante a la propuesta por Avigad: la concavidad en media luna (crescent) que
sugiere el excavador no creo que pueda ser justificada desde un punto de vista militar
con arreglo a las estrategias y armas de la época. No olvidemos que el arco de la media
luna tendría un diámetro de unos 75 m. Por otra parte, como ya hemos indicado, la
apertura de la puerta sería de apenas un metro y medio, lo que adecuaría mejor a una
poterna que a una puerta. Lo que· haría aún más inexplicable la concavidad de la
muralla. Si en la actualidad en la muralla Norte de Soleimán podemos ver una
concavidad semejante sabemos a qué fue debida: corrección de la .línea debido al
hundimiento del subsuelo (cuevas reales) y en su centro no hay ni :puerta, ni poterna
alguna (10).
Además, una tal puerta debería estar defendida por torre o torres·que la hicieran si
no inexpugnable, al menos más dificil de conquistar; y ningún resto de torre flanqu~a
la pretendida puerta.
Aludíamos antes a lo incompleto de las descripciones que necesariamente él excavador nos ofrece en las crónicas (Notes & News) de Israel Exploration Journal, sin los
exámenes tipológicos de la sillería o mamposteria; de su posible relación con otros
hallazgos ya conocidos de la misma área. Pero es tentador relacionar di~hos hallazgos,
como los puestos al descubierto a raíz del terremoto de 1927 y que nos describe Vincent
con su habitual meticulosidad.
N. Avigad con los hallazgos de los fragmentos de muralla propone fundatnentalmente dos líneas posibles de dicha muralla. La primera descrita en su segundo informe
preliminar (11) incorpora parte de la colina occidental al hacer seguir la muralla la
línea del muro A entonces descubierto: Nordeste a Suroeste. Antes de llegar a dicho
muro A la mtll'alla seguiría o una línea Este-Oeste saliendo prácticamente de la hoy
puerta del Templo, o saliendo del ángulo Noroeste
dirección Este-Oeste hasta el meridiano del muro A y desde el extremo Sur de este
muro seguiría la misma dirección hasta encontrarse <;on el muro al Sur de la colina
dominando el valle de la Gehena (Ge-Hinnon). Pe.ro cuando en la tercera campaña
descubre el ángulo en el extremo Sur del muro A se ve obligado a cambiar la segunda
parte de dicha línea del primer muro, o muralla septentrional, prolongándola en
dirección Este~Oeste desde el ángulo del muro A hasta, prácticamente, la calle de los
Ju
Hillel Geva, que ha excavado másTecientemente la ciudadela, propone seguir desde el
ángulo del muro A hasta más al Oeste del actual muro de Soleimán ~1 muro septentrlonaJ sacrificando el posible recodo de su primera parte al suprimir la alternativa que lo
"-·.M.
(9) L. H. VIN<;ENT y
STEVE: oJeru;oalem. d!' I"Ancion TOétament». Paria, 1964, págs, 65 'Y oe.
(10) VINCENT y STB:VE: Op. cit. nota 9, pq. 44 y PI. U: . l! y 6¡uru •n el, texto. 6 y 11.
E
(11) AVIGAD: Op. ci~. not,a 1, •Excavationa ... (Sécond .Prellminary Report)», pá¡. 136.
(1_ ) AVl,GAD: Op. cit. nota 1, «ixcavationa ... (Thúd Preliminary Report)». pág. 196.
2
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MURO DE JERUSALEN
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originaba en el ángulo noroeste del Templo para dejar como única alternativa la
dirección prácticamente recta de Bab es Silsileh hasta el muro A en el extremo
sept~ntrional del mismo (13).
Pero si seguimos en un plano de Jerusalén la línea del muro primero sugerida por
Vincent vemos que no es estrictamente recta (14}. ¿Cabría distinguir entre los restos
consignados por Vincent dos fases de construcción? Si tan avénturada hipótesis fuera
viable podemos observar cómo la primera alineación del muro correspondería a la
dirección del muro A, descubierto por Avigad, mientras que la segunda alineación
correspondería a la dirección de los fragmentos llamados por Avigad Bl y B2. Esta
hipótesis permitiría establecer dos ampliaciones de la ciudad hacia el Oeste: la
primera, que no ocuparía toda el área occidental, sino sólo la colina central y torcería
hacia el Sur dominando el Wady que corría debajo de la calle de los Judíos; y la
segunda que incluiría toda 1a parte occidental hasta la ciudadela y desde su torre se
dirigiría hacia el Sur siguiendo la parte superior de la ladera sobre la Gehena (ver
figura 2).
Objeto de ulterior hipótesis sería la datación dentro de la historia de la monarquía
israelita de dichas dos murallas, dadas las pocas referencias que tenemos de la
actividad edilicia de los reyes posteriores a David y Salomón, verdaderos padres de la
Capital (15).
No podemos eludir un problema que surge al c~mparar los planos de Vincent y
Avigad: hay una diferencia bastante notable entre los emplazamientos del primer
muro en ambos autores: Vincent siguiendo la línea de los hallazgos recopilados por él
sitúa el muro a unos metros al norte de la línea que los hallazgos de Avigad en Bl y B2
nos indican. Como Avigad nos indica que junto a los restos de época israelita, B2, se
adosan restos asmoneos, los hallazgos recopilados con tanta paciencia por Vincent
serían exclusivamente de época romana.
Esperemos que cuando se publique la excavación de N. Avigad de forma deiinitiva
podamos contar, en lo que al primer mlll'o de Jerusalén se refiere, con la descripción
completa tanto de la tipología como de la estratigrafía que nos permita no sólo la
datación de unos restos, por muy monumentales que sean, sino incluso resolver el
problema de su exacta datación y, a ser posible, la dirección de la muralla de la ciudad
que fue derruida por Nabucodonosor.
03) H. OEVk «''''le W•*" Bourulary of .Jeruaaleon d lhe End o! the Monarc:hp. hrael Exploratlon Joumal, :19, 2, Jeruaal6o. Urni, pq..
84-81.
(14) VTNCENT y STBVB: Op. cit.
DO(a
9,
P~ n :
F6.
06) En 2 Croro 26, 10 ee habla da la actlvid&cl edilicia da Osias (A».ñaa) y te mencionan.., COJ>CNtO loe tn~oe en lu murallp ele .J........tén.
¿Poclria atribuirM a eetoe tr~oe la muran. máa antigua de la colina oceide~tal y a EseqW..M.a nuee la fe~W'C!a ampliación al Oeete?
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Vol. XIX (Valet~cla, 1989)
VICENTE VILAR HUESO
(Valencia)
EL PRIMER MURO DE JERUSALEN ANTES DEL DESTIERRO
En agosto del año pasado durante el XII Congresó de la Organización Internacional para el Estudio del Antiguo Testamento, IOSOT, tuve la ocasión de visitar todas
las excavaciones realizadas en Jerusalén en los últimos años por distintas instituciones de Israel, entre las que destacan el Departamento de Antigüedades, la Israel
Exploration Society y la Universidad Hebrea de Jerusalén. Quedé, como es lógico,
impresionado, y no sólo por el ingente trabajo realizado, sino sobre todo por los logros
alcanzados en dichas excavaciones; tanto en la zona del .Ofel, la decana de las
excavaciones jerosolimitanas (desde Warren en 1967 hasta Kenyon en 1967), como en
los aledaños del Templo y, sobre todo, en el Barrio Judío, donde se descubrieron
fragmentos del primer muro o muralla de Jerusalén (1). Además de la ayuda prestada
en nuestra visita oficial ·por miembros de las misiones excavadoras que nos dirigieron
y respondieron aniablemente a nuestras preguntas y sorpresas, la utilización de
métodos y medios modernos, como son vídeos, magnetófonos, iluminaciones especiales,
etc., inmerge al visitante en el ambiente y vida (y también muerte) de los habitantes de
Jerusalén en los tiempos pasados.
(1) N. AVIOAD: «.Bxcavatiooe iD the Jewiah Quarler
Joumal, liO, 1·2, .l'enll&lem,
uno.
~ 1-8.
ot the
Old Ci~
ot J en.alem,
1989/70. (l'NIImiury Beport)lt. hrael Exploration
N. AVIGAD: •hcavationt in the J ewíab Quarter otthe Old Ci~ ot Jeruu.J-, 1970. (Secolld PrelimlnaJy lleport)lt. Iarael hploretion
.Journal, liO, 3-4, J-t.n, 1~0, p6¡L 1~14(),
N. AVIOAD: dxcavatiOnt in the J..;.b Qua114T o( the Old City ot Jeruulem, 1~1. (Thlrcl Prefuainary llepoort)oo. Iarael Bsploration
Journal, 22, 4, J...,...t... 1872, p6p. 111S-300.
N. A VIOAD: «Jeruu.J-. tbe Jewiah Quut.er ot the Old City, 1~61>. Iarael hploretion JOW"D&l. 26, 4, J..,...¡em, 1975, p6¡e. 118().281.
N. AVIOAD: «.1.--lem, tba J..;.b QuarW ot the O Id City, 197&o. Iarael Exp1oreUon Joumal, 27. 1,
1977, ~ 66-67.
N. AVIGAD: «Jenaealem. the J..;.b Qua.- ot the O Id City, 19'781t. Iarael lxplora.Uon Journal, 28, 1, ~ 1979, p6p. 123-124.
N. AVIOAD: «Archeolocical Díacovviea in the Jewiab Quarter oC .r-~mu.
197t, ¡>6¡. M.
R.AMIRAN y A. EJTAN: «EzcavatiOnlio the Courtyud oCthe Citadel oCJenoal- 1988-1989. {PNIÍIIIiJI.ar7 Bepon)oo. Iareel ExploretiOil
Journel, liO, 1·2, J.......J-. 1970, pqe. $-17.
H. OilVA: «hc:evatlone In the Cit.del ot Jeruealem, 197!HII80: heliminary Repod.Jo. larael ExploraUon Jou.mel, 33, J.2. J..--Jem, 1883,
J......-,
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Topograffa de Jerusalén
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Fig. 1.-C: Ciudadela. T: Templo.
A, Bl y B2, fragmentos de mw-os hallados por Avigad.
Vl, V2 y VS, fragmentos de muro inventariados por Vincent.
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MURO DE JERUSALEN
Topografía de Jerusalén
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Fig. 2.- ·-·- Posible linea del muro más antiguo. ¿De Ozias = Azarias?
······ Posible linea del muro más reciente. ¿De Ezequfas y Manaaés?
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V. VILAR HUESO
Como siempre me han preocupado los muros que en sus distintas épocas defendieron Jerusalén contra sus enemigos, y hace ya años me ocupé del tercer mu.ro (2) con
motivo de los hallazgos de la Dra. Kenyon debajo de la Puerta de Damasco y otros
yacimientos correlacionados (3), me ha parecido oportuno estudiar ahora el primer
muro que N. Avigad ha descubierto en el Barrio Judío intramuros junto, al Este,. del
que fuera cardo de la ciudad bizantina y hoy centro del nuevo Barrio Judío con eJ
nombre de calle de los Judíos.
En la figura 1 señalarnos sobre un mapa topográñco de Jerusalén los restos de
muros que Avigad dh~tingue con las siglas: A y Bl, B2. Ambos grupos de restos se
hallan, prácticamente, a la mísma distancia del Templo y de la Ciudadela, aunque
unos, Bl y B2 más al norte y A más al sur. El lugar sería el idóneo para intentar
localizar la porta medialis. Los restos de que vamos a ocuparnos, por razones obvias,
son únicamente los correspondientes al Hierro U en aquella zona o contemporáneos de
la Monarquía dividida o pxeexílica (s. IX al VI a. C.).
Ante todo hay que manifestar la grata sorpresa de ver confirmada la tradición
conservada por Flavio Josefo (4) contJ:adicha por la Dra. Kenyon después de sus
excavaciones de los años sesenta en las que no pudo hallar restos estratificados del Hi
TI en las áreas en las que ella pudo excavar, extramuros de la actual. muralla de
Soleimán el Magnífico, por lo que se veía obligada a retrasar la ocupación de la
llamada colina occidental, o Sión cristiano, a la época asmonea (5) (s. II a. C.) aunque
al sur de los muros de Soleimán los E)Scasos restos hallados eran todavía más tardío~:
época herodiana, más cerca de Agripa que ·de Herodes el Grande (6). En sus· informes
preliminares· y en su obra J~rusalem alude K. M. Kenyon a las dificultades con que se
eñfrent6 para poder excavar en una zona, extramuros de la ciudad, qu~ entoJ)ces se
hallaba dividida entre árabes y judíos y a la prácticamente imposibilidad de excavar
en la parte intramuros de 1a misma, excepto en el barrio arÍneni.o, áreas adosadas a la
actual muralla, e:u su sector occidental, que soias no podían dar una idea de conjunto
del~ zona.
Los restos de muros descubiertos por N. Avigad en sus excavaciones en el Barrio
Judío son del Hi 11 o época monárquica. Aunque no se atreva el excavador a concretar
la datación y nos hable, repetidas veces, de la cerámica del contexto de los mismos
muros c.omo de cerámica de los s. Vffi y VII a. C., nos dice que el muro A es rugo
antérior a los fragmentos del B (según mi opinión se trata de dos muros). Además de
los restos de muros se han descubierto restos de edificios dentro del perímetro de la
~ ExpreoPón q,ue:deaigna el mlll'O mú antit¡uo de la ciudad y, pQr coneillliel\~. el mb interior en eu J1el'te ee~ntrional. Fue uall.ado r
.&mQ8do J10I" laa legionee romanaa en su llltimo ataque, Flavio Joee(o n911 conaerva eu completa d..,¡pcióo en Gwnn V, 14.2-146.
(3) V. VILAR: «Lot--últimoe deecubrimientOe &rqJ,&ej)l6gicoe de Jiiruaal4n el trazado de loe m..- Il! t
de F'lavl.o Joeefo•. Analee ,d el
Seminario d_ Valencia, 17, Valen~ 19!!9-7-t, ~ "7-21.
e.
(4) Flavio Joéefo, Gucrro V, 142 y ee.
(6) K. M. KENYON: «Jeruial...,.. Loncinoa, 1967, P'P. l36J.37.
V. VILAR: «Cr6í>.íea Arqueol6¡1ea de l'aléetinalt. Eotudíoe B(blicoa,
196.t, pág. 180.
(6) Tanto eetas excavacionea como las anterioree de la Dra. Kenyon confír10an la idea de que Jeruaal6n entre.la COJ!Cluiata de Nabucodonoeor
en 697 a. C. y la -uraci6n de loe aamon-. mediado el a. D a . C. quedó reducida a una pequefia poblaci~n provinciana tanto durant. la
dominación pena como durant.1a dominación de loe~ y Se18uci~ Sua murallaa abarcaban, prticticament., la mitma área que 8lllae
ipocu de David Y Salomón. Extnmuroe no ae ·~>!i baUajlo IÚJ>8Una eonotrúcci6n de. todo eete largo periodo.
·
y
xxm.
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MURO DE JERUSALEN
5
muralla. Esta ocupación era lo suficientemente densa para justificar la construcción
de las obras de defensa pese a lo onerosa que era tal protección. No olvidemos que el
espesor del fragmento de muro A alcanza más de 7 m. de espesor y los fragmentos Bl y
B2 han sido reconocidos en altura superior a los 8 m. Ambas murallas son de piedra,
con sus caras de sillerías de mejor, Bl y B2, o más ordinaria, A, labra (7).
El fragmento Bl es, sin lugar a duda, resto de una puerta que Avigad reconstruye
como posible puerta de triple tenaza, de acuerdo con la tradición palestina multisecular que tiene sus mejores representantes en Siquem, Meguido, Hasor, etc. Esta reconstrucción obedece a que el fragmento Bl es de forma angula.r (un ángulo recto que
saliendo de la línea de la muralla en perpendicular, a los 6 m., aproximadamente, gira
a la izquierda). El fragmento de muro m__ás largo, el A, totaliza más de 40 m. de
longitud, si bien a los 35 se desvía para tomar una dirección totalmente Este a. Oeste.
Como en esta continuación hacia el Oeste hay una interrupción sugiere Avigad la
existencia de una puerta (yo diría más bien poterna dado que la apertura de la misma
sería de menos de dos metros).
Esta disposición del muro más antiguo lleva a Avigad a sugerir que la presunta
puerta estaría en el centro de una media luna cóncava (8) con respecto al único muro
que en época posterior trasladaría la puerta a la situación Bl y B2 en la forma que él
reconstruye como puerta a tenaza. Para él no hay más que un sistema de fortificaciones en la parte norte de la ciudad. La diferencia entre la primera fase y la se~da de
esta única muralla estribaría en la situación y forma de la puerta o porta medialis.
Aunque sea aventurado avanzar hipótesis sobre hallazgos, cuando éstos sólo hayan
sido descritos sumariamente en informes preliminares, o incluso en crónicas arqueológicas, me tomo la libertad de arriesgar una interpretación diferente de las brindadas
por el excavador con ánimo de ayudar a resolver estos problemas.
En primer lugar, creo que la interpretación de Avigad del fragmento de muralla Bl
como resto de una puerta me parece correcto; pero no creo que en época tan tardía y
saliendo de la línea del muro muchos metros pudiera interpretarse como una puerta de
triple tenaza. La comparación con las ya conocidas y perfectamente clasificadas en su
tipo nos impide admitir esta anomalía del saliente, que ni se da en las puertas del
Bronce, ni en las del Hierro de Palestina.
Sería tentador buscar una interpretación alternativa, como la de las puertas de
ángulo, de Tell en Nasbe o Tell el Farah del Norte, en las que el posible ejército
asaltante se ve obligado a presentar su lado derecho, sin escudo, a los defensores de las
murallas. El desnivel hall.ado en estas excavaciones, que nos permite hablar de dos
colinas occidentales de Jerusalén, una en el extremo Oeste y otra al Este de la calle de
los Judíos, ofrecería al presunto ejército atacante la dificultad adicional de una
pendiente antes de la puerta así defendida. Aunque de dimensiones más pequeñas que
las de las ciudades citadas, la puerta llamada Bashural! de Jerusalén según la recons(7) No Indico el Mpeeot cle.BJ :ra que al (armar un ánculo recto p..-...,. quoe N trata de une pu.rta y, CODIIÍ¡'Qien-te, "' ~ oo
cot'ftiJ)Oncle al del muro en que ee ebrie.
(8) N. A VIGAD: «Diecoverint J~. J-.lál, [983, coa la fipra que recoutn~ye .lu doe puartu.
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V. VILAR HUESO
trucción de L. H. Víncent sería de esta tipología, aunque mucho más modesta (9).
En cuanto al muro A, no creo que pueda tratarse de una, puerta como la reconstruye Avigad. No conoz~o una disposición de puerta de ciudad en toda, el área oriental
semejante a la propuesta por Avigad: la concavidad en media luna (crescent) que
sugiere el excavador no creo que pueda ser justificada desde un punto de vista militar
con arreglo a las estrategias y armas de la época. No olvidemos que el arco de la media
luna tendría un diámetro de unos 75 m. Por otra parte, como ya hemos indicado, la
apertura de la puerta sería de apenas un metro y medio, lo que adecuaría mejor a una
poterna que a una puerta. Lo que· haría aún más inexplicable la concavidad de la
muralla. Si en la actualidad en la muralla Norte de Soleimán podemos ver una
concavidad semejante sabemos a qué fue debida: corrección de la .línea debido al
hundimiento del subsuelo (cuevas reales) y en su centro no hay ni :puerta, ni poterna
alguna (10).
Además, una tal puerta debería estar defendida por torre o torres·que la hicieran si
no inexpugnable, al menos más dificil de conquistar; y ningún resto de torre flanqu~a
la pretendida puerta.
Aludíamos antes a lo incompleto de las descripciones que necesariamente él excavador nos ofrece en las crónicas (Notes & News) de Israel Exploration Journal, sin los
exámenes tipológicos de la sillería o mamposteria; de su posible relación con otros
hallazgos ya conocidos de la misma área. Pero es tentador relacionar di~hos hallazgos,
como los puestos al descubierto a raíz del terremoto de 1927 y que nos describe Vincent
con su habitual meticulosidad.
N. Avigad con los hallazgos de los fragmentos de muralla propone fundatnentalmente dos líneas posibles de dicha muralla. La primera descrita en su segundo informe
preliminar (11) incorpora parte de la colina occidental al hacer seguir la muralla la
línea del muro A entonces descubierto: Nordeste a Suroeste. Antes de llegar a dicho
muro A la mtll'alla seguiría o una línea Este-Oeste saliendo prácticamente de la hoy
puerta del Templo, o saliendo del ángulo Noroeste
muro seguiría la misma dirección hasta encontrarse <;on el muro al Sur de la colina
dominando el valle de la Gehena (Ge-Hinnon). Pe.ro cuando en la tercera campaña
descubre el ángulo en el extremo Sur del muro A se ve obligado a cambiar la segunda
parte de dicha línea del primer muro, o muralla septentrional, prolongándola en
dirección Este~Oeste desde el ángulo del muro A hasta, prácticamente, la calle de los
Ju
ángulo del muro A hasta más al Oeste del actual muro de Soleimán ~1 muro septentrlonaJ sacrificando el posible recodo de su primera parte al suprimir la alternativa que lo
"-·.M.
(9) L. H. VIN<;ENT y
STEVE: oJeru;oalem. d!' I"Ancion TOétament». Paria, 1964, págs, 65 'Y oe.
(10) VINCENT y STB:VE: Op. cit. nota 9, pq. 44 y PI. U: . l! y 6¡uru •n el, texto. 6 y 11.
E
(11) AVIGAD: Op. ci~. not,a 1, •Excavationa ... (Sécond .Prellminary Report)», pá¡. 136.
(1_ ) AVl,GAD: Op. cit. nota 1, «ixcavationa ... (Thúd Preliminary Report)». pág. 196.
2
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MURO DE JERUSALEN
7
originaba en el ángulo noroeste del Templo para dejar como única alternativa la
dirección prácticamente recta de Bab es Silsileh hasta el muro A en el extremo
sept~ntrional del mismo (13).
Pero si seguimos en un plano de Jerusalén la línea del muro primero sugerida por
Vincent vemos que no es estrictamente recta (14}. ¿Cabría distinguir entre los restos
consignados por Vincent dos fases de construcción? Si tan avénturada hipótesis fuera
viable podemos observar cómo la primera alineación del muro correspondería a la
dirección del muro A, descubierto por Avigad, mientras que la segunda alineación
correspondería a la dirección de los fragmentos llamados por Avigad Bl y B2. Esta
hipótesis permitiría establecer dos ampliaciones de la ciudad hacia el Oeste: la
primera, que no ocuparía toda el área occidental, sino sólo la colina central y torcería
hacia el Sur dominando el Wady que corría debajo de la calle de los Judíos; y la
segunda que incluiría toda 1a parte occidental hasta la ciudadela y desde su torre se
dirigiría hacia el Sur siguiendo la parte superior de la ladera sobre la Gehena (ver
figura 2).
Objeto de ulterior hipótesis sería la datación dentro de la historia de la monarquía
israelita de dichas dos murallas, dadas las pocas referencias que tenemos de la
actividad edilicia de los reyes posteriores a David y Salomón, verdaderos padres de la
Capital (15).
No podemos eludir un problema que surge al c~mparar los planos de Vincent y
Avigad: hay una diferencia bastante notable entre los emplazamientos del primer
muro en ambos autores: Vincent siguiendo la línea de los hallazgos recopilados por él
sitúa el muro a unos metros al norte de la línea que los hallazgos de Avigad en Bl y B2
nos indican. Como Avigad nos indica que junto a los restos de época israelita, B2, se
adosan restos asmoneos, los hallazgos recopilados con tanta paciencia por Vincent
serían exclusivamente de época romana.
Esperemos que cuando se publique la excavación de N. Avigad de forma deiinitiva
podamos contar, en lo que al primer mlll'o de Jerusalén se refiere, con la descripción
completa tanto de la tipología como de la estratigrafía que nos permita no sólo la
datación de unos restos, por muy monumentales que sean, sino incluso resolver el
problema de su exacta datación y, a ser posible, la dirección de la muralla de la ciudad
que fue derruida por Nabucodonosor.
03) H. OEVk «''''le W•*" Bourulary of .Jeruaaleon d lhe End o! the Monarc:hp. hrael Exploratlon Joumal, :19, 2, Jeruaal6o. Urni, pq..
84-81.
(14) VTNCENT y STBVB: Op. cit.
DO(a
9,
P~ n :
F6.
06) En 2 Croro 26, 10 ee habla da la actlvid&cl edilicia da Osias (A».ñaa) y te mencionan.., COJ>CNtO loe tn~oe en lu murallp ele .J........tén.
¿Poclria atribuirM a eetoe tr~oe la muran. máa antigua de la colina oceide~tal y a EseqW..M.a nuee la fe~W'C!a ampliación al Oeete?
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