
El conjunto religioso del Ribat califal de las dunas de Guardamar (Alicante)
Rafael Azuar Ruiz
[page-n-335]
ARCHIVO DE PRKHISTORh\ r,F.VANTINA
Vol. XIX
<.V~•.
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RAFAEL AZUAR RUIZ
(AJicante)
EL CONJUNTO RELIGIOSO DEL RffiAT CALIFAL DE LAS DUNAS
DE GUARDAMAR (áLICANTE)
Los resultados obtenidos en la Ca.D:lpaña de excavaci6n, Uev~d_a a cabo el pasado
mes de julio en el yacimiento ubicado en el paraje denominado <
Dunas de Gua:rdamar del Segura (Alicante), nos permiten matizar y en algunos
aspectos refutar nuestras primer~ hipótesis sobre la configuración de este complejo
religioso expuestas, con anterioridad, en diversos congreso.s y coloquios, asi como en
alguna revista científica.
A 'la vista de los restos monumentales aparecidos en la campaña realizada en el año
1984 y según el estudio más detallado de s~ aspe.ctos arquitectóní~os. así Mmo la gr.an
cantidad de inscripcio.nes grabadas en el revo·q ue de las par~d~. nos hallábalT!os ante
un uribatn musulmán, con sus connotaciones y peculiaridades cúltíco-religiosas, conformado por cu,atro pequeñas mezquitas a~osadas y dispuestas en líne~ sobr"e el muro
d~ la Qibla. De esta,s cuatro mezquitas, tres de ~llas fueron levantadas b -mecen~go de una relevante familia abbasí, instalada en la c-orte califal de, Córdoba y
la última, posiblemente, albergaba o estl:lba dedicada a la memoria d~ un piadoso
santón musulmán. constituyendo un lugar muy frecuentado por. peregrinos y devotos,
como [\testiguan las innumerables ins.cripciones que atesora.
Los datos básicos de es~ pr.ímera hipótesis y su desarrollo más porm·enorizado.
están expresados .e.n una comunicació~ presentada en las V Jot"nades D'Estudis Histo,
rics Locals, ce.Iebra.d'as en Palma de Mallorca en eJ año l985, cuyas actas saldrán
próximamente.
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RABITA DE GUARDAMAR
Fig. L-Rábita de G.uardamar:
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RIBAT CALIFAL D.E GUARDAMAR
3
Este amplio m.tbajo viene a completar otras do& .noticias, algo apresuradas y que
pueden consultarse en la actualidád (1).
La definición funcional y cttltural del conjunto monumental ea indudable; nos
hallamos ante un uribatu del siglo X; pero su estructura espacial y su evolución
arquitectónica, mero reflejo de la inteDBa actividad! socio-religiosa desarrollada en el
lugar dUl'1Ulte casi d~cie.ntQs años, desde fines de] ·s iglo IX a [a primera mitad del siglo
Xl, no responde a aqu~ primer planteamiento expl1lesto anttmormente. Estos aspectos
son mucho más ricos y complejos, y asf lo atestig:ua.n los restos de construcciones
desenterradas en las últimas excavaciones.
·
L~ importan~ de estos hallazgos, no sólo desde el punto de vista monumental,
sino desde el propiamente científico: es el primer uribat>> de época califal que conocemos en todo Al-Andalus, creemos que merece darlos 8 conocer a toda la comunidad
científica, 8 través de este sincero homenaje.
ESTRUCTURA DEL RIBAT
El complejo monumental descubierto corresponde claramente al área religios.a ,
parte principal de todo el conjunto funciona] y cultural que configura. espacialmente
una institución religiosa como es el ·uribat>> dentro d1 mundo musul.nní.n.
el
El área Feligiosa conocida hasta, el moxnento constítuy~ una superficie rectangular
próxima a los mil metros cuadrados, en donde se estru.cturan dos importantes volúme-nes de edificación dispuestos ((simétricamente» alrededor de un espacio abierto o
patio, verdadero eje axial con ori. ntaeión Este-O~te.
é
El cuerpo norte está formado por C'I,Ultro mezquitas adosadas, y el sur, p6r dos
edificios de caracterfsticas muy dispar.eB'.
La similitud arquitectónica del primer cuerpo nos pe.r mite' darle un ~ratamiento
global, en pos de evitar reitehcíones:a~urdas y desoripi:!iones innecesarias, El con"
junto presenta una planta rectangular, de 36'20 m. de largo por 5'60 m. en su parte más
ancha;. dividido en cuatro salas adosadas de Oeste a Es~. oon las siguientes medidas
internas: 7'10 )( 3 m., 8'6() ·x 2'60 m., llO x 2'60 m. y T8G' x 2'60 m." las medídas de su
anchura s~ han tomado e:n las partes centrales, pues como se ob8erva en el plano,. en
los é:xtremos preséntan unos desplazamientos en su muro de mediodía que en cenjunto
dan la apariencia de conformar una planta ligeramente curva.
La orientación del ,e dificio es a medíodía; las, mezquitas II, ill y IV poseen sus
ingresos en su. fachada muro de la uqiblaJJ, mientras que en la mezquita r se sitúa en
el muro norte.
Cada una de las m~quí~ presenta un mihrab a la altura de la mitad del muro de
medi~a y su es~ctura es muy similar: son externos al edificio, de pla.n.ta.ligera.men-
o
(;l') R, A2UAR RUIZ: dlrimlltll. Dl.,nt.o I&U!nlOll da lu Dunas de G..an!amar del
8Qpnl {Alie&.ll!A}.. Una pclllibl'e l,'áhi!A de 6poca e.Hfabo. Sharq AI·Andalqe, 2, 1985. ~· l:ll;-1.36.
1t AZU.All.RUIZ: .m poeihle Al-Moua.dr de IU Dunas da C~ (¡\li~t.e)». Actau V JOfli.Bde8 d'Estud.ia- !lis~"' Loi:ala. MAlJOrcé,
.
·
1985 (411 pn11111):.
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R. AZUt\R RUIZ
te. rectangula-r de 2 >< 1•60 m., con zapata de 0'25 m. de ancha, y al interior. &u planta es
de herradura y su sección dibuja Wla semibóveda también de herradura. Su fábrica es
de mamposterí~ recogida con ca:l al eltterior y .su fachada externa es de sillería, sin
mantener un ord'en ·e stablecido, potenciándose el encadenado en 18J! esquinas. La
fachada interna de este elemento era de sillería del grosor del muro, pero sólo nos ha
quedado &U parte inferior- hasta la línea de imposta, suponiendo que su a.lftz sería de
sillería para diférenciarse del resto del pañ,o, simplemente enlucido de cal.
Las dimensiones de los
siguientes:
Q..I'COS
de1 mihrab de las mezquitas
M.D
Altura
Luz
Altura línea de imPQsta
Radio elevado 1/2 sobre
la: línea de i-mp0$ta,
2'00 m.
0'76 m.
1'28 m.
O'.ffi
.m.
M. In
2'00
0'68
1'34
0'40
m.
m.
m.
m.
rr, m
y IV, son las
M.lV
2'08· m.
0'60 m.
1'46 m.
0'38 m.
El mihrab de. la mezquita I presenta unas c:aracterísCicaa distintas de los demás: es
de sillería en su totalidad, aunque al interior está recogido con cal y las moldures
internas, como es la línea de .impoBta, están reª-lizadas con mortero de barro y luego
recubiertas o modeladas con cal Igualmente, toda la !iill~ría se recoge con mortero de
barro, utilizando en las llagas, como cipio, fragmentos de considerable tamaño de
cerámicas he·chas a mano de paredes gru:e·s as con .gran cantidad de intrusiones y de
una pasta de color verdoso. Las dimensiones del mihrab son las siguientes: altura 1'90
m.; luz 0'50 m.; altura de la línea qe imposta 1'40 m.; radio 0'32 m.; éste está elevado 1/2
sobre la línea de imposta.
La factura de las mezquitas JI, ITI y IV corresponde a una mampostería en ((opus
spicatlim)), en hiladas de 0'25 m. de altura y con un grosor aproximado de unos
cuarenta y cinco centímetros. La obra se recoge al exterior con cal, presentando en
¡!;Opas un perfecto enlucido.
La altll'rá de los muros sobrepasa en su mayor.ia el metro de vuelo, encontrándonos
en el muro de mediodía con alturas cercanas a los dos metros, prueba evidente del
carácter monumental de los reatos hallados.
Los ingresos de las mezquitas U, m y IV, son de mamposteria con una luz que va de
0.'70 a 0'80 m.; mientras que el de la mezquita I es de 0'90 m. con jambas de sillería.
El acceso a las mezqu·itas normalmente se encuentra enlosado, dándose la circunstancia de que en la mezquita I y en la m se detecta la presencia de quicialeras para la
puerta y un 'hueco más atrasado para el cierre o el pestillo, lo que nos indica que
dichas puertas debieron ser de. una sola hoja y con abertura hacía el interior. Estas
entradas, asimismo, poseen en su parte .e xterior un enlosado de piedra de más altura
qu~ el zócalo dé la puerta, con la posible funcíón de evitar la natural ei'ltrada al
interior de las arenas.
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RIBAT CALIFAL DE OUARDAMAR
6
Las mezquitas II, lli y IV poseen e1 muro de cierre al norte, construy~ndose éste y
las medianeras en una sola pieza en forma de «L))• esta unidad, se va adosando de
poniente a levante, hasta conformar las tres mezquitas; sin embargo. los i:nuros de la
mezquita I están totalmente engarzados en los ángulos y adosados cuando tocan el
muro oeste de la mezquita II. lgualmel)te, esta ,m ezquita I presenta, respecto a las
demás,. una diferencia. palpable ~n cuant9 se refiere a su factura ya que sus muros son
de ma.mpoater_ía, sin mantener el «opus spicatum)),
El cuerpo sur está formado por dos edificios adosados, totalmente diferenciados,
con una planta rectangular de unoS' 33 m. 'de largo por unos 8 m. en su parte más
ancha. Estos dos edificios los denominaremos, a partir de este ¡nomento como «M.5» y
El edificio ((M.ó)) posee unA planta rectangular de 9 m. de lMgo por 6 m. en la zona
del mihrab, siendo su anchura general de 3'70 m. Sus medidas interiores son dé 7'80 x
2'70 m. Presenta una orientación a mediodía. en cuyo mu.ro se emplaza el mihrab y
enfrente, en el muro norte se abte su puert~. Está realizado todo él en mampostería
dispuesta en «opl).S spicatunm y levantadas en hileras paralelas trabadas con mortero
de barro, a.aím:iamo el muro se recoge al interior con un enfoscado o recubrimiento de
este mismo barro; singt¡lai'mente; sus fachadas norte y levante están enlucidas con cal
del exterior.
El grosor de sus muros es de unos 0'45 m. y presentan una altura máxima de .;llelo
de 1'40 m.
El mihrab se localiza en el centro del muro de la qibla presentando una factura
similsr a la de los muros del edificío: mampostería trabada con mortero de barro. Es
externo al edificio y de planta rectangular, de 1'80 de largo por 1'20 m.. de ancho. No
presenta zapata. Al in.terior, posee una anchW"a de 0'80 m. y su eseasa altura conservada
nos penn.iw conocer sus dllnensiones. Su planta es de herradura.
El ingreso se emplaza en el müro norte y desplazado del eje del muro y por tanto del
mihrab, posee una anchura de 0'80 m. y sus jambas son de sil.leria de grandes
d.inlension~: su interior está enlosado y presenta quic:ialfll"~ en ambos ángulos.
Adosado a la unidad <(M.6)) se levanta el volumen mayor de todo el conjunto, y a1
que denominamos c(M.6». Es un gran edificio de doe naves, de planta rectangular de 24
m. d~ l~go por 7 m. de ancho y en su mihrab pos.ee una anchura aproximada de 8'50 m.
Todo él posee la misma. orientación que el «M.6)), es decír a mediodía y sus ingresos se
localizan en la fachada norte.
Las dimensiones interiores de sus naves son las siguientes, de sur a norte: 23'50 por
2'60 m., y 18'70 por 2'60 m. El menor tamaño de la sala norte se debe. a que el ángulo
NE del edificio está ocupado por una estancia rectangular, totalinente aislada del
'resto, con puerta independiente y con unas dimensiones de 3'80 por 2'80 m.
Todo el conjunto está realizado en níAmpostería trabada con mortero de barro y
con las ·mismaa características que la anterior, exceptuando unas marcadas diferencifls
que exponemos a continuaci6n: su fachada no está .re.cogida con cal, sino con recubrimiento de mortero de barro y sólo encontramos recubrimiento de cal en un sector del
no
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R. A2Ul\R RUIZ
muro de la qibla; este muro, tomando como eje el mihrab y los nueve. metros siguiente,s
a cada lado, lo encontramos todo él enlucido dé caL en ~u interior presenta un zócalo
pintado en rojo con er motivo de una cenefa focnada, por un doble zig-zag.
El mihrab está formado por un retranqueo del mu;ro hacia el exterior y posee una
planta rectangular, algo irregular, con las dimensiones siguientes: al exterior es de
1'20 JXl. por 1'60 m. y al interior es de 1~20 por 0'70 m. Todo él está realizado en
mampostería ttabada con mortero de barro y recogido al interior y extetioliDlen~ con
enlucido de cal, sin ninguna diferencia o -separación respecto a los tratamientos
eKteroos de este paño de ·muro. La fachada de. este mihrab no la conocemos por su
escasa áltura conservada, apenas sesenta centímetros, pero en la excavación nos
apareció un caído de grQl)des sillar~jos de piedra que nos definían un arco, sin poder
precisar claramente su traza o diseño.
El edificio pre_se:nta en su fachada norte tres ingresos de 1'20 m. de ancho realizados
en mampostería y sólo en el caso de la puerta de poll.iente hallamos .dos jambas
form~~ por dos gxandes sillares dispuestos verticalmente. La medianera o muro
interior gl!l~ enlaza las dos naves presenta otras .dos puertas, enfrentadas a la fachada,
con una anchura~ de vano de unos setenta centímetros, similar a laa medidas utilizadas
en el resto de los ingresos a los otros edificios.
Como rasgo común a este cuerpo sur podemos decir que todo él se levanta directa~
mente sobre la arena, ~in n_ingún tipo de cimentación.
PROPUESTA DE EVOLUCION CRONOLOGICA DEL CONJUNTO
En anteriores trabajos hacíamos referencia al marco cronológico del conjunto
encuadrable entre el siglo X y la primera mitad del siglo XI; este ámbito se ha podido
ampliar a finales del siglo IX gracias a loa estudios llevados a cabo por S. Gutjérrez
IJ.oret, reflejados en su memoria de Licenciatura (2)¡ igualmente, este horizonte se ha
co~tat;io en las excavaciones llevadas a cabo en el pasado m.~ de julio (1987).
Es lógico pensa:r que en los casi dos siglos de existencia de este asentamiento
htl.lllAllo, el conjunto espacial haya sufrido u:.ila serie de alteraciones, ampliAciones,
modificaciones, etCétera, cuyas huellas han quedado reflejadas en la coMtrucción del
edificio y en sus niveles Bl"queológicos, por ello nos atrevemos a proponer en un
momento algo prematuro, un·a evolución cronológica del ribat, a la vista de los.
aspectos antes mencionados, distinguiendo una serie de fases, recogidas gráficamente
en la lámina adjunta, y que facilita la comprensión espacial del proceso de formación
de los restos monumentales conocidos hasta el momento.
Antes de pasar a la descripción de cada una de las fa$es del conjunto religioso,
debemos detenernos en un 8$peC:to importante, y ya sugerido anteriormente, es decir,
(2) S. Gl,JTIEJtR&Z LLORET: «Corimieaa COIIl\ID.,.~ en.el iNaolll8rldiOD&! da Alh:anle: el tnl!Yit4 de la and,Uedsd &ardl• al Mlll!'lo·
xp.. Memoria de Wleltcia.tilr@, AliCAmta, Ul8'7.
pnialim;oo (S. VI al
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RIBAT CALIFAL DE OUA'R.DAMAR
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Fig.
2.-Fa~ cronol6gi~s
•
del rlbat de Guardamar.
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R. AZUAR RUIZ
nos estamos refiriendo al patio o espacio entre los dos cuerpos construidos; este patio
configura el gran espacio vertebrador de todo el monumento. Jo que explica la
disposición de los ingresos en cada uno de .los e_difi.ci:os y sobre él se irá actuando,
construyendo y levantando nuevos· edificios en merma de sus dimensiones originales.
Igualmente, este patio perderá su unidad vertebradora, en la última fase del11ribat.H, en
donde, como ya veremos, no se respetan la disposición de los volúmenes, ni la simetría.
ni el ritmo de los elementos definidores.
IFase
Los datos arqueológicos obtenidos hasta el momento y la disposición de los adosamientos de la construcción, nos permiten suponer que el momento más antiguo del
conjunto. o su origen lo constituye el paño de muro de 19m. de largo que conforma la
qibla del edificio <.
Este muro posee unas claras caracteristica.e de unidad, observables en el enlv.cido
total del muro al interior y al exterior y en su carácter aislado respecto al resto del
mure de mediodía de este edificio. Otro elemento a reseñar es su decoración; UD zócalo
pintado en rojo con una faja decorada e)l doble zig-zag; y por último, su mihrab, de
planta reétallgule.r, totalmente distinto al resto de los Q.parecidos en el conjunto.
Igualmente, este muro está cortado a una determinada alt\U'8 y luego reconstruido
cuando se levanta el edificio M.6, utilizando en el paramento diverso material de su
destrucción, com,o son los enlucidos.
La cronología de este elemento puede sítuarse a fines del $Íglo IX, coincidiendo con
los· materiales de esta época aparecidos en e.l yacimiento y estudiados por S. Gutiérrez
Lloret (3); en esta cronología se inscribiría el carácter arcaicCl del mihrab, así com~ la
decoración interior del muro.
A la vista de estos datos, tendrí8.n)os a fine$ del siglo IX, coincidiendo con el primer
momento de asentam~ento humapo del lugar, la construcción de una umus_akv>, como
elemento fundamental para realizar la oración del viernes, con UD gran espacio
abierto que se extendería hacía el norte.
JI Fase
En el e:O.o 944 se levant,al) los edificios M.U, M.III y M.IV, según reza la lápida que
porta el mihrab de la mezquita III y este cuerpo de tres mezquitas se levanta enfrente
de la antigua mu.sala y siguiendo el eje definido PQr el mihrab de ésta, conformando un
espacio rectangular de 28 m_. por 17 m. de ancho, con un patio de 11'70 m. de ancho.
El equilibrio del conjunto .es patente en el rit.IIlo intencíonad_ de los cubos de las
o
mezquitas qu.e mantienen ünas distancias d~ separaciones muy similares a los extremos o terminaciones del muro de la musala.
(3) GUTISRRRZ LLORET: Op. cit.
ll(lla.
2.
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arBAT CAUFAL DE GUA.RDAMAR
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111 y IV Fases
En el gráfico están separadas pero creemos pueden tratarse conjnntamente, pues
responden a una necesidad común de a.wpliar el volumen del ribat y plantean la misma
solución: desarrc;>llarse hacia poniente del conjUnto, equilibrando su peso con la
con_etrucción de una mezquita en cada cuerpo del edificio, tnanteniendo el patio como
elemento distribuidor y ei ritmo de la construcción anterior: similitud de factura y
presencia de enlucidos en las fachadas norte y levante del edificio · M.5, muestra
evidente de resaltar esta unidad del patio y ese mimetismo respecto a los edificios
construidos hasta el momento.
La única diferencia palpable es la extraña disposición de. la puerta de la mezqu-ita
M.l, emplazada en el muro norte y no en el muro sur. La razón podemos hallarla en un
impedimento ffsjco: el frente de mediodif~ presenta un gran desnivel, definido por la
presencia de un zócalo que cimenta el edificio M.ll, lo que hacía imposible el emplazar
una puerta en este muro.
Ahora bien, la unidad de criterios entre este edificio M.I y el M.5, es patente en la
disposición excéntrica del ingreso respecto al mihrab, hecho evidentemente intencionado y que denota una pr.eoeupadón \}Or preservar la intimidad del umihrab>J, sólo
observable para él visitante cuando está dentro del edificio, fenóme.no éste que ya
pudimos observar en las mezquitas II, m y JV.
La construcción de estos dos edificios debió efectuarse en la segunda. mitad del
siglo X, pues arquitect6niaamente .son posteriores a las de la. segunda fase y anteriores
al siglo XI, pues por la documentación parietal del edificio <
año 1010, según una de las inscripciones; ya estaba en funcionamiento, como ya
apuntábamos en otro lugar (4).
V Fase
Los rasgos totalmente díferenc4ldos de la factura constructiva
acabado, etc. y el ritmo de los adosamientos de éstos respecto al edificio M.5, nos
permiten asegurar que la sala a mediodia del edificio M.6, se levantó con posterioridad
a los edificios de la fase anterior y en una fecha no anterio~ al ~íglo XI.
Todo este e4ificio presénta una clB.l'a unidad: muros levantados en mampostería
trabada con mortero de barro 'Y enlucidos con este míS1llo material; una anchura de
nave de 2'70 m. similar al resto de los edificios y una anchura del vano de sus puertaa,
similar a las restantes; nos llevan a definir una intención clar.a de ampliar el conjunto
pero manteniendo 1~ 8l1JlOn1a y el ritmo que hasta el-momento disponía todo el
conjunto: respeto de la estru<;:twa rectangular dei patio, mantenimiento d-el eje del
edificio, equilibrio de los volúmenes construidos, etc., conatituy&ndo el momento
(4) R.AZUAR .RUIZ: nUDa nbita ea.lic.J enlll.é Dunas dé G~ ~r.)ot. Acta1-l Co¡\~ Alq.-logl.: ~edieYail!'.peAola, Vol m
Zar.¡oa,
1886.
~ ~-
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R. AZUAR RUIZ
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culm.ina.nte del conjunto, en donde todos los elementos están integrados y existe un
palpable equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo.
VI Fase
Defmida por una ruptura con la armonía y el equilibrio del conjunto, presente en la
desaparición del patio como elemento distribuidor, conllevando la anulación del
carácter rítmico del monumento ·e ncontrándonos con los restos de un~ e~tancias a
1evante del cot:ljunto que rompen toda esta Unidad mantenida hasta el momento.
A estas estancias habría que añadir la construcción de una segunda nave en el
edificio M.6, que coDBtituye un verdadero pórtico con vanos mucho mayores de 1'20 m.
de anchura y con un tratamiento constructivo muy dispar: la puerta de poniente es
similar al ingreso de la estancia de levante y aislada, y distinta a las otras puertas del
edificio M.6.
Este último momento constructivo del complejo religioso debió realizarse en la
primera mitad del siglo XI, con posterioridad a. la fase anterior y con anterioridad ál
año 1048, fecha lím.ité.del yacimiento definido por el terrempto que destruye el ribat y
que ya mencio.namos en otro lugar (5).
Ahon bien, según el registro arqueológico en este último momento todo el conjunto está funcionando al mismo tierilpo y con una misma función eminentemente religiosa, como lo atestigua Ia monótona y reiterativa aparición de candiles en el interior de
los edificios, a la que habría que sumar alguna esporádica janita.
Indiscutiblemente, está propuesta de evolución c-onstructiva del uribatn e~;~ una
mera hipótesis a la espera de ser refutada o const;atada con el prqgreso de las
excavaciones, pero creemos importante exponerla en este momento para que sirva de
apoyo para los investigadores y científicos interesados en el complejo proceso fo:rmal
de este edificio, sin pa.rangón en el mundo islámico lo que le c_ nñere e.sta peculiaridad,
o
coiú"ormándolo como un conjunto genuino en s~ género en todo el Islam y único en la
península Ibérica.
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ARCHIVO DE PRKHISTORh\ r,F.VANTINA
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EL CONJUNTO RELIGIOSO DEL RffiAT CALIFAL DE LAS DUNAS
DE GUARDAMAR (áLICANTE)
Los resultados obtenidos en la Ca.D:lpaña de excavaci6n, Uev~d_a a cabo el pasado
mes de julio en el yacimiento ubicado en el paraje denominado <
aspectos refutar nuestras primer~ hipótesis sobre la configuración de este complejo
religioso expuestas, con anterioridad, en diversos congreso.s y coloquios, asi como en
alguna revista científica.
A 'la vista de los restos monumentales aparecidos en la campaña realizada en el año
1984 y según el estudio más detallado de s~ aspe.ctos arquitectóní~os. así Mmo la gr.an
cantidad de inscripcio.nes grabadas en el revo·q ue de las par~d~. nos hallábalT!os ante
un uribatn musulmán, con sus connotaciones y peculiaridades cúltíco-religiosas, conformado por cu,atro pequeñas mezquitas a~osadas y dispuestas en líne~ sobr"e el muro
d~ la Qibla. De esta,s cuatro mezquitas, tres de ~llas fueron levantadas b -mecen~go de una relevante familia abbasí, instalada en la c-orte califal de, Córdoba y
la última, posiblemente, albergaba o estl:lba dedicada a la memoria d~ un piadoso
santón musulmán. constituyendo un lugar muy frecuentado por. peregrinos y devotos,
como [\testiguan las innumerables ins.cripciones que atesora.
Los datos básicos de es~ pr.ímera hipótesis y su desarrollo más porm·enorizado.
están expresados .e.n una comunicació~ presentada en las V Jot"nades D'Estudis Histo,
rics Locals, ce.Iebra.d'as en Palma de Mallorca en eJ año l985, cuyas actas saldrán
próximamente.
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RIBAT CALIFAL D.E GUARDAMAR
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Este amplio m.tbajo viene a completar otras do& .noticias, algo apresuradas y que
pueden consultarse en la actualidád (1).
La definición funcional y cttltural del conjunto monumental ea indudable; nos
hallamos ante un uribatu del siglo X; pero su estructura espacial y su evolución
arquitectónica, mero reflejo de la inteDBa actividad! socio-religiosa desarrollada en el
lugar dUl'1Ulte casi d~cie.ntQs años, desde fines de] ·s iglo IX a [a primera mitad del siglo
Xl, no responde a aqu~ primer planteamiento expl1lesto anttmormente. Estos aspectos
son mucho más ricos y complejos, y asf lo atestig:ua.n los restos de construcciones
desenterradas en las últimas excavaciones.
·
L~ importan~ de estos hallazgos, no sólo desde el punto de vista monumental,
sino desde el propiamente científico: es el primer uribat>> de época califal que conocemos en todo Al-Andalus, creemos que merece darlos 8 conocer a toda la comunidad
científica, 8 través de este sincero homenaje.
ESTRUCTURA DEL RIBAT
El complejo monumental descubierto corresponde claramente al área religios.a ,
parte principal de todo el conjunto funciona] y cultural que configura. espacialmente
una institución religiosa como es el ·uribat>> dentro d1 mundo musul.nní.n.
el
El área Feligiosa conocida hasta, el moxnento constítuy~ una superficie rectangular
próxima a los mil metros cuadrados, en donde se estru.cturan dos importantes volúme-nes de edificación dispuestos ((simétricamente» alrededor de un espacio abierto o
patio, verdadero eje axial con ori. ntaeión Este-O~te.
é
El cuerpo norte está formado por C'I,Ultro mezquitas adosadas, y el sur, p6r dos
edificios de caracterfsticas muy dispar.eB'.
La similitud arquitectónica del primer cuerpo nos pe.r mite' darle un ~ratamiento
global, en pos de evitar reitehcíones:a~urdas y desoripi:!iones innecesarias, El con"
junto presenta una planta rectangular, de 36'20 m. de largo por 5'60 m. en su parte más
ancha;. dividido en cuatro salas adosadas de Oeste a Es~. oon las siguientes medidas
internas: 7'10 )( 3 m., 8'6() ·x 2'60 m., llO x 2'60 m. y T8G' x 2'60 m." las medídas de su
anchura s~ han tomado e:n las partes centrales, pues como se ob8erva en el plano,. en
los é:xtremos preséntan unos desplazamientos en su muro de mediodía que en cenjunto
dan la apariencia de conformar una planta ligeramente curva.
La orientación del ,e dificio es a medíodía; las, mezquitas II, ill y IV poseen sus
ingresos en su. fachada muro de la uqiblaJJ, mientras que en la mezquita r se sitúa en
el muro norte.
Cada una de las m~quí~ presenta un mihrab a la altura de la mitad del muro de
medi~a y su es~ctura es muy similar: son externos al edificio, de pla.n.ta.ligera.men-
o
(;l') R, A2UAR RUIZ: dlrimlltll. D
8Qpnl {Alie&.ll!A}.. Una pclllibl'e l,'áhi!A de 6poca e.Hfabo. Sharq AI·Andalqe, 2, 1985. ~· l:ll;-1.36.
1t AZU.All.RUIZ: .m poeihle Al-Moua.dr de IU Dunas da C~ (¡\li~t.e)». Actau V JOfli.Bde8 d'Estud.ia- !lis~"' Loi:ala. MAlJOrcé,
.
·
1985 (411 pn11111):.
-377-
[page-n-338]
R. AZUt\R RUIZ
te. rectangula-r de 2 >< 1•60 m., con zapata de 0'25 m. de ancha, y al interior. &u planta es
de herradura y su sección dibuja Wla semibóveda también de herradura. Su fábrica es
de mamposterí~ recogida con ca:l al eltterior y .su fachada externa es de sillería, sin
mantener un ord'en ·e stablecido, potenciándose el encadenado en 18J! esquinas. La
fachada interna de este elemento era de sillería del grosor del muro, pero sólo nos ha
quedado &U parte inferior- hasta la línea de imposta, suponiendo que su a.lftz sería de
sillería para diférenciarse del resto del pañ,o, simplemente enlucido de cal.
Las dimensiones de los
siguientes:
Q..I'COS
de1 mihrab de las mezquitas
M.D
Altura
Luz
Altura línea de imPQsta
Radio elevado 1/2 sobre
la: línea de i-mp0$ta,
2'00 m.
0'76 m.
1'28 m.
O'.ffi
.m.
M. In
2'00
0'68
1'34
0'40
m.
m.
m.
m.
rr, m
y IV, son las
M.lV
2'08· m.
0'60 m.
1'46 m.
0'38 m.
El mihrab de. la mezquita I presenta unas c:aracterísCicaa distintas de los demás: es
de sillería en su totalidad, aunque al interior está recogido con cal y las moldures
internas, como es la línea de .impoBta, están reª-lizadas con mortero de barro y luego
recubiertas o modeladas con cal Igualmente, toda la !iill~ría se recoge con mortero de
barro, utilizando en las llagas, como cipio, fragmentos de considerable tamaño de
cerámicas he·chas a mano de paredes gru:e·s as con .gran cantidad de intrusiones y de
una pasta de color verdoso. Las dimensiones del mihrab son las siguientes: altura 1'90
m.; luz 0'50 m.; altura de la línea qe imposta 1'40 m.; radio 0'32 m.; éste está elevado 1/2
sobre la línea de imposta.
La factura de las mezquitas JI, ITI y IV corresponde a una mampostería en ((opus
spicatlim)), en hiladas de 0'25 m. de altura y con un grosor aproximado de unos
cuarenta y cinco centímetros. La obra se recoge al exterior con cal, presentando en
¡!;Opas un perfecto enlucido.
La altll'rá de los muros sobrepasa en su mayor.ia el metro de vuelo, encontrándonos
en el muro de mediodía con alturas cercanas a los dos metros, prueba evidente del
carácter monumental de los reatos hallados.
Los ingresos de las mezquitas U, m y IV, son de mamposteria con una luz que va de
0.'70 a 0'80 m.; mientras que el de la mezquita I es de 0'90 m. con jambas de sillería.
El acceso a las mezqu·itas normalmente se encuentra enlosado, dándose la circunstancia de que en la mezquita I y en la m se detecta la presencia de quicialeras para la
puerta y un 'hueco más atrasado para el cierre o el pestillo, lo que nos indica que
dichas puertas debieron ser de. una sola hoja y con abertura hacía el interior. Estas
entradas, asimismo, poseen en su parte .e xterior un enlosado de piedra de más altura
qu~ el zócalo dé la puerta, con la posible funcíón de evitar la natural ei'ltrada al
interior de las arenas.
-378-
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RIBAT CALIFAL DE OUARDAMAR
6
Las mezquitas II, lli y IV poseen e1 muro de cierre al norte, construy~ndose éste y
las medianeras en una sola pieza en forma de «L))• esta unidad, se va adosando de
poniente a levante, hasta conformar las tres mezquitas; sin embargo. los i:nuros de la
mezquita I están totalmente engarzados en los ángulos y adosados cuando tocan el
muro oeste de la mezquita II. lgualmel)te, esta ,m ezquita I presenta, respecto a las
demás,. una diferencia. palpable ~n cuant9 se refiere a su factura ya que sus muros son
de ma.mpoater_ía, sin mantener el «opus spicatum)),
El cuerpo sur está formado por dos edificios adosados, totalmente diferenciados,
con una planta rectangular de unoS' 33 m. 'de largo por unos 8 m. en su parte más
ancha. Estos dos edificios los denominaremos, a partir de este ¡nomento como «M.5» y
del mihrab, siendo su anchura general de 3'70 m. Sus medidas interiores son dé 7'80 x
2'70 m. Presenta una orientación a mediodía. en cuyo mu.ro se emplaza el mihrab y
enfrente, en el muro norte se abte su puert~. Está realizado todo él en mampostería
dispuesta en «opl).S spicatunm y levantadas en hileras paralelas trabadas con mortero
de barro, a.aím:iamo el muro se recoge al interior con un enfoscado o recubrimiento de
este mismo barro; singt¡lai'mente; sus fachadas norte y levante están enlucidas con cal
del exterior.
El grosor de sus muros es de unos 0'45 m. y presentan una altura máxima de .;llelo
de 1'40 m.
El mihrab se localiza en el centro del muro de la qibla presentando una factura
similsr a la de los muros del edificío: mampostería trabada con mortero de barro. Es
externo al edificio y de planta rectangular, de 1'80 de largo por 1'20 m.. de ancho. No
presenta zapata. Al in.terior, posee una anchW"a de 0'80 m. y su eseasa altura conservada
nos penn.iw conocer sus dllnensiones. Su planta es de herradura.
El ingreso se emplaza en el müro norte y desplazado del eje del muro y por tanto del
mihrab, posee una anchura de 0'80 m. y sus jambas son de sil.leria de grandes
d.inlension~: su interior está enlosado y presenta quic:ialfll"~ en ambos ángulos.
Adosado a la unidad <(M.6)) se levanta el volumen mayor de todo el conjunto, y a1
que denominamos c(M.6». Es un gran edificio de doe naves, de planta rectangular de 24
m. d~ l~go por 7 m. de ancho y en su mihrab pos.ee una anchura aproximada de 8'50 m.
Todo él posee la misma. orientación que el «M.6)), es decír a mediodía y sus ingresos se
localizan en la fachada norte.
Las dimensiones interiores de sus naves son las siguientes, de sur a norte: 23'50 por
2'60 m., y 18'70 por 2'60 m. El menor tamaño de la sala norte se debe. a que el ángulo
NE del edificio está ocupado por una estancia rectangular, totalinente aislada del
'resto, con puerta independiente y con unas dimensiones de 3'80 por 2'80 m.
Todo el conjunto está realizado en níAmpostería trabada con mortero de barro y
con las ·mismaa características que la anterior, exceptuando unas marcadas diferencifls
que exponemos a continuaci6n: su fachada no está .re.cogida con cal, sino con recubrimiento de mortero de barro y sólo encontramos recubrimiento de cal en un sector del
no
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6
R. A2Ul\R RUIZ
muro de la qibla; este muro, tomando como eje el mihrab y los nueve. metros siguiente,s
a cada lado, lo encontramos todo él enlucido dé caL en ~u interior presenta un zócalo
pintado en rojo con er motivo de una cenefa focnada, por un doble zig-zag.
El mihrab está formado por un retranqueo del mu;ro hacia el exterior y posee una
planta rectangular, algo irregular, con las dimensiones siguientes: al exterior es de
1'20 JXl. por 1'60 m. y al interior es de 1~20 por 0'70 m. Todo él está realizado en
mampostería ttabada con mortero de barro y recogido al interior y extetioliDlen~ con
enlucido de cal, sin ninguna diferencia o -separación respecto a los tratamientos
eKteroos de este paño de ·muro. La fachada de. este mihrab no la conocemos por su
escasa áltura conservada, apenas sesenta centímetros, pero en la excavación nos
apareció un caído de grQl)des sillar~jos de piedra que nos definían un arco, sin poder
precisar claramente su traza o diseño.
El edificio pre_se:nta en su fachada norte tres ingresos de 1'20 m. de ancho realizados
en mampostería y sólo en el caso de la puerta de poll.iente hallamos .dos jambas
form~~ por dos gxandes sillares dispuestos verticalmente. La medianera o muro
interior gl!l~ enlaza las dos naves presenta otras .dos puertas, enfrentadas a la fachada,
con una anchura~ de vano de unos setenta centímetros, similar a laa medidas utilizadas
en el resto de los ingresos a los otros edificios.
Como rasgo común a este cuerpo sur podemos decir que todo él se levanta directa~
mente sobre la arena, ~in n_ingún tipo de cimentación.
PROPUESTA DE EVOLUCION CRONOLOGICA DEL CONJUNTO
En anteriores trabajos hacíamos referencia al marco cronológico del conjunto
encuadrable entre el siglo X y la primera mitad del siglo XI; este ámbito se ha podido
ampliar a finales del siglo IX gracias a loa estudios llevados a cabo por S. Gutjérrez
IJ.oret, reflejados en su memoria de Licenciatura (2)¡ igualmente, este horizonte se ha
co~tat;io en las excavaciones llevadas a cabo en el pasado m.~ de julio (1987).
Es lógico pensa:r que en los casi dos siglos de existencia de este asentamiento
htl.lllAllo, el conjunto espacial haya sufrido u:.ila serie de alteraciones, ampliAciones,
modificaciones, etCétera, cuyas huellas han quedado reflejadas en la coMtrucción del
edificio y en sus niveles Bl"queológicos, por ello nos atrevemos a proponer en un
momento algo prematuro, un·a evolución cronológica del ribat, a la vista de los.
aspectos antes mencionados, distinguiendo una serie de fases, recogidas gráficamente
en la lámina adjunta, y que facilita la comprensión espacial del proceso de formación
de los restos monumentales conocidos hasta el momento.
Antes de pasar a la descripción de cada una de las fa$es del conjunto religioso,
debemos detenernos en un 8$peC:to importante, y ya sugerido anteriormente, es decir,
(2) S. Gl,JTIEJtR&Z LLORET: «Corimieaa COIIl\ID.,.~ en.el iNaolll8rldiOD&! da Alh:anle: el tnl!Yit4 de la and,Uedsd &ardl• al Mlll!'lo·
xp.. Memoria de Wleltcia.tilr@, AliCAmta, Ul8'7.
pnialim;oo (S. VI al
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7
RIBAT CALIFAL DE OUA'R.DAMAR
-·
A
---.u
----u
1
----.¡.r
3
1
5
Fig.
2.-Fa~ cronol6gi~s
•
del rlbat de Guardamar.
-~1 -
2
4
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8
R. AZUAR RUIZ
nos estamos refiriendo al patio o espacio entre los dos cuerpos construidos; este patio
configura el gran espacio vertebrador de todo el monumento. Jo que explica la
disposición de los ingresos en cada uno de .los e_difi.ci:os y sobre él se irá actuando,
construyendo y levantando nuevos· edificios en merma de sus dimensiones originales.
Igualmente, este patio perderá su unidad vertebradora, en la última fase del11ribat.H, en
donde, como ya veremos, no se respetan la disposición de los volúmenes, ni la simetría.
ni el ritmo de los elementos definidores.
IFase
Los datos arqueológicos obtenidos hasta el momento y la disposición de los adosamientos de la construcción, nos permiten suponer que el momento más antiguo del
conjunto. o su origen lo constituye el paño de muro de 19m. de largo que conforma la
qibla del edificio <.
total del muro al interior y al exterior y en su carácter aislado respecto al resto del
mure de mediodía de este edificio. Otro elemento a reseñar es su decoración; UD zócalo
pintado en rojo con una faja decorada e)l doble zig-zag; y por último, su mihrab, de
planta reétallgule.r, totalmente distinto al resto de los Q.parecidos en el conjunto.
Igualmente, este muro está cortado a una determinada alt\U'8 y luego reconstruido
cuando se levanta el edificio M.6, utilizando en el paramento diverso material de su
destrucción, com,o son los enlucidos.
La cronología de este elemento puede sítuarse a fines del $Íglo IX, coincidiendo con
los· materiales de esta época aparecidos en e.l yacimiento y estudiados por S. Gutiérrez
Lloret (3); en esta cronología se inscribiría el carácter arcaicCl del mihrab, así com~ la
decoración interior del muro.
A la vista de estos datos, tendrí8.n)os a fine$ del siglo IX, coincidiendo con el primer
momento de asentam~ento humapo del lugar, la construcción de una umus_akv>, como
elemento fundamental para realizar la oración del viernes, con UD gran espacio
abierto que se extendería hacía el norte.
JI Fase
En el e:O.o 944 se levant,al) los edificios M.U, M.III y M.IV, según reza la lápida que
porta el mihrab de la mezquita III y este cuerpo de tres mezquitas se levanta enfrente
de la antigua mu.sala y siguiendo el eje definido PQr el mihrab de ésta, conformando un
espacio rectangular de 28 m_. por 17 m. de ancho, con un patio de 11'70 m. de ancho.
El equilibrio del conjunto .es patente en el rit.IIlo intencíonad_ de los cubos de las
o
mezquitas qu.e mantienen ünas distancias d~ separaciones muy similares a los extremos o terminaciones del muro de la musala.
(3) GUTISRRRZ LLORET: Op. cit.
ll(lla.
2.
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arBAT CAUFAL DE GUA.RDAMAR
9
111 y IV Fases
En el gráfico están separadas pero creemos pueden tratarse conjnntamente, pues
responden a una necesidad común de a.wpliar el volumen del ribat y plantean la misma
solución: desarrc;>llarse hacia poniente del conjUnto, equilibrando su peso con la
con_etrucción de una mezquita en cada cuerpo del edificio, tnanteniendo el patio como
elemento distribuidor y ei ritmo de la construcción anterior: similitud de factura y
presencia de enlucidos en las fachadas norte y levante del edificio · M.5, muestra
evidente de resaltar esta unidad del patio y ese mimetismo respecto a los edificios
construidos hasta el momento.
La única diferencia palpable es la extraña disposición de. la puerta de la mezqu-ita
M.l, emplazada en el muro norte y no en el muro sur. La razón podemos hallarla en un
impedimento ffsjco: el frente de mediodif~ presenta un gran desnivel, definido por la
presencia de un zócalo que cimenta el edificio M.ll, lo que hacía imposible el emplazar
una puerta en este muro.
Ahora bien, la unidad de criterios entre este edificio M.I y el M.5, es patente en la
disposición excéntrica del ingreso respecto al mihrab, hecho evidentemente intencionado y que denota una pr.eoeupadón \}Or preservar la intimidad del umihrab>J, sólo
observable para él visitante cuando está dentro del edificio, fenóme.no éste que ya
pudimos observar en las mezquitas II, m y JV.
La construcción de estos dos edificios debió efectuarse en la segunda. mitad del
siglo X, pues arquitect6niaamente .son posteriores a las de la. segunda fase y anteriores
al siglo XI, pues por la documentación parietal del edificio <
apuntábamos en otro lugar (4).
V Fase
Los rasgos totalmente díferenc4ldos de la factura constructiva
permiten asegurar que la sala a mediodia del edificio M.6, se levantó con posterioridad
a los edificios de la fase anterior y en una fecha no anterio~ al ~íglo XI.
Todo este e4ificio presénta una clB.l'a unidad: muros levantados en mampostería
trabada con mortero de barro 'Y enlucidos con este míS1llo material; una anchura de
nave de 2'70 m. similar al resto de los edificios y una anchura del vano de sus puertaa,
similar a las restantes; nos llevan a definir una intención clar.a de ampliar el conjunto
pero manteniendo 1~ 8l1JlOn1a y el ritmo que hasta el-momento disponía todo el
conjunto: respeto de la estru<;:twa rectangular dei patio, mantenimiento d-el eje del
edificio, equilibrio de los volúmenes construidos, etc., conatituy&ndo el momento
(4) R.AZUAR .RUIZ: nUDa nbita ea.lic.J enlll.é Dunas dé G~ ~r.)ot. Acta1-l Co¡\~ Alq.-logl.: ~edieYail!'.peAola, Vol m
Zar.¡oa,
1886.
~ ~-
-383-
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R. AZUAR RUIZ
10
culm.ina.nte del conjunto, en donde todos los elementos están integrados y existe un
palpable equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo.
VI Fase
Defmida por una ruptura con la armonía y el equilibrio del conjunto, presente en la
desaparición del patio como elemento distribuidor, conllevando la anulación del
carácter rítmico del monumento ·e ncontrándonos con los restos de un~ e~tancias a
1evante del cot:ljunto que rompen toda esta Unidad mantenida hasta el momento.
A estas estancias habría que añadir la construcción de una segunda nave en el
edificio M.6, que coDBtituye un verdadero pórtico con vanos mucho mayores de 1'20 m.
de anchura y con un tratamiento constructivo muy dispar: la puerta de poniente es
similar al ingreso de la estancia de levante y aislada, y distinta a las otras puertas del
edificio M.6.
Este último momento constructivo del complejo religioso debió realizarse en la
primera mitad del siglo XI, con posterioridad a. la fase anterior y con anterioridad ál
año 1048, fecha lím.ité.del yacimiento definido por el terrempto que destruye el ribat y
que ya mencio.namos en otro lugar (5).
Ahon bien, según el registro arqueológico en este último momento todo el conjunto está funcionando al mismo tierilpo y con una misma función eminentemente religiosa, como lo atestigua Ia monótona y reiterativa aparición de candiles en el interior de
los edificios, a la que habría que sumar alguna esporádica janita.
Indiscutiblemente, está propuesta de evolución c-onstructiva del uribatn e~;~ una
mera hipótesis a la espera de ser refutada o const;atada con el prqgreso de las
excavaciones, pero creemos importante exponerla en este momento para que sirva de
apoyo para los investigadores y científicos interesados en el complejo proceso fo:rmal
de este edificio, sin pa.rangón en el mundo islámico lo que le c_ nñere e.sta peculiaridad,
o
coiú"ormándolo como un conjunto genuino en s~ género en todo el Islam y único en la
península Ibérica.
- 384 -
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