
Las fraccionarias ampurianas. Estado de la investigación
Pere Pau Ripollès Alegre
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~Cff!VO DE I>RBHl&TOIUA
íJJVANTINA
Vol. XIX. (Valoacie. 1.981l)
PERE P. RIPOLLÉS
(V a.lencia)
FRACCIONARIAS AMPURITANAS. ESTADO D:E LA INVESTIOACION (*)
Las primeras acuñaciones de la ·Pen1nsula Ibérica no pueden considerarse bajo
ningún concepto como un producto de ]as sociedades indígenas ibéricas, sino que se
trata de una práctica implantada, hacia e1450 a.C. ca., por los colonos griegos asentados
en el NE de España. Po~: ello-, cultürabnente retlej~ un mundo totalmente aienp al de la
Península Ibérica y Cc:)néctado con el de las colonias y ciudades del Mediterráneo
Central y de la 'G recia continental, de ,d onde se importan los modelos que se imitan en
sus. acuñaciones.
.
A mediados del siglo V a.C. la mayor parte de las sociedades indígenas p~nirurulares
no se .encontr-aban en un estadio de desarrollo capu de il;lcorporar el uso y la institución
de la moneda, aun cuando a:l.gunas poblaciones· más ·o menos litorales pudieran haber
tenido aigúñ contacto con un número reducido de monedas importadas, que por au
excepcionalidad y rarez~ debieron adquirir. antes un sentido de objeto exótico que de
llledio de cambio. Las acuñaciones griegas peninsulares, aunque no &e admita su objeto
comercial, oontribuyeron a familiarizar a la& indígenas del NE y de buen~ parte de la
costa mediterránea peninsular con el \:180 de este medio de cambie:>, ya que supusieron I:J~
pri.nler contacto importante con la plata acuñada.
Las m~edas más antigt.Ul.S halladss en el Sur de Francia y España se fechan a fines
del siglo VI a.C. y fuerQn introducidas por el comercio focens~. que mantuvo contactos
M Conlunicaci6n presentada al X Con¡poeso lrrú!rnacional de NWlÚB:mlitiCa, celeln-alio e» Londres, durante
septiembre 'de, 198&.
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2
P. P. Rli'OLLES
con esta parte del Mediterráneo Oc~idental, aun después de la toma de Focea por· ios
persas, en los inicios del siglo V a.C. (1).
Las característieas más importantes de estas primeras monedas procedentes del Asia
Menor son su pequeño módulo y su reducidó peso, que en ninguno de los hallazgos del
SUl' de Francia y de España excede de 1'4 g. aproximadamente (núm. 1). Estos raagos
distintivO$ son los que se aducen para explicar su runp.lia difusión, inCluso en aquellas
zonas donde el comercio estaba basado prioritaríamentEi en el trueque, y el éxito de la
penetraci6n comercial focense, mediante la utilización de una política monetaria basada
en la difusión de moneda de pequeño módulo y reducido peso, en aquellas zonas en las
qu.e no era necesaria uila concentración de capitales (2).
Estas peculiarida-d~ monetarias que se derivan, al parecer, ~el comercio focense
fueron heredadas por la colonia de Massalia y por los ase.nta.Inientos jónicos de la costa.
etrusca (3), que a fines .del siglo VI inician sus propías ac.uñacionea imitando algunos d.e
los tipos de las monedas importadas. Más tarde, este tipo de polític:a mane.taria y de
estrategia comercial fue, probablemente, seguida por las colonias griegas del NE de
España.
Las primeras acuñaciones de la Península Ibérica se llevaron a cabo en la zona NE,
donde se asíe:otan las colonias de Emporion y Rb.ode, a partir de mediados del siglo V a.
C. Es~ mQnedas son las que tradicionalmente se denominan c<.fra.ccionaría(! ampuritaila:s anteriores a las draemas)) y COD.$ÍSteii., como su nombre i.p.dica, en pequeñas monedas.
anepígrafas de plata, con un pe¡¡¡o que raras veces supera un gramo. Es interesante
señalar en relaci6n con su módulo y peso que, en estos momentos. la mayor:ía de las
cecas griegas acuñan magnificas piezas de módulo y valor muy superior.
Las fraccionarias han sido relacionadas hasta hace muy poco tiempo con las acunaclones del tesoro de Auriol y de Volterra, por presentar todas ellas unas car:acterísti.cas
más o menos colllunes, comn son la homogenei~d del metal, la entidad de las fracciones
y una a.nalogúi tipol(>gi.ca dentro de la diversidad. Sin embargo. en la actualidad, los
minuciosos estudios de que han sido objeto estas monedas, en particular las de los
tesoros de Auriol (4) y Volterra (5), concluyen que no se trata de unas mismas acuñacío.
n~. ya que las similitudes aparei;J.tes no acercan las distanciaB que las separan en
aspectos tan importantes como la tipolo~, el es.tilo y la técnica de grabado de los
CUños. En relación con este último aspecto 41 diferencia es sustancial. puesto que
mientras los cuños de las monedas de Auriol tienen un grabado profundo y diferencian.
U1 A. E. PURTWANOLSR: •CinnUetion dM mo~•· archiiiqu"" d"Asie Mh>o~· en Etnni• e~ daN le Miili ele la Fnnce~. En »8e"me
Con..... lnt.ai:Jw.íorud de M~ati;qv..._ Paria-BAle. Uno. p4p. 71·78. Ante 1~ opinióll d4 F. VILLARD: • Lt et..mique ereoqu.e·de W.aneiJie»,
Parí~!, 19450. pA¡¡. 96,_de que lu importacio.o. í6Jric:u: d~linan a )IIU'tir del 535 y ae i11~1'rU1Dpea. IIQ el 600. Mino eonaecumcia del ceoe ele
relaciona C
p
la ~~~ jonia.eD favor cls l
.
l
~) l"UR'l'WANGLBR; Op. eft. en la noca l, pq.. "N>-77.
(S) A. 1!-, P'tJ'RTWXNGLBR: ttM.onnaie.~ gi'e(qu~ en GawM. Frfbouqr. 1978. P4 306.
(e) FUR'IWANOL~R: Op. ciL "" la note a. A. &. FURTWJ\:NGLER: ~ua sur les pluo tlDciennea monna.i.,. fi.appúe ~on F..apalilDe».
Sebwei&>er MümblliU. 21. 1971, P4· ill.
(61 M. CRISTOFANJ:·MARTKI;W; ..n .ripadlglio di Vollítrra>l. ~plemenlG de AJ¡,.Ii. lstiLUtO lt.aliano di Nu.oni.,.ttca. 22, Rom:a., !11711·
.
Pks. 87<.lo:t.
.
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FRACCIONARIAS AMPURI'rANAS
3
los distintos planO$ del relieve de las figuras. (6), las fraccionarias mÁs antiguas carecen
de ello, siendo además mu_y desigual la calidad del grabado de los distintos cu_ os, lo que
ñ
denota la presencia y el trabajo de artesanos indígenas en el taller (7).
A pesar de que las monedas de Auriol y las fraccionarias de España con_stituyen dos
tipos de acuñación liiférentes, las tareas de investigación sobre estas últimas pasa
necesariB.mente por el estudio y el conocimiento de las primeras e indus.o d.e la.a
imitaciones que de eil.las se realizan an la Provenza, ya que ello es fundamental para la
íntegra comprensión de las fraccjon.ariaB, algunas de las cup.les son una derivación o
imitación.
Es además po.r ~ta diferencia entre estos dos tiPQs de acuñaciones, por lo que se ha
he<:h9 una llamada pata linlltar el u.sQ indiscriminado del ténn:iho cctipo Auriol)>, que ~on
frecu.enoia se o.torga a Iaa fraccionarias que son idénticas, derivadAs o parecidas. La.
tendencia. más actual propugna la utilización de este término de un modo más restringí·
do y aplicable únicamente a las monedas que tienen el anverso y el reverao siutilar a las
del tesoro de Auriol y que a -su vez presentan un peso y un estilo semejantes (8).
A la hora de abordar el estudio e identificación de las fraccionarias más antiguas, elprimer probl~ma que se plantea deriva de la necesidad de esclarecer tres cuestiones:
l. Para qué clase de monedas se puede hablar de importaciones directaB.
2. Qué moned$s deben ser incluidas- dentro de las imitaciones.
3. Qué monedas deben considerarse como ún producto genuino y propio - e las
d
colonias del NE de España.
La ident.ilicación y diferenciación de estas tres clases de monedas no es fácil porque
en diversos talleres del mundo griego se. utilizan ti'pOS más o menos similares y · la
identi!ficación del modelo exacto, en caso de imitación, sólo es posible. si nos encontra-mos ante la primera serie de imi.tacio~es, ya que muy pronto los tipos imitados derivan y
se transform_an hasU!. ser imposible la identificación del modelo.
Las monedas con cabeza de camero-cruz de puntos constituyen el caso más típic.o de
duda entre lB consideración de importación o imitación peninsWat. Monedas de este
tipo ~ron halladas en e] tesqro deAuriol, donde están presentes dos calidades: de buen
~tilo (9), con un grabado en profundidad, y de estilo tosco (10), sin apenas relieve y con
la utilización de la t-écnica de puntiHado. En los tesoros españoles de Emporion, (11),
Pont de Molins, (12) y Morella (13), aparecieron monedas del tipo de la cabe1.a. de
(5) I"UR'rWJOmt..ER:: Op. cit. en la no'ta -lo, pár. 111.
(7) Compru.~ber>1a
de Arta de BarcelotiJ\ ~TT y XJtl. Bar~lQnill, 195$.116 y l$5'1.68, lobo. 1, ndmM.. ! 1 a 23.
(8) FURTWANO.l$R: Op. cit. Q'l la not.e. -lo, pá,~r. 16.
(9) FORTW~GLER: Op. .cit. eJ!· 1• nov. 3. gn~po Q.~d.
(lO) 1 URTWANGLBR: Op. cit. ett la nota 3. ¡rupo Qe-Ql
F
(1 O .J. AMOROS: •Les JDI)nedea ernpuritane. anterlon • le. draCQ>eP. Ju.!lt.e. de Muíe\11!- O'abin~ NumliUIIiofio de Ca1al:unya. ~rie. A. nllm.
&rcelona. 1934,
r5. lig. 12. ¡rl!. OUADAN: Op. cit. liD la. not.e. 7. 16m. 1. nojm. 9.
(12). M. CAMPO:-"tu monedas de 'loo; tesoroe de Pont d a MoliM, T..-ra~:ona y R - dal GabiMt Nwnisrw\tJe de C.taiUDYil". Hq,.ñ a L.
aje
Breili• (en p..,n..,.), n~. 2r 8. AM.OROS: Op. cit.. en Ilota. U, pq, lfl. fi~t-12gl , y p4s--16. Tig..IGg. OUADAN: Op. cit. en la nota ?, l"n. 1. núm&.
a.
P4J.
8 )1 10.
(13) F'URTWANOJ.ER: Op. c:iL en. l¡j IlOta • . llg. 13.
Ac:~.a 'N uDlÍalútica 15. B~elona. Hl116. fía. S.
P. P. RlPOLLES: ..r,,.. mo,edas clol teooJO .!!.e ~rellll, {!Qni ervadas en le·. B.N . de p..,;,.,.,
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P. P. RIPOLLES
carnero, pero únicamente de estilo tosco (núm. 3). Ante este hecho. A. Furtwangler ha.
planteado l.a. posibilidad de que sean acuñaciones efectuadas en la Pe;llnsula Ibérica y
de este modo pretende mantener incólume Sll idea de Un.a circulación cenada piU"a las
monedas de Auriol.
La hípótem que mantiene A. Furtwingler sobre estas monedas con cabeza de
carnero de estilo tosco, considera que los iu'tesanos que grabaron el grupo Qd{ de
Auriol, se trasladaron a la Peninsula Ibérica donde crearon los grupos Qe y Qf a los que
pertenecen las monedas que utilizan la técnica del pwi:tillado (14). Esta hip.ótesis ha. sido
deBS.lTOllada a partir de la observación de. hechos tales como:
- La presencia. de una mayor cantidad de nominales diferentes en los tesoros
españoles.
- ·una difm-encia artística. notable entre los dos estilos ya comentados.
- La ausencia ele hallugo_s del tipo tosco y con puntillado en la Provenza..
Sin embargo, M. Campo (16) y nosotros mismos (16) creemos que si bien la rup6tesis
de q~e so·n acuñaciones peninsulares debe ser convenientemente valorada, no debe
olvidarse que las monedas m.assaliotas a,cuña.das irunedia.tamente después, pertenecientes al tipo cangrejo (med;,.ados del siglo V) y cabeza con casco/rueda (segunda mitad del
siglo V}, aparecen en los tesoros españoles, por lo que no puede descartarse la posibilidad de que hubiesen llegado también desde Massalia las de cabeza c.on carnero del tipo
puntillado.
o~ monedas que plantean un problema similar a las de da.beza de camero son
alguna.s del tesoro de Pont de Molins, como es el caso de la pieza ql,le presénta una.
cabeza. juvenil a izquierda (17) (~wn. 4), o la que lleva una cabeza femenina con casoo
ático (18) (núm. 6), para las que, ~gún autores, se les otorga una procedencia del Sur de
Francia. (19) o de la Penínsuia Ibérica (20).
Al margen de las atribuciones inciertas, que en realidad no son muy numerosas, las
fraccionarias se _pueden englobar en dos grandes grupo~;
a) El de la zo_ a Emporion-Rhode.
n
b) El de lkporion.
Las fracCionarias del pri.me,r gi'lJ.po son las más antigua$ y por su carácter· de
anepfgrafas debe-n relacionarse con las colonias griegas del NE, sin la poa_bllidad de
i
poder atribuirlas con seguridad a ninguna de las dos. eolonias· qu.e se conocen,
Las monedas de e.&te grupo poseen unas c..aracterísticas que las dif~renci.an de las
frac~ionaria.s del grupo' siguiente. Las más significati,vas son su estilo arca.i,za.nte, la
(14) Fl!RTW~NGLER.: Op. cíL ao la not.a 3, 1>68- 224..
(tri) CAMPO: Op. ciL u la nota 12.
(16) ÍUPOtLES: Op. eti~. en la nula 13, p4g. 66.
(17) AMOROS: Op. cit. • n IIOt& U . p4¡.'12,-ñg. 71. GUADA.N: ()p. cit. en la no\& 7, lí.a>. 1, n6m.. &. FVlrl'WANGLKR: Op. ciL 11A la o.ota 4, li¡¡,
3. CAMPO: Op. cit. en la nou. n, ndm. -4.. M. CAMPO: .cireuJación de m.oo.i¡daa -llot.u •n la Panlnaula lbériea (S. v.rv a.C.)>t. Kome~~ai• a
L. 8l--eella (en preoua), núm. 8.
(18) A-MOROS: Op. cit. en nata 11, ~~, IO,q. 3g. PURTW'ANGLER: Op. cit. en la nota 4, ¡wlg. iD, llg. 8. ODADAN: Op. dt. en ,la nota 7. UJD..
1, nd:m. - , CAMPO: Op. cit: en la qotoo 1ll, ndm. ~ CAMPO: Op. dl. en la n!lt& 17, n~ 4 y- r;.
3
(t9) CAMPO: Op. aít. en la nota 17.
~) Ft1:RTWA.NGL&R: Op. olt. liD lo Qota -4, ~. l7-J8.
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FRACCIONARIAS 1\MPUIUTANAS
forma irregular con la que han sido fabricados los cospeles, el presentar ~1 grabado de
las figuras de los anversos mucho má8 cuidado que el de los reversos y la superficie
incusa e,n la que aparecen las figuras del reverso.
Los tip~ utilizados en est;as monedas tienen un origen mny diverso. Algunas
im:ita.n o derivan de los tipos de Auriol, como es él caso de las fracciona.rias con
anverso cabeza de peiTo (21) o máscara (22). Otras, el grupo más numeroso, toma como
prototipos dete.rminada.s acuñaciones sicilianas. Los ejemplos rp.ás evidentes de ello
son las fraccion~a.s con anverso águila y reverso cangrejo (23) (núm. ,6). q,u e copian las
e,rnisiones de Akragas (24) que utilizan estos uüsmos tipos; las fraccionarias con
anve!'$0 gaDo y revATSo cangrejo (25) (nún:Í. 7) derivan de las emisiones que la ciudad de
Himera (26) acuñó durante la domín11ción de Akragas y las traccionarias con anverso
cabeza femenina a derecha y reverso pulpo (27) (núm. 8) son una copia de tipos
sir.acusanos (28).
,
Otras fraccio~ derivan de prototipos de la Grecia continental, como es el caso
de las que tienen los tipos cabeza de toro de frente/pr6tomo de jabalí (?) (29) (núm. 9) que
deben relacionarse con las acuñaciones de la Fócida (30). Talllbién de la zona del Asia
Menor ee toman algunos modelos, como pudiera ser la cabeza de Apolo de las
emisiones de Mytíl~ne (31) para las fraccionarias que presentan la cabeza de Apolo en
el anverso y Jos tre:s astrággjos en el reverso (32) (núm. 10).
Los tipos que imitan estas primeras fraccionarias, 'a diferencia de las monedas de
Auriol (33), proceden de talleres más occidentales y es escasa la influencia proveniente
de la zona dei Asia M~or, lo que da idea del cambio de orientación que se ha
producido y) qunás, de relaciones.
El semmdo grupo de fraccionarias comprende aquellas monedas que, sin lugar a
dudas, pueden atribuirse a la ciudad de Emporion por incluir la leyenda EM o por
presentar los mismos tipos que éstas, pero sin leyenda. El número de ejen,.plares que se
(il) AMOROS: OJ>. el!.. en la n<;>ta ll, pq. 19, fig. 20g. GU{\.0-'N: Op. cit.. en la nota. 7,16m. 1, nom. 16. CAMPO: Op, cit. ""la oot.a L2, nW... lH.
Bela 1110t1eda pocirla det1var c1.4l tu del KJ'UJIO P c1.4l' .A.urio!, I'URTWXNQLBR: Op. cit. en la IWbJ 11, p&p, 19! y Bll.
(22) AMOJ\08: ()p. cit. en lo 1101Jo 11, p6p. 4E.-46, fig¡ 76, nóm. 81g, GUAD<"N: Op. cit. en 1& Dota. 7, Ufo. l, nUm. Ul. CAMPO: Op.c::it.. enJ e nota
U. nUm. 8, 13:1 111odelo c1.4ll que derivarlan
focciD!Ibrio eerla.n 'loo h~\6boloe de p¡tr61t milesio da! grupo L de Auriol, FURTWANGLER:
..,ta•
Op. c;t.. en la 1>4tA 3. p4~o. 11!8-176.
(23) E. MURRT y A, Clit\BOuu.LliT: «Catalogue detllDDD.wde• gt\Uioi.l¡¡,a de !11 Bib~ N11t.i~e>1. Pwria, 1889, núm. 490. JUPO'(.LES:
Qp. cit. en l11 'liMA 13, nWn. 10.
·
~) •S,.Uop Nummorum Gra~rum, Fitnwilliam Mll8e\llll. LeAke 6Dd aeru>ral oollecti-. Pa.n Il: Sicily and "J'hrac,e, Lbndo,n. l!m. nWn.
888 y oa, 8. W. GROSE: ~
Greak OoiM». Cbiaq¡o, 1919 (xeprint), ndm. 2.o.t4,
{116) MUl!BT ·~ CHABOUILLET: Op. cit. en la nof.a 28, núm. 491. RlPOLLES: Op. cit. en la 1101a 1.3, n6m. 11,
(!lif) «B,ylloge NUbUI!OI'Wil Gnuw:orumJO: Op. dt. e11 la nota 24, o6m. Ult1•5, GROSE: Op. cit. eo la ,11Q1a .2.4. núma. 9.294-5.
(27) MURET y CH.-\BOUILI..ET: Op. elt. e~~ la no14 28, núm.~, IUPOLLES: ~cit. en lt1 DOCAI 18, nWn. 14. GUADAN: Op. c:it. eo> la notl! "1,
Ld.m. 2;ndm. 2.4.
or
(118) RIPOLI,ES: ()p. cit. llll la Dota 13. p6p. 5&-69,
AMOROS: Op, cit. c la-nota ll, p4g. 17, fíg. Utt, GUADAN: Op, ci\. en la n0\6 7, 141m. 62, no111. t. CAMPO: Op. clL en la !lote lll, núro. Ui.
(JO) R. T. WILLIAMSc ..Sil~er eoil\111~ ofthe PboldaDsu, Lo...ron, t!t'72. Lói tipoo con cabeza de·toro ele Ú'eftU! y prót.oaw de jab.all .Re repiten
"11 e..t.e t.aller a lo largo d'e va:rioa puriodoa por lo que uo ea poaible, de mameolo, COI\Cretar a "'llÍl da ellos podri• petU>neoél' el modelo.
(31) F. BODiNS'l'EDT: d«eia\cll'bincle .ut Mü,.,..,., VDJll'hohia W'ld MJotilans, ~~~ 68~ b¡. 326 " · ct.r... lstanbnlet- Miueilunnn 27-28, 19'77·
78, Ioim. 47, n.UU. U.
(32) AMOROS: Op. ~it. en· la nota. 11, pág. 48. núm, 83. RIPOLLBS: Op. dt en la Mt.l 13, pq. 59, nÚin. Ui.
(JS) En lo. bÜSQuecla de IDs m !>delos del repertorio de t{J»S uti\hadoa en la.a aeuñacionee de Auriol, PURTWXNGLER: Op. cit. 1111 l.a ~S.
'CODDt. NB de Aaia M!lflor.
(JQ)
-307-
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6
P. P. IUPOLLES·
conocen de este gn1po es mucho más cuantioso que el del precedente, lo que conlleva
que comparativamente estén bastante mejor estudiadas.
Las características formales de este grupo denotan la posesión de una técnica de
grabado y acuñación mucho más depurada que el anterior, como se desprende de la
regularidad de los cospeles y del mayor relieve que presentan las figuras, en particular
de los reversos, t~:un cuando también trabajuon en el taller artistas mediocres con
escasa formación, probableme~te d~ origen indígena (34).
Los tipos de este grupo tienen también una procedencia muy variada. Así, por
ejemplo, las fraccionarias con anverso cabeza de. Atenea y reverao toro parado a
derecha (35) (nú.IU. 11) son una copia de las acuñaciones del Sur de Italia, quizás de
Neapolis (36); las que tienen en el anverso la cabeza d'e Arethusa.· de perfil y en el
reverso un toro de perfil en actitud de embestir (37) (núm. 12), toman corno modelo la
Arethusa diseñada por Kimon (38) J}ara las emisiones de Siracusa, del409 a.C. ca., y el
toro, de las acuñaciones de las colonias griegas del Sur de Italia, probablemente de
Thourion (39). La Grecia continental también proporciona a este grupo un elevado
número de prototipos, de entre los que hay que destacar por su importancia, los
trióbolos de Atenas, con anverso Athenea y reversa lechuza de frente (40); las hemidracmas de Phokit:J, con anverso cabeza de toro de frente y renrso cabeza de Apolo
(41); las dracmas de Lariasa, con anverso cabeza de Arethusa de tres cuartos y reverso
jinete (42), o las acuñaciones de Ainos oon reverso cabra de perfil (43).
La interpretación simbólica que debe deduci~e de los tipos monetarios utilizados,
no sólo no ha sido todavía CODlpletamente resuelta, sino que apenas si .se ha i.p.icia.d.o
su estudio. Son muy diversos los problétlia.s que dificultan este conocimiento, ya que,
por un lado, es problemático el discernimiento entre aquellos tipos que tienen un
significado religioso y los que son de carácter profano; y por otro lado, no se posee
documentación sobre 1os cultos implantadQ8 en las colonias de Rhode y Emporion, lo
éual impide también la adecuada valoración d~ los divers.os gpos empleados.
A todo lo anterionnente dicho hay que añadir, adern~, que un número muy
importante de tipos, todos eUos muy dis'J)ares y variados, han sido ilnitados de las
acuñaciones de otras ciudades, por lo que trunpoco existe la seguridad de que el tipo
pudiera ser interpretado en la zona de Emporion-Rhode, como en su lugar de origen, ni
qu.e no se le diera otro distinto.
(34) Producto de~· indigeiUla J)Odrl&n &er las hcdonari&a clal tipo GU.&DAN: Op. cit. ea la note 7. 16m. 3, n~ 7fl..88 y 101-104.
(86) ANOROS: Op. cit. en le bOta ll, P'.g. 8.'!. Ji.JI. 46«. (IUADA!II: Op. cit. en le nota 7, lún. S. núme. GUW.
(86) C. M. KllAA Y: uArclu;lc and Clmcal G.-'k Coi.-. Lond11n. 1.976, 1ú1.. 43, 1LÓ1n. ua. N. K. RU'I"I'ER: •Campaniah coina¡¡eo¡o.
EdinburRh, 1~. lllm!t. 18 y 14.
(37) AMOROfl: Op. oil. eo la nota U, pág. 36. fi¡(s. M·56. GúAOAN': Op. cit. en l4. nol.l 1, JAm. 3. .,.;,._ &5-J!iT.
(38) ..S,Uop NulllDI()nllll Gt'aecorwD•. Op. cil. "" 14 Nllll. :M, DÚPl.e. 1.:1.71 y e.s..
(39) S. P. NOR: o/I'he Tl\url&n di,.taw.>o. N- 'York, ll*\15. ~ 3.
(~ KRM '(: O,. ci~ en le 1\01.1\ S8. liUn. 11. nllm. 191! (ojo alme~~clradn). liraville V, noima. 1.9119 (ojo ahneolbado) ;. l.99f~·lllllll (ojo de perl\1),
pera lp fraecioa.o.ri.oal dsl tipo AMQROS: ()p. cit.. cm la nota ll, ¡nlg. ~ 11¡::s..ll&27, y GUADAN: Op. eit. en la nota 7. láJn. a, a6.,&. 8Hi3.
(41) WILLIAMS: Op. cit.. &D la nota 30, parlado IV, sección 15, 11Uul&. f62;3, pata lea heeianarlasdel tú1o AMORO$: Op. eíL e;o 1s. note. U.
pág. 34, !lg. 4~ "l·a2, y RIPOU.ItS: Op. cit. en la nota La, núm. JS..
(42) GROSE: Op. cit. en le QDtn 24, mlm. 4.624.
(43) GROSE: Op. cit. 1111 la o.ota ~ UJD, 143.
-308-
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FRACCIONARIAS 1\JvfPURITANAB
7
No obstante, la reducida cantidad de tipos originales y propios de Emporion, da
una idea ·del mínimo significado iocal de 1a iconogra..t;ia maneta! utilizada. Cabe
imaginar que, del mismo modo que se observa una fuerte influencia tipológica de
talleres del Medi~rráneo Central, también esta influencia se ampliaría a su significado y con la introducción de-los tipos se transmitiría paralelamente·su interpretación,
al menos para una buena parte de ellos.
La identificación del patrón metrol6gico al que pertenecell las fraccionarias se
encuentra en un estado de conoci.oü~to desigual, según se trate del grupo de monedas
atribuibl.es a la zona de ·Emporion-Rhode o de la ciudad de Emporion, dentro de la
inseguridad que para ello conlleva la inexistencia de un número suficiente de monedas
de ambos grupos.
Pill'a el primer grupo, la carencia del número imprescindible de ejemplares -la
mayor parte de los tipos se· conocen tan sólo. a través de una. única moneda o a lo sumo
dos- y la enorme variedad de pesos, que deben corresponder a distintas clases de
nominales, es lo que imposibilita determinar con unas garantías mínimas de verosimi·
litud, el tipo de patrón metrol6gico utilizado y su sistema. de fraccionamiento. El
conocimiento de la metrología de estas acuñaciones sólo será posible cuando pueda ser
examinada una mayor cantidad de monedas de las que en la actuQ]idad se disponen.
EJ grupo b de fraccionarias, dentro de la jncertidumbre, ofrece más posibilidad~
para poder determinar cuál es e1 siste~ metrológico utilizado, como consecuencia de
la pervivencia de una mayor cantidad de monedas y de una mayor uniformidad de su
módulo y peso.
Existen distintas propuestM d.e sistemas metrol6gicos, sustentadas cada una de
ellas por la diferente forma de obtención de los pesós medíos. A. M. Guadán opina que
las fraccionarias se acuñaron siguiendo dos patrones metl"ológj(!Os distintos (44). El
primero de ellos seria el focen.ee-fenicío, con un peso te6rico de 3'63-3'65 g.• dentro del
cual la pieza más acuñada correspondería al trihemióbolo, con un peso de 0'90 g. El
segundo patrón seguiría el sistema de la litta siciliana, con un peso de 0'87 g. Sin
embargo, a nuestro juicio, los pesos obtenidos para cada uno de los diferentes tipos de
fraccionarias y que le llevan a estas conclusiones, los deduce de un número muy corto
de piezas, muy por debajo del mínimo requerido, por lo que no existe una completa
garantía de que se ajusten a ).a realiq~d.
Por otro lado, el estudio metrológico de J. C. Richard y L. Vill~onga sobre las
acuñaciones de España y de la Galia (45) tamb.i én ee ocupa de algunas fraccionarias
ampuritanas, obteniendo para las monedas de las clases ID-11, ID-ID y ID-IV de
Guedán un peso medio de 0'76 g. Según estos autoréS, las fraccionarias se inscribirían
dentro de la metrología focense de Occidente, COil un p~o teórico para el dracma de
3'70-3'90 g. Aunque es probable que se sriga este patrón, como a continuación veremos_
,
(44) GUAD~ !)p. c:ll. en la no~& 1, pé.ga. 219-ll21 )' 'l'rl$SJ.
(~)J. C. M. RI.CJIARD y L. vn.LARONGA: '
d'~tell. M~ de la Caaa de Vel.ál.qu~n IX. P~, 1973, ~ 91:Q2.
-309-
Bt.pagne et. Gaule du SWJ l.llt:éri~~il'~
[page-n-310]
P. P. RIPOLL.ES
8
sin embargo el peso medio que obtienen p!ll'a las fraccíonmas (0'76 g.), no encaja ni
con el peso teórico que deberían tener los ól;lolos (0'61-0'65 g.), por ser bllStante más
pesadas, ni con el de los trihem.ióbolos (0'92-0'97 g.) por ser mucho más ligeras.
La única aproximación telativamente sólida a la metrología de lila fraccionarias
del gru,po b, tan sólo es posible re.a lizarla a través del tipo At~ea-Lechuza (46)
(ntím. 1· ), acuñado dura.n.te.la primer.a mitad delsiglolV a.C., para el que se dispone de ún
3
elevado ·número de ejemplares procedentes del .tesoro de Emporion (47), hallado en
1926. El peso medio que se deduce de 880 piezas (48), conservadas en el G.N,C .., es de
0'94 g.
En la búsqueda de una filiación metrológica p!ll'a este peso medio concreto, se
pueden establecer dos relaciones, ambas probables, ·según se identifique esta fraccionaria con1o un óbolo o un trihemióbolo. La primera de ellas se podr.ia establecer con
una unidad teórica de peso comprendida entre 5'50-5'80 g., muy difu_ dida en el
n
Mediterráneo Occidental (4~) y que ha sido documentada en algunas emisiones de
Auriol (50), de Etli.lria (51) y de ciudades de, la costa siciliana -(52) y del Sur de Italia
(63). Dentro de eete s~ndard que recibe diversas denominaciones, tales como focense
(54), .p~iano, micra.:siát,ico (65) o euboico-calcidio (56), la fraccionaria que comentamos sería un óbolo. Sin embargo, el hecho de que au período de utilización en las zonas
y talleres mencionados sea anterior al mQmento de acuñación de la fraccionaria que
comentamos {57), .a sí como el descopocimiento del patrón utilizado para la emisíón de
las fraccionarias más antiguas, que impide rastrear una poaible continuidad del
standard metrológico, son los factores que limitan la posibilidad de identificar 1a
conexión real del peso medio 0'944 g. con la unida,d teórica de ·5'50-5'80 g,
La segul)da posibilidad de !"elación metrológica. de este tipo de fraccionaria es
(46) GUADAN; ~- ci\. en la: 1IDti 1. üm. 2, llám&. 31&
.
(47) J. AMOROS:· .n·WI~ trO~ de 111011ede 8IDJ)IIritaD• i la poMible (t,QDologi.t. 6e le•IDOQI!ea d-:Bmpúri-. Jun~ ele MUAWL GSbU.et.
N~tio .d . C.talllllY' .-eri.e A·l,. Ba.reelonA>; lll3s. M. T!IOMPSON. O. MQRKliOLM y C.M. KRAAY.: cAn 'rt.vlfl)~ of Gte6k Coma
Ho&J&». New York. lli7a, 11úm. 2.315, FURTWXNGLER; Op. cit. .,. la not.t. 4, JlÚ. lfi.
·
(-48) hla ~ Dleltio lia •íclo obtaaido a: pen,ir dé la 'hll.t.ción de-~que da·•taa -~ iucl~ G.DADAN: Op. cit. "" la nota 1; Jlll¡p. 46&474, IDO!Iilclu númt. 7B.OC»-76.88&
(.ul) L BR:EGI..lk ~Le antíche roue ele! Mediten-aJaeo documentate el& JDGDete e_
peá.o. Scudl& ArcbpoloJlea 8..~ 1986, pq... fi&.llt, !le Y
-. y 118; elite ii.Uton. ·~ que el pat:r6JI de fi"'Ó 1 · ~· trtido a occidente PCJI' lllicndo,... Jl:litta.Ulieoa en 1111 - 1 . 0 . .nl:lrior a. la.
colo11\uci6Y1 f~ia.
(ro) fU.RTW~GLS,R: 0)1. c;il,. en lf. nota 3, ~· 4iWiO.
(61) T. KACUNS: «La Jnétro!orie deos IDO.Jmtiea étJUaquM la. pha encieJUie610. Supple...enbo de AmWi. l'á;tu~~\al)W>o di NwrWom&aaa. ~
ltoa>.t.. 19'76. plp..ll28 26t. N. F. PARJ$B: ~u prim.t. mon~ ~IC!!"· c:ólnere.iD Bl.nYco Arcaico. Quademi ele! Centro dl
per
1'Arcbeolosia lttru.co-lt&tica !1, Romo., 1$811, p4¡a. W-2111.
.
(1!2) Loe ~!le- de 1& cofill.lic:iliana. qué.&Wuen ..te ~t.r6n 1011 N~ ~IQlc)e • Hlmera:: 11. A. CAitN: ool>ie Mú- dM aizjJ¡.,b~ Scildt
N - . Baael, 19:14; N. 1"! MRJSE: «oboli e liue nene ...,AiioiÚ a:n:baid>e d'l:mera, cli Zancle a di f'l-. Suppl....an&o de Annalj, Ja\ifut.o
Italiano di N~a,j<:a, J.ó.l7, Boala, 1971, pqa. 16-20: _N. F. PAJUBE~ .Sull'qanimuione del!• val uta: di upnto aoeUo. Si.c:Uia ~9\Jpplament.o de Annali, l.v.tuW ll.alleno di NUIIÜmiatica, 12-1~·. Hom.t.. 1~. pip. lll-130, con uoa COJ!I.Illllla blbliovdla aóbre loa t&!1ee8ala.lo&; C. M. KRAA M"l"ho an:h&i.c. ~
K~•· N•PI>U. 198(.
(fi3) Loa t&.lle- de 1&1coat.t. -da! 8uJ da I1.t.ll& que liguao eat.e peltdoo. Clunaa ., ~,_, Rl11"1'ER; ~ o:\t. en la. note 38, ~- 10 1 U;
PABISE: 0p. dL 1111 la aot;l ~2, po(g, 20. Blt&01JA: Op. cit. eD 14 liDIA .Q!, 114«. 36: SyUoge NWDJnaruJn Graeoor:wn: Op. ¡;it.. en la nota 24, nOma.
$28-830.
(54 1 J7UilTWANGLKR! Op.. cit en la. !10'- 3. poig. &0.
(66) BRBGLlA: Op. cil e11 l• aota -tll. J!'t, 61.
(60) RUTI'BRl Op.cil. eu la nota 3&, p-e,.. 16 y 18~
(ri7) ~J!&tróll de 6'50.6"80 1· fila •banclimacben el MecliterrbéiO C...trtl &.partir de-la prim«ra d~clal alglo V LC.: 80
del patróo
eoboic~tico: PARJS~: OJ?. cit. ua la -... 62, P'lc•. nr; y-.
y
n
y,
Studio
or
r.vor-
-310-
[page-n-311]
FRACCIO'NARIA:S AMPU1UTANAS
9
quizás mucho más ver~ que la prll;nera. Se trata del standru:d de 3'70-3'90 g. que
algunos autores d~ominan patrón ((focense de occidenw) (58) o «focense-fenicio» (69),
dentro del cual la fraccionaria en cuestión encaja sorprendentement.e como un trihemi6bolo. Esta unidad te6rica de peso, concretamente la de 3'76 g. es la que se utiliza en
Massalia durante el siglo IV para la acuñación de 1~ drAcmas pesadas (60).
A nuestro entender no existen inconvenientes para que Emporion, durante el siglo
IV a.C., tuviese un sistema rnetrol6gico silnilar al de Massalia,. teniendo en cuenta que
Em.porion fue fundada por Massalia (61) y que en el :siglo IV, y también con anterioridad, las monedas massaliotas constituyen el grupo de acuñaciones extrapenínsulares
más numeroso que circulaba en la. Península Ibérica. No obstante, no· se debe olvidar
que el análisiS' metrológic:o realizado únicamente se refier.e a un tipo concreto, con una
cronología detemilnada, por lo que evidentemente no es correc.t o ampliar al resto de
los tipos las conclusiones que de él s.e derivan. Será por tanto necesario disponer de un
mayor número de monedas del resto de tipos de fraccionarias para poder determinar
con una J:"elativa aproximación el peso standard con el que se emitieron.
La cronología de las fraccionarias se establece atendiendo a la información que
proporcionan los hallazgos de tesoros. Estos, a pesar de las dificultades de. datación
que presentan, proporcionan una fecha ante ql.IJ!m para la acuñación de ias pi~as que
los integran. Los tesoros que contienen fraccionAria-s y sus dataciones son. los siguientes:
Ampurias, 1926 .............. .. Mediados del siglo IV
Morella ............................ .
Pont de Molins .............. .
Rosas ................................. .
Tarragona ........................ .
Montgó ..............................
a~C. (62}
Mediados del siglo IV a.C. (63)
Fines del siglo IV a.C. (64)
Fines del siglo IV o inicios del II1 a.G. (65)
,Fines· del siglo IV a.C. (66)
Fines del siglo IV a.C. (67)
De todos estos tesoros se· desprende que la.a fraccionarias se acuñaron con anterio-
~ RIC~ y VILLARONGA: Op. cit. - la nota ~. péi!B- 9\·92 y 97.
(68) OUADAN: Op. eil. en la nota?, pi¡¡a. 21~, eoc.o aulllr ~- 228) cl~.l.u h.~ ALenea/LeehU&il 'OOJIIO uibsnlbbolos y
obti ene para ellaa un paao ....aio de O'llO 8·
(80) J. N. BARRANDON y C. BR!NOT: •
Antiqui,t.\, 91).2, :R.ome, 1978, pág&. 837·1168; C. BRENOT: «Rechercb• llal' la.m~ogie ""-llllliasiOIIAI d"a7genb de Maneilla du TV 11U 1 ei.eo:le aV».
11 Simpoeium NumiaJDil.tloo di. Barce\OJLB.. BU;C~~lru.a, 1980, pá('L 17-21.
(61) Una no)ad6n completa ele tezctoe. a.~~tigvoa ••reádoa .. Emll(lrian be alelO ~c!A por GUADAN: Op. eiL en~ DoQ. 7, p4p. &.1,2.
(~ V6ue la J>Oia 47.
(63) THOMPSON, MORKHllLM y KRA.A:Y: Op. cit. en la DOla " 7. nlfm. l.8.11. rroRTWANOLER: Op. cit. ea la aota 4, P4 16. RIPo~ES:
Op. cit. en 1.&. Dota ll!, pága. 47-$4.
.
(84) TlfOMPSllN', l>{ORKHOLM y KRAAY: Op. cit. 1111 la .,..... 47, 116m. Uta. FURTWANGLRR: 0p. cit. eñ 1.&. nota 4- 1'48. 14- P. P.
RIPOLL&S: «Le dreulsci6n moaetaria 1m la T.rraeone1>oe Meodital'riJ\ea». 'l'nb!Q<>B Varioa 77, Vallmcia, 19112. P~l!- 41. CAMPO: Op. cit. "" Lt
note 12, nd:m&. l -2tl.
(6liJ THOMPSON. MORKHOLM y RRAAY: Op, cit. en la nota47, nóm. 1.318. RIPOLLES: Op. cil. e~~ la nota 84, p¿p, ~¡¡.CAMPO: Op. cit.
en le nota li, ndms. 37-42.
(~ THOMPSON. MORKHOLM y K.RAA V: Op. cit. en lo. aot.a 4..1, ndm. 2.314. RJPOi:.r...Es: Op. cit. ea la Ilota 64. J>i1J. U. CAMPO: ()p. cit. en
la nota 12, niima. 81-36.
(67) THOJDSON, MOlU
Denía, \891. p4g&. 69 ' ea. RIPOlLRS: Oj>. cit. 1111 la DOta 64. pág. 41;.
-311-
[page-n-312]
10
P. P. RIPOLLES
m a.C. y que una parte de ellas se emitió, al ~enos, durante la primera
mitad del siglo IV a.C.
La obtención de una cronología más puntual sólo es posible mediante la identificación de los prototipos de los que de.r ivan las fraccionarias. Los trabajos que existen al
respecto. de J. Amorós (68) y de A. M. Guadán (69) han quedado en gran medida
anticuados, debiéndose revisar buena parte de las derivaciones e imitaciones que
proponen.
Fruto de la ineludible necesidad 'de profundizar en este campo de las fraccionarias,
son algunos recientes trabajos llevados a cabo por M. Campo (70) y P. P. Ripolles {71)
qu·e, siguie.ndo la propuesta. de A. Furtwangler (72), se prop~nen identificar los prototi·
pos de las fraccionaria:s y datar1as a través de su cronología. Mediante ~stos trabajos,
se ha iniciado la revisión de una parte de loa prototipos hasta ahora propuestos, y ha
sido posible establecer para algunas fraccionaria~ una fecha de acuñación máB o
menos concreta qentro de la segunda mitad del sig'lo V a.C. Este sería el caso de las
fraccionarias con anverso gallo y reverso cangrejo (núm. 7), derivadas de las- monedas
que con e$tos tipos acuñ6la ciudad de Himera durante la dominación de Ahagas, en
los años 483-472 a.C.; o la fraccionaria con anverso cabeza de toro de frehte y reverso
cabeza de Apolo (núm. .l4) que copia hemidracmB..s de Phokis, acuñadas durante los años
445-420 a.C. ca. En cambio, para otras fraccionarias, lQs prototipos que copian indican
que su emisión debió efectua:rSe sin lugar a dudas dentro del siglo IV a.C,, como por
ejemplo las que imitan en el anverso las Arethusas kimanianas (73).
De la información que proporcionan los tesoros y los prototipos se desprende que la
acuñación de las fraccio~rias cubl'e un periodo entre ca. 450-3()0 a.C. y aunque no
existe un estudio completo y actualizado de las fraccionarias, las anepígra.fas, att:ibuibles a la zona ·de Emporion y Rhode, es probable que en gran parte se acuñaran dentro
de la segunda mitad del siglo V a..C y las emitidas por la ciudad de Emporion durante
el siglo IV a.C.
·
El número de hallazgoe esporádicos de fraccionarias con procedencia. que se conoce
es muy reducido, apenas sup~ran los cuatro o cinco ejeropls.res, y ello se explica en
buena medida por su pequeño módulo. Es por esta razón que la práctica totalidad de
las fraccionarias conocidas procede de tesoros, que de este modo se convierten en La
fuente más importante de información.
La composición de los tesoros es frecuente que esté formada por monedas de·
pequeño módulo, aunque en. algunos casos~ siempre excepcionales, junto a ellas se
atesoran piezas de gran módulp- y valor, como por ejemplo el tesoro de Montgó (74-) que
incluye entre otrrus IQonédas tetradracmas de Messana, Leontini y Selinus. La presenridad.. al sigla
(68) AMOQO&. ()¡>. oiL ei1 la nota U .
(89) GUADAN: Op. cit. en la nota 7.
(70) CAMPO: Op. dL. 011 lA aote. 1~
(71) RIPOLLBS: Op. ciL ·" " la uota IS. pAga. ·47~.
(7~ FtiJITWANGLER; Op. ciL ea lA nola 4, ~gu. 19-:.J¡O.
(73) CUADAN: ()p. cit. en la aole. 7, )jm. S, n~. 65 y sa.
(74) Véué la nota In.
-312-
[page-n-313]
FRACCIONARIÁS AMPúRITANAS
11
cia de estas grandes piezas sicilianas, que no encajan dentro del modelo de acuñación
y circulación monetaria peninsular, que.dari~ explicada al tratarse, quizás, de la bolsa
de un mercenario ibérico que paJ"ticipó en las campañas de Sicilia .(75). De los talleres
que integran el contenido de los tesoros, al m..w::gen de los peninsulares, el que ocupa
un porcentaje más elevado es el de Massalia, ya que de los siete tesoros que se conocen
fechados con anterioridad al 300 a.C., cinco contienen monedas de.Massalia, siempre
de pequeño módulo.
La dispersión de los hallazgos de fraccionarias se sitúa en todos los casos en la
franja litoral mediterránea (76), penetrando muy pocos kilómetros hacia el interior. A
t;ravés de los hallazgos 8e desprende que la incorporación de la Península Ibérica. al
uso de la moneda, de modo continuado, comenzó éJlla zona de Emporion-Rhode desde
donde se difundió siguiendo los contactos y las redes comercialea ampurita:nas por
toda la costa del actual País Valencümo, incluso más al Sur, llegando a documenta:rse
un hallazgo en Montemolín (Sevilla) \17).
Una caracterfstíca de la circulación de las fraccionarias que las distinguen ~lara·
mente de las monedas de Auriol y de Vol~rra, es la amplitud geográfica de su
~persi6n, alejándose por tanto del modelo de circu.lación qe circuito cerrado que
Furtwangler (78) propone para. Auriol y Volterra. Los tes~ros y los hallazgos esporádicos de fraccionarias ma.nüiestan una apertura de relaciones de las colonias del NE de
España, detectable a través de su dispersión geográfica y-del mayor número de piezas
de talleres extrape_nil).sul~es que en ellos están presentes, conforme avanza el tiempo,
indicando un,a mayor receptividad e internacionalización de las relacione$. Tal vez sea
la diferencia de un siglo, o·'poco más, entre la fecha de ocultación del tesoro de Auriol
(79) y de los de España, lo que motiva la diferente estructura de compoSición de ambo..s
tipos de ocultaciones, posibilitando que e)'l estos últimos exista una mayor variedad de
piez. s en circulación de procedencia extrapeninsular_
a
Todo parece indicar que las colonias de Emporion y Rhode adoptaron el modelo
massaliota de acuñación, que ~tos a su vez heredaron de los comerciantes focenses y
jónicos, y que se caracteriza por la acuñación de monedas de pequeño m6ciulo y
reducido peso. ~o obstante, si bien metrol6gicamen~ parece que se sigue_este.modelo,
en cambio, la tipología de las fraccionarias no parece indicar una supeditaci6n con
respecto a Massalia, aun cuando la elevada cantidad de monedas massaliotas que
entran a formar parte de la composición de los tesoros manifiesta el mantenimiento de
unas asiduas relaciones con ella.
·
(76) RIPOU..ES~ ()p. eiL eo la ftOt.a ~. l"''· 256. O<>bre 1M t:axU1A Llc.erarina q,ua dDCUDt61\taq la pre&e.~~ei.AI de~~ fbéricoo en Skilia,
96ase la nota 33.
(71i) RlPOLLES: Op. ciL IISI la nota M , .JI4ga. 261-2, 267-8 y 2160.
(?7) I~ VILLARONGA: ..U..Dasco de cuatro dl'acmaa de Ana. de cabeza P.u.Uae. 411 1\lo~lín (Sevilla)». &guntum 1.6, Va.ll!ncia. 1981, pág.
261, Ita.. 'U.
(78) FUlrrWA.NGL!i!R: !)p. cit. cm la DOta l, ~ 7~'78. PURTWANGLP.ll: Op, ciL en la nota 3, pap. 30'T.JIO.
(79) La fech• del Lesoro de Aurinl,legllD el edudjo de FURTWÁNGJ,.ER: O p. cil. en la nota a. plig. 84, hay que oi.\'Wll'la. durant
-313-
[page-n-314]
......
t-.:1
.C om, osición de los tesoros peninsulares anteriores al - 00 a.C.
p
3
(Tomado de Campo, «Cir"culación»)
Pont de
Molins
~
,r:..
1
Tipo Aurio-1
Imitaci ón tipo A uriol
InclasifiGabl~
TOTAL
% Massalia
1
Rosas
-
2
3
-
-
+6
-
Tarr- gona Morella Mongó El Arah-a1
a
-
1_
-
-
-
-
-
6
4+1?
-
-
10
3+2?
----"
-
Ma~salia
ca. 450400 a.C.
Massa.lia
post ca. 400 a.C.
Zona Emporion-R~ode
Emporion
Otras griegas
Carthago
Empori~n
-
17
12
6
9
884
3
11
+57
19'2
897
o·1
+7
+14
-
-
+21
-
-
4
2
6
2
5
-
~
t:S
?'O
g
C"'"
to:;l
(f.)
7
23
1
-
!:t'
6
1
+40
+22
16
40
45'4
25
6
[page-n-315]
FRACCIONARIAS AMPUIUTANAS
La obi3ervación del funcionamiento y de las características monetarias de Massa·
lía, pqr sus ana[ogías con las emisiones del NE de la PenÍDSula Ibérica, puede ·ser de
suma importancia para la interpretación del rol desempeñado por las fraccionarias.
Según los ~studios de A. Furtwingler (80), las monedas de Auriol se acuñaron parf).
com.erciar con. el hinterland de Massalia, co,mo respuesta a laB necesidades que éste
impone a1 estar en él mal organizado el comercio. Por lo tanto, la utili$aci6n de este
tipo de moneda constituye, en opinión de Furtwangler, un inteligente. sistema de
penetración comercial perfectamente adaptado a las condicjones del medio.'
En cons· cuenc_ia, este tipo de pequeñas monedas, en su opinión, no constituyen por
e
sí mismas un reflejo de debilidad del régimen ~con6lnico, sino que se trata de una
medida destinada a los cotne-rciantes. mediante la cual se pretende que estas monedas
de pequeño valor puedan ser utilizadas tant-o por poblaciones con un elevado nivel de
vida como por los habitantes de nucleos rurales más modestos (81).
La adopción de un modelo monetario de caracteristica:s similares a las de Massalia
en el NE de España., al menos aparentemente, puede sugerir que la acuñación de
fraccionari88 estuviese destinada a cumplir un~ misma función. Es probable que, de
con.finnarsé la hipótesis eobre el objeto comercial de l~UJ monedas de Massalia, ~te
pudiEU-a ser extrapolable a las acuñaciones de la zona de Emporion-Rhode, cuyas
colonias se enfre_ntarían con un medio indigena bastante similar a la hora de desarrollar su actividad comercial, favoreciendo este tipo de ~nrisiones las pequeñas transacciones.
En contra de esta hipóteais sobre la explicación del obj'eto perseguido por las
e~ste otra que niega su finalidad comercial (82),
partiendo de unos presupuestos más generales, según los cuales, en esta época, la
mon~a únicamente se crea para cubrir necea_idade8 de financiamiento o militares y
sólo a partir de su pu~ta en circulación por estas razo~es pasarla al e.il'cuito comercial.
acuñaciones de 188 fraccionarias,
(80) ~'lJRTWANGLER:
Op. cil. en la IIOia 3, P'i· 306.
(81) FURTWANGL&R: Op. eit. @ll la n.c>1.a 8. P'R•· 47 y SOS.
(82) L. vtLLARONGA: «Evo\ud6 de lea motu!dee••. En Rmpo~a,>:
lA Ciur..,t lP'8CA d"BBnpúrios. Avon9 38. Barcelllollo. 1981, !lás- 42."
-315-
[page-n-316]
14
P: P. RIPOLLES
MONEDAS ILUSTRADAS EN LA LAMQlA
l. París, BN 494_ Tesoro (le MoreDa.
2. París, BN 496. Tesoro d.& Morella.
3. Barcelona., GNC 20A99. Tesoro de Pont de Molins.
4. Barcelona, GNC 20.496. Tesoro de Pont de Molin.s.
5. Barcelona, GNC 20.497. Tesoro de Pont de Molina.
6. ~arls, BN '490. Tesoro de Mo.rel1a.
7. París, BN 491. Tesoro de Morella.
8. Barcelona, GNC 20.6.06. Tesoro de Pont de Molins.
9. Barcelona, GNC 20.503. Tesoro de Pont de Molins.
10. París, BN 477. Tesoro de Morella.
11. París, BN Luynes 35. Tesoro de Rosas.
12. Barcelona, GNC 20.528. Tesoro de Pont de Molins.
13. París, BN 487. Tesoro de Morella..
14. París, BN 4~2. Tesoro de Morella.
Nota; Todas las monedas se reproducen a1 dobk de su tam.añ9 original.
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LAM.l
P. P.. RIPOLLES.-Las fracciona.r.fas ampurlta.nas.
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~Cff!VO DE I>RBHl&TOIUA
íJJVANTINA
Vol. XIX. (Valoacie. 1.981l)
PERE P. RIPOLLÉS
(V a.lencia)
FRACCIONARIAS AMPURITANAS. ESTADO D:E LA INVESTIOACION (*)
Las primeras acuñaciones de la ·Pen1nsula Ibérica no pueden considerarse bajo
ningún concepto como un producto de ]as sociedades indígenas ibéricas, sino que se
trata de una práctica implantada, hacia e1450 a.C. ca., por los colonos griegos asentados
en el NE de España. Po~: ello-, cultürabnente retlej~ un mundo totalmente aienp al de la
Península Ibérica y Cc:)néctado con el de las colonias y ciudades del Mediterráneo
Central y de la 'G recia continental, de ,d onde se importan los modelos que se imitan en
sus. acuñaciones.
.
A mediados del siglo V a.C. la mayor parte de las sociedades indígenas p~nirurulares
no se .encontr-aban en un estadio de desarrollo capu de il;lcorporar el uso y la institución
de la moneda, aun cuando a:l.gunas poblaciones· más ·o menos litorales pudieran haber
tenido aigúñ contacto con un número reducido de monedas importadas, que por au
excepcionalidad y rarez~ debieron adquirir. antes un sentido de objeto exótico que de
llledio de cambio. Las acuñaciones griegas peninsulares, aunque no &e admita su objeto
comercial, oontribuyeron a familiarizar a la& indígenas del NE y de buen~ parte de la
costa mediterránea peninsular con el \:180 de este medio de cambie:>, ya que supusieron I:J~
pri.nler contacto importante con la plata acuñada.
Las m~edas más antigt.Ul.S halladss en el Sur de Francia y España se fechan a fines
del siglo VI a.C. y fuerQn introducidas por el comercio focens~. que mantuvo contactos
M Conlunicaci6n presentada al X Con¡poeso lrrú!rnacional de NWlÚB:mlitiCa, celeln-alio e» Londres, durante
septiembre 'de, 198&.
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2
P. P. Rli'OLLES
con esta parte del Mediterráneo Oc~idental, aun después de la toma de Focea por· ios
persas, en los inicios del siglo V a.C. (1).
Las característieas más importantes de estas primeras monedas procedentes del Asia
Menor son su pequeño módulo y su reducidó peso, que en ninguno de los hallazgos del
SUl' de Francia y de España excede de 1'4 g. aproximadamente (núm. 1). Estos raagos
distintivO$ son los que se aducen para explicar su runp.lia difusión, inCluso en aquellas
zonas donde el comercio estaba basado prioritaríamentEi en el trueque, y el éxito de la
penetraci6n comercial focense, mediante la utilización de una política monetaria basada
en la difusión de moneda de pequeño módulo y reducido peso, en aquellas zonas en las
qu.e no era necesaria uila concentración de capitales (2).
Estas peculiarida-d~ monetarias que se derivan, al parecer, ~el comercio focense
fueron heredadas por la colonia de Massalia y por los ase.nta.Inientos jónicos de la costa.
etrusca (3), que a fines .del siglo VI inician sus propías ac.uñacionea imitando algunos d.e
los tipos de las monedas importadas. Más tarde, este tipo de polític:a mane.taria y de
estrategia comercial fue, probablemente, seguida por las colonias griegas del NE de
España.
Las primeras acuñaciones de la Península Ibérica se llevaron a cabo en la zona NE,
donde se asíe:otan las colonias de Emporion y Rb.ode, a partir de mediados del siglo V a.
C. Es~ mQnedas son las que tradicionalmente se denominan c<.fra.ccionaría(! ampuritaila:s anteriores a las draemas)) y COD.$ÍSteii., como su nombre i.p.dica, en pequeñas monedas.
anepígrafas de plata, con un pe¡¡¡o que raras veces supera un gramo. Es interesante
señalar en relaci6n con su módulo y peso que, en estos momentos. la mayor:ía de las
cecas griegas acuñan magnificas piezas de módulo y valor muy superior.
Las fraccionarias han sido relacionadas hasta hace muy poco tiempo con las acunaclones del tesoro de Auriol y de Volterra, por presentar todas ellas unas car:acterísti.cas
más o menos colllunes, comn son la homogenei~d del metal, la entidad de las fracciones
y una a.nalogúi tipol(>gi.ca dentro de la diversidad. Sin embargo. en la actualidad, los
minuciosos estudios de que han sido objeto estas monedas, en particular las de los
tesoros de Auriol (4) y Volterra (5), concluyen que no se trata de unas mismas acuñacío.
n~. ya que las similitudes aparei;J.tes no acercan las distanciaB que las separan en
aspectos tan importantes como la tipolo~, el es.tilo y la técnica de grabado de los
CUños. En relación con este último aspecto 41 diferencia es sustancial. puesto que
mientras los cuños de las monedas de Auriol tienen un grabado profundo y diferencian.
U1 A. E. PURTWANOLSR: •CinnUetion dM mo~•· archiiiqu"" d"Asie Mh>o~· en Etnni• e~ daN le Miili ele la Fnnce~. En »8e"me
Con..... lnt.ai:Jw.íorud de M~ati;qv..._ Paria-BAle. Uno. p4p. 71·78. Ante 1~ opinióll d4 F. VILLARD: • Lt et..mique ereoqu.e·de W.aneiJie»,
Parí~!, 19450. pA¡¡. 96,_de que lu importacio.o. í6Jric:u: d~linan a )IIU'tir del 535 y ae i11~1'rU1Dpea. IIQ el 600. Mino eonaecumcia del ceoe ele
relaciona C
la ~~~ jonia.eD favor cls l
l
(S) A. 1!-, P'tJ'RTWXNGLBR: ttM.onnaie.~ gi'e(qu~ en GawM. Frfbouqr. 1978. P4 306.
(e) FUR'IWANOL~R: Op. ciL "" la note a. A. &. FURTWJ\:NGLER: ~ua sur les pluo tlDciennea monna.i.,. fi.appúe ~on F..apalilDe».
Sebwei&>er MümblliU. 21. 1971, P4· ill.
(61 M. CRISTOFANJ:·MARTKI;W; ..n .ripadlglio di Vollítrra>l. ~plemenlG de AJ¡,.Ii. lstiLUtO lt.aliano di Nu.oni.,.ttca. 22, Rom:a., !11711·
.
Pks. 87<.lo:t.
.
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FRACCIONARIAS AMPURI'rANAS
3
los distintos planO$ del relieve de las figuras. (6), las fraccionarias mÁs antiguas carecen
de ello, siendo además mu_y desigual la calidad del grabado de los distintos cu_ os, lo que
ñ
denota la presencia y el trabajo de artesanos indígenas en el taller (7).
A pesar de que las monedas de Auriol y las fraccionarias de España con_stituyen dos
tipos de acuñación liiférentes, las tareas de investigación sobre estas últimas pasa
necesariB.mente por el estudio y el conocimiento de las primeras e indus.o d.e la.a
imitaciones que de eil.las se realizan an la Provenza, ya que ello es fundamental para la
íntegra comprensión de las fraccjon.ariaB, algunas de las cup.les son una derivación o
imitación.
Es además po.r ~ta diferencia entre estos dos tiPQs de acuñaciones, por lo que se ha
he<:h9 una llamada pata linlltar el u.sQ indiscriminado del ténn:iho cctipo Auriol)>, que ~on
frecu.enoia se o.torga a Iaa fraccionarias que son idénticas, derivadAs o parecidas. La.
tendencia. más actual propugna la utilización de este término de un modo más restringí·
do y aplicable únicamente a las monedas que tienen el anverso y el reverao siutilar a las
del tesoro de Auriol y que a -su vez presentan un peso y un estilo semejantes (8).
A la hora de abordar el estudio e identificación de las fraccionarias más antiguas, elprimer probl~ma que se plantea deriva de la necesidad de esclarecer tres cuestiones:
l. Para qué clase de monedas se puede hablar de importaciones directaB.
2. Qué moned$s deben ser incluidas- dentro de las imitaciones.
3. Qué monedas deben considerarse como ún producto genuino y propio - e las
d
colonias del NE de España.
La ident.ilicación y diferenciación de estas tres clases de monedas no es fácil porque
en diversos talleres del mundo griego se. utilizan ti'pOS más o menos similares y · la
identi!ficación del modelo exacto, en caso de imitación, sólo es posible. si nos encontra-mos ante la primera serie de imi.tacio~es, ya que muy pronto los tipos imitados derivan y
se transform_an hasU!. ser imposible la identificación del modelo.
Las monedas con cabeza de camero-cruz de puntos constituyen el caso más típic.o de
duda entre lB consideración de importación o imitación peninsWat. Monedas de este
tipo ~ron halladas en e] tesqro deAuriol, donde están presentes dos calidades: de buen
~tilo (9), con un grabado en profundidad, y de estilo tosco (10), sin apenas relieve y con
la utilización de la t-écnica de puntiHado. En los tesoros españoles de Emporion, (11),
Pont de Molins, (12) y Morella (13), aparecieron monedas del tipo de la cabe1.a. de
(5) I"UR'rWJOmt..ER:: Op. cit. en la no'ta -lo, pár. 111.
(7) Compru.~ber>1a
(8) FURTWANO.l$R: Op. cit. Q'l la not.e. -lo, pá,~r. 16.
(9) FORTW~GLER: Op. .cit. eJ!· 1• nov. 3. gn~po Q.~d.
(lO) 1 URTWANGLBR: Op. cit. ett la nota 3. ¡rupo Qe-Ql
F
(1 O .J. AMOROS: •Les JDI)nedea ernpuritane. anterlon • le. draCQ>eP. Ju.!lt.e. de Muíe\11!- O'abin~ NumliUIIiofio de Ca1al:unya. ~rie. A. nllm.
&rcelona. 1934,
r5. lig. 12. ¡rl!. OUADAN: Op. cit. liD la. not.e. 7. 16m. 1. nojm. 9.
(12). M. CAMPO:-"tu monedas de 'loo; tesoroe de Pont d a MoliM, T..-ra~:ona y R - dal GabiMt Nwnisrw\tJe de C.taiUDYil". Hq,.ñ a L.
aje
Breili• (en p..,n..,.), n~. 2r 8. AM.OROS: Op. cit.. en Ilota. U, pq, lfl. fi~t-12gl , y p4s--16. Tig..IGg. OUADAN: Op. cit. en la nota ?, l"n. 1. núm&.
a.
P4J.
8 )1 10.
(13) F'URTWANOJ.ER: Op. c:iL en. l¡j IlOta • . llg. 13.
Ac:~.a 'N uDlÍalútica 15. B~elona. Hl116. fía. S.
P. P. RlPOLLES: ..r,,.. mo,edas clol teooJO .!!.e ~rellll, {!Qni ervadas en le·. B.N . de p..,;,.,.,
- 305-
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P. P. RIPOLLES
carnero, pero únicamente de estilo tosco (núm. 3). Ante este hecho. A. Furtwangler ha.
planteado l.a. posibilidad de que sean acuñaciones efectuadas en la Pe;llnsula Ibérica y
de este modo pretende mantener incólume Sll idea de Un.a circulación cenada piU"a las
monedas de Auriol.
La hípótem que mantiene A. Furtwingler sobre estas monedas con cabeza de
carnero de estilo tosco, considera que los iu'tesanos que grabaron el grupo Qd{ de
Auriol, se trasladaron a la Peninsula Ibérica donde crearon los grupos Qe y Qf a los que
pertenecen las monedas que utilizan la técnica del pwi:tillado (14). Esta hip.ótesis ha. sido
deBS.lTOllada a partir de la observación de. hechos tales como:
- La presencia. de una mayor cantidad de nominales diferentes en los tesoros
españoles.
- ·una difm-encia artística. notable entre los dos estilos ya comentados.
- La ausencia ele hallugo_s del tipo tosco y con puntillado en la Provenza..
Sin embargo, M. Campo (16) y nosotros mismos (16) creemos que si bien la rup6tesis
de q~e so·n acuñaciones peninsulares debe ser convenientemente valorada, no debe
olvidarse que las monedas m.assaliotas a,cuña.das irunedia.tamente después, pertenecientes al tipo cangrejo (med;,.ados del siglo V) y cabeza con casco/rueda (segunda mitad del
siglo V}, aparecen en los tesoros españoles, por lo que no puede descartarse la posibilidad de que hubiesen llegado también desde Massalia las de cabeza c.on carnero del tipo
puntillado.
o~ monedas que plantean un problema similar a las de da.beza de camero son
alguna.s del tesoro de Pont de Molins, como es el caso de la pieza ql,le presénta una.
cabeza. juvenil a izquierda (17) (~wn. 4), o la que lleva una cabeza femenina con casoo
ático (18) (núm. 6), para las que, ~gún autores, se les otorga una procedencia del Sur de
Francia. (19) o de la Penínsuia Ibérica (20).
Al margen de las atribuciones inciertas, que en realidad no son muy numerosas, las
fraccionarias se _pueden englobar en dos grandes grupo~;
a) El de la zo_ a Emporion-Rhode.
n
b) El de lkporion.
Las fracCionarias del pri.me,r gi'lJ.po son las más antigua$ y por su carácter· de
anepfgrafas debe-n relacionarse con las colonias griegas del NE, sin la poa_bllidad de
i
poder atribuirlas con seguridad a ninguna de las dos. eolonias· qu.e se conocen,
Las monedas de e.&te grupo poseen unas c..aracterísticas que las dif~renci.an de las
frac~ionaria.s del grupo' siguiente. Las más significati,vas son su estilo arca.i,za.nte, la
(14) Fl!RTW~NGLER.: Op. cíL ao la not.a 3, 1>68- 224..
(tri) CAMPO: Op. ciL u la nota 12.
(16) ÍUPOtLES: Op. eti~. en la nula 13, p4g. 66.
(17) AMOROS: Op. cit. • n IIOt& U . p4¡.'12,-ñg. 71. GUADA.N: ()p. cit. en la no\& 7, lí.a>. 1, n6m.. &. FVlrl'WANGLKR: Op. ciL 11A la o.ota 4, li¡¡,
3. CAMPO: Op. cit. en la nou. n, ndm. -4.. M. CAMPO: .cireuJación de m.oo.i¡daa -llot.u •n la Panlnaula lbériea (S. v.rv a.C.)>t. Kome~~ai• a
L. 8l--eella (en preoua), núm. 8.
(18) A-MOROS: Op. cit. en nata 11, ~~, IO,q. 3g. PURTW'ANGLER: Op. cit. en la nota 4, ¡wlg. iD, llg. 8. ODADAN: Op. dt. en ,la nota 7. UJD..
1, nd:m. - , CAMPO: Op. cit: en la qotoo 1ll, ndm. ~ CAMPO: Op. dl. en la n!lt& 17, n~ 4 y- r;.
3
(t9) CAMPO: Op. aít. en la nota 17.
~) Ft1:RTWA.NGL&R: Op. olt. liD lo Qota -4, ~. l7-J8.
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FRACCIONARIAS 1\MPUIUTANAS
forma irregular con la que han sido fabricados los cospeles, el presentar ~1 grabado de
las figuras de los anversos mucho má8 cuidado que el de los reversos y la superficie
incusa e,n la que aparecen las figuras del reverso.
Los tip~ utilizados en est;as monedas tienen un origen mny diverso. Algunas
im:ita.n o derivan de los tipos de Auriol, como es él caso de las fracciona.rias con
anverso cabeza de peiTo (21) o máscara (22). Otras, el grupo más numeroso, toma como
prototipos dete.rminada.s acuñaciones sicilianas. Los ejemplos rp.ás evidentes de ello
son las fraccion~a.s con anverso águila y reverso cangrejo (23) (núm. ,6). q,u e copian las
e,rnisiones de Akragas (24) que utilizan estos uüsmos tipos; las fraccionarias con
anve!'$0 gaDo y revATSo cangrejo (25) (nún:Í. 7) derivan de las emisiones que la ciudad de
Himera (26) acuñó durante la domín11ción de Akragas y las traccionarias con anverso
cabeza femenina a derecha y reverso pulpo (27) (núm. 8) son una copia de tipos
sir.acusanos (28).
,
Otras fraccio~ derivan de prototipos de la Grecia continental, como es el caso
de las que tienen los tipos cabeza de toro de frente/pr6tomo de jabalí (?) (29) (núm. 9) que
deben relacionarse con las acuñaciones de la Fócida (30). Talllbién de la zona del Asia
Menor ee toman algunos modelos, como pudiera ser la cabeza de Apolo de las
emisiones de Mytíl~ne (31) para las fraccionarias que presentan la cabeza de Apolo en
el anverso y Jos tre:s astrággjos en el reverso (32) (núm. 10).
Los tipos que imitan estas primeras fraccionarias, 'a diferencia de las monedas de
Auriol (33), proceden de talleres más occidentales y es escasa la influencia proveniente
de la zona dei Asia M~or, lo que da idea del cambio de orientación que se ha
producido y) qunás, de relaciones.
El semmdo grupo de fraccionarias comprende aquellas monedas que, sin lugar a
dudas, pueden atribuirse a la ciudad de Emporion por incluir la leyenda EM o por
presentar los mismos tipos que éstas, pero sin leyenda. El número de ejen,.plares que se
(il) AMOROS: OJ>. el!.. en la n<;>ta ll, pq. 19, fig. 20g. GU{\.0-'N: Op. cit.. en la nota. 7,16m. 1, nom. 16. CAMPO: Op, cit. ""la oot.a L2, nW... lH.
Bela 1110t1eda pocirla det1var c1.4l tu del KJ'UJIO P c1.4l' .A.urio!, I'URTWXNQLBR: Op. cit. en la IWbJ 11, p&p, 19! y Bll.
(22) AMOJ\08: ()p. cit. en lo 1101Jo 11, p6p. 4E.-46, fig¡ 76, nóm. 81g, GUAD<"N: Op. cit. en 1& Dota. 7, Ufo. l, nUm. Ul. CAMPO: Op.c::it.. enJ e nota
U. nUm. 8, 13:1 111odelo c1.4ll que derivarlan
focciD!Ibrio eerla.n 'loo h~\6boloe de p¡tr61t milesio da! grupo L de Auriol, FURTWANGLER:
..,ta•
Op. c;t.. en la 1>4tA 3. p4~o. 11!8-176.
(23) E. MURRT y A, Clit\BOuu.LliT: «Catalogue detllDDD.wde• gt\Uioi.l¡¡,a de !11 Bib~ N11t.i~e>1. Pwria, 1889, núm. 490. JUPO'(.LES:
Qp. cit. en l11 'liMA 13, nWn. 10.
·
~) •S,.Uop Nummorum Gra~rum, Fitnwilliam Mll8e\llll. LeAke 6Dd aeru>ral oollecti-. Pa.n Il: Sicily and "J'hrac,e, Lbndo,n. l!m. nWn.
888 y oa, 8. W. GROSE: ~
{116) MUl!BT ·~ CHABOUILLET: Op. cit. en la nof.a 28, núm. 491. RlPOLLES: Op. cit. en la 1101a 1.3, n6m. 11,
(!lif) «B,ylloge NUbUI!OI'Wil Gnuw:orumJO: Op. dt. e11 la nota 24, o6m. Ult1•5, GROSE: Op. cit. eo la ,11Q1a .2.4. núma. 9.294-5.
(27) MURET y CH.-\BOUILI..ET: Op. elt. e~~ la no14 28, núm.~, IUPOLLES: ~cit. en lt1 DOCAI 18, nWn. 14. GUADAN: Op. c:it. eo> la notl! "1,
Ld.m. 2;ndm. 2.4.
or
(118) RIPOLI,ES: ()p. cit. llll la Dota 13. p6p. 5&-69,
AMOROS: Op, cit. c la-nota ll, p4g. 17, fíg. Utt, GUADAN: Op, ci\. en la n0\6 7, 141m. 62, no111. t. CAMPO: Op. clL en la !lote lll, núro. Ui.
(JO) R. T. WILLIAMSc ..Sil~er eoil\111~ ofthe PboldaDsu, Lo...ron, t!t'72. Lói tipoo con cabeza de·toro ele Ú'eftU! y prót.oaw de jab.all .Re repiten
"11 e..t.e t.aller a lo largo d'e va:rioa puriodoa por lo que uo ea poaible, de mameolo, COI\Cretar a "'llÍl da ellos podri• petU>neoél' el modelo.
(31) F. BODiNS'l'EDT: d«eia\cll'bincle .ut Mü,.,..,., VDJll'hohia W'ld MJotilans, ~~~ 68~ b¡. 326 " · ct.r... lstanbnlet- Miueilunnn 27-28, 19'77·
78, Ioim. 47, n.UU. U.
(32) AMOROS: Op. ~it. en· la nota. 11, pág. 48. núm, 83. RIPOLLBS: Op. dt en la Mt.l 13, pq. 59, nÚin. Ui.
(JS) En lo. bÜSQuecla de IDs m !>delos del repertorio de t{J»S uti\hadoa en la.a aeuñacionee de Auriol, PURTWXNGLER: Op. cit. 1111 l.a ~S.
'COD
(JQ)
-307-
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6
P. P. IUPOLLES·
conocen de este gn1po es mucho más cuantioso que el del precedente, lo que conlleva
que comparativamente estén bastante mejor estudiadas.
Las características formales de este grupo denotan la posesión de una técnica de
grabado y acuñación mucho más depurada que el anterior, como se desprende de la
regularidad de los cospeles y del mayor relieve que presentan las figuras, en particular
de los reversos, t~:un cuando también trabajuon en el taller artistas mediocres con
escasa formación, probableme~te d~ origen indígena (34).
Los tipos de este grupo tienen también una procedencia muy variada. Así, por
ejemplo, las fraccionarias con anverso cabeza de. Atenea y reverao toro parado a
derecha (35) (nú.IU. 11) son una copia de las acuñaciones del Sur de Italia, quizás de
Neapolis (36); las que tienen en el anverso la cabeza d'e Arethusa.· de perfil y en el
reverso un toro de perfil en actitud de embestir (37) (núm. 12), toman corno modelo la
Arethusa diseñada por Kimon (38) J}ara las emisiones de Siracusa, del409 a.C. ca., y el
toro, de las acuñaciones de las colonias griegas del Sur de Italia, probablemente de
Thourion (39). La Grecia continental también proporciona a este grupo un elevado
número de prototipos, de entre los que hay que destacar por su importancia, los
trióbolos de Atenas, con anverso Athenea y reversa lechuza de frente (40); las hemidracmas de Phokit:J, con anverso cabeza de toro de frente y renrso cabeza de Apolo
(41); las dracmas de Lariasa, con anverso cabeza de Arethusa de tres cuartos y reverso
jinete (42), o las acuñaciones de Ainos oon reverso cabra de perfil (43).
La interpretación simbólica que debe deduci~e de los tipos monetarios utilizados,
no sólo no ha sido todavía CODlpletamente resuelta, sino que apenas si .se ha i.p.icia.d.o
su estudio. Son muy diversos los problétlia.s que dificultan este conocimiento, ya que,
por un lado, es problemático el discernimiento entre aquellos tipos que tienen un
significado religioso y los que son de carácter profano; y por otro lado, no se posee
documentación sobre 1os cultos implantadQ8 en las colonias de Rhode y Emporion, lo
éual impide también la adecuada valoración d~ los divers.os gpos empleados.
A todo lo anterionnente dicho hay que añadir, adern~, que un número muy
importante de tipos, todos eUos muy dis'J)ares y variados, han sido ilnitados de las
acuñaciones de otras ciudades, por lo que trunpoco existe la seguridad de que el tipo
pudiera ser interpretado en la zona de Emporion-Rhode, como en su lugar de origen, ni
qu.e no se le diera otro distinto.
(34) Producto de~· indigeiUla J)Odrl&n &er las hcdonari&a clal tipo GU.&DAN: Op. cit. ea la note 7. 16m. 3, n~ 7fl..88 y 101-104.
(86) ANOROS: Op. cit. en le bOta ll, P'.g. 8.'!. Ji.JI. 46«. (IUADA!II: Op. cit. en le nota 7, lún. S. núme. GUW.
(86) C. M. KllAA Y: uArclu;lc and Clmcal G.-'k Coi.-. Lond11n. 1.976, 1ú1.. 43, 1LÓ1n. ua. N. K. RU'I"I'ER: •Campaniah coina¡¡eo¡o.
EdinburRh, 1~. lllm!t. 18 y 14.
(37) AMOROfl: Op. oil. eo la nota U, pág. 36. fi¡(s. M·56. GúAOAN': Op. cit. en l4. nol.l 1, JAm. 3. .,.;,._ &5-J!iT.
(38) ..S,Uop NulllDI()nllll Gt'aecorwD•. Op. cil. "" 14 Nllll. :M, DÚPl.e. 1.:1.71 y e.s..
(39) S. P. NOR: o/I'he Tl\url&n di,.taw.>o. N- 'York, ll*\15. ~ 3.
(~ KRM '(: O,. ci~ en le 1\01.1\ S8. liUn. 11. nllm. 191! (ojo alme~~clradn). liraville V, noima. 1.9119 (ojo ahneolbado) ;. l.99f~·lllllll (ojo de perl\1),
pera lp fraecioa.o.ri.oal dsl tipo AMQROS: ()p. cit.. cm la nota ll, ¡nlg. ~ 11¡::s..ll&27, y GUADAN: Op. eit. en la nota 7. láJn. a, a6.,&. 8Hi3.
(41) WILLIAMS: Op. cit.. &D la nota 30, parlado IV, sección 15, 11Uul&. f62;3, pata lea heeianarlasdel tú1o AMORO$: Op. eíL e;o 1s. note. U.
pág. 34, !lg. 4~ "l·a2, y RIPOU.ItS: Op. cit. en la nota La, núm. JS..
(42) GROSE: Op. cit. en le QDtn 24, mlm. 4.624.
(43) GROSE: Op. cit. 1111 la o.ota ~ UJD, 143.
-308-
[page-n-309]
FRACCIONARIAS 1\JvfPURITANAB
7
No obstante, la reducida cantidad de tipos originales y propios de Emporion, da
una idea ·del mínimo significado iocal de 1a iconogra..t;ia maneta! utilizada. Cabe
imaginar que, del mismo modo que se observa una fuerte influencia tipológica de
talleres del Medi~rráneo Central, también esta influencia se ampliaría a su significado y con la introducción de-los tipos se transmitiría paralelamente·su interpretación,
al menos para una buena parte de ellos.
La identificación del patrón metrol6gico al que pertenecell las fraccionarias se
encuentra en un estado de conoci.oü~to desigual, según se trate del grupo de monedas
atribuibl.es a la zona de ·Emporion-Rhode o de la ciudad de Emporion, dentro de la
inseguridad que para ello conlleva la inexistencia de un número suficiente de monedas
de ambos grupos.
Pill'a el primer grupo, la carencia del número imprescindible de ejemplares -la
mayor parte de los tipos se· conocen tan sólo. a través de una. única moneda o a lo sumo
dos- y la enorme variedad de pesos, que deben corresponder a distintas clases de
nominales, es lo que imposibilita determinar con unas garantías mínimas de verosimi·
litud, el tipo de patrón metrol6gico utilizado y su sistema. de fraccionamiento. El
conocimiento de la metrología de estas acuñaciones sólo será posible cuando pueda ser
examinada una mayor cantidad de monedas de las que en la actuQ]idad se disponen.
EJ grupo b de fraccionarias, dentro de la jncertidumbre, ofrece más posibilidad~
para poder determinar cuál es e1 siste~ metrológico utilizado, como consecuencia de
la pervivencia de una mayor cantidad de monedas y de una mayor uniformidad de su
módulo y peso.
Existen distintas propuestM d.e sistemas metrol6gicos, sustentadas cada una de
ellas por la diferente forma de obtención de los pesós medíos. A. M. Guadán opina que
las fraccionarias se acuñaron siguiendo dos patrones metl"ológj(!Os distintos (44). El
primero de ellos seria el focen.ee-fenicío, con un peso te6rico de 3'63-3'65 g.• dentro del
cual la pieza más acuñada correspondería al trihemióbolo, con un peso de 0'90 g. El
segundo patrón seguiría el sistema de la litta siciliana, con un peso de 0'87 g. Sin
embargo, a nuestro juicio, los pesos obtenidos para cada uno de los diferentes tipos de
fraccionarias y que le llevan a estas conclusiones, los deduce de un número muy corto
de piezas, muy por debajo del mínimo requerido, por lo que no existe una completa
garantía de que se ajusten a ).a realiq~d.
Por otro lado, el estudio metrológico de J. C. Richard y L. Vill~onga sobre las
acuñaciones de España y de la Galia (45) tamb.i én ee ocupa de algunas fraccionarias
ampuritanas, obteniendo para las monedas de las clases ID-11, ID-ID y ID-IV de
Guedán un peso medio de 0'76 g. Según estos autoréS, las fraccionarias se inscribirían
dentro de la metrología focense de Occidente, COil un p~o teórico para el dracma de
3'70-3'90 g. Aunque es probable que se sriga este patrón, como a continuación veremos_
,
(44) GUAD~ !)p. c:ll. en la no~& 1, pé.ga. 219-ll21 )' 'l'rl$SJ.
(~)J. C. M. RI.CJIARD y L. vn.LARONGA: '
-309-
Bt.pagne et. Gaule du SWJ l.llt:éri~~il'~
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P. P. RIPOLL.ES
8
sin embargo el peso medio que obtienen p!ll'a las fraccíonmas (0'76 g.), no encaja ni
con el peso teórico que deberían tener los ól;lolos (0'61-0'65 g.), por ser bllStante más
pesadas, ni con el de los trihem.ióbolos (0'92-0'97 g.) por ser mucho más ligeras.
La única aproximación telativamente sólida a la metrología de lila fraccionarias
del gru,po b, tan sólo es posible re.a lizarla a través del tipo At~ea-Lechuza (46)
(ntím. 1· ), acuñado dura.n.te.la primer.a mitad delsiglolV a.C., para el que se dispone de ún
3
elevado ·número de ejemplares procedentes del .tesoro de Emporion (47), hallado en
1926. El peso medio que se deduce de 880 piezas (48), conservadas en el G.N,C .., es de
0'94 g.
En la búsqueda de una filiación metrológica p!ll'a este peso medio concreto, se
pueden establecer dos relaciones, ambas probables, ·según se identifique esta fraccionaria con1o un óbolo o un trihemióbolo. La primera de ellas se podr.ia establecer con
una unidad teórica de peso comprendida entre 5'50-5'80 g., muy difu_ dida en el
n
Mediterráneo Occidental (4~) y que ha sido documentada en algunas emisiones de
Auriol (50), de Etli.lria (51) y de ciudades de, la costa siciliana -(52) y del Sur de Italia
(63). Dentro de eete s~ndard que recibe diversas denominaciones, tales como focense
(54), .p~iano, micra.:siát,ico (65) o euboico-calcidio (56), la fraccionaria que comentamos sería un óbolo. Sin embargo, el hecho de que au período de utilización en las zonas
y talleres mencionados sea anterior al mQmento de acuñación de la fraccionaria que
comentamos {57), .a sí como el descopocimiento del patrón utilizado para la emisíón de
las fraccionarias más antiguas, que impide rastrear una poaible continuidad del
standard metrológico, son los factores que limitan la posibilidad de identificar 1a
conexión real del peso medio 0'944 g. con la unida,d teórica de ·5'50-5'80 g,
La segul)da posibilidad de !"elación metrológica. de este tipo de fraccionaria es
(46) GUADAN; ~- ci\. en la: 1IDti 1. üm. 2, llám&. 31&
.
(47) J. AMOROS:· .n·WI~ trO~ de 111011ede 8IDJ)IIritaD• i la poMible (t,QDologi.t. 6e le•IDOQI!ea d-:Bmpúri-. Jun~ ele MUAWL GSbU.et.
N~tio .d . C.talllllY' .-eri.e A·l,. Ba.reelonA>; lll3s. M. T!IOMPSON. O. MQRKliOLM y C.M. KRAAY.: cAn 'rt.vlfl)~ of Gte6k Coma
Ho&J&». New York. lli7a, 11úm. 2.315, FURTWXNGLER; Op. cit. .,. la not.t. 4, JlÚ. lfi.
·
(-48) hla ~ Dleltio lia •íclo obtaaido a: pen,ir dé la 'hll.t.ción de-~que da·•taa -~ iucl~ G.DADAN: Op. cit. "" la nota 1; Jlll¡p. 46&474, IDO!Iilclu númt. 7B.OC»-76.88&
(.ul) L BR:EGI..lk ~Le antíche roue ele! Mediten-aJaeo documentate el& JDGDete e_
peá.o. Scudl& ArcbpoloJlea 8..~ 1986, pq... fi&.llt, !le Y
-. y 118; elite ii.Uton. ·~ que el pat:r6JI de fi"'Ó 1 · ~· trtido a occidente PCJI' lllicndo,... Jl:litta.Ulieoa en 1111 - 1 . 0 . .nl:lrior a. la.
colo11\uci6Y1 f~ia.
(ro) fU.RTW~GLS,R: 0)1. c;il,. en lf. nota 3, ~· 4iWiO.
(61) T. KACUNS: «La Jnétro!orie deos IDO.Jmtiea étJUaquM la. pha encieJUie610. Supple...enbo de AmWi. l'á;tu~~\al)W>o di NwrWom&aaa. ~
ltoa>.t.. 19'76. plp..ll28 26t. N. F. PARJ$B: ~u prim.t. mon~ ~IC!!"· c:ólnere.iD Bl.nYco Arcaico. Quademi ele! Centro dl
per
1'Arcbeolosia lttru.co-lt&tica !1, Romo., 1$811, p4¡a. W-2111.
.
(1!2) Loe ~!le- de 1& cofill.lic:iliana. qué.&Wuen ..te ~t.r6n 1011 N~ ~IQlc)e • Hlmera:: 11. A. CAitN: ool>ie Mú- dM aizjJ¡.,b~ Scildt
N - . Baael, 19:14; N. 1"! MRJSE: «oboli e liue nene ...,AiioiÚ a:n:baid>e d'l:mera, cli Zancle a di f'l-. Suppl....an&o de Annalj, Ja\ifut.o
Italiano di N~a,j<:a, J.ó.l7, Boala, 1971, pqa. 16-20: _N. F. PAJUBE~ .Sull'qanimuione del!• val uta: di upnto aoeUo. Si.c:Uia ~9\Jpplament.o de Annali, l.v.tuW ll.alleno di NUIIÜmiatica, 12-1~·. Hom.t.. 1~. pip. lll-130, con uoa COJ!I.Illllla blbliovdla aóbre loa t&!1ee8ala.lo&; C. M. KRAA M"l"ho an:h&i.c. ~
K~•· N•PI>U. 198(.
(fi3) Loa t&.lle- de 1&1coat.t. -da! 8uJ da I1.t.ll& que liguao eat.e peltdoo. Clunaa ., ~,_, Rl11"1'ER; ~ o:\t. en la. note 38, ~- 10 1 U;
PABISE: 0p. dL 1111 la aot;l ~2, po(g, 20. Blt&01JA: Op. cit. eD 14 liDIA .Q!, 114«. 36: SyUoge NWDJnaruJn Graeoor:wn: Op. ¡;it.. en la nota 24, nOma.
$28-830.
(54 1 J7UilTWANGLKR! Op.. cit en la. !10'- 3. poig. &0.
(66) BRBGLlA: Op. cil e11 l• aota -tll. J!'t, 61.
(60) RUTI'BRl Op.cil. eu la nota 3&, p-e,.. 16 y 18~
(ri7) ~J!&tróll de 6'50.6"80 1· fila •banclimacben el MecliterrbéiO C...trtl &.partir de-la prim«ra d~clal alglo V LC.: 80
del patróo
eoboic~tico: PARJS~: OJ?. cit. ua la -... 62, P'lc•. nr; y-.
y
n
y,
Studio
or
r.vor-
-310-
[page-n-311]
FRACCIO'NARIA:S AMPU1UTANAS
9
quizás mucho más ver~ que la prll;nera. Se trata del standru:d de 3'70-3'90 g. que
algunos autores d~ominan patrón ((focense de occidenw) (58) o «focense-fenicio» (69),
dentro del cual la fraccionaria en cuestión encaja sorprendentement.e como un trihemi6bolo. Esta unidad te6rica de peso, concretamente la de 3'76 g. es la que se utiliza en
Massalia durante el siglo IV para la acuñación de 1~ drAcmas pesadas (60).
A nuestro entender no existen inconvenientes para que Emporion, durante el siglo
IV a.C., tuviese un sistema rnetrol6gico silnilar al de Massalia,. teniendo en cuenta que
Em.porion fue fundada por Massalia (61) y que en el :siglo IV, y también con anterioridad, las monedas massaliotas constituyen el grupo de acuñaciones extrapenínsulares
más numeroso que circulaba en la. Península Ibérica. No obstante, no· se debe olvidar
que el análisiS' metrológic:o realizado únicamente se refier.e a un tipo concreto, con una
cronología detemilnada, por lo que evidentemente no es correc.t o ampliar al resto de
los tipos las conclusiones que de él s.e derivan. Será por tanto necesario disponer de un
mayor número de monedas del resto de tipos de fraccionarias para poder determinar
con una J:"elativa aproximación el peso standard con el que se emitieron.
La cronología de las fraccionarias se establece atendiendo a la información que
proporcionan los hallazgos de tesoros. Estos, a pesar de las dificultades de. datación
que presentan, proporcionan una fecha ante ql.IJ!m para la acuñación de ias pi~as que
los integran. Los tesoros que contienen fraccionAria-s y sus dataciones son. los siguientes:
Ampurias, 1926 .............. .. Mediados del siglo IV
Morella ............................ .
Pont de Molins .............. .
Rosas ................................. .
Tarragona ........................ .
Montgó ..............................
a~C. (62}
Mediados del siglo IV a.C. (63)
Fines del siglo IV a.C. (64)
Fines del siglo IV o inicios del II1 a.G. (65)
,Fines· del siglo IV a.C. (66)
Fines del siglo IV a.C. (67)
De todos estos tesoros se· desprende que la.a fraccionarias se acuñaron con anterio-
~ RIC~ y VILLARONGA: Op. cit. - la nota ~. péi!B- 9\·92 y 97.
(68) OUADAN: Op. eil. en la nota?, pi¡¡a. 21~, eoc.o aulllr ~- 228) cl~.l.u h.~ ALenea/LeehU&il 'OOJIIO uibsnlbbolos y
obti ene para ellaa un paao ....aio de O'llO 8·
(80) J. N. BARRANDON y C. BR!NOT: •
11 Simpoeium NumiaJDil.tloo di. Barce\OJLB.. BU;C~~lru.a, 1980, pá('L 17-21.
(61) Una no)ad6n completa ele tezctoe. a.~~tigvoa ••reádoa .. Emll(lrian be alelO ~c!A por GUADAN: Op. eiL en~ DoQ. 7, p4p. &.1,2.
(~ V6ue la J>Oia 47.
(63) THOMPSON, MORKHllLM y KRA.A:Y: Op. cit. en la DOla " 7. nlfm. l.8.11. rroRTWANOLER: Op. cit. ea la aota 4, P4 16. RIPo~ES:
Op. cit. en 1.&. Dota ll!, pága. 47-$4.
.
(84) TlfOMPSllN', l>{ORKHOLM y KRAAY: Op. cit. 1111 la .,..... 47, 116m. Uta. FURTWANGLRR: 0p. cit. eñ 1.&. nota 4- 1'48. 14- P. P.
RIPOLL&S: «Le dreulsci6n moaetaria 1m la T.rraeone1>oe Meodital'riJ\ea». 'l'nb!Q<>B Varioa 77, Vallmcia, 19112. P~l!- 41. CAMPO: Op. cit. "" Lt
note 12, nd:m&. l -2tl.
(6liJ THOMPSON. MORKHOLM y RRAAY: Op, cit. en la nota47, nóm. 1.318. RIPOLLES: Op. cil. e~~ la nota 84, p¿p, ~¡¡.CAMPO: Op. cit.
en le nota li, ndms. 37-42.
(~ THOMPSON. MORKHOLM y K.RAA V: Op. cit. en lo. aot.a 4..1, ndm. 2.314. RJPOi:.r...Es: Op. cit. ea la Ilota 64. J>i1J. U. CAMPO: ()p. cit. en
la nota 12, niima. 81-36.
(67) THOJDSON, MOlU
-311-
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10
P. P. RIPOLLES
m a.C. y que una parte de ellas se emitió, al ~enos, durante la primera
mitad del siglo IV a.C.
La obtención de una cronología más puntual sólo es posible mediante la identificación de los prototipos de los que de.r ivan las fraccionarias. Los trabajos que existen al
respecto. de J. Amorós (68) y de A. M. Guadán (69) han quedado en gran medida
anticuados, debiéndose revisar buena parte de las derivaciones e imitaciones que
proponen.
Fruto de la ineludible necesidad 'de profundizar en este campo de las fraccionarias,
son algunos recientes trabajos llevados a cabo por M. Campo (70) y P. P. Ripolles {71)
qu·e, siguie.ndo la propuesta. de A. Furtwangler (72), se prop~nen identificar los prototi·
pos de las fraccionaria:s y datar1as a través de su cronología. Mediante ~stos trabajos,
se ha iniciado la revisión de una parte de loa prototipos hasta ahora propuestos, y ha
sido posible establecer para algunas fraccionaria~ una fecha de acuñación máB o
menos concreta qentro de la segunda mitad del sig'lo V a.C. Este sería el caso de las
fraccionarias con anverso gallo y reverso cangrejo (núm. 7), derivadas de las- monedas
que con e$tos tipos acuñ6la ciudad de Himera durante la dominación de Ahagas, en
los años 483-472 a.C.; o la fraccionaria con anverso cabeza de toro de frehte y reverso
cabeza de Apolo (núm. .l4) que copia hemidracmB..s de Phokis, acuñadas durante los años
445-420 a.C. ca. En cambio, para otras fraccionarias, lQs prototipos que copian indican
que su emisión debió efectua:rSe sin lugar a dudas dentro del siglo IV a.C,, como por
ejemplo las que imitan en el anverso las Arethusas kimanianas (73).
De la información que proporcionan los tesoros y los prototipos se desprende que la
acuñación de las fraccio~rias cubl'e un periodo entre ca. 450-3()0 a.C. y aunque no
existe un estudio completo y actualizado de las fraccionarias, las anepígra.fas, att:ibuibles a la zona ·de Emporion y Rhode, es probable que en gran parte se acuñaran dentro
de la segunda mitad del siglo V a..C y las emitidas por la ciudad de Emporion durante
el siglo IV a.C.
·
El número de hallazgoe esporádicos de fraccionarias con procedencia. que se conoce
es muy reducido, apenas sup~ran los cuatro o cinco ejeropls.res, y ello se explica en
buena medida por su pequeño módulo. Es por esta razón que la práctica totalidad de
las fraccionarias conocidas procede de tesoros, que de este modo se convierten en La
fuente más importante de información.
La composición de los tesoros es frecuente que esté formada por monedas de·
pequeño módulo, aunque en. algunos casos~ siempre excepcionales, junto a ellas se
atesoran piezas de gran módulp- y valor, como por ejemplo el tesoro de Montgó (74-) que
incluye entre otrrus IQonédas tetradracmas de Messana, Leontini y Selinus. La presenridad.. al sigla
(68) AMOQO&. ()¡>. oiL ei1 la nota U .
(89) GUADAN: Op. cit. en la nota 7.
(70) CAMPO: Op. dL. 011 lA aote. 1~
(71) RIPOLLBS: Op. ciL ·" " la uota IS. pAga. ·47~.
(7~ FtiJITWANGLER; Op. ciL ea lA nola 4, ~gu. 19-:.J¡O.
(73) CUADAN: ()p. cit. en la aole. 7, )jm. S, n~. 65 y sa.
(74) Véué la nota In.
-312-
[page-n-313]
FRACCIONARIÁS AMPúRITANAS
11
cia de estas grandes piezas sicilianas, que no encajan dentro del modelo de acuñación
y circulación monetaria peninsular, que.dari~ explicada al tratarse, quizás, de la bolsa
de un mercenario ibérico que paJ"ticipó en las campañas de Sicilia .(75). De los talleres
que integran el contenido de los tesoros, al m..w::gen de los peninsulares, el que ocupa
un porcentaje más elevado es el de Massalia, ya que de los siete tesoros que se conocen
fechados con anterioridad al 300 a.C., cinco contienen monedas de.Massalia, siempre
de pequeño módulo.
La dispersión de los hallazgos de fraccionarias se sitúa en todos los casos en la
franja litoral mediterránea (76), penetrando muy pocos kilómetros hacia el interior. A
t;ravés de los hallazgos 8e desprende que la incorporación de la Península Ibérica. al
uso de la moneda, de modo continuado, comenzó éJlla zona de Emporion-Rhode desde
donde se difundió siguiendo los contactos y las redes comercialea ampurita:nas por
toda la costa del actual País Valencümo, incluso más al Sur, llegando a documenta:rse
un hallazgo en Montemolín (Sevilla) \17).
Una caracterfstíca de la circulación de las fraccionarias que las distinguen ~lara·
mente de las monedas de Auriol y de Vol~rra, es la amplitud geográfica de su
~persi6n, alejándose por tanto del modelo de circu.lación qe circuito cerrado que
Furtwangler (78) propone para. Auriol y Volterra. Los tes~ros y los hallazgos esporádicos de fraccionarias ma.nüiestan una apertura de relaciones de las colonias del NE de
España, detectable a través de su dispersión geográfica y-del mayor número de piezas
de talleres extrape_nil).sul~es que en ellos están presentes, conforme avanza el tiempo,
indicando un,a mayor receptividad e internacionalización de las relacione$. Tal vez sea
la diferencia de un siglo, o·'poco más, entre la fecha de ocultación del tesoro de Auriol
(79) y de los de España, lo que motiva la diferente estructura de compoSición de ambo..s
tipos de ocultaciones, posibilitando que e)'l estos últimos exista una mayor variedad de
piez. s en circulación de procedencia extrapeninsular_
a
Todo parece indicar que las colonias de Emporion y Rhode adoptaron el modelo
massaliota de acuñación, que ~tos a su vez heredaron de los comerciantes focenses y
jónicos, y que se caracteriza por la acuñación de monedas de pequeño m6ciulo y
reducido peso. ~o obstante, si bien metrol6gicamen~ parece que se sigue_este.modelo,
en cambio, la tipología de las fraccionarias no parece indicar una supeditaci6n con
respecto a Massalia, aun cuando la elevada cantidad de monedas massaliotas que
entran a formar parte de la composición de los tesoros manifiesta el mantenimiento de
unas asiduas relaciones con ella.
·
(76) RIPOU..ES~ ()p. eiL eo la ftOt.a ~. l"''· 256. O<>bre 1M t:axU1A Llc.erarina q,ua dDCUDt61\taq la pre&e.~~ei.AI de~~ fbéricoo en Skilia,
96ase la nota 33.
(71i) RlPOLLES: Op. ciL IISI la nota M , .JI4ga. 261-2, 267-8 y 2160.
(?7) I~ VILLARONGA: ..U..Dasco de cuatro dl'acmaa de Ana. de cabeza P.u.Uae. 411 1\lo~lín (Sevilla)». &guntum 1.6, Va.ll!ncia. 1981, pág.
261, Ita.. 'U.
(78) FUlrrWA.NGL!i!R: !)p. cit. cm la DOta l, ~ 7~'78. PURTWANGLP.ll: Op, ciL en la nota 3, pap. 30'T.JIO.
(79) La fech• del Lesoro de Aurinl,legllD el edudjo de FURTWÁNGJ,.ER: O p. cil. en la nota a. plig. 84, hay que oi.\'Wll'la. durant
-313-
[page-n-314]
......
t-.:1
.C om, osición de los tesoros peninsulares anteriores al - 00 a.C.
p
3
(Tomado de Campo, «Cir"culación»)
Pont de
Molins
~
,r:..
1
Tipo Aurio-1
Imitaci ón tipo A uriol
InclasifiGabl~
TOTAL
% Massalia
1
Rosas
-
2
3
-
-
+6
-
Tarr- gona Morella Mongó El Arah-a1
a
-
1_
-
-
-
-
-
6
4+1?
-
-
10
3+2?
----"
-
Ma~salia
ca. 450400 a.C.
Massa.lia
post ca. 400 a.C.
Zona Emporion-R~ode
Emporion
Otras griegas
Carthago
Empori~n
-
17
12
6
9
884
3
11
+57
19'2
897
o·1
+7
+14
-
-
+21
-
-
4
2
6
2
5
-
~
t:S
?'O
g
C"'"
to:;l
(f.)
7
23
1
-
!:t'
6
1
+40
+22
16
40
45'4
25
6
[page-n-315]
FRACCIONARIAS AMPUIUTANAS
La obi3ervación del funcionamiento y de las características monetarias de Massa·
lía, pqr sus ana[ogías con las emisiones del NE de la PenÍDSula Ibérica, puede ·ser de
suma importancia para la interpretación del rol desempeñado por las fraccionarias.
Según los ~studios de A. Furtwingler (80), las monedas de Auriol se acuñaron parf).
com.erciar con. el hinterland de Massalia, co,mo respuesta a laB necesidades que éste
impone a1 estar en él mal organizado el comercio. Por lo tanto, la utili$aci6n de este
tipo de moneda constituye, en opinión de Furtwangler, un inteligente. sistema de
penetración comercial perfectamente adaptado a las condicjones del medio.'
En cons· cuenc_ia, este tipo de pequeñas monedas, en su opinión, no constituyen por
e
sí mismas un reflejo de debilidad del régimen ~con6lnico, sino que se trata de una
medida destinada a los cotne-rciantes. mediante la cual se pretende que estas monedas
de pequeño valor puedan ser utilizadas tant-o por poblaciones con un elevado nivel de
vida como por los habitantes de nucleos rurales más modestos (81).
La adopción de un modelo monetario de caracteristica:s similares a las de Massalia
en el NE de España., al menos aparentemente, puede sugerir que la acuñación de
fraccionari88 estuviese destinada a cumplir un~ misma función. Es probable que, de
con.finnarsé la hipótesis eobre el objeto comercial de l~UJ monedas de Massalia, ~te
pudiEU-a ser extrapolable a las acuñaciones de la zona de Emporion-Rhode, cuyas
colonias se enfre_ntarían con un medio indigena bastante similar a la hora de desarrollar su actividad comercial, favoreciendo este tipo de ~nrisiones las pequeñas transacciones.
En contra de esta hipóteais sobre la explicación del obj'eto perseguido por las
e~ste otra que niega su finalidad comercial (82),
partiendo de unos presupuestos más generales, según los cuales, en esta época, la
mon~a únicamente se crea para cubrir necea_idade8 de financiamiento o militares y
sólo a partir de su pu~ta en circulación por estas razo~es pasarla al e.il'cuito comercial.
acuñaciones de 188 fraccionarias,
(80) ~'lJRTWANGLER:
Op. cil. en la IIOia 3, P'i· 306.
(81) FURTWANGL&R: Op. eit. @ll la n.c>1.a 8. P'R•· 47 y SOS.
(82) L. vtLLARONGA: «Evo\ud6 de lea motu!dee••. En Rmpo~a,>:
lA Ciur..,t lP'8CA d"BBnpúrios. Avon9 38. Barcelllollo. 1981, !lás- 42."
-315-
[page-n-316]
14
P: P. RIPOLLES
MONEDAS ILUSTRADAS EN LA LAMQlA
l. París, BN 494_ Tesoro (le MoreDa.
2. París, BN 496. Tesoro d.& Morella.
3. Barcelona., GNC 20A99. Tesoro de Pont de Molins.
4. Barcelona, GNC 20.496. Tesoro de Pont de Molin.s.
5. Barcelona, GNC 20.497. Tesoro de Pont de Molina.
6. ~arls, BN '490. Tesoro de Mo.rel1a.
7. París, BN 491. Tesoro de Morella.
8. Barcelona, GNC 20.6.06. Tesoro de Pont de Molins.
9. Barcelona, GNC 20.503. Tesoro de Pont de Molins.
10. París, BN 477. Tesoro de Morella.
11. París, BN Luynes 35. Tesoro de Rosas.
12. Barcelona, GNC 20.528. Tesoro de Pont de Molins.
13. París, BN 487. Tesoro de Morella..
14. París, BN 4~2. Tesoro de Morella.
Nota; Todas las monedas se reproducen a1 dobk de su tam.añ9 original.
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P. P.. RIPOLLES.-Las fracciona.r.fas ampurlta.nas.
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