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ABCBlVO DE .PREHISTORIA L'F.\1 ANTrNA
Vol. X1X (Vt lencia, 1989)
FRANCISCO ESTEVE GALVEZ.
(Castellón)
LA LAPIDA ffiERICA DE CABANES
l.
ANTECED~NTES
Problema ya olvidado, porque no se intentó resolver a su debido tiempo, es
averiguar donde encontró Joaqufu Peris la conocida lápida ibérica de Cabanes. Un
secreto que guardó celosamente porque esperaba hacer a.llí otros hallazgos y tení._~
sobrado motivo pata desconfiar.
Siempre fue generoso y comunicativo par:a quienes sentían curiosidad por saber_de
8\lS ínvestig.aciones arqueológicas, mostrándoles el material que había recogido, ha~
blando de los lugares que e_ ploraba, y si tenían interés en conocerlos les invitaba a
x
pasax unos días en su finca «La Senieta», entonces la mejor heredad de la Ribera de
Ca_ anes. Y por aquí pasaron Pascual Meneu, catedrático de la Univ·ersidad de
b
Salamanca, Luis del Meo, catedrático del Instituto y presidente de la Comisión
Provincial de Monumentos de Castellón, Francísco Almarche, director del Museo de
la Academia de Bellas Artes de San Carlos... Y cuando los comisionados del Institut
d'Estudis Catalans fueron a la Valltorta para estudiar las pinturas rup~tres y el Dr.
Bosch estuvo ep Castellón interesado en conocer los hallazgos arqueológicos de
Se'n ent, también fue a Borriana para ver la colección de Joaquín Peris, q"'e lue-go
aprovechó en alguno de sus enaayos de conjunto sobre la cultura ibérica o arqueología
castellonense. Son hechos que deben tenerse en cuenta al enjuiciar la conduc.ta de
Peris en el caso de la lápida de Caban~.
Debi6 hallarla los primeros días de noviembre de 1913 pues a mediados del mismo
mes la mostró a su primo Manuel Peris, y por éste lo supo Luis del Arco, quien lo
comunicó al - . Fidel Fita, sin haber visto la lápida, ni saber el lugar exacto donde se
p
halló, que según le elijo Manuel Peris, estaba «entre Albalat y Mirii.vet>). Es de suponer
-103-
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2
F. ESTEVE GALVEZ
que el P. Fita pediría una fotografía de la lápida ibérica para estudiarla porque a los
pocos días Carlos Sartbou ofreció a Peris fotografiiula, como lJila atención personal.
Peris aceptó, y de paso se fotografió t.a.mbién la lápida de (Ve)ttius (E)ndymion que
había recogido en las ruinas del supuesto te'mplo de Venus, cerca de Almenara.
Cumplió Sarthou su promesa, entregándole .a Peris clichés y pruebas de las dos
;fotografís.s, pero se quedó sen4as CQpias, qu.e remitió .al P. Fita.; y éste las aprovechó en
su eatQ.dio sobre ]os nuevos hallazgos de epigrafía caatellonenae. que acto seguido
publicó en el Boletín de la Real Academia de la Historia (1).
Entre los eruditos y estudiosos loeales hubo un sentimiento d.e repulsa para
Sartl\.ou, qu.e intentó justificarse al!;!gando que «cumplía su deber como correspondiente de la Real Academia de la Histor-Í&)>. Peris calificó aquel acto como (CUD abuso de
confianza~. y desde entonces hablaba poco de sus investigaciones arqueológicas. Más
aún, cuando pasados bastantes años dio noticia de ellas en el Boletín de la. Sociedad
Castellonense de Cultura (2), nada dij.o de los lugarea donde hlllo los hallazgos más
iínpol'tantes, cosa que antes no sucedía. El Mortorum lo mostró a Luis del Arcoj quien
se descolgó apuntando la posibilidad que fuera la tumba de los Escipiones (3). y del
hallazgo de. la iJ..ápida ibérica, anteft que la publicara el P. Fita, ya se había dado noticia
·e n la prensa Io.cal.
Muy a principios del mes de febrero de 1914 Pascual Meneu estuvo en La Senieta
invitad!o por Joaquín - etis, quien le mostró lo más notable que había en los alrededoP
I'e8; el castillo de Albalat, ac~o la Torre de la Sal, el castillo de Miravet y algunos
lugares arqueológicos que venfa explorando, entre ellos la masía «La Polida», donde·
llabía. encontrado una lápida ibérica (4). Cita que ha. pasado inadvertida y es funda!tnental para conocer su origen.
En los ya muy lejanos años juveniles de los co~ienzos de nuestras investigaciones
arqueológicas, en ~quel ancho espacio «entre Albalat y Miraveb>, que de lieeb,o es toda
la Ribera de Cabanes, pesab!l la maldición de la malaria y por el campo se veía muy
poca gente. No e:x:·t.rañará, puesj que nuestros in.tentos de encontrar c
Polida)>, no tuvieran éxito.
Fue mucho después, ya pasada la guen"$ civil, cuando en el caaerlo del Bruseral
nos dijeron que la masía que buscábamos acaso fuera «la caaa del Polide»,-que se halla
allí cerca, junto a la carretera de Cabanes.
Y allá fuimos, teniendo la suerte de conocer al Polido. hombre jovial y comunicati-
(1) F. Fl'l'A: !'Sobte epigJafla ~ N - hanHt!"' ~ 1~. ~~l.elu.da ta RMl Al:adamle. Bap.6ola da la Bictaria, 1mDo LXDL
Madrfd, 1913, pq.. !!824188.
F. FrrA: o&bft, epigr:a& eut61lon81188, Nv.ev011 ~de Upjdu (e.oulinuaciclu)o. Jloletfn. de, la .Reai. ·Acalemla ~la ele. l•
.Efut.orl.a, tmno L)UV. Madrid, 1914. p6p. 1113-1.98. B. a -.. 88fiiDda pute dq~ ~ca ele ll Upida !Wrica de
(2) J. PRRIS: •Etc4l'f;leOI .~ueo16gi.eO.. Caa\ell6D y sut ~. Boletin ele la Somedad Cu\a\lo~ de Cult.wll, Lomo
Caaelllm.
1922, ~ 218-22S. Rlautorde 81\e aruculo nó ea.J . PltRIS"
FUEN'l'BS CCIIIIO 4jce el Boletúl, aino J . PERIS BOIX. En 6llnismo eoor ~urriel"'D
ALMARCJill y SARTHOU CARRERES al li.t.bla( de 1011 hallugoe arqueoi~ ele JOAQUIN P&RIIi
(3) De·eata. ~Npme ldu.deLIHS • BLAllCO, que ~6 .t. JOAQUIN~ a..,._,., el MDriorum, y lo que fue.en ~el~
D
~o•. doy e~ cleblll.t.4.t. 1111 •Uu poblado d. la Rd.d del Bmuce eu .la ribera da Caban-. ~ ele Pre11iatori• y Atqueoll;lsfa
C..tellone'nae. 2. Cutelllm. 1976, J>4sa. 6&70.
(-') P. ~N"&U: «Miravet y Albala1>t. RevWta de Cutell6n, .J\o. ID, D1'm1. 110. Cuteii.SO. 31 cbt ~Uno da !8lt, pq.. !!A,
c..n-.
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m.
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LAPIDA mERICA DE C.ABANES
vo que tuvo tratos con el «amo de la Seníeta)); sabía tru pasión por laa «cosas antiguas))
y nos dio de él curiosas referencias.
Tenia el Polido una parcela de algarr.obos, que decidió convertir en viña y al
arrancar los árboles y romper el suelo encontró una urna cineraria, que tal como la
describía debió ser ovoide, de cierre hénnético; y encima de la tapadera cónica había
un collar de bronce en posición horizontal del cual pendían muchos brazaletes,
también de bronce, cubriendo el vaso.
Peris se interesó por ella y acabó por adquirirla, quedÁndose el Polido, co~o
rec-uerdo, t¡,n par de brazaletes. Son ovalados, con loa ext;remos lisos y están decorados
por finas incisiones de líneas paralelas puestas de través, normales o sesgadas (fig. 1).
El Polido tuvo la atención de acompañarnos a su viña que estaba poco nuis arriba
de la primera tor.re de Albalat a la. izquierda; y estando allí nos habló de ob"os reatos
antiguos que solían descubrir al hacer ;¿anjas para enterrar los sarmientos o estercolar
las cepas. Eran parede~:~ de piedra seca y trozos de vasijas, que por lQs tiestos qQ.e se
veía,n $Uperficialmente serian romanas. Pero la urna cU1e,rBJ'd_ apareció ya fuem de
a
estas· ruinas, nacía el N.E.
Y de vuelta nos hizo notar que paredes semejantes afloraban c:ruzabdo el camino
'poco más apajo de la torre.
Inespe:radamente aquel hombre, nada vulgar, que observaba, razonaba y trataba de
entender lo que veía, pos informaba sobre la mejor sepultura ibérica que sepamos se
haya encontrado en la Ribera de Cabanes. Un hecho que se ha dado con relativa
frecuencia porque aparecen aisladas o en pequeños grupos, salvo el numel"'so contingente que _fue necrópolis del poblado de la Torre de la Sal.
Desde su finca de La Sen,ie~. Joaquín Peris estuvo atento a estos hallazgos,
pudiendo recoger algún material arqueÓ16gico, y por él los conoció .Almarche, que
habla de urnas cinerarias encontradas en las fincas de Tárrega, Pitarch y Mas
d'Enqueixa (5). Pero hagam_os lA salvedad que en el Mas d'Enquei.xa se trataba de
cerámica musulmana y la confusión vino por haberse hallado entre cenizas.
Luego Peris habló de la urna de La Senieta, de las «más de un centena.rJ> que
aparecieron aJ roturar un campo ilunediato a la Torre de la Sal, do11de él excavó y
halló otras seis. Y tenemos referencias que todavía en 192_ hizo gestiones pana
S
adquirir una urna que s.e encontró ceJ'€a del Bruseral.
En los últimos decenios han seguido los hallazgos; en la zona de Coilfit, donde Peris
ya recogió restos de dos urnas, y ahora fueron seis. en hilera: de nuevo cerca de la
Torre de ia Sal; luego tres eil el Tancat, pero aquí habría bastant&s más, p<>rque
también aparecieron tiestos de otras; y últimamente en la finca de Manuel Pujol.
Pero los ajuares fueron parcos y poco expresivos, sólo dignos de rne11ción un anillo
serpentiform_e de la necrópolis de la Torre de la Sal, una fíbula de pie alto de la
sepul_ura de La Seni~ta y el ~ás rico ajuar de la urna del PoJido. En éste lQ.S dos
t
(6) F. AJ...M.&Iti.,"Klt: uLa ent.i¡rua. civilizuí6a
l~
en el ReYllo da
V.J~W..
-105-
Vaieftci&. 1918, J14p. 85.
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LAPIDA mERJCA DE CABANES
brazaletes que restan por su forma y adornos incisos muestran cierto .a rcs,ismo, pero de
acuerdo con la urna, nos parece prudente situarlos en el siglo V antes de C.
Si Ia.s npticias qu..e daba el Polido sobte hallazgos arqueológicos en su víña vaUa la
pena recogerlas, lo que dijo luego de la lápida ibérica aún lo juzgamos más interesante.
«La descubrieron en el Bordissal, cerca de su casa, al roturar una parcela de
almendros, y la pusieron el) un ribazo dejando a cara vist-a la i.n.scripción, de manera
que los pocos vecinos de por allí la conocían, y así le supo Rufino. el m~vero de La
Senieta. Entonces el Sr. Peri.s entró en tratos con el dueño del bancal para adquirirla y
hacer excavaciones donde la había encontrado».
Que fueron durante el verano siguiente, y como él trabajó en ellas sabía lo que
enco-ntraron: jarritas a menudo aplastadas, ·que sólo contenían cenin.s y huesos.
Así nos iba contando el Polid,p el hallazgo .d e la lápida yendo al Bordissal; y cuando
llegamos, fue señalando los Jugares donde sucedieron los hechos. Y pol' si esto no fuera
ba.stan. e el Bordi~sal se a:jtistaba en todo a la concisa descripción que dio Meneu::
t
«junto a un camino antiguo y ~n la encrucijada de otro. En este sitio halló mi
compañero D. Joaquín una hermosa piedra rectangular, que tiene esculpida en una de
·sus caras una inscripción ibérica (...) Esta circunstancia nos hizo examinar cabe la
masía., ribazos y aspecto del suelo, en el cual hallamos residuos de tejas romanas,
aunque en c.a ntidad y extensión reducida» (6). Y era así, a la v.era del camino de
Albalat a Miravet, que fueron lugares ibéricos, y en el cruce del camino que baja del
poblado ibérico del Campello al de la Torre de 1~ Sal. Y también en cierto que
afloraban trozos de tégulas, ahora más que entonces, porque decía el Poli9,o que
últimamente mejoraron la paréela que teníamos a la izquierda nivelando el suelo y
haciéndole ribazos. Entonces desCubrieron los cimientos de una balsa, que siendo de
hormigón no acabaron de arrancar. Poco más allá apareció una sepultura y muy cerca,
hacia el S, el fo~do de una gran tinaja:,. que debió de ser un ·«dolium», pero los tiestos
que se veían, aparte tégul~s. erij.Il d,e ánforas .. También Elt:a de notar que entre los
cimientos de la balsa y el rizabo del margen había una gran mancha de tierra
quemada.
ll, EL LUGAR DEL HALLAZGO
La tromba de agua que cayó sobre nuestro litoral ia noche d·el 28 de septiembre de
1949 por su magnitud tuvo consec~encias trágicas en Valencia y Castell6n, y como
alcanzó inusitilda extensión también en el campo dejó una secuela de desastres. En la
Ribera de Cabanes no sólo abrió bancales, se llevó árboles y cortó camínos, el largo
terraplén de la vfa férrea fue UJ:l dique que. retuvo el agua y en el centro del llano ae
formó un embalse que lo inundó todo, ahogando animales y arruinando edificios. El
viejo ca.se.rón de la Senieta se hundi6. Los caminos se convirtieron en barrancos y el
del Campello era un torrente émb.ra.veddo.
(6l M&NEU: Qp. cit. nptA .f.
-107-
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+
Flg.
2.-N~r6pollB
ibérica del BordissaL 1 a 9, sepulturas. A. cerámica rom-ana; By C, cer4t:nica
i:bérle:a, +; lugar donde se encontraba la estela y excavación de J. Perla.
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'LAPIDA mERJGA DE CABANES
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fig. s.- Detalle de las sepulturaa..
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8
F. ESTEVE GALVEZ
En el Bord.issal el camino de Miravet se ensanchó én mucho más del doble
arrastrando la tierra de cultivo y descubriendo el subsuelo, en el que afloraban, ahora
bien visibles y seguros, aquellos supu~tos indicios de sepulturas..
El día 2 de julio de 1950 pudimos situarlos en un sencillo cto.quis, que pensábamos
serút provisionál, pero como el dueño de la parcela se dio prisa en recuperar el espacio
perdido haciendo ribazos y nivelando bancales· no fue posible mejorar aquel esquema,
y ~ p~do a ser definitivo (figs. 2 y S) (7).
A la vera. del camino, frente a lo. parcela donde se enco11tr6 la fosa sepulcral,
afloraba una mancha de tierra negruzca, probable continuación de la que se veía junto
a la.a ruinas de la balsa. y arriba un:a.s piedras puestas intencionadamente (núm. 2) ..
Siguiendo el mismo margen de la derecha a la entrada del camino que viene del
Ca.rnpello hubo una sep\lltura., porque aquí. entre las pied.tas, asomAban dos hll.esos
largos rotos de través (nfun. 3).
Poco ~ allá habfa una losa larga puesta de canto, y a su lado otra mucho más
pequeña y una piedra su,élta (núm. 4).
Venia luego, junto al camino de Miravet, un pequeño rodal de piedras apretadas y
en medio dos huesos largos rotos (núm. 6).
Y cerca afloraban restos óseos, sin piedra alguna (núm. 6).
En cambjo el que seguía era un círculo de piedras pa,rcialmente destruido y sin
señales de hues(!)S (búm. 1).
En él último grupo de esta hilera lSB piedras eran pocas y estaban en desorden,
asomando a su lado- dos huesos largos rotos (núm. 8).
Emnedio del camino el ·turbión deje) un, reealte como isla, en el cual afloraban
algunos despojos con otro carácter. Así, enfrente de la sepultura núm. 6, hab~ unas
piedras e11 semicírculo (núm. 9).
Hacia el S, casi confrontando con la nún:i. 7, se veían tiestos de tm vaso ibérico de
buena. manufactura reV\leltos en tierra oscura (A).
En el lado opuesto, de cara al N, también en una mancha de tierra oscura, volvían
a salir restos de un vaso, ahora más pequeño y de b8l'l"O impuro, p~ hecho a torno.
Dehjó ser esférico, de borde fino con labio vuelto, y muy probablemente urna cine~
ria, porque entre los tiestos se veían minúsculos fragmentos de objetos de cobre o
bronce (B).
Los despojos fun~os del Bordissal no permiten formarse una idea clara de cómo
fueton los sepulcros que hubo a.quí. Es licito suponer que los había de incineración (A
y B) y da.r por ~eguraa las inhumaciones al ver los huesos s-uel~, en dos casos
coincidiendo tibia y peroné (núms. S y 6) y no tan claro cúbito y radio (núm. 8).
Las piedras son más bien pequeñas, se réúnen en espacios reducidos y no delimitan
fosas. Un desorden que sólo se oompren(le suponiendo que la necrópolis fue saqueada,
o simplemente destruida al aprovechar la tier'l1l para el cultivo, probablemente en
época romanll,
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LAPIDA
I.BERJCA DE
CABANES
Un supuesto que se corresponde c.on la lá.pida ibérica, también mutilada y
r~ovida.
III. LA LAPIDA
La lápida ibérica. q.u e reséató Joaquín Peris en el Bordissal es un bello ejemplar,
por su tamaño, puea mide 106 cm. de altura, 46 de ancha en la base y 40 cm. en lo alto,
con un espesor bastante uniforme de algo más de 26 cm.; la calidad de la piedra, que es
la dur;:a caliza cretácica del pais, y la labor del.lapidario, qu!'! dejól!!..s superficies bien
alisadas, g11abándo luego los signos con tanta clarid.fld que su lectura no ofrece. dudas,
a excepción del último signo de la primera línea, casi perdido por rotura, por lo que se
ha,ce díscutih]e la lecturá da
Fidel Fita viendo la similitud alfabética de la lápida de Cabanea con 18$ de la
región ~etano-ilercav6nica estimaba que por el sistema de Hiibner debería leerse:
ru
i
1\
e
n
v\1
1
g
9
e
1
d
z
r
u
i
Pero debemos advertir que Sa:rthou ai fotografiar la lápida, para que resaltan la,
inscripcion la repasó con tiza, y en el antepenúltimo signo (
de la ptim~ línea
olvidó un corto trazo vertical del e_xtremo derecho (
El P. Fita debió presentir el error porque p.e nsaba que el signo
con:espond~ a
una p muy suave próxima a la. b; en el ttJ se darla un caso parecido p~diendo ser d en
lugar de t; y estimaba que V\ fu.ertl ligadura de il equivalen~ a h. Y quedaba
dudando sin atreverse a afirmar el nombre, que podría ~;~er ndobilizen• dando como
probable traducción del epígrafe:
Dd6bilo (hijo} de Saldro
r ).
r)
r
Después del P. Fita trataron de la lápida de Cabanes Abnarche (8), G6mez Moreno
(9), Maluquer (lO)i Untermann (11), Oliver (12) y es~ecWmente Siles (13) que da la
siguientes transcripción:
(8) ALMARCRE, Op_ cit. noq, 6.
(9) M. GOMEZ.MORENO: ..MYoe~ea. Swt4m>eou. ~ Bpigra.!Ia Ib&ricaJt. Madrid. 11MB. P4 47, nOm. ü.
(10) J. l4ALUQUBR DB MOTES: ~Epj¡múla pmlalina- da la P~ Ibúica». ~lona, ·1968, liA&- i.¡o, ntlm_ - _
(11) J. UNTERMANN~ dlepertorio ánb'QpOn{mico lbá':ICOIO. Afthl.vo da Prehlitoria Ú!VIIIII.Ína,. XVD ~ 1 del HCIIDGaja a P.!élelulr).
V&llmclt.. 198'1, p4ga. ~18• .l;a IApúla cie Cabanee en p4p.. .900 y S12..
,J. UNTERMANN: uT"'<:l'ipcionea. ~ U..Ícaa»_ C\JIIdez:p'oe da Preliiatoda ~ Arquaolo¡¡Ls Cotel.lo.._, 10- Camú6n da la
PIBDa. 1884, pága. lll-119.
(1~) A. OWV!!R FODC: aEpigrafl4 lb&lea da la provin~ de c-Jlón». Cwulenl~ da.Pnhiataria :y ,\rqueolog!a c..tlo\lonenoe, u\Ím. 6...
Cut41llón, 1978. pég. i73.
(13) J. SILBS: ~Uiáco de \na
-111-
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1!'. ES'l'EVE GALVEZ
lO
i
ti
r
gi
bi
s
e
n
Como se ve no es la misma gra:fia de la lápida habiendo cambiado signos por otros
equivalentes según su lectura.
Aquí todos los auto~s créen ver un nombre personal.
En la segunda línea:
Y
m
Es
un sufijo
ru
i
que acompaña a nombres personales, cuyo valor gramatical no es
seguro, pero suele asignársela una funcí6n pronominal, si bien para Untermann es
partícula posesivi,t (14). ASiles le parece pronomb,re p.ersonal de primera persQnQ, pero
no d~spalta la posibilidad ~e que sea un verbo. Y luegQ transcribe~ r
Dada la frecuencia de temas en ar en euskera podria ser nombre personal, pero hay
diferentet3 opiniones repecto a este SELTAR que Beltrán ha comparado con seldar en
vascuence «haz o pila de leña para hacer carb6ru~ (15).
lfagainos notar que el EN antepuesto a SELTAR, según indican los dos puntos,
equivaldde. al WI postpuesto, como se ve en la estela de Sínarcas (SELT ARBANWI}
(16). Recordemos también que un KALUN SELTAR aparece en la estela de Cretas (17).
Más
en la lápida de Cagliari (Cerdeña) podemos leer SERTARWI (18).
aún,
En el.estado actual del estudio de la escritura y la lengua ibéricas, por lo que se ha
dicho de la lápida de Gabanes podemos creer que en ella hay un nombre: ILTIRBIGIS,
al que aco.mpañan dos morfemu: EN que en vascuence es DE1 sufij(} de posesión
personalt y WI ( V /VI ), que se esti.m8, tauJ.bién indicativo de propiedad o con el valor
J'. BILES: ~~Sable la Epi~ lb6ricalo. ~ ~abre Epi.,..& ~~ de B-poca ~republkaa&. tn.tltuci&D 1'-do el
Cat.6Ueo. Zaras-. Ul87, ~ !'7-42.
(li} J. UNTDMANN: odtin Neu Gefwl.daner SUinal.tu 1111:t Iberiaeher ID.K.hrift aua 8~. Bomeuj,e a A. TOVIU'. ~~ lt72,
""' ~.
(15) A. BBLTB.AN MAirrJNEZ:. ...De- nuew> sobre el vasco iborismoto. Zephyrut IV. 8elaman.ca, 19M, • . ~.
(lJ!) P. BEL'l'RAN VILLAGRA.BA: «La eot6La. iWriea de~. EloléCÍII. d& 111 aa.I Aeadeonia Eapadola de la HiAodlL tomo XXVl,
Cuad'"'D>O CXXI. Madrid, ll!i7.
D. .FLE'I"<:B&ll V~: ll'hxtoe lWriooedel M.._, d6 ~de Valencia». Trabajas Variot del S. L P~ nl'lm, 81. V:~ 1141· 18.
(11) GOMKZ-MORBNO: ()p. ~h. DO!a "·
(18) A. BELTRAN MARTIN82.: o&l~Nl in&cr~Peianee l'b6riou de' c.deJW>. 'Boletúl del Seminado de ~-'1 Alqueologja da J. Univ~
vol LD-LIV. Vlllladolid, 19411, ~ 11-ZI.
M. PALLOTI'lNO:
~e Iberia e<~. la~~.~
lé52, p4siL 137-165. .\p6rldioe.
-t12-
XIV.
~rta..
[page-n-113]
LAPIDA IBERICA DE CABANES
11
d_ un genitivo; y SELT AR, que viéndolo ~petido en estelas, debe ser sepult:ura.
e
Y 8SÍ BU significado sena:
Sepultura p~opiedad de Dtirbigis
SELT.AR
EN
WI ll.IITRBIGIS
e.ntendiendo que su propietario era el difunto allí enterrado.
Una conclusión muy hipotética porque se basa en vagas premisas.
Mientras subsista bt. duda hay espacio abierto a otros pareceres, tan razonados
como ~cutihle~. Y así, el pl'ot'esor E. Zttmanillo, que prepara. un trabajo de conjunto
sebre ihicripciones ibéricas con criterios propios de leetura e ínterpretaci6n, ha tenido
la deferencia de comunicarnos su parecer sobre la lápida de Cabanes, s.6lo como un
avance a 8U estudi9 que todavía tiene en CU.rso.
Para él sólo en los últimos signos de la primera. línea pueden haber dudas, pero
supone que C> eq,u ivale a th, y el signo Lit debe ser k. Del resto eetá seguro, con la
particularidad de - ue e] signo V süena o, u y .e l )( como k. No cree que -Y/<'
q
equivalga a -MI y sea un sufijo con valor de pronombre personal. Y acaba leyendo:
IL(E)TITE PEGEN (o PEKEGEN) DSEL(E)KORUI
En cuanto a su in.te:j:'pretación estima que esta lápida «es una: de esas inscripciones
limpias e inconfundibles respecto a .la raíces de apoyo», que él ve ccen las raíces
indogermánicas y muy concretamente en- el griego· pre-homérica». Su significado sería:
PIADOSAMENT'E EREGl ESl'E SEPOLCRO PARA MI MUY QUERIDO H,IJO
Queden tales escarceos, supuestos, coincidencia,s y - })iniones encontradas para los
o
beneméritos fi16iogos que · ratau. de desvelar el contenido de los entevesados textoBt
ibéricos. Al ocupamos de la lápida de Cabanes nuestro modesto propósito sólo era dar
noticia del lugar donde se halló, como lo hemos hecho, y poner ahora en claro qué 'fue
en su tiempo esta piedra s~pulcral.
Porque si la lectura y pos_bJe : ignificado de la inscripción evoluciona con los
i
s
progresos que se hacen en el estudio de la escritura ibérica, el identificar arqueológi·camente la piedra sigue igual que el día que se encontr6.
Y e.s que los que la han ~tudiado, atraídos sólo por la inscripción poco cuidar.on el
analizar en detalle cóm.o estaba lab-rada. La - ue alguien llamó ccl088' rectangular» no lo
q
es tanto: sus lados ascienden aproximándose y acaban ligeramente estrangulados por
sendas. inflexiQnes· simétricas; y la arista superior es muy irregular quebrada aqui la
lápida por grandes golpes que destrozaron el trabajo Ímo del lapidario. Por rara
coincidencia, vista de fre11te, nos da la ~gen de un cipo, y as{ se la llamó alguna ve~;
pero· observando detenidamente· su contorno salta a la vista qUe se trata de una estela
di.scoidea decapitada.
Y lo ~amos conscientes de que estamos ante un hecho insólito, pues no se
-113-
[page-n-114]
F. BSTEVE GALvEZ
conocen estalas_ de este tipo en el ~rritoria edetanQ-ilercavón (19). y es en el norte de
la Península donde se las halla de cüalquier época.. En las tan conocidas de Clunia con
sus inscripeíones ibéricas vemos el mejor paralelo para la estela del Bordissal, porque
siendo ésta esbelta y bien labrada es de creer que también tendría en el disco alguna
figura en relieve. Pero viéndola tan mu-tilada, prácticamente reducida al plinto., nos
parece pJ01dente no hacer más conjeturas ni seguir en su estudio comp_arativo.
(19) Aqul la ~la diteoldal tuo da uao corrlfll!l.e a plll'tit- de la co11qulata cn.l:iana. S6lo eQ 114tqlla, 111 Ma~aqo y la P;le.D.t. b ~ ida de set-enta. pno no aabemCot cbo.aJculut '1"" .ontarlor al Rtl!lo ~ TSI!ea>oe uoticiaa de 1m4 eat6la hace poeo ~lrieYI.a MI
~a.. qua padrfa MI' roiQlllUI.
-114-
[page-n-115]
LAM. 1
ESTEVE-GALVEZ.-Láplda de Cabanes
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Laplda Ibérica de Cahanes. (foto M. A. de Barcelona.)
-115-
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ABCBlVO DE .PREHISTORIA L'F.\1 ANTrNA
Vol. X1X (Vt lencia, 1989)
FRANCISCO ESTEVE GALVEZ.
(Castellón)
LA LAPIDA ffiERICA DE CABANES
l.
ANTECED~NTES
Problema ya olvidado, porque no se intentó resolver a su debido tiempo, es
averiguar donde encontró Joaqufu Peris la conocida lápida ibérica de Cabanes. Un
secreto que guardó celosamente porque esperaba hacer a.llí otros hallazgos y tení._~
sobrado motivo pata desconfiar.
Siempre fue generoso y comunicativo par:a quienes sentían curiosidad por saber_de
8\lS ínvestig.aciones arqueológicas, mostrándoles el material que había recogido, ha~
blando de los lugares que e_ ploraba, y si tenían interés en conocerlos les invitaba a
x
pasax unos días en su finca «La Senieta», entonces la mejor heredad de la Ribera de
Ca_ anes. Y por aquí pasaron Pascual Meneu, catedrático de la Univ·ersidad de
b
Salamanca, Luis del Meo, catedrático del Instituto y presidente de la Comisión
Provincial de Monumentos de Castellón, Francísco Almarche, director del Museo de
la Academia de Bellas Artes de San Carlos... Y cuando los comisionados del Institut
d'Estudis Catalans fueron a la Valltorta para estudiar las pinturas rup~tres y el Dr.
Bosch estuvo ep Castellón interesado en conocer los hallazgos arqueológicos de
Se'n ent, también fue a Borriana para ver la colección de Joaquín Peris, q"'e lue-go
aprovechó en alguno de sus enaayos de conjunto sobre la cultura ibérica o arqueología
castellonense. Son hechos que deben tenerse en cuenta al enjuiciar la conduc.ta de
Peris en el caso de la lápida de Caban~.
Debi6 hallarla los primeros días de noviembre de 1913 pues a mediados del mismo
mes la mostró a su primo Manuel Peris, y por éste lo supo Luis del Arco, quien lo
comunicó al - . Fidel Fita, sin haber visto la lápida, ni saber el lugar exacto donde se
p
halló, que según le elijo Manuel Peris, estaba «entre Albalat y Mirii.vet>). Es de suponer
-103-
[page-n-104]
2
F. ESTEVE GALVEZ
que el P. Fita pediría una fotografía de la lápida ibérica para estudiarla porque a los
pocos días Carlos Sartbou ofreció a Peris fotografiiula, como lJila atención personal.
Peris aceptó, y de paso se fotografió t.a.mbién la lápida de (Ve)ttius (E)ndymion que
había recogido en las ruinas del supuesto te'mplo de Venus, cerca de Almenara.
Cumplió Sarthou su promesa, entregándole .a Peris clichés y pruebas de las dos
;fotografís.s, pero se quedó sen4as CQpias, qu.e remitió .al P. Fita.; y éste las aprovechó en
su eatQ.dio sobre ]os nuevos hallazgos de epigrafía caatellonenae. que acto seguido
publicó en el Boletín de la Real Academia de la Historia (1).
Entre los eruditos y estudiosos loeales hubo un sentimiento d.e repulsa para
Sartl\.ou, qu.e intentó justificarse al!;!gando que «cumplía su deber como correspondiente de la Real Academia de la Histor-Í&)>. Peris calificó aquel acto como (CUD abuso de
confianza~. y desde entonces hablaba poco de sus investigaciones arqueológicas. Más
aún, cuando pasados bastantes años dio noticia de ellas en el Boletín de la. Sociedad
Castellonense de Cultura (2), nada dij.o de los lugarea donde hlllo los hallazgos más
iínpol'tantes, cosa que antes no sucedía. El Mortorum lo mostró a Luis del Arcoj quien
se descolgó apuntando la posibilidad que fuera la tumba de los Escipiones (3). y del
hallazgo de. la iJ..ápida ibérica, anteft que la publicara el P. Fita, ya se había dado noticia
·e n la prensa Io.cal.
Muy a principios del mes de febrero de 1914 Pascual Meneu estuvo en La Senieta
invitad!o por Joaquín - etis, quien le mostró lo más notable que había en los alrededoP
I'e8; el castillo de Albalat, ac~o la Torre de la Sal, el castillo de Miravet y algunos
lugares arqueológicos que venfa explorando, entre ellos la masía «La Polida», donde·
llabía. encontrado una lápida ibérica (4). Cita que ha. pasado inadvertida y es funda!tnental para conocer su origen.
En los ya muy lejanos años juveniles de los co~ienzos de nuestras investigaciones
arqueológicas, en ~quel ancho espacio «entre Albalat y Miraveb>, que de lieeb,o es toda
la Ribera de Cabanes, pesab!l la maldición de la malaria y por el campo se veía muy
poca gente. No e:x:·t.rañará, puesj que nuestros in.tentos de encontrar c
Fue mucho después, ya pasada la guen"$ civil, cuando en el caaerlo del Bruseral
nos dijeron que la masía que buscábamos acaso fuera «la caaa del Polide»,-que se halla
allí cerca, junto a la carretera de Cabanes.
Y allá fuimos, teniendo la suerte de conocer al Polido. hombre jovial y comunicati-
(1) F. Fl'l'A: !'Sobte epigJafla ~ N - hanHt!"' ~ 1~. ~~l.elu.da ta RMl Al:adamle. Bap.6ola da la Bictaria, 1mDo LXDL
Madrfd, 1913, pq.. !!824188.
F. FrrA: o&bft, epigr:a& eut61lon81188, Nv.ev011 ~de Upjdu (e.oulinuaciclu)o. Jloletfn. de, la .Reai. ·Acalemla ~la ele. l•
.Efut.orl.a, tmno L)UV. Madrid, 1914. p6p. 1113-1.98. B. a -.. 88fiiDda pute dq~ ~ca ele ll Upida !Wrica de
(2) J. PRRIS: •Etc4l'f;leOI .~ueo16gi.eO.. Caa\ell6D y sut ~. Boletin ele la Somedad Cu\a\lo~ de Cult.wll, Lomo
Caaelllm.
1922, ~ 218-22S. Rlautorde 81\e aruculo nó ea.J . PltRIS"
FUEN'l'BS CCIIIIO 4jce el Boletúl, aino J . PERIS BOIX. En 6llnismo eoor ~urriel"'D
ALMARCJill y SARTHOU CARRERES al li.t.bla( de 1011 hallugoe arqueoi~ ele JOAQUIN P&RIIi
(3) De·eata. ~Npme ldu.deLIHS • BLAllCO, que ~6 .t. JOAQUIN~ a..,._,., el MDriorum, y lo que fue.en ~el~
D
~o•. doy e~ cleblll.t.4.t. 1111 •Uu poblado d. la Rd.d del Bmuce eu .la ribera da Caban-. ~ ele Pre11iatori• y Atqueoll;lsfa
C..tellone'nae. 2. Cutelllm. 1976, J>4sa. 6&70.
(-') P. ~N"&U: «Miravet y Albala1>t. RevWta de Cutell6n, .J\o. ID, D1'm1. 110. Cuteii.SO. 31 cbt ~Uno da !8lt, pq.. !!A,
c..n-.
-104-
m.
[page-n-105]
LAPIDA mERICA DE C.ABANES
vo que tuvo tratos con el «amo de la Seníeta)); sabía tru pasión por laa «cosas antiguas))
y nos dio de él curiosas referencias.
Tenia el Polido una parcela de algarr.obos, que decidió convertir en viña y al
arrancar los árboles y romper el suelo encontró una urna cineraria, que tal como la
describía debió ser ovoide, de cierre hénnético; y encima de la tapadera cónica había
un collar de bronce en posición horizontal del cual pendían muchos brazaletes,
también de bronce, cubriendo el vaso.
Peris se interesó por ella y acabó por adquirirla, quedÁndose el Polido, co~o
rec-uerdo, t¡,n par de brazaletes. Son ovalados, con loa ext;remos lisos y están decorados
por finas incisiones de líneas paralelas puestas de través, normales o sesgadas (fig. 1).
El Polido tuvo la atención de acompañarnos a su viña que estaba poco nuis arriba
de la primera tor.re de Albalat a la. izquierda; y estando allí nos habló de ob"os reatos
antiguos que solían descubrir al hacer ;¿anjas para enterrar los sarmientos o estercolar
las cepas. Eran parede~:~ de piedra seca y trozos de vasijas, que por lQs tiestos qQ.e se
veía,n $Uperficialmente serian romanas. Pero la urna cU1e,rBJ'd_ apareció ya fuem de
a
estas· ruinas, nacía el N.E.
Y de vuelta nos hizo notar que paredes semejantes afloraban c:ruzabdo el camino
'poco más apajo de la torre.
Inespe:radamente aquel hombre, nada vulgar, que observaba, razonaba y trataba de
entender lo que veía, pos informaba sobre la mejor sepultura ibérica que sepamos se
haya encontrado en la Ribera de Cabanes. Un hecho que se ha dado con relativa
frecuencia porque aparecen aisladas o en pequeños grupos, salvo el numel"'so contingente que _fue necrópolis del poblado de la Torre de la Sal.
Desde su finca de La Sen,ie~. Joaquín Peris estuvo atento a estos hallazgos,
pudiendo recoger algún material arqueÓ16gico, y por él los conoció .Almarche, que
habla de urnas cinerarias encontradas en las fincas de Tárrega, Pitarch y Mas
d'Enqueixa (5). Pero hagam_os lA salvedad que en el Mas d'Enquei.xa se trataba de
cerámica musulmana y la confusión vino por haberse hallado entre cenizas.
Luego Peris habló de la urna de La Senieta, de las «más de un centena.rJ> que
aparecieron aJ roturar un campo ilunediato a la Torre de la Sal, do11de él excavó y
halló otras seis. Y tenemos referencias que todavía en 192_ hizo gestiones pana
S
adquirir una urna que s.e encontró ceJ'€a del Bruseral.
En los últimos decenios han seguido los hallazgos; en la zona de Coilfit, donde Peris
ya recogió restos de dos urnas, y ahora fueron seis. en hilera: de nuevo cerca de la
Torre de ia Sal; luego tres eil el Tancat, pero aquí habría bastant&s más, p<>rque
también aparecieron tiestos de otras; y últimamente en la finca de Manuel Pujol.
Pero los ajuares fueron parcos y poco expresivos, sólo dignos de rne11ción un anillo
serpentiform_e de la necrópolis de la Torre de la Sal, una fíbula de pie alto de la
sepul_ura de La Seni~ta y el ~ás rico ajuar de la urna del PoJido. En éste lQ.S dos
t
(6) F. AJ...M.&Iti.,"Klt: uLa ent.i¡rua. civilizuí6a
l~
en el ReYllo da
V.J~W..
-105-
Vaieftci&. 1918, J14p. 85.
[page-n-106]
1". ESTE VE GALVEZ
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-106-
[page-n-107]
LAPIDA mERJCA DE CABANES
brazaletes que restan por su forma y adornos incisos muestran cierto .a rcs,ismo, pero de
acuerdo con la urna, nos parece prudente situarlos en el siglo V antes de C.
Si Ia.s npticias qu..e daba el Polido sobte hallazgos arqueológicos en su víña vaUa la
pena recogerlas, lo que dijo luego de la lápida ibérica aún lo juzgamos más interesante.
«La descubrieron en el Bordissal, cerca de su casa, al roturar una parcela de
almendros, y la pusieron el) un ribazo dejando a cara vist-a la i.n.scripción, de manera
que los pocos vecinos de por allí la conocían, y así le supo Rufino. el m~vero de La
Senieta. Entonces el Sr. Peri.s entró en tratos con el dueño del bancal para adquirirla y
hacer excavaciones donde la había encontrado».
Que fueron durante el verano siguiente, y como él trabajó en ellas sabía lo que
enco-ntraron: jarritas a menudo aplastadas, ·que sólo contenían cenin.s y huesos.
Así nos iba contando el Polid,p el hallazgo .d e la lápida yendo al Bordissal; y cuando
llegamos, fue señalando los Jugares donde sucedieron los hechos. Y pol' si esto no fuera
ba.stan. e el Bordi~sal se a:jtistaba en todo a la concisa descripción que dio Meneu::
t
«junto a un camino antiguo y ~n la encrucijada de otro. En este sitio halló mi
compañero D. Joaquín una hermosa piedra rectangular, que tiene esculpida en una de
·sus caras una inscripción ibérica (...) Esta circunstancia nos hizo examinar cabe la
masía., ribazos y aspecto del suelo, en el cual hallamos residuos de tejas romanas,
aunque en c.a ntidad y extensión reducida» (6). Y era así, a la v.era del camino de
Albalat a Miravet, que fueron lugares ibéricos, y en el cruce del camino que baja del
poblado ibérico del Campello al de la Torre de 1~ Sal. Y también en cierto que
afloraban trozos de tégulas, ahora más que entonces, porque decía el Poli9,o que
últimamente mejoraron la paréela que teníamos a la izquierda nivelando el suelo y
haciéndole ribazos. Entonces desCubrieron los cimientos de una balsa, que siendo de
hormigón no acabaron de arrancar. Poco más allá apareció una sepultura y muy cerca,
hacia el S, el fo~do de una gran tinaja:,. que debió de ser un ·«dolium», pero los tiestos
que se veían, aparte tégul~s. erij.Il d,e ánforas .. También Elt:a de notar que entre los
cimientos de la balsa y el rizabo del margen había una gran mancha de tierra
quemada.
ll, EL LUGAR DEL HALLAZGO
La tromba de agua que cayó sobre nuestro litoral ia noche d·el 28 de septiembre de
1949 por su magnitud tuvo consec~encias trágicas en Valencia y Castell6n, y como
alcanzó inusitilda extensión también en el campo dejó una secuela de desastres. En la
Ribera de Cabanes no sólo abrió bancales, se llevó árboles y cortó camínos, el largo
terraplén de la vfa férrea fue UJ:l dique que. retuvo el agua y en el centro del llano ae
formó un embalse que lo inundó todo, ahogando animales y arruinando edificios. El
viejo ca.se.rón de la Senieta se hundi6. Los caminos se convirtieron en barrancos y el
del Campello era un torrente émb.ra.veddo.
(6l M&NEU: Qp. cit. nptA .f.
-107-
[page-n-108]
+
Flg.
2.-N~r6pollB
ibérica del BordissaL 1 a 9, sepulturas. A. cerámica rom-ana; By C, cer4t:nica
i:bérle:a, +; lugar donde se encontraba la estela y excavación de J. Perla.
[page-n-109]
'LAPIDA mERJGA DE CABANES
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fig. s.- Detalle de las sepulturaa..
[page-n-110]
8
F. ESTEVE GALVEZ
En el Bord.issal el camino de Miravet se ensanchó én mucho más del doble
arrastrando la tierra de cultivo y descubriendo el subsuelo, en el que afloraban, ahora
bien visibles y seguros, aquellos supu~tos indicios de sepulturas..
El día 2 de julio de 1950 pudimos situarlos en un sencillo cto.quis, que pensábamos
serút provisionál, pero como el dueño de la parcela se dio prisa en recuperar el espacio
perdido haciendo ribazos y nivelando bancales· no fue posible mejorar aquel esquema,
y ~ p~do a ser definitivo (figs. 2 y S) (7).
A la vera. del camino, frente a lo. parcela donde se enco11tr6 la fosa sepulcral,
afloraba una mancha de tierra negruzca, probable continuación de la que se veía junto
a la.a ruinas de la balsa. y arriba un:a.s piedras puestas intencionadamente (núm. 2) ..
Siguiendo el mismo margen de la derecha a la entrada del camino que viene del
Ca.rnpello hubo una sep\lltura., porque aquí. entre las pied.tas, asomAban dos hll.esos
largos rotos de través (nfun. 3).
Poco ~ allá habfa una losa larga puesta de canto, y a su lado otra mucho más
pequeña y una piedra su,élta (núm. 4).
Venia luego, junto al camino de Miravet, un pequeño rodal de piedras apretadas y
en medio dos huesos largos rotos (núm. 6).
Y cerca afloraban restos óseos, sin piedra alguna (núm. 6).
En cambjo el que seguía era un círculo de piedras pa,rcialmente destruido y sin
señales de hues(!)S (búm. 1).
En él último grupo de esta hilera lSB piedras eran pocas y estaban en desorden,
asomando a su lado- dos huesos largos rotos (núm. 8).
Emnedio del camino el ·turbión deje) un, reealte como isla, en el cual afloraban
algunos despojos con otro carácter. Así, enfrente de la sepultura núm. 6, hab~ unas
piedras e11 semicírculo (núm. 9).
Hacia el S, casi confrontando con la nún:i. 7, se veían tiestos de tm vaso ibérico de
buena. manufactura reV\leltos en tierra oscura (A).
En el lado opuesto, de cara al N, también en una mancha de tierra oscura, volvían
a salir restos de un vaso, ahora más pequeño y de b8l'l"O impuro, p~ hecho a torno.
Dehjó ser esférico, de borde fino con labio vuelto, y muy probablemente urna cine~
ria, porque entre los tiestos se veían minúsculos fragmentos de objetos de cobre o
bronce (B).
Los despojos fun~os del Bordissal no permiten formarse una idea clara de cómo
fueton los sepulcros que hubo a.quí. Es licito suponer que los había de incineración (A
y B) y da.r por ~eguraa las inhumaciones al ver los huesos s-uel~, en dos casos
coincidiendo tibia y peroné (núms. S y 6) y no tan claro cúbito y radio (núm. 8).
Las piedras son más bien pequeñas, se réúnen en espacios reducidos y no delimitan
fosas. Un desorden que sólo se oompren(le suponiendo que la necrópolis fue saqueada,
o simplemente destruida al aprovechar la tier'l1l para el cultivo, probablemente en
época romanll,
-110-
[page-n-111]
LAPIDA
I.BERJCA DE
CABANES
Un supuesto que se corresponde c.on la lá.pida ibérica, también mutilada y
r~ovida.
III. LA LAPIDA
La lápida ibérica. q.u e reséató Joaquín Peris en el Bordissal es un bello ejemplar,
por su tamaño, puea mide 106 cm. de altura, 46 de ancha en la base y 40 cm. en lo alto,
con un espesor bastante uniforme de algo más de 26 cm.; la calidad de la piedra, que es
la dur;:a caliza cretácica del pais, y la labor del.lapidario, qu!'! dejól!!..s superficies bien
alisadas, g11abándo luego los signos con tanta clarid.fld que su lectura no ofrece. dudas,
a excepción del último signo de la primera línea, casi perdido por rotura, por lo que se
ha,ce díscutih]e la lecturá da
región ~etano-ilercav6nica estimaba que por el sistema de Hiibner debería leerse:
ru
i
1\
e
n
v\1
1
g
9
e
1
d
z
r
u
i
Pero debemos advertir que Sa:rthou ai fotografiar la lápida, para que resaltan la,
inscripcion la repasó con tiza, y en el antepenúltimo signo (
de la ptim~ línea
olvidó un corto trazo vertical del e_xtremo derecho (
El P. Fita debió presentir el error porque p.e nsaba que el signo
con:espond~ a
una p muy suave próxima a la. b; en el ttJ se darla un caso parecido p~diendo ser d en
lugar de t; y estimaba que V\ fu.ertl ligadura de il equivalen~ a h. Y quedaba
dudando sin atreverse a afirmar el nombre, que podría ~;~er ndobilizen• dando como
probable traducción del epígrafe:
Dd6bilo (hijo} de Saldro
r ).
r)
r
Después del P. Fita trataron de la lápida de Cabanes Abnarche (8), G6mez Moreno
(9), Maluquer (lO)i Untermann (11), Oliver (12) y es~ecWmente Siles (13) que da la
siguientes transcripción:
(8) ALMARCRE, Op_ cit. noq, 6.
(9) M. GOMEZ.MORENO: ..MYoe~ea. Swt4m>eou. ~ Bpigra.!Ia Ib&ricaJt. Madrid. 11MB. P4 47, nOm. ü.
(10) J. l4ALUQUBR DB MOTES: ~Epj¡múla pmlalina- da la P~ Ibúica». ~lona, ·1968, liA&- i.¡o, ntlm_ - _
(11) J. UNTERMANN~ dlepertorio ánb'QpOn{mico lbá':ICOIO. Afthl.vo da Prehlitoria Ú!VIIIII.Ína,. XVD ~ 1 del HCIIDGaja a P.!élelulr).
V&llmclt.. 198'1, p4ga. ~18• .l;a IApúla cie Cabanee en p4p.. .900 y S12..
,J. UNTERMANN: uT"'<:l'ipcionea. ~ U..Ícaa»_ C\JIIdez:p'oe da Preliiatoda ~ Arquaolo¡¡Ls Cotel.lo.._, 10- Camú6n da la
PIBDa. 1884, pága. lll-119.
(1~) A. OWV!!R FODC: aEpigrafl4 lb&lea da la provin~ de c-Jlón». Cwulenl~ da.Pnhiataria :y ,\rqueolog!a c..tlo\lonenoe, u\Ím. 6...
Cut41llón, 1978. pég. i73.
(13) J. SILBS: ~Uiáco de \na
-111-
[page-n-112]
1!'. ES'l'EVE GALVEZ
lO
i
ti
r
gi
bi
s
e
n
Como se ve no es la misma gra:fia de la lápida habiendo cambiado signos por otros
equivalentes según su lectura.
Aquí todos los auto~s créen ver un nombre personal.
En la segunda línea:
Y
m
Es
un sufijo
ru
i
que acompaña a nombres personales, cuyo valor gramatical no es
seguro, pero suele asignársela una funcí6n pronominal, si bien para Untermann es
partícula posesivi,t (14). ASiles le parece pronomb,re p.ersonal de primera persQnQ, pero
no d~spalta la posibilidad ~e que sea un verbo. Y luegQ transcribe~ r
Dada la frecuencia de temas en ar en euskera podria ser nombre personal, pero hay
diferentet3 opiniones repecto a este SELTAR que Beltrán ha comparado con seldar en
vascuence «haz o pila de leña para hacer carb6ru~ (15).
lfagainos notar que el EN antepuesto a SELTAR, según indican los dos puntos,
equivaldde. al WI postpuesto, como se ve en la estela de Sínarcas (SELT ARBANWI}
(16). Recordemos también que un KALUN SELTAR aparece en la estela de Cretas (17).
Más
en la lápida de Cagliari (Cerdeña) podemos leer SERTARWI (18).
aún,
En el.estado actual del estudio de la escritura y la lengua ibéricas, por lo que se ha
dicho de la lápida de Gabanes podemos creer que en ella hay un nombre: ILTIRBIGIS,
al que aco.mpañan dos morfemu: EN que en vascuence es DE1 sufij(} de posesión
personalt y WI ( V /VI ), que se esti.m8, tauJ.bién indicativo de propiedad o con el valor
J'. BILES: ~~Sable la Epi~ lb6ricalo. ~ ~abre Epi.,..& ~~ de B-poca ~republkaa&. tn.tltuci&D 1'-do el
Cat.6Ueo. Zaras-. Ul87, ~ !'7-42.
(li} J. UNTDMANN: odtin Neu Gefwl.daner SUinal.tu 1111:t Iberiaeher ID.K.hrift aua 8~. Bomeuj,e a A. TOVIU'. ~~ lt72,
""' ~.
(15) A. BBLTB.AN MAirrJNEZ:. ...De- nuew> sobre el vasco iborismoto. Zephyrut IV. 8elaman.ca, 19M, • . ~.
(lJ!) P. BEL'l'RAN VILLAGRA.BA: «La eot6La. iWriea de~. EloléCÍII. d& 111 aa.I Aeadeonia Eapadola de la HiAodlL tomo XXVl,
Cuad'"'D>O CXXI. Madrid, ll!i7.
D. .FLE'I"<:B&ll V~: ll'hxtoe lWriooedel M.._, d6 ~de Valencia». Trabajas Variot del S. L P~ nl'lm, 81. V:~ 1141· 18.
(11) GOMKZ-MORBNO: ()p. ~h. DO!a "·
(18) A. BELTRAN MARTIN82.: o&l~Nl in&cr~Peianee l'b6riou de' c.deJW>. 'Boletúl del Seminado de ~-'1 Alqueologja da J. Univ~
vol LD-LIV. Vlllladolid, 19411, ~ 11-ZI.
M. PALLOTI'lNO:
~e Iberia e<~. la~~.~
lé52, p4siL 137-165. .\p6rldioe.
-t12-
XIV.
~rta..
[page-n-113]
LAPIDA IBERICA DE CABANES
11
d_ un genitivo; y SELT AR, que viéndolo ~petido en estelas, debe ser sepult:ura.
e
Y 8SÍ BU significado sena:
Sepultura p~opiedad de Dtirbigis
SELT.AR
EN
WI ll.IITRBIGIS
e.ntendiendo que su propietario era el difunto allí enterrado.
Una conclusión muy hipotética porque se basa en vagas premisas.
Mientras subsista bt. duda hay espacio abierto a otros pareceres, tan razonados
como ~cutihle~. Y así, el pl'ot'esor E. Zttmanillo, que prepara. un trabajo de conjunto
sebre ihicripciones ibéricas con criterios propios de leetura e ínterpretaci6n, ha tenido
la deferencia de comunicarnos su parecer sobre la lápida de Cabanes, s.6lo como un
avance a 8U estudi9 que todavía tiene en CU.rso.
Para él sólo en los últimos signos de la primera. línea pueden haber dudas, pero
supone que C> eq,u ivale a th, y el signo Lit debe ser k. Del resto eetá seguro, con la
particularidad de - ue e] signo V süena o, u y .e l )( como k. No cree que -Y/<'
q
equivalga a -MI y sea un sufijo con valor de pronombre personal. Y acaba leyendo:
IL(E)TITE PEGEN (o PEKEGEN) DSEL(E)KORUI
En cuanto a su in.te:j:'pretación estima que esta lápida «es una: de esas inscripciones
limpias e inconfundibles respecto a .la raíces de apoyo», que él ve ccen las raíces
indogermánicas y muy concretamente en- el griego· pre-homérica». Su significado sería:
PIADOSAMENT'E EREGl ESl'E SEPOLCRO PARA MI MUY QUERIDO H,IJO
Queden tales escarceos, supuestos, coincidencia,s y - })iniones encontradas para los
o
beneméritos fi16iogos que · ratau. de desvelar el contenido de los entevesados textoBt
ibéricos. Al ocupamos de la lápida de Cabanes nuestro modesto propósito sólo era dar
noticia del lugar donde se halló, como lo hemos hecho, y poner ahora en claro qué 'fue
en su tiempo esta piedra s~pulcral.
Porque si la lectura y pos_bJe : ignificado de la inscripción evoluciona con los
i
s
progresos que se hacen en el estudio de la escritura ibérica, el identificar arqueológi·camente la piedra sigue igual que el día que se encontr6.
Y e.s que los que la han ~tudiado, atraídos sólo por la inscripción poco cuidar.on el
analizar en detalle cóm.o estaba lab-rada. La - ue alguien llamó ccl088' rectangular» no lo
q
es tanto: sus lados ascienden aproximándose y acaban ligeramente estrangulados por
sendas. inflexiQnes· simétricas; y la arista superior es muy irregular quebrada aqui la
lápida por grandes golpes que destrozaron el trabajo Ímo del lapidario. Por rara
coincidencia, vista de fre11te, nos da la ~gen de un cipo, y as{ se la llamó alguna ve~;
pero· observando detenidamente· su contorno salta a la vista qUe se trata de una estela
di.scoidea decapitada.
Y lo ~amos conscientes de que estamos ante un hecho insólito, pues no se
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F. BSTEVE GALvEZ
conocen estalas_ de este tipo en el ~rritoria edetanQ-ilercavón (19). y es en el norte de
la Península donde se las halla de cüalquier época.. En las tan conocidas de Clunia con
sus inscripeíones ibéricas vemos el mejor paralelo para la estela del Bordissal, porque
siendo ésta esbelta y bien labrada es de creer que también tendría en el disco alguna
figura en relieve. Pero viéndola tan mu-tilada, prácticamente reducida al plinto., nos
parece pJ01dente no hacer más conjeturas ni seguir en su estudio comp_arativo.
(19) Aqul la ~la diteoldal tuo da uao corrlfll!l.e a plll'tit- de la co11qulata cn.l:iana. S6lo eQ 114tqlla, 111 Ma~aqo y la P;le.D.t. b ~ ida de set-enta. pno no aabemCot cbo.aJculut '1"" .ontarlor al Rtl!lo ~ TSI!ea>oe uoticiaa de 1m4 eat6la hace poeo ~lrieYI.a MI
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ESTEVE-GALVEZ.-Láplda de Cabanes
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Laplda Ibérica de Cahanes. (foto M. A. de Barcelona.)
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